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Alexander Alvarado & Oscar Meléndez

I. GENERALIDADES DE LOS PRIONES.


La proteína priónica (PrP) es una glicoproteína normalmente anclada a la membrana celular
y presente en casi todos los vertebrados y en algunos hongos. En circunstancias inusuales,
ésta puede sufrir una transformación estructural y convertirse en el único constituyente de
los priones, una clase muy particular de agente infeccioso desprovisto de ácidos nucleicos
(Trillo 2006).
Las proteínas PrP contienen tres regiones distintivas: un dominio repetitivo N-terminal, de
estructura flexible y rico en repeticiones cortas; una región central hidrofóbica altamente
conservada; y un dominio globular C-terminal, de estructura más estable y compuesto por
tres hélices-α y dos láminas-β (Trillo 2006).
Las proteínas priónicas pueden adoptar dos diferentes conformaciones, la PrP c (“PrP
celular”), “normal” y la PrPSc (“PrP scrapie”), que es una forma alterada de la anterior y que
es el agente infeccioso de las Encefalías Espongiformes Transmisibles (EETs), las cuales
son en el cien por ciento de los casos, mortales (Trillo 2006). La diferencia estructural entre
la PrPc y la PrPSc es que la primera posee un alto contenido de hélices-α y menor cantidad
de láminas-β, al contrario de la segunda, la cual presenta gran cantidad de láminas-β y
menor de hélices-α (Fields 2013). Cabe mencionar que las formas PrPC PrPSc son la misma
proteína, es decir, están codificadas por el mismo locus genético y comparten la misma
secuencia de aminoácidos (Trillo 2006).

A. Diferencias con los virus.


Como ya se dijo anteriormente, los priones son partículas protéicas desprovistas de ácidos
nucleicos, a diferencia de los virus que presentan ADN o ARN. Pese a que ha habido una
gran cantidad de búsquedas intensivas utilizando una amplia variedad de técnicas y
enfoques con el objetivo de sustentar la hipótesis de que existe un genoma de ácido
nucleico dentro de la partícula priónica infecciosa, aun no se ha logrado encontrar ácidos
nucleicos asociados a las proteínas priónicas (Fields 2013).

A diferencia de los virus, los priones no generan una respuesta inmune, esto es debido al
intercambio de epítopos1 entre PrPc y PrPSc así como a la tolerancia de PrP c, por ser una
proteína autóctona. Por otra parte, la adquisición de priones de una especie a otra está
limitado por lo que se denomina la "barrera de especies", lo que significa que es más
probable que ocurra la replicación de priones cuando la relación evolutiva es estrecha entre
el animal recién infectado y el huésped en el que los priones se replicaron por última vez;
situación que no ocurre con los virus (Fields 2013).

B. Principales enfermedades causadas por priones


En general, las enfermedades causadas por priones se conocen como Encefalías
Espongiformes Transmisibles (EET), las principales son:
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Regiones inmunológicamente activas de un inunógeno, reconocidos por el correspondiente receptor (Amin
et al. 2013).

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 Kuru en humanos.
 Scrapie en ovinos.
 Encelopatía Espongiforme Bovina (BSE) en bovinos. Mejor conocida como
“enfermedad de las vacas locas”.
 Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJD), y variantes, en humanos.
 Enfermedad de Gerstmann-Sträussler-Scheinker (GSSD) en humanos (Fields 2013).

C. Modos de infección de los priones.


La transformación de PrPC trae como consecuencia la formación de las partículas
infecciosas PrPSc (priones) la cual presenta propiedades altamente neurotóxicas.
Dependiendo del origen de la infección, las EETs se clasifican generalmente en tres tipos:
iatrogénicas (contagio por fuentes externas), familiar (mutaciones hereditarias del gen PrP),
y esporádicas (conversión espontánea de la PrP o mutación somática de su gen) (Trillo
2006).

1. Infecciones iatrogénicas:
El contagio a través de la cadena alimenticia es la principal vía de transmisión de priones
entre especies distintas. Durante la ingestión, los priones son captados en el intestino a
través de las placas de Peyer, parte del tejido linfático asociado a mucosa. Luego de ser
fagocitados, los priones circulan hacia otros tejidos linfáticos, donde al entrar en contacto
con terminaciones nerviosas, pueden ser transportados retrógradamente por axones hasta la
médula espinal y finalmente al cerebro. Se puede decir que el sistema linfático es la puerta
de entrada de los priones al sistema nervioso. En las neuronas y la glia 2 , los priones son
internalizados por endocitosis y transportados a los lisosomas para su degradación. Es en
estos compartimientos donde se produce el contacto entre la PrPSc y la PrPC, induciendo la
primera la transformación de la segunda de manera exponencial. La acumulación excesiva
de priones en los lisosomas produce la ruptura de éstos, liberando al citosol su contenido de
priones, provocando con ello la lisis celular. Al quedar libres en el espacio extracelular, los
priones se agregan y forman placas amiloides. El proceso se repite en las células
adyacentes, creando agujeros en el tejido cerebral y confiriéndole a éste el aspecto
espongiforme característico de las EETs (Trillo 2006).

