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colección MAYOR
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® Todos los derechos reservados por el autor
al amparo de la Ley 1322 de Derecho de Autor
® colección MAYOR
2006
Ediciones Runa
Ladislao Cabrera 611 esquina Lanza, Telf. 4501387
edicionesruna@yahoo.com
www.geocities.com/edicionesruna
Agradecimientos
Introducción 15
l. PERIODO PRE-COLONIAL 19
l. Caracterización del Imperio Incaico 19
Ubicación Geográfica y Organización 19
El Kollasuyo 20
2. El Ayllu 20
Organización Social 20
3. La Organización del Trabajo 21
Distribución de Tierras 21
4. Tecnologías Agrícolas 22
Conversación con la Naturaleza 22
Sistema de almacenamiento de alimentos 22
Sistemas de Irrigación: Terrazas y Sullcakollos 22
Rotación de cultivos y descanso de tierras 23
Seguridad Alimentaria 23
5. Control Vertical de Pisos Ecológicos 24
2. PERIODO COLONIAL 25
l. Caracterización de la colonización española 25
Diferencia con la colonización inglesa 25
La idea del «Dorado» 26
Refuncionalizacion de los ayllus 26
2. Encomienda 27
3. Repartimientos 27
4. La Mita 28
5. Reformas Toledanas 28
Nucleamiento de indios 28
Cédulas Reales de Gracia o Merced 28
Visitas Toledanas 29
Organización de la Mita y el Tributo 30
6. Establecimiento del sistema de hacienda 30
9
3. PERIODO REPUBLICANO 31
l. Decretos Bolivarianos 31
2. Tributo indigenal 33
3. Propuestas de modernización de la agricultura 35
4. Leyes de Melgarejo 36
S. Leyes de Exvinculación 38
6. Levantamientos indígenas 39
7. La Guerra del Chaco 42
8. Congreso Indígena! 43
9. Levantamiento de Ayopaya 45
10. Pre Reforma Agraria 47
10
10. Créditos de fomento 100
11. Educación del campesino 101
12. Servicio Nacional de Reforma Agraria 101
13. Judicatura agraria 102
14. Garantías constitucionales del derecho de la mujer a la tierra 102
11
S. Procedimiento de reversión y expropiación 131
6. Impuestos a la propiedad agraria 132
9. PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE
SANEAMIENTO DE TIERRAS 149
l. Procedimiento de saneamiento común para las tres modalidades 149
2. Resolución Instructoria 149
3. Evaluación Técnico-Jurídica 152
4. Revisión de Títulos Ejecutoriales 152
5. Revisión de procesos agrarios en trámite 154
6. Identificación de Poseedores 156
7. Exposición Pública de Resultados 159
12
2. Régimen de supletoriedad 171
3. Procedimiento de primera instancia 172
4. Recurso de nulidad y casación 173
13
2. Marco jurídico 221
3. Los recursos hídricos 222
a. Agua de uso para riego 222
b. Agua de uso potable y alcantarillado 226
c. Agua de uso industrial
3. DERECHO AGROAMBIENTAL
l. Influencia del Derecho Ambiental 258
2. Concepto de desarrollo sostenible 259
3. Recursos naturales renovables 259
4. Derecho Agroambiental 259
5. Calidad ambiental 260
6. Planificación ambiental 260
7. Actividades y factores susceptibles de degradar el medio ambiente 261
8. Evaluación de impacto ambiental 261
9. Daños ambientales 262
10. La función social de la propiedad en el marco del derecho agroambiental 262
La función social de la propiedad
La «función agroecológica» de la propiedad
La actividad agraria sostenible
Bibliografía
14
INTRODUCCIÓN
Las reformas estructurales implementadas en nuestro país han tenido como eje cen-
tral la liberalización de los mercados internos y externos, y responde a la llamada
estrategia de globalización de la economía mundial, caracterizadas por el desman-
telamiento del proteccionismo estatal, mediante la desregulación de las actividades
económicas y la privatización de los servicios públicos. El uso y aprovechamiento
de los recursos naturales renovables -especialmente tierra, agua, diversidad bioló-
gica y recursos forestales- pasan a primer plano en la formulación de políticas pú-
blicas debido a la oposición de la diversidad social boliviana a los procesos de pri-
vatización de estos recursos naturales. Esto da lugar al surgimiento de movimien-
tos sociales ambientalistas, de mujeres, indigenistas, «sin tierra», «Coordinadora
del Agua», cocaleros, quienes, desde un proyecto político alternativo, presionan v
exigen al Estado una justa y equitativa administración de estos recursos.
En este nuevo escenario, se vienen introduciendo reformas a la legislación en mate-
ria agraria, generando, así, nuevos contenidos para el Derecho Agrario boliviano,
puesto que se redefinen e incorporan conceptos de gestión y se establecen nuevos
marcos institucionales, normativos y políticos.
El presente trabajo analiza y sistematiza la información científica y técnica de las
distintas normas jurídicas recientes que reconstituyen el Derecho Agrario bolivia-
no, con el objetivo de contribuir la comprensión de la gestión, administración y so-
lución de conflictos o controversias sobre propiedad y seguridad jurídica de la tie-
rra, el desarrollo sostenible de las actividades agropecuarias y el uso y aprovecha-
15
miento de los recursos naturales renovables, que se presentan entre el Estado y
la sociedad civil, así como entre particulares.
Esperamos generar en el lector una actitud crítica, valorativa e histórica, sobre la
problemática rural y la Reforma Agraria en Bolivia, la legislación agraria que re-
gula el acceso a la propiedad agraria y su protección jurídica, así como los ins-
trumentos jurídicos para resolver problemas contenciosos, derivados de la pose-
sión y propiedad de la tierra; también abordamos el estudio de disposiciones le-
gales existentes sobre gestión y administración de agua para riego y de la legis-
lación forestal para el aprovechamiento sostenible y la protección de los bosques
y tierras forestales; y finalmente analizamos los fundamentos teóricos doctrina-
les del Derecho Agrario y Agroambiental, vinculados a la realidad boliviana.
Si convenimos, que la actual educación superior, tienen como fines fortalecer el
aparato productivo, contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida, res-
ponder a las necesidades básicas de la población; entonces, es necesario formar
abogados comprometidos con su pueblo, y sobre todo con los intereses y nece-
sidades de campesinos, colonizadores, indígenas y empresarios agropecuarios.
Es por esta razón, que el presente trabajo tiene como finalidad contribuir con los
procesos de enseñanza aprendizaje, en la asignatura de Derecho Agrario en las
distintas carreras de derecho de nuestras universidades y también servir como
material de consulta para el ejercicio profesional.
16
I
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
DE LA LEGISLACIÓN AGRARIA EN BOLIVIA
1
PERIODO PRECOLONIAL
19
Derecho Agrario
-« Chínchasuyo» al norte;
- «Antisuyo» al oriente hasta la selva;
- «Cuntisuyo» al oeste, sobre la costa del Pacífico;
- «Qollasuyo» al sur en el Altiplano.
Según datos estimativos, su población alcanzó aproximadamente los 12 millones de
habitantes desparramados desde el noroeste de la Argentina, la región central de
Chile hasta la Gran Colombia (Colombia, Ecuador) y Venezuela. Esta última unidad
administrativa comprendió lo que actualmente es la «Bolivia Colla» formada por
los antiguos señoríos aymaras. «El Cuzco» era la capital del imperio considerada
«el ombligo o centro del mundo» (Mesa 1998: 65).
El Kollasuyo
Antes de los Incas, existieron los señoríos aymaras también conocidos como «Rei-
nos Collas» ubicados en lo que hoy conocemos como el territorio de la República de
Bolivia. Cada señorío formaba una confederación de ayllus.
El Kollasuyo, según María Rostowrosky, constituía un «vasto conglomerado de
pueblos estructurados en señoríos, los que a su vez comprendían varios ayllus»,
Consistían en dominios territoriales discontinuos, con acceso a la mayor cantidad
posible de ecosistemas y, por lo tanto, con diversidad de climas, suelos, altitudes y
temperaturas, lo que disminuía los enormes riesgos de la agropecuaria andina
(Urioste 1992: 23)
2. El Ayllu
La base sobre la que descansaba la estructura de la sociedad andina fue el Ayllu. Es-
taba formado por variados grupos de familia que rendían culto a una misma "hua-
ca" y poblaban un mismo territorio.
El ayllu puede ser definido, según Xavier Albó y Joseph Bamadas (Albó 1990: 20),
como «una unidad social básica basada, a partir del parentesco por línea paterna en
la que la dispersión de sus terrenos en diversas áreas geográficas provocaba que sus
habitantes también vivieran en áreas dispersas. Originalmente cada ayllu, estaba
organizado de modo que todos sus miembros compartieran, a través de múltiples,
comunidades, los distintos recursos que ofrecía la agricultura andina»
Organización Social
La organización social descansaba en el ayllu que prevalece desde tiempos prein-
20
Luis Arratia Jiménez
Distribución de Tierras
Las tierras del Ayllu, bajo el Imperio Incaico, estaban divididas en tres partes:
• Destinada al culto y al Inca, los miembros del ayllu o «hatunrunas» tenían la
obligación de trabajar la totalidad de esas tierras;
• para usufructo de la misma comunidad, tierras de uso común;
• destinada a las asignaciones familiares o tupus.
Mediante la mita, los miembros del ayllu estaban obligados a trabajar durante de ..
terminados periodos de tiempo, en las grandes obras públicas como caminos, an-
denes, fortalezas y minas. La mita constituyó el trabajo por tumos, fue el elemento
central organizativo del Imperio Incaico. Para ser autoridad dentro la comunidad o
para acceder a ciertos trabajos, una forma de adquirir prestigio era el cumplimien-
to disciplinado de los tumos. El tumo para el trabajo o para el desempeño de algu-
nas funciones de autoridad regulaba el flujo de la mano de obra y redistribuía las
cargas por servicios prestados. La unidad económica y social encargada de esta re-
gulación era «la marca» o comunidad (Mesa 1998: 65).
21
Derecho Agrario
El trabajo colectivo era una obligación que se destinaba para atender las necesida-
des públicas comunales locales o estatales, sin embargo, cabe destacar que las asig-
naciones familiares, es decir, el dominio de las familias sobre sus tierras, era mucho
más importante que el trabajo colectivo. Estas asignaciones familiares de tierras, de
ninguna manera, eran igualitarias en cantidad y calidad.
4. Tecnologías Agrícolas
Las sociedades andinas desarrollaron un sinnúmero de tecnologías agrícolas, adap-
tadas a las particularidades naturales de la cordillera de Los Andes, cuyos niveles
de eficiencia y productividad se basaban el desarrollo de conocimientos sobre as-
tronomía, meteorología, ingeniería hidráulica y, especialmente, agronomía.
Seguridad alimentaria
Como sociedad altamente previsora, los incas no conocieron el hambre. El exceden-
te de los productos alimentarios no consumidos era depositado religiosamente en
despensas para ser utilizados en cualquier eventualidad: sequías, heladas y otras
calamidades.
Con la llama, domesticada, formaban rebaños para el transporte de los productos
obtenidos que, en buena parte, eran recogidos por el Estado y almacenados en de-
pósitos o graneros denominados «coleas». Estos se construían a la vereda de los ca-
minos a fin de abastecer a los ejércitos. El pueblo recibía su parte como compensa-
ción otorgada por el Estado, y cada individuo por el trabajo que cumplía. Este sis-
tema se conoce con el nombre de «redistribución». Se consumía también carne de
camélidos, coca y chicha (Mesa 1998: 65-66).
23
Derecho Agrario
24
2
PERÍODO COLONIAL
ra que pudieran lograr la explotación de las riquezas. Sin embargo, ambos coloni-
zadores tuvieron en común el uso de la violencia y el reconocimiento a una sola ver-
dad, la europea: «El siglo XVI, vio los comienzos de una migracion sin precedentes
de europeos occidentales a las costas de toda América» (Leonard citado en De Soto
2000: 138).
Muchos españoles llegaron a Sudamérica con el propósito de llenar sus alforjas y
retornar a su país, lo que en muchos casos no ocurrió. Esta mentalidad marcó la di-
ferencia con la colonización inglesa, que decidió por el genocidio, en cambio los es-
pañoles instrumentalizaron a los ayllus para sus fines de enriquecimiento; transi-
gieron en respetar sus formas de organización y a sus autoridades, los caciques, que
desempeñaban funciones de intermediarios con los colonizadores, y eran ellos que
organizaban la fuerza de trabajo para la mita y la recoleción del trabuto indigenal,
a cambio del reconocimiento de su autoridad y prerrogativas por parte de la Coro-
na española.
Los españoles desdeñaron las actividades agropecuarias que requerían de tiempo,
trabajo esfuerzo y dedicación para su rentabilidad; pero, además, constataron que
los conocimientos de las sociedades andinas eran mucho más eficientes que las tec-
nologías occidentales en el cultivo de la tierra.
26
Luis Arratin /iménez
vieron los ayllus, porque éstos les proveía de fuerza de trabajo eficiente y gratuita,
pactaron con los caciques, a quienes respetaron sus privilegios y poder y les asigna-
ron la función de organizar la mita y recaudar el tributo indigenal.
2. Encomienda
La «encomienda» fue establecida por primera vez el año 1502, en Haití, por Nicolás
de Ovando. Se la entiende como la entrega a cada conquistador, en un área deter-
minada de tierra, de un número de abirígenes que la habitaban a cambio de la obli-
gación de convertirlos a la fe católica. Las encomiendas concedidas a los conquista-
dores eran reversibles a la Corona al cabo de dos o tres generaciones.
La encomienda, después del levantamiento de Gonzalo Pizarra, sólo se otorgaba
por dos vidas; después, retornaba a la corona que podía adjudicarlas a otro dueño.
Los que huían se convertían en forasteros que se ofrecían en diversos trabajos como
yanaconas; en la Colonia, yanacona era sinónimo de sirviente.
Albó y Barnaclas (1984: 55) definen la Encomienda como « ... la atribución de una de-
terminada cantidad de indios tributarios (generalmente pertenecientes a un territo-
rio continuo, por tanto con sus autoridades, etc.) puede ser uno a varios ayllus de
familias dispersas por un territorio bastante amplío ... ». Las encomiendas fueron
destinadas al trabajo de la tierra. El encomendero recogía las cosechas con el com-
promiso de evangelizar a los miembros de las comunidades.
3. Repartimientos
El «repartimiento» de tierras gracias al derecho de conquista, convirtió a los penin-
sulares en nuevos señores feudales, propietarios de la tierra y de la explotación las
minas. Empero, la tierra y las minas, no podían tener valor alguno sin la fuerza de
trabajo de los naturales.
La finalidad del repartimiento era otorgar privilegios a los españoles en determina-
dos espacios geográficos que, generalmente, coincidían con el territorio de los av-
llus para la comercialización. Los españoles rescataban los productos agrícolas y los
comercializaban en los poblados, especialmente, en Potosí.
En ese sentido, las «capitulaciones» además del repartimiento, facultaron a Pizarra
para someter a los indios, convirtiéndolos en siervos destinados a trabajar la tierra,
los solares y las minas.
27
Derecho Agrario
4. La Mita
La mita en las minas, instituida por el Virrey Toledo, fue la forma más brutal de la
encomienda y contribuyó, si no a despoblar por lo menos a paralizar el aumento ve-
getativo de la población autóctona durante los tres siglos que duró el coloniaje.
A diferencia de la mita incaica, servicio de tumo, en la que el hatunruna trabajaba,
solamente en los intervalos entre la siembra y la cosecha, en la medida de sus fuer-
zas y por breves períodos, en la mita del coloniaje, el mitayo era encadenado a la
mina sin límite de tiempo ni retribución alguna (Fellman 1978: 117)
5. Reformas Toledanas
Toledo logró recoger la información necesaria para organizar política y administra-
tivamente la Colonia. Son conocidas las obras de este gran reformador, sus orde-
nanzas que construyeron el andamiaje de la obra colonial. En dichas disposiciones
se halla reflejada la vida administrativa, laboral y pública de la época.
Nudeamiento de indios
Las Reformas Toledanas tenían como finalidad la organización de la Colonia, con el
objetivo de organizar la fuerza de trabajo indígena para la mita y ser eficientes en
las recaudaciones del tributo índígenaí. Una de las medidas administrativas del Vi-
rrey Toledo fue el censo de indios y tierras para, posteriormente, nuclearlos en po-
blaciones (pueblos, aldeas, ranchos, caseríos, etc.) debido a la costumbre de los in-
dígenas del control vertical de los pisos ecológicos y el doble domicilio. Con este
censo fue posible cuantificar a los indios susceptibles de contribuir con la Corona.
28
Luis Arratia Jiménez
advertencia, nacieron, por Real Cédula de 1591, los remates de tierras en pública su-
basta y los remates a título de «censo alquitar», que consistía en rematarlas en su
dominio útil y directo, a cambio, no de una cantidad específica, sino de un canon
anual y tendió a favorecer a aquellos cultivadores sin suficiente dinero para can-
celar, al contado, el valor de la propiedad que les era adjudicada.
Como resultado de los diversos tipos de concesiones, aparecieron propietarios de
tierras que no tenían quién las trabajara, concesionarios de brazos que no poseían
tierras para ocuparlas, propietarios temporales y propietarios a perpetuidad.
Ese desorden halló solución en tres disposiciones reglamentadas por las «Leyes de
Indias»: la institución del yanaconazgo, el tributo y la composición (Fellman 1978:
118 -122).
Yanacona era el nativo que, por una u otra razón, había logrado huir de la dureza
de la mita, el obraje o la encomienda. El Tributo era pagado por los propietarios de
las haciendas que habían acogido yanaconas duramente perseguidos por la legisla-
ción colonial, a cambio del trabajo gratuito. Nació, así, el latifundio de tipo semifeu-
da! trabajado por el sistema del colonato a costa de los viejos ayllus. El nativo obtu-
vo o retuvo una parcela de tierra en usufructo y, en cambio, se asentó a perpetuidad
en el Latifundio o reconoció el derecho propietario del latifundista, obligándose en
ambos casos, a trabajar gratuitamente y someterse al pongueaje.
La Composición consistía en el otorgamiento del título propietario, mediante el
abono de una suma determinada, a quienes ocupaban la tierra sin título alguno du-
rante 40 años primero, 10 años a partir de 1646 y 30 años por último, desde las pos-
trimerías del Coloniaje, (origen del título treintenario republicano). La mayoría de
los antiguos «encomenderos» se acogió a la composición y legalizó su derecho tam-
bién ante la Corona.
Visitas Toledanas
El tener o no derecho legal a la posesión y dominio de las berras de Indias consti-
tuyó para España, en el Siglo XVI, un verdadero problema. Con el objeto de orga-
nizar un registro público de tierras, el V Virrey de Perú, don Francisco de Toledo,
en 1572, diseñó y ejecutó las famosas "visitas" que permitió acopiar información
sobre cantidad de tierras, ubicación, y si se estaban en poder de españoles, criollos
y comunidades indígenas. Según algunas obras de referencia, Toledo fue tan osado
que había confeccionado los primeros planos de predios rurales.
Como consecuencia de las reformas Toledanas, resultó la coexistencia de dos tipos
de propiedad territorial: la propiedad privada del latifundio semifeudal y la propie-
dad comunal del ayllu, puesto que la corona no acabó jamás en decidirse por liqui-
29
Derecho Agrario
dar el ayllu. Toledo trató de acreditar los títulos de los ayllus a nombre de los cura-
cas y no de todos sus miembros y convirtió a algunos curacas, los «Cusicanquís» y
los «Pamakakuhuas», por ejemplo, en latifundistas, lo cual fue resistido por los co-
munarios, ya que en el interior de cada ayllu, cada natural era dueño de una o va-
rias parcelas o tierras, para el sustento de sus familias.
30
3
PERÍODO REPUBLICANO
1. Decretos bolivarianos
Simón Bolívar tomó medidas que tendían al mejoramiento de la situación del indio,
a liberarlo y destruir ei sistema feudal que lo oprimía. Los Decretos de Trujillo y
Cuzco en 1824 y de Chuquisaca en 1825, buscan ampliar la democracia e incorpo-
rar al indio corno ciudadano, inspirados en los contenidos ideológicos de la Revo-
lución Francesa, reconociéndole derechos de corte liberal. Se trataba de convertir al
indio en propietario individual de la tierra que poseía, suprimiendo la propiedad
comunitaria, los trabajos gratuitos y declarando obligatorio el pago de salario en los
obrajes y haciendas. Arturo Urquidi (Urquidi 1947: 95) al respecto sostiene:
Bolívar, el genial organizador de la Guerra de la Independencia rindiendo
homenaje a los ideales dominantes en su época, estructuró a los países por
él liberados en los principios fundamentales de credo liberal. En cuanto a la
clase aborigen, fue manifiesta su preocupación por constituir la pequeña
Óerecho Agrario
32
Luis Arratia Jiménez
laciones asalariadas, cuyo objetivo era otorgar libertad económica e igualdad jurí-
dica a los indígenas.
El tercer decreto declara a los indígenas propietarios de sus tierras y ordena un re-
partimiento de ellas; de esta forma, Bolívar declaró a los indios propietarios de las
tierras que tenían en posesión y ordenó que a los que carecían de ellas (agregados.
forasteros, yanaconas) se les concedieran también en calidad de propiedad. La fina-
lidad era democratizar la propiedad de la tierra para que todos tuvieran un predio
agrario, «de manera que ningún indio, pueda quedarse sin su respectivo terreno»
(ibid: 8), según establece el artículo cuarto del decreto de 8 de abril de 1824.
Los decretos, sin embargo, normaban tres aspectos: por una parte la venta de tierras
del Estado, donde no se incluía la propiedad de los «denominados indios», con pre-
ferencia a los que estaban en posesión, cultivando la tierra o tenían contratos de
arrendamiento; en segundo lugar estatuía el reconocimiento de la propiedad a los
indígenas en posesión precaria, es decir, aquellas tierras de comunidad que sola-
mente usufructuaban la tierra, pero no tenían títulos de propiedad, cuya titulari-
dad, por el derecho inminente ahora pertenecía al Estado. Por esta razón, el artícu-
lo segundo establecía que en las ventas de tierras del Estado «no se comprenden ..
las tierras que tienen en posesión los denominados indios, antes bien se les declare
propietarios de ellas, para que puedan venderlas o enajenarlas de cualquier modo
(Ibid: 8). Se excluían las tierras de origen que habían sido adquiridas por los prc-
pios comunarios en la época del coloniaje mediante cédulas de composición.
El Congreso Nacional Constituyente de Bolivia, reunido en Chuquisaca, promulgó
la Ley de 20 de septiembre de 1826, cuyo tenor es el siguiente: «Artículo Único-
Queda suspensa la ejecución del decreto de 4 de julio de 1825, expedido en el Cuz-
co, y referente al de Trujillo de 8 de abril de 1824, en orden a la repartición de tie-
rras a los indígenas, entretanto que los prefectos de los departamentos informen so-
bre el número de ellos y la porción de los terrenos sobrantes ... » (Ibid: 14).
Los decretos bolivarianos, que no pudieron ejecutarse por muchos inconvenientes,
fueron un precedente jurídico que sentaban las bases para negar la existencia legal
de las comunidades y, por tanto, despojaba a los indígenas de personalidad jurídi-
ca, ya que el espíritu individualista contenido en los preceptos, al otorgarle el dere-
cho a la propiedad privada al indio y convertirlo en pequeño parcelario, implicaba
en contra partida, la disolución de la comunidad indígena.
2. Tributo indigenal
Sucre, el primer presidente efectivo de Bolivia, influenciado por la doctrina liberal,
quiso retomar el tributo impuesto por la colonia a las comunidades indígenas sus-
tituyéndolo por una contribución de todo ciudadano en función de la propiedad.
Derecho Agrario
35
Derecho Agrario
[os para el patrón ... Que produciendo más el comunario también paga una
suma mayor en contribución. (CENSED 1988: 14) ·
De igual manera, José María Santivañez añadía: «Estos hechos prueban que las pe-
queñas propiedades de los comunarios son más favorables al desarrollo del poder
productivo del suelo que las grandes industrias» (Ibid: 14). En contrapartida, José
Vicente Dorado era uno de los representantes que mejor expresaba el pensamiento
sobre la extinción de las comunidades indígenas:
Los Prohijadores de convertir las comunidades en haciendas, aseguraban entre
otras ideas, las siguientes: «Arrancar esos terrenos (las comunidades) de manos del
indígena ignorante y atrasado, sin medios, capacidad y voluntad para cultivarlos,
pasarlos a la emprendedora e inteligente raza blanca, ávida de propiedades y de
fortuna, llena de ambiciones y de necesidades, es efectuar la conversión más salu-
dable en el orden social y económico de Bolivia». Tal la afirmación de Don José Vi-
cente Dorado en su folleto Proyecto de repartición de tierras y ventas de ellas entre los in
dígena, editado en Sucre en 1864 en la Tipografía de Padre España. (Antezana 1979:
20)
Sobre la base de estos antecedentes llega a madurar el proyecto liberal, basado fun-
damentalmente en la propiedad privada de la tierra y la extinción de las comunida-
des, que daría como resultado un proceso de acumulación originario liberador de
la mano de obra indígena para su empleo en las grandes haciendas y nacientes in-
dustrias; además, posibilitaría la manutención de fuerza de trabajo de reserva para
el floreciente capitalismo industrial y agrícola.
4. Leyes de Melgarejo
La pugna entre los dos bandos aludidos anteriormente se resuelve a favor de los ha-
cendados que logran aplicar el proyecto liberal. El general Mariano Melgarejo se en-
cargó de hacer realidad este proyecto. Apenas instalado en el poder dicta el decre-
to de 20 de marzo de 1866, que declara en su artículo primero: «Propietarios con do-
minio pleno a los indígenas que poseen los terrenos del Estado», otorgándoles se-
senta días de término para proceder a su compra al Estado, caso contrario, será pri-
vado del beneficio y el terreno será enajenado en pública subasta (Recopilación de
leyes agrarias en Bolivia 1949: 7). Los campesinos deberían rescatar su propia par-
cela del Estado por una suma entre 25 y 100 pesos, caso contrario sus tierras serían
ofrecidas al mejor postor.
El 28 de septiembre de 1868, el gobierno de Melgarejo aprueba una ley sancionada
por la Asamblea Nacional del mismo año, que dispone simple y llanamente:
36
LIIÍS Arratia Jiménez
Art.lro. Las tierras poseídas por la raza indígena! y conocida hasta hoy ba-
jo el nombre de tierras de la comunidad, se declaran propiedad del Estado
Art. 2ro Dichas tierras serán vendidas en pública subasta y con las forma-
lidades prescritas para la venta de los bienes fiscales, con el objeto de cubrir
con su producto la deuda interna y gastos de servicios públicos. (Ibid: 8)
Los comunarios incumplieron la primera disposición legal de marzo de 1866 y, por
imperio de la Ley de septiembre de 1868, fueron violentamente desposeídos de sus
tierras por el ejército. Los campesinos tuvieron que sufrir la mayor violencia desa-
tada contra ellos. En pocos meses, 356 comunidades indígenas son liquidadas v sus
tierras revendidas a los neo-latifundistas mestizos o criollos. La medida es tan radi-
cal que provoca una serie de insurrecciones indígenas en el altiplano, reprimidas
con brutalidad sangrienta, en San Pedro Huaycho, Ancoraimes, Taraco donde cen-
tenares de indios insurrectos serán ejecutados por las tropas de represión del gene-
ral Leonardo Antezana, de acuerdo con el testimonio del periódico «El Republica-
no» en La Paz 27 de junio de 1871. (Pied 1981: 200)
Otro dato tomado de un documento titulado «La defensa de los intereses del pue-
blo ante la Honorable Asamblea» (Constituyente de 1871) dice: «Nuestro cálculo no
ha sido errado, si a los 800 capitalistas compradores de tierras del departamento de
La Paz, añadimos a los 1.200 igualmente compradores de Cochabarnba, Chuquisa-
ca, Potosí y Oruro; resulta crecida la tarifa de dos mil capitalistas que harán surgir
el progreso ... » (Antezana 1979: 25).
