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República Bolivariana de Venezuela

Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes


Postgrado de Psiquiatría
Catedra: Teorías del aprendizaje

NEUROCIENCIAS, APRENDIZAJE Y
CONDUCTA
(Unidad curricular 10, tema 1)

Edmary Mora
Residente de 2do año
Profesora: Dra. Gipssy Molina

Mérida, 8 de Julio 2020


Neurociencias
La Neurociencia se define como la disciplina que busca entender cómo la función cerebral
da lugar a las actividades mentales, tales como la percepción, la memoria, el lenguaje e incluso la
consciencia (1), la mente es lo que el cerebro hace. En este sentido, la Neurociencia busca
descubrir los algoritmos que describen la actividad fisiológica llevada a cabo en las estructuras
neuronales, y que resultan en la percepción, la cognición y la consciencia. Kandel escribe en la
primera línea del prefacio de su obra Principios de Neurociencia (Kandel, Schwartz y Jessell, 2001),
que “el objetivo de la Neurociencia es comprender la mente: cómo percibimos, nos movemos,
pensamos y recordamos”

Neurofisiología
La Neurofisiología es una rama de las neurociencias, que se encarga del estudio funcional
de la actividad bioeléctrica del sistema nervioso central, periférico y autonómico, mediante la
utilización de equipos y técnicas de análisis avanzado, como la Electroencefalografía, la Cartografía
cerebral, la Electromiografía cualitativa y cuantitativa, la Electroneurografía, los Potenciales
Evocados en sus diferentes modalidades (Auditivos, Visuales, Somestésicos, Motores y Cognitivos),
la Polisomnografía, y la Magnetoencefalografía y estimulación magnética transcraneal (que
además tiene fines terapéuticos en algunos casos).

La neurociencia y el aprendizaje
El aprendizaje es tan importante y tan central en la vida que por eso se vuelve primordial
tratar de comprender ¿qué es? ¿cómo se produce? y ¿cómo se pueden mejorar los procesos, en lo
individual y en lo social? Gracias al avance de la ciencia, hoy sabemos que, en su desarrollo,
nuestro cerebro se va esculpiendo, es decir, va cambiando tanto su estructura como su
funcionamiento. Así, las conexiones neuronales se van modificando a lo largo de la vida como
producto del aprendizaje y la interacción con el ambiente que nos rodea. Esta capacidad del
cerebro, denominada "plasticidad cerebral", da cuenta de que los conocimientos y habilidades que
adquirimos no son estáticos, sino que están en constante cambio. En pocas palabras: aprender es
bueno para el cerebro.
Los avances en neurociencias han permitido comprender cómo funciona el cerebro y ver
el importante papel que la curiosidad y la emoción tienen en la adquisición de nuevos
conocimientos. En la actualidad se ha demostrado científicamente que, ya sea en las aulas o en la
vida, no se consigue un conocimiento al memorizar, ni al repetirlo una y otra vez, sino al hacer,
experimentar y, sobre todo, emocionarnos. Las emociones, el aprendizaje y la memoria están
estrechamente relacionadas. Ahora bien, desde el punto de vista de la neurociencia, cabe destacar
que la inteligencia es un concepto multidimensional, por eso un mismo ambiente de aprendizaje
debe llevar a explorar, pensar y expresar ideas a través de una variedad de diferentes códigos.
Es por esto que, la neurociencia nos dice que hay dos tipos de aprendizajes: uno de corta y
otro de larga duración. El primer modelo se usa para cosas como la lista de la compra, tareas para
hoy y cosas que no necesitan estar recordándose continuamente. El segundo modelo nos sirve
para memorizar conocimientos que vayamos a utilizar habitualmente.
Muchas veces se estudia y se almacenan las cosas en la memoria a corto plazo
arriesgándonos a olvidarlo todo en el peor momento. Cuando dejamos todo para el último
instante; le estamos mandando una orden errónea a nuestro cerebro haciéndole creer que lo que
se almacena no tiene la importancia que realmente tiene, entonces, ponemos a la misma altura la
lista de la compra y un examen.
Sin embargo, cuando estudiamos de forma continuada las conexiones neuronales se
fortalecen y el estrés mental es menor, es decir, entre más conexiones sinápticas se produzcan
mayor será nuestra capacidad de aprendizaje. Lo que se consolida poco a poco es más duradero y
así el cuerpo está más relajado a la hora de asimilar nuevos contenidos. Por eso las horas de sueño
también son fundamentales para aprender y no exponerse al olvido.
Por ello, los científicos le dan importancia a otros factores como: estudiar en un sitio
adecuado (si es lejos de la televisión mejor), comprender es mejor que aprender de memoria
(nuestro cerebro funciona por asociación y lo que se comprende es más sencillo de retener),
estudiar durante el día (en la noche el cansancio es mayor), empezar por lo más fácil y luego ir
aumentando la dificultad, comer bien y no hacer megasesiones de estudio sin descansar.
Recientemente se han propuesto diversas hipótesis para poder explicar cómo se almacena
en el cerebro la información recibida por éste y en lo que realmente consiste el aprendizaje, o sea
la llamada huella de la memoria o engrama. El fisiólogo francés Laurent-De-Nó propuso que el
recuerdo de un acontecimiento se establece mediante el paso continuo de impulsos nerviosos a
través de circuitos de neuronas en la corteza cerebral.
un aumento en las concentraciones plasmáticas de neurotransmisores del tipo de las
catecolaminas en ratones que están siendo sometidos a sesiones de aprendizaje, también
aumenta la tasa de adquisición del aprendizaje cuando se dan precursores de catecolaminas.
Todos estos hallazgos permiten suponer que esas aminas sean las sustancias moduladoras que
intervienen en los procesos bioquímicos del aprendizaje. Hay entonces dos puntos de vista básicos
acerca de la retención de la experiencia o del aprendizaje. Uno de ellos supone que una
experiencia establece una actividad eléctrica continua de los circuitos nerviosos adecuados y que
la persistencia de la experiencia que se codificó de esa manera es nuestro recuerdo. Cuando este
proceso de huellas activas se detiene, perdemos la memoria. El otro punto de vista postula que la
memoria implica un cambio estructural o físico relativamente permanente en el sistema nervioso .
Se supone que tiene lugar en un lapso que transcurre inmediatamente después de la experiencia
que se va a aprender
Descubrimientos fundamentales de la neurociencia
En la actualidad mediante pruebas como la Resonancia Magnética Nuclear (RMN), la
Tomografía Axial Computerizada (TAC) y sobre todo la Tomografía con Emisión de Positrones
(TEP), los científicos están fotografiando nuestros pensamientos, emociones, conductas y la forma
en que recordamos muchas cosas. Y de este modo se observa como el aprendizaje cambia la
estructura física del cerebro, es decir, que se fortalece con el ejercicio mental. Aún más, estudiar
organiza y reorganiza la mente, o, mejor dicho, que el ejercicio mental cambia nuestro modo de
percibir y comprender la realidad. También se observa que los genes, el desarrollo particular de
cada uno y la experiencia adquirida modifican nuestra capacidad neuronal.

