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Introducción a la exposición

- Discusión y coordinación del esquema de exposición


- Solicitud información y materiales de aplicación para los expositores

La preparación del personal para el evento consiste en poder crear guiones para ellos, juegos
de rol y responder cualquier pregunta que puedan tener, también hay que recordar de asignar
responsabilidades especificas a cada expositor.

Material

Trípticos (acordar impresión)

Cuadros

Nombre de la carpa (Titulo)

Material de dinámicas

Dinámicas

1. Género: Igualdad de género. Siluetas de hombre y mujer tamaño resma para colocar
sus funciones, fichas de cartulina con acciones que realizan ambos.
2. Reproducción sexual y reproductiva: Preguntar a Slim
3. Liderazgo feminista:
Datos sobre la educación sexual integral.
La educación sexual es un proceso de enseñanza
y aprendizaje de alta calidad acerca de una amplia
variedad de temas relacionados con la sexualidad
y la salud reproductiva, donde se exploran valores
y creencias relacionados con estos temas. Al
mismo tiempo, la educación sexual ayuda a que las
personas obtengan las herramientas necesarias
para manejar su relación con ellas mismas, sus
parejas, comunidades, y con su propia salud
sexual.

Planned Parenthood cree que los padres y


cuidadorxs tienen un rol esencial y central en la
educación sexual de sus hijxs. En este link puedes
encontrar algunos recursos para padres.

La educación sexual integral se refiere a


programas educativos que van desde preescolar
hasta el grado 12, y que cubren una amplia
variedad de temas relacionados con:

 El desarrollo humano (incluyendo la pubertad,


anatomía, orientación sexual e identidad de
género).
 Las relaciones (incluyendo consigo mismx, la
familia, las amistades, las relaciones
amorosas y con lxs proveedores de servicios
de salud).
 Las habilidades personales (incluyendo la
comunicación, negociación, toma de
decisiones y el aprendizaje acerca de los
límites y cómo ponerlos).
 El comportamiento sexual (incluyendo todas
las maneras en que las personas eligen -o no-
ser sexuales).
 La salud sexual (incluyendo las infecciones de
transmisión sexual (ITS), los anticonceptivos,
el embarazo y el aborto).
 La sociedad y la cultura (incluyendo la
alfabetización mediática, la vergüenza y el
estigma, y cómo el poder, la identidad y la
opresión tienen un impacto en el bienestar
sexual y la libertad reproductiva).

Existen varios recursos importantes para guiar la


implementación de la educación sexual. Estos
incluyen:

 La iniciativa The Future of Sex Education


Initiative (FoSE) (La iniciativa para el futuro de
la educación sexual, sitio web disponible en
inglés), busca crear un diálogo a nivel nacional
sobre el futuro de la educación sexual y
promocionar la institucionalización de la
educación sexual integral en las escuelas
públicas. Fueron pioneros en desarrollar
los National Sexuality Education
Standards (Estándares nacionales para la
educación sexual, disponibles en inglés),
los National Teacher Preparation
Standards (los Estándares para la preparación
de maestros a nivel nacional, disponibles en
inglés), y muchas otras herramientas y
materiales para fortalecer la implementación
de la educación sexual integral y el desarrollo
profesional.
 Los Guidelines for Comprehensive Sexuality
Education (Lineamientos para una educación
sexual integral, disponibles en inglés)
de SIECUS (sitio web disponible en inglés),
que fueron desarrollados por un equipo
especial de trabajo especial, formado por
expertxs en los campos del desarrollo
adolescente, los servicios de salud y la
educación para adolescentes. Estos
lineamientos ofrecen un marco general con los
conceptos claves, temas y mensajes que todos
los programas de educación sexual integral
deberían incluir idealmente.

¿Cuál es el rol de Planned Parenthood en


la educación sexual?
El equipo de educación de Planned Parenthood
llega a 1.2 millones de personas cada año. El 64%
de estas personas son jóvenes en primaria y
secundaria.

