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PROPIEDADES Generales de los Virus

Los virus son los agentes infecciosos más pequeños (su tamaño va de casi 20
a 300 nm de diámetro) y contienen un solo tipo de ácido nucleico (RNA o DNA)
en su genoma. El ácido nucleico se encuentra rodeado por una cubierta
proteínica; está envuelto por una membrana constituida por lípidos. La unidad
infecciosa en conjunto se denomina virión. Los virus son parásitos a nivel
genético y muestran replicación sólo en células vivas, pues son inertes en el
entorno extracelular. El ácido nucleico del virus contiene la información
necesaria para hacer que las células infectadas del hospedador sinteticen
macromoléculas con especificidad por los virus, necesarias para la generación
de los descendientes de tales partículas. Durante este ciclo de replicación, se
producen numerosas copias de ácidos nucleicos virales y de proteínas de las
cubiertas. Estas últimas se ensamblan para formar una cápside, que rodea y
estabiliza el ácido nucleico viral y lo protege del entorno extracelular y facilita la
adhesión y la penetración del virus en cuanto establece contacto con una
nueva célula susceptible. La infección viral puede tener poco o ningún efecto
en la célula hospedadora o es posible que cause daño o la muerte.

El espectro de los virus tiene una gran diversidad. Éstos varían en gran medida
en cuanto a estructura, organización y expresión genómicas, así como en las
estrategias de replicación y transmisión. El margen de hospedaje para un virus
determinado puede ser muy amplio o en extremo limitado. Es conocido que los
virus infectan microorganismos unicelulares como micoplasmas, bacterias y
algas tanto como a plantas y animales superiores. Los efectos generales de las
infecciones virales sobre el organismo infectado se revisan en el capítulo 30.

Gran parte de la información acerca de las relaciones entre virus y hospedador


se ha obtenido de estudios realizados en bacteriófagos, los virus que atacan a
las bacterias.

A: Virus envuelto con simetría icosaédrica.


No todos los virus icosahédricos tienen cubiertas. B: Virus con simetría helicoidal.
Cápside: cubierta proteínica que rodea al ácido nucleico del genoma.

Capsómeros: unidades morfológicas que se observan por microscopia


electrónica en la superficie de partículas virales icosaédricas. Los capsómeros
se conforman por grupos de polipéptidos, aunque las unidades morfológicas no
corresponden necesariamente con unidades estructurales definidas desde el
punto de vista químico.

Virus defectuosos: una partícula viral que es deficiente ...

¿Cómo se clasifican los virus?


En parte por su forma. Esta imagen representa un bacteriófago, un virus que
infecta bacterias. Observe la forma distintiva. Este virus tiene una forma compleja.

Clasificación de los virus


Al igual que los sistemas de clasificación de organismos celulares, la
clasificación de virus es objeto de debate permanente. Esto se debe en gran
parte a la naturaleza de los virus, que no son organismos vivos por la definición
clásica, pero tampoco son necesariamente no vivos. Por lo tanto, los virus no
encajan perfectamente en el sistema de clasificación biológica de los
organismos celulares, como lo hacen las plantas y los animales.

La clasificación del virus se basa principalmente en las características de las


partículas virales, incluyendo la forma de la cápside, el tipo de ácido nucleico
(ADN o ARN, bicatenario (ds) o monocatenario (ss)) dentro de la cápsida, el
proceso de replicación, sus organismos hospedadores o el tipo de enfermedad
que causan. La siguiente Tabla enumera características como la forma de la
cápside, la presencia de una envoltura y las enfermedades que los virus pueden
causar.
1- MORFOLOGIA

Los filovirus son estructuras alargadas de 80 nm de diámetro. La forma replicativa típica tiene
una longitud característica de 790 nm para el virus Marburg y de 970 nm para los virus Ebola,
pero a menudo se forman estructuras largas, ramificadas y con circunvoluciones.

La nucleocápside helicoidal mide 50 nm de diámetro y está rodeada por una membrana.


Consiste en un espacio oscuro central (20 nm de diámetro) rodeado de una cápside helicoidal
(50 nm de diametro) formada por una lipoproteína única de membrana derivada de la membrana
plasmática de la célula hospedera.También pueden visualizarse inclusiones de agregados de
nuclecápside mediante la microscopia electrónica.

2- PROPIEDADES FÍSICAS

El genoma representa el 1.1% del peso total del virión y su coeficiente de sedientación es 46S
(0.15 M NaCl, pH 7.4). El genoma viral es rico en residuos de adenosina y uridina.

Las partículas víricas tienen un peso molecular de aproximadamente 3-6x108 y una densidad en
tartrato de potasio de 1.14 gr/cm3. Las partículas baciliformes uniformes tienen un coeficiente de
sedimentación de 1300-1400S, mientras que partículas mayores tienen un coeficiente de
sedimentación más alto. La infectividad vírica es bastante estable a temperatura ambiental. La
inactivación se puede llevar a cabo por radiación UV y gamma, 1% de formalina, beta-
propiolactona, y una breve exposición a desinfectantes fenólicos y disolventes lipídicos, como el
deoxicolato y otros.

3- PROPIEDADES SEROLÓGICAS

No se ha demostrado reactividad serológica cruzada entre los virus Marburg y Ebola. Los
subtipos de virus Ebola comparten grados variables de reactividad cruzada por el ensayo IFA o
ELISA utilizado habitualmente. No se ha demostrado hemaglutinación. Los primeros resultados
con las pruebas de fijación del complemento no son confiables. Una característica biológica fuera
de los común de los filovirus ha sido la dificultad para demostrar neutralización en cultivo celular
o animales por sueros de convalecencia.

4- MATERIAL GENÉTICO

El material genético del virión es una cadena única de RNA de sentido negativo, no
segmentada y mide 4,2 x 106 D. Este produce mensajero monocistrónicos durante la infección.
El gen glucoproteico codifica la proteína de espiga trasmembrana de 125 kD (Ebola) O 170 Kd
(Marburg) que está muy glucosilada y es antigénicamente característica para cada virus. Otras
proteínas del virión incluyen una polimerasa (180 kD), una proteína de la nucleocápside (96-104
kD), una proteína de matriz (40kD) y tres proteínas más pequeñas. Los virus Ebola también
codifican una especie de glucoproteína truncada que es producida en forma soluble.

Los genomas muestran un ordenamiento lineal como muestra el siguiente esquema:


Los genes están flanqueados en sus extremos 3’ y 5’ por secuencias señal de
principio y fin de transcripción altamente conservadas, las cuales contienen el
pentámero 3’- UAAUU-5’. Ellas están separadas por secuencias intergénicas variables
en longitud y composición nucleotídica o por superposiciones génicas, las cuales
están limitadas a las señales transcripcionales conservadas alrededor de la secuencia
nucleotídica común. Los virus del Ébola muestran tres superposiciones que alternan
con secuencias intergénicas. En los extremos 3’ y 5’ de los genomas de filovirus se
encuentran secuencias extragénicas que son complementarias entre si. Estas
secuencias son comparables a las encontradas en genomas de otros virus RNA no
segmentados de cadena negativa y que son conocidas como secuencias líder. De
todas formas, no se han detectado (+) o (-) ssRNAs líderes en células infectadas por
filovirus.

5- PROPIEDADES DE LAS PROTEINAS

Hay cuatro proteínas asociadas con el complejo de la ribonucleoproteína viral (la


nucleoproteína, la polimerasa y las proteínas estructurales virales 30 y 35), la glicoproteína se
inserta en la envuelta y la localización de las proteínas (proteínas estructurales virales 40 y 24)
no ha sido determinada exactamente, pero parece estar asociada a la membrana. La proteína L
es la proteína más grande y, como otras proteínas L de virus RNA no segmentados de cadena
negativa, es la RNA polimerasa RNA-dependiente asociada a virión. Su tamaño es de 267kD. La
glicoproteína (GP), de 125kD, es una proteína integral de membrana y forma las proyecciones de
la superficie del virión. La glicoproteína es el mediador de la entrada del virus a la célula. Los
lugares funcionales de recepción, reconocimiento, unión y quizás de fusión podrían estar
localizados en esta proteína. Los carbohidratos de la glicoproteína del virus Marburg no tienen
residuos terminales de ácido siálico al contrario de los del Ébola, que sí tienen. La mayor
nucleoproteína (NP) (de 104 kD) y VP30 (de 30kD), que representaría una proteina más
pequeña, parecen estar íntimamente asociadas con la RNP del virión. VP35 (de 35kD) está
débilmente asociada con la RNP y parece ser un componenente del complejo de transcripción
análogo a la proteína P de paramyxovirus y la proteina NS (P) de los Rhabdovirus. Las funciones
de VP40 (40kD) y VP24 (de 24 kD) no se conocen, pero son probablemente componentes de
membrana. VP40 es la proteína vírica estructural más prominente, y su débil asociación con el
complejo de ribonucleoproteína sugiere que tiene un papel como la matriz proteica de los
filovirus.

Composición química de los virus

+ Ácidos nucleicos virales

El ácido nucleico de un virus, que está siempre presente, puede ser ARN o ADN,
y a su vez monocatenario o bicatenario.

