Está en la página 1de 18

UNIDAD 3 FUNCIONES ADMINISTRATIVAS

1. La función administrativa como centro del derecho administrativo


moderno. Alcance y consecuencias jurídicas. Los criterios: objetivo, subjetivo
y mixto. Análisis crítico. La Administración Pública.

La función estatal:
La concepción doctrinal de la separación de poderes constituye un alegato contra la
concentración del poder en favor de los derechos individuales, hallándose orientada,
fundamentalmente, a la separación entre los órganos Ejecutivo y Legislativo.
La función administrativa, es el conjunto de actividades que satisfacen de modo directo y
concreto los intereses colectivos, y a su vez otras actividades que no están comprendidas en
los conceptos objetivos de funciones legislativas y judiciales. Es la actividad de cualquiera de
los tres órganos estatales siempre que la naturaleza jurídica de esa actividad sea
administrativa.
Bianchi dice que existe función administrativa en los tres poderes del Estado, pero hay que
distinguir la función con la definición de administración pública como conjunto de órganos,
desde el punto de vista estático.
Existe entonces función administrativa en cualquier poder del estado, por lo tanto, el
congreso y el poder judicial pueden emitir actos administrativos.
Criterios de la función estatal:
Criterio objetivo: Este concepto está centrado en el contenido material de las funciones
estatales de modo que no se pregunta sobre el sujeto titular o responsable del ejercicio,
sino sólo sobre el objeto o contenido. Es más, el sujeto es absolutamente irrelevante en el
desarrollo de esta tesis. Dicho con más claridad no interesa si interviene el Poder Ejecutivo,
Legislativo o Judicial sino el contenido material de las funciones a analizar (objeto).
En este punto hay que diferenciar las funciones estatales legislativas, que son aquellas que
consisten en el dictado de normas de carácter general, abstracto y obligatorio con el objeto
de reconocer y garantizar derechos y ordenar y regular las conductas de las personas. Es
decir, el ejercicio del poder regulatorio (reglas).
El alcance del concepto de funciones legislativas son las potestades materialmente
regulatorias del Congreso y de los poderes Ejecutivo y Judicial.
¿Cuál es el contenido objetivo de las funciones judiciales? es resolver conflictos entre
partes. En otras palabras, juzgar supone definir controversias con fuerza de verdad legal, es
decir, de modo concluyente y por aplicación de los principios y reglas jurídicas. De modo
que, según este criterio, en el ámbito de cada uno de los poderes coexisten potestades
materialmente distintas y, consecuentemente, diversos marcos jurídicos.
Criterio subjetivo: Este criterio nos dice que las funciones estatales son legislativas,
ejecutivas o judiciales, según cuál sea el sujeto titular de éstas. Así, las funciones estatales,
más allá del contenido material (objeto), es el conjunto de competencias que ejerce el
Poder Legislativo, Ejecutivo o Judicial, según el caso.
En este contexto, es irrelevante el contenido de que se trate; aquí, el criterio jurídicamente
relevante es el sujeto titular de las funciones.
Así, cualquier acto que dicte el Poder Ejecutivo es acto administrativo, aunque
materialmente sea legislativo o judicial. En efecto, los actos administrativos son, según este
ensayo interpretativo, los siguientes: a) los reglamentos que dicte el Poder Ejecutivo, b) los
actos de alcance particular y, por último, c) los actos jurisdiccionales, es decir, los actos
dictados por los tribunales administrativos. En igual sentido, cualquier acto del Poder
Judicial es acto judicial, trátese de actos materialmente legislativos, administrativos o
judiciales.
La crítica al criterio subjetivo es la heterogeneidad del objeto.
Criterio mixto:
Además de los conceptos objetivo y subjetivo es posible pensar y construir muchos otros de
carácter mixto, esto es, conceptos que estén integrados por elementos objetivos y
subjetivos entrelazados.
Por ejemplo, es posible plantear las siguientes hipótesis:
a) Las funciones administrativas son todas las actividades del Poder Ejecutivo, más las
actividades materialmente administrativas de los otros poderes (legislativo y judicial). Éste
es el criterio más habitual entre nosotros.
b) Las funciones administrativas comprenden todas las actividades del Poder Ejecutivo, más
las actividades materialmente administrativas del Poder Legislativo.
c) Las funciones administrativas son todas las actividades del Poder Ejecutivo, más las
actividades materialmente administrativas del Poder Judicial.
Las funciones estatales administrativas. Alcance y consecuencias jurídicas:
¿los criterios objetivos, subjetivos o mixtos son igualmente válidos? Entendemos que sí
siempre que el concepto de que se trate respete los derechos y garantías constitucionales.

