Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(COMPILACION)
Adquirir control sobre nuestras emociones y darnos un momento para pensar antes de actuar
es un proceso largo, que prácticamente no termina nunca y que vamos aprendiendo desde
niños (algunos con más éxito que otros).
Teniendo en cuenta la cantidad de cambios que ocurren durante la adolescencia, los padres
tenemos el cometido de ayudar a un hijo adolescente a manejar sus emociones. Te damos
algunas claves a tener en cuenta.
Enseñar a manejar las emociones a un hijo adolescente
Lo cierto es que cuando se trata de trabajar las emociones con niños pequeños, el proceso
es mucho más fácil, porque estamos junto a ellos la mayor parte del tiempo y porque tenemos
mucho más control sobre todas las cosas que suceden a su alrededor.
Pero cuando nuestros hijos se convierten en adolescentes, empiezan a vivir muchas
situaciones por primera vez: empiezan a aprender a conducir un auto, a hacer trámites por
sí mismos o a tener, incluso, un primer empleo. El caso es que cada vez estarán más a su
aire y no nos tendrán cerca para allanarles el camino. Es verdad que mucho lo tendrán que
ir aprendiendo por ellos mismos, pero hay varias cosas que podemos hacer para ayudarlos.
Algunos consejos para ayudarles a nuestros hijos adolescentes a controlar sus
emociones:
1. Ayuda a tu hijo adolescente a reflexionar
Es importante tener un estrecho vínculo afectivo y una comunicación abierta con nuestro hijo,
que le permita saber que puede acercarse a nosotros. A veces solo espera ser escuchado,
no necesariamente quiere o necesita que le digamos lo mal que estuvo o que le llenemos de
ideas sobre qué hacer.
Que los adolescentes sientan escuchados y acompañados por nosotros sin ser invasivos es
muy valioso para ellos; podemos suavemente ayudarles a hacer una auto-reflexión sobre
alguna mala reacción que hayan podido tener y hacer qué ellos mismos encuentren el camino
para resolverlo.
2 ejemplos:
1 - Hijo: Tuve una discusión con mi Profesor de Física y me salí de su clase.
2 - Papá: ¿Cómo te hizo sentir eso?/ ¿Crees que hubieras podido manejar mejor las cosas?
En estos tiempos que corren, existe un creciente interés por aprender diversas dinámicas
para desarrollar las claves de inteligencia emocional para adultos y niños, porque cada vez
se toma más conciencia de la relevancia que tiene para nuestra vida, tanto la asertividad y
empatía, así como el entendimiento interior.
Visto desde este punto de vista, el término inteligencia emocional para padres viene siendo
la capacidad que tienen los adultos para enseñar a sus hijos a identificar y comprender lo
que sienten, el porqué surgió dicha emoción y cuáles pueden ser las consecuencias, y
aplicarlo en su día a día.
Esta ha sido la piedra angular de métodos de crianza obsoletos, y está muy lejos de ser
funcional. Cuando se trabaja en las claves de inteligencia emocional para padres, lo primero
que se empieza a deconstruir es la idea de restarle importancia a lo que los niños y el resto
de adultos en casa expresan sentir.
¿Les has dicho “no llores”, “no te molestes” y similares? Este es un grave error en el que la
gran mayoría cae por no conocer claves de inteligencia emocional para padres. Todas las
emociones son válidas, y, por tanto; nadie tiene el derecho de cuestionar lo que otro sienta.
En lugar de ello, di: “Entiendo que te sientas (emoción), yo también me he sentido así…”.
Dice Christian Dunker, psicoanalista, que “la forma como hablamos de lo que sufrimos,
cambia lo que sufrimos”. Por eso, uno de los enfoques en los que trabajamos en cada taller
de emociones para adultos en general, es en enseñar a nombrar lo que sienten, aunque
suene inaudito.
A muchas personas les cuesta expresar cosas simples como “estoy triste”, “estoy enojado”.
En su lugar, se sienten abrumados. En nuestro curso de inteligencia emocional para padres,
aprenderéis que lo primero que debemos hacer es nombrar a las emociones por su nombre
y apellido.
Dentro de las prácticas de las claves de inteligencia emocional para padres es también
necesario aprender a diferenciar los comportamientos de los sentimientos y las emociones,
ya que hacerlo construye una manera empática de enseñanza para los hijos, ya que los
primeros se cuestionan y los segundos se validan.
Así, por ejemplo, como parte de las actividades para trabajar las emociones tenemos que
mostrarles a los chicos que está bien y es entendible lo que pueden estar sintiendo, mas ello
no es argumento válido para golpear, gritar o desobedecer a los adultos que le cuidan.
Actúa de la manera en la que quieres que ellos lo hagan
Cuidar de las claves de inteligencia emocional en la familia implica que los padres o
cuidadores deberán aprender a mirarse a sí mismos desde preceptos más empáticos, para
establecer relaciones funcionales con los demás, para que los niños a su cargo
puedan copiar tales patrones de conducta.