En el virus del fago T5 encontramos mellas, es decir, partes monocatenarias a lo


largo de la doble cadena. Además, el virus de la vacuna tiene dúplex con
extremos cerrados y zonas no complementarias que forman el lugar por el que
cierra la doble cadena. No se pueden separar ambas cadenas, ya que son una
única molécula lineal.

El virus de la hepatitis B tiene un genoma distinto, un DNA bicatenario


parcialmente monocatenario. La hebra negativa es completa, pero la positiva
está a “medio copiar”. Si aislamos varios viriones, la longitud de la cadena
positiva es variable. Esto se debe a que se ha empaquetado antes de terminar la
replicación. Las cadenas están unidas covalentemente.

La cadena negativa es completa y termina en el extremo 5’ con una proteína


unida covalentemente. Esto viene de que al producirse viene de un RNA. La
cadena positiva no está completa, y en su extremo termina con un oligoRNA
que sirvió de molde en el RNA. La conformación se mantiene circular por
complementariedad de bases en sitios estratégicos.

En las moléculas de DNA lineal hay terminaciones curiosas, como en el fago


lambda, con extremos cohesivos complementarios que permite la
circularización del genoma, tanto en forma mono como bicatenaria. Si
desnaturalizamos este genoma se obtienen dos bandas, una que son dímeros y
otras que son círculos.

Por otro lado, en los fagos T impares (T7) tienen redundancia terminal. Ciertas
bases, al principio y al final del genoma, están repetidas. Cuando cortamos con
una exonucleasa se obtiene extremos cohesivos.

Los fagos T pares (T4) tienen además permutación circular, es decir, tienen
mapas circulares en genomas lineales. Esto se debe a la forma en la que se da la
replicación, formándose tándems con todas las copias. Luego se copia de forma
“aleatoria” pero manteniendo todos los genes. Es decir, tienen los mismos
genes en diferente orden. Esto no es único en estos fagos, sino que también
existe en algunos virus animales.

En algunos virus animales (adenovirus y poxvirus) encontramos repeticiones


terminales invertidas. Son secuencias cortas no codificantes, al principio y al
final del genoma. Cuando se desnaturalizan y se aplica una exonucleasa se
forma un genoma circular con una parte bicatenaria (donde complementan las
bases).
Todos los parvovirus tienen horquillas terminales. El genoma es monocatenario,
pero ambos extremos del material genético tienen una parte bicatenaria. Esto
último se da siempre en los viriones de Parvovirus adenoasociados, que
necesitan además adenovirus para poder replicarse por falta de componentes.

Muchos virus tienen también proteínas terminales asociadas que suelen servir
como cebadores para la polimerasa vital, ya que tienen un extremo OH libre
donde ir adicionando nucleótidos.

¿Cuáles son las diferencias entre


los virus de ARN y ADN utilizados
en inmunoterapia?

La inmunoterapia con virus oncolíticos utiliza virus de ADN y de ARN naturales


o alterados genéticamente para infectar las células tumorales y evitar que
inicien la evasión inmunológica del cáncer.1 Los virus de ADN como los
adenovirus y los poxvirus tienen más probabilidades de ser bicatenarios,
mientras que la mayoría de los virus de ARN son monocatenarios. Una vez
inyectado el virus en la célula anfitriona, se la dirige hacia el núcleo para
permitir que el ADN viral se integre con el genoma de la célula anfitriona y
secuestre las enzimas de polimerasa de la célula anfitriona para replicar el
virus. Los virus de ADN como el poxvirus se empaquetan con su maquinaria de
polimerasa para que puedan replicarse directamente en el citoplasma del
huésped. Los virus ARN infectan las células inyectando ARN en el citoplasma
de las células huéspedes para transcribir y replicar las proteínas virales. Los
virus de ARN también incluyen retrovirus que utilizan la transcriptasa inversa
para crear ADN a partir de plantillas de ARN. Este ADN recién transcrito puede
ahora empaquetarse e incorporarse al genoma del huésped, de modo que la
subsiguiente división celular de la célula produzca células con el ADN viral
integrado. A diferencia de los virus de ADN, que siempre deben transcribir el
ADN viral en ARN para sintetizar las proteínas, el ARN puede omitir el proceso
de transcripción. Además, algunas moléculas de ARN pueden actuar como
mARN que se traduce directamente en proteína. Esto incluye a los virus de
ARN de cadena positiva que son distintos de los virus de ARN de cadena
negativa, los cuales requieren el paso adicional de la transcripción de mARN
antes de que se puedan traducir a proteínas.
Interacciones Virus-
Célula
Los virus han adquirido a lo largo del tiempo la capacidad de
explotar funciones celulares esenciales para ingresar y
replicarse en células susceptibles. La entrada viral es una etapa
fundamental del ciclo infectivo ya que es un determinante
principal del tropismo celular, rango de hospederos y
patogénesis. Los virus ingresan a las células por diversos
mecanismos y vías de transporte, y el primer paso de la entrada
viral es la unión de las partículas virales a moléculas expuestas
en la membrana celular, como ser proteínas, lípidos, y/o
glicanos.
Estas moléculas pueden clasificarse en factores de unión,
responsables de concentrar partículas virales en la superficie
celular, y receptores celulares, moléculas que promueven y
median activamente la entrada viral.
Asimismo, los organismos hospederos han desarrollado
mecanismos de restricción para contrarrestar infecciones
virales, incluyendo proteínas que bloquean la entrada viral.
PATOGENIA DE LAS ENFERMEDADES VIRALES

La patogenia viral es el proceso por el cual los virus producen enfermedad en el


hospedador. Los factores que determinan la transmisión, diseminación y multiplicación
virales, y el desarrollo de la enfermedad en el hospedador implican interacciones
complejas y dinámicas entre el virus y el hospedador susceptible. Los virus causan
enfermedades cuando violan las barreras protectoras físicas y naturales primarias del
hospedador; evaden las defensas locales, hísticas e inmunitarias; se propagan por el
cuerpo, y destruyen células ya sea en forma directa o por medio de respuestas
inmunitarias e inflamatorias colaterales. La patogenia viral comprende varias etapas
que incluyen 1) transmisión e ingreso del virus en el hospedador; 2) propagación en el
hospedador, 3) tropismo, 4) virulencia y citopatogenia, 5) patrones de infección y
enfermedad viral, 6) factores del hospedador, 7) defensas del hospedador y 8)
inmunopatología inducida por virus.

Cuerpos de inclusión
Estructuras subcelulares anormales formadas como resultado de la infección viral.
Frecuentemente corresponden a los lugares donde se realiza el ensamblaje de la
partícula viral. Su naturaleza y localización en la célula es característica de cada
infección viral.
Pueden ser visualizadas con un microscopio óptico y, en algunos casos, su visualización
se emplea en el diagnóstico; p. ej., los cuerpos de Negri son inclusiones características
producidas durante el ensamblaje de las nucleocápsides del virus de la rabia en el
citoplasma de las neuronas infectadas.

Genética médica: cómo ocurren las anomalías cromosómicas


Los cromosomas son estructuras con forma de bastón que están en el medio (núcleo) de cada célula del
cuerpo. Cada célula tiene 46 cromosomas agrupados en 23 pares. Cuando un cromosoma es anormal,
puede causar problemas de salud. Los cromosomas anormales ocurren con mayor frecuencia como
resultado de un error durante la división celular. Las anomalías cromosómicas suelen ocurrir debido a 1 o
más de los siguientes:

 Errores durante la división de las células sexuales (meiosis)


 Errores durante la división de otras células (mitosis)

Otras causas de defectos de nacimiento pueden incluir la exposición de muchos tipos de sustancias
(teratógenos) al bebé en desarrollo.
Los términos diferenciados en función del género se usan para hablar sobre anatomía y riesgos de la
salud. Use esta información de la forma que mejor se adecue a usted y al proveedor cuando conversen
sobre su atención.