Si damos como ejemplo el acto sancionador dictado por la Corte sobre su personal, así, en el
marco del criterio objetivo, el acto es administrativo y debe ser regulado por el Derecho
Administrativo y someterse al control judicial. El agente judicial sancionado puede iniciar
acciones judiciales cuya pretensión sea la invalidez del acto sancionador ante el juez
ordinario, a pesar de que el acto fue dictado por el máximo tribunal. La razón es que la
Corte dicto el acto en ejercicio de funciones administrativas y no judiciales.
Por el contrario, si analizamos el acto sancionador desde el criterio subjetivo, este reviste
carácter de decisión judicial (fallo) y no puede ser revisado luego por tribunales inferiores.
Esto es erróneo porque más allá de su calificación y el marco jurídico a aplicar, siempre
deben respetarse los principios constitucionales, particularmente, el control de las
decisiones estatales por terceros imparciales.
La LPA opto por el criterio subjetivo. En el ámbito del poder ejecutivo debemos aplicar las
normas de procedimiento administrativo, sin distinguir materialmente entre las funciones
de dicho poder. En tal sentido, las funciones ejecutivas, legislativas y jurisdiccionales del
Poder Ejecutivo están reguladas por la LPA y su decreto reglamentario, es decir por el
Derecho Administrativo.
En cuanto a las contrataciones del Estado, el decreto delegado 1023/01 dice que los
poderes legislativo y judicial y el Ministerio Publico dictaran las respectivas
reglamentaciones en términos complementarios del decreto delegado. Sigue el criterio
objetivo o material.
Bianchi habla de su visión del ejercicio de la función administrativa como un “sistema solar”.
En el centro se encuentra la administración pública, que es el Estado nacional, y luego están
los planetas de la administración descentralizada, que son las entidades autárquicas, las
personas de derecho público no estatal, las sociedades del Estado, etc. que se aplican más al
Derecho Privado. Es decir, a medida que se alejan del centro, más se asemejan al Derecho
Privado. El que está en la cabeza es el que tiene el control absoluto de todo lo que hacen los
inferiores. Esto es así porque las entidades anárquicas están creadas por el Poder Ejecutivo
o por el Congreso para desempeñar determinadas actividades concretas, que generalmente
están vinculadas a un tema concreto. Por ejemplo: La AFIP, la Comisión Nacional de Valores,
etc. En relación a esta esfera, la posibilidad de control jerárquico es bastante más limitada,
ya que no existe una revisión por un recurso jerárquico, sino que se realiza a partir de un
recurso especial, que está previsto en el Reglamento de la LNP, que se llama “Recurso de
Alzar”. Cuando el organismo descentralizado autárquico fue creado por una Ley del
Congreso puede revisar solamente la legitimidad de ese acto administrativo, no las
cuestiones de méritos, que son las medidas de conveniencia, que están ponderadas
técnicamente por el ente autárquico, que se creó precisamente para eso.
Después, a medida que nos vamos alejando, nos encontramos con la persona del Derecho
público no estatal, que es donde se produce una delegación tras estructural de cometido
para que controle la matricial de una profesión o una actividad, por ejemplo, el consorcio
del Puerto de Bahía Blanca.
Luego, tenemos las sociedades del Estado, en donde el 100% son de capital estatal, ya que,
por lo general, desarrollan algún servicio público como, por ejemplo, los ferrocarriles, ABSA,
etc. Y más alejado aún, tenemos las S.A. con participación estatal mayoritaria. Esto nos lleva
a entender que cuanto más nos vamos alejando de ese centro, menos influencia del DA
tenemos y más aparece la influencia del Derecho Privado, lo cual no quiere decir que
aquellas que están alejadas están completamente desvinculado de la LPA y quizás de los
principios constitucionales del Estado.
La administración pública debe ser entendida como un criterio orgánico, que se extiende a
todos los entes y que perteneciendo al Poder Ejecutivo por razón de control que este ejerce
sobre sus actos y teniendo patrimonio estatal total o parcial, ejercen además prerrogativas
del poder público; pero, por otro lado, está la función administrativa, que se da
primordialmente en la administración pública, pero es verificable también en los restantes
poderes. Es decir, dentro de la administración pública hay funciones legislativas y
jurisdiccionales, de modo que la diferencia entre las funciones administrativas que realiza el
Poder Ejecutivo y los restantes radica en el sujeto a quien/es está dirigida. El Poder Judicial y
el Poder Legislativo administran su propio consumo, mientras que la administración lo hace
para todo el país. Es así que podemos decir que la función administrativa debe ser una
terminología solo reservada al Poder Ejecutivo y la administración, en tanto que dejamos la
actividad administrativa para los otros poderes, pero ello no hace la diferencia dice Bianchi.

2. El ejercicio de la función administrativa como como determinante de la


competencia en el CCA de la Provincia de Buenos Aires.

El Art. 129 de la CN establece que la ciudad de Buenos Aires debe tener un gobierno
autónomo con las características de atribución de facultades propias de legislación y
jurisdicción y la elección directa de su jefe de gobierno. A su vez, dice que una ley
garantizará los intereses del Estado Nacional, mientras que la ciudad de Buenos Aires sea
capital de la Nación.
El poder de ejercer una legislación exclusiva sobre el territorio de la capital de la República
se mantiene en cabeza del Congreso Nacional. 
El alcance y el contenido de esta autonomía del régimen de la ciudad de Buenos Aires
depende de la ley, excepto en lo que respecta a elección directa del Jefe de Gobierno de la
Ciudad. Solo en ese marco legal, los habitantes de la ciudad pueden dictar el “Estatuto
organizativo de sus instituciones”.
En la disposición transitoria séptima de la CN expresa que el Congreso Nacional “ejercerá en
la ciudad de Buenos Aires, mientras sea capital de la nación, las atribuciones legislativas que
conserve con arreglo al Art. 129”.
Todo ello reafirma la tesis del status jurídico especial que posee la Ciudad de Buenos Aires
que se distingue de lo atribuido por la Constitución a las provincias en varios aspectos, tales
como:
 El mantenimiento de la potestad del Congreso para ejercer una legislación exclusiva
en todo el territorio de la capital de la Nación.
 La limitación de esta potestad se encuentra prevista en el Art. 129 a la preservación
de los intereses del Estado Nacional.
 El dictado del Estatuto Organizativo se realiza mediante la convocatoria del
Congreso.
 La aflicción de los códigos de fondo compete a los tribunales federales o provinciales
sin que en este precepto se formule reserva alguna a favor de los tribunales de la
Ciudad de Buenos Aires.
 Solo las provincias conservan el poder no delegado, lo que implica que la Ciudad de
Buenos Aires puede estar limitada en la titularidad y ejercicio de sus poderes, ya que
sus facultades propias de legislación y jurisdicción deben ejercerse en el marco de la
ley que dicte el Congreso.
Por ello la Ciudad de Buenos Aires mientras sea la Capital de la Republica no pierde su
naturaleza federal, lo que resulta lógico en la medida que en su territorio alberga a los tres
poderes que conforman el gobierno federal.
3. Algunos principios aplicables al ejercicio de la función administrativa:
razonabilidad, proporcionalidad, no arbitrariedad y confianza legítima, tutela
efectiva de los derechos en sede administrativa y judicial, transparencia,
participación, eficacia y eficiencia.

