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Leidy Paola Salguero Benavides

Facultad de C. Humanas
Departamento de Historia
Jueves, 04 de julio de 2019

Reseña del texto “Historia del África negra, del siglo XIX a la época actual” de

Joseph Ki-Zerbo1

Joseph Ki-Zerbo fue un historiador africano fallecido en el 2006. Nació en Burkina Faso, y su
trabajo consistió en la redacción de diferentes volúmenes sobre la historia de África, más
​ egún Amadé Badini,​“​Ki-Zerbo es uno de
concretamente, sobre la historia de África en el mundo. S
los pensadores de África contemporánea que más habrán influido en su época. Intelectual clásico,
formado en las escuelas y universidades de Francia durante el período colonial, vivió en su carne, en
su espíritu y en su inteligencia los diversos horrores y abusos que la colonización, su lógica, sus
objetivos y sus métodos impusieron a los pueblos de África, especialmente a los pueblos del África
2
negra, desde principios de siglo e incluso antes” Entre sus obras, se encuentran “Histoire de
l’Afrique noire” (1972); “A quand l'Afrique” (2003), “Educate or perish” (1990), entre muchas otras
de gran importancia para el estudio del continente africano.

El texto que se trabajara en el presente escrito es “​Historia del África negra, del siglo XIX a
la época actual”​ , el apartado correspondiente al capítulo once titulado “​El despertar del África negra
o la historia comienza de nuevo​” y específicamente la primera parte, dedicada al estudio del
surgimiento del nacionalismo, sus causas, grupos motores y sus actividades.

De forma general, el texto comienza con una breve introducción del tema y poco después da
paso a la exposición de dos grandes apartados (en los que se desenvolverá el resto del escrito); uno
dedicado a la mención de las causas del desarrollo del nacionalismo en África, y el otro, al estudio de
los grupos motores que hicieron posible dicho movimiento. En cada uno de estos apartados hay
numerosas subdivisiones, cada una de las cuales examina o retrata cuestiones específicas; en el
primero son siete y en el segundo son seis. Pero, de manera global, el autor tratará las diversas

1
​Ki-Zerbo. Joseph, 1980, pp 704-736.
2
​Badini. Amadé, 1999, p 685.
estructuras en las que se dio y tuvo cabida ese “despertar nacional” (como lo llama) o ese
risorgimento​ en el continente africano.

Inicia pues, haciendo hincapié en que el nacionalismo africano de ningún modo debe ser
comprendido ni asimilado desde lo que él denomina “sentimientos chauvinistas”, los cuales se
presentaron en los países europeos en los campos económico, político y militar y se deformaron
llegando hasta el movimiento imperialista, de la mano de ideologías como las del pangermanismo o
el fascismo; sino más bien, este ha de ser entendido desde esa visión dirigida al ​despertar nacional,
el cual, según el autor, intentará formarse oponiéndose al poder establecido​. ​Además de esto,
también menciona como dicho nacionalismo, tiene su origen en los primeros choques extranjeros,
siendo el periodo colonial el momento en el que este sentir se vio fuertemente reducido. Cierra
planteando una pregunta cuya respuesta intentara dar en los dos grandes apartados antes
mencionados, dicha cuestión es la siguiente: ​“¿Cuáles fueron las fuentes y las formas de esta
revigorización ​(despertar nacional) ​que toma modos y aspectos de mutación?”.

Me parece adecuado que el autor inicie su intervención remarcando la diferencia del


nacionalismo africano del europeo, pero considero que en esta le faltó mencionar un aspecto de
fundamental importancia: el que el nacionalismo oficial africano, por su parte, y como indica
Djogbénou, pretendió “​aplicarse a un conglomerado flotante y aleatorio de tribus reagrupadas por
las vicisitudes de la historia dentro de fronteras territoriales o estatales que no tenían, por así
3
decirlo, ningún sentido para los miembros de tribus, aisladamente consideradas​” , aspecto que
considero negativo pero fundamental y que sin duda alguna tendría fuertes repercusiones en el
desarrollo posterior de los pueblos africanos.

