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CURSO ENEAGRAMA DE LA PERSONALIDAD

TEMA 4

Cerebro Triuno y Tres Centros de inteligencia para


filtrar la Realidad

Tres Cerebros y su relación con la personalidad. Cerebro Triuno

El cerebro del ser humano está compuesto de tres partes o tres


cerebros, que se han ido desarrollando y superponiendo a
través de su evolución. Estas tres partes pese a que están unidas
y conectadas entre sí, tienen sus particularidades y diferentes
funciones.

Los tres cerebros son:

a)Cerebro Reptiliano
b)Cerebro Límbico
c) Cerebro Neocortical

Cerebro Reptiliano
Es el más primitivo y básico, es el que permite el movimiento de
hacer, actuar y realizar, es decir está basado en la acción, y en la
supervivencia. En lo cotidiano es el que nos indica cuándo
comer, beber, dormir, o reproducirnos. Su adecuación temporal
está basada en el presente.

Este cerebro lo tenemos el ser humano y es común con casi


todas las especies vivas, y como su nombre indica los reptiles
solo procesan a través de él, y además no se diferencia
prácticamente de cómo procesa la información en el ser
humano a cómo la procesa en los animales.

Este cerebro es el almacén de las limitaciones conformadas


como: MIEDO.

Desde la psicopatología y el Eneagrama es el cerebro que da


origen a la triada del visceral, o centro visceral.
Cerebro Límbico

Es la siguiente estructura que se desarrolló en la evolución del


cerebro humano, este salto evolutivo logro que la especie
procesara la información con conciencia del pasado,
permitiendo así aprender de lo ocurrido. Es el cerebro que
compartimos con los mamíferos, y es el que nos permite sentir,
amar, desear. Como indicabamos tiene la capacidad de poner el
pasado en el presente, o sea de aprender y/o memorizar.

Es el almacén de las limitaciones conformadas como:


SUFRIMIENTO.
En la psicopatología y el Eneagrama es el que da origen a la
triada emocional, o centro emocional.

Cérebro Neocortical o Neocórtex

Es el cerebro que nos diferencia de las demás especies y nos da


la particularidad humana, tan solo existe en los simios y
algunos cetáceos aparte del ser humano. Es el cerebro que nos
permite razonar, reflexionar y elegir, idear y construir. A este
cerebro le interesa traer el futuro al presente, para procesar, a
partir del presente y dirigirse hacia una meta u objetivo a través
de la planificación.
Es el almacén de las limitaciones conformadas como: ESTRÉS.

En la psicopatología y el Eneagrama es el que da origen a la


tríada del pensamiento o centro mental.

Estos tres cerebros que forman a la vez el cerebro total en sí,


tienen una asociación directa con los centro de inteligencia con
los que percibimos nuestra realidad, en el Eneagrama es
sumamente importante conocer cuál es nuestro centro de
inteligencia dominante, y por lo tanto de qué manera
interpretamos las cosas sesgadas por ese centro.

Centros de Inteligencia. Tres maneras de filtrar la


realidad

El eneagrama nos muestra diferentes maneras de pensar, sentir


y actuar, y para ello nos servimos de tres centros de inteligencia
que todos tenemos.

Al disponer de estos tres centros de inteligencia, en principio


podemos utilizar el más adecuado en cada situación, pero
tenemos una tendencia a “tirar” de uno de ellos,
independientemente de si es el más adecuado o no, esto es
producido por la distorsión generada en este centro, que
permanece inconsciente, y en continua búsqueda de reparar esa
distorsión.

El centro de inteligencia dominante en cada uno de nosotros, se


gestó en la infancia, según los estudios desde los tres hasta los
siete años generalmente, etapa en la que el cerebro procesa en
ondas theta, o sea que la información vivida no es filtrada y va
directamente al inconsciente.

