Está en la página 1de 19

Clase 4.

El espacio Andino
Clase N° 4: El orden colonial

Comenzaremos en esta clase, el punto B 1 y B 2 del programa que tiene por objetivo caracterizar
el orden colonial haciendo especial énfasis en el área Sudamericana. De acuerdo a ese objetivo
dividiremos las clases de la siguiente manera: En primer lugar, abordaremos el espacio Andino a
partir de la llegada de Pizarro al Cusco. Las transformaciones sociales, económicas y políticas
que se fueron generando en ese espacio serán estudiadas con bibliografía específica indicada en
detalle en el programa y mencionada en las clases. En segundo lugar y a partir de la próxima
clase, estudiaremos la región colonizada por Portugal y el desarrollo de un modelo esclavista en
las formas de producción que caracterizaran y diferenciaran al lugar hasta nuestros días. En
tercer lugar y en la última clase, estudiaremos la región Rioplatense, estableciendo las
particularidades de un espacio productivo orientado a la minería. En esta última clase
estableceremos también, los marcos comparativos para comprender la dinámica de Nueva
España a partir de la conformación de una élite colonial asentada en las actividades mineras y en
la tenencia de la tierra que definirá lazos diferenciados con la corona.

El espacio andino.

Primera parte: La formación del orden colonial.

En 1529 Francisco de Pizarro firmo en España la capitulación que le permitía realizar la conquista
del Perú. El 20 de enero de 1531 con un solo Navío, 130 hombres y 37 caballos partió hacia el
Perú. El 16 de noviembre de 1532 tomará prisionero a Atahualpa, quien será asesinado el 26 de
julio de 1533.
Almagro y sus hombres se dirigirán al sur y Pizarro repartirá encomiendas entre sus seguidores y
nombrará al Inca títere Manco Inca, quien al poco tiempo se escapará a las montañas de
Vilcabamba para planear la reconquista del Cusco.
No tardarán mucho en aparecer los enfrentamientos entre los españoles, los Pizarro y los
Almagro se batirán en una guerra de la que ninguno saldrá vivo. Hernando Pizarro asesino luego
de la batalla de Las Salinas a Almagro y fue condenado a 20 años de cárcel en España, mientras
que el hijo de Almagro en 1541 asesinara a Pizarro.
La corona española enviara al primer virrey Cristóbal Vaca de Castro. Quien, enfrentándose al
hijo de Almagro en la batalla de Chupas, lo tomaran prisionero y más tarde será ejecutado.
A pesar de estos episodios conocidos como las guerras civiles, la conquista no se detuvo. El
motor fue la institución de la encomienda y luego de la polémica de Valladolid se dictarán las
nuevas leyes de 1542 para gobernar Las Indias. Estas trataron de subsanar los problemas
relacionados con las cargas a los indígenas, prohibieron el servicio personal, en particular en las
minas y en las pesquerías de perlas. Además, establecían la medida de la tasación previa que los
indios debían dar, impidiendo que los encomenderos cobraran lo que quisieran. También
estipulaban la creación de una Audiencia en la ciudad de Lima. Pero la disposición que trajo más
controversia fue aquella que indicaba que las encomiendas dejaban de ser a perpetuidad, es
decir, que quedaban en una misma familia por tiempo indeterminado. Ahora, una vez fallecido el
encomendero, las encomiendas pasarían directamente a cabeza de su majestad. La medida
afectaba las rentas de los que tenían encomiendas y anulaba las aspiraciones de los nuevos
postulantes. La disposición no era antojadiza, los reyes españoles trataban por todos los medios
de evitar la existencia y propagación de señoríos feudales en América.
Para poner en marcha las Leyes Nuevas, la Corona envió desde España a un nuevo virrey:
don Blasco Núñez Vela, junto con otras cuatro personas quienes serías los nuevos oidores de la
Audiencia de Lima. El Virrey, llegado a Panamá, puso en marcha las Leyes, fijándose hacerlas
cumplir a rajatabla. Alertadas por tal situación, las ciudades peruanas comenzaron a movilizarse y
1
a cambiar información al respecto. Entre sus medidas mandaron llamar para tomar en
consideración a Gonzalo Pizarro (hermano menor de Francisco) quien en algún punto quería
hacer justicia por la muerte del marqués, además de heredarlo en títulos y honores; el malestar
por la Promulgación de las Leyes Nuevas, le facilitó esa oportunidad. Gonzalo se dirigió al Cuzco
donde fue nombrado procurador general, cargo a partir del cual pudo hacer un reclamo formal al
Virrey. Con el tiempo también fue designado Capitán general y justicia mayor y se lo autorizó a
formar una hueste.
Mientras tanto Núñez Vela siguió con su política represiva, les sacó las encomiendas a pizarristas
y almagristas. En 1544 entró a Lima donde, como primera medida sancionó las Leyes Nuevas. El
cabildo, órgano de la élite, reaccionó mal y le pidió una suspensión temporaria de las mismas. La
ira desatada contra el Virrey hizo que cada vez mayor cantidad de gente se vuelque a favor de la
causa de Gonzalo Pizarro. Ante esta situación Núñez Vela le planteó a Gonzalo que lo recibiría
en Lima con dos condiciones: que llegara desarmado y sin hueste. Pero, luego de algunas
escaramuzas, tanto el cabildo como la audiencia se opusieron a los planes del Virrey apoyando
plenamente la campaña de Gonzalo Pizarro. Las fuerzas de Gonzalo Pizarro tomaron prisionero
al Virrey y lo enviaron de inmediato a España. El carcelero que lo llevaba camino a Panamá,
temeroso de lo que pudiera sucederle lo liberó. Paralelamente Gonzalo forzó las cosas para ser
nombrado gobernador a fin de poder suceder a su hermano. En los primeros meses de 1545
Gonzalo había emprendido el camino con sus tropas para recapturar al Virrey mientras este
trataba de rearmar sus fuerzas, cuando se encontraron, en enero de 1546, en la conocida como
batalla de Añaquito donde el virrey fue vencido y muerto a manos de un esclavo. De esa forma
desaparecía de América toda autoridad real.
Al sur del Cuzco en el espacio charqueño, un rico encomendero, Diego Centeno levantaba las
banderas del rey. La rebelión encabezada por Gonzalo Pizarro logró derogar los artículos más
irritantes de las Leyes Nuevas, se consiguió, tanto por el fragor de las armas como por la gran
cantidad de reclamos que invadieron las cámaras del rey. Desde España se designó a un
diplomático para que trabara negociaciones con Pizarro, se lo nombró con el título de presidente
de la Audiencia de Lima y se lo autorizó a dar un perdón general si la rebelión acababa (en
España no sabían de la muerte del Virrey), también podía otorgar nuevas entradas de conquista,
revocar las leyes que desposeían a las personas de sus encomiendas, etc. La tarea le cupo a
Pedro de la Gasca quien, como estrategia “militar”, no llegó a Lima, sino que se mantuvo por un
tiempo largo en el barco que lo trajo interceptando mensajes y tratando de convencer a los
pizarristas que la suya no era la mejor causa, fundamentalmente porque los enfrentaba al rey. En
el mediano y largo plazo los efectos favorecieron a la Gasca. La contienda entre Gonzalo Pizarro
y el enviado del rey finalizaría con dos fases bélicas a favor de la corona, la primera la batalla de
Huaina el 20 de octubre de 1547 y la final fue en Xaquixahuana el 9 de abril de 1548. Luego del
ajusticiamiento de Gonzalo Pizarro y a pesar de algunos otros levantamientos menores, podemos
decir que el Perú se había pacificado luego de haber vivido cerca de quince años de
enfrentamientos entre encomenderos primero y una guerra civil después.
En un primer momento, luego de la conquista inicial, las sociedades andinas sometidas tenían
sólidos motivos para aliarse con los españoles. No solo porque se vieron impresionadas por el
uso de la fuerza, sino también porque los kurakas vieron la posibilidad de sacarse de encima el
yugo incaico y fortalecer nuevamente los lazos étnicos. Hubo saqueos de los almacenes incas y
un número creciente de yanaconas que se adscribían al servicio del español. Lentamente los
europeos iban teniendo la ayuda que necesitaban. Paralelamente los encomenderos aprendieron
que debían tener una buena relación con sus kurakas, los más inteligentes trataron de consolidar
alianzas con favores y regalos. Las relaciones iniciales entre indígenas y españoles eran una
mezcla incómoda de alianzas, negociación y fuerza donde uno estudiaba pacientemente al otro
para ver hasta dónde podía dar y exigir, es decir que estas alianzas no implicaban una vida idílica
y exenta de luchas por el poder. De esta manera los encomenderos echaron las bases de una
economía colonial.
A partir de 1550 los corregidores y otros funcionarios comenzaron a cumplir funciones judiciales y
administrativas, de esta manera el estado colonial comenzó a intervenir para limitar la autonomía

