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Universidad Nacional de Colombia

Leidy Paola Salguero Benavides


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lsalguero@unal.edu.co

Minería y esclavitud durante el periodo colonial en la Nueva Granada

La minería, junto con la esclavitud, fueron actividades y sistemas de gran importancia que
permitieron el desarrollo y consolidación de la colonia en la Nueva Granada. La minería, en gran medida,
se benefició de mano de obra esclava y permitió el surgimiento de una relación directa entre las dos, que en
últimas, tuvo fuertes repercusiones en la economía y sociedad coloniales.

Se ha de tener claro que la economía española se fundamentó en la extracción, y por lo tanto, la


búsqueda de metales preciosos estuvo entre las prioridades del gobierno. De forma general, existieron
principalmente dos tipos de minas durante la época colonial: las de veta o filón y las de aluvión, (siendo
estas últimas las predominantes). En los metales más destacados y con altísima demanda se encontraba el
oro, y fue este realmente la base de la minería en la colonia; muestra de esto es, por ejemplo, lo que dice
Jaime Jaramillo con respecto al tema, en su texto “La economía del virreinato” 1, donde afirma que la
minería del oro hizo posible el comercio tanto interno como externo, facilitando y generando los recursos
necesarios para el desarrollo agrícola, ganadero y manufacturero durante el periodo colonial. Por tanto, se
puede decir que el desarrollo de la minería tuvo repercusiones directas en la economía y en la sociedad del
momento.

En cuanto a cronología, se pueden distinguir dos ciclos del oro en la Nueva Granada. El primero
cubrió los años de 1540 a 1620; inició con las exploraciones en Vélez y Pamplona, que al igual que zonas
como Tunja y Antioquia fueron los lugares donde predominó la explotación durante la primera fase. La
mano de obra utilizada fue fundamentalmente indígena, siendo la disminución de esta fuerza la que
condujo al ocaso definitivo del ciclo. Le siguió un lapso de sesenta años, donde “hubo un periodo de crisis
en el cual prácticamente desaparecieron los establecimientos o reales de minas del siglo XVI”2. Después
de este intermedio, en el trecho de 1680 a 1780, apareció el segundo ciclo, en donde el auge minero se
presentó sustancialmente en zonas del Pacífico y de Antioquia. Lo que lo diferenció en gran medida del
primero es que la mano de obra predominante no fue la indígena sino la esclava, hubo, por tanto, una gran
transformación.

De forma general, se puede reconocer que desde el siglo XVI la minería se convirtió en una
importante variante dentro de la economía colonial, siendo a finales del siglo XVIII la época en la que
después de múltiples fluctuaciones la actividad decayó sustancialmente; esto debido a la falta de tecnología
y a la dificultad del mantenimiento de la mano de obra. A pesar de esto, es innegable la gran influencia que
tuvo y el impacto que generó en la economía y en la sociedad colonial.

Ya se observó que la mano de obra esclava apareció como alternativa ante la falta de fuerza de
trabajo indígena; pero esto no significa que haya hecho su aparición hasta ese momento (siglo XVII a
XVIII). Tomando como base el texto “Esclavos y señores en la sociedad colombiana del siglo XVIII” de
Jaime Jaramillo Uribe, se puede precisar que el ingreso de la mano de obra esclava comenzó desde los
primeros años de la conquista, siendo en el siglo XVII cuando se generó un incremento considerable en la
introducción de esclavos en la Nueva Granada, los cuales vinieron generalmente del Congo y de las zonas
septentrionales de África. En este siglo, la institución de la esclavitud adquirió gran importancia en la
1
Jaramillo, Uribe, La economía del Virreinato (1740-1810), en Historia de colombia, Ocampo José Antonio. pp 49
2
Colmenares, Germán, La formación de la economía colonial, en Historia económica de Colombia, Ocampo José Antonio. pp 35
sociedad colonial, pero no fue sino hasta el siglo XVIII, (cuando la introducción de esta mano de obra
esclava llegó a su punto álgido), que la propiedad de esclavos se convirtió en una de las muestras de
riqueza, influencia y prestigio más notorias. La compra (ya fuera de contado o a crédito) y el
mantenimiento de esta fuerza esclava necesitó de un gran capital de inversión, que fue sin duda alguna
puesto a disposición; sin embargo, debido a crisis sucesivas, tanto internas como externas, se llegó a un
punto en el que fue extremadamente difícil suplir los gastos generados por el sistema, lo que llevo poco a
poco a la abolición definitiva de la institución esclavista.

El siglo XVIII fue el siglo de la esclavitud, con esta, se llegó a cubrir en su totalidad la carencia de
mano de obra indígena, que era la herramienta base de la economía colonial del momento. La sociedad se
sustentó precisamente de los ingresos producidos por el trabajo y su comportamiento estuvo íntimamente
ligado a las fluctuaciones económicas de la época, que dependieron especialmente de instituciones como la
minería, en donde los esclavos desempeñaron un papel fundamental. La cantidad de esclavos introducidos
fue realmente grande, pero a pesar de ser un grupo tan numeroso fue muy tardío el momento en el que se
buscó darles garantías y brindarles una “mejor” forma de vida (finales del siglo XVIII). En dicha
oportunidad, se implantaron medidas que pretendieron regular las relaciones entre esclavos y propietarios,
por lo demás desastrosas, pero, como muchas otras medidas, no fueron acatadas en su totalidad y los malos
tratos siguieron en vigencia.

Se debe resaltar que de los centros mineros, la introducción de esclavos se extendió a las haciendas y
ciudades, en donde las actividades a realizar (trabajos en agricultura o en servidumbre) y las formas de
trato fueron muy diferenciadas. En las minas y plantaciones este último fue mayoritariamente atroz, a
diferencia de las haciendas y las ciudades, donde en ocasiones se manifestó de forma más “humana” o
“bondadosa”, llegando incluso a generarse fenómenos de relaciones íntimas entre amos y esclavos; a pesar
de esto, ejemplos de trato cruel se dieron en abundancia, tal es el caso del uso generalizado del látigo, que
estuvo unido a variedad de castigos, que en algunos casos, derivaron en el auge de suicidios e infanticidios
en gran número. Son entonces claras las relaciones de tensión y conflicto que se evidenciaron a nivel social
de manera constante, estas, unidas a otros factores como el mestizaje, crearon una nueva realidad
compleja, íntimamente unida al ir y venir de la sociedad y de la economía coloniales.

La esperanza de la libertad siempre estuvo presente en la mente del esclavo. Este factor, (unido a
diversas crisis internas que fueron de la mano con los desequilibrios y tensiones sociales), contribuyó en
gran medida al hundimiento del sistema esclavista, fenómeno que sin duda alguna conllevó desastrosas
consecuencias para el sector minero, y por lo tanto para la economía y sociedad coloniales. Se ve así, como
la relación directa existente entre la actividad minera y el sistema esclavista, tuvo considerables
repercusiones en los aspectos sociales y económicos de la Nueva Granada, la cual se nutrió efectivamente
de los ingresos generados de la extracción y comercio de metales como el oro y la nefasta explotación de la
numerosa población esclava.

Bibliografía
Colmenares, Germán. «La formación de la economía colonial (1500-1740).» Ocampo, José
Antonio. Historia Económica de Colombia. 1987. 13-46.

Uribe, Jaime Jaramillo. «La economia del virreinato.» Ocampo, José Antonio. Historia
Económica de Colombia . Siglo XXI Editores, 1987. 49-83.

Uribe, Jaime Jaramillo. "Esclavos y señores en la sociedad colombiana del siglo XVIII, en Ensayos
de Historia Social, varias ediciones.

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