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Causa nº: 2-63638-2018


"ROMBO COMPAÑIA FINANCIERA SA C/ PEDROZA JUAN EMANUEL S/
ACCION DE SECUESTRO (ART.39 LEY 12962) "
JUZGADO EN LO CIVIL Y COMERCIAL Nº 3 - TANDIL

Sentencia Registro nº: 79 Folio: .............

En la ciudad de Azul, a los doce días del mes de Junio del año Dos Mil

Diecinueve, reunidos en Acuerdo Extraordinario los Señores Jueces de la

Excma. Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial Departamental, Sala II,

Doctores María Inés Longobardi, Jorge Mario Galdós y Víctor Mario Peralta

Reyes, para dictar sentencia en los autos caratulados “Rombo Compañía

Financiera SA c/ Pedroza, Juan Emanuel s/ Acción de secuestro

prendario” (causa nro. 63.638), habiéndose procedido oportunamente a

practicar la desinsaculación prescripta por los arts. 168 de la Constitución

Provincial, 263 y 266 del C.P.C.C., resultando de ella que debían votar en el

siguiente orden: Dres. Galdós- Longobardi –Peralta Reyes.

Estudiados los autos, el Tribunal resolvió plantear y votar las

siguientes:

-C U E S T I O N E S-

1era. ¿Es justa la sentencia apelada de fs. 30?.

2da. ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?.

-V O T A C I O N-

A LA PRIMERA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Galdós, dijo:

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I. 1. Rombo Compañía Financiera SA promovió la acción de

secuestro prendario prevista en el art. 39 de la ley 12.962 contra Juan

Emanuel Pedroza, con el objeto de obtener la entrega del vehículo

automotor marca Renault, modelo Kangoo, Dominio AA-852-LF y proceder a

su venta extrajudicial, en virtud de un saldo deudor de un crédito garantizado

con prenda de $ 149.959,26. Solicitó que se libre mandamiento de

secuestro.

2. En Primera Instancia la relación fue calificada como de

consumo en virtud de la actividad financiera desarrollada por la parte actora

y el uso particular denunciado por el demandado en el contrato prendario,

por lo que previo a proveer el secuestro se ordenó dar intervención al Agente

Fiscal (fs. 30).

3. Contra dicha resolución se interpuso recurso de revocatoria

con apelación en subsidio (fs. 32/36vta.).

El recurrente se agravió del desconocimiento de la vigencia del

art. 39 de la ley 12.962 que faculta a las entidades financieras autorizadas

por el BCRA o instituciones bancarias o financieras de carácter internacional,

a promover secuestros con la sola presentación del certificado prendario.

Dijo que se trata de una ley especial que no puede dejarse de lado por la ley

del consumidor, que es de carácter general. Manifestó que la finalidad del

secuestro prendario es la celeridad en la obtención y recupero de los

créditos que gozan de garantía real, atento la particular movilidad que tiene

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el vehículo automotor, y aseguró que de no contar con la posibilidad de

obtener rápidamente el recupero de la unidad las financieras carecerían de

interés económico en otorgar esta clase de créditos. Expresó que la

actividad de la actora y el destino del crédito garantizado con prenda no son

suficientes para concluir que existe una relación de consumo. Destacó la

naturaleza cautelar del secuestro, ya que se trata de un proceso inaudita

pars. En todo caso, siendo el acreedor una entidad con solvencia

garantizada, se otorga la posibilidad al deudor de reclamar en un juicio

ordinario posterior. Dijo que el art. 36 de la LDC se aplica a los litigios, y el

proceso de secuestro prendario no puede ser calificado como tal, ya que no

existen dos partes contendientes sino que se trata de un proceso de

jurisdicción voluntaria en el que sólo interviene el acreedor. Afirmó que

permitir la intervención del deudor implicaría la frustración de la finalidad del

proceso, ya que en el secuestro prendario la actividad jurisdiccional es

extremadamente limitada, pues se agota con la mera comprobación del juez

de los recaudos de admisibilidad de la medida y su diligenciamiento, por lo

que la acción promovida se encuentra fuera del ámbito del art. 36 de la LDC.

Consideró que la facultad del actor no colisiona con ninguna norma

constitucional y ha sido ratificada en el nuevo Código Civil y Comercial.

Solicitó que se revoque la resolución de fs. 30 y en subsidio dedujo recurso

de apelación.

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4. El recurso de reposición fue rechazado y se concedió el de

apelación a fs. 40/42 interpuesto en subsidio. Para así resolver la magistrada

de Primera Instancia dijo que el art. 39 de la Ley de Prenda con Registro

faculta al acreedor a solicitar al juez el secuestro de los bienes prendados y

su entrega al acreedor, sin que el deudor pueda promover ningún recurso,

encontrándose facultado para la venta de los objetos prendados, sin

perjuicio de que puedan ejercerse en juicio ordinario los derechos que tenga

que reclamarle. Esto significa que el proceso de secuestro y venta del bien

pignorado se realiza sin posibilidad de control alguno por parte del deudor.

Analizando el origen del régimen de prenda con registro, destacó que no fue

pensado para regular relaciones de consumo, sino que consistió en una

medida de política crediticia destinada a productores, comerciantes e

industriales. Por tanto, no se trata de una herramienta otorgada al proveedor

contra el consumidor –cuyos derechos, en aquella época, apenas si se

mencionaban y no existía legislación alguna que los reconociera y

protegiera-, sino que fue establecida con un propósito de promoción

económica de productores, comerciantes e industriales con la finalidad de

que estos pudieran utilizar la cosa prendada mientras se encontraba vigente

la garantía. Concluyó que los destinatarios finales del régimen no fueron los

consumidores, sino por el contrario, otros productores o proveedores de

bienes y servicios. Empero, y tras ello, dijo que en autos se verifica una

operación de crédito para el consumo, dado que el deudor contrajo un

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empréstito con la entidad actora, garantizado con un automotor nuevo, para

uso privado, y en tanto la presente acción importa la facultad de secuestrar

los bienes prendados sin dar audiencia al demandado, contradice las

disposiciones y garantías que la Ley de Defensa del Consumidor asegura a

los usuarios y consumidores. Enfatizó que el régimen de secuestro prendario

no sólo importa un diferimiento del derecho de defensa del consumidor hasta

el momento del juicio ordinario, sino que además conlleva la inversión de la

carga de la prueba en perjuicio de éste, que deberá probar que fue mal

ejecutado.

Consideró que en las relaciones de consumo debe prevalecer

el sistema protectorio sobre el régimen de prenda con registro, cuando éste

contradice sus disposiciones.

5. Corrida vista, el Fiscal General dijo que su opinión respecto

de las acciones de secuestro prendario acerca de las cuales en un primer

momento no había opuesto mayores reparos –más allá de requerir que se

trata de las empresas autorizadas para solicitarlo-, requieren su revisión al

impedir la participación del demandado que conlleva una afectación

irrazonable del derecho de defensa e impide el control de los requisitos

previstos en el art. 36 de la LDC. Con relación a las normas de prenda que

surgen del Código Civil y Comercial (arts. 2219 a 2231), dijo que carecen de

una mención expresa a los consumidores y en ninguna se prohíbe la

presentación del deudor en los juicios. Por ello, propicia la declaración de

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inconstitucionalidad de la norma que rige el secuestro prendario en tanto

impide al deudor participar en el proceso, correspondiendo proveer lo

conducente para la bilateralización del proceso, pudiendo ordenarse a la

actora que reformule la acción acogiéndose a otra que permita la

participación del consumidor.

6. A fs. 51 se consideró definitiva la cuestión objeto de

apelación, por lo que deberá resolverse con la formalidad del acuerdo (fs.

51), y realizado el sorteo de rigor (fs. 52), se encuentra el expediente en

condiciones de dictar sentencia.

