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UNIVERSIDAD SEÑOR DE SIPÁN

ESCUELA DE POSGRADO

INFORME ACADÉMICO

ASPECTOS PSICOSOCIALES DEL TRABAJO


INFANTIL

Autor (es):
Guevara Leyva, Esteban David
ORCID: 0000-0001-5068-6790
Seclén Pérez, Iris Nataly
ORCID: 0000-0002-2188-0866
Torres Paredes, Vidal
ORCID: 0000 -0001 -5228-3397

Docente:
Dra. Chunga Silva Lizt Janina
ORCID ID: 0000-0002-0462-3040

Línea de investigación:

Ciencias de la vida y cuidado de la salud humana

Pimentel – Perú 2021


Índice

I. INTRODUCCIÓN..............................................................................................................3

II. DESARROLLO.............................................................................................................. 7

2.1. Definiciones de trabajo infantil...................................................................................7

2.2. Identificar las características del trabajo infantil.........................................................7

2.3. Identificar factores de riesgo y protectores del trabajo infantil....................................8

2.4. Análisis del trabajo infantil desde aportes de la psicológica......................................11

2.5. Consecuencias del trabajo infantil en el desarrollo psicosocial.................................14

III. CONCLUSIONES........................................................................................................16

IV. REFERENCIAS............................................................................................................18

ANEXOS....................................................................................................................................21

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I. INTRODUCCIÓN (VIDAL)

PROBLEMÁTICA

La problemática psicosocial del trabajo infantil, hoy día conlleva al abordaje oportuno
y preventivo que permita que niños, niñas y adolescentes puedan desarrollarse de forma
adecuada, evitando la exposición a peligros que conllevan sus trabajos, labores por los cuales
pueden ser o no remunerados. Es así que organismos como el Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables refieren que en la región Lambayeque existen más de 1600 niños y
adolescentes que trabajan y se encuentran en peligro ocupacional, político, social, cultural y
ambiental (Mera, 2017). Pero en Chiclayo al menos unos 500 menores trabajan en las
diferentes calles (Diario la República, 2021). Así mismo, el Ministerio de Trabajo y
Promoción del Empleo (2017) indican que los departamentos con mayores porcentajes de
menores que trabajan tienen a su vez los menores índices en desempeño educativo; por
ejemplo, Lima en el 2017 tenía solo un 72% de niños que laboraban, mientras que Huánuco
más del 51.9% de niños trabajaban, es decir que en educación en Lima seis de cada diez niños
entiende lo que lee y en Huánuco tres de cada niño entiende lo que leen. Por su parte el
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2016) reveló que alrededor de dos
millones de menores de edad trabajaban en el país, donde el 52.3% era de edades entre los 5 a
17 años pertenecientes a zonas rurales y que se dedicaban a actividades económicas y un
16.2% eran de zonas urbanas.

Lamentablemente esta problemática no se presenta a nivel nacional, este hecho se


viene dando en diferentes partes del mundo, afectando el desarrollo físico y psicológico de los
niños y niñas; quienes se ven en la obligación de trabajar por la necesidad que atraviesan sus
hogares, otros por la falta de figura paterna en casa y en mucho de los casos por la obligación
de sus mismos familiares. Así lo revela la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2019),
al mencionar que el mundo existe alrededor de 160 millones de niños que trabajan, lo que
representa 1 de cada 10 niños en todo el mundo; esta misma organización define al trabajo
infantil como: toda actividad laboral que interrumpe el proceso de desarrollo a plenitud de los
niños. Asi mismo el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2018) respalda
esta definición y resalta que no se encuentra en contra del trabajo infantil siempre y cuando no

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afecte su desarrollo, y al contrario le permita ser una actividad provechosa, como es el caso de
los empleos durante las vacaciones.

APORTE PROFESIONAL

El trabajo infantil se ha relacionado con los países más pobres del mundo, siendo una
de las consecuencias a la situación de precariedad, que obliga a muchos niños(as) a colaborar
con los gastos de casa. Cabe resaltar que el trabajo a temprana edad produce efectos negativos
en el desarrollo infantil; por lo tanto, la labor de los psicólogos frente a esta problemática, es
importante debido a que proveen estrategias de prevención y soporte emocional para quienes
se ven envueltos en el trabajo infantil, pero es necesario tambien que obtengan la ayuda de
entidades del estado, la comunidad y la familia que juega uno de los roles indispensables en el
desarrollo de los niños y niñas; en conclusión, es un trabajo conjunto.

