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Sombrero Blanco (Neutral y basado en datos):

El nivel de educación en el Perú cada vez está peor, ya que se ha realizado la Evaluación
Muestral de Estudiantes 2022 y presenta resultados más bajos que los del 2019, esto puede
ser un causa del Covid 19, ya que en tiempos de pandemia un total de 124,533 estudiantes
dejaron de asistir a sus clases por factores como la falta de acceso a la conectividad, a los
materiales educativos, servicios básicos, entre otros.

Existe desigualdad entre la capital y los demás departamentos, ya que se observan


diferencias en el acceso a la educación. Esto se puede demostrar revisando el porcentaje
de población de personas de 15 o más años sin nivel educativo. Los resultados muestran
que Lima y Callao tienen un porcentaje entre 1% a 2% mientras que los demás
departamentos tienen de 2% a 13%.Según el Ministerio de Educación (Minedu), el Perú
tiene una tasa de deserción escolar del 6.3%. Además, una encuesta del 2021 del INEI, nos
dice que 22 de cada 100 jóvenes entre 17 y 18 años, no han logrado concluir su educación
secundaria, mientras 5 de cada 100 jóvenes entre 13 y 19 años no la ha culminado.

Sombrero Rojo (Emociones y sentimientos):

En este ámbito, es muy importante darle relevancia a las emociones de los estudiantes y los
desafíos que enfrentan, ya que puede afectar negativamente su rendimiento académico.
Incluso, en muchos casos, los estudiantes se ven obligados a abandonar la escuela para
incorporarse al mundo laboral, esto sucede porque en muchos hogares del Perú no se tiene
para solventar la canasta básica familiar y los estudiantes optan por trabajar, para estos
casos se tendría que brindar un apoyo especial, ya que la educación debe ser un derecho,
no un privilegio.

Sombrero Negro (Cautela y crítica):

El gobierno tiene que enfocarse en mejorar la educación del país, ya que todavía existen
personas en zonas rurales que para acceder a la educación tienen que viajar o caminar por
horas, y en muchos casos eso es un impedimento para que puedan lograr tener una
educación.

Es evidente que el elevado costo de la educación se erige como una barrera sustancial para
numerosos estudiantes, contribuyendo así a la perpetuación de desigualdades y
restringiendo el acceso a oportunidades educativas. Esta preocupación se sustenta en la
realidad innegable de que muchas familias de bajos ingresos se ven abrumadas por la
carga financiera que implica la educación.
Esta problemática no solo se traduce en una limitación económica, sino que también genera
un ciclo intergeneracional de desventaja. Las dificultades económicas pueden llevar a una
falta de acceso a recursos educativos adicionales, como tutorías, programas
extracurriculares y tecnología educativa, lo que amplifica las disparidades desde las etapas
iniciales del aprendizaje.

Para abordar esta situación, es imperativo explorar y promover alternativas que alivien la
carga financiera de la educación, como becas y programas de ayuda financiera adaptados a
las necesidades de estudiantes de bajos ingresos. Además, es esencial fomentar políticas
que incentiven la equidad en el acceso a recursos educativos adicionales, como bibliotecas
bien equipadas y programas extracurriculares asequibles.Desde esta posición se
cuestionan las políticas educativas actuales, argumentando que no han sido
suficientemente efectivas para superar las barreras estructurales, reflejado en la
persistencia de la desigualdad de género y acceso a la educación, lo cual se justifica con la
lenta mejora en las estadísticas de deserción y alfabetización.

Sombrero Amarillo (Optimismo y búsqueda de viabilidad):

Lo positivo que se ha observado es la disminución de cifra en la tasa de analfabetismo,


dado que ha habido un progreso en la calidad educativa. Las inversiones que se han dado
en la educación generan un retorno positivo. Estos avances proyectan un futuro prometedor
donde el acceso a una educación de calidad sigue siendo vital para el desarrollo social.
En lo que es en base a una educación virtual, durante la pandemia se ha ido destacando y
se ha visto mejoras ya alcanzadas, generando confianza en la capacidad continua de
adaptación hacia un futuro educativo más eficiente e inclusivo.

Sombrero Verde (Creatividad y posibilidades):

Se busca innovar con programas específicos de apoyo para los estudiantes de las
diferentes zonas rurales del país, de esta manera se contribuye a la inclusión educativa.
Además, se investigará ideas para la tecnología educativa para poder mejorar la
accesibilidad a ella, proporcionando oportunidades y mejores métodos de enseñanza, los
cuales se podrán adaptar a las diversas necesidades de los estudiantes. Generando un
impacto positivo en la tecnología, porque hará llegar a una audiencia más amplia creando
un entorno educativo inclusivo y efectivo.

Sombrero Azul (Control del proceso y organización):

La situación educativa en el Perú ha empeorado, evidenciado por los resultados


decrecientes en la Evaluación Muestral de Estudiantes 2022, posiblemente agravados por la
pandemia de Covid-19, que causó la ausencia de más de 124,000 estudiantes debido a
limitaciones de conectividad y acceso a recursos educativos. La desigualdad educativa
entre la capital y otros departamentos es notoria, con disparidades en el acceso a la
educación y una tasa de deserción escolar del 6.3%. Aunque persisten desafíos, se observa
una disminución en la tasa de analfabetismo y mejoras en la calidad educativa, con
inversiones que generan un retorno positivo. Se destaca la importancia de abordar las
emociones de los estudiantes y proporcionar apoyo especial para aquellos que abandonan
la escuela por dificultades económicas, subrayando que la educación debe ser un derecho
universal. Además, se resalta la adaptación exitosa a la educación virtual durante la
pandemia y se propone innovar con programas de apoyo específicos para zonas rurales,
así como explorar la tecnología educativa para mejorar la accesibilidad y adaptabilidad, con
el objetivo de crear un entorno educativo inclusivo y efectivo.

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