Esto provoca que el inconsciente tenga que generar unas


estrategias para “sobrevivir” lo mejor posible a aquellas cosas
que más problema o sufrimiento nos causó en aquel momento
de nuestra vida, pero que en la actualidad ya no tienen razón de
ser, y al producirse esta disfunción de ese centro de inteligencia,
operaremos desde el al tener la inconsciente necesidad de
compensarlo, si bien al ser inconsciente hasta que podemos
verlo, no nos sirve de nada ese intento de reparación, ya que se
convierte en un bloqueo más que en una liberación debido a
una necesidad inconsciente que choca con un filtro de carencia.

Esto nos indica que el centro dominante no es el que mejor


tenemos, sino el que está más desequilibrado o distorsionado.

Para entender mejor estas necesidades o carencias


inconscientes que generan la distorsión de los centros de
inteligencia, vamos a verlos de forma concreta.

Centro Visceral o Instintivo

La distorsión de este centro, que genera que sea el centro


dominante se produjo por la represión en la instintividad,
emotividad y expresividad del niñ@, casos como padres muy
autoritarios o restrictivos, infancias marcada por un entorno de
amistades reacias o dominadores, cambios continuos de
domicilios donde el niñ@ no puede crear vínculos de amigos
entre otras, son ejemplos de distorsión del centro instintivo.
Este centro tiene una energía basada en el cuerpo, los de este
centro dominante suelen ser más psicosomáticos que los de los
otros dos centro, notan mucho sus sensaciones corporales.

Su carencia y por lo tanto su búsqueda inconsciente es de


autonomía, de libertad, sobre todo en su hacer y en su
movimiento, para compensar la represión almacenada en su
inconsciente. Suelen tener problemas con la acción, con pasar a
la acción, bien por exceso o por déficit, según los matices de las
tres personalidades que engloban este centro.

Tienen un gran componente de rabia o enfado, que en algunos


casos ni siquiera son conscientes de ella, o bien la reprimen en
exceso. Temen ser dominados y explotados.

Centro Emocional o Relacional

Este centro se vio dañado principalmente por la carencia


afectiva, la falta de amor, la sensación de soledad o abandono.
Generando así la distorsión que busca compensar sintiéndose
querido, aceptado, reconocido, comprendido, atendido, siendo
visto y tenido en cuenta por los otros. Para los de este centro es
sumamente importante la relación con los demás, sentirse
valorados, ya que lo que más temen es el rechazo o la
desaprobación, en muchos casos pueden tener una baja
autoestima que camuflan con su estrategia inconsciente para
compensar su carencia. Suelen tener como emociones base a la
tristeza y grandes dosis de vergüenza, así como confusión o
auto rechazo de sus verdaderos sentimientos.

Centro Mental o del Pensamiento


Los de este centro dominante sufrieron principalmente la
inseguridad y el miedo al sentirse en peligro, desprotegidos o
no apoyados, abrumados en su infancia por las circunstancias
que en muchos casos tiene que ver con las relaciones con la
figura paterna, donde impero ese miedo o inseguridad. Para
compensar esa carencia buscan sentirse seguros, orientados y
acumulas conocimiento, ya que su estrategia inconsciente les
hace creer que si tiene conocimientos podrán estar a salvo en el
mundo. Su inseguridad y miedos les hace ser desconfiados,
ansiosos, y desconectar de sus emociones para no sentirse en
peligro. suelen proyectar el poder en otros debido a su
“problema” con las figuras jerárquicas o autoritarias.

Una vez conocemos lo más destacado de los tres centros de


inteligencia, podemos observar a través de cual de ellos
filtramos nuestra realidad, ya que por ejemplo si somos del
centro mental, no vivimos ni interpretamos la vida de la misma
forma que alguien del centro emocional, ya que las
motivaciones principales y prioridades, son distintas, aunque la
mayoría de veces esto ocurre de forma inconsciente, y se trata
de dar luz a esa inconsciencia para poder trabajar
conscientemente en equilibrar los tres centros, principalmente
equilibrando nuestro centro dominante.

