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Si cuidas o educas a niños en edad inicial, seguramente has vivido en más de una
ocasión los famosos “berrinches”. Ya sea que el niño llore, grite, aviente cosas, se
deje caer al suelo, no siempre es fácil manejarlo; y es posible que en ocasiones, te
sientas molesto e impotente ante estos comportamientos. Quizá hayas
probado diferentes alternativas, algunas podrán ser útiles en el momento, sin
embargo, es posible que funcionen solo por un tiempo o que a la larga empeoren
el comportamiento de los niños.
(Peter F. Drunker)
Los berrinches
Es normal que los niños entre 1 y 3 años de edad hagan berrinches, sin
embargo, dependiendo de cómo los manejes puedes favorecer la presencia de
comportamientos desafiantes o, por el contrario, promover la independencia,
autoestima y manejo de emociones en el niño 1.
Cuando los niños son pequeños aún no saben cómo regular y expresar
adecuadamente sus emociones; éstas surgen de manera espontánea sin que
intervengan decisiones conscientes, lo que provoca que pierdan el dominio que
tienen sobre sí mismos, que les cueste trabajo pensar antes de actuar, prever las
consecuencias de su conducta y se les dificulte actuar de acuerdo a las normas
establecidas 2.
Algunas situaciones que dan pauta para que estos comportamientos se presenten
en el niño son 4:
Quizá te preguntes por qué los niños no hacen berrinches con todos: los niños se
sienten más seguros mostrando sus sentimientos con personas conocidas
en las que confían, por lo que no tienden a hacer berrinches con personas
extrañas 5.
Los berrinches
Qué necesitas:
(Robert Plutchik)
Durante el berrinche
“Detrás de todo niño “difícil” hay una emoción que no sabe expresarse
(Familias.com)
Cuando elijas una alternativa para manejar los berrinches, considera las
características del niño y del entorno. Elige aquellas que no dañan la integridad del
niño ni tu relación con éste, que le proporcionen seguridad y que desarrollen su
capacidad para solucionar problemas. Ten presente que el adulto eres tú y no
es conveniente que pierdas el control.
Al terminar el berrinche
Recuerda que tu amor y paciencia, así como la relación que tengas con tu
hijo harán más fácil esta etapa.
Referencias bibliográficas
Academia Americana de Pediatría (1989). Temper Tantrums:A Normal Part of
Growing Up. Recuperado el 18 de octubre de 2014 de http://www.
goodlettsvillepediatrics.com /resources/information_booklets/Temper-Tantrums.pdf
Becerril, R.; Cruz, M.; Herrera, M.; Montesinos, G. (1999). El llanto en el recién
nacido y lactante. Revista Mexicana de Cardiología 7 1-4. Enero a Diciembre
1999, 61-67.
Faber A y Mazlish E (2001). ¡Jo, siempre él! Soluciones a los celos infantiles.
España: ALFAGUARA
Mirault, G.; Trahan, J. (2007). Los berrinches y la ansiedad en los niños pequeños.
Un estudio preliminar. Investigación y práctica de la niñez temprana 9 (2) (En
línea) Universidad de Illinois.
Citas:
Emmi Pikler
Como menciona Myrtha H. Chokler, “es con el cuerpo, que el niño se constituye
como sujeto, viviendo intensamente sus emociones. Cuerpo, movimiento y
actitud son al mismo tiempo contacto, motricidad, afecto, vínculo, pensamiento y
lenguaje”.
Muchos autores describen al niño como un ser de acción y construcción que tiene
la capacidad de transformarse a sí mismo y al entorno. Entender la necesidad
de acción y movimiento en los niños como factor constitutivo del sentimiento de sí,
le proporciona la mirada que necesita para seguir desarrollándose en
un ambiente de confianza y seguridad.
Busca momentos en los que puedas disfrutar del juego con tu hijo, permítele
que explore objetos de diferentes tamaños y materiales, bríndale un espacio en
el que pueda moverse libremente para que fortalezca las conductas motrices que
realiza de acuerdo a su edad a través del juego.
Referencias:
Max disfrutaba jugar a perseguir a sus amigos, pero cuando le tocaba ser
perseguido lloraba, iba a reconfortarse con su maestra y regresaba a jugar (Los
niños tienden a reír más en los juegos más excitantes y peligrosos que en aquellos
reservados a la imaginación o al juego constructivo).
Jugar a perseguirse puede generar varias risas hasta que el juego se vuelve real
generando llanto repentino.
Los niños también pueden usar el recurso del juego como una alternativa de
apreciar y adaptarse a diferentes situaciones, cómo una nueva forma de afrontar y
superar los problemas, para reducir el estrés o la angustia y modular sentimientos
como el miedo o el enojo para transformarlos en algo divertido, seguro y
socialmente aceptable.
¿Cuándo pierde su poder el monstruo debajo de la cama o el fantasma que vive
en el closet? Cuando le ponen nombre (cómico de ser posible) y hacen un chiste
sobre él. En ese momento deja de existir y se vuelve un buen cuento.
El placer de la risa ayuda a los niños a darse cuenta que algo no es real o no es
congruente con las reglas del mundo que conocen, por esto reaccionan riéndose o
sorprendiéndose cuando formulan expectativas sobre algún evento y estas no se
cumplen. Así mismo con una estimulación adecuada los niños contarán con más
herramientas para manejar sus sentimientos, y comenzarán a diferenciar entre la
risa y las respuestas de ansiedad.
Aquí te ofrecemos algunas ideas para realizar con los niños y promover la risa:
Referencias:
Guerrero, L., diez, C., Moreno, H., Hinojosa, M. y Martínez, O. (Julio de 2009)
Lectura y humor. Leer y leer Revista para la animación de la lectura 8.
Jauregui, E. y Fernández, J. (2009). Risa y aprendizaje: el papel del humor en
la labor docente. Revista interuniversitaria de formación del profesorado 66
(23,3). 203-215.
LÍMITES
Reglas, estructuras y normas que establecen para el buen funcionamiento de las
relaciones entre las personas; proporcionan orden, seguridad y confianza. No
dependen del humor o del estado de ánimo del adulto
Aquí encontrarás algunas pautas que puedes aplicar con tus hijos en el
contexto de una relación cercana basada en el amor, respeto y seguridad, ya que
si estas necesidades afectivas están satisfechas, los niños se mostrarán más
receptivos a nuestras orientaciones.
Así mismo establecer rutinas y rituales, será una forma de facilitar los cambios y
la adopción de hábitos por parte del niño conforme crece y madura, ya que éstos
se construyen a partir de acontecimientos grandes o pequeños de la vida cotidiana
y crean estructuras sólidas de unión familiar.
“Te acompaño a lavarte los dientes para luego contarte un cuento antes de dormir”
Referencias:
Anónimo. (2015). Cómo aplicar límites a los niños. Abril 1, 2019, de Guía
Infantil Sitio web:
https://www.guiainfantil.com/educacion/comportamiento/limites.htm
Chacón, R. (s/f). 8 consejos para poner límites a los niños. Abril 1, 2019, de
Ser Padres Sitio web: http://serpadres.com/ninos/consejos-para-poner-
limites-ninos/43631/