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Asociación Española Revista de Psicopatología y Psicología Clínica Vol. 17, N.º 3, pp.

185-203, 2012
de Psicología Clínica Spanish Journal of Clinical Psychology, www.aepcp.net ISSN 1136-5420/12
y Psicopatología

TRANSDIAGNÓSTICO: NUEVA FRONTERA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

BONIFACIO SANDÍN, PALOMA CHOROT Y ROSA M. VALIENTE


Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, España

Resumen: El transdiagnóstico ha recibido recientemente un elevado interés por parte de la psico-


patología y la terapia cognitivo-conductual (TCC), especialmente en relación con los trastornos
de ansiedad y los trastornos depresivos. El presente artículo proporciona una revisión sobre el
transdiagnóstico como nueva perspectiva en el campo de la psicología clínica. Se describen los
fundamentos psicopatológicos conceptuales y las implicaciones para la investigación y la inter-
vención clínica. Basándonos en conceptos procedentes de información obtenida a partir de datos
de tipo cognitivo, emocional y de aprendizaje, identificamos los principales factores, procesos y/o
mecanismos transdiagnósticos que subyacen a los trastornos emocionales y a otros trastornos
mentales, los cuales proporcionan una estructura para la implementación de los principios tera-
péuticos básicos de la TCC transdiagnóstica. El artículo concluye resaltando la relevancia teórica
y práctica de la perspectiva transdiagnóstica y su potencial contribución al desarrollo de la psico-
logía clínica.
Palabras clave: Transdiagnóstico; psicopatología; terapia cognitiva-conductual; trastornos emo-
cionales; ansiedad; depresión.

Transdiagnostic: A new frontier in clinical psychology


Abstract: Recently, transdiagnostic has received considerable interest from psychopathology and
cognitive-behavior therapy (CBT), especially with regard to anxiety and depressive disorders. This
article provides a review on transdiagnostic as a new perspective in the field of clinical psychology.
The conceptual psychopathological fundamentals and their implications for research and clinical
interventions are described. Based on concepts emerging from cognitive, emotional and learning
data, we identified the main transdiagnostic factors, processes and/or mechanisms across emotional
and other mental disorders, which provide a framework for implementing the basic therapeutic
principles of transdiagnostic CBT. The article concludes highlighting the theoretical and applied
relevance of the transdiagnostic approach and its potential contribution to developments in clinical
psychology.
Keywords: Transdiagnostic; psychopathology; cognitive-behavior therapy; emotional disorders;
anxiety; depression.

1
El sol es nuevo cada día El estatus y desarrollo científico que posee ac-
Heráclito de Éfeso tualmente la TCC se debe al hecho de consistir
en un tratamiento basado en los principios, me-
La terapia de conducta, o terapia cognitivo- canismos y procesos que rigen la conducta
conductual (TCC), es una disciplina aplicada anormal proporcionados por otras disciplinas
que posee una efectividad superior a cualquier científicas (teóricas) de la psicología, tales
otra forma de terapia de los trastornos mentales, como la psicopatología, la psicología del apren-
especialmente de los trastornos emocionales. dizaje o la psicología cognitiva. Ello, sin duda
alguna, haría válida la afirmación de Kurt
Lewin de que «no hay nada más práctico que
Correspondencia: Bonifacio Sandín, Universidad Nacio- una buena teoría».
nal de Educación a Distancia, Facultad de Psicología, Juan En contraste con esta idea elemental y bási-
del Rosal 10, 28040 Madrid, España.
Correo-e: bsandin@psi.uned.es ca para el progreso de cualquier disciplina cien-
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tífica aplicada (p.ej., la medicina), la psicología ticos se incrementa la frecuencia de comorbili-


clínica actual se encuentra enmarañada por una dad, y esto suele llevarnos al dilema sobre si la
invasión de corrientes y terapias de «nueva ola», elevada comorbilidad realmente consiste en la
eclécticas, filosóficas, pragmáticas y/o ateóri- concurrencia de dos o más trastornos que se dan
cas, que casi siempre tratan de cobijarse a la juntos o si más bien es un mismo trastorno
sombra de la TCC para así poder presentarse en etiquetado de diferentes formas.
sociedad con la etiqueta, aunque no acredita- Los datos sobre comorbilidad concurrente
ción, de terapias científicas. Sin embargo, cuan- son escalofriantes. Por ejemplo, y basándonos
do, fruto del avance científico de tales discipli- únicamente en la revisión llevada a cabo por
nas teóricas, se produce un nuevo avance o Clark et al. (1995) sobre muestras clínicas, se
perspectiva en la psicología clínica, podemos obtienen conclusiones como las siguientes: el
hablar de posible progreso en este campo de la 65% de los pacientes diagnosticados de disti-
ciencia. El denominado «transdiagnóstico», mia, el 59% de pacientes con depresión mayor,
término utilizado inicialmente por Fairburn, el 77% de pacientes diagnosticados de anorexia
Cooper y Shafran (2003) en el ámbito de los nerviosa, el 96% de pacientes con trastorno
trastornos alimentarios, ha emergido reciente- obsesivo-compulsivo (TOC), y el 80% de pa-
mente como un nuevo enfoque científico pro- cientes con abuso de drogas padecen al menos
metedor, dando lugar a una nueva frontera en el otro trastorno del Eje I comórbido (como diag-
avance de la psicología clínica. nóstico secundario). Muchos trastornos presen-
tan patrones de comorbilidad, i.e., suelen darse
junto a determinados grupos de trastornos co-
DESARROLLO mórbidos; así por ejemplo, los trastornos de
DEL TRANSDIAGNÓSTICO ansiedad suelen mostrar elevada comorbilidad
COMO NUEVA PERSPECTIVA con otros trastornos de ansiedad y depresión
EN PSICOPATOLOGÍA (trastorno depresivo mayor y distimia). Diver-
sos estudios referidos por Mineka, Watson y
Comorbilidad en psicopatología y concepto Clark (1998) ponen de manifiesto que más del
de transdiagnóstico 50% de los pacientes diagnosticados con depre-
sión también presentan al menos un trastorno
Desde antiguo la psicopatología ha estado de ansiedad; y viceversa, más del 50% de los
marcada por cierta lucha o polémica entre los pacientes con diagnóstico primario de algún
enfoques dimensionales y categoriales de la trastorno de ansiedad también posee algún tras-
conducta anormal (p.ej., véase Clark, Watson y torno depresivo. La comorbilidad de la depre-
Reynolds, 1995; Nathan y Langenbucher, sión no es uniforme con los distintos trastornos
1999). En esta disputa casi siempre ha triunfa- de ansiedad, siendo en general superior con el
do el enfoque categorial, debido a las múltiples trastorno de ansiedad generalizada (suele ser
ventajas que posee y por ser más «vistoso» y superior al 60%). También suele ser elevada la
práctico. Sin embargo, también desde siempre comorbilidad entre los síntomas de los trastor-
se han puesto de relieve ciertos problemas aso- nos de ansiedad y los síntomas depresivos (San-
ciados a este enfoque. Algunos de ellos han dín, Chorot, Valiente y Chorpita, 2010).
girado en torno a la inflación de síndromes o A partir de estos datos (que sólo constituyen
categorías clínicas (por ejemplo, se ha pasado un ejemplo) puede deducirse fácilmente que,
de 106 trastornos en el DSM-I a cerca de 300 basándonos en los criterios de diagnóstico ac-
en el DSM-IV) y, sobre todo, a la elevada co- tuales, la existencia de comorbilidad suele ser
morbilidad entre los distintos trastornos men- la norma más que la excepción. Lógicamente,
tales, lo cual podría suponer cierta limitación a el hecho de que exista tan elevado grado de
la validez de dichos trastornos (la comorbilidad comorbilidad supone un cierto desafío a la con-
es la tendencia a que en una misma persona se ceptualización categorial de la psicopatología.
diagnostiquen conjuntamente varios trastornos Como se indica explícitamente en el propio
mentales). A medida que proliferan los diagnós- DSM-IV (APA, 1994), el enfoque categorial de