Melgarejo fue derrocado por miembros de la misma oligarquía. Agustín Morales
asumió el gobierno, éste, por granjearse la simpatía del «populacho», ya que los
campesinos habían colaborado para el derrocamiento del dictador, emite la Lev del
31 de julio de 1871, que a la letra dice:
Art.l. Los indígenas comunarios son y fueron propietarios de los terrenos
de origen y comunidades; quedan en esta virtud anuladas como atentato-
rias al derecho de propiedad todas las ventas, adjudicaciones y enajenacio-
nes de cualquier clase, que dichos terrenos se hubiesen hecho bajo la domi-
nación de don Mariano Melgarejo. (Recopilación de leyes agrarias en Boli-
via, 1949: 15)
Cabe notar que por primera vez en nuestra historia, para derrocar a un gobierno, la
clase dominante busca un apoyo más amplio en los comunarios indígenas afecta-
dos, a ello se debe la promulgación de esta Ley. Aún no se sabe con exactitud cuán-
to de esas tierras expropiadas y rematadas fueron devueltas a sus dueños origina-
rios, tal cual ordena la ley que antecede. Existen razones para dudar de una devo-
lución integra; sin embargo, los padrones y matrículas muestran en 1877 una alte-
ración notable sobre el estatuto de las comunidades y sus habitantes, donde se pue-
37
Derecho Agrario
5. Leyes de Exvinculación
La transitoriedad de la ley que devuelve las tierras de las comunidades, nos hace
suponer que sólo era una medida política para apaciguar los levantamientos indí-
genas. La agresión a las comunidades continuaría, aunque ya no de manera frontal
y abierta, sino, más bien, en forma sistemática y planificada. En consecuencia, apa-
recen una serie de medidas legislativas tendientes a expandir el sistema de hacien-
da entre 1874 y 1895. Dichas normas jurídicas son conocidas como Leyes de Exvin-
culación, que tenían como finalidad disolver los ayllus y desvincular a los indios de
sus comunidades como era el deseo de Simón Bolívar, explicado en los decretos bo-
livarianos.
En este período, vuelven a surgir dos corrientes respecto a la existencia o supresión
de la propiedad comunitaria. Una de ellas sostenía que ,por derecho propio, el in-
dígena era propietario originario de los terrenos que trabajaba, además, mostraba
una mayor capacidad de productividad frente a las haciendas feudales. Dentro es-
ta concepción también se manejaba ideas de corte liberal en cuanto se trataba de in-
corporar al campesino al mercado mediante un sistema de intercambio, previa di-
solución de las comunidades y entregando títulos parcelarios. La otra tendencia era
la teoría de las "manos muertas", en la que se sostenía que las comunidades junto
con su modo de producción eran una rémora para el país y el desarrollo de la agri-
cultura.
Basándose en las disposiciones de los Libertadores y en las corrientes que inspira-
ron su pensamiento, después de un largo período de debate, la concepción de la pri-
mera corriente triunfa y se promulgan las Leyes de Exvinculación de las Tierras de
Comunidad, que llega a significar la primera modificación de la estructura agraria
en Bolivia. El tenor de estas leyes reza:
Art. l. En conformidad al decreto dictatorial del Libertador de 8 de abril de
1874, puesto en vigencia para Bolivia por resolución del mismo de 29 de
agosto de 1825; a las leyes de 28 de septiembre de 1831 y 31 de julio de 1871,
los indígenas que poseen terrenos bien sea en clase de originarios, foraste-
ros, agregados o cualesquiera otra denominación tendrán en toda la Repú-
blica el derecho de propiedad absoluto en sus respectivas posesiones, bajo
los mojones y linderos conocidos actualmente. (Recopilación de leyes agra-
rias en Bolivia 1949: 12-17)
38
Luis Arratia Jiménez
6. Levantamientos indígenas
A partir de 1880, otra vez vuelve a ponerse en marcha nuevas rebeliones campesi-
nas, casi siempre reprimidas por el ejército. Así, desde 1885 hasta 1900, se pasa de
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Derecho Agrario
40
Luis Armtia fiménez
mestizo, criollo y la mezcla de gentes de todas las regiones del país, en la obligada
democracia de las trincheras, reforzaron una aguda conciencia crítica respecto a los
problemas no resueltos del país, alimentando la conciencia social y pro-indigenista
en las capas del criollaje urbano. (Zavaleta 1986: 29)
Se sabe que muchos indios revoltosos fueron reclutados coactivamente en una ver-
dadera cacería organizada por los terratenientes y el ejército, pero esto a su vez in-
cluía o suponía por primera vez, la convocatoria del indio a la ciudadanía en for-
ma explícita.
Los indios que volvieron de la guerra, que habían arriesgado su vida por una cau-
sa que no comprendían o comprendían ambiguamente, tuvieron argumentos más
legítimos ante sus camaradas criollos para hacer valer sus derechos como ciudada-
nos, en especial su derecho como propietarios comunales o privados de la tierra.
Terminada la Guerra del Chaco, ganó espacio la demanda popular de rendición de
cuentas frente a un estado oligárquico desmantelado, cuyo muro de contención ha-
bía sido derribado por la derrota. Se intensificaron las protestas y las movilizacio-
nes; éstas, sin embargo, cambiaron de objetivos y programas, a diferencia del sigio
pasado que eran defensivas. Ahora los indígenas no luchan contra la expansión del
latifundio, sino que exigían las tierras de los terratenientes. Estas movilizaciones se
manifiestan con mayor nitidez en el valle donde el sistema de hacienda era hege-
mónico, y donde se gesta la Reforma Agraria.
8. Congreso Indigenal
Otro acontecimiento importante para el movimiento campesino fue el Congreso In-
digenal durante el gobierno de Villarroel en 1945; constituyó un evento nacional y
fue la culminación de varios congresos regionales. El Gobierno de Bolivia, por pri-
mera vez, llegó al indígena con un lenguaje político, con la intención de incorporar-
lo a la sociedad. Son tratados por el Gobierno como hermanos y conciudadanos; es-
te proceso de participación campesina, en alianza con autoridades gubernamenta-
les, cimentó en los explotados del agro la esperanza de que las cosas pudieran cam-
biar. Por supuesto, se dieron relaciones de reciprocidad entre los campesinos y el
gobierno de Villarroel; a cambio del apoyo, Villarroel dictaría medidas para reparar
las injusticias impuestas por el sistema de hacienda.
El gobierno de Villarroel dictó decretos referentes a la situación de explotación del
campesino. El decreto de 15 de mayo de 1945 prohibía el uso de los servicios cam-
pesinos en labores que no sean propiamente agropecuarias; el decreto decía: «D/5.
II 318. Art. 2do.- No se exigirá a los colonos como obligaciones, trabajos ajenos a las
faenas propiamente agropecuarias, sin un previo consentimiento y justa retribu-
43
Derecho Agrario
ción» (Bonifaz 1953: 521). Esto significó, en otras palabras, la reglamentación del
trabajo agrícola gratuito que los campesinos efectuaban en favor del patrón.
Otro Decreto Supremo de la misma fecha decía: «Las obligaciones de los colonos in-
herentes a las faenas agrícolas en las labores propias de la hacienda, en ningún ca-
so excederá de cuatro días de trabajo por semana. En las haciendas cuya labor por
costumbre se realice en menor número de días; persistirá esta sin modificaciones»
(Ibid: 527).
En las haciendas, antes del Congreso, para poder gozar del usufructo de las parce-
las que les daba el patrón, los capmesinos tenían que hacer una serie de servicios
para él, trabajar gratis aproximadamente 50% de su tiempo hábil (más o menos se-
gún lugares y épocas del año) y otros servicios domésticos como pongos, mitanis,
postilleros, etc. Los decretos de 1945, lo único que suprimieron fueron estos últimos
tipos de trabajo gratuito, ya que en los terrenos de la hacienda el trabajo seguía sien-
do válido como una forma de pagar el arriendo de las tierras que eran del patrón
(Albó 1984: 221)
En sí mismos, los decretos no constituyeron una amenaza a la propiedad y al poder
económico de los terratenientes, más bien, fueron sólo una afrenta en tanto repre-
sentaba la intervención intolerable del Estado en los asuntos internos de la hacien-
da. Estos decretos, en la medida que legitimaban el cuestionamiento de las barreras
de casta subyacentes en la relación colono-patrón, quebraban la disciplina laboral
de los colonos y, por ende, el sustento ideológico.
Villarroel tuvo la. osadía de haber desafiado la prepotencia de la oligarquía, con el
verificativo del Congreso Indígena!, que contribuyó a la organización y conciencia-
ción de los derechos del indio para habilitarlo en lo futuro, en la lucha por sus rei-
vindicaciones. El efecto psicológico de este cónclave indio, realizado en la sede de
Gobierno y en presencia de las más altas autoridades del Estado, fue quizá más im-
portante que cualquiera de las medidas y conclusiones aprobadas en el mismo.
El derrocamiento de Villarroel dio origen a un proceso de envalentonamiento de la
oligarquía. Se reinició con más fuerza el sometimiento para restituir el orden; sin
embargo, el proceso organizativo que se gestó en el campo y los cambios que se lo-
graron, ya preconizaban el fin de un orden tradicional.
Los numerosos levantamientos campesinos tuvieron mucho que ver con el Congre-
so lndigenal y con la caída de Villarroel. Dirigentes campesinos de Ayopaya, por
ejemplo, habían participado en el Congreso, después estaban en La Paz durante el
colgamiento de Villarroel y, a los pocos meses, lideraban la rebelión de su provin-
cia, iniciada en el convento de Yayani. (Albó 1984: 56).
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Luis Arratia Jiménez
9. El Levantamiento de Ayopaya
Los focos principales de levantamientos posteriores a la Guerra del Chaco, a dife-
rencia de los de pre-guerra, se sitúan en los valles de Cochabamba, principalmente
en el Valle Alto y los valles ubicados detrás del Tunari, en la provincia de Ayopava:
son también focos importantes, los valles de Cinti y Chichas en el sur del país, y al-
gunas áreas del altiplano junto al lago Titicaca.
Esta variación se da por la diferencia de objetivos de los indígenas. En principio, en
las zonas del altiplano se luchaba por la no-expansión del latifundio, después, esta
expansión en gran parte ya estaba consolidada; los focos de agitación se dirigen a
rescatar la tierra, en vista de que el modelo progresista que acompañaba la expro-
piación había llegado a un completo fracaso. Por esta razón, la lucha la llevan los
colonos y no así los comunarios (Albó 1984: 69).
La forma de lucha en estas regiones es el asedio a la frontera de la hacienda que ha-
ce huir a los hacendados. Se extiende, luego, en el interior de la hacienda donde los
colonos destruyen y recogen las cosechas de los patrones y resisten a sus turnos de
trabajo, mediante métodos de lucha como la huelga de brazos caídos. Los choques
se producen cuando el hacendado intenta romper el asedio acudiendo a las fuerzas
represivas locales. (Rivera 1984: 69) La rebelión de Ayopaya, una de las más impor-
tantes por su envergadura histórica, muestra estas características.
Los campesinos de Ayopaya centraron sus reivindicaciones en la abolición del tra-
bajo gratuito en la hacienda y la inseguridad del usufructo de las tierras, condición
sujeta a arbitrariedad de los patrones, arrenderos y administradores. El Congreso
Indígena! fue en este sentido una significativa innovación, pues los campesinos pu-
dieron organizarse y explicitar allí su situación, algo que encontró eco en un gobier-
no que daba pruebas de estar a su favor. Decretos leyes que abolían la servidumbre
en las haciendas y reglamentaban la seguridad del usufructo al mismo tiempo, ins-
tituía un discurso político en el cual los campesinos eran considerados como ciuda-
danos con dignidad y derechos.
El levantamiento de Ayopaya se debe fundamentalmente a que no se cumplieron
los decretos de Villarroel, lo que a su muerte les sumió en un profundo cuestiona-
miento de su condición, más, si los hacendados intensificaron la producción para
cubrir la demanda de los centros mineros, incrementando también el sistema de
servidumbre.
Seis meses después del derrocamiento de Villarroel (al 10 de febrero de
1947), se desencadenó un gran levantamiento en Ayopaya que duró casi
una semana y fue fuertemente reprimido por fuerzas policiales, tropas del
ejército y aviones de reconocimiento.
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Derecho Agrario
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Luis Arrntia iimme:
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Luis Arratia [tménez
greso más rápido de las relaciones capitalistas y la formación de la clase de los gran-
jeros capitalistas; para esto ninguna traba debe sujetarla al pasado, nada debe im-
pedir su acceso al mercado libre. Lineen señala que para crear condiciones objetivas
a este desarrollo capitalista, debe destruirse tanto la propiedad terrateniente como
la parcelaria de los campesinos pequeños. Para esto es necesario que se produzca
un cambio en la estructura agraria mediante la nacionalización de la tierra, es decir,
la entrega de toda la tierra al Estado para la organización de una agricultura autén-
ticamente burguesa y libre al máximo de todas y cada una de tradiciones de la ser-
vidumbre.
La vía Farrner se dio fundamentalmente en la agricultura de los Estados Unidos; de
ahí la denominación del camino «norteamericano» de desarrollo del capitalismo en
la agricultura. La agricultura de varios países capitalistas en las que la posesión te-
rrateniente y las relaciones feudales fueron liquidadas por la revolución burguesa,
siguió este camino.
Haciendo un resumen de las dos vía de desarrollo en la agricultura, sintetizaremos
con R. Bartra (1978: 16) de la siguiente manera:
l. La antigua economía terrateniente ligada a la servidumbre, se transforma
lentamente en economía empresarial capitalista (tipo junker), merced a la
evolución interna del latifundio. 2. Un proceso revolucionario destruye la
antigua economía terrateniente a las formas de la gran propiedad y a los
sistemas de servidumbre, dando paso al desarrollo de la pequeña hacienda
campesina, la que a su vez progresivamente se irá descomponiendo ante el
embate del capitalismo.
Habiendo definido las dos vías de desarrollo en la agricultura, corresponde ahora
analizar la Ley de Reforma Agraria respecto a las mismas.
Desde E;l principio, en el seno de la Comisión de Reforma Agraria, se hizo evidente
la intención de adoptar el camino «[unker» o terrateniente. Así el artículo 36 del
proyecto de decreto elevado a consideración del Poder Ejecutivo establecía textual-
mente: «El terrateniente quedaría en la condición de mediano propietario en las
mismas tierras de las que fue dueño». En consecuencia, la propiedad mediana sería
la base sobre la cual se desarrolla la agricultura capitalista, pero por la vía prusia-
na, como consecuencia de la transformación interna de la economía terrateniente
basada en la servidumbre. No otra cosa se desprende de la lectura de los escritos de
Arturo Urquidi:
Los terratenientes actuales, por razones de cultura personal y por el hecho
de disponer de mayores recursos económicos, están en condiciones de con-
vertirse en agricultores progresistas, con mayor facilidad que los campesi-
nos indígenas, quienes requieren todavía de bastante tiempo para abando-
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Derecho Agrario
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Luis Arratia liménez
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Derecho Agrario
2. La Revolución de 1952
«El campesino se piensa a sí mismo en términos de organización y vive en ellos, si-
no tiene a nadie dice: Tomo la última mano que se me da. Es distinto si tiene un sin-
dicato. Con el MNR a partir de 1952 se procede a la distribución de tierras pero, so-
bre todo se organizan a los campesinos y se crean los sindicatos y centrales a todo
lo largo del país». (Kleín 1982: 198)
Llegando a la Revolución del 52, el campesino tardó en incorporarse activamente a
la lucha que se libró alrededor de la conquista del poder. Cuando lo hicieron, de-
mostraron un admirable radicalismo y la voluntad inquebrantable de ir a saciar sú
secular sed de tierras.
La clase obrera, después de la nacionalización de las minas, había ingresado en un
período de momentánea depresión. El escenario revolucionario como no pocas ve-
ces se observa en la historia, fue ocupado por los campesinos; se puede decir que
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Luis Arratia f iménez
3. Reforma Agraria
Reforma Agraria de hecho.
Por las razones ya expuestas, los valles de Cochabamba se convirtieron en el foco
principal de irradiación a todo lo largo del país. Desde los primeros días de abril,
los campesinos buscaron un liderazgo local, al mismo tiempo ya existían líderes
que se habían destacado en actividades políticas en los movimientos anteriores y
que, además, tenían vinculaciones con organizaciones políticas o habrían participa·
do en el movimiento sindical minero. La estrategia de estos líderes fue, primero,
conseguir el reconocimiento oficial que les aseguraba una posición clave y les per-
mitía canalizar recursos; seguidamente, demostrar la fuerza y número de sus segui-
dores en el campo.
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Derecho Agrario
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Derecho Agrario
En algunas zonas del país donde no existían una organización fuerte, la Reforma
Agraria empezó después de la dictación del Decreto, por ejemplo, al sur del país,
en Chuquisaca, se llevó a cabo una de las reformas agrarias más débiles, posible-
mente por la base social de los colonos, arrenderos y arrimantes; sin embargo, tam-
bién se formaron centrales y una federación departamental.
Las organizaciones sindicales se convirtieron en una nueva balanza de poder, con-
trapesando al antiguo poder de los terratenientes, comerciantes ricos y caciques, ab-
sorbieron muchas de sus funciones político-administrativas, los sindicalizados po-
dían portar armas y organizarse en milicias dirigidas por el MNR, borrando cual-
quier duda sobre su capacidad de obtener la aplicación de las leyes recientemente
dictadas.
En la región de La Paz, se produjo la movilización más violenta, que empezó des-
pués de la dictación del Decreto. Rivera (1984: 99) lo describe así:
En Ayacachi, sólo después de la Reforma Agraria, los colonos se movilizan,
organizan milicias armadas y comienzan a asediar a los terratenientes para
expulsarlos de la región. Por medio de concentraciones armadas y amena-
zas de violencia, los caudillos sindicales expresan un modo de presencia en
la estructura de poder, que sin exigir grandes propuestas programáticas,
defendían eficazmente los términos de la incorporación del campesino-in-
dio en el proyecto del nacionalismo revolucionario.
En 1953 las zonas de los valles centrales y el norte de La Paz, se convirtieron en re-
giones herméticamente cerradas para los antiguos propietarios y personas suscep-
tibles de pertenecer a la rosca. La auténtica fuerza motora en que se apoyaba la Re-
forma Agraria demostró ser el campesino mismo. La Reforma Agraria fue una rea-
lidad antes de que fuera una ley pues los campesinos se estaban repartiendo su pro-
pia tierra y echando a los latifundistas. Sobre estos hechos consumados la ley fue
impuesta ya que la alternativa de su no reconocimiento suponía una desastrosa
guerra civil. (Patcha 1962: 173)
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Derecho Agrario
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Luis Arratia Jiménez
A su vez, el MNR comprendía que no podía dominar sin toda una gama de com-
promisos con las fracciones de la burguesía a riesgo de quedar preso de las masas,
como administrador del Estado. El MNR debía resolver su problema de legitimidad
frente a la burguesía industrial, para lo cual requería reproducir las relaciones capi-
talistas de producción y mostrarse como un garante efectivo de la sociedad que lo
cobijaba y prefigurar mejores condiciones para el capital. Por esta razón, la Refor-
ma Agraria cumplió prioritariamente la función de estabilización social respecto al
sector mayoritario del país pero no se constituyó en el instrumento sustancial de la
política agraria del Estado, que fue orientada a la expansión de nuevas fronteras
agrícolas en el oriente, en función de la creación de grandes empresas agroganade-
ras de exportación:
Ni en su práctica ni en su teoría, el MNR contenía la ideología del proleta-
riado y, por el contrario, por debajo de una presentación etapista de la re-
volución, exonerada con una cierta jerga-marxista, se revelaban finalidades
que eran específicamente democráticas burguesas (intentada en los marcos
de un país atrasado y dependiente. El MNR era el partido de la revolución
democrático - burguesa en Bolivia, fue el creador de la actual Estado bur-
gués boliviano y fracasó al intentar llevar a cabo esa revolución con méto-
dos populistas, es decir, con los métodos burgueses de ese momento, en el
que la burguesía sabía que contenía los intereses de todas las clases (Zava-
leta 1983: 97)
Para los dirigentes del MNR, era menester implementar una economía basada en la
realidad boliviana, que no copiara esquemas y se orientara exclusivamente en las
características y singularidades propias del país y sus diversas regiones. En efecto,
Víctor Paz Estensoro decía en esos históricos momentos: «La Reforma Agraria tie-
ne una característica fundamental, es una medida política que se ajusta exactamen-
te a la realidad de Bolivia» (Subsecretaria de Prensa, información y cultura, 1954).
Peculiaridades que estaban condicionadas, además, por la movilización y situación
revolucionaria en que se encontraba el campesinado. El Gobierno del MNR estaba
comprometido a dictar la ley de Reforma Agraria. Lo que no estaba claro eran sus
alcances, que variaban desde la nacionalización de la tierra, la cooperativización, la
creación de unidades capitalistas de producción, la recomunalización o colectiviza-
ción. Es decir, una vez que se expropian a los latifundistas, se plantea la decisión so-
bre la forma de redistribucíon y el tipo de explotación.
62
5
EVALUACIÓN DE LA
REFORMA AGRARIA
63
Derecho Agrario
pegujal o sayaña, por cuya posesión estaba sujeto al sistema de pago en trabajo- y,
finalmente, liberar a las fuerzas productivas, es decir, a los trabajadores agrícolas, la
tierra y a los demás medios de producción de las trabas que les imponía el régimen
feudal, en beneficio de una amplia producción agrícola e industrial.
Cumplidos estos objetivos, la Reforma Agraria debería traducirse en las siguien-
tes consecuencias:
a) La producción agrícola debería adquirir un carácter mercantil o comercial, supe-
rando la economía natural cerrada o de autoconsumo, propia del sistema Feu-
dal.
b) La producción debería diversificarse conforme a un plan de especialización re-
gional de los cultivos, para abastecer mejor a las necesidades del mercado y del
consumo.
e) El desarrollo de la agricultura mercantil y agropecuaria debería contribuir a la
creación y fomento de un vasto mercado interno, mediante el intercambio regio-
nal de productos, la demanda creciente de artículos manufacturados y fabriles,
el empleo de medios técnicos en las actividades rurales, la formación agroindus-
trial y una utilización más afectiva de la fuerza de trabajo.
Esto es, en otros términos, que el carácter mercantil de la producción debería poner
en juego todos los factores que contribuyen al establecimiento capitalista con miras
a una sólida economía nacional.
En síntesis, el Decreto Ley de Reforma Agraria, al cancelar el latifundio y abolir la
servidumbre del campesino indígena; al liberar las fuerzas productivas del agro,
debería crear las condiciones necesarias para que el país cuente con una agricultu-
ra industrializada y floreciente, mediante la inversión de fuertes capitales y la am-
plia comercialización de los productos.
Cabe ahora preguntarse ¿por qué el Estado del 52 no pudo llevar a la práctica estos
objetivos que permitirían a Bolivia una industrialización de la producción agrícola?
Para responder esta interrogante, es necesario estudiar cuáles eran los intereses de
clase subyacente del nacionalismo revolucionario, en qué se inspiraron para formu-
lar dichos objetivos, y cuál era el grado de conocimiento de la realidad nacional pa-
ra implementar un nuevo modelo de acumulación en el agro. Para analizar estos
criterios es necesario remitirse al texto de la Ley a través de uno de los objetivos más
significativos y fundamentales enunciado en el considerando número 10, que a la
letra dice:
CONSIDERANDO: Que la Revolución Nacional, en su programa agrario se
propone esencialmente elevar los actuales niveles productivos del país,
transformar el sistema feudal de tenencia y explotación de la tierra, impo-
64
Luis Arratia /iménez
niendo una justa redistribución entre los que trabajan, e incorporar a la vi-
da nacional al indígena, reivindicándolo en su jerarquía económica y su
condición humana. (Ley de Reforma Agraria 1982: 17-18)
Como bien tenemos dicho, el MNR tenía la intención de ampliar, en principio, la ba-
se social de participación del Estado incluyendo a los campesinos. Había además
un punto de vista económico que puede resumirse en la frase: hay que convertir a
los campesinos en productores y consumidores.
Para el Gobierno, era necesario eliminar la hacienda que perturbaba el sistema feu-
dal latifundista, a cambio, había que integrar a los indios, haciéndolos campesinos,
miembros de unidades productivas y plenamente consumidores. Lo ideal para el
MNR era que los campesinos produjeran para el mercado y entonces todos consu-
mirían desde arroz hasta electrodomésticos, al igual que el resto de la sociedad
65
Derecho Agrario
Estos objetivos, si bien toca uno de los puntos básicos de nuestra problemática agra-
ria, carecen de la perspectiva de una solución viable, se orientan al proteccionismo
y no guarda coherencia con el proyecto principal del gobierno, pues se parte de una
falsa concepción sobre las comunidades originarias. Se pensaba en un sentido co-
munitario que habría persistido desde los incas a lo largo de cuatro siglos, por lo
tanto, la creación de cooperativas agrícolas teniendo como base la comunidad, ha-
bía chocado con un proceso diferente de apropiación individual de la tierra por par-
te de los comunarios.
El tercer objetivo afirma:
c) Liberar a los campesinos de su condición de siervos, proscribiendo los servicios
y obligaciones personales gratuitos.
La determinación en tomo a la destrucción de la unidad económica del latifun-
dio, está estrechamente ligada con este objetivo y al presente, este tipo de relacio-
nes sociales ha sido barrida para ser reemplazada por nuevas formas de relaciones
de explotación y de discriminación al campesino.
El cuarto objetivo reza:
d) Estimular la mayor productividad y comercialización de la industria agropecua-
ria, facilitando la inversión de nuevos capitales, respetando a los agricultores pe-
queños y medianos, fomentando el cooperativismo agrario, prestando ayuda
técnica y abriendo posibilidades de créditos.
A nuestro criterio, este es el objetivo fundamental que sustenta toda la Ley de Re-
forma Agraria impulsada principalmente a la creación de una economía agraria ca-
pitalista.
La caracterización de la Reforma Agraria en Bolivia como una Reforma Agraria
burguesa favorable al desarrollo del capitalismo, siempre fue explícita en los ideó-
logos del MNR, Urquidi lo afirma: «Como concepción doctrinal, la Reforma Agra-
ria boliviana se orienta por la línea revolucionaria, democrático burguesa, que en lo
esencial no desconoce el principio de propiedad privada; es democrática en su ex-
presión política antiologárquica y pre-republicana, burguesa por su contenido anti-
feudal y precapitalista». (Urquidi 1976: 52)
Nuestra Reforma, bajo las circunstancias en que se produce, es de naturaleza bur-
guesa, en tanto destruye las relaciones de producción feudal predominantes y las
reemplaza por relaciones pre-capitalistas, más llanas a la dominación del capital.
No solamente en Bolivia la reforma es burguesa, toda reforma agraria tiene un ca-
rácter burgués, así lo señala Gutelman (1978: 17): « ... sin vacilación se puede califi-
car la Reforma Agraria en si misma, es decir en el proceso de apropiación y redis-
tribución de la tierra, como reforma burguesa, aún en el caso que se realice en el
marco de una revolución proletaria violenta».
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Luis Arratia /iménez
Solar campesino
En primer lugar tenemos el solar campesino, que es definido por nuestra ley de la
siguiente manera en el artículo 6: «El solar campesino tiene una función de residen-
cia rural, siendo insuficiente para las necesidades de subsistencia para una familia».
Este tipo de propiedad no requiere de mayores comentarios ya que se las encuen-
tra generalmente en las inmediaciones de los centros urbanos. El artículo 6to. se re-
fiere a los campesinos minifundistas que tenían un insignificante pedazo de tierra.
A propósito de esta forma de propiedad, Arturo Urquidi (citado por Echazú 1984:
1952) dice lo siguiente:
La Ley al definir el «solar campesino» toma en cuenta sobre todo a los la-
briegos que habitan en las inmediaciones de los centros poblados, quienes
por la escasa producción de su parcela de terreno, se ven obligados a alqui-
lar temporalmente su fuerza de trabajo en haciendas próximas o en indus-
trias y actividades urbanas. Se refiere en otros términos a los llamados Par-
vifundistas que socialmente constituyen la clase de semi-proletarios rura-
les ...
A consecuencia de la aplicación de este artículo, muchos solares han sido consoli-
dados a favor de sus dueños, pero este terreno como la Ley lo indica, es insuficien-
te para la subsistencia de la familia por lo que los campesinos en esta situación se
ven obligados a dejar sus tierras temporalmente para dedicarse a otras actividades.
Por otro lado, refiriéndose a la situación de estos campesinos, una publicación dice:
... constituyen la inmensa mayoría de la población campesina nacional. Son
campesinos sin tierra o con poca tierra. A esta clase pertenecen también los
campesinos que consolidaron sus pequeñas parcelas con la implantación de
la Ley de Reforma Agraria de 1953. El promedio general de tales parcelas
según datos de la oficina de Reforma Agraria, alcanza apenas a la cantidad
de 2.800 metros cuadrados y están situadas generalmente en tierras de ma-
la calidad y carentes de riego. Su situación de miseria es casi absoluta por
falta de ayuda gubernamental. Los campesinos sin tierra se ven obligados
a someterse a la aparcería o a la compañía ... (ibid: 153)
A esto se suma la inmensa masa de campesinos nuevos que han llegado a la mayo-
ría de edad y que no han conseguido ser dotados de tierras; la previsión de la Ley,
en sentido de reservar terrenos para futuras dotaciones, ha sido aplicada sólo par-
cialmente, en vista de las necesidades y presiones suscitadas, dichas áreas reserva-
68
Luis Armtia Jiménez
das para futuras dotaciones han sido parceladas, unas veces para agrandar la uni-
dad de dotación y otras para dotar a los campesinos sin tierras.
