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RECOMENDACIONES PARA LA FAMILIA

• Eres empático con tu hij@, validas sus emociones y le ofreces formas


apropiadas de expresarlas.
La disciplina positiva es eficaz a corto y a largo plazo. En la medida en que la niña
va creciendo, dialoga y establece acuerdos incluyendo consecuencias derivadas
sus acciones y decisiones. La finalidad es el aprendizaje, no el castigo.
7 consejos para aplicar la crianza respetuosa y la disciplina positiva en casa:
1. La planeación y el establecimiento de metas a corto plazo son necesarios
para empezar. Evita improvisar.
2. Recuerda que enseñamos con nuestros actos más que con nuestras
palabras ¡Sé su ejemplo para seguir!
3. Intenta mantener la calma para responder ante un inadecuado
comportamiento de la niña. Tómate un tiempo para pensar y decidir cuál es
la mejor forma de responder.
4. Nunca utilices expresiones de maltrato verbal o conductual: insultos,
amenazas, menosprecio, golpes.
5. No ridiculices a la niña ni lo critiques, recuerda que lo inadecuado es la
conducta, no la niña.
6. Recuerda que firmeza no es igual a dureza. Puedes mantenerte firme siendo
afectuoso con tu hija.
La crianza es una gran aventura y hay un secreto que debes saber: ¡Está
permitido equivocarse! Lo importante es hacer sentir a nuestros hijos que los
amamos y respetamos incondicionalmente, lo cual no es igual a aceptar
comportamientos inadecuados ¡Relájate y disfruta el camino!
Se denomina crianza respetuosa a una forma de educar a los niños y niñas en
el hogar que tiene por objetivo el forjar un vínculo afectivo y emocional
cercano y saludable entre padres e hijos. De este modo, este tipo de crianza
acompaña el desarrollo del niñ@ fortaleciendo lazos afectivos saludables
y atendiendo a las necesidades de ellos. Asimismo, tiene la finalidad de que
los niños y niñas crezcan en un ambiente de respeto, seguridad y cariño.
Características de la crianza respetuosa:
• Respeto: Tal como hemos dicho más arriba, una de las características
centrales de este tipo de crianza tiene que ver con el respeto no solo hacia
el niño o niña, sino hacia terceros. Se evita la crianza basada en la
individualidad, puesto que siempre considera el respeto hacia sí mismo y
hacia cada persona su entorno.
• Cercanía: Otra de las características centrales de la crianza respetuosa está
relacionada con la cercanía, conocerlos y ofrecerles aquellas cosas que
necesitan para un crecimiento sano. Esto no tiene una regla absoluta, puesto
que cada niño o niña necesitará en intensidad cosas diferentes.
• Poner límites: Es importante poder distinguir la crianza respetuosa de la falta
de límites, puesto que no son lo mismo. Este tipo de educación en casa tiene
por objetivo establecer límites de manera afectuosa, pero con firmeza
para que los niños y niñas comprendan que dentro de los límites también se
halla el amor hacia ellos.
• Observación de sus necesidades y atención de las mismas: Cada niño
o niña tiene requerimientos diferentes y como padres debemos estar atentos
a ellos. Existen niños o niñas que son más demandantes y otros que no lo
son tanto. Algunos precisan un espacio más amplio para correr y jugar,
mientras que otros requieren más estimulación a nivel sensorial visual o
auditivo. Esto no sólo depende de sus edades, sino que también está
atravesado por los gustos personales de cada niño o niña, lo que llevará a la
formación de su personalidad. Para ello, debemos estar atentos como padres
y poder reconocer cuáles de ellos son los estímulos más adecuados para
cada niño o niña.
• Empatía: Esta característica tiene que ver con la capacidad del adulto para
poder ponerse en el lugar del niño o niña. No solo basta o alcanza con
poder comprender cuáles son sus necesidades, sino que es preciso
ubicarse en su lugar, intentar sentir como siente el niño o niña para poder
ayudarle a tomar las mejores decisiones a lo largo de su vida.
A continuación, te dejo 7 consejos eficaces para llevar a cabo una crianza
respetuosa:
• Controla tus emociones: Es importante que como padres aprendamos a
reconocer cuál es el estado de nuestras emociones a fin de poder
controlarlas y regularlas.
• Ten en cuenta el punto de vista de tu hijo o hija: Puede o no que estés de
acuerdo con aquello que te está diciendo tu hij@. Pero, es importante que lo
registremos y le demos nuestro punto de vista, reconociéndolo como otro que
opina y que es escuchado por los adultos.
• Reconoce su propio ritmo de desarrollo: Si buscas en internet,
encontrarás muchísimos parámetros de edades en las cuales los niños y
niñas deben alcanzar determinado conocimiento o adquirir ciertas
