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La Edad Media y su literatura


1.LA EDAD MEDIA Y SU LITERATURA
Convencionalmente, se considera que la Edad Media se inicia en el año 476, con la caída del Imperio Romano
de Occidente, cuando Roma, su capital, es conquistada por los hérulos, uno de los pueblos considerados bárbaros por
los latinos.

Un milenio después, tres hitos históricos delimitan la frontera entre la Edad Media y el Renacimiento: la caída
de Constantinopla en manos del Imperio otomano (1453), la invención de la imprenta por Johannes
Gutenberg (h. 1400-1467) y el descubrimiento de América (1492).

Durante este largo período, el latín se va fragmentando en las distintas lenguas románicas, pero no es hasta
finales del siglo x o principios del siglo xi cuando se documentan los primeros textos escritos en romance
peninsular: las llamadas Glosas emilianenses y Glosas silenses, halladas, respectivamente, en los monasterios de San
Millán de la Cogolla (La Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos).

Se trata de un conjunto de anotaciones, situadas entre las líneas o en los márgenes de textos latinos, que
pretenden aclarar el significado de algunos pasajes o palabras. Las Glosas confirman que la lengua usada en la época
se había distanciado ya notablemente del latín.

En el ámbito de la literatura española, los primeros testimonios que se conservan son las jarchas, cancioncillas
amorosas que pueden datarse a mediados del siglo xi. La literatura medieval alcanza hasta La Celestina (1499-1502),
obra que anuncia la nueva cosmovisión característica del Renacimiento.

La literatura peninsular de este período está condicionada por tres importantes factores:

• las particularidades de la sociedad medieval,


• la interculturalidad
• la mentalidad teocéntrica.

1.1.LA SOCIEDAD EN LA EDAD MEDIA

La sociedad medieval estaba organizada en tres estamentos, con los que es posible vincular las distintas
manifestaciones de la literatura de la época:

• La plebe o estado llano. Sus miembros, dedicados mayoritariamente a la agricultura y ganadería, cantaban y
bailaban las composiciones de la lírica tradicional, y escuchaban, declamados por los juglares, los poemas
épicos y los romances.

Con el tiempo, el auge de la vida urbana favoreció el surgimiento de un nuevo grupo dentro del estado llano:
la burguesía. Formado por artesanos y mercaderes, este grupo social provocó la lenta transformación del sistema
estamental, basado en las relaciones de vasallaje (el campesino recibía del noble protección a cambio de obediencia,
servicios o tributos), y preparó el cambio de mentalidad que dio lugar al Renacimiento.

• El clero. Durante gran parte de la Edad Media, la Iglesia fue la depositaria única de la cultura. Las órdenes
monásticas (Cluni o el Císter) copiaban y guardaban los manuscritos en los monasterios, donde surgirá
el mester de clerecía.

A partir del siglo XIII aparecieron las primeras universidades españolas, vinculadas inicialmente al clero: la de
Palencia, entre 1204 y 1208; la de Salamanca, en 1218; y la Complutense, en Alcalá de Henares, en 1293.

• La nobleza. Desde finales del siglo XIII, las cortes reales o nobiliarias se convirtieron también en centros de
cultura. Obras literarias como El conde Lucanor, de don Juan Manuel, perseguirán como objetivo la educación
de los nobles; y la poesía cancioneril, los libros de caballerías o la novela sentimental reflejarán la ideología y
los gustos de la nobleza cortesana del SIGLO XV.
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1.2.LA INTERCULTURALIDAD

Los primeros siglos de la Edad Media europea están marcados por dos amplios movimientos migratorios:

• A partir del siglo III, los pueblos germánicos, procedentes de la Europa central y septentrional, se desplazaron
hacia el oeste y sur del continente. Durante los siglos v y vi fundaron en estos territorios reinos que constituyen
la semilla de los modernos Estados europeos: los francos se establecen en la actual Francia; los hérulos y
los ostrogodos, en la península itálica; los visigodos, en la península ibérica; y los anglos y sajones, en Gran
Bretaña. Casi todos abrazan como religión el cristianismo, y francos, ostrogodos y visigodos adoptan como
lengua el latín.

