Las artes han sido, y continúan siendo, los lenguajes con los cuales se escriben la historia de las
costumbres, los sueños y las utopías, los amores y los desamores, los éxitos y los fracasos; pero,
ante todo la génesis de la conciencia, el gusto por la armonía, las proporciones y la habilidad de
crear, propiciar y disfrutar lo estético.
Resulta exigente hablar de lineamientos curriculares para un área en la cual las líneas, los colores,
las texturas, las luces definidas y fuertes son tan importantes como las fronteras difusas, los tonos
pastel y los juegos de sombras.
El documento que presentamos producirá el efecto deseado si genera interrogantes acerca de las
comprensiones sobre arte que hay en cada comunidad educativa y sobre el papel que juega en
la formación integral; si en su análisis encuentran las comunidades una invitación a buscar
nuevas metodologías que posibiliten el crecimiento pleno del artista y del ciudadano que hay en
cada estudiante y, si es asumido como una propuesta que busca que la educación contribuya a
comunicarnos y a llevar a la práctica los inmensos deseos que tenemos de generar un ambiente
en el cual los asuntos vitales se traten con el rigor de las ciencias y la ayuda de la tecnología pero
en un contexto de comprensión, solidaridad y valoración mutua.
enseñar a pensar es el de preparar a los alumnos para que, en el futuro, puedan resolver
problemas con eficacia, tomar decisiones bien meditadas y disfrutar de toda una vida de
aprendizaje
De hecho, las artes sirven de punto de encuentro, integrador de la historia, las
matemáticas y las ciencias naturales, as í podemos pensar en cualquier pintura como
testimonio de un período histórico, o una escultura de Calder como analogía visual de
ecuaciones algebraicas.
La educación en las artes perfecciona las competencias claves del desarrollo cognitivo como
son:
1. Percepción de relaciones. El arte enseña al alumno a reconocer que nada "se tiene" solo.
Todos los procesos del trabajo artístico se explican por la interacción que hace el ser
humano, con elementos y formas (en música, sonidos y palabras, por ejemplo). En este
proceso donde el desarrollo de lenguajes, expectativas y hábitos permite la fundamentación
de valores como el respeto, la solidaridad, el compartir, la convivencia pacífica a partir de la
valoración de las diferencias que lleva a una resignificación de la identidad regional y
nacional. Piénsese en el ejecutivo que debe aprender a pensar de manera sistémica.
2. Atención al detalle. Diferencias pequeñas pueden tener grandes efectos. Hay una gran
cantidad de razonamiento visual en el proceso de tomar decisiones sobre color y forma para
hacer de una pintura una obra satisfactoria. Hay también al escribir muchas minucias en
cuanto al uso de formas literarias, metáforas, alusiones, etc. Todos estos son modos
sofisticados del pensamiento. Es en la obra de arte donde se hace posible una luna roja,
iluminando el camino, un perro azul convirtiéndose en príncipe, o donde un mapalé
transforma espiritualmente la voluptuosidad erótica de un cuerpo.
3. Promoción de la idea de que los problemas pueden tener muchas soluciones y las
preguntas muchas respuestas. En los negocios, por ejemplo, es más deseable tener varias
respuestas que una sola, así como aprender a priorizar. Es as í como podremos tener la
posibilidad de que los elefantes vuelen, los tigres caminen en 2 patas, hablen y trabajen en
venta de seguros posibilidades nunca antes imaginadas.
4. Desarrollo de la habilidad para cambiar la direccionalidad cuando aún se está en proceso.
El aprendizaje de las artes enseña que una meta o fin pueden cambiar en el proceso, los
fines a veces se desprenden del proceso y éste a veces se deriva del fin. Este tipo de
interacción se simplifica mucho en la escuela, en donde casi siempre el fin o la meta son
invariables. La vida real muestra lo artificial de este proceso aprendido (¿o no aprendido?)
en la escuela. El esculpir una piedra en búsqueda de una figura hermosa, puede darnos
como resultado un hermoso corcel, o lo que es más común, tallar una madera para elaborar
un santo y obtener finalmente el más hermoso de los molinillos.
