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ABOGADO
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“APUNTES CASACIÓN”
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FALSA SUPOSICIÓN
 Ahora bien, advierte esta Sala , que la suposición falsa o falso supuesto,   tiene
como premisa el establecimiento por parte del juez, de un hecho
positivo y concreto sin respaldo probatorio en el expediente . Esta es la
doctrina tradicional de la Sala mantenida hasta el presente, bien sea
por  atribuir a un acta o documento del expediente menciones que no
contiene , o por haber dado por demostrado un hecho con pruebas que no
aparecen de autos; o cuya inexactitud resulta de actas o instrumentos del
expediente mismo.
         De tal manera pues, que la figura de suposición falsa, tiene que referirse
obligatoriamente a un hecho positivo y concreto, de lo contrario no estamos en
presencia del falso supuesto o suposición falsa.
Para la formalización de la denuncia del vicio de suposición falsa, la Sala,
en fecha 20 de enero de 1999, Exp. Nº 1997-177, Sentencia Nº 13, ha
elaborado la siguiente doctrina:
 
“...esta Sala de Casación Civil, establece los siguientes
requisitos: a) por cuanto la falsa suposición constituye un vicio
de juzgamiento configurativo de un error   facti in iudicando  de
hecho propiamente dicho, se precisa encuadrar la denuncia en el
ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, en
relación con el artículo 320  ejusdem ; b) por cuanto la suposición
falsa consiste en dar por demostrado un hecho positivo,
particular y concreto sin el apropiado respaldo probatorio, debe
indicarse el mimo con el contexto de la denuncia; c) por cuanto
existen tres sub-hipótesis de suposición falsa contempladas en el
artículo 320  ejusdem , especificar de cuál de dichas sub-hipótesis
se trata; d) el señalamiento del acta o instrumento cuya lectura
patentice la suposición falsa, salvo que se trate de la sub-
hipótesis de prueba inexistente; e) la denuncia, como infringidos,
por falsa o falta de aplicación, de los preceptos o normas
jurídicas que en la recurrida se utilizaron o se dejaron de
utilizar, respectivamente, como resultado del hecho particular,
positivo y concreto, falsamente supuesto; normas jurídicas que
pueden ser tanto de derecho sustantivo como de derecho
adjetivo; f) en indisoluble conexión con el requisito expuesto en
el literal anterior, está la exigencia de que se explique las
razones que demuestren que la suposición falsa cometida fue
determinante del dispositivo de la sentencia....”
 
Para que se verifique el vicio de falso supuesto o suposición falsa, éste
tiene que consistir en una afirmación de un hecho positivo y concreto sin el
apropiado respaldo probatorio. Así ha dicho la Sala.   “…El falso supuesto se
caracteriza por el error material. Pero nunca el de raciocinio o
apreciación de la prueba… ”  (Sentencia de 17-5-60, G.F. Nº 28, seg. Etapa
pág. 139);  “…no es falso supuesto el eventual desacierto de los jueces
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en apreciaciones que corresponden a su soberanía… ”   (Sentencia de 1-2-
62. G.F. Nº 35, seg. Etapa. Pág. 32) . (Sub- rayado de la Sala)
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/julio/200782- RC.000447- 3717-2017-
16-156.HTML

SUPOSICIÓN FALSA
CRITERIO DE LA SALA CONSTITUCIONAL SOBRE LA DETERMINACION DEL HECHO POSITIVO.
El artículo 336.10 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela le atribuye
a la Sala Constitucional la potestad de: “…revisar las sentencias definitivamente firmes de
amparo constitucional y de control de constitucionalidad de leyes o normas jurídicas dictadas
por los tribunales de la República, en los términos establecidos por la ley orgánica respectiva…”.
Tal potestad de revisión de decisiones definitivamente firmes abarca fallos que hayan
sido expedidos tanto por las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia (artículo 25.11 de la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia) como por los demás tribunales de la República
(artículo 25.10 eiusdem), pues la intención final es que la Sala Constitucional ejerza su
atribución de máximo intérprete de la Constitución, según lo que establece el artículo 335 del
Texto Fundamental.
En el caso sub examine se pretende la revisión del acto de juzgamiento que emitió, el
10 de diciembre de 2010, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, que
declaró sin lugar el recurso de casación anunciado y formalizado por el abogado Raúl Rueda
Pinto, en su carácter de apoderado judicial de los solicitantes, contra la sentencia definitiva que
dictó, el 5 de marzo de 2010, el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, Bancario, del
Tránsito y de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del
Estado Carabobo, con sede en Valencia.
La representación judicial de los peticionarios requirió la presente revisión debido a que,
a su juicio, la decisión que emitió la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia
violó sus derechos constitucionales a la defensa y al debido proceso, pues consideró que el vicio
de suposición falsa, en el modo de desviación ideológica, sólo puede cometerse en relación con
un hecho positivo y concreto establecido en el fallo, lo cual excluye las conclusiones del juez
con respecto a las consecuencias jurídicas del hecho.
Por notoriedad judicial se constata que la Sala de Casación Civil, en sentencia n.° RC
000187 de 26 de mayo de 2006 (caso: Vicente Emilio Capriles Sulbán contra Valle Arriba
Athletic Club C.A.) estableció el criterio conforme al cual es posible combatir en casación las
conclusiones jurídicas a las que arribó el juez, producto de la desnaturalización de los contratos,
en los casos de denuncias de suposición falsa por desviación ideológica. A tal efecto, la referida
Sala de Casación señaló lo siguiente:
 
El criterio de combatir el hecho y no la conclusión jurídica está bien para la
denuncia de suposición falsa “estrictu sensu”, pero no para la denuncia por
desviación intelectual, pues, allí nunca se controlarían hechos sino
conclusiones jurídicas inexactas. No se puede exigir en la denuncia de
desviación intelectual que sólo se combata un hecho puro y simple, por
cuanto ello es imposible.
 
Sin embargo, la Sala de Casación Civil al resolver la denuncia planteada por el
formalizante de autos señaló lo siguiente:
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(Omissis)
(...) conforme a jurisprudencia consolidada de esta Sala, la suposición falsa
que se pretenda delatar tiene que referirse forzosamente a un hecho
positivo y concreto que el Juez establezca en su sentencia falsa e
inexactamente a causa de un error de percepción, entre otras
razones porque no existan las menciones que equivocadamente
atribuyó a un acta del expediente. Ahora bien, como el mencionado
vicio solo puede cometerse en relación con un hecho establecido en
el fallo, quedan fuera del concepto de suposición falsa las
conclusiones del juez con respecto a las consecuencias jurídicas del
hecho, porque en tal hipótesis se trataría de una conclusión de orden
intelectual, que aunque errónea, no configuraría lo que la Ley y la
doctrina entienden por suposición falsa. El falso supuesto se
caracteriza por el error material, pero nunca por el de raciocinio o
apreciación de la prueba.
(Omissis)
Por otro lado, en relación a la desviación ideológica en sentencia N° RC 690
de fecha 26 de noviembre de 2009, caso: Leonardo Alcalá contra
Construcciones Edivial, S.A. y otros, expediente N° 06-946, esta Sala indicó lo
que se transcribe a continuación:
“...Sobre el vicio de suposición falsa (desviación ideológica), esta
Sala ha dejado establecido, que la técnica adecuada para delatar
este vicio se cumple sólo cuando el formalizante expresa la
adecuada fundamentación de la delación cometida por el juez en la
interpretación de los contratos, que comprende: a) indicación del
hecho positivo y concreto que el juzgador haya dado por cierto
valiéndose de una suposición falsa; b) especificación del caso de
suposición falsa a que se refiere la denuncia, pues el encabezamiento del
artículo 320 del Código de Procedimiento Civil prevé tres (3) hipótesis
distintas; c) el señalamiento del acta o instrumento cuya lectura patentice la
suposición falsa, d) indicación y denuncia del texto o los textos aplicados
falsamente, porque el Juez da por cierto un hecho valiéndose de una
suposición falsa; e) la exposición de las razones que demuestren que la
infracción cometida fue determinante de lo dispositivo de la sentencia, c)
expresión de las normas que el juez debió aplicar y no aplicó para resolver la
controversia...”.
(Omissis)
De acuerdo a lo antes transcrito, el juzgado de alzada en su fallo determinó,
de acuerdo a las probanzas aportadas por las partes en el proceso, que el
inmueble arrendado está conformado por un local comercial que forma parte
del inmueble objeto de litigio, es decir, es parte integrante de una globalidad,
y en consecuencia de ello, a la parte actora no le nace el derecho a la
preferencia ofertiva solicitada ni al retracto legal arrendaticio, por tratarse de
una venta global del inmueble objeto de litigio, y por ello aplicó el artículo 49
de la Ley de Arrendamientos Inmobiliarios.
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 A tales efectos, es importante señalar que el juez ad quem llegó a
esa conclusión jurídica luego de haber analizado y valorado
soberanamente las pruebas traídas por las partes contendientes,
como es el contrato de venta global del inmueble objeto de litigio, celebrado
entre la empresa El Palotal, C.A., y los ciudadanos Abraham Younes Haffar y
Angelina Younes Haffar, en fecha 18 de marzo de 2005, el cual se encuentra
ubicado en la Calle 97 (Girardot), N° 99-41, Parroquia Santa Rosa, Municipio
Valencia del Estado Carabobo, con un área total de un mil ciento ochenta y
dos metros con veinte centímetros (1.182,20 mts.2) y un mil ciento veinticinco
metros con treinta y tres centímetros (1.125,33 mts.2) de construcción,
aunado a que ambas partes promovieron la prueba de inspección judicial
sobre el referido inmueble objeto de litigio, quedando demostrado con la
inspección judicial realizada en fecha 6 de octubre de 2005, que el local
comercial arrendado por la parte actora es un inmueble individual con relación
al resto del inmueble cuya nomenclatura es 99-41.
Además, otra de las probanzas valoradas por el juez superior para soportar su
fallo, fue que en fecha 9 de marzo de 2005, la parte actora mediante misiva
enviada a la sociedad mercantil El Palotal, C.A., manifestó su interés de
obtener en venta el inmueble arrendado que ocupa con un área de ochenta
metros cuadrados (80,00 mts.2) aproximados, así como el resto del inmueble
que tiene una extensión de mil ciento ochenta metros cuadrados (1.180,00
mts.2) de área, quedando demostrado por la misma manifestación de la parte
actora, que el área arrendada por ella ocupa una extensión menor e individual
con respecto al área total del inmueble objeto de litigio.
En tales circunstancias, el juez ad quem para dictar su fallo contó con
elementos probatorios suficientes, traídos por las partes y otros solicitados en
la oportunidad procesal respectiva al juzgado de cognición, razón por la cual,
jurídicamente no le es permitido a la parte recurrente indicar que “mal podía
el juez de la recurrida desentrañar de pruebas adicionales el objeto del
contrato, si en forma clara e inequívocamente este lo expresaba” , pues, es
deber y obligación del jurisdicente de evaluar y valorar todas y cada una de
las pruebas aportadas al proceso, so pena de incurrir en menoscabo al
derecho de la defensa de las partes en conflicto.
En consecuencia, por no tratarse de un hecho positivo y concreto
que fue establecido falsamente por la recurrida sino de la
inconformidad del recurrente al fallo que le es adverso cuestionando
la conclusión alcanzada por el juez ad quem luego de la valoración
realizada a la comunidad de las pruebas, la Sala declara la
improcedencia del presente recurso de casación sobre los hechos, por no
estar incursa la recurrida en el primer caso del vicio de suposición
falsa contenidas en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil. Así se
decide. (Destacado de la Sala)
 