II. 1.-Anticipo mi opinión en el sentido de que debe acogerse el

pedido del Fiscal de Cámaras, aunque con un alcance parcialmente distinto

al solicitado, declarando- en lugar de la inconstitucionalidad del art 39 del

Decreto/Ley de Prenda con Registro nº 15.348/46 ratificado por

ley12.962,según decreto 897/ 1995, su desplazamiento en las relaciones de

consumo. En tal sentido, y en lugar de la declaración de inconstitucionalidad

de la norma con relación a los sujetos comprendidos en el régimen

protectorio del consumo, procede disponer- como lo hicieron anteriores

precedentes judiciales- su inaplicabilidad, o su desplazamiento –tal como se

decidió en las conclusiones y recomendaciones del XVII CONGRESO

ARGENTINO DE DERECHO DEL CONSUMIDOR (en memoria al Profesor

Dr. Félix A. Trigo Represas (Mar del Plata, 3 y 4 de noviembre de 2017),

respecto de la protección de los consumidores de crédito contra acciones de

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recupero abusivas, en el cual se señaló que: “a) la vía reconocida por el

artículo 39 de la Ley de prenda N° 12.962 resulta desplazada por colisionar

con los principios fundamentales del derecho del consumo, por lo que no

corresponde su planteo contra los consumidores de crédito. b) Resulta

deseable una modificación legislativa que determine la prohibición expresa

de los eventuales planteos de los secuestros prendarios contra los

consumidores de crédito (cfr. Revista de Derecho del Consumidor, Número

3, 15/11/2017; cita on line IJ-CDLXXXIV-4). En otras palabras parecidas, y

acudiendo aquí a las expresiones de la Fiscal General ante la Cámara

Comercial Nacional, Dra Gabriela Boquín, “los secuestros prendarios

interpuestos por las entidades financieras contra los consumidores y

usuarios de crédito son improcedentes”. Señaló además que: a) La LDC es

una norma de orden público (art. 65) y ostenta jerarquía constitucional (art.

42). Es indisponible por las partes y de aplicación obligatoria para los jueces.

La incompetencia de oficio no sólo es procedente, sino que constituye un

deber del tribunal. b) La Ley de Prenda data de 1946, tuvo origen en un

decreto ley, que a pesar de haber sido luego ratificado por ley, fue dictado a

fin de "favorecer la economía, operaciones de crédito de productores,

comerciantes e industriales para el desenvolvimiento de sus actividades...

con miras, sobre todo, a no entorpecer o dificultar el proceso económico de

su utilización, transformación o comercialización", y no "para dar una

herramienta al proveedor contra el consumidor". c) El proceso de secuestro

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prendario inaudita parte previsto en el art. 585 del CCom., hoy receptado en

el art. 2229 del CCCN, viola derechos constitucionales y, en particular, el

acceso a la justicia, el derecho de defensa en juicio y el juez natural.

Además, se afecta el art. 36 de la LDC y, por ende, se vulneran los derechos

del consumidor, por alejar la causa de los jueces de su domicilio. d) La

competencia territorial, si bien es prorrogable, en virtud del art. 4º del

CPCCN, la norma no resulta aplicable, pues media una ley de orden público

(art. 65, LDC) que prohíbe expresamente la prórroga de jurisdicción en razón

del territorio y define la competencia a favor del domicilio del consumidor

(art. 36, LDC). Además se trata de una cláusula abusiva, pues, cuando no

existió libertad de contratación, máxime cuando la LDC presupone que la

prórroga territorial obstruye o perjudica la defensa del consumidor

(www.fiscales.gob.ar/usuarios-y-consumidores).

En síntesis, por estos argumentos, la Fiscal consideró que

correspondía declarar la incompetencia de oficio, en tanto se funda en una

norma de orden público diseñada precisamente para garantizar el acceso a

la jurisdicción del consumidor y su derecho de defensa, por lo que la

cláusula de prórroga de competencia era nula (ver fundamentos y nota

laudatoria compartiendo dichos fundamentos en: Junyent Bas, Francisco –

Garzino, María Constanza “Secuestro prendario y Ley de Defensa del

Consumidor”, cita online AR/DOC/4372/2016).

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2.- Cabe destacar que si bien este tribunal declaró que cuando

el juez requiriere el cumplimiento de lo normado por el art. 36 de la Ley

24.240 en uso de las facultades conferidas por el art. 34 inc. 5º del CPCC la

resolución es inapelable, pues trasunta el ejercicio de las denominadas

facultades privativas del magistrado (esta Sala, causa N° 59.181, sent. del

14/8/14, “González c/ Leal”; causa N° 58.686, sent. del 15/5/14, “Banco

Santander Río SA c/ Orona”, entre otras), lo cierto es que dicho criterio no

resulta aplicable al supuesto de autos, donde ha sido cuestionada la

calificación de la relación de consumo y la constitucionalidad de la Ley de

Prenda, por lo que debe analizarse primero su posible configuración ya que

de ello depende la aplicación del sistema protectorio y la respuesta a la

siguiente cuestión (esta Sala, causas nros. 60.066, del 8/10/15 “Unión

Group…”, 55.029, del 19/5/11 “Banco de la Provincia de Buenos Aires c/

Rodríguez, Valerio”; 58.182, del 20/2/14 “Consumo SA c/ Rey”, 58.917, del

4/11/14 “Bazar Avenida SA c/ González de Castro”, entre otras).

3.- La sentencia apelada calificó la relación a partir de la

actividad de “Rombo Compañía Financiera SA”, como proveedora de

servicios financieros, y la calidad de consumidor de Juan Emanuel Pedroza,

que fue deducida del uso particular del vehículo que surge del contrato de

prenda con registro (fs. 8/11, 30; arts. 1, 2, 3 ss. y cdtes. de la ley 24.240 y

sus modificatorias). El apelante cuestionó esa calificación expresando que la

actividad principal de Rombo y el destino del crédito, no permiten concluir la

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existencia de una relación de consumo (fs. 32 in fine). Este Tribunal ha

señalado que consumidor es la persona humana o jurídica que adquiere o

utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario

final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social (cfr. art. 1092 del

Código Civil y Comercial; art. 1° de la ley 24.240, según ley 26.994 que

unificó el concepto en ambos textos: arts 1093 a 1095 CCCN). Analizando el

concepto de consumidor Hernández destacó la centralidad que ha adquirido

para establecer la existencia o no de una relación de consumo, presupuesto

que permite determinar el acceso al sistema normativo protectorio (cfr.

Hernández, Carlos A. “Tratado de derecho del consumidor”, Gabriel Stiglitz y

Carlos A. Hernández (Dir.), Ed. La Ley, Bs. As., 2015, pág. 416; Santarelli,

Fulvio G. “Ley de Defensa del Consumidor”, Picasso-Vázquez Ferreyra

(Directores), Tomo I, Ed. La Ley, Buenos Aires 2009, pág. 30). De manera

que: “…consumidor final es quien adquiere bienes o servicios sin intención

de obtener una ganancia por su posterior enajenación, ni de emplearlos en

un proceso de producción o comercialización de bienes o servicios

destinados al mercado…” (Farina, Juan M. “Defensa del consumidor y del

usuario”, Ed. Astrea, 2004, pág. 45 y ss) (esta Sala, causa nro. 61.713, del

21/3/17 “Banco de la Provincia de Buenos Aires c/ Marrero”).

En el otro extremo de la relación se encuentra el proveedor,

cuya noción es amplia en nuestro ordenamiento (arts. 2 de la LDC, art. 1093

del Cód. Civ. y Com.; Hernández, Carlos A. “Relación de consumo” en

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“Tratado de derecho del consumidor” Gabriel Stiglitz y Carlos A. Hernández

(Directores), Tomo I, Ed. La Ley 2015, págs. 425 y sgtes.). Comentando el

art. 1093 del Cód. Civ. y Com., señaló Wajntraub que la norma “no sólo hace

referencia a quienes resulten ser personas físicas o jurídicas que actúen

profesionalmente o empresas productoras de bienes o prestadoras de

servicios, de naturaleza pública o privada, sino también se señala a todo

aquél que obre aun ‘ocasionalmente’, siempre que tengan por objeto la

adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de consumidores

o usuarios, para su uso privado, familiar o social. Es decir que lo que

determinará que un oferente sea calificado como proveedor será definido

con el foco puesto en el destinatario, que deberá ser un consumidor o

usuario” (Wajntraub, Javier “Código Civil y Comercial de la Nación”, Ricardo

Luis Lorenzetti (Dir.), Tomo VI, Ed. Rubinzal-Culzoni 2015, pág. 236) (esta

Sala, causa nro. 62.269, del 10/8/17 “Blanco…”).

