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BLOQUE 2.

La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante


cambio (711-1474).

2.1. Al Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y Califato de Córdoba.

La conquista musulmana en la Península Ibérica se debió a la confluencia de dos procesos simultáneos; la


crisis interna de la monarquía visigoda y el movimiento de expansión de la fe islámica iniciado por Mahoma
en el año 634.

La monarquía visigoda estaba dividida por una disputa de bandos entre el rey Roderico (el Don Rodrigo
de las crónicas), y Agila o Egila hijo del rey anterior llamado Witiza. Según algunas crónicas los
“witicianos” pudieron solicitar la ayuda musulmana para recuperar el trono.

Por su parte, los musulmanes controlaban el norte de África desde el año 708 y, ante la debilidad de la
monarquía visigoda, el gobernador de Marruecos, Muza (Abd al-Àziz ibn Musa ibn Nusair), decidió enviar
una expedición dirigida por Tarik para ocupar Hispania.

Los musulmanes vencieron a los visigodos en la batalla de Guadalete (711), e iniciaron una rápida
conquista que apenas duró cuatro años, pues ofrecieron a los vencidos la posibilidad de una rendición
pactada o capitulación: a los que se sometían se les respetaban propiedades y derechos a cambio de
pagar tributo.

Hispania pasó a denominarse Al-Ándalus, convirtiéndose en una provincia dirigida por un Emir y con
capital en Córdoba, dentro del califato o imperio islámico.

Entre las etapas de su evolución política destacan:

1) Emirato o validato dependiente (711-756).

Dirigida por un emir que depende del Califa Omeya de Damasco. Los musulmanes fracasan en su
intento de conquistar Francia, son derrotados en Poitiers (732). Luchas tribales entre clanes árabes y
beréberes.

2) El Emirato independiente (756-929).

En el año 750, el Califa Omeya de Damasco y muchos miembros de su familia fueron asesinados. Pero el
joven Abd al Rahman, logró huir refugiándose en Al Ándalus donde sus partidarios le nombraron Emir el
año 756. Abd al Rahman I se independizó políticamente del nuevo califato dirigido por la familia de los
Abbasies, desde la ciudad de Bagdad.

3) Califato Omeya de Córdoba (929-1031)

Al Ándalus fue consolidando su poder e independencia bajo la dinastía Omeya y Abd al Rahman III, se
proclamó Califa el año 929, dando lugar a la época de mayor esplendor político, económico y cultural de Al
Ándalus que llegó a su cenit durante el califato de su sucesor Al Hakan II y con las victorias militares de
Almanzor (976-1002), convertido en dictador durante el califato de Hisam II.
Resumen:

La conquista musulmana se debió a la confluencia de dos procesos simultáneos; la crisis interna de la monarquía visigoda y el
movimiento de expansión de la fe islámica iniciado por Mahoma. La monarquía visigoda estaba dividida por una disputa entre el
rey Don Rodrigo y Agila, hijo del rey anterior, Witiza. Los musulmanes controlaban el norte de África desde el año 708 y, ante la
debilidad visigoda, el gobernador de Marruecos, Muza, decidió enviar una expedición dirigida por Tarik para ocupar Hispania. Los
musulmanes vencieron a los visigodos en la batalla de Guadalete (711), e iniciaron una rápida conquista, ofreciendo a los
vencidos la posibilidad de una rendición pactada o capitulación: respetando sus propiedades a cambio de pagar tributo. Hispania
pasó a denominarse Al-Ándalus, convirtiéndose en una provincia dirigida por un Emir y con capital en Córdoba. Su evolución
política: Primero el Emirato dependiente (711-756). Dirigida por un emir que depende del Califa Omeya de Damasco. Los
musulmanes fracasan en su intento de conquistar Francia, son derrotados en Poitiers (732). Luchas tribales entre clanes árabes y
beréberes. Y después el Emirato independiente (756-929). En el año 750, el Califa Omeya de Damasco y muchos miembros de su
familia fueron asesinados. El joven Abd al Rahman, logró huir refugiándose en Al Ándalus donde sus partidarios le nombraron
Emir el año 756. Abd al Rahman I se independizó del nuevo califato dirigido por la familia de los Abbasies. El Califato Omeya de
Córdoba (929-1031) comenzó con Abd al Rahman III, al proclamarse Califa el año 929, dando lugar a la época de mayor
esplendor político, económico y cultural de Al Ándalus con su sucesor Al Hakan II y las victorias militares de Almanzor (976-1002),
dictador durante el califato de Hisam II.