Lo expuesto con anterioridad evidencia que la Sala de Casación Civil aplicó al caso
sometido a su conocimiento un criterio distinto al que había adoptado meses antes para
resolver un caso análogo. Esa inconsecuencia en la doctrina jurisprudencial pone al descubierto
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la violación del derecho a la igualdad de los ciudadanos Saleh Same Saleh de Abu y Saleh Ali
Usam, ya que, en su caso en particular, dicha Sala dejó, sin explicación alguna, de realizar un
análisis de un posible vicio que había conducido a la declaratoria de nulidad, por lo que le
otorgó un trato distinto al que otorgó en una oportunidad anterior, contrariando con ello, el
contenido del artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como
la doctrina asentada por esta Sala.
En efecto, el artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
consagra el principio de igualdad en los siguientes términos:
Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia:
1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo,
la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en
condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona.
2. La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la
igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a favor
de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o
vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de
las condiciones antes especificadas, se encuentren en circunstancia de
debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se
cometan.
3. Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana; salvo las fórmulas
diplomáticas.
4. No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias.
            Respecto de la interpretación que debe dársele a la norma transcrita, la Sala ha
expresado en reiteradas oportunidades que el derecho a la igualdad implica brindar el mismo
trato a todas las personas que se encuentran en idénticas o semejantes condiciones, por lo que
aquellos que no se encuentran bajo tales supuestos podrían ser sometidos a un trato distinto,
lo que hace posible que haya diferenciaciones legítimas, sin que tal circunstancia signifique
alguna discriminación o vulneración del derecho a la igualdad (vid., entre otras, sentencia de
esta Sala N° 972 del 9 de mayo del 2006, caso: Julián Isaías Rodríguez Díaz).
 Este derecho a la igualdad, debe ser garantizado por los jueces y juezas en todo iter
procesal, toda vez que el artículo 334 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela establece la obligación de los funcionarios encargados de impartir justicia, dentro del
ámbito de su competencia y conforme a lo previsto en la Carta Magna, de asegurar la
integridad del Texto Fundamental.
Cabe añadir, además, que la Sala de Casación Civil no precisó el por qué abandonó o se
apartó del criterio que imperaba para ese entonces y adoptó la nueva orientación, por lo que
dicho cambio jurisprudencial careció de motivación y vulneró los principios jurídicos
fundamentales de seguridad jurídica y expectativa legítima, así como el derecho constitucional
a la igualdad de los recurrentes en casación (aquí solicitantes), quienes tenían la expectativa
plausible de que su asunto se decidiera de acuerdo con la jurisprudencia que imperaba para
ese entonces.
Llama la atención de esta Sala el señalamiento de la “ técnica adecuada para delatar el
vicio” que exige la Sala de Casación Civil para la formalización de la denuncia, toda vez que de
acuerdo a los postulados constitucionales, el proceso tiene un carácter instrumental. Esta
afirmación encuentra su fundamento en el artículo 257 constitucional que establece: “El
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proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes
procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un
procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades
no esenciales (Subrayado de este fallo).
En tal sentido, la doctrina explica que si entre el Derecho procesal y el Derecho material
existe una relación de medio a fin, en cuya virtud la jurisdicción y, por ende, el proceso judicial
desempeña esa función de servicio consistente en ser el instrumento del que se vale el Estado,
por la mano del juez, para que el derecho sustantivo se realice, está claro que es el proceso el
que siempre debe adecuarse en su estructura, desenvolvimiento y eficacia a los diversos tipos
de relaciones (y por tanto de normas) sustanciales a actuar, y nunca el Derecho material o de
fondo el que pueda sacrificarse por interpretaciones excesivas o voluntariosas del rito procesal.
(Vid. La Casación. El control del juicio de hecho. Gladis E. de Midón, Rubinzal-Culzoni Editores,
Buenos Aires, 2001, p. 99).
En tal sentido, si la ley procesal civil no exige una técnica específica para la
formalización del recurso más allá de los requisitos previstos en el artículo 317 y 320 del Código
de Procedimiento Civil, basados fundamentalmente en un escrito razonado en el que se
exponga: 1) La decisión o decisiones contra las cuales se recurre; 2) Los quebrantamientos u
omisiones a que se refiere el ordinal 1° del artículo 313; 3) La denuncia de haberse incurrido en
alguno o algunos de los casos contemplados en el ordinal 2° del artículo 313, con expresión de
las razones que demuestren la existencia de la infracción, falsa aplicación o aplicación errónea;
4) La especificación de las normas jurídicas que el Tribunal de última instancia debió aplicar y
no aplicó, para resolver la controversia, con expresión de las razones que demuestren la
aplicabilidad de dichas normas; mal puede el órgano encargado de sustanciarlo y decidirlo
imponer una técnica mutu proprio en perjuicio de los derechos constitucionales de los
justiciables.
No se trata de relegar o soslayar las formas procesales, pues ellas garantizan la certeza
y seguridad jurídica que deben imperar en los juicios, sino de minimizar el rigorismo excesivo
que colide con la esencia y finalidad del proceso.
En resguardo a la tutela judicial eficaz, esta Sala Constitucional considera que es
esencial que los jueces interpreten y apliquen los presupuestos, requisitos y reglas procesales
de acceso a la justicia, tanto en la vía principal como en la de los recursos, de manera que
cumplan, de la mejor manera posible, con su finalidad, que no es otra que la regulación
del iter procedimental con respeto a los derechos de todas las partes para la resolución de la
controversia. Es fundamental, para el respeto al derecho a la tutela judicial eficaz, el
principio pro actione, que exige un razonamiento de las normas que rigen el acceso a los
tribunales del modo que más favorezca a la pretensión y no de manera tal que el logro de una
resolución sobre el fondo se dificulte u obstaculice. (Vid. sentencia n.° 1163, de 18 de
noviembre de 2010, caso: Organización Italcambio, C.A.).
            Conforme a la doctrina que fue citada supra, esta Sala Constitucional considera que la
exigencia del cumplimiento de una “técnica” no establecida en el Código de Procedimiento Civil
para la formalización del recurso de casación,  como carga procesal que se impone al
recurrente para el conocimiento del mismo por parte de la Sala de Casación Civil,
específicamente para el caso de la delación atinente al falso supuesto por desviación ideológica
o intelectual, obedece a una jurisprudencia formalista que está en conflicto con el espíritu y
razón de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por tanto, excede de los
requerimientos básicos que disponen las normas que regulan la casación civil, pues si bien es
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cierto que hay requisitos que deben cumplirse para la admisibilidad o procedencia del recurso,
en ningún modo éstos pueden disociarse del derecho fundamental al acceso a los recursos
judiciales ni del derecho a la defensa del justiciable.
            Debe insistir esta Sala, en que la prohibición de sacrificar la justicia por formalismos
inútiles no apunta a proscribir los requisitos de la formalización, sino a que ante errores de
cierta entidad de los jueces las Salas de Casación procedan a conocer de las denuncias que le
hayan sido formuladas, sin el amparo de tecnicismos no previstos en el ordenamiento jurídico
positivo.
En el caso de autos, se observa que la Sala de Casación Civil juzgó sobre el recurso de
casación que habían formalizado los solicitantes y lo declaró sin lugar bajo el argumento de que
en la denuncia efectuada por los recurrentes fue cuestionada la conclusión alcanzada por el
juez de la alzada, luego de la valoración realizada a las pruebas y no un hecho positivo y
concreto establecido falsamente por la recurrida, aserto que tiene su fundamento en la “debida
técnica casacional”, por lo que dicha Sala incurrió en un excesivo formalismo, por cuanto
sacrificó el acceso a la justicia por el incumplimiento con requisitos no esenciales, que no están
expresamente previstos en el artículo 317 y 320 del Código de Procedimiento Civil, todo ello en
contravención con los artículos 26 y 257 de la Constitución.
Bajo tales premisas esta Sala declara ha lugar la revisión de dicho fallo, el cual se apartó
de la doctrina vinculante establecida en las sentencias n°s 956/2001 del 1º de junio, caso: Fran
Valero González y Milena Portillo Manosalva de Valero; 1032/2003 del 05 de mayo, caso:
Poliflex C.A.; y 401/2004 del 19 de marzo, caso: Servicios La Puerta S.A., relativas a la
expectativa legítima. En consecuencia, ANULA la decisión N° RC.000603 que dictó, el 10 de
diciembre de 2010, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, que declaró sin
lugar el recurso de casación anunciado y formalizado por el apoderado judicial de los
solicitantes, contra la sentencia definitiva que dictó, el 5 de marzo de 2010, el Juzgado Superior
Segundo en lo Civil, Mercantil, Bancario, del Tránsito y de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, con sede en Valencia,
y ORDENA a la referida Sala de Casación Civil dicte sentencia con sujeción a la doctrina
impuesta en este fallo http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/mayo/651-30513-2013-12-
1307.HTML