2
de las principales familias que interactuaban en el cabildo. Lentamente el capital comercial (en el
sentido de comprar y producir barato para vender caro) se convirtió en la sangre de la economía
colonial (por ej. cestos de coca, cultivos etc.) También, alrededor de las principales ciudades del
sur andino comenzaron a descubrirse algunas minas entre ellas Huancavelica (mercurio) en
1560. El mercurio era muy valioso para la purificación de la plata, por lo que rápidamente
comenzó a circular como bien de cambio junto con esta última y el oro. Por su parte los indios,
lejos de aislarse de estos fenómenos trataron de aprovechar las nuevas tendencias y
oportunidades. Individual y colectivamente trataron de incorporarse a la búsqueda de beneficios
comerciales. De hecho, los kurakas eran quienes mejor preparados estaban para aprovechar
estas contingencias. Los españoles necesitaban de ellos para extraer tributo y fuerza de trabajo
de las comunidades, además de los beneficios especiales de los que gozaban por su posición
dentro de la comunidad. El límite del accionar de los kurakas estaba dado de manera que los
miembros de la comunidad no sintieran traicionadas las lealtades que los caciques les debían.
Los indígenas estuvieron abiertos a las nuevas pautas de la sociedad europea, incluso fieles a la
práctica andina incorporaron la religión, aunque un poco a su manera. En pocas palabras los
indígenas se sumaron a una sociedad cuyos fines eran la búsqueda de dinero y el lucro
comercial.
En definitiva, para los españoles la mejor vía para obtener recursos era un buen acuerdo con
los kurakas locales, de esta forma y de manera indirecta, aquellos terminaban controlando los
procesos productivos. Pero, en cuanto las ventajas de estas alianzas comenzaran a desaparecer
para los kurakas (por ej. por muchas exigencias) el sistema colonial entraría en crisis, de esta
manera y en lo que hace a los primeros años de la conquista, parecería haber habido un cierto
carácter artificial de la hegemonía española, ya que la economía erigida de esta manera era
vulnerable a los cambios de cooperación por parte de los indígenas.
Así, en el decenio de 1560 las contradicciones se fueron haciendo cada vez más agudas y lo que
las desbordó fueron los descubrimientos de las minas, particularmente Atunsulla y Huancavelica,
ya que su explotación dependía casi exclusivamente del envío de mano de obra indígena por
parte de los kuraks.
Luego de las guerras civiles, ente 1556 y 1569 hubo en Perú tres autoridades:
En 1556 fue designado Hurtado de Mendoza quien se propuso fundamentalmente restaurar la
autoridad real en América. Aplicó severos castigos a los insurrectos de las rebeliones, quitó
encomiendas, aplicó multas y hasta la pena de muerte. Trato de darle un nuevo impulso a la
economía interna trayendo viñedos de España, favoreciendo los sembradíos, etc. Su mayor rédito
político estuvo ligado a los neoincas de Vilcabamba. Manco Inca murió en 1544 quien fue
sucedido por Sayri Tupac cuando era menor, de esta forma Vilcabamba quedaba gobernado por
un Consejo de regentes. Ya con la mayoría de edad Sauri Tupac tuvo contactos con el Virrey
quien con el fin de terminar con el levantamiento le otorgó a Sayri Tupac mercedes de tierra,
dinero, prestigio y la posibilidad de ser presentado en sociedad como el nuevo Inca. Mientras el
proceso avanzaba Sayri Tupac murió envenenado en Yucay.
En 1566 fue designado como virrey Diego López de Zuñiga y Velasco, Conde de Nieva. Felipe II
decidió sacar del cargo a Hurtado de Mendoza en una decisión política que aún hoy no se
entiende, pudo haber sido por las influencias de los familiares de los españoles que habían
perdido sus encomiendas. “Mujeriego y mal gobernante”, fue asesinado en 1564.
En ese mismo año llegó Lope García de Castro gobernador y presidente de la Audiencia de
Lima (el rey no pone un nuevo virrey hasta 1569. Lo destacable de este período es la beligerancia
que llevan adelante los neoincas de Vilcabamba ahora bajo el mando de Tupac Amaru I y el
movimiento conocido como Taky Ongoy.

FUENTES DOCUMENTALES.

GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe (1980) Nueva Crónica y Buen Gobierno. FCE
México (Selección de fragmentos)

3
BIBLIOGRAFIA OBLIGATORIA.

STERN, Steve, 1986. Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española.
Madrid, Alianza. Cap. 3 “Una divisoria histórica”, pp. 93-132 y Cap. 4: "La economía política
del colonialismo", pp.133-184.

ASSADOURIAN, Carlos S., 1987 “La producción de la mercancía dinero y la formación del
mercado interno colonial” en Enrique Florescano (Comp.), Ensayos sobre el desarrollo
económico de México y América Latina, 1500-1975, México, FCE pp. 223-292.

MAYER, Enrique, 1984 “Los atributos del hogar: economía doméstica y la encomienda en
el Perú colonial” Revista Andina, Año 2, Nº 2: Publicación semestral del Centro Bartolomé de
las Casas.

Segunda parte: La formación de la sociedad colonial.

La llegada del virrey Toledo en 1570 al Perú marcara el comienzo de una nueva etapa. A partir
de las reformas propiciadas por él, se conformará un circuito minero que se transformará en el eje
de la economía colonial.

Los actores sociales del siglo XVI y XVII

A lo largo del siglo XVII comenzaron a observarse formas de descontento por la coerción colonial
y no solo entre los indios, también entre la compleja masa de europeos de distinto origen regional,
los criollos y los mestizos.
Los mestizos surgieron como resultado del encuentro de españoles e indígenas, aquellos tuvieron
el privilegio de inaugurar una categoría social que hasta ese momento no poseía reglas. A causa
de su ambivalencia falseaban o confundían la relación con el alter ego, de ahí que generalmente
inspirasen temor y desconfianza. En líneas generales la herencia de sus “malas cualidades” sirvió
de justificación para excluirlos de cargos y honores. La mancha de ilegitimidad contribuyó a la
bajeza en el status. La diferencia entre los indios y los españoles se fundó principalmente en su
naturaleza, la cual dependía del lugar de origen y de la familia, el mestizo y otros nacidos en
América vinieron a complicar esta diferenciación tan tajante. Ya el licenciado Vaca de Castro
advertía contra esta gente que nace “a cada hora”. Los mestizos a su vez gozaron de una triple
ambigüedad: jurídica, política y familiar.
Son considerados en general desaturados, puesto que es dudosa su fidelidad al señor natural
que era el rey. Inspiraron desconfianza pues podían tener lealtad a dos señores naturales, el rey y
un kuraka, y por lo tanto manejar dos códigos sociales diferentes. Los mestizos no poseyeron una
“nación” en el sentido de grupo que posee un origen común, ni emblemas particulares. Su
ambigüedad jurídica surge de no tributar, privilegio que poseyeron con los españoles. Si nacían
en familias ricas, fuesen mujeres o varones, debían pelear palmo a palmo su inserción en la red
familiar primero y en la social después. Los nacidos en familias pobres navegaron en un mundo
indefinido, modelando y remodelando su identidad conforme las circunstancias, generando
uniones, rechazos y consensos. Unos y otros interfirieron en una sociedad donde las aguas
estaban, al menos en los papeles, perfectamente divididas. Cuando todavía no se acallaban las
discusiones acerca de la humanidad de los indios, los mestizos, sin proponérselo, presionaban a
las autoridades para que les otorgasen un lugar en la sociedad.
Por otra parte, los criollos que eran los hijos de los españoles nacidos en América, no vivieron
una situación tan idílica. Muchas veces se les obstaculizaba la posibilidad de acceder a los
puestos más altos de la jerarquía estatal. La mayoría de ellos nunca viajó a la península y fueron
construyendo su vida y sus representaciones de acuerdo con su vida cotidiana en América. Se
puede pensar, y de hecho en parte es así, que el siglo XVII dio paso a las prácticas corruptas. La
rebelión subyacía en la constante burla a los principios generales del gobierno, las leyes y las

4
ordenanzas. La corrupción se instaló hasta convertirse en un problema estructural. En el medio
de esta situación estaban los caciques quienes se encontraban con que la legislación española
garantizaba los derechos básicos de las estructuras comunitarias indígenas, eso le permitía
ejercer un cierto control sobre sus sujetos al ser los encargados de cobrar los tributos y convocar
a las levas de mitas.

Expansión mercantil

Hacia el siglo XVII ya se había concretado y en un altísimo grado la expansión europea mercantil
en el mundo andino y en eso tuvo que ver el auge de la minería sobre todo Potosí. Según un
cálculo hecho en 1603, Potosí gastaba en mano de obra y abastecimiento algo así como nueve
millones de pesos ensayados, entre cinco y seisveces más que el famoso rescate pagado por
Atahualpa a Pizarro. Con el tiempo, esa penetración mercantil se fue ampliando y consolidando.
Para ello contribuyeron:

* La continuidad de descubrimientos de minas (aunque de menor cuantía que la de Potosí).El


aumento de la población de europeos pero también de mestizos e indios que vivían en las
ciudades y en los centros mineros. El desarrollo del aparato político que permitía ampliar los
mercados a partir de la venta forzosa de mercancías.
El mercado colonial se regía por reglas que mezclaban la coerción abierta con el incentivo
comercial. Por eso Stern (1987) habla de la existencia en la América Colonial de un mercado
“europeo colonial” vinculado o relacionado con la incorporación de las Américas a un sistema
comercial en expansión. No obstante, cuando los europeos colonizaron los Andes no actuaron
sobre una tabla raza. Es importante no perder de vista el incuestionable desastre que el auge
comercial produjo en el período colonial temprano, hecho que contribuyó a la pauperización
andina bajo el dominio colonial. Tampoco podemos perder de vista la ausencia de experiencia
mercantil en lo que fue el imperio incaico y el altiplano de lo que es hoy Bolivia y Perú, donde los
bienes se producían y circulaban según criterios étnicos y políticos a partir de las reglas de
reciprocidad y redistribución que regían los intercambios y prestaciones de mano de obra.
Podemos hablar entonces de un sistema “tradicional andino” de comportamiento económico
basado en la historia precolombina donde el intercambio mercantil y el lucro comercial privado
tenían un papel anómalo y excepcional.
Lo cierto también es que, a pesar de la enorme brecha existente entre la economía política
colonial europea y aquella tradicional andina los pueblos andinos intervinieron desde el comienzo
en la economía colonial de mercado. Entonces, lo que podemos decir es que, con frecuencia, los
pueblos andinos intervinieron en la economía de mercado en sus propios términos con el fin de
resistirse a participar en condiciones menos favorables. Esta intervención Stern la llama “andino
colonial”.

Minería y estrategias de supervivencia

Dijimos en su momento que a partir de la nueva reorganización de la mita minera Toledo creó un
verdadero circuito de migraciones, a tal extremo que un cronista y minero de Potosí, Luis
Capoche escribía por 1585: "Y estaban los caminos cubiertos que parecía que se mudaba el
reino”. Hay dos formas de entender estas migraciones:

La primera es, en líneas generales, sugerida en los trabajos de Nicolás Sánchez Albornoz quien
al trabajar los registros censales de 1645 y 1683/84 observa que las provincias de altura habían
perdido casi la mitad de sus tributarios contabilizados en la visita general hecha por Toledo, entre
setenta y cien años antes. Estos primeros análisis hicieron que algunos autores hablasen, tal vez
un poco apresuradamente de "marginación","ruptura" o "desadscripción" étnica en el seno mismo
del ayllu.

