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Efectos del Trauma en el Cerebro de un Niño

Muchas gracias Pahola, buenas noches tenga cada uno de ustedes, para los
que aún no tengo el placer de conocerlos, mi nombre es Lesly Rosales y soy
Psicóloga, a continuación, vamos a hablar acerca de los efectos del trauma
en el cerebro de un niño y para ello vamos a iniciar con esta pregunta.
Interacción con familias: ¿Qué significa TRAUMA para usted? (por lo tanto,
pueden ir colocando su respuesta en chat de zoom) Muchas a gracias a los
que ya colocaron su respuesta, más adelante, vamos a dar lectura a sus
respuestas y mientras los demás terminan de responder quisiera contarles
que…
El Consejo de Trauma del Reino Unido (UKTC) define la palabra trauma a la forma
en la que algunos eventos angustiosos son tan extremos o intensos que abruman
la capacidad de una persona para afrontarlos, lo que resulta en un impacto negativo
y duradero.
Interacción con familias: Ahora bien, me gustaría que me apoyaran indicando
que imagen creen que puede ocasionar o generar un trauma en un niño
(pueden ir colocando su respuesta en chat de zoom)
Mientras ustedes colocan su respuesta voy a dar lectura a algunas de las
definiciones que colocaron de la primera pregunta.
Veo que ya la mayoría respondió la segunda pregunta y muchos de ustedes
opinaron que la imagen 2
Y concuerdo con ustedes, a pesar de que existen diferentes tipos de traumas, que
si nos piden buscar un sinónimo o un significado, así como muchos lo colocaban en
la primera pregunta que se les hizo, algunos pensaron también en una “herida que
luego se vuelve una cicatriz”, y en la mayoría de veces esa herida necesita que sea
desinfectada y limpiada, que se le ponga una pomada para generar cicatriz y
ustedes dirán Lesly como podemos comparar una herida con un trauma, pero si
buscamos en un diccionario común el término trauma significa básicamente
“herida”, “daño” o “conmoción”, y esta también necesita que sea desinfectada, que
se limpie y poder aplicar una pequeña porción de pomada diaria, pero como
podemos hacer esto si en este caso el daño o la herida está en el cerebro del niño,
lo podemos hacer por medio del amor, la atención, paciencia y empatía.
¿Qué tipo de traumas puede tener un niño?
• Negligencia (al no satisfacer las necesidades del niño, al descuidarlo y
tenerlo es un espacio sucio)
• Maltrato físico (los golpes), psicológico (las palabras también nos pueden
generar un tipo de trauma)
• Abandono
• Separación de su entorno desde muy temprana edad
• Violencia entre las personas encargadas del niño

Como lo veíamos anteriormente en las imágenes, en la primera imagen se ve una


familia disfuncional, donde el padre ingiere bebidas alcohólicas, prácticamente un
padre ausente puesto que no presta atención a sus hijos y vemos también una
madre que, para comunicarse grita, alza la voz. Y muchos de nuestros niños traen
consigo este tipo de traumas, donde creeríamos que ellos están en un lugar seguro,
les brindan amor, protección y suplen sus necesidades básicas, termina resultando
todo lo contrario.
El cerebro de un niño se adapta para sobrevivir en un ambiente donde hay abuso y
negligencia y su cerebro se moldea por esas experiencias, lo cual hace que el niño
sea más vulnerable en entornos cotidianos.
Es por eso cuando se realizan los seguimientos semanales y mensuales y los niños
están presentando comportamientos inusuales les pedimos a ustedes nuestra
palabra favorita “paciencia”, un poco de paciencia, no prestarse a las
comparaciones, no es lo mismo la forma en la que ustedes como cuidadores quizá
tienen cierta participación al educar a sus sobrinos, primos o bien a los hijos o en
un entorno seguro y de amor, al entorno en la que nuestros niños estuvieron.
Desencadenantes para considerar
Los desencadenantes pueden cosas sencillas como, por ejemplo:

• Los cumpleaños. (usted ve al niño molesto, serio, pero resulta que su estado
de ánimo se está presentado en la fecha de su cumpleaños, pero
probablemente el motivo es porque recordó que para su cumpleaños su
mamá le hacía un pastel, lo llevaba a comer un helado o simplemente el
recuerdo que él o ella tiene es que no pasaba nada, era como un día normal,
aunque usted como cuidador festeje su cumpleaños, él o ella tuvo ese
recuerdo de cuando estaba con su mamá o con su familia).

