Está en la página 1de 5

Universidad Abierta Para Adultos

Escuela de Psicología

Título: las emociones

Nombre: Niorki Yesenia Novas Méndez

Matricula: 2020-03318

Materia: Neuropsicología

Facilitador/a: Esther Noemi Roman

Semana: III

Ciudad: Santo Domingo

País: Republica Dominicana

Fecha: Mayo 2021


Introducción

En el estudio de las bases científicas de las emociones conviene recordar algunos


principios, enunciados por LeDoux que sirven para centrar el problema en términos
abordables por la ciencia actual.

El primero es que lo que llamamos coloquialmente ‘emoción’ no se corresponde con un


proceso cerebral separado e independiente, sino el resultado de múltiples mecanismos
cerebrales que pueden ser distintos en emociones diferentes. Algo análogo a lo que ocurre
con ‘la memoria’ o ‘la inteligencia’. En tal sentido debe tenerse en cuenta también que los
componentes conscientes de las emociones, que denominamos ‘sentimientos’, como la
alegría, el miedo o el amor, no son cualitativamente diferentes de las percepciones
cognitivas como podrían ser la resolución de un problema matemático o la percepción de
que el objeto en el que viajamos es un automóvil. Los mecanismos de procesamiento
inconsciente que subyacen en ambos casos son diferentes, pero en los dos, la consciencia se
produce cuando el mecanismo cerebral general del conocimiento consciente los capta e
incluye en su función.

Un segundo principio importante es que los mecanismos cerebrales de conducta emocional,


tales como los que se ponen en marcha durante el miedo, la búsqueda de alimento o el
deseo sexual, aparecieron ya en estadíos muy primitivos de la evolución animal y se han
conservado en gran medida durante la evolución de los vertebrados, entre los que se cuenta
el hombre. Las emociones conscientes se darían en aquellas especies animales que poseen
consciencia. No es posible inferir si la emoción consciente que provoca una situación de
miedo es percibida de modo igual por el hombre y un animal. No obstante, si los patrones
de conducta que se evocan en tal situación, en el hombre y en la otra especie animal son
iguales o muy semejantes, podemos asumir que una parte importante de los procesos
cerebrales que determinan tal conducta son iguales en ambas especies. La mayoría de los
componentes de las respuestas emocionales se ponen en marcha de manera no consciente.
Como especuló acertadamente Freud, la consciencia es solo la parte final de un sistema de
operaciones cerebrales mucho más amplio. Hay que señalar, además, que, al ser los
mecanismos neurales de las emociones evolutivamente más primitivos que los de los
procesos cognitivos, se ponen en marcha de manera inconsciente de un modo más
inmediato que éstos.
Al terminar de consultar la bibliografía señalada y otras fuentes de interés científico para la
temática objeto de estudio, se recomienda que realices la siguiente actividad:

1. Desarrolla la siguiente guía de preguntas:

¿Cuáles son las funciones del cerebro con relación a las emociones?

El cerebro humano es el órgano que genera, interpreta e integra las emociones. De las más
de 80,000 millones de neuronas que tenemos, no todas se encuentran involucradas con
procesos emotivos, pero sí muchas de ellas. El cerebro tiene módulos específicos para
iniciar, entender, categorizar, memorizar y atender a una emoción. Las emociones tienen un
papel fundamental en la vida: con ellas identificamos detonantes para actuar rápidamente
ante un estímulo, amplifican la memoria, modifican el estado de alerta y generan conductas
para motivar la atención y la comprensión social de nuestro estado de ánimo.

Las emociones son importantes en la percepción del tiempo; por ejemplo, cuando nos
encontramos en situaciones de estrés, contingencia o huida, las neuronas del hipotálamo se
sobreactivan, promoviendo a su vez el incremento de la expresión de genes reloj, que nos
ayudan a percibir el tiempo, modificando la sensación del hambre, la saciedad, el deseo
sexual y el control hormonal de la actividad cardiovascular, entre muchas otras cosas,
acelerando la interpretación de los estímulos para que reaccionemos con mayor rapidez;
esto también nos permite liberar oxitocina, una hormona peptídica asociada con los
procesos de empatía y apego para que el cerebro desarrolle con mayor rapidez actividades
prosociales, empatía, solidaridad y de cooperación: de esta manera las emociones aseguran
la supervivencia. En contraste, la tristeza puede generar la sensación de que el tiempo pasa
muy rápido y, en forma crónica, la melancolía nos puede hacer sentir que el tiempo se
detiene. En la interacción social, cuando tenemos relojes biológicos sincronizados,
favorecemos espectros de distorsión temporal semejante, compartimos las emociones con
mayor eficiencia.

¿Cuál es el papel de la amígdala en situaciones de supervivencia?

Es la estructura más importante dentro del sistema límbico. Es la que guarda y maneja
nuestras emociones más irracionales. Es esta parte del cerebro en la que se genera la
‘defensa’ contra los peores sentimientos que tenemos los seres humanos: el miedo, la ira, la
tristeza, etc. Se encarga de regular estas sensaciones y de protegernos ante ellas.
Gracias a la amígdala podemos escapar de situaciones que ponen en riesgo nuestra
supervivencia; pero también tiene una parte mala: es la que permite que nuestros miedos
más profundos y nuestros traumas infantiles salgan a la luz. La amígdala nos ayuda a
buscar la estrategia necesaria para solventar una situación de estrés, miedo o peligro y nos
da una visión equilibrada de lo que sucede a nuestro alrededor. En definitiva, es la parte del
cerebro que permite que no nos dejemos llevar por el pánico y la ansiedad.

Explica la relación entre la lateralización cerebral y las emociones.

Como ocurre en otras funciones cerebrales, hay una asimetría lateral en el procesamiento
neural de las emociones, dado que el hemisferio derecho tiene un papel más importante,
tanto en el reconocimiento como en la expresión emocional (está más especializado en el
lenguaje y control de las emociones).

No obstante, el hemisferio izquierdo también participa en el control de la información


emocional (está especializado en el pensamiento espacial, percepción de las emociones y
reconocimiento facial).

Conclusión

Saber manejar las emociones adecuadamente es fundamental para nuestro bienestar y


nuestras relaciones con los demás. Las respuestas emocionales inadecuadas están asociadas
a diversos trastornos psicológicos, problemas sociales y enfermedades físicas, lo que
significa que no siempre logramos regular nuestras emociones de manera efectiva.

No obstante, las personas pueden regular sus emociones tanto positivas como negativas,
para aumentarlas o disminuirlas. Aunque la mayoría de las emociones se regulan
conscientemente, también sucede la regulación inconsciente.

Por ejemplo, cuando no reconoces la ira que sientes al ser humillado por alguien, sino que
la ocultas de inmediato, o cuando desvías tu atención de manera inmediata y automática al
ver algo que te produce malestar.

Así pues, existe una regulación consciente, controlada y que requiere esfuerzo, y otra
regulación inconsciente, automática que sucede sin esfuerzo. Ambas formas pueden ser
útiles y adaptativas o no serlo, según cómo se utilicen.
Bibliografía

https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/d6dac5c4-cfeb-425b-8bf3 4c6fd0c0bd98/emociones-
en-el-cerebro Shukare Otero, 2018.

Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fís.Nat. (Esp) Vol. 101, Nº. 1, PP 59-68, 2007 VII Programa de Promoción
de la Cultura Científica y Tecnológica

También podría gustarte