La neurociencia y la conducta
Actualmente la neurociencia muestra formas muy diversas (neuropsicología,
neurofisiología) pero de acuerdo con Bennett y Hacker (2008) las preguntas empíricas sobre el
sistema nervioso son el dominio de la neurociencia. Su cometido principal es establecer los hechos
en lo que concierne a las estructuras y las operaciones neuronales. En tanto que para el análisis de
la conducta su ámbito de estudio son las relaciones funcionales entre el ambiente y la conducta
(Skinner, 1938/1972)
De acuerdo con Krakauer et al., (2017) debido a los extraordinarios desarrollos recientes
en la tecnología de la neurociencia ha sido posible explorar con mayor precisión a las neuronas, su
composición y estructura molecular en un trabajo que representa un tipo de información
novedosa relacionada con las estructuras específicas del cerebro y la fisiología independiente del
comportamiento, y citan como ejemplo, la biofísica de los receptores o detalles de la suma
espacial en las dendritas. Nuevas tecnologías como la optogenética son desarrollos intentando
determinar algunas relaciones causales entre el cerebro y el comportamiento. Sin embargo, estos
mismos autores establecen los límites de los importantes avances de la neurociencia
argumentando que el estudio de las partes del cerebro o su alteración selectiva no es suficiente
para comprender cómo el cerebro genera un comportamiento. Una razón, concluyen, es que aún
no cuentan con el conocimiento de cuál es el grado de organización cerebral para un determinado
comportamiento. Si a esto se añade la degeneración profunda del cerebro, es claro que el enfoque
de la manipulación causal es insuficiente para establecer una explicación satisfactoria del papel
que desempeña el cerebro en el comportamiento (Krakauer et al., 2017).
Ahora bien, siempre es importante señalar que dentro de los cambios en una conducta
que no se clasificarán como aprendizaje sino como un comportamiento innato, está la disposición
heredada a adoptar cierta conducta, que se puede considerar como el resultado de cambios
genéticos, de selección natural o de estímulos ambientales. A este tipo de comportamiento se le
llamó conducta instintiva; y se concibe como una respuesta automática y específica de cada
especie ante un estímulo.