SALA CONSTITUCIONAL. LAPSO PARA FORMALIZAR EL RECURSO DE CASACIÓN

El asunto que es objeto de elucidación en la revisión de autos, se refiere a la interpretación que


ha hecho la Sala de Casación Civil de este Máximo Tribunal de los artículos 317 y 325 del
Código de Procedimiento Civil. Los dispositivos en cuestión establecen; por un lado, el lapso y
las formalidades para la presentación del escrito de formalización del recurso de casación y, por
el otro, la consecuencia de la presentación inoportuna del referido escrito, y éstos son del
siguiente tenor:
Artículo 317: Admitido el recurso de casación, o declarado con lugar el de hecho, comenzarán a
correr, desde el día siguiente al vencimiento de los diez (10) días que se dan para efectuar el
anuncio en el primer caso, y del día siguiente a la declaratoria con lugar del recurso de hecho
en el segundo caso, un lapso de cuarenta (40) días, más el término de la distancia que se haya
fijado entre la sede del Tribunal que dictó la sentencia recurrida y la capital de la República,
computado en la misma forma, dentro del cual la parte o partes recurrentes deberán consignar
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un escrito razonado, bien en el Tribunal que admitió el recurso, si la consignación se efectúa
antes del envío del expediente, o bien directamente en la Corte Suprema de Justicia, o por
órgano de cualquier Juez que lo autentique (…)
Artículo 325: Se declarará perecido el recurso, sin entrar a decidirlo, cuando la formalización no
se presente en el lapso señalado en el artículo 317, o no llene los requisitos exigidos en el
mismo artículo.
                        En la sentencia objeto de impugnación, la Sala de Casación Civil interpretó las
normas en referencia en el sentido que cuando se produce el supuesto de que el formalizante
presenta el escrito “por órgano de cualquier Juez que lo autentique”, la recepción en la
Secretaría de la Sala de Casación Civil de las actuaciones de aquél deberá producirse antes del
vencimiento del término que la Ley Adjetiva Civil dispone para la formalización, es decir, que en
el caso de que el recurrente presentase el escrito ante el tribunal autenticador
tempestivamente, ello será irrelevante para la determinación por parte de la Sala de Casación
Civil, de si, efectivamente, su presentación fue oportuna o no, pues ella se hará con referencia
a la fecha de ingreso de las actuaciones en la Secretaría de la Sala. (Vid ss.S.C.C. n.os RC-015 y
RC-656 de 29 de enero y 09 de agosto de 2007, respectivamente).
                        El criterio en cuestión había sido sostenido de igual forma por la doctrina de la
Sala de Casación Civil de la otrora Corte Suprema de Justicia, incluso durante la vigencia del
Código de Procedimiento Civil de 1916. Así, en auto del 31 de julio de 1936, la Sala apuntó:
El hecho de que la Ley autorice a la parte recurrente para enviar a esta Corte el escrito de
formalización por órgano de cualquier Juez que lo autentique (artículo 430), no puede
establecer una excepción al principio consagrado en el artículo 432 del referido Código, o sea,
que el escrito de formalización aparezca en autos al vencimiento del lapso señalado, ya que de
otro modo se menoscabaría el derecho de la contraparte, a quien la Ley concede un lapso fijo,
a contar del otorgamiento al recurrente, para impugnar el recurso.
                        Posteriormente, después de la iniciación de la vigencia del Código de
Procedimiento Civil de 1986, la misma Sala abandonó la referida doctrina en el caso: Milagro
Coromoto Muñoz Muñoz contra Atilio Delilla y María Eustacia Guayaracuto de Delilla, sentencia
del 05 de abril de 1989, en la cual señaló:
Según la doctrina de la Sala, el escrito de formalización presentado ante un juez, que le haya
dado autenticidad al acto, debía ingresar en la secretaría antes del vencimiento del lapso fijado
para formalizar, porque si llegaba después de haber finalizado, entendía la Sala que se le
acortaba el término otorgado por la Ley a la parte contraria para preparar y producir los
argumentos que a su juicio contradigan los alegatos del formalizante.
Sin embargo, penetrada la Sala de serias dudas acerca de la legalidad de la doctrina
precedente, y en atención particularmente a las serias deficiencias que actualmente presenta
nuestro sistema de correos, la Sala, en el futuro, no declarará perecido el recurso cuyo escrito
de formalización, autenticado ante un juez de la República, ingrese a la Secretaría de la misma
después de haberse vencido el lapso para formalizar. Si fuere el caso- y así se solicitare
expresamente por el interesado- procederá prorrogar el lapso fijado para contestar la
formalización, pues en uno y en otro caso la causa en el retardo no es imputable a las partes.
                        El precedente canon jurisprudencial se modificó a partir del 10 de agosto de
1999, a través de la sentencia del caso: Orlando Antonio García contra Enelven, en la cual la
Sala de Casación Civil estimó que el lapso que establece el artículo 317 del Código de
Procedimiento Civil es de carácter preclusivo; en consecuencia, la recepción del escrito de
formalización en la Secretaría de esa Sala con posterioridad a los 40 días más el término de la
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distancia, si lo hubiere, daría lugar a la aplicación de la sanción de perecimiento que establece
el artículo 325 eiusdem. Sin embargo, se previó como excepción la circunstancia de que “(…) el
recurrente pruebe plenamente a juicio de la misma corte, que no pudo formalizar a tiempo el
recurso por una causa extraña que no le sea imputable (…)” (Cfr. ss.S.C.C. n.os RC-039, RC-
120, RC-156 de 23 de febrero, 11 de mayo y 14 de junio de 2001, respectivamente).
                        No obstante lo anterior, en relación con los casos en los cuales el recurrente
presenta el escrito de formalización ante el Tribunal en el cual se anunció el recurso, la Sala de
Casación Civil ha mantenido un criterio distinto; así en la sentencia del caso: María Auxiliadora
Mejía contra Josefina del Carmen Ríos y Esther Linares Zambrano, n.° RC-275 del 10 de agosto
de 2000, se apuntó:
El artículo 317 del Código de Procedimiento Civil, establece la posibilidad de que la parte
recurrente, presente el escrito de formalización directamente en el Tribunal que admitió el
recurso, siempre y cuando la consignación de dicho escrito se produzca antes del envío del
expediente. Si la formalización es presentada en el Tribunal dentro de los cuarenta días que
establece el mencionado artículo, y aun no ha sido remitido el expediente, debe considerarse
tempestiva, pues la norma no sanciona ni condiciona la oportunidad ni efectividad de dicho acto
procesal a la remisión posterior y oportuna del expediente al Tribunal Supremo de Justicia. En
otras palabras, la exigencia del Legislador, se limita a que el escrito se presente oportunamente
en el Tribunal que admitió el recurso dentro de los 40 días del lapso de formalización. La
remisión del expediente es una actividad procedimental del Tribunal, de obligatorio
cumplimiento para el Juez, como lo ordenan los artículos 314, 315 y 316 eiusdem (Doctrina que
se ratificó en los fallos nos 275 de 12 de junio de 2003, 249 y 1.180 de 27 de abril y 13 de
octubre de 2004, respectivamente).
De la transcripción precedente, se colige que esa Sala ha admitido excepciones en la aplicación
de la sanción de perecimiento del recurso cuando la causa de la recepción extemporánea del
escrito de formalización no haya sido imputable al recurrente. Sin embargo, tales excepciones
se han aplicado en un supuesto distinto al caso que nos ocupa, que es cuando el expediente ya
ha sido recibido en la Sala y el recurrente ha optado por presentar la formalización en un
tribunal de instancia para su autenticación.
4.         El derecho al debido proceso ha sido definido por esta Sala como aquel en el cual se
ofrecen las garantías indispensables para la existencia de una tutela judicial eficaz (Cfr. caso:
Agropecuaria Los Tres Rebeldes C.A., sentencia n.° 97 del 15 de marzo de 2000). Este derecho-
garantía constituye uno de los sostenes primordiales del Estado de Derecho, pues su
reconocimiento histórico aparejó la sujeción a la Ley por parte de los órganos del poder público
a favor de los ciudadanos (due process of Law). Hoy día, este instituto no sólo está reconocido
por todas las constituciones democráticas, sino que también ha encontrado cobertura
normativa en numerosos tratados y demás instrumentos de protección internacional de los
Derechos Humanos (v.gr. Arts. 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos). El artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
exige, además, que no sólo las actuaciones judiciales deban ser conformes al debido proceso,
sino que también éste informa a los procedimientos de naturaleza administrativa. Este último
avance en el Derecho Constitucional venezolano se anticipó a la tendencia que, en nuestro
Continente, posteriormente, recogería la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la
sentencia del caso contencioso Baena Ricardo et al contra Panamá del 2 de febrero de 2001.
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“APUNTES CASACIÓN”
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En el asunto de autos, se delató que la sentencia objeto de impugnación imposibilitó el ejercicio
del recurso de casación, el cual es un medio procesal de estricta configuración legal, es decir,
que el reconocimiento de los derechos a la tutela judicial eficaz y al debido proceso no implica
que para todas las cuestiones esté abierto necesariamente un recurso como el de casación,
calificado legalmente como extraordinario; en este caso, esta Sala considera que la decisión
objeto de impugnación es lesiva del derecho de acceso a un recurso o medio procesal
legalmente definido, el cual es corolario del derecho de acceso a la justicia, por las razones que
se detallarán infra.
Los derechos a la tutela judicial eficaz y al debido proceso imponen a los jueces el deber de
interpretar las normas procesales de manera que estos derechos constitucionales sean
efectivos, por lo que aquéllos han de concatenar los dispositivos legales con su trascendencia
constitucional, siempre en procura del favorecimiento del acceso a la justicia. En la sentencia
objeto de revisión, la Sala de Casación Civil de este Máximo Tribunal de Justicia interpretó las
normas de los artículos 317 y 325 del Código de Procedimiento Civil en forma contraria a las
exigencias del Texto Constitucional, pues el requerimiento de que los escritos de formalización
sean recibidos en su despacho dentro del lapso de cuarenta días –más el término de la
distancia- aun cuando se hubiesen consignado tempestivamente en otro tribunal, limita
irrazonablemente el derecho de acceso a la justicia, concretado en la posibilidad de ejercer el
medio extraordinario de la casación como medio para la realización de la justicia, en los
términos del artículo 257 constitucional.
La razón subyacente en la asunción del criterio objeto de análisis por parte de la Sala de
Casación Civil radica en la protección del derecho a la defensa de la contraparte quien, según
se expone, vería reducido el lapso para la presentación de la impugnación a la formalización.
Esta Sala Constitucional observa que esa situación, efectivamente cierta e inadmisible, puede
ser corregida por la Sala de Casación Civil a través de actos de reordenación del proceso, como
será precisado infra. Por lo anterior, se aprecia que con la expedición del pronunciamiento sub
examine, se incurrió en una interpretación de la ley procesal excesivamente rigorista, contraria
a las exigencias de los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Con la interpretación excesivamente formalista, como nos ilustra el maestro italiano Salvatore
Satta, se incurre en una “repulsa de ayuda”, o más bien en una negación del Derecho, a cuyo
respeto se deben los magistrados y jueces (Cfr. “Siloloquios y Coloquios de un Jurista”,
traducción de Santiago Sentís Melendo. Editorial Ejea). Esta Sala ha cuestionado la conducta
que ha denominado como “…el regreso a las solemnidades procesales del ordenamiento pre-
constitucional” (Cfr. s.S.C. n.° 4.674 del 14 de diciembre de 2005, caso: Miguel Ángel Villalobos
Fuenmayor), ya que el reconocimiento expreso del derecho a la tutela judicial eficaz
necesariamente implica que la interpretación de las instituciones procesales debe ser lo
suficientemente amplia, en procura de que el proceso sea una garantía para que las partes
puedan obtener un pronunciamiento de fondo a través del cual se “realice la justicia” y no una
traba para la concreción efectiva de las garantías que la Constitución de la República
Bolivariana reconoce (Cfr. s.S.C. n.° 708 del 10 de mayo de 2001, caso: Juan Adolfo Guevara y
otros).
En conclusión, esta Sala aprecia que la interpretación de los artículos 317 y 325 del Código de
Procedimiento Civil que hizo la Sala de Casación Civil a través del pronunciamiento sub examine
no se corresponde con el mandato de los artículos 26 y 257 constitucionales, pues con ella se
dio preeminencia al derecho a la defensa de la contraparte en el juicio, el cual no se encontraba
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“APUNTES CASACIÓN”
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realmente en conflicto con el derecho del recurrente y, de esa forma, con el auxilio de una
argumentación excesivamente formalista se despachó un recurso que debía conocer por
imperativo de la Ley.
En otro orden de ideas, la sanción de perecimiento que fue impuesta al recurrente de casación
obvió el hecho que motivó que el escrito de formalización se recibiese tardíamente en la Sala de
Casación Civil no es imputable al formalizante, sino por el contrario es consecuencia de la
negligencia del juzgado remitente o consignatario. Es un principio general del Derecho Procesal
que la actividad de los jueces no puede perjudicar a los litigantes (Cfr. ss.S.C. n.os 956 de 01
de junio de 2001 y 1.748 15 de julio de 2005, casos: Fran Valero González y Milena Portillo
Manosalva de Valero, y Luis Tascón Gutiérrez, respectivamente).
En todo caso, esta juzgadora considera que el pronunciamiento acerca de la tempestividad o no
de los escritos de formalización, en los supuestos como el de autos, debe hacerse en atención a
la oportunidad en que aquéllos sean consignados en el juzgado ante el cual se presentan a los
fines de su autenticación; en ese supuesto, la Sala de Casación Civil -después de la realización
del cómputo del lapso que corresponda a la formalización- decidirá acerca de la tempestividad o
extemporaneidad de la formalización.
5.        Por todas las anteriores consideraciones, esta Sala Constitucional anula la sentencia n.°
000676 que expidió, el 10 de agosto de 2007, la Sala de Casación Civil, en el expediente n.°
AA20-C-2007-000086, ya que es contraria a la correcta interpretación que, de las normas
legales, imponen los artículos 26, 49 y 257 del Texto Fundamental y, en consecuencia, declara
la nulidad de todas las actuaciones procesales subsiguientes a la declaratoria de perecimiento
del citado recurso de casación y repone el proceso al estado de que la Sala de Casación Civil –
luego de la recepción del expediente correspondiente- inicie nuevamente la sustanciación del
recurso de casación que se formalizó contra la sentencia que emitió, el 31 de octubre de 2006,
el Juzgado Superior Civil, Mercantil, Tránsito, Protección del Niño y del Adolescente y Bancario
del Primer Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Sucre. Así se decide.
                        Por otra parte, como se esbozó supra, el ingreso del escrito de formalización
cuando ya ha transcurrido el lapso de cuarenta días más el término de la distancia genera un
menoscabo al derecho a la defensa de la contraparte, pues el lapso para la impugnación
comenzaría a computarse de forma sucesiva a la preclusión del que corresponde para la
formalización. En ese caso, el impugnante contaría sólo con los días que hipotéticamente
restasen después del recibo del escrito de formalización en la Sala para el ejercicio de la
impugnación.
                        El remedio para esta situación se alcanza a través de la reordenación del
proceso y de sus lapsos. Así, la Sala de Casación Civil, en casos como el de autos, deberá
ordenar la notificación de quien funja como contraparte en el recurso de casación para el
ejercicio de la impugnación, cuyo lapso procesal se iniciará a partir del día siguiente a la
constancia en autos de haberse practicado la notificación en referencia. Así se decide.
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“APUNTES CASACIÓN”
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En razón de la decisión que antecede, se hace inoficioso el pronunciamiento expreso con
respecto a la medida cautelar innominada que requirió el solicitante de revisión. Así se decide.
Sentencia nº 994 de Tribunal Supremo de Justicia - Sala Constitucional de 27 de Junio de 2008

