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INSTITUTO MEXICANO DE

PSICOONCOLOGÍA

La importancia del símbolo en la


psicoterapia transpersonal.
MAESTRÍA EN PSICOTERAPIA
TRANSPERSONAL
INTEGRATIVA

Nombre del alumno Maraliz del Carmen Bringas Galindo


Profesor: Jesús Jair Franco Berdejo
Fecha de entrega: 3 de septiembre de 2021
Generación: 26
INTRODUCCIÓN

Dice el quinto postulado: “Los seres humanos tendemos a simbolizar el mundo que nos

rodea” (Polo, 2020).

Un fenómeno que ha sido de gran interés científico en todo su desarrollo con relación a

la comprensión del ser humano ha sido, la capacidad para simbolizar, tanto la neurociencia,

como la psicología desde diferentes perspectivas han relacionado el desarrollo de esta

capacidad con el desarrollo del lenguaje, por su parte la antropología ha tratado de encontrar

las respuestas tanto del desarrollo como del funcionamiento de esta capacidad en la evolución

del homo y en particular del homo sapiens.

Muchas teorías han surgido al respecto, lo cierto es que aún no existen suficientes

evidendencias que arrojen una respuesta definitiva y concluyente.

Sin embargo sabemos que el ser humano moderno tiene una relación dialéctica

constante con los símbolos, los ocupa para comprender y para explicar su mundo, por tanto la

psicología debe seguir ocupándose en de comprender y la psicoterapia como una aplicación

práctica de la psicología, necesita conocer la importancia del símbolo y el modo de utilizarlo

para acercar a sus consultantes progresivamente hacia un estado cada vez mayor de salud

mental.

El cerebro y la capacidad de simbolización

Existen tres características que en su conjunto definen la naturaleza humana, y estas

son autoconsciencia, pensamiento simbólico, y lenguaje, las tres estrechamente relacionadas

tanto desde el punto de vista filogenético, como el ontogenético.


La autoconsciencia da lugar a la individualidad, a la diferenciación entre “yo” y el “otro”

lo que posibilita que se dote al medio ambiente y todo lo que contiene de significado, de un

significado subjetivo, capaz de transmitirse al otro, permitiendo al ser humano la comprensión

del medio ambiente no sólo desde la propia experiencia sino accediendo a la experiencia de

sus congéneres.

Por su parte la capacidad simbólica permite trascender el presente, abre la posibilidad

de la reflexión del pasado, y elaborar planes para el futuro, así como estructurar grupos

sociales en jerarquías y funciones que favorezcan tanto la supervivencia como la prosperidad

del grupo. La capacidad de simbolización permite también imaginar y pensar en cosas que no

son concretas, que no existen en lo concreto como conceptos tan elaborados como el amor, o

incluso la existencia de seres inmateriales como los dioses, o los seres mitológicos.

Respecto al lenguaje, existen dos tipos de teorías: las que sostienen que primero

apareció la mente simbólica como una herramienta para pensar, y de ahí se generó el lenguaje

como herramienta de comunicación y las teorías que afirman que primero hubo un

protolenguaje y que este facilitó la evolución de un sistema nervioso capaz de manejar

símbolos. (Mariño, 2019)

Lo que es evidente es que estas tres características son inseparables y colaboran unas

con otras para dotar al ser humano de una estructura social y de la posibilidad no sólo de

adaptarse hábilmente al entorno, sino de transformarlo.

Para comprender la capacidad simbólica, es necesario comprender la formación de

símbolo en la mente. Uno de los primeros actos de comunicación deliberada que tiene el ser

humano es la de establecer una relación física – temporal entre el dedo que apunta hacia algún

objeto o suceso. Este tipo de signos son conocidos también como índice, se consideran

también índices a los signos que establecen alguna relación lógica con algún objeto o suceso,
como por ejemplo un maullido es índice de la presencia de un gato. Por otro lado se tienen los

íconos, que son una representación lo más parecida posible a lo que se desea representar,

como los gestos que aluden a una actividad en particular, la mímica, las onomatopeyas, los

dibujos, las esculturas, los grabados, los esquemas, se trata de signos universales, es decir

signos comprendidos por todos y que no dependen de una convención de grupo en particular.

