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Litigación Todo Temario
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1. LITIGACIÓN Y LITIGIO
Litigio y pleito pueden ser sinónimos. Litigar: pleitar, disputar en juicio sobre algo. Pleitar:
contender judicialmente sobre algo.
El derecho material puede mostrarse, por sí mismo, insuficiente para evitar conflictos, el
Estado debe ofrecer mecanismos de solución, esto es, lo que viene denominándose como
«servicio público de justicia». Servicio que deberá ser de calidad y sostenible, pero sin olvidar
que la tutela judicial efectiva es un derecho fundamental constitucionalmente reconocido a
favor de las personas, y, correlativamente, su satisfacción representa también una obligación
para los juzgados y tribunales.
Como regla general, situarse en la posición pasiva en el proceso presupone una cierta
ventaja. Por ejemplo, si el demandante o acusador no se personan, no podrán obtener un
resultado favorable; cosa que no ocurre siempre si la incomparecencia es del demandado o
acusado, pues perfectamente podrán obtener una resolución a su favor sin que
necesariamente haya tenido que probar los hechos defensivos.
Desde el punto de vista procesal, en el proceso penal la posición pasiva es muy ventajosa en
virtud del derecho a la presunción de inocencia, que impone a la parte acusadora el esfuerzo
de probar la culpa.
sus propias situaciones jurídicas, eximiendo la necesidad de recabar una tutela judicial.
Frente a esto, al administrado que no la acepte se le impone la carga de impugnar
En el proceso civil también suele ser más favorable la posición pasiva. La falta de personación
del actor impide en todo caso una sentencia de condena, aunque la declaración de rebeldía
no excluye directa ni necesariamente la absolución, salvo algunas excepciones.
En fin, conviene estratégicamente lograr mantener una posición pasiva en el futuro proceso.
Otra cosa es instrumentalizar el proceso para adquirir una posición de ventaja en las
negociaciones o para fundar la propia pretensión con el incumplimiento de obligación
sinalagmática.
1. CONCEPTO DE CONCILIACIÓN
El tercero conciliador será un LAJ o un Juez de paz, según el domicilio del requerido (el de su
residencia si es PF o si es PJ podrá ser el lugar de domicilio de solicitante si en dicho lugar el
requerido tiene delegación, sucursal, oficina…).
El juez de paz no ejerce jurisdicción en este caso sino que se limita a acercar posiciones sin
tomar partido por ninguna de ellas. Es decir, le impide ofrecer una solución concreta a las
partes aunque no sea vinculante.
Cuando el juez actúa como conciliador no ejerce jurisdicción, como mucho la jurisdicción
voluntaria. La compatibilidad de la jurisdicción y la conciliación ejercida por la misma persona
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solamente se mantiene en el caso del Juez de paz, pues los actos de conciliación se
sustanciarán ante el LAJ (art 140 LJV).
La naturaleza del acuerdo de conciliación es jurídico-material porque son als partes las que
regulan la situación litigiosa con su voluntad. Contra el acuerdo solo podrá ejercitarse la
acción de nulidad por las causas que invalidan los contratos. Los actos de las partes, del LAJ
y del Juez de paz necesarios para que se pueda considerar una conciliación y tenga eficacia
ejecutiva tienen naturaleza procesal.
Desde el punto de vista temporal la conciliación puede ser preprocesal o desarrollarse una
vez iniciado el proceso. La conciliación preprocesal tiene como finalidad evitar la
sustanciación de una solución heterocompositiva. Otros efectos pueden ser la interrupción
de los plazos de prescripción y una futura imposición de costas. La conciliación intraprocesal
se orienta a evitar la continuación del proceso mediante el acuerdo.
2. LA CONCILIACIÓN PENAL
Requisito art 804 LECrim: «no se admitirá querella por injuria o calumnia inferidas a
particulares si no se presenta certificación de haber celebrado el querellante acto de
conciliación con el querellado, o de haberlo intentado sin efecto».
Cuando el órgano jurisdiccional conoce de una conciliación penal actúa como órgano civil. La
competencia corresponde al Juzgado de Paz o al LAJ del Juzgado de Primera Instancia o
Mercantil correspondiente.
Por el artículo 139.1 LJV no se admitirá la solicitud cuya finalidad sea distinta a alcanzar un
acuerdo para evitar el pleito y suponga abuso de derecho o fraude de ley o procesal. Por el
artículo 139.2 no se admitirá conciliación si los interesados son menores o personas con
capacidad modificada judicialmente para la libre administración de sus bienes, o el Estado,
CCAA y demás Administraciones Públicas. Tampoco se admitirá para el proceso de
reclamación de responsabilidad civil contra jueces y magistrados ni las materias no
susceptibles de transacción ni compromiso.
El auto o decreto aprobado en conciliación tendrá fuerza ejecutiva, en virtud del art 517.2.9
LEC, lo que permite obviar el proceso declarativo.
3.2 Competencia
Son competentes el LAJ y el Juez de paz. La única excepción es que para que sea competente
el Juez de Paz el requerido tiene que estar domiciliado donde no haya Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción, que la cuantía no supere los 6000 euros y que no sea una materia
competencia de los J. de lo Mercantil. En caso de PJ, siempre que el requerido tenga en el
mismo lugar delegación, sucursal u ofician abierta al público. También podrán conocer de
casos en los que procedan normas competenciales específicas como aforamientos.
En cuanto a la ejecución, el juez de paz tiene los mismos límites que para conocer con
jurisdicción. Será el mismo Juzgado el que tramitó la conciliación cuando se trate de asuntos
de la competencia del propio Juzgado, es decir, de asuntos de cuantía menor de 90 euros y
que no se adecúan al procedimiento de juicio verbal por razón de la materia.
Cuando el juez de paz sea competente para conocer del asunto con jurisdicción frente a una
persona física en atención al domicilio del demandado, también podrá conocer del acto de
conciliación.
Sin embargo, no resulta claro si los criterios subsidiarios previstos en el art. 50 LEC operarían
para atribuir la competencia para conocer de la conciliación al Juzgado de Paz o al LAJ del
lugar de residencia del solicitado (si no tuviere domicilio en territorio nacional); del lugar en
que se encuentre dentro del territorio nacional o en el de su última residencia en este (en
ambos casos si no tuviere domicilio ni residencia en España); o del domicilio del actor (si
tampoco pudiere determinarse así su competencia). La redacción del art. 140.1 LJV limitada
al domicilio del «requerido» como criterio de atribución competencial pretende simplificar
esta atribución, en la misma línea de excluir la conciliación siempre que haya planteado
«cuestiones de competencia» (art. 140.2 LJV). La atribución competencial en atención a la
eventual condición personal de empresario o profesional del requerido y a la naturaleza del
asunto relativo a su actividad empresarial y profesional, conforme al art. 50.3 LEC, queda
claramente excluida a los efectos de atribuir ninguna competencia para conocer de la
conciliación.
Si se trata de personas jurídicas, por el art 140.1.II LJV son competentes los del lugar del
domicilio del solicitante cuando en dicho lugar tenga el requerido delegación, sucursal,
establecimiento u oficina, o representante autorizado. Por el art 51.1.II LEC también podrán
ser demandadas en el lugar donde la situación o relación jurídica a que se refiera el litigio
haya nacido o deba surtir efectos, siempre que en dicho lugar tengan establecimiento abierto
al público o representante autorizado para actuar en nombre de la entidad. La aplicación de
ambos preceptos puede conducir a atribuir el conocimiento a un mismo órgano jurisdiccional
cuando casualmente el lugar donde la situación o relación jurídica haya nacido o deba surtir
efectos coincida con el domicilio del solicitante.
Contra los entes sin personalidad también cabe formular conciliación. Se utiliza el criterio del
domicilio del solicitante, que normalmente coincide con el lugar en que desarrollen su
actividad. Además, no hay impedimento para atribuir la competencia en atención al domicilio
de los gestores de estas entidades pero es necesario que puedan ser demandados los mismos
gestores como personas físicas.
4. 3. Procedimiento
El acto de conciliación deberá celebrarse en un plazo de diez días siguientes desde que se
admite la solicitud.
A) Solicitud de conciliación
Se iniciará mediante escrito en el que se identificará a las partes, el domicilio en que podrán
ser citados, el objeto de la conciliación que se pretenda y la fecha, y se determinará el objeto
de la avenencia, sin que resulte preceptiva la postulación. Los impresos de la solicitud están
disponibles en el órgano jurisdiccional correspondiente y podrán acompañarse los
documentos que el solicitante considere oportunos, así como una copia para el propio
solicitante y otra para cada demandado.
Nos encontramos ante una forma que es muy parecida a la de la demanda sucinta, como
bien expone el art. 437.2 LEC «en los juicios verbales en que no se actúe con abogado y
procurador, el demandante podrá formular una demanda sucinta, donde se consignarán los
datos y circunstancias de identificación del actor y del demandado y el domicilio o los
domicilios en que pueden ser citados, y se fijará con claridad y precisión lo que se pida,
concretando los hechos fundamentales en que se basa la petición».
B) Admisión y citación
C) Comparecencia
Si no hay avenencia entre los interesados, el LAJ o el Juez de paz procurarán avenirlos,
permitiéndoles replicar y contrarreplicar, si es facilitase el acuerdo.
En el caso de que se alegare cualquier cuestión que impida la válida prosecución del acto de
conciliación, se dará por terminado el acto y se tendrá por intentada la conciliación sin más
trámites. Igualmente, si no se consigue acuerdo, se hará constar en el acta que el acto
terminó sin avenencia. Y si hubiere conformidad, total o parcial, deberá constar en un acta
lo acordado, el resultado y los términos de la misma, debiendo ser firmada por los
comparecientes. El desarrollo de la comparecencia se registrará, si fuera posible, en soporte
apto para la grabación y reproducción del sonido y de la imagen conforme a lo previsto en la
LEC. Al finalizar el acto se dictará resolución haciendo constar la avenencia, o que se intentó
sin efecto o se celebró sin avenencia, acordándose el archivo definitivo de las actuaciones.
D) Terminación
La incomparecencia del requerido sin alegar justa causa pondrá fin al acto, teniéndose la
conciliación por intentada a todos los efectos. En el caso de que fueran varios los requeridos,
si concurriese solo alguno de ellos, se celebrará el acto con quien concurra, y se tendrá por
intentada la conciliación en cuanto a los restantes. Si ninguna o solamente alguna de las
partes acuden a la comparecencia o no hubiera avenencia a pesar de haber comparecido, se
dará el acto por intentado o terminado «sin efecto» .
Por último, la mera solicitud de conciliación puede servir como requerimiento formal al
demandado. La conciliación sin avenencia no tendrá eficacia como prueba en el ulterior
proceso sobre el mismo objeto, puesto que, «las declaraciones realizadas en actos de
conciliación celebrados sin avenencia son meramente provisionales y carecen del carácter
de confesión.
Si ambas partes comparecen y llegan a un acuerdo se hará constar en un acta, así como los
términos de la misma, que será firmada por los comparecientes. Igualmente, el Juez de paz
dictará auto, o el LAJ decreto, en el que lo aprobará y acordará además el archivo de las
actuaciones. La aprobación de la avenencia entre las partes supone únicamente la
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constatación de que el convenio se ha llevado a cabo dentro de los límites del art. 19.2 LEC,
por tanto, que no haya prohibición o limitaciones por razones del interés general o en
beneficio de terceros; igualmente, que concurren las condiciones de capacidad jurídica de
las partes y de poder de disposición o de sus representantes debidamente acreditados. La
resolución que apruebe lo convenido tendrá efectos de cosa juzgada y aparejada ejecución.
1.º Cuando el título de ejecución sea el auto del Juez de paz, aprobatorio del convenio de
conciliación, y sea competente el mismo Juzgado, el plazo de espera del art. 548 LEC no
operará desde la fecha del convenio sino desde la notificación de esta resolución a las partes.
Y por lo que se refiere al plazo de caducidad del art. 518 LEC, se iniciará a partir de la firmeza
de la resolución del Juzgado de paz o del Secretario.
2.º Por ser resolución procesal, no será preciso exigir al citado requerimiento en la ejecución
dineraria para resoluciones que no sean procesales o arbitrales.
3.º En cuanto a la oposición, contra la ejecución también cabe oponerse. El transcurso del
plazo de caducidad del art. 518 LEC habrá de admitirse como motivo de oposición. Sin
embargo, el art. 556.1 LEC devendría inaplicable, así como el art. 557 LEC en cuanto que este
precepto no alude al auto del Juez de paz ni al decreto del LAJ aprobatorios del convenio de
conciliación. Aunque no contamos con norma que determine las causas de oposición, parece
que esta ha de ser posible. El que se prevea en el art. 148 LJV específicamente la acción de
nulidad no significa la improcedencia de la oposición en la ejecución, pues el ámbito de la
acción de nulidad se dirige frente a lo convenido y no constituye una específica causa de
oposición en el posterior proceso de ejecución.
hace constar lo convenido por las partes, no se somete a las exigencias de los art. 520 y
559.1.3.º LEC, tampoco es preciso requerir de pago y tanto el auto del Juez de paz, como el
decreto del LAJ, aprobatorios de un acuerdo de conciliación, han de incluirse entre los títulos
a que se refiere el art. 556.1 LEC. Y en la misma línea habría de admitirse la posibilidad de
impugnar la provisión del Tribunal en contradicción con el título ejecutivo que sea decreto.
Lo convenido en acto de conciliación tiene naturaleza contractual por lo que la validez queda
condicionada a lo exigido a todo contrato o convenio y se debe impugnar con la acción de
nulidad.
Plazo: dentro de los quince días siguientes a su celebración, mediante el proceso declarativo
ordinario que corresponda.
5. CONCILIACIÓN INTRAPROCESAL
Las partes pueden manifestar ante el Tribunal en la audiencia previa del juicio ordinario que
han llegado a un acuerdo o que se muestran conformes en concluirlo de inmediato. La
celebración de la audiencia previa permitirá de forma inmediata la obtención de una solución
autocompositiva del litigio. Si comparecen ambas partes, el Tribunal declarará abierto el acto
y comprobará si subsiste litigio entre ellas. Si manifestasen haber llegado a un acuerdo o se
mostrasen dispuestas a concluirlo de inmediato, podrán desistir del proceso o solicitar del
Tribunal que homologue lo acordado mediante conciliación intraprocesal o transacción.
El art. 415 LEC equipara conciliación y transacción. Sin embargo, la conciliación solamente
puede ser judicial mientras que la transacción cabe también efectuarse extrajudicialmente.
La transacción es un «negocio jurídico bilateral, mediante el que las partes sacrifican
recíprocamente intereses implicados en una situación litigiosa, con la causa de extinguir ese
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estado de litigiosidad». Pues bien, el citado negocio jurídico puede manifestarse como
acuerdo de mediación, cuando las partes son auxiliadas por «expertos»; o también como
conciliación, si el acuerdo se alcanza ante un Juez que se limita a acercar las posiciones de las
partes.
Esta transacción tiene el efecto de terminar el proceso, aunque sin sentencia en cuanto que
el litigio ha sido resuelto por las partes a través de la transacción, y además tendrá valor
como título de ejecución. Por supuesto, si el acuerdo alcanzado por las partes implica en sí
mismo la satisfacción, la finalización del proceso se produciría no en virtud de la transacción
sino por la satisfacción extraprocesal o pérdida sobrevenida del objeto, y no se generaría
ningún título ejecutivo.
El silencio por las partes permite entender que se produce la subsistencia del litigio de forma
tácita. Y si no se permitiera a las partes manifestar haber alcanzado un acuerdo o mostrarse
dispuesto a concluirlo de inmediato, impidiéndoles desistir del proceso o solicitar la
homologación de lo acordado, desde luego constituiría una grave infracción productora de
indefensión que generaría nulidad, siempre que se formule la oportuna protesta y se recurra
en apelación.
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La finalidad radica en impedir que si inicie un procedimiento contra ella sin que conozca los
motivos.
Se regulaba en los artículos 120 a 124 LRJyPAC: se establecía que era preceptiva la
reclamación antes de demandar en vía civil y laboral. Antes de su derogación formal ya había
sido sistemáticamente inaplicada por la jurisprudencia.
Ha sido eliminada del OJ por la Ley 39/2015 suprimir tramites que son una carga y
dificultan el ejercicio de los derechos, la ley no contempla ya las reclamaciones previas en vía
civil y laboral. Se ha eliminado la obligación (se puede interponer si se considera oportuno).
II. EL ARBITRAJE
El arbitraje se encuentra limitado con carácter general tanto en el ámbito material como en
el procedimental. En cuanto al material, porque solamente es viable en conflictos de
materias disponibles, por lo que se excluye el derecho penal y las materias del artículo 2 LA:
en cuestiones sobre las que haya recaído sentencia firme, materias unidas inseparablemente
y sobre las que no tenga poder de disposición, y todas en las que debe intervenir el Ministerio
Fiscal. Y por lo que se refiere al ámbito procedimental, se limita a la actividad declarativa y
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cautelar. La ejecución del laudo arbitral debe hacerla un juez, así como las medidas
cautelares adoptadas antes del inicio del procedimiento arbitral y cuando las partes hayan
excluido la potestad de los árbitros en la adopción de medidas cautelares. Caracteres
principales:
1.º El arbitraje es, por regla general, de derecho, pero podrá ser de equidad. Si es de equidad
el árbitro debe ser jurista.
2. EL CONVENIO ARBITRAL
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- Deberá redactarse por escrito, con independencia de que se haga como una cláusula
más en un contrato o bien como acuerdo independiente.
Es posible la renuncia expresa o tácita del convenio, que generará la obligación de acudir al
arbitraje para la solución del conflicto objeto del mismo. Si se acude a la jurisdicción, se
formula mediante declinatoria que hay un convenio arbitral que regula ese conflicto. Si no
hay oposición a la declinatoria se entiende que ser produce la renuncia al arbitraje.
El demandante deberá alegar los hechos en que se funda, la naturaleza y las circunstancias
de la controversia y las pretensiones que formula, y el demandado podrá responder a la
demanda. Salvo pacto en contrario, las partes podrán modificar o ampliar su demanda o
contestación durante las actuaciones arbitrales, a menos que los árbitros lo consideren
improcedente por razón de la demora con que se hubiere hecho.
Podrán ser árbitros las personas naturales que se hallen en el ejercicio de sus derechos
civiles, siempre que no se lo impida la legislación a la que puedan estar sometidos en el
ejercicio de su profesión, y con independencia de su nacionalidad, salvo acuerdo en contrario
de las partes. Salvo acuerdo de las partes, si el arbitraje es de derecho, deberán tener la
condición de juristas. Cuando el arbitraje se haya de resolver por tres o más árbitros, se
requerirá que al menos uno de ellos tenga la condición de jurista (art. 15 LA). Asimismo, a los
árbitros se les aplican las causas de abstención y recusación (art. 17 LA).
La designación se realizará en principio por las partes (art. 15.3 LA) y en número impar. Si no
hay acuerdo, las partes podrán acordar el procedimiento para la designación de los árbitros,
sin vulnerar el principio de igualdad. A falta de acuerdo, si hay un solo árbitro, este será
nombrado por el Tribunal competente. Si hay tres árbitros, cada parte nombra uno y los dos
árbitros designan al tercero, quien será presidente del colegio arbitral. Si una parte no
nombra al árbitro dentro de los treinta días siguientes a la recepción del requerimiento de la
otra para que lo haga, la designación del árbitro se hará por el Tribunal competente. Lo
mismo se aplicará cuando los árbitros designados no consigan ponerse de acuerdo sobre el
tercer árbitro dentro de los treinta días contados desde la última aceptación.
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Una vez designados, deberá comunicarse la designación a cada uno de los árbitros, quienes
deberán cumplir con su deber en el caso de aceptar. Además, responden por los daños y
perjuicios que causaren por mala fe, temeridad o dolo a partir de ese momento (art. 21 LA).
Por esto, salvo que se trate de entidades públicas y de sistemas arbitrales integrados o
dependientes de las Administraciones Públicas, se exigirá a los árbitros o a las instituciones
arbitrales contratar un seguro de responsabilidad civil.
4. EL PROCEDIMIENTO ARBITRAL
El que las partes hayan pactado (art 25 LA), respetando las reglas imperativas como los
principios y derechos audiencia, contradicción e igualdad; o en el institucional, lo previsto en
el reglamento de la institución. Las lagunas las cubrirán los árbitros.
A falta de pacto, los árbitros podrán dirigir el arbitraje como consideren apropiado,
incluyendo decidir sobre admisibilidad, pertinencia y utilidad de las pruebas, sobre su
práctica y valoración, incluso de oficio.
El procedimiento consistirá en una fase alegatoria bilateral en la que, salvo acuerdo de las
partes, los árbitros decidirán si han de celebrarse audiencias para alegaciones, práctica de
pruebas y conclusiones, o si se harán por escrito. En la misma se producirá actividad
probatoria si es necesaria con posibilidad de auxilio judicial. En este caso, el Tribunal
competente será el JPI o el J. de lo Mercantil del lugar del arbitraje o el del lugar donde deba
prestarse la asistencia. Igualmente, salvo pacto en contrario de las partes, es posible que los
árbitros puedan decidir sobre la adopción de medidas cautelares.
Debe dictarse por escrito y en general ser motivado y podrá protocolizarse notarialmente.
Además, se notificará a las partes en la forma y plazo pactado, o en su defecto, mediante
entrega a cada una de un ejemplar firmado.
Deberá incluir las costas, que incluirán los honorarios y gastos de los árbitros y de los
defensores o representantes de las partes, el coste del servicio prestado por la institución
administradora del arbitraje y otros gastos, como los de protocolización o notificaciones. En
los diez días siguientes a la notificación, las partes podrán pedir la corrección de cualquier
error o aclaración necesaria, o el complemento del laudo respecto de peticiones formuladas
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y no resueltas, así como la rectificación de la extralimitación parcial del laudo, cuando se haya
resuelto sobre cuestiones no sometidas a su decisión o sobre cuestiones no susceptibles de
arbitraje. Esto se resolverá por los árbitros, previa audiencia de las demás partes, en diez
días, salvo la solicitud de complemento y la rectificación de la extralimitación, que será en
veinte días.
5. INTERVENCIÓN JURISDICCIONAL
Contra un laudo definitivo podrá ejercitarse la acción de anulación ante la Sala de lo Civil y
Penal del TSJ donde se hubiera dictado el laudo.
Plazo: dos meses desde la notificación del laudo o, en caso de que se haya solicitado
corrección, aclaración o complemento del mismo laudo, desde la notificación de la resolución
sobre esta solicitud, o desde la expiración del plazo para adoptarla.