Continuando, el título del primer gran apartado es “Las causas”, la primera subdivisión está
dedicada al estudio de las alteraciones de la segunda guerra mundial y sus consecuencias en relación
al nacionalismo. Aquí habla de cómo miles de negros participaron en diferentes campos de batalla en
diversos lugares como Italia, Normandía, Alemania, etcétera; y describe cómo fue esta presencia en
dicha guerra un factor importante para que los africanos se dieran cuenta que los blancos, al igual
que ellos, no eran seres divinos o algo parecido, que también sangraban y sufrían como ellos; como
dice el autor, “​descubren de repente su propio valor […], la dignidad humana​” y cuestión más
importante aún: los soldados africanos participantes de aquellas batallas, llegarían a África y muchos

3
​A. Djogbénou. Fabien, 2003, p 213.
de ellos tomarían parte de los movimientos políticos reivindicativos de sus propios países. Sumado a
esto, como dice Yarisse Zoctizoum, “​el resultado de la Segunda Guerra Mundial, con la derrota del
fascismo y el debilitamiento de las posiciones occidentales en el mundo, fue el reforzamiento de los
4
movimientos antiimperialistas y anticolonialistas​” ; interesante aporte que sin duda habla mucho de
la importancia de dicho acontecimiento en la luchas africanas, y que demuestra que también los
factores externos desempeñaron un papel importante en la ​reivindicación africana​.

Las subdivisiones dos, tres y cuatro, abordan las intervenciones de Estados Unidos, la Unión
Soviética y la ONU en el continente (respectivamente). Tal como señaló ​Zoctizoum, con la llegada de
la Guerra Fría, “​el continente se convirtió en un terreno de enfrentamiento indirecto entre las dos
grandes potencias y la Organización de las Naciones Unidas desempeñó un papel importante como
5
factor externo en la emancipación de África​” . En cuanto a Ki-zerbo, cuando se refiere a la
intervención estadounidense, menciona la actitud liberal que tuvo ante los problemas africanos
debido a su tradición anticolonial y democrática, que estaba, sin embargo, arropada por diversos
intereses (libre comercio, control de materias primas, captación de posibles mercados, competencia
con los soviéticos por el control…) que de cierta forma presentaron una contradicción ante sus
planteamientos ideológicos. De la URSS, dice que poseía una política anticolonial con unos
principios ideológicos mucho más firmes; cuya influencia se puede ver en algunos sindicatos y
asociaciones africanas que estaban en busca de la liberación del abuso del opresor.

En cuanto a la ONU, (creada en 1945), el autor la describe como una organización que a
pesar de las “​imperfecciones de su propia estructura […] trabaja a favor del despertar nacional
africano, […] (al) desarrollar relaciones amistosas entre las diferentes naciones, fundadas en el
respeto del principio de igualdad de derechos entre los pueblos, y de su derecho a disponer de sí
mismos​”. Es pues, una organización de gran importancia en el desarrollo del movimiento
nacionalista y, con sus misiones en el continente, dio una voz a los oprimidos africanos en el
contexto internacional.

Continúa con el ejemplo de Asia, señalando la especie de solidaridad que se presentó entre
ambos continentes, siendo la lucha asiática de especial ejemplo para el florecimiento del despertar
africano. La influencia asiática (destacada en figuras como las de Gandhi, que popularizó la lucha
política pacífica) se verá reflejada en el deseo de levantarse de nuevo y volver a jugar un papel en los

4
​Zoctizoum. Yarisse, 1989, p 103.
5
​Zoctizoum. Yarisse, 1989, p 106​.
asuntos humanos y en el estrechamiento de relaciones entre los dos continentes, siendo un ejemplo la
Conferencia Afroasiática de Bandung de 1955. El continente asiático, se convertirá en un ejemplo de
emancipación que sin duda alguna los africanos intentarán seguir e implementar en su propia
liberación.

