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Fortalecimiento de la inteligencia

emocional a través de teatro

Durante mucho tiempo a través de la historia de la humanidad, la sociedad, así


como las primeras civilizaciones han desarrollado formas de entretenimiento que
permiten liberarse de las rutinas que apremian en la vida. Diversas formas han
evolucionado desde los primeros pobladores de la tierra hasta nuestros días, formas
que a pesar del tiempo se mantienen en su esencia, puesto que,
independientemente de los avances tecnológicos o científicos, los principios
generales de las que llamamos artes se mantienen hasta hoy.

Hablo de las artes porque una de las particularidades que las caracteriza es el poder
que tiene de servir a la contemplación o mero entretenimiento. Aunque en un
principio no se identificaran particularidades propias que permitieran clasificarlas
conceptual y teóricamente, podemos reconocer que la pintura rupestre encontradas
en todas partes del mundo y que representan las primeras manifestaciones
artísticas y expresivas del hombre, se mantienen vigentes al día de hoy. Cuando
hablamos de las artes visuales pictóricas, puesto que, a pesar de que hoy la pintura
contemporánea puede hacerse sin untarse las manos de pintura, el proceso, así
como el objetivo es el mismo, lo que cambia es el medio o las herramientas que se
necesitan para producir una obra de arte.

Por supuesto, debemos reconocer que las artes en todas sus disciplinas han
evolucionado exponencialmente, muchas, gracias a los avances tecnológicos y
otras porque la misma condición humana permite la experimentación y exploración
de nuevas formas de expresar una ideología, emoción, experimentar con la luz, el
color, la narrativa, entre otros elementos que nos permiten las artes. Es así como
algunas mas que otras permiten explorar los ámbitos del entretenimiento, como las
artes escénicas (teatro-Danzas) que configuran espectáculos visualmente muy
atractivos, pero que aparte de entretener permiten explorar en las emociones de la
audiencia o público.

La obra teatral propiamente dicha, genera espacios de reflexión interna, así como
momentos de impacto en las emociones de los asistentes. La puesta en escena es
el fin ideal del teatro, donde actores y actrices interpretan personajes ficticios o
reales que pretenden transmitir diversas emociones, así como posiciones reflexivas
frente a la vida, la sociedad, o cualquier otra manifestación social. Sin embargo, el
montaje teatral es el momento final de la creación artística, antes de esto se cuenta
con todo un proceso de producción literaria y logística que hacen posible
experimentar como público la obra viva.

Son estos procesos de construcción literaria los que pretendo poner en práctica y
experimentar para generar espacios de construcción y creación dramatúrgica, que
permitan canalizar experiencias de vida, situaciones presentes en la vida diaria
personal como académica. Es de resaltar que así como el teatro y la producción
dramatúrgica pueden brindar oportunidades de exploración de nuestra inteligencia
emocional, de la misma manera otras disciplinas del arte como el cine, las danzas,
la música, entre otras, permiten igual de posibilidades para generar espacios de
construcción pedagógica alrededor de las habilidades en comunicación para
fortalecer la apropiación adecuada de las emociones.

Son las artes un componente esencial en el proceso educativo que abren las
puertas de la exploración distinta a las tradicionales, pues a través de estas
disciplinas es posible fortalecer diversos aspectos de la humanidad, que son de
relativa importancia para un desarrollo íntegro. Estos aspectos favorecen las
habilidades comunicativas y por ende la capacidad emotiva que permite razonar y
actuar frente a los hechos vivenciales. La sensibilidad es una particularidad que
puede ser explorada y fortalecida cuando se aprecian obras de arte o nos
exponemos a las ideas y emociones manifestadas en las disciplinas del arte.