Los departamentos de educación sexual de


Planned Parenthood ofrecen una amplia gama de
programas que incluyen:

 Programas de educación sexual basados en


evidencia e informados por la evidencia que se
ha demostrado que funcionan.
 Programas de educación sexual de pares.
 Programas de promotorxs y otros programas
de educación sexual, comunitarios o
culturalmente relevantes.
 Programas de educación sexual para
padres/familias.
 Programas con enfoque LGBTQ para jóvenes
LGBTQ y sus padres, tutorxs o cuidadorxs.
 Formación de profesionales, incluyendo
educadorxs y personal de escuelas,
organizaciones comunitarias y líderes
religiosos.
 Programas de divulgación y talleres de una
sesión.

¿Qué es la educación sexual?


La educación sexual hace referencia al conjunto de actividades relacionadas con la
enseñanza, difusión y divulgación acerca de la sexualidad en todas las edades del
desarrollo, el aparato reproductor femenino y masculino, la orientación sexual, las
relaciones sexuales, la planificación familiar, el empleo correcto de los métodos
anticonceptivos, el sexo seguro, la reproducción, los derechos sexuales y
reproductivos, los estudios de género y otros aspectos de la sexualidad, con el objetivo
de alcanzar un estado específico de salud sexual y reproductiva.

Beneficios de la educación sexual

 Una buena educación sexual provoca que se mantengan relaciones sexuales


responsables.
 Aprendes a conocer mejor tu cuerpo y acabas con prejuicios.
 Elimina roles de género preconcebidos en niños/as, para que tengan derecho a decidir
sobre su sexualidad.
 Tener una buena educación implica una solución contra la violencia por razones de
género.
 Te da seguridad en ti mismo, terminando con el miedo a un embarazo no deseado o al
contagio de enfermedades de transmisión sexual.

¿A qué edad se debe impartir educación sexual?


Demos recibir educación sexual en todas las etapas de nuestra vida, adaptada, por
supuesto, a dichas edades.
¿Qué contenidos debe abordar la educación sexual?
La educación sexual debe abordar el conocimiento de nuestro cuerpo,
nuestra anatomía sexual y anatomía reproductiva, la salud sexual y no solo
reproductiva, las relaciones con nosotros mismos y con otros (hábitos saludables y
cuidado del cuerpo, identidad y orientación sexual, los límites del consentimiento,
habilidades sociales y de comunicación, relaciones amorosas, educación emocional y
afectiva, autoestima, derechos sexuales y reproductivos, igualdad versus violencia de
género), placer, etc.

Por supuesto que está bien hablar de métodos anticonceptivos y enfermedades de


transmisión sexual. Pero si solo se habla de eso se transmite la idea de que la
sexualidad está llena de miedo y dolor, y la sexualidad también es placer, orgasmos,
masturbación, afectividad, relación positiva con el cuerpo, afectividad, etc.

Para ACNUR, tiene gran importancia prestar servicios de salud


sexual y reproductiva de calidad a las personas refugiadas y otras
personas de interés. Por ello, colabora estrechamente con socios
y gobiernos de acogida para garantizar que las personas
refugiadas tengan acceso a este tipo de servicios, así como
mejorar la calidad de la atención médica a su alcance. El tercer
Objetivo de Desarrollo Sostenible refleja ambiciones concretas
con respecto a la mejora de la salud sexual y reproductiva a nivel
mundial, incluso en contextos humanitarios y de refugiados.
¿Por qué es importante la salud sexual y
reproductiva?
La salud sexual y reproductiva implica que las personas pueden
tener una vida sexual segura y satisfactoria, pueden reproducirse,
y tienen la libertad de decir si quieren hacerlo y con qué
frecuencia.
El acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad
juegan un papel de vital importancia en el bienestar de una
persona, sobre todo cuando se trata de aquellas que han sido
desplazadas por la fuerza. Las personas refugiadas y
desplazadas que tienen acceso a servicios de salud sexual y
reproductiva cuentan con más apoyo para tener un futuro
saludable y pueden beneficiarse del impacto positivo que tienen
estos servicios en las familias y las comunidades en su conjunto.