La literatura científica sugiere que los virus pueden provocar inestabilidad en los
cromosomas pues son comunes los hallazgos de desorganización en la estructura
de genoma observados en estudios convencionales citogenéticos. 3-7 Recientemente
un nuevo agente infeccioso conocido como virus Zika ha sido asociado con la
presencia de microcefalia en la descendencia de madres que estuvieron infectadas
durante el embarazo. Como parte del Plan de vigilancia clínico-epidemiológica de
microcefalia y otros defectos congénitos tras infección por Zika en gestantes,
productos de la concepción y recién nacidos cubanos se ha previsto un aumento en
el número de estudios citogenéticos a realizar a embarazadas donde la técnica
ultrasonográfica sugiera la presencia de microcefalia, un hallazgo relativamente
común en casos con alguna aberración cromosómica. 8

Desarrollo

Microcefalia e inestabilidad cromosómica

Recientemente se ha hipotetizado que los efectos teratogénicos asociados con la


infección por Zika podrían deberse a un mecanismo en el cual resulta afectado el
funcionamiento del aparato mitótico. Los autores sugieren a modo de prueba de
esta hipótesis la presencia de hallazgos comunes en células donde se ha afectado el
proceso de mitosis como es la formación de micronúcleos, el retraso en la
migración cromosómica y el número de centrosomas. 9

La microcefalia es una afección que implica un tamaño inferior de la cabeza y el


cerebro con relación al esperado, ocurre en 1 de cada 1000 nacimientos y puede
ser causado por anomalías genéticas, hipoxia fetal, infección congénita y exposición
a radiación u otros teratógenos. Su pronóstico depende de la causa subyacente,
pero en más del 50% de los casos se presenta una discapacidad intelectual
severa.10 Puede definirse como una circunferencia fronto-occipital igual o menor a
2-3 desviaciones estándares por debajo del promedio por edad de la población y
denota una discapacidad en el desarrollo normal del cerebro. 11

Síndromes genéticos asociados a la inestabilidad cromosómica

Los síndromes de inestabilidad cromosómica constituyen un grupo de enfermedades


de carácter hereditario asociadas con una alta inestabilidad genómica y un marcado
riesgo de padecer cáncer. Una de estas enfermedades es el síndrome de Nijmegen
(MIM 251260) asociado a mutaciones en el gen NBS1, los pacientes afectados
presentan microcefalia, una apariencia facial distintiva, retraso del crecimiento,
inmunodeficiencia, anomalías citogenéticas, radiosensibilidad, y una alta
susceptibilidad a padecer procesos malignos linfocíticos. 12
Igualmente una patología de naturaleza monogénica conocida como síndrome de
rotura tipo Nijmegen (MIM 613078) donde el gen afectado es RAD50 presenta en
su clínica microcefalia e inestabilidad cromosómica espontánea, pero no se
acompaña de inmunodeficiencia.

Adicionalmente el síndrome PCC (siglas en inglés de condensación prematura de los


cromosomas), es causado por mutaciones en el gen MCPH1 que codifica la
microcefalina, y presenta un fenotipo clínico que se caracteriza por microcefalia,
retraso del crecimiento y discapacidad intelectual. Estos hallazgos implican a la
microcefalina como un nuevo regulador de la condensación cromosómica y liga dos
campos aparentemente diferentes, el de la neurogénesis y el de la biología
cromosómica.12

Las mutaciones en el gen NIPBL provocan el síndrome de Brachmann/De Lange, el


cual está asociado a retraso en el crecimiento, microcefalia y malformaciones en las
extremidades. Las mutaciones en el gen ESCO2, codificador para una cohesina, dan
lugar a la aparición de síndrome Roberts, caracterizado por la separación prematura
de los centrómeros. Los síndromes Brachmann/de Lange y Roberts comparten
síntomas clínicos como retraso en el crecimiento, microcefalia y malformaciones de
las extremidades.12

El gen BUB1B está mutado en el mosaicismo de aneuploidía variegada (MAV), una


condición autosómica recesiva caracterizado por aneuploidías en mosaico,
predominantemente monosomías y trisomías, involucrando múltiples cromosomas y
tejidos diferentes. Los individuos afectados presentan un severo retraso en el
crecimiento intrauterino, varias anomalías congénitas, microcefalia, retraso en el
desarrollo y alto riego de malignización. 12

Las patologías mencionadas anteriormente comparten el hecho de ser promotoras


de la inestabilidad genómica y presentar en su fenotipo la microcefalia. A pesar de
su carácter monogénico estas afectaciones pueden ser estudiadas empleando
técnicas de citogenética convencional debido a que la desestabilización que
provocan en el genoma puede observarse en células metafásicas tratadas, en
algunos casos, con agentes químicos específicos según la patología que se
sospeche, y en otras simplemente se realiza una tinción de la muestra empleando
el colorante Giemsa al 20% y se pueden observar aberraciones cromosómicas de
tipo estructural como son rupturas, brechas y deleciones.

Es importante destacar que no todos los síndromes de inestabilidad cromosómica


descritos en la literatura científica mundial cursan con microcefalia como hallazgo
clínico, entre estos se encuentran la ataxia telangiectasia, la anemia de Fanconi y el
síndrome de Bloom.

Infecciones virales que provocan microcefalia e inestabilidad cromosómica

Algunos virus en el pasado han provocado defectos congénitos en los bebés nacidos
de madres afectadas. Ejemplo de esto es la rubeola, la cual hasta su eliminación
documentada en 2010 provocó el síndrome de la rubeola congénita entre
embarazadas que habían entrado en contacto con el virus en el primer trimestre del
embarazo y sus hijos solían presentar defectos cardíacos, cataratas,
trombocitopenia, pérdida auditiva y neumonía como manifestaciones principales,
sin embargo dentro de las manifestaciones neonatales se incluía la microcefalia. 2

Otro virus que igualmente provocó afecciones congénitas en bebés nacidos de


madres infectadas es el citomegalovirus (CMV). Aunque el mayor porcentaje de los
infantes con infección congénita con CMV se mantienen asintomáticos, la presencia
de microcefalia está incluida dentro de los posibles hallazgos
22
ultrasonográficos. Otras infecciones virales asociadas a microcefalia son: herpes
simple, virus de la varicela-zoster y virus de inmunodeficiencia humana. 13
Una observación realizada en los inicios del desarrollo de la citogenética humana es
la inestabilidad presente en los cromosomas cuando aparece una infección viral,
que puede ser observada en los cromosomas metafásicos en un estudio de
citogenética clásica en forma de roturas de las cromátidas, la identificación de
brechas, minutas y contricciones adicionales. 3

La asociación entre la infección por el virus Zika y la presencia de microcefalia es


relativamente reciente, es por esta razón que se hace necesario realizar más
estudios que permitan identificar otras posibles consecuencias de la infección por
este virus. La presencia de aberraciones cromosómicas como las halladas en los
síndromes de inestabilidad cromosómica podría ser indicativa de otras afectaciones
como es la posibilidad de padecer cáncer, retraso en el crecimiento o
inmunodeficiencias.

