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La rentabilidad económica de la empresa procede del margen que obtiene de su actividad básica.
Dicho margen viene definido por la diferencia entre el precio que la empresa cobra a sus clientes al
venderles su producto o servicio y el coste de producirlo.
En general, cuando la empresa tiene una ventaja competitiva, su margen es mayor que el de sus
competidores.
También puede conseguir una mayor rentabilidad global mediante una mayor eficiencia en el uso de
los activos a través de una mayor rotación de éstos. En cualquier caso, un margen bruto positivo es
una condición necesaria, aunque no suficiente, para que la empresa sea rentable.
Es también importante tener en cuenta el valor creado por la empresa como diferencia entre el
valor que los clientes asignan al producto o servicio –por tanto, lo máximo que estarían dispuestos a
pagar – y el coste derivado de su obtención.
De esta manera, el valor creado se divide en dos componentes:
● El margen: recoge la parte del valor creado que se apropia la empresa.
● El excedente del consumidor: diferencia entre el valor percibido por el cliente y el precio que
éste paga para el producto o servicio ofertado por la empresa, por lo que representa la parte
del valor creado que se transfiere al cliente.
El análisis del excedente del consumidor es importante porque representa el grado de satisfacción
del cliente con el producto de la empresa y determina la posibilidad de que éste adquiera o no dicho
producto.
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Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Es una valoración subjetiva que cada cliente hace de la relación calidad (valor percibido)-precio de su
compra de manera que tratará de elegir la empresa que le ofrezca el mayor excedente posible,
condicionando así el éxito de la empresa.
Si el valor percibido por el cliente es inferior al precio que tiene que pagar por el producto o servicio,
desistirá de hacerlo ya que la relación calidad-precio es desfavorable para él. ésta tenderá amaximizar
el margen
● A corto plazo, no es posible reducir los costes ni aumentar el valor percibido por el cliente
–esto requiere tiempo y forma parte de la estrategia competitiva que la empresa siga
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ESTRATEGIA COMPETITIVA
La estrategia competitiva es la vía por la que se alcanza la ventaja competitiva;
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Las ventajas competitivas básicas son:
1. Liderazgo en costes: el margen de la empresa aumenta reduciendo los costes.
2. Diferenciación de producto: el margen de la empresa aumenta subiendo el precio.
La estrategia competitiva trata de identificar la posición relativa de la empresa dentro de su industria
para determinar su capacidad de obtener una rentabilidad superior a la media de la industria.
La base fundamental para obtener esa rentabilidad superior es lograr una ventaja competitiva
sostenida, que puede conseguirse en el ámbito de toda una industria o en una parte específica de la
misma o segmento de mercado.
La combinación de la ventaja competitiva que se desea alcanzar con el ámbito competitivo para el que
se desea conseguir dicha ventaja, conduce a la definición de las tres estrategias competitivas
genéricas:
● Liderazgo en costes.
● Diferenciación de producto.
● Segmentación de mercado.
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favorable los factores externos y tendrían la misma rentabilidad. Hay que destacar que tanto la
capacidad de exploración del entorno como la flexibilidad de respuesta a los cambios se pueden
considerar recursos y capacidades internos de la empresa.
Además, son factores internos el conjunto de recursos y capacidades estratégicos con el que cuenta
la empresa, y la forma en la que son desplegados y explotados.
La forma en la que se utilizan los recursos y capacidades disponibles para alcanzar las distintas
ventajas depende de cuatro factores genéricos:
● Eficiencia: relación entre la utilización de recursos y el nivel de bienes o servicios obtenido, es
decir, su productividad. A medida que una empresa obtenga mayor productividad conseguirá una
mayor ventaja en costes.
● Calidad: cuando tiene unos atributos superiores a los de sus competidores que le hacen cumplir
más adecuadamente las necesidades de los clientes. Un mayor nivel de calidad tiene un impacto
directo sobre la ventaja en diferenciación, aunque también puede tenerlo sobre los costes, a
través de una mayor eficiencia y de una reducción de los costes por productos defectuosos.