2. Infecciones familiares
Si bien las EETs hereditarias aparecen espontáneamente como resultado de mutaciones en
el gen de PrP, también pueden ser transmitidas a animales de laboratorio, lo cual confirma
que la mutación induce la formación de priones infecciosos. Cerca del 10% de los casos de
CJD, así como todos los casos de GSS están ligados a mutaciones en el gen PrP, en el
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Células más pequeñas y numerosas que las neuronas, que no transmiten el impulso nervioso, pero sirven de
sostén a las neuronas.

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cromosoma 20. Se ha propuesto que la predisposición genética a padecer nvCJD (CJD


nueva variante) radica en el codón 129 del gen PrP: Individuos homocigotos para
Metionina en este codón (M/M 129) serían susceptibles a nvCJD, mientras que individuos
homocigotos para Valina (V/V 129) o heterocigotos (M/V 129) serían relativamente
resistentes a la infección (Trillo 2006).

3. Infecciones esporádicas
Las formas esporádicas de EET, incluyendo la mayoría de casos de CJD, no presentan
etiologías infecciosas o genéticas obvias y son por lo tanto atribuidas a la conversión
espontánea de PrPC en PrPSc, o a la presencia de mutaciones somáticas en la proteína que
favorecen su conversión, como son las inserciones en la mitad N-terminal y mutaciones
puntuales en la mitad C-terminal de la PrP (Trillo 2006).

II.BIOLOGÍA MOLECULAR DE LAS PROTEÍNAS


PRIÓNICAS.
PrP es codificado por el gen denominado PrnP, el cual es un miembro de la familia de
genes Prn. Aunque el ARN mensajero (ARNm) de PrP se expresa de manera constitutiva
en los cerebros de los animales adultos, éste está altamente regulado durante el desarrollo
de los animales. En el tabique cerebral, los niveles de PrP ARNm y de colina-
acetiltransferasa aumentan paralelamente durante el desarrollo del animal (Fields 2013).

A. Expresión del gen PrP.


Si bien el gen que codifica para PrP C puede ser expresado en diversos tejidos, solo unos
pocos son capaces de soportar la formación de PrP Sc: neuronas, miocitos, células
dendríticas foliculares y linfocitos B (Fields 2013).

B. Función biológica de PrP


Siendo una glicoproteína con anclaje en la membrana celular, se ha especulado que podría
cumplir roles en adhesión celular o en procesos de señalización celular pero su función
exacta ha permanecido hasta ahora oculta. Otros roles propuestos para la PrP incluyen:
neurogénesis, interacción ligando-receptor, metabolismo del cobre, estrés oxidativo,
apoptosis y activación de linfocitos. Sin embargo, estos roles no convergen en un
mecanismo molecular común que explique la función de PrP (Trillo 2006).

Otro gen perteneciente a la familia PrnP, Dpl, se encuentra, junto a PrP, en la superficie de
los espermatozoides de ratones. Tanto los ratones knockout 3 para Dpl como para PrP
3
Desactivación genética o alelos nulos.

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resultan en ratones estériles, lo que sugiere que pueden cumplir alguna función relacionada
a la reproducción (Fields 2013).

III. ESTRUCTURA ISOFÓRMICA DE LAS PROTEÍNAS


PRIÓNICAS.
Ya que PrPC y PrPSc comparten la misma secuencia de aminoácidos (estructura primaria),
los esfuerzos por encontrar algún cambio estructural entre las dos moléculas se enfocaron
en el plegamiento de éstas (estructura secundaria). Tanto la técnica de espectroscopia
infrarroja transformada de Fourier como estudios con espectroscopia de dicroísmo circular
mostraron que PrPC presenta un 40% de hélices-α y un 3% de láminas-β, mientras que, por
otro lado, PrPSc contiene aproximadamente un 30% de hélices-α y un 40% de láminas-β
(Figura 1) (Fields 2013).
La región comprendida entre los residuos 90-112 ha sido implicada en la transformación
del PrPC en PrPSc. Posteriormente se encontró un segundo dominio, comprendido entre los
residuos 180-205. Se halló también que la remoción de cualquiera de las tres hélices α
previene la formación del PrPSc. Por el contrario, al suprimir la región N-terminal entre los
residuos 23-89, así como otros 36 residuos entre las posiciones 141-176, no se afecta a la
aparición de PrPSc (Trillo 2006).