RESUMEN DE LA CLASE TEÓRICA “LATENCIA VIRAL

” Prof. Dr. Norberto Sanjuan Las infecciones virales pueden ser clasificadas en agudas, crónicas
y latentes (dejando de lado aquellas que inducen transformación celular). En las agudas hay
replicación viral y una respuesta inmune celular y humoral que, de acuerdo a la rapidez y
eficiencia con que se desarrolle, podrá revertir la infección o no. En las infecciones crónicas hay
replicación viral a bajos títulos y una respuesta inmune existente pero incapaz de terminar de
erradicar la infección. Por último, en las latentes, que es el tema que nos compete hoy, NO
HAY replicación viral (el genoma viral se encuentra circularizado y en forma episomal pero no
se sintetizan proteínas aunque sí algunos transcriptos) y SÍ existe una respuesta inmune
eficiente, tanto mediada por linfocitos T CD8+ como por anticuerpos neutralizantes.
Justamente por eso, la “latencia” es un mecanismo de evasión empleado por el virus. Los
únicos virus que provocan infecciones latentes pertenecen a la familia Herpesviridae. Un virus
es clasificado dentro de esta familia por su ultraestructura y por su cualidad de provocar
infecciones latentes. Los miembros de esta familia son los virus Herpes simplex (del tipo 1 y del
tipo 2), el virus Varicela-Zóster, el Citomegalovirus, el Epstein-Barr, el Herpes Humano 6 (HHV-
6) A y B, el Herpes Humano 7 (HHV-7) y el Herpes Humano 8 (HHV-8). Todos ellos tienen una
ultraestructura similar compuesta por una envoltura que contiene espículas, por dentro de ella
una zona amorfa denominada “tegumento” y finalmente una nucleocápside icosaédrica con
DNA de doble cadena. Esta familia de virus es la única que tiene un “tegumento” que es una
zona amorfa fbrilar compuesta por varios péptidos. Los genomas de los distintos tipos de
Herpes también tienen 2 características en común: físicamente están compuestos por un
fragmento “Único Largo” y un fragmento “Único Corto” flanqueados, cada uno de ellos, por
secuencias palindrómicas (es decir, repetitivas pero inversas) que hacen que durante la
latencia el DNA viral pueda circularizarse y permanecer en forma episomal. La segunda
característica compartida es que hay 3 tipos de genes en cualquiera de los virus Herpes:
inmediatamente tempranos (del idioma inglés “IE”), tempranos (“E”) y tardíos (“L”) o, como
también se los denomina, “alfa”, “beta” y “gamma”, respectivamente. Los Alfa son críticos
porque, una vez transcriptos inducen la transcripción de los Beta y de los Gamma, activando
así al genoma viral completo en forma irreversible. Los Beta se transcriben antes de la
duplicación del DNA viral y los Gamma codifican péptidos estructurales virales. La expresión de
estos 3 grupos de genes se da “en cascada”, es decir, los Alfa activan a los Beta y luego a los
Gamma, mientras que estos últimos regulan negativamente a los Alfa. Ahora desarrollaremos
las características más importantes de cada uno de estos virus, tomando como paradigma al
mejor conocido de los mismos, el Herpes simplex. VIRUS HERPES SIMPLEX Tienen las
características de la familia ya mencionadas arriba. Las glicoproteínas más importantes
presentes en la envoltura son gB, gC y gD porque interactúan con un receptor celular (una
variante del heparán sulfato) y con 3 co-receptores. También importa la gG, ya que es distinta
la del tipo 1 con la pertenciente al Herpes simplex del tipo 2, permitiendo de esta forma titular
anticuerpos específicos para uno u otro de estos dos virus, por ELISA. En este virus, de las
varias proteínas del tegumento, la importante es VP-16 ya que ella regula el inicio del ciclo de
replicación viral. Cuando el virus reconoce al receptor celular a través de sus glicoproteínas de
envoltura, esta se fusiona con la membrana plasmática y, lo que penetra al citoplasma es la
nucleocápside por un lado y las proteínas del tegumento por otro. Ambos componentes
migran al núcleo celular en forma independiente, es decir las nucleocápsides quedan en el
borde de la envoltura nuclear y sólo entra al núcleo el DNA viral, mientras que los péptidos del
tegumento migran solos y de manera independiente a las cápsides. La proteína VP-16 (del
tegumento) interactúa con una proteína celular denominada “HC” y con otra denominada
“Oct-1”. Este trímero migra al núcleo celular donde, a través de VP-16 interactúa con los genes
IE alfa 0 y alfa 4, disparando la replicación del DNA viral y su expresión en mensajeros y en
proteínas que luego ensamblarán y formarán nuevas nucleocápsides. Estas adquirirán la
envoltura, primero de la membrana nuclear de la célula, y luego de la membrana plasmática,
es decir, va cambiando la composición de la envoltura a medida que el virus madura.
Finalmente los viriones abandonan las células por brotación, provocando un marcado efecto
citopático (redondeamiento celular, formación de sincicios, formación de núcleos en “vidrio
esmerilado”, etc. La patogenia, tanto del herpes labial como del genital es que la
primoinfección viral ocurre por microtraumas presentes en las semimucosas y por contacto
directo de persona a persona. El virus replica inicialmente, por ejemplo, en el labio (aunque no
necesariamente con vesículas macroscópicamente visibles sino microscópicas) y luego entra
por un terminal axónico y migra como nucleocápsides hacia el núcleo de la neurona a la que
pertenece ese axón que, en el caso de un herpes labial, está ubicada en el ganglio de Gasser, y
en el caso de uno genital, en algún ganglio de la raíz posterior de los nervios raquídeos. Al
llegar allí sólo está presente el DNA viral, circularizado y NO integrado al genoma celular, es
decir, en forma episomal. En ese momento comienza la infección latente. Durante la latencia
los únicos transcriptos detectables son 3 moléculas de RNA - de bajo peso molecular y que no
tienen polaridad de mensajeros-, denominados LATs (“Latency-Associated-Transcripts”). Los
LATs también se sintetizan durante el ciclo lítico pero, en cambio, son la única expresión del
genoma viral durante la latencia; de allí su nombre. Los LATs son codificados por la cadena de
DNA viral complementaria a alfa 0 y a alfa 4, lo que tendría implicancias en el fenómeno de
latencia, según algunos autores. Los LATs también intervienen inhibiendo la apoptosis
neuronal, determinando en parte el tropismo de los virus Herpes simplex 1 y 2 (por ejemplo las
quimeras entre ambos virus, si son hechas con los LATs hacen que el virus del tipo 2 se
comporte como el del tipo 1 y viceversa) y muy recientemente se identificó en su secuencia un
“Micro RNA” como se verá más adelante. Otros genes de importancia son el TK (por “Timidina
Kinasa”) que favorece la neurovirulencia y es sobre el que actúa la droga antiviral “aciclovir”, y
el GRE (“elemento de respuesta a los glucocorticoides”). Este último importa porque está
ubicado muy cerca de uno de los orígenes de replicación del genoma viral. Si una molécula del
receptor de glococorticoides llega al núcleo celular acoplada a su ligando e interactúa con el
“GRE”, entonces, de alguna forma esta secuencia de DNA viral le “ordena” al genoma viral
“replicar” y se produce un aumento en el número de viriones. Esta sería la explicación
molecular de por qué NO se deben administrar glucocorticoiodes en pacientes infectados con
Herpes simplex. ¿Cómo se explica la “latencia” a nivel molecular?: 1. Inicialmente se planteó
que, dado que los LATs están codificados en la cadena anti-complementaria de alfa 0 y alfa 4,
su síntesis actuaría como anti-mensajeros de esos genes esenciales para comenzar la
replicación del DNA viral. Esa explicación cayó en desuso hasta que el año pasado se encontró
que dentro de la secuencia de los LATs hay un “Micro RNA”. Los “Micro RNAs” son secuencias
de 20-23 pares de bases con polaridad anti-mensajero. Son frecuentes en las células
eucarióticas y, como los virus evolucionaron a partir de esas células, también se los ha
encontrado en TODOS los Herpes. Es decir, la teoría de la “anti-complementariedad” vuelve a
tener vigencia. 2. Hay proteínas celulares (sobre todo en las neuronas) que inhiben al complejo
VP16-HC-Oct-1 para pasar al núcleo e inducir la transcripción de los genes IE alfa 0 y alfa 4,
haciendo que, entonces, el DNA viral no se pueda transcribir. Una de esas proteínas fue
encontrada en 2005 en cultivos de neuronas humanas y se la denominó “Zanghfei” (el autor de
estas líneas ruega que no le pregunten el por qué de ese nombre). 3. La existencia de “Micro
RNAs” anti-mensajeros que inhiben la traducción de proteínas virales esenciales para la
replicación del genoma viral. 4. Fenómenos “epigenéticos”. Se entiende por “Epigenética” al
estudio de la regulación de la expresión génica más allá de los controles transcripcionales,
traduccionales o post-traduccionales (glicosilación, fosforilación, etc). Se trata de una idea
basada en el estado del viejo concepto de “cromatina”. Brevemente, esa “cromatina”
(formada por DNA asociado a Histonas) puede estar “activa”, cuando está “relajada” porque
sus Histonas han sido acetiladas, o “inactiva”, cuando sus Histonas no están acetiladas y, en
consecuencia, adquiere una estructura conformacional “condensada” y no permite la
expresión de los genes contenidos en ella. Hoy existe una marcada expansión de ideas acerca
de la “latencia” viral, como no ha ocurrido en los últimos 20 años, pero todavía sin un criterio
único. De cualquier manera, LO QUE TODAVÍA SE DESCONOCE ES LA BASE MOLECULAR DEL
FENÓMENO DE REACTIVACIÓN VIRAL. Es decir, los médicos sabemos que si un paciente está
infectado por el virus Herpes simplex-1, por ejemplo, a nivel labial, y ese paciente se somete a
la radiación ultravioleta (toma sol), padece una extracción dentaria lo que lleva a una
neurectomía (o sea que se le amputa el filete nervioso inervante del sector), o recibe frío o
calor local, o está influenciada por cambios hormonales (ciclo menstrual) o está sometido/a a
“stress” psicológico, el virus Herpes simplex se reactiva y provoca una infección productiva en
el mismo sitio por donde entró (labial, cutáneo, oftálmico, genital, etc). Estas son
observaciones clínicas viejísimas. Lo que no sabemos es de qué manera un estímulo
inespecífico provoca un mensaje molecular que haga que los genes Alfa, en estado latente,
comiencen a transcribir e induzcan a la expresión de los genes Beta y Gamma, produciendo
subunidades virales que luego migrarán por vía intra-axonal hasta el epitelio, donde se
producirán partículas virales infectivas. A esto lo denominamos “reactivación” o, mejor aún
“RECURRENCIA”, que puede darse en forma periódica o no ocurrir nunca, aunque el paciente
esté infectado. Esporádicamente el virus puede recurrir hacia los lóbulos temporales, a través
de los nervios tentoriales y provocar una encefalitis herpética, que es la encefalitis esporádica
más común entre los adultos inmunocompetentes. En este caso, la infección en la sustancia
gris de los lóbulos temporales es productiva, no latente, y este episodio puede ser mortal o
dejar al paciente conserias secuelas neurológicas. VIRUS VARICELA-ZOSTER 1.
CARACTERÍSTICAS GENERALES: Las de la familia Herpesviridae. Hay un solo serotipo del virus.
No es fácilmente cultivable. Dejan inmunidad de por vida. 2. INFECCIÓN PRODUCTIVA: Ingreso
por vía inhalatoria a través de las gotas de Pflügge. Posterior replicación en la faringe. Luego,
una primera viremia corta cuando alcanza a los órganos del sistema retículo-endotelial. Más
tarde una segunda viremia donde alcanza a la piel y replica en la epidermis formando vesículas
que están repletas de virus (esto puede ocurrir en dos “oleadas” cuyas características se verán
en los módulos de “Microbiología Médica”). 3. LATENCIA: Ocurre tanto en las neuronas de los
ganglios raquídeos como en las células satelitales (esto último está en discusión). Durante la
latencia se expresan varios “ORFs”, es decir “marcos abiertos de lectura ú “Open Reading
Frames”, es decir que en este caso es posible que se sinteticen proteínas. 4. REACTIVACIÓN:
Ocurre como consecuencia (ahora sí) de episodios de inmunodepresión transitoria o debidos a
leucemias, linfomas, etc. El virus migra por los axones de los nervios raquídeos y provoca
lesiones productivas en las metámeras que estos inervan provocando el cuadro clínico de
“Zóster”, al que comúnmente se le llama “culebrilla” que, de hecho, está liberando al virus de
la varicela. 5. Los demás contenidos están en el “Power point” preparado para la clase y
depositado en la página Web del Departamento. CITOMEGALOVIRUS Y VIRUS EPSTEIN-BARR
Toda la información esencial para entender estos temas está expresada en las filminas de la
clase. HERPESVIRUS HUMANOS 6 Y 7 (HHV-6 y HHV-7) Ambos son muy “ubicuos”, es decir,
están ampliamente diseminados en la población general, causando latencia en linfocitos T
periféricos. El HHV-6 es el agente causal del “exantema súbito” enfermedad muy común en
niños pequeños que será tratada en los módulos IV y V) aunque también fue asociado a
linfomas, a transmisión materno-fetal, a integración de su genoma con el genoma de los
telómeros celulares y al “síndrome de fatiga crónica”, así como a algunos linfomas. Nada de
todo esto (con excepción de la “sexta enfermedad” o “exantema súbito” parece tener
consistencia. El HHV-7 estaría relacionado con la etiología de la “Pitiriasis Rosada de Gibert”,
enfermedad exantemática que produce un eritema con picazón (prurito) y descamación y que
dura más o menos un mes o hasta 40 días. No se ha establecido todavía una relación
etiológica. Hace latencia también en linfocitos T periféricos. HERPESVIRUS HUMANO 8 (HHV-8)
Es un virus que se descubrió aplicando una ingeniosa técnica de PCR sobre tejidos de sarcomas
de Kaposi, con cuya etiología está asociado. Las características básicas de este virus son
aquellas de la familia Herpesviridae. Aparte, tuvo evolutivamente la capacidad de hacer lo que
se definió irónicamente como “piratería genética”, es decir, incorporó en su genoma un gen
casi idéntico al que regula la expresión de Ciclina D en la célula eucariótica, otro relacionado
con la inhibición de la apoptosis celular y un tercero (por poner solamente un ejemplo) que
codifica para IL-6. Este virus se transmite por vía sexual en conjunto, probablemente, con el
HIV y no por vía percutánea, de allí su epidemiología particular. Y de manera sinérgica con el
HIV está asociado a la inducción del sarcoma de Kaposi que, antes de la era del SIDA constituía
una neoplasia muy infrecuente, pero que luego del descubrimiento del HIV forma parte de uno
de sus componentes clínicos.