CUANDO EL RECURRENTE NO ESTE DE ACUERDO CON LA FORMA COMO EL JUEZ DE


ALZADA VALORÓ LAS PRUEBAS INSTRUMENTALES DEBE DENUNCIAR UNA REGLA
DE VALORACIÓN DE LA PRUEBA
De la valoración realizada, no se evidencia que el juez de alzada infringió
el artículo 1.357 del Código Civil, ya que no le negó el valor de instrumentos
públicos, pues, considera la Sala que la única forma en que el  juez de alzada
hubiese infringido la referida norma, es calificando los documentos promovidos
por la parte demandada como instrumentos privados y no públicos, lo cual no
ocurrió, pues, el  ad quem  y contrario a lo alegado por el recurrente expresó
cual es el mérito o valor de convicción que dedujo del contenido de las
referidas instrumentales, por lo tanto, si el recurrente no estaba de acuerdo
con la forma como el juez de alzada valoró las referidas instrumentales ha
debido denunciar una regla de valoración de la prueba , lo cual no hizo, pues,
como ya se ha dicho el artículo 1.357 del Código Civil,  no contiene regla de
valoración de prueba sino solamente la descripción de la que el legislador
considere documento público.
Por tales razones, esta Sala declara improcedente la denuncia de
infracción de artículo  1.357 del Código Civil. Así se establece.
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/noviembre/158956- RC.000689-
211113-2013-13-094.HTML

NO ES PROCEDENTE DENUNCIAR EL DEFECTO DE ACTIVIDAD CUANDO EL JUEZ NO


HACE ANÁLISIS DE LA PRUEBA.
 Si el formalizante no comparte la conclusión a la que llegó el sentenciador luego de
revisar los elementos probatorios aportados por el actor al proceso, la impugnación de
tal pronunciamiento sólo es posible mediante un recurso por infracción de ley, vía que le
permite a la Sala controlar la disparidad entre el error de juzgamiento cometido por el
juez, y las normas legales correspondientes
De la anterior transcripción parcial de la sentencia, se desprende que el juez
consideró que las pruebas eran impertinentes.
Ahora bien, el examen de la pertinencia o impertinencia de la prueba supone un
juicio del juez acerca de la relación entre el hecho que se pretende probar con el medio
promovido, y el hecho articulado en la demanda o en la contestación, que es objeto de prueba
en el caso concreto. (Rengel-Romberg Arístide. Tratado de derecho procesal civil venezolano.
Caracas, Editorial Arte, Volumen III, 1994, p. 375). En otras palabras, la pertinencia contempla
la relación que el hecho por probar puede tener con el litigio (Echandia, Hernando Devis. Teoría
General de la Prueba Judicial. Argentina, Victor P. De Zavalía Editor, Tomo I, Quinta Edición,
1981, p. 342).
 
Por tanto, la prueba impertinente se caracteriza porque los hechos que se
llevan al juicio por el medio promovido, no tienen relación con los hechos
controvertidos, siendo necesario que el juez explique suficientemente con un
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“APUNTES CASACIÓN”
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examen comparativo entre los hechos a probar con los que son objeto de esas
pruebas, las razones por las cuales lo considera así.
 
En cambio, la conducencia tiene que ver con la aptitud del medio para establecer el
hecho que se trata de probar (Rengel-Romberg Arístide. Tratado de derecho procesal civil
venezolano. Caracas, Editorial Arte, Volumen III, 1994, p. 373), o como dice Hernando Devis
Echandia, “la conducencia se refiere a la aptitud legal de la prueba respecto del medio mismo o
en relación con el hecho por probar”.
 
Así, la prueba será inconducente cuando el medio es ineficaz para demostrar el
hecho que se desea probar, como por ejemplo utilizar el testimonio para demostrar la
composición química de una sustancia cuando el medio adecuado para ello sería la
experticia. (Rengel-Romberg Arístide, Ibid, pp. 373 y 374).
 
En el presente caso, el juez superior desechó las copias certificadas consignadas con
el libelo porque las mismas no guardaban relación con los daños pretendidos en este proceso.
 
Ahora bien, el control de la presente denuncia excede los limites del recurso por
defecto de actividad. En efecto, la doctrina que esta Sala ha venido desarrollando
paulatinamente en torno a los errores cometidos por el juez en el análisis de las pruebas, indica
que estos deben plantearse en un recurso por infracción de ley, por lo cual si el formalizante
consideraba que el juez no dio las razones de hecho por las cuales consideró que las pruebas
no guardaban relación con la controversia, lo cual se traducía en el señalamiento preciso de los
hechos a que se referían esas documentales y su falta de conexión con los discutidos en el
juicio, ha debido plantearlo en un recurso de fondo para que la Sala pudiese determinar la
veracidad de lo denunciado, así como su trascendencia en el dispositivo del fallo; lo cual no
ocurrió en el presente caso.
…………..
Si el formalizante no comparte la conclusión a la que llegó el sentenciador luego de
revisar los elementos probatorios aportados por el actor al proceso, la impugnación de tal
pronunciamiento sólo es posible mediante un recurso por infracción de ley, vía que le permite a
la Sala controlar la disparidad entre el error de juzgamiento cometido por el juez, y las normas
legales correspondientes. http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/octubre/RC-01239-201004-
02564%20.HTM

PRINCIPIO DE EXHAUSTIVIDAD DE LA PRUEBA


De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 y 320 del Código de Procedimiento Civil, el
formalizante denuncia la infracción de los artículos 509 eiusdem, 1.359 y 1.360 del Código Civil
por falta de aplicación, “en razón del análisis parcial e incompleto que realiza respecto del
instrumento acompañado al libelo como documento fundamental de la demanda”.
La Sala observa:
 
La sentencia recurrida expresó lo siguiente:
 
“... Pruebas de la parte actora acompañadas al libelo de la demanda.
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“APUNTES CASACIÓN”
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Documento fundamental acompañado de la demanda promovida por el actor en su escrito de
pruebas, este sentenciador observa que del contenido de las copias, se evidencia que las mismas,
son copias certificadas de una decisión dictada por un Tribunal Penal, por lo que es importante
señalar lo previsto en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil el cual reza ... así como lo
expuesto en el artículo 1.357 del Código Civil, el cual reza ...
De las normas antes citadas concluye este sentenciador, que las copias certificadas consignadas,
tienen carácter de documento público, instrumento probatorio que no fue tachado de falso durante
el proceso, por lo que de conformidad con lo establecido en el artículo 1.359 del Código Civil, le
merece todo el valor probatorio, que de ellos emanan, y hacen plena fe de los hechos, que el
funcionario público que lo expide declara haber efectuado, visto u oído. En consecuencia este
Juzgado le otorga pleno valor probatorio, no obstante a lo anterior, debe asentar este
Juzgado, que los hechos referidos en dichos instrumentos no guardan relación con los
daños pretendidos en este proceso. Y ASÍ SE DECIDE”. (Negritas de la Sala).
 