Para su admisión y estimación ha de alegarse y probarse una relación de causas tasadas, que
garanticen que el arbitraje ha sido querido por las partes, se ha mantenido dentro de sus
límites de eficacia y se han respetado las normas de ius cogens:
En algunos casos [puntos b), e) y f)] podrán ser apreciados de oficio o a instancia del
Ministerio Fiscal. Y en otros [puntos c) y e)], la eventual anulación afectará solamente a los
pronunciamientos del laudo sobre cuestiones no sometidas a decisión o no susceptibles de
arbitraje, siempre que puedan separarse de las demás.
La anulación se sustanciará por los cauces del juicio verbal. Destacan las siguientes
especialidades:
1.ª La demanda tendrá la forma prevista en el art. 399 LEC, a la que deberán acompañarse
los documentos justificativos de su pretensión, del convenio arbitral y del laudo, con
proposición de los medios de prueba cuya práctica interese al actor.
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3.ª Contestada la demanda o transcurrido el plazo, el LAJ citará para la vista, si así lo solicitan
las partes. En caso contrario, o cuando solo se hubiere propuesto prueba documental y se
hubieren aportado sin ser impugnados, o no sea necesaria la ratificación de los informes
periciales, se dictará sentencia sin más trámites.
2.ª Cuando el título sea un laudo, a la demanda se acompañarán, el convenio arbitral y los
documentos acreditativos de la notificación de aquel a las partes.
3.ª El ejecutado podrá alegar la nulidad de la ejecución por no contener el laudo arbitral
pronunciamientos de condena, o por no cumplir los requisitos legales, o por infracción, al
despacharse ejecución.
5.ª Plazos: no se despachará ejecución en el plazo de espera de veinte días, ni debe haber
transcurrido el plazo de caducidad de cinco años desde la firmeza del laudo.
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En cuanto al execuátur del laudo pronunciado fuera del territorio español, se regirá por el
Convenio sobre reconocimiento y ejecución de las sentencias arbitrales extranjeras, sin
perjuicio de lo dispuesto en otros convenios internacionales más favorables a su concesión,
y se sustanciará según el procedimiento establecido en el ordenamiento procesal civil para
el de sentencias dictadas por tribunales extranjeros.
Salvo acuerdo en contrario de las partes, los árbitros podrán, a instancia de cualquiera de
ellas, adoptar las medidas cautelares que estimen necesarias respecto del objeto del litigio.
Los árbitros podrán exigir caución suficiente al solicitante». En supuestos concretos será
necesaria la jurisdicción. Así será, además de cuando lo hayan acordado las partes, al
solicitarse con carácter previo al inicio del arbitraje, así como una vez dictado el laudo
arbitral.
Podrá pedir al Tribunal medidas cautelares quien acredite ser parte de convenio arbitral con
anterioridad a las actuaciones arbitrales y quien acredite ser parte de un proceso arbitral
pendiente en España; o, en su caso, haber pedido formalización judicial; o en el supuesto de
un arbitraje institucional, haber presentado la debida solicitud o encargo a la institución
correspondiente según su Reglamento.
Sin perjuicio de las reglas de los Tratados y Convenios o en las normas comunitarias, también
se podrá solicitar de un Tribunal español, por quien acredite ser parte de un proceso
jurisdiccional o arbitral que se siga en un país extranjero, la adopción de medidas cautelares
si se dan los presupuestos legalmente previstos salvo en los casos en que para conocer del
asunto principal fuesen exclusivamente competentes los tribunales españoles.
A tal efecto, dispone el art. 8.3 LA que «para la adopción judicial de medidas cautelares será
Tribunal competente el del lugar en que el laudo deba ser ejecutado y, en su defecto, el del
lugar donde las medidas deban producir su eficacia, de conformidad con lo previsto en el
artículo 724 de la Ley de Enjuiciamiento Civil», y, en efecto, conforme al art. 724 LEC, «cuando
las medidas cautelares se soliciten estando pendiente un proceso arbitral o la formalización
judicial del arbitraje, será Tribunal competente el del lugar en que el laudo deba ser
ejecutado, y, en su defecto, el del lugar donde las medidas deban producir su eficacia».
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El laudo produce efectos de cosa juzgada y frente a él solo cabrá ejercitar la acción de
anulación y, en su caso, solicitar la revisión para las sentencias firmes.
La revisión de sentencias firmes se solicitará a la Sala de lo Civil del TS o a las Salas de lo Civil
y Penal de los TSJ, conforme a lo dispuesto en la LOPJ. De ese modo, será competente en
general la Sala de lo Civil del TS, salvo que pueda conocer la Sala de lo Civil y Penal del TSJ si
se tratare de materia de derecho civil, foral o especial, propia de la CA y si el correspondiente
Estatuto de Autonomía hubiera previsto esta atribución.
TEMA 4. LA MEDIACIÓN
1. CONCEPTO Y ÁMBITO
Es decir, es una fórmula autocompositiva en la que las partes, situadas en pie de igualdad, y
con la ayuda de un tercero, intentan solucionar las diferencias que tienen entre sí. A
diferencia del Juez conciliador, el mediador podrá formular propuestas concretas para dar
solución al conflicto por si las partes deciden aceptarlas.
La mediación puede desarrollarse en ámbitos diferentes al civil y mercantil, pero en esos dos
ámbitos es regulada completa y sistemáticamente. El artículo 2.2 LMACM excluye la
mediación penal, con la Administración Pública, la laboral y en materia de consumo, e incluso
se prohíbe en algunos aspectos, como el art. 87 ter LOPJ, en los litigios competencia del
Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Sin embargo, dicha regulación pretende, simplemente,
sentar sus bases y favorecer esta alternativa frente a la solución judicial del conflicto, de
modo que opta por establecer determinados principios, reglas o directrices, y requisitos
generales del procedimiento.
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2. CARACTERES DE LA MEDIACIÓN
«El deber primordial para el Estado en esta materia es el correlativo al derecho de toda
persona “a la tutela judicial efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos
e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión” (art. 24.1 CE).
El respeto de este derecho fundamental es preferente a toda consideración de política
legislativa orientada a aliviar la carga de trabajo de los tribunales».
La flexibilidad supone una ventaja por lo que implica de adaptabilidad objetiva y subjetiva,
pero también puede representar una desventaja en cuanto la adaptación resulte inefectiva
o inadecuada consecuencia de la impresión, el error o la impericia del mediador, así como
también simultánea o alternativamente consecuencia de imposiciones de las partes en
ejercicio inadecuado de su autonomía de la voluntad.
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4. Deslegalización y desjuridificación
Como clave del éxito de la mediación, se pretende un procedimiento ventajoso, por sencillo
o fácil, económico y breve: «… se articula un procedimiento de fácil tramitación, poco costoso
y de corta duración en el tiempo»).
3.PRINCIPIOS DE LA MEDIACIÓN
1) Voluntariedad
Art. 6.1 LMACM «la mediación es voluntaria»; y art. 6.3 «nadie está obligado a mantenerse
en el procedimiento de mediación ni a concluir un acuerdo»
La LMACM solo contempla acordar la mediación de forma expresa y por escrito (art. 6.2
LMACM), pero esta voluntad podrá manifestarse tanto expresa como tácitamente. Si una
parte solicita iniciar un procedimiento de mediación y la otra se persona, puede alcanzarse
un acuerdo que sea eficaz. Es más, hacer caso omiso cuando se inicie la mediación por una
de las partes a la espera de que la otra se persone, servirá para hacer inviable ab initio la
mediación. Sin embargo, existiendo pacto expreso y por escrito, la voluntad de no aceptar,
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2) Igualdad
En referencia a las partes y en correlación con el art. 14 CE, el art. 7 LMACM proclama que
en el procedimiento de mediación se garantizará que las partes intervengan con plena
igualdad de oportunidades, manteniendo el equilibrio entre sus posiciones. Esto opera como
garantía de justicia pues, de otro modo, el acuerdo podría estar viciado a favor de la parte
que hubiera tenido más oportunidades. La igualdad no será necesaria siempre pues la
flexibilidad del procedimiento permite su adaptación a las condiciones que puedan concurrir
en las partes.
acercamiento entre las partes, con respeto a los principios recogidos en la LMACM (art. 13.1
y 2). Por supuesto, la mediación ha de ser confidencial.
5) Oralidad
En la mediación no siempre se derivan de la oralidad los principios-consecuencia como son
la inmediación, concentración y publicidad real, o, al menos, estos principios reciben
importantes matizaciones. La mediación plasma su estructura básica a través de una serie de
reuniones y entrevistas, en el procedimiento ha de primar la palabra oral respecto de la
escrita, aunque los actos escritos resultan habituales (como la presentación de documentos;
el pacto de sometimiento a mediación o la dispensa del deber de confidencialidad). Así y
todo, la mediación se estructura mediante una serie de reuniones y entrevistas que implican
oralidad e inmediación como la que deriva de la participación directa del mediador, sin
perjuicio del procedimiento por medios electrónicos, considerado incluso preferente cuando
la cuantía no supere los seiscientos euros conforme al art. 24 LMACM.
La publicidad real se excluye a consecuencia del deber de confidencialidad. Eso ocurre con
los terceros, puesto que los actos de mediación no serán secretos para el mediador ni para
las partes, porque eso produciría indefensión y haría inviable el procedimiento.
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Pueden ser mediadores las personas naturales que se hallen en pleno ejercicio de sus
derechos civiles, siempre que no se lo impida la legislación a la que puedan estar sometidos
en el ejercicio de su profesión. Además, el mediador deberá estar en posesión de título oficial
universitario o de formación profesional superior y contar con formación específica para
ejercer la mediación, que se adquirirá mediante la realización de uno o varios cursos
específicos impartidos por instituciones debidamente acreditadas, que tendrán validez para
el ejercicio de la actividad mediadora en cualquier parte del territorio nacional. Y, por último,
deberá suscribir un seguro o garantía equivalente que cubra la responsabilidad civil derivada
de su actuación en los conflictos en que intervenga.
1) Fase de inicio
A) Relevancia del compromiso de sometimiento a mediación para su inicio. Art. 16 LMACM:
el procedimiento de mediación podrá iniciarse de común acuerdo o por una de las partes.
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Sin embargo, en algunos supuestos la voluntad puede manifestarse de forma expresa o tácita
(ej: atribución de competencia territorial). La voluntad de someterse a mediación y el
compromiso que se adopte pueden ser válidos si una parte solicita el inicio de mediación
para iniciado o que pueda iniciarse, y la otra parte decide personarse y seguir la mediación.
Igualmente, si una parte solicita mediación y la otra manifiesta su voluntad de no aceptarla
aunque sea de forma tácita no personándose ante el mediado, debería entenderse que no
tiene voluntad mediadora y ni siquiera procedería la apertura de la mediación.
Otra cosa es que los gastos generados hasta ese momento deban asumirse solamente por
quienes adoptaron el compromiso. Quizá por esto la LMACM solamente otorga eficacia al
compromiso de mediación adoptado expresamente y por escrito. Art. 6.2: cuando exista un
pacto por escrito se deberá intentar el procedimiento pactado de buena fe, antes de acudir
a la jurisdicción o a otra solución extrajudicial. Pero, Art. 6.3: nadie está obligado a
mantenerse en el procedimiento de mediación ni a concluir un acuerdo.
Si existe pacto expreso y escrito, la voluntad de no seguir o terminar la mediación solo puede
hacerse efectiva si ya se ha iniciado la mediación, pues una vez firmado un compromiso de
mediación, el procedimiento se iniciará a pesar de que ya en ese momento una parte no
tenga voluntad de mantener ni alcanzar un acuerdo.
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En cambio, si se solicita por una de las partes, se hará con base en un pacto preexistente de
sometimiento a mediación existente entre las partes. El sometimiento debe hacerse por
escrito. Las partes deben tener capacidad y el objeto ser disponible. Asimismo, tendrá
naturaleza contractual, pudiendo constituir un contrato o una cláusula en un contrato, en
cuyo caso «surtirá efectos incluso cuando la controversia verse sobre la validez o existencia
del contrato en el que conste.
El problema que se ha planteado al legislador aquí es, de equilibrio entre dos aspectos en
cierto punto contradictorios: de un lado, la voluntariedad y libre disposición esencial de la
mediación; de otro, el cierto efecto vinculante con que se quiere dotar al acuerdo de
mediación, unido a los principios de «lealtad, buena fe y respeto mutuo». Por tanto, para
solucionarlo aquí no cabe la declinatoria.
2) Fase preparatoria
A) Sesión informativa
Consiste en explicar a las partes qué es la mediación, qué condiciones principales se darán
para su desarrollo y conclusión y qué efectos tendrán los acuerdos que se adopten. La
información ha de ser concretada a las características específicas de las partes y del objeto
sometido a mediación. Para ofrecer información genérica las instituciones de mediación
pueden organizar «sesiones informativas abiertas» para el público en general.
27
Quizá pueda considerarse más cortés o atento personarse para negarse a mantenerse en la
mediación tras escuchar e ilustrarse de la información sobre la mediación, pero no parece
que la inasistencia a la sesión informativa deba entenderse en la órbita de la deslealtad ni la
mala fe, por ejemplo, cuando la parte ya haya participado en sesiones informativas sobre
objetos idénticos o similares. La inasistencia injustificada sencillamente es una forma de
manifestar la voluntad contraria a la mediación.
Y por lo que se refiere a la información que el mediador ofrecerá a las partes, el art. 17.1.II
LMACM menciona «las posibles causas que puedan afectar a su imparcialidad, de su
profesión, formación y experiencia; así como de las características de la mediación, su coste,
la organización del procedimiento y las consecuencias jurídicas del acuerdo que se pudiera
alcanzar, así como del plazo para firmar el acta de la sesión constitutiva». De estos aspectos
cabe distinguir, los que pueden ser perfectamente prescindibles, como son «las
características de la mediación» y «las consecuencias jurídicas del acuerdo que se pudiera
alcanzar». De otro, pueden apreciarse los efectos que pueden ser convenientes o
interesantes según las circunstancias, como las posibles causas que puedan afectar a la
imparcialidad del mediador, sus valores personales (profesión, formación y experiencia), o la
organización del procedimiento, sobre todo en lo referente a su duración o a los posibles
caracteres diferenciadores respecto de lo que constituya un modelo tipo o habitual; y por
último, observamos aquellos efectos absolutamente imprescindibles, como conocer con
precisión el coste de la mediación, sobre todo los honorarios del mediador, las cantidades a
satisfacer por los servicios de la institución y por otros eventuales como los derivados de la
posible intervención de traductores, que pueden ser muy variables para cada mediador,
institución o profesional. Por último, se informará también del plazo para la firma del acta de
la sesión constitutiva, puesto que, de no firmarse, el procedimiento de mediación sensu
stricto no se iniciará (art. 19.1 LMACM).
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B) Sesión constitutiva
Buena parte de los anteriores aspectos vendrán predeterminados por la voluntad previa de
las partes en el convenio de sometimiento a mediación o en momento posterior; sea por las
reglas de la institución; o también por el mediador en atención a las condiciones particulares
subjetivas y objetivas.
Por su parte, la firma del acta tendrá la virtualidad de poner fin a la fase preparatoria y al
mismo tiempo dar inicio al procedimiento de mediación en sentido estricto. Representará
así el dies a quo por el que se iniciará el cómputo del plazo máximo que pueda haberse
establecido para la duración de la mediación, que siempre habrá de ser lo más breve posible
(art. 20 LMACM). En caso de que no se firme, se declarará en la misma que la mediación ha
sido intentada sin efecto, tal y como establece el art. 19.2 LMACM, por tanto, reconociendo
a la actitud pasiva el valor de manifestación tácita de voluntad.
Las pautas mínimas son tan amplias que solamente será necesario que, en la medida de lo
posible, resulten adecuadas a las partes, al conflicto, a las circunstancias concurrentes y, en
definitiva, al objetivo de lograr la solución del conflicto con la mayor simplicidad y brevedad,
y el menor costo posible.
Juegan ahora un papel más preponderante que las jurídicas, competencias, habilidades,
disciplinas y conocimientos más propios de la órbita de la psicología y hasta del marketing.
Se trata, en definitiva, de establecer un clima de confianza y comunicación entre las partes y
el mediador para solucionar el conflicto.
Como es regla general, deberá firmarse por todas las partes y por el mediador o mediadores
y se entregará un ejemplar original a cada una de ellas. Sin embargo, en caso de que alguna
de las partes no quisiera firmar el acta, el mediador hará constar en la misma esta
circunstancia, entregando un ejemplar a las que lo deseen (art. 22.3 LMACM). A pesar del
tenor del art. 25.1 LMACM, referido a que al acuerdo se acompañarán las actas de la sesión
constitutiva y final, en mi opinión, acuerdo y acta no son elementos a efectos prácticos
diferenciables, la negativa a firmar el acta equivaldrá a la terminación de la mediación sin
acuerdo, incluso a pesar de que hubiera manifestado previamente su voluntad de alcanzarlo,
lo que permitirá la apertura de la vía heterocompositiva, judicial o arbitral, correspondiente.
La terminación tendrá como efecto, según el art. 4.III LMACM, el final de la suspensión del
plazo de prescripción o de la caducidad de acciones que se hubiere producido. Y también,
según el art. 22.1.II LMACM, impondrá que se devuelva a cada parte los documentos que
hubiere aportado, si bien, en el caso de que consten documentos que no hubieren de
devolverse (por ejemplo, cuando se trate de meras copias o documentos realizados ad hoc
para el procedimiento de mediación y solo útiles en el mismo), se formará un expediente que
conservará y custodiará el mediador o, en su caso, la institución de mediación, una vez
terminado el procedimiento y durante el plazo de cuatro meses.
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las costas de modo diverso. Y para el pago de estos costes se supone que podrá liquidarse la
provisión de fondos que haya podido exigirse a las partes.
El art. 22.1 LMACM enumera una serie circunstancias que motivarán que la mediación
termine sin acuerdo durante o al finalizar sus sesiones; a estas causas ha de añadirse también
la renuncia del mediador a continuar el procedimiento o el rechazo de las partes a su
mediador, siempre que no se llegue a nombrar uno nuevo (art. 22.2 LMACM).
Sea total o parcial, el acuerdo se documentará por escrito, firmado por las partes por sí o
mediante sus representantes. Se hará constar la identidad y el domicilio de las partes; el lugar
y fecha en que se suscribe; las obligaciones que cada parte asume; y que se ha seguido un
procedimiento de mediación ajustado a las previsiones de esta Ley, con indicación del
mediador o mediadores que han intervenido y, en su caso, de la institución de mediación en
la cual se ha desarrollado el procedimiento. Se harán tantas copias como partes, más un
ejemplar para el mediador para su conservación.
El mediador en ese momento informará a las partes de las consecuencias que derivan del
acuerdo alcanzado: su carácter vinculante (esta vinculación será la propia de los contratos,
esto es, conforme se previene en los arts. 1.091, 1.256, y 1.258, y además, será similar a la
que produce la transacción, en los términos del art. 1.816 CC), y la posibilidad de instar su
elevación a escritura pública para que adquiera el carácter de título ejecutivo. Ante ello, y en
atención al carácter contractual del acuerdo, contra lo convenido solamente podrá
ejercitarse la acción de nulidad por las causas que invalidan los contratos (art. 23 LMACM).
Junto a los condicionamientos formales, lo más relevante son las, al menos en apariencia,
expeditivas consecuencias que se atribuyen al acuerdo:
a) de un lado y con carácter general, siempre que se cumplan las exigencias generales,
lo acordado vinculará a las partes, siendo impugnable únicamente mediante la
llamada «acción de nulidad» por las causas que invalidan los contratos;
b) de otro, la «posibilidad» de que alcance la categoría de título ejecutivo. El primer
aspecto, el civil, no ofrece mayores explicaciones habida cuenta del carácter
contractual que se atribuye a lo acordado y del que derivarán los correspondientes
derechos y obligaciones entre las partes, por supuesto siempre que aquello acordado
conste inteligiblemente. En cambio, la eficacia ejecutiva de lo acordado en mediación
puede generar alguna dificultad puntual y dudas a la hora de trasladar lo acordado a
la protocolización notarial.
En efecto, según art. 25.1 LMACM, «las partes podrán elevar a escritura pública el acuerdo
alcanzado tras un procedimiento de mediación. El acuerdo de mediación se presentará por
las partes ante un notario acompañado de copia de las actas de la sesión constitutiva y final
del procedimiento”.
31
La tramitación por medios electrónicos en general se supone que resulta más sencilla y sobre
todo más económica. Además, implica específicamente que la solicitud de mediación se haga
«preferentemente» mediante formulario electrónico remitido a través de algún mecanismo
«seguro» al realizarse a través de una web debidamente protegida o por utilizar
instrumentos de cifrado de las comunicaciones (certificación SLL, esto es, «Secure Socket
Layer» o capa de conexión segura que proporciona privacidad mediante el uso de
criptografía). Parece bastante claro que el principio de confidencialidad que debe regir en el
procedimiento de mediación puede quedar en entredicho con cierta facilidad en el
procedimiento de mediación sin los instrumentos y técnicas adecuadas. A partir de ahí, el
mediador evaluará la conveniencia de la mediación, en atención a las circunstancias y a que
pueda garantizarse la identidad de las partes, mediante el DNI electrónico, la autenticidad
de las firmas, con la firma electrónica (Ley 59/2003, de 19 de diciembre), así como la
integridad de los documentos (Ley 11/2007, de 22 de junio).
El RD 980/2013 establece en primer lugar las normas generales sobre este procedimiento.
Además de disponer la preferencia del procedimiento de mediación cuando la cuantía o el
interés no exceda de los seiscientos euros, salvo que su empleo no sea posible para alguna
de las partes o cuando las mismas acuerden un procedimiento distinto y siempre que las
pretensiones de las partes no se refieran a argumentos de confrontación de derecho (art. 30
RD 980/2013), establece la necesidad de «habilitar los mecanismos necesarios para
garantizar a las partes la seguridad, el buen funcionamiento de la plataforma y de los
sistemas electrónicos utilizados, así como la privacidad, la integridad y el secreto de los
documentos y las comunicaciones, la confidencialidad en todas las fases del procedimiento,
32
Para la confidencialidad, las partes podrán optar por indicar si los documentos que entregan
o las comunicaciones que entablan no tienen este carácter, en caso contrario, quedan
sometidas al régimen de confidencialidad. Y los medios electrónicos aplicados a los
procedimientos simplificados de mediación deberán incorporar mecanismos de registro de
actividad que permitan auditar su correcto funcionamiento (art. 31 RD 980/2013). Las partes
y el mediador acreditarán la identidad y condiciones de usuario mediante la firma electrónica
(Ley 59/2003, de 19 de diciembre, de firma electrónica) o presencialmente ante el mediador
o las instituciones de mediación, acordando un sistema de acceso seguro de mutuo acuerdo.
