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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA

OCTAVA SALA ESPECIALIZADA EN LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO


CON SUBESPECIALIDAD EN TEMAS MERCADO

SENTENCIA

EXPEDIENTE Nº: 720-2012


DEMANDANTE: El Pacífico Peruano Suiza Compañía de Seguros y
Reaseguros
DEMANDADO: Indecopi y otro
MATERIA: Nulidad de Resolución Administrativa

RESOLUCIÓN NÚMERO SEIS


Lima, quince de noviembre de dos mil trece.-

Con el expediente administrativo acompañado, con lo opinado por la Señora Fiscal


Superior en el dictamen de fojas 211 a 224; e interviniendo como ponente el señor
Juez Superior Wong Abad, se emite la presente sentencia.

I. EXPOSICIÓN DE LOS AGRAVIOS

PRIMERO.- Resolución apelada.- Es materia de grado la apelación interpuesta


contra la sentencia contenida en la resolución número siete, de fecha veintiocho de
enero de dos mil trece, obrante de fojas ciento setenta y tres a fojas ciento ochenta y
ocho, que declara infundada la demanda interpuesta por Pacífico Peruano Suiza
Compañía de Seguros y Reaseguros Sociedad Anónima contra el Instituto Nacional
de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual y el
señor Evaristo Floro Jiménez.

SEGUNDO.- Fundamentos del recurso de apelación.- La apelante señala como


principales argumentos en su medio impugnatorio lo siguiente:
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Expediente N° 720-2012

A).- En aplicación de lo dispuesto por el artículo 17 del Reglamento de la Ley N°


27181:
“…no se encuentra obligado a indemnizar a los conductores u ocupantes de
otro vehículo siniestrado, que no cuenten con el seguro obligatorio, lo que
resulta coherente con el hecho de que estamos ante un seguro obligatorio y
con cobertura que debe realizarse sin mayor trámite administrativo o policial”
(véase a fojas ciento noventa y nueve).

B).- Afirma que su posición se ve reforzada:

“…con lo establecido, en el numeral 3 de la Resolución Ministerial N° 306-


2002-TC-15.02 modificada por Resolución Ministerial N° 444-2004-MTC-02,
dispositivo que establece expresamente que ‘El Seguro Obligatorio de
Accidentes de Tránsito actúa bajo la modalidad de un seguro de accidentes
personales y cubre la muerte y lesiones corporales que sufran las personas,
sean ocupantes o terceros no ocupantes de un vehículo automotor asegurado,
como consecuencia de un accidente de tránsito en el que dicho vehículo haya
intervenido” (véase a fojas doscientos).

C).- Insisten además en que la resolución de Indecopi está imponiendo una obligación
solidaria:

“…toda vez que la solidaridad que ésta (sic) debe ser considerada como una
excepción a la regla general de responsabilidad, que sólo proviene o se
instituye mediante pacto o por disposición legal, lo que no se desprende de lo
establecido en el artículo 17 del Reglamento. Señalar lo contrario corresponde
a una interpretación contraria a la Ley, careciendo de todo sustento afirmar
que la finalidad del señalado cuarto párrafo, es otorgar cobertura inmediata e
incondicional a todas las víctimas de un accidente, más aún cuando la norma
reglamentaria distingue expresamente entre ocupante y peatones o terceros
no ocupantes, estableciendo regímenes distintos” (véase a fojas doscientos
uno).

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D).- “Del mismo modo, consideramos que la sentencia, no se ha pronunciado sobre


uno de los postulados de nuestra pretensión, es decir, que la decisión del Indecopi al
buscar una finalidad social, lo que va ocasionar es que desincentive la adquisición del
SOAT, pues decisiones como las que son materia del presente proceso, resultan
finalmente contradictorias con la obligatoriedad de contratar el SOAT, por lo que de
acogerse aquella, reiteramos, se estaría generando un grave desincentivo para dicha
contratación y obligaría a un incremento del importe de las primas que generaría un
seguro de contratación inviable con un mayor impacto social, que el que
supuestamente se pretende proteger” (véase de fojas doscientos uno a doscientos
dos).