De la precedente transcripción parcial de la sentencia recurrida se observa que el
juez superior no se pronunció respecto de los documentos fundamentales que presentó el actor
junto con la demanda, pues tan sólo expresó que “los hechos referidos en dichos
instrumentos no guardan relación con los daños pretendidos en este proceso”.
 
Ahora bien, el juez está obligado por el artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil a analizar y juzgar todas las pruebas. Es decir, para establecer los hechos es necesario que
el juez examine todas las pruebas que se hayan producido, aun aquellas que a su juicio no
sean idóneas para ofrecer algún elemento de convicción, expresando siempre su criterio al
respecto. (Ver Abreu Burelli, Alirio y Mejía A. Luis A. La Casación Civil. Caracas, Editorial Jurídica
Alva, S.R.L., 2000).
 
La mencionada norma ordena implícitamente al juez expresar las razones por las
cuales establece o no un hecho, o aprecia o desestima una prueba. Si el juez al examinar una
prueba no expresa las razones de hecho y de derecho por las cuales la aprecia o la desecha
infringe el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, quebrantando el principio de
congruencia probatoria y limitando el derecho de la parte promovente a establecer hechos,
posiblemente determinantes en la decisión de la controversia, así como también deja de lado la
garantía de las partes en cuanto a la objetividad que debe observar el juez en el análisis de los
medios probatorios. http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/octubre/RC-01239-201004-
02564%20.HTM

DELACION DEL SILENCIO DE PRUEBAS, CUANDO EL JUEZ NO SE PRONUNCIÓ


SOBRE EL MÉRITO DE LA PRUEBA INCORPORADA AL PROCESO
 Por lo tanto, el recurrente se equivoca al delatar el error en la
valoración de la prueba alegando que el   ad quem  no las valoró,
pues, ello sería motivo de una denuncia por silencio de pruebas, ya
que no es posible la denuncia de infracción de una norma que
regule la valoración de una prueba si la misma no ha sido valorada
 cuando el juez no valora las pruebas significa que no le asigna
ningún mérito probatorio, por ende, no es posible que incurra en la
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“APUNTES CASACIÓN”
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infracción de normas que regulan la valoración de las pruebas como
alega el recurrente.

De la denuncia   supra  transcrita, se evidencia la confusión en la cual


incurre el recurrente, pues, por una parte  alega que el juez de alzada incurrió
en la falta de aplicación del artículo 1.357 del Código Civil, al no valorar las
copias certificadas emanadas del Juzgado de los Municipios Silva, Iturriza y
Palma Sola del estado Falcón, ni el documento autenticado ante la Notaría
Segunda de Valencia, cuyos documentos fueron promovidos y acompañadas a la
contestación de la demanda.
No obstante, en otro lado de la denuncia afirma que la finalidad es   “…
revisar si la valoración dada a las pruebas por la sentenciadora esta acorde a
derecho, específicamente la valoración dada a estos instrumentos…” .
Ahora bien, cuando el juez no valora las pruebas significa que no le
asigna ningún mérito probatorio, por ende, no es posible que incurra en la
infracción de normas que regulan la valoración de las pruebas como alega el
recurrente.
Por lo tanto, el recurrente se equivoca al delatar el error en la valoración
de la prueba alegando que el   ad quem  no las valoró, pues, ello sería motivo de
una denuncia por silencio de pruebas, ya que no es posible la denuncia de
infracción de una norma que regule la valoración de una prueba si la misma no
ha sido valorada.
Es decir, cuando el juez no valora una prueba, por consiguiente no le
otorgó un valor, por ende, existiría un silencio de pruebas, pues, el juez no se
pronunció sobre el mérito de la prueba incorporada al proceso, lo cual no daría
lugar a un error de juzgamiento por infracción de regla expresa para la
valoración de la prueba, sino que da lugar a una denuncia de silencio de
pruebas por falta de aplicación del artículo 509   eiusdem .
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/noviembre/158956- RC.000689-
211113-2013-13-094.HTML

NORMAS QUE FIJAN EL GRADO DE EFICACIA DE LOS DOCUMENTOS PÚBLICOS


Conforme a la doctrina de esta Sala, antes transcrita, el artículo 1.357 del Código Civil, no
constituye una norma que tasa o señala el grado de eficacia que la prueba produce, ni tampoco
indica al juez qué debe hacer o cómo debe proceder para valorar la prueba, pues, las normas
jurídicas que prevén las reglas de valoración de los documentos públicos están previstas en los
artículos 1.359 y 1.360 del Código Civil, ya que las mismas rigen la fe que merece la prueba
instrumental, mientras que el articulo 1.357 eiusdem, solamente contiene la descripción de la
que el legislador considere documento público, pues, se limita a enumerar las formalidades que
le dan su característica, expresando que instrumento público es el que ha sido autorizado con
las solemnidades legales por un registrador, juez u otro funcionario que tenga facultad para
darle fe pública y en el lugar donde el instrumento haya sido autorizado.(…)
En relación con el error de derecho en la valoración de la prueba, es
importante señalar, que el mismo se produce cuando el juez infringe normas
que tasan o señalan al sentenciador, la manera en que debe valorar o apreciar
el mérito de una prueba dentro del juicio.
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“APUNTES CASACIÓN”
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Al respecto, esta Sala, en sentencia N° 637, de fecha 6 de agosto de
2007, caso: José Gregorio Blanco Vera, contra Marcial Antonio Pérez, estableció
lo siguiente:
“…Los errores de derecho en el juzgamiento de los hechos, son
aquellos cuya causa directa es la equivocación en la elección,
interpretación y aplicación de una norma, que no regula la
resolución de la controversia, sino el establecimiento o
apreciación de los hechos o de las pruebas.
(…Omissis…)
El error de derecho en la valoración de la prueba, que se
produce cuando el juez infringe normas que tasan o
establecen el grado de eficacia que la prueba produce, o
bien indican al juez qué debe hacer o cómo debe proceder
para valorar la prueba …”. (Negritas de la Sala ).
 
Como puede observarse de la precedente transcripción jurisprudencial,
incurre el juez en error de derecho en la valoración de la prueba, cuando
infringe normas, establecidas por el legislador, para regular los mecanismos o
la forma en que el sentenciador debe valorar las pruebas dentro de un juicio
En relación con el error de derecho en la valoración de la prueba, es
importante señalar, que el mismo se produce cuando el juez infringe normas
que tasan o señalan al sentenciador, la manera en que debe valorar o apreciar
el mérito de una prueba dentro del juicio.
Al respecto, esta Sala, en sentencia N° 637, de fecha 6 de agosto de
2007, caso: José Gregorio Blanco Vera, contra Marcial Antonio Pérez, estableció
lo siguiente:
“…Los errores de derecho en el juzgamiento de los hechos, son
aquellos cuya causa directa es la equivocación en la elección,
interpretación y aplicación de una norma, que no regula la
resolución de la controversia, sino el establecimiento o
apreciación de los hechos o de las pruebas.
(…Omissis…)
El error de derecho en la valoración de la prueba, que se
produce cuando el juez infringe normas que tasan o
establecen el grado de eficacia que la prueba produce, o
bien indican al juez qué debe hacer o cómo debe proceder
para valorar la prueba …”. (Negritas de la Sala).
 
Como puede observarse de la precedente transcripción jurisprudencial,
incurre el juez en error de derecho en la valoración de la prueba, cuando
infringe normas, establecidas por el legislador, para regular los mecanismos o
la forma en que el sentenciador debe valorar las pruebas dentro de un juicio.
Ahora bien, el artículo 1.357 del código Civil, delatado por falta de
aplicación, establece lo siguiente:   “…Instrumento público o auténtico es el que
ha sido autorizado con las solemnidades legales por un Registrador, por un
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“APUNTES CASACIÓN”
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Juez u otro funcionario o empleado público que tenga facultad para darle fe
pública, en el lugar donde el instrumento se haya autorizado…” .
Respecto a la norma   supra  trascrita, esta Sala ha dicho que   “…El artículo
1.357 del Código Civil, no contiene regla de valoración de prueba sino sólo la
descripción de la que el legislador considere documento público…”.  (Sentencia
del 26 de abril de 1989, Caso: María Josefa Meza, contra Luis José  Castro;
O.P.T. 1989, N°4, pág. 239).
Conforme a la doctrina de esta Sala, antes transcrita, el artículo 1.357 del
Código Civil, no constituye una norma que tasa o señala el grado de eficacia
que la prueba produce, ni tampoco indica al juez qué debe hacer o cómo debe
proceder para valorar la prueba, pues,  las normas jurídicas que prevén las
reglas de valoración de los documentos públicos están previstas  en los artículos
1.359 y 1.360 del Código Civil, ya que las mismas rigen la fe que merece la
prueba instrumental, mientras que el articulo 1.357   eiusdem , solamente
contiene la descripción de la que el legislador considere documento público,
pues, se limita a enumerar las formalidades que le dan su característica,
expresando que instrumento público es el que ha sido autorizado con
las solemnidades legales por un registrador, juez u otro funcionario que tenga
facultad para darle fe pública y en el lugar donde el instrumento haya sido
autorizad http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/noviembre/158956-
RC.000689-211113-2013-13-094.HTML

DENUNCIA POR ERROR EN LA VALORACIÓN DE LA REGLA LEGAL EXPRESA PARA LA


VALORACIÓN DEL INSTRUMENTO PÚBLICO ADMINISTRATIVO
ACTUACIONES DE TRANSITO DEBN SER VAORADA BAJO LAS REGLAS DEL
DOCUMENTO PUBLICO ADMINISTRATTICO Y NO POR LA SANA CRITICA

 De conformidad con los artículos 313 ordinal 2° y 320 del Código de Procedimiento Civil, el
formalizante denuncia la infracción de los artículos 507 del mencionado Código y 1.359 del
Código Civil, “por error en la valoración de la regla legal expresa para la valoración del
instrumento público administrativo denominado Croquis del Accidente”.
Alega el recurrente que el juez de alzada erró en la valoración del croquis del accidente porque
en vez de apreciarlas de conformidad con las normas expresas referidas al documento público
administrativo (artículos 1.359 y 1.360 del Código Civil), las valoró con fundamento en la sana
crítica, criterio, al decir de las formalizantes, que se refiere a las pruebas tradicionales que
carecen de normas para su valoración o a las pruebas libres.
Del precedente criterio jurisprudencial se desprende que las actuaciones administrativas son
documentos públicos administrativos que no se pueden asimilar completamente a los
documentos públicos porque el interesado puede impugnar el hecho que se derive de estas
actuaciones con apoyo de otros medios legales y no sólo por la tacha de falsedad o de la
simulación como ocurre con los documentos públicos. Sin embargo, tienen el mismo efecto
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“APUNTES CASACIÓN”
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probatorio que los documentos públicos por provenir de funcionarios públicos que dan fe de lo
percibido por sus sentidos.
 