Otros desencadenantes que pueden existir son:


• Los días festivos.
• Los eventos especiales, como los aniversarios de integración (este va más
enfocado a los niños a partir de los 7 u 8 años que ya tienen conciencia del
tiempo).
• Las convivencias con su familia (progenitores, esto no siempre suele
suceder, a veces, nosotros les brindamos orientación y hasta cierto punto los
anticipamos a posibles comportamientos o conductas que pueden suceder
en el niño o niña posterior a la convivencia, puesto que, al compartir tiempo
con papá, mamá o algún otra familiar, el niño recuerda lo que sucedía cuando
estaba con él o con ella fuera bueno o malo).
• Imágenes, sonidos, olores, texturas.

Incluso las emociones pueden ser desencadenantes, y al tener este tipo de


recuerdos puede causar conductas dramáticas y a menudo inesperadas, como
agresión física o aislamiento, y nosotros los adultos lo podríamos ver como un
“berrinche” o “está exagerando”, sin embargo, es el recuerdo y efecto del trauma lo
que está ocasionando este comportamiento y simplemente en ocasiones la
ansiedad provocada puede hacer que un niño “quede paralizado emocionalmente”
y esto para el niño es un desafío porque ve el mundo como un lugar lleno de peligro.
Muchos niños que han sufrido abuso o descuido van por la vida siempre nerviosos
y tienen dificultades para controlar sus emociones porque su cuerpo está
predispuesto a paralizarse, a huir o escapar de lo que los atemoriza, o bien a pelear
para defenderse.

Para un niño los desencadenantes pueden ser difíciles de identificar, porque ellos
tratan de evitarlo. Muchas veces suele ser más difícil para los niños que sufrieron
descuido, incluso si no fueron golpeados ni maltratados, en este caso la
preocupación de estos niños es por las necesidades básicas, como la alimentación,
el amor o la seguridad. Cabe resaltar que lo que es traumático para un niño puede
no serlo para otro.

Al recordar un evento traumático puede hacer que reaparezca parte de la reacción


de “lucha o huida” (lo cual veíamos anteriormente, que es donde se activan los
reflejos protectores del cuerpo. Por ejemplo, que el corazón de un niño lata
fuertemente y que la presión arterial aumente, lo cual está dando la señal y está
activando esa respuesta de pánico).

Pero creo que es importante recordarles que estas emociones o conductas no son
personales, simplemente ellos por mucho tiempo han respondido de esta manera y
no se les han ensañado la forma correcta de cómo afrontar de manera saludable
este tipo de situaciones. El niño o niña que usted tiene bajo su cuidado en ocasiones
se encuentra en la etapa de desaprender para aprender.
Presentación de video: duración 5 minutos.
Ahora me gustaría que viéramos este video, lo cual nos va a ayudar a comprender
mejor la naturaleza y el impacto del trauma de un niño que enfrenta experiencias
traumáticas en la infancia.
Posterior al video.
Más de uno de cada tres niños y jóvenes está expuesto a al menos a un evento
potencialmente traumático antes de los 18 años. El apoyo adecuado puede marcar
una diferencia fundamental en la medida en que los eventos traumáticos impactan
en sus vidas.
¿Qué puedo hacer para ayudar?
Muchos de nuestros niños han sufrido traumas, ellos ven y responden a las
amenazas que otros no ven, y su cerebro parece estar siempre "en guardia".
Muchos niños nunca han aprendido a depender de adultos responsables y
constantes, no han recibido el cariño y protección y probablemente la forma común
de crianza normal o que la que ustedes aplicaron con sus hijos o bien que aplican
con ellos no suele funcionar.
Pero hoy vamos a hablar de algunas estrategias que pueden ser de ayuda en este
tipo de situaciones:
1. Aprenda a identificar y a evitar los “desencadenantes”. Identifique en
el niño el punto de distracción, o qué lo hace ponerse ansioso. Y haga un
esfuerzo para minimizarlo.

2. Establezca una rutina (para el día, las comidas y la hora de ir a dormir)


de modo que él o ella sepa qué esperar.

3. Hágale sentir que tiene control. Dele opciones simples (ya es muy
noche para salir, quieres salir a jugar mañana al terminar las tareas o
vemos una película en casa). Respete sus decisiones.