Es un hecho que, a pesar, de que institucionalmente las artes hacen parte de la


propuesta educativa, muchas personas, entre ellas, académicos, profesores y
personas pertenecientes a las comunidades educativas, ven el arte o la enseñanza
de las artes como algo innecesario. Como resultado de su estudio Flavia Terigi,
analiza diversas posiciones alrededor de la pertinencia de las artes en el ámbito
curricular, entre algunas de sus reflexiones dice que “es necesario también poner el
énfasis en la importancia de replantear la capacitación del profesor “común”. Este
aspecto es raramente considerado las propuestas destinadas a replantear la
enseñanza de las artes en las escuelas. Sin embargo, me parece de la mayor
importancia. Es necesario cutir diferentes objetivos para la formación y la
capacitación de los maestros y los profesores “comunes” que han sido propuestos
en diversas oportunidades” (Terigi, 2002)

Esta posición frente a la enseñanza de las artes y su pertinencia en el ámbito


educativo plantea el hecho de que a través de las artes la educación puede impactar
de una manera más eficiente en la formación integral tanto de estudiantes como de
los propios maestros, debido a esto, se hace necesario fortalecer los conocimientos
en artes de los profesores “comunes” haciendo referencia a los docentes que no son
del área artística. Las razones por las que debe considerarse estas capacitaciones
se deben a que, “la formación debería proporcionar al futuro docente un espacio lo
más abierto, creativo y enriquecedor posible para la puesta en juego, la exploración
y el desarrollo de su propia dimensión expresiva, y aun para desobturar aquellas
matrices de aprendizaje en el área que obstaculizan tanto su propia expresividad
como una mirada integrada sobre los alumnos” (Terigi, 2002)

Y es que existe la idea equívoca de que las artes no representan importancia alguna
para la formación, como lo expone la misma Terigi en reveladoras encuestas en
Argentina, donde los mismos padres de familia proponían el hecho de sacar de los
planes curriculares la enseñanza de las artes, desconociendo, por ignorancia, tal
vez, o por arrogancia, la importancia que tienen las artes en el desarrollo integral de
las presentes y futuras generaciones.

Sin embargo, y a pesar de todo el revuelo que pueda generar una pretensión de tal
envergadura, hay claridad en muchas instituciones gubernamentales y privadas
sobre la gran relevancia que es tener dentro de sus currículos la enseñanza de las
artes, independientemente de cualquiera que sea. Puesto que hay elementos claros
desde mi punto de vista, y es algo que se determina con el simple hecho de
evidenciar la apreciación que tiene la mayoría de estudiantes por la exploración de
sus habilidades artísticas. Es cierto, también existen estudiantes o personas del
común que no encuentran su lado artístico, estético y difícilmente o nunca, lo
descubrirán o desarrollarán. Pero independientemente de que se descubra o se
desarrolle, no significa que el arte en cualquiera de sus expresiones no sirva como
una herramienta de crecimiento personal o académico-profesional.

Quienes no tienen aptitudes artísticas podrían verlas como un relleno académico,


pero quienes si tienen esas habilidades las hacen parte primordial de su vida, sea
en el ámbito laboral o personal. Ahora bien, la importancia de las artes y su
influencia entra a ser verdaderamente relevante, por ejemplo: cuando hace parte de
la excusa para liberar “demonios” para desinhibirse, divertirse o entretenerse; es en
ese momento donde el arte se hace primordial en la vida de cualquier persona,
incluso sin siquiera reconocerlo conscientemente.

Ejemplo de ello es la música, todos escuchamos música, pero a la hora de la


verdad, muchos desconocen que ella está generando consecuencias emocionales
en su vida, que le permiten identificar sus sentimientos, liberar sus ideales, recordar
hechos del pasado, inspirarse para escribir un informe, relajarse para trabajar, o
simplemente para contemplarla. Identificar y reconocer estos elementos
transversales que permiten las artes son los primeros pasos para llegar a generar
espacios de análisis, reflexión y conclusión de cómo alrededor de las artes,
particularmente las artes escénicas, se puede fortalecer las habilidades
comunicativas y la inteligencia emocional en los niños en edad primaria.

Las artes escénicas o representativas, conformadas por el teatro y las danzas,


permiten, particularmente, establecer hábitos, disciplina, responsabilidad, trabajo en
equipo, proyección de la voz, introspección, empatía, improvisación, manejo de
público, resolución de conflictos, creatividad, control de las emociones, fuerza,
expresividad, entre otros aspectos sumamente relevantes para la condición
humana.