5
La otra perspectiva la analiza Thierry Saignes (1987) quien revisando no solamente los datos de
censos generales sino otros parciales, pero no para las tierras altas sino para la zona de valles
orientales, pudo observar un crecimiento importante de la categoría de "forasteros" lo cual a su
vez encubriría nuevas formas de vínculo entre los migrantes (gente que se va de la comunidad de
origen) y las comunidades de residencia. Por su parte también pudo comprobar que la mayoría de
estos "forasteros" pagaban su tributo a las comunidades de origen. Si esto es cierto lo que
debemos pensar es que estamos frente a estrategias originales de las sociedades indígenas ante
el asedio colonial. Las fuentes de ninguna manera ponen en evidencia de manera directa estas
respuestas andinas, pero vamos a tratar de visualizarlo a través de dos instancias.

1- Primer tipo de migraciones relacionadas con ciclos de desplazamiento étnico y mita


minera

La aseveración de Capoche, en el sentido que se mudaba todo el reino, estaba exclusivamente


referida a los desplazamientos producidos por la mita minera, pero estos no eran los únicos
movimientos humanos que se producían. Por un lado, debemos recordar que nos referimos a
sociedades de altura, las cuales debían acceder a otros pisos ecológicos, más precisamente a los
productos de valles y yungas mediante el envío de colonos o mitimaes ayudados muchas veces
en sus tareas agrícolas por migrantes temporarios. Denominemos a estos desplazamientos inter-
ecológicos, los cuales eran aprovechados en dos sentidos:

En su afán por escapar de la mita minera eran aprovechados para dirigirse, por ej. a las antiguas
colonias étnicas.
Estos mismos circuitos que conectan áreas productivas distintas eran aprovechados desde una
perspectiva mercantil.
Los agentes intermedios del gobierno curas, caciques y corregidores introducían a indígenas en
esos circuitos a fin de comprar maíz, vino, coca y ají e introducirlos en el mercado minero. De
esta manera las comunidades, a través de los caciques, y por medio de la venta de productos o
muchas veces de fuerza de trabajo obtenían el dinero necesario para:

* Pagar el tributo.

* Mantener al mitayo durante su estancia en Potosí.

* Dar una compensación monetaria por los mitayos que no eran enviados a las minas.

De tal forma los ayllus sur andinos repartieron su fuerza de trabajo entre actividades agrícolas,
mercantiles y mineras de manera de combinarlas en los ciclos anuales de desplazamiento en la
forma más eficiente. Por supuesto que no todos los grupos lo hicieron de la misma manera, los
grupos cercanos a Potosí sacaban sus ingresos delabastecimiento de los centros mineros
mientras que los grupos del altiplano preferían contribuir en persona. A su vez dentro de estos
grupos del altiplano cada uno tendrá sus particularidades por ejemplo los Lupaca prefirieron
eximir de la mita a sus mitimaes de los valles orientales, a la vez que tensar el peso del
abastecimiento en sus parientes de la puna. En definitiva, Potosí servía de regulador también
para ayllus y caiques, las ganancias mercantiles compensaron malos años de cosecha. Todo este
vaivén entre Puna valles y minas requería un caudal de gente que casualmente es la que no
aparece en los documentos por:

* Crisis de mortandad.

* Fugas efectivas.

* Estrategias cacicales para sustraer tributarios de las listas censales.


6
Entonces no es tanto que falta gente, sino que el autor permite cuestionar el valor de los censos
realizados. Estos movimientos a su vez, muestran una doble vertiente: por un lado, son
desplazamientos colectivos que renuevan los itinerarios étnicos y mercantiles. Por otro lado,
permiten comportamientos individuales con tendencias a salir de los ayllus.

2- Segundo tipo de migraciones relacionada con las luchas por la mano de obra y las
estrategias cacicales.

Un segundo tipo de migraciones concierne a los tributarios sustraídos de las listas censales
gracias a la complicidad de curas, caciques y corregidores. La idea era subvaluar la fuerza de
trabajo indígena de modo que sean menores los mitayos que vayan a Potosí y aprovecharlos
para trajines o para alquilarlos a los españoles vecinos de la ciudad a dueños de haciendas en
calidad de yanaconas temporarios.
Por parte de los caciques, esta no fue la única táctica anti fiscal para enfrentar las exigencias
coloniales, los caciques trataron de enriquecerse con bienes propios o comunales a fin de
transferir el dinero al sector dominante.
Obviamente aquí se va a ver la desigualdad entre los caciques con distinto acceso a zonas
ecológicas y rutas comerciales.
Si bien los grandes caciques del siglo XVI lograron conservan su prestigio frente a las
comunidades étnicas el asunto no resultó de la misma manera para sus descendientes. Estos se
vieron doblegados por dificultades económicas al punto de no poder cumplir con la mita y la tasa.
Es el momento máximo en que los caciques seencuentran entre dos legitimidades: la heredada
por la tradición andina y la nacida de su éxito frente a las exigencias coloniales. En los primeros
decenios del siglo XVII declinaron, resultando los señores de mayor proyección colonial aquellos
de las mitades inferiores e incluso de pequeños pueblos quienes lograron suplantar alos otros en
su papel de representantes regionales. Entonces, la mayor o menor desintegración de los pueblos
pasará por la mayor o menor capacidad aglutinadora de los caciques quienes con el correr del
siglo verán más difícil deslindar los intereses comunales de los privados ya que su peso político
se verá alterado por las presionescoloniales. Luego con la aparición de los caciques mestizos, la
figura cacical caerá casi sin parar desde mediados del XVII hasta fines de la época colonial.
El último recuento censal (visita) del siglo, realizado por el Duque de La Palata en 1690 vuelve a
dar señales de acercamiento a las cifras de los censos toledanos. Además, confirma una mayor
tendencia al abandono de los pueblos de origen a la vez del aumento de la categoría de
"forastero". Dentro del marco ya analizado de lasmigraciones periódicas y la residencia múltiple,
según las autoridades coloniales los caciques continúan cobrando las contribuciones de los
ausentes y de los forasteros instalados en sus pueblos. La pregunta obvia es: ¿Qué gana esa
persona que tiene que pagar dos veces, tanto a la autoridad de origen como ala de residencia?
En ese caso, ¿al migrante le conviene romper con uno de los dos lazos? Y, más cómodo sería
conel de origen. ¿Debemos creerles a las autoridades coloniales? O tal vez desde una
perspectiva más antropológica la pregunta sería ¿cuáles son las posibilidades reales de escapar
de la comunidad de origen en los Andes en el siglo XVII? Al parecer, dos serían las vías:

Mestizaje: Sin desarrollar in extenso ejemplos, sabemos que a lo largo del siglo aparecen
numerosos pedidos de mestizos, es decir, de aquellas personas hijos de un indio y un español,
que solicitaban se los reconociera como tales a los efectos de no tener que ir a la mita potosina.
Las respuestas de las autoridades españolas vangeneralmente en un mismo sentido: en una
primera instancia, es decir en la instancia de corregidores ese pedido es negado aduciendo que
de esa manera se llegarían a despoblar los pueblos de indios. A los pretendientes les queda
pleitear en una segunda instancia dada por las Audiencias.
El cambio de categoría (forasteros): Un balance global de fines del siglo XVII indica que, la
mayor parte de los forasteros continúa pagando su tributo al cacique de su lugar de origen –a
veces con un menor valor- y que, siendo que no van a la mita, trabajen en su lugar de origen.

7
También, la tendencia indica que los forasteros se casaban con mujeres de pueblos y ayllus
distintos de los suyos.
A simple vista parecería que estamos frente a un sistema de circulación aleatoria, pero esto no es
así. Lo primero que nos lleva a pensar todo este movimiento es en los elementos cohesionadores
al interior del ayllu y los fuertes lazos de reciprocidad que hacen a la misma esencia de la
sociedad andina. Aunque no de una manera clara ylímpida en esta época la movilidad geográfica
se acompañará de una movilidad social donde, a veces, resulta difícil distinguir los proyectos de
ascenso individual con los requerimientos colectivos. A su vez pareciera que el ideal toledano de
la separación de la república de indios y la república de españoles no resultó como tal, el mundo
andino logró adaptarse, por el momento sin respuestas violentas a esta nueva sociedad donde
para el hombre andino, los valores de ascenso social debían tener una confirmación tanto social
como cósmica.

BIBLIOGRAFIA OBLIGATORIA

STERN, Steve 1986 Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española.
Alianza, Madrid. Cap. 6 “La economía política de la dependencia”. Pág. 219-253.

TANDETER, Enrique 1992 Coacción y Mercado. La minería de la plata en el Potosí colonial,


1692-1826, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1992.Capitulo 2 “La mita potosina” “Epílogo y
conclusiones”, pp. 279-301.

SAIGNES, Thierry, 1987” Ayllus, mercado y coacción colonial: el reto de las migraciones internas
en Charcas (siglo XVII)", en O. Harris, B. Larson y E. Tandeter (comps.), La participación indígena
en los mercados surandinos. Estrategias y reproducción social, siglos XVI-XX La Paz, CERES.

Cuerpo principal Stern capítulos 3, 4 y 6. Los pueblos Indígenas del Perú y el desafío de la
conquista española.

