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Registros,
Acontecimientos y condiciones,
Recuerdos.
Los registros son hechos almacenados de tal forma que se pueden leer o transcribir.
Incluyen documentos (archivos, informes, publicaciones), archivos de computadoras,
películas, microfilms, cintas, dibujos, fotografías, gráficos, etc. Los datos de los registros
se obtienen por medio de su recuperación y estudio.
Los acontecimientos y condiciones son los actos y las actividades, y las circunstancias
que los rodean, que se pueden observar. De ahí que los hechos de este tipo se obtengan
por medio de la observación y registrando los resultados de las observaciones.
Los recuerdos son toda la información almacenada en la mente de las personas que
trabajan en la organización del cliente, están asociadas con ella o simplemente pueden
proporcionar información útil al consultor (por ejemplo, a efectos de comparación). Esta
enciclopedia de conocimientos abarca hechos ya probados, experiencias, opiniones,
creencias, impresiones, prejuicios e intuiciones. La mente almacena todos estos datos en
forma de palabras, números y cuadros que el consultor no puede ver, pero puede obtener
de otras personas por medio de entrevistas, cuestionarios, informes especiales, etc.
Un consultor hábil evitará tener que recurrir a formas indirectas y lentas de acopio de
información si la misma información se puede obtener de manera directa y sencilla. En
muchos casos esto implica ir a preguntar a la gente. En las empresas industriales y otras
organizaciones los trabajadores de todos los niveles poseen una masa increíble de
conocimientos sobre su organización y casi todo el mundo tiene las mismas ideas acerca
de las mejoras necesarias y posibles. Sin embargo, no divulgan esa información si no se
les pregunta.
Los registros son una fuente prolífica de información y algunos de ellos serán objeto de
examen y estudio en cualquier misión de consultaría de empresas. Obviamente, los
consultores darán preferencia a la utilización de información de que ya se dispone en
registros antes de buscar otras formas de acopiar datos. Sin embargo, existen ciertas
trampas que se deben evitar al recuperar los datos registrados.
1. Muchos registros no son fiables y dan una idea distorsionada de la realidad. Esto es
común, verbigracia, en lo que respecta a los registros sobre los paros o rupturas de
las máquinas, o los desperdicios. Los materiales se pueden cargar a productos en los
que no se han utilizado. Se puede pretender que los planos y los diseños de las
Kubr, Milan, “La Consultoría de Empresas: Guía para la Profesión”, Limusa S.A de C.V., 3ª edición, México, 2005
fábricas estén al día, aunque raras veces lo están. Los manuales sobre la
organización y el funcionamiento pueden incluir descripciones detalladas de
procedimientos que se abandonaron hace mucho tiempo. Hasta sistemas de
informática bastante perfeccionados pueden aportar datos erróneos si la información
de entrada es incompleta y poco fiable. Si el consultor o el propio cliente tiene dudas,
la validez de los registros existentes se debe verificar antes de que sean utilizados.
Registros especiales.
OBSERVACION.
El consultor puede también observar las formas en que se establecen relaciones. Entre la
información que el consultor suele obtener por medio de la observación cabe mencionar la
siguiente:
Dado que la mayor parte de las personas se sienten incómodas cuando se las observa, el
consultor debe poner especial cuidado en procurar que se sientan tranquilas antes de
empezar a observar sus actividades. Primeramente les debe explicar lo que va a hacer.
No debe empezar nunca a observar a los trabajadores o a otros empleados sin
advertírselo. Debe explicar el objetivo de su estudio y señalar claramente que en forma
alguna tiene la intención de ser crítico, sino simplemente de obtener una información
fiable sobre la manera de realizar la actividad. Un intercambio de opiniones con las
personas que van a ser observadas dará a éstas la posibilidad de señalar todos los
factores que influyen en la actividad o en las relaciones de trabajo y de pedirles que
formulen sugerencias para mejorarla, con lo que probablemente se obtendrá su
cooperación. En la medida de lo posible, se deben comportar normalmente durante la
observación y no intentar lograr un desempeño mejor o más rápido, o peor y más lento,
que el habitual. Si sucede algo desacostumbrado, la observación se debe descartar y
repetir cuando las condiciones vuelvan a ser normales.
• experiencia;
• creencias;
• grado de confianza en sí mismo;
Kubr, Milan, “La Consultoría de Empresas: Guía para la Profesión”, Limusa S.A de C.V., 3ª edición, México, 2005
• ambiciones;
• gustos y aversiones;
• intereses o motivos especiales;
• personas a las que el entrevistado respeta y a las que no respeta;
• sociabilidad;
• buena disposición para cooperar;
• estilo de dirección (autocrático, consultivo, permisivo);
• grado de pensamiento original e innovador;
• receptividad a nuevas ideas;
• motivación para el cambio.
INFORMES ESPECIALES.
Cuestionarios.
Las preguntas se deben disponer siguiendo un orden lógico con el fin de que cada
respuesta conduzca a la siguiente.