Analizando el contrato de fs. 8/8vta. surge el otorgamiento de

un préstamo de dinero garantizado con una prenda con registro sobre un

automotor para uso particular (fs. 8), lo que permite presumir la calidad de

consumidor del demandado; por otro lado el acreedor es una entidad

financiera (fs. 16) que actuó en el contrato de prenda como proveedor de

servicios financieros, lo que permite deducir la existencia de una relación de

consumo, sin que existan elementos adicionales que permitan desvirtuar la

calificación realizada en Primera Instancia (arts. 1, 2, 3, 4, 36, 53 ss. y

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cdtes. de la LDC; arts 1092 a 1095 CCCN doct. y jurisp. cit., art. 163 inc. 5,

384 y concs. CPCC).

Por ello, no habiendo aportado el apelante elementos que

permitan revisar lo resuelto en la anterior instancia, conforme la carga

incumplida que le impone el art 53 LDC, y en consonancia con los arts 963,

1094, 1095 y concs CCCN corresponde confirmar la sentencia apelada en

cuanto calificó como relación de consumo a la vinculación jurídica de autos

(cfr. contrato de fs. 8/8vta., fs. 16, 30, 32; arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37, 53, 65 ss. y

cdtes. de la LDC; arts. 1092 y sgtes. de Cód. Civ. y Com., doct. y jurisp. cit.).

4.- En este proceso, las partes han celebrado una operación de

crédito para el consumo. Así, tanto la Corte Suprema como la Suprema

Corte provincial, y si bien para asignar la competencia, han resuelto que el

art. 36 de la LDC, que se refiere a las operaciones financieras para el

consumo y de crédito para el consumo no formula ninguna distinción por lo

que el contrato de mutuo con garantía hipotecaria queda comprendido en

esa norma (atento al vínculo establecido entre los contratantes y las

circunstancias personales –que son las partes de este proceso-), la actividad

financiera de la actora y la persona privada de las demandada (cfr. CS,

sent. del 4/7/17 “HSBC Bank Argentina SA c/ Gutiérrez, Mónica Cristina s/

Ordinario). En este mismo sentido se pronunció la Suprema Corte provincial

en (causas C. 120.068, del 28/9/16 “Fiat Crédito Cía. Financiera SA c.

Pilarczyk, Mauricio Bruno s. Acción de Secuestro (art. 39 Ley 12.962) y C.

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122.571 “Scalise, Vicente Rosario c. Renault Argentina SA s. consignación”).

La relación de consumo puede inferirse prima facie de las constancias

contractuales de la prenda invocada (CNCom., Sala C, "HSBC Bank

Argentina S.A. c. Cisterna, Ana María s/ secuestro prendario", sent. 3-II-

2015, DJ 15/07/2015 88, cita online: AR/JUR/600/2015).

5. El apelante cuestionó la aplicación del art. 36 LDC al

secuestro prendario alegando que se trata de un proceso voluntario fuera de

la órbita de la norma, cuyo ámbito de actuación se encuentra acotado a los

litigios. Citó jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo

Comercial (Sala A), que establece que el art. 39 de la ley 12.962 excluye la

existencia de contradicción o litigio (CNCom., Sala A, del 15/06/10 “Banco

Comafi SA c/ Medina”) y destacó que el secuestro prendario prevé la

ejecución directa del bien, cuando el acreedor aparece calificado con ciertos

requisitos de profesionalidad que presuponen seriedad y responsabilidad en

su proceder, con prescindencia de la intervención judicial (Cám. Civ. y Com.

Mar del Plata, sent. del 9/12/98 “Citibank NA c/ Morawski”). Citó

jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que admitió las

ejecuciones de este tipo mediando una convención libremente pactada con

base legal, por razones de conveniencia y utilidad social (CSJN, del

21/2/1958 “Banco de la Provincia de Buenos Aires v. Luis Viale”, Fallos,

240:66) (cfr. agravios de fs. 32/33).

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6. El agravio no es atendible. La aplicación del art. 36 LDC al

secuestro prendario fue admitida por la Suprema Corte provincial con

relación a la cláusula de competencia. Señaló el tribunal que: “más allá de

las limitaciones propias del trámite (art. 39 del dec.-ley 15.348/1946;

ratificado por ley 12.962), prevalece su naturaleza jurisdiccional, máxime

cuando en el marco de ese trámite podrían dirimirse eventuales cuestiones

inherentes a la eficacia de la diligencia de secuestro u otras a que dé lugar la

liquidación del producido de la subasta del bien prendado” (SCBA, C.

120.068, “Fiat Crédito Cía. Financiera SA…” y C. 122.571 “Scalise”, citados

con relación a Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Sala C,

“HSBC Bank Argentina SA c. Cisterna, Ana María s/ secuestro prendario”,

sent. del 3/II/2015, DJ 15/7/2015, cita on line AR/JUR/600/2015; CS, 4/7/17,

“HSBC Bank Argentina SA c/ Gutiérrez, Mónica Cristina s/ Ordinario; en este

sentido: Moschini Arauz, María y Acerbo, Jeremías “Competencia territorial

en secuestros prendarios contra los consumidores”, cita on line

AR/DOC/3904/2014). A la misma conclusión llegó este Tribunal cuando

autorizó al demandado a abrir una cuenta judicial a los fines de acreditar el

depósito del capital, intereses del contrato de prenda y las costas (cfr. Sala I,

causa nro. 62.792 del 15/2/2018 “HSCB Bank Argentina SA c/ Corrado, José

Ricardo s/ acción de secuestro -art. 39 Ley 12.962-).

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, a través

de sus distintas Salas –con excepción de la mencionada Sala A-, se

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manifestó a favor de la aplicación del art. 36 LDC a los secuestros

prendarios. El fundamento utilizado es “la condición de las entidades que

promueven estos trámites –que en su enorme mayoría son entidades

financieras, bancarias o no- y el carácter de personas físicas de los sujetos

contra los que se dirige el mismo, puede presumirse la existencia de una

relación de consumo” (C.N.Com., Sala C, 29/06/2010, “Banco Supervielle

S.A.”, LL online, cita online: AR/JUR/39470/2010. C.N.Com., Sala D, “Toyota

Compañía Financiera de Argentina S.A.”, 16/06/2010, LL online, cita online:

AR/JUR/39283/2010. C.N.Com., Sala F, “Banco Comafi S.A.”, Expte.

053300/09, 26-11-2009.).

La Sala A de dicha Cámara Comercial –ya se anticipó-

mantiene aisladamente el criterio opuesto que considera que el secuestro

prendario no es un proceso contradictorio. Señaló que: “siendo el único

objeto de este proceso brindar apoyo jurisdiccional al acreedor prendario

para apoderarse del bien prendado sin que se halle previsto en su trámite

intervención del deudor, no se advierte cuál sería el sentido de analizar si la

relación jurídica que dio origen al otorgamiento del contrato prendario

constituye, o no, una relación de consumo a los efectos de la ley de defensa

del consumidor” (CNCom, Sala A, sent. del 19/03/2015, “HSBC Bank

Argentina SA…”, cita on line AR/DOC/3904/2014, sent. del 17/06/2010,

“Banco Supervielle S.A.”, cita online: AR/JUR/38670/2010). Cabe referenciar

que los criterios descriptos fueron objeto de Recurso Extraordinario ante la

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Corte Suprema de Justicia de la Nación con la finalidad de alcanzar el

correcto cumplimiento de la ley de defensa del consumidor y elevar los

actuales estándares de tutela judicial efectiva (cfr. “Presentaron recursos

extraordinarios ante la Corte Suprema para que se determine la

improcedencia de secuestros prendarios contra consumidores y usuarios,

www.fiscales.gob.ar/usuarios-y-consumidores).

