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Escuela de Zootecnia
Matricula: 100529498
Sección: 01
I. Introducción
II. Bacterias Ácidos Lácticas
III. Bacterias Probioticas
IV. Mohos y Levaduras
V. Conclusión
VI. Bibliografía
Introducción
Las bacterias del ácido láctico son microorganismos que en ausencia de oxígeno
degradan carbohidratos como la lactosa (azúcar de leche), para sintetizar ácido láctico
y energía, a través de un proceso conocido como fermentación láctica. En la industria
láctea estos microorganismos son utilizados como fermentos lácticos o iniciadores del
proceso de fermentación láctica para la fabricación de quesos, yogurt, leche
fermentada y otros productos derivados de la leche. El tipo de especie bacteriana que
se utiliza como iniciador en el proceso de fermentación, constituye un factor
determinante en la calidad nutritiva y características sensoriales del producto final.
Grupos
Las heterofermentativas estrictas degradan las hexosas a ácido láctico, ácido acético,
etanol y CO2, y las pentosas a ácido láctico y ácido acético.
Aplicación
Pero en algunas ocasiones suele usarse a las BAL como cultivos iniciadores o el ácido
láctico producido por estas, lo que da lugar a una cuajada frágil, compacta, muy friable,
permeable y de la que se separa fácilmente el suero. Dentro de las muchas formas de
clasificación de los quesos (frescos, curados, semi-curados, de pasta blanda, pasta
prensada no cocida o semi-cocida, pasta azul, etc.) es claro que un conjunto de BAL
intervienen en su elaboración.
Defectos
A pesar de su utilidad, las BAL también suelen causar defectos en tanto en la leche
(Yogurt) como en los quesos. Los principales defectos se relacionan con el sabor (ácido,
amargo, malta), textura, olor y color, en el primer caso se debe a la producción
excesiva de ácido láctico, péptidos y aldehídos, respectivamente; con relación a los
defectos de textura se deben principalmente por la formación de CO2 y polisacáridos;
el olor puede verse afectado por la formación de aldehídos (malta), ésteres (afrutados)
o productos de la proteólisis (putrefacción y olor a fenol), y en cuanto al color pueden
aparecer puntos de oxidación o manchas rosadas causada por la presencia de
Lactobacilos pigmentados o como resultado de procesos oxidativos.
Bacterias Probioticas
Los pro-bióticos son las bacterias buenas que se encuentran en su cuerpo. Apoyan una
salud digestiva óptima, una función inmunológica saludable y un entorno favorable
para la absorción de nutrientes. Los pro-bióticos se definen como microorganismos
vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un efecto
beneficioso sobre la salud del huésped.
Las bacterias pro-bióticas tienen una larga historia asociada a productos lácteos como
principal vehículo alimenticio. Son numerosas las razones que hicieron que las leches
fermentadas, como el yogur, hayan sido uno de los primeros, y más exitosos
comercialmente, vehículos de bacterias pro-bióticas. Por un lado muchos pro-bióticos
comparten nichos ecológicos con las bacterias lácticas empleadas como starters y por
lo tanto se considera generalmente que “bacterias cercanas podrían funcionar bien en
una misma matriz alimentaria”, aunque, como se discutirá luego, no todas las
combinaciones de bacterias lácticas y pro-bióticas son exitosas.
Yogurt
Quesos
El queso ha sido la segunda matriz alimentaria con mayor éxito comercial para la
vehiculización de bacterias pro-bióticas. El agregado de estos cultivos a variedades
frescas, blandas o semi-blandas de quesos es una alternativa alentadora a algunos
problemas de escasa viabilidad en leches fermentadas, debido principalmente a la
acidez láctica. Los quesos poseen mayores valores de pH que los yogures, una matriz
más compacta y con menos oxígeno y un mayor contenido de grasa que podría actuar
como un agente protectivo del pro-biótico durante el tránsito gastrointestinal.
Productos congelados
Productos tales como helados, yogures congelados y postres helados han sido
propuestos como vehículos para bacterias pro-bióticas. Se argumenta que la principal
ventaja de los productos congelados es que se almacenan a temperaturas de entre 5 y
10ºC bajo cero, aunque la mayor vida útil de estos productos podría afectar
negativamente la viabilidad de los pro-bióticos a largo plazo. Otros factores del
alimento que podrían jugar en contra de la viabilidad de estos microorganismos son la
baja actividad acuosa y la posiblemente elevada presión osmótica debido al nivel de
sólidos.
Mohos y Levaduras
Los mohos y las levaduras son parte del reino de los hongos y están ampliamente
distribuidos en la naturaleza, principalmente en el aire, el agua, el suelo y las
plantas. Algunas especies se clasifican como patógenas, otras como deteriorantes, sin
embargo, muchas de ellas se utilizan en la industria alimentaria, por ejemplo, en la
fabricación de panes, bebidas, embutidos y quesos.
Entre los géneros de hongos que se encuentran comúnmente en los quesos, podemos
destacar: Aspergillus (A. orizae, A. flavus, A.soyae), Cladosporiu m (C. herbarum y C.
cladosporoides), Mucor (M. pussilus, racemosus y rouxii ), Penicillium (P. expansum, P.
italicum, P. camembertii, P. roquefortii), Rhiizopus (R. stolonifer), Claviceps (C.
purpurea) y Fusarium. Algunos representantes de los géneros anteriores pueden
producir toxinas, tales como A. flavus y C. purpurea. Los mohos del
género Penicillium son los que se encuentran más comúnmente en la superficie de los
quesos, siendo P. commune el más frecuente.
Los hongos filamentosos forman hifas, que juntas forman micelios. En base a las
características del micelio, es posible diferenciar algunas especies, que pueden tener
un aspecto algodonoso, aterciopelado, gelatinoso, húmedo, seco o compacto, con
colores variados. La morfología de algunos hongos impacta en la apariencia de los
quesos, por ejemplo, los quesos azules se reconocen por la formación del micelio
de Penicillium roqueforti dentro de la masa.
Así, estos quesos tienen una piel heterogénea, compuesta por diferentes tipos de
hongos, que confieren al queso unas características sensoriales particulares.
Este tipo de queso tiene una interacción muy fuerte con el entorno donde se produce,
lo que le confiere características diferenciadas al producto, un concepto
denominado “Terroir “. La diversidad microbiana nativa combinada con las condiciones
ambientales de una región específica asociadas con prácticas culturales en el proceso
de fabricación, confiere la tipicidad y originalidad de estos quesos.
Conclusión
Por lo que el acido láctico no es perjudicial para la salud, está presente en casi todos
los organismos vivos, equilibra la acidez en la fabricación del queso, y añade acidez a
postres congelados, bebidas carbonatadas con sabor a frutas y otros alimentos.
Bibliografía