LA NEUROCIENCIA Y COMO EXPLICA EL COMPORTAMIENTO HUMANO
La neurociencia es una disciplina encargada del estudio del sistema nervioso, su estructura y funcionamiento. En este ensayo veremos como la neurociencia nos ayuda a comprender de manera más asertiva nuestro comportamiento en aspectos biológicos, emocionales y cognitivos. El sistema nervioso está compuesto por tres partes, las células nerviosas (motoras o sensitivas), el cerebro y la medula espinal, el sistema nervioso en muchos niveles diferentes. Se estudian las células, las redes neuronales y la estructura del cerebro de forma individual y colectiva, así como estos componentes se combinan para realizar diversas tareas. Los (neurocientíficos) están investigando cómo se desarrolla y funciona un sistema nervioso típico, así como los trastornos y enfermedades que causan problemas con el crecimiento y el funcionamiento del sistema. Un ejemplo que me ayudo a comprender de manera sencilla el funcionamiento del sistema nervioso humano fue el siguiente: Cuando una persona lee estas palabras, su sistema nervioso activa una serie de procesos asombrosos. El cerebro, al recibir el estímulo visual de las letras y palabras, desencadena la coordinación de los músculos del ojo, permitiendo un seguimiento fluido de la línea de texto. Al mismo tiempo, los ojos transforman las palabras en señales eléctricas que viajan a través de las redes neuronales hasta llegar al cerebro. Una vez en el cerebro, estas señales son descifradas y convertidas en significado, lo que constituye la esencia misma de la lectura. El cerebro busca en su vasta reserva de información almacenada, incluyendo recuerdos y experiencias previas, para atribuir sentido a las palabras individualmente y, a continuación, comprender cómo se interrelacionan en el contexto de la oración. Este proceso se lleva a cabo en cuestión de milisegundos, lo que subraya la asombrosa eficiencia del sistema nervioso. El famoso dualismo cuerpo – alma o como en su antigüedad se conocía cuerpo – mente es un antecedente que representa la relación entre el cerebro y el comportamiento. ¿Nuestro cerebro está detrás de nuestros actos? siendo Si nuestra respuesta la afirmaríamos diciendo que uno de los objetivos de nuestro cerebro es el de pensar, razonar y aprender con el fin de dirigir nuestra conducta. Por ejemplo, mediante nuestra capacidad de percepción, somos capaces de obtener información sobre lo que está ocurriendo en nuestro entorno, lo que nos permite desencadenar comportamientos que resultan más beneficiosos y adecuados. Es importante recordar que el cerebro es un órgano dinámico y maleable que experimenta cambios a lo largo de toda la vida y se ajusta a las especificidades de su entorno. De esta manera, la conexión entre el cerebro y el comportamiento se ve influenciado por diversos factores. El ambiente. El contexto en el que vivimos ejerce una influencia significativa sobre el cerebro y nuestro comportamiento. Un ejemplo claro de esto es cómo el ambiente moldea el desarrollo de diversas habilidades. Por ejemplo, la adquisición del lenguaje puede diferir entre un niño que crece en un entorno rural y otro que crece en un entorno urbano debido a las variaciones en la estimulación verbal que ambos reciben. Hay elementos del entorno que tienen la capacidad de alterar el desarrollo del sistema nervioso, como la desnutrición en edades tempranas. Esto evidencia que nuestro cerebro puede experimentar transformaciones debido al ambiente en el que nos criamos, y, por lo tanto, influye en nuestros comportamientos futuros. Lesiones Cerebrales. Otro aspecto que refuerza la conexión entre el cerebro y el comportamiento es la observación de cambios conductuales posteriores a una lesión cerebral. De hecho, las neurociencias se dedican a buscar relaciones entre estructuras cerebrales específicas y determinados comportamientos, mayormente a través de la observación de individuos que han sufrido daños cerebrales. Para lograr esto, se emplean técnicas de neuroimagen con el fin de determinar la ubicación de la lesión y se examina el perfil neuropsicológico de la persona afectada. Si se observa un patrón repetitivo en un amplio número de pacientes distintos, se puede concluir que una determinada área cerebral está vinculada con la función afectada. Como ejemplo podremos encontrar la historia de Phineas Gage un trabajador ferroviario cuya corteza prefrontal resultó dañada por una barra de hierro que le atravesó el cráneo. Gage sobrevivió al accidente, pero sufrió cambios significativos en su personalidad, con implicaciones para la neurociencia. Hoy en día sabemos que la corteza prefrontal es responsable del pensamiento complejo, la toma de decisiones, la resolución de problemas, el control de los impulsos y la empatía, y tarda mucho tiempo en desarrollarse plenamente, siendo esta región la última en madurar en el principio de los 20. El caso de Gage fue una de las primeras pruebas científicas que demostró que una lesión del lóbulo frontal puede alterar aspectos de la personalidad, las emociones y la interacción social, y desmintió la teoría de que la corteza frontal era una estructura protectora sin función. En conclusión, la neurociencia emerge como una disciplina fascinante que ilumina la intrincada relación entre el cerebro y el comportamiento humano. A través de su estudio, hemos desentrañado los misterios de nuestro sistema nervioso, desde la complejidad de las neuronas individuales hasta la organización cerebral en su conjunto. La capacidad del cerebro para procesar información y dirigir nuestra conducta es sorprendente, como lo ilustra la asombrosa rapidez con la que leemos y comprendemos palabras. Esto refleja la eficiencia del sistema nervioso en acción. La noción de dualismo cuerpo-mente, que ha fascinado a la humanidad durante siglos, encuentra su respuesta en la función del cerebro como el centro de nuestras facultades cognitivas y emocionales. Nuestro cerebro no solo dirige nuestros actos, sino que también está moldeado por el entorno en el que vivimos, influyendo en nuestras habilidades y comportamientos. En última instancia, la neurociencia nos ha llevado más cerca que nunca de desentrañar los misterios del cerebro humano y su papel en nuestras vidas. Su continuo progreso promete seguir revelando los secretos de nuestra mente y cómo influyen en nuestro comportamiento
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