ANTECEDENTES

INTERNACIONAL

En cuanto a los antecedentes, a nivel internacional, Trong-Anh (2020) en su estudio


realizado en Vietnam e India, menciona que estos países tienen un nivel alto de trabajo
infantil, encontrando que los efectos de esta actividad se ven reflejados en la salud mental de
los niños, disipando la estimulación y desarrollo de recursos psicológicos que pueden utilizar
otras etapas de la vida, esto a causa del déficit de comportamiento prosocial de sus respectivos
países. De igual manera, Feeny et al. (2021) en el país de la India, revelan de que la mayoría
de los casos de trabajo infantil serian por causas financieras, donde la familia tiene escasos
ingresos económicos y no logran satisfacer las necesidades básicas. Esta actividad provoca
que el menor presente dificultades en la salud física, en el desarrollo cognitivo y emocional,
teniendo mayor probabilidad de experimentar fracasos escolares, abuso de sustancias
psicoactivas, violencia e inadecuada educación reproductiva, obteniendo como resultado un
inadecuado bienestar biopsicosocial. Algunas posibles intervenciones para hacer frente a las
consecuencias psicológicas del trabajo infantil pueden desarrollarse a través de programas de
educación familiar, donde se identifiquen problemas de salud mental en niños y adolescentes,
el cual debe ser promocionado por las autoridades competentes. Así mismo, en Santiago de
Cali - Colombia, Albornoz y Cerón (2018) refieren que los niños, niñas y adolescentes entre

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los 14 y 17 años de edad diseñan figuras sociales sobre el trabajo infantil, estos son: la
comprensión e identificación claramente de cuáles son las actividades laborales y los lugares
donde pueden desempeñarlas, tanto en la zona urbana y rural; pero tienen un sentimiento de
molestia al tener un marcado alejamiento de sus seres queridos, actividades educativas y
recreacionales; esta actividad laboral representa para ellos una oportunidad para ser formados
ya que creen que les llevará a ser mejores personas, este concepto es preconcebido por sus
padres para que de alguna manera sirve de motivación ante el trabajo infantil; para los
memores el sueldo es sinónimo de satisfacción ya que pueden ayudar económicamente a sus
familias y a la vez sentir cierto grado de autonomía.

NACIONAL

Por otro lado, en nuestro país, en la ciudad de Lima, Miranda (2021) afirma que el
trabajo infantil está justificado en la mayoría de sus formas; sin embargo, el estado debería
reforzar la protección biopsicosocial del menor, el respeto de sus derechos laborales,
consolidar un correcto sistema de fiscalización (SUNAFIL) de tal manera no exista la
explotación laboral, además el trabajo infantil positivo es una oportunidad para fortalecer los
grupos sindicales conformados por NNA, como lo es el Movimiento Nacional de Niños, Niñas
y Adolescentes Trabajadores Organizados del Perú (MNNATSOP). Por el contrario, Arica
(2017) reafirma la importancia de la erradicación del trabajo infantil al indicar que, en un
grupo de estudiantes de nivel primario entre el 5° y 6° grado de primaria en Tambogrande -
Piura, el tipo de trabajo en el que se desempeñaban en su mayoría era el agrícola (62.5%)
provenientes de zonas rurales, seguido por el trabajo doméstico (52.1%) los cuales afectaban
el rendimiento académico de los niños (52.1%). Por otro lado, Mercedes (2020) revela el
desinterés y abandono de las instituciones y autoridades encargadas para proteger los derechos
de los niños en la ciudad de Huaraz, de acuerdo a sus funciones y sus competencias; también
dejó a relucir la falta de conocimiento sobre las estrategias del estado frente a esta
problemática.

LOCAL

En cuanto al nivel local, Fernández y Rojas (2018) al examinar y entender la dinámica


y actividades habituales realizadas por niños de 6-12 años que trabajan en las calles de

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Chiclayo, refieren en su investigación que hay hogares disfuncionales donde los padres han
dejado el rol de sustento de protección, estimulación psicológica, económica, etc. debido a la
falta laboral o pobreza, que sería la causa principal de que los menores decidan trabajar,
abandonando en algunos casos las aulas de clase por asumir varios empleos inestables. El
trabajo infantil refleja la condición del niño como estudiante y trabajador, obteniendo como
resultado la vulneración de sus derechos fundamentales, haciéndoles competir en un estado de
desventaja con sus similares que no trabajan. Finalmente, cabe precisar que en nuestra
localidad el trabajo de investigación relevante de esta problemática es muy pobre trayendo
como resultado una escasa recolección de información de la realidad de nuestra ciudad.