E).- La sentencia resulta absurda y sin asidero legal alguno, pues el artículo 65 de la
Constitución, establece una pauta para la protección a los consumidores, cuyos
alcances debe establecerse por ley, pero de ninguna manera establece un supuesto
para considerarse (sic) consumidor a cualquier persona, sólo con el afán de otorgarle
protección, por una mal entendida finalidad social” (véase a fojas doscientos tres).

F).- Finalmente, sostiene además que:

“… no puede ni debe confundirse los alcances del artículo 4 y 14 del


Reglamento, sobre inmediatez e incondicionalidad del pago indemnizatorio,
con un tema de solidaridad para el pago del mismo, en el caso de no contar
con el SOAT, pues como puede verse de lo establecido en el artículo 17 del
Reglamento, la pretendida solidaridad invocada no ha sido considerada por el
legislador, por lo que resulta improcedente postularla vía interpretación, por lo
que no existe obligación legal, reglamentaria ni contractual por las cuales se
deba extender la cobertura del SOAT, a los ocupantes de vehículos que por
negligencia, no cuenten con el seguro o éste se encuentre vencido” (véase a
fojas doscientos tres).

II. ANÁLISIS

PRIMERO.- Constituye pretensión principal postulada por la demandante mediante


escrito de fojas 60 a 88, subsanada a fojas 93, que se declare la nulidad total de la

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Resolución Nº 3198-2011/SC2-INDECOPI, de fecha 24 de noviembre de 2011, que


confirma la Resolución N° 1933-2011/CPC-INDECOPI, de fecha 21 de julio de 2011,
la cual a su vez declaró fundada la denuncia presentada por el señor Evaristo Floro
Jiménez Quispe, por infracción al artículo 8 del Decreto Legislativo 716, por
considerar que quedó acreditado que la demandante denegó injustificadamente la
cobertura del SOAT, ordenándole en tal sentido que haga efectiva la póliza del
vehículo de placa de rodaje HQ-7526 a favor del denunciante otorgándole las
respectivas coberturas y, sancionándola con una amonestación.

SEGUNDO.- Antes de iniciar el análisis de los argumentos expuestos por las parte
corresponde establecer algunas premisas para el posterior desarrollo de los
argumentos que sustentarán la presente resolución.

Así, debe señalarse, en primer lugar, que de acuerdo a lo previsto por el artículo 6.1
de la Ley General de Transporte Terrestre:

“El Estado procura que todos los agentes que intervienen en el transporte y en
el tránsito perciban y asuman los costos totales de sus decisiones,
incluidos los costos provocados sobre terceros como consecuencia de tales
decisiones. Asimismo, promueve la existencia de precios reales y competitivos
en los mercados de insumos y servicios de transporte y corrige, mediante el
cobro de tasas u otros mecanismos similares, las distorsiones de costos
generadas por la congestión vehicular y la contaminación”.

Es decir, se busca que cada uno de los agentes que utilizan, como en el caso que nos
ocupa, vehículos automotores asuman los riesgos y costos derivados de las
decisiones que tal uso implica; por tal motivo, cuando la misma ley, o cualqui er otra,
pretenda cargar a un agente con el costo de un riesgo que no ha asumido
voluntariamente debemos esperar, dada la regla general señalada, que ese riesgo le
sea trasladado expresamente.

En segundo término, es necesario resaltar que de acuerdo a lo prescrito por el


numeral 2 del Artículo V del Título Preliminar del Código del Consumidor, el principio

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de interpretación pro consumidor solo resulta de aplicación en el caso de “duda


insalvable en el sentido de las normas”.

Esto nos indica, por tanto, que el principio de interpretación más favorable al
consumidor solo podrá ser utilizado cuando el intérprete demuestre que existen dos (o
más) sentidos interpretativos igualmente posibles que se deriven del mismo texto
legal.