Los principios son criterios fundamentales que orientan y determinan el sentido de justicia
de las normas. En rigor, se trata de proposiciones jurídicas o directas, que no requieren de
un desarrollo normativo. Mientras que las normas tienen una cierta estructura lógica, los
principios aparecen con un margen de indeterminación y abstracción que requiere siempre
de un acto posterior que los precise en una formulación más detallada, a través de su
incorporación al derecho positivo o en su aplicación al caso concreto. Estos son la causa y
fundamento de todo ordenamiento jurídico, en la medida en que constituyen los soportes
mismos.
ORIGEN: Marienhoff dice que los principios provienen simultáneamente de los preceptos
básicos del derecho romano, del derecho natural, del derecho de gentes, de la moral y del
ordenamiento general del país respectivo; por otro lado, hay quienes entienden que los
principios derivan de la dignidad humana y que rigen sin necesidad de su reconocimiento
por el derecho positivo. Asimismo, Cassagne dice que los principios, aun los que no hayan
tenido recepción legislativa, tienen primacía tanto sobre las normas legales, como sobre la
costumbre y la jurisprudencia. 
ARGENTINA: La recepción de los principios generales del DA reconoce orígenes diversos,
dado que, aparte del origen natural que tienen, se encuentran reconocidos en la CN,
muchos de manera expresan, y otros en cambio de forma implícita, como consecuencia de
uno de los objetivos principales que los representantes del pueblo fijaron en el propio
preámbulo de la Carta Magna, que consiste en afianzar la justicia. A su vez, muchos
principios aplicables a nuestro ordenamiento público están expresamente reconocidos por
el Derecho Privado, especialmente en el CCC, en el Derecho Internacional y en las propias
instituciones del DA.
Clasificación según Cassagne: Para este autor, existen:
1. Principios fundamentales: Son aquellos que constituyen el basamento en que se
asientan y fundamenta el ordenamiento positivo en general, hallándose, la mayoría
de ellos, incorporados en la CN.
2. Principios institucionales o sectoriales: Constituyen la clave de toda institución a
partir de su idea organizativa. Para este autor, esta segunda clase de principios
adquiere una importancia mayúscula en el campo del DA, en la medida en que, al
carecer esta disciplina de tipificaciones adecuadas, se abre la perspectiva de la
creación jurídica para alcanzar una justa respuesta a las situaciones concretas, sobre
la articulación de los valores superiores con la experiencia.
Importancia: Juegan un papel fundamental en el desarrollo de los procedimientos
administrativos con independencia de la eventual consagración expresa en las distintas
constituciones o normas.
Régimen legal: Nuestra LPA prescribe en su primer capítulo la aplicación de numerosos
principios que deben regir y respetarse en los procedimientos que realice la Administración
Pública Nacional y sus entes descentralizados. A pesar que son principios básicos, para
algunos autores, se suman a estos el resto de los principios del ordenamiento jurídico.
Jerarquía: Los principios tienen supremacía con respecto a las normas.
TIPOS DE PRINCIPIOS:
Principio de razonabilidad: Es el principio rector del DA. Se funda en el Art. 28 de la CN, que
dice: “Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores capítulos no podrán
ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio”. Este precepto constitucional
también da sustento a la prohibición de arbitrariedad de la conducta administrativa, en la
medida que, si bien aparece concebida para las leyes, resulta extensiva a todos los actos de
los distintos poderes públicos.
La doctrina vincula al principio de razonabilidad con el criterio de justicia, siendo por ende
razonables aquellas leyes y actos con fundamento de justicia. La CSJN ha puntualizado que
es precisamente la razonabilidad con que se ejercen las facultades de la administración el
principio que otorga validez a los actos de los órganos del Estado. Hay autores que asemejan
este principio con el principio de proporcionalidad. Por ejemplo: Coviello considera que la
proporcionalidad forma parte de la razonabilidad. Para este autor, “para calificar como
razonable a una norma o a un acto, es necesario estudiar si hay una proporción entre el fin y
el medio elegido.
La proporcionalidad es así el patrón para medir el respectivo balance y arribar al juicio de la
razonabilidad”. Cassagne dice que, si bien se coincide con ello, se debe aclarar que no
siempre que exista el principio de proporcionalidad habrá razonabilidad, en la medida que
este último principio es superior a la relación medio-fin de la proporcionalidad, y responde a
un criterio de justicia. En definitiva, este principio emana en forma directa de la dignidad
humana, cuya finalidad consiste en orientar a todo el ordenamiento jurídico, incluso
también a los demás principios generales del derecho.
En este procedimiento, el principio de razonabilidad se encuentra presente en los principios
fundamentales del procedimiento administrativo, como ser, por ejemplo, el debido proceso
adjetivo o el principio de legalidad, reconocidos de forma expresa por la CN, como así
también en los propios principios del instituto procedimental, tal es el caso del principio a la
verdad material, que impone la administración, que consta en el deber de procurar esa
verdad, vinculándose por ello el principio de legitimidad, que abarca la legalidad y la
razonabilidad, como también sucede con otros. La LPA prescribe este principio de forma
expresa en su Art. 7 Inc. d, que señala que antes de la emisión de un acto administrativo
“deben cumplirse con los procedimientos esenciales y sustanciales previstos y los que
resulten implícitos del ordenamiento jurídico. Sin perjuicio de lo que establezcan otras
normas especiales, considerándose también esencial el dictamen proveniente de los
servicios permanentes de asesoramiento jurídico cuando el acto pudiere afectar derechos
subjetivos e intereses legítimos”.
El debido procedimiento previo a todo acto y, por ende, el respeto a las formas
establecidas, implica no solo una garantía frene al administrado, sino también persigue el
interés de garantizar la juridicidad del obrar administrativo y, de esta manera, alcanzar el
interés público comprometido. Este concepto abarca también al principio del “debido
proceso adjetivo”, que constituye una manifestación especial de aquel, e importa una
expresión de la garantía de derecho de defensa consagrada en el Art. 18 de nuestra CN, y de
la tutela judicial efectiva reconocida en el Art. 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), en los Art. 2 Inc. 3 y 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y en el Art. 10 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, todos con jerarquía constitucional conforme lo establece en el Art. 75
Inc. 22 de la CN, entre otros.
Principio del sistema democrático: El texto constitucional dice que "Esta Constitución
mantendrá su imperio aun cuando se interrumpiere su observancia por actos de fuerza
contra el orden institucional y el sistema democrático" (art. 36). Además, el art. 38, CN,
señala que "los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático"
y, por último, que "Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en
grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado
por el tiempo que las leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos" (art. 36).
Por su parte, el Estado puede delegar competencias en organizaciones supraestatales, en el
marco de los procesos de integración, siempre que éstas respeten el orden democrático
(art. 75, inc. 24). Asimismo, el Congreso debe dictar leyes de organización y base de la
educación que promuevan los valores democráticos (art. 75, inc. 19).
Principio de división de poderes y legalidad: El art. 1º de la Constitución establece que "La
Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa, republicana...". Por su
parte, el art. 75 dice que el Congreso hace todas las leyes y reglamentos que sean
convenientes para poner en ejercicio los poderes antecedentes y todos los otros concedidos
por la presente Constitución al Gobierno de la Nación Argentina; y el art. 99 dispone que el
presidente expide los reglamentos "cuidando de no alterar su espíritu con excepciones
reglamentarias". Ver también, arts. 14, 16, 17 y 18, entre otros.
Principio de autonomía personal: "Las acciones privadas de los hombres que de ningún
modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la
Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe"
(art. 19, CN).
Principio sobre el reconocimiento y exigibilidad de los derechos-Principio de prohibición
de defecto: El art. 14, CN, dispone que "todos los habitantes de la Nación gozan de los
siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio". A su vez, el art. 33,
CN, establece que "las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución, no
serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados; pero que
nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno".
Finalmente, el art. 28, CN, dice que "los principios, garantías y derechos reconocidos en los
anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio".
Principio sobre derechos humanos: Los Tratados enumerados en el inc. 22 del art. 75, CN,
tienen jerarquía constitucional y, en ciertos aspectos, influyen en el modelo dogmático del
Derecho Administrativo.
Principio de igualdad: Tiene que ver con el principio de igual trato y de equiparación. El Art.
16 de la CN dice que “la igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”.
Principio de responsabilidad estatal: Este postulado garantiza que las personas mantengan
la integridad de sus derechos en caso de que el Estado les cause daños.
Principio de la confianza legítima: Esta regla establece que el Estado debe respetar las
situaciones jurídicas cuando estas resultasen reiterativas, consentidas por él y conforme a
derecho. Es cierto que el Estado puede apartarse del precedente, más claramente en el
ejercicio de potestades discrecionales, pero en tal caso debe fundar su apartamento.
Principio de descentralización: El Congreso debe sancionar las leyes de organización y base
de la educación que garanticen, entre otros principios, la autonomía y autarquía de las
universidades nacionales (Art. 75 Inc. 19 de la CN). La Auditoría General de la Nación es un
organismo de asistencia técnica del Congreso, con autonomía funcional (art. 85, CN). El
Defensor del Pueblo es un órgano independiente instituido en el ámbito del Congreso de la
Nación, que actuará con plena autonomía funcional (art. 86, CN). El Ministerio Público es un
órgano independiente con autonomía funcional y autarquía financiera (art. 120, CN). Las
Provincias deben asegurar la autonomía municipal, reglando su alcance y contenido en el
orden institucional, político, administrativo, económico y financiero (art. 123, CN). La Ciudad
Autónoma de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades
propias de legislación y jurisdicción (art. 129, CN).
Principio del federalismo: Es sabido que el país adopta para su gobierno la forma federal.
Así, el gobierno federal garantiza a las provincias el goce y ejercicio de sus instituciones y las
provincias conservan todo el poder no delegado por esta CN a aquel. Finalmente, las
provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico y social (Art. 1, 5, 121 y 124
de la CN).
Principio de proporcionalidad: Es el encargado de regular las exigencias, muchas veces
enfrentadas, de la comunidad, por un lado, frente a las libertades individuales, por el otro.
Es decir, este principio aparece como un instrumento fundamental a la hora de evaluar en
sentido ético, político y jurídico la aplicación de medidas en el campo de la vida social, pero,
especialmente, respecto de los derechos individuales de los ciudadanos.
Principio de no arbitrariedad: Tiene que ver con el principio de interdicción de la
arbitrariedad de los poderes públicos como un mecanismo más al servicio del control de la
actuación de los poderes públicos, singularmente de la administración pública, poder que
por imperativo constitucional debe actuar siempre sometida plenamente a la ley y al
derecho.
Principio de confianza legítima: Esta regla establece que el Estado debe respetar las
situaciones jurídicas cuando estas resultasen reiterativas, consentidas por él y conformes a
derecho. Es cierto que el Estado puede apartarse del precedente, más claramente en el
ejercicio de potestades discrecionales, pero en tal caso debe fundar su apartamiento.
Principio de tutela efectiva de los derechos en sede administrativa y judicial: Aparece
regulado en el Art. 18 de la CN, en donde prevé que “es inviolable la defensa en juicio de la
persona y de los derechos”. En igual sentido, y aun con mayor claridad, se expresan los
Tratados internacionales incorporados al texto constitucional”.
Principio de transparencia: Esta directriz reconoce el derecho de todos de acceder a la
información estatal respetándose la protección de los datos de carácter personal o
confidencial. Por ejemplo: el acceso a documentos públicos, prestaciones estatales,
actuaciones administrativas, planes y programas de gobierno, datos estadísticos,
organización estatal y decisiones del Estado, entre otros.
Principio de participación: También denominado “de participación y de consenso”. Este
principio habla del debate, del consenso y de la adhesión de los destinatarios. El Art. 29 de
la CN regula que “los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de
ley en la Cámara de Diputados”. Además, el Art. 40 de la CN agrega que “El Congreso, a
iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta popular un proyecto de ley”.
Por último, El Art. 42 de la CN consagra que “Las autoridades proveerán a la protección de
esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia…y a la
constitución de asociaciones de consumidores y usuarios…La legislación establecerá
procedimientos eficaces para la prevención y la solución de conflictos, y los marcos
regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria
participación de las asociaciones de consumidores y usuarios…”.
Principio de eficacia y eficiencia: Es el principio del buen gobierno. Este primer principio
está interrelacionado con el derecho de las personas a una buena administración. El
contenido de este derecho consiste en que el Estado trate los asuntos de modo imparcial,
equitativo y en tiempo razonable. En verdad, la idea central es que el Estado desarrolle sus
actividades, preste sus servicios y cumpla con sus fines en términos legítimos y diligentes. Es
decir, el Estado debe reconocer y garantizar efectivamente los derechos en términos no sólo
de propósitos sino de resultados. El segundo principio (eficiencia) supone alcanzar los
objetivos con el menor costo posible (esto es, maximizar los beneficios y minimizar los
costos).

