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Belén Moñino y Cristina Ponga

TEMA 7: CARACTERÍSTICAS GENERALES DE


LA LÍNEA LINFOCITARIA.

Los linfocitos provienen de una célula madre pluripotencial de la médula ósea. Pero antes
del nacimiento éstos provienen del hígado fetal. Es importante ya que las distintas
subpoblaciones de linfocitos T y B van a tener un origen distinto: la mayor parte de los
linfocitos B (los linfocitos B foliculares por ejemplo) van a provenir de células madres
que derivan de la médula ósea. Con los tipos T de αβ pasa lo mismo, de un precursor de
la médula ósea. Sin embargo algunas subpoblaciones minoritarias (como los linfocitos
B1 o los linfocitos T γδ) derivan de células madre cuyo origen es el hígado fetal.
Estas células van a madurar en los órganos linfáticos primarios:
- Linfocitos B: van a madurar en la médula ósea y antes del nacimiento en el hígado
fetal.
- Linfocitos T: maduran en el timo.
Es muy importante la proliferación de estas células, para conseguir un número elevado
de ellas ya que la gran mayoría de las células que comienzan el proceso de maduración
no lo van a terminar (no tendrán receptores que sean válidos). Esta proliferación se debe
sobre todo a la citocina IL – 7 que están produciendo las células del estoma en la médula
ósea y en el timo.
Una vez que han proliferado comienzan a producirse una serie de fenómenos, entre ellos
los procesos de recombinación y reorganización genética. Estos procesos de
recombinación somática son imprescindibles para que sea posible generar el repertorio
de los linfocitos. Cuando se han generado los receptores por recombinación genética se
va a producir en la fase de maduración una selección de repertorio, que van a seleccionar
aquellos receptores que son funcionales y además se eliminaran aquellos que expresen
receptores autorreactivos.
Fases de la maduración linfocitaria
En la imagen está representado un linfocito B pero podríamos usar el mismo esquema
para el linfocito T. Partimos de una célula madre que va a dar lugar a un pro – linfocito.
Este pro – linfocito se transformará en pre – linfocito que ya está expresando un BCR,
pero éste no es el definitivo, químicamente tiene las cadenas pesadas definitivas pero no
las ligeras.
El linfocito inmaduro es el que se va a someter a procesos de tolerancia para dar lugar a
los linfocitos maduros.
Estas primeras fases, hasta llegar al linfocito maduro, son totalmente independientes de
antígeno. Es decir, no necesita contacto con él. El receptor que tengamos se va a generar
por procesos aleatorios.
El último paso de la maduración si que necesita un contacto con el antígeno, en este caso
van a ser antígenos propios que van a determinar quién termina la maduración y quién
no.

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RECOMBINACIÓN SOMÁTICA
Es el paso fundamental en el proceso de maduración para la creación de los receptores.
Es un proceso que va a ocurrir únicamente en los linfocitos B y en los linfocitos T que
están en fase de maduración. Una vez que finaliza la maduración, estos genes no vuelven
a recombinarse. En los linfocitos B ocurren la reorganización de los genes que van a
generar las inmunoglobulinas y en los linfocitos T se recombinan los genes que darán
lugar a los TCR.
Este proceso está mediado por un complejo enzimático muy importante que es la
recombinasa V(D)J (se denomina así debido a los genes que componen los dominios
variables tanto de las inmunoglobulinas como de los TCR).
Es importante que recordemos que este proceso de recombinación es totalmente aleatorio
e independiente de antígeno.
Generación de diversidad de las inmunoglobulinas
Recombinación de las regiones variables:
Recordar que en las regiones variables vamos a encontrar tanto la cadena pesada como la
cadena ligera. En estas cadenas vamos a encontrar genes V (variabilidad) y genes J
(joggin). En la cadena pesada a parte de los genes V y J también encontramos genes D
(diversidad).
- Estos genes V y J van a recombinar en la cadena ligera.
- Los genes V, D y J recombinarán en la cadena pesada.
Estas recombinaciones se van a producir únicamente en el cromosoma donde
encontremos el locus donde están los genes de las inmunoglobulinas.
- En el caso de la cadena pesada encontramos un locus en el cromosoma 14.
- Para la cadena ligera encontramos dos loci (uno para kappa y otro para landa, dos
tipos de cadenas ligeras) en los cromosomas 2 y 22 respectivamente.

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Comenzamos con la cadena pesada: tenemos la cadena de DNA en sentido 5’  3’. En


primer lugar, nos encontramos diferentes genes V. Nos encontramos aproximadamente
45 genes V distintos. En sentido 5’ a cada gen V nos encontramos una región líder que
da lugar a la secuencia señal para guiar a la proteína a la membrana. Esta secuencia señal
es un pequeño polipéptido de 20 – 30 aminoácidos, una vez que la proteína llega a su
localización esta secuencia se rompe.
A continuación, después de los genes V nos encontramos los genes D. Encontramos 23
genes D para las cadenas pesadas de las inmunoglobulinas. Para finalizar, nos
encontramos con los genes J.
Aleatoriamente se coge un fragmento V, un fragmento D y un fragmento J y se juntan en
la recombinación que ya veremos más adelante. Es una de las cosas que va a determinar
la especificidad.