Los capítulos que hace referencia el autor, se relacionan al levantamiento indígena de los Huancas (1565),
el inicio, desarrollo y desenlace de la secta Taki Ongoy (1564), la economía política del colonialismo
(reformas toledanas) y por último la economía política de la dependencia.
Los pueblos andinos se ubicaban geográficamente en lo territorios actuales de Perú, Bolivia,
Ecuador, Norte de Chile y Noroeste de Argentina. La mayor concentración de la población se
ubicaba en la zona del altiplano peruano-boliviano (altas sierras 5400 Mtrs.), cuyas temperaturas
eran frías y hostiles, siendo aprovechadas para la cría de llamas y del cultivo de patatas y quinoa.
En cambio, en las zonas más bajas como valles y yungas, de menor población, pero con mayor
diversificación de cultivos, presentaba un territorio apto para diversos cultivos con un régimen de
lluvias en el periodo de diciembre a marzo. La producción de ambas zonas, se comercializaba
entre si vía el trueque de tejidos, productos agrícolas y pastoriles.Estos grupos, formados por
hogares ligados por vínculos de parentescos agrupados en comunidades, se fueron
especializando en actividades como la alfarería, platería, trasquilado de ovejas o pastoreo, lo que
permitió el acceso a la mano de obra debido a que contaba con mucha población para esta
actividad, uniendo productores dispersos en un régimen de cooperación, que le daba autonomía a
todas las familias y grupos de parentesco, siendo clave para el bienestar económico del sistema
andino.
Esta trama extensa de parientes, se unía con otros grupos para formar un ayllu (unidad de
parentesco básico de la estructura social andina). Así, la sociedad andina, se formada por
relaciones de parentesco, donde se trabajaba las tierras para la comunidad como ofrendas para
los dioses, como base de subsistencia. De esta manera, los intercambios y las contribuciones
iguales de tiempo de trabajo no implicaban que las partes que intervenían fueran efectivamente
iguales, todo se basaba en las alianzas entre hogares, para llevar adelante actividades reciprocas
dinámicas.

