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Las enfermedades priónicas son causadas por mutaciones anómalas en la proteína priónica (PrP) que la convierten en una forma infecciosa capaz de causar daño neurológico. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es la enfermedad priónica humana más común y puede presentarse de forma esporádica, genética, iatrogénica o variante. Otras enfermedades priónicas humanas incluyen el Kuru y el insomnio esporádico fatal.
Las enfermedades priónicas son causadas por mutaciones anómalas en la proteína priónica (PrP) que la convierten en una forma infecciosa capaz de causar daño neurológico. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es la enfermedad priónica humana más común y puede presentarse de forma esporádica, genética, iatrogénica o variante. Otras enfermedades priónicas humanas incluyen el Kuru y el insomnio esporádico fatal.
Las enfermedades priónicas son causadas por mutaciones anómalas en la proteína priónica (PrP) que la convierten en una forma infecciosa capaz de causar daño neurológico. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es la enfermedad priónica humana más común y puede presentarse de forma esporádica, genética, iatrogénica o variante. Otras enfermedades priónicas humanas incluyen el Kuru y el insomnio esporádico fatal.
Chávez Juárez, María de Lourdes. Microbiología clínica. QFBT Periodo 2022-01 20 de Mayo de 2022. Dra. Sofía Estrada Nieves. Introducción Cuando pensamos en la palabra enfermedad generalmente relacionamos el término con palabras como, patología, dolencia, padecimiento, anormalidad, trastorno, desorden, desequilibrio y alteración, entre otros. Cuando se trata de enfermedad no analizamos palabras como, proteína, aminoácido o plegamiento, al menos no tan habitualmente. ¿Por qué? A su vez, el hecho de pensar en proteínas hace que en nuestra mente se lleve a cabo una lluvia de ideas, con palabras como, albúmina, aminoácido, principio alimenticio; más no es todo lo que está relacionado con estas moléculas orgánicas. Por más sencillas que nos parezcan las proteínas, un cambio en su estructura puede generar cambios significativos, dichos cambios son llamados mutaciones, es por estas mismas que las proteínas ahora llamadas priones adquieren un carácter maligno, ya que estas son mutaciones anómalas hacen que se conviertan en agentes infecciosos y produzcan daños neurodegenerativos. A diferencia de virus y viroides, son resistentes a tratamientos inactivantes de ácidos nucléicos, pero comparten con éstos la existencia de una variabilidad de inóculos dentro de la misma especie (diferenciables por el patrón de la lesión y la magnitud del tiempo de incubación) y de una infectividad sujeta a barrera de especie. Las enfermedades priónicas constituyen el nuevo paradigma en la nosología neurológica. Aunque hasta ahora su incidencia es baja, su carácter transmisible plantea nuevos problemas de salud pública. Estas pueden afectar a humanos y animales, y son producidas por el metabolismo aberrante de una proteína priónica (PrP), que presentan un período de incubación prolongado, transmisibilidad y evolución clínica fetal. Se ha utilizado el término de prionpatías para nombrarlas y debido a la espongiosis que producen en el sistema nervioso también se les conoce con el nombre de encefalopatías espongiformes subagudas. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es un trastorno cerebral degenerativo que provoca demencia y, en última instancia, la muerte. En un inicio, cuando existe la destrucción de tejido cerebral, podemos notar una demencia progresiva, acompañada de distinta sintomatología. Esta enfermedad no es la única prionopatía en humanos; también se ha descrito el insomnio esporádico fatal (1997), la prionopatía variable sensible a proteasa (2008) y el Kuru (1953). El Kuru, es una enfermedad por priones que actualmente no aparece casi nunca o nunca. Provoca un deterioro acelerado de la función mental y falta de coordinación. La enfermedad era habitual en la tribu Fore de las tierras altas de Papúa Nueva Guinea y se transmitía por canibalismo, que formaba parte del ritual funerario de la tribu. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob tiene cuatro formas de presentación; esporádica (el cambio súbito e inesperado de la estructura secundaria de la proteína priónica), genética (patrón de herencia autosómico dominante), iatrogénica (procedimientos médicos-quirúrgicos) y variante (se ha relacionado con la epidemia de encefalopatía o “enfermedad de las vacas locas”). Desarrollo En un inicio, el agente causal de enfermedades neurodegenerativas, que ahora conocemos bajo el término de prion, era un slow virus, fue gracias al aporte de Presiner que se pudo definir de manera correcta, hasta llegar al término que actualmente conocemos; fue gracias a Presiner que sabemos que un prion es una isoforma de la proteína priónica (PrP), que actúa como un agente infeccioso. La PrP, es una proteína presente en distintos seres vivos, de la cual aún no se conoce su funcionalidad, pero hasta el momento se cree que está presente en procesos como la activación linfocítica, la plasticidad neuronal, la neuroprotección, la transducción de señales, las funciones metabólicas asociadas a propiedades de unión de cobre y en la diferenciación y neurogénesis de células madre neuronales. Lo que impacta de esta proteína son sus formas infecciosas, la PrPC por un plegamiento erróneo de la proteína en la membrana plasmática celular para formar una estructura en lámina-ß parcialmente resistente a la degradación con proteasas y resistente a detergentes, el cambio conformacional de PrP se hace sobre la misma cadena polipeptídica que sufre un plegamiento anómalo, esta proteína en particular debe tener una secuencia de aminoácidos específicos dentro de su cadena que la haga potencialmente priogénica. Es esta modificación en la proteína la que hace que PrPC se convierta en PrPSC. Para lograr entender la EET, es necesario hablar de de la capacidad de propagación de PrPSC; describir la destrucción celular, especialmente neuronal, por agregación proteica, y por último saber sobre la señalización proteica. Ya que estos puntos son los que hacen a los priones tan nocivos, y nos señalan como que actúan sobre nuestro sistema nervioso. Cuando hablamos de comunicación y señalización de priones entran en juego dos modelos; el primero es el de polimerización-nuclear por condensación no covalente, que postula que hay una conversión rápida y reversible de PrPC en PrPSC y luego una conversión más lenta e irreversible de otras PrPC. Sin embargo, luego de tener una acumulación lo suficientemente grande de PrPSC, se favorece la conversión de más PrPC a la forma anómala. El segundo modelo es el de desnaturalización-renaturalización, en el cual hay un cambio reversible de PrPC a una proteína modificada intermedia o PrPINT, que luego hace un cambio irreversible sumamente lento para convertirse en PrPSC. A pesar de lo lenta que es la primera conversión, una vez producida PrPSC, esta es capaz de catalizar la segunda reacción y de esa forma propagarla, con el fin de formar grandes cantidades de PrPSC. La finalidad de ambos modelos, es la formación de placas amiloides, que permiten la degeneración cortical. Las prionopatias esporádicas son las mas “desconocidas” ya que no se sabe, porque empiezan, se han tratado de dar explicaciones y mecanismos que “encajen” pero ninguno ha sido comprobado, el más aceptado hasta el momento es la falla del complejo de control de calidad celular, lo que sugiere que nuestras células en un momento indeterminado comenzarán a tener fallos dentro de su ciclo, y esto causara irregularidades, que provocarán prionopatias. Un error en la formación de cadenas polipeptídicas, que aunque no debería ocurrir o al menos nuestro cuerpo destruye dichas cadenas, este mecanismo nos sugiere que , con la edad, el complejo de control puede sobrecargarse y disminuir así su capacidad y calidad. Aunque no está comprobada, es la más aceptada. La forma esporádica de la ECJ es, sin duda alguna, la enfermedad priónica más común en humanos, tiene una incidencia de aproximadamente 1,5 por millón de personas y su pico de presentación es a los 70 años, es por esto que el mecanismo fisiopatológico que mejor encaja y es el más aceptado nos habla de que con edad avanzada nuestro cuerpo presenta irregularidades en el complejo de control de calidad celular. Las características de esta enfermedad esporádica están determinadas por, las propiedades mismas de PrPSC acumulada en el tejido cerebral y por los polimorfismos de metionina/valina en el codón 129 del gen PRNP, de los cuales se evidencian 6 isotipos: MM1, MM2, MV1, MV2, VV1 y VV2. Según estudios realizados en el 2011 por Sánchez-Juan et al. demostró, a partir de una población de 134 pacientes con ECJ esporádica y 194 pacientes control, que cierto polimorfismo es capaz de alterar la edad de presentación de la enfermedad en los pacientes. Encontraron que aquellos con el alelo polimórfico PRNP G310C presentan la enfermedad en etapas más tempranas de la vida. Además, relacionaron ese polimorfismo con los ya descritos, al mostrarse con mayor riesgo de manifestación temprana de