Se utilizarán formularios o impresos electrónicos normalizados de solicitud de inicio y de
contestación y aquellos que permitan la subsanación de errores u omisiones, así como la
retirada de la solicitud de inicio de la mediación en línea y, en el caso de que se haya dado
comienzo al procedimiento, el ejercicio del derecho de las partes a dar por terminadas las
actuaciones, generándose copia como justificante en el expediente único para todo el
procedimiento, en el que las partes asumen el compromiso de acceder al expediente en la
dirección electrónica que indiquen (arts. 32 a 35 RD 980/2013).
El procedimiento electrónico simplificado durará como máximo un mes desde el día siguiente
a la recepción de la solicitud, prorrogable por acuerdo de las partes, transformable a
cualquier otro procedimiento de mediación y pudiéndose llevar a cabo las actuaciones que
se consideren adecuadas presencialmente (art. 36 RD 980/2013).
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La solución de un conflicto implica optar por alguna de las posibilidades previstas alternativa
o sucesivamente por el ordenamiento jurídico para su solución. Ello supone conocer esas
posibilidades, sus ventajas e inconvenientes. Lo más adecuado será atender al caso concreto
para escoger una u otra opción.
El anterior esquema se presenta relativo y, por supuesto, muy aproximativo. Por ejemplo, la
solución de carácter público podrá ser interesante siempre que su coste directo, como cabe
esperar sea inferior y, la calidad, como sería de prever, superior.
Pero creo que falta una visión algo más realista. Y las afirmadas bondades de los medios
alternativos y, en particular, de la mediación, por mucho que se estén defendiendo con
particular ahínco y vehemencia argumentativa, no necesariamente han de corresponderse a
toda la realidad ni, por tanto, tendrán siempre los positivos resultados que inicialmente
cabría esperar, todo ello acompañado de una declarada voluntad del fomento de estas
soluciones.
34
Ahora bien, no conviene olvidar algunos puntos relevantes como, entre otros, que la
conciliación obligatoria fue en su momento desterrada del proceso civil español por su escasa
utilidad práctica; o que la eventual ineficacia de las tan empeñadas medidas podría erigirse
no obstante en un verdadero obstáculo para el ejercicio de un derecho fundamental como
es el de la tutela judicial efectiva (art. 24 CE).
Frente al mero intento formal de acuerdo, práctica rutinaria de escasa eficacia, se impone
observar lo interesante que puede resultar la solución del conflicto a través del pacto. No se
trata de pactar a cualquier precio, con abandono de la pretensión en aras de cualquier
solución, pero tampoco de lanzarse al pleito sin ni siquiera considerar esta posibilidad tan
interesante para la parte y para el conjunto de la sociedad. De hecho, se impone conjugar
convenientemente el ánimo litigador y el espíritu litigante.
Vislumbrar expectativas de éxito:De un lado, esto se hará atendiendo las posibilidades reales
de fijación de los hechos constitutivos de su pretensión, tanto porque puedan ser
reconocidos por la contraparte como, sobre todo, en atención al material probatorio que
pueda adquirirse en el supuesto concreto. Igualmente, intentará vislumbrar las posibilidades
de que la contraparte pueda probar hechos defensivos: impeditivos, extintivos y excluyentes.
De otro lado, el análisis se centrará en las normas aplicables, su interpretación correcta y,
mejor todavía, atenderá al criterio del juzgador a la hora de interpretar y aplicar las normas
siempre que sea posible, tanto las favorables como las perjudiciales.
En definitiva, pocas desventajas ofrecería esta solución: cultura de paz, efectos beneficiosos
para la Administración de Justicia, ahorros para las partes, que se cohonestarán debidamente
con una solución autocompositiva que logre reunir la aceptación voluntaria y amistosa con
lo que es de su conveniencia y, aunque de modo aproximativo, con lo que le correspondería
en derecho. Para ello, el respeto y la confianza de los profesionales jurídicos entre sí y con
sus clientes abonan las posibilidades de éxito de este tipo de soluciones con grandes ventajas
y escasos inconvenientes.
35
Según el art. 5.1 LEC, «se podrá pretender de los tribunales la condena a determinada
prestación, la declaración de la existencia de derechos y de situaciones jurídicas, la
constitución, modificación o extinción de estas últimas, la ejecución, la adopción de medidas
cautelares y cualquier otra clase de tutela que esté expresamente prevista por la ley».
Con la tutela constitutiva se obtendrá el efecto de cambiar las relaciones jurídicas, creando,
modificando o extinguiendo las mismas.
Por su parte, mediante la tutela jurisdiccional ejecutiva, el Tribunal ejerce su potestad para
producir un cambio en la realidad social para adecuarlo a lo establecido en el título, sea
creado mediante la tutela declarativa de condena, o por otros medios.
36
Por último, la tutela jurisdiccional cautelar permite evitar los peligros que implica el tiempo
para la consecución de un proceso.
El ordenamiento jurídico procesal establece instrumentos para dar satisfacción a las citadas
modalidades de tutela. Los procesos comunes, juicios ordinario y verbal, en algunos casos
con especialidades, así como los procesos especiales. Incluso, en ocasiones, alguno de estos
instrumentos ofrecen una tutela sumaria, con pretendida inmediatez o mayor celeridad a
cambio de carencia de plenitud de la actividad declarativa. Como contrapartida, no tendrán
efectos de cosa juzgada y, por lo tanto, será posible volver a conocer el mismo objeto entre
las mismas partes, sin vinculaciones por la sentencia dictada en el proceso sumario (art. 222
LEC).
Aspecto relevante a la hora de decidir algo tan significativo como iniciar un litigio es la
evaluación del coste de la tutela judicial.
Según los términos literales del art. 241.1.II LEC, son «gastos del proceso aquellos
desembolsos que tengan su origen directo e inmediato en la existencia de dicho proceso».
De estos gastos, solo una parte podrá ser eventualmente recuperada en caso de resultar
beneficiario de la condena en costas.
De otro lado, entre los posibles gastos procesales que pueden realizarse y que no se incluyen
entre los que pueden ser recuperados en caso de resultar beneficiario de la condena en
costas está el de la posible imposición de multas a la parte (247.3 LEC) si actúan sin buena fe
procesal.
Según el art. 241.1 LEC, en principio, «cada parte pagará los gastos y costas del proceso
causados a su instancia a medida que se vayan produciendo». Siendo así, según el art. 241.2
LEC, «los titulares de créditos derivados de actuaciones procesales podrán reclamarlos de la
parte o partes que deban satisfacerlos sin esperar a que el proceso finalice y con
37
independencia del eventual pronunciamiento sobre costas que en este recaiga». Y en sentido
similar, el art. 539.2 LEC dispone para el proceso de ejecución que «en las actuaciones del
proceso de ejecución para las que esta ley prevea expresamente pronunciamiento sobre
costas, las partes deberán satisfacer los gastos y costas que les correspondan conforme a lo
previsto en el artículo 241 de esta Ley, sin perjuicio de los reembolsos que procedan tras la
decisión del Tribunal o, en su caso, del Letrado de la Administración de Justicia sobre las
costas».
Como se observa, obligados al pago son las partes, con la única excepción de que las mismas
gocen del derecho a la asistencia jurídica gratuita.
De otro lado, se prevé igualmente que el procurador pague todos los gastos que se causen a
su instancia, excepto los honorarios de los abogados y los correspondientes a los peritos, las
tasas por el ejercicio de la potestad jurisdiccional y los depósitos necesarios para la
presentación de recursos, salvo que el poderdante le haya entregado los fondos necesarios
para su abono (art. 26.2.7.º LEC), quien posteriormente podrá reclamarlos a su poderdante
en concepto de «gastos suplidos» (art. 34 LEC).
El pago de los gastos procesales corresponderá hacerlos quien los haya causado a favor de
un tercero, con independencia de que haya participado o no de algún modo en el proceso. A
las partes solamente les corresponderá recuperar alguno de esos gastos una vez sean
declaradas las costas. Y en el caso de que los gastos sean comunes, en ocasiones se aclara en
qué medida corresponderá realizarlos por las partes.
3. La condena en costas
La condena en costas es un pronunciamiento contenido en la resolución que pone fin al
proceso por la que, frente a la regla general del pago de los gastos procesales, se impone el
pago definitivo de algunos de estos gastos procesales a una de las partes. Esta condena, por
tanto, permite a la parte favorecida por la misma reembolsarse de los gastos a que se refiere
el art. 241.1.II LEC.
Lo bien cierto es que como regla general la resolución que ponga fin al proceso contendrá
pronunciamiento sobre costas. Se impondrán, de entrada, conforme a la regla de «quien
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pierda paga», o lo que se conoce técnicamente como principio objetivo o del vencimiento.
Sin embargo, en caso de estimación, total o parcial de los recursos «no se condenará en las
costas de dicho recurso a ninguno de los litigantes» (art. 398.2 LEC).
El mismo art. 394.1 LEC remite el art. 395.2 LEC para el caso del allanamiento producido tras
la contestación a la demanda. En idéntico sentido, el art. 396.1 LEC establece que «si el
proceso terminara por desistimiento del actor, que no haya de ser consentido por el
demandado, aquel será condenado a todas las costas».
Esto se producirá, en general, cuando se entienda que alguna de las partes actúe en el
proceso a pesar de la manifiesta falta de fundamento e inconsistencia, de modo que haya
litigado o provocado la necesidad de litigar con patente falta de razón. Por ejemplo, según el
art. 395.1.II LEC, «se entenderá que, en todo caso, existe mala fe, si antes de presentada la
demanda se hubiese formulado al demandado requerimiento fehaciente y justificado de
pago, o si se hubiera iniciado procedimiento de mediación o dirigido contra él demanda de
conciliación».
4. Tasación de costas
En el caso de que haya condena en costas y no sean satisfechas voluntariamente por el
condenado a su pago, se procederá a determinar el importe concreto de los gastos
procesales que hayan sido soportados por la parte beneficiaria de la condena en costas y que
deben ser reembolsados.
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Se incluyen los gastos del 241.1.II LEC, incluidas las que genere el correspondiente trámite
de tasación. Pero los arts. 243.2 y 3, y 363 LEC establecen algunos requisitos, condiciones y
límites:
2.º «Ni las partidas de las minutas que no se expresen detalladamente o que se
refieran a honorarios que no se hayan devengado en el pleito» (art. 243.2.I in fine LEC).
5.º «En las tasaciones de costas, los honorarios de abogado y derechos de procurador
incluirán el Impuesto sobre el Valor Añadido de conformidad con lo dispuesto en la ley que
lo regula. No se computará el importe de dicho impuesto a los efectos del apartado 3 del
artículo 394» (art. 243.2.IV LEC).
6.º «Tampoco se incluirán las costas de actuaciones o incidentes en que hubiese sido
condenada expresamente la parte favorecida por el pronunciamiento sobre costas en el
asunto principal» (art. 243.3 LEC).
7.º «Las partes podrán proponer cuantos testigos estimen conveniente, pero los
gastos de los que excedan de tres por cada hecho discutido serán en todo caso de cuenta de
la parte que los haya presentado» (art. 363.I LEC).
La parte correspondiente solicitará la tasación de costas. Esta se practicará por el LAJ del
Tribunal que hubiera conocido del proceso o recurso, respectivamente, o, en su caso, por el
que esté encargado de la ejecución (art. 243.1 LEC).
Practicada por el LAJ la tasación de costas se dará traslado de ella a las partes por plazo
común de diez días (art. 244.1 LEC). El acuerdo del traslado es relevante porque a partir del
mismo «no se admitirá la inclusión o adición de partida alguna, reservando al interesado su
derecho para reclamarla de quien y como corresponda» (art. 244.2 LEC). Y una vez
transcurrido el plazo de diez días sin que se hubiere impugnado, «el Letrado de la
40
La impugnación, admisible en el plazo de diez días, podrá basarse en que se han incluido en
la tasación partidas, derechos o gastos indebidos; o, cuando se trate de los honorarios de los
abogados, peritos o profesionales no sujetos a arancel, también podrá impugnarse la
tasación alegando que el importe de dichos honorarios es excesivo (art. 245.2 LEC).
Incluso la parte favorecida por la condena en costas podrá impugnarla por no haberse
incluido en la misma gastos debidamente justificados y reclamados (art. 245.3 LEC), debiendo
expresarlos en el escrito de impugnación.
En caso de que se funde en ser indebidas o, en caso de no serlo, sería en ser excesivas, «se
tramitarán ambas impugnaciones simultáneamente, con arreglo a lo prevenido para cada
una de ellas en los apartados anteriores, pero la resolución sobre si los honorarios son
excesivos quedará en suspenso hasta que se decida sobre si la partida impugnada es o no
debida» (art. 246.5 LEC).
Por último, si alguna de las partes fuera titular del derecho a la asistencia jurídica gratuita,
en ningún caso se discutirá ni se resolverá en el incidente de tasación de costas cuestión
alguna relativa a la obligación de la Administración de asumir el pago de las cantidades que
se le reclaman por aplicación de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita (art. 246.5 LEC).
41
Y se extiende temporalmente, según el art. 7 LAJG, en una misma instancia «a todos sus
trámites e incidencias, incluida la ejecución, pero no podrá aplicarse a un proceso distinto».
Así como también se mantendrá para la interposición y sucesivos trámites de los recursos
contra las resoluciones que pongan fin al proceso en la correspondiente instancia, siempre
que resulte sostenible en los términos del art. 32 LAJG.
Por lo que se refiere a los requisitos para el reconocimiento, se ha de recordar que, salvo que
como hemos visto se reconozca ex lege o se excepcione para determinadas personas
jurídicas, se han de cumplir los siguientes requisitos:
2.º Litigar en defensa de derechos o intereses propios. Básicamente para evitar fraudes,
según el art. 3.4 LAJG, «el derecho a la asistencia jurídica gratuita solo podrá reconocerse a
quienes litiguen en defensa de derechos o intereses propios, o ajenos cuando tengan
fundamento en una representación legal. En este último caso, los requisitos para la
obtención del beneficio vendrán referidos al representado».
Una vez reconocido el derecho a la asistencia jurídica gratuita, otorga al favorecido una serie
de ventajas determinadas legalmente, si bien en los casos de reconocimiento excepcional
podrán ser concretadas por la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita. En general, el art. 6
LAJG prevé que el derecho a la asistencia jurídica gratuita comprende las siguientes
prestaciones: (*mirar en ley, es largo de narices)
El procedimiento para la solicitud y concesión del derecho se regula en los arts. 12 a 21 LAJG.
A destacar que, según el art. 8 LAJG ha de solicitarse antes de presentar la demanda o la
contestación.
No obstante, a fin de evitar que el transcurso de los plazos pueda provocar la preclusión de
un trámite o la indefensión de cualquiera de las partes, el LAJ o el órgano administrativo, de
oficio o a instancia de parte, podrá decretar la suspensión hasta que se produzca la decisión
sobre el reconocimiento o la denegación del derecho a litigar gratuitamente, o la designación
provisional de abogado y procurador si su intervención fuera preceptiva o requerida en
interés de la justicia, siempre que la solicitud del derecho se hubiera formulado en los plazos
establecidos en las leyes procesales o administrativas.
Asimismo, el art. 36 LAJG regula el reintegro económico en relación con la condena en costas.
Será necesario presentar «cuenta detallada y justificada, manifestando que le son debidas y
no satisfechas las cantidades que de ella resulten y reclame» (art. 34 LEC); o la «minuta
detallada y manifestando formalmente que esos honorarios les son debidos y no han sido
satisfechos» (art. 35 LEC). Y, como en todos los monitorios, el deudor que no pague y quiera
evitar los expeditivos efectos de mantener una actitud pasiva habrá de formular oposición
que se sustanciará mediante trámites específicos.
1.º Será competente el LAJ del mismo órgano en que radique el asunto (art. 34.1 LEC),
de modo que el acreedor tendrá menor carga de acreditación, facilitándose al hallarse las
actuaciones que generaron los créditos en el mismo órgano competente.
4.º El plazo otorgado en el requerimiento de pago (diez días), como ocurre en el juicio
cambiario, se reduce a la mitad respecto del previsto en el monitorio ordinario (veinte días).
5.º Tras la impugnación, se concretará la cantidad debida mediante decreto que será
inmediatamente firme puesto que se declara como irrecurrible, si bien no está dotado de
eficacia de cosa juzgada por un doble motivo: fruto de la sumariedad así como de la misma
atribución del conocimiento al Secretario judicial que, como es sabido, no es titular de la
potestad jurisdiccional.
Ante esto, cabe plantearse qué alternativa es la más útil o ventajosa. Parece que, cuando la
cuantía no supere los seis mil euros, convendrá el monitorio de los artículos 812 a 819 y, en
caso contrario, el juicio ordinario.
44
El objeto del procedimiento por cuenta manifestada está limitado a los créditos generados
directamente en un determinado proceso, con exclusión de cantidades que deriven de
cualquier otra actividad (desplazamientos, asistencias a reuniones o asambleas informativas
y similares).
Pero el monitorio ordinario también resulta inconveniente cuando supere los seis mil euros,
debido a las consecuencias de la oposición. Siendo así, es de prever que el deudor formulará
oposición y, ante ello, que el acreedor, para no perder tiempo en el monitorio previo,
presente la demanda de juicio ordinario directamente.
En fin, podría decirse que el procedimiento más conveniente sería el monitorio de los arts.
812 a 818 LEC hasta los seis mil euros; y a partir de dicha cuantía, el procedimiento de los
arts. 34 y 35 LEC o el juicio ordinario, según la relevancia que tenga una tutela más inmediata
o menos. El ordinario tendrá plenitud, garantías, seguridad y eficacia, pero complejidad y
presumible lentitud. El procedimiento de los arts. 34 y 35 LEC, todo lo contrario, vocación de
rapidez y carácter expeditivo, pero con carencia de cosa juzgada, con las consiguientes
posibilidades de juicio ulterior que dilate el conflicto y hasta imponga por último la restitutio
in integrum más intereses y mayores costas.
Como alternativa, podría corresponder al LAJ de cualquiera de los órganos que hubiera
conocido. Para ello solamente sería necesario que quien conociera tuviera constancia de las
actuaciones, tramitadas o no ante el mismo.
45
b. Legitimación
La legitimación activa se determina en principio de un modo bastante simple: corresponde
al procurador y abogado que, teniendo capacidad para ser parte —por no haber fallecido—
y de actuación procesal —por mantener una capacidad que se le ha de presumir salvo prueba
en contrario—, hayan intervenido profesionalmente en el procedimiento que origina el
crédito reclamado.
Subjetivamente se excluye a otros profesionales que puedan actuar en el proceso como los
peritos.
Por lo que se refiere a la legitimación pasiva, una vez superada la necesaria reclamación al
procurador cuando interviniera tal y como contemplaba el art. 12 LEC 1881 partiendo de una
inexistente realidad sociológica, se atribuye por el art. 35 LEC a la persona física o jurídica
defendida, parte en el proceso que generó el crédito reclamado, con independencia de la
posición que haya ocupado en el proceso o el concepto con que haya actuado.
Aunque no se exprese, los términos de los arts. 34 y 35 LEC permiten concluir que debe
tratarse de «deuda dineraria, vencida y exigible, de cantidad determinada». Además de
debidamente documentada (cuenta o minuta «detallada y justificada»), la obligación
necesariamente ha de ser dineraria (una suma, cantidad), determinada (cantidad que haya
de satisfacerse, cantidad debida, cantidad a que ascienda) y ha de ser vencida y exigible
(debida y no satisfecha, honorarios que hubieren devengado).
46
El objeto inmediato del petitum o petición será que se inicie el procedimiento con el
requerimiento, y que siga sus trámites hasta el completo pago del crédito. Se pretenderá,
por tanto, que se requiera de pago y que, para el caso de que el deudor no atienda este
requerimiento y no formule impugnación, se despache ejecución. En este último supuesto,
se habrá conformado un título de ejecución. El objeto mediato del petitum, la cantidad
reclamada, ha de quedar perfectamente definida en la cuenta o en la minuta, sin perjuicio
de los intereses correspondientes y hasta de costas que puedan proceder, cuando se den los
presupuestos del art. 32.5 LEC.
Una vez recibida la solicitud, el LAJ valorará su admisión, y, en su caso, «mandará que se
requiera» de pago. Parece claro que el requerimiento debe ser consecuencia de una previa
petición que cumpla con los presupuestos y requisitos de forma y de fondo y, por tanto, que
deba ser objeto de valoración a efectos de admisión.
La ley no solo omite la exigencia de que se formule demanda ejecutiva sino que exige que se
despache ejecución de forma automática. Así derivaba de la teleología de los arts. 34 y 35
LEC, máxime cuando el requerimiento del LAJ debía contener el «apercibimiento de apremio
si no pagare ni formulare impugnación».
De ese modo, podían inferirse las consecuencias de la actitud pasiva del mismo requerido,
nota característica de la llamada técnica monitoria que informa este más que especial
procedimiento.
h. Oposición especialísima
Uno de los principales aspectos característicos de este procedimiento, junto a la competencia
del LAJ, es precisamente el de la regulación de la impugnación. Actualmente se refuerza
considerablemente la contradicción. De hecho, se introduce un trámite que, con vocación de
otorgar cierta sistemática en relación a la nueva configuración del juicio verbal con
contestación escrita, subsana una grave deficiencia en lo referente a la contradicción. Ahora,
una vez formulada oposición, el Secretario judicial dará traslado al procurador (o en su caso
al abogado) por tres días para que se pronuncie sobre la impugnación. A continuación, se
procederá a examinar la cuenta, las actuaciones y la documentación aportada (y se supone
también que el pronunciamiento del procurador o abogado) para dictar decreto en el que se
determine la cantidad debida.
La reforma operada por la Ley 42/2015, de 5 de octubre, introduce una previsión en la que
se aclara que la impugnación de la cuenta del procurador únicamente puede basarse en el
carácter de indebida.
De ese modo, el LAJ dará traslado al procurador por tres días para que se pronuncie sobre la
impugnación. A continuación, el mismo letrado examinará la cuenta y las actuaciones
procesales, así como la documentación aportada, y dictará en el plazo de diez días decreto
determinando la cantidad que haya de satisfacer al procurador, bajo apercibimiento de
apremio. Por tanto, sin seguir en modo alguno el trámite previsto para la impugnación por
excesivos en que pueda fundarse también la minuta de los abogados y procuradores.
48
j. Impugnación por excesivos de la minuta del abogado, previo informe del Colegio de
Abogados correspondiente.