● Innovación: los cambios y novedades internos, tanto en aspectos técnicos como de gestión y
administración, también son origen de ventajas. Según que la innovación sea de proceso o de
producto influye en mayor o menor medida en cada tipo de ventaja.
● Capacidad de satisfacción al cliente: la identificación de las necesidades del cliente y la
capacidad para satisfacerlas, constituyen una posible fuente de ventaja. Esta capacidad, puede
derivar de múltiples factores (eficiencia, calidad, innovación, personalización del producto, tiempo
de respuesta a las necesidades, diseño o servicio superior o servicio post-venta. )
La combinación de varios de estos factores puede reforzar la creación de una u otra ventaja
competitiva. el liderazgo en una industria no garantiza la obtención de una ventaja competitiva, esto
es, no constituye por sí mismo una fuente de ventajas.
Más bien al contrario, algunas ventajas competitivas sostenidas pueden llevar a la empresa al liderazgo
en la industria, mientras que otras son relativamente incompatibles con tal posición.
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III. Economías de escala: aparecen cuando el incremento en la cantidad de inputs empleados en una
producción da lugar a un incremento más que proporcional en el total de outputs producidos. Por tanto,
el aumento en la escala de producción produce una disminución de los costes unitarios. Las economías
de escala pueden surgir de tres fuentes principales:
● La relación técnica input-output, de modo que en algunas actividades, los aumentos en
output no requieren aumentos proporcionales en inputs.
● Una elevada cuota de mercado permite colocar grandes volúmenes de producción y obtener
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reducciones de costes.
● La especialización por trabajo o división del trabajo produce un aumento de las habilidades y
permite la mecanización y la automatización.
● El desarrollo o adopción de una nueva tecnología de proceso o un rediseño del proceso
productivo que lo simplifique o lo automatice, o reduzca el coste de almacenamiento o
distribución.
● Un menor coste de los factores de producción puede ayudar a reducir el coste final de un
producto o servicio. Esto se puede conseguir mediante el control del acceso a las materias
primas, fuentes financieras, contratos de servicios y mantenimiento, etc. A veces, la
localización favorable de la empresa puede permitir tener menores costes salariales,
energéticos o de transporte, entre otros. La reducción de los costes de los factores de
producción también podría conseguirse estableciendo relaciones de cooperación con
proveedores (eslabones verticales) que abaraten costes finales o manteniendo con ellos un
alto poder de negociación que permita a la empresa presionar a su favor en el precio y captar
parte del margen del proveedor.
● Rígidos controles de costes de las diferentes actividades, especialmente de los costes
indirectos, gastos en I+D, gastos de ventas, servicio post-venta, publicidad, etc.
● El ajuste de la capacidad productiva de forma rápida al nivel real de la demanda, en industrias
sometidas a una importante fluctuación de la misma, ya que tanto la infrautilización de las
instalaciones como su sobreutilización pueden suponer unos costes unitarios superiores a los
normales.
● eficiencia organizativa, que tiene que ver con el funcionamiento general de la empresa y con
la productividad de los recursos humanos. Se debe eliminar la laxitud organizativa (diferencia
entre su rendimiento real y su rendimiento potencial), mediante incentivos, presión competitiva,
etc.
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MANTENIMIENTO Y RIESGOS DE LA VENTAJA EN COSTES
El mantenimiento en el tiempo de la ventaja en costes depende tanto de la existencia de barreras a la
imitación que la protejan de otros competidores como de prestar atención a los riesgos que puedan
minar dicha ventaja.
I. BARRERAS A LA IMITACIÓN :
➢ La escasez de determinadas fuentes de coste (EJ.utilización del efecto experiencia en sectores
emergentes o la disponibilidad de una tecnología surgida y acumulada en el seno de una empresa
a lo largo de su historia.