Se advierte que tanto los argumentos vertidos por la CS como

por el Superior Tribunal Bonaerense, en las causas anteriores, participan de

la postura contraria y se apartan de los fundamentos. Conforme lo anterior,

la postura sustentada por el apelante en su recurso es minoritaria, tal como

lo reconoce el autor de la monografía transcripta –aun sin expresarlo

claramente- en los agravios (vgr. Morinigo, Fernando G. “Ejecución

prendaria extrajudicial”, Revista Argentina de Derecho Empresario –Número

13, del 1/12/13 -Ap. b “La ratio legis del art. 36 de la LDC no justifica su

aplicación al secuestro prendario-).

Lo expuesto permite concluir la aplicación del art. 36 de la Ley

del Consumidor al presente caso (arts. 42 de la CN, 38 de la Constitución

Provincial; arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37, 53, 65 de la LDC, arts. 1092, 1093 ss. y

cdtes. del Cód. Civ. y Com., doct. y jurisp. cit.).

7. La cuestión litigiosa radica en determinar la compatibilidad

del art. 36 LDC que establece derechos de información en favor del

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consumidor, con el procedimiento establecido en el art. 39 de la ley 12.962

(régimen de secuestro prendario) que no prevé su participación en el

proceso y la difiere para un juicio ordinario. En otras palabras: ¿procede el

secuestro prendario interpuesto por entidades financieras (art 39 Ley 12.962

cit.) contra el consumidor en las operaciones financieras y de crédito para el

consumo (art 36 LDC)?? En caso negativo ¿cómo se compatibilizan ambas

normativas?

Sobre la cuestión en análisis hay que destacar la existencia de

dos posturas contrapuestas que ponen en evidencia la complejidad del tema.

Enunciaré brevemente lo esencial de cada una de ellas.

La primera sostiene que el art. 39 de la Ley de Prenda no

resulta incompatible con el ordenamiento constitucional, ya que si bien no

prevé la participación del deudor en el proceso, su derecho de defensa se

encuentra garantizado en el proceso ordinario, y –además- no es de

aplicación la ley de defensa del consumidor, máxime que éste consintió las

condiciones contractuales que habilitan el secuestro compulsivo y su

posterior subasta. Esta posición es sostenida, con matices, por la mayoría

de la Cám. Civ. y Com. de La Matanza (Sala I), en los autos “Rombo Cía.

Financiera SA…” que –resuelto por mayoría de votos- consideró no

conducente que, a través de un argumento teórico de afectación de

derechos del consumidor, se pretenda inaplicar un mecanismo respecto del

cual no se acreditó por parte del acreedor prendario un abuso en el caso

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concreto o que se conculcara el derecho de defensa. Expresó que “sin

perjuicio que la relación entre las partes pueda enmarcarse en una relación

de consumo, lo cierto es que la operatividad del art. 39 del Decreto Ley

15.348/1946 (Ley 12.962), que se encuentra actualmente vigente y hace a lo

acordado por las partes al momento de la contratación, no aparece en el

caso en contradicción con la normativa consumeril cuando el derecho del

demandado se encuentra perfectamente amparado por la legislación en una

etapa posterior, siendo el trámite del secuestro una facultad que el legislador

ha otorgado al acreedor”. Señaló que “al momento de celebrar el contrato las

partes han estipulado que frente a una deuda el bien se encuentra a

disposición del acreedor con tan solo la presentación del certificado

prendario. En el caso es el propio consumidor que ha aceptado con su

propia conducta al suscribir el contrato de prenda por el mutuo celebrado la

disposición del bien ante la falta de pago” (voto del Dr. Pérez Catella, al que

adhirió el Dr. Taraborrelli, con disidencia del Dr. Posca). El fallo fue

comentado por Arias Cau quien opinó, a favor de la postura contraria

sostenida que: “es acertado el fundamento esbozado por el voto mayoritario,

en tanto entiende que el trámite especial previsto en la norma citada no

importa la iniciación de un proceso de ejecución técnicamente, sino que está

destinado a hacer efectiva la garantía prendaria mediante una venta privada.

Pero si en esta fase de ejecución o bien en el trámite especial del art. 39 de

la LPRT se presenta alguna circunstancia lesionatoria del derecho de trato

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‰8=è!H!ƒgEBŠ

digno del consumidor –agregó- tal como el despliegue de maniobras

vergonzantes, vejatorias o intimidatorias (art. 8º bis, LDC) no existen dudas

de que el consumidor cuenta con todo el ordenamiento jurídico para hacer

valer su derecho constitucional y de esta forma impedir cualquier tipo de

lesión o menoscabo a su interés” (Arias Cau, Esteban J. y Nasif, Sofía “El

régimen de defensa del consumidor, el secuestro prendario y el diálogo de

fuentes”, cita on line AR/DOC/2077/2018). En esta misma línea se enrola el

voto en disidencia del Dr- Guardiola en la causa “Fiat Crédito Cía.

Financiera SA c/ De Natale, César s/ acción de secuestro (art. 39, ley

12.962)”, sent. del 2/2/2017 (Cám. Civ. y Com., Junín), al señalar su

preocupación por aquellas interpretaciones jurídicas proclives a convertir el

diálogo de fuentes en un monólogo de alguna de ellas, sin advertir que

agudizan la debilidad estructural del consumidor a través de la mutilación y

el encarecimiento del crédito. Consideró que el secuestro prendario es un

procedimiento cautelar que se agota con el cumplimiento de la medida y

rencausa los eventuales reclamos del deudor por la vía del juicio ordinario.

La vía judicial expresa con que cuenta el deudor hace ceder la predicada

inconstitucionalidad del régimen (cfr. voto del Dr. Guardiola). La Cámara de

Apelación en lo Civil y Comercial de Mercedes expresó que: “…si bien la ley

12.962 (que ratificó el dec. Ley 15.346/46) data de 1947, al sancionarse

recientemente el Código Civil y Comercial (ley 26.994 de octubre de 2014),

el legislador no la derogó ni la modificó. Antes bien, en el capítulo referido a

19
‰8=è!H!ƒgEBŠ

la prenda, especialmente contempló la “prenda con registro” en el art. 2220,

definiéndola en forma similar a lo prescripto por dicha ley, y en la parte final

estableció: “se rige por la legislación especial”. Evidentemente, el legislador

conocía la ley de prenda y no tuvo ninguna intención de dejarla de lado,

pese a que incorporó los principios fundamentales de la ley 24.240 en el

Titulo “Contratos de consumo” (arts. 1092 a 1122). Pero ello –como lo indica

el art. 1094- en caso de duda sobre la interpretación de las normas -pero

aquí no hay ninguna duda- ya que el art. 39 del dec. Ley 15.346/46 (ratif. por

ley 12.962) es de una claridad meridiana, máxime cuando se lo confronta

con el art. 2220 que remite, en el caso de la prenda, a la legislación especial.

Cabe señalar que el principio tradicional “la ley general no deroga ni

modifica, implícita o tácitamente la ley especial” mantiene plena vigencia

(C.S.J.N., Fallos: 337:329). (Cám. Civ. y Com., Mercedes –Sala I-, sent. del

18/10/18, “PSA Finance Argentina Compañía Financiera Sociedad Anónima

c/ Chávez, Juan Alberto s/ Acción de Secuestro -art. 39 Ley 12.962-)

La segunda posición postula la inaplicabilidad del secuestro

prendario a las relaciones de consumo. La solución fue adoptada en el

mencionado “leading case” de la Cám. Civ. y Com., Junín, en los autos

citados “Fiat Crédito Cía. Financiera SA c/ De Natale, César s/ acción de

secuestro (art. 39, ley 12.962)”, sent. del 2/2/2017, –mayoría conformada por

los Dres. Castro Durán y Volta, con la disidencia del Dr. Guardiola

mencionada precedentemente-. La mayoría consideró que el procedimiento

20
‰8=è!H!ƒgEBŠ

previsto en art. 39 del decreto-ley 15.348 resulta inaplicable a las relaciones

de consumo, en tanto veda al deudor la posibilidad de ser oído. De esta

manera, la facultad conferida al acreedor, de secuestrar y subastar

extrajudicialmente el bien prendado sin posibilidad de participación del

deudor, resulta lesiva del trato digno y equitativo que cabe dispensar al

consumidor (art. 42 de la CN, y 8 de la ley 24.240). En esta línea, el Dr.