Recombinación de las regiones constantes:


En el caso de la cadena pesada de las inmunoglobulinas encontramos 9 genes distintos
(genes C). Estos nueve genes se corresponden con cada isotipo de inmunoglobulina.
Además, estos nueve siempre se sitúan en el mismo orden, es importante ya que cuando
finaliza el proceso de maduración los linfocitos expresan en sus membranas estos isotipos
de inmunoglobulinas (IgD e IgM).
Dentro de cada gen C vemos que hay seis exones (varía entre 5 – 6). Estos exones
corresponden con cada dominio constante. Los finales corresponden ya que hay
diferencias entre las inmunoglobulinas secretadas y las que se expresan en la membrana,
luego en función de cual sea se va a expresar uno u otro.
En las cadenas ligeras, es más sencillo ya que no tenemos fragmentos D. Tenemos los
genes V (aproximadamente unos 35) y luego los genes J. A continuación tenemos los
genes que van a dar lugar a la región constante. En la cadena kappa vamos a tener un
único gen C que codificará la región constate. En el caso de landa, cada gen J está
relacionado con un gen C (de la cadena constante), es decir, hay un gen para cada gen J.

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Proceso de la recombinación:
Lo primero, la selección aleatoria de un gen V y un gen J, selección aleatoria de dos genes
y su unión, formando el exón VJ. El resto sigue igual. Este cambio ocurre a nivel del
DNA que se va a transcribir y se va a generar el transcrito primario de RNA. Éste se va a
procesar para dar lugar al RNAm, donde se van a eliminar todos los intrones.
Encontramos entonces el RNAm con la secuencia líder, el gen V y la secuencia J y
pegados los genes C. Se traduce el mensajero y da lugar a la cadena ligera.
NOTA: el gen C no recombina en ningún momento.

En la cadena pesada la recombinación tiene que ocurrir entre tres genes distintos (V, D y
J). Tenemos nuestro DNA de la línea germinal, los genes V, D y J y a continuación los
genes C.
El proceso comienza con la recombinación entre un gen D y un gen J (unión DJ). Una
vez unidos, este fragmento va a recombinar con un gen V formando la unión VDJ. Es
secuencial, es decir, siempre en ese orden. A continuación, el DNA reorganizado se
transcribe, se genera el transcrito primario que se procesa y da lugar a la cadena pesada
de la inmunoglobulina. En este caso, el dominio variable esta codificado por los genes
V,D y J.

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Para que pueda ocurrir está recombinación genética es imprescindible la presencia de las
secuencias RSS, que son las secuencias contiguas a los lugares de recombinación, que
van a permitir que ésta se produzca. Estas secuencias están formadas por DNA no
codificante y tienen una estructura característica. Van a estar siempre adyacentes a un
fragmento V, D o J y están formadas por un heptámero (7 nucleótidos, que presenta una
secuencia muy conservada, es decir, apenas varía), una secuencia espaciadora (no está
conservada, pero si es importante el número de nucleótidos, hay 12 o 23 nucleótidos) y
finalmente un nonámero (nueve nucleótidos también muy conservados).
Estas secuencias RSS se sitúan normalmente están en dirección 3’ al segmento V, en
dirección 5’ a los segmentos J y en el caso de los fragmentos D se encuentra a ambos
lados. En función de la cadena cambia la longitud de la secuencia espaciadora:
- Cadena landa: la secuencia RSS adyacente a V tiene 23 nucleótidos y la región
RSS adyacente a J tiene 12.
- Cadena kappa: la secuencia adyacente a V tiene 12 nucleótidos y la adyacente a J
tiene 23, es decir, al revés que landa.
- Cadena pesada: las dos secuencias que flanquean D tienen 12 nucleótidos. Las
que están junto a V y J tienen 23.
Esto es importante porque para que se produzca la recombinación se tiene que cumplir lo
que se denomina como la regla 12 – 23: un gen que tiene una secuencia RSS con un
espaciador de 23 nucleótidos va a recombinar con otro gen cuya secuencia espaciadora
RSS tenga 12 nucleótidos. Siempre van a recombinar uno de 12 con uno de 23, no pueden
recombinar por ejemplo dos de 12. Es importante que se siga esta regla para que las
recombinaciones en las cadenas pesadas sean correctas, ya que tal y como está organizado
solo es posible que D recombine con J, no es posible la recombinación directa entre V y
J (lo que conlleva a olvidar la región D).
Se van a aproximar dos regiones RSS formando un complejo que va a permitir que se
formen las recombinaciones correspondientes. Como consecuencia de la recombinación
somática pueden ocurrir dos cosas:
- Lo más habitual, que haya una deleción de las secuencias que hay entre los dos
genes que van a recombinar.
- En algunos casos, sobre todo en las cadenas ligeras kappa se producen fenómenos
de inversión como consecuencia de la recombinación hay un fragmento de DNA
que cambia de sentido.
La recombinasa V(D)J está formada por una serie de enzimas, RAG1 y RAG2 (esta última
tiene capacidad endonucleasa). Y van a actuar también otras enzimas.
Segmentos génicos de la región V de las Ig humanas:
Cadena pesada Cadena ligera
Segmentos H λ κ
Variable (V) 45 30 35
Diversidad (D) 23 0 0
Unión (J) 6 4 5
6.210 120 175
1.831.950 combinaciones posibles
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Esta tabla corresponde con las combinaciones posibles de las regiones variables de las
cadenas pesadas y ligeras.
Contando que no todas las combinaciones van a servir, estamos hablando de poco número
de combinaciones.
Generación de diversidad:
A la hora de generar diversidad de las inmunoglobulinas podemos distinguir dos
fenómenos por los cuales se generan:
- Diversidad combinatoria: es el que hemos visto hasta ahora. Las distintas
combinaciones de los genes V(D)J y por otro lado las distintas combinaciones de
cadenas pesadas y cadenas ligeras.

