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Universidad de Cuenca

Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la educación


Carrera de Pedagogía en la Lengua y Literatura
Integrantes: Jennifer Durán
Asignatura: Escritura académica III
Docente: Dr. Manuel Villavicencio

La Inteligencia Artificial (IA) apoderándose de nuestra esencia


La humanidad se encuentra inmersa en una revolución tecnológica que ha transformado
radicalmente la forma en la que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En el epicentro de esta
revolución se encuentra la Inteligencia Artificial (IA), una creación humana que desafía los
límites de la cognición, enfocada en crear sistemas que puedan realizar tareas que como: el
aprendizaje y el razonamiento, procesando información derivada de los datos y tomando
decisiones para lograr un objetivo dado. Siendo estas algunas características humanas que
forman parte de la esencia humana, que desde la filosofía es percibida por Sócrates y Platón
como el carácter, la personalidad y el temperamento, que caracteriza a cada ser humano. Por
ende, el presente ensayo busca responder la siguiente pregunta ¿de qué manera la IA deja de lado
la esencia del ser humano? Proponiendo el siguiente objetivo: analizar el rol que juega la esencia
en el campo filosófico y emocional, y como esta se disminuye en las relaciones amorosas
mediante el uso de la IA.
Dentro del ámbito filosófico, el esencialismo comprende el sentido de la existencia humana con
características inmutables que definen la verdadera naturaleza de los seres y objetos. La cual,
estamos dejando debido a la dependencia tecnológica y a las interacciones a través de la pantalla,
llevándonos a una pérdida de empatía y conexión intrapersonal, a causa de la disminución de
interacción social. Por ende, el enfoque principal de este ensayo se basa en las interacciones
amorosas, las cuales se han visto profundamente influenciadas por aplicaciones de mensajería y
redes sociales instantáneas como WhatsApp. En este contexto, el esencialismo filosófico se
entrelaza en las relaciones amorosas a través de la creación de identidades digitales.
En el ámbito amoroso tenemos a las parejas, que, al momento de comunicarse mediante
mensajes de texto, emojis y fotos, construyen una versión digital de sí misma en un mundo
virtual, de esta manera, expresan sus sentimientos, pensamientos y emociones sin la necesidad de
estar en un mismo lugar. Esta representación digital de las relaciones, se convierte en un reflejo
de la intimidad y conectividad, creando un espacio en el que pueden mantenerse en contacto
constantemente y fortalecer su vínculo a través de la tecnología. Porque, sin lo físico, puede
existir mayor expresión de los sentimientos. Y con la mediación de internet que permite
controlar la identidad, o la que se busca posicionar en las interacciones que se dan, el usuario
genera un nombre, o un alias donde él decide que quiere decir y que no, o con quien charlar, a
diferencia de la interacción cara a cara que no se logra controlar con la misma facilidad.
Este ensayo se basa en una revisión bibliográfica, un análisis cualitativo de las conversaciones
por medio de WhatsApp y una entrevista sobre las relaciones amorosas antes de la tecnología, en
las que se analizará las características de cada conversación, es decir, cómo se comunican y que
elementos utilizan para expresar sus sentimientos y emociones. En el mismo, daremos, un
acercamiento a la historia del esencialismo, seguido de eso, se presentará un concepto sobre las
emociones, específicamente sobre el amor y como se expresaba antes de la IA. De igual manera
se desarrollará la historia de las redes sociales como WhatsApp y cómo se manifiestan las
emociones con esta aplicación, y finalmente, analizaremos la manera en la que la IA falsea o
intenta fingir afectos a través de las conversaciones por redes sociales.
Historia del esencialismo
El esencialismo es una teoría que abarca un conjunto de cualidades que forman parte del ser
humano. Siendo clasificada como la personalidad que define a cada individuo, “aquello que hace
que un ser sea lo que es”, dando sentido y conservando lo propio de la naturaleza que comprende
la existencia humana. Se ha visto involucrada en diferentes disciplinas, pero en este caso lo
abordaremos desde un enfoque filosófico y emocional, en el que ha tenido diversos significados
planteados por Platón en la Edad Antigua, siguiendo con Santo Tomás de Aquino en la Edad
Media y finalizando con Karl Marx en la Edad Contemporánea.

El esencialismo en la Edad Antigua se basa en la definición de características esenciales y


permanentes de cada cosa o ser, determinando su ser y su identidad. Platón, uno de los filósofos
más influyentes en este campo, afirma la existencia de dos mundos, uno esencial, verdadero,
eterno, compuesto de ideas perfectas, y un mundo existencial, engañoso y cambiante. La Idea
platónica representa la esencia real y perfecta sobre la cual se sostiene la existencia ficticia e
imperfecta de las cosas del mundo sensible. Además, postula que el mundo sensible no tiene
esencia por sí mismo, pues, es una mera ilusión, una "copia" de las ideas perfectas del mundo
inteligible. Sostiene que lo esencial y lo real no están en el físico, sino en un mundo inmaterial,
metafísico y trascendente al mundo sensible.