Posca en la disidencia en los autos “Rombo c/ Ruiz” (Cám. Civ. y Com., La

Matanza), consideró inconstitucional el procedimiento previsto en el art. 39

de la Ley de Prenda con Registro. En los fundamentos de su voto –que sólo

refiero brevemente- distinguió el proceso de ejecución prendaria, que prevé

la participación del deudor y respecto del cual no encuentra reparos

constitucionales, del trámite judicial especial de secuestro prendario -previsto

para facilitar el secuestro del bien y su posterior venta extrajudicial sin

ninguna participación del deudor, respecto del cual tiene objeciones en

tanto no prevé la citación del deudor o emplazamiento previo-. Expresó que

no dar intervención al deudor es incompatible con el derecho de defensa en

juicio, y con mayor razón en la relación de consumo donde el juez de oficio

debe verificar los requisitos de la venta a crédito, la competencia, los

términos abusivos y cláusulas ineficaces, adoptando la interpretación más

favorable al consumidor. Señaló que interpretar el texto legal para

encontrarle un significado compatible con el bloque de constitucionalidad no

es una opción para el juez sino un imperativo constitucional y convencional,

21
‰8=è!H!ƒgEBŠ

y no advierte la utilidad social que pueda tener la liquidación del bien del

deudor sin que sea oído en el proceso. Dijo que el endeudamiento del

consumidor es también un problema social, donde el trato digno, equitativo y

no discriminatorio no concluye con la oferta, sino que se extiende a la etapa

contractual y post contractual, de modo que aun en la ejecución de la deuda

es impostergable escuchar al deudor. En todo caso el acreedor puede

recuperar el dinero prestado en un proceso constitucional de ejecución

compatibilizando el razonable derecho del acreedor a cobrar la deuda en el

menor tiempo posible, con el derecho de defensa en juicio del deudor. El art.

39 de la Ley de Prenda con Registro no se puede integrar en el diálogo de

fuentes por vulnerar los derechos de igualdad, propiedad y defensa en juicio

de los deudores en general y de los consumidores en particular. En

consecuencia propició la declaración de inconstitucionalidad del art. 39 de la

Ley de Prenda con Registro. A esta segunda postura adhirió este Tribunal

(Sala I), en la causa nro. 63.917, en los autos caratulados “Banco Santander

Río SA…” citados precedentemente, cuando declaró la inaplicabilidad de la

vía prevista en el art. 39 de la Ley 12.962 a las relaciones de consumo y la

readecuación de la acción al trámite de la ejecución prendaria (ver las

diversas posturas in extenso en: Chamatropulos, Demetrio Alejandro

“Estatuto del Consumidor. Comentado” –art. 36, ley 24.240, “Las ejecuciones

y secuestros prendarios en casos que involucran a consumidores”, Ed. La

Ley, págs.762 y sgtes.).

22
‰8=è!H!ƒgEBŠ

La Sala I de ésta Cámara adhirió a los fundamentos del tribunal

juninense, que hizo suyos (Sala I, causa nro. 63.917, sent. del 30/4/2019,

“Banco Santander Río SA c/ Ver, Florencia Paola s/ acción de secuestro”,

voto Dra. Comparato con cita de los fallos de la Cám. Civ. y Com. Junín,

sent. del 02/02/2017 “Fiat Crédito Cía. Financiera SA c/ De Natale, César s/

acción de secuestro (art. 39, ley 12.962) y Cám. Civ. y Com. de La Matanza

(Sala I), sent. del 13/03/2018 “Rombo Cía. Financiera SA c/ Ruiz, Fuentes

Juana s/ acción de secuestro (art. 39 Ley 12.962)”.

8. 1.- En este contexto entiendo que el procedimiento de

secuestro prendario (art. 39 Ley de Prenda), que no prevé la participación

del deudor, ni recurso alguno, resulta inconciliable con el bloque de

constitucionalidad protectorio del consumidor, especialmente con las

prescripciones del art 36 LDC, por lo que deberá declararse la inaplicabilidad

o desplazamiento del art. 39 del Decreto Ley 15.348/1946 en el presente

caso (Ley 12.962) (arts. 42 de la CN, art. 38 Const. Prov., arts. 1, 2, 3, 4, 36,

37, 65 ss. y cdtes. de la LDC, arts. 1094 y 1095 del Cód. Civ. y Com., doct. y

jurisp. cit.).

Los fundamentos esenciales que sustentan ésta opinión fueron

expuestos por la Dra. Gabriela Boquín para fundar los recursos

extraordinarios por ante la Corte Nacional y que Junyent Bas y Garzino

sintetizaron del modo siguiente:

“a) Dentro de la noción de crédito o financiamiento al consumo

23
‰8=è!H!ƒgEBŠ

se encuentran subsumidas todas aquellas operaciones en las cuales su

finalidad es financiar al consumidor en la adquisición de bienes y servicios

para su consumo final, y no obstante cuenten con normativas específicas se

aplica y prevalece la LDC, art. 1094 del CCC.”

“b) La vía procesal que permita al dador de un crédito fundado

en una relación de consumo secuestrar el bien dado en garantía y rematarlo

privadamente sin oír previamente al consumidor, implica una violación

palmaria a sus derechos reconocidos constitucionalmente, art. 18 de la CN”

“c) El procedimiento viola el art. 37, incs. b) y c) de la LDC por

dejar de lado el derecho de defensa del consumidor, en su desmedro,

ampliando los derechos del proveedor. Además, el diferimiento del derecho

de defensa para un juicio ordinario posterior importa la inversión de la carga

de la prueba, también en perjuicio del consumidor, cuestión prohibida por la

norma citada. El art. 988 del CCC también invalida estos tipos de cláusulas y

las considera abusivas. El art. 2.3.9 de la Comunicación "A" BCRA 5060

establece que los derechos y deberes reconocidos a los consumidores y

usuarios no pueden en ningún caso ser dispensados ni renunciados".

“d) El secuestro prendario viola el deber de trato digno y

equitativo que pesa en cabeza del proveedor, previsto en los arts. 8º bis de

la LDC y Comunicación "A" del BCRA 5608”

“e) El procedimiento vulnera el deber de información que tiene

el proveedor, previsto en el art. 4º y 37 de la LDC, Comunicación "A" del

24
‰8=è!H!ƒgEBŠ

BCRA 5460, y arts. 985, 988, inc. b), y 1093 del CCC. El consumidor tiene

una suerte de "ignorancia legítima" y, en consecuencia, el proveedor en el

contrato de prenda no sólo debe hacer referencia al art. 39 de la Ley de

Prenda, sino que tiene el deber de transcribir su contenido para que el

consumidor lo conozca expresamente, lo que no ocurre en los supuestos

analizados.”

“f) En la interpretación de la LDC y la Ley de Prenda, y a fin de

determinar cuál debe prevalecer por resultar incompatibles, deben primar los

principios del derecho del consumidor, y en especial el "in dubio pro

consumidor" previsto en el art. 3º, el "principio protectorio" (arts. 42, CN, y

1094, CCC), y el "consumo sustentable".

“g) Las disposiciones relativas a los contratos de consumo son

aplicables a los contratos bancarios de conformidad con lo dispuesto por el

art. 1384 del CCC.” Y la mencionada Fiscal de Cámara concluyó que “el art.