Es importante que los servicios respeten los antecedentes


culturales y religiosos, y que la calidad de la atención y la gama
de servicios en sí se apeguen a las normas internacionales en
materia de derechos humanos.
¿Qué hace ACNUR para mejorar la salud
reproductiva?
Como parte de su estrategia de salud sexual y reproductiva,
ACNUR se enfoca en tres ejes muy amplios:
Cuidado materno-infantil
El cuidado materno-infantil se encuentra en el núcleo de la labor
que ACNUR realiza en cuanto a la salud sexual y reproductiva.
La muerte materna y perinatal se suscita durante e
inmediatamente después del parto. ACNUR hace lo posible por
garantizar que las mujeres que requieren asistencia reciban
atención de profesionales con capacitación y experiencia;
además, como parte de los esfuerzos por reducir la mortalidad
materna y perinatal, ACNUR ofrece guía y apoyo para capacitar
al personal de salud. Además de contar con las habilidades
necesarias, las comadronas deben contar con el apoyo de las
políticas públicas, así como tener a la mano suministros
esenciales, con inclusión de medicamentos. Asimismo, es
importante que tengan la libertad de operar al amparo del marco
normativo que resulte aplicable.
Los servicios adicionales de salud sexual y reproductiva, así
como información sanitaria relacionada complementan este
esfuerzo:

 Acceso a cuidados pre y posparto


 Acceso a anticonceptivos y planificación familiar
 Gestión clínica de sobrevivientes de violación y
violencia en la pareja
 Gestión de complicaciones relacionadas con el aborto
 Prevención y tratamiento de fístulas
 Pruebas de detección y tratamiento de cáncer cervical

Salud sexual y reproductiva para adolescentes


En consideración de los riesgos relacionados con los embarazos
adolescentes y el alto riesgo de contraer VIH u otras
enfermedades de transmisión sexual, ACNUR busca mejorar el
acceso adolescente a información y servicios de salud sexual y
reproductiva. Asimismo, ACNUR pretende garantizar la inclusión
de todas las personas que requieren servicios de este tipo:
mujeres, hombres, adolescentes, personas jóvenes, personas
LGBTIQ+ y otras que se dedican al trabajo sexual.
Sensibilización y concientización
La vida de las personas puede mejorar si conocen los servicios
de salud sexual y reproductiva, y si tienen acceso a los cuidados
necesarios. Por tanto, resulta crucial informar y generar
consciencia en torno a la salud sexual y reproductiva y servicios
relacionados; en especial, porque la salud sexual y reproductiva
abarca una amplia gama de cuestiones, como los métodos
anticonceptivos, las consecuencias de la violencia en la pareja, la
mutilación genital femenina, y la transmisión de VIH y de otras
enfermedades de transmisión sexual.
En años recientes, han mejorado los servicios para el cuidado de
la salud sexual y reproductiva de las personas refugiadas tanto
en contextos urbanos como dentro y fuera de los campamentos.
No obstante, ACNUR hace lo posible por impulsar estas mejoras
y por ampliar el acceso a atención reproductiva de todas las
personas de interés.
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Una buena salud sexual y reproductiva es un estado general de


bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados
con el sistema reproductivo. Entraña la capacidad de disfrutar de una
vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para
decidir hacerlo o no, cuándo y con qué frecuencia.

Para mantener la salud sexual y reproductiva, las personas necesitan


tener acceso a información veraz y a un método anticonceptivo de su
elección que sea seguro, eficaz, asequible y aceptable. Deben estar
informadas y empoderadas para autoprotegerse de las infecciones de
transmisión sexual. Y cuando decidan tener hijos, las mujeres deben
poder recibir atención de profesionales sanitarios expertos y deben
disponer de acceso a servicios que las ayuden a tener un embarazo
adecuado, un parto sin riesgo y un bebé sano.

Todas las personas tienen derecho a elegir sus opciones preferidas en


el ámbito de la salud sexual y reproductiva. El UNFPA, en
colaboración con una gran variedad de asociados, trabaja para lograr
el objetivo del acceso universal a la salud y derechos sexuales y
reproductivos, incluida la planificación familiar.

La salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y


social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque
positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones
sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias
sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción,
discriminación y violencia (OMS).