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clasificación es más apropiado cuando todos los ejemplo, reducir la inflación de categorías diag-
miembros (trastornos) de una clase diagnóstica nósticas estableciendo un conjunto de dimen-
son homogéneos, cuando existen unos límites siones básicas y poner más énfasis en la grave-
claros entre las clases, y cuando las diferentes dad del trastorno. Por otra parte, un sistema de
clases son excluyentes. Sin embargo, la elevada clasificación dimensional multifactorial suele
comorbilidad indica que nada de esto suele incluir una estructura jerárquica, con dimensio-
ocurrir con los trastornos mentales. Aunque nes más generales (factores de orden superior)
pueden existir diversas razones que justifiquen y factores más específicos, proporcionando di-
la elevada comorbilidad entre los trastornos ferentes tipos de información (Clark et al.,
mentales, en general ésta puede deberse a que: 1995).
(a) se asignen inapropiadamente varios trastor- Paralelamente a la clásica polémica entre los
nos cuando en realidad los síntomas podrían puntos de vista categoriales vs. dimensionales
reflejar un único trastorno (por ejemplo, a veces sobre la clasificación de la conducta anormal
resulta problemática la distinción entre la fobia (Clark et al., 1985; Mineka et al., 1998; Nathan
social del tipo generalizado y el trastorno de y Langenbucher, 1999; Widiger y Clark, 2000),
personalidad de evitación; p.ej., Turner, Beidel algunos autores han sugerido distintos conceptos
y Townsley, 1992); (b) con frecuencia algunos alternativos sobre la conducta anormal como
trastornos están asignados a una categoría diag- base para definir dimensionalmente la psicopa-
nóstica incorrecta (por ejemplo, el trastorno de tología, tales como los conceptos de «harmfull
conversión comparte características fenomeno- dysfunction» (Wakefield, 1992) o «significant
lógicas esenciales con los trastornos disociati- restriction» (Bergner, 1997). Sin embargo, una
vos, más que con los trastornos somatoformes; alternativa más consistente podría establecerse
así mismo, el trastorno de estrés postraumático, desde el transdiagnóstico. Desde el punto de
que se asocia a elevada sintomatología disocia- vista psicopatológico, el transdiagnóstico con-
tiva, despersonalización y desapego, ha sido siste en entender los trastornos mentales sobre la
sugerido ser más apropiado si se clasifica como base de un rango de procesos cognitivos y con-
un trastorno disociativo en lugar de como tras- ductuales etiopatogénicos causales y/o mantene-
torno de ansiedad; p.ej., Clark et al., 1995; Da- dores de la mayor parte de los trastornos menta-
vidson y Foa, 1991); (c) existen síntomas co- les o de grupos consistentes de trastornos
munes a varios trastornos (p.ej., varios de los mentales. A este respecto, el transdiagnóstico,
síntomas DSM-IV requeridos para el diagnós- aunque se basa en una concepción dimensional
tico del episodio depresivo mayor coinciden con de la psicopatología, consiste más en una inte-
síntomas que se requieren para el diagnóstico gración entre ambos enfoques que en un rechazo
del trastorno de ansiedad generalizada; y (d) un de la clasificación categorial. En realidad, una
trastorno puede ser una complicación (secun- oposición entre ambos enfoques (dimensional y
daria) de un trastorno previo (p.ej., la depresión categorial) nos llevaría hacia una falsa dicotomía.
suele ser una complicación secundaria común Un enfoque transdiagnóstico de la psicopatología
en el trastorno de pánico y en los trastornos de debe proporcionar una base para entender, clasi-
conducta; Frías, Carrasco, Fernández, García y ficar e integrar los diferentes síntomas y diagnós-
Garcia, 2009). ticos desde procesos y factores (dimensiones)
El fenómeno de la comorbilidad ha motiva- más o menos comunes y/o generales. A este
do la búsqueda de alternativas más consistentes respecto, un reto para la investigación empírica
en la descripción y clasificación de los trastor- futura del transdiagnóstico consiste en determi-
nos mentales, así como también hacia la inves- nar hasta qué punto un conjunto dimensional
tigación de constructos basados en criterios (procesos y/o factores o dimensiones) apoya o
dimensionales. A pesar de las consabidas ven- refuta un conjunto de trastornos comunes. El
tajas de las clasificaciones categoriales (p.ej., se transdiagnóstico es una aproximación científica
ajustan mejor a las exigencias de las institucio- convergente e integradora y, aunque se basa en
nes sanitarias), un posible sistema dimensional un enfoque dimensional de base, supone asumir
tendría algunas ventajas importantes como, por la existencia de algún sistema de diagnóstico.

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Antecedentes conceptuales del elaboró una teoría cognitiva revolucionaria so-


transdiagnóstico en psicopatología bre la psicopatología que, aunque inicialmente
estaba dirigida a la depresión, se ha aplicado
Una buena idea no necesariamente debe ser también a los trastornos de ansiedad (Beck y
una nueva idea. En realidad el transdiagnósti- Emery, 1985). La teoría de Beck se basa en la
co no es algo nuevo, sino que se ha venido existencia de ciertas creencias y actitudes ne-
fabricando desde el comienzo de la psicopato- gativas (disfuncionales) que llevan a sesgos
logía científica. En la Tabla 1 resumimos algu- cognitivos, o sesgos en el procesamiento de la
nas de las aportaciones para la construcción información (inferencia arbitraria, abstracción
del transdiagnóstico. Las primeras aportacio- selectiva, generalización excesiva, maximiza-
nes se basan en la aplicación de las teorías del ción y minimización, personalización, y pensa-
aprendizaje (condicionamiento clásico y ope- miento absolutista/dicotómico).
rante) a la explicación de la conducta anormal Como puede apreciarse en la Tabla 1, a par-
(Mowrer, 1939; Skinner, 1957; Wolpe, 1969), tir de la década de los años ochenta, y hasta
y corresponden a una época en la que la espe- épocas muy recientes, se han venido propo-
cificidad del diagnóstico clínico (categorial) niendo diversos constructos, más o menos ge-
era muy limitada, lo cual facilitaba el desarro- néricos, con propiedades transdiagnósticas, i.e.,
llo de dichas teorías. Las teorías de estos au- referidos a más de un trastorno psicológico.
tores, basadas en principios comportamentales, Algunos conceptos (anhedonia, reforzamiento,
se extendían a la mayor parte de los problemas autofocalización negativa, internalización-ex-
o trastornos psicológicos, y como tales podrían ternalización) se han asociado a todos o mu-
aplicarse mediante terapia de conducta a cual- chos de los trastornos mentales. Por ejemplo,
quier trastorno mental. Ingram (1990) desarrolló el concepto metacog-
Varios autores desarrollaron durante la dé- nitivo de atención autofocalizada patológica
cada de los años sesenta (Beck, 1967; Ellis, (autofocalización negativa; «auto-absorción»),
1962; Eysenck, 1959) conceptos transdiagnós- como característica psicopatológica crítica de
ticos de gran relevancia. Eysenck (1959; Eys- los diferentes trastornos mentales. Se refiere a
enck y Eysenck, 1976) describió las dimensio- una focalización mantenida de la atención in-
nes de personalidad de neuroticismo, terna, de forma rígida. Constituye la base de
extraversión y psicoticismo, las cuales aún se muchas teorías cognitivas y meta-cognitivas
mantienen vigentes actualmente. Las dimensio- psicopatológicas actuales. La anhedonia, aun-
nes de neuroticismo y extraversión, similares a que básicamente ha sido considerada como un
los conceptos actuales de afecto negativo y componente fundamental de la depresión, tam-
afecto positivo, fueron propuestas por Eysenck bién ha sido sugerida como característica im-
para caracterizar a los trastornos neuróticos, portante de otros trastornos, incluida la esqui-
mientras que la dimensión de psicoticismo lo zofrenia (Sandín y Chorot, 1985b), la fobia
fue para los trastornos psicóticos y la conducta social, y otros trastornos psicológicos (Widiger
antisocial. Ellis (1962) fue pionero en asociar y Clark, 2000).
los trastornos emocionales con el pensamiento El resto de los conceptos transdiagnósticos
irracional. En concreto, relacionó los trastornos que aparecen en la tabla se refieren básicamen-
emocionales con determinados procesos cogni- te a los trastornos emocionales (trastornos de
tivos de pensamiento emocional, tales como la ansiedad y trastornos depresivos —trastorno
baja tolerancia a la frustración (p.ej., a los sín- depresivo mayor y trastorno distímico). La ele-
tomas de malestar emocional), el catastrofismo vada comorbilidad que se da entre los trastornos
(catastrophizing) y la exigencia (demanding- emocionales justifica la búsqueda de factores o
ness; p.ej., «El mundo no me trata con justi- procesos comunes que expliquen dicha comor-
cia»). La terapia cognitiva diseñada por Ellis, bilidad. El concepto de sensibilidad a la ansie-
particularmente la terapia aplicada en grupo, dad (i.e., temor a los síntomas de ansiedad;
era una auténtica TCC transdiagnóstica (Taylor Reiss y McNally, 1985) se propuso inicialmen-
y Clark, 2009). Poco más tarde Beck (1967) te como un factor, diferente del rasgo de ansie-