la enfermedad aquellos pacientes con PRNP 129MM y PRNP G310C. La ECJ representa el 90% de las prionopatías esporádicas y, como consecuencia de los diferentes isotipos del gen PRNP, se pueden encontrar dos subtipos clínicos: el cognitivo y el atáxico. Estos complejos pueden presentarse en otras enfermedades, de las cuales es importante realizar el diagnóstico diferencial, como son enfermedad de Alzheimer, encefalopatía hepática, intoxicación por litio, hiperamonemia, carcinomatosis meníngea y otras. Dentro del grupo de las prionopatías esporádicas figuran el insomnio esporádico fatal y la prionopatía variable sensible a proteasa. El insomnio esporádico fatal, es una enfermedad muy rara, de la cual solo existe registro de 31 casos en el mundo, con una edad media de presentación de 46 años y una duración de ~24 meses. En la polisomnografía se observa, aun en estadios tempranos de la enfermedad, una reducción en los hallazgos electroencefalográficos típicos de la fase N2 del sueño no REM. Por otra parte, la prionopatía variable sensible a proteasa representa el 2-3% de los casos de prionopatías esporádicas. Por su presentación al inicio del cuadro, puede ser diagnosticada como una demencia atípica y pasarse por alto, por lo que es posible que en el mundo esta enfermedad sea subdiagnosticada. La aparición de la forma variante de la ECJ se ha relacionado con la epidemia de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en el Reino Unido. Algo que cabe resaltar es que esta EEB fue descubierta en vacas que teniana ingesta de tejidos animales contaminados, lo que llevó a que la población que consumía dicha carne de vaca, presentara esta enfermedad, los pacientes diagnosticados con vECJ estuvieron expuestos a la epidemia de EEB, fue posible concluir que en efecto, la barrera entre especies no existe en el caso de la transmisión de la enfermedad priónica bovina. La forma variante de la ECJ es difícil de diagnosticar además de que esta no solo ataca en edades avanzadas si no que existen casos desde los 26 años; esta incluye síntomas como son de carácter psiquiátrico y comportamental, como la depresión, el comportamiento antisocial y la ansiedad, por lo que a veces se diagnostica un trastorno psiquiátrico antes de pensar en otra afección, debido al cuadro que presentan los pacientes, sin embargo, cuando este cuadro comienza a evolucionar los médicos se dan cuenta de que la afección ha sido mal diagnosticada, ahora con una sintomatología más clara podemos esclarecer el diagnóstico aunque con estas enfermedades no hay un tratamiento 100% eficaz, por lo que en su mayoría las personas que adquieren esta enfermedad mueren de manera “rápida” (en un periodo menor a 2 años). La forma genética de la ECJ, es la que tiene mutaciones específicas del gen de la proteína priónica (PRNP), ubicado en el brazo corto (p) del cromosoma 20, estas anormalidades, tienen un patrón de herencia autosómico dominante con penetrancia completa o muy alta dependiendo de la mutación. Lo que quiere decir que esta forma genética es heredable, presenta variedad de edades de aparición sin un rango definido, además de periodos de duración distintos entre sí, sus síntomas también son variables, pero en su mayoría incluyen ataxia cerebelosa progresiva. Aunque en su mayoría, los casos que se presentan son de carácter hereditario, puede haber casos sin historia familiar previa. Entre las mutaciones e inserciones responsables de esta forma de ECJ encontramos: E200K, R208H, D178N, T183A, M232R, inserción 144pb y otras más, de las cuales la E200K es la más frecuente. La mutación E200K consiste en un cambio de GAG a AAG en el codón 200 del gen PRNP y se encuentra frecuentemente asociada al polimorfismo 129M. Se piensa que esta está asociada a un ancestro en común de origen judio sefardi, cuyos descendientes emigraron a España y Portugal, en los tiempos de la Inquisición. Esta forma viene acompañada de síntomas como pérdida de memoria y confusión, más adelante se presentan signos de ataxia cerebelosa y mioclono. Su manifestación empieza alrededor de los 61 años, con una supervivencia menor a un año, muy parecida a la forma esporádica y, por ende, dificulta su diferenciación, para diferenciarla es necesario realizar un examen sanguíneo e identificar el gen PRNP. Fue gracias a la forma iatrogénica de la enfermedad ECJ, que la comunidad científica pudo evidenciar la posibilidad de transmisión de estas enfermedades, ya que en casos que se identificaron de esta variable se pudieron aislar intervenciones médico-quirúrgicas como el agente causal, tomando así las terapias neuroquirúrgicas, tratamientos