2. 2 Al Ándalus: reinos de taifas. Reino Nazarí.

En el año 1031 una rebelión acabó con el último califa cordobés Hisam III, poniendo fin al califato de
Córdoba. La crisis provocó que Al Ándalus quedase dividido en territorios independientes conocidos como
reinos de taifa. Esta división fue consecuencia de las tensiones sociales existentes entre árabes,
beréberes y eslavones (mercenarios).

Algunos reinos Taifa como los de Toledo, Zaragoza, Sevilla o Granada alcanzaron gran tamaño y
prosperidad económica. Sin embargo, su debilidad militar y las disputas entre ellos fueron aprovechadas
por los reyes cristianos para extender la Reconquista (Alfonso VI de Castilla, tomó Toledo en el año 1085)
y para obligarles a pagar tributos anuales conocidos como parias.

La unificación Almorávide (1090-1145)

El temor ante el avance cristiano llevó a los reyes taifa a solicitar ayuda a los Almorávides, musulmanes
estrictos (fundamentalistas) organizados como monjes guerreros (al-muribat), que habían formado un
imperio en Marruecos. Su principal dirigente Yusuf ibn Tahfin, llegó a la península el año 1086 y derrotó a
los cristianos en la batalla de Sagrajas. Los almorávides unificaron Al Ándalus uniéndola a su imperio. Sin
embargo, su fanatismo religioso y la llegada de un nuevo grupo los Almohades, acabó con su liderazgo.

La unificación Almohade (1146-1232)

Los Almohades o al-Muwahidun (los unitarios), rivales de los Almorávides, llegaron a la península desde
el norte de África y establecieron su capital en Sevilla. Vencieron a los cristianos en la batalla de Alarcos
(1195) pero fueron vencidos por una alianza de reyes cristianos en la batalla de las Navas de Tolosa
(1212) lo que debilitó, definitivamente, el poder musulmán en la península y abrió el Valle del Guadalquivir
a la conquista castellana.
El reino Nazarí de Granada (1237-1492)

Fue fundado por Mohamed Ben Nazar del linaje árabe de los ibn Nasr de donde procede el nombre de
Nazarí). Se proclamó sultán de Arjona e hizo de Medina Garnata (Granada) su capital. Comprendía desde
Málaga a Almería, consiguiendo una gran prosperidad. Sin embargo, a finales del siglo XV, las disputas
entre Muley Hacen y su hijo Mohamed XII (Boabdil) permitieron la conquista del reino granadino por los
Reyes Católicos.

Resumen:

En el año 1031 una rebelión acabó con el último califa cordobés Hisam III. La crisis provocó que Al Ándalus quedase dividido en
territorios independientes conocidos como reinos de taifa, consecuencia de las tensiones sociales. Algunos reinos Taifa como los
de Toledo, Zaragoza, Sevilla o Granada alcanzaron gran tamaño y prosperidad económica. Sin embargo, su debilidad militar, fue
aprovechada por los reyes cristianos para extender la Reconquista (Alfonso VI de Castilla, tomó Toledo en el año 1085),
obligándoles a pagar tributos anuales conocidos como parias.