Antecedentes de la neurofisiología
Hipócrates (460-377 a.C.) se atrevió a hipotetizar que era el cerebro el órgano del
intelecto, atribuyéndole la capacidad cognitiva, debido a la localización de los órganos sensoriales
en la cabeza. Galeno, observó numerosas disecciones del cerebro. Gracias a estas observaciones,
introdujo el concepto del sistema nervioso central al proponer que la médula espinal era una
extensión del cerebro que transmitía sensaciones a las extremidades y las enviaba de vuelta al
cerebro.
En el siglo XVII y XVIII es cuando por primera vez se hace referencia a la sustancia gris y la
sustancia blanca para indicar dónde se concentraban los nervios. Esto derivó en una división
entre Sistema Nervioso Central (cerebro y médula) y Sistema Nervioso Periférico (nervios).
Las contribuciones de Charles Bell para la historia de la neurofisiología, y más
concretamente para el sistema nervioso, fueron muy importantes. En 1810 descubrió que – en “un
animal” – los filamentos posteriores de los nervios espinales eran “insensibles”, es decir, no
provocaban ningún movimiento como tal en el sujeto; sin embargo, tocar los filamentos anteriores
causaba espasmos. Esta observación llevó a Bell a describir que los nervios en la médula espinal se
separaban en dos vías, por un lado, encontrábamos la información motora (en la cara ventral)
y por otro la sensitiva (en la cara dorsal).
La primera evidencia científica de que ciertas regiones concretas del cerebro se
encargaban de distintas funciones fue de Paul Broca, gracias a sus estudios sobre una paciente
incapaz de hablar que tenía una lesión en el lóbulo frontal. Paul Broca (1824-1880) describiría en
1863 el caso de un paciente, Tan, que había perdido la capacidad de producir lenguaje articulado,
y en cuya autopsia pudo observarse una lesión en la tercera circunvolución frontal del hemisferio
izquierdo. En 1874, Karl Wernicke (1848-1904) describiría un segundo tipo de dificultad para el
lenguaje, relacionada con la comprensión, debida a una lesión localizada en una zona posterior
con relación al paciente de Broca (en el planum supratemporal). La tercera evidencia a favor de
una alta especialización funcional de la corteza cerebral fue obtenida por Eduard Hitzig (1838-
1907) y Gustav Fritsch (1838-1927). Hitzig y Fritsch describirían en 1870, a partir de la estimulación
eléctrica cerebral, la organización somatotópica de la corteza motora del perro. En este acúmulo
de evidencia localizacionista, mención aparte merece la obra de John Hughlings Jackson (1835-
1911). Jackson describiría en 1864, en sus estudios sobre la epilepsia y la hemiplejía, que las
funciones sensoriales y motoras se hallaban ubicadas en diferentes zonas de la corteza, y
postularía un modelo de organización jerárquica del sistema nervioso, según el cual los niveles
superiores controlan los inferiores y donde múltiples áreas cerebrales contribuyen a los procesos
cerebrales complejos (Kosslyn y Andersen, 1992; Finger, 1994). Con esta idea, a Jackson se le
puede considerar como un precursor de los postulados de la Neurociencia Cognitiva actual. Por
otra parte, el primer intento sistemático de relacionar la topografía cerebral con las funciones
psíquicas corresponde a Franz Joseph Gall (1758-1828), fundador de la frenología, y su discípulo
Johan Gaspar Spurzheim (1776-1832). La frenología constituyó una especie de “psicología de las
facultades”, empeñada en atribuir características mentales específicas a las diferentes regiones del
cerebro –hasta 27 distintas según Gall, 35 según Spurzheim e incluso de 46 a 50 según otros
frenólogos de la época.
Los postulados de la frenología desencadenaron reacciones tanto a favor como en contra,
y uno de los primeros en utilizar la experimentación científica contra la frenología fue Marie-Jean-
Pierre Flourens (1794-1867). Flourens realizó resecciones quirúrgicas en distintas partes del
encéfalo de palomas, observando que, aunque en algunos casos existía cierta correspondencia
entre la localización de las lesiones y la pérdida de facultades específicas, en general los efectos de
la ablación cerebral eran difusos, y, en cualquier caso, no se correspondían con los pretendidos
por la frenología en relación a las áreas lesionadas). Esto le llevó a proponer una teoría sobre una
función cerebral unitaria, que no contemplaba ninguna localización particular para habilidades
específica
Camillo Golgi, consiguió determinar la morfología de las neuronas. Además, propuso una
teoría, denominada “teoría reticular”, donde las neuronas formarían una red continua.
Ramón y Cajal, un médico español especializado en histología y anatomía patológica,
compartió el premio Nobel de Medicina (1906) con Camillo Golgi por su trabajo sobre la estructura
del sistema nervioso. Trabajó durante muchos años con la tinción de Golgi y propuso la “doctrina
neuronal”, es decir, una teoría que afirmaba que cada neurona era una célula única que se
comunicaban por contacto y no por continuidad.
En el siglo XX, las mejoras técnicas indujeron un gran avance, se comenzó a descubrir
la sinapsis química (neurotransmisores) y eléctrica (potenciales de acción); se logra descifrar la
actividad neuronal y se registra la actividad eléctrica de las neuronas. Todo esto lo veremos en
profundidad en los próximos temas. Hay acuerdo unánime en que un primer paso decisivo hacia la
convergencia de la neurociencia y la psicología cognitiva se debe a Vernon Mountcastle, David
Hubel y Torsten Wiesel. Sus estudios unicelulares sobre la corteza somestésica (Mountcastle,
1957) y visual (Hubel y Wiesel, 1959) del mono no sólo pusieron de manifiesto que las células
corticales tienen propiedades de respuesta altamente selectivas, sino que las células con las
mismas propiedades de respuesta se organizan en columnas corticales de especialización
funcional, dando lugar al concepto de organización modular de la corteza cerebral.
Por último, la Neurociencia Cognitiva emergía, y el desarrollo de la tomografía por
emisión de positrones (Phelps, Kuhl y Mazziotta, 1981), primero, y de la resonancia
magnética funcional (Belliveau et al., 1991) diez años más tarde, harían posible estudiar
esas interacciones cerebro-mente en el cerebro humano de sujetos activos. Pero veamos
antes los sucesos que dirigieron la atención de los psicólogos cognitivos hacia el cerebro.