OBJETIVOS

Ante lo descrito anteriormente se plantean los objetivos de esta investigación, el


objetivo general analiza los aspectos psicosociales del trabajo infantil, mientras que en los
objetivos específicos buscan: a) Definir trabajo infantil, b) Identificar las características del
trabajo infantil, c) Identificar factores de riesgo y protectores del trabajo infantil, d) Análisis
del trabajo infantil desde los aportes de la psicología, y e) Identificar las consecuencias en el
desarrollo psicosocial del trabajo infantil.

JUSTIFICACIÓN

Finalmente, este producto académico se justifica a nivel teórico por la necesidad de


ampliar el conocimiento y profundizar la comprensión de los aspectos psicosociales del
trabajo infantil ya que aún queda un vacío informativo con respecto a esta problemática que
conlleva a evidenciar un escaso nivel de empatía por parte de nuestra población hacia los
menores vinculados a esta situación. Para ello se recurrirá a fuentes confiables como SCopus,
Scielo y E-libro, para la recopilación de la información pertinente. En tanto, en la justificación
práctica, este producto contribuye con la salud psicológica emocional en el área psicosocial
mediante una propuesta de concientización en la comunidad de tal manera se pueda estimular
y fortalecer la capacidad de baja tolerancia social ante la variable ya mencionada y poder
ejercer una participación activa bajo las leyes brindadas por las autoridades.

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II. DESARROLLO (ESTEBAN)
II.1. Definiciones de trabajo infantil
A lo largo de la historia las definiciones han ido modificándose, la OIT (2019) define
al trabajo infantil como aquellas actividades laborales que llevan a efectos negativos en el
desarrollo físico, mental, educacional y social de los niños, que les impide aprender a plenitud;
la UNICEF (2018), por su parte agrega algunas definiciones en cuanto a esta problemática,
identificando: a) Tareas infantiles: en la que se refiere que como organización no se
contrapone a que los menores trabajen, siempre que esta labor no perjudique negativamente su
desarrollo, su salud y educación, esto según el convenio N°138 de OIT en la que se permite
cualquier tipo de trabajo liviano a partir de los 12 años de edad, siempre que no interfiera con
su educación. b) Trabajo infantil: Se da cuando se violan las políticas de la OIT que se regulan
en los artículos 138 y 182, en las que se estipula que los niños(as) menores de 12 años, que
trabajen en cualquier actividad laboral y aquellos que tienen 12 a 14 años cuyo trabajo debe
ser ligero, y tambien a aquellos que sufren explotación laboral. c) Las peores formas de
trabajo: En este grupo se encuentra la explotación, reclutamiento forzado, prostitución, la trata,
presión a realizar actos ilegales o la exposición a cualquier peligro.
Los niños y niñas trabajadores se encuentran en diferentes lugares; trabajan como
empleados domésticos, otros ocultos en talleres o plantaciones siendo la agricultura la que
agrupa el mayor número de menores trabajadores; las condiciones de trabajo de muchos de
ellos son vulnerables y de explotación, siendo víctimas de servidumbre por deudas de sus
padres, esclavitud, prostitución o pornografía.

II.2. Características del trabajo infantil


Algunas de las características del trabajo infantil que influyen en la presencia de
afectaciones en el desarrollo físico y psicológico, se encuentran:
El sexo: Los niños varones se involucran más en empleos industriales y campesinos los
cuales requiere mayor esfuerzo, y las niñas en servicios y comercio. El sexo masculino
predomina en las actividades laborales, y esto a causa de las estructuras tradicionales en el que

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se piensa que el varón debe incorporarse al ambiente laboral desde temprana edad (INEI,
2016).

La edad: Dentro de trabajo infantil se considera a toda persona menor de 18 años;


según las normas del Perú desde 1993, todo menor a partir de 12 años tiene derecho a poder
trabajar de forma dependiente y la ley garantiza sus derechos laborales de horario de trabajo,
descanso y beneficios sociales (Bobadilla, 2020), con el fin de otorgar condiciones de vida
adecuadas para su desarrollo (Valderrama, 2018).