Para el exclusivo supuesto de impugnación de la minuta del abogado por excesivos, «se
procederá previamente a su regulación conforme a lo previsto en los artículos 241 y ss., salvo
que el abogado acredite la existencia de presupuesto previo en escrito aceptado por el
impugnante». De ese modo, puede distinguirse la impugnación con o sin presupuesto previo.
Dado que el abogado tiene libertad para fijar honorarios, inicialmente se presenta dudoso
que deban regularse los honorarios con base en un informe del Colegio de Abogados
correspondiente. Con todo, se pretende evitar abusos en el montante de la minuta de
honorarios, aunque las actuaciones hayan sido efectivamente realizadas por el abogado; y al
tiempo, establecer unas condiciones para prevenir dichos abusos, incentivando la
elaboración de presupuestos previos, en los que queden delimitados y se acepten los costes
del litigio, en cuanto que, de haber presupuesto, no se procederá a su regulación, sino que
se dictará decreto fijando la cantidad debida. De ese modo se permite el ejercicio de la
libertad de fijar honorarios, pero evitando buena parte de los posibles abusos que se podrían
generar en caso contrario.
Con todo, podrá prescindirse del trámite de informe por parte del Colegio de Abogados.
En cambio, cuando la impugnación por excesivos es sin presupuesto, por faltar o no haber
sido aportado, se regulará conforme a lo previsto en el art. 246.1 LEC.
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Los trámites se contienen en el art. 246 LEC. Se iniciará oyendo al abogado en el plazo de
cinco días. Este puede aceptar la reducción solicitada, total o parcialmente. En tal caso,
parece claro que si la aceptación es total se dictará decreto poniendo fin al procedimiento.
También puede rechazarla o dejar transcurrir el plazo de cinco días sin aceptarla totalmente;
de modo que seguirán los trámites. A continuación, se pasará testimonio de las actuaciones,
o de la parte de ellas que resulte necesaria, al Colegio de Abogados (se supone que del lugar
donde radique el órgano jurisdiccional) para que emita informe en un plazo no determinado
legalmente pero que nada impide que lo establezca el LAJ.
Este informe tendrá valor de dictamen pericial, por tanto, sin efecto vinculante (art. 246.3
LEC), pero su falta no implica una mera irregularidad formal sino que produce indefensión
(STC 62/2009, de 9 de marzo). Y a la vista del informe, el LAJ fijará la cantidad debida. Por
último, se resolverá mediante decreto, sin vinculación teórica al informe anterior y
atendiendo fundamentalmente a la complejidad y cuantía del asunto. Todo ello sin
posibilidad de recurso alguno. Las costas se impondrán conforme previene el art. 246.3.II
LEC, esto es, «si la impugnación fuere totalmente desestimada, se impondrán las costas del
incidente al impugnante. Si fuere total o parcialmente estimada, se impondrán al abogado
[...] cuyos honorarios se hubieran considerado excesivos».
Si la minuta se impugna al mismo tiempo por indebidos y por excesivos (si bien, partida por
partida, puede que en realidad no exista coincidencia, puesto que una partida puede ser
indebida y otra excesiva), seguirá la tramitación independiente de cada una de las
impugnaciones y se resolverá de forma inmediata. El supuesto solamente se daría si una
misma partida se impugna por ambos conceptos. En tal caso, el art. 246.5 LEC establece la
pauta a seguir: así, la tramitación es simultánea, pero la resolución sucesiva: primero por
indebidos y, en su caso después, por excesivos. Así lo justifica la economía procesal puesto
que la circunstancia de que alguna de las partidas impugnadas fuera considerada indebida
podría condicionar la impugnación ya presentada de los mismos honorarios por excesivos.
posibilidades con las que se cuenta para fijar los datos relevantes sobre los que se aplicarán
las normas que impondrán sus consecuencias en correspondencia con nuestra pretensión.
Por tanto, junto a la concurrencia de las correspondientes normas de derecho material y su
adecuada interpretación, principalmente habrá de atenderse a las posibilidades reales para
en el caso concreto fijar los datos por ambas partes, tanto las que puedan favorecer al
demandado (hechos impeditivos, extintivos y excluyentes) aunque en este caso sea
aproximadamente, así como, principalmente, mediante la investigación de las fuentes de
prueba sobre los hechos constitutivos en los que se basa la pretensión. Ambos aspectos los
estudiaremos en los siguientes capítulos
Por lo demás, convendría no pasar por alto que incluso caben ciertas posibilidades de
predicción en atención a los precedentes resolutorios del titular de la potestad jurisdiccional
al que nos dirijamos…
La tutela cautelar se caracteriza por su instrumentalidad, que implica que debe concederse
en atención a un proceso principal. Este proceso deberá estar pendiente, y si, como
excepción, se concede la medida cautelar sin estarlo, la misma se extinguirá en caso de no
abrirse la pendencia en un plazo relativamente breve (art. 730.2.II LEC). Por supuesto si es
desestimatoria, pero también en caso de que la pretensión haya sido estimada pues, aunque
se mantendrá durante el plazo de espera de 20 días a que se refiere el art. 548 LEC, terminará,
sea por el cumplimiento de la sentencia, o sea al transformarse en medida ejecutiva. La
instrumentalidad implica también que la medida cautelar coincida con los efectos propios de
la sentencia principal.
51
Art. 728.1: Solo podrán acordarse medidas cautelares si quien las solicita justifica, que, en el
caso de que se trate, podrían producirse durante la pendencia del proceso, de no adoptarse
las medidas solicitadas, situaciones que impidieren o dificultaren la efectividad de la tutela
que pudiere otorgarse en una eventual sentencia estimatoria.
Se trata del riesgo que puede surgir por la dilación temporal para la emisión de la sentencia
que conceda aquella tutela (ej. Insolvencia, desaparición de la cosa mueble, etc.). El peligro
no se presume ni se vincula a supuestos típicos, sino que tiene que acreditarse con carácter
general. Una misma pretensión puede necesitar varias medidas en cuanto sean distintos
riesgos. El riesgo es objetivo.
Art. 728 in fine: No se acordarán medidas cautelares cuando con ellas se pretenda alterar
situaciones de hecho consentidas por el solicitante durante largo tiempo, salvo que este
justifique cumplidamente las razones por las cuales dichas medidas no se han solicitado hasta
entonces.
Art. 728.2: El solicitante de medidas cautelares también habrá de presentar con su solicitud
los datos, argumentos y justificaciones documentales que conduzcan a fundar, por parte del
Tribunal, sin prejuzgar el fondo del asunto, un juicio provisional e indiciario favorable al
fundamento de su pretensión. En defecto de justificación documental, el solicitante podrá
ofrecerla por otros medios de prueba, que deberá proponer en forma en el mismo escrito.
Art. 726 LEC: La medida ha de ser cuantitativa y cualitativamente apropiada para el fin de
garantizar la tutela pretendida (ej. el embargo preventivo lo es para la pretensión de condena
a dar dinero).
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2.3 Caución
Art. 728.3: Salvo que se disponga otra cosa, el solicitante de la medida cautelar deberá
prestar caución suficiente para responder, de manera rápida y efectiva, de los daños y
perjuicios que la adopción de la medida cautelar pudiera causar al patrimonio del
demandado. El Tribunal determinará la caución atendiendo a la naturaleza y contenido de la
pretensión y a la valoración que realice sobre el fundamento de la solicitud de la medida.
La propia incertidumbre del proceso implica la posibilidad de que el resultado del proceso
principal no resulte favorable para el solicitante de la medida cautelar y, por tanto, que el
sujeto pasivo haya soportado una medida injustamente. Por tal motivo, la indemnización que
proceda se garantiza, al margen del patrimonio del solicitante, por una garantía específica.
Art. 726.1 LEC: Podrá acordarse, respecto de los bienes y derechos del demandado, cualquier
actuación, directa o indirecta, que reúna las siguientes características:
- No ser susceptible de sustitución por otra medida igualmente eficaz, a los efectos del
apartado precedente, pero menos gravosa o perjudicial para el demandado.
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Art. 727: Podrán acordarse como medidas cautelares el embargo preventivo de los bienes,
la intervención o administración judiciales de bienes productivos, el depósito de cosa
mueble, la formación de inventarios de bienes, la anotación preventiva de demanda,
anotaciones registrales, orden judicial de cesar provisionalmente en una actividad,
intervención y depósito de ingresos obtenidos mediante una actividad ilícita, etc.
Efectos
Art. 726.2 LEC: El Tribunal podrá acordar como medidas cautelares las que consistan en
órdenes y prohibiciones de contenido similar a lo que se pretenda en el proceso, sin prejuzgar
la sentencia que en definitiva se dicte.
Art. 746.1 LEC: Aquel frente a quien se hubieren solicitado o acordado medidas cautelares
podrá pedir al Tribunal que acepte, en sustitución de las medidas, la prestación por su parte
de una caución suficiente, a juicio del Tribunal, para asegurar el efectivo cumplimiento de la
sentencia estimatoria que se dictará.
Art. 746.2 LEC: Par decidir sobre la petición de aceptación de caución sustitutoria, el Tribunal
examinará el fundamento de la solicitud de medidas cautelares, la naturaleza y contenido de
la pretensión de condena y la apariencia jurídica favorable que pueda presentar la posición
del demandado. También tendrá en cuenta el Tribunal si la medida cautelar habría de
restringir o dificultar la actividad patrimonial o económica del demandado de modo grave y
desproporcionado respecto del aseguramiento que aquella medida representaría para el
solicitante.
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5. JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
Art. 723.1 LEC: Será Tribunal competente para conocer de las solicitudes sobre medidas
cautelares el que esté conociendo del asunto en primera instancia o, si el proceso no se
hubiese iniciado, el que sea competente para conocer de la demanda principal.
Competencia que le corresponderá incluso aunque haya suspensión por declinatoria (art.
64.2 LEC), o se plantee conflicto, en cuyo caso podrá adoptar las medidas provisionales o
aquellas medidas imprescindibles, que sirvan para evitar que se eluda la acción de la justicia,
que se cause grave perjuicio al interés público o que se originen daños graves e irreparables.
Art. 56.1 LEC: Se entenderá sometido el demandante por el mero hecho de acudir a los
tribunales de una determinada circunscripción interponiendo la demanda o formulando
petición o solicitud que haya de presentarse ante el Tribunal competente para conocer de la
demanda.
Puede afirmarse que la solicitud de medidas cautelares ante un determinado órgano podrá
implicar sumisión tácita. En cambio, este efecto no se produce respecto del demandado,
puesto que legalmente no puede formular declinatoria (art. 725.1 LEC). En el caso de que las
medidas cautelares no sean instrumentales de un proceso ante los órganos jurisdiccionales
españoles, la competencia será específica.
Art. 724.I LEC: Cuando las medidas cautelares se soliciten estando pendiente un proceso
arbitral o la formalización judicial del arbitraje, será Tribunal competente el del lugar en que
el laudo deba ser ejecutado, y, en su defecto, el del lugar donde las medidas deban producir
su eficacia.
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Art. 725.1 LEC: Cuando las medidas cautelares se soliciten con anterioridad a la demanda, no
se admitirá declinatoria fundada en falta de competencia territorial, pero el Tribunal
examinará de oficio su jurisdicción, su competencia objetiva y la territorial. Si considerara
que carece de jurisdicción o de competencia objetiva, previa audiencia del MF y del
solicitante de las medidas cautelares, dictará auto absteniéndose de conocer y remitiendo a
las partes a que usen de su derecho ante quien corresponda si la abstención no se fundara
en la falta de jurisdicción de los tribunales españoles. Lo mismo se acordará cuando la
competencia territorial del Tribunal no pueda fundarse en ninguno de los fueros legales,
imperativos o no, que resulten aplicables en atención a lo que el solicitante pretenda
reclamar en el juicio principal. No obstante, cuando el fuero legal aplicable sea dispositivo,
el Tribunal no declinará su competencia si las partes se hubieran sometido expresamente a
su jurisdicción para el asunto principal.
Las reglas especiales en relación con las artes en el ámbito de la tutela cautelar se limitan a
los siguientes aspectos:
- Legitimación activa: Coincide con la del proceso principal, en cualquiera de los casos deberá
ser acreditada (art. 728.2 LEC).
- Intervención de terceros: El art. 729 LEC dispone que, en el embargo preventivo, podrá
interponerse tercería de dominio, pero no se admitirá la tercería de mejor derecho, salvo
que la interponga quien en otro proceso demande al mismo deudor la entrega de una
cantidad de dinero. La competencia para conocer de las tercerías corresponderá al Tribunal
que hubiese acordado el embargo preventivo.
El art. 721 LEC establece la necesaria instancia de parte para solicitar la medida cautelar. No
podrán ser acordadas de oficio por el Tribunal ni tampoco podrá acordar medidas más
gravosas que las solicitadas. Así pues, resulta necesaria la previa y expresa solicitud de parte
como presupuesto para la concesión y, además, el Tribunal ha de ser congruente con la
56
solicitud, de modo que operará como límite de la tutela cautelar que el Tribunal estará
autorizado a conceder. La forma es escrita (art. 732 LEC) y deberá formularse con claridad y
precisión (se excluyen las solicitudes genéricas). Por último, el art. 732.3 LEC dice que en el
escrito de petición habrá de ofrecerse la prestación de caución, especificando de qué tipo o
tipos se ofrece constituirla y con justificación del importe que se propone.
Requisitos adicionales
- Si se solicitan medidas antes de la demanda, con base en el art. 730.2 LEC, además de la
carga de presentar la demanda del proceso principal ante el mismo órgano en los 20 días
siguientes a su adopción, habrán de alegarse y acreditar razones de urgencia o necesidad.
La decisión se producirá, como regla general, previa audiencia del demandado. Sin embargo,
excepcionalmente podrán adoptarse con audiencia posterior cuando se acrediten razones
de urgencia o la misma audiencia previa pueda comprometer el buen fin de la medida. Esta
urgencia concurre cuando la conducta constitutiva del peligro por la mora procesal estuviera
preparada o se hubiera incoado con riesgo de consumarse mientras se está a la espera de la
celebración de vista. Asimismo, la audiencia previa podrá comprometer el buen fin de la
medida cuando sea previsible que, en cuanto adquiera el conocimiento que implica la
audiencia, podrá actualizar el peligro, dándole oportunidad de pasar del peligro al daño
efectivo.
Las medidas cautelares sin previa audiencia se acordarán mediante auto frente al que no
cabrá recurso alguno, debiéndose notificar sin dilación y, de no ser posible antes,
inmediatamente después de la ejecución de las medidas. En este supuesto será necesario
que queden acreditados los presupuestos mediante las justificaciones documentales o
eventualmente de otra índole que se acompañen a la solicitud (ej. dictámenes periciales,
informes testificales de investigadores privados...). En cambio, si se decida con audiencia
previa del demandado, conforme al art. 734 LEC:
57
El auto por el que se acuerda adoptar una medida cautelar es título de ejecución (art. 738
LEC). Procederá la ejecución, aunque el auto no sea firme (art. 735.2. II LEC), si bien cabe
apelación contra el auto que acuerde medidas cautelares pero el recurso carecerá de efectos
suspensivos. La eventual fijación y prestación de caución sustitutoria de la medida cautelar
condicionará, según los casos, impidiendo o alzando la medida cautelar, según que la misma
se preste previa o posteriormente a la ejecución. Esto último ocurrirá siempre que se fije,
como autoriza el art. 747.1.I LEC, con posterioridad al cumplimiento de lo acordado en el
auto que la adopte.
Art 739 LEC: En los casos en que la medida cautelar se hubiera adoptado sin previa audiencia
del demandado, podrá esta formular oposición en el plazo de 20 días, contados desde la
notificación del auto que acuerda las medidas cautelares.
Art. 741.1 LEC: Abierto el incidente de oposición, el LAJ dará traslado al solicitante
procediéndose conforme a lo previsto en el art. 734 LEC, esto es, le seguirá una vista que se
celebrará en el plazo de 10 días, en la que actor y demandado podrán exponer lo que
convenga a su derecho, sirviéndose de cuantas pruebas dispongan, incluido reconocimiento
judicial cuando sea necesario. También podrá solicitarse caución sustitutoria. Contra la
resolución del Tribunal sobre el desarrollo de la comparecencia, su contenido y la prueba
propuesta, no cabrá recurso alguno, sin perjuicio de que, previa la oportuna protesta, en su
caso, puedan alegarse las infracciones que se hubieran producido en la comparecencia en el
recurso contra el auto que resuelve sobre las medidas cautelares.
Las defensas que podrán formularse en la vista se concretan en el art. 740 LEC, esto es,
cuantos hechos y razones se opongan a la procedencia, requisitos, alcance, tipo y demás
circunstancias de la medida o medidas efectivamente acordadas, sin limitación alguna,
pudiendo también ofrecer caución sustitutoria. Se resolverá mediante auto en el plazo de 5
días desde la vista (art. 741.2 LEC) en alguno de los siguientes sentidos:
- De nulidad: Tanto del auto como, en su caso, de las actuaciones que lo precedieron desde
que ordenara, sin causa legal, acordar la medida sin previa audiencia del sujeto pasivo.
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- Con decisión sobre la sustitución de la medida por prestación de caución: Siempre que la
resolución mantenga total o parcialmente la medida y se hubiera solicitado por el sujeto
pasivo.
Todo ello junto a pronunciamientos sobre las costas (art. 394 LEC), así como, en su caso,
sobre los daños y perjuicios en el caso de que la medida sea alzada por estimarse la oposición
(art. 741.2.III LEC).
Característica de las resoluciones sobre medidas cautelares, a pesar de que puedan ser
consideradas firmes, es su esencial variabilidad. La dependencia de las medidas cautelares
de un proceso principal implica que la extinción del proceso al que sirven, derive de las
medidas cautelares. La fijación y prestación de caución sustitutoria de la medida cautelar,
solicitada junto a la oposición por el sujeto pasivo de la medida, (art. 747 LEC) permitirá
sustituir la medida por caución. Además, los límites temporales de las medidas cautelares
pueden ser breves en cuanto pueden alterarse los hechos y circunstancias que se hubieran
considerado para conceder una medida cautelar con un determinado contenido o para
denegarla.
Art. 736.2 LEC: Aun denegada la petición de medidas cautelares, el actor podrá reproducir su
solicitud si cambian las circunstancias existentes en el momento de la petición
Art. 743 LEC: Igualmente, cabrá la modificación o extinción de medidas alegando y probando
hechos y circunstancias que no pudieron tenerse en cuenta al tiempo de su concesión o
dentro del plazo para oponerse a ellas.
La regla general es que las medidas cautelares se soliciten con la del proceso principal o
pendiente el mismo. No obstante, dispone el art. 730.2.I LEC que podrán también solicitarse
medidas cautelares antes de la demanda si quien en ese momento las pide alega y acredita
razones de urgencia o necesidad. En el caso de que se obtenga una medida cautelar
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- Temporal: Debe formularse dentro de los 20 días siguientes a la adopción de las medidas
(art. 730.2.II LEC).
Art. 730.2.II: Las medidas que se hubieran acordado quedarán sin efecto si la demanda no se
presentare ante el mismo Tribunal que conoció de la solicitud de aquellas en los 20 días
siguientes a su adopción. El LAJ, de oficio, acordará mediante decreto que se alcen o
revoquen los actos de cumplimiento que hubieran sido realizados, condenará al solicitante
en las costas y declarará que es responsable de los daños y perjuicios que haya producido al
sujeto respecto del cual se adoptaron las medidas.
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- Resolución no firme
- Resolución firme:
Art 731.1 LEC: Sólo se alzarán si en el plazo de 20 días desde la notificación al ejecutado no
se solicita la ejecución, lo que implica que la existencia de un título de ejecución no es
suficiente para el mantenimiento de las medidas cautelares, sino que se requiere el inicio de
la ejecución.
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Lo realmente relevante serán las posibilidades de que los mismos puedan ser fijados, sea por
un posible reconocimiento por las partes, o por la actividad probatoria. Así, tendrá que
atenderse a la existencia y disponibilidad de documentos, la concurrencia de testigos que
posean información relevante en el asunto, la posibilidad de que pericialmente el juzgador
adquiera conocimientos, etc. Esto implica cierta actividad investigadora que, a diferencia de
lo que ocurre en el proceso penal, por lo general deberá celebrarse privadamente. Una
rigurosa evaluación de las posibilidades reales de fijar los hechos relevantes, para que sobre
los mismos se apliquen las normas que conducirán a la estimación de la pretensión, permitirá
conocer el grado de posibilidades de éxito.
63
Según lo previsto en el art. 256 LEC, todo juicio podrá prepararse por petición de que la
persona a quien se dirigiría la demanda declare, bajo juramento o promesa de decir verdad,
sobre algún hecho relativo a su capacidad, representación o legitimación, cuyo conocimiento
sea necesario para el pleito, o exhiba los documentos en los que conste dicha capacidad,
representación o legitimación; mediante solicitud de que la persona a la que se pretende
demandar exhiba la cosa que tenga en su poder y a la que se haya de referir el juicio; por
petición del que se considere heredero, coheredero o legatario, de exhibición, por quien lo
tenga en su poder, del acto de última voluntad del causante de la herencia o legado; por
petición de un socio o comunero para que se le exhiban los documentos y cuentas de la
sociedad o comunidad, dirigida a estas o al consocio o condueño que los tenga en su poder;
por petición del que se considere perjudicado por un hecho que pudiera estar cubierto por
seguro de responsabilidad civil, de que se exhiba el contrato de seguro por quien lo tenga en
su poder; por petición de la historia clínica al centro sanitario o profesional que la custodie;
por petición, de quien pretenda iniciar un proceso para la defensa de los intereses colectivos
de consumidores y usuarios al objeto de concretar a los integrantes del grupo de afectados
cuando, no estando determinados, sean fácilmente determinables; mediante la solicitud,
formulada por quien pretenda ejercitar una acción por infracción de un derecho de
propiedad industrial o de un derecho de propiedad intelectual, etc.
Órgano competente
El órgano competente podrá coincidir con el que lo sea para el proceso que se prepara. Así
ocurrirá cuando la competencia se corresponda con la del domicilio del demandado, y el
requerido de la medida sea el propio demandado o su domicilio coincida con el mismo. Según
dispone el art. 257 LEC, el órgano competente será el Juzgado de Primera Instancia o de lo
Mercantil, cuando proceda, del domicilio de la persona que, en su caso, hubiere de declarar,
exhibir o intervenir de otro modo en las actuaciones que se acordarán para preparar el juicio.