Relación de la neurociencias con los postulados del conductismo


Para explicar los cambios considerados como aprendizaje se han formulado varias teorías
dentro de las cuales se encuentran: el conexionismo, el condicionamiento clásico, el
condicionamiento instrumental y la habituación. En una forma general todas consideran como
elementos fundamentales a las recompensas y los castigos, que permiten motivar al sujeto. Se
podría definir la motivación como la tendencia del organismo a adquirir una cierta conducta; así,
cuando un organismo está muy motiva· do, se puede predecir una conducta. Por ejemplo, se
puede decir que cuando está hambriento existe motivación para buscar alimento, pero la forma
de llegar a él: oprimir un cierto número de veces una palanca, abrir la puerta del refrigerador,
llegar a la meta de un laberinto; esto es aprendizaje.
El conexionismo de Thorndike, se basa en fundamentar el aprendizaje en la asociación
entre las impresiones sensoriales y los impulsos a la acción. A tal asociación se le dio el nombre de
vínculo o conexión; y dado que se fortalecen o debilitan al formarse o deshacerse los hábitos, a
dicho sistema se le ha llamado a veces psicología de los vínculos o simplemente conexionismo.
Como tal, es la primera psicología del aprendizaje que puede incluirse dentro del esquema
estímulo-respuesta.
El condicionamiento clásico fue estudiado por el fisiólogo ruso Pavlov. Está basado en la
respuesta de un animal ante un estímulo. Este último puede ser modificado por la presencia o
ausencia de otro estímulo que tenga contingencia con él. Pavlov utilizó un perro como animal
experimental al cual le sonaba una campana y en continencia con la presentación de un plato de
comida y medía la cantidad de saliva producida del animal por las glándulas salivales. Después de
haber repetido varias veces la asociación del estímulo sonido comida, obtuvo la salivación, pero
utilizando nada más la señal auditiva sin la presencia de la comida. En estos experimentos de
condicionamiento clásico, la comida es el estímulo incondicionado y la respuesta fisiológica de
salivación es la respuesta incondicionada, el estímulo asociado (sonido) es llamado estímulo
condicionado, cuando la respuesta fisiológica se produce ante el estímulo condicionado, se llama
respuesta condicionada. Si se continuara con sólo el estímulo condicionado, la respuesta va
disminuyendo hasta que ya no se produce. A este proceso se le llama extinción.
El condicionamiento instrumental o condicionamiento operante fue estudiado por Skinner.
En el aprendizaje de este tipo el estímulo reforzante, se obtiene cuando el animal realiza
determinada operación, o si es del caso cuando deja de hacerla. Con este condicionamiento el
animal puede discriminar entre varios tipos de estímulos. La habituación es una forma de
aprendizaje en que el animal cesa de responder ante estímulos repetidos, sean olfatorios,
auditivos, visuales, químicos o de tacto, cuando estos demuestran tener significado o ser
inofensivos. Es importante añadir que si en una secuencia constante de estímulos monótonos se
intercala un nuevo estímulo, cuando se vuelve a iniciar la secuencia, el animal emite una
respuesta. Si el estímulo monótono se suspende y después de un tiempo se reinicia, el animal
responde, a este fenómeno se le llama deshabituación.
¿Entonces que sucede en todas estas situaciones? la plasticidad neuronal tiene un sitial
importante para aprender nuevas habilidades, establecer nuevas memorias y responder a las
adversidades del medio. De hecho, el aprendizaje es el proceso por el cual los organismos
modifican su conducta para adaptarse a las condiciones cambiantes del medio que los rodea. Es el
modo principal de adaptación de los seres vivos. Por lo tanto, el aprendizaje puede considerarse
como un cambio en el sistema nervioso que resulta de la experiencia y que origina cambios
duraderos en la conducta de los organismos. El aprendizaje es el proceso por el que adquirimos el
conocimiento sobre el mundo, mientras que la memoria es el proceso por el que el conocimiento
es codificado, almacenado, consolidado, y posteriormente recuperado. El aprendizaje y la
memoria son procesos íntimamente relacionados. No se consigue separar el aprendizaje de la
memoria, ni resulta posible realizar dicha distinción dentro del circuito neuronal. La medida de lo
aprendido se relaciona con la memoria, siendo ésta la expresión de la capacidad de recuperar
informaciones adquiridas. Dado que no se producen grandes cambios en el número de neuronas a
lo largo de la vida que puedan explicar los elevados volúmenes de información que se almacenan
en forma de memoria, la sinapsis ha constituido un buen candidato del sustrato mnemónico. La
sinapsis constituye el sitio físico que sirve de puente para el paso de información de una neurona a
otra, permitiendo que las diferentes partes del sistema interactúen funcionalmente. Y como
podemos darnos cuenta en el conexionismo, el condicionamiento clásico y experimental, además
del proceso de habituación y deshabituación toda esta plasticidad neuronal debe estar en su
máxima expresión.

La neurociencia y las psicoterapias


La psicoterapia se ha definido a menudo como un tratamiento que utiliza procesos
psicológicos a fin de remediar o rehabilitar síntomas o condiciones propias de diferentes
trastornos psicológicos. Ahora bien, durante la última década, la investigación en busca de una
mejor comprensión de los mecanismos patogénicos y psicoterapéuticos, ha hecho que la
psicología y la biología se aproximaran a un mismo campo, es decir las neurociencias cognitivas.
Las neurociencias cognitivas representan un esfuerzo transdisciplinar cuyo objetivo es
proporcionar una comprensión más completa de la interedependencia de los mecanismos
neurobiológicos y los procesos cognitivos. Y es por ello que quizás, la contribución más importante
en la ciencia neurocognitiva ha sido la demostración de que lo genético y lo ambiental están
interrelacionados bidereccionalmente y que la activación de procesos psicológicos es una
precondición para la ocurrencia de cambios funcionales y estructurales en el sistema nervioso.

En neurociencias se habla de cerebro social es un término referido a la función e


importancia de la socialización o las relaciones interpersonales en el moldeamiento de las
emociones, cogniciones y la conducta. Teniendo en cuenta lo antes mencionado, han surgido
esfuerzos por buscar explicaciones de cómo se generan cambios neurales ante la exposición a
distintos eventos o nuevos escenarios, mediante la interiorización de la memoria implícita y
conversión a explícita, así como también, la interacción constante o comunicación con nuestros
pares. Esto se aprecia claramente en la psicoterapia como tal, independientemente del enfoque o
escuela, donde la relación terapeuta- cliente (médico-paciente) es el núcleo del cual se nutre el
proceso de mejora, fortalecido por la alianza terapéutica. Se han descrito áreas que intervienen
como sistemas del cerebro social, así tenemos a: Estructuras corticales (corteza prefrontal medial
y orbital, corteza cingulada, corteza insular, corteza somatosensorial) y subcorticales como el
hipocampo, amígdala e hipotálamo. Sistemas afectivos, motor y sensorial (sistemas de
reconocimiento facial y de expresiones, de imitación y resonancia). Sistemas reguladores (balance
amígdala-corteza prefrontal orbitomedial, como encargados de la regulación del miedo y estrés;
regulación autonómica vagal en el compromiso social; y sistemas de reforzamiento y recompensa
en el núcleo accumbens, en la motivación social).