8
El kuraka simbolizaba la unidad comunitaria de su pueblo, ya que era custodio de las propiedades
(no era propietario ni creador) y de las normas de la comunidad. Además, se ocupaba de la
redistribución del excedente, ganándose su legitimidad como representante de la colectividad y
sus intereses.
A partir de la conquista incaica, se iba a establecer modificaciones sustanciales al sistema. El
Inca impone un tipo de sociedad altamente jerarquizada en cuyo extremo superior de la pirámide
se encuentra el propio rey Inca, un escalón por debajo la aristocracia (sacerdotes, militares y
nobles), seguidos porun nivel mas abajo por los Kurakas (llamados caciques más adelante en
referencia a los principales líderes de las comunidades ayllus) y finalmente en la base de la
pirámide los campesinos que formaban los ayllus. A partir de esta sociedad se estable una
división tripartita de la tierra en la cual una parte es destinada para el estado (alimentar nobles,
ejercito, artesanos y ancianos); Otra parte destinada a los dioses y finalmente una tercera como
tierras comunitarias destinadas a la base de subsistencia de cada comunidad. Así mismo, los
campesinos debían contribuir a obras públicas (caminos y edificios), tareas colectivas (riego,
construcción de puentes y terrazas) como actividad reciproca (con fines de ampliar su ámbito
económico y valor cultural) que el sistema propio les imponía.
En la medida, que los intercambios entre los hogares comunes y las elites iban escalando a
niveles superiores hasta llegar a la cúspide del Estado Inca, la reciprocidad se iba haciendo
menos intima, liberándose los vínculos de parentesco, que pasaban a ser una escala jerárquica
siendo más vulnerables al sabotaje o la rebelión.
El imperio Inca, limitó las autonomías de las elites locales, transformando a las comunidades o
grupos étnicos independientes, en campesinados subordinados cuyo excedente de trabajo,
sustentaba al imperio mismo. La relación se centraba, entre la elite y la burocracia Inca por un
lado y, por otro, las comunidades conquistadas.
El modo de producción local, tendía a dividir a los productores en grupos económicamente
autónomos y competidores con sentidos localizados.
Los Incas, que era un pueblo extranjero y expansionistas conquistaron a pueblos que antes eran
independientes y lo convirtieron en un campesinado explotado.
Los hogares y los ayllus, tenían una vida religiosa y de rituales en deidades ancestrales, que
llegaban a todos los aspectos de la vida, cuyas ideologías y relaciones religiosas, prestaban una
objetividad externa a las relaciones de parentesco de la comunidad.
Una vez que llegó Lope García de Castro, (virrey interino 1564-1569), se encuentra, en un
periodo de enfrentamientos entre europeos e indios, creando un nuevo tipo de sociedad
condicionada por las tendencias socioeconómicas, que imponían los colonizadores, a través de la
expansiónminera, la agricultura y la manufactura de paño comercial, que a su vez provocabanun
decrecimiento de las poblaciones autóctonasregionales.
El descubrimiento de las minas conformaría los principales centros mineros de Huancavelica
(mercurio) y Castrovirreyna (plata) que se relacionaban con la agricultura y con los centros
comerciales urbanos como Huamanga y Cuzco. Donde se diferenciaban, Huamanga (rivalidades
propias por las distintas relaciones de parentesco), que poseía una población más heterogénea
étnicamente que los Huancas (poseedores de un ejército), que consistía en un grupo más
homogéneo.Estos se ubicaban al norte de Huamanga y habían sido sometidos por los Incas y
aprovecharon la llegada de los colonizadores para enfrentarse nuevamente a sus opresores.
En Cuzco, capital del Virreinato del Perú,se ubicaban los dominadores de la región, que eran, una
amenaza constante de rebeldes Incas, no acostumbrados a ser sometidos.
Huamanga se encontraba dentro de un importante corredor comercial por estar ubicada estratégicamente
entre Jauja, Lima (enlace comercial con Europa a través del Pacifico), Cuzco y Charcas (Bolivia) y por
contar con las minas de mercurio y plata tan significativas e importantes para el desarrollo económico, que
se complementaban, con las grandes poblaciones indígenas para trabajar estas, y que era una atracción
para los colonizadores, comerciantes y funcionarios.
Assadourian, comienza su análisis desde la misma conquista, donde el sistema colonial fundado en la
base material que se sustenta en la extracción de oro y plata, impone mecanismos por los cuales el
Estado absorbe el excedente de metales preciosos, que son, la dominación (intercambio internacional con
su tasa monopólica de ganancia) y el sector fiscal por dos vías: primero aplicado a la producción (20% o
9
quinto real) y el segundo, aplicado a la circulación (almojarifazgos-impuesto aduanero que se pagaba por
el traslado de mercancías que ingresaban o salían del reino de España o que transitaban entre los
diversos puertos).
Dentro de este contexto emerge una secta relacionada con las deidades andinas,surgiendo así el Taki
Ongoy (literalmente “enfermedad del baile”), que se desprende de los dioses Incas. Este movimiento
(herejía subversiva a título de los conquistadores),que promueve la venganza para con los conquistadores
y los indios traidores (cristianizados),predecían cataclismo que acabarían con el Dios Cristiano y los
seguidores de estos. El mensaje religioso de esta secta, proponía una alianza panandina de deidades en
oposición al rey cristiano, que se traslucía en un foco de descontento, hostilidad y resistencia pasiva a los
opresores europeos. No es un dato menor, que, a partir de la conquista, se inicia un proceso de
sincretismo religioso y cultural, donde las deidades españolas se agregan al panteón de deidades andinas.
Tantos los clérigos Olivera como Albornoz, luego de una inspección,observaron la cantidad de seguidores
e informaron sobre esta secta a las autoridades coloniales de Cuzco, Lima y Charcas. No duró más de dos
o tres años, en que el propio Albornoz se encargaría de combatirla.
Hacia el decenio de 1560, esta secta, había llevado a las huacas (santuario), a un enfrentamiento con los
españoles para revindicar y presagiar un paraíso sin conquistadores, con abundancia material y sin
enfermedades. Esto significaba, que los indígenas rechazaran a los clérigos, las vestimentas, nombres,
religión, pago de tributos y rechazar las levas de mano de obra, que los colonizadores les habían
impuesto. Los indígenas, habían tomado en serio a los takiongos (mensajero de los dioses), que
supervisaban fiestas, confesiones y rituales, para recuperar el favor de las Huacas a cambio de llamas,
paños, plata, maíz, chichas y otras ofrendas. De esta manera, su prestigio aumentaba y se convertían en
tutores morales de la comunidad,obteniendo el respeto de sus seguidores. Esto provocó a los españoles,
que los acusaban de herejes y que habían pretendido barrer con todo los realizado hasta entonces por los
europeos, rompiendo con la “cooperación” establecida entre colonizadores y colonizados. Si bien los
españoles contaban en sus filas con los Yanaconas, observaban como poco a poco, estos, se iban
volviendo a sus lealtades andinas, caso similar comenzaba a suceder con los kurakas y los campesinos de
losayllus, que estaban en un proceso de hispanización.
Estos acontecimientos, crearon una coyuntura critica, de resistencia y de reevaluación, en las sociedades
locales, que habían logrado alianzas y normas postincaicas para alcanzar objetivos, como autonomías
étnicas, comunitarias, económicas y de riqueza, además, de condiciones favorables de los ayllus con otros
grupos y un intercambio equilibrado en la comunidad. Esta situación, llegó a un punto muy difícil de
sostener mientras el Taki Ongoy expresaba una verdad que los indígenas iban advirtiendo en
ceremoniales, cuyas prácticas estaban relacionadas con rituales que legitimaban y reajustaban las
relaciones de reciprocidad con los dioses. Esta secta, planteó, dilemas morales difíciles, donde el modo de
producción andino había dividido a la gente en ayllus, comunidades, hogares y grupos étnicos por un lado
y, por otro lado, los españoles habían debilitado los medios tradicionales de lograr cohesión.
Para los españoles, la dinámica colonial, amenazaba con dividir clases opuestas, como la elite autónoma
vinculada a la estructura colonial del poder y a las relaciones hispánicas de la propiedad y del trabajo, a un
campesinado indígena cuyos esfuerzos sustentaban las elites y señores coloniales.
Los colonizadores, tenían el apoyo de los kurakasque eran integrados al colonialismo, y se aprovechaban
de estos, para vincularse con los yanaconas y las comunidades ayllu. Pero el pueblo, no aceptaba ver a
sus jefes beneficiando a los españoles, ya que iba en contra de sus propios intereses andinos y sus
tradiciones (Mayer hace referencia a los principales que se vieron en una situación de revalidar su
liderazgo ante sus comunidades, a la vez de cumplir con las imposiciones españolas, lo que significó, que
los ayllus con mayores recursos y capacidades, pudieran sobrevivir, en tanto, los más pobres, tendieron a
su desintegración perdiendo eventualmente sus tierras).
También las huancas y los taquiongos, estaban preocupados porque temían que los indígenas asumieran
características de los cristianos, como ropa, alimento, costumbres y que se estuvieran convirtiendo en
europeos.
Las contradicciones del colonialismo, afectaban al auge minero, ya que esta secta, podría afectar e
inutilizar a la fuerza de trabajo yanacona y campesina del ayllu. Además, se estaba esparciendo la secta,
en todas las regiones como una nueva esperanza a sus seguidores.
Pero, poco a poco, se fue vislumbrando, la victoria española. Los seguidores del Taki Ongoy, buscaban
protección de los españoles que los protegiera de castigos severos de los sectarios, alineándose a las filas
10
de los colonizadores. La campaña de Albornoz, significo,él envió de kurakas y andinos activos a llevar a
los impulsores de la secta a Cuzco, para que se confesaran en público, mientras que ayllus y otros
seguidores, se quedaban en sus comunidades escuchando sermones sobre la salvación de la vida
católica. Si bien, confesaban en público que habían propagado una superchería, Albornoz castigó a los
jefes no como predicadores, maestros o inventores, sino como concentradores yencubridores, que debían
haber denunciado el movimiento. Los españoles también acusaban a los kurakas ante el pueblo de
abandonar la cultura hispana, y cultivar la solidaridad en contra de los colonizadores, traicionando a los
españoles con desgano hasta tener el apoyo de sus familiares, y así lograr la dirección activa, sabiendo
estos, que eran los más perjudicados si el movimiento no triunfaba.
El Taki Ongoy, fue un estallido popular que no era fácil de controlar por las elites o las relaciones
tradicionales, que surgió principalmente contra la elite autóctona gobernante, que violaba normas de la
religión andina. La visión desesperada, de una transformación incipiente gracias al poder de una fuerza
sobrenatural propia, para lapurificación moral, destruiría el orden social perverso y regeneraría su lugar en
un mundo nuevo y perfecto.
No consideraban un ataque político y militar contra su descontento, además de haber perdido la moral de
sus propias vidas. Si bien la crisis moral, fue un callejón sin salida, lo que explica una revuelta militarista,
tuvo un antecedente en Vilcabamba (1530) donde combinaron guerra y diplomacia. Antes de la crisis de
confianza, los neoinca,se interesaban en el equipaje español cultural, no rechazaban los símbolos ni la
religión, es más, han saqueado comercios para apropiarse de productos españoles como caballos y
armas, con el fin de aumentar su eficacia militar. Los huancas, habían aprendido en los combates con los
españoles y se habían destacado como un ejército étnico aliado, que permitió familiarizarse de los
conocimientos y tecnología miliar española; Así empezaron a fabricar armas, como picos y hachas de
batalla,y se habían unido con los incas (antes enemigos) para enfrentarse a los españoles.
Como las alianzas entre españoles y las elites autóctonas, para el acceso de la mercadería y a la mano de
obra explotable no era suficientemente fuerte para obligarlos a esa actividad, sumado al fomento del Taki
Ongoy, de no cooperar, sabotear y resistir, hizo replantear a los corregidores de Huamanga, Huanca y
Cuzco,y trasladar este descontento al virrey interino, García de Castro, la posibilidad de un estallido social.
Políticamente los kurakas y los clérigos españoles, iban aplazando la resolución de seguir perpetuando o
abolir la encomienda (asignación por parte de la corona, de una determinada cantidad de indios, a un
súbdito español -encomendero- en compensación por los servicios prestados), además, los celos y las
intrigas de los criollos, sumado a las conspiraciones de los mestizos, amenazaban con otras guerras
civiles. También, se sumaban incursiones neoincas sobre Jauja y Huamanga, que tenían contactos con
tribus que atacaron fronteras en Charcas, Tucumán, Chiley el norte de Perú, sumado al descubrimiento de
armas y conspiraciones que hacían prever una insurrección a gran escala.
Esta crisis,llevó al virrey interino, a realizar una autocrítica y a buscar soluciones reformistas,
reconstruyendo la sociedad, en términos de dominación a largo plazo, que puso a Juan de Matienzo
(jurista y empresario) a establecer cimientos sólidos en la sociedad colonial de Los Andes.
Comenzó primero, al considerar a los encomenderos (Mayer, hace mención que este actor, por un lado,
manipulaba los mecanismos de una economía campesina pre capitalista mientras que, por otro, en su trato
con otros españoles se comportaba como un mercader), como claves en la sociedad cuya función e
intereses, era la fuente básica de la estabilidad social, del desarrollo económico y del progreso moral, que
defenderían, la avanzadilla de España, contra la insurrección.Así, la población a su cargo, movilizaría la
minería y el comercio, mediante el cobro de tributo además de contar con sacerdotes para adoctrinar a los
indígenas. Defendería a los indígenas de abusos, malas políticas y condenación étnicas, para que sea el
menor daño a los indios, ya que su sistema, producía riqueza y era una justa devolución con gratitud. De
esta manera, articulaba una visión histórica Indígena que atacaba a los incas y que mostraba el beneficio
de la conquista española, que consideraba como de progreso y liberación de unos pueblos oprimidos.
También propuso potenciar las instituciones y la autoridad estatal, defendió las políticas en pro de los
pequeños y medianos agricultores, propietarios de explotaciones agrícolas modestas llamadas chacaras,
incrementando la fuerza de trabajo.
En segundo lugar, pretendía extender el aparato del estado colonial, directamente a unas comunidades
indígenas reorganizadas, con un programa de reasentamiento e inspección, que reduciría los
asentamientos dispersos de ayllus y comunidades en villas y pueblos. Donde Tandeter refiere a que la
concentración de la población facilitaría tanto la evangelización como la tributación.
11
Estos tributos y más obligaciones laborales razonables, distribuiría los derechos sobre la tierra y sometería
a las comunidades reorganizadas al control de representantes locales del estado colonial (corregidores).
Las autoridades españolas,elegirían funcionarios indios del consejo al manejo del cabildo, dando un
aumento del poder del Estado colonial y compartiría con los kurakas,las responsabilidadespor la
administración interna de la sociedad indígena. Los auxiliares laicos, de los curas católicos, incrementarían
el número de agentes locales de la iglesia.
Habiendo fracasado las negociaciones entre Tito Cusi (jefe del estado neoinca) y los virreyes españoles,
donde los neoinca aterrorizaban la circulación entre Huamanga y Cuzco, propuso una presencia militar y
política a fin de llevar a Cusi al Cuzco.
También,racionalizó las políticas, las normas y las instituciones, en un sistema de partes interdependientes
que promoviera la estabilidad local y el desarrollo económico, equilibrando los centros mineros, alentando
a la agricultura, ganadería, comerciantes, artesanos, propietarios de ingenios azucareros y de obrajes, a
abastecer un mercado cada vez mayor en alimentos, mercancías elaboradas, manufacturas y artesanías.
El juez visitador y el corregidor, posibilitarían a las empresas españolas,la obtención de contingentes
rotativos de trabajadores indígenas para que presten su mano de obra, durante un tiempo determinado. De
esta manera, el sistema colonial llevaría al máximo, metales preciosos a la economía española,
permitiendo al Estado un comercio prospero de los productos.
Llevarle coca a los indígenas para trabajar en las minas y, por otro lado, estos liberarían sumas de oro
acumulado en compras en el mercado, provocaría el pago de tributo. También, propondría, corregir la vida
religiosa de los indígenas, desarraigando el mesianismo y la idolatría,e introduciendo el poder colonial,
directamente en los aspectos íntimos de la vida local.
Si bien Castro, Albornoz y Matienzo habían prevenido la amenaza de una insurrección, no habían logrado
sacar a Perú del estancamiento económico y de la crisis política.
Con el arribo de Toledo, como virrey que contaba con el apoyo de la Corona Española, para que obrara en
consecuencia para sacar del estancamiento a Perú, puso en marcha una administración de 12 años (1569-
1581), donde reorganizó y planificó, una política para poner en marcha una economía estancada (que
giraba en torno a la minería). Investigó sobre la tiranía Inca y visitó absolutamente todas las regiones para
poder establecer las problemáticas y la mejor manera de encontrar las soluciones a la generación de
ingresos económicos, políticos y sociales. (Según Tandeter, el número de mitayos fue establecido como
resultado de la prolongada visita que el mismo Toledo efectuó en todo el virreinato. La cantidad de
obligados a mitar por año era un porcentaje, la séptima parte de la población tributaria enumerada en cada
pueblo, lo que aseguraba la rotación y el descanso de seis años que debía existir entre dos tandas de