En la inteligencia relacional, saber que centro dominante es el


nuestro, o el de los demás nos permite que las relaciones sean
más fluidas, ya que el centro dominante nos muestra las
motivaciones inconscientes de cada uno.

Motivaciones del Centro Visceral Dominante:


● Experimentar su autonomía, independencia
● Sentir un sólido sentimientos de sí mismos
● Lograr autoafirmarse
● Controlar el “territorio”, su entorno

Motivaciones del Centro Emocional Dominante

● Sentirse valorados, queridos


● Ser tenidos en cuenta
● Que les comprendan y acepten
● Relacionarse con los demás

Motivaciones del Centro Mental Dominante

● Sentirse seguros
● Tener conocimientos, perspectivas
● Analizar y encontrar explicación a las cosas
● Prevenir, disponer de diferentes estrategias

Una vez descubro mi centro dominante, o el de una persona que


viene a consulta, tenemos muchas más posibilidades de avanzar
en el desarrollo personal, ya que ahí se encuentra no uno de los
principales bloqueos sino el principal para conectar más con las
capacidades y plenitud de uno mismo.

Respecto a los grupos o equipos de trabajo o deportivos, resulta


muy útil conocer qué centro predomina en cada persona para
adaptarse a su forma de pensar, sentir y actuar y poder dar el
mayor rendimiento sintiéndose bien consigo mismo.

Los Tres Centros


El eneagrama es una herramienta y, como tal, precisa de unas
buenas manos que la empuñen para que se convierta en una
“herramienta útil”. De no ser así, este elemento eneagramico
puede ser un verdadero caos y confusión, que será utilizado por
tu parte egoica para reafirmar sus pulsiones dominantes y
subyugarte, aún más , hacia el “Yo ideal” bien, tratando de
acercarte a él en un intento de ser feliz o repeliendolo en un
intento de revelarte contra él (cosa que para el caso es lo
mismo).

El cuerpo humano puede dividirse en tres partes:

● Cabeza
● Corazón
● Vientre

Podríamos decir: el centro racional, el centro emocional, y el


centro corporal, pero como esas palabras están cargadas de
conceptos erróneos, procuraremos dejarlo en una neutralidad
más aparente hasta no esclarecer y discernir cada uno de los
centro en detalle.

Dentro de cada uno de estos “Centros inteligentes” hay nuevos


elementos que se reparten de esta forma:

CABEZA:
Centro mental
Centro mental superior

CORAZÓN:
Centro emocional
Centro emocional superior
VIENTRE:
Centro sexual
Centro instintivo
Centro motor (o móvil)

Además en la zona del vientre existe un nuevo centro superior,


el Centro sexual superior, pero siendo su descubrimiento
una consecuencia lo obviaremos por ahora.

Gurdjieff hablaba de la raza humana como los “seres


tricerebrales” es decir, con la capacidad o la propiedad de
tener tres “cerebros”. En cuanto a cerebros se referia a
complejas formas de gestión que trataban, con mayor o menor
tino, de gestionar nuestro cuerpo en su totalidad hacia una
“armonía”.

¿Dónde se colocan estos elementos dentro del Eneagrama?

Por ahora diremos que el “cerebro del cuerpo” se ubica en la


zona superior del Eneagrama, lo que corresponderia a los
números 8,9,1. El “cerebro del corazón” a la zona comprendida
entre los números 2,3,4. Y en la zona del “cerebro de la cabeza”
los restantes, el 5,6 y 7.
Uno de los problemas al hablar de los centros es entender que
el ser humano es un amasijo de conexas e inconexas
interacciones entre los tres centros. La relación que estas
conexiones tengan entre ellas determinará en qué estado
armónico podemos encontrarnos e incluso, que estado
armónico podemos considerar conseguir en esta vida.