Pequeña propiedad
Una segunda forma de propiedad es la contenida y definida por el artículo 7 de la
Ley Agraria: «La propiedad pequeña es la que se trabaja personalmente por el cam-
pesino y sus familiares, de tal manera que su producción le permita satisfacer racio-
nalmente sus necesidades. El trabajo personal del campesino no excluye el concur-
so de colaboradores eventuales para determinadas faenas».
Antes de la Reforma Agraria no existía el pequeño propietario indígena o existía
con carácter excepcional en algunas regiones del país, generalmente los pequeños
propietarios de parcelas eran gente no campesinas que residían en las ciudades y se
dedicaban a cualquier actividad menos a la agricultura; estas tierras eran entrega-
das a los indígenas, quienes realizaban las actividades agrícolas en provecho de es-
tos propietarios no campesinos a cambio de una proporción variable de la produc-
ción, como era el trabajo en compañía, al partir, etc.
Este tipo de producción se mantuvo intacto por imperio del artículo 32, debido a
que la Ley no especifica que pasa cuando el pequeño propietario no concurre direc-
tamente en la producción. En consecuencia, como se toma en cuenta solamente el
factor cuantitativo, la inafectibilidad de la pequeña propiedad ha sido absoluta.
Por otra parte, la Ley de Reforma Agraria, establecía que a cada familia campesina
debería otorgársele en dotación una pequeña propiedad en los terrenos que antes
de la Reforma pertenecía a los latifundistas. En aplicación de esta disposición se
procedió a la afectación y subsiguiente parcelación de muchos latifundios -allí don-
de se consiguió liquidarlos o por lo menos reducirlos- y la parcelación de algunas
comunidades indígenas, constituyendo la nueva pequeña propiedad post-refor-
mista.
El artículo en mención dice que los propietarios pequeños deben satisfacer racional-
mente sus necesidades con el producto de su trabajo en el terreno dotado, sin em-
bargo, en la práctica, esta premisa está muy lejos de cumplirse:
La pequeña propiedad, incluso en países capitalistas desarrollados, no sa-
tisface racionalmente las necesidades del campesino y su familia. Resulta
ilusorio pensar que en una sociedad como la nuestra semi-colonial y semi-
feudal, una propiedad pequeña pueda satisfacer "racionalmente" esas nece-
sidades. Por ello la tesis de "satisfacción racional sostenida por el articulo.
Citado, no refleja la realidad, no expresa lo que ocurre en el mundo objeti-
vo, sino que constituye quizá - tenemos que convenir por fuerza, un deseo
bien intencionado del legislador. .. (ibid: 162)
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Derecho Agrario
Comunidad indígena
Otra forma de propiedad agraria es la Comunidad Indígena, defínida de la siguien-
te manera por el Decreto Ley 03464 en su artículo 9: «La propiedad de comunidad
indígena es la que reconoce como tal por las leyes en vigencia a favor de determi-
nados grupos sociales indígenas».
Hemos visto en el capítulo primero que durante nuestra historia la comunidad in-
dígena se ha visto constantemente amenazada y ha sobrevivido por la resistencia
indígena, y más que todo, porque el latifundio ha relegado a estas comunidades ha-
cia los lugares inhóspitos y de tierras improductivas.
También observamos que esta amenaza iba dirigida a la disolución y a la negación
jurídica de estas organizaciones; con el ordenamiento legal actual, al presente, se ha
conseguido disolver la organización productiva de la comunidad en virtud de la
parcelación indiscriminada de tierras: los comunarios en un alto porcentaje han vis-
to sus tierras parceladas y reducidas sus condiciones a las de pequeñísimos propie-
tarios de tierras áridas y pobres. Esto ha sido promovido por el artículo 57 que de-
clara lo siguiente: «Las comunidades indígenas son propietarias privadas de las tie-
rras que poseen en conjunto las asignaciones familiares hechas en las revisitas o las
reconocidas por la costumbre dentro de cada comunidad, constituye la propiedad
privada familiar».
De acuerdo con este artículo y ante el embate del capitalismo, la comunidad indí-
gena se va disgregando poco a poco, por un lado, se protege a la comunidad indí-
gena y, por el otro, se promueve su disolución en beneficio de la pequeña propie-
dad parcelaria. En otro artículo, la Ley reconoce el derecho de los comunarios a ser
restituidos de sus tierras usurpadas: «Art, 42.- Las tierras usurpadas a las comuni-
dades indígenas desde el lera. de enero del año 1900, les serán restituidas cuando
prueben su derecho de acuerdo a reglamentación especial».
Salen del ámbito de aplicación de esta disposición la mayor parte de las comunida-
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Luis Arratia Jiménez
Mediana propiedad
La cuarta forma de propiedad contemplada por nuestra Ley es la propiedad media-
na, definida de la siguiente manera: «La propiedad mediana es la que teniendo una
extensión mayor que la clasificada como pequeña y que sin tener las características
de la empresa agrícola capitalista, se explote con el concurso de trabajadores asala-
riados o empleando medios técnico - mecánicos de tal manera que el volumen prin-
cipal de su producción se destine al mercado».
Las propiedades enumeradas por el artículo octavo, merced a un cambio gradual
en las relaciones de producción en el agro, eran muy escasas, si bien por su exten-
sión se les podía considerar como propiedades medianas, en su mayoría no cum-
plían con los demás requisitos de propiedad capitalista porque las propiedades que
superan por su extensión la pequeña propiedad tienen, en general, las mismas ca-
racterísticas de la pequeña, es decir, se encuentran reatadas a los mismos sistemas
semifeudales, tales como la aparcería, el trabajo en compañía, al partir, etc., y las
medianas, que por su extensión están inmediatamente por debajo de las extensio-
nes de los latifundios, tienen las características de estos últimos. La propiedad me-
diana es indefinible en las condiciones reales del campo de ese entonces, por lo cual
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Derecho Agrario
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Luis Arratia /i111énez
Empresa agrícola
El artículo 11 del DecretoNº 03464, definiendo la empresa agrícola reza lo siguien-
te: «La empresa agrícola se caracteriza por la inversión de capital suplementario en
gran escala, el régimen de trabajo asalariado y el empleo de medios técnicos moder-
nos, excepción de estos últimos en las regiones de topografía accidentada. La deter-
minación circunstanciada de esos factores será objeto de reglamentación especial».
El artículo mencionado, en su parte final, establece la prescindencia de los medios
técnicos modernos en los casos donde las empresas agrícolas se hayan establecido
en regiones de topografía accidentada, esta excepción priva de verdadera esencia a
la empresa agrícola porque sin técnicas modernas de producción, Jo que aparecería
es el latifundio de carne y hueso. Esto da lugar a que los propietarios latifundistas,
aunque no tengan maquinarias, recurran a esta excepción para conservar su latifun-
dio. Por su parte el artículo 36 del mismo Decreto, referente a la empresa agrícola,
dice: «la empresa agrícola que, al promulgarse el presente Decreto - Ley, conserva-
rá el régimen mixto de colonato y asalariado será inafectable, previa comprobación
de la inversión de una parte de capital suplementario por lo menos del doble del
capital fundario y el empleo de técnicas modernas de explotación».
En la realidad, antes de la Reforma Agraria existían escasamente empresas agríco-
las, entendiéndose éstas como la superación de la forma de producción latiíundia-
ria, sin embargo, nuestros legisladores quieren encontrar en nuestro país empresas
agrícolas, aunque en su seno todavía existan resabios feudales, en el entendido que
con el tiempo estos irán desapareciendo y emergerá una próspera agricultura capi-
talista; de cualquier manera, se defiende al latifundio, primero arguyendo de que se
le respetará allí donde el terreno sea accidentado y segundo, cuando haya régimen
mixto de colonato y asalariado, estos argumentos desvirtúan la total afectación del
latifundio en beneficio de los terratenientes.
El artículo 36 como veíamos, nos habla de «por lo menos el doble de capital funda-
rio», empero a su turno el artículo 77 del D.S. reglamentario 03471, dice:
Cuando el monto del capital suplementario no pudiera determinarse para
los efectos del art. 36 del Decreto Ley N' 03464, se establecerá cual es el sis-
tema predominante (salario o colonato). Predominando el primero, la de-
clarará empresa agrícola, siempre que además tenga las otras características
que tipifican esta propiedad; más si predomina el segundo, se considerará
sólo propiedad progresista y siempre que tenga las características indicadas
por art. 35 del citado Decreto.
De cualquier manera, a toda costa se trata de salvar al latifundio, ahora bajo el ex-
pediente de que si no cumple con el régimen mixto de colonato y asalariado, se la
considera propiedad progresista, es decir mediana propiedad.
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Derecho Agrario
Por lo demás, en la mayoría de los casos, los terratenientes para escapar a la afecta-
ción, cuando se señalaba la audiencia para la calificación de este tipo de propieda-
des, se prestaban algunos tractores por unos días, para hacer ver a las autoridades
de Reforma Agraria que, efectivamente, eran propiedades «progresistas».
En cuanto a los colonos que trabajan en las presuntas «empresas agrícolas» se plan-
tea muchas dificultades; en la práctica y en la mayoría de los casos, se procedió sim-
ple y llanamente a prometer futuras dotaciones a este tipo de campesinos, consoli-
dándose las tierras a favor de los «empresarios». Por otra parte, había una imposi-
bilidad práctica de poder determinar los límites de este tipo de propiedades; esto
motivó a que se declarase apresuradamente todo tipo de fundos con esencia latifun-
distas, como empresas agrícolas, dejándose al abandono a los auténticos colonos.
Ésta fue la forma mediante la cual una mayoría de los latifundios del país se refu-
giaron a la calificación de medianas propiedades, amparados en el art. 35 del De-
creto Ley 03464, y bajo el procedimiento inventado de consolidación lograron obte-
ner títulos del Consejo Nacional de Reforma Agraria. El artículo 12, que constituye
uno de los pilares fundamentales de la Ley de Reforma Agraria, se refiere a la liqui-
dación del latifundio que textualmente dice:
El Estado no reconoce el latifundio que es la propiedad rural de gran exten-
sión, variable según su situación geográfica, que permanece inexplotada o
es explotada deficientemente por el sistema extensivo con instrumentos y
métodos anticuados que dan lugar al desperdicio de la fuerza humana, o
por la percepción de renta fundiaria mediante el arrendamiento caracteri-
zado además en cuanto al uso de la tierra, en la zona interandina por la con-
cesión de parcelas, pegujales; sayañas, aparcerías u otras modalidades equi-
valentes, de tal manera que su rentabilidad a causa del desequilibrio entre
los factores de la producción, depende fundamentalmente de la plusvalía -
que rinden los campesinos -en su condición de siervos o colonos y de la
cual se apropia el terrateniente en forma de renta trabajo, determinando un
régimen de opresión feudal que se traduce en atraso agrícola y en bajo ni-
vel de vida y de la cultura de la población campesina.
La mayoría de las propiedades estaban calificadas como latifundios, sin embargo,
la ley estableció ciertos recursos jurídicos para salvar a toda costa este tipo de pro-
piedades, por ejemplo, el artículo 52 de la Ley de Reforma Agraria establecía lo si-
guiente: «Las propiedades poseídas en lo proindiviso se consideran a los efectos del
presente Decreto-Ley, divididas en tantas propiedades como copropietarios sean».
Este artículo permite falsear la realidad unitaria de los latifundios y las haciendas,
por el hecho de aparecer como copropietarios muchas veces las amistades, hijos me-
nores y hermanos del dueño.
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Luis Arratia fiménez
Redistribución de tierras
Por otra parte, los indígenas, los que habían luchado por sus reivindicaciones, los
verdaderos trabajadores del campo, a los que presuntamente debería favorecer la
Ley de Reforma Agraria, fueron dotados de tierras de la siguiente manera:
Art. 33.- La mediana propiedad es inafectable. Sin embargo por vía de ex-
cepción será afectable en las extensiones poseídas por los campesinos (sa-
yañas. pegujales, etc.), que pasan a propiedad de sus trabajadores sin per-
juicio de la dotación de tierras en otras zonas en la extensión de la pequeña
propiedad. Cuando éstas áreas que serán inajenables quedan vacantes por
el traslado de los trabajadores dotados de tierras, se conso1idarán a favor
del mediano propietario, hasta la extensión máxima de la mediana propie-
dad, con la obligación de indemnizar las mejoras del trabajador.
Art. 78.- Los campesinos que hubiesen sido sometidos a un régimen de tra-
bajo y explotación feudales, en su condición de siervos, obligados, arriman-
tes, pegujaleros, agregados forasteros, etc., mayores de 18 años, los casados
mayores de 14 y las viudas con hijos menores, son declarados con la pro-
mulgación del presente decreto, propietarios de las parcelas que actual-
mente poseen y trabajan, en tanto el Servicio Nacional de Reforma Agraria
les dote racionalmente de las que les corresponden de acuerdo a las defini-
ciones de la pequeña propiedad o les compense con la explotación colecti-
va de tierras que les permita cubrir sus presupuestos familiares.
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Derecho Agrario
Por imperio de los artículos citados, una mayoría de campesinos sayañeros y pegu-
jaleros de las haciendas quedó como propietario de las parcelas que poseían o que
ocupaban, o sea, las sayañas y pegujales que les entregaban los hacendados duran-
te el periodo anterior a la Reforma Agraria. Se debe hacer notar que estas parcelas
eran las más pobres, cansadas, viejas, lavadas, situadas en regiones inhóspitas, in-
fértiles, alejadas de la hacienda, lejos de los centros de comercio, sin riego, pedrego-
sas, etc.
En caso de que los campesinos abandonaran su sayana o pegujal, lo que general-
mente se daba por la presión de los hacendados, estas áreas se consolidaban a favor
del propietario mediano según el citado artículo 33. En realidad, en muchos casos
hubo un aumento pequeño en las cantidades reales controladas por cada familia an-
tes y después de la distribución. Los campesinos recibieron ante todo el título de
propiedad sobre las sayañas y pegujales que antes de la Reforma Agraria usufruc-
tuaban sin título de propiedad, a cambio del trabajo gratuito en la hacienda.
Fueron numerosos los lugares en que los campesinos, para garantizar que queda-
ban dueños verdaderamente de su tierra, estuvieron dispuestos a pagar al patrón,
incluso por tierras que no eran legalmente de ellos. En otros casos, los dineros iban
como honorarios de abogados y coirnas para los funcionarios encargados de la tra-
mitación. Las cantidades de tierra aumentadas sobre el usufructo previo a la Refor-
ma, varían de un lugar a otro. Albó (1979: 33) lo describe así:
Carter (1967), llega a informar de algún caso en que los colonos quedaron
al final con menos tierras que antes (a pesar de que estaba legalmente pro-
hibido). Los datos recogidos por Carter (1967) y Burke (1973), en un total de
doce haciendas altiplánicas, muestran aumentos que van sólo del 5 al 25%.
En cambio Mojica (1978) en base a estudios realizados por el Consejo Na-
cional de Reforma Agraria en todo el país, llega a mostrar otros casos en
que los campesinos llegaron a duplicar y hasta a triplicar sus terrenos, aun-
que se trate de cantidades pequeñas como por ejemplo, el paso de media
hectárea a hectárea y media.
El tamaño de la tierra de que dispone cada familia, esta vez con título ejecutorial, es
en muchos casos el mismo o menor que antes. Las áreas afectadas y el campesina-
do involucrado no fueron los principales beneficiados, la Reforma Agraria cumplió
prioritariamente la función de estabilizar socialmente al sector mayoritario del país
y no constituyó el elemento sustancial de la política agraria del Estado, esta fue
orientada más bien a la expansión de las fronteras agrícolas y a un desarrollo capi-
talista en función a la creación de empresas agro-ganaderas en el oriente.
En las regiones donde se implementó la Ley de Reforma Agraria se procedió a con-
solidar la pequeña propiedad campesina a través del fraccionamiento del latifun-
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Derecho Agrario
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Luis Arratia liménez
Oriente Boliviano
En el oriente boliviano las tierras han sido destinadas para la producción agrícola
en sistemas extensivos, orientados a la exportación; tierras de producción ganade-
ra en sistemas extensivos para el mercado interno y tierras de producción forestal
en sistemas de extracción selectiva para la exportación y el mercado interno.
De acuerdo con un estudio realizado por Alan Bojanic, los principales sectores ern-
presariales en los llanos orientales son los productores soyeros, ganaderos, los con·
cesionarios forestales y los barraqueros.
El sector soyero es agroexportador con alto empleo de insumos y maquinaria; con·
tribuyó con 3% del PIB y 27% del total de las exportaciones. El producto es obteni-
do por más de 14 mil agricultores que usan desde una pocas hectáreas a más de 5
mil. Como parte de la cadena de transformación, se ha instalado un gran complejo
industrial privado, para la extracción de aceite y torta de soya, así, casi la totalidad
de las exportaciones tiene valor agregado. Cerca de un millón de hectáreas se en-
cuentra bajo la tenencia de los agricultores soyeros, lo cual representa el 45 % de la
superficie agrícola del país en el 2002.
La ganadería bovina, extensiva en Santa Cruz, Beni y Pando, es el segundo rubro
agropecuario de importancia económica nacional, y ocupa aproximadamente 30
millones de hectáreas, del territorio nacional.
La actividad forestal es un rubro que posee un alto potencial para el desarrollo eco·
nómico del país. Actualmente 8,5 millones de hectáreas son aprovechadas para la
extracción de madera, de las cuales, las concesiones forestales a favor del sector em-
presarial es de 5,4 millones de hectáreas y el resto, 3,1 millones de hectáreas es ex-
plotado por pueblos originarios en sus tierras comunitarias de origen y también por
agrupaciones sociales del lugar y otros.
Las barracas del norte amazónico ocupan 3,2 millones de hectáreas, cubiertas de
bosques de donde extraen tradicionalmente productos forestales no maderables, es-
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Derecho Agrario
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Luis Arralia liménez
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II
LEGISLACIÓN AGRARIA
1
CONTEXTO DE LA NUEVA LEGISLACIÓN AGRARIA
Antecedentes
Como consecuencia de muchas denuncias de corrupción sobre tráfico de tierras
contra el Consejo Nacional de Reforma Agraria y el Instituto Nacional de Coloniza-
ción, en 1992, se dispuso la intervención de ambas instituciones a objeto de realizar
la revisión de expedientes agrarios para identificar trámites fraudulentos y sobre-
posición de derechos propietarios. Esta determinación abrió la posibilidad de una
transición hacia una nueva institucionalidad, planteándose la posibilidad de elabo-
rar una nueva política pública de la administración de tierras y la reconducción de
la Reforma Agraria. La intervención se prolongó hasta octubre de 1996, fecha en
que se promulgó la Ley 1715 del Servicio Nacional de Reforma Agraria, más cono-
cida como Ley INRA.
La discusión y elaboración de la Ley INRA, se realizó en un contexto diferente al
del año 1953, los cambios en la economía mundial, la caída del muro de Berlín, la
variable medioambiental, la administración de los recursos naturales en el marco
del concepto de] territorio y Ja emergencia de movimiento sociales de indígenas,
ambientalistas y de mujeres entre otros, bajo la exigencia de una mayor participa-
ción ciudadana; conjuntamente con las demandas de los distintos sujetos sociales
agropecuarios: colonos, campesinos y empresarios, han configurado una nueva le-
gislación agraria; es por esta razón, que analizaremos las características de estas
tendencias para explicar mejor los alcances y contenidos de la Ley INRA.
l. El ajuste estructural
El capitalismo de Estado inaugurado en 1952 entra en quiebra a principios de la dé-
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Derecho Agrario
El Estado regulador
El Estado regulador se limita a establecer reglas, ya no interviene en la fijación de
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Luis Arratia Jiménez
precios ni en la actividades productivas, sino que deja que las dinámicas del mer-
cado redistribuyan la riqueza. Las reglas de la economía son marcadas por el mer-
cado; es decir, por las reglas de la oferta y la demanda, por lo que el Estado solo es
un ente regulador, que vía la constitución de superintendencias, regula el uso y
aprovechamiento de recursos naturales. Desde 1985, los precios se regulan por los
precios del mercado mundial o internacional, la economía actual se base en el libe-
ralismo o economía capitalista con vigencia de la propiedad privada.
2. El mercado
La Nueva Política Económica incorpora el concepto de la tierra cómo mercancía,
despojada de su valor histórico y cultural, de modo que no se identifique quien
compra o vende, sino que compra y que vende, debe despojarse de los factores ex-
tra económicos, estableciendo una libertad absoluta para ingresar y salir del merca-
do de tierras, eliminar las restricciones que perjudican la transferencia de la pro-
piedad agraria en el mercado, mediante la eliminación de los subsidios para la agri-
cultura, el cobre de impuestos sobre la tierra, la modernización de los sistemas de
registro de la propiedad, titulación de tierras, programas de compraventa de tierras
para facilitar el acceso a la tierra, que tienen por objeto proporcionar crédito para la
compra de tierras a pequeños compradores que ordinariamente no tendrían acceso
a recursos del mercado de capitales y protección jurídica a actividades empresana-
les agropecuarias. La modernización de la propiedad agraria esta orientada a su in
corporación plena en el mercado de productos y capitales.
Al Estado le queda sólo determinar qué tierras deben venderse y cuáles no, por lo
que la ley, tomando en cuenta este criterio, establece quiénes son los sujetos econó-
micos agropecuarios en la nueva legislación. La característica que influye en la in-
dustria agropecuaria es que los productos deben encontrarse y competir en el mer-
cado puesto que toda producción debe hacerse de acuerdo con el requerimiento del
mercado.
La tendencia actual es que los Estados no queden marginados de la globalización y
la economía mundial. Hernando de Soto, en su obra El Misterio del Capital, sostiene
que los bienes pueden convertirse en capital, es decir, convertirse en mercancía,
siempre y cuando estén legalmente registrados.
El ordenamiento territorial
El ordenamiento territorial constituye un instrumento para la organización del uso
del suelo y la ocupación del territorio en función de sus características biofísicas,
ambientales, socioeconómicas, culturales y político institucionales con la finalidad
de promover el desarrollo. Mediante este proceso se pretende organizar el uso y la
ocupación de la tierra y el territorio a objeto de establecer espacios geográficos po-
lítico y administrativamente delimitados, con el fin de aterrizar la inversión públi-
ca y establecer unidades territoriales de planificación, en este sentido, las diferentes
estrategias que se implementen deben incorporar la territorialidad de sus propues-
tas, para la generación de sinergias entre las distintas intervenciones instituciona-
les, de tal manera que se contribuya a la mejora de la cobertura y el acceso a servi-
cios sociales, así como a la infraestructura productiva.
En el ámbito rural, se han introducido instrumentos de organización del territorio,
tales como los planes de uso de suelo, a nivel departamental, el ordenamiento terri-
torial municipal y los planes de ordenamiento predial; estos instrumentos tienen
por finalidad clasificar y ordenar las tierras de acuerdo con su mejor aptitud. De es-
te modo, se han discriminado áreas para fines agrícolas, pecuarios, forestales, de
protección, etc. Actualmente, sobre la base de esta política, se realiza un esfuerzo
por titular las tierras comunitarias de origen de tierras altas y bajas, y el saneamien-
to de la propiedad agraria integrada al catastro.
4. La Participación Popular
Por recomendación del Banco Mundial se implementa en el país la participación
ciudadana en la construcción de lo público, para hacer una congestión entre el Es-
tado y la sociedad civil y tiene por finalidad garantizar los mejores mecanismos de
control de la inversión pública. La Participación Popular es el acceso a la informa-
ción y control acerca de los recursos públicos por la sociedad civil, fomenta la con-
gestión de la sociedad civil en la participación de la administración de los recursos
públicos.
Los cambios efectuados con la Ley de Participación Popular produjeron profundas
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Derecho Agrario
Uno de los aspectos más significativos es, sin lugar a dudas, la transferencia de re-
cursos (20%) del Gobierno Nacional a los Gobiernos Municipales por concepto de
coparticipación tributaria, posibilitando que el Gobierno Municipal cumpla las
competencias definidas por Ley. Con la transferencia de los recursos de copartici-
pación tributaria, el Municipio se enfrenta al gran desafío de que los actores locales
se conviertan en dinamizadores de sus regiones y promuevan el desarrollo del mu-
nicipio.
Mejoran las condiciones para la participación campesina, debido a que los gobier-
nos municipales son elegidos por toda la población y no sólo por los núcleos urba-
nos, se incrementa el número de alcaldes campesinos; producto de ello, se incide en
una priorización de inversiones a favor del ámbito productivo.
5. Movimientos sociales
Los movimientos sociales son formas de acción colectiva, caracterizados por los si-
guientes aspectos: a) basados en la solidaridad, b) desarrollan un conflicto y c) rom-
pe con los límites en que ocurre la acción, (Melucci 1996: 46); desde esta perspecti-
va mencionaremos que los movimientos sociales se caracterizan por ser una red de
interacciones informales entre la pluralidad de individuos, grupos y organizaciones
comprometidos con un conflicto cultural o político, es decir, una red de relaciones
que produce un sentido alternativo de la acción. La peculiaridad de la acción del
movimiento social frente a otras formas de acción colectiva consiste en que el resul-
tado principal del movimiento es dotar de sentido a la acción individual y colecti-
va. El análisis del movimiento social no puede abordarse partiendo de una concep-
ción fija, ya que es una construcción que se realiza en el proceso de conflicto y ne-
gociación con el Estado.
Los movimientos sociales, que presionan al Estado para que incorporen sus deman-
das, se pueden caracterizar porque se abstraen de la dicotomía que plantea el mar-
xismo de clases sociales, debido a que para la atención de sus demandas, el lugar
que ocupan sus miembros en el proceso de producción es una variable secundaria;
surgen, precisamente, a partir de la crisis de representación de las organizaciones
de la sociedad civil y su pérdida de convocatoria y reivindica derechos que escapan
a las contradicciones del capital. Estos movimientos sociales se plantean, como fi-
nalidad, influir en la elaboración de nueva ley de Reforma Agraria como proceso de
construcción social de la realidad, insertándose en la coyuntura de ese momento
dentro de una estructura de oportunidades donde se busca consolidar un espacio
específico para su acción. Sus demandas son coyunturales, reivindicativas y espon-
táneas; emergen de las necesidades de grupos sociales desprotegidos jurídicamen-
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Derecho Agrario
Movimientos sociales indigenistas: En los últimos años y sobre todo a fines de la déca-
da de los ochenta, surgieron importantes demandas de estos grupos étnicos organi-
zados en tomo de la Confederación de Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) y
la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB), por hacer prevalecer sus derechos,
en respuesta a los constantes atropellos y avasallamientos de los ganaderos, made-
reros, acaparadores de tierras e incluso colonos que, al amparo jurídico de la Refor-
ma Agraria, colonización y concesiones forestales, adquirieron derechos en estas
áreas.
Como resultado de gestiones realizadas por estas organizaciones ante la Presiden-
cia de la República, el 17 de febrero de 1989 se promulgó la Resolución Suprema Nº
205862 en la que se declara de necesidad nacional y social el reconocimiento, asig-
nación y tenencia de áreas territoriales en favor de los pueblos indígenas del Orien-
te y la Amazonia boliviana para garantizar su sobrevivencia y desarrollo socioeco-
nómico y cultural.
Posteriormente, una vez producida la marcha por más de 400 Km., desde la ciudad
de Trinidad hasta la sede de Gobierno, protagonizada por miles de indígenas, el 24
de septiembre de 1990 se aprobaron decretos supremos de reconocimiento de terri-
torios indígenas de los pueblos Sirionó, Mojeño, Yuracaré y Chimán en el Parque
Isiboro-Sécure, y Chimanes, Mojeños, Movimas y Yuracarés en el bosque de Chima-
nes. A su vez, el Gobierno, mediante Ley 1257 del 11 de julio de 1991, aprobó y ra-
tificó el convenio 169 sobre «Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independien-
tes», aprobado en la VII Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo,
realizada en Ginebra el 27 de junio de 1989; esto abrió la posibilidad de introducir
reformas en el sistema jurídico nacional.
