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Las enfermedades musculares, también llamadas miopatías, son trastornos que constituyen un
conjunto de signos y síntomas producidos por la afección funcional o estructural primaria del
músculo esquelético, que ocasionan múltiples manifestaciones clínicas entre las cuales destaca
la debilidad muscular. Por definición, es el compromiso muscular de la forma primaria o
secundaria.
Clasificación.
Epidemiología.
Si bien las enfermedades miopáticas son bastante raras, son una causa importante de
incapacidad. La prevalencia es cerca de 1 por 1000 personas, incluyendo los trastornos agudos
y transitorios (por ej., las miositis infecciosas o tóxicas) y las enfermedades inflamatorias o
genéticas crónicas que causan morbilidad considerable a lo largo de décadas o durante toda la
vida.
Las mipatías pueden producir muerte prematura debido a debilidad neuromuscular e infección
respiratoria secundaria o a afectación de otros órganos en las enfermedades multisistémicas.
Puede haber también afectación miocárdica, que es particularmente frecuente en algunas
enfermedades musculares, puede causar insuficiencia cardíaca o arritmias que ponen en riesgo
la vida.
Manifestaciones clínicas.
Debilidad:
Los trastornos que ocasionan debilidad intermitente son la miastenia gravis, parálisis
periódicas (por hipokalemia, hiperkalemia y paramiotonía congénita), déficit energético
metabólico de la glicólisis (déficit de miofosforilasa) y de la utilización de los ácidos grasos
(algunas miopatías mitocondriales). Sin embargo, la mayor parte de las enfermedades
musculares causan debilidad persistente donde están incluidas casi todas las formas de
distrofia muscular, polimiositis y dermatomiositis.
Fatiga e intolerancia al ejercicio:
Atrofia muscular:
Contracturas:
Son síntomas poco frecuentes. Si bien pueden ser similares a los calambres, difieren de estos
en la duración, que es más prolongada, y en los hallazgos electromiográficos (son
eléctricamente silenciosos). Aparecen luego de la realización de ejercicio en pacientes con
defectos de las enzimas glucolíticas.
Miotonía:
Mioglobinuria:
Diagnóstico:
La valoración de los pacientes con miopatías comienza con una anamnesis minuciosa, seguida
de una exploración física general y una exploración neurológica detallada.
Anamnesis:
Historia familiar: Debido a que gran parte de las miopatías son de origen hereditario,
por lo que es importante interrogar acerca de usos de bastones o silla de ruedas,
deformidades esqueléticas o limitación funcional dentro del grupo familiar.
Examen físico:
La exploración física completa debe buscar signos que puedan indicar cualquiera de las
enfermedades sistémicas que se asocian con miopatías. Debe realizarse una exploración
neurológica extensa en todos los pacientes para excluir posibles trastornos del sistema
nervioso central o periférico.
La debilidad proximal puede ser evidente si los pacientes se empujan sobre sus muslos o si
tienen marcha miopática o de pato (En este tipo de marcha el paciente, por afectación de los
músculos de la cintura pélvica, camina balanceando el cuerpo (hacia uno y otro lado), con
exageración de la lordosis lumbar).
Como parte del examen neurológico, lo adecuado es inspeccionar cada grupo muscular de
forma bilateral y comparativa, y contra gravedad; hay que evaluar la fuerza muscular, las
articulaciones deben movilizarse pasivamente para valorar contracturas. Debe pedirse a los
pacientes que se levanten desde la posición de cuclillas y que caminen de puntillas para valorar
una posible debilidad en la región gemelar, y de talones para valorar la debilidad de la
dorsiflexión. Debe pedírseles que se mantengan de pie para valorar la postura y cualquier
signo de rigidez o escoliosis.
Deberá buscarse el signo de Gowers, donde el paciente, para poder
levantarse del suelo, trepa sobre su propio cuerpo a lo largo de sus
piernas, es decir, apoya sus miembros superiores en el suelo, luego
levanta un brazo apoyándolo sobre la rodilla, hace lo mismo con el
otro miembro y finalmente levanta su cuerpo corriendo sus
miembros superiores sobre los inferiores. Si bien se tratarse un signo
de gran valor, en los estadios iniciales es posible no detectarlo ya que
los pacientes con debilidad proximal no presentan dificultad para
levantarse.
Estudios complementarios:
1. Estudios de laboratorio.
Hematología completa:
- VSG o PCR elevadas en algunas miopatías inflamatorias.