4. El principio de legalidad. La zona de reserva de la ley. ¿Zona de reserva del


Poder Ejecutivo?

Establece que el Poder Ejecutivo está sometido a la ley. La ley es toda norma obligatoria
dictada por el Congreso sobre el núcleo de las materias a través del procedimiento
específico que prevé la Constitución. El legislador debe regular el núcleo de las materias y
puede o no regular, según su discreción, el detalle o pormenores que competen ese núcleo.
Este límite es relevante porque si bien el legislador puede ignorarlo y avanzar sobre los
detalles, el Ejecutivo no puede desconocerlo e inmiscuirse en el campo propio de aquel. La
facultad del Poder Ejecutivo de regular los pormenores o complementos de la ley está
limitada por:
 El texto constitucional, en tanto el Poder Ejecutivo no puede avanzar sobre el núcleo
de las materias, aun cuando el legislador hubiese omitido regular (principio de
reserva legal).
 El texto legal ya que el Poder Ejecutivo debe sujetarse a la ley del Congreso y no
puede contradecirla so pretexto de reglamentación.
 El ejercicio que, en cada caso particular, hace el legislador ya que, si este regulase los
detalles, el Ejecutivo entonces no puede hacerlo.
El denominado principio de legalidad, integrado en forma indivisible con el de razonabilidad
o justicia, resulta esencial, y postula como tal el sometimiento del Estado moderno no sólo a
la norma jurídica en sentido formal, sino a todo el ordenamiento jurídico.
En virtud de él la Administración está sujeta y vinculada al bloque de legalidad y supone un
limita al obrar de la misma ya que determinadas cuestiones solo pueden ser reguladas por
ley del Congreso.