                   El precedente criterio fue reiterado por esta Sala entre otras, en sentencia N°
01214 de 14 de octubre 2004, caso: Transporte Losada C.A c/ Seguros Panamerican C.A., y N°
00922 de fecha 20 de agosto de 2004, caso Víctor Ramón Torrealba, Yenmary Graciela
Segovia, Yamileth Coromoto, Joan Eduardo y Johanny José Rodríguez Segovia c/ Orlenia
Margarita Quezada De Terán y Seguros Orinoco C.A. en la que se declaró lo siguiente:
 
“En tal sentido, la sentencia recurrida estableció:
“...Entre las actas contentivas del expediente, tenemos las actuaciones
administrativas de tránsito (...) y como complemento (...) versiones rendidas por
los conductores VÍCTOR RAMÓN TORREALBA y ORLENIA QUEZADA DE TERÁN,
éstas documentales aún no teniendo la relevancia del documento público, de
conformidad con el artículo 1.357 del Código Civil Venezolano, tiene de todos
modos la eficacia probatoria del documento público, ya que las mismas emanan
de funcionarios investidos de dar fe pública sobre los hechos que plasman en el
expediente administrativo de tránsito...”.
 
 
                   De la precedente transcripción se evidencia que en conformidad con los criterios
jurisprudenciales dictados por esta Sala, las actuaciones administrativas deben valorarse como
documentos públicos administrativos con la misma eficacia probatoria del documento público.
 
                   En el presente caso, el juez superior valoró las actuaciones de tránsito (croquis o
gráfico elaborado por el funcionario competente que intervino en el levantamiento del
accidente) bajo las reglas de la sana crítica, cuando debió valorarlas como documentos públicos
administrativos, que pueden ser desvirtuados por otras pruebas legales que sean pertinentes y
con el mismo efecto probatorio de los documentos públicos.
 
                   Con ese proceder el juez de alzada incurrió en la falsa aplicación del artículo 507
del Código de Procedimiento Civil y la falta de aplicación de los artículos 1.359 y 1.360 del
Código Civil. http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/junio/RC-00381-140605-03552.HTM
 

DELACIÓN DE FALTA DE APLICACIÓN DE UNA NORMATIVA LEGAL. POSICIONES


JURADAS.
De conformidad con los artículos 313 ordinal 2° y 320 del Código de Procedimiento Civil, el
formalizante denuncia la infracción de los artículos 1.401, 1.405 del Código Civil y 403 del
Código de Procedimiento Civil por falta de aplicación.
   La Sala observa:
 
                   El formalizante sostiene que el juez superior dejó de examinar las posiciones
juradas al considerar que se trataba de un medio de prueba inconstitucional. Alega que con ese
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parecer dejó de aplicar los artículos 1.401, 1.405 del Código Civil y 403 del Código de
Procedimiento Civil que regulan legalmente este medio de prueba dentro del proceso.
 
                   Al respecto, la recurrida expresó lo siguiente:
“...este Tribunal pasa a revisar las probanzas promovidas y evacuadas en esta
Alzada, como es, las posiciones juradas, insertas al folio 60 al 71, no obstante, de
que este Juzgado considera que las mismas son inconstitucionales de conformidad
con el artículo 49 ordinal 5 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por cuanto al imponérsele el juramento a la persona absolvente, y
obligarla a comparecer al órgano jurisdiccional para provocar una confesión, se le
está coaccionando en la declaración, lo que hace que sus declaraciones se
encuentren bajo la coacción del juramento que evidencia que la prueba sea nula
por inconstitucional, entendida la coacción como: “Fuerza o violencia física,
moral o psicológica que se hace a una persona para obligarla ha que diga
o ejecute alguna cosa”. En todo caso ninguna de las respuestas, dada por una u
otra parte desvirtúan en forma alguna la inactividad probatoria ocurrida en este
proceso, es decir, no aporta éste medio de prueba ningún indicio que desvirtúe la
responsabilidad en que incurrió el demandado conforme se evidencia del análisis de
las Actuaciones Administrativas de Tránsito, Croquis del accidente, en consecuencia
se desecha este medio de prueba, por no desvirtuar las alegaciones del actor y así
se decide” (Negritas y cursivas de la sentencia recurrida)
 
 
                   De la precedente transcripción de la sentencia se desprende, que el juez superior
no examinó las posiciones juradas por considerar que se trata de un medio de prueba
inconstitucional, pues se le impone el juramento a la persona absolvente, se le obliga a
comparecer al tribunal para provocar una confesión, aspectos, que según el juez de alzada,
evidencian que la persona declara bajo la coacción del juramento.
                   En ese contexto, la cuestión jurídica a resolver por esta Sala consiste en
determinar si las posiciones juradas, reguladas tanto en el Código Civil como en el Código de
Procedimiento Civil, constituyen un medio de prueba en conformidad o no con los postulados
constitucionales. En otras palabras, el problema jurídico a dilucidar consiste en establecer si las
posiciones juradas como medio de prueba legal infringe o no el contenido del artículo 49 ordinal
5° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
 
                   Respecto a ese asunto, considera la Sala pertinente hacer las siguientes
consideraciones:
 
                   En todo proceso civil intervienen dos aspectos fundamentales, los derechos
sustanciales que se discuten en el proceso relacionados con el interés de las partes y el
Derecho e interés del Estado, que es eminentemente público. Es decir, el proceso contempla el
interés de las partes pero su finalidad última es la imposición del Derecho, esto es, de
conformidad con el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela “El
proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia”. En palabras
de Calamandrei:
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“...Creo que precisamente éste es el centro del problema: la finalidad del proceso;
no la finalidad individual que se persigue en el juicio por cada sujeto que participa
en él, sino la institucional, la finalidad que podría decirse social y colectiva en vista
de la cual no parece concebible civilización sin garantía judicial... el proceso debe
servir para conseguir que la sentencia sea justa, o al menos para conseguir que la
sentencia sea menos injusta, o que la sentencia injusta sea cada vez más rara... no
es verdad que el proceso no tenga finalidad ... en realidad finalidad la tiene; y es
altísima, la más alta que pueda existir en la vida: y se llama justicia” (Calamandrei,
Piero. Derecho Procesal Civil. Instituciones de Derecho Procesal. EJEA, Vol. III,
1973, pp. 208, 211 y 213). (Cursivas del texto).
 
 
                   El proceso es el instrumento creado por el Estado para resolver el conflicto entre
las partes, esta resolución se materializa con una sentencia que debe ser justa, esto es, una
decisión fundamentada jurídicamente que proporciona a los justiciables una verdad legal. Al
respecto, explica José Rodríguez U., lo siguiente
 
“...El proceso nace de la heterogeneidad manifiesta de los intereses cuya
conciliación o composición no se ha logrado por vía voluntaria. Así el proceso viene
a ser la forma como el propio derecho se acondiciona para dar solución a las
complicadas situaciones que surgen cuando la paz jurídica se rompe. Por esto se ha
dicho con razón que el proceso es un instrumento de la paz jurídica.
...el fin único del proceso, su culminación es la sentencia. Sólo ésta puede resolver,
en definitiva, tanto la relación jurídica procesal como la relación jurídica material
controvertida. Es únicamente la sentencia la que nos da una verdad procesal, la que
desemboca en la cosa juzgada, instituto de absoluta creación procesal.” (Rodríguez
U., José. El Proceso Civil. Caracas, Editorial J. Alva, 1984, p.19)
 
 
                   De esa manera, las pruebas constituyen una de las vías que el proceso contempla
para que el juez pueda llegar a esa verdad y dictar una sentencia justa. En este sentido, en lo
que se refiere a los medios probatorios, la Exposición de Motivos del Proyecto de Código de
Procedimiento Civil señaló lo siguiente:
 
“...se consideró conveniente introducir una ampliación de estos medios de prueba,
con el propósito de que el debate probatorio sea lo más amplio posible, y de que las
partes puedan aportar cualquier otro medio no regulado expresamente en el Código
Civil, haciendo posible de este modo una mejor apreciación de los hechos por parte
del Juez, y la posibilidad de una decisión basada en la verdad real y no solamente
formal, procurándose además, de este modo, una justicia más eficaz.
Se asocia así el Proyecto en este punto, a la corriente doctrinal y positiva, hoy
dominante en esta materia, de permitir el uso de medios de prueba no regulados
expresamente en el Código Civil, pero que son aptos, sin embargo, para contribuir
al triunfo de la verdad y a la justicia de la decisión”. (Congreso de la República,
Comisión Legislativa, Exposición de Motivos y Proyecto de Código de Procedimiento
Civil, Imprenta del Congreso de la República, Caracas, 1984, p. 38)
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                   La precedente cita muestra el esfuerzo de los procesalistas por depurar los medios
probatorios para garantizar la finalidad del proceso: la verdad y la justicia de la decisión. Uno
de esos medios aptos para llegar a la verdad y que contribuye a que sea posible una sentencia
justa es el de las posiciones juradas contemplado en el Código de Procedimiento Civil y sobre el
cual, la Exposición de Motivos indicó lo siguiente:
 
“...El Capítulo III está dedicado a la prueba de confesión.
Varias modificaciones sustanciales han sido introducidas en esta materia:
Se deja sentado el principio general contenido en el Artículo 296 vigente, según el
cual, quien sea parte en el juicio está obligado a contestar bajo juramento las
posiciones que le haga la parte contraria sobre hechos pertinentes de que tenga
conocimiento; sin embargo, la Comisión consideró conveniente dejar expresamente
indicado, que este conocimiento debe ser personal (Art. 403). Esta exigencia cobra
mayor trascendencia en el caso de posiciones juradas pedidas a una persona
jurídica, no regulado en el Código vigente, y se introduce una disposición expresa
para este supuesto, que recoge la solución adoptada en la mayoría de las leyes
procesales más modernas (Art. 404)”. (Congreso de la República, Comisión
Legislativa, Exposición de Motivos y Proyecto de Código de Procedimiento Civil ,
Imprenta del Congreso de la República, Caracas, 1984, p. 39)
 
 
 
                   De esa forma, el Código de Procedimiento Civil actualizándose con las tendencias
procesales modernas, asumió las posiciones juradas, introduciendo modificaciones sustanciales
respecto a ese medio, para facilitar al juez la apreciación sobre los hechos y una certeza
objetiva para llegar a la verdad y la justicia.
 