5. Desarrollo de la habilidad para tomar decisiones en ausencia de reglas. Por ejemplo,
decidir cuándo el trabajo se terminó. En ausencia de reglas fijas es importante el desarrollo
del juicio personal que nos permita decidir cuándo estamos satisfechos por un trabajo bien
realizado. Además, lo llena de razones para demostrar y explicar su obra, así el arte
abstracto tiene su justificación en el mundo de los sentidos. Al propósito inicial de cada
tarea se le unen la inventiva, la creatividad, el razonamiento y la sana competitividad que lo
llevan a los mejores resultados.
6. Imaginación como fuente de contenido, la habilidad para visualizar situaciones y predecir
lo que resultaría de acuerdo con una serie de acciones planeadas. El cultivo de la
imaginación no es una de las preocupaciones de los currículos escolares, siendo uno de
nuestros más preciosos recursos humanos. Las múltiples posibilidades que el proceso
artístico ofrece al alumno, le permiten el adentrarse en la búsqueda constante, en la
investigación permanente de nuevas formas, expresiones, elementos, conceptos, principio
éste que puede trasladarse a cualquiera de los procesos científicos, como el principio de la
rebotica desarrollado en el cine.
7. Habilidad para desenvolverse dentro de las limitaciones de un contexto. Ayudar al alumno
a ver los límites, desarrolla las destrezas para inventar formas de explotar restricciones de
manera productiva. Es ahí donde el mundo del reciclaje tiene su mayor utilización y belleza,
ejemplo la chatarra aplicada a hermosas esculturas.
8. Habilidad para percibir y enfocar el mundo desde un punto de vista ético y estético. Ver
el mundo real de la ingeniería desde un punto de vista del diseño nos lo releva como algo
más fresco. Permite que la valoración estética de la naturaleza evite destrozar o malograr
su paisaje, que sea imprescindible el susurro de una paloma para que conservando nuestra
capacidad de asombro no necesitemos el sórdido estruendo de una bala que matando el
ave aniquile del hombre sus sueños de grandeza.
Los buenos profesores de arte ayudan a los alumnos a desarrollar estas habilidades de
pensamiento a través de los problemas que les plantean, del discurso que promueve el
pensamiento estético, del ejemplo que enseña principios éticos, la autoevaluación del trabajo
y, finalmente, mediante la interacción que tiene lugar en el salón de clase. Las artes promueven
a su vez la idea de que la gran misión de la escuela no es solamente enseñarle al alumno a
ganarse la vida, sino a vivirla plenamente.
Reconocer lo artístico tanto en su condición objetiva en cuanto arte y más concretamente como
obra de arte, ha requerido de procesos de largo aliento para la construcción de categorías,
entendidas como organizadores del pensamiento o como conceptos sobre cualidades que
permiten la clasificación de objetos o de sus representaciones, tales como lo armónico, lo bello,
la naturaleza de lo bello identificable como arte. Qué no decir de lo subjetivo y de lo que ha
significado reconocer el artista como sujeto en cuanto productor de una obra de arte y por esto
mismo creador de arte.
Aún más allá, pensemos en lo que ha significado establecer una teoría y una practica que
determinen la manera de formar al ser humano como artista o que integren el arte en sus
diversas manifestaciones, expresiones y comprensiones a la realidad educativa para hacer
posible que, como actividad intencionalmente dirigida a la formación de seres humanos,
pedagógico sus propios componentes y los proyecte en el desarrollo de la cultura como un
elemento central de la búsqueda de la planificación de lo humano.
El tema se hace más complejo si nos centramos en entender y aplicar la perspectiva del arte y
de lo artístico a la educación, en cuanto practica social encargada de formar al ciudadano, en un
contexto y para una realidad compleja en proceso de evolución permanente hacia nuevas
posibilidades de ser.
Iniciemos esta reflexión tomando como base el desarrollo del pensamiento sobre el arte y la
manera como éste incursionó en el mundo educativo, desde un proceso didáctico que pretende
más que agotar el tema, abrir camino a una reflexión que debemos continuar realizando en cada
una de nuestras instituciones educativas, para poder lograr estructurar síntesis cada vez más
propias del mundo pedagógico, que nos permitan actuar con claridad en esta materia y
explicitar las implicaciones del arte en la formación de los niños, las niñas y los jóvenes de
Colombia.
