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Definición:
Clasificación:
Los cálculos renales se clasifican según su composición en litiasis calcáreas
(contienen calcio y son radiopacas) y no calcáreas (radiolucidas).
1. Cálculos de calcio:
1.1 Litiasis cálcica idiopática:
- Hipercalciuria.
- Hipocitraturia.
- Hiperuricosuria.
- Hipeoxaluria
- Bajo Volumen urinario
- Sin factores de riesgo identificados.
1.2 Litiasis cálcica secundaria:
- Hiperparatiroidismo.
- Acidosis tubular renal (tipo I)
- Sarcoidosis y otras granulomatosis.
- Hiperoxaluria.
- Fármacos.
2. Cálculos de ácido úrico:
3. Litiasis infecciosa (estruvita).
4. Cálculos de cistina.
Patogenia:
Saturación: la orina contiene sales litogenas y en un momento
adecuado puede estar sobresaturada de esas sustancias y favorecer
la formación de un cálculo. El límite de solubilidad se halla
determinado por el pH, la temperatura y lo concentración de dicha
sustancia.
Nucleación: la nucleación espontanea ocurre cuando las moléculas
en solución no pueden mantenerse aisladas entre si y se agrupan
para formar una estructura cristalina primitiva.
Inhibición de la cristalización: en la orina hay sustancias inhibidoras
que impiden el crecimiento del cálculo y sustancias quelantes que se
unen con los iones litogenicos para formar complejos solubles.
Alteración del pH urinario: la variación del pH urinario influye en gran
manera en la formación de cálculos de ácido úrico (favorecidos por
un PH acido) y de estruvita (potenciados por un PH alcalino). El PH
también influye, aunque de forma más moderada, en la formación de
cálculos de cistina (favorecidos por un PH acido) y fosfato
favorecidos por un PH alcalino.
Disminución del volumen urinario: la reducción del volumen de orina
y la estasis urinaria favorecen la cristalización, la primera al
aumentar la concentración de sales y la segunda al favorecer el
crecimiento del núcleo primitivo y retener más tiempo en el sistema
urinario los núcleos cristalinos formados.
Epidemiologia:
La litiasis renal es un problema relativamente frecuente en la
población general, cuya incidencia ha aumentado notablemente
en los últimos años, aunque esta es muy variable según el área
geográfica analizada.
Predomina en el sexo masculino y se presenta
fundamentalmente en la tercera década de la vida. En las
mujeres existe un pico de incidencia sobre la quinta década de la
vida, como consecuencia de la hipercalciuria inducida por un
aumento de la resorción ósea relacionada con la menopausia.
Es un importante problema de salud en el mundo industrializado,
afectando a un 5% de la población general. En España tiene una
prevalencia del 4% y genera al año una tasa de ingresos de 25
por 10000 habitantes.
La nefrolitiasis está relacionada con factores hereditarios,
ambientales, socioeconómicos y dietéticos. Todos ellos producen
una elevada excreción de solutos que precipitan en la orina, o
una disminución de las sustancias inhibidores de la cristalización.
Factores de riesgo para la formación de cálculos de calcio:
Hipercalciuria >200 mg/24 h (40-60% de los pacientes litiasicos):
Hiperuricosuria: >800 mg/24h (25%)
Hiperoxaluria: > 45 mg/24 h
Hipocitruria: <250 mg/24h
Otros: déficit de Vitamina A, sedentarismo, malformaciones
urinarias.
Clínica:
Cólico renal:
Se caracteriza por dolor en fosa lumbar, intermitente, de inicio brusco e
intenso, irradiado a trayecto uretral y a veces hasta genitales. Es un
paciente inquieto, pálido y nauseoso. A lo largo de la vía urinaria existen
por la reducción de su luz, cinco puntos de obstrucción clásica de los
cálculos:
1. Infundíbulos caliciales.
2. Unión pielocalicial
3. El cruce del uréter con los vasos iliacos.
4. El conducto deferente o la arteria uterina.
5. Unión ureterovesical.
El diagnóstico diferencial del cólico renal incluye el cólico biliar, la
pancreatitis aguda, la apendicitis aguda, la salpingitis, la diverticulitis, el
aneurisma disecante de la aorta, la lumbalgia y la porfiria aguda
intermitente, entre otros procesos.
Diagnostico:
Inicialmente se debe realizar una analítica básica con hemograma,
bioquímica, estudio de coagulación y sedimento urinario. La existencia de
cristales de fosfato calcio amorfo o de oxalato cálcico puede ser fisiológica.
Sin embargo, la presencia de otros cristales como los de cistina, fosfato-
amónico- magnésico o ácido úrico es anormal. El sedimento urinario puede
no mostrar alteraciones si la vía renal se halla completamente obstruida y el
riñón contralateral no presenta patología. La fórmula leucocitaria y la
coagulación son útiles para determinar complicaciones sépticas. El perfil de
función renal, electrolitos, calcio, fosforo, ácido úrico ofrecen información
sobre la repercusión funcional y la identificación de factores de riesgo de la
formación de litiasis.
La radiología simple del aparato urinario debe preceder a cualquier
otra exploración de imagen. El 90% de los cálculos contienen calcio
y por lo tanto son radiopacos. Los cálculos menores a 2 mm o
radiolucidos (xantina o ácido úrico) no se visualizan en la radiografía
simple.
La ecografía, por su sensibilidad, bajo coste y ausencia de efectos
secundarios, se ha convertido en la prueba de elección en el
diagnóstico y seguimiento de la patología litiasica. Informa la
existencia de un cálculo, localización, tamaño y repercusión sobre la
unidad renal.
La urografía intravenosa es la prueba clásica por excelencia en el
estudio de la litiasis. Informa sobre la función y l morfología de
ambos sistemas renouterales, identifica las características del
cálculo, el nivel de la obstrucción y la repercusión sobre la vía
urinaria y la función renal.
La tomografía computarizada sin contraste visualiza el 99% de las
litiasis, lo que permite confirmar la presencia del cálculo con una
sensibilidad y especificidad del 95-98% respectivamente, para
detectar litiasis en el uréter. También puede predecir la composición
del cálculo.
El estudio metabólico mineral permite conocer los factores que están
implicados en la formación de los cálculos, entre ellos la
hipercalciuria, la hiperoxaluria, la hiperuricosuria, el déficit de
inhibidores de la cicatrización (citrato, magnesio), los cambios en el
volumen y el pH de la orina. La información que suministra el análisis
del cálculo puede servir para sugerir los posibles factores causales
de la formación del cálculo y ello puede permitir reducir la recidiva
litiasica.
Se recomienda un estudio con determinaciones en sangre de
creatinina, calcio, fosforo, magnesio, sodio, oxalato, citrato y cistina.