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Nombre: Leidy Paola Salguero Benavides Clase: Historia de América III

Bulmer-Thomas, Victor. «Historia económica de América Latina desde la independencia.» México: Fondo de
Cultura Económica , 1994. 1-152.
Victor Bulmer-Thomas, es un reconocido británico especializado en el estudio de América Latina y el caribe,
esto desde el enfoque de la historia económica, para cuya construcción hace uso de bases de datos de fuentes primarias
que aplica en sus investigaciones. Su libro “Historia económica de América Latina desde la independencia” es visto
ya como un clásico en su área y es sin lugar a duda una de las obras que más prestigio le ha proporcionado en el ámbito
académico. Sin embargo, ha escrito otras obras importantes, tales como “The Political Economy of Central America
since 1920” (1987); “The Economic History of the Caribbean since the Napoleonic Wars” (2012); “Empire in Retreat:
the Past, Present and Future of the United States” (2018), entre otras.

En su libro “Historia económica de América Latina desde la independencia” hace uso de un enfoque
multidisciplinario que se ve evidenciado en la bibliografía desde la que se apoya, en donde es posible reconocer
influencias de la economía, la historia económica, la historia política, la sociología, la antropología y las relaciones
internacionales.1 Un enfoque tan amplio dota sin duda alguna a la obra de una riqueza antes poco frecuente en el campo,
pero que era necesaria para un entendimiento más complejo de la realidad del territorio. Sin embargo, hay otro punto
que hace su obra un estudio singular: no se atiene a un estudio por regiones, sino que contempla en su conjunto a toda
la América Latina, lo cual le fue posible hacer gracias a los estudios particulares que se enfocaban en territorios
específicos. Es pues un reto complejo el que se plantea el autor con la obra, en la cual pretende rastrear las raíces que
expliquen la brecha entre el desarrollo económico de la región frente a los países del denominado primer mundo; así
como las diferencias que han influido en los desiguales niveles de vida que se presentan entre los mismos países.
Para responder a estos planteamientos, afirma que no hay alguna teoría que explique de por sí la posición
intermedia de América Latina en la escala de ingreso mundial pér cápita y las diferenciaciones que han surgido entre
los territorios de la región, sin embargo, señala la importancia de contar con un marco teórico que guíe la investigación,
para ello se apoya de lo que él llama “tres ideas básicas” que lo ayudaran a darle explicación a sus planteamientos: la
lotería de bienes, la mecánica del crecimiento guiado por las exportaciones y el medio de la política económica.
La hipótesis que concibe es que donde la combinación de la lotería de bienes, la mecánica del crecimiento guiado
por las exportaciones y el medio político económico era favorable, los resultados eran positivos y contribuían a reducir
la brecha con los países avanzados y le daban a la región que cumplía con estas características una posición privilegiada
frente a las demás. Y, cuando no era así, las diferencias se hacían a su vez más amplias y con ello un desarrollo y una
lucha para vencer las desigualdades se convertía en algo cada vez más difícil de conseguir.
Todo esto lo plantea el autor en el primer capítulo, en el cual, además, da un panorama general del desarrollo
económico latinoamericano y explica más a detalle sus “tres ideas básicas”. Ya en el segundo capítulo, se ocupa de la
lucha por la identidad nacional como un proceso que inicia con las independencias y que es posible evidenciar en lo
que corre del siglo. Esto enmarcado en la constante lucha de estos países por dejar atrás su “pasado colonial”, que, sin
embargo, seguía más vigente que nunca. A grandes rasgos, señala que el fenómeno independentista, a nivel económico,
ofreció dos ventajas: la apertura hacia el libre comercio y el acceso a un mayor numero de mercados internacionales;
sin embargo, las desventajas las superarían, siendo la permanencia de modelos coloniales, el caos interno en los