La unificación Almorávide (1090-1145): El temor llevó a los reyes taifa a solicitar ayuda a los Almorávides, musulmanes estrictos,
que habían formado un imperio en Marruecos. Su dirigente Yusuf ibn Tahfin, llegó a la península el año 1086 y derrotó a los
cristianos en la batalla de Sagrajas. Los almorávides unificaron Al Ándalus uniéndola a su imperio.

La unificación Almohade (1146-1232): Los Almohades, rivales de los Almorávides, llegaron a la península desde el norte de África
y establecieron su capital en Sevilla. Vencieron a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195) pero fueron vencidos por cristianos
en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) lo que abrió el Valle del Guadalquivir a la conquista castellana.

El reino Nazarí de Granada (1237-1492): Fundado por Mohamed Ben Nazar del linaje árabe de los ibn Nasr de donde procede el
nombre de Nazarí). Comprendía desde Málaga a Almería, con una gran prosperidad. Sin embargo, a finales del siglo XV, las
disputas entre Muley Hacen y su hijo Mohamed XII (Boabdil) permitieron la conquista del reino granadino por los Reyes
Católicos.

2. 3. Al-Ándalus: economía, sociedad y cultura.

La llegada de los musulmanes a la península produjo una revitalización económica. Las ciudades volvieron
a jugar un papel fundamental como centros económicos estimulando la producción artesanal y el
comercio. Dentro del núcleo urbano o medina había mercados (zocos y alhóndigas) y centros
artesanales (alcaicería). Los flujos comerciales se intensificaron con la recuperación del uso de la
moneda y con la integración de Al-Ándalus al circuito económico islámico que se extendía desde el
oriente asiático al Mediterráneo.

Los pilares de la prosperidad económica andalusí eran:

- La agricultura que alcanzó gran desarrollo gracias la introducción de nuevas técnicas hidráulicas
(acequias, canales, norias), que mejoraron los regadíos, y con la llegada de nuevos cultivos como
arroz, caña de azúcar, hortalizas, cítricos y algodón.
- La actividad artesanal que floreció en ciudades como Córdoba o Toledo, donde se prodigaron
talleres de productos textiles, cerámica y artículos de lujo como la seda o los perfumes.
- El comercio, con el Mediterráneo y el norte de África de donde llegaban oro, marfil y esclavos.
Organización social:

En Al-Ándalus, convivieron musulmanes, judíos y cristianos. En cuanto a la estructura social estaba


organizada en base a criterios religiosos, étnicos y económicos.

La religión era el principal rasgo diferenciador.

- Los musulmanes: Los clanes de origen árabe (sirios y yemeníes) formaban la aristocracia o
jassa: controlaban los cargos políticos y poseían latifundios. La población campesina estaba
formada por beréberes norteafricanos y por hispanos convertidos al islam (conversos conocidos
como muladíes). Tenían menos privilegios que los árabes lo que provocó tensiones sociales.
- No musulmanes (Gentes del Libro): Eran tolerados, pero debían pagar un impuesto religioso.
Comprendía a los judíos que vivían en barrios propios o aljamas y mejoraron su situación con la
llegada de los musulmanes y a los cristianos conocidos como mozárabes que solían vivir a las
afueras de las ciudades o arrabales. Su relación con los musulmanes fue empeorando por la
intransigencia mutua hasta provocar su emigración hacía los reinos cristianos del norte peninsular.
- Esclavos o esclavones: De origen africano o europeo (eslavos), trabajaban en tareas domésticas
o como mercenarios.

La cultura de Al-Ándalus: Fue fruto de la fusión de elementos orientales e hispánicos. El árabe se


impuso como lengua oficial, aunque sólo lo dominaba una minoría culta. Su huella aún se percibe en la
literatura medieval (las jarchas o el zejel) y en la aportación de palabras al idioma español.

La cultura andalusí fue especialmente floreciente durante el Califato Omeya de Córdoba en los reinados
de Abd al Rahman III y Al-Hakam II.