Entre los aspectos menos discutidos y trabajados desde el punto de vista conceptual y pr áctico
en el sector educativo están el arte y sus implicaciones en la construcción de lo pedagógico. Sin
embargo el arte ha estado presente de hecho, de manera concreta o por analogía en el
desarrollo del pensamiento educativo. Recordemos que tanto la recuperación de lo artístico
cultural como la misma crítica de arte son elementos muy novedosos dentro de la cultura
colombiana.
Siguiendo la tradición filosófica se llegó a precisar que el arte tenía por objeto lo bello y lo
natural y se llegó a establecer que el conocimiento de lo bello y lo natural en cuanto bello era
susceptible de una inteligencia sistematizable a la cual se le denominó ESTETICA.
¿POR QUÉ SE ELIMINÓ LO NATURAL DEL CAMPO DE LA REFLEXIÓN DE LA ESTÉTICA?
La opción fue eminentemente arbitraria, tan arbitraria como la opción que tienen las ciencias
de marcar sus propios territorios. Según Hegel (1770-1831) "Ciertamente en la vida cotidiana
acostumbramos a utilizar expresiones como color bello, cielo hermoso, bellos arroyos, bellas
flores, animales bellos, y sobre todo hombres bellos. No queremos entrar aquí en la disputa de
si puede atribuirse con razón a tales objetos la cualidad de la belleza situando en consecuencia
lo bello natural junto a lo bello artístico. Se afirma de entrada que lo bello artístico es superior
a lo bello natural. En efecto lo bello del arte es la belleza nacida y renacida del espíritu".
De esta manera queda claro que el .arte es una actividad del espíritu con sus reglas y finalidades.
El arte tiene como finalidad hacer conscientes los intereses supremos del espíritu y de aquí se
deduce según Hegel que "el arte bello no puede divagar en una salvaje fantasía sin fondo ya que
los mencionados intereses espirituales la someten a determinados puntos de apoyo firmes para
su contenido aunque sus formas y configuraciones sean muy variadas e inagotables. Otro tanto
debe decirse de las formas mismas, tampoco ellas están entregadas a la mera casualidad. No
toda forma es capaz de ser expresión y representación de dichos intereses, de recibirlos en si y
de reproducirlos, sino que un contenido concreto determina también la forma adecuada a él",
por ejemplo la música posee su propia instrumentalidad y su propia manera de interpretarse.
La segunda aproximación hace referencia a la finalidad que el arte tiene con la tarea de llevar a
nuestros sentidos, a nuestra sensación y a nuestro entusiasmo todo lo que tiene cabida en el
espíritu del hombre. Entonces debe vivificar y despertar los dormidos sentimientos,
inclinaciones y pasiones de todo tipo, llenar el pensamiento y hacer que el hombre en forma
desplegada o replegada, sienta todo aquello que el ánimo humano pueda experimentar,
soportar y producir en lo más íntimo y secreto. Que sienta todo aquello que pueda mover y
excitar el corazón humano en su profundidad y en sus múltiples posibilidades y todo lo que de
esencial y elevado tiene el espíritu.
Igualmente, desde este punto de vista, el arte ha de hacer comprensible la desdicha y la miseria,
el mal y el delito. Tiene que enseñar a conocer en lo más íntimo todo lo detestable y terrible, as
í como todo agrado y felicidad y debe hacer que la imaginación se regale en la fascinación
seductora de las deliciosas intuiciones y percepciones sensibles. Debe potenciar una verdadera
catarsis que permita la vivencia sentida de la experiencia de liberación y el percibir de manera
efectiva lo imaginable como posible lugar de la libertad. Desde aquí todo el arte denuncia en
sus diferentes manifestaciones pictóricas escultóricas y literarias. En este último sentido
escuelas como el romanticismo o las escuelas críticas, en las cuales se inscribió, nos sirven para
aclarar la expresión denunciante del arte. La libertad restringida para las relaciones de pareja
en la época romántica hace que el arte exalte a expresiones sublimadas las más intensas
expresiones del amor vivido como tragedia humana.
Una tercera aproximación hace referencia a la finalidad que el arte tiene de adornar y llevar
ante la intuición y sensación toda materia posible, a la manera como el raciocinio debe elaborar
todos los posibles objetos y formas de acción llenándolos de razones y justificaciones. El arte
debe expresarse realizando la contradicción entre los sentimientos y las pasiones de modo que
nos lleve a danzar en forma desestabilizada, sin reglas y sin límites o por la vía de la razón nos
lleve al escepticismo. La escuela nadaista en la literatura o la abstracción pictórica en el dibujo
geométrico o difuminado nos muestran posibilidades en este sentido.