La Constitución consagró una limitación expresa al Poder Ejecutivo para abordar


determinadas materias:
 Ello a través de la prohibición al Poder Ejecutivo de dictar decretos de necesidad y
urgencia en materia penal, tributaria, electoral y de partidos políticos (artículo 99
inciso 3 de la CN) y limitar la delegación legislativa a materias de administración y
emergencia pública (artículo 76 de la CN).
 Cassagne entiende que la prohibición se extiende también a los derechos
individuales consagrados en el artículo 14 y 17 de la CN
ZONA DE RESERVA: La zona de reserva es el conjunto de competencias propio y exclusivo de
uno de los poderes del Estado. Así cada poder tiene su zona de reserva, es decir, un
conjunto de competencias de contenido material plural con carácter exclusivo y excluyente
de los otros poderes, esto es, de ley, de jurisdicción y de administración.
ZONA DE RESERVA DE LA ADMINISTRACION: Existencia de una competencia exclusiva de la
Administración en un ámbito reservado a ella.
POSICIONES FAVORABLES:
1. Marienhoff al tratar los reglamentos autónomos y su fundamento constitucional,
sostiene que el Poder Ejecutivo tiene competencia exclusiva en las materias que
integran la "reserva de la Administración", por oposición a la "reserva de la ley", que
contempla un ámbito reservado al legislador.
2. Cassagne: La zona de reserva de la Administración, está circunscrita a la regulación
de ciertas materias y situaciones que deben considerarse consustanciales a las
funciones que tiene adjudicadas el Poder Ejecutivo como jefe de la Administración, a
cargo de la "administración general del país" (Art. 99 inc. 1 C.N.)
3. Bianchi: Toda actividad que un poder desarrolle sin efectos fuera de su órbita, no
puede ser controlada por los otros, salvo arbitrariedad
OPINIONES NEGATIVAS: Gordillo: No existe la zona de reserva de la Administración. Solo la
legislativa. Todo lo que es materia administrativa puede ser regulado por el Congreso, con la
única salvedad de que tal regulación no sea irrazonable.