La comunicación conlleva a una mayor conectividad de aquellas áreas que poseen


funciones conscientes, racionales y encargadas del lenguaje, sobre aquellas que promueven
funciones inconscientes, somáticas y emocionales. mientras más se mantenga la comunicación y
se fortalezca la relación interpersonal, existe una mayor integración de tareas de regulación
afectiva y la supresión voluntaria de emociones. Así, de esta manera se logra una dinamización
mucho más fructífera de la plasticidad neuronal, aprovechando el efecto top-down (arriba- abajo)
(de corteza al hipocampo) o bottom-up (abajo-arriba)(de áreas subcorticales a sistema límbico)
cerebral a medida que se produce la experiencia integrativa de diversos procesos durante la
comunicación

Existen tres redes principales que modelan la conducta y las funciones mentales que por
motivos académicos es conveniente diferenciar, sin embargo, no existen áreas específicas
encargadas de cada una, puesto que las conexiones neuronales trabajan constantemente
mediante estimulación e inhibición en un sistema dinámico de flujo de información. Así tenemos:
La red cortico-límbica, encargada del control emocional y la respuesta al miedo. La red cortico-
estriatal, encargada de la regulación del acto volitivo, tanto en el aspecto motivacional (pálido
ventral) y la de ejecución motora (pálido dorsal). La red cortico-hipocampal, encargada de la
consolidación de la memoria y la adquisición de lo que llamamos, aprendizaje. Ante la exposición
de distintas situaciones tanto aversivas como gratificantes, ocurre una interacción constante de
estas redes que requieren de apoyo una a la otra ante la toma de decisiones, así se fortalecen y se
producen más conexiones a través de la arborización neuronal y sinaptogénesis. Todo el tiempo se
ha rescatado el valor de los neurotransmisores más conocidos a partir del conocimiento del
mecanismo de acción de los psicofármacos, sin embargo, poco a poco ha tomado un lugar
importante lo que se sabe de las sustancias opioides, oxitocina y ADH como mediadores de la
motivación, el placer, el apego e interacción social, así como también la agresividad o respuesta
desadaptativa ante estresores que afectan la seguridad del bienestar interrelacional

Al hablar de los mecanismos que resultan de la interacción interhemisférica y cortico-


subcortical, nos referimos a efectos top-down (“de arriba hacia abajo”) y bottom-up (“de abajo
hacia arriba”). Estos procesos se encuentran presentes en el mecanismo de modificación de la
conducta a partir de la regulación emocional y cognitiva, cuando las personas se enfrentan a
distintas experiencias cotidianas. Cuando éstas no poseen habilidades que permitan una adecuada
conectividad cortico-subcortical surge la desregulación de este sistema dinámico y se establece
predominancia subcortical, es decir, que los procesos cognitivos corticales no logran ejercer su
función reguladora sobre las áreas subcorticales implicadas en las emociones. A lo largo del
tiempo han aparecido distintas escuelas psicoterapéuticas cuyo enfoque posee una vía de manejo
en particular para la regulación cognitiva y emocional. El psicoanálisis y terapias psicodinámicas
han sido de particular interés en el estudio de cómo actúa a nivel neurobiológico la psicoterapia,
llegando a proponer que los mecanismos de defensa como transferencia y resistencia son
resultado de la organización de la arquitectura de capas ocultas de procesamiento neural, con la
finalidad de explicarse cómo se organiza el mundo. Es así que basado en la observación en todos
los niveles de la conducta del cliente, el terapeuta intenta captar la atención del mismo sobre los
procesos de su propia conducta y emociones disfuncionales, de tal manera que reconociendo
como conscientes sus mecanismos de defensa, logrará la regulación conductual y emocional
reprimida.

Las terapias más estudiadas, aquellas que tienen bases cognitivo-conductuales, se concentran en
el cambio inicial en el contenido de las cogniciones, es decir, predominio cortical (corteza
prefrontal dorsolateral, orbitofrontal, medial), para que a largo plazo se establezca una
conectividad óptima con las áreas subcorticales (hipocampo, amígdala, corteza, cingulada anterior,
ínsula), pues durante el proceso se fortalece la interacción interhemisférica (sobre todo a nivel
izquierdo) posteriormente al proceso terapéutico. Así, hablamos de un mecanismo con efecto top-
down. Se han descrito efectos similares en la terapia gestáltica, la centrada en el cliente de Carl
Rogers y la terapia sistémica-familiar, pero la evidencia es escasa en su explicación. Por lo tanto, se
ha postulado que aquellas terapias con mecanismo top-down serían: la terapia cognitivo
conductual, terapia psicodinámica, terapia gestáltica, terapia familiar-sistémica, entre otros
derivados de los mismos.

Una de las ideas centrales del psicoanálisis es que no tenemos conocimiento de muchos
acontecimientos de nuestra vida mental. Gran parte de lo que experimentamos –lo que
percibimos, soñamos, fantaseamos- no puede ser accesado por el conocimiento consciente. De
igual forma ocurre con lo que motiva muchas de nuestras acciones. Este conocimiento se confirma
con la noción de que hay sistemas múltiples de memoria y de procesamiento emocionales.
Pareciera que las redes neurales del cerebro son capaces de responder a la experiencia por la
activación de determinados patrones de respuesta. La memoria se puede clasificar como implícita
o explícita, basándose en la forma en cómo se almacena y se recuerda la información

Encontramos que la forma de memoria que es más comúnmente conceptualizada como


tal, es la denominada memoria explícita o declarativa. Involucra la sensación consciente de algo
que debe ser recordado en el momento de la recuperación y permite el conocimiento de lo
autobiográfico o conocimiento factual que es compartido, frecuentemente de forma verbal, con
otros. Se almacena en la corteza asociativa. Este sistema de memoria explícita requiere de la
atención focal y de la activación del hipocampo dentro de los circuitos de memoria del lóbulo
temporal medial, para la codificación y la recuperación.