➢ La dificultad de acceso a ciertos factores de coste por parte de los competidores, como
localización única, redes de distribución cerradas, acuerdos preferentes con proveedores,
necesidad de cantidades mínimas o disponibilidad especial de materias primas
➢ La imposibilidad de imitar las fuentes de coste derivadas de complejos procesos de decisión
tomados por la empresa a lo largo del tiempo, como reducciones en los costes indirectos o ausencia
de laxitud organizativa.
➢ fuente de coste puede ser sustituida por otra para obtener un resultado similar, la sustitución es
mucho más complicada cuando se utiliza una combinación compleja de múltiples fuentes.
II. RIESGOS:
➢ Requiere una atención constante a los costes, vigilando costes superfluos (laxitud organizativa),
adoptando rápidamente las nuevas tecnologías de proceso, reinvirtiendo en equipo moderno, etc.
➢ La utilización excesiva del efecto experiencia puede conducir a consecuencias estratégicas
perjudiciales como puede ser el crecimiento sostenido para ganar cuota de mercado, la rigidez por
la excesiva estandarización de productos, no detectar cambios en la demanda que exige nuevos
productos, nuevos atributos del producto o cambios en los procesos o las dificultades para aceptar
y buscar innovaciones.
➢ Cuando la base de la ventaja es el efecto experiencia, éste puede quedar anulado rápidamente
como consecuencia de la aparición de productos sustitutivos, cambios importantes en el producto
o en el proceso, diferenciación de productos por parte de los competidores, etc.
➢ Aprendizaje rápido o imitación por parte de los competidores establecidos o de nuevos
competidores que anulen las fuentes de costes que han dado origen a la ventaja. La inflación de
costes relacionados con los factores de producción puede hacer que la empresa no pueda mantener
un diferencial de precio suficiente como para hacer atractivo su producto frente a otro producto
diferenciado.
➢ Los cambios en la demanda tales como una menor apreciación del precio por parte del
cliente, un cambio o una mayor variedad en los gustos y necesidades de los clientes puede dejar
a la empresa con una oferta alejada de lo que el mercado demanda.
➢ La reducción de costes obsesiva puede deteriorar la calidad de los productos o servicios o
eliminar prestaciones, reduciendo de esta manera el valor percibido por el cliente.
➢ Competidores que actúen sólo en determinados segmentos pueden lograr aún menores
costes en los segmentos que cubren, que aquellos otros que actúen en el conjunto de la industria
La reducción de costes no genera automáticamente una mayor rentabilidad. Si la reducción de costes
está inmersa en una guerra de precios con los competidores, podría ocurrir que la reducción en el
precio fuera superior a la reducción de costes conseguida, en cuyo caso el margen para la empresa
se vería reducido.
En conclusión, la empresa con una estrategia de liderazgo en costes debe buscar formas alternativas
de obtener eficiencia, con las consiguientes reducciones de costes, mediante otras fuentes de ventaja
competitiva más relacionadas con la innovación y con la posesión de recursos y capacidades valiosos.
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percibido, por lo que su excedente se verá también incrementado.
Por el contrario, en algunos casos, podría ocurrir que productos objetivamente similares sean
percibidos de forma diferente por los clientes, por lo que gozarían también de la característica de
diferenciación.
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➢ Los bajos costes no dan a la empresa una ventaja competitiva inmediata si es a costa,
por ejemplo, de una menor calidad de los productos, lo cual puede forzar a la empresa a reducir
sus precios de forma que pierda margen respecto de sus competidores.
➢ Una empresa con bajos costes no tiene por qué reducir necesariamente sus precios,
sino que puede dedicar parte del margen adicional para reinvertirlo en la empresa y mejorar
su capacidad competitiva.