Una cuarta aproximación establece que la finalidad del arte es instruir y formar tas pasiones;
por tanto lo peculiar del arte consiste en el movimiento de los sentimientos y en la satisfacción
inherente a ese movimiento, en una complacencia por las obras de arte, placer y recreación,
por su representación y efecto. De otro lado, este movimiento apunta a un fin superior en la
instrucción, por cuanto el arte comporta como la fábula, la enseñanza de una verdad suprema
y en este sentido el fin supremo del arte es el perfeccionamiento moral. Los pórticos de las
catedrales del medioevo y las pinturas y frescos del arte religioso nos inspiran en este sentido.
Existen por lo menos dos formas de trabajar la belleza y el arte desde la perspectiva del
conocimiento:
como historia del arte y como conceptualización abstracta de la belleza. Desde el punto de vista
de la historia del arte, la ciencia trata de llegar a las obras existentes, las ordena en la historia,
hace consideraciones sobre ellas y formula teorías para su enjuiciamiento.
Este enfoque que toma como punto de partida lo empírico, es el camino necesario para aquellos
que se quieren formar como críticos de arte y para aquellos que deseen poseer un conocimiento
suficiente sobre los desarrollos en esta materia por razones de su necesidad de comprensión
del fenómeno humano. Pero si estos conocimientos quieren reconocerse como erudición debe
ser amplios y variados.
El surgimiento de la computadora nos permite percibir tal vez uno de los momentos cumbres
en esta discusión entre el hombre y la máquina. Si de algo sirve revisar el estatus del arte por
computadora no es tanto para aceptar o rechazar que un programa de los ya creados para
estudiar el diseño artístico se pueda convertir por sí mismo en artista. Es más bien, para
plantearnos el tema de las relaciones entre los deseos insatisfechos de los humanos ante la
aparente incapacidad creadora de las máquinas y ante el reto de ser ellas portadoras de la
posibilidad de una expresión auténticamente singular y bella. En este terreno las diferencias de
opinión son enormes y crean grupos y sectores de discrepancias muy notables y muy razonadas
entre los artistas y entre las diferentes comunidades culturales.
La computadora facilita la fusión de todas las formas artísticas porque toda la información, como
afirma Alejandro Piscitelli en su libro Ciberculturas en la era de las máquinas inteligentes, puede
ser contenida bajo un sustrato único. La multiperspectiva de la información digitalizada va
mucho más allá de la metáfora del banco de imágenes fotogr áficas. La computadora opera
como la propia memoria humana con la cual luchamos para revivir una versión del pasado a fin
de proveer de un contexto y una perspectiva histórica los mensajes recibidos a partir de la
experiencia vital.
La relación alumno-maestro, es semejante tanto para formar artistas, como para formar seres
humanos. En ambos casos la materia prima son los seres humanos. Pero sí existe una gran
diferencia si esta relación está abonada en el campo de la academia (la formación artística) o de
la escuela (la educación integral) Es claro que el objetivo de la academia es el de formar
profesionalmente a sus alumnos; los maestros manejan un discurso más instruccional y pondrán
el énfasis en el manejo de las técnicas y en los lenguajes propios de cada disciplina. Tal el caso
de la música, la plástica, el teatro, la danza, los audiovisuales o la literatura, pero también y
como recomendación, cualquier forma posible de expresión a través del arte. Su objetivo está
centrado en lograr un grado de excelencia en la producción artística de sus discípulos en
determinado campo.
Esto significa que la escuela debe hacer una lectura distinta de lo artístico desde una óptica
pedagógica mediante la cual lo artístico se integra a la cultura local y regional en sus diversas
manifestaciones, la asume como elemento de la formación inicial, la proyecta en contenidos
universales, que se convierten en elementos permanentes de encuentro con lo humano a través
de la dinámica del conocimiento y el reconocimiento por una parte y por otra, a través de la
experiencia didáctica mediante formas libres de creación individual o colectiva de expresión de
la experiencia y la conciencia del conocer y el aprender.