En las diligencias preliminares no será admisible declinatoria, sin perjuicio de que el Juez al
que se soliciten revisará de oficio su competencia, y, si entendiese que no le corresponde
conocer de la solicitud, se abstendrá de conocer indicando al solicitante el Juzgado de
Primera Instancia al que debe aducir. Asimismo, en el caso de que el mismo se inhibiere en
su competencia, se planteará conflicto negativo que decidirá el Tribunal inmediato superior
común (arts. 257.2 y 60 LEC).
Procedimiento
1. Solicitud
asunto objeto del juicio que se quiera preparar, por tanto, que constate la adecuación de las
medidas a la preparación del posterior proceso, así como la concurrencia de justa causa e
interés legítimo (arts. 256.2 y 258.1 LEC). Deberá ofrecerse caución para hacerse cargo de los
gastos, daños y perjuicios ocasionados a los intervinientes. La postulación no será preceptiva
cuando a su vez no lo sea en el proceso que se va a preparar, así como cuando concurran y
se justifiquen razones de urgencia (arts. 23.2.3.o y 31.2.2.o LEC).
En caso de que acceda, según dispone el art. 259.1 LEC, se citará y requerirá a los interesados
para que, en la sede de la Oficina judicial o en el lugar y del modo que se consideren
oportunos, y dentro de los 10 días siguientes lleven a cabo la diligencia que haya sido
solicitada y acordada. Contra el auto que acuerde las diligencia no se dará recurso alguno
(art. 258.2 LEC). La práctica procederá siempre que se preste la caución ordenada por el
Tribunal en el plazo de 3 días desde que se dicta el auto en que se conceda pues, en caso
contrario, según dispone el art. 258.3 LEC, se procederá por el LAJ mediante decreto dictado
al efecto, al archivo definitivo de las actuaciones.
Conforme previene el art. 260.1 LEC, dentro de los 5 días siguientes a aquel en que reciba la
citación, la persona requerida para la práctica de diligencias preliminares podrá oponerse a
ellas. En tal caso, se dará traslado de la oposición al requirente, quien podrá impugnarla por
escrito en el plazo de 5 días. Las partes, en sus respectivos escritos de oposición y de
impugnación de esta, podrán solicitar la celebración de vista, siguiéndose los trámites
previstos para los juicios verbales. Celebrada la vista, el Tribunal resolverá, mediante auto, si
considera la oposición justificada o no. En este último caso, de considerarse injustificada,
condenará al requerido al pago de las costas causadas por el incidente, pudiendo acordar las
medidas procedentes en caso de negativa. En cambio, si la considerara justificada, cabrá
recurso de apelación (art. 260.2 a 4 LEC). Su desestimación o falta de interposición admisible
implicará la terminación del procedimiento sin la práctica de las diligencias.
Ante la citación y requerimiento del Tribunal para que se lleven a cabo las diligencias en la
sede de la Oficina judicial o en el lugar y del modo que se consideren oportunos y dentro de
65
los 10 días siguientes, el requerido podrá practicar la diligencia preliminar ordenada. Los
documentos y títulos a que se refiere el art. 256.1.1. LEC podrán ser presentados ante el
Juzgado para su exhibición por medios telemáticos o electrónicos, en cuyo caso su examen
se realizará en la sede de la Oficina judicial, pudiendo obtener la parte solicitante con los
medios que aporte, copia electrónica de los mismos (art. 259.2.I LEC). En todo caso, el
solicitante podrá acudir a su costa asesorado por un experto en la materia (art. 259.2.II LEC).
En el caso de las diligencias del art. 256.1.7.o LEC, «para garantizar la confidencialidad de la
información requerida, el Tribunal podrá ordenar que la práctica del interrogatorio se celebre
a puerta cerrada en la forma establecida en el artículo 138.3 y a solicitud de cualquiera que
acredite interés legítimo (art. 259.3 LEC).
En caso de negativa el Tribunal queda autorizado para adoptar, mediante auto en el que
expresará las razones que las exigen, cuantas medidas sean proporcionadamente necesarias
para obtener coercitivamente la información solicitada y para que puedan utilizarse y ser
útiles en el proceso ulterior. Dispone el art. 261 LEC que:
- Tratándose de las diligencias de quien pretenda iniciar un proceso para la defensa de los
intereses colectivos de consumidores y usuarios: Ante la negativa del requerido o de
cualquier otra persona que pudiera colaborar en la determinación de los integrantes del
grupo, el Tribunal ordenará que se acuerden las medidas de intervención necesarias, incluida
la de entrada y registro, para encontrar los documentos o datos precisos, sin perjuicio de la
responsabilidad penal en que pudiera incurrir por desobediencia a la autoridad judicial.
66
Dispone el art. 262 LEC que cuando se hayan practicado las diligencias acordadas o el Tribunal
las deniegue por considerar justificada la oposición, este resolverá mediante auto, en el plazo
de 5 días, sobre la aplicación de la caución a la vista de la petición de indemnización y de la
justificación de gastos que se le presente, oído el solicitante. La decisión sobre aplicación de
la caución será apelable sin efectos suspensivos. De otro lado, aplicada la caución para
compensar de los gastos ocasionados a la persona que hubiere de intervenir, así como de los
daños y perjuicios que se le pudiere irrogar, y, a pesar de ello, quedare remanente, no se
devolverá al solicitante de las diligencias hasta que transcurra el plazo de 1 mes, puesto que,
la caución se perderá si en dicho plazo desde la terminación de las diligencias, dejare de
interponerse la demanda, sin justificación suficiente, a juicio del Tribunal.
Son los datos alegados por las partes. Principalmente lo constituyen determinados
elementos fácticos (art. 281.1. 3 y 4 LEC), pero también algunas normas jurídicas (art. 281.2
LEC) así como reglas y juicios técnicos o de valor de naturaleza no jurídica. Los datos han de
ser afirmados por las partes. En caso contrario, si el Juez introdujera su conocimiento privado
actuaría como parte y provocaría indefensión al limitar la contradicción.
Hechos
Los hechos constituyen el objeto principal de la prueba. Los hechos deben cumplir dos
requisitos:
- Pertinencia: Han de estar relacionados con el objeto del proceso puesto que, de lo
contrario, la prueba sobre los mismos resultaría impertinente (art. 283.1 LEC).
- Relevancia: Han de ser hechos relevantes a los efectos de la resolución sobre la pretensión
procesal en tanto que, por ser subsumibles en las normas aplicables para resolver, la
verificación de su concurrencia influirá en el pronunciamiento judicial. Esta relevancia
constará en cuanto integran la causa petendi de la pretensión o de la reconvención, o funden
las defensas que se opongan, así como aquellos que sirvan indirectamente para acreditar los
esenciales.
Quedan exentos de prueba los hechos sobre los que no existe controversia (autonomía de la
voluntad y poder de disposición). La fijación de hechos reconocidos responde no solo a la
fundada prohibición de ir contra sus propios actos, sino también a un propósito de
coherencia con un método racional de avance del proceso hacia su desenlace. Frente a la
misma solamente serán relevantes las causas de nulidad de los actos de parte, de modo que
no podrá ser neutralizado por otras fuentes de conocimiento que operen en sentido
contrario o diferente. La admisión por las partes ha de ser expresa, pero el silencio o las
respuestas evasivas en la contestación o la demanda o la reconvención podrán ser
consideradas como admisión tácita de los hechos que le sean perjudiciales. Ej. En el
interrogatorio de la parte puede producirse el reconocimiento tácito si hubo
incomparecencia, siempre que la parte incomparecida hubiera intervenido personalmente y
su fijación como cierto le sea enteramente perjudicial.
Admisión: Se pone de manifiesto cuando concurre un relato de hechos coincidente entre las
partes, cuando una de ellas expresamente reconozca como ciertos los hechos alegados por
la contraparte, o cuando implícitamente de igual forma se reconozcan al afirmarse hechos
que los presupongan. Y se podrá producir en la contestación de la demanda o de la
reconvención, en la audiencia previa o, en su caso, en la vista; o en el caso de hechos nuevos
o de nueva noticia, en el plazo de 5 días desde el traslado del escrito de ampliación que le
concede el art. 286.2 LEC.
2. Hechos notorios
68
Normas jurídicas
El conocimiento y la debida aplicación del derecho es, en principio, uno de los deberes del
juzgador (iura novit curia). Esto implica que no deberá probarse el derecho propio, incluidos
los Tratados internacionales ratificados, así como, en el caso español, las normas
procedentes de la Unión Europea que sean directamente aplicables en los Estados miembros.
Además, conforme al art. 218.1 LEC, el juzgador resolverá conforme a las normas aplicables
al caso, aunque no hayan sido acertadamente citadas o alegadas por los litigantes.
1. La costumbre
La costumbre, conforme el art. 1.3 del CC, ha de ser probada. Consecuentemente, el art.
281.2 LEC prevé que la costumbre sea objeto de prueba, si bien matiza que no será necesaria
si las partes estuviesen conformes en su existencia y contenido y sus normas no afectasen al
orden público. Si existiera conformidad, en principio el tratamiento podría ser idéntico al de
los hechos, resultando inadmisible su prueba por inútil. Si bien el art. 281.2 LEC dice que la
prueba de la costumbre no será necesaria, lo que no es lo mismo que quede exenta ni, mucho
menos, que sea inadmisible. Esto permite mantener que, en caso de ser conocida por el Juez,
este podrá no admitir su prueba por innecesaria y, a la inversa, no quedar vinculado por la
conformidad de las partes.
69
Los arts. 1.7 CC y 218.1.II LEC imponen que se resuelva ateniéndose al sistema de fuentes
establecido y conforme a las normas aplicables al caso, aunque no hayan sido acertadamente
citadas o alegadas por los litigantes, la costumbre no forma parte del iura novit curia;
además, se configura fruto de una sucesión de hechos repetidos en el tiempo, no se ha
regulado un tratamiento específico, y rige en defecto de ley aplicable (art. 1.3 CC). Todo ello
permite sostener que su falta de acreditación tenga las mismas consecuencias que las
señaladas en el caso de ausencia probatoria de los hechos, incluida la imposibilidad de aplicar
ni siquiera la norma nacional como ocurre con el derecho extranjero. En definitiva, puede
negarse que el Juez tenga el deber de conocer, aplicar o investigar de oficio la costumbre.
2. Derecho extranjero
Por su parte, el Juez queda autorizado para fijar la determinación de la norma aplicable
mediante su conocimiento privado, así como a realizar averiguaciones sobre la vigencia y
contenido del derecho extranjero y a no quedar vinculado por eventuales acuerdos de las
partes dado que, aunque sea altamente discutible la equiparación de los hechos con el
derecho, la existencia, vigencia y contenido del derecho extranjero no pertenece al poder de
disposición de las partes, como exige el art. 281.3 LEC para su exención. Todo ello porque,
en definitiva, tratándose de normas su aplicación es preferente.
No es razonable exigir que el Juez deba conocer o averiguar el derecho de todo el mundo; a
lo sumo, que cuando lo conozca sea aplicado sin necesidad de alegación y que en la medida
de lo razonable realice las actividades oportunas de averiguación en caso contrario. En
definitiva, si no conoce el derecho extranjero y no cabe exigir que culmine en todo caso su
averiguación, tampoco es exigible su aplicación de oficio. A los efectos de la averiguación de
70
oficio, el art. 281.2 in fine LEC se refiere a que el Tribunal podrá valerse de cuantos medios
de averiguación estime necesarios para su aplicación.
La norma española guarda silencio sobre la prueba del derecho histórico y el no publicado
en el BOE. No obstante, doctrina y jurisprudencia se ponen de acuerdo en que ha de ser
objeto de prueba todo aquel derecho que no forme parte del iura novit curia (derecho
escrito, interno, general y vigente). Respecto del derecho no publicado en el BOE, por el
carácter vigente, aplicable, público y general, le corresponde, el juzgador podrá aplicarlo en
el caso de que lo conozca privadamente, sin perjuicio de que deba figurar claramente
constancia de la norma y de su contenido. Asimismo, cuando hayan sido publicadas en otros
Diarios o Boletines Oficiales correspondientes a determinados ámbitos territoriales
inferiores al Estado, como ha puesto de manifiesto el TC, deberán ser conocidas por los
jueces cuya circunscripción territorial se encuentre en la provincia o comunidad que abarque
el correspondiente Boletín. Y cuando sea necesaria, la actividad probatoria habría de
simplificarse puesto que bastaría para ello la mera presentación, como prueba documental,
del correspondiente Boletín en que se publica.
Reglas no jurídicas
Las reglas o máximas de la experiencia también han de ser conocidas y aplicadas por el juez.
So definiciones o juicios hipotéticos de contenido general, desligados de los hechos
concretos que se juzgan en el proceso, procedentes de la experiencia, pero independientes
de los casos particulares de cuya observación se han inducido y que, por encima de esos
casos, pretenden tener valor para otros nuevos. Más que hechos, se trata de criterios o
juicios de carácter abstracto y general, no jurídico sino técnico, científico, artístico o de otra
índole similar, aplicables a múltiples casos cuando las características de estos permitan
hacerlos subsumibles en aquellas reglas. Estas reglas no requerirán ser probadas cuando el
juez sea conocedor de las mismas,
El éxito de las pretensiones de las partes vendrá determinado por la actividad de acreditación
o probatoria, sea de los hechos constitutivos de la pretensión para el actor o de los defensivos
para el demandado. El jugador deberá aplicar el derecho correctamente, pero se aplicará
sobre los hechos introducidos por las partes que además hayan sido fijados mediante la
71
El proceso civil está regido por el principio de aportación de parte, lo que significa que la
situación subjetiva adecuada para provocar que se practique la prueba la tienen las partes.
La regla general será que solamente a propuesta de las partes será posible acordar la práctica
de la prueba, sin perjuicio de que, como dispone el art. 282, excepcionalmente la ley autorice
acordar pruebas de oficio.
- Diligencias finales: La actividad de oficio a que se refiere el art. 435.2 LEC no pasa de una
mera apariencia puesto que se trata de una actividad que reintentará el juzgador sobre una
prueba que ya está acordada, por causa ajena a la parte que la propuso y no vigente, y que
no ha sido renunciada.
- Punto de vista de las partes: Implica los hechos sobre los que ha de desplegar la actividad
probatoria para que, aplicando el derecho sobre los mismos, pueda beneficiarse de sus
consecuencias.
72
- Punto de vista del juez: Supone la determinación de las consecuencias que traerá
aparejadas la eventual carencia probatoria sobre los hechos y, por esa vía, determinará el
sentido del fallo.
La parte afirmará, porque así le convendrá a sus intereses, todos los hechos que le beneficien.
Por ello que los hechos serán introducidos, y probados, normalmente por la parte que va a
beneficiarse de que sobre el hecho se aplique la norma en la resolución, pero puede que en
algunos casos no sea así. No es descartable que un hecho afirmado por una parte le fuera
perjudicial o, a la inversa, que un hecho que le beneficiara fuera omitido e introducido por la
contraparte. La verdadera carga de la prueba sobre tales hechos, con independencia de
quién los afirme, la tendría la beneficiada cuando sean atendidos en la sentencia, sin perjuicio
de las consecuencias para su fijación en cuanto podría implicar su reconocimiento.
- En materia de competencia desleal y publicidad ilícita: Dispone el art. 217.4 LEC que en los
procesos sobre competencia desleal y sobre publicidad ilícita corresponderá al demandado
la carga de la prueba de la exactitud y veracidad de las indicaciones y manifestaciones
realizadas y de los datos materiales que la publicidad exprese.
73
Ley Concursal y 850 CC), normas que imponen la prueba de un determinado hecho a una de
las partes (art. 686.II, 1183 CC, etc.)
Cada parte tendrá que probar aquello que le beneficie. Corresponde al actor y al demandado
reconviniente la carga de probar la certeza de los hechos de los que se desprenda el efecto
jurídico correspondiente a las pretensiones de la demanda y de la reconvención. Respecto
del demandado, sigue disponiendo que incumbe al demandado y al actor reconvenido la
carga de probar los hechos que, conforme a las normas que les sean aplicables, impidan,
extingan o enerven la eficacia jurídica de los hechos.
El art.217.7 LEC dispone que el Tribunal deberá tener presente la disponibilidad y facilidad
probatoria que corresponde a cada una de las partes del litigio. El juzgador tendrá la potestad
de tomar en consideración determinadas circunstancias concretas de la actividad probatoria
de proceso que, por revelar la disponibilidad y facilidad probatoria respecto de hechos
relevantes, sean importantes para modificar la atribución reglada de la carga de la prueba.
Operará exclusivamente para los supuestos de carencia de prueba, porque si los materiales
fácticos han sido probados no habrá necesidad de atender a criterio alguno a los efectos de
atribuir las consecuencias de una inexistente falta de prueba; y de otro, su aplicación será en
algunas situaciones consecuencia de una determinada valoración del material probatorio:
aquel que considera que las pruebas practicadas son insuficientes para superar el juicio de
probabilidad que permitirá fijar el material fáctico a efectos de resolución aplicando las
normas sobre los mismos.
Los intentos de alterar mediante pactos o acuerdos el régimen legal de carga de la prueba
han de considerarse nulos por afectar a normas de Derecho Público, e ineficaces en cuanto
están destinados a regular una actividad de un tercero como es el juzgador. No es admisible
la modificación de las normas de la carga de la prueba por parte del Juez, ni siquiera
convencionalmente. Las normas sobre carga de prueba son de derecho público e
indisponible. En la base de la prohibición de los pactos que alteren la carga de la prueba en
materia de consumo y, en general, en la contratación, se encuentra evitar posibles abusos
de quien ostenta una posición de prevalencia. El art. 83.1. TRLGDCU dispone que las
cláusulas abusivas se tendrán por no puestas. En ocasiones se mantiene la inversión
74
Control de la infracción de las normas sobre la carga de la prueba mediante los recursos
Se produce infracción de la norma sobre carga de la prueba por inaplicación o por aplicación
defectuosa. Esta infracción permitirá fundar el recurso de apelación y, al ser norma procesal,
como entiende el TS y los TSJ, mediante el recurso extraordinario por infracción procesal
(art. 469.1.2.o LEC). Cuando se estima probado un hecho, no hay infracción posible sobre
carga de la prueba, sino una valoración. Cuando se despliegue la actividad probatoria y se
considere que es insuficiente para la fijación fáctica, nos encontramos con un problema de
valoración, pues la aplicación de la norma sobre cara de la prueba es una consecuencia
necesaria y coherente con el previo error.
75
Proposición y admisión
1. Proposición
La parte solicita que sean practicados os medios de prueba de los que manifiesta intentar
valerse en el proceso, así como el objeto de los mismos.
Forma: El art. 284.I LEC exige que se propongan con expresión separada de cada uno de los
distintos medios, consignando, cuando sea necesario, el domicilio o residencia de las
personas que hayan de ser citadas. Por su parte, conforme al art. 286.1 LEC, si los actos de
alegación hubieran precluido y antes de dictar sentencia ocurriese o se conociese algún
hecho de relevancia para la decisión del pleito, las partes podrán hacer valer ese hecho,
alegándolo de inmediato por medio de escrito (de ampliación de hechos). Asimismo, también
se solicitará a instancia de parte y por escrito, cuando se trate de pruebas pertinentes y útiles
referidas a hechos nuevos o de nueva noticia (art. 435.1.3.a LEC).
Tiempo
- Juicio verbal: En la vista, sin perjuicio de que la unidad de acto a que aspira la vista del juicio
verbal impone la necesidad de que, en el plazo de los 3 días siguientes a la recepción de la
citación, se indiquen las personas que por no poderse presentar ellas mismas, han de ser
citadas por el Tribunal a la vista para que declaren en calidad de partes o de testigos,
facilitando todos los datos y circunstancias precisos para llevar a cabo la citación.
Esta regla general encuentra algunas excepciones. Proposición previa que excepcionalmente
cabrá formularse en todos aquellos supuestos denominados como de prueba anticipada en
los que se autoriza la prueba antes del juicio, de la vista y hasta incluso del mismo proceso
cuando exista el temor fundado de que, por causa de las personas o por el estado de las
cosas, dichos actos no puedan realizarse en el momento procesal generalmente previsto (art.
293.1 LEC). Y proposición posterior en todos aquellos supuestos excepcionados a la
preclusión de la aportación de documentos con la demanda, reconvención o contestación a
una y otra (arts. 270 y 271 LEC). Tratándose de otros medios de prueba, cuando se refieran
a hechos que sean admisibles como consecuencia de alegaciones ampliatorias (ej. hechos
76
2. Admisión
Una vez propuesta la prueba, el Tribunal resolverá sobre su admisión y ordenará la práctica
de aquellos medios que por cumplir los requisitos hayan sido admitidos. La actividad judicial
en la admisibilidad supone el ejercicio de la potestad jurisdiccional, si bien su relevancia es
relativa en cuanto se limita a concretar en el caso concreto los supuestos genéricamente
contemplados en las normas sobre los requisitos de admisibilidad.
Requisitos
- Legalidad de los medios (previsión expresa o genérica y no exclusión legal del concreto
medio de prueba, licitud de las fuentes).
- Necesidad de la prueba por no existir conformidad en los hechos, sean notorios, se trate de
normas legales incluidas en el principio iura novit curia o consistan en ciertas reglas de
naturaleza no jurídica cuando el juez sea conocedor de las mismas.
- Pertinencia por guardar relación con la tutela judicial que se pretenda obtener en el proceso
o lo que sea objeto del proceso.
- Relevancia o utilidad ya que en ningún caso la prueba podrá contribuir a esclarecer los
hechos controvertidos, aunque tengan relación con la pretensión o sean pertinentes.
Frente a la resolución sobre la admisibilidad, en el juicio ordinario, tal y como dispone el art.
285.2 LEC, solo cabrá recurso de reposición, que se sustanciará y resolverá en el acto, y si se
desestimara, la parte podrá formular protesta al efecto de hacer valer sus derechos en la
segunda instancia; en el juicio verbal, conforme al art. 446 LEC, las partes podrán formular
protesta a efecto de hacer valer sus derechos en la segunda instancia.
1. Regla general
77
en que la prueba se inicia por escrito, como es el caso del perito que habrá de exponer su
informe con sometimiento al examen contradictorio de las partes; lo que implicará la
inadmisibilidad de escritos preparatorios de interrogatorios de la parte y, por ende, alguna
mayor dificultad. Asimismo, en el juicio o la vista se practicarán con carácter general las
pruebas y se caracterizan por: concentración, inmediación y efectiva publicidad.
- Prueba anticipada: Práctica de la prueba antes del acto del juicio, de la vista, y hasta de
inicio del proceso mismo.