La salud reproductiva implica la posibilidad de tener una


sexualidad satisfactoria y segura, así como la libertad de tener
hijos si y cuando se desea. Esta concepción de la salud
reproductiva supone el derecho de las personas a elegir
métodos anticonceptivos seguros, eficaces, asequibles y
aceptables, y de tener acceso a servicios de salud apropiados
que permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a
las personas las máximas posibilidades de tener hijos sanos.

Con la reforma constitucional de 1994 que incorporó el artículo


75 inciso 22 a la norma suprema, el Estado argentino reconoció
constitucionalmente el derecho a la salud sexual y el derecho a
la salud reproductiva, dos derechos humanos, distintos entre
sí, pero inescindiblemente unidos.

La regla de supremacía constitucional y convencional dada en


los artículos 31 y 75 inciso 22 de la Constitución Nacional (CN),
es el primer eslabón en el reconocimiento del derecho a gozar
de una sexualidad libre, sin coacciones, discriminación ni
violencia alguna y a elegir tener o no hijxs, cuándo y cómo
hacerlo.

De acuerdo al artículo 75 inciso 22, las personas tenemos


derecho a tomar nuestras propias decisiones libremente en todo
lo referido a nuestro propio cuerpo.

El derecho a la salud sexual y el derecho a la salud reproductiva


son una parte fundamental del derecho a la salud en particular e
integran de manera interdependiente a todos los derechos
humanos. Así como la sexualidad integra a las personas, los
derechos sexuales y reproductivos integran su derecho a la
salud.

Los derechos sexuales y reproductivos forman parte del


catálogo de derechos que consagra nuestra Constitución
Nacional. El Estado argentino tiene la obligación internacional
(art. 31, CN; art. 29, Convención de Viena sobre el cumplimiento
de tratados internacionales y art. 28, Convención
Interamericana de Derechos Humanos –Pacto de San José de
Costa Rica–) de:

1. Respetar y garantizar el más alto nivel posible de salud


sexual y salud reproductiva (art. 12, Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales –
PIDESC– y art. 1º, ley nacional 23.311).

2. Adoptar todas las medidas apropiadas para eliminar la


discriminación contra la mujer en la esfera de la atención
médica a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre
hombres y mujeres, el acceso a servicios de atención
médica, inclusive los que se refieren a la planificación de
la familia (art. 12, Convención sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y art.
1º, ley nacional 23.179).

3. Respetar y garantizar el derecho de todx niñx a un nivel de


vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual,
moral y social (art. 27, Convención sobre los Derechos del
Niño y ley nacional 23.849).

4. Respetar y garantizar el derecho de todas las personas


con discapacidad a escoger dónde, cómo y con quién vivir,
así como el número de hijos que quieren tener y el tiempo
que debe transcurrir entre un nacimiento y otro.

5. Respetar y garantizar el derecho de todas las personas


con discapacidad a acceder en condiciones de igualdad a
una atención de salud de la misma calidad y a los mismos
servicios de salud que los demás, adoptando todas las
medidas apropiadas para velar porque las personas con
discapacidad tengan acceso a servicios de Salud que
tengan en cuenta las cuestiones de género, incluida la
rehabilitación relacionada con la salud, garantizando que
la atención de la salud se preste sobre la base de
un consentimiento libre e informado (art. 25, Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y
art. 1º, ley nacional 26.378).
Sobre el piso de este reconocimiento, el Estado argentino
adoptó en 1994 el Programa de Acción de la Conferencia
Internacional sobre la Población y el Desarrollo (ciudad de El
Cairo, 1994), comprometiéndose a:

1. Asegurar el acceso a información amplia y fáctica y a una


gama completa de servicios de salud reproductiva,
incluida la planificación de la familia, que sean accesibles,
asequibles y aceptables para todos los usuarios.

2. Propiciar y apoyar decisiones responsables y voluntarias


sobre la procreación y sobre métodos libremente elegidos
de planificación de la familia, así como sobre otros
métodos que puedan elegirse para la regulación de la
fecundidad que no estén legalmente prohibidos, y asegurar
el acceso a la información, la educación y los medios
necesarios.

3. Atender a las necesidades cambiantes en materia de salud


reproductiva durante todo el ciclo vital, de un modo que
respete la diversidad de circunstancias de las
comunidades locales.