La actividad desempeñada: En encuestas realizadas en el Perú se determinó que gran


parte de los niños se dedica a la agricultura en las zonas rurales y al comercio en su mayoría
en las zonas urbanas; ambas actividades presentan condiciones de trabajo al aire libre, de alta
demanda física, tiempo y un alto nivel de riesgo en la salud (INEI, 2016).

La duración de la jornada de trabajo: Esta característica permite evaluar el impacto


del trabajo infantil, al contabilizar las horas que dedica a la actividad laboral, sea menor o
mayor, y que permita o impida el desarrollo del niño en otras actividades propias de su edad,
como el estudiar y recrearse. En el Perú un niño trabaja entre 14 horas a la semana, pero entre
los 13 a 17 años de edad un adolescente trabaja un promedio de 50 horas semanales (Encuesta
Nacional de Hogares, 2017 – 2018, como se citó en Bobadilla, 2020).

La remuneración: Estos ingresos permiten a algunos de ellos sostener su hogar


económicamente o estudiar, sin embargo, algunos desempeñan trabajos no remunerados que
permitan apoyar a otros miembros con ese dinero; pero la remuneración que reciben es baja,
muy baja o como se mencionó no reciben remuneración (Encuesta Nacional de Hogares, 2017
– 2018, como se citó en Bobadilla, 2020).

II.3. Factores de riesgo y protectores del trabajo infantil


Cuando se hace referencia a factores de riesgo, se dice que son todas aquellas
situaciones o cosas que aumenten la posibilidad que el fenómeno que se está tratando se
presente; y los factores protectores serían todas aquellas situaciones que llevarían a la
prevención y protección de las personas, en este caso los menores de edad que trabajan.

Entre los factores de riesgo, se tiene:

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La permisibilidad o percepción inadecuada de la sociedad frente al trabajo infantil,
muchas personas desconocen las consecuencias de lo que implica el trabajo infantil, y es
mayor el desconocimiento en zonas rurales donde la labores y experiencia de trabajo a
temprana edad son pasadas de generación en generación, otro punto es la contratación
preferente de los niños y adolescentes debido a que los pagos son menores a las de un adulto,
y que en su mayoría trabajan de forma clandestina u oculta para que se pueda evitar la ley,
algunos de los países con mayor contratación son la India, Bangladesh, Pakistan y Nepal
(Amar et al., 2012); tambien se debe considerar que la misma sociedad no protege en muchos
de los casos a los niños cuando ven que realizan actividades riesgosas para su edad. En cuanto
a esta sociedad circundante al menor, también puede ser vulnerable y que engloba distintas
variables que van más allá que el ingreso económico y la pobreza (Espíndola et al., 2017,
como se citó en Lora, 2021).

Los patrones culturales, aquellos comportamientos que se van adquiriendo conforme


el niño crece y que son tomados de su entorno cercano. En algunos menores la necesidad de
tener un trabajo y dinero representa el poder presentarse ante los modelos que quiere seguir,
conseguir la aprobación de los demás y realizar lo que desea y que su familia no puede
proporcionarle (Tobón, Maldonado, 2021). Por lo tanto, todo padre es libre de educar, pero
existe un límite cuando se pone en riesgo la crianza (Carmona, 2017).

El bajo nivel socioeducativo, se refiere al nivel educativo y la educación de los padres,


en la primera se orienta al hecho en que en algunas localidades alejadas no se cuentan con
instalaciones escolares, y donde existen, la educación se puede limitar para la propia familia a
pesar de ser gratuita, porque el tiempo que dedica a la escuela son ingresos perdidos que
aportaría a casa; lo segundo complica aún lo primero, debido a que la educación que los
padres recibieron es baja e incluso es la misma que reciben los niños, y en otros casos se
carece de ella en los padres, lo que conduce a una falta de motivación por estudiar (Amar et
al., 2012).

Relación y responsabilidades de los progenitores con los hijos, la función de la familia


es primordial en el desarrollo del menor, por lo que la responsabilidad en la crianza de los
hijos garantiza el éxito de los mismo, Lefracoise (2001) planteó que existen seis dimensiones

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importantes en cuanto a la crianza y relación de padres e hijos: la atención, el contacto físico,
la estimulación verbal, el cuidado sensible y la falta de restricción excesiva, por lo que la
presencia de las figuras de padre y madre durante sus primeros años es importante. Por otro
lado, se han reportado casos en el que el abuso de poder de los padres o cuidadores ha llevado
a los niños a trabajar, recibiendo maltrato físico y siendo obligados muchas veces a laboral en
situaciones peligrosas, atentado contra su bienestar emocional y físico; este abuso frente a la
vulnerabilidad de los niños, los puede conllevar a ser presa de diferentes delitos, que más
adelante traerá consecuencias graves en la vida del menor (Amar et al., 2012).