En este sentido la escuela promueve la vocacionalidad por la cultura local y regional pero
igualmente alimenta la comprensión y admiración de lo nacional e internacional. Permite al
sujeto una mirada amplia sobre el arte pero igualmente le permite ubicarse desde sus intereses
en el lugar del arte, permite el reconocimiento del saber instrumental propio de cada disciplina
artística y le permite apropiarse de las habilidades y destrezas que el sujeto siente necesarias
para su expresión artística; esto lo realiza mediante el reconocimiento de los talentos propios
de cada sujeto y de la libertad de expresión en el desarrollo educativo, la formación de las
habilidades, destrezas, técnicas y procedimientos de las disciplinas en si mismas. El espacio de
las consagraciones artísticas seguirá siendo el espacio de la academia no necesariamente el de
la escuela.
La educación artística en la escuela primaria
Para introducir este referente conceptual, pieza clave del debate que se pretende motivar a
partir de estos lineamientos, presentamos el texto elaborado por el maestro Santiago Cárdenas,
reconocido artista de la plástica, y formador de artistas:
"El arte, o cómo ser artista, no es cosa que se pueda enseñar. Tampoco el propósito de la
educación artística en la Educación Básica ha de ser el de formar artistas; aunque la formación
de personas especialmente aptas para las carreras profesionales en las artes puede tener su
inicio en este nivel, en vocaciones que se revelan muy tempranamente. No es el propósito de
estos Lineamientos profundizar en este campo tan especializado. Los resultados de la enseñanza
artística como tal no se ven siempre en el corto plazo porque esta sensibilidad se desarrolla
durante toda la vida4 ".
La educación artística es muy compleja y debemos preguntarnos para qué es y por qué es
necesario emprender esta tarea si no se pretende formar futuros artistas. Tengamos en cuenta
que tampoco las matemáticas del colegio pretenden que todos se conviertan en futuros sabios
en esta ciencia o en cualquier otra.
A través del arte se puede enseñar a respetar a los demás porque se los valora. El ámbito del
conocimiento y de confianza es la base necesaria para ser respetuoso. En Colombia le faltamos
al respeto a la tradición y a la historia, no se cuida lo que otros han creado, aquello que forma
nuestra identidad nacional. Actuamos sin conciencia histórica y desconfiamos de los demás por
principio. La civilización tiene que establecer confianza para poder llegar a acuerdos y para
poder avanzar socialmente; "ser un vivo" es un valor al que nos referimos positivamente, pero
en general es un concepto devastador y negativo que se sustenta sobre la base de la
desconfianza.
La educación estética
En los programas anteriores el área se llamaba Educación Estética, aunque en realidad estaba
centrada en el desarrollo de habilidades y destrezas a partir de las técnicas y cuerpos de teoría
de las diferentes disciplinas artísticas, fundamentalmente música y artes plásticas.
La Estética se entiende como la ciencia que trata de la belleza de las teorías que expresan las
conceptualizaciones que los pueblos han hecho de ella. En las clases de estética se aprende a
apreciar lo armónico y a entenderlo a partir de las percepciones que nos formamos con ayuda
de los sentidos y de la reflexión.
Cuando no articulamos en los procesos mismos de aprendizaje, los valores del contexto cultural
y la experiencia de los estudiantes, (su memoria de sensaciones, sentimientos, nociones y
conceptos), siempre novedosas para el maestro, con los conocimientos universales que éste
maneja y que posiblemente ignora el alumno6, no solamente estamos haciendo perdurable una
educación sin sentido, sino que además (y es lo más grave en nuestro contexto social)
reproducimos y perpetuamos irreflexivamente, formas ancestrales de ignorar, excluir,
desconfiar y de temer al otro. Esto que ha sido parte de nuestra historia social y de nuestra vida
cotidiana, hace de la educación una práctica autoritaria, que coarta opciones para participar en
la construcción social y que más bien obliga a la disociación y al aislamiento.