Entrevista.
Una de las ventajas de formular preguntas durante una entrevista con respecto al empleo
de cuestionarios es que cada respuesta se puede poner a prueba y ampliar. Las
preguntas se complementan y apoyan recíprocamente, se confirman, se corrigen o
contradicen respuestas anteriores. Conducen asimismo a hechos conexos, que a menudo
revelan relaciones, influencias y limitaciones inesperadas. La entrevista es flexible y
adaptable. Si una sucesión de preguntas no consigue obtener los resultados requeridos,
se probará con otra. Las respuestas del entrevistado pueden servir de orientación a este
respecto. En las entrevistas el consultor se guía por las normas generales de la
realización eficaz de una entrevista, que se han descrito en diversos textos. A
continuación se describen algunas experiencias y sugerencias más concretas relativas al
uso de las entrevistas en la consultoría de empresas.
Al planificar las entrevistas, el consultor determina qué datos desea obtener, de quién,
cuándo, dónde y cómo.
Qué datos. Al fijar los datos que necesita, el consultor tiene en cuenta los conocimientos
que puede esperar tenga el entrevistado, por ejemplo, es poco probable que un director
de producción conozca con exactitud las condiciones de crédito que se conceden a los
clientes; asimismo, es probable que un director de ventas de distrito no esté informado
acerca del mantenimiento planificado de las máquinas. Para una información de base,
puede bastar una conversación de carácter general. Por otro lado, es necesario examinar
cabalmente, poner a prueba y comprender la información que contribuirá a resolver los
problemas o a introducir mejoras.
A quién se debe entrevistar. Como es obvio, los entrevistados deben estar relacionados
con las actividades objeto de estudio. Por ejemplo, con respecto a los procedimientos de
facturación, el encargado de las facturas será la mejor fuente de información. Para
obtener la plena cooperación y evitar que se ofenda a alguien, sin embargo, el consultor
debe hablar primero con el director responsable y dejar que éste designe a los
informadores. Más tarde podrá entrar en contacto con otras personas para complementar
o confirmar la información. Durante las entrevistas iniciales puede preguntar quién
dispondrá de una información de apoyo.
deben seguir una secuencia con el fin de que cada una se base en la información
derivada de las anteriores. Deben ir precedidas de un estudio meticuloso de los registros,
con el fin de que no sea necesario recurrir a entrevistas largas para acopiar datos que se
pueden conseguir de otra manera. Se ha de tener en cuenta el tiempo que un
entrevistado puede dedicar a la entrevista y su estado de ánimo.
Dónde reunirse. Para elegir un lugar de reunión conviene tener presente lo siguiente:
En general una persona está más relajada y es más comunicativa en su propio entorno.
Por otro lado, tiene allí toda la información a mano. Únicamente si el lugar de trabajo del
entrevistado presenta graves defectos, como ruido, escasez de espacio o riesgo de
interrupciones frecuentes, el consultor debe pedirle que se reúna con él en otra parte
(quizá en la propia oficina del consultor en los locales del cliente).
Cómo actuar. Aunque la realización de una entrevista varía según los caracteres del
entrevistado y del consultor, su relación y las circunstancias en las que se reúnen suelen
ser aplicables a las pautas que se resumen a continuación:
1) Antes de la Entrevista
Preparar las preguntas que es probable revelen los datos requeridos (la lista
servirá simplemente de orientación y de verificación de que la entrevista abarca todas las
esferas necesarias y no impedirá la investigación de temas conexos).
Informarse asimismo del empleo del entrevistado y de su personalidad.
Comunicar al entrevistado el propósito de la entrevista.
2) Durante la Entrevista
Cuando las respuestas a las preguntas son vagas, se debe insistir de una manera
grata y sin agresividad, hasta que se aclaren por completo.
Se debe estar alerta a los mensajes no verbales, a las sensaciones y a las
impresiones.
Se debe anotar los hechos y las opiniones durante la entrevista, así como las
impresiones después de la entrevista.
Antes de terminar, el consultor debe confirmar lo que ha anotado, dar las gracias al
informador por su ayuda y dejar abierta la posibilidad de otras entrevistas, de ser
necesario.
3) Después de la Entrevista
El consultor debe volver a leer las notas de la entrevista, enumerar los aspectos
que se van a verificar y transcribir la información fiable al registro de datos clasificados del
cometido.
Si procede, se debe remitir al entrevistado un resumen mecanografiado para que
lo verifique.
La información obtenida en una entrevista se debe utilizar para preparar las
preguntas (por ejemplo, de verificación o provisionales) para otras entrevistas.
Estimaciones.
Quienes pueden efectuar las mejores estimaciones o previsiones son las personas que
realizan la actividad de que se trate, pues tienen un conocimiento directo y además
aceptarán más fácilmente propuestas basadas en los datos que ellos mismos han
suministrado. Sin embargo, siempre que sea posible, es conveniente obtener las
estimaciones de más de una fuente y verificarlas.