Química sanguínea:
- Niveles séricos elevados de ALT, AST y lactato deshidrogenasa (LDH): pueden llevar a
un diagnóstico erróneo puesto que también pueden elevarse en hepatopatías.
- Elevación de la creatinina quinasa (CK) sérica: La isoforma del músculo esquelético
(MM) frecuentemente está elevada en los pacientes con enfermedad muscular,
aunque en las miopatías metabólicas (que son lentamente progresivas) y en algunas
miopatías crónicas (por la fibrosis y adiposis muscular) se encuentran normales.
VN: Hombres: 25-90 UI/L. Mujeres: 10-70 UI/L.
2. Electromiografía.
Los estudios de conducción nerviosa de rutina son normales en las miopatías, aunque puede
haber disminución en la amplitud de los potenciales de acción muscular compuestos en los
músculos atrofiados.
La electromiografía con aguja a veces revela irritabilidad con la aplicación de la aguja, sugestiva
de una miopatía necrosante (miopatías inflamatorias, distrofias, miopatías tóxicas y
miotónicas), mientras que la falta de irritabilidad es característica de los trastornos miopáticos
de larga evolución (distrofias musculares, miopatías endocrinas, atrofia por desuso y miopatías
metabólicas). Muestra además potenciales de la unidad motora complejos, de baja amplitud y
polifásicos.
3. Pruebas genéticas.
La prueba molecular se lleva a cabo mediante la toma de muestra de sangre periférica con el
objetivo de analizar el DNA. Son útiles en algunos casos de distrofias musculares y miopatías
congénitas. Su realización suprime la necesidad de la biopsia muscular.
4. Biopsia muscular.
5. Estudios de imagen.
1. Miopatías hereditarias:
Es la miopatía hereditaria más frecuente, con una incidencia aproximada de 1 por cada 5000
hombres nacidos.
Manifestaciones clínicas:
Manifestaciones clínicas:
Es una distrofia de progreso muy lento que afecta de manera primordial la musculatura de la
cara y los hombros, a menudo con períodos prolongados de detención casi completa. Su
incidencia anual es de 5:100.000.
Manifestaciones clínicas:
Miopatías congénitas:
Distrofia miotónica:
Existen dos tipos de distrofia miotónica: DM1 y DM2, siendo la DM1 la más común en el
adulto.
Son miopatías bastante raras, la prevalencia es de 1.1 por cada 100.000 habitantes. Puede ser
de tres tipos:
Canalopatías de cloruro: Los pacientes presentan miotonía indolora, rigidez muscular que
puede empeorar ligeramente con el frío y mejorar con el ejercicio (fenómeno de
calentamiento), hipertrofia muscular, y miotonía del puño y en la percusión.
Canalopatías de sodio: Se puede presentar una parálisis periódica que se precipita por el
ejercicio mantenido que conduce a debilidad durante el período de reposo, por alimentos ricos
en potasio o por el frio o estrés emocional. Las crisis pueden persistir durante horas, en las
cuales el paciente puede estar cuadripléjico con disminución de los reflejos tendinosos, pero
con sensibilidad, movimientos oculares y respiración normales.
Miopatías metabólicas:
Están causadas por defectos enzimáticos que afectando a fases del metabolismo muscular:
Trastornos del metabolismo de los lípidos: Las miopatías se manifiestan con una miopatía
proximal, intolerancia al ejercicio, dolor muscular, rabdomiólisis y miocardiopatía. Otras
características pueden ser neuropatía, retinopatía pigmentario, hipoglicemia hipocetósica
recurrente, crisis epilépticas, y discapacidad intelectual.
Miopatías mitocondriales:
Pueden presentarse como una miopatía aislada, pero a menudo son multisistémicas asociadas
a afectación cardíaca, diabetes mellitus y hallazgos neurológicos tanto centrales como
periféricos. Son patologías de herencia materna.
Manifestaciones clínicas:
Epilepsia mioclónica con fibras rojas rasgadas: Se manifiesta como una miopatía proximal
asociada con ataxia lentamente progresiva, epilepsia, neuropatía periférica y mioclonías.
Miositis víricas:
Puede ser producido por los retrovirus HIV y HTLV-1. Se caracteriza por presentar mialgias.
Manifestaciones clínicas:
Miositis bacteriana:
Manifestaciones clínicas:
- Fiebre.
- Dolor intenso e impotencia funcional de la musculatura afectada.
