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Tercera Parte - Cuadro y explicación del mismo

La historia de nuestras sociedades va a ser revisada (o reconstruida) a través de un modelo teórico basado en los
planteos realizados por Marx que es concretamente el capitalismo, su dinámica, su proceso de conformación, y su
evolución histórica (comercial, industrial, financiera) con las alteraciones y particularidades que lo transformaron en
un sistema integrado mundial, que atraviesa a todos los continentes; que ha generado un debate en torno a sus
diversas interpretaciones.
En este sentido la obra de Immanuel Wallerstein (sistema mundo) nos propone cuatro áreas diferenciadas:
1. Centro dominante (Europa) Control monopólico del comercio bilateral enviando productos manufacturados a
América Latina.
2.Periferia(América Latina) provisión de materia prima a las metrópolis
3. Periferia de la periferia (África) proveedora de mano de obra esclava (negra) a la periferia
4. Arena Externa (China – India), comercio bilateral con Europa donde China e India provee especias y productos
suntuarios a cambio de metales preciosos
Este sistema caracterizado por la integración de las diversas economías generó un modelo que se trasluce en la
relación desarrollo sub desarrollo. Es decir, que el sector desarrollado (metrópolis centro dominante) establece una
relación asimétrica con el sector subdesarrollado (satélite-periferia) estructurando todos los aspectos económicos,
sociales, políticos y culturales de esta región en función de satisfacer las necesidades del primero. En este sentido
cobra valor la obra de Gunter Frank “Capitalismo y sub desarrollo en América Latina” cuyo modelo de análisis
presenta tres contradicciones propias del capitalismo:

1. Apropiación- expropiación del excedente económico

2. Polarización metrópolis–satélite

3. Continuidad en el cambio

Ernesto Laclau y Carlos Sempat Assadourian, van a plantear un critica a estos conceptos vertidos por Frank
considerando:

1. La relación explotador-explotado no es patrimonio exclusivo del capitalismo ya que encontramos esta


situación en el modo antiguo, esclavista, feudalismo, etc.

2. En el segundo punto, consideran que este razonamiento es válido, aunque cuestionan la tesis subsidiaria
planteada por Frank, que se desprende de dicha relación. En la cual, en la medida que el satélite debilita sus
lazos con la metrópolis, eso desemboca en un menor subdesarrollo estructural o eventualmente en un
posible desarrollo.

(Critica). Laclau y Assadourian refutan esa tesis tomando como ejemplo el mismo estudio de caso presentado por
Frank (desarrollo de Chile Siglo XVI-XX), en donde si bien Chile debilita su lazo con la metrópolis (España) no solo
refuerza su vinculo con su sub metrópolis (Lima) sino que acentúa su dominación por parte de esta.
3 en ese sentido se le cuestiona no tener en cuenta las transformaciones y alteraciones del sistema en la medida del
proceso de expansión comercial del capitalismo al usando untérmino muy amplio y no específico del mismo.
En un punto Frank y Laclau van a coincidir en su visión critica sobre lo planteado por la mirada dualista, donde las
sociedades estaban divididas en dos segmentos bien diferenciados.

* En un extremo el sector estancado-atrasado.

* En el otro el sector dinámico-moderno.