Técnicas viroló gicas y virología clínica


José Manuel González de Buitrago

Información del autor Información sobre derechos de autor y


licencia Aviso legal de PMC

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Introducció n

Los virus son la causa má s frecuente de las enfermedades


infecciosas humanas. La gravedad de sus acciones va desde el
resfriado comú n al sida. Los virus son pará sitos intracelulares que
necesitan células vivas para propagarse. La detecció n de los virus
pató genos requiere la obtenció n del espécimen en el momento
adecuado y su procesamiento. En este capítulo se presentan las
principales técnicas utilizadas para el diagnó stico y el seguimiento
de las enfermedades producidas por los virus.

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Recogida, transporte y procesamiento de los especímenes

La viremia suela asociarse con la fase aguda de las enfermedades


víricas y puede preceder a la aparició n de los síntomas. La
aportació n del laboratorio para el diagnó stico de las infecciones
víricas requiere que los especímenes se recojan, transporten y
procesen adecuadamente. En la actualidad, la mayoría de los
métodos de laboratorio utilizando equipos comerciales. En todo
momento deben seguirse las instrucciones de los fabricantes.

Los especímenes potencialmente infecciosos deben procesarse en


una cabina de seguridad. Debe tenerse especial cuidado cuando se
trabaje con muestras que contengan virus.

La sangre es un espécimen adecuado para muchas pruebas en el


laboratorio de virología y ha de procesarse de acuerdo con las
instrucciones del método. La sangre se obtiene para pruebas
seroló gicas y pruebas moleculares de detecció n de á cidos
nucleicos. Las muestras de sangre se recogen en tubos de
vacío. Cuando se necesita plasma o leucocitos hay que emplear un
anticoagulante.

Otras muestras utilizadas para el aná lisis de virus son el líquido


cefalorraquídeo, el líquido amnió tico, los especímenes
respiratorios, la orina y las heces. Todos ellos han de recogerse en
las condiciones adecuadas.

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Métodos de laboratorio para el diagnó stico vírico

Existen cuatro métodos de laboratorio fundamentales para el


diagnó stico de las enfermedades víricas: cultivo, detecció n de
capturas, detecció n del á cido nucleico y detecció n de pruebas.
Cultivos víricos

Los virus necesitan células vivas para replicarse. Muchos virus se


replican de forma activa en cultivos celulares. Los sistemas de
cultivo celular son monocapas de células vivas que sostienen el
crecimiento de los virus. La replicació n del virus se detecta
mediante el efecto citopático en la monocapa celular. Se denomina
efecto citopá tico a las alteraciones morfoló gicas características
visibles en una línea susceptible debido a la replicació n del virus.

Las líneas celulares pueden propagarse y/o estabilizarse en el


laboratorio, aunque lo má s habitual es adquirir los cultivos
celulares monocapa comerciales. Existen tres sistemas celulares
generales: primarios, diploides y continuos. Las líneas celulares
primarias son las que proceden directamente de tejidos animales
o humanos y se preparan troceando el tejido y tratá ndolo con
tripsina. Las líneas celulares diploides son aquellas que mantienen
la infecció n vírica hasta de 20 a 50 pasadas y proceden de células
fetales o de recién nacidos. Un ejemplo son los fibroblastos
humanos diploides. Las líneas celulares continuas son las que
proceden de cá nceres humanos o animales o son células
transformadas in vitro.Así, estas líneas celulares continuas tienen
un cariotipo heteroploide y pueden subcultivarse de forma
indefinida sin que se pierda la sensibilidad a la infecció n por el
virus. Las líneas celulares continuas má s utilizadas son la HeLa y
la HEp-2.

Detecció n de rayos víricos

Los grandes del virus pueden detectarse mediante métodos


inmunofluorescentes (inmunofluorescencia directa) o con
métodos de inmunoaná lisis. Los métodos de inmunofluorescencia
directa implican bastante trabajo y la interpretació n de los
resultados es subjetiva. Los métodos de inmunoaná lisis son má s
objetivos.
Detecció n del á cido nucleico

Los métodos moleculares permiten detectar el á cido nucleico del


virus. La hibridació n in situ permite detectar por medio de sondas
marcadas con fluorescencia virus como el del papiloma, el
citomegalovirus y los virus del herpes. Las técnicas de
amplificació n de á cidos nucleicos como la PCR o la bADN se
emplean para el seguimiento del VIH y del virus de la hepatitis C.
El uso de los métodos moleculares se ha potenciado con la PCR en
tiempo real.

Detecció n de pruebas

Las medidas de los realizados frente a los virus tienen dos


aplicaciones fundamentales: la infecció n reciente y determinar la
inmunidad. Demostrar la infecció n actual o reciente requiere la
detecció n en el suero de IgM específico del virus.

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Síndromes infecciosos víricos

Una forma de abordar el diagnó stico de laboratorio de las


infecciones víricas es agrupar las en síndromes clínicos
específicos. Se consideran los má s importantes: infecciones de las
vías respiratorias, mononucleosis infecciosa, infecciones
congénitas y neonatales, infecciones del sistema nervioso central,
gastroenteritis víricas, hepatitis víricas e infecciones por VIH.

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Infecciones de las vias respiratorias

Un gran nú mero de virus dan lugar a infecciones de las vías


respiratorias. Los principales pató genos respiratorios son el virus
de la gripe, el virus respiratorio sincitial y los metapneumovirus.
El virus de la gripese replica rá pidamente en las células de la
faringe y el á rbol traqueobronquial. El comienzo de la fiebre es
arrepentimiento, y se produce dolor de cabeza, dolor muscular y
debilidad. La queja sin complicaciones se resuelve tras 4–5 días. El
diagnó stico se realiza durante los dos o tres primeros días de la
enfermedad, cuando es má xima la expansió n vírica. El método
má s sensible es la RT-PCR (PCR con transcriptasa inversa); el
siguiente es el cultivo, y los especímenes má s adecuados son las
secreciones nasofaríngeas, los esputos y los hisopos
faríngeos. Para hacer un diagnó stico rá pido es ú til la
inmunofluorescencia directa de víricos excepcionales en
secreciones nasofaríngeas. La detecció n de urgencias víricas en
estas secreciones nasofaríngeas puede realizarse mediante
enzimoinmunoaná lisis comerciales.

