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La litiasis renal, también denominada urolitiasis o nefrolitiasis, es una enfermedad causada por
la presencia de cálculos o piedras en el interior de los riñones o de las vías urinarias (uréteres
o vejiga). Los cálculos renales se componen de sustancias normales de la orina, pero, por
diferentes razones, se han concentrado y solidificado en fragmentos de mayor o menor tamaño.
Según el lugar donde se forma un cálculo (el riñón o la vejiga) se puede denominar cálculo renal o
cálculo vesical, respectivamente, los pacientes con cálculos son hospitalizados debido al dolor, la
obstrucción, o al desarrollo de infección.
ETIOPATOGENIA
Los cálculos renales son el resultado de la formación y aglomeración de cristales en una orina
supersaturada. Dos factores priman en la formación de los cálculos. 1) La concentración
anormalmente elevada de iones en la orina y 2) el desequilibrio entre los factores que favorecen y
los que inhiben la cristalización urinaria (Tabla No. 1).
Los cálculos de oxalato y fosfato pueden desarrollarse en los pacientes con hipercalciuria que
puede cursar sin o con hipercalcemia. La hipercalciuria absortiva es el hecho más común,
resultante de un incremento en la absorción intestinal de calcio, lo que conduce a hipercalcemia
transitoria y supresión simultánea de la hormona paratiroidea; el calcio sérico se mantiene en
niveles normales por la hipercalciuria compensatoria. La etiología de este desequilibrio se
encuentra en la producción excesiva de vitamina D o una hiper-respuesta de la mucosa intestinal
a cantidades normales de la vitamina.
TIPOS
Hay diferentes tipos de cálculos renales en función de la composición de las sustancias que los
originan. Estos son los más comunes:
Cálculos renales formados por oxalato de calcio: Son los más frecuentes. Están constituidos
de calcio y un ácido orgánico.
Cálculos renales compuestos por fosfato cálcico, que es un tipo de sal que
combina calcio y fósforo.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El dolor de tipo cólico en la fosa nasal y en el flanco del lado afectado con irradiación a los
genitales es la presentación clínica más frecuente. El dolor se origina por el aumento de la presión
y la consiguiente dilatación del riñón y del sistema colector. Suele comenzar en forma súbita,
alcanzar a los 30 minutos su máxima intensidad y luego permanece constante, con algunos
intervalos de intensificación dolorosa. La hematuria, la polaquiuria, las náuseas y el vómito son
otras manifestaciones del paso de los cálculos. Algunas veces, pueden asociarse síntomas de
infección; en otras, el paciente puede tener poco dolor o permanecer asintomático.
DIAGNOSTICO
Urografía excretora. Cuando existe obstrucción ocasionada por un cálculo, la aparición del
nefrograma está retardado en el lado afectado. Las placas tardías ayudan a establecer el sitio
exacto de la obstrucción. Los cálculos radiolúcidos pueden verse como defectos de llenado.
TRATAMIENTO
El objetivo primordial del tratamiento es aliviar el dolor e inhibir la formación de nuevos cálculos.
El alivio de dolor puede lograrse con antiespasmódicos, el más usado de los cuales es el bulil
bromuro de lioscaína, aplicado por vía intramuscular. La alternativa son los opiáceos, meperidina
o morfina, y tienen excelente acción analgésica.
El clorhidrato de meperidina suele formularse en dosis de 50-100 mg cada cuatro horas por vía
intramuscular. Se presenta en ampolletas de 100 mg/2 ml.
Las náuseas y el vómito se alivian con metoclopramida (10 mg IV o IM cada 8 horas). Se canaliza
vena periférica y se ordena lactato de Ringer (120-150 ml/hora).
Si el paciente mejora, se instaura dieta blanda más líquidos y se inicia medicación por vía oral. Se
debe dar indicaciones para filtrar la orina para recoger el cálculo expulsado.
El tratamiento quirúrgico se indica cuando la nefrolitiasis se complica con obstrucción o infección
severa. Si el cálculo es muy grande la ureterolitotomía puede ser requerida; si es pequeño la
alternativa es la exploración retrógrada del uréter.