con hormona de crecimiento humano y trasplantes de duramadre; como las principales formas de transmisión. Fue gracias a tres casos, de pacientes que fueron sometidos al mismo procedimiento quirúrgico, en el mismo lugar, con los mismos instrumentos, que posteriormente de este procedimiento contrajeron ECJ, que nos indico que el riesgo de transmisión en humanos está latente, en especial en tejido nervioso. En el caso de las hormonas de crecimiento el caso que nos presentan sobre cómo utilizaron hormonas de crecimiento de origen cadavérico y se usaron miles de glándulas pituitarias post mortem para producirla, por lo que se llegó a la conclusión de que ese conjunto de glándulas pertenecía a pacientes cuya causa de muerte fue alguna ECJ. Lo peculiar en este caso fue el periodo de incubación, ya que fue de 15 años, y afectó principalmente a jóvenes, porque el tratamiento se usa para personas en crecimiento. Los tejidos que se usaron en estas operaciones quirúrgicas fueron sacados de cadáveres, mismos que se presume padecían ECJ. En estas tres primeras formas de transmisión se resalta la susceptibilidad que genera la presencia del polimorfismo en el codón 129 del gen PNRP a presentar la enfermedad; pero no es la causa directa de la aparición de esta variante.Cada forma de ECJ iatrogénica tendrá diferentes manifestaciones clínicas. Para el diagnóstico de estas enfermedades es necesario realizar una biopsia, aunque en la actualidad haya muchísimos avances a nivel tecnológico, de biotecnología, y medicina, aún no se ha logrado descifrar un metodo eficas que nos sean invasivos para los pacientes que se presuma puedan tener estas enfermedades. Para el diagnóstico efectivo de la enfermedad, aparte de los signos clínicos como mioclono, demencia rápidamente progresiva y ataxia cerebelosa, también se realizan resonancia magnéticas, el análisis de líquido cefalorraquídeo y el electroencefalograma, así podemos tener un diagnostico mas certero y completo. Conclusiones La ECJ es una entidad compleja que tiene un bajo índice de incidencia anual, afecta a 1-2 personas por millón, dicho padecimiento se presenta generalmente en pacientes mayores a 60 años de edad; es causada por patógenos infecciosos, que llevan el nombre de priones, dichos priones, son proteínas que se acumulan en el tejido cerebral y provocan repercusiones neurológicas graves, que desembocan en la muerte del paciente. No existe tratamiento conocido para la ECJ, por lo que es de vital importancia su prevención, con acciones como, la descontaminación normal de muestras de tejido (p. ej., con formalina) quizá no inactive la ECJ, todas las muestras de tejido deben ser tratadas con las medidas preventivas normales. De acuerdo con la normativa hospitalaria, etiquetar las muestras de tejido y muestras biológicas como “riesgo biológico” y como “presunta ECJ” antes de enviarlas al laboratorio; que los pacientes con cualquier enfermedad priónica presunta o conocida no pueden ser donantes de órganos, tejidos, componentes de la sangre u hormonas; a los profesionales para el control de infecciones y otros departamentos que participan en el control de infecciones (p. ej., servicios quirúrgicos, de procesamiento central y patología se les debe notificar cuándo un paciente con una enfermedad priónica presunta o conocida está programado para que se le realice cualquier procedimiento invasivo en que el personal o los instrumentos pueden estar expuestos a tejidos potencialmente infecciosos; estrictas normas de manejo del ganado bovino en las empresas competentes son algunos de los cuidados tomados hoy en día para prevenir las enfermedades priónicas en humanos. Todavía constituye una controversia el hecho de que una proteína provoque una enfermedad infecciosa. Otro punto sin respuesta es el mecanismo por el cual el agente infeccioso se multiplica en el individuo afectado si no contiene ácidos nucleicos, y esta misma característica genera otra interrogante no resuelta, relacionada con la memoria genética: ¿cómo puede la proteína priónica guardar la información sin alterar los aminoácidos que la forman?, simplemente moldea o cambia su forma por mecanismos desconocidos aún. También es interesante tener en cuenta que una proteína que se expresa en el cerebro y otros tejidos durante el desarrollo embrionario, en todos los mamíferos, puede ser prescindible sin efectos negativos. Las respuestas a estas interrogantes constituyen hoy un desafío a la comunidad científica. Bibliografía Gozal, N. S. B., Acevedo, C. V., & Zarco, L. A. (2013). Enfermedades priónicas humanas. Universitas medica, 54(4), 495-516.