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dad, de vulnerabilidad cognitiva hacia todos los sensaciones corporales de activación emocio-
trastornos de ansiedad, especialmente hacia el nal; (b) dificultad para describir los sentimien-
trastorno de pánico (Sandín, Chorot y McNally, tos a otras personas, (c) Reducción de los pro-
1996, 2001; Sandín, Chorot, Santed y Valiente, cesos imaginativos, como se evidencia por la
2002, 2005; Taylor, 1999; Valiente, Sandín, escasez de fantasías; y (d) un estilo cognitivo
Chorot y Tabar, 2003). Sin embargo, existe evi- orientado externamente. La alexitimia consiste
dencia de que la sensibilidad a la ansiedad cons- en una deficiencia global para la regulación del
tituye una variable de vulnerabilidad también afecto, habiendo sido reformulada recientemen-
hacia otros trastornos, tales como los trastornos te como un constructo metacognitivo transdiag-
depresivos (Taylor, 1999), las adicciones (De- nóstico (mentalización o teoría de la mente)
Haas, Calamari, Bair y Martin, 2001) y los (Gumley, 2011). Aunque la evidencia es aún
trastornos del espectro psicótico (Pastor, Cue- preliminar a este respecto, ha sido propuesta
vas, Ductor, Perona y Salas, 2010), vulnerabi- como factor de vulnerabilidad relacionado con
lidad que puede diferir en función de sus tres un amplio abanico de trastornos mentales, entre
dimensiones (física, cognitiva y social; Taylor los que se incluyen los trastornos somatofor-
et al., 2007). mes, la depresión, los trastornos de ansiedad,
El constructo fusión pensamiento-acción fue los trastornos de personalidad, las adicciones y
propuesto como variable de vulnerabilidad en los trastornos alimentarios (López-Santiago y
el desarrollo y/o mantenimiento del trastorno Belloch, 2012; Taylor et al., 1997).
obsesivo-compulsivo (Shafran, Thordarson y Tal vez uno de los desarrollos recientes más
Rachman, 1996), aunque posteriormente se ha relevantes de la psicopatología para la construc-
venido poniendo de relieve que no es específico ción del transdiagnóstico, referido a los trastor-
de dicho trastorno, ya que también se ha aso- nos emocionales, proviene del influyente mo-
ciado de forma significativa con la mayor parte delo de Clark y Watson (1991), conocido como
de los trastornos de ansiedad (trastorno de an- «modelo tripartito» sobre el afecto, la ansiedad
siedad generalizada, trastorno de pánico, fobia y la depresión. Curiosamente, aunque el mode-
social), la depresión mayor y los trastornos ali- lo fue propuesto, y es válido para explicar la
mentarios («fusión pensamiento-forma») (Sa- diferenciación entre la ansiedad y la depresión
fran y Rachman, 2004). Los dos principales (Joiner et al., 1996, 1998; Sandín y Chorot,
componentes de la fusión pensamiento-acción 1995a), también ha sido relevante para lo con-
que han sido aislados son la probabilidad, o trario, como modelo unificador de los trastornos
creencia de que al experimentar un pensamien- emocionales a partir del factor general de afec-
to particular sobre algún evento se incremente tividad negativa. El modelo parte de las dos
la posibilidad de que el evento ocurra realmen- dimensiones básicas del afecto (Watson y Te-
te (p.ej., pensar en un accidente incrementa la llegen, 1985; Sandín et al., 1999; Santed, San-
probabilidad de que éste ocurra en realidad), y dín, Chorot, Olmedo y García-Campayo, 2003),
la moralidad, o creencia de que el pensamiento i.e., el afecto negativo y el afecto positivo. El
acerca de una acción es equivalente a realizar afecto negativo es un factor general (no especí-
realmente dicha acción (p.ej., tener dudas sobre fico), común para la depresión y la ansiedad,
apuñalar a una persona equivaldría moralmente mientras que el afecto positivo es un factor es-
a llevarlo a cabo). pecífico, relacionado primariamente con la de-
El grupo de Taylor (véase Taylor, Bagby y presión (bajo afecto positivo). El modelo inclu-
Parker, 1997) ha venido proponiendo la rele- ye un tercer factor denominado hiperactivación
vancia de la alexitimia como un constructo am- fisiológica, el cual es específico de la ansiedad.
plio relacionado con la regulación del afecto, Por tanto, el modelo consiste en un factor ge-
desde un contexto metacognitivo. La alexitimia neral (i.e., de vulnerabilidad general hacia todos
ha sido definida por estos autores como una los trastornos emocionales) y dos factores es-
combinación de dificultades consistentes en: (a) pecíficos (uno específico de los trastornos de
dificultad para identificar los sentimientos y ansiedad y otro específico de los trastornos
para diferenciar entre los sentimientos y las depresivos).

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Tabla 1. Aportaciones de la psicopatología antecedentes al desarrollo del transdiagnóstico


Autor(es) Concepto transdiagnóstico Procesos transdiagnósticos Trastornos implicados
Mowrer (1939) Principios de condicionamiento Reforzamiento Trastornos mentales
Skinner (1957) Extinción
Wolpe (1969)
Eysenck (1959) Neuroticismo Hiperactivación autónoma Trastornos neuróticos
Eysenck y Eysenck Extraversión Activación cortical Trastornos psicóticos
(1976) Psicoticismo Impulsividad Conducta antisocial
Ellis (1962) Pensamiento irracional Exigencia (demandingness) Trastornos emocionales
Catastrofismo
Baja tolerancia a la frustración
Beck (1967) Esquemas cognitivos Sesgos cognitivos Trastornos depresivos
Beck y Emery Actitudes disfuncionales (procesamiento Trastornos de ansiedad
(1985) Creencias disfuncionales de la información)
Reiss y McNally Sensibilidad a la ansiedad Expectativas físicas Trastornos de ansiedad
(1985) Expectativas cognitivas Trastornos depresivos
Taylor (1999) Expectativas sociales Adicciones
Barlow (1988) Tendencias a la acción Trastornos de ansiedad
Incontrolabilidad/
Impredecibilidad
Atención autofocalizada
Achenbach (1966) Internalizado Trastornos emocionales
Externalizado Trastornos de conducta
Tyrer (1989) Síndrome neurótico general Trastornos neuróticos
Ingram (1990) Atención autofocalizada Auto-absorción Trastornos mentales
Wulfert et al. Principios de condicionamiento Reforzamiento Alcoholismo
(1996) Paidofilia
Shafran et al. (1996) Fusión pensamiento-acción Probabilidad Trastornos de ansiedad
Shafran y Rachman Moralidad (TOC, TAG, TP)
(2004) Trastornos alimentarios
Taylor et al. (1997) Alexitimia Metacognición Trastornos somatoformes
(regulación del afecto) Trastornos de personalidad
Trastornos de ansiedad
Depresión
Trastornos alimentarios
Adicciones
Purdon (1999) Supresión del pensamiento Depresión
TEPT, TOC, TAG
Clark y Watson Afecto negativo Alto/bajo distress Trastornos depresivos
(1991) Afecto positivo Elevada/limitada especificidad Trastornos de ansiedad
Watson (2009) Hiperactivación autónoma
Widiger y Clark Anhedonia Depresión
(2000) Esquizofrenia
Fobia social
Barlow (2002) Vulnerabilidad biológica Afecto negativo, Neuroticismo Trastornos emocionales
general Inhibición conductual
Vulnerabilidad psicológica Incontrolabilidad
general

Nota. TEPT = trastorno de estrés postraumático, TOC = trastorno obsesivo-compulsivo, TAG = trastorno de ansiedad generalizada, TP
= trastorno de pánico.