- Diversidad de la unión: cuando se produce la recombinación de los genes V(D)J


en la zona de unión se produce o bien la eliminación o la adición de nucleótidos,
de forma que la diversidad que tenemos aumenta enormemente.

Diversidad de la unión:
Cuando se produce una adición se pueden adicionar dos tipos de nucleótidos; los
nucleótidos que se denominan nucleótidos P (la enzima responsable es Artemis, que va a
realizar una escisión asimétrica de la horquilla) o los nucleótidos
que se denominan nucleótidos N que se adicionan de forma
aleatoria (la enzima responsable es la TdT).
Tenemos la secuencia terminal de un gen V que va a recombinar
con un gen J. Puede producirse una eliminación de nucleótidos
que pueden ser todo de la cadena V, parte de cada cadena o
únicamente del gen J. En este ejemplo se eliminan tres nucleótidos
por tanto como consecuencia en la cadena final se pierde un
aminoácido. Si el número de nucleótidos que se eliminan no es
múltiplo de 3 se va a modificar el marco de lectura, siendo
probable que esta proteína no llegue a expresarse (ya que es muy
probable que aparezca un codón de stop). Por tanto esta
inmunoglobulina no sería viable y el clon que la está produciendo

se eliminaría.

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Tenemos dos genes que van a recombinar y para que puedan unirse es necesario cortar
las horquillas que se han formado, actividad realizada por Artemis. Pero este enzima corta
asimétricamente, y como consecuencia tenemos una cadena de nucleótidos más larga que
la otra. Para que la ligasa pueda unir los fragmentos es necesario que tengan la misma
longitud. Es por ello que se van a sintetizar los nucleótidos complementarios que se
denominan los nucleótidos P. Además, en esta zona de unión de los genes se pueden
adicionar nucleótidos N, que se adicionan si ninguna hebra molde, de forma aleatoria se
introducen hasta 20 nucleótidos de este tipo. La enzima encargada de este último proceso
es la TdT.

De esta forma como puede variar la forma en que corte Artemis y el número y la posición
de los nucleótidos que añada TdT va a aumentar mucho las combinaciones posibles.
Si recordamos, las zonas de mayor variabilidad de estos dominios V de las
inmunoglobulinas y de los TCR son las regiones CDR (regiones determinantes de
complementariedad), pero la más variable es CDR3 por que las regiones que la generan
son las uniones entre V y J en el caso de las cadenas ligeras L y de V(D) y D con J en el
caso de las cadenas pesadas.
Por tanto, como su secuencia viene determinada por la zona de unión de nucleótidos
muchas veces de forma aleatoria, la diversidad va a ser mucho mayor.
- Cadena L y H: los segmentos génicos V codifican CDR21 y CDR2.
- Cadena L: secuencias de unión VL y JL codifican CDR3.
- Cadena H: D, J y las secuencias de unión V – D y D – J codifican CDR3.
En estos mecanismos, la adición o eliminación de nucleótidos ocurre de forma aleatoria.
Hipermutación somática.
La hipermutación somática no se produce en el proceso de maduración de los linfocitos.
Es un proceso que se va a generar una vez que ese linfocito B ha reconocido antígenos,
es decir, siempre se produce después del reconocimiento antigénico. Además para que se

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produzca es necesario que el linfocito B interactúe con un linfocito T cooperador que