                   ………………………..
 
                   En el presente caso, el juez superior no analizó las posiciones juradas por
considerar que “las mismas son inconstitucionales de conformidad con el artículo 49 ordinal 5º
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por cuanto al imponérsele el
juramento a la personal absolvente, y obligarla a comparecer al órgano jurisdiccional para
provocar una confesión, se le esta coaccionando en la declaración, lo que hace que sus
declaraciones se encuentren bajo la coacción del juramento que evidencia que la prueba sea
nula por inconstitucional”.
 
                   Con tal parecer el juez de alzada incurrió en la falta de aplicación de los artículos
403 del Código de Procedimiento Civil, 1.401 y 1.405 del Código Civil, pues no es cierto que al
obligar a comparecer al absolvente se le está coaccionando en el sentido de ejercer sobre él la
fuerza o la violencia para obligarla a contestar. Por el contrario, el juez de alzada debió aplicar
estas normas, toda vez que de conformidad con la Constitución, las leyes, doctrina y
jurisprudencia este es un mecanismo legal revestido de formalidad jurídica carente de coacción
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que está en armonía con los principios constitucionales y coadyuva a la realización de la justicia
a través del proceso.
 
                   Por consiguiente el juez superior debió analizar las posiciones juradas, como lo ha
establecido la jurisprudencia de esta Sala. Así en sentencia de fecha 21 de julio de 1993, caso:
Ana Teotiste Carrillo c/ José Luciano Vera Cárdenas, esta Sala sostuvo lo siguiente:
 
“…La Sala, si bien ha indicado que el Juez no tiene por qué transcribir y analizar
individualmente cada una de las posiciones juradas que el absolvente responda, si
está obligado a efectuar una apreciación general del contenido de esa prueba, lo
cual no está presente en el caso de autos.
En sentencia del 17 de diciembre de 1986 (G.F. N° 134. Vol. IV. 3ª. Etapa. Pág.
3.011), la Sala, señaló:
“Estima la Sala que el deber de los jueces, para dejar cabalmente cumplida su
obligación de atenerse a lo alegado y probado en autos, es el de examinar y
apreciar las posiciones en su integridad y en relación con las demás pruebas que
obren en el juicio, pues un examen parcial de las probanzas o un examen
fragmentario de alguna prueba en particular, no es el método racional que puede
conducir al establecimiento de la verdad procesal...”
...A mayor abundamiento, en sentencia del 13 de agosto de 1963 (G.F. N° 41. 2ª.
Etapa. Pág. 485), la Sala sostuvo que los jueces de instancia no están obligados a
examinar cada una de las posiciones juradas, sino que, como antes se indicó,
pueden hacer una apreciación general de las mismas, pero ello no sucedió en el
caso de autos, por cuanto, se reitera, que el sentenciador no analizó las posiciones
juradas, incurriendo en el vicio de silencio de prueba...”
 
 
                   Ese criterio fue ratificado por esta Sala en sentencia N° 124 de fecha 26 de abril
de 2000, caso: MARIO CASTILLEJO MUELAS c/ JUAN MORALES FUENTEALBA, en la que señaló
lo siguiente:
 
“...la Sala ha reiterado su doctrina en distintos fallos, entre los cuales esta la
sentencia de fecha 26 de mayo de 1994, en el juicio Maritza Rodrigo Alarcón contra
Agrícola La Quiracha, la cual expresa: "La Sala ha sostenido que: "...el sentenciador
no está en la obligación de transcribir y analizar individualmente cada una de las
posiciones juradas contestadas por el absolvente, pero cuando menos debe hacer
una apreciación general de todas ellas" (Sent. 10-06-92. Ponente Dr. Alberto
Baumeister)...”
 
 
                   Por tanto, el juez superior debió aplicar los artículos 403 del Código de
Procedimiento Civil, 1.401 y 1.405 del Código Civil y analizar las posiciones juradas, pues se
trata de un instrumento legal cónsono con la Constitución.
 
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                   Por todas esas razones se declara procedente la denuncia de infracción de los
artículos 1.401, 1.405 del Código Civil y 403 del Código de Procedimiento Civil.
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/junio/RC-00381-140605-03552.HTM

SILENCIO DE PRUEBAS.
NO ES PROCEDENTE CUANDO EL JUEZ SE APOYA EN UNA SITUACIÓN DE DERECHO.
 POSICIONES JURADAS
   De la precedente transcripción de la sentencia se desprende que el juez superior se apoyó en
una razón de derecho que le impidió examinar las posiciones juradas, como fue considerar ese
medio probatorio inconstitucional porque la declaración se encuentra bajo la coacción de
juramento, toda vez que se obliga a la persona absolvente a comparecer al órgano
jurisdiccional para imponérsele el juramento y provocar la confesión. Aunado a lo anterior y
para reforzar la razón de derecho declarada, expresó que ninguna de las respuestas dada por
las partes desvirtuó la responsabilidad en que incurrió el demandado, como se estableció del
análisis de las actuaciones administrativas de tránsito y del croquis del accidente. En otras
palabras, el juez de alzada expresó dos razones por las cuales no analizó las posiciones juradas.
Una de derecho: las posiciones juradas es una prueba inconstitucional; y la otra, relacionada
con la responsabilidad del demandado en el accidente, del análisis realizado a las actuaciones
administrativas de tránsito y al croquis que se refiere a la colisión de los vehículos.
 
                   Así, en sentencia N° 00850 de fecha 12 de agosto de 2004, caso: Yanira Rojas
Olarte c/ Fabián Ernesto Burbano Pullas, esta Sala declaró improcedente una denuncia de
silencio de pruebas porque el juez no analizó las pruebas con fundamento en una razón de
derecho, tal como se desprende de la siguiente cita del fallo:
 
“…El motivo de esta denuncia es similar a la anterior, sólo que bajo el rótulo de
silencio de pruebas. En efecto, el formalizante sostiene que la recurrida debió
valorar las copias fotostáticas simples porque no fueron impugnadas por la
contraparte.
No tiene razón el formalizante, puesto que el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil, como ya lo estableció esta Sala en el precedente capítulo, no
contempla los documentos privados simples ni sus copias fotostáticas, sino los
documentos públicos y privados reconocidos o tenidos legalmente por reconocidos.
Por esta razón, cuando la norma señala que “Las copias de esta especie producidas
en cualquier otra oportunidad, no tendrán ningún valor probatorio si no son
aceptadas expresamente por las partes”, se refiere a las copias de los documentos
públicos y privados reconocidos o tenidos legalmente por reconocidos, no a las
copias fotostáticas simples como lo alega el formalizante.
En todo caso, el juez de la alzada se apoyó en una razón de derecho que le impidió
examinar las copias fotostáticas simples a que se refiere el formalizante, como fue
que a tales documentos no se les podía atribuir valor probatorio, porque son
instrumentos privados no contemplados en el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil, los cuales no pueden producirse en segunda instancia, de
conformidad con el artículo 520 del mencionado Código.
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Por esas razones, se declara improcedente la denuncia de infracción de los artículos
12 y 509 del Código de Procedimiento Civil…”.
 
 
                   En el presente caso el juez de alzada dejó de analizar las posiciones juradas
porque se apoyó en una razón de derecho. Ese argumento jurídico no fue combatido por las
formalizantes en las distintas denuncias que esta Sala acumuló dada la similitud en su
contenido, por lo que esta Sala está impedida de controlar la legalidad de tal pronunciamiento y
determinar si esa razón expresada por el juez de alzada, es coherente con el ordenamiento
jurídico para que con fundamento en ella desestimara las posiciones juradas.
 
                   Asimismo, si el formalizante no comparte el criterio del sentenciador que consiste
en que las posiciones juradas son inconstitucionales por ser coactivas, debió canalizar su
parecer en la apropiada denuncia por infracción de ley, con la finalidad de cuestionar
jurídicamente el criterio expresado por el juez superior, fundamentar y justificar su delación
explicando las razones por las cuales consideran que ello no es así con el debido apoyo jurídico.
 
                   En el presente caso, de la primera denuncia se evidencia que el formalizante se
limita a señalar que no están de acuerdo con el criterio del juez superior sobre la prueba de
posiciones juradas porque “este medio de prueba en los procedimientos ordinarios y especiales
sigue tratándose como el medio de prueba por excelencia, o como algunos autores lo
denominan sigue siendo ‘la reina de las pruebas’”, con lo cual enuncian una frase vacía pues
carece de absoluta motivación.
 
                   Por esas razones, la Sala declara improcedente la denuncia de infracción de los
artículos 12 y 509 del Código de Procedimiento Civil; 54 y 55 de la Ley de Tránsito Terrestre,
254 numeral 2 literal b del Reglamento de Tránsito Terrestre y 1.401 del Código
Civilhttp://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/junio/RC-00381-140605-03552.HTM

CASACIÓN ERROR EN EL ESTABLECIMIENTO Y VALORACIÓN DE LA PRUEBA.


En este sentido, la Sala estima importante referirse a los supuestos de
procedencia del vicio de error en el establecimiento y valoración de la prueba, para luego
revisar los extremos de la promoción y evacuación de la misma, a los efectos de verificar
el error denunciado y su influencia en el dispositivo del fallo.
 