Estos actúan en forma independiente con dinámica propia, no están interconectados. Este argumento fue utilizado
por las elites liberales latinoamericanos para acallar a los sectores que reaccionaban (regiones interiores con
economías relativamente diversificadas) a los cambios, al verse perjudicados por la afluencia de mercancías
procedentes de Europa. Un ejemplo claro de ello, es el pensamiento de D Faustino Sarmiento, plasmado en su libro
“Facundo o civilización y barbarie” asociando la barbarie a lo estancado y atrasado que representaba lo colonial y la
civilización ligado a lo dinámico moderno que es lo europeo.
La critica va a establecer que el sistema capitalista los atraviesa(aun las regiones mas aisladas) y los articula e
interconecta en función del intercambio comercial.
Sin embargo, la obra de Frank, toma mayor interés a partir de establecer que América Latina es capitalista desde la
conquista. Curiosamente, sectores de la izquierda tradicional (partidos comunistas latinoamericanos) van a establecer
que en América Latina imperaba un régimen feudal, partiendo de un análisis teórico fundado en la circulación del
capital y no en el modo de producción como lo planteaba Marx. De manera tal, tanto Frank como la izquierda
tradicional, parten del análisis de la circulación del capital para identificar la formación socio-económica
latinoamericana, aunque arriban a conclusiones diferentes. Esto esta estrechamente ligado a que ambos también se
valen de la concepción marxista de la evolución en etapas de los modos de producción (primitivo, esclavista, feudal,
capitalista y socialista) que Marx aplico para Europa. Se desprende de ello, de quienes sostenían que América latina
era feudal, donde consideran que el próximo paso al capitalismo es la realización de la revolución democrático-
burguesa, en donde los sectores populares cerraran filas con la burguesía nacional para enfrentar a la oligarquía
ligada al imperialismo. Y, por otro lado, quienes consideran que Latinoamérica es capitalista desde la colonización
misma, el paso siguiente es el camino al socialismo al considerar que la burguesía nacional ya está asociada al
imperialismo.
Mas allá de las diferentes opiniones, tenemos que tener en cuenta que Europa pasaba por un periodo de transición
en el cual se iba desintegrando el régimen feudal mediante diversas transformaciones que iban a decantar en un
régimen capitalista.
Queda claro, que todo este proceso de cambios mundiales incidió determinantemente en las estructuras mismas de
las civilizaciones precolombinas, las cuales atravesaban por un periodo que fue drásticamente interrumpido por la
conquista. Las formaciones socio-económicas de las civilizaciones Incas, Mayas y Aztecas, cuyo modo de producción
comunal tributario (paso posterior al modo de producción comunal) se vio alterado en su evolución por las
imposiciones que estableció el régimen colonial. Instituido este, les impone a las colonizadas estructuras en el campo
social, económico, político y cultural que va ir gradualmente destruyendo los vínculos de las comunidades (intra-extra
comunitarias).
La conquista hispano-lusitana, implementó el sistema de encomienda que consistía en el trabajo forzado de las
poblaciones nativas en el sectores agrícolas y minero fundamentalmente. Para ello, se valieron de un sistema de
rotación de trabajo, que ya el imperio incaico en el mundo andino y los aztecas en Mesoamérica, habían
implementado,donde los nativos seguían ligados a su comunidad de origen (Ayllu)y (Calpulli) respectivamente, el cual
les permitía una explotación para su subsistencia y laboraban las tierras comunales en beneficio del estado. Como
contraprestación, el Inca/Tlatoani, se lo devolvía a la comunidad a través del ceremonial y rituales. Los
conquistadores alteraron este sistema, en función de sus necesidades desvirtuando el vínculo existente, logrando
que los nativos no aceptaran este sometimiento. Esto tenía que ver con las pésimas condiciones de trabajo, el
maltrato de los encomenderos y la debacle demográfica producida por las epidemias que arrastraban consigo los
españoles que llevaron a la fuga de los pobladores nativos.
Esto obligó al régimen colonial a restructurar el sistema de trabajo forzado, dando como primer paso la abolición
primero de los servicios personales y después de la encomienda (aunque no alcanzo a todas las regiones por el
poder de los encomenderos). Ante la carencia de mano de obra forzada, apelaron a una vieja institución incaica
(Yanaconazgo-nativo ofrecía su fuerza de trabajo por un salario fuera de su comunidad de origen). Paralelamente en
el sector minero, se implantaría el sistema rotativo de trabajo denominado mita que no logro solucionar el problema
de la escasez de mano de obra forzada o no, debiendo apelar al recurso de la mano de obra esclava negra
procedente de África (básicamente para las plantaciones). No obstante, tampoco ello, pudo zanjar el problema
debiendo nuevamente redireccionar el sistema de trabajo. Esto radicó en la implementación de instituciones como la
aparcería, el inquilinaje, etc., que se trasladó desde la minería al área agrícola. El trabajo compulsivo vía coacción
extraeconómica fue el modo más preponderante de obtención del excedente durante la etapa colonial. Mas allá de
las distintas posturas, podríamos decir en función a lo expuesto, en América latina se implanto un modo de
producción preponderantemente precapitalista. En síntesis, tendríamos que poner el centro del análisis en lo colonial.
Es decir, la colonización no solo destruyó la estructura de las sociedades precolombinas, sino que también impuso,
articuló y estructuró todo el espectro de la vida de las comunidades nativas en lo referente a lo económico, social,
cultural y político, que fue generando una división social que permitió dos claras posiciones a lo que Marx llamó lucha
de clases. Por otro lado, el desarrollo de los centros dominantes generó paralelamente un sub desarrollo estructural
endémico en las sociedades latinoamericanas, que no han podido salir del esquema de dependencia.

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