mita.)
Así fue que invadió el reino neoinca y procedió a ejecutar en público a Tupac Amaru, que era el jefe
combativo provocando un efecto simbólico que afectó a indígenas y españoles. En los asentamientos,
puso bajo su control a los corregidores y funcionarios indios, estableció un sistema de tributo y mano de
obra forzosa, vinculó el bienestar económico del Estado colonial a las instituciones a través de la
legislación para que rigiera la política y la economía del régimen reorganizado.
En Huamanga, se encargó de reorganizar y aportar mano de obra a las minas, (Assadourian describe que,
en la etapa de la huayra, los hornos para fundir los minerales son tecnológicamente muy simples y sólo se
utilizan dos materiales para el proceso de fundición: los combustibles y un metal plomizo llamado soroche
que se agregaba a la fundición de los materiales ricos); En Potosí, dirigió un enorme complejo de energía
hidráulica con una nueva técnica de amalgama que rescataría las moribundas minas de plata (la
explicación de Assadourian cuando se implementa la técnica del azogue. En esta etapa, la industria
peruana de la plata, prácticamente no requiere del suministro externo de medios de producción, ya que
sustenta y amplía su reproducción a través de un abastecimiento interno casi perfecto. Este segundo tipo
de demanda genera efectos de arrastre económico interregional por la entrada y consumo de medios de
vida en el sector minero, depende de la capacidad del mismo para desvincular a la fuerza de trabajo de su
relación con la economía campesina, de convertirla en compradora directa de mercancías).
Según Assadourian, el proceso de ruptura comienza con Potosí, cuando el grupo de los yanaconas
conformaba uno de los sectores mayoritarios dentro de la masa indígena. Van a coexistir yanaconas
sujetos a una relación de dependencia personal con los españoles, que se acercarían a la condición de
indígenas prontamente hispanizados, exentos de tributos y con libertad de movimientos y de elección
económica; con otros yanaconas desvinculados, tanto de su comunidad de origen como de los
12
conquistadores. No obstante, podemos suponer que la mayoría de los yanaconas formaban un grupo de
mineros expertos e independientes, con muy altos ingresos y que controlaban a equipos de trabajo. Así, el
grupo de los yanaconas, es una característica singular de la etapa de la huayra, un fenómeno que conoce
su apogeo cuando abundan los metales ricos en ley y que se apaga cuando con el azogue se imponen
otras condiciones de producción.
Assadourian ha sostenido que los yanaconas de Potosí constituyen un grupo estable de mineros
profesionales. Pero para el resto de la fuerza de trabajo indígena, no es así: ellos constituyen una masa de
campesinos, con un tránsito ocasional y de corta duración en las minas, a las que podrían no volver más.
Así pasan a ser importanteslos mitayos.
La mita es regulada normativamente por el Estado, y a través de otros mecanismos igualmente coactivos y
ligados a la encomienda, que son realmente hostiles. Deducimos entonces que el mercado de los metales
es en esencia, una zona indígena. Más que nada, por la fase de refinamiento, donde la técnica de
fundición es de origen prehispánico. Ellos, controlaban toda la producción minera, pero no se quedaban
con nada, se van a utilizar mecanismos para despojar de toda la plata a la masa indígena donde el Estado
se apodera del 21% del total de la plata refinada, por medio del quinto (impuesto directo a la producción).
Los españoles, dueños de las estacas (área minera concesionada) reciben un cierto porcentaje de la
producción de plata y por último los indígenas deben retirar una porción de plata, que pasa al campo
español, bajo la forma de la renta en dinero de la encomienda; Así el Estado, vuelve a participar en este
mecanismo. De esta manera, la plata es un valor de uso que no tiene ningún valor de uso para su
productor, y que sólo, se convierte en tal, para él, al lanzárselo a la circulación. Por lo tanto, la circulación
se vuelve otro mecanismo de extracción de plata indígena.
De esta manera, el ciclo de la sustracción finaliza a través del cambio Dinero-Mercancía. El indígena debe
invertir su fuerza de trabajo para llegar a la posesión de dinero, mientras que para el español la propiedad
de mercancías es el favor que le concede el sistema de dominación a través de la renta de la encomienda
(cobrar para sí los tributos de los indios). Para el productor directo, el excedente convertido en tributo está
constituido por valores de uso, pero una vez traspasado al grupo español de encomenderos, se convierte
en mercancía, en valor de cambio que asume la forma de dinero enel mercado minero. Los encomenderos
tienen la más alta participación en los beneficios de la producción de plata.
Gradualmente, con las medidas impuestas por Toledo va ir implementando un sistema en el cual la
participación de los encomenderos va estar limitada y la Corona va ir teniendo una mayor participación en
los metales. Estas medidas son: poner bajo control del Estado, los yacimientos de mercurio de
Huancavelica, impulsar coactivamente hacia las grandes minas de plata una enorme masa de energía
humana campesina (también bajo control estatal) y por último regular el acceso a los grandes desmontes
de minerales que se habían acumulado en Potosí.
Este envío de masa humana campesina (vía coacción extra económica), irá creciendo en función de la
demanda de mano de obra en el área minera, que, ante la insuficiencia del requerimiento del sector, se va
apelar a un mecanismo coactivo para salvar la cuestión de las escases de mano de obra.
El sistema que aplica la corona consiste en transformar la renta en productos de la encomienda en renta
en dinero, con lo cual se elimina parte del tributo en productos agrarios y obliga a la comunidad a
reemplazarlos mediante el pago una cantidad fija de dinero.
Toledo suplantó, a los kurakas desleales e incompetentes, para las tareas coloniales por familiares
kurakas, que pretendían las jefaturas y estaban dispuestas a seguir sus mandatos.
El respaldo de intelectuales claves, y de la elite colonial,que,por haber triunfado contra las insurrecciones
indígenas, hizo reflexionar a la clase dominante, donde organizó, una economía próspera con una
corriente de tributo, mano de obra y beneficios.
El resultado de sus esfuerzos, fue la reorganización sistemática que, al incrementar las fuerzas
productivas de la economía minera, creó un sistema centralizado de trabajo forzoso y destruyo la
presencia neoinca, para dar por finalizada la crisis colonial a través de una reforma.
La reorganización de Toledo, subordinó a los pueblos de la región, ayllus y etnias, donde pasaron a tener
una nueva categoría colonial como indios, que incluyó, un trabajo forzoso para beneficiar a la corona en
mercancías, servicios y utilidades. La clase dominante, con intereses diversificados en la producción
comercial de la minería, la agricultura y la administración, dominaría a los mestizos y demás europeos,
para la obtención de mayores beneficios a través de la explotación del campesinado indígena, mediante la
coacción y violentas formas impuestas por las estructuras de poder, en el cumplimiento de las normas
13
estatales de extracción. Además, llevó a la elite colonial, formada por empresarios y aristócratas que
combinaban aspiraciones a la nobleza, con una gran atención al comercio y beneficios, con oportunidades
económicas rentables, que compartían al Estado, funcionarios comerciantes, elites locales, que todos
actuaban de consumo, alianzas y relaciones políticas.
La empresa europea, favorecida por el acceso al poder político y por un sector minero dinámico en
expansión y prosperidad económica propia, permitiría acumular recursos y explotaría la mano de obra sin
tener que depender de favores políticos, ni del patrimonio formal del Estado, y en un futuro, estas elites,
poseedoras de un domino económico, explotaría grandes contingentes de mano de obra directamente sin
la intervención del Estado.
Las misiones visitadoras(según Mayer, la visita era una inspección de casa en casa y pueblo en pueblo,
para determinar la validez de los alegatos y contra alegatos, lo cual, en base a ella, se hacían las
recomendaciones al virrey, quien tomaba las decisiones en última instancia) que enviara Toledo,sirvieron,
para establecer un sistema planificado de extracción, fijando obligaciones tributarias que significaban unas
cifras muy altas en los repartimientos, donde los indios tributaban en oro, plata y especies.
De esta obtención, el estado deducía, costos administrativos, remuneraciones a los clérigos, fondo para la
iglesia, sumas para los funcionarios estatales, obras, kurakas principales, y un excedente destinado para
un fondo de la comunidad. El resto, quedaba libre para un encomendero, otros pensionados de la Corona
y la propia Corona.
Toledo resolvió el problema de la mano de obra a través de la mita forzosa (en un sistema de rotación o
trabajo de la comunidad), permitiendo a las comunidades y ayllus, distribuir las necesidades y obligaciones
del trabajo colectivo, mediante las reciprocidades locales que exigían contribuciones iguales de tiempo de
trabajo, por grupo de parentesco de la comunidad. A su vez, el Estado, regularía los salarios y las
condiciones de trabajo, que aseguraría cupos de mita a los empresarios coloniales. Así la mano de obra
mitaya, impuesta a gran escala, barata y fiable, terminaría con la escasez de mano de obra para el trabajo
peligroso de las minas de azogue(mercurio) en Huancavelica y plata en Potosí, en obrajes, agricultura,
ganadería, servicio doméstico y/o cualquier tarea.
Para los indígenas, este proyecto significó, una carga muy pesada, no solo en el tributo (reglamentación
del pago del mismo desde la concepción del matrimonio según Mayer), que violaba las formas antiguas de
proteger la autonomía económica local, donde el tributo era pagado con fuerza de trabajo excedentario y
no en especie, porque protegía las reservas locales destinadas a la subsistencia (la referencia de Mayer
se enfoca a que los colonizadores por otra parte habían establecido tres pautas de excepcionalidad para
tributar, diferenciada en primer lugar por el status; Por estar al servicio permanente de los encomenderos o
kurakas -yanaconas y/o forasteros-; el tercer grupo por incapacidad física, ancianidad y viudez).
El mitayo, se encontraba bajo una relación laboral brutal de empresarios coloniales que trataban de
exprimir la mayor cantidad de tiempo posible de tiempos de trabajo, antes, que terminara el tiempo mitayo.
Además, los mitayos, seguían con sus tradiciones de llevarse a sus familias a sus trabajos, para que les
ayudaran, les hagan compañía o les preparaban la comida y evitar comprarla, ahorrar algunas monedas, y
aprovechar las comidas de los amos. Pero esta estrategia utilizada por los mitayos, les jugaba en contra
ya que las mujeres eran violadas, o puestas a trabajar con sus hijos, para acelerar el proceso productivo y
así aumentar sus utilidades.
Este trabajo de jornadas altas y en condiciones peligrosas que afectaban su salud,causándoles
contaminaciones y enfermedades respiratorias, sobre todo, por el trabajo subterráneo sin oxígeno, a luz de
antorchas,donde debían cargar sacos pesados para sacarlos de las minas, en cientos de metros de
caminos pedregosos y salir a la intemperie con temperaturas muy bajas, provocando serias enfermedades
o morir como consecuencias de derrumbes. Después de dos a cuatro meses de trabajos, en condiciones
infra humanas, su remuneración era muy escasa y no era abonado una vez terminado, sino que debían
esperar bastante tiempo, con lo cual recurrían, a endeudarse en comercios para la compra de alimento de
subsistencia, y a precios elevados ya que dichos comercios, correspondían a los mismos dueños de las
minas.
Tandeter hace un paralelismo con los mitayos de los ingenios, que enfrentaban un trabajo menos
esforzado y tenían mayor posibilidad de semanas de descanso. Sin embargo, su salud corría mayores
riesgos.
Esto fue provocando, huidas prolongadas de mitayos que fueron reduciendo una fuerza de trabajo
importantísima para la producción, transformando la mita colonial en un deterioro colectivo en las
14
instituciones, disminuyendo la masa nuclear de la fuerza de trabajo disponible, perturbando las relaciones
y ciclos renovables, que ponían en peligro, las reservas de subsistencias. Si bien los indígenas, trataron de
plantear, ante los tribunales coloniales reducir el tributo y los cupos de la mita, también estos,a su vez
vendían terrenos, trabajaban en las minas por cuenta propia, vendían animales sobrantes, cultivos y
mercancías elaboradas como queso y lanas; De esta manera, podían compensar las incursiones
coloniales en busca de los tributos.
El Estado, había comenzado a reemplazar las funciones de los kurakas, por visitadores y corregidores,
que controlaban los trabajos, siendo los principales agentes administrativos, carceleros y funcionarios
judiciales.
Se fueron armando cabildos, integrados por un alcalde indio, con auxiliares administrativos, religiosos,
alguacil mayor y otros funcionarios, que supervisaban junto con los kurakas la vida local y representarían a
los indígenas ante las autoridades estatales. El corregidor o el gobernador designado por el virrey,tenía
una posición estratégica siendo juez de primera instancia, que intervendría en las controversias,
administraba las instituciones estatales con la mita y el tributo,además de ejercer la autoridad y el poder
policial del estado colonial. También tenía intereses, ya que podía hacerse de una fortuna y de entablar
relaciones con las elites regionales a cambio estos, de sumarse a la administración, el comercio, las
manufacturas, la minería y agricultura. En el futuro, estas relaciones, les iban a servir, para reinvertir o
comercializar mercancías en conjunto.
La tarea del corregidor era muy importante, no pudiendo extralimitarse de su poder, ni violar derechos, ni
que su codicia provocara conflictos que pudieran ser expuestos al terminarse su mandato, sino que debía
ser inteligente para relacionar a las elites con los indígenas, donde recibiría algún beneficio en dinero o en
especie de ambas partes. Ellos tenían que ser políticos, por eso realizaban festejos con el fin de abrir
caminos a logros económicos relacionando la sociedad colonial al poder político, con sus relaciones
influyentes donde participaban todos los sectores,que demostrara una fuerza política efectiva ejercida por
el estado central.
Así, como el corregidor era quien tenía la capacidad de prosperar a corto plazo,además de sus funciones,
también los sacerdotes católicos poseían la autoridad de Dios Cristiano victorioso que representaba a una
jerarquía eclesiástica, que controlaba la vida religiosa, podía conceder excepciones tributarias y en las
mita, como también cargar de abuso a quienes traerían problemas y convertirse en un señor local,
exigiendo tributo y mano de obra, establecía un sistema de trabajo a domicilio para la fabricación de tejidos
y financiar grandes empresas comerciales.
Todos los integrantes de una red de elite sean de pequeños aspirantes a la condición de noble y señores
poderosos puntales permanentes y funcionarios de paso, sabrán que la acumulación de favores y
autoridad política daba acceso al éxito económico.
El patrimonio del estado, comprendía los recursos básicos de las minas y tierras, que permitía realizar
contratos con empresarios explotadores a cambio de una parte de la producción.
La producción, la explotación, las levas de mano de obra, los tributos y saqueos impuestos a un
campesinado económicamente autónomo, por la ley de la fuerza superior, cuya finalidad era la protección
de las minas, las manufacturas, las haciendas, y el estilo de vida suntuario, producía, un carácter brutal
para crear una red de autoridad fuerte de las instituciones y de las relaciones de extracción,que requerían,
de reiteradas energías coactivas para reproducirse, como las amenazas, los sobornos, la violencia, los
sabotajes, las exhibiciones de prestigio, incluso, los rituales, eran considerados como símbolos de
dominación necesarios en las relaciones de explotación.
En los repartimientos (distritos “nucleares” de encomienda), los indígenas tenían que hacer equilibrios ya
que no podían dejar de pagar tributos o realizar alianzas para que les diera tiempo para el pago o
compensar con especies. Si esto no se cumplía, con el enviado del encomendero, el corregidor tenía la
capacidad de encarcelar, confiscar las propiedades kurakas, para garantizar el pago de los tributos (ya que
se impone la forma de tributación en metálico cuyo destinatario es la Corona).
La mita provocaba reiterados enfrentamientos, ya que cada dos a cuatro meses, renovaban las levas de
mano de obra y los indígenas que se negaban a obedecer órdenes, primero se los trataba de persuadir
con favores y amenazas, y si así no funcionaba recurrían a palizas, secuestros para movilizar a los
contingentes mitayos.
Tandeter explica una corrupción para eludir la mita, donde existieron alternativas menos radicales que el
abandono de la comunidad. La exención de la mita podía obtenerse, por ejemplo, mediante un pago en
15
moneda, al cacique encargado de establecer la lista de los futuros migrantes. El fenómeno de la
conmutación del servicio de mita se daba mediante el pago en moneda al azoguero, en clara contradicción
con las disposiciones legales vigentes cuando no completaba la cantidad necesaria de mano de obra.
Thierry Saignes, va hacer referencia sobre el abandono de las reducciones indígenas, a la concurrencia de
la mita minera sobre las poblaciones de Potosí, Titicaca y Cuzco; basándose en pilares fundamentales que
van argumentar los procesos demográficos a la concurrencia de la mita. La mitad de la población tributaria,
se encuentra en pueblos distintos como nuevas categorías de forasteros yanaconas, que van a ser
llamados “huidos”, para encubrirse en las nuevas formas de vínculos entre migrantes y comunidades de
origen, que van a seguir pagando tributo a sus caciques de origen, provocados por muchos contextos que
los van a ser bien diferenciados.