también reconocerá antígeno. En esta interacción de linfocito B – linfocito T cooperador
se va a producir la unión de CD40 con su ligando (CD40L) provocando una serie de
señales en el linfocito B que van a generar mutaciones aleatorias en los dominios variables
de las Ig.
La interacción va a generar que los linfocitos B proliferen, van a comenzar a dividirse
aumentando enormemente la población. En cada uno de los procesos mitóticos se van
acumulando las mutaciones. Como resultado de estas mutaciones en las regiones
variables tiene como fin que se obtengan anticuerpos de mayor afinidad, se produce lo
que se denomina la maduración de la afinidad de los linfocitos B.
A medida que aumenta la respuesta inmune humoral los anticuerpos que se generan van
a ser de mayor afinidad por el antígeno. De hecho, las células de memoria que se generen
van a tener mayor afinidad por el antígeno de ahí que cuando se produzca una reinfección
a parte de ser una respuesta rápida será de mayor afinidad.
El problema es que estas mutaciones van a ser totalmente aleatorias, por tanto, la mayoría
de las mutaciones no van a dar lugar a este aumento de la afinidad. Gran parte de estas
mutaciones pueden ser perjudiciales para los linfocitos B. Estos linfocitos van a sufrir un
proceso de apoptosis, ya que únicamente se seleccionan aquellos que aumentan su
afinidad por el antígeno.
Organización de los genes de la región C de la cadena pesada.
La coexpresión de inmunoglobulinas M e inmunoglobulinas D en los linfocitos maduros.
Cuando acaba el proceso de maduración los linfocitos maduros vírgenes todavía van a
coexpresar en sus membranas IgM e IgD, los dos isotipos de forma simultánea.
Este proceso está regulado ya que en el DNA de la línea germinal, después de los genes
V(D) y J aparecen los genes C, genes que van a codificar las regiones constantes.

Siempre, los dos primeros genes C son los genes C μ y Cδ que van a originar las cadenas
M y D, y a continuación aparece el resto. Están los primeros ya que van a ser las primeras
inmunoglobulinas que se expresen. Lo que ocurre es que a nivel del DNA se van a
mantener los dos genes C (tanto μ como δ), cuando se produce la transcripción del DNA,

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en el transcrito primario de RNA siguen apareciendo las dos secuencias de los dos genes
pero se determina la expresión de la IgM o la IgD en el procesamiento de este RNA
primario. En este caso, cada gen μ o δ tiene al final un lugar de poliadenilación, en función
de que lugar se elija para esta poliadenilación en este procesamiento del RNA vamos a
tener a nivel de RNAm un tipo de transcrito u otro (si es en la región μ obtendremos al
final una IgM). Este proceso se denomina splicing alternativo.
Debemos tener en cuenta que estos cambios, esta selección de uno u otro tipo se produce
a nivel de RNA, la cadena de DNA no se altera (no hay ningún tipo de modificación), por
tanto el cambio puede ser reversible.
Cambio de isotipo:
Las inmunoglobulinas pueden sufrir más cambios, en las respuestas humorales por
ejemplo se va a sufrir un cambio de isotipo dependiendo del antígeno que va a generar la
respuesta. Este cambio de isotipo se produce siempre tras el reconocimiento antigénico.
Por ello, para que se cambie el isotipo hace falta que se reconozca antígeno, que se
produzca una interacción con el linfocito T cooperador y que en esta interacción haya
unión de CD40 con su ligando y además, hace falta la presencia de citocinas ya que van
a determinar que isotipo se va a generar. Para que se produzca el cambio de isotipo, es
necesario la presencia de unas secuencias que van a ser similares a las secuencias RSS
que hemos visto para la recombinación (sobre todo las regiones S).
Estas regiones S van a estar delante de cada gen C, es decir, una delante de μ, otra delante
de γ, etc. excepto de Cδ. A parte de estas regiones S, que son las que van a permitir
reorganizaciones de secuencia también vamos a tener un exón iniciador de la
transcripción, el cual determina que gen se transcribe. El cambio de isotipo el proceso
ocurre a nivel de DNA y por tanto es irreversible. Una vez que se eliminan los genes, no
pueden volver a existir.
Todo lo que hay entre VDJ y el gen C de la inmunoglobulina (si es M pues Cμ, si es E
será hasta Cε) se elimina toda la secuencia. Esto implica que una vez que se produce un
cambio de isotipo, en ocasiones es posible que se vuelva a cambiar de isotipo. Pero este
segundo cambio de isotipo va a depender de los genes que nos queden, porque toda la
región que se ha eliminado ya no podemos volver a recuperarla.

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Cambio de isotipo Recombinación VDJ


En algunos clones de linfocitos B En todos los linfocitos B
Todas las recombinaciones son Muchas recombinaciones no son
productivas productivas
En el proceso de maduración de los
En el desarrollo de la RI (después de
linfocitos B (antes de reconocimiento
contacto con antígeno)
antigénico)
Cambio no aleatorio Cambios aleatorios

Ig de membrana y secretadas.
Los genes C, a parte de los fragmentos génicos que van a dar lugar a los diferentes
dominios C de las cadenas pesadas también tenemos unos fragmentos génicos que van a
dar lugar a las regiones terminales de las inmunoglobulinas secretadas o las regiones que
van a dar lugar a las inmunoglobulinas de membrana. A nivel del DNA vamos a tener
ambos fragmentos génicos.
La elección de una inmunoglobulina u otra se produce a nivel de RNA. La diferenciación
de las Ig secretadas y las Ig de membrana se encuentra en el transcrito primario (como en
el proceso de coexpresión). Hay dos lugares de poliadenilación diferente y dependiendo
de cual se elija se va a elegir una inmunoglobulina concreta.
En los linfocitos vírgenes, que no han sido estimulados por antígeno, se va a expresar la
inmunoglobulina de membrana. Mientras que los linfocitos que ya lo han reconocido van
a secretar inmunoglobulinas.
TCR DIVERSIDAD
Diversidad del repertorio TCR
En el caso de los TCR, ocurre algo similar a las inmunoglobulinas. En la imagen
observamos el TCR como ya conocemos: con una cadena α y una cadena β.
- Los dominios variables van a estar codificados por dos genes en el caso de la
cadena α (genes V y genes J) que van a recombinar de forma similar a las cadenas
ligeras de las inmunoglobulinas.
- En el caso de los dominios variables de la cadena β, van a estar codificados por
tres genes (genes V, genes D y genes J) y se recombinan de forma similar a las
cadenas pesadas de las inmunoglobulinas.