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El modelo ha sido probado empíricamente emocionales: (a) La primera subclase incluiría


en diferentes contextos y ha sufrido algunos los trastornos que definen el factor de ansiedad-
retoques (véase Mineka et al., 1998). Por ejem- sufrimiento (anxious-misery), que denominan
plo, Barlow (2002), asumiendo el factor general como «trastornos de angustia» (distress disor-
de afectividad negativa como un factor general ders), los cuales son la depresión mayor, la
de angustia (distress) y como manifestación de distimia, y el trastorno de ansiedad generaliza-
la «aprensión ansiosa», redefine el factor de da; todos ellos se caracterizan por implicar la
hiperactivación autónoma como expresión del experiencia de malestar subjetivo generalizado,
miedo/pánico, y el bajo afecto positivo lo asocia y contienen en gran medida el componente no
a la anhedonia y la desesperanza (como indica- específico de afectividad negativa. (b) La segun-
tivos de la depresión). El modelo estructural da subclase consiste en los trastornos que defi-
parece ajustarse a una estructura jerárquica, en nen el factor de miedo en los análisis estructu-
la cual el afecto negativo y el afecto positivo rales; incluye el trastorno de pánico, la
aparecen como factores de orden superior con agorafobia, la fobia social, y la fobia específica.
vías significativas (relaciones positivas) hacia Finalmente, Watson et al. sugieren un tercer
todos los trastornos emocionales examinados grupo (tercera subclase) más especulativo que
(trastorno depresivo mayor, trastorno de ansie- incluiría los trastornos bipolares (bipolar I, bi-
dad generalizada, trastorno de pánico, trastorno polar II, y ciclotimia). En lo que concierne al
obsesivo-compulsivo, y fobia social). En con- trastorno obsesivo-compulsivo, estos autores
traste, el factor de activación autónoma (repre- sugieren que comparte características con un
sentante del fenómeno del pánico) emerge abanico de síndromes que se sitúan fuera de los
como un factor de orden inferior, con vías sig- trastornos de ansiedad y del estado del ánimo,
nificativas desde el trastorno de pánico (relación desde diferentes puntos de vista (sintomatoló-
positiva) y el trastorno de ansiedad generaliza- gico, etiológico, farmacológico, etc.), los cuales
da (relación negativa) (Barlow et al., 2004). podrían denominarse como «síndromes del es-
Según estos autores, los trastornos de ansiedad pectro obsesivo-compulsivo»; por lo cual, tal
y depresivos corresponden a lo que denomina vez este trastorno o conjunto de síndromes de-
como síndrome de afecto negativo (similar al bería clasificarse fuera de la clase de los tras-
descrito por Tyrer, 1989, como «síndrome neu- tornos de ansiedad.
rótico general»), donde la ansiedad generaliza- Más recientemente, Watson (2009) ha pro-
da parece tener una relación más estrecha con puesto un «modelo cuatripartito», que supone
la depresión que con los restantes trastornos de una extensión de los modelos tripartitos esta-
ansiedad. blecidos por Clark y Watson (1991) y Mineka
Watson, O’Hara y Stuart (2008) enfatizaron et al. (1998). El modelo de Watson (2009) se
la estructura jerárquica del afecto y la necesidad estructura sobre la base de 4 tipos básicos de
de establecer la «superclase» de trastornos emo- síntomas: (1) síntomas de alto distress y limi-
cionales (inexistente actualmente en los siste- tada especificidad, (2) síntomas de alto distress
mas de diagnóstico). Los autores parten de la y elevada especificidad, (3) síntomas de bajo
elevada comorbilidad que suele darse entre los distress y elevada especificidad, y (4) síntomas
síntomas depresivos (tristeza, depresión) y los de bajo distress y limitada especificidad.
síntomas de ansiedad y miedo entre los pacien- Una contribución importante en el desarrollo
tes diagnosticados de algún trastorno de ansie- del transdiagnóstico referida a los trastornos
dad o depresivo. Por tanto, concluyen que se emocionales es el concepto de triple vulnerabi-
trata de una separación artificial entre los tras- lidad sugerido por Barlow (2002; Barlow et al.,
tornos del estado de ánimo y los trastornos de 2004). Dos de estas vulnerabilidades son trans-
ansiedad, que deberían categorizarse conjunta- diagnósticas (véase la Tabla 1), i.e., la vulnera-
mente en una superclase de trastornos emocio- bilidad biológica general y la vulnerabilidad
nales. Basándose en evidencia empírica, sugie- psicológica general (el tercer tipo de vulnerabi-
ren que esta superclase debería estar constituida lidad se refiere a la vulnerabilidad específica
por las tres subclases siguientes de trastornos referida a cada uno de los trastornos de ansiedad,

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excepto el trastorno de ansiedad generalizada). en los comienzos de la edad adulta). Concreta-


La vulnerabilidad biológica general implica la mente, estos autores propusieron que, en ciertos
contribución genética no específica en el desa- pacientes, los mecanismos psicopatológicos nu-
rrollo de la ansiedad y el afecto negativo. Esta cleares (core mechanisms) que mantienen los
vulnerabilidad suele expresarse en términos trastornos alimentarios (p.ej., sobrevaloración de
como «neuroticismo», «afecto negativo», «inhi- la comida o el peso, dietas y otras conductas de
bición conductual» o «aprensión ansiosa». La control del peso, conductas compensatorias, etc.)
vulnerabilidad psicológica general es formulada interaccionan con alguno de los cuatro procesos
como complementaria a la vulnerabilidad bioló- adicionales (genéricos) mantenedores del tras-
gica, y podría desarrollarse a través de experien- torno (tal interacción suele ser un obstáculo para
cias que llevan al individuo a generar un sentido el cambio terapéutico): (1) el perfeccionismo
de incontrolabilidad, el cual podría estar en el clínico (i.e., perfeccionismo grave con significa-
núcleo del afecto negativo y sus estados deriva- ción clínica, asociado a consecuencias adversas);
dos de ansiedad y depresión. La conjunción de (2) la baja autoestima (autocrítica, visión nega-
estos dos tipos de vulnerabilidad generales, po- tiva de sí mismo como parte de su identidad
tenciado por la influencia de las experiencias de permanente); (3) la intolerancia emocional (in-
estrés psicosocial, podría dar lugar al trastorno capacidad para afrontar ciertos estados emocio-
de ansiedad generalizada y/o a los trastornos nales; puede referirse tanto a estados emocionales
depresivos. Sin embargo, para la génesis de los negativos como positivos); y (4) las dificultades
restantes trastornos de ansiedad (trastorno de interpersonales (tensiones familiares, interaccio-
pánico, fobia específica, fobia social, etc.), se nes sociales, influencias del ambiente social,
requiere la vulnerabilidad psicológica específica etc.). Los autores sugieren que, en el caso de los
(experiencias de aprendizaje que asocian la an- trastornos alimentarios, las características clíni-
siedad a determinadas situaciones vitales); por cas compartidas (aunque sean distintivas de cada
ejemplo, ciertas experiencias tempranas de trastorno) tienden a estar mantenidas por proce-
aprendizaje pueden determinar que el individuo sos psicopatológicos similares, concluyendo que
perciba las sensaciones somáticas (trastorno de existen mecanismos comunes implicados en el
pánico), los pensamientos intrusos (trastorno mantenimiento de la anorexia nerviosa, la buli-
obsesivo-compulsivo), o la evaluación social mia nerviosa y los trastornos alimentarios atípi-
(fobia social) como especialmente peligrosos cos. Esto llevó a Fairburn et al. (2003) a proponer
(Sandín, Chorot, Santed y Valiente, 2004). una teoría transdiagnóstica sobre el manteni-
miento del rango (o espectro) completo de los
trastornos alimentarios, convirtiéndose así en la
Conceptos y procesos psicopatológicos primera teoría transdiagnóstica formal de la psi-
transdiagnósticos cología clínica.
Barlow, Allen y Choate (2004) desarrollaron
En su enfoque transdiagnóstico de los trastor- una teoría psicopatológica y un tratamiento uni-
nos alimentarios, Fairburn et al. (2003) se basa- ficado de los trastornos emocionales (trastornos
ron en el hecho de que los pacientes con este tipo de ansiedad y trastornos depresivos). Desde el
de trastornos parecían compartir características punto de vista psicopatológico, y como base de
clínicas distintivas de los trastornos alimentarios, su propuesta de tratamiento unificado, Barlow
así como también ciertos procesos psicopatoló- et al. (2004) retornan al ya conocido «síndrome
gicos genéricos, a la vez que solía darse una neurótico general» (véase Sandín y Chorot,
cierta evolución transdiagnóstica temporal desde 1995a), que ahora rebautizan como «síndrome
la anorexia nerviosa hacia la bulimia nerviosa de afecto negativo», el cual es propuesto como
(los trastornos alimentarios de la adolescencia estructura latente dimensional de vulnerabilidad
media suelen presentarse predominantemente en general de los trastornos emocionales, y denota
forma de anorexia nerviosa o marcados por sín- un elevado nivel de afectividad negativa. Más
tomas de anorexia, mientras que la bulimia suele aun, Barlow et al. sugieren que este constructo
predominar durante la adolescencia avanzada o psicopatológico general también podría ser apli-

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Transdiagnóstico: Nueva frontera en psicología clínica 193

cable más globalmente a los trastornos psicopa- depresión (Clark y Watson, 1991; Joiner et al.,
tológicos donde el afecto negativo desempeñe 1996, 1998; Sandín et al., 1999), Barlow et al.
un papel funcional, tales como los trastornos subrayan el elevado solapamiento que parece
bipolares, somatoformes, disociativos, alimen- darse entre la depresión y ciertos trastornos de
tarios y los trastornos relacionados con la ira. ansiedad (especialmente el trastorno de ansiedad
Partiendo del conocido modelo tripartito sobre generalizada), resaltando la comunalidad entre
el afecto positivo y negativo, la ansiedad y la ansiedad y depresión a nivel fenomenológico.