La memoria implícita se almacena en circuitos perceptivos motores y emocionales, siendo


que el cerebelo y el núcleo amigdalino pueden participar en ciertas formas de esta memoria.
Cuando esos circuitos se activan en la recuperación, no hay la sensación de algo que se está
recordando.

La existencia de estos sistemas múltiples de memoria parece avalar la existencia del


inconsciente. Habría un tipo de memoria que por su naturaleza puede ser traída a la mente –
memoria declarativa- y otro tipo de memoria que por su naturaleza es inconsciente, en el sentido
de que su conocimiento es expresado a través de la realización sin, necesariamente, tener ningún
conocimiento consciente del contenido de la memoria. De lo anterior podemos pensar que las
experiencias tempranas pueden afectar la conducta posterior, pero la experiencia puede persistir
y afectar la conducta sin necesariamente incluir un recuerdo del evento como tal.

Ciencias del comportamiento con aplicación clínica


¿Qué son las ciencias del comportamiento? Las ciencias de la conducta o
del comportamiento, son un conjunto de disciplinas que centran su atención en la conducta
humana en la medida en que influye y es influida por las actitudes, el comportamiento y la
necesidad de otras personas. Las disciplinas que forman parte de las ciencias de la conducta son:
antropología, pedagogía, ciencias políticas, psiquiatría, psicología, criminología y sociología.

Lo que la gente hace, dice, piensa y siente es probablemente de lo que más se ha hablado
a lo largo de la historia intelectual de la humanidad. Después de todo, aquellos fenómenos (-o más
bien, comportamientos-) que más nos intrigan y que más importancia tienen para nuestras vidas,
como el amor y el desamor, la violencia y la cooperación, la corrupción y la honestidad, entre
muchos otros, pueden ser entendidos como fenómenos conductuales.

Ahora bien, dado la amplitud de las ciencias del comportamiento es evidente que se
quiere valorar al paciente desde su integridad como ser humano, hacer una fusión muy racional de
lo que es la genética, el pasado, presente, futuro, la crianza, y todos esos factores externos como
la posición social y académico o el nivel económico de una persona, entonces, como psiquiatras y
psicoterapeutas en formación ¿en qué podrían ayudarnos las ciencias del comportamiento en
nuestro ejercicio? Por ejemplo, podrían ayudar a conocer aún más a nuestro paciente, a entender
que no somos entes totalmente libres e independientes y por esto que, si un paciente se
encuentra en situación de pobreza o no tiene un buen desempeño en la escuela, miraremos
primero con detalle el contexto en el que se desenvuelve y no aceptaremos explicaciones que
asuman que “prefiere recibir dinero del gobierno que buscarse un empleo” o que “simplemente
no nació para estudiar”.

Como psiquiatras no está en nuestra disposición la potestad de hacer señalamientos a


nuestros pacientes, si no, entenderlos como un todo, y lograr desde allí poder empezar a crear una
seria de estrategias que permitan al paciente solventar la problemática que lo ha traído con
nosotros, soluciones y actividades que él pueda ejecutar, porque al final de cuenta al igual que
nosotros él debe ser un factor activo dentro de la relación médico- paciente, y es justamente a
través de él donde poco a poco podríamos ir modificando ciertos factores que estén socavando su
mejoría y homeostasis.

Por otra parte, los experimentos de decisión intertemporal -aquellos en los que se tiene
que elegir entre una consecuencia favorable, pero de magnitud relativamente pequeña en lo
inmediato y una consecuencia favorable, de magnitud mayor, pero demorada en el tiempo- han
revelado que tanto humanos como animales de laboratorio tendemos a preferir lo “inmediato y
tan bueno” por encima de lo que a largo plazo sería mejor.

Entonces ¿Qué debemos hacer en psicoterapia ante tal afirmación? Realizar


señalamientos al paciente de que existen evoluciones internas, que son partes de nuestro
crecimiento como personas que no pueden ir a una velocidad extrema, y que su tratamiento no
dará una solución inmediata, pero, es muy probable que dé una solución que en el transcurrir de
su vida le pueda brindar estabilidad, la alianza terapéutica consiste también en insistir que la
psicoterapia no es un evento, es un proceso que tiene y lleva su tiempo.

Ahora bien, las ciencias del comportamiento hacen énfasis en que la eficacia de las
aplicaciones conductuales, conductual-cognitivas y cognitivo-conductuales es la más destacada en
los informes, con cerca del setenta por ciento de las menciones para tratar trastornos de ansiedad,
depresión, disfunciones sexuales, problemas de pareja, trastornos de alimentación,
drogodependencias, trastornos de conducta en la infancia, control de esfínteres y en
intervenciones interdisciplinarias, esquizofrenia, dolor y trastorno de déficit de atención con
hiperactividad. Dado a que quizás, que tales aplicaciones son por naturaleza mucho «más
elaboradas» que cualquiera proveniente de los enfoques humanista y psicodinámico.

Psicología experimental con aplicación clínica


Desde la psicología se propone el estudio científico de cómo percibimos, aprendemos,
sentimos, etc. La psicología experimental estudia estos procesos a partir del método experimental,
que incluye la observación, el registro y la manipulación de variables. Y estas variables son:
variables independientes, que son las que manipula el experimentador; variables dependientes,
las que son registradas y variables extrañas o intervinientes, que pueden aparecer en el proceso
que se estudia.

En si la psicología experimental explora conceptos básicos, como la memoria y la


motivación, en áreas como la psicología infantil, social y educativa, casi todo el trabajo de
psicología experimental se lleva a cabo en entornos controlados como laboratorios de
investigación.

Las pruebas se realizan en sujetos de prueba para comprender y aprender sobre diferentes
temas, entre los que se incluyen la percepción, la memoria, la sensación, el aprendizaje, la
motivación y las emociones.