La movilización y participación de los pueblos indígenas y originarios fue vital pa-
ra la discusión y aprobación de nuevas disposiciones que incorporen o recuperen
sus derechos, así, se reformó la Constitución Política del Estado que declaraba la na-
turaleza multiétnica y pluricultural de Bolivia, asimismo, derechos constitucionales
específicos en favor de los pueblos indígenas establecidos en el artículo 171.
Inspirados en el Convenio 169, los indígenas presionarán al Estado a objeto de que
se reconozcan y protejan sus derechos sociales, económicos, culturales y relaciona-
dos con las tierras comunitarias de origen de los pueblos indígenas y originarios; se
garanticen el uso y aprovechamiento de sus recursos naturales; se respete su iden-
tidad, valores, lenguas, costumbres e instituciones.
Movimientos sociales de género: Los movimientos feministas buscan igualdad de de-
rechos entre hombres y mujeres; aportan en la transformación de la estructura del
Estado mediante la elaboración, modificación y promulgación de leyes importan-
tes, recurriendo a discursos y acciones extremas. El feminismo tiene la virtud de
aportar cuestionamientos radicales a las relaciones de poder entre los sexos.
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GARANTÍAS Y DERECHOS CONSTITUCIONALES AGRARIOS
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Constitución Política del Estado en el capítulo de régimen agrario establece las si·
guientes garantías y derechos constitucionales:
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9. Colonización de tierras
La colonización de tierras del oriente está regulado por el artículo 172 de la Consti-
tución Política del Estado: «El Estado fomentará planes de colonización para el lo-
gro de una racional distribución demográfica y mejor explotación de la tierra y los
recursos naturales del país, contemplando prioritariamente las áreas fronterizas».
El término de colonización fue sustituido en la Ley 1715 por el de asentamientos hu·
manos, que es traslado de grupos sociales de occidente a tierras fiscales del oriente.
El requisito para la ejecución de proyectos de asentamiento humanos radica en la
disponibilidad de tierras fiscales, que deberían ser identificadas en el proceso de sa-
nearniento. Los asentamientos humanos están vinculados a la reversión de tierras
de grandes propiedades que no cumplen la función social. La segunda parte, dis-
pone que la ejecución de la Reforma Agraria, debería estar acompañada de una po-
lítica de distribución demográfica de la población y ser un instrumento para sentar
soberanía en las fronteras de nuestro país.
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tal que, en el marco de las disposiciones legales y bajo el principio de que las tierras
son de dominio originario de la nación y le corresponde al Estado su administra-
ción, se relaciona con la sociedad civil a través de la ejecución de políticas públicas
agrarias. Está compuesta por varias instituciones públicas que tienen competencias
sobre el tema tierra.
La segunda parte de este artículo dispone garantías y seguridades a los propieta-
ríos beneficiados con la otorgación de títulos ejecutoriales, su objetivo era asegurar
constitucionalmente la irreversibilidad de la Reforma Agraria y, en consecuencia, la
invalidez de los antiguos títulos revisitarios de terratenientes. Esta disposición es
relativa porque actualmente los títulos ejecutoriales están sujetos a revisión vía el
proceso de saneamiento y las demandas de nulidad.
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MARCO INSTITUCIONAL DEL SERVICIO
NACIONAL DE REFORMA AGRARIA
l. Presidencia de la República
El presidente de la República es la autoridad máxima del Servicio Nacional de Re-
forma Agraria sus principales atribuciones son:
• Considerar, aprobar y supervisar la formulación, ejecución y cumplimiento de
las políticas de distribución, reagrupamiento y redistribución de tierras.
• Otorgar títulos ejecutoriales de propiedad sobre tierras agrícolas y tierras co-
munitarias de origen, en representación del Estado conjuntamente el Director
Nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria.
• Dictar resoluciones supremas como emergencia del proceso de saneamiento
de la propiedad agraria.
• Designar y destituir a las autoridades administrativas agrarias, con excepción
de las que integran la judicatura agraria.
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Derecho Agrario
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Estructura
El INRA está organizado en Dirección Nacional, nueve direcciones departamenta-
les y jefaturas regionales creadas de acuerdo con las necesidades de desconcentra-
ción territorial de funciones. El Director Nacional es elegido por el Presidente de la
República de una tema aprobada por dos tercios de votos por la Honorable Cáma-
ra de Diputados; el ejercicio de sus funciones es por cinco años improrrogables. Pa-
ra ser director se requiere ser boliviano y ciudadano en ejercicio, tener grado de li-
cenciatura, haber ejercido la profesión durante 5 años y tener experiencia en mate-
ria agraria. Los Directores Departamentales son elegidos por el Director Nacional
de tema propuesta por la Comisión Agraria Departamental; los Jefes Regionales
son designados por el Director Departamental de terna propuesta por la Comisión
Agraria Departamental.
Atribuciones
El Instituto Nacional de Reforma Agraria tiene las siguientes atribuciones:
• Dirigir, coordinar y ejecutar políticas, planes y programas de distribución, rea-
grupamiento y redistribución de tierras, priorizando a los pueblos y comuni-
dades indígenas, campesinas y originarias, que no las poseen o las poseen in-
suficientemente, de acuerdo a la capacidad de uso mayor de la tierra.
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Derecho Agrario
Composición
La Comisión Agraria Nacional esta compuesta de la siguiente forma:
• El Ministerio de Desarrollo Sostenible, corno presidente.
106
Luis Arratia Jiménez
De control social
• Controlar y supervisar la ejecución de las políticas agrarias sobre distribución,
reagrupamiento y redistribución de tierras, cualesquiera sea su condición o
uso.
• Solicitar la suspensión o exoneración de las autoridades agrarias por irregula-
ridades o delitos, cometidos en el ejercicio de sus funciones,
• Velar por el tratamiento integral de la tierra, promoviendo el reconocimiento,
107
Derecho Agrario
De gestión pública
• Recibir y canalizar peticiones, reclamaciones y sugerencias de las organizacio-
nes nacionales, departamentales y regionales que integran el sector agrario.
• Coordinar y concertar con instituciones públicas o privadas, nacionales o de-
partamentales, afines a la actividad agraria.
• Supervisar y coordinar el funcionamiento de las comisiones agrarias departa-
mentales.
108
Luis Arratia Jiménez
6. Superintendencia Agraria
La Superintendencia Agraria no es parte del Servicio Nacional de Reforma Agraria,
forma parte del Sistema de Regulación de Recursos Naturales Renovables, es una
entidad pública autárquica, con jurisdicción nacional.
Estructura
La Autoridad Máxima es el Superintendente Agrario, podrá crear instituciones re-
gionales, o jurisdiccionales, de acuerdo a las necesidades de desconcentración tern-
torial. El Superintendente Agrario es elegido por el Presidente de la República de
tema propuesta por el Senado Nacional, por un período personal e improrrogable
de seis años, pudiendo ser reelegido después de un período igual al ejercido.
Atribuciones
Son atribuciones de la Superintendencia Agraria:
• Regular y controlar, el uso y gestión del recurso tierra en armonía con los re-
cursos de agua, flora, y fauna bajo los principios del desarrollo sostenible.
• Instar al Ministerio de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente a objeto de que
dicte normas sobre la capacidad de uso mayor y clasificar las tierras.
• Requerir al INRA, para el cumplimiento cabal de sus atribuciones.
• Otorgar concesiones para las actividades de conservación y protección de ia
biodiversidad, investigación y ecoturismo.
• Denunciar de oficio a la Comisión Agraria Nacional sobre el abandono de la
Función Económica Social.
• Determinar el monto a pagar por adjudicaciones simples.
• Fijar el valor de mercado de tierras y sus mejoras, para expropiaciones.
• Disponer medidas precautorias, para evitar el aprovechamiento y sus recursos
en forma contraria a la capacidad de uso mayor y aplicar sanciones adminis-
trativas.
• Crear y mantener el registro informático sobre el uso actual y potencial del re-
curso suelo.
109
Derecho Agrario
110
4
LA PROPIEDAD AGRARIA
A partir del reconocimiento que hace nuestra Constitución Política del Estado sobre
la formación social boliviana pluricultural y multiétnica, también se constata diver-
sas formas de apropiación uso y tenencia de la tierra que han sido caracterizadas de
precapitalistas, como las unidades de producción campesina; no capitalistas, como
las propiedades colectivas de indígenas, y unidades de producción capitalistas
como las medianas y empresas agropecuarias. Cada una con sus propias carácteris-
ticas y finalidades.
En este marco, el Estado boliviano garantiza el ejercicio del derecho de propiedad
agraria, otorgando seguridad jurídica; al respecto, la Constitución Política del Esta-
do en su artículo 167 indica que «reconoce la propiedad privada, cooperativa y co-
munaria», concordante con el artículo 3 de la Ley 1715 que establece lo siguiente:
«Se reconoce y garantiza la propiedad agraria privada a favor de personas natura-
les o jurídicas». En este sentido, garantiza la existencia del solar campesino, la pe·
queña propiedad, las propiedades cornunarias, cooperativas y otras formas de pro·
piedad privada. La mediana propiedad y la empresa agropecuaria, gozan de la pro·
tección del Estado en tanto cumplan una Función Económica Social y no sean aban-
donadas.
111·
Derecho Agrario
Solar campesino
«Constituye el lugar de residencia del campesino y su familia». Esta forma de pro-
piedad es insuficiente para mantener a una familia campesina, tiene su origen en
las visitas Toledanas y el nucleamiento de los colonos en las haciendas, con la Re-
forma Agraria se admitió doble titulación, es decir, de un solar campesino y una pe-
queña propiedad, cuando la vivienda no se encontraba en la parcela o sayaña en
que trabajaba el colono.
Pequeña propiedad
Es la fuente de subsistencia del titular y su familia. En la anterior legislación cons-
tituía la unidad mínima de dotación y tenía como finalidad satisfacer racionalmen-
te las necesidades de una familia campesina.
Tanto el Solar campesino como la Pequeña propiedad son indivisibles, tienen carác-
ter de patrimonio familiar inembargable. En la actual legislación no existe norma
expresa sobre la prohibición de transferir estas formas de propiedad, siempre y
cuando se las transfiera en su totalidad. Actualmente, existe un fuerte debate sobre
la inembargabilidad de estas formas de propiedad, por una parte, se manifiesta que
esta instrucción constituye es una garantía porque impide hipotecar y, en conse-
cuencia, cierra la posibilidad de que las entidades financieras rematen estas propie-
dades por mora y se reconstituya el latifundio; por otra, está la argumentación más
sólida de que la falta de crédito condena a la pobreza al campesino y no permite que
la propiedad agraria pueda otorgarse como garantía hipotecaria, limitando seria-
mente las posibilidades de crecimiento por falta de capital suplementario. Además,
existe una contradicción, la ley permite la transferencia definitiva de la pequeña
propiedad que es una disposición absoluta del bien inmueble y no así una disposi-
ción condicional como es la garantía hipotecaria.
Mediana propiedad
Es la que pertenece a personas naturales y jurídicas y se explota con el concurso de
su propietario, de trabajadores asalariados, eventuales o permanentes y empleando
medios técnico mecánicos, de tal manera que el volumen principal de producción
se destine al mercado.
Empresa Agrícola
Es la que pertenece a personas naturales y jurídicas y se explota con capital suple-
mentario, régimen de trabajo asalariado y empleo de medios técnico modernos.
112
Luis Arratia Jiménez
Estas formas de propiedad no solamente son medios de producción, sino que son
consideradas como mercancía, como valor de uso y de cambio, como activos, son
unidades de producción capitalista, por esta razón, se pueden transferir, dividir,
pignorar o hipotecar, conforme a las leyes civiles.
La diferencia entre la mediana propiedad y la empresa agropecuaria radica en que,
en la primera, se exige el concurso del propietario en las labores productivas; en la
segunda, la inversión de capital suplementario, es decir, adicional a la inversión de
capital en la compra de la tierra.
Propiedades comunarias
Son aquellas tituladas colectivamente a comunidades campesinas y comunidades
de ex haciendas y constituyen la fuente de subsistencia de sus propietarios. Estas
propiedades son colectivas, consideran a la tierra como el cimiento para el desarro-
llo de la vida y la pervivencia del grupo social, reafirma su identidad y le da senti-
do a su existencia. Por esta razón, la Ley dispone que estas formas de propiedad son
intransferibles, indivisibles, inembargables, imprescriptibles, irreversibles e inalie-
nables. la distribución y redistribución de asignaciones familiares se realizará de
acuerdo con los usos y costumbres en el interior de cada comunidad, tal como esta-
blece el artículo 171 de la Constitución Política del Estado.
Se diferencian la propiedad comunaria propiamente dicha de las tierras comuni-
tarias de origen porque las tierras comunitarias de origen, no han sido propiedad
de hacendados, se distinguen porque tienen continuidad histórica en su tenencia,
inclusive desde antes de la llegada de los españoles; por otra parte, las propiedades
comunarias son resultado de la ejecución de la Reforma Agraria, y se constituyen.
principalmente en los terrenos de ex hacienda, y en comunidades nuevas de colo-
nización donde pueden tratarse tanto de originarios como de personas traídas de
diferentes lugares o una combinación de ambas.
113
Derecho Agrario
114
Luis Arra tia J iménez
Mediana propiedad
Zona Sector Extensión ha
Altiplano Sub zona Norte Con influencia lago 80
Altiplano Sub zona Norte Sin influencia lago 150
Altiplano Sub zona central 250
Altiplano Sub zona sur Semidesértica 350
Zona Riego Secano Vitícola
Valle abierto Cochabamba 50 100 24
(tierras de primera humedad)
Otros valles abiertos 60 150 24
Valles cerrados en tierras de valle 40
Serranías 40
Cabecera de valle 200
Sub zona yungas 150
Sub zona Santa Cruz 500
Sub zona Chaco 600
Zona tropical agrícola Beni, Pando
y provincia Iturralde del dpto. La Paz 500
Propiedad ganadera mediana 2.500
Empresa Agrícola
Zona influenza por el lago 400
Zona andina, altiplano y puna 800
Valle abierto no adyacentes a Cbba, ni influenciados
por riego de la Angostura 500
115
Derecho Agrario
116
5
DISTRIBUCIÓN DE TIERRAS
La Constitución Política del Estado establece en el artículo 165 que «Las tierras per-
tenecen al dominio de la nación» y el Estado es responsable de su distribución, re-
distribución y reagrupamiento de tierras, tomando en cuenta las necesidades eco-
nómicas, sociales y el desarrollo de la nación».
En consecuencia, es el Presidente de la República, en su condición de representan-
te legal del Estado boliviano y autoridad máxima del lNRA, quien otorga títulos
ejecutoriales de transferencia de tierras fiscales en favor de ciudadanas y ciudada-
nos de nuestro país. Estos documentos de propiedad son refrendados por el Direc-
tor Nacional del INRA.
l. Modalidades de distribución
La Ley 1715 del Servicio Nacional de Reforma Agraria, en su artículo 42, establece
que son dos las modalidades de distribución de tierras: dotación y adjudicación.
Dotación
Es la transferencia de tierras fiscales a favor de comunidades indígenas, campesinas
y pueblos originarios, a título gratuito y en forma colectiva, tiene como base el Art.
166 de la Constitución Política del Estado que, en su segunda parte, dispone la do-
tación de tierras en favor de campesinos. Actualmente, se ha ampliado el beneficio
a los pueblos originarios y comunidades indígenas, reconociéndoles el derecho a
dotación de sus tierras comunitarias de origen.
117
Derecho Agrario
Requisitos
Para la distribución de propiedades agrarias, el Estado tiene que identificar tierras
fiscales disponibles, cuya capacidad de uso mayor tiene que ser forestal, agrícola
y/ o ganadera, previa certificación de la Superintendencia Agraria.
Las tierras fiscales son disponibles cuando no se encuentran en áreas clasificadas,
como ser áreas protegidas, reservas forestales, servidumbres ecológicas o franjas de
seguridad y, por supuesto, no existe ningún tipo de derechos que sobre estas tier-
ras hubiese otorgado el Estado a los particulares.
La identificación de tierras fiscales de acuerdo con las modificaciones introducidas
al Reglamento de la Ley 1715 de 20 de junio de 2000, mediantes el OS 25848 de 18
de julio de 2000, solamente puede ser resultado del proceso de saneamiento.
Dotación ordinaria
La dotación ordinaria se realiza a favor de comunidades campesinas, pueblos y co-
munidades indígenas y originarias, que se encuentran en posesión legal de tierras
antes de 1996; tiene por finalidad el cumplimiento la función social de la tierra.
El Reglamento a la Ley 1715, establece preferencias para la dotación ordinaria de
propiedades comunarias, en el siguiente orden excluyente:
a) La Dotación será preferente en primer orden, a favor de los pueblos y comu-
nidades que residan en el lugar y no posean tierra.
b) La dotación será preferente en segundo orden, a favor de pueblos y comuni-
dades que residan en el lugar y posean tierras insuficientes.
e) La dotación será preferente en tercer orden a favor de pueblos y comunidades
que residan en el lugar más próximo al área de dotación objeto del procedi-
miento y que no tengan tierras o que las posean insuficientemente.
d) La dotación será preferente en cuarto orden, a favor de otros pueblos y comu-
nidades que soliciten tierras sin perjuicio de que sean beneficiarios de progra-
mas de asentamientos humanos.
Dotación extraordinaria
Procede cuando la distribución se realice a través de programas de asentamientos
humanos y tenga por finalidad el cumplimiento de la función social de la tierra, en
cumplimiento del Art. 172 de la Constitución Política del Estado, que dispone la ela-
boración de programas de colonización, para una mejor explotación de las tierras y
los recursos humanos de nuestro país.
El término introducido por la Ley 1715 -de asentamientos humanos- se debe a que
el término «colonización» tenía connotaciones de descubrimiento y conquista, y se
partía del prejuicio de que el oriente estaba deshabitado, y que vivían ciertas tribus
selvícolas que deberían ser asimiladas a la nación boliviana, en cambio, el término
«asentamientos humanos» tiene connotaciones de equilibrio demográfico, vincula-
do a proyectos de desarrollo rural.
De acuerdo con el artículo 92 del Reglamento de la Ley 1715, es imprescindible la
elaboración de un Programa de Asentamientos Humanos dentro del área preiden-
tificada de tierras disponibles, con la participación de las comunidades destinata-
rias. El Programa de Asentamientos Humanos como mínimo contendrá:
a) Descripción del interés público especial que configura su finalidad
b) Descripción básica de la condición socioeconómica y demográfica de las co-
119
Derecho Agrario
Dotación simple
La dotación simple se otorga como consecuencia de una declaración de nulidad ab-
soluta de títulos ejecutoriales, pronunciada por el Tribunal Agrario Nacional, o co-
mo emergencia del proceso de saneamiento, cuando la tierra se encuentre cum-
pliendo una función social.
Los Directores Departamentales del Instituto Nacional de Reforma Agraria instruí-
rán la verificación del cumplimiento de la función social de la tierra cuyos títulos
han sido anulados Para medir ello, se apreciará el asentamiento o el trabajo en fun-
ción del bienestar de la comunidad.
En caso de incumplimiento de la función social, el afectado hará entrega de la pro-
piedad, en caso de renuencia, estará sujeto a procedimiento de desalojo.
120
Luis Arralia Jiménez
Adjudicación
Es la transferencia de tierras fiscales a favor de personas naturales y jurídicas a ti-
tulo oneroso. La adjudicación procederá sobre solares campesinos, en favor de per-
sonas individuales campesinas; pequeñas propiedades en favor de personas indivi-
duales; y, medianas propiedades y empresas agropecuarias en favor de personas
colectivas e individuales titulares de empresas agrícolas y/ o pecuarias.
Procedimientos de adjudicación
Adjudicación ordinaria
La adjudicación ordinaria se realiza por concurso público calificado, cuando la dis-
tribución tenga por finalidad el cumplimiento de la función social o económica so-
cial de la tierra.
El INRA sólo podrá adjudicar a favor de una misma persona individual o colectiva,
hasta una superficie máxima de dos mil quinientas hectáreas, independientemente
que corresponda a varias solicitudes y a distintas formas de propiedad
Adjudicación simple
Procede como consecuencia de una declaración judicial de nulidad absoluta de tí-
tulos ejecutoriales, o como emergencia resoluciones finales anulatorias de títulos
ejecutoriales en el proceso de saneamiento; en ambos casos, se otorga la adjudi-
cación cuando la tierra se encuentre cumpliendo función social o económica social
en relación con la persona afectada con esa declaración o resolución.
La adjudicación simple se efectuará a valor de mercado de la tierra, sin tomar en
cuenta las mejoras introducidas por el beneficiario; el precio que pagará éste será
fijado por la Superintendencia Agraria.
La adjudicación simple en favor de colonizadores y pequeños propietarios se reali-
zará a valor concesional, fijado por la Superintendencia Agraria. La adjudicación
simple, como resultado del proceso de saneamiento procede en favor de personas
que se encuentran en posesión de tierras fiscales antes al 18 de octubre de 1996. Se
consideran posesiones legales a aquellas que, sin afectar derechos legalmente cons-
tituidos, cumplen con la función social o económico social, antes de la promulga-
ción de la Ley 1715.
De acuerdo con el artículo 199 del Reglamento de la Ley 1715, se tendrán como po-
sesiones ilegales sin derecho a dotación o adjudicación simple, sujetas a procedi-
mientos de desalojo, las posesiones posteriores a la promulgación 1715 y las que
siendo anteriores no cumplan la función social o económico social. Asimismo, se
121
Derecho Agrario
3. Personas extranjeras
La regla establece que los Estados y Gobiernos extranjeros, así como las corporacio-
nes y otras entidades que de ellos dependan, no podrán ser sujetos del derecho de
propiedad agraria a ningún título, ya sea directamente o por interpósita persona;
por un principio de soberanía.
Las personas extranjeras naturales y jurídicas no pueden ser adjudicadas o dotadas
de tierras fiscales en el territorio nacional, o sea, acceder a la tierra directamente del
Estado; lo podrían hacer en calidad de subadquirentes cumpliendo ciertos requisi-
tos. Los propietarios nacionales de medianas propiedades y empresas agropecua-
rias pueden suscri�ir con personas individuales o colectivas extranjeras, contratos
de riesgo compartido para su desarrollo, con prohibición expresa de transferir o
arrendar la propiedad total o parcialmente, bajo sanción de nulidad y reversión a
122
Luis Arratia ]iménez
dominio del Estado. Por su parte, las personas naturales y jurídicas, para adquirir
tierras de particulares tituladas por el Estado en territorio nacional o suscribir con-
tratos de riesgo compartido, deben contar con residencia en el país, al tratarse de
personas naturales; y estar habilitadas para el ejercicio de actividades agropecuarias
en Bolivia, al tratarse de personas jurídicas. En ambos casos.no pueden adquirir tie-
rras ni suscribir contratos de riesgo compartido si es que los contratantes pertene-
cen al país limítrofe, dentro los cincuenta kilómetros de las fronteras internaciona-
les del país, bajo pena de perder en beneficio del Estado la propiedad adquirida.
4. Funcionarios públicos
Los funcionario públicos bajo ninguna circunstancia podrán adquirir tierras del Es-
tado y tampoco sus parientes colaterales o consanguíneos, sino hasta después de un
año de haber fenecido en sus funciones; en consecuencia, el Presidente, Vicepresi-
dente, Ministros de Estado, Viceministros, funcionarios del INRA, de la Superinten-
dencia Agraria, Diputados y Senadores, Magistrados y Vocales miembros del Tribu-
nal Constitucional, Corte Suprema de justicia, Consejo de la Judicatura, Tribunal
Agrario Nacional, no podrán ser beneficiarios de transferencia de tierras fiscales.
5. Indivisibilidad
El artículo 48 de la Ley 1715 establece en su segunda parte que el Estado no podrá
otorgar adjudicaciones en superficies menores a la pequeña propiedad. En caso de
sucesión hereditaria se rige por el régimen de indivisión forzosa; esta medida
administrativa intenta evitar la excesiva parcelación de la tierra, ya sea por compra
venta o por herencia, y tiene por objeto conservar las unidades de producción agrí-
cola, impidiendo su subdivisión para mantener su viabilidad económica.
6. Derechos de la mujer
El Estado boliviano ha adoptado la política pública de la transversalización del en-
foque de género, con la finalidad de crear un escenario de igualdad de oportunida-
des entre hombres y mujeres, para superar la brecha entre legislación y la realidad
social, política, económica, y cultural.
En este contexto, se plantea el derecho de las mujeres a la tierra, cuyo fundamento
radica en su participación en las actividades agropecuarias en las unidades familia-
res de producción y en el aporte que hacen en los trabajos comunales; es en recono-
cimiento a este aporte significativo que, en muchos casos, sobrepasan las horas tra-
bajo de los hombres.
123
Derecho Agrario
124
6
CONDICIONES, LIMITACIONES Y OBLIGACIONES PARA
EL EJERCICIO DEL DERECHO DE PROPIEDAD AGRARIA
l. Función social
El Solar Campesino, la Pequeña Propiedad, las Tierras Comunitarias de Origen v
las Propiedades Comunarias cumplen una función social cuando están destinadas
a lograr el bienestar familiar o comunitario y el desarrollo económico, social y cul-
tural de sus propietarios, pueblos y comunidades indígenas campesinas y origina-
rias, de acuerdo con la capacidad de uso mayor de la tierra.
Verificación
Para determinar su cumplimiento se verifica in situ, cuando sus propietarios y po-
seedores demuestren residencia en el lugar, uso y aprovechamiento tradicional de
la tierra y sus recursos naturales. La verificación de la función social se realiza por
la totalidad del predio, no existiendo verificación parcial y tampoco se opera el re-
conocimiento del derecho de propiedad parcial. Es decir, que si cumple la función
social, se respeta la totalidad de la propiedad agraria.
125
Derecho Agrario
primer lugar, se mide el área aprovechada y en descanso, a esto se suma 30% del to-
tal del predio por servidumbres ecológicas y 50% de proyección de crecimiento pa-
ra medianas propiedades (30% para empresas agrícolas) de la superficie que cum-
ple la función económico social, cuya suma total no puede exceder la superficie con-
signada en el titulo o procesos agrarios en trámite; la unidad de medición es la hec-
tárea.
Ejemplos
Caso No.1
Cálculo de la FES
Caso Nº 2
Propiedad El Carmen
Ouillacollo departamento Cbba. i
Ubicación 1
127
Derecho Agrario
Cálculo de la FES
3. La Expropiación
La expropiación es una venta forzosa de la propiedad agraria, procede por causa de
necesidad y utilidad pública, calificada por ley o cuando no cumple la Función Eco-
nómica Social, previo pago de una justa indemnización, de conformidad con los ar-
tículos 22 prágrafo II, 166 y 169 de La Constitución Política del Estado y el artículo
58 de la Ley 1715. En el primer caso podrá ser parcial en el segundo total.
128
Luis Arratia fiménez
Excepciones
El solar campesino, la pequeña propiedad, las tierras comunitarias de origen y las
tierras comunarias tituladas colectivamente solo serán expropiadas por las causales
by c. Esta excepción se aplica únicamente a las tierras tituladas por el Servicio Na-
cional de Reforma Agraria y el Instituto Nacional de Colonización como solar cam-
pesino, pequeña propiedad, propiedades comunarias y en ningún caso, a las pro-
piedades tituladas como medianas o empresas agropecuarias, que hubieran sido di-
vididas por efecto de contratos o sucesión hereditaria.
Régimen hipotecario
i. Los acreedores hipotecarios, a fin de preservar sus derechos, podrán intervenir en
los procedimientos de expropiación, ejerciendo los derechos de sus deudores, en
ejercicio de la acción oblicua prevista en el artículo 1445 del Código Civil. Al efec-
to, los acreedores hipotecarios serán citados por edictos con la resolución que dis-
ponga el inicio del procedimiento.
ii. Las hipotecas y gravámenes constituidos sobre tierras expropiadas se extinguen
de pleno derecho.
iü. Los créditos garantizados por hipotecas extinguidas por expropiación y los gra-
vámenes constituidos, conservando su orden de preferencia, se pagarán con la in-
demnización debida al propietario afectado, al cual quedarán legalmente vincula-
dos.
129
Derecho Agrario
4. La Reversión
La reversión es la restitución de la propiedad agraria o dominio originario de la na-
ción, sin indemnización alguna, cuando su uso perjudique al interés colectivo cali-
ficado por ley. Es la figura jurídica mediante la cual las tierras que hayan pertene-
cido a un propietario o particular por concesión, adjudicación o dotación, vuelven
a la condición original de tierras de dominio del estado, y adquieren la categoría de
tierras fiscales disponibles. La reversión tiene su fundamento en la obligación con-
dicional del cumplimiento de la función económica social; su incumplimiento res-
tablece la situación jurídica primaria.