* Factores Ambientales, caracterizado como he mencionado, en zonas altas, frías, de baja productividad y
azotadas por sequias y heladas, que deben recurrir para sobrevivir, al conjunto de recursos agrícolas,
escalonados desde los pastos de altura (puna) hasta el fondo de valles calientes y encajonados(yungas).
Los ayllus, concurrían a productos de valles y yungas mediante los envíos de colonos permanentes
(mitimaes o gente de asiento) encargados de vigilar los cultivos de asientos y que van a ser ayudados
durante las faenas agrícolas por migrantes temporarios.

* Factores mercantiles, donde los mismos circuitos que conectan áreas productivas, distintas y alejadas,
son aprovechadas por un carácter mercantil por agentes de gobierno intermedio (caciques, curas y
corregidores), donde envían a los tributarios a los valles a la compra de maíz, vino, coca o ají y luego,
debían ir a venderlo a centros mineros, cuyo dinero generado iba a ser destinado a pagar tributo mitayo.
Estos desvíos de mano de obra, refieren a intereses personales por los agentes del gobierno que
competían entre sí o sospechar de arreglos entre ellos.

* Los corregidores utilizaban a los tributarios naturales para los trajines personales.
Los caciques iban a utilizar forasteros, para tratos mercantiles o cobrarles más dinero, que no iba a ser la
única estrategia anti fiscal, para enfrentar las exigencias coloniales, ya que van utilizar la transferencia de
dinero proveniente de ganancias comerciales de haciendas o rebaños comunitarios cuyos destinatarios
serian empresarios.
Los curas (en nombre de la doctrina), requieren de hombres, para los cargos de mayordomos, sacristanes
y cantores.

* Factores climáticos - También las reparticiones, de las fuerzas de trabajo ayllu, correspondían a escapar
de las heladas y epidemias seguidas como viruela o sarampión.

* Inter ecológicos donde otros eximidos de la mita potosina, fueron destinados a especializar las unidades
domesticas de los pisos ecológicos, que su no participación en la mita minera implicaría una carga
adicional a los parientes de altura que si concurrían.

Esto va a llevar a los empresarios, alquilar yanaconas tributarios temporales de ciudades vecinas o a
dueños de hacienda.
El abandono temporario de los pueblos (por ser afectados a factores, ambientales, mercantiles, climáticos
o inter ecológicos), no impide el cumplimiento de las obligaciones colectivas. Dicho cumplimiento, implica
que los caciques (nombrados capitanes de la mita), deben ir periódicamente a reducir a los sujetos
esparcidos por los valles.
Los migrantes, deben someterse a una doble extracción financiera, por sus autoridades de origen, o por
las residencias, en donde deben romper con una de estas jurisdicciones, posiblemente la de
origen.Muchos forasteros, provienen de mitimaes que siguen pagando a los caciques principales que se
fueron casando con mujeres de otras comunidades ayllu.
Las distintas coyunturas influyeron en el modo de contribuir a la mita (ir en persona o pagar dinero), que
pudo haber sido utilizada por el empresario para alquilar otro trabajador o para su propio beneficio.
Otro motivo de la mita potosina, seria ampararse bajo el estatus yanacona (adoptado en forma voluntaria)
que volvería mediante el endeudamiento-enganche, que podría estar relacionado como servidumbre. Así,
16
los yanaconas temporarios (alquilados por año) quienes deben retornar a su pueblo o que se instalan en
chacras de españoles, no se vuelven automáticamente, y que podrian huir a otro destino si su refugio se
transformara en opresivo.
Las distintas dificultades coyunturales, para recuperar los ausentes, las negativas de pago por los ayllus
arruinados, o quienes presionaban por rebajas de las cuotas o combinadas estas, pudieron explicar la
fragmentación regional y las dificultades de los caciques con los tributos de la mita, que provocaron
migraciones, que se remiten a las crisis periódicas de la zona andina.
Así, puede dar una aproximación a esclarecer el fracaso en parte de la falta de la mano de obra en las
minas, como consecuencia, de nuevos líderes exitosos en el manejo económico que van a marcar las
nuevas coyunturas coloniales.
En este contexto laboral y fiscal colonial (cada vez más apremiantes por pautas impuestas por la colonia),
las ganancias del comercio inter regional, el aprovechamiento de los fondos de reproducción comunitario
(tierra y ganado), la fuerza de trabajo nativa (donde se encuentre), fueron causas, antes para aminorar la
extracción colonial y para enriquecer a caciques, poseedores de una gran capacidad aglutinadora y
cohesionadora, cuya autoridad y eficacia, van a confundir los intereses colectivos y privados. Luego, van a
ser introducidos caciques mestizos,que,por su incapacidad de reclutamiento y trabajo mitayo, van a
provocar la baja de su estatus. Puede considerarse como una crisis demográfica y ecológica de fines del
siglo XVI, un doble movimiento de abandono: al nivel local, de reducciones espaciales de las estancias
periféricas dispersas (neo-local) y el de las provincias alternas, entorno a los principales centros mineros,
cuya circulación entre punas, valles, yungas, estancias, minas y ciudades, revela la crisis establecida que
va a provocar la separación entre la republica de los indios y la cristiana.
La recurrencia de este procedimiento, desembocaba en la huida de mitayos, a zonas lejanas de la mita.
Esto preocupaba a los magistrados; Si bien los corregidores intervenían, provocaban pleitos a los
explotadores de minas y haciendas con acusaciones. Ahí, se dispuso, de jueces especiales que visitaban
a los corregidores para obligar a estos y a los indígenas, a cumplir las normas estrictamente legales,
donde la fuerza y el poder político era la única alternativa para que la mita funcionara.
La total desobediencia, obligó a las autoridades a atender a las peticiones indígenas,para que se redujeran
los cupos de las mitas y así ajustar los descensos demográficos y como consecuencia de ello, la
disminución de la producción.
Poco a poco, la violencia fue tomado un carácter preponderante de ambos bandos. A los kurakas, además
de encarcelarlos, expropiarlos de sus propiedades, y azotarlos en público, también procedían a
linchamientos para demostrar quien tenía la autoridad y los fácil que les resultaba a los colonizadores, los
maltratos a los que se oponían.
Algunos clérigos, también apelaban a palizas en público, para que entendieran cuales eran sus facultades
y que debían cumplir con las reglas y normas preestablecidas.
También situaciones de venganzas por parte de los indígenas contra los colonizadores o de realización de
sabotajes.
El estilo de los colonizadores, era pretencioso, arrogante y abusivo, como símbolo de autoridad política,
para imponer respeto necesario y su voluntad económica. La violencia y la obstinación revelaba el carácter
brutal de las relaciones económicas. La fuerza política utilizada, debía tener un equilibrio, al igual, que la
imposición de nuevas disposiciones, ya que corrían el riesgo de ser desafiados, obligando, a los colonos, a
echarse para atrás.
El sistema económico tenía defectos, que imposibilitaban, la eficiencia aún, en su apogeo sea, por la
resistencia de los indígenas o por las malas directivas de los colonizadores, que provocaban el descenso
demográfico, en la mita y en los tributos, no logrando satisfacer las necesidades de las elites coloniales,
por más que el Estado haya otorgado mecanismos de control, para obligar a los indígenas perezosos a la
entrega de mercancías, dinero y fuerza de trabajo humano.
Sin embargo, a fines del siglo XVI,ofrecía rentas y beneficios prodigiosos en la minería, que era el centro
estratégico de la economía regional, que generaba una muy buena riqueza gracias a la capacidad estatal
para movilizar una gran fuerza de trabajo de mano de obra y a la circulación de mercancías al mercado
minero, Assadourian nos explica, que la especialización productiva mercantil de esas regiones está
determinada por la influencia directa del mercado minero. Para efectuar el intercambio anual con la
metrópoli, que supone la máxima concentración de plata en el puerto exportador-importador, el capital