Entonces, dando un breve ejemplo de que estudia la psicología experimental tenemos:


Desde el punto de vista físico, el dinero se trata de trozos de papel o de metal. Pero su influencia
en el comportamiento, en lo que hacen las personas para conseguirlo, conservarlo u operar con él,
no depende de esta naturaleza física sino de su significado, es decir, su valor, algo que
arbitrariamente se le ha asignado y que no guarda relación proporcional con la materia física (no
existe relación entre el tamaño de una moneda y su valor). Y algo también que cada individuo
aprende a identificar y a interpretar en el proceso de socialización. Sin la convivencia social y el
aprendizaje derivado de ella, el dinero sería papel y metal. Su influencia en el comportamiento -si
la hubiera- sólo sería debida a estas características físicas.

O podríamos decir que, desde el punto de vista físico, las palabras no son más que sonidos,
estímulos auditivos de una determinada longitud de onda y una determinada intensidad. Pero
estas características no explican la influencia en el comportamiento de una mala noticia, de un
poema, de una expresión de cariño o admiración o de una explicación filosófica. Todas estas
formas de lenguaje influyen en el comportamiento por su significado, por lo que representan o
simbolizan. También en este caso hay que tener presente lo que se ha dicho más arriba: el
significado no sustituye los estímulos físicos de las palabras. Tiene que haber sonidos: cuando no
los hay, decimos que la persona delira o alucina. Lo que pasa es que las palabras no ejercen su
función por los sonidos sino por lo que ellos representan o simbolizan.

Con todo esto ¿Qué podemos concluir? La psicología experimental nos brinda la
oportunidad de entender al paciente ¿Qué lo motiva? ¿qué aprendió? ¿Cómo lo percibe?
Teniendo en cuenta que hay cosas que son percibidas y vividas por muchos de nosotros de la
misma manera y es por ello que los múltiples estudios en esta rama han permitido que se
establezca que todo efecto tiene su causa, que nosotros por lo general siempre nos vamos por la
decisión más básica y que nos produzca más confort, y, por último, que nuestras experiencias se
basan en la manera en como hemos aprendido y percibimos las cosas.

Bueno, con todo esto señalado en nuestro desarrollo como psiquiatras podríamos
establecer, por ejemplo, un paciente que nos pueda explicar ¿Qué lo hace sentir triste o ansioso?
¿Qué causo que él se sintiera de esa manera? Y desde allí, quizás podamos evidenciar las
experiencias del paciente y su manera de percibir su entorno, y darnos cuenta en sí, que pudo
haber causado toda esa situación y desde allí podríamos hacer un cambio, y llevarlo a vivir una
experiencia desde de otra perspectiva, planteando desde allí, una serie de opciones que se
asumiría como que cada opción tiene una consecuencia, que puede ser buena o no, considerando
comenzar por lo más simple para luego ir aumentando su complejidad.

Neurociencias con aplicación clínica


Considero que la neurociencias como muy bien se describe en el punto de psicoterapia y
neurociencias, promueve como punto focal la comunicación y descarga de emociones en pro de
producir neurotransmisores que puedan estimular el buen funcionamiento del paciente, además,
el aumento de interconexiones neuronales a través de la utilización constante que tenemos de
nuestras herramientas para realizar nuevas conductas y con ello nuevos recuerdos en nuestros
pacientes, porque definitivamente el aprendizaje y la memoria van de la mano, y esto lo que
siempre en el momento de la psicoterapia debemos tener en cuenta. Es más, muchas veces
podemos utilizar nuestro conocimiento en las neuronas espejos, que son las encargadas de imitar
y sintonizar a una persona con otra, en pro, de que el paciente se sienta sintonizado, con nosotros
y podamos tener un mayor rapport, de alguna manera conectándonos de esta forma con la
programación neurolingüística y la psicoterapia.

Por otra parte, quiero señalarles que existen dos técnicas muy actuales en la neurociencia
que pueden servirnos de una manera muy específica en beneficio de nuestros pacientes como lo
son: El neurofeedback (también llamado EEG biofeedback) es una técnica terapéutica que consiste
en informar al paciente de su propia actividad eléctrica cerebral (electroencefalograma – EEG)
para que éste intente regularla de forma voluntaria en la dirección indicada por el terapeuta. El
neurofeedback está logrando buenos resultados en el tratamiento del trastorno por déficit de
atención e hiperactividad. Tras múltiples sesiones de entrenamiento, el paciente hiperactivo
aprende tanto a reducir el anómalo exceso de ritmos cerebrales lentos, como a incrementar su
déficit en actividad rítmica cerebral de rápida frecuencia, lo cual revierte en una reducción de los
síntomas comparable a la que produce la medicación con psicoestimulantes (Butnik, 2005). Aparte
de la clínica, otras aplicaciones del neurofeedback se dirigen a potenciar el rendimiento en el
deporte, la música, la danza o la meditación, a través de un entrenamiento que permite al
individuo controlar sus ritmos cerebrales relacionados con funciones cognitivas de concentración,
atención y memoria.

Esta es una técnica nueva que sería interesante poder ejecutar en nuestro servicio ya que
existe un EEG y podríamos intentar ver el alcance de la misma en nuestros pacientes, quizás
represente un buen estudio, y una buena técnica no invasiva para poder controlar de alguna
manera estas patologías y poder potenciar ciertas habilidades de nuestros pacientes tal como se
señala.

Por otra parte, tenemos que el psicólogo israelí Daniel Kahneman estableció los cimientos
de la neuroergonomía con sus estudios sobre la dilatación de la pupila como índice de la
sobrecarga mental de un individuo mientras desempeña una tarea cognitiva compleja. La
neuroergonomía utiliza los conocimientos sobre el cerebro para mejorar la interacción hombre-
máquina, con énfasis en el diseño de dispositivos de vigilancia continua de variables
psicofisiológicas (tasa cardiaca y respiratoria, sudoración, frecuencia de parpadeo, actividad
muscular y cerebral) para predecir en los trabajadores estados cognitivos específicos
(somnolencia, fatiga, baja alerta, falta de atención o emociones negativas) que resultan
incompatibles con el desempeño de actividades de alto riesgo como el pilotaje de vehículos, el
control aéreo o la supervisión de centrales nucleares.