Tabla 2. Conceptos y procesos psicopatológicos transdiagnósticos


Autor(es) Concepto transdiagnóstico Procesos transdiagnósticos Trastornos implicados
Fairburn et al. Perfeccionismo clínico Trastornos alimentarios
(2003) Baja autoestima
Intolerancia emocional
Dificultades interpersonales
Barlow et al. Afectividad negativa Atención autofocalizada Trastornos emocionales
(2004) Afectividad positiva Incontrolabilidad/ (trastornos de ansiedad y
Hiperactivación fisiológica Impredecibilidad trastornos depresivos)
Tendencias a la acción
Evitación
Distracción
Racionalización
Rituales cognitivos
Supresión emocional
Señales de seguridad
Preocupación/rumiación
Harvey et al. (2004) Atención Atención selectiva Cualquier trastorno
Evitación atencional
Memoria Memoria selectiva
Memorias recurrentes
Memoria sobregeneralizada
Razonamiento Sesgos interpretativos
Sesgos de expectativa
Razonamiento emocional
Pensamiento Pensamiento negativo
repetitivo
Creencias metacognitivas
Supresión del pensamiento
Conducta Evitación
Conductas de seguridad
Aldao et al. (2010) Estrategias de regulación emo- Reevaluación Trastornos de ansiedad
cional Solución de problemas Trastornos depresivos
Aceptación Trastornos alimentarios
Supresión Adicciones
Evitación emocional
Rumiación
Egan et al. (2011) Perfeccionismo Comprobación del rendimiento Trastornos de ansiedad
Evitación Trastornos depresivos
Dilación («procastinación») Trastornos alimentarios
Conductas contraproducentes
Carleton et al. Intolerancia a la incertidumbre Prospectiva Trastornos de ansiedad
(2012) Inhibitoria Trastornos depresivos
Trastornos alimentarios

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194 Bonifacio Sandín, Paloma Chorot y Rosa M. Valiente

Barlow (2002; Barlow et al., 2004) subraya gorizaron en los 5 dominios amplios siguientes:
cuatro principios psicopatológicos transdiag- atención, memoria, razonamiento, pensamiento
nósticos fundamentales que subyacen a los tras- y conducta. En contraste con Fairburn et al.
tornos emocionales: la atención autofocalizada (2003), los autores excluyen de su clasificación
(auto-preocupación neurótica), la percepción de procesos amplios que pudieran estar implicados
incontrolabilidad e impredecibilidad, las ten- en diversos dominios, tales como el perfeccio-
dencias a la acción, y la evitación (véase la nismo o la autoeficacia. Para cada proceso den-
Tabla 2). Los dos primeros procesos están im- tro de cada dominio (p.ej., los sesgos interpre-
plicados en las evaluaciones negativas antece- tativos en el dominio del razonamiento), Harvey
dentes que suelen ser características en los pa- et al. (2004) examinaron la literatura para eva-
cientes con trastornos de ansiedad y/o depresión, luar si la evidencia confirmaba que tal proceso
tales como las relacionadas con las señales de podía ser considerado como transdiagnóstico.
peligro internas (p.ej., sensaciones físicas) o En un estudio bastante exhaustivo y tras apli-
externas, y suelen expresarse como evaluacio- car criterios estrictos, Harvey et al. (2004) ais-
nes erróneas de sobre-estimación o catastrofis- laron 14 procesos transdiagnósticos asociados a
mo (p.ej., interpretaciones catastrofistas en el los cinco dominios indicados arriba: (1) aten-
trastorno de pánico). Tales procesos pueden ción (atención selectiva externa, atención selec-
llevar a la adopción de diversas formas de evi- tiva interna, y evitación atencional); (2) memoria
tación comunes a los pacientes con ansiedad o (memoria selectiva explícita, memorias recu-
depresión, como la distracción, la racionaliza- rrentes, y memoria sobregeneralizada); (3) ra-
ción, los rituales cognitivos, la supresión emo- zonamiento (sesgos interpretativos, sesgos de
cional, la preocupación o rumiación, y la bús- expectativa, y razonamiento emocional); (4)
queda de señales de seguridad. Otras formas de pensamiento (pensamiento negativo recurrente,
evitación más específicas (p.ej., rituales com- creencias metacognitivas positivas y negativas,
portamentales, evitación de una situación so- y supresión del pensamiento); y (5) conducta
cial, evitación interoceptiva, etc.) pueden ser (evitación, y conductas de seguridad) (Harvey
características de ciertos trastornos más que et al., 2004, p. 170). Algunos de estos procesos
constructos transdiagnósticos. conforman objetivos tradicionales de la TCC
Paralelamente al trabajo de estos autores, para distintos trastornos, tales como el pensa-
Harvey, Watkins, Mansell y Shafran (2004) con- miento negativo recurrente (preocupación y ru-
trastan el nuevo enfoque transdiagnóstico con miación), la conducta de evitación, y los sesgos
el más tradicional enfoque centrado en trastor- interpretativos. Así mismo, los autores subrayan
nos específicos (enfoque trastorno-específico); que algunos de los procesos parecen solaparse;
en contraste con este último, el enfoque trans- por ejemplo, la evitación atencional (p.ej., evitar
diagnóstico hipotetiza la existencia de un rango la mirada) puede ser considerada también como
de procesos etiológicos cognitivos y/o conduc- conducta de seguridad (p.ej., evitar el rechazo
tuales compartidos por los diversos trastornos social). De los 14 procesos aislados, dos de ellos
psicológicos; es decir, procesos que se encuen- (memoria sobregeneralizada y supresión del
tran elevados en un amplio rango de trastornos pensamiento) no cumplían todos los criterios
psicológicos, los cuales contribuyen causalmen- requeridos pues, aunque eran compartidos por
te al desarrollo y/o mantenimiento de los sínto- muchos trastornos, no resultaron ser tan univer-
mas asociados a dichos trastornos. Harvey et al. sales como el resto de procesos indicados arriba.
(2004) trataron de sistematizar los procesos Las emociones están implicadas en los deno-
psicológicos que pudieran estar implicados en minados trastornos emocionales, pero también
todos los trastornos, para así desarrollar una en otros trastornos. La forma en que el individuo
forma global de TCC (i.e., TCC transdiagnósti- maneje (regule) sus propias emociones puede
ca) que no requiera efectuar un diagnóstico es- ser un factor fundamental en algunos trastornos
pecífico para que ésta sea efectiva. De este mentales. En este sentido, se han sugerido diver-
modo, los autores se basaron en «procesos cla- sos tipos de estrategias de regulación emocional
ve», asociados a trastornos del Eje I, que cate- que podrían ser conceptualizadas como procesos

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Transdiagnóstico: Nueva frontera en psicología clínica 195

o mecanismos transdiagnósticos. Recientemen- tornos. Así mismo, concluyen indicando que el