La producción intelectual tuvo autores destacados en diversas disciplinas:

- En filosofía destacó Averroes y sus comentarios sobre la filosofía aristotélica.


- Matemáticas, estudios de álgebra y trigonometría. También introdujeron en occidente la
numeración procedente de la India conocida como arábiga.
- La medicina estaba más avanzada que la cristiana en especial en cirugía y farmacología. Médico
de prestigio fue Al-Zabribi.
- Literatura en la que brilló el poeta Ibn Hazn autor de la obra El collar de la paloma, cumbre de la
literatura andalusí.

El arte islámico estaba influenciado por la doctrina religiosa. La principal manifestación artística fue la
arquitectura.

- 1) La etapa Omeya o califal (siglos VIII-X), cuyas obras más representativas son la mezquita de
Córdoba y el palacio de Medina Azahara.
- 2) El arte taifa y almohade (siglos XI-XIII) con obras como la Aljaferia de Zaragoza y la Giralda y
la Torre del Oro en Sevilla.
- 3) El arte nazarita de Granada (siglos XIV-XV) cuya obra cumbre es el conjunto fortaleza de La
Alhambra.
Resumen:

La llegada musulmana revitalizó la económica, la producción artesanal y el comercio en zocos y alhóndigas, así como, centros
artesanales (alcaicería) de ciudades como Córdoba o Toledo. Recuperándose el uso de la moneda e integrándose Al-Ándalus al
circuito islámico extendido desde el oriente asiático al Mediterráneo y norte de África, con el comercio de oro, marfil y esclavos.
También destaca la agricultura que alcanzó gran desarrollo gracias a nuevas técnicas hidráulicas (acequias, canales, norias),
mejoraron los regadíos, nuevos cultivos como arroz, caña de azúcar, hortalizas, cítricos y algodón. Además de talleres de
productos textiles, cerámica, sedas o perfumes.

Socialmente, en Al-Ándalus, convivieron musulmanes, judíos y cristianos. Dividiéndose la estructura social por religión, etnia y
economía. Entre los musulmanes, los clanes árabes forman la jassa o aristocracia, los bereberes y muladíes (hispanos convertidos
al islam) forman la población campesina. Entre los no musulmanes, destacan judíos y cristianos (mozárabes). Así como los
esclavos, la mayoría de origen africano o europeo (eslavos).

La cultura de Al-Ándalus, es fruto de la fusión de elementos orientales e hispánicos, destacando en los califatos de Abd al
Rahman III y Al-Hakam II. El árabe será lengua oficial. En literatura destacan las jarchas o el zéjel, e Ibn Hazn autor de la obra El
collar de la paloma. En filosofía, Averroes. En medicina, Al Zabribi. Mientras en matemáticas se producen avances en álgebra,
trigonometría y numeración arábiga.

El arte islámica, influido por la religión, tiene su principal manifestación artística en la arquitectura. Con la mezquita de Córdoba y
el palacio de Medina Azahara en la etapa Omeya (s.VIII-X d.C), el arte taifa y almohade con la Aljaferia de Zaragoza, la Giralda y la
Torre del Oro en Sevilla. Y el arte nazarita de Granada (siglos XIV-XV) con el conjunto de La Alhambra.

2.4. Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos
de Repoblación.

La cordillera Cantábrica y los Pirineos consiguieron sustraerse al dominio musulmán debido a sus duras
condiciones orográficas, climáticas y por su escaso desarrollo económico. Su lejanía del Valle del
Guadalquivir (eje del asentamiento musulmán), permitió que allí surgiesen los primeros reinos cristianos
entre los siglos VIII al X.

A) El reino Astur-leonés: Nació en la zona cantábrica de la alianza entre nobles visigodos y la población
astur. Su origen suele establecerse tras su victoria sobre los musulmanes en la mítica batalla de
Covadonga (718 o722), y la proclamación del noble visigodo Pelayo, como rey.

