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INSTRUCCIONES: Lee detenidamente el texto “La Sed, un invento del cerebro” y aplica
las reglas básicas para elaborar Resúmenes. Recuerda que lo primero que debemos hacer es
leer el texto (al menos 3 veces), después selecciona las ideas principales, subráyalas, agrega
notas al margen y elabora los 3 tipos de Resúmenes: Literal, Parafraseado e Interpretativo.
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Catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Cuando hace mucho tiempo que no bebemos, cuando estamos enfermos y vomitamos o
tenemos diarrea, cuando tenemos un accidente y sangramos o cuando hace mucho calor o
hemos hecho ejercicio físico intenso y sudamos el volumen y la presión del plasma sanguíneo
disminuye, el cerebro capta esa situación y genera un tipo de sed llamada sed
hipovolémica que nos motiva a buscar agua y beber. Un mecanismo diferente que dispara
también la sed es el que tiene lugar cuando ingerimos comidas saladas, como las palomitas
del cine, que aumentan la concentración de sales en la sangre. Entonces el tipo de sed que el
cerebro genera se llama sed osmótica, pero el sentimiento que tenemos de la misma no se
diferencia del que tenemos cuando la sed es hipovolémica. La sed se siente siempre del
mismo modo, como una respuesta automática del cuerpo a cambios que ocurren en la sangre.
La cantidad de agua que bebemos, aparte de depender de cada persona, depende
también del clima, las costumbres sociales y, por supuesto, de la disponibilidad de líquidos.
Una situación en la que están alterados los mecanismos básicos de la sed es la diabetes
mellitus, enfermedad en la que por falta de la hormona insulina o por mal funcionamiento de
la misma las células del cuerpo no captan suficientemente la glucosa que necesitan para
funcionar haciendo que ese azúcar se acumule en la sangre y se pierda por la orina. En su
recorrido renal la glucosa, por ósmosis, arrastra agua produciendo entonces deshidratación
y activando los mecanismos neuronales de la sed. La administración conveniente de insulina
evita esas consecuencias.
La sed no basta.
“El que bebe solamente cuando tiene sed, no bebe lo suficiente”, afirma el doctor
Mark Davis2. Muchas personas se encuentran en un estado de deshidratación ligera, ya que
la sensación de sed sobreviene cuando los fluidos corporales ya están en un nivel bajo, y con
la edad el mecanismo de la sed va deteriorándose.
Como señaló The New York Times, necesitamos más agua cuando el clima es muy
caluroso o extremadamente frío y seco, cuando hacemos ejercicio o estamos a dieta y
cuando sufrimos cualquier enfermedad acompañada de diarrea, fiebre y vómitos, estados
que provocan pérdida de fluidos. Los regímenes altos en fibra también requieren más
líquidos de lo normal para que la fibra circule por los intestinos.
El agua es lo que más sacia la sed, pues el cuerpo la absorbe rápidamente. Cuanto más
dulce es una bebida, más tarda en absorberse. Los refrescos azucarados pueden provocar
más sed, ya que para digerir el azúcar se necesita líquido. Por otra parte, si solo se toman
bebidas que contengan cafeína o alcohol, puede producirse pérdida de líquidos, pues ambas
sustancias son diuréticas. “Los adultos deben beber al menos ocho vasos de agua al día”,
dice el diario mencionado.
2
Catedrático de fisiología del ejercicio.
Elabora un Resumen Literal. Transcribe textualmente las palabras del texto original,
agrega conectivos para dar coherencia y mejorar la presentación textual.
LA SED, UN INVENTO DEL CEREBRO
La sed nos hace soñar despiertos con el agua fresca que emana de un generoso y
refrescante manantial y su sola imaginación ya resulta gratificante.
Son pocas las cosas que resiste peor el cuerpo humano que la deshidratación cuando
llevamos mucho tiempo sin beber, o cuando perdemos fluidos del organismo por
hemorragias, vómitos, diarreas o sudoración por exceso de calor o por haber practicado
intensamente ejercicio físico.