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Como podemos observar, en la cadena pesada el dominio variable es prácticamente


idéntico a lo que ocurre en el dominio variable de la cadena β, mientras que el dominio
variable de la cadena ligera es similar al mismo de la cadena α.
En los dominios constantes va a haber diferencias: en el caso de las inmunoglobulinas
vamos a encontrar tres o cuatro regiones constantes seguidas siempre de la región
transmembrana o citoplasmática. En el caso de los TCR vamos a encontrar estas regiones
en las dos regiones, ya que siempre están introducidas en la membrana.
Los locus que dan lugar a las cadenas α y β se organizan de diferente forma dependiendo
de cual sea:
- En el caso de la cadena β, se localiza en el cromosoma 7. En este caso tenemos
aproximadamente 50 genes V diferentes, en dirección 5’ tenemos la región líder,
y a continuación de estos genes V tenemos los genes D y J. En este caso, los genes
D y J están combinados. A diferencia de lo que vemos en las inmunoglobulinas,
los TCR solo tienen 2 genes C y cada uno de ellos están asociados a un conjunto
de genes J y D. Recombinación VDJ: ocurre en el mismo orden como las Ig.

- El locus de la cadena α se encuentra en el cromosoma 14. Dentro del locus de esta


cadena nos encontramos insertado el locus de la cadena δ entre los genes V y los
genes J. Si recordamos, los TCR pueden ser αβ ó γδ. En este caso encontramos
aproximadamente 45 genes V, 50 genes J y un único gen C que codifica la región
constante. Recombinación VJ: cuando se produce ya la recombinación, el DNA
se va a transcribir a nuestro transcrito primario de RNA, y el procesamiento de
éste todo aquello que no vaya a ser traducido se elimina.

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- El locus de la cadena γ, en este caso la diversidad es menor (hay menos genes V


y menos genes J). Además, estos genes J están asociados a un fragmento de genes
C.
- En el caso de la cadena δ tendremos genes V, D y J. Encontraríamos 2 genes V, 3
genes D y 4 genes J. La diversidad es menor, hay menos recombinaciones
posibles. Es por eso que los genes γδ pueden reconocer un menor número de
antígenos respecto a αβ.
El complejo enzimático que va a llevar a cabo la recombinación va a ser el complejo de
la recombinasa VDJ.
El proceso es el mismo que en las inmunoglobulinas, cambiando cadena ligera por cadena
α y cadena pesada por cadena β. Por tanto, la diversidad de estos receptores se va a deber
también a:
- La diversidad combinatoria: combinaciones entre las posibles VDJ y las
combinaciones entre las cadenas α y β.
- La diversidad de la unión: en el caso de los TCR, hay que tener en cuenta que
cuando se adicionan o se quitan nucleótidos en la unión, en este caso en la de los
genes D, es frecuente que pueda leerse en las tres pautas de lectura. Es por ello
que en estos receptores no es tan problemático que el número de nucleótidos que
se inserten o se eliminen no sea múltiplo de tres, en cualquier caso podrán dar
proteínas viables.
Una diferencia importante con respecto a las inmunoglobulinas, es que los TCR no se
producen procesos de maduración tras reconocimiento antigénico, no se producen
hipermutaciones somáticas por ejemplo.
Resumen:

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MADURACIÓN DE LOS LINFOCITOS


A partir de una célula madre pluripotencial se genera un precursor linfoide común, que
según la expresión de los factores de transcripción que se activen, se determinará en qué
tipo de poblaciones se diferenciará, en un linfocito T o en un linfocito B.
Si se va a producir la diferenciación a un linfocito B, obtenemos un pro – B a partir del
cual podemos obtener las tres poblaciones de éstos linfocitos: linfocitos B1 (B – 1B),
linfocitos de la zona marginal del bazo (MZB) y los más abundantes, linfocitos foliculares
(FOB).