Figura 1: modelos de estructura tridimensional de la proteína PrP. A) Forma celular, PrP C. B) Forma
scrapie, causante de enfermedad, PrPSc.

IV. REPLICACIÓN Y PROPAGACIÓN DE LOS


PRIONES

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La hipótesis de la replicación de los priones se ha mantenido controversial por décadas


hasta recientes estudios en el cual la infección de PrP Sc fue exitosa generando replicación
en células libres. Según la hipótesis, el proceso de replicación ocurre cuando PrP Sc en el
inóculo infectado interactúa específicamente con PrP c del hospedero, catalizando la
conversión en proteínas con forma mal plegadas. Una asociación física entre estas dos
isoformas durante el proceso de infección es sugerida por la secuencia espeficica primaria
en la transmisión de prion y por la reportada generada in vitro de PrPSc por la mezcla
purificada de PrPc con PrPSc. A pesar de esto, el mecanismo exacto de la conversión es
desconocida, particularmente con respecto al rol de otros factores celulares en la
replicación del prion (Abid et al. 2010).
La existencia de un factor hospedero involucrado en la replicación del prion fue propuesto
cuando un ratón transgénico expresó ambos PrP C, tanto de humano como de ratón cuando
fueron expuestos a priones humanos. Sorprendentemente, el ratón co expresó ambas
proteínas que fueron resistentes a la replicación del prion, mientras que el ratón que solo
expresó PrPC humano, desarrolló la enfermedad al inocularle los priones humanos. La
interpretación de este resultado es que el ratón PrP C inhibió la conversión de PrPC humano
mediante la unión a una proteína celular adicional implicada en la replicación de priones.
Además, estudios realizados por el mismo grupo mostraron que el factor del hospedero,
denominado proteína X era capaz de unir PrP C a traves de su extremo terminal C y su
interacción puede ser excluida de algunas moléculas pequeñas. Adicional, la proteína X
mencionada anteriormente, se evidencia en que PrPc es expresada en muchos tejidos pero
PrPSc parece estar limitada a neuronas, miocitos y células dendríticas (Perrier et al. 2002;
Abid et al. 2010).
Recientes estudios bioquímicos han puesto en evidencia la existencia de un factor de
conversión en la replicación del prion. Se demostró in vitro que la conversión no ocurre
bajo condiciones experimentales cuando se purificó ambas proteínas y se mezclaron e
incubaron. La actividad de conversión fue recuperada cuando la mayor parte de los
componentes celulares se agregaron nuevamente a la muestra (Abid et al. 2010).
Estudios han demostrado que RNA de vertebrados y ácidos nucleicos homopolimericos
como poly(A) y poly(T) pueden tomar lugar en el factor de conversión celular para permitir
la conversión de PrPC a PrPSc por la Amplificación Cíclica de Proteínas Mal plegadas
(PMCA) y la generación de material infeccioso. Revelan que las moléculas de RNA son
selectivamente incorporadas en complejos nucleasas resistentes con PrP durante la
formación del prion (Abid et al. 2010; Fields 2013).
La amplificación de priones por PMCA se debe a numerosos experimentos con energía
demostrando que la conformación de las proteínas son sensibles a la temperatura y los
radicales libres pueden covalentemente alterar dichas proteínas. Ambas modificaciones,
conllevan a un proceso difícil de controlar potencialmente para explicar la gran variabilidad
de los experimentos en PMCA (Fields 2013).

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V.DIAGNÓSTICO DE ENFERMEDADES
PRODUCIDAS POR PRIONES
El diagnóstico clínico de enfermedades producidas por priones es a menudo difícil hasta
que el paciente muestra profundas señales de una disfunción neurológica. En humanos, el
síntoma más común es la presentación de una progresiva demencia. Es ampliamente
aceptado que el diagnóstico clínico es provisional hasta un diagnóstico de tejido ya sea para
confirmar o descartar el diagnóstico. Antes de la disponibilidad de anticuerpos para PrP, un
diagnóstico de tejido fue generalmente hecho por evaluación histológica. La
inmunohistobioquimica usa anticuerpos en combinación con tinción hematoxilinas eosinas
y tinciones anti PrP.
Exceptuando la biopsia del cerebro postmortem, no existe un examen para la enfermedad
de priones antemortem. A pesar de una variedad de reportes prelimirares que describen
marcadores o PrPSc en sangre, ninguno de estos marcadores se han desarrollado para un
diagnostico confiable antemortem. Por ejemplo se han estudiado factores reguladores en la
sangre que en su intento por demostrar la depresión de los priones los resultados han sido
decepcionantes, también se han estudiado proteínas de estrés en el cerebro donde los
pacientes infectados presentan altos niveles de proteínas de estrés como 14-3-3 (Fields
2013).
Se ha intentado realizar una detección de la proteasa resistente a PrP en la orina de hamsters
y humanos con una infección por priones. También se desarrolló quimioluminiscencia para
ensayos de captura para PrPSc en sangre de humanos usando ELISA (Fields 2013).