➢ Para el cliente el coste del producto no es conocido ni relevante. El coste de su compra
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es el precio que paga por el producto o servicio y ésta sí es una variable relevante en su
decisión
● Respecto de la diferenciación de producto, se define de tal manera que necesariamente se debería
traducir en un incremento de precio por parte de la empresa, sin tener en cuenta la posibilidad de que
se mantengan los precios para poder ganar cuota de mercado y poder así reducir los costes unitarios
al aumentar el volumen de producción.
En definitiva, se plantea la posibilidad de que las estrategias de liderazgo en costes y diferenciación
no sean tan mutuamente excluyentes como sugiere Porter, pudiendo observarse en la realidad
empresas de éxito sin que sean ni líderes en costes ni sus productos son los más diferenciados.
Para describir el atractivo de los productos o servicios de estas empresas solemos utilizar la expresión
de que tal o cual producto tiene una «muy buena relación calidad-precio». Esto es debido a que, como
vimos al principio del capítulo, el cliente decide tratando de maximizar su excedente comparando su
propio coste –el precio pagado – con el valor percibido. Cuanto mayor sea este excedente, mayor será
la relación «calidad-precio» para él.
Para añadir y matizar estas ideas, Johnsoet plantean el modelo del reloj estratégico a partir del modelo
de Porter de las ventajas estratégicas. Para ello, les dan a las estrategias genéricas una visión más
externa (orientada al mercado) que interna (orientada a los costes).
Aparecen las ocho opciones estratégicas competitivas del esquema que pueden ser agrupadas, a su
vez, en cuatro categorías de estrategias:
1. ESTRATEGIAS ORIENTADAS A PRECIOS BAJOS: Está próximo al liderazgo en costes y se
caracteriza porque la empresa busca competir con precios bajos manteniendo un nivel de valor
añadido percibido bajo o medio.
La estrategia más próxima al liderazgo en costes es la opción 2 (precios bajos) en la que se trata de
ofrecer precios bajos pero manteniendo un cierto nivel de calidad de los productos. Efectivamente, esta
opción es especialmente viable cuando la empresa es líder en costes ya que, en ese caso, los
competidores no pueden imitar dicha actuación salvo que quieran entrar en una guerra de precios en
la que normalmente saldrían perdiendo.
La opción 1 («sin filigranas») implica bajos precios y bajo valor añadido percibido.
Estas empresas, por tanto, no tratan de mantener la calidad media de los productos sino que la reducen
conscientemente buscando a aquellos clientes especialmente sensibles a las reducciones de precios.
las empresas pueden obtener una rentabilidad final alta como consecuencia de un gran volumen de
ventas y una alta rotación de activos.
2. ESTRATEGIAS ORIENTADAS A LA DIFERENCIACIÓN: estrategia de diferenciación de producto de
Porter, bien referida al conjunto de la industria –opción 4 – bien a un segmento específico –opción 5
–.
se intenta mantener un valor añadido percibido alto, bien sea con precios altos o medios. La opción de
diferenciación amplia busca crear un alto valor añadido percibido por parte del cliente, manteniendo
unos precios similares o algo más altos.
De esta forma, mediante la mejora de los productos o de la percepción de éstos, se consigue la
diferenciación sin renunciar a aumentar la cuota de mercado de la empresa y, por tanto, el volumen de
ventas.
La opción 5 se denomina de diferenciación segmentada y consiste en tratar de ofrecer a los clientes
un alto valor añadido percibido a unos precios significativamente altos, lo que normalmente sólo se
puede conseguir en segmentos específicos de alto poder adquisitivo. Es preciso señalar que esta
estrategia es particularmente incompatible con una alta cuota de mercado ya que se perdería la
percepción de exclusividad y el incentivo a pagar un elevado sobreprecio.