1
Esto lo señala al inicio del libro, específicamente en el prefacio.
territorios y la dificultad en una adecuada integración con el comercio mundial las principales. También describe el
modelo del libre comercio con sus pros y sus contras, da cuenta del desempeño de las exportaciones a mediados del
siglo, estudia la naturaleza de la economía no exportadora y finalmente dilucida las principales diferencias regionales
presentes en América Latina.
Ya en el tercer capítulo, se ocupa del estudio del sector exportador y la economía mundial partiendo de un
periodo que inicia en la mitad del siglo y se extiende hasta la primera década del siglo XX. Esto lo hace considerando
la lógica del crecimiento basado en las exportaciones y la expansión de la economía mundial, analizando cómo y por
qué la respuesta del sector exportador a dicho estímulo no fue la misma en toda la región. Las conclusiones a las que
llega es que el modelo tenia que ser extraordinariamente dinámico, es decir, no concentrarse en unos pocos productos
y pocos mercados, para llegar a ser favorable, asimismo señala que la naturaleza de la economía mundial hizo difícil
que las exportaciones alcanzasen las tasas de crecimiento necesarias para un adecuado sostenimiento de las economías.
A esto se suma una tasa desalentadora de crecimiento de las exportaciones a largo plazo y la vulnerabilidad frente a la
constante variación de los ciclos económicos.

En el cuarto capítulo, se ocupa del crecimiento impulsado por las exportaciones desde el lado de la oferta, en
donde señala que este crecimiento se vio dificultado debido a las limitaciones presentadas en la expansión de la oferta
de exportaciones. Según el autor, para llegar a una expansión de las exportaciones se podía acudir a alguno de estos
tres modelos: aditivo, destructivo y transformativo, que explica mas a detalle en el capítulo. En general, da muestra de
que en la mayoría de los países, el crecimiento basado en las exportaciones presentó elementos de los tres modelos,
siendo el de mejores resultados el transformativo e indicando que la adopción de uno u otro modelo dependió en gran
medida de la lotería de bienes. También muestra como ni el crecimiento demográfico natural, ni la inmigración interna
selectiva o masiva alivio el problema de escasez de mano de obra tan acuciante en Latinoamérica desde tiempos
coloniales. El problema en gran medida se enmarcó, según el autor, en la renuencia a la implantación de mano de obra
asalariada, la concentración de las tierras heredada de la colonia y la escasez de mercados de capital, que no pudo ser
solventado ni siquiera con inyecciones de inversión extranjera. A todo esto, finalmente, se añade las limitaciones que
se presentaban en materia de política económica; se esperaba que problemas económicos fueran manejados y
solucionados por medios privados, siendo que una intervención adecuada por parte del Estado hubiera sido más
fructífera; así mismo la depreciación del papel moneda contribuyo a complicar aún más la situación económica de los
países latinoamericanos.

A modo de cierre, en el capitulo cinco, el autor se enfoca el estudio del crecimiento impulsado por las
exportaciones y su incidencia en la economía no exportadora. Señala en primera medida los sectores más importantes
que competían con la importación y que aportaban bienes: la agricultura para uso interno (AUI) y la industria nacional.
Lo que plantea el autor es que sin una respuesta positiva de ambos sectores al estimulo causado por las exportaciones,
no era posible esperar un aumento significativo del ingreso real per cápita y por lo tanto se dejaba de lado la esperanza
de lograr un desarrollo económico eficiente que limara las brechas con los países avanzados y entre los países de la
misma región. Y fue precisamente esto último lo que sucedió en América Latina, todo ello, en buena medida, gracias
a la deficiencia de la mano de obra, la escasez de capitales, el poco desarrollo de la tecnología en el agro y en las
incipientes industrias, la dificultad y poco desarrollo en materia de transportes, la inestabilidad política y, en general,
las deficientes políticas de los gobiernos en asuntos económicos2, con la consiguiente dependencia hacia economías
más fuertes.