78
Limitación de principios
Los poderes del Juez se atribuyen para garantizar la tradicional rigurosidad con que se
imponen los plazos preclásicos en las leyes procesales. Así, el art. 272 LEC prevé que cuando
se presente un documento con posterioridad a los momentos procesales establecidos en la
misma LEC, sin necesidad de solicitud por la parte, el Juez decretará de oficio la inadmisión y
mandará su devolución a quien lo hubiere presentado. Otras veces, se le atribuyen poderes
en orden a otorgar una máxima impermeabilidad a la práctica de prueba con vulneración de
derechos fundamentales. Así, cuando el Juez apreciará que en la obtención u origen de
alguna prueba admitida se hubiere producido esa vulneración, sin necesidad de que sea
alegado por alguna de las partes, el Tribunal podrá suscitar de oficio la cuestión (art. 287.1.II
LEC).
- Decisión sobre el orden a practicar los medios de prueba: Art. 300 LEC. Empezará con el
interrogatorio de las partes y terminará, en su caso, con la reproducción ante el Tribunal de
palabras, imágenes y sonidos captados mediante instrumentos de filmación, grabación y
otros semejantes. El tribunal puede alterar el orden establecido, pero de forma motivada.
79
- Prueba pericial: Los poderes específicos en relación con la prueba pericial se limitan a la
decisión sobre acordar la presencia de los peritos en el juicio o vista. Ahora bien, dados los
términos en que están redactados los arts. 337.2 y 338.2 LEC, el acuerdo de la presencia de
los peritos en el juicio o vista prácticamente habrá de ser automático, en aras del ejercicio
del derecho de defensa de las partes, cuando manifiesten si los autores del dictamen han de
expresar o explicar el mismo o responder a preguntas, objeciones o propuestas de
rectificación o intervenir de cualquier otra forma útil para entender y valorar el dictamen en
relación con lo que sea objeto del pleito.
- Reconocimiento judicial: El art. 353.2 LEC exige que la parte que solicite el reconocimiento
deba expresar los extremos principales a que quiere que se refiera, con indicación de si
pretende concurrir al acto con alguna persona técnica o práctica en la materia. Igualmente,
la contraparte podrá proponer otros extremos que le interesen, todo ello junto a la
manifestación de si asistirá con persona de las ya indicadas. Junto con la posibilidad de
acordar de oficio cualquier medida para lograr la efectividad del reconocimiento (art. 354.1
LEC), en el caso de que las partes concurran con estas personas técnicas, supone un claro
aumento de las potestades judiciales la previsión de que el Tribunal podrá de oficio
considerar conveniente oír sus observaciones o declaraciones (art. 354.3 LEC).
disponga utilizar y de modo que las demás partes del proceso puedan, con idéntico
conocimiento que el Tribunal, alegar y proponer lo que a su derecho convenga.
El artículo 183.5 LEC contempla un supuesto de suspensión de la vista por causa imputable a
la parte, cuando sanciona, entre otros, a la parte que ha procedido con dilación injustificada
al decidir sobre el nuevo señalamiento. Si no implica suspensión, lo que se habrá producido
es una breve espera, una alteración en el orden en la práctica de la prueba o, en el peor de
los casos, que se practique mediante diligencias finales. En cualquier otro supuesto, la parte
se verá privada de la práctica de la prueba salvo que se produzca la suspensión de la vista.
Las diligencias finales no permiten la práctica cuando se dan las condiciones para sancionar.
Solamente cabrá acordar como diligencias finales la prueba admitida cuando no se hubiere
practicado por causas ajenas a la parte que la hubiere propuesto (art. 435.1.3.a LEC), que es
precisamente el supuesto de exoneración de la sanción.
Art. 147.II: Siempre que se cuente con los medios tecnológicos necesarios, el Secretario
judicial garantizará la autenticidad e integridad de lo grabado o reproducido mediante la
81
La grabación con redacción de acta abreviada será la regla general. En esta se consignará,
junto con los datos relativos al tiempo y al lugar, las peticiones propuestas de las partes y las
resoluciones que adopte el Tribunal, así como las circunstancias e incidencias que no
constaran en soporte apto para la grabación y reproducción (art. 146.2 LEC). Solamente si no
pudieran utilizarse los medios de registro por cualquier causa, la vista se documentará por
medio de acta completa realizada por el LAJ (ej. avería en un medio de grabación).
La grabación se efectuará bajo la fe del LAJ, a quien corresponderá la custodia de las cintas,
discos o dispositivos en los que la grabación se hubiere efectuado. Y las partes podrán pedir,
aunque sea a su costa, copia de las grabaciones originales (art. 147 y 187.1 LEC). Para la
nulidad de actuaciones no basta con el mero error del procedimiento, sino que exige que se
haya producido indefensión. No procederá cuando, por haber previsto el fallo técnico o por
cualquier otra circunstancia, en concreto no se privan de elementos para preparar la defensa
o la valoración judicial.
- Órgano jurisdiccional: Art. 142.1 y 2 LEC dispone que en todas las actuaciones judiciales se
usará el castellano, así como la lengua oficial propia de la CCAA si ninguna de las partes se
opone (su desconocimiento provoca indefensión).
- Partes y personal colaborador: Art. 142.3 LEC prevé que podrán utilizar la lengua que sea
también oficial en la CA en cuyo territorio tengan lugar las actuaciones judiciales, tanto en
manifestaciones orales como escritas. En el caso de que se alegue desconocimiento, el art.
142.5 LEC permite habilitar como intérprete a cualquier persona conocedora de la lengua
empleada, previo juramento o promesa de fiel traducción.
Las actuaciones realizadas en lengua propia de la CA, sin necesidad de traducción, tendrán
plena validez y eficacia, si bien se procederá de oficio a su traducción cuando deban surtir
efecto fuera de la Comunidad, salvo que se trate de CCAA con lengua propia coincidente, así
82
como también se traducirá cuando lo dispongan las leyes o a instancia de parte se alegue
indefensión (art. 142.4 LEC).
Art. 229.3 LOPJ: Las declaraciones, confesiones en juicio, testimonios, careos, exploraciones,
informes, ratificación de los periciales y vistas, podrán realizarse a través de videoconferencia
u otro sistema similar que permita la comunicación bidireccional y simultánea de la imagen
y el sonido y la interacción visual, auditiva y verbal entre dos personas o grupos de personas
geográficamente distantes.
Art. 169.4.II LEC: Establece que el interrogatorio de las partes, la declaración de los testigos
y la ratificación de los peritos se realizará con carácter general en la sede del Juzgado o
Tribunal que esté conociendo del asunto de que se trate y solo cuando por razón de la
distancia, dificultad del desplazamiento, circunstancias personales de la parte, del testigo o
del perito, o por cualquier otra causa de análogas características resulte imposible o muy
gravosa la comparecencia de las personas citadas en la sede del Juzgado o Tribunal, se podrá
solicitar el auxilio judicial.
El momento idóneo para la aportación de dictamen pericial por la parte es, conforme a los
arts. 336.1 y 265.1. 4.º LEC, el de la presentación de su primer escrito, sea el de demanda o
el de contestación en el juicio ordinario, así como también en los verbales especiales del art.
753 LEC, que tenían contestación escrita, y actualmente todos los verbales. a anterior regla
general es consecuente con la presunción prevista en el artículo 336.3 LEC por el que se
entiende que al actor le es posible aportar el dictamen con la demanda; así como con los
requisitos impuestos a la demandada en caso de que no pueda aportar dictámenes escritos
con la contestación (art. 336.4 LEC). Pero igualmente anuncian que serán admisibles los
dictámenes presentados con posterioridad cuando se cumplan las exigencias legalmente
previstas:
- Aportar los dictámenes, para su traslado a la parte contraria, en cuanto dispongan de ellos,
y en todo caso antes de iniciar la audiencia previa al juicio ordinario o antes de la vista en el
verbal. D
83
De igual modo, específicamente para cada una de las partes, ha de justificarse que no les ha
sido posible aportar el dictamen en los momentos adecuados correspondientes. Así, el actor
justificará cumplidamente que la defensa de su derecho no ha permitido demorar la
interposición de aquella hasta la obtención del dictamen (art. 336.3 LEC); y el demandado la
imposibilidad de pedirlos y obtenerlos dentro del plazo para contestar (art. 336.4 LEC). Se
autoriza la presentación de dictámenes en momentos posteriores sin tener que cumplir las
exigencias anteriores, en aquellos casos en que la justificación de la imposibilidad de
presentación inicial se encuentre implícita en el hecho de que la necesidad o utilidad del
dictamen se haya puesto de manifiesto a causa de alegaciones del demandado en la
contestación a la demanda o de las alegaciones o pretensiones complementarias admitidas
en la audiencia. En tales supuestos, las exigencias anteriores se sustituyen por la condición
de que se presente con al menos 5 días de antelación, cuando corresponda, a la celebración
del juicio o de la vista.
En ambos casos, si los solicitantes estuviesen además de acuerdo en que el dictamen sea
emitido por una determinada persona o entidad, así lo acordará el Tribunal y de no haber
acuerdo, se procederá conforme previene el artículo 341. Se reconoce expresamente la
posibilidad de designar de oficio en los procesos sobre declaración o impugnación de la
filiación, paternidad y maternidad, sobre la capacidad de las personas o en procesos
matrimoniales. Por último, cuando sea de oficio, no designará más que un perito titular por
cada cuestión o conjunto de cuestiones que hayan de ser objeto de pericia y que no
requieran, por la diversidad de su materia, el parecer de expertos distintos.
Las alegaciones conclusivas tienen por objeto la crítica del resultado de las pruebas
practicadas en el proceso, así como la reconsideración de las tesis jurídicas que se han
mantenido en el mismo. Por tal motivo, procederá su realización tras la actividad probatoria
(oralmente al final del juicio o por escrito en el plazo de 5 días tras la práctica de las diligencias
finales) y antes de la sentencia. Según el art. 447.1 LEC, una vez practicadas, el tribunal podrá
conocer a las partes un turno de palabra para formular oralmente conclusiones.
84
Debido a la ubicación sistemática del art. 435 solo han sido previstas para el juicio ordinario.
La jurisprudencia niega la admisibilidad de las diligencias finales en el juicio verbal.
8. PRUEBA EN LA APELACIÓN
Art. 456.1 LEC: En virtud del recurso de apelación podrá perseguirse que se revoque un auto
o sentencia y que, en su lugar, se dicte otro u otra favorable al recurrente. Ahora bien, como
toda regla general que se precie, presenta importantes excepciones. El mismo precepto
anterior continúa señalando que resolverá se resolverá mediante nuevo examen de las
actuaciones llevadas a cabo ante aquel tribunal y conforme a la prueba que, en los casos
previstos en esta Ley, se practique ante el Tribunal de apelación.
Parece razonable, en primer lugar, que en algunos casos se limite el rigor de la preclusión
impuesta para la presentación de pruebas en la primera instancia. Es el caso de los
documentos que no se hubiesen podido presentar en la primera instancia y que sean de
fecha posterior a la demanda, contestación o audiencia previa y no se hubiesen podido
confeccionar ni obtener con anterioridad; o de fecha anterior a dichos actos en los que se
justifique no haber tenido conocimiento de su existencia; o que no haya sido posible obtener
con anterioridad por causas no imputables a la parte y se hubiera hecho oportunamente la
designación o el anuncio que se contempla legalmente. Del mismo modo que ocurre con las
pruebas referidas a hechos de relevancia ocurridos tras el comienzo del plazo para dictar
sentencia en la primera instancia o, si han ocurrido antes, siempre que se justifique haber
tenido conocimiento con posterioridad (art. 460.2.3.ª LEC); y también en el supuesto del
demandado declarado en rebeldía que por causa no imputable se hubiera personado en los
autos tras el momento establecido para la proposición de la prueba en la primera instancia
(art. 460.3 LEC).
Art. 460.2. 1.ª y 2.ª LEC: Se podrá pedir la práctica de las pruebas indebidamente denegadas,
siempre que se hubiere intentado la reposición de la resolución denegatoria o se hubiere
formulado la oportuna protesta en la vista; así como también de las propuestas y admitidas
que por causa no imputable al solicitante no hubieren podido practicarse ni siquiera como
diligencias finales.
85
Cuando se trate de prueba a instancia de parte, las mismas partes tendrán la carga de
proponer la prueba, sea en el momento de la interposición del recurso por el apelante (art.
460.1 y 2 LEC) y en la oposición o, en su caso, impugnación, por el apelado (art. 461.3 LEC).
Para la decisión sobre admisión de la prueba será, conforme al art. 464 LEC, el órgano que
haya de resolver la apelación (generalmente la Audiencia Provincial). La decisión se
adoptará, en el plazo de 10 días a contar desde que fueron recibidos los autos por el Tribunal
que haya de resolver sobre la apelación. La resolución de admisión de la prueba contendrá
señalamiento de día para la vista en la que se practicará. Y frente a la misma no cabe recurso
alguno, sin perjuicio de que la parte alegue, con base en la inadmisibilidad, que no se tenga
en cuenta la prueba a la hora de resolver. En el caso de que la resolución sea de inadmisión,
cabrá reposición y, frente a su denegación, siempre que se den los presupuestos de
admisibilidad, recurso extraordinario por infracción procesal, con fundamento en el art.
469.3.º y 4.º LEC. La prueba admitida, conforme al art. 464 LEC, se practicará en la vista
señalada como se ha indicado, y se celebrará, dentro del mes siguiente, con arreglo a lo
previsto para el juicio verbal. Solamente en el caso de que la prueba admitida sea la
documental, cabrá su práctica anterior, esto es, como regla general con la demanda o
contestación.
1.1 Concepto. Art. 301 LEC. Medio de prueba consistente en que las partes declaren sobre
los hechos que conozcan y estén relacionados con el objeto del juicio. Este medio de prueba
se circunscribe a unos sujetos concretos y a un objeto determinado.
86
La declaración ha de referirse a los hechos controvertidos, no a los que ya han sido admitidos
por la parte contraria. Además, que sean hechos sobre los que «tengan noticia», esto es, los
que sean personales por haber participado en los mismos. En este sentido, las PF tienen que
responder según sus conocimientos y diciendo el origen de estos, pero podrá proponer que
conteste también a la pregunta un tercero que tenga conocimiento personal de los hechos.
En cuanto a las PJ, art. 309.2 LEC: «habrá de responder según sus conocimientos, dando razón
de su origen y habrá de identificar a la persona que, en nombre de la parte, hubiere
intervenido en aquellos hechos». Por último, art. 314 LEC prohíbe reiterar el interrogatorio,
es decir, interrogar dos veces a la misma persona por los mismos hechos.
1.4 Procedimiento.
A) Lugar Regla general: en la sede del órgano jurisdiccional donde se celebre el acto del
juicio o de la vista. Excepción: interrogatorio domiciliario en caso de enfermedad o por
circunstancias especiales por las que no pudiera comparecer en la sede del órgano. En
este caso se practicará en presencia del LAJ y, si se puede, de las demás partes y sus
abogados. También cabe interrogatorio domiciliario cuando la parte resida fuera de la
demarcación judicial del Tribunal y concurra alguna situación que haga imposible o muy
gravosa la comparecencia. Si la parte que interroga no puede asistir remitirá sus
preguntas, que habrán de ser declaradas pertinentes por el Tribunal que conozca del
asunto. Por último, el art. 315 LEC prevé que si se admite la declaración de la persona
jurídico-pública, se le remitirá las preguntas declaradas pertinentes para que las
responda por escrito antes de la fecha del juicio o la vista.
B) Forma
El interrogatorio. Art. 302 LEC «se formularán oralmente en sentido afirmativo y con la
debida claridad y precisión. No habrán de incluir valoraciones ni calificaciones, y si estas se
incorporaren se tendrán por no realizadas». En cuanto a las respuestas, art. 305 LEC: «la
parte interrogada responderá por sí misma, sin valerse de ningún borrador de respuestas;
pero se le permitirá consultar en el acto documentos y notas o apuntes, cuando a juicio del
Tribunal sean convenientes para auxiliar a la memoria». Además, «las respuestas habrán de
ser afirmativas o negativas y, de no ser ello posible según el tenor de las preguntas, serán
precisas y concretas. El declarante podrá agregar, en todo caso, las explicaciones que estime
convenientes y que guarden relación con las cuestiones planteadas». A su vez, conforme el
87
art. 306 LEC, «una vez respondidas las preguntas formuladas por el abogado de quien solicitó
la prueba, los abogados de las demás partes y el de aquella que declarare podrán, por este
orden, formular al declarante nuevas preguntas que reputen conducentes para determinar
los hechos». Por su parte, «el Tribunal deberá repeler las preguntas que sean impertinentes
o inútiles. Con la finalidad de obtener aclaraciones y adiciones, también podrá el Tribunal
interrogar a la parte llamada a declarar».
La prueba de declaración de la parte es libre, teniendo en cuenta las otras pruebas que se
practiquen. Ahora bien, puede encontrarse alguna aproximación a la valoración legal cuando
la ley impone motivar la apreciación judicial divergente a la declaración de la parte, pues «si
no lo contradice el resultado de las demás pruebas, en la sentencia se considerarán ciertos
los hechos que una parte haya reconocido como tales si en ellos intervino personalmente y
88
2. PRUEBA DOCUMENTAL
En cuanto a los documentos extranjeros, el art. 323 LEC dispone que «1. A efectos procesales,
se considerarán documentos públicos los documentos extranjeros a los que, en virtud de
Tratados o Convenios Internacionales o de leyes especiales, haya de atribuírseles fuerza
probatoria. 2. Cuando no sea aplicable ningún Tratado o Convenio Internacional ni ley
especial, se considerarán documentos públicos los que reúnan los siguientes requisitos:
1.º Que en el otorgamiento o confección del documento se hayan observado los requisitos
que se exijan en el país donde se hayan otorgado para que el documento haga prueba plena
en juicio.
89
2.º Que el documento contenga la legalización o apostilla y los demás requisitos necesarios
para su autenticidad en España.
A) Documentos públicos
Art. 319.1 LEC: los documentos públicos, esto es, los del art. 317 LEC, harán prueba plena del
hecho, acto o estado de cosas que documenten, de la fecha en que se produce esa
documentación y de la identidad de los fedatarios y demás personas que, en su caso,
intervengan en ella, salvo en materia de usura donde los tribunales resolverán en cada caso
formando libremente su convicción.
El art. 319.2 LEC contempla para los documentos administrativos, salvo los mencionados en
el art. 317.5.º y 6.º, que legalmente las leyes puedan otorgarles el carácter de documentos
públicos, de modo que tendrán el valor probatorio correspondiente a su carácter de públicos.
Y si las leyes no lo hacen, los hechos, actos o estados de cosas que consten en los referidos
documentos se tendrán por ciertos, a los efectos de la sentencia que se dicte, salvo que otros
medios de prueba desvirtúen la certeza de lo documentado.
En este caso, los documentos van a tener un valor legal muy relativo porque si solo ofrecen
certeza salvo que otros medios de prueba la desvirtúen, aunque no exista impugnación de
los mismos, el juzgador puede llegar a resultados probatorios distintos de los que derivan del
propio documento.
Este documento tendrá en principio valor legal, pero estará condicionado a que no concurran
otros medios de prueba, en cuyo caso, el Juez podrá valorar libremente.
90
La diferencia entre los documentos públicos del punto primero y los del segundo del art. 319
radica en lo que es necesario para impugnar con éxito el efecto de prueba plena o certeza
que prevén respectivamente. En el primer caso, será necesario probar la falta de adecuación
del documento y la realidad en un proceso penal por falsedad o, por no poder exigirse la
responsabilidad penal del fedatario, mediante una prueba específica que suponga la plena
convicción del Juez. En el segundo caso, bastará con que se practique una prueba que
provoque la duda del Juez sobre los datos que constan en el documento, en cuanto acrediten
otros datos, sin necesidad de plena convicción sobre su certeza. Por lo demás, el régimen de
requisitos, impugnación y extensión subjetiva del documento público se regula en diversos
preceptos de la LEC y del CC.
B) Documentos privados
Se asimilan a los públicos cuando su autenticidad no sea impugnada por la parte a quien
perjudiquen. En caso de impugnación, quien haya presentado el documento impugnado
podrá pedir el cotejo o la prueba oportuna que resulte útil y pertinente al efecto. Si se
impugna su autenticidad y no se prueba la misma, el juez lo valorará conforme a las reglas
de la sana crítica.
En relación con los documentos electrónicos cuando la parte a quien interese la eficacia de
un documento electrónico lo pida o se impugne su autenticidad, se procederá con arreglo a
lo establecido en el artículo 3 de la Ley de Firma Electrónica. Y respecto de las copias
reprográficas de los documentos privados y su cotejo: Si la parte a quien perjudique el
documento presentado por copia reprográfica impugnare la exactitud de la reproducción, se
cotejará con el original, si fuere posible y si no, se determinará su valor probatorio según las
reglas de la sana crítica, teniendo en cuenta el resultado de las demás pruebas. Se aplica
también a dibujos, fotografías, pinturas, croquis, planos, mapas y documentos semejantes.
El cotejo se verificará por el LAJ, salvo el derecho de las partes a proponer prueba pericial.
El art. 327 LEC remite a las leyes mercantiles, como el Art. 31 del Código de Comercio: el valor
probatorio de los libros de los empresarios y demás documentos contables será apreciado
por los tribunales conforme a las reglas generales del derecho.
2.4 Procedimiento
Art. 318 LEC, «los documentos públicos tendrán la fuerza probatoria establecida en el artículo
319 si se aportaren al proceso en original o por copia o certificación fehaciente, ya sean
presentados estos en soporte papel o mediante documento electrónico, o si, habiendo sido
91
aportado por copia simple, en soporte papel o imagen digitalizada, conforme a lo previsto en
el artículo 267, no se hubiere impugnado su autenticidad».
Art. 325 LEC: los documentos privados se presentarán en original o mediante copia
autenticada por el fedatario público competente o mediante imágenes digitalizadas,
incorporadas a anexos firmados electrónicamente. 2. Si la parte solo posee copia también
sirve, siempre que no se cuestione su veracidad por las demás partes. Si el original del
documento privado se encuentra en un expediente, protocolo, archivo o registro público, se
presentará copia auténtica o se designará el archivo, protocolo o registro.
Cada parte podrá solicitar de las demás la exhibición de documentos que no se hallen a
disposición de ella y que se refieran al objeto del proceso o a la eficacia de los medios de
prueba. 2. A la solicitud de exhibición deberá acompañarse copia simple del documento y, si
no existiere o no se dispusiere de ella, se indicará en los términos más exactos posibles el
contenido de aquel.
Solo tienen que exhibir documentos cuando una parte lo pida y el Tribunal entienda que son
trascendentes a fin de dictar sentencia. Así, el Tribunal ordenará mediante providencia la
comparecencia personal y resolverá. Pero esa resolución no será susceptible de recurso, pero
la parte a quien interese podrá reproducir su petición en la segunda instancia.