La pobreza, podría ser el factor de mayor relevancia en que se produzca el trabajo


infantil, las familias pobres se encuentran en la condición de vulnerabilidad social, perdiendo
su capacidad económica y de sostenimiento, lo que les dificulta alcanzar niveles dignos de
vida, pero esta condición se relaciona con los factores anteriormente mencionados lo que
agrava el surgimiento y permanencia del trabajo infantil (Amar et al., 2012). Los padres,
madres y cuidadores justifican el hacer trabajar a sus hijos por los bajos ingresos económicos,
además algunos atribuyen benéficos en esta labor como la adquisición de habilidades,
actitudes, disciplina e ingreso económico lo que puede ser más valorado que la educación
(Simón, Guillén y Cueto, 2020).

Entre los factores protectores, se tiene:

La escuela y la educación, los centros educativos en los últimos años han pasado de ser
solo un centro donde se recibe enseñanza, convirtiéndose en lugares de referencia para la
intervención de todo tipo de necesidades de las familias (Worton, 2014). La educación por su
parte es un arma eficaz para erradicar el trabajo infantil, asi lo manifiesta la OIT (2019) quien
asegura que la participación de los niños en las actividades laborales responde a las demandas
del mercado y la sociedad, además de la pobreza, exclusión social, discriminación y la falta de
amparo social son los que incrementan esta problemática; pero basados en su experiencia
afirman que la combinación del desarrollo económico, acatamiento a las normas laborales,
educación, comprensión de los derechos y protección social se puede reducir en gran forma el
trabajo infantil. La importancia de la educación en los niños, niñas y adolescentes, es porque
les ofrece la oportunidad de desarrollar sus capacidades, los prepara para asumir un rol activo

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en la sociedad, les ayudaría a mejorar su situación y se vuelven conscientes de sus derechos y
deberes; también se recalca la labor de los docentes quienes pueden detectar que estudiante
trabajaba, y brindarle algunas acciones para que no pierda el entusiasmo por estudiar, por
concluir con sus estudios primarios y secundarios, y motivación para mejorar sus logros de
aprendizaje, además de ser el porta voz de cualquier dificultad que el niño presente (Ministerio
de Trabajo y Promoción del Empleo, 2017).

Familias con formación académica y estabilidad laboral, siendo la familia el eje de


protección del menor, se considera que cuando los padres poseen un nivel educativo sea de
nivel medio o alto y que además trabajen, las posibilidades de que su hijo trabaje se reducen.
Los padres con profesión académica pueden optar por buscar mejores trabajos y mejorar el
nivel económico de la familia, que permitirá estabilidad en sus responsabilidades personales y
de crianza; asi mismo la percepción del valor de la educación tiene un estándar elevado, por lo
que motivan a sus hijos a estudiar (Edúcame primero Perú, 2016).

Concienciación de la sociedad y comunidad, para producir un cambio se debe empezar


por respetar los derechos de los niños y cumplir con las reglas que regulan el trabajo. Así
mismo, el conocimiento de las consecuencias del trabajo infantil para el progreso del niño y la
sociedad lleva a que se tomen medidas para evitar su avance y permite concientizar a los
demás sobre la problemática de niños trabajando. (Edúcame primero Perú, 2016).

II.4. Análisis del trabajo infantil desde aportes de la psicológica (NATALY)


A) Psicología familiar:
La familia es referida con una institución de reciprocidad e interdependencia vinculada
por el afecto mutuo entre sus integrantes, que comparten un único fin el de asegurar que la
sociedad se mantenga (Amar y Madariaga, 2003) además es el núcleo protector del niño para
que pueda desarrollarse en todas las esferas de su vida. Dentro de las actividades que debe
cumplir la familia se encuentra: brindar a los miembros protección física y sentimiento de
pertenencia, que les permita desarrollar una personalidad y adaptación social adecuada,
logrando expresar sus sentimientos tanto de agrado como desagrado, controlando la conducta
dentro de la socialización de los niños (Misitu et al., 1993); pero se ha investigado que los
problemas sociales como la pobreza, el divorcio, abandono, injusticia social a la mujer, el