TERCERO.- En el presente caso los hechos que motivan la denuncia por falta de
idoneidad en el servicio se refieren a un accidente de tránsito, en el cual estuvieron
involucradas dos unidades automotoras, que tuvo como consecuencia la muerte de
uno de los ocupantes de la unidad automotora que no contaba con el Seguro
Obligatorio contra Accidentes de Tránsito (SOAT); por consiguiente, corresponde
definir cuál es el sentido que debemos atribuir al último párrafo del artículo 17 del
Texto Único Ordenado del Reglamento Nacional de Responsabilidad Civil y Seguros
Obligatorios por Accidentes de Tránsito1, cuyo texto es el siguiente:

“En el caso que alguno de los vehículos que participa en el accidente de


tránsito no contase con el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito, el
propietario, el conductor y en su caso, el prestador del servicio de transporte
responden solidariamente frente a los ocupantes de dicho vehículo, terceros
no ocupantes, establecimientos de salud y compañías de seguros por el monto
de los gastos incurridos y/o indemnizaciones que éstos hubieren pagado a los

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Artículo 17.- En caso de accidentes de tránsito en que hayan participado dos o más vehículos,
cada compañía de seguros será responsable de las indemnizaciones correspondientes a las personas
transportadas en el vehículo por ella asegurado.

En caso de peatones o terceros no ocupantes de vehículos automotores, las compañías de


seguros intervinientes serán responsables solidariamente de las indemnizaciones que correspondan a dichas
personas o su (s) beneficiario (s).

En este último caso, la compañía de seguros que hubiere pagado tendrá derecho a repetir contra las demás para
exigirles su correspondiente participación sin perjuicio de los convenios que para el efecto puedan celebrar las
compañías de seguros involucradas.

En el caso que alguno de los vehículos que participa en el accidente de tránsito no contase con el Seguro
Obligatorio de Accidentes de Tránsito, el propietario, el conductor y en su caso, el prestador del servicio de
transporte responden solidariamente frente a los ocupantes de dicho vehículo, terceros no ocupantes,
establecimientos de salud y compañías de seguros por el monto de los gastos incurridos y/o indemnizaciones
que éstos hubieren pagado a los accidentados frente a los cuales, los sujetos antes mencionados, resulten
responsables.

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accidentados frente a los cuales, los sujetos antes mencionados, resulten


responsables”.

La resolución impugnada sostiene al respecto lo siguiente:

“Al analizar la literalidad del dispositivo en cuestión, se desprenden dos


enunciados claros: el primero que dicha norma establece la responsabilidad
solidaria del propietario, conductor y prestador del servicio de transporte de la
Unidad 1, respecto de las víctimas ocupantes de dicho vehículo, en el
supuesto que no cuente con SOAT; y el segundo enunciado es aquel que
señala que dichos responsables solidarios deben reembolsar a la compañía
aseguradora los gastos o indemnizaciones que hubiere pagado a los
accidentados.

La pregunta que surge del segundo enunciado es, ¿cuál es la aseguradora a


la que los responsables solidarios deben devolver los gastos e
indemnizaciones que hubieran pagado a los accidentados?, en opinión de esta
Sala la única respuesta lógica posible, que surge naturalmente del análisis de
dicho enunciado, es que ante la inexistencia de aseguradora de la Unidad 1, la
aseguradora a que se refiere dicho artículo sea la de la Unidad 2, es decir,
aquella con la que se contrató la póliza del vehículo que si contaba con SOAT”
(véase a fojas cuarenta y tres).

Iniciando el análisis de esta interpretación debemos señalar, en primer lugar, que el


tercer párrafo del artículo 17 no reglamenta la obligaciones ni de las compañías
aseguradoras ni de los centros de asistencia sino, como se desprende de su sola
lectura, establece las responsabilidades de los propietarios, conductores y
prestadores del servicio de transporte de una unidad automotora que no contaba con
el SOAT. En efecto, pretender inferir del texto citado obligaciones tanto a cargo de la
compañía aseguradora como del centro asistencial podría llevarnos al absurdo de
sostener que este último también estaría obligado a pagar las indemnizaciones
reclamadas en tanto el párrafo transcrito utiliza la conjunción “y/o” y además permite
que el centro asistencial pueda repetir contra los directamente obligados.

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Por consiguiente, utilizar una interpretación literal para intentar reglar una situación
que no se encuentra en el supuesto de hecho de la norma analizada solo puede
conducirnos al error.

Por nuestra parte, consideramos que tanto los centros asistenciales como las
compañías aseguradoras podrán repetir contra el propietario, conductor o prestador
del servicio cuando incurran en gastos médicos o paguen indemnizaciones a las
personas frente a las cuales estaban obligadas a responder.

