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¿Qué pueden hacer las artes en general, y las artes visuales en particular, para
aumentar la calidad de vid-a individual y social? ;Qué aportaciones puede.hacer
el arte al inundo en el que viven los hombres?
Quizás una de las aportaciones más importantes que puedan hacer las artes
en una sociedad en la cual el trabajo es fragimentario y ha devenido una rutina
habitual, es su capacidad de vitalizar !a vida atrayendo la atención hacia la cali-
dad cle una experiencia como ésa. Si el arte es algo, es tina calidad de vida que
se disfruta por si misma. En un orden social que tiende a incentivar el que las
personas traten los objetos v a las demás personas como instrumentos, las artes
llaman la atención sobre los aspectos no instrumentales de la vicia. I.a obra de
arte visual es una forma a explorar visualmente, los ritmos de 1-a obra, su forma,
su contorno, su color hacen que se avance por un camino cualitativo. La expe-
riencia estética es un procesó que emerge del propio arte. A diferencia de tan-
tos otros tipos de actividades humanas, la experiencia que constituye el arte no
empieza cuando ha acabado la indagación; no es algo que se encuentra al final
de un ti ayecto. es parte de propio u-avecto. A, una importante aportación de
las artes a la sociedad contemporánea cs la de servir tan«) cómo experiencia
como de recordatorio de que no se debe considevar que la vida sea una serie de
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EDUCAR
LA VISIÓN ARTÍSTICA
medios para alánzar un fin deseado. El arte nos recuerda que el acto de obser-
var intensamente, de abrir la sensibilidad al entorno produce una recompensa
cualitativa en el proceso de vivir.
En una época en que nunca había sido mayor la necesidad de personas sen-
sibles, resulta paradójico que se preste tan poca atención al desarrollo de la sen-
sibilidad en las escuelas. Pero se podría especular que, en la medida en que los
hombres están encallecidos entre sí y frente al entorno en el que viven, la pro-
babilidad de aumentar la calidad de vida es sin duda pequeña. Sería una exa-
geración decir que basta con la educación en las artes; sin embargo, sin ella, las
perspectivas parecen desoladoras.
En qué medida las artes desarrollan la sensibilidad humana, lo que he llama-
do inteligencia cualitativa, puede comprenderse mejor si se aprecian las exigen-
cias que plantea trabajar en las artes. Si tomarnos en serio el hecho de que los ti-
pos de experiencia que tienen los hombres afectan a su forma de funcionar,
entonces no resultará sorprendente que quienes pasan una importante parte de
sus vidas tratando con la perfección, la selección y la organización de cualidades
deban desarrollar una sensibilidad hacia ellas. De forma similar, no cabe esperar
que quienes han aprendido en la escuela a no darles importancia y, por lo tanto,
no pueden tener esta experiencia puedan desarrollar sensibilidades refinadas
hacia los fenómenos a que raramente se enfrentan. Lo que estoy afirmando es
que el trabajo en las artes plantea exigencias especiales a quien lo realiza. Estas
exigencias, los resultados que producen, son las que perfeccionan los aspectos
imaginativos y sensibles de la conciencia humana. La obra de arte rehace a quien
la hace. Cuando la sociedad desestima o asigna un lugar periférico a estas obras,
las capacidades que engendran vida tienden a marchitarse o a malograrse.
La importancia de esta idea consiste quizás en observar con mayor claridad
las consecuencias de la elección vocacional. Si el trabajo que realizan los hom-
bres desarrolla o impide que se desarrollen ciertas cualidades mentales, enton-
ces la consecuencia de la elección vocacional no es meramente la de decidir
cómo ganarse la vida; se trata de decidir qué tipo de vida se va a vivir. Si el tra-
bajo de vendedor alimenta ciertas habilidades, es evidente que también descui-
da otras. Cuando un orden social premia de diferente manera las distintas vo-
caciones, les asigna implícita si no explícitamente valores. Las escuelas que dan
importancia y por lo tanto valor a los campos denominados cognitivos en detri-
mento de las artes probablemente no desarrollarán en el joven la capacidad
para desarrollar un orden social que pueda responder a las dimensiones sutiles
de la vida cualitativa. Si nuestras fábricas y nuestras ciudades cambiaran su ca-
rácter a partir de la mecánica humana, si se convirtieran en lugares en los que
Ja experiencia cualitativa se valorase tanto como nosotros la valoramos ahora,
las artes podrían no requerir la presencia que tienen en la actualidad en las es-
cuelas. Si la propia cultura honrase las artes, podría descuidarse su función en
la enseñanza formal. No cabe duda de que, en la actualidad, éste no es el caso.
Eisner, Elliot W, "Contextos para la evaluación"
en Educar la visión artística, España, Paidós,
1995, pp. 192-196.
Las discusiones sobre la puntuación llevan de forma inevitable a considerar los Contextos para la evaluación
criterios que deben utilizarse para valorar el trabajo de los estudiantes_ Existen
tres contextos principales dentro de los cuales pueden hacerse estas valoracio-
nes: el estudiante con respecto a si mismo, el estudiante con respecto a la clase
y el estudiante con respecto al criterio.