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incumplimiento de los deberes paternos y la inseguridad dentro de la familia son algunas
condiciones que pueden colocar en riesgo a los menores, y que pueden conducir a que un
menor de edad empiece a laborar. En el 2009 DeGraff y Levison, realizaron un estudio en el
que encontraron relación entre el trabajo de los padres con los hijos, por ejemplo: si la madre
trabajaba es fácil vincular a su hijo en su labor, si se trata de un negocio familiar el menor
tendrá que relacionarse con la mercadería, si trabaja en oficios domésticos, en especial las
niñas se ven envueltas en las labores de limpieza; respecto al padre, piensa que el hijo varón
debe trabajar para ayudar en la economía de la casa y debe tener su propio dinero, lo que le
permitirá formar valores e incluso educarse el mismo (Amar et al., 2012).

B) Psicología del desarrollo humano:


La palabra desarrollo según Navarro y Pérez (2011) se relaciona con los cambios de
conducta provocados por factores ambientales y que se ven influenciados por la sociedad o
cultura. Este análisis de la conducta humana es la base de la psicología del desarrollo, que
estudia la conducta y los cambios que ocurren durante el paso de las diferentes etapas del ser
humano, vinculando los procesos cognoscitivos (procesamiento de la información,
pensamiento, atención, aprendizaje, la creatividad, lenguaje, etc.), físicos (salud, crecimiento
de huesos y órganos, habilidades motoras y capacidades sensoriales) y sociales (relaciones
sociales, emociones y la personalidad) esperados según edad. Para Papalia, Olds y Duskin
(2010) existen dos factores importantes en el desarrollo, estos son: la maduración biológica y
las influencias ambientales (oportunidades del entorno y una estimulación adecuada). Cuando
se pasa por una etapa y no se logra los objetivos que correspondían a esa edad, al pasar a otra
etapa y que exija ese objetivo no alcanzado para resolver una situación o adaptarse, el
individuo se sentirá perdido y con dificultad para adaptarse (Rodríguez, 2020). Se ha
encontrado que en la mayoría de menores que trabajan las afecciones a nivel de salud pueden
resultar desde no complicadas a severas e incluso la muerte. Según Amar y Madariaga (2003)
los niños tienden a ser flacos y de baja estatura debido a los esfuerzos físicos que realizan que
pueden truncar el crecimiento óseo o por la inadecuada alimentación, además estar expuesto a
contaminantes pueden llevarlos a agravar problemas respiratorios, también el maltrato como
los golpes por los adultos puede repercutir en sus sistema nervioso y digestivo; los niños al
estar en un proceso dinámico de crecimiento y desarrollo, los vuelve más vulnerables, por ello

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al no desarrollarse adecuadamente en cada una de sus etapas constituye en riesgo en su vida a
futuro.
C) Teoría del apego:
Como sugirió Bowlby el papel del apego lleva al desarrollo psicológico y la formación
de la personalidad, mediante las representaciones basadas en las experiencias entre el cuidador
principal y el menor. El apego temprano ayuda a la formación de la persona, la cual se puede
conceptualizarse en cinco fases: a) la motivacional, el cuidado y respuesta recibida (apego
seguro) permite que se creen expectativas positivas de las relaciones y conexión con los
demás; b) la actitud, lleva a la creencia de recibir la respuesta que necesita y del uso de sus
destrezas personales en el mundo social; c) lo instrumental, el apego seguro lleva a la
exploración de habilidades y capacidades para disfrutar del juego, nuevas experiencias y
solución de problemas, tienen un pensamiento que si se esfuerzan tendrán éxito; d) lo
emocional, que se vincula estrechamente con el apego, y mediante el apoyo adecuado se busca
que logren la capacidad de regular sus emociones; y e) lo relacional, conduce a la reciprocidad
en las relaciones y empatía. Estos fundamentos se encuentran descritos bajo un apego seguro,
que sentaría las bases para una personalidad sana; las experiencias tempranas de apego
tambien se relacionan con el funcionamiento de las relaciones íntimas en la edad adulta
(Gojman-de-Millán, Herreman y Sroufe, 2018). Por lo tanto, si el apego fue adecuado con el
cuidador principal se tendrá un funcionamiento adecuado, de lo contrario se podría presentar
problemas en la personalidad.
En cuanto Woodhead (2004; citado por Amar y Madariaga, 2003) menciona que los
patrones seguros de las relaciones con otros se encuentran en el desarrollo psicológico y el
bienestar de los niños; en cuanto a los apegos seguros, relaciones positivas con los adultos y la
confianza en sí mismos permitirían: la seguridad personal (se sienten protegidos y alentados,
en especial durante la edad temprana de dependencia física y psicológica), las interacciones
sociales (aprende habilidades sociales y comunicativas), las relación con padres, docentes,
empleadores, etc. (se convierten en el modelo, donde aprenden habilidades cognitivas,
morales, prácticas y culturales). Es asi que en escenarios donde los niños trabajan, los que
laboran con ellos, pueden ser en parte una fuente de seguridad, solidaridad e iniciación
cultural, pero tambien puede ser escenario de exclusión y rechazo social.