Las artes transmiten sentimientos e ideas, por esto mismo "las reglas del juego ya no cubren
solamente los aspectos de la habilidad o de la estética sino tambi én de la ética y de las
relaciones sociales. La meta de una buena enseñanza de arte no puede ser (únicamente) la de
producir un buen pintor-donde la calidad de la pintura se basa en dictámenes del mercado- sino
la de formar un buen generador, selector, organizador y comunicador de información" expuso
el artista educador Luis Camnitzer
La educación artística desempeña una función cultural. El principal aporte que hace la educación
artística en el desarrollo cultural de nuestras comunidades radica en que es una actividad que
propicia un modo de conocimiento particular por el cual se desarrolla la dimensión valorativa
del ser humano. La educación artística se concreta en actividades creativas intersubjetivas, en
las cuales cada uno se enriquece sensible e imaginativamente de manera que aprende a
escucharse y a apreciarse a sí mismo y a los otros, a expresarse y a compartir sensaciones,
sentimientos y visiones del mundo que lo tocan, que nos conmueven.
En esta propuesta se concibe a los estudiantes como sujetos del proceso de construcción del
conocimiento, jóvenes que paulatinamente le encuentran sentido a su existencia vital, disfrutan
de la convivencia madura, confiada y solidaria, se sientan aceptados en su grupo, se
comprometen con gusto con el bienestar de su comunidad siéndole útil; investigan y se
expresan enriqueciendo y valorando el patrimonio cultural local, regional y universal.
Jóvenes que asimilan sensible y racionalmente y comprenden de maneras cada vez más
complejas y ricas la propia experiencia, cualificándola culturalmente, para lo cual:
EDUCACIÓN EN MÚSICA
Los fines que debe perseguir la educación musical son de dos clases muy distintas.
Primero la educación popular. Se fomenta con el estudio progresivo de la música en todos los
grados de la educación pública; el apoyo efectivo del Estado a toda manifestación artística de
carácter genuinamente pedagógica; la difusión del arte a cargo de artistas nacionales o extranjeros,
conjuntos artísticos de sólido renombre; la inteligente utilización de los instrumentos mecánicos y
transmisores del sonido.
Segundo la enseñanza profesional. Se fomenta a través de la organización técnica de las escuelas y
conservatorios de música en los centros urbanos de importancia, la unificación de la enseñanza, el
estímulo del Estado, de las grandes empresas industriales nacionales y extranjeras y aún de los
particulares a los artistas colombianos y la expedición de medidas legislativas que garanticen el
trabajo del músico, protejan la propiedad artística de su obra y le permitan ejercer su profesión sin
recurrir a otros medios, incompatibles muchas veces con su arte, para ganarse la vida.
Debemos sentar las bases de la formación de la sensibilidad en los jardines infantiles y en la escuela
primaria. Es aquí donde debemos crear la emoción musical, formar cierta avidez por la estética,
descubrir las aptitudes de nuestra raza y guiarlas por el camino de la verdad artística. Creo que la
iniciación debe hacerse por el sistema auditivo, que evita al niño los complicados sistemas de la
semiografía musical. Canciones sencillas que no pasen de una octava de carácter absolutamente
recreativo y que posean la virtud de despertar su sensibilidad a la emoción sonora del pasaje que la
circunda, comentando por medio de la belleza los gestos de sus antepasados, las cosas y los objetos
que constituyen su naciente vida de relación.
Los últimos años de enseñanza primaria son propicios a la enseñanza elemental del solfeo y del
dictado musical todavía sin teoría. Por el procedimiento sensorial el niño debe llegar a la percepción
más o menos exacta de las relaciones elementales de altura, duración, intensidad y acentuación del
sonido musical. Por este medio el niño improvisa, adquiere cualidades inventivas. Se comprende
fácilmente que estos ejercicios de composición elemental por el sistema creativo, familiarizan al
niño con el lenguaje del sonido, le hacen accesible la música como expresión directa del
pensamiento, como exteriorización de sus emociones; no obran de igual suerte los estudios
solfísticos, que por interesar las facultades cerebrales de afuera hacia dentro tal vez pueden
influenciar o cuando menos llenar de prejuicios la libre expresión de la sensibilidad. Los más célebres
educadores han preferido las corales infantiles en el desarrollo del arte; quien participa de una masa
coral se confunde con el alma colectiva sin perder su individualidad. El niño, iniciado en la practica
del conjunto vocal, adquiere el sentido de la verdadera democracia, aprende a comportarse
armónicamente con sus vecinos y sobra decir, por experiencia auditiva, que nada hay tan bello como
la armonía que genera el ritmo universal.