Siguiendo con el hilo, el autor menciona el ejemplo de África del Norte y termina el primer
gran apartado distinguiendo las contradicciones internas del colonialismo. Brevemente, en este caso,
menciona a Egipto, la militancia anticolonial y panarabista del coronel Nasser en 1954, y la
consecución de la independencia de los protectorados del Magreb. En cuanto a las contradicciones
internas del colonialismo, indica como la propia colonización engendró su propia desaparición, uno
de los ejemplos que menciona es el de los franceses, quienes pregonaban a los africanos que “Todos
(éramos) iguales” (nótese la contradicción macabra, precisamente los franceses, quienes enarbolaron
antaño luchas de libertad influyentes en todo el mundo occidental, aplicaron dicho principio en sus
colonias sólo cuando les convenía, si es que lo hacían), palabras que por supuesto los nacionalistas
africanos se tomaron muy enserio y aplicaron hasta las últimas consecuencias.

Ki-Zerbo llega así al segundo gran apartado, titulado “Los grupos motores”, mencionados
también por Nuria Fernández Moreno, quien dice de estos que “​en un principio, resultaron:
políticamente positivos (impulsaron las independencias), culturalmente reparadores (restauraron la
dignidad) e ideológicamente instrumentales (movieron a las masas). Pero una vez logradas las
independencias, se volvieron inoperantes (no se tradujeron en acción política), culturalmente
utópicos (en su pretensión de unificar la identidad africana) e ​ideológicamente perjudiciales (el
6
concepto de identidad participaba del mismo sustrato racial que las teorías racistas occidentales)” .
Considero que la apreciación citada es pertinente, y presenta un buen punto de contraste ante lo dicho
por Ki-Zerbo, quien, valga decirlo, no menciona dichos aspectos negativos de forma clara o concreta
o simplemente no los toma en cuenta en el estudio.

Habla, inicialmente, de los sindicalismos, que según dice él, “​tuvieron un desarrollo tardío​”
en el África Negra, además menciona cómo estos fueron diferentes en el continente, (en gran parte
debido a la naturaleza determinada del poder opresor bajo el cual estuvieran sometidos). Menciona el
ejemplo de Gran Bretaña y el de los franceses, y como estas potencias reconocieron hasta cierta
época (1930 en el caso de Gran Bretaña) la formación de estas asociaciones, que en principio no eran

6
Fernández. Nuria, 2009, pp 59 y 60.
muy numerosas (de forma general en todo el continente), pero que en la década de los cincuenta e
inicios de los sesenta se elevaron (numéricamente) de forma constante. El autor dice que dicha
debilidad pudo deberse a la consideración de dichos grupos como subversivos por parte de las
autoridades, lo cual causaba cierta reticencia en la población a adherirse a ellos. Sumado a esto, se
debe aclarar que dichos sindicalismos estaban conformados por las masas, siendo sus líderes los que
tiempo después conformarían en gran medida los cargos de mando de los partidos políticos. De
forma general, y a pesar de los impedimentos que en el texto menciona el autor, este afirma que el
“​sindicalismo jugará un papel progresista de extraordinaria importancia​” viéndose reflejado en el
“​surgir del nacionalismo del continente negro”​ .

En las subdivisiones que siguen, la dos, la tres y la cuatro, el autor aborda, respectivamente, la
actividad de los intelectuales, los movimientos estudiantiles y el papel de las iglesias en ese
despertar, q​ ue va directamente relacionado al nacionalismo africano. En la subdivisión dedicada a
los intelectuales, nombra a algunos de ellos y menciona el fenómeno de la “​negritud” q​ ue en
palabras de José Martínez “se expresó tanto como recuperación de los valores negros como
7
afirmación de la solidaridad negra” , ​y de la cual Ki-Zerbo señala que uno de sus aspectos más
importantes de esta, consistió en la afirmación de sí mismos que tuvieron los africanos, y la presencia
de una conciencia del “​yo negro”​ en contraparte al “​mundo blanco​”. Reconoce (eso sí) al final, que
“​la negritud solo puede ser una etapa en el itinerario intelectual, pues en caso contrario se corre el
riesgo de convertirla en mixtificació​n”. Se debe tener en cuenta que esta ​negritud e​ stuvo fuertemente
arraigada a los movimientos de intelectuales y artistas, quienes a través del “​arte y la literatura,
8
estuvieron comprometidos con su pueblo”​ y contribuyeron, a su manera, en ese ​despertar ​nacional
mencionado por Ki-Zerbo.

