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APRENDE A EDUCAR EN AMOR PROPIO: LA CLAVE PARA EL ÉXITO DE TUS

HIJOS.

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Buenas noches para todos, bienvenidos a este encuentro de familias que mes a
mes nos enriquece en nuestro quehacer diario de ser padres, para mí es un placer
y un motivo de orgullo, un honor que por este medio me dejen entrar a su casa en
esta tarde, esperando que se encuentren bien en familia que este momento sea
ese espacio conexión un momento de pausa para volver a mirarse en familia.
Educar y formar seres humanos con un alta autoestima y amor propio es muy
importante para lograr el éxito en diferentes ámbitos, como el profesional y el
afectivo. Actualmente nos encontramos en un mundo que necesita cada vez más
del servicio social y de la empatía por el otro. Sin embargo es relevante
preguntarse: ¿Qué tan beneficioso puede ser para los niños y jóvenes aprender a
ponerse en el primer lugar ante los demás?

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Hoy en día existen diversos métodos que nos hablan de crianza, y además, dentro

de cada familia se aplican variaciones. Es importante que como madres y padres
reflexionemos sobre ello y tengamos bien claro qué queremos y cómo lo
queremos. Pero para practicar algo, es necesario conocerlo antes y además creer
en ello.

Con la paternidad y la maternidad ocurre algo muy curioso. Y es que se empieza a

practicar a ser padre o madre una vez que ya se es padre o madre, es decir, es la
única 'profesión' que empieza con la práctica más que con la teoría.
¿Piensa que se educa mejor con un grito o con una palabra afectuosa? ¿Crees
que es mejor el castigo o una consecuencia razonable? Todo método educativo
o de crianza debe partir del afecto. Y es que el afecto es uno de los
componentes psicológicos más importante de nuestra vida, el afecto entendido
como amor: el amor de una madre hacia su hijo, el amor de una pareja que te
hace sentir más vivo que nunca o el amor a un amigo en momentos duros.

Yo creo firmemente que lo afectivo es efectivo. Y esta frase que, de mi amigo y

gran maestro español, Manuel Andrade Cordero, tomo prestada con su permiso,
debería ser un mantra que todas las madres y padres y por supuesto docentes,
tendríamos que repetirnos en nuestro día a día.

En este contexto, se invita a nuestros padres de familia a asumir el gran reto de

equilibrar la vida actual, todas las exigencias que se dan el día a día, los roles que
se asumen en los hogares y todo aquello que aporta a la gran misión de ser
papás.

Sin embargo, la mejor manera de iniciar este reto como padres es reconocerse,
tomar consciencia y empezar a introducir paulatinamente los cambios que se
quieren en los niños y jóvenes. Siempre teniendo en cuenta que se debe dar un
claro ejemplo de buena conducta. Les daré a continuación unas pautas que nos
facilitara educar desde el amor.

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1. Escucha a tu hijo desde la amabilidad y sin juzgar

Déjale hablar con calma mientras te cuenta y mírale a los ojos en ese momento.
Dedica tu atención a él o ella. Al escuchar al otro permitimos que su percepción
de la realidad, su mundo y su forma de ver las cosas sean expresadas. La sola
expresión de otras realidades ya es una forma de apaciguar conflictos
presentes y futuros. Los peores conflictos aparecen cuando algo no se
expresa, cuando algo no se dice, se calla, cuando a alguien no le damos voz,
ni oportunidad de hablar sobre su percepción de la realidad o su «verdad».
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2. Permite que tu cerebro emocional conecte con su cerebro emocional

Empatiza con él, escucha su emoción y dala por válida, Validar es aceptar
y dar por válido aquello que otra persona está sintiendo tanto si estamos de
acuerdo o no con su punto de vista o sus sentimientos. Por tanto, la
validación emocional es empatía y aceptación hacia el otro individuo

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3. Deja fluir tu niño o niña interior en situaciones que lo requieren

Todos llevamos dentro el niño que fuimos, Cuidar al niño interior es de vital
importancia para la mejora emocional y mantener esa sana autoestima. casi todos
en la infancia hemos tenido heridas emocionales y si no las solucionamos en el
momento, el niño interior está dañado, ahora podemos intentar comprender lo que
pasa para sanarlo , cuando sienta una emoción negativa, pregúntate porque se
siente así i y trata de comprenderte. Busca la manera de mejorar las
negatividades deja fluir la tristeza, tu miedo, tu ira…porque son emociones
necesarias para nuestro organismo. Con ellas y a través de ellas también
expresamos lo que pasa y ha pasado a ese niño interior.

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4. . Educa con firmeza

La firmeza no es contraria al amor, ni los límites están reñidos al amor. Recuerda

que un niño o niña necesita normas y requiere que tú se las des.

La firmeza se basa en la empatía, amor, entendimiento y sobre todo en el amor

que debe existir en las relaciones familiares. Los padres  deben conocer las
herramientas necesarias para conducir a los niños y adolescentes con disciplina y
firmeza pero siempre de forma positiva y no restrictiva.

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5. No uses el chantaje

La vida no se trata de eso, no enseñemos el método del chantaje que luego

nuestros hijos podrán usar con sus amigos, con los propios padres o con su futura
pareja.

El chantaje emocional desgraciadamente suele formar parte de la educación de

muchos niños. A través de la culpa, el miedo, la intimidación y la amenaza muchos
padres consiguen que sus hijos hagan lo que quieren. Estos, suelen desconocer
las consecuencias que puede tener en su educación y en su relación con ellos la
manera en la que deciden influir en su comportamiento.

Muchas veces recurrimos al chantaje porque éste puede devolvernos un control

que no sabemos recuperar de otra manera o conseguir que los
pequeños obedezcan sin protestar. Pensemos que el control no es sinónimo de
educación. Decirle a nuestros hijos qué hacer, cómo hacerlo y amenazarlos si no lo
hacen inmediatamente reduce al mínimo su capacidad de decisión, cociéndose de
esta manera un inmejorable caldo de cultivo para que en el futuro sean
dependientes o muy rebeldes.

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6. Reflexiona sobre los castigos

Deja los castigos, y si no puedes evitarlo, reflexiona sobre si realmente sirven para
que tu hijo o hija aprenda lo que en ese momento es necesario. Hay otras
alternativas al castigo.

Recuerda poner afecto, recuerda poner amor en todo lo que haces. La vida sin
amor no es nada.

El castigo no debe confundirse, con el rechazo, debemos rechazar las actitudes

negativas pero no a la persona eso permite que nuestros hijos estén a nuestro
lado aun cuando los castiguemos, no vale la condena si no es seguida de la
rehabilitación.

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Gracias