En la Edad Media, el esencialismo se hallaba presente en la escolástica, corriente filosófica que


buscaba conciliar la fe con la razón, se basaba en la filosofía aristotélica. La teoría aristotélica de
la naturaleza humana es que los humanos tienen esencialmente una naturaleza física que
involucra el sistema circulatorio, digestivo y otros sistemas fisiológicos. Y otra esencia en la que
los seres humanos son racionales, tanto teóricamente como prácticamente. Una de las principales
teorías esencialistas de la escolástica era la del mundo de las formas propuesta por Sócrates, en la
que los seres se componían de una forma o esencia y de una materia. Los filósofos creían que el
conocimiento se alcanza al conocer la esencia de las cosas, lo que permitía comprender su
naturaleza y su lugar en el mundo. Teniendo como representante a Santo Tomas de Aquino quien
argumenta que Dios es inmutable, infinito y completamente trascendente, que no puede ser
definido o comprendido en términos de propiedades o características limitadas.
La filosofía renacentista llevó a la desintegración del pensamiento teocéntrico y a la imposición
del modelo antropocéntrico. Así, el ser humano pasa a ser el centro del universo, la creación más
perfecta de Dios y de la naturaleza. En el Renacimiento, el esencialismo se mantuvo como una
corriente importante, pues la idea de encontrar la esencia de las cosas se trasladó de la filosofía a
la ciencia, y fue elemento fundamental del método científico de la época. Los científicos
renacentistas pensaban que la observación detallada y sistemática de los fenómenos llevaba a
descubrir las verdades esenciales y universales del mundo. Finalmente, el esencialismo en la
Edad Contemporánea, surgió con la aparición del materialismo histórico de Karl Marx, quien
propone la idea de que lo único esencial es aquello que da materialidad al mundo y a las cosas.
Según Marx, el hombre realiza su propia esencia a través de la concreción material y el trabajo.
En la acción, el ser humano encuentra la materialización de su esencia.

Este viaje a través de las épocas revela la constante búsqueda de comprender lo fundamental de
la existencia humana, ya sea a través de la contemplación de ideas eternas, la reconciliación entre
fe y razón, o la inmersión en la materialidad y el trabajo. A medida que evolucionamos en
nuestras concepciones filosóficas, la esencia humana persiste como un concepto fundamental,
siempre en el centro de la reflexión sobre quiénes somos y cuál es nuestro propósito en el
mundo. Así, la esencia emocional, inseparable de esta exploración filosófica, sigue siendo el hilo
conductor que conecta las distintas épocas y enfoques, recordándonos que la humanidad, en su
esencia, es tanto un ser pensante como un ser emocional.
Las emociones

Según Federico Fros (2013) “ Las emociones forman parte de nuestra vida y de nuestras acciones
cotidianas de manera permanente. No hay ninguna decisión que tomemos sin que participen las
emociones.” La esencia emocional es el estudio y la comprensión de estos sentimientos desde
una perspectiva profunda y significativa, que nos invita a mirar más allá de la superficie y
adentrarnos en lo más profundo de nuestro ser. Bericat, (2012) dice que, los seres humanos
únicamente podemos experimentar la vida emocionalmente: siento, luego existo. Las emociones
han tenido distintas definiciones; sin embargo, tomaremos solamente la definición de Denzin
(2009 [1984]: 66), quien la define como “ una experiencia corporal viva, veraz, situada y
transitoria que impregna el flujo de conciencia de una persona, que es percibida en el interior de
y recorriendo el cuerpo, y que, durante el transcurso de su vivencia, sume a la persona a una
realidad nueva y transformada por la experiencia emocional”.

Expresar lo que sentimos suele ser algo natural e importante en nuestro día a día. Tanto en
nuestras relaciones, en la sociedad y con nosotros mismos. Además, las emociones nos ayudan a
dar sentido o interpretar lo que sucede en nuestro entorno. Se pueden expresar mediante palabras,
también por medio de acciones. Escoger cómo mostrar nuestras emociones es una elección
personal, y puede ser influenciada por distintos factores, como el entorno social, cultural y
personal en el que nos encontramos. Una de estas emociones es el amor, alimentada por un
conjunto complejo de comportamientos y creencias asociadas con fuertes sentimientos de afecto.
La ciencia ha podido demostrar cómo el amor no surge del corazón, sino en otro órgano vital: el
cerebro. Si bien hablamos de sentimientos y emociones, es este órgano quien los provoca, pero la
causa podría deberse a que el amor, científicamente hablando, no es tal; sino que se trataría de
una motivación. El amor se nutre de diversos elementos: atracción física, conexión emocional,
compatibilidad de intereses y valores, entre otros. El amor se expresa de diferentes maneras, a
través de gestos de cariño, palabras de afecto, apoyo incondicional y comprensión mutua.
Aunque, el amor es una emoción muy fuerte, es mutable, es decir, esta emoción está en constante
que varía de intensidad y forma dependiendo de cada individuo.

Antes de la era de la inteligencia artificial, la expresión del amor se basaba principalmente en


formas más tradicionales de comunicación y conexión interpersonal. Algunos de los medios
comunes incluían: Cartas Manuscritas: Las personas solían expresar sus sentimientos a través de
cartas escritas a mano. Este método permitía una expresión más detallada y personal.
Conversaciones Cara a Cara: Las interacciones en persona eran fundamentales. Las expresiones
faciales, el tono de voz y el lenguaje corporal desempeñan un papel crucial en la comunicación
del amor. La IA ha introducido nuevas formas de comunicación y conexión, pero estas formas
tradicionales de expresar el amor siguen siendo apreciadas, aunque van disminuyendo en la
actualidad.

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Bericat Alastuey, E. (2012). Emociones. Sociopedia.isa, 1-13.Universidad de Sevilla.


Departamento de Sociología

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http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-66492009000200007&lng=e
s&tlng=es.

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