No podrán negarse a expedir las certificaciones y testimonios que sean solicitados por los
tribunales ni oponerse a exhibir los documentos que obren en sus dependencias y archivos,
excepto cuando se trate de documentación legalmente declarada o clasificada como de
carácter reservado o secreto. En este último caso, se dirigirá al Tribunal exposición razonada
sobre dicho carácter. También «las entidades y empresas que realicen servicios públicos o
estén encargadas de actividades del Estado, de las Comunidades Autónomas, de las
provincias, de los municipios y demás Entidades locales».
3. PRUEBA PERICIAL
3.1 Concepto Aportación al proceso —por las partes o, a su solicitud, designado por el
Tribunal— de conocimientos científicos, artísticos, técnicos o prácticos cuando los mismos
sean necesarios para valorar hechos o circunstancias relevantes en el asunto o adquirir
certeza sobre ellos.
Distinguimos:
A) Subjetivos
El perito debe poseer una especial aptitud técnica (art. 340.1 y 2 LEC)
Títulos oficiales
Si son materias no comprendidas en títulos profesionales oficiales, deberán ser
nombrados entre personas entendidas en aquellas materias.
También podrá solicitarse dictamen de Academias e instituciones culturales y
científicas que se ocupen del estudio de la materia objeto de pericia.
También las personas jurídicas legalmente habilitadas para ello
Art. 335.2 LEC exige “juramento o promesa de decir verdad, que ha actuado o actuará con
mayor objetividad posible y que conoce las sanciones penales en que podría incurrir si
incumpliere su deber”. Y, según art. 343.1 LEC, únicamente los peritos judiciales pueden ser
recusados.
Tampoco podrán ser peritos las partes, ni los jueces o magistrados competentes para
conocer del mismo, en ambos casos por la falta de imparcialidad que supondría, ni tampoco
93
quien hubiera intervenido en una mediación o arbitraje relacionados con el mismo asunto,
en este último caso, salvo acuerdo en contrario (art. 335.3 LEC).
B) Objetivos
Según art. 335.1 LEC, servirán “para valorar hechos o circunstancias relevantes en el asunto
o adquirir certeza sobre ellos”. Además de los hechos, podrán ser objeto de dictamen el
derecho extranjero, el histórico, el consuetudinario, así como la existencia y contenido de
máximas de la experiencia, sea para conocer el contenido o sentido de una prueba o para
proceder a su mejor valoración (así, la regulación sobre cotejo de letras en los arts. 349 y ss.
LEC); o para interpretar normas que contengan referencias a máximas de la experiencia.
3.3 Procedimiento
94
El procedimiento para designación judicial se regula en art. 341 LEC: Cada enero se interesará
el envío de una lista de colegiados o asociados dispuestos a actuar como peritos.
Primera designación de cada lista se efectúa por sorteo en presencia de LAJ, y las siguientes
por orden correlativo. Si, por la singularidad de la materia, solamente hay una persona, se
recabará de las partes su consentimiento y solo si todas otorgan se designará perito a esa
persona.
1) Ser cónyuge o pariente por consanguinidad o afinidad, dentro del cuarto grado
civil de una de las partes o de sus abogados o procuradores.
2) Tener interés directo o indirecto en el asunto o en otro semejante.
3) Estar o haber estado en situación de dependencia o de comunidad o
contraposición de intereses con alguna de las partes o con sus abogados o
procuradores.
4) Amistad íntima o enemistad con cualquiera de las partes o sus procuradores o
abogados.
5) Cualquier otra circunstancia, debidamente acreditada, que les haga desmerecer
en el concepto profesional.
Asimismo, conforme art. 344 LEC, “cualquier parte demandada podrá dirigirse al Tribunal a
fin de negar o contradecir la tacha, aportado los documentos pertinentes”. Sin más trámites,
el Tribunal tendrá en cuenta la tacha y su eventual negación o contradicción en el momento
de valorar la prueba, formulando, en su caso, mediante providencia, la declaración de falta
de fundamento de la tacha prevista en el apartado anterior. Si apreciase temeridad o
deslealtad procesal en la tacha, podrá imponer a la parte responsable, con previa audiencia,
una multa 60 a 600€.
95
podrán presenciar uno y otras, si con ello no se impide o estorba la labor del perito y se puede
garantizar el acierto e imparcialidad del dictamen. Para ello deberá solicitarse y el Tribunal
decidir, y si admite, ordenará al perito que dé aviso directamente a las partes, con antelación
de al menos cuarenta y ocho horas, del día, hora y lugar en que aquellas operaciones se
llevarán a cabo.
96
3.4 Valoración
Dispone el art. 348 LEC que “el Tribunal valorará los dictámenes periciales según las reglas
de la sana crítica”, o, en otros términos, los valorará libremente. Esto significa que la
valoración deberá ser razonada y motivada cuando se haya separado de las conclusiones a
las que haya alcanzado el perito.
4.1 Concepto
Medio de prueba por que el juzgador adquirir por percepción snesorial inmediata el dato
objeto de prueba. Art. 353.1 LEC, “se acordará cuando para el escalrecimiento y aprecaiciond
e los hechos sea necesario o conveniente que el Tribunal examine por si miso algún lugar,
objeto o persona”.
4.2 Admisibilidad
Genéricamente, “se acordará cuando para el esclarecimiento y apreciación de los hechos sea
necesario o conveniente que el Tribunal examine por sí mismo algún lugar, objeto o persona”
(art. 353.1 LEC).
4.3 Procedimiento
A) Proposición
Como particularidad al régimen general del art. 284 LEC, la parte que solicite el
reconocimiento “habrá de expresar los extremos principales a que quiere que este se refiera
e indicará si pretende concurrir al acto con alguna persona técnica o práctica en la materia”
(art. 353.2 LEC).
La solicitud, a su vez, se trasladará a la parte contraria a los efectos de que pueda proponer
otros extremos que le interesen y asimismo manifieste si asistirá con persona técnica o
práctica (art. 353.2.II LEC).
Y una vez acordada por el Tribunal la práctica del reconocimiento judicial, el LAJ “señalará
con cinco días de antelación, por lo menos, el día y hora en que haya de practicarse el mismo”.
97
B) Práctica
- Tiempo y lugar: Según art. 300 LEC, se praticará tras interrogatorio de partes, testigos y
declaraciones de peritos; y antes de la reproducción ante el Tribunal de palabras, imágenes
y sonidos captados mediante instrumentos de filmación, grabación y simejantes. Será así
salvo que, de oficio o instancia de parte, se acuerde otro distinto, cuando el reconocimiento
“no se haya de llevar a cabo fuera de la sede del Tribunal”.
- Desarrollo del reconocimiento judicial: El juzgador percibirá y apreciará por sí mismo las
circunstancias relevantes para el objeto de prueba. A tal efecto, las partes, sus procuradores
y abogados podrán concurrir y formular oralmente las observaciones que consideren
oportuno (art. 354.2 LEC) y, en su consecuencia, de las mismas podrán derivar percepciones
y apreciaciones.
Por su parte, si, de oficio o a instancia de parte, el Tribunal considerase conveniente oír las
observaciones o declaraciones de las personas técnicas o prácticas en la materia (indicadas
en la proposición de la prueba), «les recibirá previamente juramento o promesa de decir
verdad» (art. 354.3 LEC). En tal caso, se practicará mediante un interrogatorio realizado por
el Tribunal «que se adaptará a las necesidades de cada caso concreto» (art. 355.1 LEC).
- Práctica conjunta del reconocimiento judicial y otros medios de prueba: Con la pericial,
conforme art. 356 LEC, “cuando el Tribunal lo considere conveniente, podrá disponer,
mediante providencia, que se practiquen en un solo acto el reconocimiento judicial y el
pericial, sobre el mismo lugar, objeto o persona”; “2. Las partes podrán solicitar también la
práctica conjunta de ambos reconocimientos y el Tribunal la ordenará si la estima
procedente”.
Con la declaración de testigos, en virtud del art. 357.1. “a instancia de parte y a su costa, el
Tribunal podrá determinar mediante providencia que los testigos sean examinados acto
continuo del reconocimiento judicial, cuando la vista del lugar o de las cosas o personas pueda
contribuir a la claridad de su testimonio”; “2. También se podrá practicar, a petición de parte,
el interrogatorio de la contraria cuando se den las mismas circunstancias señaladas en el
apartado anterior”.
C) Documentación
Dispone el art. 358.1 LEC que del reconocimiento judicial practicado se levantará por el LAJ
acta detallada “consignándose en ella con claridad las percepciones y apreciaciones del
Tribunal, así como las observaciones hechas por las partes y por las personas a que se refiere
el artículo 354”. Igualmente, se recogerá el resultado de las demás actuaciones de prueba
que se hubieran practicado en el mismo acto del reconocimiento judicial.
98
4.4 Valoración
Parece claro que la regla general es que el juzgador sea consecuente con lo que en su
momento él mismo constató o apreció. Sin embargo, nada se opone a que en el momento
de dictar sentencia el juzgador valore el reconocimiento con un soporte fáctico distinto,
puesto que solamente cabe hablar de absurdo o arbitrariedad en la medida en que la
inconsecuencia con el acta no se fundamente debidamente con la expresión de las razones
de su valoración. Ej: que el Juez recordara o se percatara posteriormente de nuevos hechos
o percepciones, que constaran errores en el acta o incluso que, a pesar de la constatación
directa por el Juez, el contenido en el acta de reconocimiento pudiera valorarse en relación
con otros medios de prueba que atemperaran o pusieran en duda que lo apreciado por el
Juez. Esto último podría servir para que incluso un Juez distinto al que realizó el
reconocimiento pudiera desvincularse de los datos objetivos que se hicieron constar en el
acta realizada por otro Juez, siendo que los subjetivos no tendrían eficacia vinculante alguna.
Ahora bien, en esta traslación, aunque por lógica y por impedirlo la prohibición de
arbitrariedad judicial en principio se habrá de producir sin alteraciones, aunque sea
excepcionalmente o cuando se motive la concurrencia de motivos —normalmente pruebas
contradictorias — suficientes, se pueda concluir en la alteración de lo inicialmente apreciado
y hecho constar en el acta. Y esto es así porque no obstante las particularidades propias del
reconocimiento, con apreciación judicial previa y constancia en acta, la valoración de la
prueba de reconocimiento no es legal sino plenamente libre.
99
5. PRUEBA TESTIFICAL
5.1 Concepto
Prevé el art. 360 LEC que “las partes podrán solicitar que declaren como testigos las personas
que tengan noticia de hechos controvertidos relativos a lo que sea objeto del juicio”.
5.2 Admisibilidad
Art. 361.I, pueden ser testigos todas las personas, sin embargo con una lectura sistemática
lo serán concretamente las personas físicas, quedando excluidas “las que se hallen
permanentemente privadas de razón o del uso de sentidos respecto de hechos sobre los que
únicamente quepa tener conocimiento por dichos sentidos”; así como menores de 14 años,
salvo que a juicio del Tribunal posean madurez necesaria; las personas que sean objeto de
otras pruebas, como las partes, que además no resultarían ajenas al proceso. Y, en cualquier
caso, incompatibles con la condición de Juez por establecerse como causa de abstención y,
en su caso, recusación art. 219.6ª LOPJ.
Art. 337 LEC, causas de tacha: ser o haber sido cónyuge o pariente hasta ciertos límites;
dependiente, a su servicio o ligado por relación de sociedad o intereses de la parte; abogado
o procurador; tener interés directo o indirecto en el asunto; ser amigo íntimo o enemigo de
una de las partes o de su abogado o procurador; así como haber sido el testigo condenado
por falso testimonio. Por lo demás, no habrá limitaciones en lo referente al objeto de la
prueba, salvo las que deriven de las propias causas generales de admisibilidad, como su
ilegalidad, necesidad, pertinencia o utilidad.
5.3 Procedimiento
A) Proposición
Art. 362 exige al proponer la prueba indicar identidad, en cuanto sea posible, del nombre,
apellidos, profesión y domicilio o residencia. Esto implica señalar número de personas
concretas a interrogar, siendo determinado libremente por las partes, pero los gastos que
excedan de tres por cada hecho discutido será e todo caso a cuenta de la parte que los haya
presentado, pudiendo el Tribunal en este caso obviar las declaraciones testificales que
faltaren, referentes al mismo hecho.
100
B) Práctica
- Citación: Los testigos tiene el deber de comparecer, so pena, previa audiencia por 5 días,
de multa de 180 a 600€, reiterando la cita bajo apercibimiento de proceder contra él por
desobediencia a la autoridad art. 291.1 y 2 LEC.
- Examen: Salvo que se trate de menor de edad penal, el testigo deberá jurar o prometer
decir verdad, “con la conminación de las penas establecidas para el delito de falso testimonio
en causa civil, de las que le instruirá el Tribunal si manifestare ignorarlas” (art. 365 LEC). Esto
implica el deber de declarar, que, además, se exige formalmente y diciendo la verdad (arts.
371 y 365.1 LEC). Todo ello salvo que deba guardar secreto por estado o profesión, en cuyo
caso lo manifestará razonadamente y el Tribunal resolverá mediante providencia lo que
proceda.
Los testigos declararán separada y sucesivamente, por el orden en que vinieran consignadas
las propuestas, salvo que el Tribunal encuentre motivo para alterarlo.
Por lo que se refiere a las preguntas, art. 368 LEC exige que “deberán formularse oralmente
y con la debida claridad y precisión. No habrán de incluir valoraciones ni calificaciones, y si
estas se incorporaran, se tendrán por no realizadas”. El tribunal decidirá en el acto admitir e
inadmitir según considere.
Por lo que se refiere a las respuestas, el art. 370.2 a 4 LEC establece que el testigo responderá
por sí mismo, de palabra, sin valerse de ningún borrador de respuestas. Cuando la pregunta
se refiera a cuentas, libros o documentos, se permitirá que los consulte antes de responder;
en cada una de sus respuestas, el testigo expresará la razón de ciencia de lo que diga; y
cuando el testigo posea conocimientos científicos, técnicos, artísticos o prácticos sobre la
materia a que se refieran los hechos del interrogatorio, el Tribunal admitirá las
manifestaciones que en virtud de dichos conocimientos agregue el testigo a sus respuestas
sobre los hechos.
Una vez interrogado, podrán los abogados de cualquiera de las demás partes plantear al
testigo nuevas preguntas que reputen conducentes para determinar los hechos, pudiendo
manifestar su disconformidad y pedir que conste en acta su protesta si se inadmite. En
cualquier caso, el Tribunal podrá interrogar al testigo «con la finalidad de obtener
aclaraciones y adicciones» (art. 372 en relación con 369.2 LEC).
101
Por último, la declaración podrá ser domiciliaria, bien directamente o a través de auxilio
judicial, si por enfermedad o por cualquier otro motivo justificado (por razón de la distancia,
dificultad del desplazamiento, circunstancias personales o por cualquier otra causa de
análogas características resulte imposible o muy gravosa la comparecencia).
- El careo: art. 373 LEC prevé que cuando los testigos incurran en graves contradicciones,
podrá acordar que se sometan a un careo. A instancia de parte, deberán solicitarse al final
del interrogatorio, advirtiéndose al testigo de que no se ausente.
5.4 Valoración
El art. 376 LEC deja sentado que «los tribunales valorarán la fuerza probatoria de las
declaraciones de los testigos conforme a las reglas de la sana crítica, tomando en
consideración la razón de ciencia que hubieren dado, las circunstancias que en ellos
concurran y, en su caso, las tachas formuladas y los resultados de la prueba que sobre estas
se hubiere practicado».
6. PRUEBA DE INFORMES
102
Se trata de un medio de prueba por que las partes solicitan la reproducción ante el Tribunal
de palabras, imágenes y sonidos captados mediante instrumentos de filmación, grabación y
otros semejantes. De ese modo, las partes estarán en condiciones de acreditar los hechos en
que fundan sus alegaciones cuando hayan sido captados por estos instrumentos. Igualmente,
si lo consideran oportuno, podrán acompañar la transcripción escrita de las palabras
contenidas en el correspondiente soporte de que se trate.
De los actos realizados se levantará acta, consignándose cuanto sea necesario para la
identificación de las filmaciones, así como, en su caso, justificaciones y dictámenes aportados
a las pruebas practicadas, conservándose por el LAJ para no sufrir alteraciones. (383.1 y 2
LEC).
Todos los instrumentos serán examinados por el Tribunal, de forma que las demás partes
puedan conocerlas también, así como alegar y proponer lo que a su derecho convenga.
La valoración, según arts. 382.3 y 384.3 LEC, será libre, “conforme las reglas de la sana
crítica”. Sin embargo, si se trata de instrumentos públicos redactados en soporte electrónico
con la firma electrónica avanzada del notario y, en su caso, de otorgantes, según el art. 17
bis de la Ley Orgánica del Notariado, mantendrá el carácter público y gozará de fe pública,
siendo por tanto la propia de los documentos públicos. Por lo demás, art. 362.4 LEC dispone
que “cuando la parte a quien interese la eficacia de un documento electrónico lo pida o se
impugne su autenticidad, se procederá con arreglo a lo establecido en el artículo 3 de la Ley
de Firma Electrónica”.
Se relaciona con el objeto de la prueba, siendo nota general en la doctrina considerar los
hechos favorecidos por una presunción como exentos de prueba (385.1 LEC). En realidad,
está exención se produce porque ha habido prueba de otro hecho que, por existir un nexo o
enlace suficiente, permite considerar como acreditado el presumido, y así, su exención
probatoria.
Así, no son verdaderas presunciones las simples deducciones que pueda hacer el juzgador a
partir de los hechos que estime probados, ni las meras alteraciones o especialidades en las
normas sobre carga de la prueba. Igualmente, la presunción se ha de presentar subsidiaria,
de modo que solamente será necesario acudir a la misma cuando el hecho no pueda ser
probado directamente.
103
No obstante, su diversidad (jurídica o legal, iuris tantum o iure et de iure), todas comparten
la misma estructura: unas normas cuya consecuencia jurídica se vincula a un supuesto de
hecho no comprobado, un supuesto de hecho comprobado o de fácil comprobación, y un
nexo entre ambos que permite la verificación de uno cuando lo ha sido el otro.
Sin embargo, su naturaleza difiere puesto que las presunciones judiciales son construidas ah
hoc por el Juez y las legales por el legislador en abstracto y en general. Estas últimas serán
respectivamente iuris tantum (385.2 LEC) o iuris et de iure (385.3 in fine LEC).
En las presunciones iuris tantum, más que una exención probatoria, lo que en realidad se
produce es una específica distribución de la carga de la prueba. A partir de la misma, será
posible la actividad de la parte para que no opere la presunción, bien para practicar prueba
contraria al hecho base de la presunción (contraprueba) o bien para probar que del hecho
base deriva una consecuencia diferente al hecho presumido (prueba de contrario),
normalmente porque la operatividad del nexo o enlace entre estos hechos es distinta al que
funda la presunción.
De otro lado, la prueba en contrario, salvo que la ley expresamente lo prohíba, podrá dirigirse
“tanto a probar la inexistencia del hecho presunto como a demostrar que no existe, en el caso
de que se trate, el enlace que ha de haber entre el hecho que se presume y el hecho probado
o admitido que fundamenta la presunción”.
104
1. APRECIACIÓN DE LA PRUEBA
3. LA PRUEBA LEGAL
El sistema de prueba legal prescinde del convencimiento del juzgador. Existen normals que
contemplan medios de prueba mediante los cuales se producirá la fijación fáctica, o al
menos, la favorecerá, solamente cumpliendo las exigencias que la misma norma establece.
Se trata, por tanto, de conocer el contenido de estas normas y comprobar que se cumplen
sus presupuestos y requisitos. Solo hay normas de valoración legal respecto de la prueba
documental, la declaración de la parte o del reconocimiento judicial.
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1. PRUEBA DOCUMENTAL
La prueba de declaración es libre, pero encontramos valoración legal cuando la ley impone
motivar la apreciación judicial divergente a la declaración de la parte. Art. 316.1 LEC: «si no
lo contradice el resultado de las demás pruebas, en la sentencia se considerarán ciertos los
hechos que una parte haya reconocido como tales si en ellos intervino personalmente y su
fijación como ciertos le es enteramente perjudicial».
Así, se parte de la máxima de la experiencia de que como suele mentirse para negar lo
desfavorable, cuando se reconoce, hay que reputar que se dice la verdad, salvo que lo
contradigan otras pruebas. Por lo demás, la declaración de la parte se sujeta a las reglas de
la sana crítica, sin perjuicio de las posibilidades de admisión tácita de hechos.
Sana crítica pero las características propias del reconocimiento judicial parecen acercar su
valoración a la legal a efectos prácticos. En primer lugar, el LAJ documenta esta prueba, por
lo que ejerce funciones de fedatario público. Eso se parece al documento público del art.
317.1.º LEC, lo que conlleva su eficacia probatoria por el art. 329.1 LEC.
En segundo lugar, por la lógica que supone que en la sentencia se haga constar lo mismo que
figura en el acta. En efecto, como el objeto del reconocimiento es hacer constar los hechos
apreciados por el juzgador, la valoración también recogerá lo que determinó el juzgador,
puesto que lo contrario permitiría su consideración de actitud arbitraria. Lo normal es que el
juzgador sea consecuente con lo que en su momento constató pero, a la hora de dictar
sentencia, puede valorar el reconocimiento con un soporte fáctico distinto ya que solo se
106
Podría ocurrir, por ejemplo, que el Juez recordara o se percatara posteriormente de nuevos
hechos o percepciones, que observara errores en el acta o incluso que el contenido en el acta
de reconocimiento pudiera valorarse en relación con otros medios de prueba que pusieran
en duda lo apreciado por el Juez. Esto último podría servir para que un Juez distinto al que
realizó el reconocimiento, se desvinculase de los datos objetivos que se hicieron constar en
el acta realizada por otro Juez, y los subjetivos no tendrían eficacia vinculante alguna.
4. LA PRUEBA LIBRE
El sistema de valoración libre es el general conforme al art. 218.2 LEC, de modo que será
necesaria previsión legal expresa para que no rija.
Valoración libre no significa arbitrariedad (prohibida por el Art. 9.3 CE), sino que el juzgador
no está sometido al sistema legal de valoración. La fijación del material fáctico se determina
por la convicción judicial, y esta se alcanzará mediante los criterios de razonamiento común,
reglas científicas o técnicas, o conforme a las reglas de la sana crítica (normas comunes a
todo ser humano… basadas en la razón, la lógica y en las máximas de la experiencia). La LEC
lo prevé expresamente para la prueba pericial, testifical y en ciertos instrumentos (filmación,
grabación y semejantes y para los que permitan archivar, conocer o reproducir datos).