39 de la Ley de Prenda no sólo resulta una norma arcaica sino que es

contraria a todo el sistema del derecho de los consumidores y su finalidad

protectoria pues, no puede desconocerse que desde el reconocimiento de

éstos en la reforma de 1994 de la Constitución Nacional, en el art. 42 y de la

ley 24.240 y su reforma por la ley 26.361, el legislador ha pretendido hacer

cesar la prevalencia y con ello los abusos de quienes resultan la parte más

fortalecida en la relación jurídica de consumo" ( Conf. dictámenes en las

causas: “HSBC Bank Argentina SA v. Acosta, María Inés s/ secuestro

25
‰8=è!H!ƒgEBŠ

prendario”, del 28/5/15 y “HSBC Bank Argentina v. Pérez Carnevale, Pablo

Adrián s/ secuestro prendario”, del 23/2/16 y del recurso extraordinario

presentado por la Fiscal ante la Corte Sup. en los autos caratulados: “Banco

Comafi SA v. Paz, Manuel Alejandro s/ secuestro prendario”; ver Junyent

Bas, Francisco - Garzino, María Constanza “Secuestro prendario y Ley de

Defensa del Consumidor” RDCO 278, 08/06/2016, 705, Cita Online:

AR/DOC/4372/2016).

8. 2. Si bien los argumentos transcriptos prácticamente

agotaron el núcleo fundamental de esa postura, que propiciaré seguir (arts.

1, 2, 3 y cons. CCCN), agregaré breves consideraciones adicionales.

La LDC es norma especial y posterior que prevalece por sobre el art 39 Ley

de Prenda.

El microsistema de consumo, de jerarquía constitucional y legal

tanto específica como general (art 42 CN; arts 26, 37 incs b) y c) LDC; arts

963, 1094, 1095,1096 y concs CCCN), constituye una normativa especial,

tuitiva de los más vulnerables en la relación de consumo, que prevalece por

sobre la Ley de Prenda con Registro, que es anterior e incluso precedente a

la reforma constitucional de 1994. Lo expuesto descarta el orden de

prelación normativo que propicia el apelante conforme el cual la ley especial

(Ley de Prenda) prevalece sobre la ley general (LDC) (fs. 32), ya que el

secuestro prendario permanece vigente en el ordenamiento como una

rémora de épocas pretéritas sin justificación en los contratos de consumo,

26
‰8=è!H!ƒgEBŠ

regidos por un sistema legal de protección. Se trata de un sistema de

Derecho Privado con base en el Derecho Constitucional, que establece

como regla de interpretación y prelación normativa, la protección del

consumidor y el acceso al consumo sustentable, con interpretación de los

contratos en el sentido que resulte más favorable al consumidor (arts. 1094,

1095 del Cód. Civ. y Com.; Krieger, Walter F. y Barocelli, Sergio S. “Derecho

del consumidor”, 2da. edición, “Colección Código Civil y Comercial de la

Nación”, Limodio-Peyrano (Dir.), Ed. El Derecho, 2017, págs. 24 y sgtes.).

Por lo demás, el régimen de consumo constituye una norma especial que

tiene por objeto al consumidor y a la relación de consumo, por lo que más

allá de su especialidad y múltiples aspectos que regula, no puede ser, sin

más, considerada mera ley general (cfr. en este sentido el “Anteproyecto de

Ley de Defensa del Consumidor” (2018), que inicia el régimen con el

“Sistema de protección del consumidor”). Destaqué oportunamente el

carácter de régimen especial, más precisamente de “estatuto específico de

preferente tutela” de régimen del consumidor (causa nro. 62.827, del 5/6/18

“Barcelonna…”). Me permito citar aquí nuevamente los dictámenes de la

Dra. Boquín, cuando señaló que: “no es relevante para la solución del caso

la diferenciación entre ley especial y ley general porque el sistema de

protección del consumidor atraviesa transversalmente todo el ordenamiento

jurídico, incidiendo en variadas normas, tanto generales como

especiales”...“En base a ello, el mecanismo con el que cuenta la tutela del

27
‰8=è!H!ƒgEBŠ

consumidor para generar la solución jurídica al conflicto normativo es la

integración de las fuentes legales aplicables al supuesto, la cual se

encuentra gobernada por el principio de la norma más favorable en caso de

colisión o discrepancia” (cfr. Recursos Extraordinarios presentados a la CS

por la Fiscal General ante la Cámara Nacional en lo Comercial, en los autos

“HSBC Bank Argentina SA c/ Ascola, Daiana Inés s/ secuestro prendario”,

entre otras). Por lo demás, la integración de fuentes, coordinación y

complementariedad que conduzca a un juicio de ponderación, fue utilizada

como pauta hermenéutica por este Tribunal en el Plenario N° 5 (sent. del

9/3/2017 “HSBC c/ Pardo”, publicado en

www.nuevocodigocivil.com/wp.../PLENARIO-Nº5-HSBC-BANK.-

CONSUMO.pdf y comentarios laudatorios de los siguientes autores: Saüx,

Edgardo I. “El pagaré de consumo: una figura jurídica no legislada y

controversial”, La Ley, 27/03/2017, págs. 5/8; Quaglia, Marcelo C. y Menossi,

Lucas “Transversalidad del derecho del consumo. Un fallo señero”, La Ley,

24/05/2017, págs. 8 y sgtes., Camps, Carlos E. “Contratos de consumo,

títulos ejecutivos y eficacia procesal”, La Ley, 29/08/2017, pág. 1 y sgtes.).

“En el secuestro prendario con sustento en una operación de

consumo, y más allá de las limitaciones propias (art 39 ley 12.962),

prevalece su naturaleza jurisdiccional máxime cuando en el marco de ese

trámite podrían dirimirse eventuales cuestiones inherentes a la eficacia de la

diligencia de secuestro u otras a que dé lugar la liquidación del producido de

28
‰8=è!H!ƒgEBŠ

la subasta del bien prendado” (cfr. Cámara Nacional de Apelaciones en lo

Comercial, Sala C, “HSBC Bank Argentina SA c. Cisterna, Ana María s/

secuestro prendario”, sent. del 3/II/2015, public.: DJ 15/7/2015, cita on line

AR/JUR/600/2015) (SCBA, C. 120.068, “Fiat Crédito Cía. Financiera SA…” y

C. 122.571 “Scalise” cit.). A la misma conclusión llegó este Tribunal cuando

autorizó al demandado a abrir una cuenta judicial a los fines de acreditar el

depósito del capital, intereses del contrato de prenda y las costas (cfr. Sala I,

causa nro. 62.792 del 15/2/2018 “HSCB Bank Argentina SA c/ Corrado, José

Ricardo s/ acción de secuestro -art. 39 Ley 12.962-).

-El microsistema de consumo es de orden público y sus normas

imperativas no son disponibles para las partes. Señala Japaze que: “las

normas de intervención, inspiradas en la noción de orden público de

protección, intentan restablecer el desequilibrio de los extremos involucrados

mediante la imposición de obligaciones en cabeza de los fuertes y en favor

de los débiles” (Japaze, María Belén “Sobreendeudamiento del consumidor”,

Ed. Bibliotex, San Miguel del Tucumán, 2017, pág. 133). La aplicación del

sistema protectorio resulta de aplicación imperativa para el juez por lo que

no es admisible justificar el régimen de secuestro prendario apuntando que

el consumidor consintió el sistema en el contrato de prenda con registro.

-Los derechos de los consumidores son irrenunciables en la

medida en que el rango tuitivo de la LDC tiene correlato en el texto del

artículo 42 de la Constitución nacional y de nada valdría protegerlos

29
‰8=è!H!ƒgEBŠ

mediante una previsión microsistémica expresa si se pudiera admitir pacto o

convenciones de cualquier rango que los distorsionaran (conf. causa C.

120.068, "Fiat Crédito Financiera S.A.", resol. de 28-IX-2016;Saux, Edgardo

Ignacio, "Tutela del Consumidor en las Operaciones de Venta a Crédito",

Rev. Dcho. Priv 2009-1, pág. 178 y sigs.; Ed. Rubinzal Culzoni) (SCBA, rc

122.571, del 11/07/18 “Scalise…”).

