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Taller N° 2
Primero que todo es relevante que revisemos las definiciones de los conceptos de
plasticidad cerebral y sinapsis, para que luego podamos contrastarlos con la
neuroeducación y la relevancia que tienen para el proceso de enseñanza aprendizaje.
El libro de neurociencia Dales Purves (Puerves, 2015) en su glosario define
plasticidad como un término que hace referencia a la capacidad de cambiar que tiene el
sistema nervioso ya sea estructural como funcionalmente, también podemos encontrar
las definiciones con este mismo punto de vista de sinapsis, sinapsis eléctricas y
químicas. La sinapsis la define como la aposición especializada entre una neurona y su
célula diana para la transmisión de la información por la liberación y recepción de un
agente transmisor químico, se refiere a la sinapsis eléctrica como aquellas sinapsis que
transmiten información a través del flujo directo de la corriente eléctrica en las uniones
en brecha, en cambio a la sinapsis química las define como aquellas sinapsis que
transmiten la información mediante la secreción de señales químicas
(neurotransmisores). Es decir, ya desde este carácter podemos suponer que estos
conceptos se relacionan con el proceso de enseñanza aprendizaje porque buscaran dar
respuesta desde la ciencia a los conceptos pedagógicos que suponemos y damos por
ciertos los que participamos de la educación.
Herrmann (Herrmann, 2010) en su publicación para la revista Mente y cerebro
afirma que los nuevos medios exploratorios y analíticos en la mecánica de los
neurotransmisores han hecho posible que en los últimos años se expandiera nuestros
conocimientos respecto del funcionamiento de cerebro, lo que nos puede ayudar a dar
explicación del porque el éxito duradero del aprendizaje va de la mano con afirmaciones
como plantear un reto asequible y razonable, no impedir la autonomía ni la curiosidad
del alumno, repetir las oportunidades de aprendizajes y plantear exigencias individuales
respecto de las capacidades de los estudiantes. Con el transcurso de los años, se ha
demostrado que el aprendizaje sobre todos a través de la imitación que ahora sabemos
que implica a las neuronas especulares descubiertas por el neurobiólogo italiano
Giacomo Rizzolatti en 1991 (Hopffgarten, 2015) aunque es muy lento suele tener mucho
éxito, lo que se ha aprendido mediante numerosas repeticiones quedará inscrito en la
memoria a largo plazo. Si seguimos este camino nos encontramos con que el aprendizaje
es el proceso por el cual adquirimos el conocimiento mientras que la memoria es el
proceso por el cual el conocimiento se codifica, almacena, consolida y posteriormente
puede ser recuperado. Es así como las memorias según Herman Ebbinghausen 1885,
se pueden clasificar en memoria a corto y largo plazo, que esta última a su vez se puede
clasificar en memoria explícita o implícita, siendo la explicita según Endel Turving,
autobiográficas para los acontecimiento y experiencias personales, como semántica para
los hechos, que es el conocimiento objetivo como el que podemos adquirir en el colegio
o en los libros. En cambio, la implícita se construye a través de la búsqueda consciente
de conocimiento, la que se puede subdividir en asociativa y no asociativa, donde el
aprendizaje no asociativo se aprende sobre las propiedades de un solo estimulo, ejemplo
de este aprendizaje es la habituación, en cambio la asociativa se relaciona con los
aprendizajes del condicionamiento clásico descubierto por Ivan Pavlov y el
condicionamiento operante descubierto por B. F. Skinner. Es así que el aprendizaje y la
memoria son dos procesos íntimamente relacionados, imposibles de separar, siendo las
funciones superiores fundamentales que nos permiten adaptarnos al medio, ahora es
valido considerar que el medio es dinámico, cambia y requiere que nos adecuemos a
este, por ende el sistema nervioso tiene que estar a tono con esta consideración y así lo
logra a través de lo que conocemos como plasticidad neuronal, que es la capacidad que
tiene el sistema nervioso de cambiar respecto de las necesidades del medio, es decir la
plasticidad subyace a los fenómenos de aprendizaje y memoria. En otras palabras, la
plasticidad neuronal es un proceso dinámico por el cual las neuronas consiguen
aumentar sus conexiones a partir de la liberación de neurotransmisores en distintas
concentraciones según sea el estímulo, de forma estable a consecuencia de la
experiencia, el aprendizaje y la estimulación sensorial y cognitiva.
Investigue cuatro hallazgos neurocientíficos, dentro de los últimos 10 años, y
luego analice y explique su relevancia e implicancias, a la hora de diseñar y
desarrollar experiencias de enseñanza-aprendizaje.
Mora, F. (2013). Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama. Madrid:
Alianza editorial.
Nelson III, C. et al (2011). Los años sensibles. Revista Mente y Cerebro, (46), 9-17.
Disponible en: https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/a-jugar-
520/los-aos-sensibles-8498
Nelson III, C. et al (2011). Los años sensibles. Revista Mente y Cerebro, (46), 9-17.
Disponible en: https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/a-jugar-
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Herrmann, U. (2010). Bases cerebrales del aprendizaje. Revista Mente y Cerebro, (44),
41-45. Disponible en: https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-
cerebro/neurodidctica-512/bases-cerebrales-del-aprendizaje-8374
Brose, N., Kolb, L. (2011). La sinapsis al detalle. Revista Mente y Cerebro, (50), 76-80.
Disponible en: https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/trabajo-y-
felicidad-534/las-sinapsis-al-detalle-9147