5. Participación ciudadana en la formación de la voluntad administrativa.


Audiencia pública. Acceso a la información pública.
La audiencia pública es un canal de participación en la toma de decisiones para expresar
opiniones no vinculantes. Decreto del Poder Ejecutivo 1172/03. Es un procedimiento de
participación que permite que los ciudadanos se informen y expresen su postura antes del
dictado de una decisión que puede afectar a sus derechos.
Régimen legal: Está legislada en la Administración Pública Nacional y reglamentada a través
del Decreto N° 1172/2003 de Acceso a la Información Pública.
Marco regulatorio: De acuerdo a la Ley 24.065, marco regulatorio del sector eléctrico, el
ENRE convoca a audiencia pública cada vez que debe resolver temas relacionados con:
1. La realización de obras de ampliación de instalaciones eléctricas de transporte y
distribución; 2-
2. La consolidación o fusión entre empresas transportistas o distribuidoras.
3. Conductas presuntamente contrarias a la libre competencia o de abuso de posición
dominante por parte de empresas eléctricas.
4. Solicitudes de modificación de tarifas requeridas por empresas eléctricas.
5. Denuncias de los particulares que aleguen tarifas injustas.
6. Denuncias de actos violatorios de la ley cometidos por generadores, transportistas,
distribuidores o usuarios.
Ámbito de aplicación en Argentina: En la historia reciente de las audiencias públicas puede
observarse desde la experiencia que surgen los denominados “cargos específicos”, en donde
ciertos usuarios de la industria del gas han querido sufragar junto con la tarifa que percibe la
licencia prestadora de un servicio público. En el marco de la ley 24.076 o Ley del Gas,
reguladora de los servicios públicos de transporte y distribución de gas, se previó que las
tarifas serían ajustadas por un índice, que, posteriormente, la jurisprudencia y la ley 25.561
suspendieron, por un factor enderezado a la obtención de eficiencia por parte de la
licenciataria del transporte o distribución de gas, y por un factor enderezado a la
remuneración de inversiones que no cubre la tarifa; pero esto no fue todo, sino que
también se previó la audiencia previa a la determinación del objetivo de eficacia y previa a la
determinación del objetivo de inversiones.
En síntesis, la licenciataria solo podría comenzar a recobrarles, a los usuarios, la inversión
una vez que ella hubiera sido concluida y hubiera comenzado a entrar en operaciones. Es así
que la inversión sería autorizada por un acto de fijación del objetivo de inversiones, dictado
“previa consulta a los interesados” por aplicación de la Ley del Gas y su reglamentación de
ejecución. Esa previa consulta a los interesados se efectuó en pluralidad de audiencias
públicas de determinación de la variación del objetivo de inversiones. Hoy en día, hay
inversiones en transporte y distribución de gas que tienen que ser pagados por (algunos) de
los usuarios beneficiarios sin que se los haya escuchado antes en audiencia pública. Esto es
así, ya que, en 2002, se suspendió, mientras dure la emergencia declarada por el Congreso,
los regímenes de inversiones emergentes de la aplicación de fórmulas que preveían,
además, de la aplicación de un índice, la aplicación de un objetivo de eficiencia y la de un
objetivo de inversiones.
Es que, al inaplicable índice, se terminó desbaratando cada formula integralmente. Es decir,
se desbarató también el régimen de los objetivos de eficiencia y de inversiones. Ello se
aplica pues, si se elimina formalmente, se suspende, un componente de la fórmula, y dejan
de tener razón de ser los restantes. Se operó entonces una descontractualización tarifaria.
Así quedó, a cargo de las licenciatarias prestadoras, solo la operación y mantenimiento.
Pero hacía falta hacer frente a las inversiones, que no podían ser asumidas por las empresas
prestadoras en razón de la mentada descontractualización operada, que las vedaba obtener
el repago de las mismas por eliminación, de hecho, de las fórmulas contractualmente
previstas. Así, se generaron diversas soluciones, en donde se destaca la ley 26.095.
Con la reforma de constitucional de 1994: se plasmaron distintos mecanismos o formas de
participación en la Constitución Nacional como, por ejemplo, el apartado de “nuevos
derechos y garantías”. Esto lo vemos en el Art. 39 de la CN, que habla sobre la iniciativa
popular. A su vez, el Art. 40 de la CN habla respecto de la consulta popular, y, por último, el
Art. 42 de la CN, que establece el derecho de los consumidores y usuarios de bienes y
servicios que tienen derecho, dentro de la relación de consumo, a la protección de su salud,
seguridad e intereses económicos y a una información adecuada y veraz.
Conclusión: Ha quedado convalido un régimen conforme al cual las audiencias públicas,
propias de las decisiones sobre inversiones en segmentos declarados servicios públicos, solo
serían exigibles, subjetivamente, cuando fueran financiadas y concretadas por una
licenciataria. Por ende, nunca más serían exigibles las fórmulas que proveían de objetivos de
eficiencia y de inversiones en las licenciatarias, por lo que quedaron suspendidas sine die
mientras perdure la inaplicación del índice previsto en la ley formal (24.076), en virtud del
Art. 2 y concs. De la ley 25.561.
De otra parte, a la luz de Fallo “Soldano”, con sus peculiares fundamentos, los fondos
fiduciarios no están alcanzados por los recaudos de audiencia pública previa a la definición
del objetivo de inversiones, como tampoco lo está el órgano ministerial en la orbitra del cual
se alojan.
Podría decirse que las audiencias públicas de la ley 24.076, o en su caso, de la ley 24.065, o
de tantas otras leyes que la consagraron, fueron una importación no exitosa, un trasplante
destinado a fallar. Mas ello, no es cierto si se cuenta la cantidad de las celebradas, en
especial en épocas en que estaba vigente la ley de emergencia 23.696 y hasta la sanción de
ley de emergencia 25.561.
Podría decirse que no se ha asimilado, todavía, en la cultura de nuestro país, la participación
mediante audiencias públicas; pero si existen antecedentes muy antiguos, por ejemplo, el
decreto 6864 de 1958, que fue emitido por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, por
cuyo Art. 7 se preveía la audiencia pública para la definición de servicios de transporte de
pasajeros.
Es por ello que queda, por adelante, esperar el verdadero fortalecimiento de la técnica
participativa que conocemos como audiencia pública, herramienta que mejora la vida
institucional y evita que los particulares, o algunos particulares, deban soportar medidas de
alcance general, de importe contenido patrimonial, dictadas en forma inconsulta. En última
instancia, se trata de lograr que se “democratice” la decisión del fuero no votado, o tal vez,
que se logra “legitimar” la decisión de una cuenta o fondo no subjetívale. Tal
democratización o legitimación, si se permite el neologismo, no hace sino colocar, a las
personas comprendidas en los efectos de la medida de alcance general, en un plano de
tratamiento digno, por lo que se espera que en un futuro hallan nuevos fundamentos para
que así se logre su fortalecimiento.
Texto de sacristan:
Sacristán dice que las audiencias publicas son un mecanismo especifico que tiene como fin
la participación ciudadana. Es una parte del procedimiento administrativo en el cual se
conforma la voluntad de la administración pública.
Ella dice que se trata de un mecanismo de control dentro del ámbito administrativo.
A su vez, realiza una distinción entre lo que existe en nuestro órgano y poderes, cuyos
funcionarios son elegidos de manera directa a través del voto de los ciudadanos, y lo que
sucede en otros países, respecto a los cuales tienen entes administrativos, cuyos
funcionarios no ejercen en representación de la ciudadanía porque no son electos a través
del voto. A raíz de esto, lo que hacen las audiencias públicas es permitir o generar la
instancia de participación de la ciudadanía y otorgar cierta legitimidad, que viene a subsanar
esta falta de representación que tienen quienes ocupan estos órganos o entes
administrativos.
Como antecedentes de las audiencias públicas, el texto menciona que se puede encontrar el
antecedente en la legislación de EE. UU. Menciona la famosa “Administrative Procedure
Act”, que es la ley de procedimiento administrativo de orden federal de Estados Unidos, y
estos dos mecanismos son: Rulemaking informal y Rulemaking formal.
La diferencia entre uno y otro es que en el rulemakin informal, antes de que el órgano de la
administración publique una regla de alcance general, tiene que publicarla en el boletín
oficial general, donde una vez allí se va a saber la manifestación de la intención de la
elaboración de la regla, permitiendo, a su vez, un cierto plazo para que la ciudadanía pueda
agregar comentarios de manera escrita para luego ser considerados y pueda la
administración con ello, elaborar la regla para publicarla finalmente; mientras que, por otro
lado, el rulemaking formal se da a través de la realización de audiencias públicas.
Este último mecanismo se da a raíz de que hay una regla preexistente que reglamenta que
se debe exigir la implementación de audiencias públicas.
De esta forma, las audiencias públicas en EE. UU constituyen un sistema de participación en
la cual existen verdaderos aportes de prueba en donde se hacen preguntas, interrogaciones,
se hace un verdadero debate y luego se llega a una resolución final.
Como conclusión, Estela considera que esta normativa estadounidense es un antecedente
de las audiencias públicas, más allá de que nuestras audiencias públicas tienen requisitos
más moderados en comparación con su normativa.

6. Análisis de jurisprudencia y formulación de casos hipotéticos: criterios y


consecuencias del ejercicio de la función administrativa por los tres poderes
del estado y por “otras personas”; de “Petroquímica Bahía Blanca” a
“Giustiniani”.

VIDEO DE BUDASSI IMPORTANTE, ANALISIS CRITICO:


En el fallo, “La Bs As seguros c/ petroquímica Bahía Blanca” La Buenos Aires, se presentó a
cotizar a petroquímica un determinado seguro, se entera la Buenos aires seguros, que
perdió, porque ese seguro se lo dieron a otra empresa de peor prestigio y cotización. La
Buenos Aires quiere que le fundamenten y dice bueno muéstreme porque no gane: deme
vista de las actuaciones, la petroquímica Bahía Blanca dice yo soy una Sociedad Anónima
con participación estatal mayoritaria, por lo que dice que “mi empresa es privada no tengo
que dar ninguna explicación a nadie”
Gauna hace un comentario, muy prestigioso, empieza a desarrollar que quiere de decir
Sociedad Anónima con participación estatal mayoritaria, primero que integra la
administración descentralizada, la ley nacional de procedimiento administrativo, se aplica a
ambos centralizada y descentralizada.
La pregunta seria... ¿Para qué se crean Sociedades Anónimas? ¿Aunque sean estatales?
Porque precisamente se quiere sacar la rigidez del derecho administrativo que tiene el
Estado, que para cada compra tiene que llamar a un procedimiento público.
Se lo Tenes que dar, porque ¿a vos que daño te causa? Tenes responsabilidad sobre terceros
porqué estas administrando bienes públicos, no te ocasiona ningún perjuicio exhibir esta
documentación. Tenes que mostrarlo por el principio republicano y la estatilidad del ente, el
debido proceso, y la separación de poderes y más que nada porque esta sociedad se regía
por el derecho privado.
El estado dice quién puede y quien no puede asociarse con el estado, si entra en quiebra,
¿quién lo ayuda? El tesoro nacional, que está compuesto por los impuestos que pagamos.
Bianchi empieza desarrollando los principios sobre que es la administración pública: que es
una idea estática, estamos hablando del órgano, un conjunto estático establecido de
órganos, desarrollan múltiples funciones que tienen un núcleo común, que desarrollan un
régimen exorbitante (porque es fuera de la órbita del derecho común) al derecho común,
por pertenecer al poder ejecutivo nacional, quien controla sus actos.
Bianchi desarrolla unos principios derivados de Barra, ex ministro, que este distingue el
ejercicio de la función administrativa, primero dice que la realizan todos los poderes, que
tiene un procedimiento jerárquico, que todos los actos superiores pueden ser revisados, y la
forma en la que se toman decisiones.
En el ejercicio de función judicial, las personas miembros del poder judicial, tienen la
premisa mayor que es la ley, la premisa menor que son los hechos, y después, por último,
las decisiones.
Todos ejercen la función administrativa, todos tienen su procedimiento, lo ejercen los
órganos no estatales también.
Barra habla de la delegación, es decir, cuando se le pasa el ejercicio de determinada función
administrativa a alguien que no la ejerce, (por ej: colegio de abogados, o alguien para que
administre, cuando un ministro delega una función) una delegación que es trasestructural
de cometido (porque va fuera de una estructura que no es estatal).
¿Que caracteriza la función administrativa dentro de la administración pública? Que allí lo
realiza hacia afuera, art. 99 inc. Primero “... el poder ejecutivo el que administra el país...” La
función administrativa ejerce hacia adentro y la administración pública hacia afuera.
Bianchi habla de la visión del ejercicio de la función administrativa, como sistema solar,
como ya he mencionado, en el centro la administración pública y es la cabeza que tiene el
control absoluto. puede revisar de manera integral lo que realizan los inferiores, por
ejemplo, se manifiesta la posibilidad del superior revisar el inferior, y es aquí donde hay dos
recursos básicos, el de revocatoria, y el recurso jerárquico, donde el superior puede revisar
la interioridad y la legalidad. También decimos que puede revisar las cuestiones de mérito,
oportunidad y conveniencia, si está bien tomada la decisión o no.
FALLO GUSTINIANI, COMPETENCIA (ANALISIS DE BUDASSI)
Contexto: Durante el gobierno de cristina, el senador Giustiniani, pide que muestren el
contrato de YPF, marcando el principio republicano (como en “La Buenos Aires c/
petroquímica Bahía Blanca”)
El Poder Ejecutivo debe permitir el acceso a toda información relacionada a actividades
industriales, porque está comprometido el interés público.
YPF no puede ampararse en una norma destinada a la eficiencia económica, utilizada para
evadir el derecho al acceso a la información, el cual es un derecho que tiene cualquier
persona.
Macri nombra a Laura Alonso, de la oficina de corrupción, donde no se quiso dar esta
información, por más que lo exigía el poder ejecutivo, ya que respetaba los estándares
internacionales. YPF es una empresa mixta dice ella, ya tiene controles (49% de los
accionistas que son privados, y control de la comisión nacional de valores que lo controla
New York) por lo que no necesita un nuevo control, ella dice que no tengo porqué mostrar
el contrato con Chevron.
Laura Alonso, insiste en que abrir a la opinión pública, es abrir a la competencia informes
que costó mucho conseguir, información valiosa, además de ser un contrato confidencial.
Finalmente tuvo que hacerlo.
Derecho al acceso a la libre información (Ley 27275, art 7) información relacionada a
dominio público.
Código contencioso administrativo de Buenos Aires, en el Art 1. se cambia de la
administración pública al ejercicio de las funciones administrativas de los órganos de la
provincia, municipios, entres descentralizados y OTRAS PERSONAS esto es lo nuevo. Las
otras personas son aquellos que por delegación tras estructural designan estas funciones,
por ej: los colegios de abogados pueden ser demandados, porque ejercen una función
administrativa. No solo al estado stricto sensu.
El concepto de función administrativa es el pivoto en torno al cual articula el moderno
derecho administrativo y también articula lo contencioso en lo administrativo.
En la Provincia de Bs. As. Existe un nuevo Código, ya que hasta la Reforma Constitucional de
1994 regia el concepto antiguo, francés, de cómo ejercer la competencia de lo contencioso
administrativo, que tenía dos problemas:
 El problema de la centralización: Un órgano centralizado del S. XVIII en La Plata, al
que se le transfieren estas competencias de lo contencioso-administrativo para
copiar el francés, pero tenía graves problemas. Esto era debido a que se buscaba la
limitación del acceso a la justicia para no tener demasiadas demandas.
 Demanda: Solamente cuando el Estado era demandado, Estado en el sentido
estricto, podía articularse una acción en lo contencioso administrativo.
En 1994 se descentraliza la competencia contencioso administrativo, se establecen
juzgados, que debían estar funcionando desde 1997, pero por una acción que realizo el
Colegio de la Provincia de Buenos Aires, a fines del año se inicia una acción judicial
solicitando la implementación del fuero contencioso porque no se cumplía con la CN.
Además, el Código estaba rigiendo, pero el fuero no funcionaba.
A fines del año 2003, comienza a funcionar el polo contencioso con un juzgado contencioso
administrativo en cada uno de los departamentos judiciales de la Provincia de Buenos Aires
y cinco cámaras desparramadas a lo largo de la provincia a donde se apelaban las decisiones
de los juzgados de primera instancia. Esta la de Mar del Plata, la que corresponde a la
ciudad de Bahía Blanca, en San Nicolas, San Martín y en La Plata.
Este nuevo Código Contencioso-Administrativo es quien cambia la visión táctica estática de
la administración pública como único organismo que es susceptible de ser demandado ante
el polo contencioso. Esto sucede porque cambia el ejercicio de la función administrativa.
En el Art. 1, dentro de la cláusula de lo contencioso administrativo dice: “…1) Corresponde a
los tribunales contencioso administrativos el conocimiento y decisión de las pretensiones
que se deduzcan en los casos originados por la actuación u omisión, en el ejercicio de
funciones administrativas, de los órganos de la Provincia, los Municipios, los entes
descentralizados y otras personas, con arreglo a las prescripciones del presente Código…”.
Solo se tenía dudas cuando incluye a otras personas. Estas son aquellos que por delegación
tras estructural de cometido ejercen la función administrativa.
Las sociedades anónimas privadas que administran un servicio público con delegación del
estado van a poder ser demandados en cuanto se trate de temas de derecho público. Los
Colegios de Abogados van a poder ser demandados, ya que integran también este concepto.
Por ejemplo: Si se vincula un tema de compraventa para el ejercicio de su actividad diaria,
no va a contemplarse, pero si se refiere al ejercicio mismo, sí. Es decir, todo aquel que
ejerce la función administrativa, va a ser susceptible de ser demandado. Ya en el Inc. 2 del
Art. 1 se establece “…2) La actividad de los órganos del Poder Ejecutivo, de los Municipios y
de los demás entes provinciales o municipales, se presume realizada en el ejercicio de
funciones administrativas y regida por el derecho administrativo. Procederá esta presunción
aun cuando se aplicaren por analogía normas de derecho privado o principios generales de
derecho…”.
Es entonces que se regula una presunción de que el Poder Ejecutivo, las administraciones
públicas, ejercen la función administrativa, que todo lo que hacen es en función del ejercicio
y del derecho administrativo. Si alguno de estos organismos dice: “no, yo en esta actividad
no estoy regida por el derecho administrativo, sino por otro derecho”, le corresponde al que
contesta la demanda, al Poder Ejecutivo, o cualquiera de las administraciones provinciales o
municipales, alegar y probar que no están ejerciendo la función administrativa y no están
ejerciendo el derecho administrativo. Además, procede esta presunción aun cuando se
aplicaren analógicamente: normas de derecho privado o principios generales del derecho.
Art. 1 del Código contencioso en los Administrativo: “Corresponde a los tribunales
contencioso administrativos el conocimiento y decisión de las pretensiones que se deduzcan
en los casos originados por la actuación u omisión, en el ejercicio de funciones
administrativas, de los órganos de la Provincia, los Municipios, los entes descentralizados y
otras personas, con arreglo a las precepciones del presente Código”.
La Buenos Aires Cía. de Seguros c/ Petroquímica Bahía Blanca S.A (1988) IMPORTANCIA
DEL FALLO
Este fallo es importante porque la Corte considera que los actos de una empresa con
participación estatal mayoritaria quedan equiparados a los de una autoridad pública por lo
cual queda circunscripta a los mismos principios y obligaciones propias del derecho público.
Hechos: se trata de una contratación originada por la empresa pública que, bajo la forma de
licitación se propuso asegurar diversos riesgos. El objeto del amparo se centra en el derecho
a obtener la vista de tales actuaciones por parte de uno de los cotizantes (“La Buenos Aires
Seguros”) ante la negativa de la Petroquímica.
Decisión: El carácter estatal de la empresa aun siendo parcial, tiene como consecuencia la
atracción de principios propios de la actuación pública, derivados del sistema republicano
de gobierno. Resultan aplicables los principios del debido proceso adjetivo, (principalmente
el derecho a ser oído) que prescriben el acceso de la parte a las actuaciones que no hayan
sido declaradas reservadas o secretas; circunstancia no alegada por Petroquímica Bahía
Blanca.
Se hace lugar al amparo y se ordena la vista a la actora dentro de los 10 días de notificada la
sentencia.