• Tras la muerte del profeta Mahoma (632), el islam se expande por Persia y por el norte de África. En el año
711, se produce la invasión de la península por los árabes y los bereberes, que llegan hasta los Pirineos, donde
sondetenidos por Carlos Martel, abuelo del rey franco Carlomagno (742-814).

Tras la ocupación árabe, en la franja cantábrica y pirenaica se configuran pequeños reinos y condados
cristianos que, a la vez que afianzan una personalidad propia, comienzan una lenta expansión hacia el sur —
la Reconquista— que culminará con la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492.

LA EDAD MEDIA PENINSULAR

Debido a los factores interculturales, la Edad Media peninsular presenta características específicas que se pueden
concretar en dos puntos:

• Pluralidad lingüística. Alrededor del siglo x, en los reinos cristianos del norte quedan constituidos los
primitivos romances peninsulares: el gallego-portugués, el asturleonés, el castellano, el navarroaragonés y
el catalán. A estas manifestaciones habría que añadir el mozárabe, que era hablado por los cristianos de al-
Ándalus, y las lenguas no románicas de la península, como el vasco y el árabe.

• Coexistencia de las culturas cristiana, judía y musulmana. Las relaciones entre ellas fueron a menudo
conflictivas, como demuestran las luchas fronterizas entre cristianos y musulmanes, o los
frecuentes pogromos (episodios de violencia contra las juderías), que desembocaron en el establecimiento de
la Inquisición en 1478 y la expulsión de la población hispano judía en 1492. Sin embargo, se produjo también
un fecundo intercambio cultural que favoreció el desarrollo de las matemáticas, las ciencias naturales, la
técnica, la literatura o el pensamiento filosófico.

La confluencia de estas características explica las distintas manifestaciones de la lírica peninsular, tanto popular
como culta; el asunto de numerosos romances —en particular, de los llamados romances noticieros o fronterizos—;
o el surgimiento de la prosa castellana, impulsada por la labor de la Escuela de Traductores de Toledo y por las
traducciones del árabe de colecciones de cuentos de origen oriental.

1.3.LA MENTALIDAD MEDIEVAL 

La cosmovisión medieval está marcada por el teocentrismo: la importancia de la religión como eje que vertebra
la vida social y que da sentido a las existencias individuales, cuyo fin último es la salvación del alma.

Así, buena parte del arte y de la cultura de la época (el arte románico y el arte gótico; el canto gregoriano;
las Cantigas de Santa María, compuestas o compiladas por Alfonso X el Sabio; las distintas manifestaciones de
la polifonía religiosa medieval; el mester de clerecía...) llevarán la impronta del cristianismo.

La religiosidad es, además, uno de los rasgos característicos de los personajes que, desde la literatura, se proponen
como modelos para la comunidad: es el caso del Cid o del caballero Zifar, que estudiaremos en las próximas unidades.
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1.4. RASGOS GENERALES DE LA LITERATURA MEDIEVAL 

Las peculiaridades del mundo medieval determinan una serie de rasgos compartidos que se aprecian en buena
parte de la literatura de este período:

• Oralidad. Algunas de las manifestaciones literarias más significativas de la Edad Media fueron concebidas para
ser difundidas oralmente. Es el caso de la lírica popular, la lírica culta, la poesía épica, los romances e, incluso,
de algunas obras del mester de clerecía, que se leían, tal vez, en los monasterios ante un auditorio de
peregrinos.

• Anonimia. La oralidad va asociada, a menudo, con la anonimia. En los inicios de la literatura, el concepto de
autoría carece de importancia. Anónimas serán, por lo tanto, algunas de las obras fundamentales de la
literatura medieval española, como el Poema de Mio Cid.

• Didactismo. HASTA EL SIGLO XV, la mayor parte de la literatura medieval pretende transmitir valores o
conocimientos al receptor. Esta intención didáctica se aprecia en el mester de clerecía o en los repertorios de
cuentos vinculados a la predicación o a la educación de nobles y príncipes.

• Predominio del verso. Como hemos visto, las obras literarias medievales no se destinan habitualmente a la
lectura individual, sino al canto o a la recitación.