Fue extendiendo su dominio por Asturias y Galicia, estableciendo su capital en Oviedo (reino asturiano).
El 910, tras la conquista de León por Alfonso III, la capital fue trasladada a León naciendo el reino de
León.

Como frontera oriental del reino leonés surgió Castilla, primero como condado dirigido por Fernán
González en el año 930 y luego convirtiéndose en reino con Fernando I en 1035.
b) Núcleos pirenaicos: El área de los Pirineos estuvo influenciada por la presencia e intereses del reino
de los francos, en especial durante el reinado de Carlomagno. En esta área se originaron tres núcleos:

- El reino de Pamplona-Navarra formado por vascones. Vencieron a los francos en RoncesValles.


En el año 824 Iñigo Arista es rey de Pamplona. Durante el siglo X se extendió hacia el País Vasco,
La Rioja y Castilla llegando a ser el reino cristiano más importante durante el reinado de Sancho III
el Mayor.
- 2) Aragón originado en el Pirineo central, por los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza.
Fue incorporado a Navarra durante el reinado de Sancho III y convertido en reino independiente
con su hijo Ramiro I.
- 3) Los Condados catalanes se fundaron como frontera del reino franco con los musulmanes (la
Marca Hispánica), por lo que la influencia carolingia fue muy notable. Los más importantes fueron
los de Gerona (785) y Barcelona (801). Wifredo el Velloso y, sobre todo, Borrell II fueron los
condes más importantes. Este último consiguió unificarlos e independizarlos el año 988, bajo la
hegemonía del condado de Barcelona.

Principales etapas de la Reconquista

Se denomina Reconquista al enfrentamiento que mantuvieron cristianos y musulmanes por el


dominio peninsular a lo largo de la Edad Media (fue la progresiva conquista de territorio musulmán por
parte de los reinos cristianos que se sentían herederos del reino visigodo y lo que hacían era recuperar o
reconquistar un territorio que consideraban que les había sido arrebatado).

Etapas de la Reconquista:

- 1º) Siglos VIII-X Superioridad musulmana. Etapa de formación de los reinos cristianos. El reino
asturiano ocupa Asturias, Galicia y el despoblado valle del río Duero. Navarra es el reino cristiano
más importante hacia el año 1000, en el reinado de Sancho III, “El mayor”. En el Pirineo los
cristianos chocan con la resistencia musulmana en el Valle del Ebro (familia Banu Qasi);
- 2º) Siglos XI-XIII Los siglos de expansión. La crisis del Califato de Córdoba permitió tomar la
iniciativa a los cristianos. A la muerte de Sancho III de Navarra, el año 1035, sus hijos se
proclaman reyes de Castilla (Fernando I) y de Aragón (Ramiro I). Castilla alcanza el Sistema
Central (conquistando Ávila y Segovia) y el Valle del río Tajo con la conquista de Toledo, por
Alfonso VI, en 1085. El reino de Aragón y los condados catalanes alcanzan el Valle del Ebro con
las conquistas de Zaragoza por Alfonso I “el Batallador” en 1118 y de Tortosa por el Conde de
Barcelona, Ramón Berenguer IV, en 1148.
- Los reinos de Castilla y de Aragón delimitan sus áreas de expansión por los tratados de Tudillén
(1151) y de Cazorla (1179). Castilla se asegura Murcia y Andalucía y Aragón la conquista de
Valencia y Mallorca.
- 3º) S. XIII Los cristianos vencen en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Castilla conquista el
Valle del Guadalquivir y Sevilla en 1248, con Fernando III “el Santo”. El rey de Aragón Jaime I,
conquista Valencia y Mallorca. Al-Ándalus queda reducida al reino nazarí de Granada conquistado
por los Reyes Católicos en 1492.
Modelos de repoblación.

