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4.4 Diversidad cultural. Cristianos, musulmanes y judíos.

Durante la Edad Media, a la vez que la guerra y el enfrentamiento, tuvo lugar la


coexistencia y la fusión entre las tres culturas y religiones presentes en la península: la
cristiana, la musulmana y la judía.
En los primeros siglos de la Reconquista (ss. VIII-X), los contactos entre las tres
culturas eran escasos, debido a que la frontera era muy extensa y, en parte, despoblada
en torno al Valle del Duero. El único conocimiento que de los musulmanes llegaba a los
reinos cristianos del norte, era a través del testimonio de los mozárabes procedentes de
de al-Ándalus.
Hasta el siglo X, la España islámica fue culturalmente muy superior a los reinos
cristianos. Sólo los monasterios, como el de Ripoll o Sahagún, preservaron y
trasmitieron la cultura mediante la copia y conservación de libros.
En el siglo IX, con el descubrimiento de los restos del apóstol Santiago, se inició
la Ruta Jacobea de peregrinación, convirtiéndose el Camino de Santiago en una ruta
clave para la difusión cultural. Así llegaron a la Península Ibérica modelos literarios,
como los cantares de gesta, y estilos artísticos, como el románico y el gótico. La
influencia cultural también tuvo lugar en sentido contrario y las aportaciones culturales
de los reinos cristianos hispanos y la influencia de la cultura hispanomusulmana
llegaron al resto de Europa.
A partir del siglo XI la situación entre las culturas se hizo más conflictiva. La
propaganda religiosa propiciada por la Iglesia en los reinos del norte y por los ortodoxos
almorávides y almohades, aumentó la intolerancia.
De esta manera, aparecerá un nuevo grupo social, el de los moriscos1, los cuales fueron
expulsados de las ciudades, acusados de seguir con sus prácticas religiosas, prohibiendo
por tanto, el culto islámico. Muchos de ellos optaron por emigrar hacia el sur,
refugiándose en el siglo XIII en el Reino Nazarí de Granada o en el norte de África.
La situación de los judíos en al-Ándalus fue positiva, debido a que fueron
tolerados y tuvieron un cierto protagonismo económico en las ciudades. En cambio, en
los reinos cristianos, los judíos quedaron relegados en las juderías,2 comenzándose a
producir a partir del siglo XIII, importantes episodios de persecución popular en las
ciudades, conocidos como pogroms.3
El puente cultural entre el mundo islámico y la cristiandad fue la prestigiosa
Escuela de Traductores de Toledo que alcanzó su apogeo con Alfonso X el Sabio (s.
XIII). Allí colaboraron cristianos, musulmanes y judíos que traducían del árabe al latín
y, luego, directamente al castellano. La Escuela fue muy importante en la difusión en la
península y Europea de las obras científicas, filosóficas y literarias de griegos, romanos
y orientales.

                                                                                                                       
1
 Moriscos:  fueron  los  musulmanes  de  al-­‐Ándalus  convertidos  al  Cristianismo.  Fueron  numerosos  en  el  
sur  de  Aragón  y  Valencia,  siendo  protegidos  por  los  señores  terratenientes  de  Valencia  y  Murcia,  ya  que  
trabajan  para  ellos  en  sus  tierras.    
2
 Juderías:  nombre  que  recibían  los  barrios  judíos  en  los  que  se  concentraban  las  viviendas  de  los  
semitas,  llegándose  a  convertir  en  ocasiones  en  auténticos  getos,  separados  y  aislados  de  los  barrios  
cristianos.  
3
 Pogroms:  palabra  que  procede  del  ruso  (=linchamiento)  y  que  consistía  en  un  linchamiento  
multitudinario,  espontáneo  o  premeditado  de  un  grupo  particular,  étnico,  religioso  u  otro,  acompañado  
de  la  destrucción  o  el  expolio  de  sus  bienes  (casas,  tiendas,  centros  religiosos,  etc.).  

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