En los movimientos estudiantiles, menciona la influencia que estos tuvieron en el


desenvolvimiento de las ideas nacionalistas, conociendo estas una afirmación ​“solemne en
septiembre de 1956​” en la Sorbona, en el Congreso de Escritores y Artistas Negros y en Roma en
1959 (segunda celebración de dicho congreso). Continúa con la mención del papel desempeñado por
las iglesias, en donde señala que aparecen también movimientos de carácter nacionalista; de estas
destaca el papel desempeñado por el Islam, que como anota Kabunda, “​además de participar en el
9
movimiento nacionalista de descolonización, aseguró la promoción social de sus adeptos​” . Otro que

7
​Martínez. José, 1993, p 24.
8
​Zoctizoum. Yarisse, 1989, p 107.
9
​Kabunda. Mbuyi, 1995, p 28.
se destaca es el cristianismo, en donde, en palabras de Ki-Zerbo, el nacionalismo se expresa por
medio de la fe; en ese concepto de Iglesia universal, imbuida por el principio de integración (se debe
tener en cuenta que dicha característica no es únicamente aplicable al caso cristiano). Añade que el
movimiento nacionalista en las Iglesias se presentará bajo el aspecto del autonomismo y del
profetismo y menciona ejemplos de cada uno para su mayor claridad.

Llega así a una de las subdivisiones más importantes, es esta la que está dedicada al estudio
de los partidos políticos. Para su desarrollo, la divide a su vez en cuatro partes; refiriéndose primero
a los orígenes de los partidos, después la descripción de los partidos de notables, de cuadros y de
masas; prosigue con la organización de los partidos y finaliza con el poder de las mujeres y de los
jóvenes.

Se debe tener en cuenta que los movimientos nacionalistas, en buena parte, “​fueron surgiendo
y se organizaron como asociaciones y partidos políticos que intervinieron cada vez más en la lucha
10
por la independencia”​ ; siendo estos partidos políticos de especial importancia para Ki-Zerbo, quien
los califica de “piedra angular” en el despertar africano. Explica pues, como estos utilizan a su favor
las organizaciones tradicionales preexistentes y como debido a la aparición de ciertas herramientas,
principalmente (aunque no únicamente) tecnológicas, toman más fuerza y llegan con mayor rapidez a
su foco deseado, el de las masas. Menciona como factor de aparición de dichos partidos la
disgregación del poder tradicional, la presencia de nuevas libertades de expresión, de reunión o de
desplazamiento otorgadas por los gobiernos metropolitanos y la implantación de reformas
constitucionales (entre otros).

Con los partidos de notables, de cuadros y masas, explica como en los primeros se
evidenciaba un culto a la personalidad y una legitimidad dinástica para poder tener acceso al poder;
en los segundos dice que eran poco frecuentes, siendo en ellos donde “​el nivel de instrucción de sus
afiliados prevalece sobre la base popular”​ y en el tercero, menciona que la participación y el control
de la masa popular era lo que predominaba. En cuanto a la organización de los partidos, muestra
como es en muchos casos de estilo jerárquico y hace uso de algunas de las estructuras tradicionales
de organización; cierra diciendo que muchas veces el líder del partido podía convertirse en un ser del
que se esperaba todo, incluso milagros, se produce, pues, una curiosa divinización; aspecto que me
hubiera gustado que el autor profundizara más, pues considero que dicha “divinización” pudo haber

10
​Martínez. José, 1993, p 10.
desempañado un rol determinante en este despertar de las mentes que menciona en el mismo
menciona al inicio del texto.