Los símbolos en cambio, son ya más complejos, esto se establecen por mutuo acuerdo entre

quienes los usan, como por ejemplo la nomenclatura entre los químicos, o los símbolos

religiosos, la representación no es de un objeto concreto, sino más bien de una idea o concepto

abstracto y además bajo un determinado contexto, vaya una cruz en matemáticas alude al

concepto de adición de cifras, mientras que en las creencia primigenias aludía a los cuatro

elementos, y en el cristianismo a la redención. En este sentido el lenguaje en sí mismo es un

sistema simbólico, y al mismo tiempo es la herramienta que permite transmitir los símbolos.

Durante varios años la Neurociencia se construyó a partir del estudio post mortem de

individuos con alguna lesión cerebral, hubo dos casos en particular que atañen a las primeras

teorías que se establecieron con relación al lenguaje y su relación con la capacidad de

simbolización. (Mariño, 2019).

A principios del Siglo XIX surge el hallazgo de Broca, que a partir de estudio de dos

individuos lesionados en el mismo lugar que tenían dificultades de producción de lenguaje, lo

que le llevó a concluir que esta zona localizada en el lóbulo frontal del hemisferio izquierdo

estaba implicada en la producción del lenguaje, en particular en la sintaxis y en la correcta

articulación de los músculos de fonación, pocos años después y de manera similar Wernike

descubrió otra región ubicada en el cruce de caminos entre los lóbulos occipital, parietal y

temporal pero en este caso las dificultades eran de semántica, no de producción, es decir,

había buena producción de lenguaje, pero sin sentido.


Hoy se sabe que en realidad en todo el encéfalo hay neuronas que participan tanto de la

capacidad de simbolización como del desarrollo del lenguaje, lo que es indudable es que son

habilidades en han evolucionado a lo largo de millones de años, que la creación de grupos

cada vez más complejos hasta formar una cultura, y el desarrollo fisiológico del cerebro, en

particular en la Corteza que ha ido creciendo y complejizándose.

Siguiendo a Porras (2018) quien retoma la teoría del cerebro trino de Paul MacLean, el

encéfalo está dividido según sus funciones, evolución y características en tres partes, cada una

de ellas funcionando como un cerebro mismo, pero entrelazadas y en contaste interacción.

El primero y más primitivo sería el cerebro reptílico encargado del estímulo – respuesta

sin intervención de las emociones o los pensamientos, permite la realización de funciones

vitales e involuntarias y reflejas, casi por completo inconsciente y constituye un aproximado del

5% de la masa encefálica.

El segundo es el cerebro límbico, está formada por el sistema límbico: Tálamo,

Hipotálamo, amígdala, y también por lóbulos temporales, el cíngulo y el fórnix. Tiene un

significativo grado de plasticidad, regula las emociones, y la memoria y constituye

aproximadamente el 10% de la masa encefálica.

El tercero es el neo córtex, la más reciente y evolucionada parte del encéfalo, regula las

funciones motoras voluntarias, las funciones cognitivas, la capacidad de entendimiento,

análisis, la sensibilidad, la volición, la moralidad, la creatividad y la imaginación, y comprende

aproximadamente el 85% de la masa encefálica.

Según este modelo sería el neo córtex el directamente implicado en la capacidad de

simbolización.

Concepto de símbolo
Desde la lingüística se tiene el signo lingüístico, compuesto por el significado y el

significante, siendo el significante tan sólo el recipiente que contiene el significado que ya es

una suerte de concepto o imagen, y a partir de ahí se van construyendo los símbolos como

representaciones de algo que no está presente en lo concreto pero a lo que se puede uno

referir en lo abstracto.

Desde la filosofía, retomaré el pensamiento de Ernest Cassirer, mientras que la filosofía

racionalista afirma que el ser humano es un animal racional, y los empiristas afirma que el ser

humano es un animal experiencial, este filósofo afirma que el ser humano es un animal

simbólico, él pensaba que el ser humano no se conforma pasivamente con reproducir y copiar

la realidad sino que la conforma y estructura, es decir, la interpreta y se recrea en su

interpretación al interactuar y compartir sus ideas con su sociedad, creando así diferentes

sistema o formas simbólicas que le acercan a la comprensión de sí mismo y de su medio

ambiente.

Para Cassirer es la función simbólica exclusivamente humana la gran generadora de

cultura con sus diversos sistemas o formas simbólicas, a saber, la ciencia, la mitología, la

religión y el arte. “La forma simbólica convierte la impresión en expresión y construye así el

mundo que conocemos” (Amilburu, 1998, p 10.)