3. ESTRATEGIAS HÍBRIDAS U ORIENTADAS A LA RELACIÓN CALIDAD-PRECIO Puede
considerarse híbrida entre la diferenciación y los precios bajos, con una buena relación calidad-precio
y consiste en proporcionar a los clientes productos con alto o medio valor añadido percibido, pero
manteniendo precios relativamente bajos o medios, manteniendo en consecuencia una buena relación
entre la calidad ofrecida y el precio pagado.
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Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Es decir, la empresa maximizaría el excedente del consumidor a costa de reducir su margen y perder,
por tanto, rentabilidad.
Aunque ciertamente esto es así, esta estrategia puede ser útil cuando la empresa consigue de esta
forma un volumen de ventas superior al de sus competidores y, por tanto, mantener un margen
atractivo como consecuencia de la reducción de costes conseguida. Igualmente, puede ser una
estrategia válida para superar las barreras de entrada de un mercado con competidores ya
establecidos mediante la oferta de productos superiores a los de los competidores a precios similares
o inferiores. Una vez obtenida una cuota de mercado adecuada y un reconocimiento de una parte
significativa de clientes, la empresa puede subir sus precios aumentando así su margen y rentabilidad.
Por lo tanto, debe considerarse una estrategia transitoria en el tiempo. Una opción más estable a largo
plazo es la situada cerca del centro de la tabla en la figura. Las empresas que siguen una estrategia
de este tipo no son las más diferenciadas ni las que ofrecen precios más bajos pero el valor añadido
percibido es superior al precio exigido por el cliente. Así, de estas empresas se suele decir que ofrecen
una buena relación calidad-precio y suelen ser muy atractivas para el cliente ya que su excedente
es positivo.
4. ESTRATEGIAS DESTINADAS AL FRACASO los precios pagados por los clientes son superiores al
valor añadido percibido por lo que su excedente resulta negativo.
Las dos primeras implican estrategias de precios altos, pero con un valor percibido por el cliente normal
o bajo.
Evidentemente, en esta situación, los clientes buscarán competidores que mejoren la oferta, bien sea
con precios bajos o valor percibido alto. Por ello, las opciones 6 y 7 sólo se pueden mantener desde
una posición de monopolio de la empresa que las desarrolla.
La opción 8 supone la reducción del valor percibido por los clientes manteniendo los precios. Podrían
ser seguidas por empresas con una alta reputación en el mercado, pero con dificultades de
rentabilidad. Mediante esta estrategia tratarían de recuperar parte del margen perdido a costa de
reducir o eliminar el excedente del consumidor, confiando en la imagen positiva de la empresa.
Evidentemente, el resultado más probable de esta estrategia es la pérdida, a medio plazo, de la imagen
empresarial y de los clientes que ya no están dispuestos a pagar más por una marca si el producto no
les ofrece algo distintivo, es decir, si ya no perciben un valor añadido adecuado.
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Los océanos rojos se asocian con industrias maduras en las que se hace casi imposible destacar
utilizando las estrategias tradicionales ya que las empresas no tienen más remedio que competir en
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un mercado con muchos competidores, siendo la competencia agresiva con tal de captar un pequeño
porcentaje de la cuota de mercado. El objetivo de los océanos rojos es vencer a la competencia a
toda costa. En estas situaciones, lo más que pueden hacer las empresas es luchar por sobrevivir
En ocasiones, una empresa cambia la forma de entender el negocio –modelo de negocio – creando
un espacio nuevo libre de la competencia que denominan océano azul y que tiende a cambiar de
forma drástica la estructura de la industria.
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Los océanos azules ofrecen un mercado mucho más beneficioso para cualquier empresa, siendo lo
más importante que no hay competencia.
Las empresas, en vez de pensar tanto en estrategias tradicionales, deberían centrarse más en cómo
conseguir océanos azules, que ofrecen grandes ventajas, y que en la mayoría de los casos, ni las
mejores estrategias tradicionales pueden conseguir.