Se conoce como repoblación el proceso de ocupación y colonización cristiana de las tierras


reconquistadas. Los principales modelos de repoblación fueron: Presura o aprisio durante los s.IX y X.
Consistía en la ocupación de tierras sin dueño reconocido. Nobles y monjes crearon señoríos con
campesinos colonos, en torno a castillos y monasterios. Este modelo de ocupación se utilizó en la
repoblación del Valle del Duero; Concejil, s.XI. Consistía en la creación de concejos o núcleos de
población. Los reyes concedieron fueros y cartas puebla (leyes y derechos para poblar y levantar casa)
que reconocían privilegios a los pobladores. Territorio entre Duero y Tajo; Encomiendas, s.XIII repoblación
dirigida por las Órdenes Militares, la tierra se dividía en encomiendas al frente de las cuales se situaba un
comendador. La estructura de propiedad predominante fue el latifundio. Zona de la Mancha;
Repartimientos, segunda mitad s.XIII. Consistía en el reparto de los bienes obtenidos en una conquista
entre quienes habían participado en la misma. El lote repartido se llamaba donadío. Su tamaño y valor
estaba en función del rango social del receptor. El resultado fue la aparición de grandes latifundios, en
manos de nobleza, clero y Órdenes Militares.

Resumen:

La cordillera Cantábrica y los Pirineos consiguieron sustraerse al dominio musulmán debido a sus duras condiciones orográficas, y
desarrollo económico. Su lejanía del valle del Guadalquivir, permitió que allí surgiesen los primeros reinos cristianos.

A) Reino Astur-leonés en zona cantábrica, nació por la alianza entre nobles visigodos y población astur. Originado en la mítica
batalla de Covadonga (718), proclamando a Pelayo, como rey. Se extenderá por Asturias y Galicia, con capital en Oviedo (reino
asturiano) hasta la conquista de León (910) por Alfonso III. Traslada la capital y funda el reino de León. Castilla, surgirá en su
frontera oriental, primero como condado con Fernán González (930) y luego como reino con Fernando I en 1035.

b) Núcleos pirenaicos: influenciados por intereses del reino de los francos, especialmente con Carlomagno. Formándose tres
núcleos: El reino de Pamplona Navarra formado por vascones, que vencieron a los francos en Roncesvalles y cuyo primer rey de
Pamplona fue Iñigo Arista (824). El reino de Aragón con los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, definitivamente
independiente con Ramiro I. Y los condados catalanes, en la frontera del reino franco (Marca Hispánica), independizándose con
Wifredo el Velloso y Borrell II, que los unificó e independiza (988), bajo la hegemonía del condado de Barcelona.

Denominados Reconquista al enfrentamiento entre cristianos y musulmanes por el dominio peninsular a lo largo de la Edad
Media. Los s.VIII-X, serán una etapa de formación de los reinos cristianos destacando el reino asturiano y el reino de Navarra. En
los s.XI y XIII, la crisis del Califato de Córdoba, permite la iniciativa cristiana. A la muerte de Sancho III de Navarra (1035) sus hijos
se proclaman reyes de Castilla (Fernando I) y Aragón (Ramiro I). Castilla conquista de Toledo (1085), con Alfonso VI. El reino de
Aragón y los condados catalanes alcanzan el valle del Ebro. Castilla y Aragón delimitan su zona de expansión en los tratados de
Tudillén (1151) y Cazorla (1179). En el s. XIII la victoria en Navas de Tolosa (1212), permite la conquista de Castilla del valle del
Guadalquivir y Sevilla. El rey de Aragón Jaime I, conquista Valencia y Mallorca.