La solución que la naturaleza ha desarrollado para evitar la deshidratación es crear
inmediatamente la sed, una potente sensación que inunda la mente consciente y motiva a
buscar el agua donde quiera que la haya para restaurar el equilibrio hídrico perdido Es
necesario garantizar que esa agua ingerida se distribuya convenientemente entre los
diferentes compartimentos de fluidos del cuerpo, pues cada uno de ellos requiere un
determinado volumen para que los procesos fisiológicos en que está implicado funcionen con
regularidad.
Cuando hace mucho tiempo que no bebemos, cuando estamos enfermos y vomitamos o
tenemos diarrea, cuando tenemos un accidente y sangramos o cuando hace mucho calor o
hemos hecho ejercicio físico intenso y sudamos el volumen y la presión del plasma sanguíneo
disminuye, el cerebro capta esa situación y genera un tipo de sed llamada sed
hipovolémica que nos motiva a buscar agua y beber. Cuando hay una concentración de sales
en la sangre, el tipo de sed que el cerebro genera se llama sed osmótica, pero el sentimiento
que tenemos de la misma no se diferencia del que tenemos cuando la sed es hipovolémica. La
sed se siente siempre del mismo modo, como una respuesta automática del cuerpo a cambios
que ocurren en la sangre.
La cantidad de agua que bebemos, aparte de depender de cada persona, depende
también del clima, las costumbres sociales y, por supuesto, de la disponibilidad de líquidos.
Elabora un Resumen de Paráfrasis. Elimina expresiones innecesarias, redacta utilizando
tus propias palabras, pero conservando el pensamiento original del autor.
La sed es una sensación fundamental que experimentamos como seres humanos y que juega
un papel esencial en nuestra supervivencia. Es un mecanismo biológico que nos alerta sobre
la necesidad de ingerir líquidos para mantener un equilibrio adecuado en nuestro organismo.
Según Morgado (2009) “Son pocas las cosas que resiste peor el cuerpo humano que la
deshidratación” ya que nuestro cuerpo, prácticamente, está conformado de agua. Por
consecuencia de esto, la naturaleza ha desarrollado la sed como una solución para evitar la
deshidratación. La sed es una poderosa sensación que motiva a buscar agua y restaurar el
equilibrio. Beber agua también implica un placer intenso, especialmente cuando tenemos
mucha sed.
Sin embargo, no basta con beber agua; es necesario distribuir adecuadamente el agua en
diferentes lados del cuerpo, lo que requiere la presencia de sales, especialmente el sodio. El
riñón desempeña un papel crucial en el control de la pérdida de agua y sales a través de la
orina, regulado por las hormonas vasopresina y aldosterona.
Existen diferentes tipos de sed, como la sed hipovolémica que ocurre cuando hay una
disminución en el volumen sanguíneo, y la sed osmótica que se desencadena cuando ingerimos
alimentos salados. Ambos tipos de sed se sienten de manera similar.
La conclusión es que la sensación de sed es una respuesta fisiológica natural del organismo,
gestionada por el cerebro, que tiene un propósito vital en la regulación de los niveles de
agua, la preservación de la salud y no ocasionar una deshidratación. Es importante beber
suficiente agua, incluso antes de sentir sed, para mantener adecuadamente nuestros niveles
de líquidos, ya que la sed suele manifestarse cuando ya estamos deshidratados.
BIBLOGRAFIA
Morgana, I. (2019). La sed, un invento del cerebro. El cultural. Recuperado de
https://www.elespanol.com/el-cultural/ciencia/20190724/invento-
cerebro/416210234_0.html
1Aschwanden, C. (2021). “¿Cuánta agua tienes que beber en realidad?”. New York
Times. Recuperado de
https://www.nytimes.com/es/2021/09/30/espanol/cuanta-agua-
tomar.html?action=click&module=RelatedLinks&pgtype=Article