El virus respiratorio sincitial produce infecciones importantes de


las vías respiratorias inferiores, sobre todo en los niñ os
pequeñ os. Puede detectarse mediante inmunofluorescencia
directa o enzimoinmunoaná lisis de los grandes en las secreciones
respiratorias.

Los metapneumovirus producen diversas infecciones


respiratorias, principalmente en los niñ os y las personas
mayores. El diagnó stico de metapneumovirus se realiza
principalmente por RT-PCR, solo al alcance de algunos
laboratorios.

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mononucleosis infecciosa

La mononucleosis infecciosa es una enfermedad linfoproliferativa


producida por el virus de Epstein-Barr (VEB). Es un virus con ADN
de doble cadena de la familia de los herpesvirus, que también
produce el linfoma de Burkitt, el carcinoma nasofaríngeo y la
neumonitis intersticial linfocítica. El VEB se propaga a través de la
saliva contaminada e infecta a los linfocitos B. Los ancianos víricos
que aparecen sobre la superficie de los linfocitos B afectados
inducen la producció n de linfocitos T mononucleares anó malos
característicos. Los períodos de incubació n van de 4 a 6 semanas
y, aunque al final la enfermedad suele resolverse, los síntomas
pueden durar períodos largos.

El VEB puede cultivarse en líneas celulares linfoblastoides. Sin


embargo, esto no es prá ctico, ya que lleva mucho tiempo y,
ademá s, no hay diferencia entre infecciones primarias y
reactivadas. El diagnó stico de la infecció n por el VEB en el
laboratorio generalmente se hace identificando linfocitos atípicos
en sangre periférica, junto con una prueba de heteró filos (prueba
de Paul-Bunnell). La detecció n de estos estudios es muy específica,
pero muy poco sensible. Asimismo, se dispone de métodos de
inmunofluorescencia indirecta para detectar pruebas contra el
exceso de la cá psula del virus. Y los métodos de
enzimoinmunoaná lisis detectan las clases IgG e IgM contra el
exceso de la cá psida. Tambien pueden determinarse los ensayos
contra el descubrimiento nuclear del virus.

Recientemente, se ha hecho posible detectar el ADN del VEB


mediante la reacció n en cadena de la polimerasa (PCR). Esta
tecnica puede ser util para diagnosticar la infeccion
tempranamente. Puede detectarse en suero, líquido
cefalorraquídeo o biopsias tisulares de enfermos con una
linfoadenopatía inducida por una mononucleosis infecciosa,
enfermedades linfoproliferativas trasplantes, un linfoma de
Burkitt y un carcinoma nasofaríngeo. El á cido nucleico del VEB
también puede detectarse mediante hibridació n in situ (HIS), en la
que se emplea una sonda para los ARN codificados por el virus.

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Infecciones congénitas y neonatales

Las principales infecciones congénitas y neonatales está n


producidas por citomegalovirus, virus de la rubéola y virus del
herpes simple.
citomegalovirus

La infecció n por citomegalovirus (CMV) es la infecció n


intrauterina má s frecuente y afecta a cerca del 1% de los recién
nacidos. Alrededor del 90% de estos niñ os son asintomá ticos al
nacer, de forma que el aislamiento del CMV de la orina o la saliva o
la detecció n de estudios IgM frente al CMV puede ser la ú nica
señ al de infecció n congénita. Los IgM pueden determinarse
mediante enzimoinmunoaná lisis con recombinantes
recombinantes. La prueba prenatal má s fiable para verificar la
infecció n fetal es el cultivo del virus y la detecció n del CMV en el
líquido amnió tico mediante PCR.

Rubéola

La rubéola la causa un virus con ARN de la familia togavirus. Es


una enfermedad muy contagiosa que se propaga a través de las
secreciones respiratorias. El paso a la cavidad amnió tica a través
de la placenta durante el primer produce en el feto muchas
malformaciones. Sin embargo, en la actualidad, la rubéola
congénita es rara debido a la eficacia de la vacunació n y la
detecció n sistemá tica prenatal. El cultivo requiere mucho tiempo
y normalmente no se realiza. Se utiliza enzimoinmunoaná lisis
para detectar los tipos IgG o IgM. Estos señ alan una infecció n
reciente, mientras que aquellos indican el estado inmunoló gico.

Virus del herpes simple

La infecció n neonatal por el virus del herpes simple (VHS) posee


una mortalidad elevada y una morbilidad
significativa. Normalmente se adquiere durante el nacimiento por
un tracto genital materno realizado. La infecció n puede ser
localizada o sistémica y las manifestaciones se presentan entre la
primera y la segunda semana de vida. Pueden aparecer lesiones
cutá neas, oculares o dañ o cerebral grave. El diagnó stico se realiza
por el cultivo del virus mediante PCR a partir del material de las
vesículas cutá neas o del líquido cefalorraquídeo.
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Infecciones del sistema nervioso central

Las principales infecciones del sistema nervioso central son las


meningitis y las encefalitis. En las meningitis se produce la
inflamació n de las capas meníngeas que recuperan el cerebro,
mientras que en las encefalitis el virus se replica en el parénquima
cerebral. Muchos virus se asocian bien con meningitis o con
encefalitis, aunque pueden afectarse en ambos lugares en la
meningoencefalitis, especialmente por infecció n por
arbovirus. Los principales virus que producen meningitis son los
enterovirus, mientras que el que ocasiona má s a menudo
encefalitis es el virus del herpes simple. La técnica má s adecuada
para el diagnó stico de la encefalitis vírica y la meningitis vírica es
la amplificació n de á cidos nucleicos en el líquido cefalorraquídeo.

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Gastroenteritis víricas

Las gastroenteritis víricas son patologías frecuentes


especialmente en los niñ os. Los principales virus que producen
estas enfermedades son los rotavirus, los adenovirus entéricos,
los calicivirus y los coronavirus. Los rotavirus son virus con ARN
que tienen una cá psula de dos capas, lo cual da al virus el aspecto
de una rueda. Son responsables de al menos el 50% de los casos
de diarreas transparentes en los niñ os pequeñ os. Los serotipos 40
y 41 de los adenovirus está n asociados con gastroenteritis y
representan el 10–20% de los casos pediá tricos. Los calicivirus
producen gastroenteritis epidémicas agudas y, finalmente, los
coronavirus producen gastroenteritis leves en adultos.

Tradicionalmente, el diagnó stico de las gastroenteritis víricas se


ha hecho segú n las características morfoló gicas mediante
microscopia electró nica (ME) en especímenes de heces. Sin
embargo, la ME no está al alcance de la mayoría de los
laboratorios. La rá pida detecció n de antígenos de rotavirus en
especímenes de heces puede hacerse fá cilmente y con gran
exactitud mediante pruebas de aglutinació n con lá tex o
inmunoaná lisis.

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Hepatitis víricas

Hay un gran nú mero de virus que producen afectació n


hepá tica. Sin embargo, la mayor parte de las enfermedades
hepá ticas víricas las producen los virus llamados A, B, C, D y E,
todos ellos hepatotró picos y productores de alteraciones líticas en
los hepatocitos.

Los virus de la hepatitis A (VHA) y hepatitis E (VHE) se transmiten


de forma oral-fecal. El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite
fá cilmente a través de la sangre y se ha adquirido, clá sicamente,
mediante transfusiones y pinchazos con agujas contaminadas. Sin
embargo, son rutas importantes la infecció n vertical durante el
embarazo, la transmisió n mediante contactos sexuales y los
líquidos bioló gicos derivados, como la saliva. El virus de la
hepatitis C (VHC) se transmite principalmente por vía sanguínea y
en mucha menor medida durante el embarazo, oa través del
contacto sexual o en casa.

Los cinco virus de la hepatitis no se replican en las líneas celulares


está ndares, y la detecció n de víricos descubiertos y los específicos
de los tipos IgM e IgG señ alan la fase de la infecció n. La
determinacion de la carga viral se emplea para el control de la
respuesta al tratamiento de la infeccion cronica.

Hepatitis A

La hepatitis A la causa un pequeñ o virus de la clase picornavirus,


que son virus con ARN. El virus está muy extendido por todo el
mundo y produce infecciones tanto epidémicas como esporá dicas,
sobre todo en á reas con poca higiene y condiciones
socioeconó micas bajas. El período de incubació n del VHA es de 7 a
42 días, y los pacientes son infecciosos entre 7 y 10 días antes de
que aparecieron los síntomas y durante unos pocos días
después. En lafigura 36-1 se presenta la evolució n cronoló gica de
la infecció n por el VHA.

Figura 36-1

Evolució n cronoló gica de la infecció n por el virus de la hepatitis A (VHA).

El diagnó stico seroló gico de la infecció n aguda por el VHA


depende de la demostració n de pruebas anti-VHA de tipo
IgM. Generalmente, aparecen unas 4 después de la infecció n y
pueden mantenerse semanas hasta 4 meses tras el comienzo de
los síntomas clínicos. La presencia de pruebas IgG o totales (IgM e
IgG) indica una infecció n pasada y una inmunidad asociada.