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II.5. Consecuencias del trabajo infantil en el desarrollo psicosocial
El trabajo infantil es un tema de abordaje social y que preocupa al mismo, debido a que
afecta al desarrollo de este grupo vulnerable. Dentro de sus consecuencias se encuentra el
impedimento a sus necesidades innatas de recreación, debido a que se hallan inmersos en
responsabilidades laborales a temprana edad, y con ello se presenta otra preocupación que es
la afectación a su salud y su futuro; la educación es otro tema en el que el futuro del niño o
niña puede verse deteriorado al incrementarse la brecha de pobreza y no tener acceso a la
superación profesional (Pedraza y Rivero, 2006), sin embargo, este mismo autor menciona que
si bien es cierto que el trabajo infantil puede llevar a más pobreza, tambien lleva a que los
niños se mantengan ocupados evitando malos hábitos y actividades inadecuadas, sobre todo en
aquellos que no realizan una actividad educativa. En hogares de escasos recursos el aporte del
menor por pequeño que sea, se convierte en una forma de supervivencia, y esta condición
lleva a un círculo vicioso difícil de abandonar y que sumerge en una mayor pobreza.

Distintas investigaciones demostraron que exponer a los menores a trabajar afecta su


desarrollo, los riesgos como lo son accidentes y enfermedades, son perjudiciales ya que se
encuentran en una etapa de vulnerabilidad; el desconocimiento del ambiente laboral, necesidad
de conservar el trabajo y ser el sustento de su familia, son algunas de las presiones por la que
se enfrentan los menores (Forastieri, 1997). Algunos estudios indican lo vulnerables que son
los menores expuestos al trabajo que incluso en aquellos quienes sus padres trabajan pueden
ser afectados desde etapas muy tempranas (Ronda y Regidor, 2003). Pero a pesar de las
distintas investigaciones, no se conoce exactamente qué tanto puede llegar a afectar el trabajo
a los menores; desde el desarrollo y la madurez psicosocial, los niños se encuentran en un
proceso de evolución de su personalidad, por lo que eventos con violencia y adicciones son
predisponentes para ellos, para sufrir de trastornos psicosociales, que incrementan su
vulnerabilidad ante trabajos de alta demanda física y mental (Briceño y Pinzón, 2004).

Consecuencias físicas: Aunque no todas las actividades laborales pueden llevar a


alteraciones en la salud, aun así, son consideradas como riesgo. Los niños tienen más años de
vida y con ello mayor tiempo para desarrollar enfermedades; en lo físico el sobre esfuerzo es
el más común (largas jornadas, sobrecarga y malas posturas), en el ambiente laboral
(contaminación, temperatura, humedad y químicos), en las enfermedades (retraso de

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crecimiento, anemias, heridas, infecciones, quemaduras, dolores de articulaciones,
deformaciones óseas y envejecimiento prematuro) (Ros, 2016).

Consecuencias psicológicas: Limita las capacidades comunicativas y fragmenta el


pensamiento, dificultando la utilización de habilidades necesarias para la inserción social (al
trabajar con adultos está sujeto a la obediencia automática, muchas veces no comprende
adecuadamente y la falta de tiempo no le permite socializar con niños de su edad), se muestran
agresivos, tiene baja autoestima, lentos en los procesos del aprendizaje, tendencia a desarrollar
ansiedad asociados a sus problemas personales, pesadillas, insomnio, desesperanza, depresión
(para sobrellevarlos intentan suicidarse o se refugian en las drogas), en aquellas alteraciones
de profundo impacto psicológico se puede mencionar a la explotación sexual; es importante
tener en cuenta que los menores aún estan en el proceso de maduración emocional y necesitan
de un entorno psicológico y social que les ayude a alcanzar la socialización según su cultura
(Amar y Madariaga, 2003).