El problema de los “tres centros” es que entre estas conexiones


existe tal confusión que pùgnan por dominar el resto del
organismo y, de esta manera, es muy difícil que cada uno haga
“su trabajo”. En el organismo humano hay una anarquía
simbólica que no lleva a los centros a tratar de equilibrarse sino
a tratar de ser “el rey”dentro de nosotros. La justificación es la
necesidad de existir como entre propio y como un YO. en lugar
de vernos a nosotros mismos como “algo” que gestiona las tres
zonas “gestionantes”, nos identificamos con alguna de ellas,
generando así una identificación prematura hacia cualquiera de
ellas empezando una rivalidad que durará el resto de nuestras
vidas.

Este tema es muy complejo y muy rico en matices, por lo que


trataré de ser lo más esquemático posible.

Antes de considerarnos personas con un centro más dominante


que otro, debemos considerar lo antes expuesto, es decir: es
posible una atracción hacia ese centro o una repulsión. Seres
humanos con un centro corazón dominante, pueden creer que
son más propensos a ser dominados por el centro de la cabeza
porque parece ser “el más usado”, mientras que, realmente, el
eje es el centro del corazón que le obliga a ir hacia el centro de
la cabeza o racional o bien hacia el centro del vientre o
instintivo.
Lo mismo puede ocurrir con cada uno de los tres centros. Por
ello, antes de saltar a determinar cuál de los centros es nuestro
eje, debemos trabajar “la observación desnuda”, una
observación limpia que no es nada fácil de conseguir. Esa
observación debe ser el objetivo principal de un buscador de sí
mismo.

En nosotros hay tal caos de conexiones, que toda observación


sincera se vuelve imposible, pues fallan nuestros puntos de
percepción. Así, muchos seres en los que predomina un centro
corazón, tratan a veces de esforzarse en desarrollar el centro
cabeza, llegando a generar verdaderos monstruos, efectivos e
insatisfechos, carentes de orientación.

¿Puedo cambiar mi centro de energía dominante?

No, ni es posible ni necesario. El principal problema del caos


existente en nuestro organismo es esa misma necesidad de
“cambiar” el centro dominante.

El centro dominante no es algo que ha sido elegido por nosotros


conscientemente ni bajo una determinada necesidad, fruto de la
convivencia. Es algo estipulado que se aleja de nuestra
capacidad de elección, por lo menos de una elección consciente
en el plano humano.

Algunos dirán que viene determinado por tus glándulas, otros


por tu mimetismo materno filial, otros por la posición de los
planetas...el caso es que el ser humano busca un “hueco”, ese
hueco en el proceso de lo que llamamos mundo y que
normalmente determinan nuestra estructura exterior. No es
cuestión de tratar de entender el proceso por el que se generó y
como y de qué forma ocupa ese hueco, sino que, por ahora,
debemos simplemente tratar de observar nuestra estructura
orgánica.

Determinar con claridad nuestra estructura posiblemente nos


llevará un enorme periodo de nuestra vida, pues la empresa no
es menos que titánica, teniendo en cuenta que los elementos de
los que se disponen para la autoobservación es uno mismo, y
uno mismo está en tal caos egoico que no puede verse.

Por ello, debemos valernos de elementos exteriores más o


menos sanos, que puedan ayudarnos a un saneamiento que nos
permita limpiar nuestra observación y así ver con más claridad
en nosotros. Estos elementos son llamados “maestros”. Es
bueno distinguir y aprender a distinguir por uno mismo los
elementos que pueden aportarnos algo útil o simplemente
“marear la perdiz”. Es complejo, pero llegados a este punto
entendamos que todo lo que podamos “hacer” con nuestro
enmarañado centro será “un problema”.

Dinámicas del Triángulo Central del Eneagrama


Por Fernando Uribe S.

El diseño divino y por ende perfecto del ser humano incluye un


centro instintivo para podernos relacionar con el entorno y con
los demás; un centro emotivo para poder amar y ser amados y
un centro mental que nos permite discernir y saber claramente
qué hacer.
En el proceso de “adoptar” una personalidad, lo primero que
hacemos es empezar a vivir nuestra experiencia de vida
concentrando la mayor parte de la energía vital en uno de los
tres centros, antes determinadas, complicandonos mucho la
vida. Pero lo más dramático de este desequilibrio hacia un solo
centro es que es precisamente en aquello para lo cual está
diseñado ese centro sobrecargado, donde tenemos cada quien
las mayores dificultades: los instintivos en las relaciones con
los demás y con el entorno, los sentimentales en todo lo que
se refiere a amar y ser amados, y los mentales con el hacer,
porque no hacen o por dispersarse en el hacer.