➢ El primer paso para formular la estrategia de océano azul consiste en poner en cuestión los
modelos de negocio existentes en la industria. Para ello, se ha diseñado el esquema de las
«cuatro acciones»:
➔ Eliminar: obliga a pensar cuáles son aquellas variables que se dan por sentadas en la industria,
pero que se tienen que eliminar ya que no aportan valor significativo para los clientes.
➔ Reducir: obliga a pensar qué variables de los productos o servicios siguen creando valor para
el cliente, pero están sobredimensionadas por lo que generan importantes costes sin que
aporten un valor significativo.
➔ Aumentar: obliga a pensar qué variables del modelo de negocio tradicional deben ser
mejoradas.
➔ Crear: se plantea qué variables nuevas deben ser incorporadas al modelo de negocio motiva a
la empresa a descubrir nuevas fuentes de valor. De esta manera, la empresa trataría de aportar
algo nuevo cambiando así las reglas de la competencia en la industria.
➢ A partir de este análisis del esquema de las cuatro acciones, la empresa debería diseñar su nuevo
modelo de negocio, formulando una estrategia competitiva que tiene que tener las siguientes
características principales: o Foco: la estrategia no debe pensar en variables que posee la
competencia, sino que se debe centrar en sí misma sin tratar de vencer a la competencia. De esta
manera, al cambiar de modelo de negocio, la empresa no tendrá competencia en el nuevo mercado.
o Divergencia con respecto a los competidores, ya que, si se toma a éstos como referencia, se
sigue en la lógica del océano rojo y difícilmente se podrá crear un modelo de negocio innovador. o
Mensaje central claro y sencillo que transmita aquello que se ofrece y que no está presente en la
industria, pero que los clientes están pidiendo.
➢ A partir de aquí, los principales pasos para crear e implantar una estrategia de océano azul se
presentan a continuación: I
I. Reconstruir las fronteras de la industria: separándose de los competidores. Vías:
➔ Explorar industrias alternativas, pensando en productos alternativos o sustitutivos.
➔ Explorar los distintos grupos estratégicos de cada sector para crear algo que llegue a todos
los consumidores de la industria.
➔ Explorar la cadena de compradores para descubrir qué clientes están interesados en una o
varias partes de la cadena de valor
➔ Explorar ofertas complementarias de productos y servicios buscando ofrecer no sólo el
producto, sino también un servicio, es decir, pensando qué necesita el cliente antes de
comprar el producto, durante la compra, y después de la compra.
➔ Explorar el atractivo funcional –para qué sirve el producto – o emocional de los compradores.
➔ Explorar la dimensión del tiempo tratando de anticiparse a los cambios cada vez más
rápidos del entorno.
II. Enfocarse en la perspectiva global y no en las cifras: se trata de diseñar el modelo de
negocio y más tarde resolver los problemas operativos que conlleva.
III. Ir más allá de la demanda existente: el objetivo es conseguir maximizar el número de
consumidores a los que la empresa quiere llegar. IV.
IV. Aplicar la secuencia estratégica correcta: se trata de hacer comercialmente viable una idea
de océano azul. Para ello, la empresa debe hacerse cuatro preguntas clave acerca de la idea
de negocio a las que debe responder afirmativamente:
➔ ¿Ofrece una utilidad excepcional en el comprador?
➔ ¿Es el precio propuesto accesible para la mayoría de los consumidores de la industria?
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Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
➔ De motivación, sin la cual no se pueden abordar cambios importantes en el modelo de
negocio que suponen un esfuerzo extra para el equipo directivo y para el conjunto de la
organización.
➔ Políticos, por las resistencias al cambio debidas a los intereses creados. Para conseguir
superar estos obstáculos, es importante poseer un equipo directivo con liderazgo, capaz de
motivar a la organización.
VI. Incorporar la ejecución dentro de la estrategia: la formulación de la estrategia debe seguir
un proceso justo que facilite un clima de confianza y compromiso que motive a los empleados
a ejecutar la estrategia acordada.
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