17
comercial realiza un proceso de recolección interregional de la mercancía dinero, ésa, que obtuvieron las
economías regionales a través de su participación en el mercado minero.
También, comerciantes, que dejaban en sus arcas excelentes utilidades, al comprar a bajos precios
metales de contrabando y que luego vendían elevando los precios, sea por comida, bebida, textiles,
esclavos, materias primas, herramientas, equipos consumidos para producir, o bien créditos, a los que
sometían a los mineros pequeños y medianos, generando una dependencia total.
Las minas, obrajes o haciendas coloniales, acumulaban beneficios varios porque podían evitar o minimizar
el pago por los verdaderos costos de producción, donde mantener los salarios muy por debajo de las
necesidades de subsistencia de las economías de las familias indias,sería la clave.
El proceso de trabajo tenía implicancias distintas para los migrantes según fueran asignados a las minas
del Cerro o a la molienda de los ingenios según explica Tandeter.
La prosperidad minera y su importancia en la zona de tránsito, entre Lima, Cuzco y Potosí, adquiría una
oportunidad para los mercados. Los empresarios producían, comprabany adquirían productos básicos
baratos y los vendían a precios muy altos a poblaciones urbanas y trabajadoras de los pequeños y
grandes productores y comerciantes itinerantes que abarrotaban las ciudades y centros mineros, con
productos como bebidas, comidas, textiles, artesanías, accesorios de la producción, esclavos, animales y
mano de obra mitaya.
Los encomenderos, también eran poseedores, de fortunas como los corregidores, a través de los obrajes
rurales, por la adquisición de mano de obra mitaya barata o por controlar los extensos sistemas de trabajo
a domicilio.
Quienes tenían poder y vinculaciones políticas, dominaban el acceso a la mano de obra, a los tributos, a
los derechos sobre la tierra y a los mercados necesarios para realizar grandes utilidades.
La expansión de la economía regional, frenaba un proceso de inversiones y reinversiones considerable en
la producción y el comercio.
Las personalidades más destacadas de las principales regiones, vivían bien y con lujos, donde ostentaban
y despilfarraban, ya que pertenecían a una aristocracia ligada al prestigio político y social, que era
necesario para los éxitos económicos de la aristocracia empresaria.
Estos no se quedaban con las ganancias y estancados, sino que seguían en la búsqueda de una
expansión de la producción y de la riqueza, en una economía regional en auge, ya que canalizaban sus
ingresos hacia la compra de tierras o aprovisionamiento, para iniciar la explotación, la construcción de
edificios o equipo para moler trigo, trituradoras de minerales para las minas, compra de grandes
cantidades de animales y esclavos africanos para la realización de tareas en el proceso de producción,
compra o alquiler de animales de tiro o préstamos de dinero, a otros productores que aspiraban a
establecer empresas o ampliarlas. Buscaban ganancias cada vez mayores, pero sus actividades, no
anunciaban el desarrollo de una economía capitalista, que se diferenciaba por una mano de obra
asalariada libre, donde desempeñaba un papel secundario en la producción y en la administración de los
medios de subsistencia.
Las elites invertían sumas considerables en una economía diversificada y en expansión, pero que, si
hubiera encontrado una salida lucrativa suficiente para reinvertir la mayor parte de su fortuna, no hubieran
podido aun después de gastarse fortunas en artículos suntuosos importados de joyas.
Los obstáculos aun mayor desarrollo económico, se fueron haciendo más evidentes en el transcurso del
siglo XVII, ya que había terminado la era de la construcción económica básica y de la expansión. Había
aumentado la mano de obra asalariada, pero era muy grande la proporción de la población rural, que
seguía teniendo acceso a los medios de producción, y que para finales del mismo siglo, se produjo un
estancamiento de las minas y de los mercados internos-externos, que no podían sustentar un nivel
elevado de inversión y de reinversión.
Las iglesias, empezaron absorber una proporción enorme de la riqueza y de los bienes raíces de la región,
donados o vendidos por la elite colonial cuyas oportunidades de inversión eran limitadas.
A partir de 1570 y las reformas Toledanas, es que ahora, la sociedad explotadora se ha vuelto mucho más
sutil; ha logrado que los explotados necesiten a sus explotadores. La crisis de las instituciones oficiales del
Estado en 1570 se debió a dos elementos:

1) Los indios lograron debilitar a las instituciones iniciadas por Toledo.


2) Las tendencias económicas y demográficas aumentaban la demanda de mano de obra explotable.
18
Tanto las élites como los agricultores modestos buscarían otros medios para conseguir mano de obra que
les salvara de reducir sus operaciones. Mientras la mita aportó mano de obra abundante y barata, su éxito
relegó a un segundo plano a otros tipos de sistemas laborales posibles. Los esclavos africanos, eran
relativamente caros, y su adquisición se debía básicamente a motivos de prestigio social y para
desempeñar puestos que requerían una determinada especialización. Los yanaconas, tenían más peso
económico y demográfico, especialmente para agricultura y ganadería. No hacía falta dinero para
comprarlos y podían aprender a realizar tareas que requerían un cierto grado de especialización andina o
hispánica.
A pesar de la coexistencia de formas productivas, la mita, es la que produce el grueso de los ingresos del
empresario, al crear una clientela extensa y variada de dependientes personales y trabajadores
contratados. Un colonizador podía proteger la producción contra escases de mano de obra y de cualquier
otro tipo de perturbación.
Debido a que los yanaconas eran cada vez más escasos y sólo los empresarios con medios para
costearlos podían acogerlos, para completar la fuerza de trabajo necesaria y conseguir que en las
temporadas más activas llegaran más trabajadores, los empresarios tendían a alquilar indios por períodos
limitados de tiempo (generalmente por un año) a cambio de una remuneración que solía incluir salarios en
dinero. El indio se entregaba a su patrono, tanto como fuerza de trabajo, y como un cliente. El indígena
prometía quedarse con su patrono el tiempo que dure el contrato y hacer todo lo que le mandare. Por su
parte, el patrono, no sólo se comprometía a pagar el dinero del salario, sino también a que su cliente
tuviera bienestar en general. Son obligaciones mutuas.
Para “atar” tanto a los trabajadores contratados como a los yanaconas, los empresarios utilizaban diversos
métodos coactivos, como endeudarlos a largo plazo, negándose a pagar el salario completo para que el
indio tenga que volver luego, o hacer que el indio trabaje toda una temporada para poder cobrar recién al
final de la misma. Sin embargo, estos métodos no siempre funcionaban, dadas las posibilidades que tenía
el indio para fugarse o cobrar algún salario luego de un período corto de servicio
Los problemas de los indios cambiaron de eje: ya no era porque los obligaban a trabajar, era porque los
empresarios se negaron a pagarles el salario justo. Es por eso, que necesitaban del consentimiento del
indio, si agregamos el incipiente clasismo dentro de las comunidades, la situación es todavía peor. Dada la
distribución desigual del poder, el régimen colonial tendía a estimular una diferenciación entre ricos y
pobres. Los curacas, funcionarios, artesanos de aldeas, los ayudantes de los clérigos, losforasteros y las
mujeres cabezas de familia, estaban exentos de la mita y del tributo. De esta manera, quienes tenían
ventajas políticas o económicas avanzaban, mientras que los demás se hundían en un mar de
servidumbre, tributos, deudas y problemas.
La emigración causaba que los indios buscaran salarios, protección o subsistencia entre los colonizadores,
por eso los explotados necesitan de los explotadores.

19

También podría gustarte