te, Aldao et al. (2010) relacionaron algunas de perfeccionismo elevado se asocia a la comorbi-
estas estrategias con diversos trastornos interna- lidad psicopatológica (p.ej., el perfeccionismo
lizados (trastornos de ansiedad y depresivos) y explicaría, al menos en parte, que en un mismo
externalizados (adicciones y trastornos alimen- individuo se den varios trastornos a la vez).
tarios). En la Tabla 2 se indican las 6 estrategias Aunque el concepto de intolerancia a la
de regulación emocional estudiadas, entre las incertidumbre fue propuesto inicialmente como
que se incluían tanto estrategias consideradas una característica personal de vulnerabilidad
adaptativas (reevaluación, solución de proble- hacia el trastorno de ansiedad generalizada (La-
mas, y aceptación) como desadaptativas (supre- douceur et al., 1999), existe abundante eviden-
sión emocional, evitación emocional, y rumia- cia que sugiere se trata de una variable trans-
ción). Aldao et al. constataron que algunas diagnóstica, más que de una variable específica
estrategias de regulación emocional se relacio- del trastorno de ansiedad generalizada, repre-
naban de forma más intensa con dichos trastor- sentando un factor de vulnerabilidad cognitiva
nos (considerados en conjunto); así por ejemplo, de la mayor parte de los trastornos de ansiedad
el tamaño del efecto de la rumiación era elevado, y de los trastornos depresivos (Carleton et al.,
los efectos de la evitación, la solución de pro- 2012), así como también de los trastornos ali-
blemas y la supresión eran medios, y los efectos mentarios (Sternheim, Startup y Schmidt,
de la reevaluación y la aceptación eran bajos (el 2011). La intolerancia a la incertidumbre es una
efecto de la aceptación no era significativo esta- respuesta negativa a la ambigüedad; es la ten-
dísticamente). Dicho en otros términos, excepto dencia a reaccionar negativamente a los sucesos
para la solución de problemas, las estrategias o situaciones percibidas como inciertas. Las
consideradas adaptativas (aceptación y reevalua- personas que son intolerantes a la incertidumbre
ción) resultaron ser menos relevantes que las suelen experimentar como estresantes los even-
consideradas desadaptativas (i.e., rumiación, tos o situaciones inciertas y tratan de vitarlos.
evitación y supresión). Así mismo, la relación La intolerancia a la incertidumbre suele impli-
de dichas estrategias parecía ser más intensa con car una reacción negativa a la incertidumbre así
los trastornos de ansiedad y la depresión que con como también creencias de incapacidad para
los trastornos externalizados (adicciones y tras- afrontar la ambigüedad y el cambio; por lo cual
tornos alimentarios). la incertidumbre puede ser considerada en sí
En una línea similar, Egan, Wade y Shafran misma como una amenaza, que puede promo-
(2011) re-examinaron recientemente el factor de ver, mantener o agravar la ansiedad y la percep-
perfeccionismo clínico como un proceso trans- ción de amenaza.
diagnóstico. Partiendo de que el perfeccionismo La intolerancia a la incertidumbre suele de-
podría conceptualizarse como una característica finirse como una característica personal consis-
de personalidad, como un conjunto de caracte- tente en creencias negativas sobre la incertidum-
rísticas cognitivo-conductuales, como un sínto- bre y sus implicaciones. La evidencia reciente
ma psicopatológico, o como un «proceso», los sugiere que está orientada hacia el futuro (en
autores, basándose en Harvey et al. (2004), lo contraste con el concepto de intolerancia a la
entienden como un proceso, i.e., como un aspec- ambigüedad, que está más orientada hacia el
to cognitivo o conductual que contribuye al man- presente) y que está representada por dos dimen-
tenimiento de un trastorno psicológico; y como siones, una intolerancia prospectiva o focaliza-
tal constituye un factor de riesgo para el mante- da cognitivamente (p.ej., «Los sucesos impre-
nimiento de los trastornos alimentarios, los tras- vistos me molestan mucho») y una intolerancia
tornos de ansiedad y la depresión. Egan et al. inhibitoria o focalizada conductualmente (p.ej.,
resaltan en su revisión que el perfeccionismo «La más pequeña duda puede hacer que pare lo
incrementa la vulnerabilidad hacia los trastornos que estaba haciendo»). Aunque la intolerancia
alimentarios, mantiene el trastorno obsesivo- a la incertidumbre pueda ser considerada como
compulsivo, la ansiedad social y la depresión, y un constructo transdiagnóstico relacionado con
predice la eficacia del tratamiento en estos tras- los trastornos emocionales (ansiedad y depre-

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196 Bonifacio Sandín, Paloma Chorot y Rosa M. Valiente

sión), es probable que ambas dimensiones pue- válidos para conjuntos de trastornos (p.ej., para
dan determinar cierto grado de especificidad, todos los trastornos emocionales).
pues la intolerancia inhibitoria se ha asociado La TCC ha progresado enormemente si-
más específicamente a los síntomas obsesivo- guiendo una aproximación específica (i.e., cen-
compulsivos, mientras que la intolerancia pros- trada en trastornos específicos), basándose en
pectiva parece relacionarse más con la ansiedad modelos etiopatogénicos que corresponden
social, el pánico, la agorafobia y la depresión igualmente a trastornos concretos (p.ej., actual-
(Carleton et al., 2012). En cualquier caso, lo que mente existen modelos o teorías específicas para
en un principio se consideró como factor cogni- todos y cada uno de los trastornos de ansiedad).
tivo de vulnerabilidad específico del trastorno Estos modelos han sido de gran utilidad para el
de ansiedad generalizada, actualmente se sabe conocimiento y explicación de los trastornos
que es un factor transdiagnóstico, omnipresente mentales, así como también para el avance y
en muchos trastornos psicológicos, incluidos los perfeccionamiento de la TCC. No obstante, aun-
trastornos de ansiedad, los trastornos depresivos que existen protocolos de terapia cognitivo-
y los trastornos alimentarios. conductual muy efectivos, validados empírica-
En suma, podemos apreciar cómo se han mente, diseñados para cada uno de los diferentes
propuesto diferentes conceptos psicopatológi- trastornos específicos (p.ej., Echeburúa, de Co-
cos como constructos transdiagnósticos. Tam- rral y Salaberría, 2010; López-Soler, Castro,
bién podemos apreciar que en bastantes casos Alcántara y Botella, 2011; Moriana y Martínez,
consisten en conceptos que han venido siendo 2011; Nathan y Gorman, 2007; Soto-Pérez,
planteados previamente a través del desarrollo Franco, Monardes y Jiménez, 2010), un enfoque
de la psicopatología y modificación de conduc- transdiagnóstico de la terapia puede tener ciertas
ta. Ahora lo importante y novedoso es que estos ventajas ya que posibilita abordar factores psi-
factores, procesos y/o mecanismos se integran copatológicos comunes que se dan simultánea-
en la psicopatología desde una perspectiva di- mente en diferentes trastornos.
ferente, integrando dimensiones y conjuntos de Desde la perspectiva del tratamiento, la TCC
síntomas y trastornos mentales, y formalizando transdiagnóstica ha sido definida como una
una nueva estructura teórica. forma de terapia destinada a individuos que
presentan múltiples diagnósticos y cuya terapia
no se basa en el conocimiento de estos diagnós-
TRANSDIAGNÓSTICO Y TERAPIA ticos para ser efectiva (Mansel, Harvey, Watkins
COGNITIVO-CONDUCTUAL & Shafran, 2009; McEvoy, Nathan y Norton,
2008). El tratamiento transdiagnóstico ha sido
En las páginas precedentes hemos descrito caracterizado por (a) focalizarse en procesos
las bases del transdiagnóstico desde una pers- cognitivos, conductuales y fisiológicos que son
pectiva psicopatológica, lo que supone llevar a compartidos o comunes a través de los diferen-
cabo un enfoque teórico sobre el mismo en el tes trastornos (i.e., denominados factores unifi-
cual se establezca la arquitectura de esta nueva cadores), (b) ausencia de evaluación diagnósti-
perspectiva, delimitando los conceptos funda- ca, y (c) adopción de un enfoque científico
mentales y su integración en la estructura teó- convergente o integrativo (Clark, 2009; Mansel
rica de la psicopatología. El concepto de trans- et al., 2009). La conceptualización y aplicación
diagnóstico, sin embargo, también posee una de la TCC transdiagnóstica puede variar desde
vertiente aplicada, que se ha traducido en poner posiciones que se limitan a aplicar los princi-
en práctica la terapia cognitivo-conductual de pios comunes que subyacen a los diferentes
forma transdiagnóstica, i.e., basándose en con- trastornos mentales (p.ej., McEvoy y Nathan,
ceptos psicopatológicos transdiagnósticos co- 2007) hasta otras más fundamentadas teórica-
munes a diversos trastornos. Esto implica el mente (p.ej., Ellard et al., 2010; Norton, 2012).
desarrollo de nuevos protocolos de tratamiento Muchos de los precursores del transdiagnós-
no focalizados sobre trastornos específicos, sino tico psicopatológico, tales como Ellis (1962),
más bien protocolos integrativos o unificados Beck (1967) o Wolpe (1969), lo han sido también