Cassirer definió el símbolo como “algo sensible que se hace portador de una

significación universal, espiritual, un contenido individual, sensible, que sin dejar de ser tal,

adquiere el poder de representar algo universalmente válido para la conciencia” (Amilburu,

1998, p 11.)

Sus principales características son:

- Es medio y ordenador y transmisor del conocimiento que se tiene

- Es propiciador de nuevo conocimiento


- Es un instrumento que permite significar la experiencia

- Tiene una función fijadora y universalizadora

- Sólo tiene sentido dentro de un sistema y no de manera aislada

- Unifica al signo y al objeto y es dinámico

- Es particular y universal al mismo tiempo

Corbera (2015) nos recuerda la importancia del trabajo con la sombra y la herencia del

Inconsciente colectivo descrito por Jung, que está plagado de símbolos que se manifiestan

tanto en lo individual a través de los sueños y las creaciones artísticas personales como en la

cultura desde los símbolos universalmente difundidos mediante los mitos, las religiones y la

cultura misma.

Para Jung el símbolo: “[…] una expresión que reproduce de la mejor manera posible

una situación compleja y todavía no comprendida con claridad por la conciencia” (Matos, 2019.)

El Dr. Polo (2020) denomina simbolización al proceso de englobar y resumir todas las

experiencias vividas, ya sean estas conscientes o inconscientes

La simbolización en la psicoterapia transpersonal

Jung pensaba que el símbolo tiene una función trascendente y que es constitutivo del

desarrollo de la personalidad y que es determinante en el proceso de individuación,

consideraba que una de sus funciones era unificar los opuestos y que posibilita la integración

de lo inconsciente y de la sombra y repercute en una ampliación de la esfera de la consciencia

y de la vida anímica (Matos, 2019.)

El Dr. Polo explica que todos los postulados se relacionan entre sí, de manera que si el

ser humano es un animal simbólico, y simboliza toda experiencia, los símbolos son parte

inherente de su vida, están presentes y atraviesan todas las estructuras, pero al ser la

simbolización un proceso, es flexible, es decir, aunque estén asociados a experiencias

específicas con una significación específica enraizada en un código de creencias, ya sean


estas conscientes o no, sean intergeneracionales, intrageneracionales o transgeneracionales,

abarcan la parte, pero la parte está siempre relacionada con el todo, trabajando en el único

tiempo transpersonal, el ahora presente, se puede trabajar en directo con esas asociaciones y

significados relacionándolos con nuevas creencias y experiencias, resignificando así

experiencias conflictivas o dolorosas, integrando el aprendizaje obtenido y viviéndolas aquí y

ahora de una manera diferente, posibilitando con ello nuevos caminos de transformación para

el individuo y las generaciones posteriores.

Conclusión

La capacidad para simbolizar es inherente a la experiencia humana tanto material como

social, psíquica y transcendental, es el medio más complejo que tiene el ser humano para

relacionarse con el medio ambiente en cada una de sus partes y en su totalidad.

Es un capacidad que se retroalimenta a sí misma mediante varios sistemas simbólicos y

constituye una de la llaves de entrada al mundo interno, permite la re significación tanto a nivel

consciente como inconsciente, a nivel inter, intra y transgeneracional de las experiencias

vividas por el individuo y su ascendencia posibilitando la ampliación de su consciencia en el

aquí y ahora, impactando directamente en su vida anímica y en su descendencia.

REFERENCIAS

Amilburu, M. (1998) “La cultura como universo simbólico en la antropología de Ernest Cassirer”

https://www.researchgate.net/publication/284170651_La_Cultura_como_universo_simbolico_en

_la_antropologia_de_Ernst_Cassirer

Corbera, E. (2015) “El arte de desaprender” Ediciones, El grano de mostaza. España.


Mariño, X. (2019) “El misterio de la mente simbólica” Salvat Colección Neurociencia y

psicología. España.

Matos, J. (2019) “Lo simbólico y lo transpersonal en la perspectiva Jungiana” Revista:

Reflexiones Marginales No. 58. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. México.

https://revista.reflexionesmarginales.com/lo-simbolico-y-lo-transpersonal-en-la-perspectiva-

junguiana/

Polo, M. (2020) “Los postulados transpersonales” Thanatos, México.

Porras, E. (2018) “Neurociencias y espiritualidad” Kier, Buenos Aires

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