-Un argumento de honda gravitación es que el art 39 Ley de

Prenda impide al consumidor verificar si, conforme el art 36 LDC, se

cumplimentaron los requisitos normativos que aseguran el derecho de

información. La protección del consumidor no resulta compatible con la

existencia de procedimientos que impiden su participación, ya que tiene

derecho a controlar el cumplimiento de los requisitos previstos en el art. 36

de la LDC en las operaciones de crédito para el consumo, exigir el

cumplimiento de la cláusula de competencia allí prevista, incluso acreditar al

pago de la deuda reclamada, pagar en el expediente, o denunciar errores en

el certificado prendario sin llegar al extremo de concretarse el secuestro y la

ejecución extrajudicial de su vehículo (vgr. Sala I, causa nro. 62.792 “HSBC

Bank Argentina SA…”). Manifestó Sahián que el derecho del consumidor

debe traducirse en “garantías procedimentales” que el ordenamiento ofrece

a los consumidores para asegurarles una tutela judicial efectiva y oportuna.

Se trata de una “tutela procesal diferenciada” que se traduce en la

“necesidad de tornar flexibles las tutelas jurisdiccionales con la finalidad de

30
‰8=è!H!ƒgEBŠ

adaptarlas a la realidad, tutelando de forma más adecuada cada derecho

sustancial”. La defensa de los derechos sustanciales “deviene merecedora

no sólo del derecho a acceder a un órgano jurisdiccional que ampare contra

actos que violen sus derechos, sino además a la remoción de obstáculos

formales que obstruyan cualquier etapa del curso procedimental”, entre los

cuales se encuentra “la expansión de ciertos medios defensivos en procesos

como los ejecutivos o monitorios” (cfr. Sahián, José H. “Tutela diferenciada

de los consumidores”, Revista de Derecho del Consumidor, nro. 4, abril

2018, cita: IJ-DXXXIII-664).

-La efectividad del sistema protectorio no puede ser enervada

por la existencia de un proceso monitorio sostenido a ultranza en aras de la

protección del crédito prendario, cuando la defensa del consumidor y el

interés del acreedor pueden canalizarse por medios menos gravosos: como

el proceso de ejecución prendaria (art. 598 y sgtes. del CPCC).

-El art 39 Ley de Prenda permite el secuestro pese a que no se

liquidó el crédito del proveedor, cuyo monto, exigibilidad, y demás recaudos

legales (art 36 cit.) el consumidor desconoce, afectando su derecho de

defensa en juicio al no haberse bilateralizado el proceso. Existe acuerdo en

que el secuestro prendario debe promoverse ante el juez del domicilio del

consumidor para asegurarle su derecho de defensa (art. 36 de la LDC), -lo

que aquí hizo el ejecutante-, pero resulta incongruente no permitirle

participar en el proceso promovido ante los juzgados de su domicilio

31
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justamente para asegurarle su defensa. Es un contrasentido aplicar una

norma que propende al derecho de defensa del consumidor –como es la

cláusula de competencia establecida en el art. 36 in fine de la Ley del

Consumidor- y luego avalar un proceso que le niega su participación (art. 39

Ley de Prenda con Registro). No puede concebirse la cláusula de

competencia sin el derecho a previamente ser oído, situación que no queda

a salvo con la mera remisión del deudor a un proceso ordinario, para que

acredite allí que fue mal ejecutado. Al respecto expresó oportunamente

Farina que “el pretendido remedio que esboza este art. 39 es ridículo.

Después de establecer que la entidad financiera puede impunemente

fulminar al deudor prendario, dice: ‘sin perjuicio de que el deudor pueda

ejercitar, en un juicio ordinario, los derechos que tenga que reclamar al

acreedor”. Esto es ridículo y coloca al deudor en situación de total

indefensión...” (cfr. Farina, Juan M. “Ejecución de prenda con registro por las

entidades financieras”, ED 121:842).

-La postura expuesta –como se anticipó- es la que prevalece

en la Cámara Nacional Comercial, a través de sus distintas Salas –con

excepción de la Sala A-, que se manifestó en favor de la aplicación del art.

36 de la LDC a los secuestros prendarios. (C.N.Com., Sala C, 29/06/2010,

“Banco Supervielle S.A.”, LL online, cita online: AR/JUR/39470/2010.

C.N.Com., Sala D, “Toyota Compañía Financiera de Argentina S.A.”,

16/06/2010, LL online, cita online: AR/JUR/39283/2010. C.N.Com., Sala F,

32
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“Banco Comafi S.A.”, Expte. 053300/09, 26-11-2009.). La Sala A de dicha

Cámara Comercial mantiene el criterio opuesto (CNCom, Sala A, sent. del

19/03/2015, “HSBC Bank Argentina SA…”, cita on line AR/DOC/3904/2014,

sent. del 17/06/2010, “Banco Supervielle S.A.”, cita online:

AR/JUR/38670/2010) (vgr. Morinigo, Fernando G. “Ejecución prendaria

extrajudicial”, Revista Argentina de Derecho Empresario –Número 13, del

1/12/13) (Junyent Bas, Francisco –Garzino, María Constanza “Secuestro

prendario y Ley de Defensa del Consumidor”, cita online

AR/DOC/4372/2016).

-El desplazamiento o la inaplicabilidad del art 39 Ley de Prenda

con relación al microsistema de consumo constituye una solución de

armonización, integración y complementariedad normativa en el marco del

diálogo de fuentes plurales (cfr. arts. 42 de la CN, 15 de la Constitución

provincial, art. 39 de la Ley de Prenda con Registro; arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37,

65 ss. y cdtes. de la ley 24.240 –texto según leyes 26.361 y 26.994-; art. 598

ss. y cdtes. del Código Procesal, arts. 1, 2, 3, 7, 9, 10, 11, 12, 1092 a 1098,

1120, 1121 y concs. del Código Civil y Comercial; SCBA, C. 119.253, sent.

del 29/11/2017 “Camderros…”; votos del Dr. De Lázzari en la causa

“Pereyra”, sent. del 19/09/2018 –en disidencia- y causa “Galarza c/ Almirón”,

sent. del 07/09/2016, C. 117.292, del 1/4/2015 “Salinas…”; este Tribunal –

en pleno-, sent. del 9/3/2017 “HSBC c/ Pardo”).

33
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-El consumidor tiene “una ignorancia legítima” respecto del

alcance del contrato de prenda con registro, el que afecta su derecho de

defensa, puede afectar el principio del juez natural ( que no es éste caso ya

que el secuestro se promovió ante el juez del domicilio del demandado), el

derecho de igualdad entre las partes y resulta incompatible con las pautas

de los arts 9, 10, 984, 988, 1901, 1092 a 1121 y concs CCCN (Junyent Bas,

Francisco - Garzino, María Constanza “Secuestro prendario y Ley de

Defensa del Consumidor” RDCO 278, 08/06/2016, 705, Cita Online:

AR/DOC/4372/2016).

-Que el CCCN no haya contemplado la situación planteada

excluyendo al consumidor del régimen de la prenda con registro que

mantuvo de la legislación anterior ( art 2219 a 2223 y concs CCCN) no

significa convalidar la postura contraria porque, como es sabido, el cuerpo

normativo general de derecho privado no introdujo -salvo excepciones

especiales- modificaciones en los regímenes microsistémicos, y la remisión

de la última parte del art 2220 CCCN que regula la prenda con registro a “la

legislación especial” no importa interpretar, automática y mecánicamente,

que se prescinda de las singularidades del derecho consumeril. A mayor

abundamiento añado, como argumento interpretativo corroborante, lo

resuelto por la Suprema Corte que afirmó que “el hecho de que una

normativa resulte clara (esto es, que no arroje dudas sobre su

interpretación)” (agrego: lo que en éste caso, a todo evento, podría

34
‰8=è!H!ƒgEBŠ

predicarse con relación al art 39 LPC) “no es garantía de que su aplicación a

un determinado caso resulte prudente, equitativa o justa. Solo un excesivo

apego a la letra de la ley (con desvío de la intención del legislador, de la

finalidad para la que fue dictada o de la sistemática en la que debe ser

incluida) permitiría confundir claridad con aplicación mecánica, inmediata o

indiscriminada: la redacción de un precepto puede no arrojar duda sobre su

sentido, pero ello no implica que -por ejemplo- lo prescripto no resulte

contrario a normas supremas del ordenamiento o provoque tantos conflictos

con otras normas que su aplicación genere muchos más problemas que los

que pretende solucionar”( SCBA –1/4/ 2015 C. 117.292 “Salinas, Bernardo y

otros c/ Sancor Cooperativas Unidas Limitada . Daños y Perjuicios” (Por

unanimidad), todo con sustento normativo en los arts 1, 2, 3, 7 y concs

CCCN.