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Transdiagnóstico: Nueva frontera en psicología clínica 197

de la TCC transdiagnóstica. Estos autores, aun- tornos alimentarios, Fairburn et al. enfatizan la
que aplicaban la terapia en términos específicos modificación de la psicopatología nuclear de
(unidiagnóstico), se basaron en procesos trans- estos trastornos (sobre-valoración de la comida,
diagnósticos como los errores del pensamiento, la forma y peso, y su control), con independen-
los sesgos interpretativos, o el condicionamien- cia del diagnóstico concreto de trastorno ali-
to, respectivamente. En muchas terapias actuales mentario de que se trate (no es relevante deter-
aplicadas a trastornos concretos se aplican pro- minar de qué trastorno alimentario se trata).
cesos transdiagnósticos, lo cual explica que sus Esta propuesta de tratamiento (de 4 etapas)
efectos puedan generalizarse a otros trastornos también aborda los procesos adicionales (más
comórbidos. Si los procesos transdiagnósticos generales) mediante «módulos» de tratamiento
ya han estado presentes a lo largo de la TCC, focalizados, respectivamente, en el perfeccio-
¿qué es lo nuevo en el enfoque del transdiagnós- nismo clínico, la baja autoestima, la intolerancia
tico? Como han sugerido Mansell et al. (2009), emocional, y las dificultades interpersonales.
desde el punto de vista del contexto histórico, lo Tras el trabajo de Fairburn et al. (2003) apa-
que caracteriza la perspectiva transdiagnóstica recen nuevas aportaciones que desarrollan y
es fundamentalmente que formaliza una nueva amplían la perspectiva transdiagnóstica de la
manera de entender los trastornos psicológicos. psicología clínica, implicando tanto a los facto-
Por tanto, lo relevante es que se focaliza, singu- res psicopatológicos como a la terapia. Así, el
larmente, en los procesos mentales que han guia- grupo de Norton de la Universidad de Houston
do la investigación sobre el condicionamiento y (Norton, Hayes y Hope, 2004; Norton y Hope,
los errores cognitivos desde las aportaciones 2005) llevó a cabo el primer ensayo clínico
originales de los años setenta. aleatorizado aplicando TCC transdiagnóstica
Desde contextos pragmáticos se han llevado (en formato grupal) a un grupo heterogéneo de
a cabo, desde siempre, intervenciones terapéu- pacientes con trastornos de ansiedad y depre-
ticas de contenido transdiagnóstico, tales como, sión (diagnóstico secundario). Norton partió de
por ejemplo, el empleo de psicofármacos. La la premisa transdiagnóstica de la existencia de
mayor parte de los fármacos (incluidos los psi- una patología nuclear común a través de todos
cofármacos) tienen efectos genéricos (p.ej., los trastornos de ansiedad, determinada básica-
corticoides, antiinflamatorios no esteroideos, mente por la estructura del modelo tripartito
antidepresivos, etc.). Las múltiples técnicas de sobre el afecto, la ansiedad y la depresión (Clark
relajación, que suelen emplearse como herra- y Watson, 1991). Así mismo, asumía que el
mientas de apoyo en diversos tipos de TCC, son afecto negativo podría considerarse como un
otro ejemplo de práctica transdiagnóstica. En componente patológico nuclear tanto de la an-
este mismo sentido, recientemente se ha puesto siedad como de la depresión. Consistente con
de manifiesto el importante papel del ejercicio este marco teórico, los procesos y componentes
físico como técnica transdiagnóstica de trata- del tratamiento no se basaron en las diferentes
miento, efectiva en muy diversos tipos de tras- manifestaciones de la ansiedad en cuanto tras-
tornos, tanto psicológicos como médicos (véa- tornos distintos que pudieran requerir diferen-
se Sandín, 2010). Necesariamente estas formas tes tratamientos. Los ingredientes nucleares
de intervención deben actuar sobre procesos o utilizados en el protocolo de TCC fueron la
mecanismos comunes a diversos tipos de tras- psicoeducación, la reestructuración cognitiva,
tornos. y la exposición y prevención de respuesta a los
Aunque el desarrollo de protocolos de TCC estímulos temidos (en vivo, imaginación, o
es muy reciente, en los últimos años se ha pro- interoceptiva), i.e., los mismos principios que
ducido un importante progreso en este sentido. típicamente comparten los componentes tera-
Fairburn et al. (2003), basándose en su teoría péuticos nucleares de la TCC que han sido
transdiagnóstica sobre los trastornos alimenta- eficaces en la mayoría de los trastornos de an-
rios (véase atrás), describen un tratamiento siedad. Los autores constataron que la TCC
transdiagnóstico para estos trastornos. En esta transdiagnóstica, aplicada en formato grupal,
nueva formulación del tratamiento de los tras- era efectiva para reducir la sintomatología en un

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198 Bonifacio Sandín, Paloma Chorot y Rosa M. Valiente

grupo heterogéneo de pacientes con diagnóstico siedad y facilita otras tendencias de acción más
de ansiedad (Norton y Hope, 2005), así como adaptativas; así mismo, permite otras tendencias
también en pacientes con diagnóstico secunda- asociadas a emociones alternativas (p.ej., la
rio de trastorno depresivo (Norton et al., 2004). activación conductual, la risa, el humor).
En su formato actual, el protocolo desarrollado Este protocolo original de TCC transdiag-
por Norton (2012) constituye un protocolo de nóstica, aun basándose en los mismos princi-
elección para el tratamiento transdiagnóstico en pios psicopatológicos, ha sufrido algunos cam-
grupo de los trastornos de ansiedad. bios y refinamientos a través de sus diversas
Partiendo de una concepción psicopatológi- aplicaciones. En el núcleo del protocolo se
ca dimensional y del planteamiento teórico in- mantienen como fundamentales los principios
dicado sobre la etiología y/o mantenimiento de tradicionales de la TCC, enfatizando la relevan-
los trastornos emocionales (véase atrás), en el cia de los mecanismos de extinción (mediante
que juegan un papel relevante las tendencias de la prevención de la evitación), la exposición
acción (asociadas a las emociones), el sentido conductual e interoceptiva, y la identificación y
de incontrolabilidad-impredecibilidad (sobre modificación de las cogniciones desadaptativas
los sucesos del ambiente), y la auto-focaliza- (Ellard, Fairholme, Boisseau, Fairchione & Bar-
ción de la atención (auto-preocupación neuró- low, 2010). El nuevo protocolo se focaliza de
tica), Barlow et al. (2004) proponen un «trata- forma más explícita en la interacción entre los
miento unificado» (Unified Protocol) de TCC pensamientos, los sentimientos y las conductas
transdiagnóstica común para todos los trastor- relacionadas con la génesis de experiencias
nos de ansiedad y para la depresión basado en emocionales internas. Aparte de los tres módu-
los tres componentes terapéuticos fundamenta- los nucleares del protocolo (i.e., manejo de las
les siguientes: (a) Necesidad de modificar las reevaluaciones erróneas mediante reestructura-
evaluaciones erróneas antecedentes (reevalua- ción cognitiva, identificación y prevención de
ción cognitiva); dos tipos de reevaluaciones la evitación emocional, y exposición situacional
cognitivas parecen ser especialmente relevantes e interoceptiva a los estímulos emocionales),
en este sentido, i.e., la probabilidad de sobrees- éste incluye un módulo complementario dedi-
timación (probabilidad de que ocurra un suceso cado a incrementar la conciencia emocional.
negativo) y el catastrofismo (consecuencias Aunque el desarrollo de la TCC transdiagnós-
negativas del suceso negativo si éste llegase a tica se encuentra en sus inicios, lo cierto es que
ocurrir). (b) Prevenir la evitación emocional ha despertado un gran interés, habiéndose apli-
(más amplio que la clásica prevención de la cado ya en diversos formatos de protocolo y en
evitación conductual de las fobias, ya que se diferentes contextos, incluidos los formatos de
focaliza en diversas formas de evitación, inclui- tipo individual (Ellard et al., 2010) y grupal (véa-
das la evitación cognitiva, la evitación conduc- se Norton y Philipp, 2008), el tratamiento a tra-
tual y la evitación somática); existe amplia evi- vés de internet (Titov, 2011), y los protocolos
dencia sobre la existencia de múltiples formas dirigidos a población de niños y adolescentes
o estrategias de evitación cognitiva y conduc- (Allen, Tsao, Sidman, Ehrenreich-May y Zeltzer,
tual, tales como los rituales cognitivos, la dis- 2012). Los cimientos de la nueva perspectiva
tracción, la supresión de la emoción, la búsque- transdiagnóstica de la TCC son firmes; los retos
da de señales de seguridad (p.ej., medicación, y las perspectivas futuras son prometedores.
uso de talismanes), la rumiación, etc., así como
también sobre la evitación somática (p.ej., la
evitación interoceptiva; véase Sandín, 2005). TRANSDIAGNÓSTICO Y PSICOLOGÍA
(c) Modificar las tendencias a la acción emo- CLÍNICA: COMENTARIOS Y RETOS
cionales (por ejemplo, facilitando las tenden- FUTUROS
cias a la acción no asociadas con la emoción
alterada); la efectividad de la exposición podría El transdiagnóstico constituye una nueva
deberse, al menos en parte, a que previene las perspectiva en psicología clínica. Como hemos
tendencias a la acción asociadas al miedo/an- señalado, un aspecto conceptual fundamental

