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INTRODUCCIÓN
La candidiasis es una infección primaria o secundaria, causada por levaduras del
género Candida, con manifestaciones clínicas extremadamente variables de
evolución aguda, subaguda, crónica o episódica, en las cuales el hongo puede
causar lesiones cutáneas, mucho-cutáneas, profundas ó diseminadas (Biasoli,
s.f.).
Dentro del género Candida, las más aisladas como agentes causales de
infecciones en el hombre son: Candida albicans y otras especies del género
como: Candida dubliniensis, Candida glabrata, Candida famata, Candida krusei;
C. lusitaniae, Candida parapsilosis, Candida tropicalis, etc. (Biasoli, s.f.).
Candida albicans es una levadura comensal que reside en las membranas
mucosas de las cavidades oral y vaginal, así como en el tracto gastrointestinal de
los humanos. Normalmente es inofensiva en el hospedero sano, pero su
patogenicidad se dispara en el hospedero inmunocomprometido. Aunque la
invasión inicial depende de los mecanismos inmunes del hospedero, C. albicans
posee características intrínsecas que promueven su habilidad de causar
enfermedad (Trick, 1998) (Bodey, 1995) (Gillieece, 2000). Entre sus factores de
virulencia se incluyen las adhesinas, la conversión morfogenética del
microorganismo de la fase levaduriforme a la fase filamentosa, la secreción de
enzimas como proteasas y fosfolipasas y la inmunomodulación de los
mecanismos de defensa del hospedero (Cassone et al., 1987) (Fidel et al., 1999)
(Chaffin, 1998).
De las especies de Candida, C. albicans predomina en candidiasis genital, oral y
cutánea (>90%). En candidemias y enfermedad invasora continúa siendo la
causa más frecuente, pero se ha observado una disminución del 7%-10% (1997-
2005) en su prevalencia. También se ha anotado disminución de acuerdo con el
incremento en la edad, después de la exposición a los azoles y en las UCI (16,
17). C. glabrata ha incrementado desde 1993, su frecuencia como causa de
candidemia en Norte América, con lo cual se ubica como la segunda especie más
frecuente, lo que la cataloga como un importante oportunista emergente con gran
potencial para desarrollar resistencia a los antimicóticos, especialmente
fluconazol. Se la asocia a pacientes mayores de 60 años, trasplantados de
órganos sólidos o con cáncer. La profilaxis con fluconazol es un factor
predisponente. En Latinoamerica esta especie tiene una baja incidencia (4-6%)
(de Bedout & Gómez, 2010).
La mayor parte de las infecciones son de origen endógeno a partir de los
reservorios mucho-cutáneos o cutáneos (introducidos a partir de catéteres u otros
dispositivos de uso médico, que interrumpen la barrera cutánea), aunque también
pueden ser exógenas, por ejemplo en los hospitales, donde las levaduras pueden
ser transmitidas a lactantes a partir de mamaderas mal esterilizadas, o a
pacientes transplantados o inmunosuprimidos a partir de materiales quirúrgicos,
equipos de diálisis o endoscopios mal decontaminados o por transmisión
horizontal a partir de la existencia de infecciones por levaduras en manos o uñas
del personal que trabaja en unidades de cuidados intensivos (UCI), sin la debida
protección (Soll, 1992).
En general, la candidiasis cutáneo-mucosa es frecuente en pacientes con
deficiencias en las células T, tal como ocurre en los pacientes con SIDA, en
pacientes diabéticos y con otras endocrinopatías. La infección más seria, la
candidiasis invasiva (CI), que compromete la vida del paciente, se desarrolla en
individuos severamente inmunocomprometidos, y, en la mayoría de los casos de
CI confluyen dos o más de estos factores predisponentes. La neutropenia es una
de las principales causas de CI; aunque los pacientes sometidos a transplantes de
órganos, con tumores sólidos ó con enfermedades malignas de la sangre,
también tienen alto riesgo de sufrir CI (De Bernardis et al., 1994) (Cutler, 1991).
II. OBJETIVOS
Conocer las principales formas de candidiasis y la sintomatología que se
presenta en cada caso.
Conocer la estructura y morfología de candida albicans bajo el microscopio.
Conocer las características de una colonia aislada en medio de cultivo.
Conocer las pruebas bioquímicas para candida albicans.
Piel y pelos:
1. Tomar la muestra del borde de progresión de la placa sospechosa (zona
más activa de la lesión).
2. Las lesiones secas se raspan con bisturí, cucharilla o borde del
portaobjetos.
3. Las lesiones húmedas emplear escobillones o torundas estériles.
4. En el caso de pelos arrancar con pinzas los pelos que se encuentren
rotos, de tres a cuatro, raspando también las lesiones escamosas.
5. Recoger cantidad suficiente de material (escamas, pelos).
6. Hacer caer el material directamente en un portaobjetos o en un trozo de
papel o cartulina.
Uñas:
1. Lavado previo de manos o pies seguido de un secado completo.
2. Recorte del borde extremo de la uña, si es posible descartar la parte más
distal del material.
3. Desinfección con alcohol 70º de la lámina externa, borde y pliegues de
la uña.
4. Raspado con cucharilla o con bisturí evitando efectuar cortes o erosiones
5. Recoger suficiente material en recipiente (placa Petri vacía, dos
portaobjetos de vidrio limpios, un contenedor de papel o cartulina)
6. Rotular adecuadamente el recipiente.
7. Si el material se observa in situ sobre portas: Se aplicará sobre las
escamas o pelos unas gotas de potasa o tinta china azul Se calentará
con el mechero de alcohol Se deja enfriar Observación al
microscopio.
V. RESULTADOS
A
Figura 1. Toma de muestras para análisis micológico en: a) Uñas y b) Piel.