- Existe una forma clínica fulminante, producida por el estreptococo beta hemolítico del
grupo A que cursa con mialgias intensas, edema y tumefacción de los músculos
afectos, sin crepitación. Existe una incapacidad funcional importante y a menudo los
pacientes fallecen por shock séptico.
- La miositis estafilocócica es más propia de los países tropicales. En general está
localizada y llega a formar una autentica colección de pus supurada.
Miositis fúngica:
Poliomiositis (PM):
Es una debilidad idiopática simétrica subaguda a crónica de los músculos proximales de las
extremidades y el tronco, sin dermatitis. Con frecuencia aparece con algún trastorno
autoinmunitario generalizado, una conjuntivopatía o con alguna infección viral o bacteriana
identificada. La enfermedad puede presentarse a cualquier edad pero con una incidencia
mayor entre los 30 a 60 años.
Manifestaciones clínicas:
Dermatomiositis (DM):
Manifestaciones clínicas:
Diagnóstico de DM y PM:
- En la mayoría de los pacientes, están elevadas las concentraciones séricas de CK, las
cuales suelen ser mayores en la PM.
- Muchos casos de DM y PM se acompañan de autoanticuerpos en sangre. Algunos de
estos son marcadores inespecíficos de una condición autoinmunitaria o inflamatoria,
pero otros podrían ser marcadores de síndromes con daño multiorganico que no se
limita al músculo.
- La EMG permite identificar un típico perfil miopático.
- La biopsia realiza el diagnóstico definitivo.
Manifestaciones clínicas:
- Debilidad muscular indolora con progresión constante, así como atrofia discreta, que
puede ser generalizada o afectar las extremidades de manera selectiva y con
frecuencia asimétrica.
- Hay debilidad selectiva del flexor largo del pulgar y debilidad aislada del cuádriceps o
los extensores del cuello.
- Los ROT son normales al inicio, pero disminuyen en cerca de la mitad de los pacientes
al evolucionar la enfermedad.
- Los reflejos rotulianos se encuentran deprimidos o abolidos incluso sin que exista gran
debilidad del cuádriceps, no así ocurre en la PM donde los ROT se conservan hasta
que la debilidad muscular es extrema.
Miopatías endocrinas:
Miopatía tiroidea.
- Debilidad leve a intensa de los músculos del tronco y las extremidades; por lo general,
los músculos craneales no se afectan.
- La debilidad se desarrolla durante un período de unos cuantos minutos u horas y dura
parte de un día o más.
- Antecedentes de hipertiroidismo en pacientes de origen asiático.
- Ocurre al principio de la edad adulta.
- Las concentraciones de potasio son bajas durante los ataques, y la administración de
potasio los interrumpe.
Miopatía hipotiroidea:
Alrededor del 50-80% de los pacientes con síndrome de Cushing, al igual que los pacientes que
han recibido un tratamiento con glucocorticoides prolongado, desarrollan un cuadro de
miopatía de la cintura pelviana.
- Debilidad aguda y mialgias de inicio incidioso, que dificultan la elevación de los brazos
y levantarse tras estar sentado, en cuclillas o de rodillas.
- El EMG es normal o un poco miopático, con potenciales de acción pequeños y
abundantes pero sin fibrilaciones.
- Existe una correlacion deficiente entre la dosis total de corticosteroides que se
administra y la intensidad de la debilidad muscular. Sin embargo, en pacientes que
desarrollan este tipo de miopatías la dosificación de corticosteroides tiende a ser
elevada y mantenerse por meses o años.
- Todos los corticosteroides pueden inducir este trastorno. La suspensión del mismo
conduce a un mejoramiento gradual y a la recuperación.
- Cursa con debilidad muscular, mialgias, edema muscular y emisión de orina rojiza
(falsa hematuria) debido al contenido de mioglobina.
- La mionecrosis puede presentarse en casos de miopatía inflamatoria aguda, ejercicio
muscular intenso, lesión por aplastamiento, glucogenosis, uso de fármacos
(esteroides, barbitúricos, tiazidas, hipolipermiantes), toxinas ambientales y veneno.
- Variación marcada en de la CK en suero, y es posible que ocurra febrícula y leucocitosis
reactiva.
- Si la mioglobinuria es leve, la recuperación se da en unos días y solo persiste
albuminuria residual. Cuando es intensa, puede desencadenarse daño renal y producir
anuria que requiere diálisis.