Por el lado de los linfocitos T, tendremos un linfocito común tanto para los NK como
para los linfocitos T, a partir del cual se puede diferenciar a NK o a un pro – T que
finalmente dará las subclases de linfocitos T. Lo que determina que un linfocito T sea del
tipo αβ o γδ lo veremos más adelante.
El proceso de maduración de los linfocitos, tanto de los T como de los B, tiene lugar en
una serie de etapas secuenciales, en un orden concreto. Todas estas etapas tienen que
acabar de forma apropiada para que ese linfocito continúe su maduración. Si no es así,
esos linfocitos van a sufrir un proceso de apoptosis (la mayoría de los linfocitos que están
en proceso de maduración van a sufrir apoptosis).
- En el caso de los linfocitos B, aproximadamente el 25% de las células en
maduración son capaces de completar este proceso.
- En el caso de los timocitos, aproximadamente un 2% del total.
El ser capaces de responder específicamente a un antígeno es muy caro, ya que la mayoría
de las células que estamos creando son incapaces de finalizar su maduración, debido a
tres motivos principalmente:
- Las reordenaciones V(D)J pueden no ser productivas, es decir, que no genere
proteínas.
- Pueden que generen proteínas, pero que no sean funcionales.

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- La tercera posibilidad es que estos receptores si sean funcionales, pero son


autorreactivo (lo que desencadenaría una respuesta autoinmune).
Explicación de la imagen: tras el pro – linfocito (tanto B como T) el primer paso va a ser
la proliferación. Esto se debe ya que durante la maduración van a morir muchos linfocitos,
luego debemos comenzar con poblaciones muy grandes. A continuación se va a producir
la obtención de un pre – linfocito (tanto B como T), que es un linfocito que expresa un
prerreceptor (tiene una cadena del receptor que va a ser la definitiva, en este caso vemos
que tiene definitiva las cadenas pesadas, pero no tiene las cadenas ligeras). Aquellos
linfocitos que no consigan expresar el prerreceptor, mueren. Una vez obtenido este pre –
linfocito se origina una nueva proliferación. El siguiente paso será expresar un receptor
completo, con las dos cadenas definitivas. Aquellos linfocitos que no lo consigan, sufrirán
un proceso de apoptosis mientras que aquellos que si lo consigan, se enfrentaran a
antígenos propios para completar su maduración. Los que reconozcan estos antígenos
propios, se eliminan.

Maduración de los linfocitos B


Tenemos una célula madre que prolifera debido a las citocinas e interleucinas liberadas
por las células del estroma de la médula ósea. Todavía no se ha producido ninguna
recombinación en los genes que van a codificar los receptores. Una vez que tenemos los
pro – B, comienzan a expresarse dos enzimas (RAG y TdT). La expresión de estas
enzimas implica que se reconozcan las secuencias RSS y permite que se produzcan la
recombinación y adición de nucleótidos. Esto nos señala que se está produciendo un
reordenamiento: en el caso del pro – B y el pro – T, este reordenamiento está ocurriendo
únicamente en la cadena pesada. En la imagen que ponemos a continuación, si nos fijamos
en el pre – B ya muestra la expresión de μ. Esto quiere decir que se trata de una IgM.

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En el pre – B por tanto, se expresa ya la cadena pesada definitiva (en este caso con el
isotipo IgM) y que esta cadena pesada definitiva se asocia a una cadena ligera temporal.
Esto es lo que se denomina prerreceptor de los linfocitos B o PreBCR. En el paso del pre
– B al linfocito B inmaduro, primero se prolifera y posteriormente, lo que ocurre son las
reorganizaciones de las cadenas ligeras (en este caso, reorganizaciones VJ). En este caso,
el receptor definitivo va a ser IgM. Para que el linfocito inmaduro pase a maduro, ha de
ponerse en contacto con antígenos propios, produciéndose los fenómenos de tolerancia
central. Los que no sean autorreactivos continuarán su proceso de maduración. El
linfocito ya maduro expresará en su membrana IgM e IgD (los dos isotipos a la vez, los
dos con la misma especificidad ya que su región variable va a ser la misma).

Cuando un linfocito es autorreactivo, antes de eliminarse tiene la opción de cambiar sus


receptores: cambiar la región variable de la cadena ligera y la pesada para cambiar su
especificidad y completar su maduración.
Exclusión alélica.
Como se reordenan los genes para que no se expresen simultáneamente.
El locus de la cadena pesada lo encontramos en el cromosoma 14, pero hay un problema,
ya que tenemos dos cromosomas 14 por tanto va a haber dos alelos de los genes V(D)J
distintos. Solo se puede expresar uno de ellos, y esto se consigue por exclusión alélica.
Lo mismo sucederá en el caso de las cadenas ligeras, pero además el problema se
multiplica ya que tenemos cadenas κ y cadenas λ.
En la siguiente imagen se explica el proceso de exclusión alélica: si ninguno de los
reordenamientos da lugar a una proteína funcional, viable, que pueda expresarse, ese
linfocito muere. Si no es así, continúa el proceso.

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Debido al reordenamiento de la cadena ligera, aproximadamente el 75% de los linfocitos


presentan cadena κ y el 25% restante presenta cadena λ. Esto se debe ya que el
reordenamiento ocurre tal y como esta en el esquema, el mismo orden. Primero la cadena
κ en el primer cromosoma, y luego la cadena κ en el segundo cromosoma.
Inducción de la tolerancia central B.
El linfocito inmaduro, como ya hemos dicho, se tiene que enfrentar a antígenos propios
para finalizar su proceso de maduración. La parte del proceso que ocurre en la médula
ósea (órganos linfáticos primarios) se denomina tolerancia central.
Está inducción va a permitir que el linfocito B finalice su maduración o no.
- Si el linfocito B no reconoce antígenos propios, es decir, no recibe señales ya que
no reconoce antígeno, va a continuar su desarrollo.