Esperamos que nuestra niñez y juventud desarrollen sus criterios de apreciación estética, su
capacidad de apropiarse de elementos técnicos y conceptuales, entiendan mejor la función que ha
cumplido la música en ia historia cultural de su propia región, en el país y en otros pueblos, de modo
que amplíen su horizonte cultural a través de vivencias lúdicas, sensoriales, afectivas y reflexivas.
Esto obliga a definir cuidadosamente un proceso educativo que partiendo de su entorno sonoro
natural proporcione el encauza-miento de los medios y técnicas que lleven al desarrollo de sus
facultades musicales. Se trata de dar los fundamentos de una Educación Musical mediante
experiencias verdaderamente artísticas; de proporcionar un proceso pedag ógico motivante para el
desarrollo graduado y equilibrado de la sensibilidad auditiva, de la imaginación creativa y de las
habilidades expresivas e interpretativas, de manera que el educando goce su proceso educativo en
función del enriquecimiento de su mundo interior.
SUPUESTOS METODOLÓGICOS
Sobre la base de los aciertos y vacíos encontrados en la educación artística en general (en este país)
y específicamente en la educación musical, se considera que una propuesta metodológica
significativa debe tener en cuenta que:
El silencio, la ausencia de movimiento evidente, de sonido: El silencio musical nos lleva a adquirir
la disciplina de callar y escucharse mutuamente antes del principio y después del final. Entre
ruidos, entre sonidos, entre ideas, entre movimientos, entre copla y copia, de verso a verso, en
el contrapunteo, en los rajaleñas...
El timbre
La duración.
La altura
La intensidad
El ritmo
La melodía.
La armonía
La expresión corporal.
La voz.
La grafía musical
Los instrumentos
Los géneros.
Los estilos.
La expresión corporal.
EDUCACIÓN EN DANZA
El movimiento que cada individuo realiza de manera tan particular cuando danza, nos lleva a
evocar su cuerpo como un organismo viviente en el que se suceden juegos misteriosos de
energías vitales. Un organismo que funciona rítmicamente, que tiene el poder de transmitir
mediante símbolos de manera unificada y continua, los más profundos sentimientos y de
presentar imágenes dinámicas expresivas para nuestro goce.
Los maestros debemos estar alerta para mantener vivo el puente entre el ser biológico,
emocional, social y cultural de nuestros estudiantes mediante una educación dancística
rigurosa, procurando ganar espacios en la institución escolar en los cuales niños y niñas
refuercen su identidad personal y cultural, se sorprendan con el propio cuerpo danzante,
sientan el deseo y la voluntad de cuidarse, de actuar sobre la vida de manera auténtica, de
cultivar los vínculos afectivos y los lazos ancestrales que se comunican y expresan a través de la
danza. Esta debe contribuir además a que las comunidades educativas colombianas desarrollen
su sentido de pertenencia cultural en la trama de la interculturalidad que se vive en el mundo
contemporáneo.
El ser humano necesita moverse para entrar en contacto consigo mismo, conocerse, estimarse,
situarse ante los otros, conocer y transformar creativamente el mundo. La fuerza creativa es
esencialmente el impulso motor que abre paso a lo maravilloso en nosotros, movimiento que
se somete cuando la vida afectiva ha sido herida, afectando profundamente la autoestima y la
sensibilidad hacia los demás. La posibilidad de movimiento expresivo se limita con frecuencia
en la escuela y en el hogar debido a formas educativas autoritarias. El movimiento espontáneo
también se frena debido a limitaciones espaciales a las que se ven forzados a veces los niños.
La necesidad de comunicación del ser humano se muestra, entre otras maneras, en el deseo de
relacionarse armónicamente con otras personas compartiendo juegos de movimiento, ritmo y
gestualidad en la danza. Por lo general, en los diferentes contextos culturales colombianos las
personas se sienten inclinadas a la danza, "movidas" por la música o motivadas por un
acentuado gozo de vivir que frecuentemente va unido al baile. En la danza cada uno se expresa
con su propio estilo.