En este orden, concluyo trasladando, en lo pertinente, los

argumentos referidos en el precedente mencionado en lo que aquí resultan

de aplicación. La solución propuesta, que sigue- como se dijo-anteriores

sentencias de otros tribunales bonaerenses no sólo respeta el enfático

principio protectorio del consumidor, de jerarquía legal y supralegal, sino que

además compatibiliza adecuadamente el diálogo de fuentes entre aquel

subsistema, el régimen de derecho privado y otros microsistemas ( en el

caso el secuestro y ejecución extrajudicial del automóvil, adquirido en el

marco de una relación de consumo) armonizándolos razonable y

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coherentemente (arts. 42 Constitución Nacional; art 38 de la Constitución

provincial; arts. 1, 2, 3, 4, 8bis, 36, 37, 65 y cdtes. LDC, arts. 1, 2, 3, 7, 9, 10,

11, 12, 13, 14, 957 a 965, 1061 a 1068, 1073 a 1075, 1092 a 1098, 1100 a

1103, 1120,1122, 1384 a 1389 y concs. CCCN; art 39 LPC ).

-La interpretación propuesta surge de integrar las fuentes

plurales en pugna, complementando dos racionalidades regulatorias

diferentes, armonizándolas, de manera que la vinculación relacional de los

microsistemas que interactúan, en vez del fraccionamiento de la unidad

sistémica del derecho privado, logre la protección del consumidor sin

sacrificar otros derechos e intereses en conflicto, como el derecho de

propiedad, la tutela al crédito, el tráfico comercial.

Si la indagación causal fue admitida para determinar el juez

competente y para controlar el cumplimiento de los requisitos de fondo

previstos en el art. 36 LDC, más aún el secuestro y subasta del vehículo del

consumidor debe efectuarse, en trámite rápido, una vez que pudo comprobar

la idoneidad de ese instrumento para habilitar el cobro compulsivo, lo que

significa que requiere bilateralidad ( art 36 y 57 LDC; arts 78,85,86,87,88,95

y concs del Anteproyecto 2018 de Ley de Defensa del Consumidor, aplicable

como argumento interpretativo complementario y subsidiario) Cámara de

Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul, en pleno (CCivyComAzul) (en

Pleno) Fecha: 09/03/2017Partes: HSBC Bank Argentina c. Pardo, Cristian D.

s/ cobro ejecutivo, Publicado en: LA LEY 27/03/2017 , 5, con nota de

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Edgardo I. Saüx; LA LEY 2017-B , 176, con nota de Edgardo I. Saüx; LA

LEY 24/05/2017 , 8, con nota de Marcelo C. Quaglia y Lucas Menossi; LA

LEY 2017-C , 251, con nota de Marcelo C. Quaglia y Lucas Menossi; Cita

Online: AR/JUR/1822/2017).

Por lo expuesto, propicio al acuerdo declarar que el art. 39 de

la Ley de Prenda con Registro queda desplazado y resulta inaplicable a

la presente relación de consumo (Decr. Ley 15.348/1946, ratificado por

Ley 12.962 y sus modificatorias (t.o. Decr. 897/1995) (arts. 42 de la CN, art.

38 Const. Prov., arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37, 65 ss. y cdtes. de la LDC, arts. 1094,

1095 ss. y cdtes. del Código Civil y Comercial); remitir al acreedor a la vía

de la ejecución prendaria sin desmedro del derecho de defensa del

consumidor (art. 598 y cdtes. del CPCC).

Así lo voto.

A la misma cuestión, los Dres. Longobardi y Peralta Reyes por los

mismos fundamentos, adhieren al voto que antecede, votando en igual

sentido.

A LA SEGUNDA CUESTION, el Señor Juez Doctor Galdós,

dijo:

Atento lo acordado al tratar la cuestión anterior, se resuelve: 1)

confirmar la calificación realizada en Primera Instancia de la vinculación

jurídica de autos como relación de consumo y la aplicación del art. 36 del

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sistema protectorio (cfr. contrato de fs. 8/8vta., fs. 16; arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37,

65 ss. y cdtes. de la LDC; arts. 1092 y sgtes. de Cód. Civ. y Com., doct. y

jurisp. cit.); 2) declarar que el art. 39 de la Ley de Prenda con Registro

queda desplazado y resulta inaplicable a la presente relación de

consumo (Decr. Ley 15.348/1946, ratificado por Ley 12.962 y sus

modificatorias (t.o. Decr. 897/1995) (arts. 42 de la CN, art. 38 Const. Prov.,

arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37, 65 ss. y cdtes. de la LDC, arts. 1094, 1095 ss. y cdtes.

del Código Civil y Comercial); y remitir al acreedor a la vía de la ejecución

prendaria sin desmedro del derecho de defensa del consumidor (art. 598 y

cdtes. del CPCC), 3) Sin costas, atento el modo como se resuelve y lo

novedoso de la cuestión planteada (arts. 68 y sgtes. CPCC). La regulación

de honorarios se difiere para la oportunidad prevista en el art. 31 de la ley

14.967.

Así lo voto.

A la misma cuestión, los Dres. Longobardi y Peralta Reyes

por los mismos fundamentos, adhieren al voto que antecede, votando en

igual sentido.

Con lo que terminó el Acuerdo, dictándose la siguiente:

S E N T E N C I A

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Azul, 12 Junio de 2019. –

AUTOS Y VISTOS:

CONSIDERANDO:

Por todo lo expuesto, atento lo acordado al tratar las cuestiones

anteriores, demás fundamentos del acuerdo, citas legales, doctrina y

jurisprudencia referenciada, y lo dispuesto por los arts. 266 y 267 y concs.

del CPCC, se resuelve: 1) confirmar la calificación realizada en Primera

Instancia de la vinculación jurídica de autos como relación de consumo y la

aplicación del art. 36 del sistema protectorio (cfr. contrato de fs. 8/8vta., fs.

16; arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37, 65 ss. y cdtes. de la LDC; arts. 1092 y sgtes. de

Cód. Civ. y Com., doct. y jurisp. cit.), 2) declarar que el art. 39 de la Ley de

Prenda con Registro queda desplazado y resulta inaplicable a la

presente relación de consumo (Decr. Ley 15.348/1946, ratificado por Ley

12.962 y sus modificatorias (t.o. Decr. 897/1995) (arts. 42 de la CN, art. 38

Const. Prov., arts. 1, 2, 3, 4, 36, 37, 65 ss. y cdtes. de la LDC, arts. 1094,

1095 ss. y cdtes. del Código Civil y Comercial); y remitir al acreedor a la vía

de la ejecución prendaria sin desmedro del derecho de defensa del

consumidor (art. 598 y cdtes. del CPCC). 3) Sin costas, atento el modo

como se resuelve y lo novedoso de la cuestión planteada (arts. 68 y sgtes.

CPCC). La regulación de honorarios se difiere para la oportunidad prevista

39
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en el art. 31 de la ley 14.967. Regístrese. Notifíquese a las partes por

Secretaría y devuélvase.

MARÍA INÉS LONGOBARDI


PRESIDENTE
CAMARA CIVIL Y COMERCIAL
SALA II

VICTOR MARIO PERALTA REYES JORGE MARIO GALDÓS


JUEZ JUEZ
CAMARA CIVIL Y COMERCIAL CAMARA CIVIL Y COMERCIAL
SALA II SALA II

ANTE MÍ

CLAUDIO MARCELO CAMINO


SECRETARIO
CAMARA CIVIL Y COMERCIAL
SALA II

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