Exige el art 248.3 LOPJ “las sentencias se formularán expresando, tras un encabezamiento,
en párrafos separados y numerados, los antecedentes de hecho, hechos probados, los
fundamentos de derecho y el fallo”. De este modo, se impuso la necesaria constancia de los
hechos probados en las sentencias.
107
En el art 209 LEC se exige actualmente la constancia de “las pruebas que se hubiesen
propuesto y practicado y los hechos probados, en su caso”. La expresión “en su caso” plantea
dudas.
Lo que es indiscutible es que todas las sentencias han de estar motivadas tanto jurídica como
fácticamente. Sin embargo, la necesidad de motivación de la sentencia no impone
necesariamente la constancia formal de relación de hechos probados.
a) La expresión “en su caso” ciñe su ámbito a las hipótesis en las que se resuelva sin
haber practicado prueba.
b) El relato de hechos probados solo se exige como presupuesto si su mención
constituye un antecedente fáctico trascendente para plasmar la motivación y sirve
para determinar si la conclusión de la deducción está dentro de los límites de la
congruencia.
c) La nulidad solamente procedería excepcionalmente, basta con que se narren con la
claridad necesaria a través de los fundamentos jurídicos de la propia sentencia.
El art. 218.2 LEC dispone que “las sentencias se motivarán expresando los razonamientos
fácticos…que conducen a la apreciación y valoración de las pruebas…deberá incidir en os
distintos elementos fácticos del pleito, considerados individualmente y ajustándose a las
reglas de la lógica y la razón”. Esta disposición es lo que permite controlar por las partes la
correcta valoración de la prueba a través del requisito externo que establece.
El requisito supone que la valoración de cada medio de prueba ha expresar: la razón por qué
ha realizado la apreciación en el modo en que lo ha hecho, razones por las que se realiza la
fijación fáctica y el motivo por el que concede mayor valor a un medio de prueba sobre otro.
Por tanto, habrá que contar la determinación de los resultados probatorios que han
convencido al juez sobre la existencia o veracidad del objeto de prueba.
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Durante el desarrollo del litigio y en su resultado pueden haberse producido errores. Por ello,
el propio sistema establece mecanismos para subsanarlos. La impugnación de las
resoluciones puede convertirse con no muchas dificultades en un instrumento para la
dilación de los efectos del litigio, por lo que el sistema tiende a confiar en sí mismo y en la
justicia que imparte en primera instancia. Paulatinamente han ido eliminándose algunos
recursos, como la apelación hasta tres mil euros, e introduciendo ciertos obstáculos para la
impugnación, entre los que destacan, los siguientes:
- El régimen de condena en costas en los recursos en el que, en el mejor de los casos para
el recurrente y en el peor para el recurrido, no habrá condena en costas, pues, en caso
de estimación total o parcial de un recurso de apelación, extraordinario por infracción
procesal o casación, no se condenará en las costas de dicho recurso a ninguno de los
litigantes. Así pues, si vence el recurrente no hay condena en costas para nadie, pero si
no vence se condenará al recurrente.
Para decidir instar una impugnación conviene previamente atender a diversos aspectos.
Entre otros:
110
A instancia de parte o del Ministerio Fiscal, la aclaración se solicitará por escrito en el plazo
de dos días hábiles desde la publicación de la resolución
La subsanación para que la sentencia contemple los elementos que, conforme al contexto de
los pronunciamientos, pueda entenderse que fueron omitidos se podrá solicitar en el plazo
de dos días
La subsanación de meros errores materiales manifiestos y los aritméticos en que incurran las
resoluciones judiciales, podrán ser rectificados en cualquier momento, cuando las
expresiones de la sentencia, según los propios pronunciamientos, puedan ser consideradas
como no queridas por el Tribunal.
Tanto la solicitud como la resolución se dictarán por escrito. Esta última en forma de auto, y
formará parte de una resolución que, en conjunto, será única, con la impugnación
correspondiente a la que integra.
Los plazos para los recursos que procedan contra la resolución de que se trate se
interrumpirán desde que se solicite su aclaración, rectificación, subsanación o complemento
y, en todo caso, comenzarán a computarse desde el día siguiente a la notificación del auto o
decreto que reconociera o negase la omisión del pronunciamiento y acordase o denegara
remediarla.
111
Concepto
Debido a que caben errores en las resoluciones, se han introducido instrumentos para
subsanarlos, con los que las partes podrán atacar una resolución, bien formal sobre dirección
del proceso, o bien de fondo sobre el objeto de la misma, intentando la nulidad, anulación o
reforma de su contenido.
Los recursos son los más importantes, pero unos más entre los diversos medios de
impugnación. Los mismos permiten una nueva cognición de cuestiones ya resueltas
judicialmente pero sin firmeza. Además son también medios de impugnación:
El derecho al recurso
Clases de recursos
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Requisitos
A) Requisitos subjetivos
Las partes, podrán recurrir, hayan estado o no personadas previamente, siempre que
interpongan en plazo el recurso (interposición que implica personación). También
corresponderá al interviniente adhesivo simple, incluso aunque la resolución la consienta su
litisconsorte.
B) Requisitos objetivos
Es necesario que se genere gravamen, esto es, que la resolución impugnada haya causado
un perjuicio al recurrente, una diferencia negativa entre lo solicitado y lo concedido. Debe
recurrirse exclusivamente contra lo que resulte desfavorable y para obtener una mejora:
- No habrá gravamen aunque haya diferencias en los argumentos que llegan a una decisión
coincidente con la solicitada.
- Sí habrá gravamen:
o Si lo decidido diverge en pronunciamientos accesorios como los intereses y
costas.
o En los supuestos de acumulación, en los que se hayan estimado pretensiones no
prioritarias.
La resolución debe ser impugnable, según la forma que adopta o debió correctamente
adoptar.
113
Desde 2009, será necesario constituir un depósito para recurrir por cantidad variable según
el tipo de recurso, salvo que su tramitación sea oral. El importe se restituye si el recurso se
estima total o parcialmente (queda exento el Ministerio Fiscal, Administración y quienes
tengan reconocido derecho a la asistencia jurídica gratuita).
El art. 499 LEC estable requisitos adicionales para la admisión de los recursos de apelación,
extraordinario por infracción procesal y casación en determinados supuestos.
En particular son:
En los dos últimos supuestos, el pago, consignación o aval no impedirá la eventual ejecución
provisional.
Son resoluciones firmes aquellas contra las que no cabe recurso alguno.
Transcurridos los plazos previstos para recurrir una resolución sin haberla impugnado,
quedará firme.
114
Mientras la resolución no sea firme, cabe la posibilidad de que pueda ser anulada o
reformada a través precisamente del recurso.
Las posibilidades de modificación quedan condicionadas por los propios límites que imponga
el recurrente en sus peticiones, y, además, en los extraordinarios, por los que impone la ley.
Asimismo, podrá derivar un perjuicio como consecuencia de las facultades de oficio que la
ley atribuye al Tribunal.
Todo esto se producirá al margen del efecto suspensivo de los efectos jurídicos que
corresponde a la resolución impugnada, y que pueda corresponder según el recurso de que
se trate.
4. REPOSICIÓN
Si bien carece de efectos devolutivo y suspensivo, tras las alegaciones de las partes cabrá un
nuevo pronunciamiento.
TRAMITACIÓN:
3. Resolución Mediante auto que debe ser congruente y no recurrible salvo que
excepcionalmente quepa apelación.
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Al margen de ello, los motivos que puedan fundar la reposición podrán ser planteados contra
el recurso principal siempre que admita impugnación por motivos procesales y siempre que
mantenga el gravamen.
Reposición
Como toda reposición, se interpone y resuelve por quien ha dictado la resolución. El régimen
es equivalente al de la reposición frente a las resoluciones judiciales.
Como las decisiones del LAJ no son irrevocables tendrán acceso a una revisión judicial.
Recurso de revisión
El competente será el titular del Juzgado o Tribunal en el que se integre el LAJ que haya
dictado la resolución impugnada.
mediante auto, en un plazo de cinco días. Contra las resoluciones sobre admisión o
inadmisión no cabrá recurso alguno.
Contra el auto resolviendo la revisión cabrá recurso de apelación cuando ponga fin al
procedimiento o impida su continuación. De no preverse, previa protesta, los motivos de la
revisión podrán formar parte del recurso que proceda frente a la resolución definitiva.
6. APELACIÓN
La segunda instancia, en el sentido de un nuevo enjuiciamiento del mismo objeto del proceso
sin perjuicio de las limitaciones que imponga el recurrente, se abre siempre mediante la
apelación, si bien cuando se base en una infracción procesal, no cabe hablar en puridad de
apertura de segunda instancia.
Para este nuevo enjuiciamiento se contará con la misma prueba que de la primera instancia
más la que excepcionalmente se admita.
Competencia
La competencia para conocer de los recursos, que es funcional e indisponible, será apreciada
de oficio.
Se interpondrá ante el Tribunal que haya dictado la resolución que se impugne, quien
decidirá sobre su admisión y dirigirá también los trámites de traslado y oposición y, en su
caso, impugnación. Una vez dado traslado al órgano superior, decidirá sobre la admisión
definitiva del recurso, eventual admisión de prueba, así como para resolver el recurso.
Legitimación
La apelante deberá sufrir gravamen Podrá recurrir una resolución desfavorable para que
se dicte otra favorable.
Resoluciones apelables
Son apelables resoluciones (sentencia y autos) dictadas por el Juzgado en primera instancia.
El art. 455.1 LEC, las concreta en «sentencias dictadas en toda clase de juicio, los autos
definitivos y aquellos otros que la ley expresamente señale [...] con excepción de las
117
sentencias dictadas en los juicios verbales por razón de la cuantía cuando esta no supere los
tres mil euros».
Esta excepción referida a las sentencias en ese tipo de procedimiento, alcanza a todas las
dictadas por los Juzgados de Paz, y también debería alcanzar a los autos definitivos en los
mismos.
Los autos definitivos son aquellos que suponen la finalización, entre otras cosas, porque
estiman la falta de presupuestos o impedimentos procesales, o por otras causas como las
que se dictan en los supuestos de finalización anormal del procedimiento cuando no procede
dictar sentencia.
Procedimiento
Se actuará como regla general a través de medios electrónicos siempre que sea
jurídicamente exigible y técnicamente posible.
Cabe distinguir el realizado ante el mismo órgano que dicta la resolución impugnada (a quo)
y ante el competente para resolver (ad quem).
Se interpondrá por escrito ante el órgano a quo y en el plazo de veinte días a contar desde el
siguiente a la notificación de la resolución recurrida, o, en su caso, de la notificación de su
aclaración o complementación.
El escrito expondrá las alegaciones en que se funda y que pueden consistir en:
118
Además se acompañarán, cuando corresponda, los justificantes de haber realizado los pagos
de tasa y depósito.
Si se dan los presupuestos o se hayan subsanado, el LAJ tendrá el recurso por interpuesto.
En caso contrario, se dará traslado al titular del Juzgado para que decida la admisión por
providencia o la inadmisión por auto.
Una vez admitido, se dará traslado a las otras partes, emplazándolas por diez días para que
puedan formular escrito de oposición al recurso o, en su caso, impugnación frente a la
resolución en lo que le resulte desfavorable (apelación posterior). En este último caso, se
dará traslado de la impugnación para que la parte inicialmente recurrente pueda a su vez
oponerse.
Con todo ello, el LAJ ordenará la remisión al órgano ad quem, emplazando a las partes para
que comparezcan.
La falta de personación supondrá que el LAJ «declarará desierto el recurso y quedará firme
la resolución.
Efectos de la apelación
119
Si ambas partes tienen gravamen y solamente una de ellas recurre, tendrá la oportunidad de
impugnar la resolución cuando se le dé traslado del recurso de contrario, en el plazo común
de diez días. Esto se justifica porque no es lo mismo el gravamen parcial de una resolución
que el total de una eventual estimación del recurso de contrario, de modo que a la parte no
recurrente gravada se le permite recurrir posteriormente.
- Para fundar las peticiones impugnativas con el fin de llegar a consecuencias distintas de
los mismos materiales fácticos y jurídicos de la instancia, para una fijación o calificación
fáctica distinta o una aplicación o interpretación legal diferente a la realizada en la
resolución.
Para probar los hechos, como regla general, se atenderá al material de la primera instancia
y no se admitirá nueva prueba, salvo que, excepcionalmente, se den los presupuestos
previstos en el art. 460 LEC Podrán aportarse los documentos previstos en el art. 270 que
no hayan podido aportarse en la primera instancia. Y podrá pedirse la práctica de las
siguientes pruebas:
1º) Las que hubieren sido indebidamente denegadas en la primera instancia, siempre que
se hubiere intentado la reposición de la resolución denegatoria o se hubiere
formulado la oportuna protesta en la vista.
2º) Las propuestas y admitidas en la primera instancia que, por cualquier causa no
imputable al que las hubiere solicitado, no hubieren podido practicarse, ni siquiera
como diligencias finales.
3º) Las que se refieran a hechos de relevancia para la decisión del pleito, ocurridos
después del comienzo del plazo para dictar sentencia en la primera instancia o antes
de dicho término siempre que, en este último caso, la parte justifique que ha tenido
conocimiento de ellos con posterioridad
Resolución de la apelación
El Tribunal resolverá sobre el recurso de apelación mediante auto cuando el mismo hubiera
sido interpuesto contra un auto y mediante sentencia en caso contrario.
121
7. RECURSO DE QUEJA
Se admitirá si se presenta en tiempo y con la copia. Y será resuelto mediante auto irrecurrible
en el plazo de cinco días. Si considera bien denegada la tramitación del recurso, lo pondrá en
conocimiento del órgano a quo para que conste en autos. En caso contrario, le ordenará que
continúe con la tramitación.
Los motivos del artículo 469 LEC se fundan en causas de nulidad y anulabilidad procesales
establecidas en leyes ordinarias o resultantes de la infracción de los derechos fundamentales
reconocidos en el Art. 24 CE.
122
Se trata de sentencias dictadas resolviendo recurso de apelación frente a otra que fuera
definitiva y dictada en la primera instancia.
Esto NO incluye:
La equiparación con las resoluciones recurribles en casación supone distinguir, dentro de las
sentencias dictadas por las Audiencias Provinciales en segunda instancia, tres tipos:
123
3) Cuando la cuantía del proceso no excediere de seiscientos mil euros o este se haya
tramitado por razón de la materia, siempre que, en ambos casos, la resolución del
recurso presente interés casacional.
1) Resulta inadecuado excluir los derechos fundamentales del art. 24 CE Con
independencia del tipo de procedimiento, debería permitirse la impugnación cuando
se produzca una vulneración de los derechos fundamentales.
El recurso extraordinario por infracción procesal sólo podrá fundarse en los siguientes
motivos:
124
8.5 PROCEDIMIENTO
También este procedimiento será escrito y por medios electrónicos puesto que será
preceptiva la postulación y ninguno de los actos puede considerarse primer emplazamiento
del demandado.
En el escrito:
Se admitirá si:
- Es recurrible la resolución
- Los motivos están previstos legalmente
- Se acredita la denuncia en el momento oportuno
- En su caso, se ha producido la constitución del depósito y de la tasa.
De no ser así, el LAJ trasladará al Tribunal para que resuelva. Si no admitiera, podrá
formularse recurso de queja.
Una vez admitido, se remitirá al órgano ad quem con emplazamiento de las partes ante el
mismo en el plazo de treinta días.
Si no hay acumulación con casación, la Sala 1.a del Tribunal Supremo podrá desestimar o
estimar. La estimación permitirá la anulación de la sentencia por falta de jurisdicción o
competencia, en su caso y si no hubo pronunciamiento, remitiendo al órgano que cometió la
infracción para resolver.
Podrá también, por otras causas, anular la sentencia y los actos anteriores, reponiendo
actuaciones al momento en que se hubiera producido la infracción.
Si la infracción solo afecta a la sentencia, serán corregidos por el órgano ad quem en la propia
sentencia resolutoria
Si hay acumulación con casación, si desestima recurso extraordinario por infracción procesal,
en la misma sentencia desestimatoria el órgano resolverá sobre el recurso de casación. Si
estima, tendrá las consecuencias señaladas antes en los supuestos de recurso único. Y
respecto de la casación, si estima y hay anulación, la casación queda sin objeto. Solo si hay
corrección, podrá decidirse también la casación.
9. RECURSO DE CASACIÓN
126
- No permite la revisión fáctica, solamente la jurídica, los errores de derecho sobre el fondo
del asunto.
Competencia
La sujeción al Derecho Civil, Común o Foral, se determina por la vecindad civil y no con
criterios territoriales. De ese modo, puede aplicar Derecho Foral un órgano que no sea de la
Comunidad Autónoma. Asimismo, si el recurso se basa en la infracción del Derecho Civil
Común y Foral al tiempo, la competencia se atribuye al Tribunal Superior de Justicia de la
correspondiente Comunidad Autónoma, salvo que la norma infringida sea constitucional, en
tal caso corresponderá al Tribunal Supremo.
El órgano que se considere incompetente remitirá los autos al competente, siendo vinculante
si lo decide el Tribunal Supremo
Resoluciones recurribles
Serán recurribles en casación las sentencias dictadas en segunda instancia por las Audiencias
Provinciales», resolviendo una apelación frente a otra que fuera definitiva y dictada en la
primera instancia.
Esto no incluye los autos en cualquier caso, ni las sentencias dictadas en primera y única
instancia por los Tribunales Superiores de Justicia.
Son recurribles las sentencias y los autos de la Audiencia Provincial que conozcan de recursos
sobre reconocimiento y ejecución de resoluciones según Reglamento (CE) núm. 1215/2012
o según Convenio de Lugano, así como en las normas de Derecho europeo o de Derecho
internacional que puedan establecer su recurribilidad en casación.
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3) Cuando la cuantía del proceso no excediere de seiscientos mil euros o este se haya
tramitado por razón de la materia, siempre que, en ambos casos, la resolución del
recurso presente interés casacional.
3) La sentencia aplique normas que no lleven más de cinco años en vigor, siempre que
no exista doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo relativa a normas anteriores
de igual o similar contenido.
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Procedimiento
los actos se realizarán por escrito y a través de medios electrónicos, dada la preceptividad de
la postulación y porque ninguno de los actos puede considerarse como primer
emplazamiento del demandado, siempre que técnicamente sea posible.
Si se inadmite, cabe formular recurso de queja. Contra la admisión no cabe recurso, pero
puede decidirse posteriormente la inadmisión de oficio o a instancia de parte.
Si admite, se remitirán los autos al Tribunal ad quem, con emplazamiento de las partes, para
que comparezcan en el plazo de treinta días.
Se trasladarán los autos al ponente para que estudie y delibere sobre la procedencia de la
admisión. Se analizarán las causas de inadmisión que son:
- Resolución no recurrible
- Defectos insubsanables o no subsanados en la interposición
- Falta de requisitos expositivos sobre el supuesto de recurribilidad y el motivo de casación
en la interposición
- Falta de jurisprudencia contradictoria cuando se requiera
- Abuso de derecho o fraude de ley o procesal
Decidirá previa audiencia de las partes personadas. La inadmisión podrá ser total, y supondrá
la firmeza de la resolución, o parcial. Frente a la admisión no cabrá recurso. Sin embargo, una
vez admitido, se dará traslado del recurso a las partes personadas para que en el plazo de
veinte días formulen oposición y puedan solicitar vista, y en esta oposición el recurrido podrá
alegar las causas de inadmisión oportunas.
129
La vista se celebrará si todas las partes lo solicitan, o la Sala lo considera conveniente para la
mejor impartición de justicia. En otro caso, la Sala señalará día para votación y fallo.
3) Si hubiere recaído en virtud de prueba testifical o pericial, y los testigos o los peritos
hubieren sido condenados por falso testimonio dado en las declaraciones que
sirvieron de fundamento a la sentencia.
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Requisitos:
3) Que la sentencia tenga efecto de cosa juzgada, pues, de no tenerlo, podrá iniciarse
ya el proceso plenario correspondiente.
131
1º) Se entregarán los autos por diez días al demandado para que pueda exponer y pedir
lo que a su derecho convenga, en la forma prevenida para la contestación a la
demanda.
2º) De lo que se expusiere y pidiere se conferirá traslado por otros diez días a la parte
contraria, entregándole las copias de los escritos y documentos.
3º) En adelante, se seguirán los trámites del juicio declarativo que corresponda, hasta
dictar la sentencia que proceda, contra la que podrán interponerse los recursos
previstos en esta Ley. Pero si el demandado no formulase alegaciones y peticiones,
se entenderá que renuncia a ser oído y se dictará nueva sentencia en los mismos
términos que la rescindida y no se dará recurso alguno contra ella.
2) Que haya sido imposible la protección judicial del derecho fundamental, bien por su
desconocimiento o bien por ausencia de medios legales para su impugnación.
Deberá instarse ante el mismo Tribunal que dictó la resolución que hubiere adquirido firmeza
en el plazo de veinte días, desde la notificación de la resolución o, en todo caso, desde que
se tuvo conocimiento del defecto causante de indefensión. En este último caso, no cabrá
solicitar la nulidad de actuaciones después de transcurridos cinco años desde la notificación
de la resolución
Si se admite, el LAJ dará traslado del escrito, junto con copia de los documentos que se
acompañasen, en su caso, para acreditar el vicio o defecto en que la petición se funde, a las
demás partes, para que puedan formular por escrito alegaciones en el plazo común de cinco
días.
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En ocasiones, la sentencia firme puede generar una apariencia perjudicial para el tercero,
quien puede oponerse para eliminarla. Sin embargo, no se prevé específicamente la
oposición de terceros a la cosa juzgada, sin perjuicio de medios defensivos para que los
terceros a los que se les pretende extender los efectos de una sentencia se opongan en el
proceso de ejecución.
Como requiere haber agotado los medios de impugnación ante los órganos ordinarios puede
haberse obtenido cosa juzgada, y la estimación del amparo implica el reconocimiento del
derecho fundamental y el restablecimiento de su disfrute, así como la declaración de nulidad
de la decisión, acto o resolución que ha impedido el disfrute. Siendo así, de haberse
producido cosa juzgada, la estimación del amparo implicaría su eliminación.
Apertura del juicio de revisión siempre que la violación, por su naturaleza y gravedad,
entrañe efectos que persistan y no puedan cesar de ningún otro modo que no sea mediante
esta revisión, sin que la misma pueda perjudicar los derechos adquiridos de buena fe por
terceras personas.
La legitimación activa para la revisión corresponde a quien hubiera sido demandante ante el
TEDH.
Deberá solicitarse en el plazo de un año desde que adquiera firmeza la sentencia del TEDH
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