DANZA Y EDUCACIÓN
El cuerpo en movimiento dancístico exige toma de conciencia del propio cuerpo, de su unidad
orgánica, del espacio que ocupa y del tiempo en que se mueve. En la base de esta tarea se
encuentra el desarrollo psicomotriz. Con respecto a la psicomotricidad, nos dice la profesora
Josefa Lora que ésta consiste en el conjunto de experiencias corporales que conducen a la toma
de conciencia de sí mismo en óptima relación con las circunstancias particulares, con el objeto
de incrementar la disponibilidad para actuar con eficacia y seguridad frente a cualquier situación
que le planteen la vida y particularmente, los aprendizajes escolares. Al ejercitar el movimiento
espontáneo del niño esta actividad contribuirá a desarrollar una personalidad libre, crítica y
creadora, que ha de conducirlo con facilidad a su realización plena como ser individual y social.
EL LENGUAJE DE LA DANZA
ELEMENTOS ESPACIALES
El equipo recomienda trabajar con los niños menores de tres años en la estimulación temprana
de su motricidad y en el desarrollo perceptivo de sus movimientos y los de los demás. Esto por
medio de juegos rítmicos y de ubicación espacial y temporal y ejercicios de coordinación ojo-
mano, ojo-pie. Se sugiere trabajar con preescolar en procesos de aprendizaje, lúdicos e
imitativos, con métodos experimentales del movimiento, del sonido, del dibujo, de la expresión
corporal, de la escenografía. Que los contenidos de estudio sean las formas y volúmenes de los
objetos, los gestos, los espacios reales e imaginarios y los diferentes componentes del
movimiento (tensión, relajación, respiración, equilibrio), los cuales se trabajarían en el ejercicio
de música infantil y de juegos rítmicos.
Entre 9 y 14 años de edad. Juegos coreogr áficos con variedad de ritmos, celebraciones religiosas
de mayor complejidad y representaciones de creación colectiva, de las tradiciones populares
propias y de otros pueblos. Se sugiere desarrollar este nivel en dos fases simultáneas: a)
Educación del movimiento, con base en el desarrollo de las condiciones físicas, emocionales y
cognitivas del alumno; en su habilidad para percibir y vivenciar el movimiento, en sus
habilidades motrices, su capacidad corporal expresiva, etc. b) Formas de la danza, como: danza
creativa, formas de danza creadas por los mismos niños, con o sin profesor. Ceremonial relativo
a la celebración de rituales sagrados y de acontecimientos especiales, como el nacimiento, la
construcción de viviendas, ciclos temporales, las enfermedades, el casamiento, la muerte etc.
La danza social o popular hace parte de la vida social, recreativa, sin reglas, espontánea, la que
ven los niños en las reuniones sociales, en las fiestas. Danza teatral, se presenta en espectáculos,
festejos populares, para recrear al público en espacios al aire libre (parques, calles..) o en
centros culturales o como parte de otros eventos artísticos. Danza tradicional heredada; danzas
de la tradición local, incluyen danzas infantiles, sociales, teatrales, ceremoniales. Sus reglas han
sido acuñadas por los ancestros y se siguen respetando. No es ésta una clasificación rígida de
las formas dancísticas; se menciona como una posible ayuda para el docente en el desarrollo de
su labor. La historia y el contexto cultural de estos eventos se investigan a través del
conocimiento literario de coplas y leyendas y del trabajo más exhaustivo de las técnicas
artesanales introducidas en los niveles anteriores. Además, se introducen el huso y el telar, se
investiga acerca de los trajes típicos de cada danza y las costumbres y alimentos de cada región.
Entre los 14 y 18 años de edad. Montajes coreográficos de danzas de las tradiciones de las
distintas regiones de Colombia o de otros países; de danza clásica y de danza contemporánea,
con aportes expresivos gestuales y coreográficos de los alumnos y alumnas. En este nivel se
espera que el estudiante tenga un dominio técnico que le permita transmitir sus emociones,
sentimientos e ideas dancísticas con autonomía y estilo propio, con herramientas de los
montajes enumerados. Su trabajo artístico debe denotar conocimiento de su contexto cultural
particular y conciencia histórica. Muestra que sabe sobre danzas sacras y profanas de las
regiones del país, la geografía, la forma de vivienda popular, los lugares donde se realizan las
celebraciones. Se amplía el conocimiento de las formas de manufactura vistas hasta el momento
(cerámica, cestería, orfebrería, cocina, trajes, instrumentos), de la tradición oral y la literatura
de las regiones y se incluyen además investigaciones acerca de las plantas medicinales y la
medicina popular.