La repoblación es el proceso de ocupación y colonización cristiana de las tierras reconquistadas. Destacando durante los siglos IX
y X, el modelo de presura que consistía en la ocupación de tierras sin dueño reconocido. Se extiende por el valle del Duero. En el
s.XI, destaca la concejil, con la creación de concejos o núcleos de población. Los reyes concedieron fueros y cartas puebla entre el
Duero y el Tajo. En el siglo XII las encomiendas, dirigida por las Órdenes Militares, predominando el latifundio. En la Mancha,
desde la segunda mitad del s. XIII se dan repartimientos, el reparto de los bienes obtenidos en una conquista entre quienes
habían participado en la misma. El lote repartido se llamaba donadío. Destacan los latifundios para la nobleza en el valle del
Guadalquivir.

2.5. Reinos cristianos en Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad
estamental.

A comienzos del siglo XI, los territorios cristianos representaban un tercio de la Península y estaban
distribuidos en tres entidades políticas: el reino de Navarra (que integraba los condados de Castilla y de
Aragón), el reino de León y los Condados Catalanes. A la muerte del rey Sancho III de Navarra en 1035,
su reino fue repartido entre sus hijos Fernando I que se proclamó rey de Castilla y Ramiro I, rey de
Aragón. El modelo político era la monarquía feudal, basada en relaciones de vasallaje y en el régimen
señorial. El rey era el primero entre iguales (Primus inter pares), con respecto a la alta nobleza a la que
estaba supeditada. El rey actuaba con una concepción patrimonialista repartiendo el territorio entre sus
herederos o uniéndolos por matrimonio. En el siglo XII, se unieron Aragón y Cataluña formando la Corona
de Aragón y en el siglo XIII Castilla y León formando la Corona de Castilla. El organismo más importante
era la Curia Real, un consejo integrado por la alta nobleza y el alto clero. A partir de 1188, a la nobleza y al
clero se le unieron los representantes de las ciudades, así nacieron las Cortes Medievales en el reino de
León, convocadas por el rey y en las que estaban representados los tres estamentos sociales, nobleza,
clero y estado llano. Eran consultivas y aprobaban los impuestos extraordinarios o subsidios.

El régimen señorial fue el sistema de propiedad característico de la monarquía feudal. Los señoríos eran
territorios concedidos por el rey a un noble o a una institución (una orden monástica o una orden militar).
Podían ser señoríos territoriales o solariegos (propiedades de tierras) o señoríos jurisdiccionales (a la
propiedad de la tierra se unía la capacidad de legislar y de juzgar por parte del señor).

La sociedad estamental fue el modelo social propio del Medievo. Fue consecuencia de la imposición de
la fuerza militar en una sociedad en guerra y de la influencia ideológica de la iglesia. Se estructuraba en 3
grupos sociales o estamentos (nobleza, clero y el resto) con una función definida: la nobleza (los
defensores); el clero (oratores) y el resto (laboratores). La división social era rígida, desigual y con
normas diferentes para cada estamento. Nobleza y clero gozaban de privilegios como no pagar
impuestos y tenían propiedades y señoríos. En la España cristiana también hubo judíos y musulmanes
(mudéjares).

Resumen:

A comienzos del siglo XI, los territorios cristianos representaban un tercio de la Península y estaban distribuidos en tres entidades
políticas: el reino de Navarra, el reino de León y los Condados Catalanes. A la muerte del rey Sancho III de Navarra en 1035, su
reino fue repartido entre sus hijos Fernando I que se proclamó rey de Castilla y Ramiro I, rey de Aragón. El modelo político era la
monarquía feudal, basada en relaciones de vasallaje y en el régimen señorial. El rey era el primero entre iguales. El rey actuaba
con una concepción patrimonialista. En el siglo XII, se unieron Aragón y Cataluña formando la Corona de Aragón y en el siglo XIII
Castilla y León formando la Corona de Castilla. El organismo más importante era la Curia Real, un consejo integrado por la alta
nobleza y el alto clero. A partir de 1188, a la nobleza y al clero se le unieron los representantes de las ciudades, así nacieron las
Cortes Medievales en el reino de León, estaban representados los tres estamentos sociales, nobleza, clero y estado llano. Eran
consultivas y aprobaban los impuestos extraordinarios o subsidios.
El régimen señorial fue el sistema de propiedad característico de la monarquía feudal. Los señoríos eran territorios concedidos
por el rey a un noble o a una institución (una orden monástica o una orden militar). Podían ser señoríos territoriales o señoríos
jurisdiccionales (capacidad de legislar y de juzgar por parte del señor).