Ver una representación teatral en vivo puede evocar empatía, comprensión y


autorreflexión, puede ser una experiencia cargada de emociones, producto de la
combinación de actuación en vivo, música e iluminación, crean una atmósfera
poderosa que atrae a la audiencia a la historia. La gama de emociones retratadas
por los actores también puede provocar una respuesta de la audiencia, desde la
risa hasta las lágrimas.

Esta conexión emocional con las situaciones representados en la obra teatral puede
ayudarnos a desarrollar nuestra inteligencia emocional al permitirnos reconocer y
comprender nuestras propias emociones, por lo tanto examinar el papel del teatro
en la promoción de la autorreflexión y el crecimiento personal a través de las
condiciones presentes en la puesta en escena, generarán conexiones con
personajes y los temas presentes, evocando en nuestra sensibilidad un proceso de
identificación de hechos relevantes para la vida tanto académica como personal.

El teatro tiene el poder de evocar empatía y comprensión en la audiencia al retratar


personajes y situaciones que se pueden relacionar con nuestras propias vidas. Al
ver el mundo desde una perspectiva diferente, podemos aprender a empatizar con
los demás y desarrollar una mejor comprensión de sus experiencias. Esto puede
ayudarnos a desarrollar nuestra inteligencia emocional al permitirnos reconocer y
comprender las emociones de los demás. De igual manera puede generar
ambientes de reflexión que pongan a prueba y análisis la posibilidad de verse
enfrentado a acontecimientos parecidos en el contexto escolar.

El teatro también puede promover la autorreflexión y el crecimiento personal al


conectarnos emocionalmente con los personajes y temas de la actuación. Al ver
nuestras propias luchas y experiencias reflejadas en la historia, podemos obtener
una mejor comprensión de nosotros mismos y nuestras emociones. Esta conexión
emocional puede ayudarnos a desarrollar nuestra inteligencia emocional al
permitirnos reflexionar sobre nuestras propias emociones y experiencias.

En consecuencia, de esta exposición a la evidencia de hechos reales o ficticios, se


pretende analizar desde la apreciación de estructuras narrativas las posibilidades de
actuación frente a diversas situaciones, promoviendo una comunicación asertiva y
fortaleciendo las habilidades comunicativas, canalizadas en la evolución de una
consciencia emocional.

Para concluir, las disciplinas artísticas y en particular el teatro tiene un poderoso


impacto en nuestra inteligencia emocional, determinado no solo por el hecho de
presenciar una obra de teatro sino al explorar su impacto emocional desde
diferentes perspectivas, como: el relacionamiento con nuestra propia vida, las
similitudes que se pueden presentar en la vida real, analizar las formas en que el
teatro puede evocar empatía y comprensión, y examinar su papel al promover la
autorreflexión y el crecimiento personal.
Podemos ver cómo el teatro puede ayudarnos a desarrollar nuestra inteligencia
emocional, ya sea que estemos viendo una comedia o una tragedia, o que
reflexionemos sobre todo lo que hay tras bambalinas para llegar a la puesta en
escena, elementos como la apropiación de personajes, condicionamiento frente al
texto propuesto, interpretación de las condiciones humanas, disciplina, respeto,
entre otras, como la importancia del desarrollo de las habilidades comunicativas
para el fortalecimiento de la inteligencia emocional, no solo de estudiantes en edad
primaria sino también de profesores y personas del común.

El teatro tiene el poder de conectarnos emocionalmente con el mundo que nos


rodea, por lo tanto, el análisis, correlación y contexto que le podemos dar con
respecto a nuestro entorno puede permitirnos fortalecer la condición humana de una
persona que se prepara para enfrentarse a un mundo lleno de retos, fracasos,
decepciones, éxito, alegrías, pérdidas, entre muchas otras situaciones que se deben
experimentar en el transcurso de la vida.

Referentes Bibliográficos

Terigi, F. (2002). Artes y Escuela. Buenos Aires: Paidós.

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