Es decir, cuando se pone el enfoque en las claves de inteligencia emocional para padres,
debemos tener en cuenta que los hijos no hacen lo que les decimos, sino que copian
fielmente la manera en la que actuamos. Si validas lo que sienten, si les escuchas, es muy
probable que ellos también lo practiquen fuera del hogar.
Es también parte del proceso de desarrollo de las claves de inteligencia emocional para
padres el poder enseñarles a los hijos de la casa cuál es la utilidad de las emociones. A
manera didáctica, podéis reuniros en familia y trabajar una emoción básica diaria o
semanalmente, para que los niños las comprendan mejor.
Permite que los chicos aprendan a distinguir cuál es la función de cada emoción. Por ejemplo:
¿para qué sirve la tristeza? Es una emoción que nos permite reflexionar sobre algún evento
no deseado que haya ocurrido, para pedir ayuda, para pedir consuelo, para aprender a ser
precavidos.
En nuestra adultez podemos analizar con más calma la relación con nuestros padres, y
las actividades para trabajar las emociones pueden ser útiles para no cometer los mismos
errores, y no arrastrar con nosotros ciertas actitudes o comportamientos que pudieron
afectar nuestra comunicación con ellos.
Entiendo que para algunos, la niñez es una historia amarga de la que si no se hacen
conscientes de sus carencias afectivas, pueden terminar repitiendo los mismos patrones de
conducta. Mejorar no es difícil, pero sí requiere que nos atrevamos a cuestionar la forma en
la que expresamos nuestras emociones.
Desde esa perspectiva, cuando entendemos la relevancia del desarrollo de las claves
de inteligencia emocional para padres y la responsabilidad que tenemos como adultos en
crear una relación de entendimiento con los hijos o con cualquier niño que esté a nuestro
cargo, se convierte en un bien incalculable.
El autoconocimiento familiar
Todas las conductas son modificables y con las claves de inteligencia emocional para
padres se puede tener otra perspectiva en la manera de interpretar la realidad, tanto en
nosotros mismos como en los demás, ya que los adultos configuran la realidad del niño y
su futura personalidad.
Los hijos son como esponjas que absorben constantemente, aprenden a reconocer sus
emociones y drenarlas de manera efectiva gracias al ejemplo que ven en la familia a través
de comunicación verbal y no verbal. De ello dependerá ser adultos seguros en sí mismos en
su futuro.
Todo padre y toda madre quiere lo mejor para sus hijos, solo que a veces no se hacen
entender correctamente, lo que genera un choque de voluntades que puede desbocarse
en especial, cuando tienen adolescentes en casa. Con la aplicación de las claves
de inteligencia emocional para padres estos roces disminuirán drásticamente.
Los gritos, los malos tratos solo pueden acentuar una pared dura entre padres e hijos,
¿entonces por qué mejor no hablar? Las estrategias para regular las emociones brindan una
ayuda para que conversemos desde la empatía, y lleguemos a acuerdos cuando sea
necesario.
El respeto mutuo en el hogar es vital para crear relaciones sanas. No es cierto que
el maltrato infantil sea la manera más efectiva de educar a un niño. Cuando se educa
aplicando las claves de inteligencia emocional para padres, entendemos que la respuesta
está en aprender a ser empáticos.
Los límites son necesarios para toda persona, pero las correcciones de comportamiento
deben hacerse siempre que sean necesarias desde el amor y el respeto. Un hogar en el
que están asentadas las bases de las relaciones gracias a las estrategias para regular las
emociones, es un lugar feliz.
Además, lo que se aprende en casa repercute en otros lugares. Un chico que sabe manejar
la asertividad será una persona que sabrá poner en práctica la escucha empática en
cualquier ocasión, y que además será consciente de qué manera manejarse ante cualquier
inconveniente que se le presente.
Solo piensa por un momento qué distinto sería el rumbo de la historia de la humanidad si
muchos de sus líderes hubieran sido hijos educados en el amor y la comprensión de un
hogar sano o lo valioso que, no es más que, saber generar relaciones humanas sanas y
prósperas en nuestras vidas.
Además de aprender a ponernos en el lugar del otro, no hay nada mejor para superar un
conflicto que mirarlo desde otro punto de vista, incluso, aprender a reírnos de las cosas
malas que nos suceden, y esto puede ser posible si se aplican las claves en inteligencia
emocional para padres.
Un niño o un joven que ha crecido bajo las claves de inteligencia emocional en la familia,
capaz de reírse de sí mismo, será un adulto con alta autoestima y resiliencia, capaz de
conectar con el otro desde la risa y que sabe trabajar mejor con emociones que llevan una
connotación más pesada como la ira o la tristeza.