Luego, en 2013, reafirmando que los derechos sexuales y los


derechos reproductivos son parte integral de los derechos
humanos y su ejercicio es esencial para el goce de otros
derechos fundamentales y para alcanzar las metas
internacionales de desarrollo y de eliminación de la pobreza,
Argentina adoptó el Consenso de Montevideo para dar
seguimiento al Programa de Acción de El Cairo después de
2014, reafirmando su compromiso en promover, proteger y
garantizar la salud y los derechos sexuales y los derechos
reproductivos para contribuir a la plena realización de las
personas y a la justicia social en una sociedad libre de toda
forma de discriminación y violencia, comprometiéndose, entre
otras, cosas a adoptar medidas en pos de:

1. Garantizar el acceso universal a servicios de salud sexual


y salud reproductiva de calidad, tomando en consideración
las necesidades específicas de hombres y mujeres,
adolescentes y jóvenes, personas LGBT (lesbianas, gays,
bisexuales, trans), personas mayores y personas con
discapacidad, prestando particular atención a personas en
condición de vulnerabilidad y personas que viven en zonas
rurales y remotas y promoviendo la participación
ciudadana en el seguimiento de los compromisos.

2. Eliminar las causas prevenibles de morbilidad y mortalidad


materna, incorporando en el conjunto de prestaciones
integrales de los servicios de salud sexual y salud
reproductiva medidas para prevenir y evitar el aborto
inseguro, que incluyan la educación en salud sexual y
salud reproductiva, el acceso a métodos anticonceptivos
modernos y eficaces y el asesoramiento y atención
integral frente al embarazo no deseado y no aceptado y,
asimismo, la atención integral después del aborto, cuando
se requiera, sobre la base de la estrategia de reducción de
riesgo y daños.

3. Garantizar una dotación suficiente de recursos


financieros, humanos y tecnológicos para brindar un
acceso universal a la salud sexual y la salud reproductiva
de todos y todas, incluidos los hombres, las mujeres, los y
las adolescentes, los adultos mayores y las personas con
discapacidad, sin discriminación alguna.

4. Garantizar el acceso efectivo a una amplia gama de


métodos anticonceptivos modernos, basados en evidencia
científica con pertinencia cultural, incluyendo la
anticoncepción oral de emergencia.

En consonancia con todo lo anterior, se define a la atención de


la salud sexual y reproductiva como el conjunto de métodos,
técnicas y servicios que contribuyen a la salud y al bienestar al
evitar y resolver los problemas relacionados con la salud
reproductiva. Incluye también la salud sexual, cuyo objetivo es
el desarrollo de la vida y de las relaciones personales y no
meramente el asesoramiento y la atención en materia de
reproducción y de enfermedades de transmisión sexual.

En materia de legislación local, el derecho a la salud y con él el


derecho a la salud sexual y el derecho a la salud reproductiva,
fue incorporado explícitamente en la legislación de fondo
nacional, esto es, el Código Civil y Comercial de la Nación,
definiéndolos como actos de cuidado del propio cuerpo.

La apertura de la temática de la salud sexual y salud


reproductiva como campo temático dentro del DELS
(Diccionario Enciclopédico de la Legislación Sanitaria) apunta a
brindar un marco conceptual de las principales líneas de
intervención, procesos y acciones que desarrolla el Programa
Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable del
Ministerio de Salud de la Nación (MSN) para el logro de su
propósito y objetivos, en el marco de la plena aplicación de
la ley 25.673.

Los contenidos seleccionados para la conformación de los


artículos autorales del DELS no agotan la temática, sino que
son una invitación a seguir profundizándola, desde distintas
perspectivas y dimensiones y a la luz de los avances en la
materia. El recorrido aquí propuesto apunta a la visualización de
la salud sexual y la salud reproductiva como un campo complejo
de múltiples atravesamientos (sociales, políticos, ideológicos)
que lo configuran como un campo de lucha y de poder de los
diversos actores sociales por el ejercicio efectivo de estos
derechos.

Los artículos aquí presentados implican recuperar la historia del


Programa, las distintas etapas por las que ha atravesado y sus
avances y nuevos desafíos, en el marco del rol indelegable del
Estado como garante del derecho a la salud.

