La conquista de la Península Ibérica por parte de los musulmanes fue debido a la crisis interna de la monarquía visigoda y el movimiento de expansión de la fe islámica iniciado por Mahoma en el siglo VII. En la batalla de Guadalete (711) el último rey visigodo, Rodrigo, fue derrotado por los musulmanes dirigidos por Tariq y Muza, que acabaron dominando la Península. La evolución política de Al-Andalus fue en varias etapas. Emirato dependiente de Damasco (711-56): los territorios conquistados formaban parte del Imperio Omeya y el Califato de Damasco. En este periodo aparecieron los primeros núcleos de resistencia en el norte peninsular. En el 750 comenzó el Califato Abasí (con capital en Bagdad) y Abd-Al-Rahman estableció su capital en Córdoba años después. Emirato independiente de Córdoba (756-929): Con Abd-Al-Rahman I (756-788), Al-Andalus se independizó del Califa de Bagdad, aunque mantenía una dependencia religiosa. Fue importante los levantamientos que se produjeron por parte de los bereberes y muladíes. Califato de Córdoba (929-1031): En 929 el emir Abd-Al-Rahman III se autoproclamó califa. El Califato de Córdoba (929-1031) constituye el periodo de mayor esplendor económico, político, militar y cultural de Al-Ándalus. Al-Hakam II (961-976), hijo de Abd-Al-Rahman III, convirtió a Córdoba en el faro cultural de Occidente. El califa Hisham II, dejó la responsabilidad del Estado en manos de Almanzor su hayib, dando lugar al reino amirí. La política militarista de Almanzor generó problemas económicos, debido al elevado coste del mantenimiento de un ejército profesional. Tras la muerte de Hisham III en 1031 el Califato de Córdoba fue abolido y quedó fragmentado en 27 reinos de taifas.
2.2 Al-Andalus: reinos de taifas. Reino Nazarí
Los reinos de taifas (1031-86): los reinos de taifas sobrevivían pagando unos tributos a los reinos cristianos del norte. A pesar de su debilidad política dejaron un esplendor económico artístico y cultural. Progresivamente estos reinos fueron disminuyendo debido al avance de los cristianos, lo que obligó a los reyes de taifas a pedir ayuda a los almorávides. El dominio almorávide (1086-1144): los almorávides derrotaron a los cristianos en 1086 en la batalla de Sagrajas, sometiendo a los reinos de taifas y unificando Al-Andalus. A mediados del siglo XII el poder almorávide se desintegró ante el empuje de un nuevo imperio norteafricano, los almohades. Tras el vació de poder de los almorávides en la Península se dió paso a unas segundas taifas (1144-1170). Imperio Almohade (2a mitad siglo XII-1212): los almohades derrotaron a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195), por lo que controlaron Al-Andalus estableciendo su capital en Sevilla. Debido a una coalición de los reinos cristianos del norte fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), dando lugar a unas terceras taifas que fueron conquistadas por los cristianos excepto el reino nazarí de Granada. Reino nazarí de Granada (1238_1492): actualmente las provincias de Granada, Málaga y Almería, fue el último territorio musulmán en la Península. Duró aproximadamente dos siglos y medio hasta su conquista en 1492 por los reyes Católicos.