Hepatitis B

La hepatitis B la produce un virus con ADN de doble cadena,


miembro de la familia hepadna. El virus está formado por un
nú cleo central que contiene el ADN, rodeado por una cá psula
proteínica. El VHB se halla repartido por todo el mundo, y esta
enfermedad es una de las principales causas del carcinoma
hepá tico. El período de incubació n del VHB está comprendido
entre 30 y 180 días. Alrededor del 60% de las infecciones son
asintomá ticas, pero una pequeñ a proporció n son muy graves y
producen mucho dañ o al hígado e insuficiencia hepá tica.

El diagnstico y seguimiento de laboratorio de las infecciones


agudas y crnicas del VHB utiliza uno o varios de los siguientes
marcadores serolgicos : -HB c ), funciones contra el urgencia e
(anti-HBe) y funciones contra la urgencia de superficie (anti-
HB s ). La inmunidad de la vacuna para el VHB también puede
valorarse midiendo la concentració n de anti-HB s .

Las combinaciones de varios de estos marcadores son


especialmente ú tiles para diferenciar la hepatitis aguda, la
hepatitis cró nica y el estado de portador cró nico. Su patró n de
reactividad refleja la evolució n de la infecció n. En lafigura 36-2 se
presenta la temporalidad de la aparicion de los captores y los
comprobados durante la infeccion por el VHB.

Figura 36-2

Temporalidad de la aparició n de los periféricos y los eficaces en sangre durante


una infecció n por el virus de la hepatitis B.

El HB s Ag se detecta entre las 2 semanas y los 2 meses anteriores


a la aparició n de los síntomas clínicos y unas 2 semanas después
de la infecció n. Su presencia varía hasta 2 o 3 meses. Entre un 5 y
un 10% de los pacientes tienen concentraciones persistentes de
HB s Ag transcurridos 6 meses (portador cró nico y hepatitis
cró nica).

Los anti-HB c de tipo IgM se hacen detectables al mismo tiempo


que aparecen los síntomas clínicos y el aumento de las
transaminasas. Permanecen elevados varios meses ya veces hasta
1 añ o. Los anti-HB c de tipo IgG aparecen pronto, tras los de tipo
IgM, y permanecerá n durante añ os. En algunos pacientes
desaparecen en ú ltima instancia.

Generalmente, la aparició n de los anti-HB s se produce tras la


desaparició n del HB s Ag. Persisten durante añ os y se asocian con
una inmunidad relativa o absoluta. En los pacientes que han
recibido la vacuna contra el VHB, este mecanismo debe ser el
ú nico que se detecta en los que responden.
El HBeAg está asociado con el HB s Ag, pero normalmente no
persiste tanto. Generalmente, su presencia se asocia con una
mayor infectividad, pero tiene una utilidad diagnó stica
limitada. La aparició n de los experimentos anti-HBe coincide con
la desaparició n del emergencia e. Esto ocurre, normalmente,
después de la aparició n de los anti-HB c y antes de que aparecieron
los anti-HB s . Aunque los anti-HBe a menudo desaparecen, su
persistencia se ha asociado con la hepatitis cró nica y el estado de
portador cró nico. No transfieren ninguna protecció n.

El caso típico de hepatitis aguda por el VHB se caracteriza por la


presencia de HB s Ag y anti-HB c de tipo IgM. Este ú ltimo es
particularmente ú til en los casos de HB s Ag negativos. No se
recomienda utilizar só lo el HB s Ag para diagnosticar la infecció n
aguda. En los casos de emergencia negativa, la presencia de anti-
HB c de tipo IgM o total, y la del ADN del VHB en ausencia de anti-
HB s , ayuda a confirmar esa infecció n. Por su parte, en la hepatitis
crónica , el HB s Ag está presente junto con el anti-HB c , pero no el
anti-HB s . El HBeAg puede o no estar presente.

Las pruebas má s recientes para evaluar las infecciones por VHB


son las cualitativas y cuantitativas del ADN del VHB mediante
métodos moleculares, como la PCR y las sondas específicas.

Hepatitis C

La hepatitis C la produce un pequeñ o virus con ARN. Está


distribuida por todo el mundo, con má s de 100 millones de
portadores. La mayoría de los casos son asintomá ticos, pero
cuando se producen los síntomas es frecuente la hepatitis
cró nica. La transmisió n tiene lugar mediante la exposició n a la
sangre oa los productos sanguíneos.

La determinació n de los resultados contra el virus de la hepatitis C


(VHC) es la prueba principal para detectar esta enfermedad. Sin
embargo, el tiempo de seroconversió n va de 3 a 6 meses en la
infecció n adquirida mediante transfusió n y de seis a nueve en los
casos que no está n relacionados con las transfusiones.
Los enzimoinmunoaná lisis para el VHC detectan estudios (anti-
VHC) para cualquiera de las cuatro proteínas del mismo (5-1-1,
c100-3, c33c y c22-3). Estas proteínas se sintetizan mediante
técnicas recombinantes y se fusionan con la superó xido dismutasa
(SOD) como portadora. El RIBA (recombinant immunoblot
ensayo) es una técnica de inmunotransferencia que se emplea
para detectar pruebas contra proteínas del VHC.

La PCR para el ARN del VHC utiliza cebadores para una regió n 5'
no codificante muy conservada del genoma del virus. Cuando esta
prueba es positiva, el paciente tiene una infecció n activa con el
VHC. Esta prueba se recomienda para los pacientes que sean
positivos para anti-VHC. La medida cuantitativa del ARN del VHC
(carga vírica) es ú til para seguir la respuesta al tratamiento en los
pacientes que está n dañ ados con este virus.

Hepatitis D

La hepatitis D (delta) tiene por causa un virus que contiene un


ARN circular. Requiere HB s Ag para poder replicarse y, como
consecuencia, una coinfecció n con el VHB. El modo de transmisió n
es parenteral y en las á reas endémicas está asociado con
epidemias de gran mortalidad. Con relació n al diagnó stico, al
obtener en coinfecció n con el citado virus, só lo debe priorizar en
casos de hepatitis B. El diagnó stico seroló gico de la hepatitis D
depende del hallazgo del exceso y/o la presencia de ensayos
contra el virus de la hepatitis D ( anti-VHD). En los pacientes con
coinfecciones agudas, el aumento de la hepatitis D (HDAg) aparece
poco después del HB sAg y desaparece con la convalecencia. Las
infecciones agudas está n asociadas con los requisitos IgM anti-
VHD, y los casos cró nicos normalmente solo dan los requisitos
IgG. Ambos pudieron finalmente desaparecer después de la
convalecencia. El diagnó stico y los ensayos se determinaron
mediante radioinmunoaná lisis o enzimoinmunoaná lisis.
Hepatitis E

El VHE es un virus con ARN esférico sin envoltura. Este agente


infeccioso está restringido a los países desarrollados y tiene una
distribució n mundial. Para el diagnó stico, se utiliza la
determinació n de pruebas contra el VHE mediante
radioinmunoaná lisis o enzimoinmunoaná lisis. También puede
detectarse el á cido nucleico mediante PCR.

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Virus de la inmunodeficiencia humana

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) produce el sida. Se


han detectado dos tipos de virus, el VIH-1 y el VIH-2. Estos virus
atacan principalmente a los linfocitos T4, que tienen un papel
fundamental en la coordinació n de la respuesta inmunitaria
celular. Durante el curso de la enfermedad, estos linfocitos van
disminuyendo, con el consiguiente deterioro de la respuesta
inmunitaria. En consecuencia, los pacientes con sida son muy
susceptibles a las infecciones; Las principales causas son los
protozoos (criptosporidios y Pneumocystis jirovecii ), hongos
(criptococos) y virus (citomegalovirus y herpes), y las bacterias
intracelulares (micobacterias).

La infecció n por el VIH induce al organismo a producir obtenidas


contra las proteínas del virus de diferentes partes del genoma de
este, como env, gap y pol. El calentamiento del VIH (Ag VIH) se
produce durante la fase de replicació n del virus y generalmente
aparece algunos días después de la exposició n; luego desciende
rá pidamente, al irse formando los probados. Añ os después, la
antigenemia puede volver a aumentar, lo cual indicaría una
replicació n intensa del virus. En lafigura 36-3 se muestra un perfil
cronoló gico característico de una infecció n por VIH. Tras la
infecció n aguda, el paciente sufre una enfermedad leve entre las 4
y las 8 semanas siguientes. El descubrimiento del VIH puede
detectarse alrededor de 4 semanas después, y los estudios
empiezan a detectarse entre 6 y 8 semanas.
Figura 36-3

Perfil cronoló gico característico de una infecció n por el virus de la


inmunodeficiencia humana (VIH).

El diagnó stico de infecció n por el VIH se basa principalmente en


las pruebas que detectan los estudios contra el virus. La prueba de
detecció n sistemá tica primaria es
el enzimoinmunoanálisis(EIA). La mayoría de los EIA de tercera
generació n utilizan proteínas recombinantes o péptidos sintéticos
de la cubierta, tanto del VIH-1 como del VIH-2, lo cual proporciona
una sensibilidad elevada. Los EIA de cuarta generació n, má s
recientes, incluyen en la fase só lida probada contra el alcance p24
para reducir el período de ventana. Se comercializan en la
actualidad pruebas rá pidas de detecció n sistemá tica con una
sensibilidad y especificidad similares a las pruebas normales, que
incorporan en su fase só lida péptidos sintéticos de la regió n
inmunodominante de la proteína transmembrana de la cubierta
gp41 para VIH-1 y gp36 para VIH- 2.