- Si recibe señales de distinto tipo a través de sus BCR, antes de morir en apoptosis
tiene una posibilidad de cambiar su especificidad. Este proceso puede afectar a la
cadena ligera produciendo lo que se denomina edición del BCR, o puede haber un
reemplazo del fragmento V de la cadena pesada. Si como consecuencia de este
cambio en los receptores deja de recibir señales de antígenos propios, continúa su
maduración. Si sigue recibiendo señales fuertes, el linfocito sufre apoptosis, pero
si recibe señales débiles, va a entrar en un estado de anergia (es decir, el linfocito
sale a la circulación pero va a ser incapaz de responder a un estímulo antigénico
y normalmente muere al poco tiempo).
Edición del BCR.
En la edición del BCR se producen nuevos reordenamientos, recombinaciones, en la
cadena ligera por qué todavía hay cierta expresión de las recombinasas RAG y TdT en
esta etapa del proceso de maduración.

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Belén Moñino y Cristina Ponga

Este proceso ocurre en una cuarta parte de los linfocitos circulantes (25%), por lo que es
bastante frecuente. Este proceso no va a ocurrir siempre, solo cuando los que han
recombinado inicialmente no han sido los fragmentos de los extremos (ya que si han
recombinado los fragmentos de los extremos, recordemos que todo lo de en medio se
elimina y se pierde, por lo que no será posible una nueva reorganización).
Reemplazo del fragmento VH.
En este caso recombinan tres genes (V, D y J). Si queremos reemplazar el fragmento V
nos encontramos un problema, ya que nos encontramos con unos genes V que no han
recombinado y por tanto van a tener sus secuencias RSS, pero los genes D con los que
tendrían que recombinar solo existe uno, ya que los demás se han eliminado y además
este gen D no contiene secuencia RSS.
Estas recombinaciones es posible ya que parece ser que en muchos fragmentos V, en las
secuencias finales del gen, hay unas secuencias que se denominan RSS crípticas y que
son muy similares a las secuencias RSS. Es por esto que las enzimas RAG reconozcan
estas secuencias crípticas y se produzca la recombinación entre esas secuencias y las RSS
de los fragmentos V. Es decir, la recombinación se dará entre las secuencias RSS y las
secuencias RSS crípticas que se encuentran dentro de los genes V.

Como consecuencia de esta recombinación, al no encontrarse estas RSS crípticas al final


del gen va a haber una parte que se van a mantener, es decir, no se van a perder nucleótidos
ya que se “cogen” unos pocos del gen anterior, quedando unas huellas del reemplazo.
Normalmente ocurre en el siguiente fragmento V en dirección 3’.
Se han encontrado “huellas” de este proceso en el 5% de los LB circulantes (la edición
del BCR es más frecuente).

Maduración de los linfocitos T


En el caso de los linfocitos T, tenemos las células madres que van a dar a un precursor
linfocítico que va a migrar al timo para comenzar la maduración.
Dentro de esta maduración nos encontramos distintas fases.
Tenemos representados un pro – T y un pre – T (similares al pro – B y al pre – B) aunque
estas fases iniciales también se les denomina dobles negativos. Luego pasamos a un doble
positivo, luego un positivo simple y finalmente la célula madura.
La denominación de cada estadio (dobles, simples, negativos y positivos) viene de la
expresión de los correceptores CD4 y CD8. En las primeras fases no se expresan, de ahí

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Belén Moñino y Cristina Ponga

negativos. Cuando llegamos a doble positivo, se expresan los dos simultáneamente (estos
linfocitos tienen tanto moléculas CD4 como moléculas CD8). Después se seleccionará
una de ellas.

Va a ocurrir prácticamente igual que en los linfocitos B.


Comenzamos con la proliferación para aumentar el número de timocitos. Cuando
pasamos a las fases iniciales del doble negativo es cuando comienzan las reorganizaciones
genéticas. En el caso de los linfocitos T comienzan con la cadena β del TCR (los genes
que componen su región variable son los V, D y J). En nuestro pro – T ya tenemos nuestra
cadena β que se va a asociar a la cadena α sustituta. Una vez que la cadena β se está
expresando y los reordenamientos han sido productivos, va a ocurrir la proliferación de
esa población. En el siguiente paso se van a coexpresar CD4 y CD8 y a su vez van a
comenzar las reorganizaciones en la cadena α (en este caso genes V y J). De forma que
cuando acaba la etapa del doble positivo vamos a tener el timocito con su correceptor
funcional y además ya está expresando CD3. El doble positivo va a sufrir los procesos de
selección positiva y posteriormente de selección negativa en el timo. Debemos recordar
que no solo existen los linfocitos Tαβ, sino también los Tγδ. Esto se determina en el
momento de las recombinaciones en la cadena β (doble negativo), ya que
simultáneamente a éstas, se van a producir recombinaciones en las cadenas γ y δ. Lo
determina finalmente el que sea más rápido: si las reordenaciones de las cadenas γδ
ocurren primero, ese linfocito terminará siendo un linfocito γδ.
Exclusión alélica de la cadena β.
En el caso de la cadena β va a haber procesos de exclusión alélica en el doble negativo.
Primero ocurre en un alelo de un cromosoma y luego en el otro (igual que en el caso de
los linfocitos B). Al final del doble negativo tenemos un linfocito expresando un pre –
TCR.