Existe una forma muy bella de comprender el trabajo personal


con el Eneagrama, y a la vez tomar conciencia de su
permanente dinamismo. En el Eneagrama se habla de
personalidades primarias (las del triángulo) y
secundarias ( las del hexagrama), como “desviaciones” de la
primaria del respectivo centro. Si todo nuestro trabajo con esta
valiosa herramienta es la búsqueda del equilibrio y la armonía,
veamos como resulta más que deseable centrarse en el propio
centro de la respectiva triada. Olvidando el resto, centrémonos
en solo el triángulo central y en la polaridad expresada en cada
vértice:
Paz/Rabia

Sabiduría/Miedo Amor/Vanidad
Cada quien se sitúa en su centro de energía principal, aquel
donde se mantiene. Es decir, si eres un cerebral tiendes a
permanecer en el punto Sabiduría/miedo. Si arrancas con
Sabiduría, en el sentido correcto - el del reloj -,encuentras
Paz en el 9 y sigues por Amor al 3. Y si sigues girando de
nuevo en el 6 tendras mas sabiduria y ello te dará más paz, y
ello más amor...Pero si arrancas con Miedo, vas hacia el 3 por
Vanidad (como exigencia de ser reconocido), luego para el 9
por Rabia y regresas por más miedo a tu 6 y luego más
vanidad…

Eso es arrancar y moverse. Cuando se mueve, porque nos


podemos quedar quietos un tiempo muy variable en la
desintegración, y cuando nos instalamos en un centro diferente
al nuestro, lo utilizamos muy mal, nos come vivos
literalmente…

La Acción

El Universo responde a la acción, no al pensamiento. La vida es


acción. La acción es posterior a una decisión, pero esta surge
como respuesta a un interrogante. El eneagrama, de la forma
más precisa nos ilustra acerca del interrogante que precede
toda decisión desde el desbalance y el autoengaño de la
personalidad y, también, por la misma dinámica natural del
triángulo central, ofrece la salida para que la acción sea eficaz y
apropiada, frente a cualquier situación.

Por triadas , he aquí cómo empieza, desde el automático, la


formulación del interrogante:
¿QUE?

¿COMO? ¿CON QUIEN?

Esto significa que los cerebrales atrancan y/o difieren el hacer,


la acción, innecesariamente las más de las veces, atascados en el
¿Cómo?...Pero, ¿Cómo?...y si acaso despegan de allí, en reversa,
se acaban de enredan en él ¿Con quien?...cuando su salida
natural es conscientemente en el aquí y ahora, preguntarse
¿Qué hay que hacer? ¡Y hacerlo!
La clave está pues en cambiar, si eres cerebral, el interrogante
del ¿Cómo? por el ¿Que? de los instintivos.

A los instintivos, es el ¿Que? lo que los mete en líos. Impulsivos


(el Nueve también) porque desde el ego, si actúa, lo hace con
una de las alas), primero actúan y luego si acaso se dan cuenta,
ya han ofendido, agredido o atropellado a los demás...O, en
reversa, al meterle mente al asunto, osea al conectar el miedo y
no la sabiduría, se paralizan en el ¿Cómo?, lo cual les da la
consideración por los demás, que sus egos no tienen. Los
conecta con el Amor…

De la misma manera, los vanidosos, tan enganchados con los


demás, su pregunta reactiva inmediata del ¿Con quien?, hace
que su vida cambie totalmente al ser cambiada por el ¿Cómo?
que los conecta con el centro mental… Y no el ¿Con quién?,
seguido del ¿Que?, que desde luego, también los mete en
muchos líos.

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