Consecuencias sociales: El niño pierde el derecho a jugar y disfrutar de sus amistades


y tiempo libre, además de interrumpir su desarrollo académico. Por lo que su creatividad
puede verse interrumpida, ocupan roles de adultos, canalizan sus emociones y se enfrentan al
mundo adulto (Ros, 2016).

Consecuencias en la educación: El tiempo empleado en el trabajo compite con el


tiempo que debe dedicarse a estudiar, además del agotamiento físico y estrés por el que está
sometido el menor dificultad su adecuado aprendizaje (Amar y Madariaga, 2003). Otro de las
consecuencias es la deserción y el bajo rendimiento escolar, tardanza o dificultades en asistir a
clases, lo que lleva a que se retrasen en las actividades escolares; en clase suelen presentar
somnolencia, cansancio, haciendo que algunos abandonen por completo los estudios para
dedicarse a trabajar e incluso pueden llegar a la edad adulta sin haber estudiado (Ros, 2016).
Se estima que, en Perú, aquellos niños de nivel primario que trabajan 24 horas o más a la
semana, tienen siete veces mayor inasistencia, tres veces mayor la probabilidad de desaprobar,
y de igual forma en el retraso escolar; en el nivel secundario en cuanto a inasistencias es cinco
veces mayor, en desaprobación del año es tres veces mayor y retraso escolar es el 2.5 de las
veces (Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, 2017).

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III. CONCLUSIONES

En cuanto a los aspectos psicosociales del trabajo infantil, se concluye que este
dificulta a niños, niñas y adolescentes de poder desarrollarse a nivel físico, emocional,
educativo, social y de poder recrearse; donde las familias en pobreza representan un mayor
riesgo que se produzca este problema, en el que los menores se ven obligados a trabajar, sea
por presión familiar, por voluntad propia ante las necesidades o porque es parte de su
formación cultural. Otras de las conclusiones a las cuales se llegaron fueron:

Que referente a la definición, está vista desde el aspecto social y legal, la OIT mediante
sus artículos N° 138 y 182, refieren que el trabajo infantil es aquella actividad que interfiere
con la recreación, educación y desarrollo personal del niño, y que lo expone a peligros; pero,
según ley se permite trabajos ligeros a partir de los 12 años, sin que afecte sus estudios.

Por otro lado, las características del trabajo infantil tienen que ver con la edad del niño,
mientras más menor sea, más efecto negativo en su desarrollo. Además, los niños realizan
laborales de fuerza física, y las niñas actividades de comercio y domésticas; la agricultura en
el área rural tiene los índices más altos, seguida por el comercio en la zona urbana, ambas sin
horarios fijos y con baja o nula remuneración.

Referente a los factores de riesgo, la pobreza es el mayor problema, tambien la


percepción de la sociedad ante el trabajo infantil, la facilidad de contrato, los patrones
culturales de la sociedad y de la familia quienes ven al trabajo como primordial. En cuanto a
los factores protectores, la educación de los niños y la familia es esencial, un padre con
educación motivará a su hijo a estudiar, y debe haber acceso en todo lugar a una escuela.

16
Por su parte, la psicología familiar, indica que los problemas sociales pueden
quebrantar las funciones paternas, tales como seguridad física, alimentación, educación, etc.
Por otro lado, la psicología del desarrollo menciona sobre las consecuencias biopsicosociales
que tiene los niños que laboran, y su dificultad en poder satisfacer objetivos adaptativos de
acuerdo a cada etapa de la vida. Así mismo, la teoría del apego refiere que las consecuencias
psicosociales del trabajo infantil afectan la relación entre los progenitores y el niño y su futuro,
ante la falta de protección, cariño, etc. y experiencias que pueden ser traumatizantes.

Por último, las consecuencias del trabajo infantil se reflejan de manera integral en el
menor, viéndose en desventaja en comparación a otros niños que no ejercen esta actividad. El
área psicológica se verá afectada al no encontrar sentirse realizado en el área física, cognitiva,
social, educativa que lo llevará a no poder lograr su desarrollo integral según su etapa de vida.

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ANEXOS
Cronograma de actividades para elaborar el informe académico

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