Finalmente, cierra este capitulo señalando las diferencias por regiones en América Latina en vísperas de la
primera Guerra Mundial. Da cuenta de como las variaciones regionales eran mayores a comparación del comienzo del
siglo XIX, con un amplio diferencial en los niveles de vida. A modo de ejemplo señala el ejemplo de Argentina, cuyo
ingreso real pér cápita era casi cinco veces mayor que el de Brasil. En general, diferencia la región en tres grandes
grupos de países: los primeros, que obtuvieron altas tasas de crecimiento en las exportaciones y un aumento en la
productividad en el sector no exportador, los segundos, que tuvieron un buen crecimiento en las exportaciones poro no
así un aumento en la productividad en sectores no exportadores, y finalmente los terceros, en los cuales el crecimiento
en las exportaciones fue modesto y el nivel de productividad de los sectores no exportadores continuó siendo bajo.

Cierra el autor diciendo que es innegable el hecho de que el desempeño de las exportaciones fue un factor
determinante en el mejoramiento, o no, de los niveles de vida de los países latinoamericanos. Seguir el modelo de
crecimiento basado en las exportaciones fue la decisión tomada por estos países, y claramente arrojó resultados, sino
modestos, deficientes, en buena parte de los casos; pero, y aquí hay un punto interesante, el autor señala que “cualquier
modelo adoptado por los 13 países del tercer grupo habría mostrado una pobre tasa de rendimiento”3. Todo esto gracias,
según el autor, a la inestabilidad política, la incompetencia administrativa, los malos sistemas de transporte, la falta de
capital, la escasez de mano de obra y la pequeña dimensión de los mercados internos. Una perspectiva
desesperanzadora, pero realista para la inestable situación de la mayoría de los países latinoamericanos.

En general, considero que el autor logra cumplir con los objetivos planteados para su estudio (aunque aquí se
aborden los primeros cinco capítulos), da cuenta, en efecto, de las raíces de la brecha entre los países latinoamericanos
con los países más avanzados, y la brecha existente entre los mismos países de la región. La lotería de bienes que “le
tocó” a cada país, y en esto apoyo al autor, fue determinante, así como la decisión de impulsar la economía siguiendo
un modelo de crecimiento guiado por las exportaciones y la mediación de las políticas económicas adoptadas por los
territorios. También me parece adecuada la decisión del autor de desarrollar su estudio atendiendo a una perspectiva
no por territorios particulares sino el conjunto hispanoamericano, pues permite una visión comparativa que arroja
interesantes resultados, (como lo es la clasificación en tres grandes grupos de los países para el periodo estudiado).
También, aunque se pueda argumentar que se pierde en profundidad al abarcar un campo de estudio tan amplio, yo
considero que el autor salva en parte esta dificultad al enmarcarse en una perspectiva multidisciplinaria, logrando
reducir asimismo algunos efectos contrarios al apoyarse en estudios, que son hoy más abundantes, de los casos
particulares. Finalmente, considero esta una investigación valiosa por la especie de síntesis compleja que hace acerca
de la historia económica de la región desde la independencia; pues para el momento de su publicación hacia falta un
estudio que permitiera ver la situación hispanoamericana desde otro ángulo, uno en conjunto. Tiene razón de ser,
entonces, que sea considerado uno de los clásicos actuales en su campo, posición que, sin duda alguna, es merecida.

2
El sistema aduanero era la principal fuente de ingresos del gobierno, pero, como bien lo señala Thomas, se combinó con un elemento protector
en aquellas republicas en que el nivel del ingreso per cápita o el tamaño de la población hicieron posible la introducción de manufacturas
modernas. El que el primero fuera la principal fuente de ingresos indica la falta de otras fuentes políticamente aceptables que dieran estabilidad
y, aunque la tasa proteccionista de América Latina fuese suficiente para estimular cierta producción manufacturera nacional en los países más
grandes, no necesariamente implica que la política arancelaria era la óptima.
3
Bulmer-Thomas, Victor. 1994, p. 150.

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