¿Qué es la Salud Sexual y Reproductiva?

La Salud Sexual esta orientada a un completo bienestar físico, mental y


social, y no solamente a la ausencia de enfermedades de transmisión
sexual, según la definición de la Organización Mundial de la
Salud (OMS). Asimismo indica que el goce del grado máximo de salud
que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser
humano sin distinción de raza, religión, ideología política o condición
económica o social. Por ello la salud es un derecho fundamental, y como
tal es una dimensión obligada en la conceptualización/medición del
bienestar y de la calidad de vida de la población. Además de ser un
requisito para un desarrollo económico y social.
En tanto la salud reproductiva se define como la capacidad que tiene el
individuo y las parejas de disfrutar una vida sexual y reproductiva
satisfactoria y sin riesgos, teniendo la libertad de decidir tener o no una
relación sexual, cuando y con qué frecuencia.

Este es un derecho que tienen tanto el hombre como la mujer, para


obtener información sobre las enfermedades de transmisión sexual,
planificar su familia, utilizar otros métodos para la regulación de la
fecundidad que no estén legalmente prohibidos, acceso a métodos
seguros, eficaces, asequibles y aceptables, recibir servicios adecuados
de atención de la salud que permitan los embarazos y los partos sin
riesgos y den a las parejas las máximas posibilidades de tener hijos
sanos.

¿Por qué es importante la Salud Sexual y Reproductiva?

Es importante porque una salud sexual y reproductiva, trae consigo un


bienestar integral del individuo y de todo lo que lo rodea. Por ello es
primordial que usted conozca todas las posibilidades y riesgos que tiene,
para que pueda ejercer libremente su sexualidad de una manera más
responsable, saludable y satisfactoria.
¿Qué es la educación sexual?
La educación sexual hace referencia al conjunto de actividades relacionadas con la
enseñanza, difusión y divulgación acerca de la sexualidad en todas las edades del
desarrollo, el aparato reproductor femenino y masculino, la orientación sexual, las
relaciones sexuales, la planificación familiar, el empleo correcto de los métodos
anticonceptivos, el sexo seguro, la reproducción, los derechos sexuales y
reproductivos, los estudios de género y otros aspectos de la sexualidad, con el objetivo
de alcanzar un estado específico de salud sexual y reproductiva.

Beneficios de la educación sexual

 Una buena educación sexual provoca que se mantengan relaciones sexuales


responsables.
 Aprendes a conocer mejor tu cuerpo y acabas con prejuicios.
 Elimina roles de género preconcebidos en niños/as, para que tengan derecho a decidir
sobre su sexualidad.
 Tener una buena educación implica una solución contra la violencia por razones de
género.
 Te da seguridad en ti mismo, terminando con el miedo a un embarazo no deseado o al
contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Una buena salud sexual y reproductiva es un estado general de


bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados
con el sistema reproductivo. Entraña la capacidad de disfrutar de una
vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para
decidir hacerlo o no, cuándo y con qué frecuencia.

Para mantener la salud sexual y reproductiva, las personas necesitan


tener acceso a información veraz y a un método anticonceptivo de su
elección que sea seguro, eficaz, asequible y aceptable. Deben estar
informadas y empoderadas para autoprotegerse de las infecciones de
transmisión sexual. Y cuando decidan tener hijos, las mujeres deben
poder recibir atención de profesionales sanitarios expertos y deben
disponer de acceso a servicios que las ayuden a tener un embarazo
adecuado, un parto sin riesgo y un bebé sano.

La salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y


social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque
positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones
sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias
sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción,
discriminación y violencia (OMS).

La salud reproductiva implica la posibilidad de tener una


sexualidad satisfactoria y segura, así como la libertad de tener
hijos si y cuando se desea. Esta concepción de la salud
reproductiva supone el derecho de las personas a elegir
métodos anticonceptivos seguros, eficaces, asequibles y
aceptables, y de tener acceso a servicios de salud apropiados
que permitan los embarazos y los partos sin riesgos y den a
las personas las máximas posibilidades de tener hijos sanos.

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