El fundamento jurídico en nuestra legislación se encuentra regulada por las si-
guientes disposiciones legales: La ley 1715 en su artículo 3, I) declara: «Se reconoce
y garantiza la propiedad privada a favor de personas naturales o jurídicas, para que
ejerciten su derecho de acuerdo con la Constitución Política del Estado, en las con-
diciones establecidas por las leyes agrarias y de acuerdo a las leyes». Es decir de
acuerdo con el artículo 166 de la CPE, que textualmente dispone que «El trabajo es
la fuente fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad agra-
ria ... », concordante con el artículo 156 que dispone «El trabajo es un deber y un de-
recho que constituye la base del orden social y económico».
El título IV, capítulo I, artículo 51 de la Ley 1715, establece: Serán revertidas al do-
minio originario de la Nación sin indemnización alguna, las tierras cuyo uso perju-
dique al interés colectivo calificado por esta ley, en concordancia con el artículo 22º
parágrafo I de la Constitución Política del Estado.
130
Luis Arratia Jiménez
Causales
Es causal de reversión, el abandono injustificado de la propiedad agraria por ser
perjudicial al interés colectivo.
Excepciones
No serán revertidas por abandono el solar campesino, la pequeña propiedad. las
propiedades comunarias y las tierras comunitarias de origen, esta excepción se apli-
ca únicamente a las que han sido tituladas bajos estas formas de propiedad y no así
a las tituladas como medianas o empresas, que hubieran sido divididas.
Las mejoras existentes en el fundo revertido, que por su naturaleza no puedan se-
pararse del mismo, serán consolidadas a favor del Estado en compensación por los
daños y perjuicios causados al interés colectivo.
Hipotecas y gravámenes
I. Los acreedores hipotecarios podrán pagar el impuesto a la propiedad inmue-
ble agraria por cuenta de sus titulares antes de que se produzca la causal de
reversión por abandono de la tierra.
Los acreedores hipotecarios, a fin de preservar sus derechos, podrán intervenir en
los procedimientos de reversión, ejerciendo los derechos de sus deudores, sobre la
base de la acción oblicua prevista en el artículo 1445 del Código Civil. Al efecto,
los acreedores hipotecarios serán citados por edictos con la resolución que dispon-
ga el inicio del procedimiento.
II. Las hipotecas y gravámenes constituidos sobre tierras que sean revertidas al
Estado se extinguen de pleno derecho.
III. Los créditos garantizados por hipotecas extinguidas por reversión, conservan-
do su orden de preferencia, gozarán de hipoteca legal suplementaria sobre los
demás bienes inmuebles y muebles sujetos a registro de propiedad del deudor,
oponible a terceros desde la inscripción de la resolución de reversión en el Re-
gistro de Derechos Reales, y de privilegio especial sobre las mejoras que pue-
dan ser separadas del fundo.
Impuestos y expropiación
En caso de expropiación el monto de la indemnización será el promedio del valor
del inmueble determinado por el contribuyente en sus declaraciones juradas del
impuesto durante los dos últimos años anteriores a la expropiación. Este sistema es
un instrumento de control para que los propietarios consignen el valor real de sus
propiedades en sus declaraciones juradas de pago de impuesto anual de la propie-
dad inmueble agraria, debido a que si disminuyen el valor real, las entidades esta-
tales, para fines de utilidad pública, preferirán expropiar bienes inmuebles de me-
nor valor.
Impuesto y reversión
El cumplimiento de obligaciones tributarias relacionadas con el impuesto a la pro-
piedad inmueble agrario es prueba de que la tierra no ha sido abandonada. Por otra
parte, el incumplimiento de las obligaciones tributarias por dos o más gestiones
consecutivas es presunción de abandono de la tierra. Para esto, los gobiernos mu-
132
Luis Arratia fiménez
Expropiación y reversión
Si durante la sustanciación del procedimiento de expropiación se evidencia el in
cumplimiento de pago del impuesto a la propiedad inmueble en las dos últimas
gestiones, se interrumpe el procedimiento y se inicia procedimiento de reversión
por abandono.
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Solar campesino SI SI SI SI SI i
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Propiedades SI SI 1 SI ¡ ¡
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133
7
ÁREAS PROTEGIDAS Y PROPIEDAD AGRARIA
El artículo 170 de la Constitución Política del Estado dispone que el Estado regula-
rá el régimen de explotación de los Recursos no renovables, precautelando su con-
servación e incremento. En Bolivia las áreas protegidas son declaradas desde el año
1939, cuando se crea el Parque Nacional Sajama; posteriormente, en cumplimiento
de lo dispuesto por la Ley 1333 Art. 63 se crea el Sistema Nacional de Áreas Prote-
gidas (SNAP}, cuya función es integrar y establecer normas generales de adminis-
tración y gestión, cuyo brazo administrativo es el Servicio Nacional de Áreas pro-
tegidas (SERNAP).
En nuestro país existen 66 áreas protegidas de las cuales 21 tienen una importancia
nacional y 19 son unidades administrativas constituidas. Las áreas protegidas ocu-
pan 16.7 millones de hectáreas, que representan aproximadamente 15% del territo-
rio nacional, de acuerdo con la última publicación SERNAP de 2001.
l. Definición
Áreas protegidas son unidades de manejo territorial, con o sin presencia humana,
límites definidos, base legal específica y categoría de manejo determinado, cuya fi-
nalidad es preservar el patrimonio natural y cultural de país.
2. Objetivos
Son objetivos de las áreas protegidas las siguientes:
• Mantener las muestras representativas de las provincias biogeográficas.
• Preservar y proteger la biodiversidad, en particular los recursos genéticos.
134
Luis Arralia fiménez
• Proteger las especies de flora y fauna silvestre en particular las que están en
peligro y amenazadas de extinción y endemias.
O
Proteger paisajes singulares, formaciones geológicas y fisiográficas, así como
yacimientos paleontológicos.
• Proteger y manejar las cuencas hidrográficas y fuentes de agua.
• Prevenir la erosión y degradación de suelos.
• Rehabilitar y restaurar ecosistemas degradados.
• Facilitar la investigación científica.
O Brindar oportunidades para la recreación en la naturaleza.
3. Beneficios
Las áreas protegidas aportan beneficios económicos, sociales, culturales y ambien-
tales, tanto para las poblaciones locales como para el resto de la sociedad y el mun-
do, las podemos clasificar en:
Beneficios directos
El uso y aprovechamiento sostenibles de las áreas protegidas permiten a las comu-
nidades campesinas e indígenas, satisfacer sus necesidades, de la misma forma las
actividades de investigación y ecoturismo pueden reportar beneficios directos a
sus beneficiarios, así como retribuciones por la generación de oxígeno en superfi-
cies boscosas.
Beneficios indirectos
El principal beneficio es que se preserva la riqueza natural y cultural para las futu-
ras generaciones. Por otra parte, las áreas protegidas contribuyen a mantener un
equilibrio ambiental global, ya sea aportando en la generación de oxigeno, contro-
lando los ciclos de renovación del agua y de la biodiversidad, las actividades de in-
vestigación pueden generar conocimientos para el mejoramiento de la calidad de
vida de millones de personas, en aplicaciones industriales y medicinales, el ecotu-
rismo puede generar recursos financieros y divisas para el país.
4. Categorías de Manejo
Son denominaciones técnicas de las áreas protegidas, definidas según las particula-
ridades, valores naturales y potenciales, que determinan las acciones de conserva-
ción, manejo y aprovechamiento de los recursos. Son los siguientes:
135
Derecho Agrario
Parque Nacional
Es un área natural protegida, de significación nacional, poco intervenida, por la ac-
tividad humana, establecida en tierras fiscales, con una superficie que garantice los
procesos ecológicos y evolutivos de sus ecosistemas. El objetivo fundamental de su
gestión es proteger muestras de áreas biogeográficas, recursos genéticos, especies
de singular importancia, sitios geomorfológicos y paisajes naturales. En los parques
nacionales no se permite la utilización directa de los recursos naturales, salvo para
investigación autorizada y calificada por el MDSP, también está permitida la recrea-
ción.
136
Lws Arratia Jiménez
6. Plan de manejo
Es el principal instrumento de gestión de las áreas protegidas, establecerá progra-
mas, subprogramas de manejo. Este plan normará las actividades permisibles y las
condiciones y tecnologías aplicables, podrá determinar zonas intangibles o núcleo,
zona de amortiguación, zona de uso extensivo.
La Ley 1333 establece que la declaratoria de áreas protegidas es compatible con la
existencia de comunidades tradicionales y pueblos indígenas. Se garantiza su par-
ticipación en la gestión en las áreas protegidas, como coadministradores o en el co-
mité de gestión.
137
8
SANEAMIENTO DE LA PROPIEDAD AGRARIA
138
Luis Arratia liménez
139
Derecho Agrario
140
Luis Arratia /iménez
ción. Asimismo, «la magnitud del problema es variable de un área a otra, sin em-
bargo podemos estimar que en estas áreas el conflicto afectaría un 30% a 40% de los
6.474.765 Has. que cubren las mismas» (INRA 1997: 11).
En relación con los conflictos de sobre posición entre dotaciones agrarias y Tierras
Comunitarias de Origen (TCO), una de las grandes falencias de la Ley de Reforma
Agraria fue la no consideración de los grupos indígenas del Oriente, Chaco y Ama·
zonia boliviana. Durante el proceso de Reforma Agraria, se distribuyeron en las
áreas tradicionales del país, fundamentalmente tierras de ex-haciendas a ex-colonos
aymaras y quechuas; se dotó de tierras consideradas fiscales, baldías y vacantes a
campesinos migrantes de las áreas tradicionales y a empresarios sls: acaparadores
de tierras, sin tener en cuenta que dichas tierras estaban ocupadas ancestralmente
por pueblos indígenas amazónicos y chaqueños, entre los que figuran como los
principales: Mojeños, Chimanes, Guarayos, Mosetenes, Sirionós, Yuracarés, Yuquis,
Trinitarios, Tacanas, Araonas, Movimas, Cavineños, Chacovos, Chiquitanos, Avas .
Ayoreos, Matacos, Chiriguanos y otros.
La ausencia de coordinación entre las instituciones responsables, en el marco de su
propia normativa, ha ignorado las relaciones existentes con otros recursos y su le·
gislación, originando superposición de derechos otorgados para el uso del suelo y
subsuelo a diferentes usuarios, generando conflictos entre la sociedad civil y el Es-
tado. Debido a la falta de información catastral de los derechos otorgados, existen
superposiciones entre concesionarios de un mismo sector, provocando el desincen-
tivo a la inversión privada y comprometiendo la sostenibilidad de la producción del
país.
En los conflictos suscitados por dotaciones agrarias en tierras de dominio del Esta-
do y de interés público y social, se evidencia que las evaluaciones técnico jurídicas
de expedientes agrarios y de mosaicados precisos detectaron una serie de irregula-
ridades y errores cometidos en el CNRA y el INC en la otorgación de derechos pro-
pietarios con títulos agrarios en áreas que de acuerdo con la Constitución Política
del Estado y leyes vigentes. Corresponderían al dominio inalienable del Estado ne-
vados perennes, ríos, riberas, lagunas.
La sobreposición de derechos emergentes del ordenamiento jurídico que permite el
uso simultáneo del suelo, subsuelo, y vuelo por diferentes beneficiarios en un mis-
mo espacio territorial, constituye uno de los problemas centrales del uso de los re-
cursos naturales renovables. El grado de superposición de derechos muestra ade-
más, las áreas de mayor presión sobre los recursos, guardando relación con la ocu-
pación del territorio y que, en la actualidad, se orienta hacia las zonas andinas so-
bre el curso de la Cordillera Oriental, apreciándose la expansión hacia el norte de
La Paz y Pando, así como hacia el este, hacia el departamento de Santa Cruz. La su-
141
Derecho Agrario
l. Saneamiento de tierras
El saneamiento de tierras, es un proceso administrativo, transitorio, técnico, jurídi-
co, obligatorio, destinado a regularizar y perfeccionar el derecho de propiedad
agraria. El saneamiento es ejecutado por el INRA y puede ser de oficio o pedido de
parte.
Características de la Definición
Es proceso administrativo, porque es sustanciado ante autoridad administrativa del
poder ejecutivo que, en este caso, es el Instituto Nacional de Reforma Agraria, quien
es competente para ejecutar las políticas públicas agrarias.
Es transitorio, porque se ha establecido el plazo de 10 años para la ejecución del sa-
neamiento a partir del 18 de octubre de 1996, fecha de promulgación de la Ley 1715,
otorgando al Instituto Nacional de Reforma Agraria facultades extraordinarias pa-
ra revisar el proceso de ejecución de Reforma Agraria hasta el 2006.
Es obligatorio, porque todos los propietarios de tierras tienen la obligación de in-
gresar en el nuevo sistema de registro catastral de la propiedad agraria. Esta infor-
mación debe ser generada por el proceso de saneamiento.
Es técnico, porque como resultado del proceso de saneamiento, se genera informa-
ción técnica referida a la ubicación geográfica, extensión superficial, límites, colin-
dancias, el cumplimiento de la función social y función económica social y servi-
dumbres ecológicas y públicas.
Es jurídico, con el fin de establecer la relación jurídica del titular del derecho con la
tierra, para perfeccionar el derecho de propiedad agraria y otorgar seguridad jurí-
dica.
142
Luis Arratia fiménez
2. Finalidades
El saneamiento tiene las siguientes finalidades:
• La titulación de tierras que se encuentran cumpliendo la Función Social y Fun-
ción Económica Social por lo menos 2 años antes de la publicación de la Ley
1715 aunque no cuenten con trámites agrarios, siempre y cuando no afecten
derechos legalmente adquiridos, mediante adjudicación simple y dotación se-
gún corresponda.
• La creación del catastro legal de la propiedad agraria, es decir, el registro de la
propiedad bajo el sistema de folio real
• La conciliación de conflictos relacionados con la posesión y propiedad agrarias
• La titulación de procesos agrarios en trámite.
• La anulación de procesos agrarios y títulos ejecutoriales viciados de nulidad
absoluta.
• La convalidación de títulos ejecutoriales afectados de nulidad relativa y que
cumplan la función social o función económica social .
• La certificación de saneamiento de la propiedad agraria.
3. Modalidades de Saneamiento
La Ley establece modalidades de saneamiento tomando en cuenta las particularida-
des, heterogeneidad de la tenencia de la tierra y de las posibilidades y capacidades
institucionales de su ejecución, a saber:
Saneamiento Simple
El saneamiento simple puede ser interpuesto directamente por cualquier persona
legitimada para solicitar saneamiento o ejecutarse de oficio directamente por el IN-
RA: Saneamiento Simple, Saneamiento de Tierras Comunitarias de Origen y
Saneamiento Integrado al Catastro
El Saneamiento Simple de Oficio se ejecuta a iniciativa del INRA, cuando se detecte
conflictos de derecho de propiedad agraria, parques nacionales, reservas fiscales,
reservas de la biodiversidad y otras áreas determinadas por norma expresa. Tam-
bién se ejecutan cuando se evidencian la ejecución de proyectos de interés público.
Las resoluciones determinativas para esta modalidad serán dictadas por el Director
Departamental, especificando ubicación y posición geográfica, superficie, límites v
plazo estimado de ejecución en el plazo de 30 días recibidos los antecedentes.
14.3
Derecho Agrario
145
Derecho Agrario
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Luis Arratia Jiménez
Resolución determinativa
La resolución determinativa será dictada por el director Nacional previo certificado
de caracterización emitido por el Viceministerio de Asuntos Indígenas y Pueblos
Originarios, especificando su ubicación y posición geográfica, superficie, límites,
priorizando si fuera conveniente, polígonos de saneamiento; la inmovilización de!
área comprendida dentro la solicitud, y la instrucción a los Directores Departamen-
tales, para su ejecución.
Alcance de la inmovilización
De acuerdo con el artículo 259 del Reglamento de la Ley 1715, la inmovilización
dispuesta por el Director Nacional es una medida precautoria que tiene los siguien-
tes alcances:
a) No permitir nuevas admisiones de dotación o adjudicación dentro del área;
b) impedir nuevos asentamientos de terceros;
e) evitar expansiones de terceros;
d) precautelar el derecho de los pueblos indígenas sobre el uso y aprovechamien-
to de los recursos naturales del área, ante la ilegal extracción de la fauna, flo-
ra y particularmente especies maderables;
e) prever que las transferencias de terceros en el proceso de ejecución del sanea-
miento sean comunicadas al INRA para su conocimiento y constancia;
147
Derecho Agrario
148
9
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
DE SANEAMIENTO DE TIERRAS
2. Resolución Instructoria
I. Los directores departamentales del INRA, emitida la resolución determinativa
de área de saneamiento, o aprobada en su caso, dictarán resoluciones disponien-
do la iniciación del proceso de saneamiento en la respectiva área e intimando:
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Derecho Agrario
150
Luis Arratia fiménez
Campaña púb/íca
En esta fase se informa, comunica y socializa por medios de comunicación orales,
escritos, y televisivos, sobre la determinación de ejecutar saneamiento en un área
determinada, especificando su ubicación geográfica, superficie y límites, los alcan-
ces, beneficios, plazos y contenidos de la Ley 1715 y del proceso de saneamiento; se
absuelven dudas, se planifica y organiza la realización de pericias de campo, así,
también, se determina claramente la participación de beneficiarios. La comunica-
ción también contendrá el apercibimiento a propietarios y poseedores para su aper-
sonamiento y acreditación de documentación respaldatoria, hasta la conclusión de
las pericias de campo. El plazo de campaña pública no podrá ser mayor a 15 días
por área o polígono.
Pericias de campo
La realización de pericias de campo, una vez concluida la etapa de campaña públi-
ca, tiene por objeto levantar información técnica jurídica in situ. Los funcionarios de
la Dirección Departamental del INRA constituidos en el área de saneamiento reali-
zaran las siguientes actividades:
Técnicas
- Ubicación geográfica del predio en sistemas de coordenadas, superficie y lírru-
tes de la propiedad.
- Verificación y mediación de la función social o función económico social.
- Identificar áreas fiscales, especificando ubicación y posición geográfica, super-
ficie y límites.
Jurídicas
- Levantamiento de la ficha catastral, donde se especifica y registra datos referi-
dos a la identidad del solicitante, relación jurídica con la tierra, es decir, a qué
título posee la tierra,
- Suscripción entre colindantes de actas de conformidad de linderos. En su caso
iniciación de procesos de conciliación para este objetivo.
- Recepción de apersonamiento de terceros y en su caso identificación de sobre-
posiciones de terrenos.
151
Derecho Agrario
3. Evaluación TécnicoJurídica
Al día siguiente hábil de recibido el informe circunstanciado de campo, los Directo-
res Departamentales del INRA instruirán a sus departamentos competentes la ini-
ciación de la etapa de evaluación técnico-urídica, debiendo realizarse simultánea-
mente la revisión de títulos ejecutoriales, procesos agrarios en trámite e identifica-
ción de poseedores de acuerdo con el procedimiento establecido al efecto.
l. En caso de existencia de sobreposición de derechos, en lo que respecta a los pro-
cesos agrarios titulados, procesos agrarios en trámite y posesiones, se acumula-
rán los antecedentes a fin de su análisis y resolución simultánea, considerando
el cumplimiento de la función social o económico social, de acuerdo con lo pre-
visto a los artículos 236 y siguientes del reglamento de la Ley 1715.
Il. En todos los casos en los que existiere conflictos, para efectos de la resolución, se
considerará prioritariamente el siguiente orden: procesos titulados, procesos
agrarios en trámite y posesiones legales.
152
Luis Arratia Jiménez
o a solicitud expresa de parte, así como lo dispuesto por el inc. b) de Art. 181 del
reglamento de la ley 1715.
Ausencia de Expediente
L Estarán afectados de nulidad relativa por falta de forma, los títulos ejecutoriales
otorgados que fueran presentados o cursen en poder del Instituto Nacional de
Reforma Agraria, cuando no existan los expedientes que le sirvieron d antece-
dente pero cursen registro fehaciente de su tramitación ante el ex Consejo Na-
cional de Reforma Agraria o ex Instituto Nacional de Colonización. En este ca-
so, si correspondiere se procederá a la reposición de obrados.
U. Se declararán inexistentes los títulos ejecutoriales, por falta de forma esencial,
cuando presentados sus originales al Instituto Nacional de Reforma Agraria, no
exista constancia de su emisión los expedientes que le sirvieron de antecedente
ni registro de esto en cuyo caso en Instituto Nacional de Reforma Agraria, debe·
rá seguir las acciones que correspondan.
153
Derecho Agrario
Revisión de Títulos
Los departamentos componentes de las direcciones departamentales del Instituto
nacional de Reforma Agraria, de conformidad a lo establecido en el art. 176 del re-
glamento de la Ley 1715 procederán a:
a) La revisión de títulos ejecutoriales cursantes en su poder que correspondan a
tierras cuyas superficies sea mayor a la pequeña propiedad agrícola para veri-
ficar la legalidad de su otorgamiento o en su defecto la existencia de vicios ma-
nifestados de nulidad absoluta y relativa que los afecten y se evidencien en los
mismos, en los expedientes que les sirvieron de antecedente o en la pericias
realizadas para la definición de su objeto;
b) la verificación solo respecto de la regularidad en la emisión de títulos ejecuto-
riales cursantes en su poder y la ocupación del predio por sus titulares sobre
tierras cuya superficie sea igual o menor a la pequeña propiedad agrícola o
que correspondan comunidades campesinas indígenas u originarias.
Informe de Evaluación
l. Los departamentos componentes, concluida la revisión, elevarán a su dirección
departamental informes de evaluación de cada título ejecutorial revisado, que
precise en el caso de:
a) Tierras cuya superficie sea mayor a la pequeña propiedad agrícola, si se en-
cuentra exento o afectado de vicios manifiestos de nulidad absoluta o relativa;
b) tierras cuya superficie sea igual o menor a la pequeña propiedad agrícola o
que correspondan a comunidades campesinas, indígenas y originarias, la re-
gularidad en la emisión de título ejecutorial y ocupación de predio por sus ti-
tulares o si se presentan sobreposición de derechos o cualquier regularidad de-
tectada en el informe de campo, y
e) contenga recomendación sobre el curso de acción a seguir.
II. Asimismo, los departamentos componentes elevarán un informe general sobre
los títulos ejecutoriales revisados en el área o polígono de saneamiento, indivi-
dualizando la situación jurídica de cada una de ellos.
154
Luis Arratia liménez
Ausencia de beneficiarios
l. Caducarán los procesos agrarios en trámite y la tierra adquirirá la calidad de
disponible cuando su único beneficiario o representante legal no se apersone pa-
ra continuar el trámite ante la dirección departamental del Instituto Nacional de
Reforma Agraria que conoce el procedimiento dentro del plazo fijado al efecto.
II. La cuota parte del derecho a la tierra objeto de procesos agrarios en trámite de
co-beneficiarios o sus representantes legales que no se apersonen para continuar
el trámite ante la dirección departamental del Instituto Nacional de Reforma
Agraria que conoce el procedimiento dentro el plazo fijado al efecto acrecentará
en partes iguales, la cuota parte de los que lo hagan.
Fallecimiento de beneficiarios
El derecho de propiedad sobre la tierra objeto del proceso agrario en trámite se otor-
gará a nombre de los herederos de los beneficiarios fallecidos que se hallaren cum-
pliendo la función social o económico-social, salvando derechos de los demás here-
deros, quienes deberán hacer valer los mismos a través de la vía correspondiente.
156
Luis Arratia fiménez
6. Identificación de Poseedores
El procedimiento de identificación de poseedores legítimos tomará en cuenta a las
posesiones anteriores a la vigencia de la ley 1715 de tierras que se encuentren cum-
pliendo la función social o función económico-social.
Posesiones Legales
Se consideran como superficies con posesión legal aquellas que sin afectar derechos
legalmente constituidos cumplen con la función social o económico social incluyen-
do las ejercidas en áreas protegidas por pueblos o comunidades indígenas, campe-
sinas, originarias, pequeñas propiedades y por personas amparadas en norma ex-
presa que cumplan las normas de uso y conservación del área protegida antes de la
promulgación de la ley 1715.
Posesiones !legales
l. Se tendrán como ilegales sin derecho a dotación o adjudicación simple sujetas al
procedimiento de desalojo previstos en este reglamento, las posesiones posterio-
res a la promulgación de la ley 1715 y las que siendo anteriores no cumplan con
la función social o económico social.
II. Asimismo se tendrá como ilegales sin derecho a dotación o adjudicación simple
y titulación sujetas al procedimiento de desalojo las posesiones anteriores a la vi
gencia de la ley 1715, cuando:
a) No den mérito a la dotación o adjudicación por incumplimiento de la función
social o económico social de la tierra o por falta de aceptación del precio de ad-
judicación fijado al efecto.
b) Recaiga sobre áreas protegidas con excepción de las ejercidas por pueblos o co-
munidades indígenas campesinas y originarias; por pequeñas propiedades
siempre que cumplan la función social de acuerdo a la vocación de uso del
suelo y personas amparadas en norma expresa.
c) Afecten derechos constituidos legalmente por terceros.
157
Derecho Agrario
Posesión de Comunidades
La posesión de las comunidades campesinas será apreciada incluyendo toda la su-
perficie de uso y acceso tradicional además de las distintas formas de aprovecha-
miento comunitario de recursos naturales. La posesión de las comunidades indíge-
nas será apreciada de acuerdo con lo establecido por el convenio li:i9 de la Organi-
zación Internacional del trabajo, ratificando mediante ley Nº 1257 de 11 de julio de
1991. En todos los casos se respetarán los derechos legalmente adquiridos por ter-
ceros.
Colonizador Individual
I. Para fines de aplicación del parágrafo primero del artículo 74 de la Ley 1715 se
considera colonizador individual a toda persona que se encuentre en posesión
de una superficie de tierra que sea igual o menor a la pequeña propiedad agrí-
cola o ganadera según la actividad que desarrolla y cumpla con los requisitos
para a la adjudicación simple.
La aplicación del valor concesional a que se refiere el artículo 74 de la Ley 1715 del
Servicio Nacional de Reforma Agraria, debe hacerse extensivo a todas las áreas que
hayan concluido el proceso de saneamiento.
Valor Concesional
I. El valor concesional fijado por la Superintendencia Agraria para la adjudicación
simple a favor de colonizadores individuales, en ningún caso será superior a
0.10 centavos de boliviano por hectárea.
II. Los colonizadores individuales que no hayan cancelado el valor de la adjudica-
ción quedan incorporados dentro de los alcances del parágrafo precedente.
158
Luis Arratia fiménez
El Director Nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria, recibido los ante-
cedentes de sus Directores departamentales, solicitará a la Superintendencia Agra-
ria la determinación del precio de adjudicación.
I. La Superintendencia Agraria fijará el precio de adjudicación dentro de los 20
días calendario, siguientes a la recepción de la solicitud.
Cuando mediaren causas de fuerza mayor, la Superintendencia Agraria antes
del vencimiento del plazo señalado precedentemente, las hará conocer al Direc-
tor Nacional de Reforma Agraria estableciendo nuevo plazo de cumplimiento,
de acuerdo con la normatividad interna del ente requerido.
El Director Nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria, sino se determi-
na el precio dentro del plazo establecido en el parágrafo l. requerirá su pronto
despacho, el que deberá cumplirse en el plazo improrrogable de 5 días hábiles
siguientes al requerimiento.
El Director Nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria, incumpliendo
el pronto despacho, fijará el mismo con base en su pericia técnica independien-
te dispuesta al efecto.
U. El Director Nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria podrá hacer uso
de los recursos administrativos o acción contenciosa administrativa, según sea
el caso, contra las resoluciones de determinación del precio de adjudicación, sin
perjuicio de los recursos que puedan interponer los interesados.
Remisión de antecedentes
Aprobados los informes de la exposición pública de resultados, los Directores de-
partamentales del Instituto Nacional de Reforma Agraria los elevarán con todos los
antecedentes a conocimiento de su Director nacional, acompañando proyectos de
resolución por predio.
160
IO
RESOLUCIONES FINALES DEL
PROCESO DE SANEAMIENTO
l. Resoluciones Supremas
Las Resoluciones Supremas se emiten sobre títulos ejecutoriales otorgados por el ex
Consejo Nacional de Reforma Agraria y el Instituto Nacional de Colonización.
El presidente de la República conjuntamente el Ministro de Desarrollo Sostenible y
planificación dictan Resolución Suprema por cada título ejecutorial revisado:
Confirmatoria,_cuando el título ejecutorial este exento de vicios de nulidad, se decla-
ra su validez.