Como consecuencia de ello, se preferirá, en general, el verso a la prosa. El verso, dotado de ritmo y
rima, será el modo de expresión no solo de la lírica, sino de distintos subgéneros narrativos (poemas épicos,
romances, poemas narrativos del mester de clerecía...). Ello no impedirá, sin embargo, un lento desarrollo de
la prosa que tardará en alcanzar su madurez.
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2. LA LÍRICA POPULAR- POESÍA POPULAR LÍRICA


La lírica popular adopta en la Europa medieval distintas expresiones: las jarchas mozárabes, las cantigas de
amigo galaico-portuguesas y los villancicos castellanos en la península ibérica; los refrains y las chansons de
toile francesas, y las Frauenlider alemanas. Todas ellas surgen entre los siglos xi y xiii a partir de un sustrato folclórico
común, y constituyen la llamada canción de mujer.

La canción de mujer es la principal manifestación de la lírica popular durante la Edad Media en Europa
occidental.

• Todas ellas presentan rasgos comunes: son poemas líricos anónimos, cantados por el pueblo, que se
transmitían oralmente de generación en generación; en general, son de temática amorosa y el yo poético es
una joven enamorada.
• Las canciones de mujer se recogieron por escrito tardíamente, cuando los autores cultos comenzaron a
valorar la poesía y la música tradicionales. Por ello, a menudo, no es posible distinguir si los poemas que se
conservan son cantares populares auténticos o reelaboraciones de textos preexistentes realizadas por poetas
cultos.

3.LA LÍRICA POPULAR EN LA PENÍNSULA


3.1. LAS JARCHAS 
El primer vestigio conocido de la poesía lírica en una lengua románica son las jarchas, cancioncillas compuestas
en mozárabe, que los poetas cultos insertaban al final de composiciones escritas en hebreo o en árabe clásico
denominadas moaxajas.

El tema de las jarchas consiste en una queja amorosa, puesta en boca de una voz femenina, que se dirige, a
menudo, a un confidente —por lo general, la madre o las hermanas— para expresar su sufrimiento por la ausencia, la
enfermedad o la partida del amado. Este es designado con el arabismo habib (o habibi).

Predominan las jarchas de cuatro versos hexasílabos u octosílabos, con rima consonante en los versos pares,
aunque también se emplean otras estructuras métricas.

La moaxaja

La moaxaja es un tipo de canción amorosa, escrita en hebreo o en árabe clásico, que cultivaron los poetas
de al-Ándalus entre los siglos XI y XIV. Se caracterizaba por incluir, al final, un breve cantarcillo popular preexistente
en árabe dialectal o en lengua mozárabe (la jarcha). Como ejemplo, lee este fragmento de una moaxaja del siglo XI,
atribuida a Abdul-Walid Yunus ibn Isa al-Jabba Mursi. La jarcha son los cuatro versos finales.
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3.2. LAS CANTIGAS DE AMIGO 


Las cantigas de amigo constituyen el género característico de la lírica galaico-portuguesa de tipo popular. Como
las jarchas, se trata de composiciones amorosas en las que una muchacha expresa su pesar por el alejamiento o el
olvido del amado (el amigo). Presentan, sin embargo, algunas particularidades:

• Presencia de elementos de la naturaleza. El yo poético interpela a las olas, a los pinos, a los ciervos..., y
proyecta simbólicamente sus sentimientos sobre ellos.

• Estructura. Los poemas constan de una sucesión de estrofas rematadas por un estribillo y construidas a partir
de dos procedimientos retóricos: el paralelismo y el llamado leixa-pren o encadenamiento, que consiste en
la repetición al principio de una estrofa del final de una anterior:

Las cantigas de amigo conservadas aparecen firmadas por trovadores como el rey Denis, Martín Códax o Pero
Meogo, que recrearon o imitaron textos tradicionales anteriores.

3.3.LOS VILLANCICOS 
Las composiciones características de la lírica tradicional castellana reciben el nombre de villancicos.

Estos textos se fijaron por escrito a mediados del siglo XV y muchos de ellos fueron incorporados a los
cancioneros colectivos que se estudiarán en esta unidad.