capacidades. Más allá que esto puede servirte como un parámetro es
interesante que tengas en cuenta que tu hij@ o hij@s son individuales y que
cada uno tendrá su propio ritmo de desarrollo. Aceptarle y ayudarles desde
tu lugar, sería la mejor actitud que puedes tener.
• Observa los estados de ánimo de tu hijo o hija: Muchas veces los padres
estamos atravesando por una realidad compleja que nos ocupa tanto física
como mentalmente y perdemos de vista el hecho de que los niños y niñas
también tienen días buenos, regulares y malos. Hay días que ellos pueden
estar más cansados y otros días que están más felices. Aprende a reconocer
esto y, si es posible, a entender cuáles fueron las causas de su estado de
ánimo particular.
• Habla con él sobre las reglas y llega a un mutuo acuerdo: Si hablamos
de educación horizontal, tenemos que tener en cuenta que, si bien las reglas
las propone un adulto, es también el niño o niña que debe estar de acuerdo
con estas. Intenta llegar a un consenso con el niñ@ para que ambos puedan
estar de acuerdo y que dichas reglas o límites se puedan cumplir por ambas
partes.
• Olvídate de los castigas: Reconoce que es lo que le está ocurriendo al niño
o niña. Pero no establezcas tu crianza en premios y castigos, puesto que esto
solamente consigue que el niño o niña haga lo que le pidas, pero no habrá
comprendido aquello que le quieras transmitir.
• Pasa tiempo con tu hijo: Es cierto que muchas veces los adultos carecemos
del tiempo necesario para dedicarles a los hij@s, pero, a veces no están
importante la cantidad de tiempo que pasamos con ellos, sino más bien el
tiempo de calidad que compartimos. Cuando estés con tus hij@s, intenta
comprender qué les pasa, escúchalos y habla con ellos. Entiende sus
miradas y sus actitudes, juega con sus juegos y establece un vínculo
saludable sin la tecnología de por medio. Esto dejará un registro positivo y
un recuerdo que ayudará a aquellos mismos puedan sentirse seguros y llegar
a ser buenos padres en el futuro.
• Establecer horarios y normas. Velar por su cumplimiento. Las normas de
disciplina deben ser explicitas que la niña sepa exactamente lo que se espera
de ella tanto en casa como en la institución educativa.
• Conviene establecer hábitos regulares, es decir, horarios estables de
comida, sueño, para ver televisión, hacer sus deberes, etc.
• Es conveniente que los padres respondan a los actos de indisciplina con
comportamientos concretos y previstos (no es aconsejable que lo hagan con
castigos físicos), es muy efectivo en los casos de incumplimiento de
responsabilidades, como por ejemplo no acabar una tarea, Samantha debe
perder algunos privilegios ya adquiridos.
• Las consecuencias deben de tener una duración limitada, no es útil
prolongarlos pues son difíciles de cumplir, pueden originar en la niña
ansiedad y sentimientos negativos.
• Ayúdele a desarrollar su propio sentido de lo correcto y lo incorrecto. Hable
con ella acerca de las cosas peligrosas que sus amigos le pueden presionar
para que haga.
• Ayúdele a desarrollar el sentido de la responsabilidad, asígnele tareas en la
casa, como limpiar o cocinar. Hablen sobre el ahorro y enséñele a no
malgastar el dinero.
• Cuando lo elogie, hágalo pensar en sus logros. Decirle “debes estar orgulloso
de ti” en lugar de “estoy orgulloso de ti” puede animarlo a que tome buenas
decisiones cuando no tenga a nadie que lo elogie.
• Hable con su hij@ sobre los cambios físicos y emocionales normales de la
etapa o ciclo vital de su hij@.
• Debe lograr que el niño o niña siga la instrucción dada de forma inmediata.
“orden dada, orden cumplida”, si no obedece, ayúdele a realizarla (moldee la
conducta).
• No muestres ansiedad. Intenta siempre estar calmado frente a los desafíos.
No te enfades. A fin de cuentas, debes entender que su “papel” es transgredir
la norma y el tuyo supervisarla y corregirla. Asúmelo. Es su manera de
aprender y la tuya de enseñar. Si notas que estás enfadado sal de la situación
y respira hondo, unos segundos bastarán para rebajar la ansiedad y volver a
afrontar con calma.
• No escatimes nunca en elogios y atención. Nuestra atención es el recurso
más poderoso que tenemos, es el mejor refuerzo para nuestros hij@s. Si solo
les atendemos y nos dirigimos a ellos cuando se portan mal, aprenderán a
portarse mal para captar nuestra atención. Por eso es tan importante que les
dediquemos unos minutos cuando estén portándose bien y nos dirijamos a
ellos para decirles lo bien que lo están haciendo y nos sentemos a compartir
su tarea.

ADRIANA GARCIA VILLAQUIRAN


PSICÓLOGA Reg. 76-3774 T.P. 123494
ESPECIALISTA EN NEUROPSICOLOGÍA INFANTIL
U. Javeriana Cali.

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