VI. PATOGÉNESIS MOLECULAR DE


ENFERMEDADES POR PRIONES.
En las enfermedades por priones, PrPsc se acumula en el sistema nervioso central y
empieza una degeneración presináptica, la atrofia de células dendríticas, neuronas y la
hipertrofia de los astrocitos. La muerte celular es atribuida a la apoptosis, donde PrPSc
induce a la célula a liberar Ca2+ del retículo endoplasmático para activar las caspasa-12.
La atrofia detrítica es atribuida a la producción de dos proteínas, la primera beta-catenina,
que inicia el crecimiento y la maduración de las células, y Notch 1 que inhibe su
crecimiento durante el desarrollo neuronal y causa la regresión en las células dendríticas
maduras. La infección por priones produce un incremento en los niveles del dominio
intracelular de Notch 1 acompañada por la atrofia de las dendritas (Fields 2013).
Es importante distinguir entre la neurodegeneración causada por PrPSc y la producida por
una molécula tóxica de PrP. Por ejemplo, algunas moléculas de PrP con deleciones internas
y otras con terminales N truncadas han mostrado ser neurotóxicas. En general, estas
moléculas son incapaces de apoyar la propagación de los priones. En general pequeñas
moléculas toxicas de PrP pueden ser neurotóxicas (Massignan et al. 2017).

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Otra forma de patogenia de los priones está basada en los estudios realizados en células
libres donde PrPC parece capaz de plegarse en tres diferentes formas: NtmPrP, CtmPrP y
Sec
PrP. Las primeras dos formas dividen la bicapa lipídica por una región altamente
hidrofobia en el centro de la molécula ya sea con terminal N o C, respectivamente, en el
lado extracitoplásmico de la membrana. Estos dos conformeros son generados en pequeñas
cantidades (10%) de PrP como parte de la biosíntesis normal en el retículo endoplasmático.
Las mutaciones cerca o no del dominio de la transmembrana incrementan la proporción
relativa de CtmPrP a un 30% del total de PrP.
Se ha hipotetizado que CtmPrP es la clave patogénica que intermedia en ambas familias y la
infección de priones. Pacientes infectados poseen altos niveles de CtmPrP, en adición, un
fragmento proteolítico de CtmPrP fue encontrado en incremento en la superficie de células
expresando mutaciones. Estos sugieren que CtmPrP puede representar una alternativa
patogénica de la forma PrP en enfermedades heredadas por priones (Fields 2013).

VII. CEPAS DE PRIONES


Se cree que existen diferentes cepas de priones, por ejemplo en las cabras y hamsters que
causan la hiperactividad y la otra que no lo causa, por ello se propuso que esta información
estaba almacenada en el pequeño ácido nucleico de los priones pero hasta el momento
nadie lo ha encontrado, tampoco su relación con la estructura de PrP. La única evidencia
son dos cepas de hamsters HY y DY. HY posee una resistencia a las proteasas y posee
propiedades de sedimentación, mientras que DY es todo lo contrario. A pesar de los
resultados, estas cepas son cuestionables ya que emergieron de pasar priones TME a los
hamsters. Así, otras investigaciones han demostrado que algunos priones pueden existir en
dos conformaciones diferentes, basados en el tamaño de los fragmentos resistentes a
proteasas, y que PrPSc actua como un molde en la conversión de PrPC en PrPSc nacientes
(Katorcha et al. 2018; (Fields 2013).
Otros estudios demostraron que los priones que causan BSE y vCJD son similares, pero
distintos de aquellos responsables de sCJ, iCJD, etc. Pero ambos BSE y vCJD expresan
BoPrP después de 250 en incubación.