En general, se trata de poemas de tema amoroso; sin embargo, existen también villancicos
de trabajo, de fiesta, infantiles, humorísticos..., que acompañaban los distintos momentos y actividades de la vida
medieval.

En los villancicos amorosos son frecuentes elementos o situaciones cargados de connotaciones eróticas: la
fuente como lugar de encuentro de los enamorados, el ciervo que revuelve el agua del río, la muchacha que se peina
o lava las prendas del amado, o que recoge flores y frutos... Junto a estos elementos simbólicos, aparecen motivos
recurrentes: la romería, la llegada de la primavera o la noche de San Juan como circunstancias propicias para el amor;
la mujer mal casada que lamenta su suerte, o el alba como momento del encuentro o de la despedida de los amantes.

Los villancicos presentan, en general, la siguiente estructura:

• Un estribillo o cabeza de dos, tres o cuatro versos.

• Una estrofa dividida en dos partes: la mudanza, que consta, a menudo, de cuatro versos; y la vuelta, en la que
se recupera total o parcialmente el estribillo.

Si el poema presenta varias estrofas, el estribillo se repite al final de cada una.

Son numerosas las canciones híbridas, en las cuales un poeta culto desgaja (o recrea) el estribillo de un villancico
o canción popular, al que añade una o varias estrofas o glosas de su invención. En estos casos, las fronteras entre la
lírica popular —anónima y cantada por el pueblo— y la lírica culta —de autor concreto e instruido— se difuminan.
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ACTIVIDAD 5

Explica su contenido y la estructura.


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• El amor cortés es el resultado de la proyección de los códigos del vasallaje feudal a la relación entre
hombre y mujer. Así, el yo poético manifiesta su absoluta sumisión a la dama (la domna o señora), a la
que debe servir, guardándole obediencia y fidelidad.

• En la relación entre el yo poético y su amada se interpone siempre un obstáculo: los rivales,


los lauzengiers o calumniadores; otras veces es la propia actitud de la domna, que ignora a su enamorado
(tópico de la belle dame sans merci—mujer bella y cruel—) o que lo rechaza debido a su condición de mujer
casada.

• Se trata, pues, de un amor imposible, prohibido o secreto, que exige discreción por parte del caballero.
Por ello, el enamorado oculta el nombre de su amada bajo una senhal o seudónimo.
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En la península ibérica, además de la poesía catalana, galaico-portuguesa y castellana, se reconocen otras dos
tradiciones de lírica culta:

• Poesía arábigo-andaluza. Los poetas de al-Ándalus cultivaron, en general, una lírica refinada y sensual, e
incorporaron dos nuevos tipos de poemas estróficos: la moaxaja y el zéjel. El cordobés Ibn Zaydún (1003-
1070) está considerado uno de los mayores poetas andalusíes.

• Poesía hispano-hebrea. De entre los autores hispano-hebreos, miembros de las comunidades judías tanto de
al-Ándalus como de los reinos cristianos, destaca el poeta Yehuda ha-Leví, nacido en Tudela en 1114.

El zéjel
El zéjel es un tipo de composición poética de origen árabe y cultivada, después, en la poesía en castellano que
presenta notables semejanzas con el villancico tradicional. Está formado, como este, por un estribillo y una o
varias estrofas, que constan de mudanza y vuelta. Lo característico es que la mudanza está formada por tres versos
monorrimos, y la vuelta por un solo verso.

TRES MORILLAS
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La Divina comedia, del poeta florentino Dante Alighieri (1265-1321), constituye el modelo de algunos de los
decires de la poesía castellana del siglo xv.

El protagonista, perdido en una «selva oscura» (alegoría de la vida en pecado),es guiado primero por el poeta
latino Virgilio y después por su amada Beatriz a través del infierno, del purgatorio y del cielo. Realiza, así, un viaje
moral que culmina, al final de la obra, con la salvación del personaje y con la contemplación de Dios.