Giustiniani Rubén c/ YPF s/ amparo por mora (2015) IMPORTANCIA DEL FALLO
Este fallo muestra cómo se da en la práctica el principio de publicidad y transparencia y el
acceso a la información pública.
Hechos: Giustiniani (Senador) promueve una acción de amparo por mora contra Y.P.F. S.A.
(“YPF”) con el objeto de que YPF le entregue copia íntegra del acuerdo de proyecto de
inversión que esa sociedad suscribió con Chevron Corporation (“Chevron”) para la
explotación conjunta de hidrocarburos no convencionales en la Provincia del Neuquén.
El decreto 1172/2003 reglamenta el acceso a la información pública establece, lo que se
plantea en el caso es si YPF se encuentra alcanzada por tal decreto o no.
Decisión: En primer lugar, la Corte determina que aun cuando la persona a la que se
requiere información no revista carácter público o estatal, se encuentra obligada a brindarla
si los intereses que desarrolla y gestiona son públicos. (En el considerando 21 cita al
precedente “Buenos Aires Cía.…” en cuanto dispone que el carácter estatal aun parcial de
una empresa tiene como consecuencia la publicidad de sus actos).
Efectivamente, el art. 1° de la ley 26.741 (ley que exime a YPF del control interno) declaró de
interés público nacional el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos así como las
actividades de exploración, explotación, industrialización, transporte y comercialización de
hidrocarburos.
En segundo lugar, se refiere a la disposición del artículo 15 de la Ley N° 26.741 que establece
que a YPF no le son aplicables legislación o normativa administrativa alguna que reglamente
la administración, gestión y control de las empresas o entidades en las que el Estado
nacional o los Estados provinciales tengan participación. En este sentido, la Corte sostiene
que no existe conflicto normativo dado que dicho artículo exime a YPF del control interno y
externo que pueden realizar distintos organismos del Estado Nacional, mientras que el
Decreto que prevé el acceso a la información pública lo puede ejercer cualquier ciudadano.
El derecho a la información pública va de la mano con el derecho a la libertad de expresión,
ambos deben ser garantizados por el Estado. La importancia de estos principios deriva de la
sociedad democrática en que estamos inmersos, es necesario que el pueblo pueda controlar
las gestiones estatales, cuestionar, indagar y considerar si se está dando un adecuado
cumplimiento de las funciones públicas. Y para ello, el Estado debe regirse por los principios
de publicidad y transparencia en la gestión pública.
Finalmente, la Corte dispone cuándo cabe posibilidad de eximirse de tal obligación, y es
cuando, los sujetos obligados expongan, describan y demuestren de forma detallada los
elementos y razones por las que su entrega puede ocasionar un daño al fin legítimamente
protegido. Lo que se evita de esta forma es que por vías genéricas pueda afectarse el
ejercicio del derecho y la divulgación de información de interés público.

También podría gustarte