Las valoraciones realizadas dentro del primer contexto —el del estudiante
con respecto a sí mismo— están orientadas a descubrir en qué medida las com-
petencias del 'estudiante, su sensibilidad y conocimiento han crecido con res-
pecto a un momento anterior. Por ejemplo, al inicio de un semestre o cle un
año, un profesor podría observar sistemáticamente en qué punto se encuentra
cada uno de sus estudiantes respecto a su trabajo en arte. Avanzado ese semes-
tre o año, podría animar a que los estudiantes compararan, pongamos por caso,
la calidad de su último trabajo con el que realizaron anteriormente. Este tipo de
análisis y de comparación probablemente pondría de manifiesto que existe una
enorme diferencia en la proporción del aprendizaje de los distintos estudian-
tes_ Algunos estudiantes podrían haber avanzado muy poco y otros podrían ha-
ber avanzado muchísimo. En cualquier caso, el criterio en este tipo de evalua-
ción debería desarrollarse de Forma individual para cada estudiante. Una vez
desarrollados estos criterios: se trataría el problen la de aplicación utilizando los
trabajos individuales del estudiante como datos a comparar_ Para poder utilizar
este tipo de evaluación es preciso que los estudiantes o los proftsores_conseryen
los trabajos de los estudiantes o algún intOrme de los mismos. Es relativamente
frecuente que los estudiantes no sean en I calidad conscientes de los progresos
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CRECIMIENTO INFANTIL
EN ARTE:
¿SE PUEDE EVALUAR?
Cada profesor empieza un nuevo término (o curso) con la esperanza de que un tercio de
sus estudiantes aprenda adecuadamente lo que va a enseñar. Espera que un tercio de sus es-
tudiantes no lo consigan o simplemente ,, logren pasar». Finalmente, espera que otro tercio
de sus estudiantes aprendan una buena parte de lo que tiene que enseñar, pero no suficien-
te para que pueda considerárseles «buenos estudiantes». Esta serie de expectativas, apoyadas
por las políticas y prácticas escolares de puntuación, se transmiten a los estudiantes mediante
los procedimientos de puntuación y los métodos y materiales de enseñanza. El sistema crea
una profecía que se autorrefuerza, de modo que la clasificación final de los estudiantes a tra-
vés del proceso de puntuación es aproximadamente equivalente a las expectativas originarias.
Esta serie de expectativas, que determina los objetivos académicos de profesores y es-
tudiantes, es el aspecto más devastador y destructivo del actual sistema educativo. Redu-
ce las aspiraciones tanto de los profesores como de los estudiantes; reduce en los estu-
diantes la motivación por aprender y destruye sistemáticamente el ego y el autoconcepto
de un considerable grupo de estudiantes a los que se les pide legalmente que asistan a la
escuela durante 10 o 12 años, en condiciones que son frustrantes y humillantes año tras
año. El coste de este sistema en cuanto a reducción de oportunidades de futuro apren-
dizaje y al alejamiento de los jóvenes tanto de la escuela como de la sociedad es tan gran-
de que taitwuna sociedad puede tolerarlo durante mucho tiempo
programa de esl:udio tiene objetivos educativos, no hay razón para que los estu-
diantes no sepan cuáles son, ni para que, además, se les permita demostrar la
competencia al respecto de esos objetivos cuando sientan que son capaces de
ello. Con este tipo de política, podría darse la situación de que una importante
proporción de estudiantes alcanzaría los objetivos del curso en sólo una parte
del tiempo que se dedica a todo un grupo de estudiantes. Podríamos observar,
sin embargo, que algunos estudiaates_reque-r-i-rían_cianziderablemente más tiem-
po deLque se les ofrece. En cualquier caso, el punto centia.Let-deedesarpollare
competencias previamente especificadas, pasaría a_ ser .el criterio ,con-el que se
valorarían las capacidades
.• de los estudiantes.
Como he indicado en el capítulo 6, la utilización de objetivos educativos sólo
es adecuada para una parte de los problemas de planificación y evaluación del
currículum. Muchos de los resultado_s_más-vallaso,&_deela_e_ducación_ del _unte n o_
-
pueden formularse de antemano en forma de objetivos educativos. Para incen-
tivar estos resultados, lo adecuado es recurrir a objetivos expresivos. La evalua-
ción se produce no aplicando criterios previamente especificados con los cuales
se compara el trabajo o conducta del estudiante, sino_ intentando descubrir cua-
lidades valiosas en el trabajo o conducta en el momento en que éstas aparecen.
Una cosa es preguntar: «¿ha aprendido el estudiante lo que (él o yo) preten-
día?». Otra distinta es preguntar: «¿qué ha aprendido el estudiante?».
En el._ área teórica de la evaluación hay dos términos que se aplican a los con-
textos de evaluación-7" - ----
,sTIMian r--. _a. • testud iante-criterió. Al primero se le deno-
mina «evaluación de no_rynas. referenciadas»Tr-- al segundo «evaluación de criterios
referencia-dos». El ejemplo más habitual de evaluación de normas referenciada.s
puede hallarse en la utilización de tests de inteligencia. Las puntuaciones del test
de inteligencia, por ejemplo, se determinan comparando la posición del niño en
un conjunto de ítems del test con los del grupo de su misma edad. Los tests de lo-
gros estandarizados funcionan atendiendo a este mismo principio.
En el aprendizaje de nadar se hallan ejemplos de evaluación de criterios re-
ferenciados. El estudiante debe ser capaz de nadar un determinado número de
largos de una piscina antes de pasar a la zona más profunda. En la educación,
cada vez se utilizan con mayor frecuencia exámenes y evaluaciones con criterios
referenciados para determinar qué aspecto del programa se ofrecerá a conti-
nuación a los estudiantes.
Es importante observar que el rnodo. de procedimiento de evaluación que se
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emplea está implícitamente reracionacTo con el concepto de educación que se
poseeeSi se consicl . Ia educación es un proceso de descubrimiento tanto
para el estudiante corno para el profesor y que la planificación del currículum
se debe hacer sobre el te:Teno, lo que domina es la utilización de procedimicii-
to:s . de evaluación po.51 pido. Como se anticipan muy pocas especificaciones en
cuanto a resultados cs p.,e0 posible c!ins se utilicen evaluaciones de criterios re
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LA VISIÓN ARTÍSTICA
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