El infierno de los enamorados se inspira en la Divina comedia de Dante. En ella, el yo poético, perdido en una
montaña, es asaltado por un puerco salvaje —encarnación alegórica de la lujuria— y conducido a un castillo donde es
testigo de los tormentos a los que son sometidos célebres amantes de la mitología: Orfeo y Eurídice, Dido y Eneas...
La obra termina con la renuncia del emisor al amor.
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El laberinto de Fortuna- Juan de Mena

En este extenso poema, conocido también como Las trescientas, el emisor es conducido por una doncella (la
Providencia) al palacio de Fortuna. Allí contempla las ruedas del tiempo: las del pasado y el futuro están quietas,
mientras la del presente gira sin cesar.

La voz poética examina las virtudes y defectos de los personajes históricos o contemporáneos situados en las
ruedas.

El poema parece una reflexión sobre la variabilidad de la Fortuna —caótica y arbitraria— y su relación con
la Providencia divina —que da orden o sentido al mundo—; pero según avanzan las estrofas, se convierte en una obra
política que exalta la figura del rey Juan II de Castilla y de su valido, el condestable Álvaro de Luna.

El Laberinto de Fortuna consta de trescientas coplas de arte mayor, cada una de las cuales está formada por ocho
versos dodecasílabos con rima consonante según el esquema 12A 12B 12B 12A 12A 12C 12C 12A.

Juan de Mena pretendió dignificar el castellano, acercándolo al latín. Mediante el uso del hipérbaton y la
incorporación de constantes latinismos, construyó una lengua poética apartada radicalmente de la lengua común.
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Jorge Manrique(1440-1479)- Biografía

Nació en Paredes de Nava (Palencia), en una familia de la alta nobleza.

Participó en el levantamiento nobiliario contra Enrique IV de Castilla a favor de Isabel I, ganando con ello el
prestigio militar.

Sobrino del también poeta Gómez Manrique, compaginó su afición por las letras con la carrera de las armas, que
le correspondía como noble.

Métrica de las Coplas


La obra está formada por cuarenta coplas manriqueñas, cada una de las cuales consta de dos sextillas de pie
quebrado.

En ellas se combinan versos octosílabos y tetrasílabos (o pentasílabos) con rima consonante, según el siguiente
esquema: 8a 8b 4c 8a 8b 4c.

Estructura y temas
Las Coplas a la muerte de su padre presentan un diseño estructural que se organiza de lo general a lo particular.

Pueden dividirse en dos partes, cada una de las cuales se estructura a su vez en dos bloques temáticos claramente
diferenciados, tal como se explica en el cuadro.

Jorge Manrique construye su obra sirviéndose de temas, tópicos y recursos de la tradición literaria anterior. Sin
embargo, el tono sentencioso y reposado, la hondura de pensamiento, la naturalidad en la expresión, el equilibrado
diseño estructural, la voluntad de involucrar al lector, o la renuncia al patetismo en el tratamiento del tema de la
muerte, confieren a la obra una originalidad y autenticidad que justifican el lugar destacado que ocupa en la literatura
en castellano.
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REPASO LÍRICA MEDIEVAL


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1. Clasifica los textos según pertenezcan a la lírica popular o a la lírica culta, y argumenta tu respuesta.

2. Indica si los textos de la lírica popular son jarchas, cantigas de amigo o villancicos. Razona los motivos de cada
adscripción.

3. Analiza la métrica y los recursos estilísticos en los textos Des cand mieo çidiello... y A mi puerta...

4. Lee las dos primeras estrofas de Non es el rayo. ¿Qué tópico literario se desarrolla en ellas? ¿Qué modalidad
textual (narración, descripción, exposición, argumentación) reconoces?

5. ¿Qué sentimientos expresa el yo poético en las dos últimas estrofas del poema Non es el rayo…?

6. Realiza el esquema métrico del texto del marqués de Santillana. ¿De qué poema estrófico se trata? Relaciona
su empleo con el autor de la composición.

7. ¿Con qué estamentos de la sociedad medieval relacionarías los poemas anteriores?

8. Ilustra con los textos de arriba los dos rasgos específicos de la Edad Media española.

9. ¿Qué características generales de la literatura medieval se ponen de manifiesto en estos poemas? Razona tu
respuesta.

10. Elabora un esquema sobre la lírica medieval peninsular.

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