Para finalizar con esta sección a los partidos políticos menciona el papel desempeñado por los
grupos de mujeres y de jóvenes en el movimiento nacionalista, explicando como estos, desde sus
esferas, contribuían a la comunicación o transmisión de los ideales nacionalistas; lo cual los
convertía en entes de valiosa importancia en ese ​despertar ​que estaba germinando en el pueblo
africano. Sin embargo debo añadir lo mencionado por Kabunda sobre el tema, el cual dice que “​las
organizaciones de base (trabajadores, mujeres, campesinos, jóvenes) no disponían de objetivo
común ni de referencia ideológica y medios para luchar contra los poderes establecidos hostiles a su
11
desarrollo​ ” , lo cual contrasta un poco con lo dicho por el autor en el texto; a pesar de esto, (y
apoyando e intentando complementar con lo que dicho por Ki-Zerbo) puedo decir que en el
momento en el que organizaciones como los partidos políticos captaron estos grupos sociales para su
beneficio, la influencia del ​despertar l​ legó a esferas más diversas, que sin duda contribuyeron en la
consiguiente emancipación del pueblo africano, por tanto, aunque estos grupos de jóvenes y mujeres
no tuvieran tanta influencia o impacto inicialmente, cuando se unieron a estructuras más
desarrolladas, su poder fue realmente significativo.

Finalizando el texto, el autor habla de la lucha nacionalista en Madagascar, describe este caso
de forma breve y menciona diversos acontecimientos (creación de organizaciones, revueltas,
conferencias, etc.) que intentan dar cuenta de ese movimiento nacionalista en el caso específico de
los malgaches, y que es referencia para el resto de movimientos nacionalistas que están surgiendo, a
un tiempo, (o que aún no habían surgido) en el resto del continente. Aunque breve, es una
contribución importante que refuerza lo planteado por el autor en los apartados anteriores, y que da
ejemplo de ese despertar que se vio reflejado en el nacionalismo y que se presentó de forma más o
menos específica en el caso de Madagascar.

A modo de conclusión, el texto de Ki-Zerbo al abordar las diferentes causas y grupos motores
del ​despertar africano, proporciona una breve pero clara visión de las agitaciones que se estaban
produciendo en el continente y que condujeron a la emancipación africana, logrando reconocer las
fuentes de la “revigorización” de las mentes africanas. Que haya hecho hincapié en la influencia que
tuvieron los partidos políticos me parece razonable, pues estos, al proporcionar una organización, le

11
​Kabunda. Mbuyi, 1995, p 20.
dieron de cierta manera, cuerpo al movimiento; aunque claro, no se debe despreciar la destacada
ayuda que proporcionaron los otros factores antes mencionados. Sin embargo, en mi opinión, le faltó
ahondar un poco más en ciertos asuntos específicos, (en los cuales encontré ciertos puntos de
contraste y que mencioné en los apartados anteriores). A pesar de esto, es un texto que aunque poco
detallado en el análisis de los acontecimientos o aspectos determinados, logra dar un panorama
general de ese “​despertar africano​” que estuvo fuertemente ligado al nacionalismo, y condujo a
África al camino del florecimiento de una Historia totalmente nueva.

Bibliografía

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solidaria​ 17 (1995): 19-29.

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comparada.​ XXIX. Nº4 (1999): 685. <http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/kizerbos.PDF>.

Carreras, José U. Martínez. «La naciones africanas.» ​Cuadernos del mundo actual XVI. Nº18
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Djogbénou, Fabien Adonon. «Colonización y en busca del estado, nación y democracia.»


Djogbénou, Fabien Adonon. ​Colonización y en busca del estado, nación y democracia​. México:
Universidad Nacional Autónoma de México. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 2003.
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Ki-Zerbo, Joseph. «El despertar del África Negra o la Historia comienza de nuevo.» ​Historia
del África negra, del siglo XIX a la época actual.​ Madrid: Alianza Editorial. S.A, 1980. 704-736.

Moreno, Nuria Fernández. «África en el siglo xx: una historia de la deconstrucción-


reconstrucción en el trazado de fronteras e identidades.» ​Antropología y colonialismo de África
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Zoctizoum, Yarisse. ​La Descolonizacion de Africa en el Contexto Mundial​. París: Presses
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http://www.descolonizacion.unam.mx/pdf/Ch5_6_LaDescolonizacion.pdf>.

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