4. No tome el comportamiento del niño como un enfrentamiento


personal.

5. Trate de mantener la calma. Encuentre maneras de responder a los


arrebatos. Baje el tono de su voz y póngase a la altura del niño. No grite
ni muestre agresión. No mire fija ni directamente a al niño durante
demasiado tiempo. Algunos de ellos ven esto como una amenaza.

6. Permanezca disponible y receptivo siempre y cuando le sea posible.


7. Absténgase del castigo físico para disciplinarlo. Para un niño que
sufrió abuso, esto puede causarle pánico y que pueda que la situación no
mejore.

8. Permítale expresar lo que siente. Enseñe al niño palabras para


describir sus sentimientos. Muéstrele maneras aceptables para que haga
frente a sus sentimientos (por medio de caritas, videos de las emociones)
Después, elógielo por expresar sus sentimientos o por saber cómo
tranquilizarse.

9. Sea constante, predecible, afectuoso y paciente. Enséñele que puede


confiar en usted y que su objetivo es ayudarlo, probablemente la
confianza no ocurrirá de la noche a la mañana, y desconocemos el tiempo
que esto llevará, pero debemos ser pacientes.

10. Pida ayuda cuando esté preocupado, tenga preguntas o dificultades. El


equipo está en toda la disposición para apoyarlo en situaciones de crisis,
no está solo, somos un equipo.

Y sobre todo sea creativo para lograr autorregular a los niños en momentos de crisis
• Termómetro emocional (en el cual podemos que nos da tres colores con el
objetivo de poder terminar como se siente)
• Soplar un globo (donde inflamos el globo sin amarrarlo y al inflarlo estamos
simulando introducir todas aquellas emociones negativas, que no les permite
autorregularse, es importante mencionar que esta técnica la puedan hacer
bajo la supervisión de un adulto, para evitar cualquier tipo de accidente o
travesura)
• Soplar burbujas (al igual que en técnica anterior estamos oxigenando nuestro
cerebro y también necesitamos la supervisión de un adulto, en esta estamos
propiciando que pueda entrar en un estado de calma y conciencia,
controlando el impulso y, en consecuencia, su manera de actuar)
• También está el bigote mágico y para ello dejaré de compartir pantalla para
que podamos poner en práctica esta técnica (les voy a pedir de favor que
coloquemos nuestro dedo índice arriba de nuestro labio superior, con
nuestro dedo índice vamos a hacer un poco de presión y vamos a hacer
3 respiraciones, vamos a inhalar y exhalar por la nariz, y vamos a
sostener nuestra respiración por tres segundos, a la cuenta de 3 vamos
a inhalar 1,2,3… sostenemos 3 segundos… exhalamos por la nariz, una
vez más…una vez más)
Aunque para ellos algunas de estas actividades parezcan un juego, no solo se le
está ayudando a oxigenar su cerebro de manera adecuada, sino también, que a
través del juego podemos enseñar a los niños a controlar sus emociones, saber
autorregularse y no actuar con su cerebro reptiliano sino con su cerebro racional.
Déjenme compartir pantalla nuevamente
Recuerde

Los niños se adaptan muy fácilmente y dan lo que mejor pueden de acuerdo con lo
que recibieron. Pero usted ha dado el primer paso al ser empático y lograr entender
las experiencias que ellos vivieron en el pasado, para crear un mundo más sano y
seguro para él, Es nuestra labor brindarle a ese niño o a esa niña las herramientas
que necesitan para guiarlo mientras crece, puede ser un proceso lento y con
muchas dificultades, pero la recompensa merece de nuestro esfuerzo.

Mi Experiencia...

Ya para finalizar me gustaría que 2 de ustedes nos pudieran compartir como a sido
su experiencia en cuanto a los efectos del trauma que trae consigo un niño, como
lo han identificado, que han hecho para minimizar ese momento de crisis.
Por ejemplo, después de una convivencia familiar, ven al niño o a la niña más
travieso de lo normal, se presentó un cambio significativo, pero bastante notorio en
su estado de ánimo, en un día festivo lo ven un poco aislado. Como ha sido su
experiencia, que nos pudieran contar como lo han identificado o en qué momento,
que han hecho para minimizarlo.
Dejar de compartir pantalla y permitir la interacción.

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