En el caso de las compañías aseguradoras sus obligaciones están claramente


establecidas en el artículo 29 del mismo reglamento el cual señala expresamente que:

“El Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito cubrirá, como mínimo, los


siguientes riesgos por cada persona, ocupante o tercero no ocupante de
un vehículo automotor asegurado (…)” (subrayado y resaltado nuestro).

Por consiguiente, debemos concluir que resulta equivocado deducir del tercer párrafo
del artículo 7 del Texto Único Ordenado del Reglamento Nacional de Responsabilidad
Civil y Seguros Obligatorios por Accidentes de Tránsito la existencia de una obligación
de indemnizar, por parte de la compañía aseguradora del vehículo que sí contaba con
el SOAT a ocupantes de otro vehículo participante en un accidente de tránsito que no
contaba con dicho seguro.

CUARTO.- Finalmente, se señala que la interpretación sostenida por la Sala de


Defensa de la Competencia se encontraría “en línea con lo dispuesto por otros
dispositivos del Reglamento del SOAT y la Ley General de Transporte y Tránsito
Terrestre, [la cual] busca que se otorgue cobertura inmediata a todas las víctimas de
un accidente de tránsito o a sus beneficiarios”.

Sin embargo, como ya hemos desarrollado, los loables propósitos de la Ley General
de Transporte y Tránsito Terrestre y del Reglamento del SOAT no pueden servir para
crear obligaciones que se encuentran fuera de las que establecen las mismas normas
citadas.

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Por el contrario, como también se ha sostenido por el voto en minoría que acompaña
a la Resolución impugnada, la ampliación de las obligaciones de la compañía
aseguradora a beneficiarios no contempladas por la norma tiene un claro efecto
nocivo para lograr la cobertura que busca la Ley, en tanto personas que no
contrataron el servicio de seguro o que utilizaron un vehículo automotor que no se
encuentra asegurado trasladan sus daños a las personas que sí lo hicieron.

Efectivamente, debe recordarse que finalmente quienes pagarán estas


indemnizaciones, a través del aumento que puedan sufrir las primas
correspondientes, son las personas que responsablemente contrataron su SOAT, es
decir, contrariando lo señalado por el artículo 6.1 de la Ley General de Transporte
Terrestre, estos agentes estarán asumiendo los costos por decisiones negligentes de
quienes no cumplieron con sus responsabilidades legales.

Se ha señalado que este último efecto estaría conjurado por la multa que puede
imponerse a quien conduce un vehículo sin contar con el SOAT, sin embargo,
consideramos que no puede tenerse frente al cumplimiento de la leyes tan solo una
aproximación represiva, por el contrario, creemos que los ciudadanos deben saber
que cumplir con las leyes hace una diferencia palpable en su vida diaria, que quien
cumple con ella puede reclamar más derechos y que ajustarse a las normas no le
impone cargas que corresponden a los que las incumplieron.

NOVENO.- Consiguientemente, por las razones anotadas, esta Sala Superior


considera que la resolución administrativa impugnada se encuentra incursa en la
causal de nulidad prevista en el numeral 1 del artículo 10 de la Ley 27444, por lo que
la demanda de autos deviene en fundada, debiendo revocarse en tal sentido la
sentencia apelada que la desestima.

III).- DECISIÓN:

Por los fundamentos que anteceden:

REVOCARON la sentencia contenida en la resolución número siete, de fecha


veintiocho de enero de dos mil trece, obrante de fojas ciento setenta y tres a fojas

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ciento ochenta y ocho, que declara infundada la demanda de fojas 60 a 88,


subsanada a fojas 93; y, REFORMÁNDOLA, declararon fundada la referida
demanda, en consecuencia NULA la Resolución Nº 3198-2011/SC2-INDECOPI, de
fecha 24 de noviembre de 2011, que confirma la Resolución N° 1933-2011/CPC-
INDECOPI, de fecha 21 de julio de 2011; ORDENÁNDOSE a la entidad administrativa
que emita nueva resolución teniendo en cuenta lo expuesto en la presente sentencia.

En los seguidos por El Pacífico Peruano Suiza Compañía de Seguros y Reaseguros


S.A. contra el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Propiedad
Intelectual –INDECOPI- sobre Nulidad de Resolución Administrativa. Notificándose y
Devolviéndose.- JMWA//

WONG ABAD TORRES GAMARRA

DÁVILA BRONCANO

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