Convalidatoria, cuando el título ejecutorial esté afectado de vicios de nulidad relati-
va y la tierra se encuentre cumpliendo la función social y económica social, en toda
su extensión en relación con sus titulares
Modificatoria, cuando el título ejecutorial esté afectado de vicios de nulidad relativa
y la tierra se encuentre cumpliendo parcialmente la función económica social en re-
161
Derecho Agrario
lación con sus titulares. Es bueno precisar que las resoluciones convalidatorias so-
lamente se emiten a favor de medianas propiedades y Empresas Agrícolas, ya que
no existe el cumplimiento parcial de la función social en pequeñas propiedades, co-
munidades indígenas, campesinas u pueblos originarios, se presume como total.
Anulatoria, cuando el título ejecutorial esté afectado de vicios de nulidad absoluta o
cuando este afectado de vicios de nulidad relativa y la tierra no cumpla la función
social o económica social de la tierra. Las resoluciones anulatorias, además, dispon-
drán la nulidad de títulos ejecutoriales, la cancelación de partidas de propiedad que
tengan como antecedente de dominio el título ejecutorial anulado.
También se dispondrá cancelación de partidas de gravámenes e hipotecas que re-
caen sobre las superficies comprendidas en los títulos ejecutoriales anulados.
Anulatorias de conversión, cuando el título ejecutorial esté afectado de vicios de nuli-
dad relativa y la tierra se encuentre cumpliendo la función social o parcialmente la
función económica social en relación con el subadquirente. En este caso, se anulará
el título ejecutorial del titular y se otorgará nuevo título a favor del subadquirente,
sobre las superficies que estén cumpliendo la función social o función económica
social.
2. Resoluciones administrativas
Las Resoluciones administrativas se emiten sobre procesos agrarios en trámite:
• Los tramitados ante el Consejo Nacional de Reforma Agraria y que cuentan
con sentencia ejecutoriada al 24 de noviembre de 1992.
• Los tramitados ante el Instituto Nacional de colonización y que cuenten con
minuta protocolizada a la misma fecha 24 de noviembre de 1992, fecha en que
se decreta la intervención de ambas entidades.
El Director nacional, con informe legal, si cree conveniente, emite las siguientes re-
soluciones administrativas en el plazo de 20 días de haber recepcionado los antece-
dentes de las direcciones departamentales.
162
Luis Arratia fiménez
3. Alcance de la titulación
Las tierras objeto de procesos agrarios en trámite se titulará de acuerdo con la cla-
sificación de la propiedad agraria, es decir, como solares campesinos, pequeña pro-
piedad, mediana propiedad, empresa agrícola, tierras comunarias y tierras comuni-
tarias de origen, en favor de las cuatro primeras como propiedad individual o en
copropiedad con relación de beneficiarios; en favor de las dos últimas, como pro-
piedad colectiva, previa presentación del certificado de personalidad jurídica.
Para el caso de las colonias o sindicatos agrarios se otorga titulación en tres moda-
lidades: a) derecho de propiedad colectiva, como comunidad, sin relación de bene-
ficiarios, previa acreditación de personalidad jurídica; b) derechos en copropiedad,
en favor de todos sus miembros y con relación de beneficiarios; c) derecho de pro·
piedad individual.
4. Resoluciones constitutivas
Las Resoluciones constitutivas son otorgadas en favor de poseedores legales, a per-
163
Derecho Agrario
sonas naturales o jurídicas que tengan posesión de tierras fiscales y que no cuenten
con título ejecutorial o proceso agrario, anterior al 18 de octubre de 1996 o que sus
títulos o procesos hayan sido anulados y la tierra se encuentre cumpliendo la fun-
ción social o económico social.
Estas resoluciones tienen por objeto constituir derecho de propiedad agraria, en ba-
se da las siguientes resoluciones.
Dotación y titulación
En favor de comunidades indígenas, campesinas, pueblos originarios o colonias y
sindicatos agrarios de acuerdo con lo dispuesto por los artículos 88 y 89 del Regla-
mento de la Ley 1715, y en forma gratuita.
Adjudicación y titulación
En favor de poseedores legales individuales, bajo la modalidad de adjudicación
simple dispuesta por el Art. 74 de la Ley 1715, a título oneroso:
• A valor de mercado para beneficiarios con medianas propiedades y empresas
agrícolas, sobre la base del precio fijado por la Superintendencia Agraria
• A valor concesional, de acuerdo con el Decreto Supremo del 18 de julio de
2000, en favor de colonizados individuales y pequeños propietarios, estableci-
do en la suma de Bs. 0.10 por hectárea.
La Resolución dispondrá, además, el precio de adjudicación, el lugar, tiempo y for-
ma para efectivizar el pago. La falta de cancelación dejará sin efecto la adjudicación
y habilitará para que proceda la declaración de tierras fiscales y su inscripción en
Derechos Reales a nombre del INRA. Se dictará Resolución de Iilegalidad de la
Posesión cuando no cumplan la función social, económico-social, cuando la tierra
recaiga sobre áreas protegidas con excepción de comunidades campesinas e indí-
genas o afecten derechos legalmente constituidos por terceros disponiendo sin
mayor trámite el desalojo de poseedores.
l. La Judicatura Agraria
La judicatura agraria, antes de la Ley 1715, formaba parte del Servicio Nacional de
Reforma Agraria, los jueces agrarios del Consejo Nacional de Reforma Agraria; los
funcionarios del Instituto Nacional de Colonización y las Inspectores de Trabajo v
Justicia Campesina eran designados por autoridades del Organo Ejecutivo. En es-
tos funcionarios se confundían atribuciones y competencias jurisdiccionales y ad-
ministrativas. Si bien los procesos de adjudicación, consolidación y dotación de te-
rrenos eran administrativos, generalmente se tornaban contenciosos, especialmen-
te cuando la dotación y la consolidación eran producto de la afectación de latifun-
dios, lo mismo ocurría con los adjudicación de tierras en áreas de colonización y con
los procesos de intervención y reversión de tierras producto del abandono injustifi-
cado. El nuevo contexto abrió la oportunidad para separar la judicatura agraria del
órgano ejecutivo como un órgano especializado de administración de justicia en
materia agraria. Tal como dispone el Art. 176 de la Constitución Política del Estado
«que los fallos de la judicatura agraria son verdades jurídicas comprobadas, definí·
tivas e inamovibles» concordante con el Art. 1 de la Ley 1715, que establece que la
Ley tiene por objeto « ... crear la Judicatura Agraria y su procedimiento».
Constitución
La Judicatura Agraria es el órgano de administración de justicia agraria, tiene juris-
dicción y competencia para la resolución de los conflictos emergentes del derecho
de propiedad y posesión agraria y otros que señale la ley. Es independiente en el
ejercicio de sus funciones y está sometida únicamente a la Constitución Política de'
165
Dereclw Agrario
Organización y composición
La judicatura agraria estácompuesta por el Tribunal Agrario Nacional y los juzga-
dos agrarios, iguales en jerarquía.
Organización
El Tribunal Agrario Nacional está organizado en Presidencia y dos Salas compues-
tas cada por tres vocales, la reunión de amabas salas y el Presidente conforman Sa-
la Plena.
Sala Plena
La Sala Plena tiene atribuciones y competencias. Sus atribuciones administrativas
son las siguientes:
• Dirigir la Judicatura Agraria Nacional
• Elaborar y proponer el presupuesto anual de la Judicatura Agraria
• Designar anualmente 7 conjueces del Tribunal Agrario Nacional
• Nombrar al Presidente del Tribunal Agrario Nacional y a los Presidentes de
las salas por dos tercios de votos del total de sus miembros
• Designar a los Jueces Agrarios de nóminas propuestas por el Consejo de la Ju-
166
Luis Arratia /iménez
dicatura y personal subalterno, por dos tercios de votos del total de sus miem-
bros.
Sus competencias jurisdiccionales son las siguientes:
• Conocer recursos extraordinarios de revisión de sentencia.
• Dirimir conflictos de competencias que se susciten entre los jueces agrarios
• Conocer en única instancia las recusaciones interpuestas contra sus miembros.
fuzgados agrarios
Composición
Los Juzgados Agrarios están compuestos por un juez, un secretario, un auxiliar en
las capitales de departamento, un oficial de diligencias. Los jueces agrarios serán
designados por la Sala Plena del Tribunal Agrario Nacional de terna propuesta por
el Consejo de la Judicatura, tienen un periodo de funciones de 4 años, pueden ser
reelegidos. Para ser juez agrario se requiere cumplir con los requisitos para la elec-
ción de vocales del Tribunal Agrario Nacional y haber ejercido su profesión de abo-
gado con ética e idoneidad por cuatro años. Los juzgados agrarios tienen la jerar-
quía de juzgados de partido.
La creación de los Juzgados Agrarios responde a necesidades de administración de
justicia, cruzando variables demográficas rurales, proyección de conflictos de pro-
piedad y posesión de tierras, cobertura del servicio en todo el territorio nacional. En
Cochabamba por ejemplo, existen 6 juzgados agrarios cuyos asientos judiciales
comprenden varias provincias y secciones municipales.
167
Derecho Agrario
Competencia transitoria
Los Jueces agrarios también conocerán los procesos de intervención y reversión y
aquellos actos que perturben el trabajo agrario remitidos por el ex Maca, los Jueces
Agrarios y las Inspectorías, deben concluirse aplicando la Ley de 22 de diciembre
de 1967.
168
12
PROCESO JURISDICCIONAL AGRARIO
A partir del año 2000, cuando entran en funcionamiento los juzgados agrarios, en
Bolivia se sustancian procesos orales agrarios, como una nueva propuesta de admi-
nistración de justicia ágil, eficiente y oportuna. La oralidad que privilegia la audien-
cia como la etapa principal del proceso, forma parte de las reformas introducidas
en la administración de justicia. Sin embargo, es preciso aclarar que estos procesos
en estricto sensu, no son solamente orales, sino también escritos, ya que la primera
etapa del proceso, como es la presentación de la demanda y contestación, así como
los recursos y demandas ante el Tribunal Agrario Nacional son escritos.
El principio de oralidad
Este principio es el que caracteriza al procedimiento, ya que declara que la audien-
cia pública es el acto procesal central del proceso agrario, es por esta razón que el
juez resuelve en audiencia, las excepciones, recibe la prueba y dicta sentencia, estos
actos procesales son los fundamentales en el proceso agrario.
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Derecho Agrario
Principio de inmediación
Consiste en el contacto directo y personal del juzgador con las partes y el manejo
del proceso como condición esencial de oralidad, que excluye cualquier medio in-
directo. Este principio trata de humanizar la administración de justicia que estaba
mediatizada por abogados y apoderados. El proceso oral no prescinde de ellos, pe-
ro permite expresar sus demandas y sentimientos de las partes al juzgador, los abo-
gados ya no monopolizan el uso de la palabra, pero tampoco pierden facultades pa-
ra velar por los derechos de su defendido.
Principio de concentración
Determina la concentración de la actividad procesal agraria en el menor número
posible de actos para evitar su dispersión, tiene por objeto acortar y organizar me-
jor el proceso, por ejemplo la presentación de prueba es conjuntamente la demanda
y no en forma sucesiva, las excepciones se resuelven en audiencia, el recurso de re-
. posición contra autos interlocutorios interpuestos en audiencia se resuelve de ma-
nera inmediata, la sentencia se dicta en audiencia y sin necesidad alegatos.
Principio de especialidad
En virtud de la cual, se aplica la facultad constitucional de administrar justicia en
materia agraria a la judicatura agraria, con exclusión de los jueces ordinarios
Principio de integralidad
Es la obligación que tiene la judicatura agraria de otorgar a la tierra un tratamiento
integral tomando en cuenta sus connotaciones económicas, sociales, culturales; de
conservación, históricas, políticas y de reconocimiento de la diversidad cultural.
Por esta razón, el tratamiento de procesos, no puede consultar solamente o prepon-
derantemente las disposiciones en materia civil, porque el problema de la tierra y
los recursos naturales tiene que ver con todos estos aspectos.
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Luis Arratia Jiménez
Principio de eventualidad
En cuya consecuencia las fundamentaciones propias de los distintos periodos del
proceso deben plantearse en forma simultánea y no sucesiva, de manera que recha-
zándose una de ellas pueda obtenerse un pronunciamiento sobre la otra u otras a
diferencia del principio de concentración. Este principio compete a las argumenta·
ciones y no a las etapas del proceso, por ejemplo, cuando se plantea simultánea-
mente excepciones y conciliación.
Otros principios
También son principios del proceso oral agrario los de publicidad, gratuidad, corn-
petencia, dirección, responsabilidad y celeridad, que son principios generales del
derecho procesal.
2. Régimen de supletoriedad
El artículo 78 de la Ley 1715 dispone que los actos procesales y procedimientos no
regulados por la presente ley, en lo aplicable se regirán por disposiciones del códi-
go de Procedimiento Civil; sin embargo esta aplicación tendrá que consultar los
principios del proceso expuesto, especialmente el que se refiere al de integralidad v
de oralidad.
Este régimen de supletoriedad; en ningún caso permite aplicar una norma civil
adjetiva en sustitución de otra prevista por la Ley 1713; además, para aplicar
una norma supletoria, es necesario e importante ver el contexto del proceso,
cuidando de no vulnerar las normas procesales expresas en materia agraria así
como de los principios específicos aplicables a la administración de justicia
agraria; esto significa que no se puede aplicar discrecionalmente las normas del
procedimiento civil». (Miranda 2004: 13).
I rrevisabilidad
De acuerdo con el Art. 176 de la CPE y el Art. 77 de la Ley 1715 no corresponden a
la justicia ordinaria, modificar y menos anular las decisiones de la judicatura agra·
ria, cuyos fallos constituyen verdades jurídicas comprobadas, definitivas e inarno-
vibles. Tiene correspondencia con el principio de especialidad, ya que la Ley dispo-
ne que la Judicatura Agraria es independiente y solamente esta subordinada a la
constitución Política del Estado y las Leyes, aunque forma parte del poder judicial.
Derecho Agrario
Desarrollo de la audiencia
Las partes deberán comparecer a la audiencia en forma personal, salvo motivo fun-
dado que justificare la comparecencia por representante, la inasistencia de una de
las partes no suspenderá la audiencia.
En la audiencia se cumplirán las siguientes actividades procesales:
• Alegación de hechos nuevos, siempre que no modifiquen la pretensión o la de-
fensa; aclaración de sus fundamentos si resultan obscuros o contradictorios.
• Contestación a las excepciones y recepción de pruebas propuestas para acre-
ditarlas
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Luis Arratia fiménez
173
Derecho Agrario
Procedencia
Los recursos de nulidad y casación proceden contra los autos interlocutorios defi-
nitivos y contra las sentencias dictadas por el Juez Agrario y se resuelven:
• En el fondo, cuando la sentencia recurrida contiene violación, interpretación
errónea o interpretación indebida de la Ley, cuando la sentencia contiene dis-
posiciones contradictorias, cuando en la apreciación de la prueba se hubiere
incurrido en error de hecho o de derecho.
• En la forma, por haberse violado las formas esenciales del proceso, cuando la
sentencia ha sido dictada por un juez incompetente o impedido o cuya excusa
o recusación estuviere pendiente o hubiere sido declarada legal por el Tribu-
nal Agrario Nacional; otorgando más de lo pedido por las partes o sin haber-
se pronunciado sobre alguna de las pretensiones deducidas en proceso y re-
clamadas oportunamente ante el Juez Agrario; y faltando alguna diligencia o
trámite declarados esenciales, falta expresamente penada con nulidad por la
ley (Art. 254 del Código de Procedimiento Civil).
Procedimiento
El Recurso debe ser interpuesto ante el mismo Juez que dictó la sentencia en el pla-
zo fatal de 8 días, computables a partir de la notificación con la sentencia, cumplien-
do con los requisitos del Art. 258 del Código de Procedimiento Civil. El Juez corre-
rá en traslado para que sea contestado en el mismo plazo. Con la contestación del
recurso o vencido el plazo, el Juez concederá el recurso y ordenará la remisión del
expediente ante el Tribunal Agrario Nacional. El Juez rechazará el recurso si fuera
presentado fuera del término.
Formas de resolución
El Tribunal Agrario Nacional en una de sus salas resolverá el recurso de casación y
nulidad, en el plazo de quince días computables a partir del sorteo, de conformidad
a lo dispuesto por elartículo 87, parágrafo cuarto, de la Ley 1715, concordante con
el artículo 271 del Código de Procedimiento Civil; declarando:
• Improcedente cuando fuere presentado fuera del plazo; cuando el recurrente
no hubiere citado en términos claros, concretos y precisos la sentencia o auto
de que se recurriere, su folio dentro del expediente, la ley o leyes violadas o
aplicadas falsa o erróneamente, y especificar en que consiste la violación, fal-
sedad o error, de acuerdo con el mandato del artículo 258, inciso 2) del Códi-
go de Procedimiento Civil, o cuando el recurrente no hubiere intervenido en
el proceso oral agrario o careciere de representación legal.
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Luis Arratia Jiménez
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13
DEMANDAS DE NULIDAD O ANULABILIDAD DE
TÍTULOS EJECUTORIALES Y TRÁMITES AGRARIOS
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Derecho Agrario
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Luis Arratia Jiménez
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Derecho Agrario
2. Procedimiento
Las demandas de nulidad y anulabilidad de títulos ejecutoriales serán tramitadas
en única instancia y en la vía ordinaria de puro derecho, ante el Tribunal Agrario
Nacional, cuyo conocimiento corresponde a sus salas, conforme lo establece el ar-
tículo 354 parágrafo segundo del Código de Procedimiento Civil.
Demanda y requisitos
La demanda de nulidad y anulabilidad del título ejecutorial y proceso agrario que
sirvió de base para otorgar el título, deberá reunir los requisitos señalados en el
artículo 327 del Código de Procedimiento Civil, la demanda debe estar dirigida
contra el titular del derecho cuestionado o sus subadquirentes, deberá especificar e!
título ejecutorial y el número de expediente agrario según sea el caso, si la deman-
da presente defectos de forma, será aplicable el artículo 333 del citado Código.
La acción deberá fundarse necesariamente en las causales de nulidad y anulabili-
dad previstas en los artículos 50 y décima cuarta Disposición Final de la Ley Nº
1715. Admitida la demanda se correrá en traslado al demandado y se oficiará al Ins-
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Derecho Agrario
tituto Nacional de Reforma Agraria, para que remita el expediente agrario corres-
pondiente.
Contestación
Citado con la demanda de nulidad, el demandado deberá contestar dentro el plazo
de 15 días, con la ampliación del término por distancia, cumpliendo con los requi-
sitos previstos por los artículos 345 y 346 del Código de Procedimiento Civil. En ca-
so de no ser contestada dentro del término señalado procederá la declaratoria de re-
beldía y se sustanciará conforme a lo previsto por el artículo 68 y siguientes, del ci-
tado Código Adjetivo.
Excepciones
En las demandas de nulidad y anulabilidad de títulos ejecutoriales, solo podrán
oponerse las excepciones señaladas por el Art, 81 de la Ley Nº 1715, es decir: Incom-
petencia, incapacidad o impersonería, litispendencia, conciliación y cosa juzgada;
estas excepciones deben ser presentadas todas juntas a tiempo de contestar la de-
manda. Las excepciones serán resueltas de la siguiente forma: Las tres primeras se-
rán resueltas como excepciones previas y de especial pronunciamiento; y las dos úl-
timas como excepciones perentorias y serán resueltas en sentencia (Art. 338 y 343
Código Procedimiento Civil).
Reconvención
En la demanda de nulidad y anulabilidad podrá el demandado interponer deman-
da reconvencional, en tanto exista relación con el objeto de la demanda principal
(Art. 348 Código Procedimiento Civil).
Traslados
Con la contestación a la demanda o reconvención en su caso o en rebeldía del de-
mandado, se correrá traslados a las partes en su orden para que haga uso del dere-
cho a dúplica y réplica, salvo renuncia expresa de hacer uso de este derecho (Art.
354-II Código Procedimiento Civil).
3. Formas de resolución
Las Salas del Tribunal Agrario Nacional resolverán en el plazo de 40 días computa-
bles a partir de la fecha del sorteo de una de las siguientes formas:
182
Luis Arratia Jiménez
Efectos
En caso de declararse la nulidad absoluta se tendrá como si las tierras nunca hubie-
ran salido del dominio originario del Estado y se dispondrá la cancelación de las
partidas en el registro de Derechos Reales. Si la propiedad cuyo título anulado se
encontrara cumpliendo la Función Social o Económica social, según sea solar cam-
pesino, pequeña propiedad, las TCO y tierras comunarias tituladas colectivamente
o en el segundo caso mediana propiedad o empresa agrícola, su titular tendrá de-
recho a adquirirla por dotación tratándose de propiedades comunarias y por adju-
dicación simple tratándose de otras formas de propiedad, en proceso administrati-
vo sustanciado ante el Instituto Nacional de Reforma Agraria.
No procede la titulación cuando la dotación o adjudicación fuere a favor de funcio-
narios del Consejo Nacional de Reforma Agraria y el Instituto Nacional de Coloni-
zación, personas extranjeras o cuando la propiedad se encuentre en áreas de con-
servación o protegidas.
En el caso de declararse la nulidad relativa, los títulos ejecutoriales pueden ser sub-
sanados, siempre que las irregularidades u omisiones no lleguen a impedir la exis-
tencia de alguno de sus elementos esenciales y si la tierra cumple la función social
o económica social.
4. Colisión de competencias
Como se puede advertir, tanto la judicatura agraria como entidad jurisdiccional y el
Servicio Nacional de Reforma Agraria como instancia administrativa dependiente
del Organo Ejecutivo tienen atribuciones para anular y convalidar títulos ejecuto-
riales. Esta situación crea inseguridad jurídica y confusión entre la ciudadanía, ya
que la posibilidad de conseguir la nulidad de títulos ejecutoriales se puede intentar
por la vía del saneamiento de la propiedad agraria, o por la demanda de nulidad o
anulabilidad de títulos ejecutorial.
Podemos argumentar que si bien el Presidente de la República es la autoridad má-
xima del Servicio Nacional de Reforma Agraria, esta facultad no le otorga atribucio-
nes jurisdiccionales porque la nulidad de títulos ejecutoriales es producto de un
análisis jurídico de los antecedentes del proceso agrario, cuyo resultado es un acto
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Derecho Agrario
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14
PROCESOS CONTENCIOSO ADMINISTRATIVOS
l. Definición
El proceso contencioso administrativo es el control jurisdiccional respecto de los ac-
tos administrativos de autoridades agrarias administrativas dependientes del po-
der ejecutivo según Bielsa «es un proceso jurisdiccional defensivo del derecho del
administrado». Para Guillermo Cabanellas es «una reclamación o apelación que se
interpone, contra las resoluciones definitivas de la administración publica y proce-
den del poder ejecutivo, cuando desconocen un derecho particular o lesionan un in
terés jurídicamente protegido».
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Derecho Agrario
3. Requisitos
La demanda contencioso administrativa deberá ser presentada cumpliendo los re-
quisitos del Art. 327 del Código de Procedimiento Civil, con las siguientes caracte-
rísticas:
• Deberá mencionar en forma clara y precisa la resolución impugnada y los de-
rechos o el interés jurídicamente protegido lesionado. La autoridad adminis-
trativa contra quien se interpone la demanda
• Acompañar la Resolución impugnada y la certificación o copia legalizada o
documento que acredite fecha en que fue notificada con la resolución.
Procedencia
Los procesos contenciosos administrativos proceden contra las resoluciones finales
y definitivas, después de haber agotado todos los recursos en sede administrativa,
del Ministerio de Desarrollo Sostenible, Superintendente General del Sistema de
Regulación de Recursos Naturales Renovables y del Director Nacional del Instituto
Nacional de Reforma Agraria.
Procedimiento
Se tramita en la vía de puro derecho en única instancia, ante el Tribunal Agrario Na-
cional, cuyo conocimiento corresponde a una de sus salas. Una vez admitida la de-
manda, se corre en traslado para que sea contestada en el plazo de 15 días¡ el de-
mandado podrá oponer las excepciones de impersonería y conciliación. Las excep-
ciones de litigio pendiente y cosa juzgada no son oponibles en este proceso, porque
la demanda tiene como base una resolución final administrativa, y lo que se impug-
na son los contenidos de esa resolución. Independientemente de otros procesos ju-
diciales, la excepción de incompetencia, tampoco es oponible, porque la Ley deter-
186
Luis Arratia Jiménez
mina con claridad que es el Tribunal Agrario Nacional en una de sus Salas la que es
competente para conocer este tipo de demandas.
En el proceso contencioso administrativo no existe la reconvención debido a que es
un recurso extraordinario en favor del administrado frente a los excesos que hubie-
re cometido la autoridad que presupone perjuicio para el particular y no así para
el Estado. Con la contestación de la demanda se correrá traslado a las partes en or-
den para que hagan uso del derecho a la dúplica y réplica, salvo renuncia expresa
de las partes.
Formas de Resolución
Después de la replica y la duplica el tribunal Agrario Nacional, dictará sentencia en
el plazo de 40 días, computables de la fecha de sorteo realizado en sala plena, de-
clarando:
o Probada la demanda, revocando la resolución impugnada.
• Probada la demanda en parte, en consecuencia convalidada la resolución final
parcialmente y modificando la resolución impugnada
• Improbada la demanda, confirmando la resolución impugnada
Efectos
La Resolución, además, dispondrá el curso legal a seguir y resolver la controversia.
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III
191
Derecho Agrario
2. Principios fundamentales
Los bosques y tierras forestales son bienes de dominio originario del Estado some-
tidos a competencia del gobierno de la nación. El manejo y protección de los bos-
ques y tierras forestales son de utilidad pública e interés general de la nación. Sus
normas son de orden público y de cumplimiento obligatorio
Limitaciones legales
Para el cumplimiento del Régimen forestal de la nación, el poder ejecutivo podrá
poner restricciones administrativas, servidumbres administrativas, prohibiciones,
prestaciones y demás limitaciones legales inherentes al ordenamiento territorial, de
protección y sostenibilidad del manejo forestal. Cualquier derecho forestal otorga-
do a los particulares está sujeto a revocación en caso de no cumplirse efectivamen-
te las normas y prescripciones oficiales de protección, sostenibilidad y demás con-
diciones esenciales del otorgamiento.
3. Revocatoria de derechos
El poder ejecutivo podrá disponer la revocación total o parcial de derechos de uti-
lización forestal otorgados a los particulares cuando sobrevenga causa de utilidad
pública. Dicho acto administrativo únicamente procederá mediante decreto supre-
mo fundamentado y precedido del debido proceso administrativo que justifique la
causa de utilidad pública que lo motiva y los alcances de la declaratoria y conlleva
la obligación de indemnizar exclusivamente el daño emergente.
5. Participación ciudadana
Toda persona individual o colectiva tiene derecho a ser informada veraz, oportuna
y suficientemente sobre asuntos vinculados al Régimen Forestal de la Nación, así
como a formular peticiones y denuncias o promover iniciativas ante la autoridad
competente.
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Luis Arratia Jiménez
6. Principio precautorio
Cuando haya indicios consistentes de que una práctica u omisión en el manejo fo
restal podría causar daños graves e irreversibles al ecosistema o cualquiera de sus
elementos, los responsables del manejo forestal no pueden dejar de adoptar medi-
das precautorias para evitarlos o mitigarlos, ni exonerarse de responsabilidad, i11-
vocando falta de plena certeza científica o ausencia de normas, ni aun la autoriza-
ción concedida por autoridad competente.
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Derecho Agrario
9. Marco Institucional
El régimen forestal de la nación está a cargo del Ministerio de Desarrollo Sosteni-
ble, como organismo nacional rector; la Superintendencia Forestal, como organismo
regulador; el Fondo Nacional de Desarrollo Forestal, como organismo financiero; y,
como organismos coadyuvantes, las Prefecturas y Gobiernos Municipales.
La Superintendencia Forestal
Forma parte del Sistema del SINERARE, tiene las siguientes atribuciones:
194
Luis Arralia Jiménez
195
Derecho Agrario
197
2
CLASES DE TIERRAS FORESTALES
l. Tierras de protección
Son aquellas con cobertura vegetal o sin ella que por su grado de vulnerabilidad o
la degradación o los servicios ecológicos a la cuenca hidrográfica o por interés so-
cial, o iniciativa privada, no son susceptibles de aprovechamiento agropecuario ni
forestal.
En las tierras de protección, sólo es permitido el aprovechamiento para los siguien-
tes fines: hidroenergético, recreacional, investigación y educación y cualquier otro
uso indirecto no consuntivo. Se garantiza el no uso de las tierras de protección me-
diante la imposición de multas progresivas y acumulativas que, en caso de falta de
pago y proseguir el daño, dará lugar a la reversión de la propiedad agraria o la re-
vocatoria de la concesión forestal.