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Belén Moñino y Cristina Ponga

Si los reordenamientos que se generan en la cadena β son exitosos, el linfocito va a


continuar, si no, sufre un proceso de apoptosis. Si continúa pasamos al doble positivo. En
el doble positivo lo primero que va a ocurrir es la coexpresión de CD4 y CD8 (las dos).
Una vez expresados, comienzan las reordenaciones en la cadena α. A diferencia de lo que
ocurre en la cadena β, en la cadena α no hay exclusión alélica. Las reorganizaciones
génicas van a ocurrir en los dos cromosomas de forma simultánea, aunque el TCR del
linfocito maduro va a tener una especificidad única. Es decir, únicamente va a expresar
una de las dos cadenas α que se han reorganizado. Es posible que esto dependa del proceso
de selección positiva, pero todavía no se sabe con certeza. Los linfocitos T continúan
siendo inmaduros y expresan bajos niveles de TCR. A continuación sucede la selección
negativa y positiva.
Tolerancia central T.
Si recordamos, esta selección ocurre en lugares distintos dentro del timo.
En la corteza tímica nos vamos a encontrar fundamentalmente los dobles negativos y
positivos. El ultimo paso de maduración, cuando pasamos de doble positivo a positivo
simple es cuando el timocito vuelve a la médula.
La selección positiva ocurre en la corteza y ocurre sobre el doble positivo (que ya tiene
el TCR). Esta selección positiva la van a llevar a cabo sobre todo las células epiteliales
de la corteza tímica. Estas células van a expresar un gran número de moléculas de
histocompatibilidad (tanto MHC – I como MHC – II) que van a estar asociadas a
antígenos propios. El linfocito doble positivo que ha llegado a esta fase, para poder
continuar va a tener que reconocer estos antígenos unidos a estas moléculas de
histocompatibilidad. Va a tener que reconocerlos, pero dependiendo del antígeno, este
reconocimiento va a provocar que el linfocito reciba señales de distinta intensidad.
- Si lo reconoce con mucha afinidad, las señales van a ser de mucha intensidad.
- Si lo reconoce con poca afinidad va a recibir señales mucho más débiles.
En cualquier caso, si hay reconocimiento va a poder continuar el proceso de maduración.
Si no lo reconoce, sufre un proceso de apoptosis.

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Belén Moñino y Cristina Ponga

En la selección positiva es donde se van a eliminar la mayoría de los timocitos, ya que la


mayoría van a tener receptores incapaces de reconocer estas moléculas de
histocompatibilidad. Este proceso es mucho más selectivo que el caso de los linfocitos B,
al necesitar la presencia de otras moléculas (las MHC).
Estos linfocitos que han superado la selección positiva, van a llegar a la médula. Es ahí
donde vamos a tener células dendríticas y células epiteliales de la médula tímica que van
a expresar también MHC (tanto I como II). A parte, en estas células epiteliales de la
médula tímica tienen una particularidad y es que expresar un factor de transcripción que
se denomina aire. Esto les permite a parte de antígenos propios, expresar también
antígenos que se encuentran en tejidos periféricos (antígenos extratímicos), en otras
localizaciones celulares: por ejemplo, pueden expresar insulina. De forma que estas
células epiteliales de la médula tímica van a permitir eliminar aquellos linfocitos T
autorreactivos (reconocen antígenos propios). Es aquí donde es importante la intensidad
de la señal que va a recibir el linfocito al reconocer antígenos.
- Si reconoce antígenos unidos a MHC con gran afinidad van a recibir señales muy
potentes, que va a dar lugar a eliminar este linfocito (lo va a seleccionar
negativamente).
- Aquellos que reciben señales débiles, van a poder finalizar su proceso de
maduración.
- Los que reciben señales intermedias pueden modificarse y dar lugar a linfocitos
reguladores que luego tendrán importancia en la tolerancia periférica (supresión
de las respuestas inmunitarias).
Lo que determina que un linfocito sea de tipo CD4 o CD8 (paso de doble positivo a simple
positivo) no se conoce muy bien, pero existen dos teorías:
- Modelo instructivo: una de las teorías propuestas es que depende de que MHC
haya reconocido. Si reconoce una MHC – II se diferenciará en un CD4, y CD8
deja de expresarse. Si lo hiciese en una MHC – I sería al revés, dejándose de
expresar CD4.

- Modelo estocástico: es decir, que la expresión de CD4 o CD8 se debe a un proceso


aleatorio.

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