VIII. AISLAMIENTO DE NUEVAS CEPAS


Existen muchos ejemplos documentados sobre nuevas cepas de priones. Inicialmente, esto
fue observado cuando los priones se propagaron en otras espeies. Nuevas cepas patogénicas
fueron obtenidas de cepas de priones que estuvieron previamente replicadas en ratones.
Además los modelos con células libres de mamíferos y la propagación de los priones esta
pobremente sin estudiar.
Los altos rendimientos in vitro en la propagación han sido estudiados plantando priones
normales homogenados en el cerebro y luego aplicando la sonificación que es PMCA. Esto
induce muchos problemas, como desnaturalización de las proteínas y una alta variabilidad
en la generación de PrPSc (Fields 2013).

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Análisis bioquímicos de priones han sido obtenidos de animales infectados que dan una
visión de variaciones estructurales que las hacen cepas diferentes. Estas variaciones
incluyen diferencias en los modelos de glicosilación, extensión de la resistencia a la
proteasas, movilidad electroforética de los fragmentos proteolíticos, y la estabilidad
conformacional. Como sea, la habilidad de modular los fenotipos de las cepas de los
priones puramente por la alteración de la conformación de PrP ha sido demostrado
recientemente: recPrP se plega en distintas conformaciones amieloides que le dan la
capacidad de distinguirse como cepas de priones, con los periodos de incubación que
dependen de la estabilidad conformacional. Por la alteración de las condiciones usadas para
replegar recPrP, amieloides con diferentes conformaciones emergen. Estos son inoculados
y sobreexpresan una longitud total de PrP de cuatro formas comparadas con los niveles de
wt. Sin embargo, la directa demostración de la bases conformacionales de las cepas de
priones proveen evidencia que priones sintéticos son originados de preparaciones
amieloides de recPrP y no del hospedador o de la contaminación. La síntesis de priones
altamente infecciosos derivados de recPrP ha sido recientemente reportada usando PMCA
ante la presencia de lípidos y RNA. La efectividad de estas preparaciones parece ser muy
similar a lo que ocurre naturalmente en las cepas pero estos resultados no lo confirman a
pesar de su novedad en el informe (Fields 2013).

IX. INTERACCIÓN ENTRE ESPECIES Y CEPAS DE


PRIONES
Los priones derivan de la secuencia PrPsc, que codifica las especies de priones. A pesar de
que la estructura primaria de PrP es la más importante o incluso la única determinante en la
estructura terciaria de PrPC, los factores que determinan la conformación naciente de
PrPsc son menos definidos. Los estudios anteriores demuestran que la conformación de
PrPSc puede anular las diferencias en la secuencia de PrP entre el prión infectante y el
PrPC anfitrión. Tales hallazgos complican la visión inicialmente monástica que plantea que
la "barrera de especies" es el único determinante que gobierna la transmisión de priones de
una especie a otra. Parece probable que la definición del lenguaje molecular mediante el
cual la información biológica se codifica en la conformación de PrPSc requerirá la
determinación de las estructuras terciarias de las moléculas de PrPSc aisladas de muchas
cepas diferentes (Fields 2013).

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X.BIBLIOGRAFÍA
Abid K, Morales R, Soto C. 2010. Cellular factors implicated in prion replication. FEBS
Lett. 584(11):2409–2414. doi:10.1016/j.febslet.2010.04.040.
Amin N, Reyes F, Calero R, Camacho F, Acosta A. 2013. Predicción de epítopos T y B de
la proteína NS4b del virus dengue tipo 3. Finlay Ediciones. 22(3):8.
Fields BN. 2013. Fields virology. 6th ed. Knipe DM, Howley PM, editors. Philadelphia,
PA: Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins Health.
Katorcha E, Gonzalez-Montalban N, Makarava N, Kovacs GG, Baskakov IV. 2018. Prion
replication environment defines the fate of prion strain adaptation. Supattapone S, editor.
PLOS Pathog. 14(6):e1007093. doi:10.1371/journal.ppat.1007093.
Massignan T, Sangiovanni V, Biggi S, Stincardini C, Elezgarai SR, Maietta G, Andreev IA,
Ratmanova NK, Belov DS, Lukyanenko ER, et al. 2017. A Small-Molecule Inhibitor of
Prion Replication and Mutant Prion Protein Toxicity. ChemMedChem. 12(16):1286–1292.
doi:10.1002/cmdc.201700302.
Perrier V, Kaneko K, Safar J, Vergara J, Tremblay P, DeArmond SJ, Cohen FE, Prusiner
SB, Wallace AC. 2002. Dominant-negative inhibition of prion replication in transgenic
mice. Proc Natl Acad Sci. 99(20):13079–13084. doi:10.1073/pnas.182425299.
Trillo M. 2006. Proteínas de prión : de la patogénesis a la función. Mensaje Bioquímico.
30:19.

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