Se consideran tierras de protección a las tierras fiscales declaradas como bosques de
protección, las reservas privadas de patrimonio natural, las servidumbres adminis-
trativas ecológicas, las áreas de protección en concesiones forestales.
198
Luis Arratia [nnéne:
b) Servidumbres ecológicas
Son limitaciones legales a los derechos de uso y aprovechamiento impuestas sobre
una propiedad, en razón de la conservación y sostenibilidad de los recursos natu-
rales renovables.
El Reglamento de la Ley Forestal, en su artículo 35, establece como servidumbres
ecológicas a las siguientes: laderas con pendientes superiores a 45 % -salvo quE'. el
profesional justifique el uso de laderas mayores a 45 %-; humedales, pantanos; cu-
riches, bofedales, áreas de afloramiento natural de aguas y de recarga, incluyendo
50 metros a la redonda a partir de su periferia; tierras y bolsones de origen eólico;
tierras o bolsones extremadamente pedregosos o superficiales; cortinas rempevien-
tos; 10 metros por lado en las riveras de quebradas y arroyos de zonas no erosiona-
bles, ni inundables, 20 metros por lado en quebradas y arroyos, de zona erosiona-
bles o inundables, 50 por lado en las zonas riberas de los ríos en zonas no erosiona-
bles o inundables, 100 por lado en las riberas de los ríos en zonas erosionables o
inundables, 100 a la redonda en las lagunas y lagos, y 10 metros por lado al borde
de las vías públicas a partir del área de retiro, incluyendo las vías férreas.
También en terrenos ondulados o colinas de las zonas montañosas: 50 metros a par-
tir del borde de los ríos, 10 metros a partir del borde de los arroyos quebradas o te-
rrazas, para favorecer la deposición de los sedimentos acarreados y la disminución
de velocidad de las aguas.
Las servidumbres ecológicas deben ser contempladas en los Planes de Ordenamien-
to predial, y sirven de base para el cálculo del cumplimiento de la Función Econó-
mico Social, en los procesos de Saneamiento.
200
Luis Arratia Jiménez
que estén con anterioridad a la ley, las comunidades y pueblos indígenas y las do·
taciones legales sujetas a las limitaciones legales.
201
Derecho Agrario
uso con mayor potencial de impacto ambiental, la clasificación de tierras para dicho
uso no implica que el titular no pueda dedicarlas, permanente o temporalmente, a
cualquiera de los otros usos, de menor impacto potencial.
Tierras aptas para cultivos perennes o permanentes, que se simbolizarán con el código
«CP»: Son aquellas con pendientes entre 15 y 45%, o tierras planas con limitaciones
edafológicas y climáticas evidentes, en que sólo están permitidos cultivos perennes
o permanentes que no impliquen la remoción continua de la capa arable y protejan
el suelo con su cobertura foliar o la de la vegetación arbórea o arbustiva asociada a
los cultivos.
Tierras aptas para pastoreo, que se simbolizarán con el código «P»: Son aquellas por
cuyas condiciones agroecológicas sólo pueden ser utilizadas sosteniblemente con
pastos de cobertura total o usos silvopastoriles (básicamente por condiciones de
pendiente, precipitación pluvial, calidad de los suelos, fragilidad de los bosques na-
turales o difícil regeneración natural), además de los caso en que el propietario, por
la soberanía de su voluntad, decida libremente dedicar a pastos tierras aptas para
cultivos intensivos en limpio.
Tierras aptas para producción forestal permanente, que se simbolizarán con el código
«F»: Son aquellas que el técnico o profesional a cargo determine en virtud de la ri-
queza forestal natural de la tierra o la vocación preferente de sus suelos, así como
aquellas que el propietario libremente decida asignar para dicho uso, salvo el caso
de tierras de protección.
Tierras de protección, que se simbolizarán con el código «UP» (unidad de protección):
Son todas las servidumbres ecológicas establecidas por el artículo 35 del Reglamen-
to de la Ley Forestal, las que se establezca por el propio POP y, en su caso, las Re-
servas Privadas del Patrimonio Natural (RPPN), así como cualquier otra servidum-
bre establecida o que se estableciese conforme a lo previsto por el artículo 5° de ia
Ley Forestal y por los artículos 4 y 7 del Reglamento.
Las infracciones al plan de ordenamiento predial están sujetas al sistema progres1-
vo y acumulativo de multas y a la reversión y expropiación de las tierras.
4. Tierras de rehabilitación
Son tierras que han perdido su potencial originario al haber sido afectadas por de-
forestación, erosión hídrica o ecológica y otros factores de degradación. Se pueden
clasificar en:
a) Tierras de degradación alta, caracterizada por carecer de vegetación y mostrar evi-
dencia de erosión severa, con presencia de cárcavas
203
Derecho Agrario
b) Tierras con degradación media, caracterizadas por tener una cobertura de baja den-
sidad y mostrar evidencia de erosión, con presencia de pequeños canales
e) Tierras con degradación baja, caracterizadas por tener una cobertura de capa infe-
rior al 20% y mostrar evidencias de erosión laminar.
d) Tierras con bosques degradados, pueden estar ubicada en áreas fiscales, propiedades
privadas o concesiones forestales, se caracterizan por ser bosques no rentables y cu-
ya sostenibilidad a largo plazo requiere forzosamente de un proceso de enriqueci-
miento y manejo silvicultural, pero que poseen especies maderables en proceso de
maduración y regeneración natural que a mediano plazo justificaran una actividad
forestal rentable.
El plan de rehabilitación de tierras debe ser aprobado por la Superintendencia Fo-
restal, la que determinará la tasa de descuento aplicable sobre la base del nivel de
degradación reportado en el plan, complementando con la respectiva inspección de
comprobación.
La rehabilitación en la propiedad agraria, tierras comunales y tierras comunitarias
de origen por iniciativa de sus titulares, no requiere planes específicos de rehabili-
. tación. Su realización será certificada por la instancia municipal correspondiente,
para los efectos del párrafo I del artículo 32 de la Ley.
En todos los casos de plantaciones forestales o agroforestales en tierras propias, la
implantación confiere a su titular la propiedad del vuelo forestal desde el momen-
to de su implantación. Conforme al párrafo I del artículo 32º de la Ley, estas áreas
no están sujetas al impuesto a la propiedad inmueble agraria.
5. Incentivos
Toda persona individual o colectiva que se dedique a la rehabilitación forestal de
tierras degradas, siempre que cumpla un plan aprobado de rehabilitación, podrá
beneficiarse de los siguientes incentivos:
• Descuento de la patente forestal de 100% cuando la rehabilitación se efectúe en
tierras degradadas -alto y medio-, 90% en las tierras de degradación baja y
80% en tierras con bosques degradados
• Obtención del derecho de propiedad de las tierras rehabilitadas, siempre que
sean fiscales; se tramitara ante el INRA previa certificación de cumplimiento
por la superintendencia forestal.
• Descuento de hasta un 10% del monto anual del impuesto a las utilidades de
las empresas, que se desembolsara para la rehabilitación.
• Asistencia técnica e insumos especializados para los trabajos de rehabilitación.
204
Luis Arratia
6. Tierras de inmovilización
Son declaradas por causa de interés nacional o en virtud de que el nivel de evalua-
ción con que se cuenta no permite su clasificación definitiva, pero poseen un poten-
cial forestal probable, que amerita su inmovilización en tanto se realicen nuevos es-
tudios. La declaración se realiza a solicitud del ministerio del ramo, acompañada de
un estudio de evaluación preliminar del potencial probable del área, su estado de
conservación, principales factores de riesgo que lo afectan, los derechos adquiridos
o consuetudinarios que deben salvarse y sus respectivas limitaciones, así como las
medidas transitorias especiales que deban incluirse en la declaratoria y, en su caso,
el plazo de vigencia. La evaluación preliminar deberá incluir un mapa acorde con
el sistema cartográfico nacional.
La única actividad permitida en las tierras de inmovilización es la protección; ex-
cepcionalmente se permite la explotación forestal, incluida la recolección de casta-
ña y actividades similares de escaso impacto ambiental, cuando su concesión a la
declaratoria de inmovilización, siempre y cuando tenga plan de manejo forestal.
Tampoco el Instituto Nacional de Reforma Agraria puede realizar dotaciones o ad-
judicaciones con excepción de las que correspondan a los pueblos originarios sobre
sus Tierras Comunitarias de Origen. El plazo de la inmovilización será de cuatro
años como máximo, salvo que la declaratoria establezca y justifique un plazo espe·
cial. El Poder Ejecutivo puede prorrogar el plazo por causa debidamente justifica-
da.
205
3
DERECHOS Y OBLIGACIONES FORESTALES
Uno de los principios de régimen forestal es el dominio originario del Nación sobre
sus recursos forestales y es el Estado que -en razón del desarrollo y las necesidades
socioeconómicas del país- transfiere a favor de los bolivianos el uso y aprovecha-
miento de los recursos forestales. A esta relación jurídica de beneficiarios o conce-
sionarios con el Estado, para obtener el privilegio de la explotación forestal, se de-
nominan derechos forestales.
Los derechos de aprovechamiento forestal sólo se adquieren por otorgamiento del
Estado conforme a Ley Forestal y se conservan en la medida en que su ejercicio con-
lleve las obligaciones de protección y utilización sostenible de los bosques y tierras
forestales y el pago de patente por aprovechamiento.
1. Derechos Forestales
Ley forestal establece las siguientes clases de utilización forestal:
• Concesión forestal en tierras fiscales;
• autorización de aprovechamiento en tierras de propiedad privada;
• permisos de desmonte.
206
Luis Arratia Jiménez
207
Derecho Agrario
Las asociaciones sociales del lugar para poder acceder a las concesiones deben cum-
plir con los siguientes requisitos:
a) Poseer objeto propio de existencia basado en una función económico social o
territorial común a sus miembros, acreditada por personalidad jurídica.
b) Poseer una antigüedad comprobada de 5 años como mínimo al momento de
la solicitud.
e) Residencia efectiva de los miembros de la agrupación en el Municipio.
d) Poseer un mínimo 20 miembros.
Las áreas con recursos de castaña, goma, palmito y similares serán concedidas con
preferencia a las asociaciones sociales del lugar, usuarios tradicionales y comunida-
des campesinas. La Superintendencia Forestal otorgará concesiones sin necesidad
de licitación por el monto mínimo de la patente forestal. Para ambas concesiones,
es imprescindible elaborar un plan de manejo como el principal instrumento de
gestión forestal.
208
Luis Arratia liménez
Contrato subsidiario
El contrato subsidiario es el acuerdo de voluntades suscrito por un tercero con el ti
tular del derecho forestal para el aprovechamiento de recursos distintos a los apro-
vechados por éste, con conocimiento y aprobación de la Superintendencia Forestal.
De acuerdo con la Ley 1700, artículo 29, parágrafo 1, para la utilización de determi-
nados recursos forestales no incluidos en el plan de manejo de concesionarios por
parte de terceros, el concesionario podrá suscribir contratos subsidiarios mante-
niendo el concesionario la responsabilidad de la totalidad del área otorgada. Para
la procedencia de los contratos subsidiarios, el titular deberá obtener certificación
de «libre de cargos» y libramiento de viabilidad. No podrán suscribir contratos sub-
sidiarios los extranjeros ni los funcionarios públicos vinculados al sector forestal de
acuerdo a los artículos 39 y 40 de la Ley Forestal.
Los contratos subsidiarios deberán ser celebrados mediante escritura otorgada an-
te Notario de Fe Pública y deberán ser aprobados por la Superintendencia Forestal.
De acuerdo con el artículo 78, parágrafo VI, para los contratos subsidiarios que se
celebren por los pueblos y comunidades indígenas rigen las siguientes condiciones:
• Sólo procederán los contratos subsidiarios voluntariamente suscritos.
• La decisión de celebrar el contrato debe ser del total conocimiento y la entera
disposición del pueblo o comunidad y no contravenir sus usos y costumbres.
• La agrupación debe tener participación en los organismos ejecutores del con-
trato que tienen capacidad de decisión.
• El pueblo o comunidad tiene que tener participación en los beneficios de por
lo menos 50%.
• El plazo máximo de un contrato subsidiario es de 10 años.
• El titular del contrato subsidiario deberá contratar mano de obra exclusiva-
mente del pueblo o comunidad y desarrollar procesos de calificación de mano
de obra.
Permisos de desmonte
Es el acto de derribar y desalojar la vegetación arbustiva y arbórea y después de que
esta obtiene un grado de desecación proceder a eliminarla generalmente usando
fuego o por degradación orgánica, para dedicar el terreno despejado para activida-
Luis Arralia Jiménez
2. Obligaciones forestales
Los beneficiarios del aprovechamiento forestal, de acuerdo con la Ley 1700 y su Re-
glamento, tienen la obligación de elaborar un plan de manejo forestal, pagar las co-
rrespondientes patentes forestales y sujetarse a las limitaciones, prohibiciones y
condiciones del ejercicio de los derechos forestales, tales como la caducidad y la re-
vocatoria.
211
Derecho Agrario
Plan de manejo
El plan de manejo es un requerimiento esencial para todo tipo de utilización fores-
tal, es requisito indispensable para el ejercicio legal de las actividades forestales,
forma parte integrante de la resolución de concesión, autorización o permiso de
desmonte y su cumplimiento es obligatorio. El plan de manejo debe contener, un in-
ventario forestal, el plan general de manejo propiamente dicho y un plan operativo
anual forestal.
El inventario forestal
Es un sistema de recolección y registro cuantitativo y cualitativo de los árboles que
conforman el bosque, para la elaboración del plan de manejo, sobre la base de mé-
todos apropiados y confiables. Es la cuantificación y calificación de las especies fo-
restales arboreas, regeneración natural, así como la regeneración natural de la bio-
diversidad. Este inventario debe elaborarse nuevamente cada 10 años.
Programa de abastecimiento
El programa de abastecimiento tiene por objeto establecer los criterios técnicos y
procedimientos a seguirse en la elaboración, aprobación, implementación, segui-
miento y control del abastecimiento y procesamiento de materia prima, a fin de que
cumplan real y efectivamente su objetivo de garantizar que todos los productos fo-
restales que lleguen a los centros de procesamiento provengan de bosques maneja-
dos, en su caso, de desmontes debidamente autorizados, y que el procesamiento
primario se efectúe mediante las tecnologías ambientalmente más recomendables.
que estén disponibles en el mercado y que sean económicamente accesibles.
A este objeto la autoridad competente establecerá los respectivos mecanismos de
control desde el bosque hasta los centros de procesamiento, mediante sistemas de
siguimiento físico y en documentos, de fácil comprobación, así como las respectivas
normas técnicas de medios y prácticas sostenibles de procesamiento primario, in-
cluyendo aserradores y barracas. De acuerdo con el artículo 27 parágrafo lII de la
213
Derecho Agrario
Patente forestal
Según el Diccionario Jurídico Cabanellas, patente es el permiso gubernamental para
el ejercicio de ciertos comercios o industrias mediante el pago de la cuota o derecho
para ello señalado. Por consiguiente, el otorgamiento de patentes no significa im-
puestos, sino, más bien, es una autorización, un permiso que concede el gobierno
para la explotación y desarrollo de una actividad, en este caso, el aprovechamiento
forestal.
De acuerdo con el artículo 36 de la Ley 1700, se establecen en favor del Estado, las
siguientes patentes por la utilización de los recursos forestales, tomando la hectárea
como unidad de superficie:
• Patente de aprovechamiento forestal: Es el derecho que se paga al Estado para la
utilización de recursos forestales, calculado sobre el área aprovechable de la conce-
sión establecida por el plan de manejo.
• Patente de desmonte: Es el derecho que se paga al Estado por concepto de permi-
sos de desmonte.
Limitaciones legales
Son las condiciones limitantes a los derechos de propiedad, uso y aprovechamien-
to de los recursos naturales renovables impuestas por el Estado conforme a Ley en
razón de su conservación y uso sostenible, que no conllevan la obligación de inde-
minizar por ser inherentes a la función social de la propiedad y al dominio'origina-
rio del Estado
De acuerdo con el artículo 6 del Reglamento, los planes de ordenamiento territorial,
la clasificación de tierras por su capacidad de uso mayor, sus equivalentes a nivel
de regiones, cuencas y subcuencas hidrográficas, así como los planes de ordena-
miento predial y planes de manejo forestal, una vez aprobados, son instrumentos
de cumplimiento obligatorio y constituyen limitaciones legales al derecho de pro-
piedad, uso y aprovechamiento emergentes de la función social de la propiedad y
del dominio originarios del Estado sobre los recursos naturales.
Revocatoria
Es la terminación de un derecho forestal por causa de utilidad pública previa in-
demnización, a diferencia de la revocatoria por sanción. La revocatoria forzosa, de
acuerdo con el artículo 9 del Reglamento, sólo se puede indemnizar, o reubicar o
compensar áreas si fuere factible y las partes así la convienen, en la medida de que
la afectación implique un daño cierto, efectivo, individualizado, actual y cuantifica-
ble económicamente. El proceso de revocatoria por causa de utilidad pública sólo
podrá ser autorizado mediante Decreto Supremo, precedido del correspondiente
estudio técnico que justifique suficientemente:
a) La causa de utilidad pública que se invoca
b) Los alcances específicos y necesarios de la afectación a declararse
e) Los daños emergentes a originarse y la estimación de la correspondientes in
demnización justipreciada, incluyendo los criterios empleados para determi-
narlos y la identificación de la fuente de financiamiento o, en su caso, la viabi-
lidad del mecanismo compensatorio propuesto.
216
Lui; Arra/in /iménez
Caducidad
Es la extinción del Derecho a la concesión forestal por innacción del titular en un
plazo perentorio o incumplimiento del Plan de Manejo Forestal. La caducidad de la
concesión forestal y consecuente reversión procede por las siguientes causales:
a) Cumplimiento del plazo.
b) Transferencia de la concesión a terceros sin haber cumplido los procedimien-
tos establecidos en el Reglamento.
c) Revocatoria de la concesión y consecuente reversión a favor del Estado, con-
forme a las disposiciones legales.
d) Cambio de uso de la tierra forestal.
e) Falta de pago de la patente forestal.
f) Incumplimiento del Plan de Manejo que afecten elementos esenciales de pro-
tección y sostenibilidad.
g) Incumplimiento de las obligaciones contractuales sujetas a revocatoria.
Rigen para la caducidad de las autorizaciones de aprovechamiento forestal en tie-
rras de propiedad privada, las causales antes descritas en cuanto sean aplicables.
Prohibición de concesión
Las prohibiciones establecidas en la legislación forestal tienen dos objetivos, en pri-
mer lugar, normar para que los funcionario públicos, vinculados al sector forestal,
aprovechando de la autoridad que ejercen, no se favorezcan con la explotación fo
restal; por otra parte, bajo el principio de soberanía, también dispone la prohibición
a los extranjeros de beneficiarse con la concesión forestal dentro de los 50 km. de
franja de seguridad de las fronteras. Los artículos 39 y 40 de la Ley Forestal dispo-
217
Derecho Agrario
Prohibiciones a extranjeros
Las personas individuales o colectivas extranjeras no podrán obtener bajo ningún
título derechos forestales dentro de los cincuenta kilómetros de las fronteras.
Delitos forestales
El artículo 42 de la Ley Forestal dispone que son delitos forestales los siguientes
Delitos de falsedad material e ideológica, falsificación de documento privado y uso
de documento falsificado; especialmente, cuando se falsificare o usare los docu-
mentos que forman parte de los instrumentos de gestión forestal, tales como las
concesiones, autorizaciones, y permisos, establecido en los planes de manejo, estos
documentos son de carácter público.
Constituyen circunstancias agravantes los delitos tipificados en el párrafo anterior,
cuando los actos de falsedad material o ideológica, o el uso de instrumentos falsifi-
cados, estén referidos al Plan de Manejo y sus instrumentos subsidiarios, progra-
mas de abastecimiento de materia prima, declaraciones juradas, informes y docu-
mentos de los profesionales y técnicos forestales, pliegos de cargo y recomendacio-
nes de las inspecciones forestales, informes y dictámenes de auditorías forestales v
demás instrumentos establecidos por la presente ley y su reglamento.
También constituyen delitos de resistencia a la autoridad, desobediencia e impedi-
mento o estorbo al ejercicio de funciones, tipificados en los artículos 159º, 160º y 161
del Código Penal, según correspondan, los actos de ejercidos contra los inspectores
y auditores forestales debidamente acreditados por la autoridad competente y el in-
cumplimiento de las resoluciones de la autoridad forestal, de 1 os pliegos de cargos
y recomendaciones de las inspecciones y de los informes y dictámenes de auditoría
debidamente validados.
También constituye delito forestal el incendio tipificado por el Art, 206 del Código
Penal; la Ley Forestal dispone que son circunstancias agravantes del delito de in-
cendio, cuando la quema de áreas forestales se efectúe sin la debida autorización o
sin observar las regulaciones sobre quema controlada o se afecten tierras de protec-
ción, producción forestal o inmovilización o áreas protegidas.
Constituyen actos de destrucción y deterioro de bienes del Estado y la riqueza na-
cional tipificados en el artículo 223 del Código Penal, la tala o quema de la cobertu-
ra boscosa aptas para otros usos sin la autorización de la autoridad competente o
sin cumplir las regulaciones de la materia, así como el incumplimiento del Plan de
Manejo en aspectos que afecten elementos esenciales de protección y sostenibilidad
del bosque.
Constituye acto de sustracción tipificado en el artículo 223 del Código Penal la uti-
lización de recursos forestales sin autorización concedida por la autoridad compe-
tente o fuera de las áreas otorgadas, así como su comercialización.
219
4
USO Y APROVECHAMIENTO
DE RECURSOS HÍDRICOS
l. Antecedentes
El florecimiento de las civilizaciones ha dependido en gran medida de la provisión
de agua. La misma ha sido sabiamente utilizada por diferentes culturas para la
agricultura, el consumo humano y el nacimiento de la industria, para ello, se han
construido canales, tomas, represas y otros.
En el incario el agua tenía connotaciones rituales y era sagrada, su distribución es-
taba ligada a la tierra, ésta era asignada a cada ayllu, familia o persona del conjun-
to de otros recursos naturales (agua, árboles, pastos y otros) disponibles en el terri-
torio.
Las culturas andinas eran conscientes de la fragilidad del ecosistema habitado por
ellas. Este hecho se puede reconocer por el enorme legado de la cultura hidráulica
desarrollada en diversas zonas de la geografía ocupada por quechuas y aymaras
(Alem, 1992:25)
El régimen de derechos sobre el agua en Bolivia no tiene una marco jurídico claro,
hasta el presente se han elaborado 32 proyectos de ley que no han sido aprobados.
Los distintos conflictos por el agua a raíz de esta legislación poco clara y contradic-
toria han sido uno de los principales generadores de un movimiento de regantes
compuesto principalmente por agricultores organizados alrededor de sistemas de
riego.
El año 2000, se suscribió un contrato de privatización de agua potable con la com-
pañía Bechtel Interpreses de San Francisco EEUU. Dicha empresa, para mejorar su
rentabilidad, incrementó las tarifas de agua potable, lo que causó un fuerte descon-
220
Luis Arratia Jiménez
2. Marco Jurídico
Nuestro ordenamiento jurídico tiene como pilar fundamental la Constitución Polí-
tica del Estado, la misma que estable en su artículo 136:
Son de dominio originario del Estado, además de los bienes a los que la Ley da
esa calidad, el suelo y el subsuelo con todas sus riquezas naturales, las aguas la-
custres, fluviales y medicinales, así como los elementos y fuerzas físicas suscep-
tibles de aprovechamiento.
Por su parte el artículo 170 de la CPE dice: «El Estado regulará el régimen de explo-
tación de los recursos naturales renovables precautelando su conservación e incre-
mento».
El artículo 36 de la Ley 1333 de Medio Ambiente dispone que las aguas en todos
sus estados son de dominio originario del Estado y constituyen un recurso natural
básico para todos los procesos vitales. Su utilización tiene relación e impacto en to-
dos los sectores vinculados al desarrollo, por lo que su protección y conservación es
tarea fundamental del Estado y la sociedad.
Las leyes especializadas que regulan los recursos hídricos en nuestro país son: El
Reglamento de aguas, aprobado mediante Ley de 26 de octubre de 1906, la Ley 2066
de 11 de abril de 2000, la Ley 2878 de Promoción y Apoyo al Sector Riego para la
producción Agropecuaria, la Ley 1333 del Medio Ambiente, el Reglamento a la Lev
de Medio Ambiente del 8 de diciembre de 1995.
Hasta el momento no se ha consensuado la implementación de una Ley de Aguas,
que sustituya el Reglamento de Aguas, aprobado mediante Ley de 26 de octubre de
1906, dejando un vacío legal.
221
Derecho Agrario
222
Luis Arratia fiménez
Objeto
Tiene por objeto regular el aprovechamiento sostenible de los recursos hídricos, en
las actividades de riego para la producción agropecuaria y forestal; establece el
marco institucional, regulatorio y de gestión de riego; y otorga y reconoce derechos,
establece obligaciones y procedimientos para la resolución de conflictos, garantiza
la seguridad de las inversiones comunitarias, familiares, públicas y privadas.
Ámbito de aplicación
• Actividades relacionadas con uso y aprovechamiento del agua para riego;
• Infraestructura e inversiones relacionadas con el riego;
• Rol y funciones de instituciones públicas y privadas del sector riego en el terri-
torio nacional.
Marco institucional
Participan del marco institucional las siguientes Instituciones públicas: Ministerio
de Asuntos Campesinos y Agropecuarios, Ministerio de Desarrollo Sostenible, Pre-
fecturas y Gobiernos Municipales. Cuyas atribuciones son de gestión, organización,
planificación, control, elaboración, desarrollo, coordinación y apoyo a planes y po-
líticas en la gestión de riego.
223
Derecho Agrario
Recursos financieros
Las actividades del SENARI se financian por medio de:
a) Recursos del Tesoro General de la Nación
224
Luis Arratia liménez
Atribuciones
Sus atribuciones son de carácter propositivo, así como de aprobación de planes v
programas de riego.
225
Derecho Agrario
Objeto
La Ley 2026 tiene por objeto establecer normas que regulan la prestación y utiliza-
226
Luis Arratin /iménez
Saneamiento básico
Comprende los servicios de: agua potable, alcantarillado sanitario, deposición de
excretas, residuos sólidos y drenaje pluvial.
Principios
Los principios que rigen la prestación de los servicios de agua potable y alcantari-
llado sanitario son:
a) Universalidad de acceso a los servicios
b) Calidad y continuidad en los servicios, congruentes con políticas de desarro-
llo humano
e) Eficiencia en el uso y en la asignación de recursos para la prestación y utiliza·
ción de los servicios
d) Reconocimiento del valor económico de los servicios, que deben ser retribui-
dos por sus beneficiarios de acuerdo con criterios socioeconómicos y de equi-
dad social.
e) Sostenibilidad de los servicios
D Neutralidad de tratamiento a todos los prestadores y usuarios de los servi
cios, dentro de una misma categoría
g) Protección del medio ambiente
Marco institucional
Las instituciones públicas que tienen tuición en los servicios de agua potable y al-
cantarillado sanitario son: El Ministerio de Vivienda y Servicios Básicos, Ministerio
de Desarrollo Sostenible y Planificación, Prefecturas y Gobiernos Municipales
La Prefectura
Elaborar planes y programas de expansión de servicios de agua potable y alcanta-
rillado sanitario, fomentar la asociación de asentamientos humanos para la presta-
ción conjunta de servicios de agua potable o alcantarillado sanitario y brindar asis-
tencia técnica a las entidades prestadoras de servicios de agua potable o alcantari-
llado sanitario.
Gobiernos M11nicipales
Asegurar la provisión de servicios de agua potable y alcantarillado sanitario a tra-
vés de las concesionarias
• Coadyuvar en la evaluación y seguimiento de las entidades prestadoras de
servicios
• Efectuar el cobro de tasas determinadas mediante reglamento y aprobadas
conforme a ley cuando presten en forma directa alguno de los servicios de
agua potable o alcantarillado sanitario.
Órganos reguladores
Las funciones de la Superintendencia de Saneamiento Básico son:
• Otorgar concesiones y licencias para la prestación de servicios de agua pota-
ble y alcantarillado sanitario;
• Declarar y disponer la revocatoria de las concesiones;
228
lHis Arratin Jiménez
Concesiones
La concesión es una acto administrativo por el cual la Superintendencia de Sanea-
miento Básico, a nombre del Estado boliviano, otorga a una EPSA el derecho de
prestar los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario.Las concesiones y
licencias son otorgadas por la Superintendencia de Saneamiento Básico y pueden
participar entidades privadas y organizaciones no gubernamentales
Los prestadores de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario tienen la
obligación de garantizar la calidad de los servicios que reciben los usuarios, garan-
tizar la no discriminación en la prestación del servicio y la protección del medio am-
biente.