Todos los enzimoinmunoaná lisis que sean positivos se


confirmará n mediante transferencia Western o
inmunotransferencia. La transferencia con-firmatoria detectada
contra proteínas del centro (p17, p24 y p55), la polimerasa (p31,
p51 y p66) y la cubierta (gp41, gp120 y gp160) del VIH.

Las pruebas de inmunofluorescencia confirmatorias utilizan


linfocitos T que expresan influenzas del VIH-1 fijados sobre portas
de vidrio para tomar los estudios contra el VIH-1 del suero, con la
detecció n de los estudios del paciente unidos mediante un
segundo requisitos marcado con fluoresceína.

Respecto a las pruebas de detecció n del ARN del virus y del exceso
de p24, no son ú tiles para el diagnó stico, aunque pueden utilizarse
para tratar a los pacientes. El ARN vírico puede dar resultados
falsos positivos y no todas las personas infectadas tienen
concentraciones detectables del colapso p24 al comienzo de la
infecció n. Para el cuidado de los pacientes se utilizan las técnicas
de biología molecular que determinan la concentració n del ARN
del VIH, que se conoce como carga vírica.

Ir a:

virus del papiloma

Las infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) está n


entre las enfermedades de transmisió n sexual má s frecuentes. Hay
má s de 70 genotipos conocidos del VPH. En los ú ltimos añ os,
muchos investigadores han demostrado que este virus es el factor
que se asocia con má s fuerza con el cá ncer de ú tero en las
mujeres. Los virus pueden detectarse en células teñ idas con
Papanicolaou (Pap). Actualmente, el mejor método es la detecció n
del ADN del VPH mediante hibridació n, utilizando sondas de ADN
o ARN. Puede emplearse también la PCR.

Pruebas de serología de anticuerpos

¿Qué son las pruebas de serología de anticuerpos?


Las pruebas de serología de anticuerpos comprueban la presencia o el nivel de
anticuerpos específicos en la sangre. Los anticuerpos son proteínas que el sistema
inmunitario produce para combatir sustancias extrañas. Estas sustancias suelen ser
patógenos (gérmenes que causan enfermedades) como virus y bacterias. Cuando tiene
una infección, su cuerpo produce anticuerpos dirigidos al patógeno causante. Estos
anticuerpos pueden protegerle de otra infección o de tener síntomas graves.
Una vacuna también puede ofrecer protección haciendo que su sistema inmunitario
produzca anticuerpos contra el patógeno.
La prueba de serología de anticuerpos muestra si su sistema inmunitario puede combatir
ciertas enfermedades.

Nombres alternativos: prueba de título de anticuerpos, prueba de anticuerpos, prueba de


anticuerpos en suero

¿Para qué se usan?


Las pruebas de serología de anticuerpos se usan para detectar anticuerpos contra
enfermedades específicas, como:
 COVID-19
 Sarampión y paperas
 El virus de la varicela-zóster, que incluye la varicela y el herpes zóster (culebrilla)
 Hepatitis
 Mononucleosis
Las pruebas también se pueden usar para detectar la presencia de ciertos anticuerpos que
pueden ser un signo de una enfermedad autoinmunitaria. Estas enfermedades hacen que
el sistema inmunitario ataque por error células, tejidos u órganos propios.
Las pruebas de serología de anticuerpos no se usan para diagnosticar enfermedades.
Pueden mostrar si usted tiene anticuerpos contra una enfermedad, pero no muestran si los
anticuerpos son de una infección actual o pasada o de una vacunación.
¿Por qué necesito una prueba de serología de anticuerpos?
Usted puede necesitar esta prueba:

 Para saber si ha tenido una infección reciente o en el pasado


 Para comprobar su estado de vacunación: Si su historial médico está incompleto, tal vez necesite
esta prueba para saber si ha recibido una vacuna
 Para saber si una vacuna es eficaz: Si ya se ha vacunado contra una enfermedad, la prueba muestra
si la vacuna le ofrece suficiente protección
 Como requisito para su escuela o trabajo: Algunas organizaciones exigen una prueba de infección
o vacunación anterior
 Para saber si tiene una enfermedad autoinmunitaria como el lupus
¿Qué ocurre durante una prueba de serología de anticuerpos?
El profesional de la salud toma una muestra de sangre de una vena de un brazo con una
aguja pequeña. Después de insertar la aguja, extrae un poco de sangre y la coloca en un
tubo de ensayo o frasco. Tal vez sienta una molestia leve cuando la aguja se introduce o
se saca, pero el procedimiento suele durar menos de cinco minutos.

¿Debo hacer algo para prepararme para esta prueba?


La prueba de serología de anticuerpos no requiere ninguna preparación especial.

¿Tiene algún riesgo esta prueba?


Los riesgos de un análisis de sangre son mínimos. Tal vez sienta un dolor leve o se le
forme un moretón donde se inserta la aguja, pero la mayoría de los síntomas desaparecen
rápidamente.

¿Qué significan sus resultados?


Sus resultados dependen de qué anticuerpos fueron medidos. Se pueden dar como títulos
(niveles de anticuerpos), o como positivos (tiene anticuerpos) o negativos (no tiene
anticuerpos).

Los resultados más comunes son:


 Se encontraron anticuerpos contra un patógeno específico: Esto puede significar que usted tuvo
una infección anterior. También puede significar que se ha vacunado contra una enfermedad
específica
 Se encontraron niveles bajos de ciertos anticuerpos: Esto puede significar que una vacunación
anterior no le está ofreciendo suficiente protección contra una enfermedad. También significa que tal
vez necesite una vacuna de refuerzo
 Se encontraron autoanticuerpos: Los autoanticuerpos son un tipo de anticuerpo que ataca a las
células sanas por error. Esto puede significar que usted tiene una enfermedad autoinmunitaria
Si tiene preguntas sobre sus resultados, consulte con su profesional de la salud.

Obtenga más información sobre las pruebas de laboratorio, los rangos de referencia y el
significado de los resultados.
¿Debo saber algo más sobre las pruebas de serología de anticuerpos?
Las pruebas de serología de anticuerpos pueden mostrar si su cuerpo ha tenido una
respuesta inmunitaria a un patógeno. Pero no muestran si está completamente protegido
de una enfermedad ni cuánto dura la protección. En el caso de una enfermedad más
reciente como COVID-19, aún no se sabe cuánto tiempo dura la protección después de
haber sido infectado o vacunado.

Prueba de neutralización por reducción de


placas para la evaluación de anticuerpos
contra la fiebre aftosa: comunicación breve

La prueba de neutralización por reducción de placas (NRP) para estudios


en fiebre aftosa fue descrita por McVicar et al. Utilizaron cultivos
secundarios de células de riñón bovino, con 6 días de incubación,
cultivados en placas plásticas descartables y, como "overlay", 0,6 por
ciento de goma Tragacanth. Las células BHK-21 Clon 13 e IB-RS-2 con
"overlay" de agar han sido utilizadas durante varios años en los trabajos
de rutina del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa(CPFA). Con el inicio
de los estudios epidemiológico, que incluyen grandes cantidades de
muestras, fue necesario introducir técnicas más práticas y que
permitiesen resultados más rápidos.

Prueba de fijación del


complemento (CFT)

Los antígenos fúngicos y los controles positivos se utilizan para detectar


anticuerpos en el suero de los pacientes mediante el procedimiento de
fijación del complemento (FC) para ayudar en el diagnóstico de cuatro
enfermedades fúngicas específicas: histoplasmosis, blastomicosis,
coocidioidomicosis y aspergilosis.

La prueba se basa en el procedimiento de la prueba de fijación del


complemento en el laboratorio (LBCF). El principio de la prueba CF es que
los anticuerpos presentes en el suero del paciente, cuando se mezclan
con los antígenos correspondientes, "fijan" o unen el complemento (un
componente del suero fresco). La "fijación" del complemento se
determina utilizando un sistema de ensayo que consiste en sensibilizar
glóbulos rojos de oveja (GRS) con anti-SRC (hemolisina) y medir el
porcentaje de lisis de los GRS (el complemento no unido inicia la lisis). Si
se ha "fijado" todo el complemento, los eritrocitos indicadores no se
lisarán.

La prueba CF se interpreta del siguiente modo :

 Anticuerpo presente = sin hemólisis


 Ausencia de anticuerpos = hemólisis

Los sueros de los pacientes deben analizarse con cada uno de los
antígenos, ya que existe cierto solapamiento en la antigenicidad entre
los distintos hongos y los síntomas de las enfermedades son muy
similares. Suelen observarse títulos más altos de FC en los sueros de los
pacientes cuando se analizan frente al mismo antígeno que el agente
etiológico de sus infecciones.

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