La sociedad estamental fue el modelo social propio del Medievo. Estructurada en tres grupos estamentos (nobleza, clero y
estado llano). La división social era rígida, desigual y con normas diferentes para cada estamento. La nobleza y el clero gozaban
de privilegios como no pagar impuestos.

2.6. Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del reino de Navarra al
final de la Edad Media.

En la Baja Edad Media (siglos XIV y XV), los reinos cristianos peninsulares presentan una estructura
política parecida basada en tres instituciones: monarquía, Cortes y municipios, aunque cada reino tenía
sus propias características.

En Castilla se produjo el fortalecimiento de la monarquía. Para gobernar los reyes se sirvieron de una
administración cada vez más centralizada compuesta por la Curia Regia (consejo real), Cortes,
Audiencia o Chancillería (para administrar justicia), Hacienda (recaudar impuestos, dirigida por un
Mayordomo) y la Corte (lugar donde residía el rey y su familia y dirigida por un Condestable). En la
administración territorial destacan las merindades y los adelantamientos (en zonas de frontera); los
municipios se organizan en concejos o ayuntamientos, dirigidos por un regidor.

La Corona de Aragón no era un estado único, sino una unión de reinos (Aragón, Cataluña, Valencia y
Mallorca), en la que cada territorio conservaba sus instituciones y leyes propias o fueros. Los reyes
tenían que pactar con las Cortes de cada territorio y los nobles tenían autoridad en sus señoríos (en
especial en Cataluña). Entre las instituciones principales destacaban la Curia, las Cortes (Corst), la
Diputación (en Aragón) y la Generalitat (Cataluña y Valencia). Debido a su concepción territorial en cada
territorio el rey tenía un representante o Virrey y los territorios se dividían en veguerías.

En Navarra, las instituciones representativas fueron: el Rey que debía pactar con las Cortes, la
Diputación de los Tres Estados y la Cámara de Comptos. Cuando Navarra fue incorporada a Castilla,
en 1514 por Fernando el Católico, se respetaron sus instituciones y mantuvo la condición de reino.

Resumen:

En la Baja Edad Media (siglos XIV y XV), los reinos cristianos peninsulares presentan una estructura política parecida basada en
tres instituciones: monarquía, Cortes y municipios.

En Castilla el fortalecimiento de la monarquía, con una administración cada vez más centralizada compuesta por la Curia Regia
(consejo real), Cortes, Audiencia o Chancillería (para administrar justicia), Hacienda y la Corte (lugar donde residía el rey y su
familia y dirigida por un Condestable). En la administración territorial destacan las merindades y los adelantamientos (en zonas
de frontera); los municipios se organizan en concejos o ayuntamientos, dirigidos por un regidor.

La Corona de Aragón no era un estado único, sino una unión de reinos (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca), en la que cada
territorio conservaba sus instituciones y leyes propias o fueros. Los reyes tenían que pactar con las Cortes de cada territorio y los
nobles tenían autoridad en sus señoríos (en especial en Cataluña). Entre las instituciones principales destacaban la Curia, las
Cortes (Corst), la Diputación (en Aragón) y la Generalitat (Cataluña y Valencia). Debido a su concepción territorial en cada
territorio el rey tenía un representante o Virrey y los territorios se dividían en veguerías.

En Navarra, el Rey que debía pactar con las Cortes, la Diputación de los Tres Estados y la Cámara de Comptos. Cuando Navarra
fue incorporada a Castilla, en 1514 por Fernando el Católico, se respetaron sus instituciones y mantuvo la condición de reino.

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