Todas las EPSA deben solicitar concesión a la Superintendencia de Saneamiento Bá-
sico, sin cuyo requisito no pueden prestar el servicio respectivo, sin embargo, esta
229
Derecho Agrnrio
regla no es obligatoria para los Comités de Agua Potable, cooperativas y juntas ve-
cinales.
Por otro lado, se exceptúa del requerimiento de obtener Concesión a las EPSA y los
gobiernos municipales que presten servicios en zonas no concesibles. La concesión
de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario se otorga por un plazo
máximo de 40 años de acuerdo con Reglamento y se otorgan mediante licitación pú-
blica nacional o internacional.
Licencias
Es un acto administrativo por el cual la Superintendencia de Saneamiento Básico
certifica que una EPSA o un gobierno municipal que presta servicios de Agua Pota-
ble y alcantarillado Sanitario cumple con los requisitos que rigen para las tarifas, ta-
sas o cuotas y es elegible para acceder a proyectos y programas gubernamentales
del sector.
La licencia otorga seguridad jurídica· a las organizaciones sociales titulares de la
misma y es un requisito para acceder a los proyectos y programas gubernamenta·
les del sector.
Registros
Es un acto administrativo mediante el cual la Superintendencia de Saneamiento Bá-
sico certifica que la EPSA correspondiente a los pueblos indígenas y originarios, co-
munidades indígenas y campesinas, asociaciones y sindicatos campesinos presta el
servicio de Agua Potable y es elegible para acceder a proyectos y programas guber-
namentales del sector.
Son objeto de registro los servicios de agua potable y alcantarillado sanitario perte-
necientes a los pueblos indígenas y originarios, a las comunidades campesinas, a las
asociaciones, organizaciones y sindicatos campesinos que funcionan según usos y
costumbres.
El registro ante la Superintendencia de Saneamiento Básico o ante la institución de-
legada por la misma garantiza la seguridad jurídica de sus titulares y tiene vigen-
cia durante la vida útil del servicio. El registro se realiza de manera colectiva, gra-
tuita y expedita no se admite a personas naturales en forma individual.
230
Luis Arrntia liménez
Fuente de agua
El uso y aprovechamiento de las fuentes de agua para la prestación de los servicios
de agua potable por parte de los pueblos indígenas y originarios, las comunidades
campesinas, las asociaciones, organizaciones, sindicatos campesinos se reconocen,
respetan y protegen según el artículo 171 de la Constitución Política del Estado.
Seroidumbre
Las EPSA en ejercicio de la prestación las actividades relacionadas con la prestación
de servicios de agua potable tienen derecho a obtener las servidumbres necesarias
para el cumplimiento de sus objetivos. La imposición de servidumbres respetará el
patrimonio cultural de la nación en materia de urbanismo.
Expropiación
Cuando el prestador de servicios de Agua Potable o Servicios de Alcantarillado Sa-
nitario que no llegue a un acuerdo con el propietario del suelo sobre el uso, aprove-
chamiento, precio o extensión del terreno necesario para la realización de obras o
instalaciones para la prestación de los servicios, podrá solicitar la expropiación de
las superficies que requiera, previa indemnización.
231
Derecho Agrario
232
Luis Arratia fiménez
233
IV
DERECHO AGRARIO
1
DERECHO AGRARIO
237
Derecho Agrario
nes mismas de la concesión que había sido hecha al labrador, por las servidumbres
que sobre él pesaban, por los censos que tenía que pagar el propietario superior, por
la imposibilidad de enajenar sin la autorización de éste. Este sistema que, durante
muchos siglos, ha servido de fundamento a la constitución social y política de Eu-
ropa, bajo el nombre de régimen feudal, ha dejado rastros hasta hoy día en muchos
países.
5º El desarrollo del individualismo y de la igualdad civil, la supresión del siste-
ma feudal, señaladamente en los países que han sufrido la influencia de la Revolu-
ción Francesa de 1789, han traído una quinta fase, la misma que se ha realizado en
nuestro tiempo: la constitución definitivamente de la propiedad. Sin embargo, aún
en ese caso, esa propiedad agraria, tal como está constituida, por ejemplo en el Có-
digo Civil, no es del todo idéntica a la propiedad mobiliaria: de ésta difiere por nu-
merosos caracteres; pero el rasgo distintivo lo constituyen las dificultades impues-
tas al derecho de enajenación, adquisición y conservación. Basta con recordar la ina-
lienabilidad de las propiedades agrarias declaradas por ley de patrimonio familiar,
o las propiedades colectivas de pueblos indígenas; o la indivisibilidad de la propie-
dad agraria.
·· 6º No quedaba más para asimilar por completo la propiedad agraria a la propie-
dad mobiliaria, y marcar así el último término de esta evolución, queda una sola
etapa que recorrer: la movilización de la propiedad agraria, es decir, la posibilidad,
para todo individuo, no sólo de poseer la tierra, sino aun de disponer de ella con la
misma facilidad que de un objeto mobiliario cualquiera. Este último paso fue dado
en un país nuevo, en Australia, por el célebre sistema conocido bajo el nombre de
sistema Torrens, el cual transforma el derecho de propiedad sobre la tierra en sim-
ples asientos en un registro, permitiendo así al propietario poner, en cierto modo
su tierra en cartera bajo la forma de una hoja de papel, y traspasarla de una perso-
na a otra, casi con la misma facilidad que una letra de cambio.
Parece que queda otra etapa: la constitución de empresas agrícolas bajo la forma de
una sociedad anónima, cuya propiedad de la tierra esté representada por una ac-
ción, es decir, por un título nominal o, quizá, al portador.
La conclusión que se desprende de esta rápida revista es, pues, que la propiedad
agraria ha evolucionado progresiva y constantemente de la forma colectiva a la for-
ma individual y tiende aproximarse cada vez más a la propiedad de las cosas mo-
biliarias y de los capitales, hasta confundirse con ésta, sin embargo, también hay un
resurgimiento de las formas de propiedad colectiva, especialmente, en nuestro país,
donde se reconocen los derechos de los pueblos originarios a sus tierras comunita-
rias de origen o de las comunidades campesinas a sus tierras comunarias tituladas
colectivamente.
239
Derecho Agrario
240
Luis Arratin Jiménez
242
Luis Arratia Jinzénez
portantes dimensiones: resulta ser hecho, valor y norma, a la vez, y siendo éstos los
tres aspectos del mismo objeto del conocimiento; el método debe ser el adecuado,
es decir, conviene utilizar un método que sea fáctico, axiológico y jurídico a la vez.
En la epistemología jurídica el objeto se desdobla en dos: el objeto material y el ob-
jeto formal. Dentro del material el derecho agrario debe ubicarse en los hechos y los
valores. Dentro de los primeros está la actividad agraria. El objeto formal está cons-
tituido por el conjunto normativo agrario. Como el objeto y el método constituyen
un canal de doble vía la agrariedad ha de encontrarse tanto en el objeto material de
los hechos como en el sustrato del objeto formal.
244
Luis Arratia Jiménez
grar un conocimiento más real y profundo del complejo conjunto del nuevo siste-
ma.
En el futuro, seguramente, seguirán surgiendo fenómenos transversales como el re-
presentado por el ambiente o el desarrollo, o incluso el del mejoramiento de los sis-
temas de administración de justicia, por ser propios de los derechos humanos, o
movimientos similares a la internacionalización de los mercados con impacto en el
consumo. Estas grandes transformaciones con impacto en todo el ordenamiento,
influyen, necesariamente, en el agrario para redimensionarlo pero no para negarlo
o destruirlo.
No se desnaturaliza el agrario en sus múltiples y complejas relaciones de interde-
pendencia con el Derecho Civil, el Laboral o el Comercial, sobre todo respecto de
una serie de institutos vinculados desde los orígenes mismos en el Derecho roma-
no, en tanto no se sumen a éste figuras o normas antagónicas, o se incurra en el
error metodológico de no darle la interpretación adecuada.
Como sujetos agrarios de este tipo se pueden mencionar, en primer término, a las
Comunidades indígenas, comunidades campesinas, pueblos originarios, cooperati-
vas agrarias, las asociaciones agrarias y empresas agropecuarias.
Dentro de los sujetos de existencia ideal, el Estado desempeña un papel fundamen-
tal, por ser la persona jurídica que representa a al sociedad organizada políticamen-
te. Se trata de una persona jurídica pública cuyas funciones y atribuciones consis-
ten en realizar el bienestar de la comunidad en general.
El Estado puede ser considerado como sujeto público en función de las actividades
que realiza. No se trata de afirmar que el Estado sea un sujeto agrario, sino que por
las actividades agrarias que desempeña, a través de sus poderes y de sus órganos
específicos, debe ser considerado, a los efectos de la sistematización, como sujeto
agrario público.
2. Según el tipo de actividad que desarrollan los sujetos agrarios pueden ser pro-
ductores y no productores.
Son sujetos productores los que desempeñan una actividad agraria productiva o
que la dirigen personalmente ya se trate del cultivo del suelo, la cría y el cuidado
de animales y la forestación, incluida la explotación forestal que lleva aparejada
Los sujetos productores son los sujetos agrarios de mayor relevancia ya que ellos
personifican al agricultor o al ganadero en sentido amplio. Nuestra legislación re·
conoce como sujetos agrarios a los campesinos, colonizadores, indígenas y empn··
sarios.
Los sujetos no productores, que pueden calificarse de agrarios, son aquellos que
realizan funciones de protección, contralor y fomento de la actividad agraria o que
ejercen la actividad agraria por razones de interés público rural. Importa tener pre·
sente que tales órganos aseguran, de un modo u otro, la actividad productiva.
3. Según la categoría de su status, los sujetos agrarios pueden ser independientes
o empresarios y dependientes o auxiliares.
Los primeros son los que asumen la responsabilidad plena de las tareas o actos in-
herentes a la actividad agraria productiva que desarrollan en sus fundos por sí o
por medio de representantes. El sujeto agrario independiente o empresario puede ser ca·
lificado como tal en cualesquiera de los niveles económicos a los que pueda perte-
necer el fondo agropecuario que posea. Se entiende aquí por fundo agropecuario .1
la organización productora agraria integrada por bienes y servicios dirigidos por
una persona que recibe el calificativo de .sújeto agrario empresarial o independien-
te. Los sujetos agrarios auxiliares son las personas dependientes del sujeto agrario
principal o sea toda persona que trabaja o presta servicios en relación de dependen-
cia y que actúa por representación o por subordinación al sujeto agrario indepen-
247
Derecho Agrario
diente. En esta clase de sujetos agrarios se pueden incluir varios tipos diferentes: su-
jetos agrarios auxiliares permanentes y los sujetos agrarios auxiliares transitorios.
4. Sujeto agrario público. El Estado por el hecho de desempeñar funciones de ín-
dole agraria y ejercer atribuciones de protección fomente y control de la actividad
agraria realizada por los sujetos agrarios en general puede ser denominado sujeto
agrario público.
El Estado actúa por medio del gobierno que constituye la suma de los tres poderes
fundamentales: El legislativo que sanciona las leyes y entre las cuales figura las le-
yes agrarias; el poder administrador o ejecutivo que hace cumplir las leyes agrarias
y sus reglamentaciones por medio de sus órganos competentes; y el poder jurisdic-
cional que aplica las leyes agrarias por medio de los tribunales competentes en ma-
teria agraria.
Capacidad
Se entiende por capacidad agraria, la aptitud jurídica para celebrar actos jurídicos
agrarios, lo que equivale a decir que es la aptitud para adquirir derechos o contraer
obligaciones agrarias. La capacidad constituye una emanación de la personalidad
jurídica agraria, con la cual se halla íntimamente vinculada.
Puede considerársela como algo potencial o, en otras palabras, como una propiedad
o condición para adquirir derechos o contraer obligaciones agrarias, independien-
temente de la mayor o menor extensión que esa capacidad virtual pueda implicar
en las diversas personas y ante los distintos actos propios de la actividad jurídica
agraria
La capacidad o incapacidad de los sujetos agrarios depende de la ley agraria posi-
tiva.
248
Luis Arratia Jíménez
Son capacidades de derecho en la legislación agraria las que las leyes otorgan para
adquirir tierras, para explotar bosques, para utilizar aguas públicas, para acogerse
a prórrogas legales en los contratos agrarios o a los beneficios de inembargabilidad
de ciertos bienes, etc.
249
Derecho Agrario
fomento de la actividad agraria; de ahí que a medida de que las exigencias legales
sean mayores, en razón de la necesidad de incrementar la producción agropecuaria
o de defender los recursos naturales renovables, o bien lograr una más equitativa
distribución de los beneficios obtenidos del trabajo agropecuarios o de defender los
recursos naturales renovables, o bien de lograr una más equitativa distribución de
los beneficios obtenidos del trabajo agropecuario, irán sensiblemente aumentando
las incapacidades agrarias de derecho y de hecho.
Domicilio
El domicilio es el asiento jurídico de la persona, el lugar donde se supone que se ha-
llará siempre para todos los efectos legales.
El domicilio en Derecho Agrario constituye un medio de ubicación jurídica de la
persona y una condición para delimitar el status legal del agricultor. Puede com-
prenderse la ratio iuris de esta imposición, si se tiene en cuenta que el arraigo del
hombre en la tierra y su estabilidad económica constituyen uno de los propósitos
fundamentales de la legislación agraria.
Entre los requisitos que la Reforma Agraria exige a los agricultores aspirantes de
predios, es el que hayan residido o residan en áreas rurales; y entre las obligaciones
que se imponen en la adjudicación de tierras para colonización, figura siempre la
de fijar su residencia en el predio. Ello es obvio, porque si lo que se pretende con tal
legislación es radicar los agricultores en la tierra es comprensible que la ley esta-
blezca como presunción legal que el domicilio de un agricultor se halle en el predio
donde vive con su familia y donde trabaja.
Pero, la cuestión inherente al domicilio llega a tener mayor importancia todavía,
cuando la presunción legal se desvirtúa por la comprobación de que el agricultor
no vive en el fundo, en cuyo caso, la omisión de tal requisito puede originar la cau-
sa de caducidad o reversión de la tierra.
En todos aquellos casos en que los propietarios no tienen sus domicilios en el pre-
dio, la presunción legal puede originar la calificación de abandono y ello llegar a ser
una agravante en la expropiación del fundo.
Para el Derecho Agrario, el domicilio legal es el lugar donde la ley agraria presume
sin admitir prueba en contrario que una persona reside de manera permanente pa-
ra el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de sus obligaciones agrarias, aunque
de hecho no esté allí de modo permanente. El domicilio legal es forzoso y por tal
motivo la ley presume que la persona reside en tal lugar. Para el Derecho Agrario
el sujeto agrario principal tiene su domicilio en el lugar donde debe realizar sus ac-
tividades agrarias, salvo que éstas fueran temporarias o periódicas.
250
2
INSTITUTOS DEL DERECHO AGRARIO
El estudio del Derecho Agrario, a partir de los institutos, rompe con la línea clásica
de buscar los anhelados principio generales. Sugiere comenzar a construir la disci-
plina a través de institutos, el esfuerzo científico tiene la finalidad de estudiar uno
a uno absolutamente todos los que puedan tener ese carácter, su estudio permitirá
ubicar el fundamento mismo de la disciplina y, sobre todos, encontrar a través su-
yo unos principios, no como los buscados, generales, universales para cualquier
época y circunstancia, sino otros, más específicos, pero mucho más profundos, ba-
se luego para estructurar el sistema entero. (Zeledón 2001: 121).
Se trata de un uso alternativo del método clásico, en vez de partir de lo general ha-
cia lo particular, como siempre se intentó, ahora se partirá de los institutos, ubica·
dos en la base del sistema para llegar a la cúspide. Se trata de una construcción de
abajo hacia arriba, de la parte al todo.
Definición:
«El instituto jurídico es la base para asentar el fundamento del sistema. Es el con·
junto de determinaciones normativas agrupadas bajo el influjo de un objetivo supe-
rior propio de las normas singulares llamadas a conformarlo. Estas determinacio-
nes no todos emanan del ordenamiento estatal. Son creaciones plásticas representa-
tivas de la condensación de determinados contenidos espirituales del derecho con
fragmentos de la realidad económica y social. Si bien son producto del arbitrio de
un acto legislativo, preexisten al mismo legislados, pues siempre hay una idea su-
ya cuya representación es un núcleo de sedimentación vinculada a expresiones au-
251
Derecho Agrario
La propiedad agraria
La propiedad agraria presenta características diferenciales con referencia a la pro-
piedad en general. La propiedad agraria está presente y es relevante en la medida
en que hace de soporte a la actividad agraria, y de acuerdo al empleo de la tierra
en estas actividades, se producen efectos en la organización de las unidades de pro-
ducción.
Por la función
La propiedad agraria está al servicio de las unidades de producción, debido a la
función que se da a la tierra a actividades , agrícolas, pecuarias, forestales o de con-
servación de la biodiversidad. Por lo tanto es necesaria la intervención del Estado
para construir, mantener y tutelar las actividades agrarias que realizan las distíntas
unidades de producción o protección.
Estas elementos inciden profundamente sobre la estructura o sea el contenido del
derecho, estableciendo las limitaciones, condiciones y obligaciones para el ejercicio
del derecho de propiedad agraria.
252
Lriis Arratia fiménez
Con referencia a los modos adquisitivos de carácter derivativo, se puede decir que
la adquisición por actos intervivos resulta facilitada o preparada, por formas de
prelación legal, que se diferencian sensiblemente en la causa y el procedimiento,
de las prelaciones del derecho civil, un ejemplo es la inembargabilidad de ciertas
formas de propiedad, así como el régimen de hipotecas y gravámenes en procesos
de reversión y expropiación, al margen de la indivisibilidad de la propiedad agra·
ria, por debajo de la unidad mínima de producción.
En cuanto a la adquisición derivativa por acto mortis causa, son conocidos los ca·
racteres diferentes de los propios del derecho sucesorio común que, en amplitud
creciente de aplicación, han ido asumiendo los institutos del derecho agrario here-
ditario, como es el régimen de indivisión forzosa de la propiedad agraria.
Extintivas
También tienen características peculiares, nos referimos sobre todo la expropiación,
especialmente cuando perjudica el interés colectivo por incumplimiento de la fun-
ción económico social, o cuando se opera transferencias coactivas para el reagrupa·
miento o recomposición fundiaria agraria, que se diferencia de la expropiación or-
<linaria regulada por el derecho público.
Por otra parte, se constata que la propiedad, cuando es calificable como propiedad
agraria, no está sustraída a los efectos de la prescripción extintiva, si no existe ejer·
cicio del derecho durante cierto tiempo, como es el caso de la reversión por aban·
dono injustificado.
Para concluir, existe en nuestro derecho agrario el reconocimiento de la propiedad
agraria a favor de comunidades campesinas y pueblos indígenas, cuyas finalidades,
características y racionalidad, no responden a las lógicas de propiedad reguladas
por la legislación común.
La empresa agrícola
La empresa, en términos generales, es la organización de los factores de producción
destinados a obtener bienes o servicios. La empresa agraria no es, en este sentido,
el acto agrario aislado, sino la serie de actos combinados cuya finalidad es la pro·
ducción de animales y plantas. Estos actos pueden ser realizados por individuos,
familias o sociedades y también por entes de derecho público, dada la participación
que en la mayoría de los países estos entes asumen en la producción y fiscalización
de las actividades del agro. La propiedad fundiaria, que constituyó, desde los orí·
genes, el elemento centralizador y necesario de la actividad agraria, hoy es un tac-
tor subordinado a la empresa, constituye sólo un instrumento de la empresa agra·
253
Derecho Agrario
El contrato agrario
Para conceptuar es necesario encontrar una relación lógica entre dos conceptos: el
concepto de contrato dentro de la teoría del derecho civil; y el concepto de agraríe-
dad. Son contratos agrarios aquellos que tienen como objeto el goce y el disfrute de
los predios rústicos y de los bienes conexos a la agricultura.
El primer orden de dificultades residía en el hecho de que el contrato agrario no po-
día ser visto simplemente como un escogimiento del propietario, respecto del mo-
do de conducción del fundo, si no que se debía concentrar la atención en la activi-
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Luis Arratia Jiménez
Arrendamiento agrario
El replanteamiento de la «nueva agricultura» es el binomio empresa agraria-contra-
to agrario, fomentado e impulsado por el moderno Derecho Agrario corno respues-
ta en el campo jurídico, de los nuevos criterios económicos del desarrollo del sector
agrícola.
El arrendamiento y la aparcería como formas de explotación indirecta de la tierra y
por ende contrarias a los principios del adecuado cumplimiento de la función so-
cial; tanto en el plano de la justa distribución como en el del deber de cultivar y el
aumento de la producción, ahora se replantea el argumento para iniciar la creación
masiva de empresas agrarias, no sólo a través del clásico contrato de asignación de
tierra sino, además, a través de la dotación de bienes de esa naturaleza por medio
de formas contractuales que equitativamente protege al empresario, al arrendatano
o aparcero, logran incorporar importantes sectores a la producción agrícola llevan-
do de paso, justicia y seguridad a las relaciones jurídicas del agro.
El proceso agrario
El proceso agrario es un instituto fundamental del Derecho Agrario. En nuestra le-
gislación, este instituto se caracteriza por la oralidad, con sus características de in-
mediatez, concentración, identidad física del juzgador, única instancia, con casación
o revisión para casos excepcionales. El proceso agrario oral o verbal -generalmente
con doble audiencia (preliminar y complementaria) en donde la etapa probatoria o
juicio oral, con sus principios de inmediatez y concentración- debe coincidir nece-
sariamente con la etapa conclusiva para que las partes y sus abogados puedan, lue-
go de evacuada la prueba, deducir en forma inmediata sus alegatos de conclusío-
nes en forma oral.
El juez, al finalizar la audiencia, valorando la totalidad del elemento probatono
puede y debe dictar la parte dispositiva de la sentencia, bajo pena de nulidad, pues
sólo, así, se garantiza y salvaguarda la identidad física del juzgador. Sólo excepcio-
255
Derecho Agrario
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Luis Arratia liménez
misma, siguiendo los principios en los cuales se inspira todo el proceso, de oralidad
y sus consustanciales de inmediatez, concentración, verdad real e integralidad
Entre los principios del proceso oral agrario podemos mencionar a: La «democrati-
zación» del proceso, mediante el cual el juez logre resolver la desigualdad de las
partes elevando a la parte más débil al mismo nivel que la parte más fuerte; la «iti-
nerancia del juez agrario», el juez agrario no debe ser sedentario como es el juez ci-
vil. Se ha dicho que en el proceso agrario no es el campesino el que va en busca de
la justicia a la ciudad, sino la justicia la que va en búsqueda del campesino. En el
principio de la Trascendentalidad, no son las formas las que interesan, sino el fon-
do del asunto para hacer verdadera justicia agraria. Hay otro principio que con-
mueve a los procesalistas civiles, el principio de la «extrapetiiium».
Aunque únicamente se refiere a una de las particularidades del derecho agrario, co-
mo es la itinerancia de los jueces, es evidente que en ella se comprenden todos los
principios derivados de la oralidad, la búsqueda de la verdad real, el contacto físi-
co y directo del juez con las partes, con la prueba, con el medio. Además, deberán
considerarse otras particularidades como la posibilidad de fallar de acuerdo con lo
debatido y probado en el proceso, la posibilidad de modificar las pretensiones en la
audiencia preliminar, entre otras. Igualmente, son necesarias algunas regulaciones
en cuanto a procesos especiales, en particular, de los juicios de responsabilidad por
daño agroambiental, de preservación del ambiente rural y de los recursos naturales
renovables, tal como se contempla en la jurisdicción agraria de Colombia.
En el futuro, la teoría general del proceso y, en particular del proceso agrario, pue-
de contribuir frente a fenómenos de unificación procesal o de globalización, inter-
nacionalización o comunitarización, a fortalecer otras disciplinas para el estableci-
miento de un modelo procesal mundial portador de justicia social, desarrollo soste-
nible y paz social.
Los institutos clásicos del Derecho Agrario -como la empresa agrícola, los contra-
tos agrarios, la propiedad y posesión agraria- deberían ser socialmente justos, eco-
nómicamente eficaces y ambientalmente sostenibles, así la función de los mismos
es económica, social y ambiental.
En el ámbito de la interpretación, la tarea asignada a la jurisdicción agraria es de
gran importancia y, para ello, el legislador ha preferido el sistema de libre valora-
ción aprobatoria, para que los jueces agrarios sean jueces de derecho, y también de
equidad, valorando en la forma más amplia posible todo el elemento probatono
vinculado al proceso, para descubrir la verdad real material y, así, cumplir con ta
justicia agraria en el campo.
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3
DERECHO AGROAMBIENTAL
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Luis Arratia Jiménez
El proceso agrario no sólo debe ser un instrumento para fomentar y proteger la pro-
ducción agraria, sino también debe velar porque esa producción sea compatible con
la naturaleza. Debe convertirse en el instrumento por el cual se protejan y conser-
ven nuestros recursos naturales.
4. Derecho Agroambiental
El Derecho Agroambiental es la conjunción de el Derecho Agrario y el Ambiental,
en consecuencia, podemos decir que es un conjunto de normas jurídicas que regu-
lan las relaciones emergentes de la actividad agraria y el uso y aprovechamiento de
los recursos naturales renovables regulando la actividad del ser humano con su me-
dio y protegiendo los elementos naturales que componen el medio ambiente.
El Derecho Agroambiental tiene por objetivos la planificación y ordenación de la
conservación, restauración y mejora de la capacidad de la tierra para producir re-
cursos vitales renovables protegiendo y mejorando los recursos naturales y el me-
dio ambiente para las generaciones presentes y futuras.
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Derecho Agrario
5. Calidad ambiental
Los seres humanos tenemos derecho a disfrutar de un ambiente sano y agradable
en el desarrollo y ejercicio de nuestras actividades; para ello, el Estado ha imple-
mentado el control de calidad ambiental cuyos objetivos son los siguientes:
a) Preservar, conservar, mejorar y restaurar el medio ambiente y los recursos na-
turales en beneficio a fin de elevar la calidad de vida de la población
b) Normar y regular la utilización de los recursos naturales en beneficio de la so-
ciedad en su conjunto
c) Prevenir, controlar, restringir y evitar actividades que conlleven efectos noci-
vos o peligrosos para la salud o deterioren el medio ambiente y los recursos
naturales.
d) Normar y orientar las actividades del Estado y la sociedad en lo referente a la
protección del medio ambiente y al aprovechamiento sostenible de los recur-
sos naturales, a objeto de garantizar la satisfacción de las necesidades de la
presente y futuras generaciones
6. Planificación ambiental
La planificación del desarrollo nacional y regional del país deberá incorporar la di·
mensión ambiental a través de un proceso dinámico, permanente y concertado, son
instrumentos de la planificación ambiental:
a) La formulación de planes, programas y proyectos a corto, mediano y largo
plazo, a nivel nacional, departamental y local.
b) El ordenamiento territorial sobre la base de la capacidad de uso de los ecosis-
temas, la localización de asentamientos humanos y las necesidades de la con-
servación del medio ambiente y los recursos naturales.
c) El manejo integral y sostenible de los recursos a nivel de cuenca y otra uni-
dad geográfica.
d) Los estudios de evaluación de impacto ambiental.
e) Los mecanismos de coordinación y concertación intersectorial, interinstitucio-
nal e interregional.
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Luis Arratia Jiménez
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Derecho Agrario
9. Daños ambientales
Las actividades agrarias, cuando aprovechan irracionalmente los recursos natura-
les, pueden causar daños al medio ambiente. Por esta razón, se han emitido nor-
mas técnicas, referidas a la capacidad de uso mayor de la tierra, planes de ordena-
miento predial, servidumbres ecológicas, protección de la biodiversidad, carga
animal, manejo de cuencas y microcuencas, promoción de la silvicultura, la retira-
da de tierras arables dirigida la promoción de cultivos alternativos y la agricultura
biológica o ecológica. Las normas sancionadoras incluyen las sanciones penales al
agricultor que contamina y las que ejemplifican bajo el principio «quien contamina
paga» la actividad contaminante.
Los daños cometidos contra el medio ambiente están sujetos a responsabilidad ci-
vil y penal.
Constituyen acciones delictivas las acciones que lesionen, deterioren, degraden o
destruyan el medio ambiente.
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Luis Arratia Jiménez
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