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Transdiagnóstico: Nueva frontera en psicología clínica 199

es que puede entenderse desde dos puntos de psicopatológicos específicos de cada trastorno.
vista complementarios, esto es, desde el punto Una segunda razón transdiagnóstica podría ve-
de vista psicopatológico y desde el punto de nir dada porque un trastorno puede evolucionar,
vista de la TCC. El primero se focaliza en la pudiendo transformarse en otro trastorno o
descripción y explicación de procesos cogniti- complicarse con otros trastornos.
vos, conductuales y fisiológicos y en factores Este enfoque psicopatológico es más realista
psicopatológicos comunes y unificadores de los y menos artificial que el mero enfoque categorial
diferentes trastornos mentales. La perspectiva vigente, ya que asume y explica la elevada co-
psicopatológica transdiagnóstica posibilita en- morbilidad que se da entre diferentes trastornos,
tender los trastornos mentales desde una óptima tal como la que se observa entre los trastornos
más dimensional, a partir de la convergencia de de ansiedad y los trastornos depresivos. Más
diferentes procesos psicológicos comunes a aun, los trastornos de ansiedad y depresivos no
conjuntos de trastornos (diagnósticos). La TCC sólo presentan elevada comorbilidad entre sí,
transdiagnóstica, asimismo, posibilita un trata- sino también con un rango más amplio de otros
miento más integrado y holístico de los trastor- trastornos mentales, tales como la hipocondría,
nos mentales, al centrarse y aplicar los procesos los trastornos somatoformes, los trastornos di-
psicopatológicos transdiagnósticos que son sociativos, los trastornos bipolares, las adiccio-
comunes a varios trastornos. nes, los trastornos alimentarios, los trastornos
El transdiagnóstico no presupone la ausencia de conducta, el déficit de atención, y los trastor-
de diagnóstico, sino todo lo contrario. No cabría nos de personalidad (Barlow et al., 2004; Fon-
hablar de transdiagnóstico si no se asumiera seca, Paino, Lemos y Muñiz, 2011; Widiger y
algún sistema de diagnóstico de los trastornos Clark, 2000), lo cual denota que los factores de
psicológicos. Sin duda, un reto futuro impor- vulnerabilidad general sugeridos para los tras-
tante del transdiagnóstico consiste en explicar tornos de ansiedad y depresivos (p.ej., el factor
qué trastornos y por qué pueden organizarse general de angustia o afecto negativo —factor
sobre la base de determinados mecanismos o general de distress) constituyen un componente
procesos psicopatológicos transdiagnósticos. psicopatológico mucho más amplio de lo que se
Así mismo, también es preciso explicar por qué ha venido suponiendo, al afectar de forma gene-
los trastornos se presentan de forma tan distin- ral a la mayor parte de los problemas psicopato-
ta si comparten los mismos principios o proce- lógicos e incluso a la enfermedad física (Mon-
sos cognitivos y/o conductuales. Una posible tero, Rueda y Bermúdez, 2012).
explicación podría consistir en que existen fac- La psicopatología de los trastornos emocio-
tores de vulnerabilidad generales y específicos nales no se reduce a una fundamentación cen-
(Barlow et al., 2004), siendo los primeros co- trada únicamente en las emociones de ansiedad,
munes a grupos de trastornos, y los segundos miedo, tristeza y anhedonia o desesperanza.
propios de una categoría determinada de tras- Existen otras emociones que en cierto modo han
torno. Por ejemplo, las similitudes entre todos sido «olvidadas» por la investigación. Una de
los trastornos de ansiedad podrían explicarse a estas emocionas relegadas es la emoción de
través del factor general de afectividad negativa asco que, aunque apenas ha sido investigada,
y de la vulnerabilidad psicológica general (p.ej., estudios recientes han puesto de relieve que
percepción de incontrolabilidad); mientras que puede jugar un papel relevante en la etiología
la especificidad de los mismos podría estar de- y/o mantenimiento de los trastornos de ansie-
terminada por la evaluación negativa o catas- dad, especialmente de ciertas fobias y del tras-
trofista de aspectos particulares asociada a ex- torno obsesivo-compulsivo, así como también
periencias de aprendizaje ( p.ej., en el trastorno en muchos otros trastornos psicológicos (Rozin,
de pánico, podría asociarse a la evaluación ne- Haidt y McCauley, 2000; Sandín et al., 2008).
gativa de las sensaciones somáticas, tales como Aunque aún no se ha determinado hasta qué
taquicardia, respiración dificultosa, mareos, punto la emoción de asco forma parte del factor
etc.). Es decir, en adición a los factores genera- general de afectividad negativa (o factor general
les comunes, también parecen existir procesos de distress), todo parece indicar que podría con-

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formar una dimensión transdiagnóstica genéri- dar en formato grupal distintos tipos de trastor-
ca de sensibilidad al asco, la cual podría estar nos simultáneamente, algo que no es factible
implicada etiológicamente en algún grupo o mediante la TCC tradicional. De hecho, a nues-
grupos de trastornos mentales. Lógicamente, la tro juicio, aunque la TCC transdiagnóstica se
TCC deberá incluir la modificación de dicho ha aplicado de forma individual, su principal
constructo en los nuevos protocolos transdiag- ventaja no consiste en aplicarla de esta forma
nósticos. sino más bien como tratamiento en grupo. Fi-
Sin duda, se hace necesaria una nueva orien- nalmente, y sólo por citar algunas de las posi-
tación en la clasificación de los trastornos men- bilidades que resultan particularmente sugesti-
tales, en la cual las diferentes clases de trastornos vas, se nos antoja que la TCC transdiagnóstica
se ajusten a las dimensiones transdiagnósticas ocupará un puesto primordial en atención pri-
básicas. No se trata, por tanto, de que el trans- maria (similar a lo que ocurre con los tratamien-
diagnóstico, al centrarse en un enfoque dimen- tos médicos, que son más genéricos), en asuntos
sional, rechace la clasificación categorial. El de prevención y promoción de la salud mental
transdiagnóstico debe posibilitar una clasifica- (p.ej., a través de centros educativos, formación
ción de los trastornos mentales basada en la de padres, etc.), y en general en la intervención
ciencia y en criterios empíricos, y no tanto ba- en poblaciones de niños y adolescentes, donde
sada en criterios de consenso o de política cien- los procesos psicopatológicos, por estar aún
tífica. En dicha clasificación deben establecerse menos diferenciados, son por definición más
las relaciones funcionales entre los procesos transdiagnósticos.
genéricos y los específicos, que expliquen tanto
las manifestaciones psicopatológicas generales
(p.ej., los síntomas comunes a la ansiedad y la REFERENCIAS
depresión) como los relativos a cada trastorno.
También es necesario determinar las bases etio- Achenbach, T. M. (1966). The classification of children’s
lógicas de los diversos conceptos transdiagnós- psychiatric symptoms: A factor-analytic study. Psycho-
ticos, así como su papel en el desarrollo y/o logical Monographs, 80, 1-37.
mantenimiento de los trastornos (p.ej., su papel Aldao, A., Nolen, S., & Schweizer, S. (2010). Emotion-
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La TCC transdiagnóstica no debe entender- analytic review. Clinical Psychology Review, 30, 217-
se como terapia alternativa a la TCC tradicional 237.
orientada a trastornos específicos, sino más bien Allen, L. B., Tsao, J. C. I., Sidman, L. C., Ehrenreich-May,
como una terapia complementaria que posee J., & Zeltzer, L. K. (2012). A unified, transdiagnostic
aspectos positivos y negativos al compararla treatment of adolescents with chronic pain and comor-
con la TCC orientada a trastornos específicos bid anxiety and depression. Cognitive and Behavioral
(Clark y Taylor, 2009). Aunque la evidencia Practice, 19, 56-67.
empírica sobre la TCC transdiagnóstica es aún American Psychiatric Association (APA) (1994). Diag-
limitada, sus posibilidades son muchas y los nostic and statistical manual of mental disorders (4th
frentes abiertos abarcan ya diversos ámbitos de ed.). Washington, DC: APA.
la psicología clínica. Así por ejemplo, un pro- Barlow, D. H. (1988). Anxiety and its disorders: The na-
tocolo de TCC transdiagnóstica podría aplicar- ture and treatment of anxiety and panic. New York:
se indistintamente para pacientes que sufren de Guilford Press.
ansiedad generalizada y/o de algún trastorno Barlow, D. H. (2002). Anxiety and its disorders: The na-
depresivo, así como también para cualquier ture and treatment of anxiety and panic (2nd ed.). New
trastorno de ansiedad. Los protocolos de TCC York: Guilford Press.
transdiagnóstica podrían estar recomendados Barlow, D. H., Allen, L. B., & Choate, M. L. (2004).
para los pacientes con varios diagnósticos (p.ej., Toward a unified treatment for emotional disorders.
es común que un paciente tenga más de un tras- Behavior Therapy, 35, 205-230.
torno de ansiedad y algún trastorno depresivo). Beck, A. T. (1967). Depression: Clinical, experimental,
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