Un área clave de la neuroergonomía es la realidad virtual. Ésta consiste en el diseño por


ordenador de escenarios virtuales, lo cual permite numerosas aplicaciones). Por ejemplo, el
comportamiento de un trabajador en situaciones de peligro (catástrofes naturales o accidentes
laborales) puede estudiarse de forma segura mediante la simulación por ordenador de dichas
situaciones. También facilita el entrenamiento de labores complejas, como el pilotaje o la
telecirugía. Otro ejemplo de aplicación es la cognición aumentada, que consiste en el diseño de
sistemas que regulan la presentación de información para que el usuario no sufra estrés, fatiga o
sobrecarga de información. La realidad virtual también se ha incorporado a la clínica, para el
tratamiento psicológico de trastornos por estrés post-traumático, ansiedad y fobias. Mediante la
inmersión del paciente en un entorno virtual, es posible exponerlo de forma gradual y repetida
frente al objeto amenazante (alturas, arañas, espacios abiertos), de modo que el paciente logre
desensibilizarse ante aquellas situaciones que le provocaban reacciones exageradas de miedo o
ansiedad. Evidentemente con esta herramienta a nuestro alcance podríamos alcanzar la
posibilidad de ayudar a nuestros pacientes a superar sus temores y fobias, una terapia
posiblemente muy efectiva de desensibilización que pudiera ser muy efectiva para nuestra
especialidad.
Bibliografía
Carles Escera. Aproximación histórica y conceptual a la Neurociencia Cognitiva. Universidad de
Barcelona.
https://www.researchgate.net/profile/Carles_Escera/publication/233630873_Aproximacion_histo
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Neurociencia-Cognitiva-Historical-and-conceptual-approach-to-Cognitive-Neuroscience.pdf
Elena Alcázar. Hablando de mente y cerebro. Psiquiatría, neurociencia y psicoanálisis:
convergencia e integración. http://vitae.ucv.ve/pdfs/VITAE_3019.pdf
Carlos Eduardo Maldonado Fuente: Pacarina del Sur - http://pacarinadelsur.com/home/saberes-y-
horizontes/1265-psicologia-ciencias-del-comportamiento-y-neurociencias-un-estudio-cientifico-y-
politico - Prohibida su reproducción sin citar el origen.
Ángel Correa. Neurociencia aplicada: el cerebro al servicio de la humanidad. Abril 2008.
http://www.cienciacognitiva.org/?p=30#:~:text=La%20neurociencia%20aplicada%20utiliza
%20tecnolog%C3%ADa,la%20cl%C3%ADnica%20y%20el%20trabajo.&text=La%20neurociencia
%20aplicada%20es%20una,la%20soluci%C3%B3n%20de%20problemas%20pr%C3%A1cticos.
Liliana, Pazos Sanou. La neurofisiología del aprendizaje.
https://www.binasss.sa.cr/bibliotecas/bhp/cupula/v9n191985/art3.pdf
William Montgomery Urday. Ciencia conductual y aplicaciones clínicas en el presente: ¿por qué su
eficacia? Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.
https://www.psicologiacientifica.com/ciencia-conductual-aplicaciones-clinicas/
Glauco Valdivieso-Jiménez. Neurociencias y psicoterapia: mecanismo top-down y bottom-up. Rev
Neuropsiquiatr vol.81 no.3 Lima jul. 2018
Cuestionario
1. El objetivo de la neurociencia es:
a) Comprender la mente: cómo percibimos, nos movemos, pensamos y recordamos
b) Realizar informes sobre lo que hacemos cotidianamente
c) Ver la funcionalidad bioelectrica del paciente
2. La neurofisiología:
a) Entiende cómo la función cerebral da lugar a las actividades mentales, tales como
la percepción, la memoria
b) Se encarga del estudio funcional de la actividad bioeléctrica del sistema nervioso
central, periférico y autonómico
c) No tiene nada que ver con el estudio del cerebro y la mente
3. En 1874, Karl Wernicke (1848-1904) describió un segundo
tipo de dificultad para el lenguaje, relacionada con:
a) Dicción
b) Redacción
c) Comprensión
4. ¿usted considera que la neurociencia tiene una utilidad
clínica? Justifique su respuesta.
Si tiene utilidad, porque por medio de la Neurociencia podemos
comprender cada uno de los procesos de enseñanza-aprendizaje
que utilizan las personas y con base a esto podemos interferir
psicoterapéuticamente para lograr una homeostasis en el
paciente
5. ¿Cómo puede ayudarle en la atención de sus pacientes las
ciencias del comportamiento?
Siempre he creído en el enfoque holístico con los pacientes y las
ciencias del comportamiento nos permiten acercarnos a este
enfoque, porque no solo vemos al paciente desde el punto de
vista nosológico, sino que nos permite entender ese factor
biopsicosocial que muchas veces es pasado por alto y que en
muchas ocasiones aquí radica mas el problema del paciente
6. ¿Qué piensa usted de la terapia de neroergonomia y como la
utilizaría?
Pienso que la neuroergonomia es una técnica que es de mucha
utilidad desde el punto de vista psicoterapéutico, como bien lo
mencionas en el texto, lastimosamente estamos lejos de contar
con estos recursos, sin embargo seria de mucha utilidad aplicarla
en pacientes que presenten, reacción a estrés agudo, trastorno
de estrés postraumático y con fobia, lo cual nos permitiría
realizar una terapia de exposición para así ir poco a poco
evitando las conductas evitativas

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