En cuanto al error en el establecimiento y  valoración de las pruebas, cabe
destacar que éste constituye un vicio distinto y autónomo a los errores de
juzgamiento strictu sensu , es decir aquellos dirigidos a resolver el fondo de la
controversia; por lo tanto el mismo se configura cuando el juez quebranta las reglas
relativas al establecimiento de la prueba, es decir, aquellas que rigen las formalidades
procesales para la promoción y evacuación de alguna prueba en particular, y cuyo
cumplimiento resulta necesario para la validez del medio probatorio; o habrá error en la
valoración de la prueba cuando se trasgreden normas relacionadas estrictamente con la
apreciación de éstas, es decir, las que determinan la eficacia probatoria o autorizan la
aplicación de las reglas de la sana crítica. (Vid. sentencia N° 18 de fecha 14 de febrero de
2013, caso: Rafael Inés Ortiz Rodríguez contra Florentino Guerrero Ramírez).
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En todo caso, cabe añadir que los errores comprendidos en el ordinal 2° del
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, deben ser determinantes en el dispositivo
del fallo o en el cambio de dirección en la solución de la  litis, pues de lo contrario el
mismo será desestimado. http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/junio/165042-
rc.000318-3614-2014-13-683.html

VICIO DE SUPOSICIÓN FALSA Y EL VICIO DE VALORACIÓN DEL MATERIAL


PROBATORIO
Al respecto de los vicios denunciados, esta Sala estima importante definir, en
primer orden los supuestos de procedencia del vicio de suposición falsa, y en segundo
lugar referirse a los siguientes particulares, qué implica el proceso de legalización de
documentos extranjeros, cuáles son las normas jurídicas aplicables a la regulación del
material probatorio que cumple con un proceso de legalización, cómo están regulado los
estados de cuenta bancarios y demás servicios financieros en el Decreto con Rango, Valor
y Fuerza de Ley de Reforma Parcial de la Ley de Instituciones del Sector Bancario y demás
normativa aplicable, y cuál es el criterio jurisprudencial en cuanto a la posibilidad de
equiparar la información de los estados de cuenta bancarios a los asientos contables, todo
ello con el objeto de constatar la ocurrencia del error delatado.  
 
Al respecto del vicio de suposición falsa, esta Sala ha indicado de forma
reiterada que el mismo consiste en el establecimiento de un hecho positivo, concreto y
preciso, que resulta falso o inexacto al no tener soporte en las pruebas, bien porque el
sentenciador atribuyó a las actas o instrumentos del expediente menciones que no
contiene, o porque la prueba de la que se valió para establecer el hecho no aparece
incorporada en los autos, o porque su inexactitud resulta de otras actas procesales,
hipótesis éstas que, entre otras, están previstas en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, y conforme a las cuales la Sala puede, excepcionalmente, extenderse
al examen del establecimiento o apreciación de los hechos que hayan efectuado los
tribunales de instancia. (Vid. Sentencia N° 485 de fecha 27 de octubre de 2011,
caso: Juan Carlos Balaguera Villamizar contra Seguros Caracas de Liberty Mutual, C.A.,
reiterada en sentencia N° 772 de fecha 10 de diciembre de 2013, caso: Pascual Méndez
Álvarez y otra contra Kimberley Johanna Ramírez Rolón).
 
Ciertamente, la suposición falsa está prevista en el artículo 320 del Código de
Procedimiento, norma ésta que permite a la Sala controlar en forma excepcional el error
de hecho en el juzgamiento de los hechos, el cual establece tres hipótesis perfectamente
diferenciadas, a saber: a) atribuir a actas o instrumentos del expediente menciones que
no contiene, b) establecer hechos con pruebas que no existen, o c) fijar hechos cuya
inexactitud resulta de actas o instrumentos del expediente.
 
Asimismo, por constituir tal vicio un motivo autónomo y distinto de casación, la
Sala ha indicado que la adecuada fundamentación de alguno de los casos de suposición
falsa comprende:  a) indicación del hecho positivo y concreto que el juzgador haya dado
por cierto valiéndose de una falsa suposición; b) indicación específica de cuál de los tres
casos de suposición falsa se refiere la denuncia; c) señalamiento del acto o instrumento
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“APUNTES CASACIÓN”
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cuya lectura patentice la falsa suposición; d) indicación y denuncia del texto o de los
textos aplicados falsamente, porque el juez da por cierto un hecho valiéndose de una
suposición falsa; e) especificación de las normas que dejaron de ser aplicadas con motivo
de la suposición falsa, y f) la exposición de las razones que demuestren que la infracción
cometida es determinante en el dispositivo de la sentencia.
 
En todo caso, como quiera que el mencionado vicio sólo puede cometerse en
relación con un hecho establecido en el fallo de modo inexacto, quedan fuera del
concepto de suposición falsa las conclusiones del juez con respecto a las consecuencias
jurídicas del hecho, verbigracia la calificación jurídica de un documento, porque en tal
hipótesis se trataría de una conclusión de orden intelectual que aunque errónea, no
configuraría lo que la Ley y la doctrina entienden por suposición falsa. (Vid. Sentencia N°
18 de fecha 14 de febrero de 2013, caso: Rafael Inés Ortiz Rodríguez contra Florentino
Guerrero Ramírez).
 
En el presente caso, la Sala observa que el formalizante para soportar su
denuncia de suposición falsa sostiene que el juez superior calificó de forma incorrecta los
documentos indicados en los particulares cuarto y séptimo de su escrito de promoción de
pruebas, toda vez que en su criterio tales instrumentos se encuentran debidamente
apostillados y en consecuencia son documentos públicos y como tal debieron ser tratados.
 
Como puede observarse tal argumentación de ninguna manera se refiere a un
hecho positivo y concreto, presupuesto necesario de examen respecto del vicio
denunciado, por el contario el formalizante denuncia la calificación jurídica que hace el
juez  ad quem  respecto del material probatorio indicado en su escrito de promoción de
pruebas, y a las consecuencias de tal calificación como lo es la tarifa legal aplicable, lo
cual comporta un vicio que no atañe al establecimiento de un hecho en particular, sino a
un supuesto de valoración del material probatorio.
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/junio/165042-rc.000318-3614-2014-13-683.html

ATAQUE DE REPOSICIÓN PRETÉRITA


 Ahora bien, la reposición preterida, debe ser denunciada bajo el contexto de
una denuncia por defecto de actividad, apoyada en el ordinal 1° del artículo
313 del Código de Procedimiento Civil, con infracción del artículo 208 eiusdem.
Así lo tiene establecido la doctrina constante y pacífica de este alto tribunal,
cuando en fecha 17-03-1999, Exp. Nº. 98-485, sentencia Nº. 418, señaló:
 
“...En efecto, para denunciar la reposición preterida u omitida con base en el
ordinal 1º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, debe denunciarse
conjuntamente la violación de los artículos 15 y 208 del Código de
Procedimiento Civil, sin lo cual no podrá esta Sala entrar a resolver sobre el
planteamiento formulado...”
 http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/Mayo/RC.000200- 12511- 2011-10-
469.html
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CASACIÓN
EL RECURSO DE CASACIÓN LA FORMA DE ATACAR Y DENUNCIAR LAS CUESTIONES
JURÍDICAS PRESVIAS . PRESCRIPCIÓN
 cuando el Juez resuelve una cuestión de derecho con influencia decisiva
sobre el mérito del proceso, debe el recurrente, en primer término,
atacarla en sus fundamentos esenciales
 en la resolución de tal cuestión puede incurrirse en defectos de
forma del fallo, o puede no estar precedida la decisión por un
debido proceso legal.

En relación a la formalización del recurso de casación contra las


decisiones fundamentadas en una cuestión jurídica previa, la Sala, entre otras,
en sentencia N° 1.324, del 15 de noviembre de 2004, juicio Armando Antonio
Rojas Martínez contra María Antonia Caruso de Rojas y otra, expediente N°
2004-000700, ratificó el siguiente criterio:
“...Ahora bien, el fallo recurrido es fundamento de una cuestión
jurídica previa, que conforme a la naturaleza de lo resuelto, hace
innecesario examinar el fondo del asunto principal debatido.
Efectivamente, la providencia recurrida declaró, a solicitud de
parte, la extinción del proceso, conforme lo prevé el artículo 354
del Código de Procedimiento Civil, con la consecuencia legal
prevista en el artículo 271 eiusdem, es decir, la prohibición de
volver a proponer la demanda antes de que transcurran noventa
días continuos, después de verificada la extinción.
En cuanto a las impugnaciones de estas decisiones por vía del
recurso de casación, la Sala, recientemente, en sentencia de
fecha 25 de mayo de 2000 en el caso Rose Marie Convit de
Bastardo y otros contra Inversiones Valle Grato, C.A., reiteró:
‘cuando el Juez resuelve una cuestión de derecho con
influencia decisiva sobre el mérito del proceso, debe el
recurrente, en primer término, atacarla en sus fundamentos
esenciales, pues si los hechos invocados y la norma jurídica
que le sirve de sustento legal no existen o ésta fue mal
aplicada, o por el contrario, tienen otros efectos procesales
distintos a los establecidos en la Alzada, o en el caso, por el
Tribunal de reenvío, el recurrente está obligado a combatirlos
previamente; y si tiene éxito en esta parte del recurso, podrá,
en consecuencia, combatir el mérito mismo de la cuestión
principal debatida en el proceso.
En el pasado se sostuvo que la resolución de la controversia
por una cuestión de derecho que impide la procedencia de la
demanda, excedía los límites del recurso de forma, criterio
abandonado, pues en la resolución de tal cuestión puede
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incurrirse en defectos de forma del fallo, o puede no estar
precedida la decisión por un debido proceso legal.
Ahora bien, las denuncias, tanto las referidas a la forma de la
sentencia, como las imputaciones de fondo deben estar
dirigidas a combatir esa cuestión de derecho con influencia
decisiva en el mérito de la controversia...’.
La transcrita doctrina casacionista, que se ratifica en esta
oportunidad, establece sin lugar a dudas una carga en el
impugnante de atacar a priori los fundamentos de esa cuestión
jurídica previa, en la cual se basó el juez para dejar de conocer
el fondo de la causa...”.
 
Ahora bien, establecido como ha quedado que la decisión recurrida es
fundamento de una cuestión jurídica previa, esta Sala procederá al análisis del
presente recurso bajo la aplicación de su doctrina pacífica y reiterada para esos
casos, en el sentido que constituye  una carga para el formalizante, el atacar los
fundamentos de esa cuestión jurídica previa, en la cual se basó el juez para
dejar de conocer el fondo de la causa
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/junio/178847- RC.000362- 22615-2015-
15-087.HTML
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CASACIÓN DE LOS HECHOS


LA SUPOSICIÓN FALSA
TÉCNICA DE DENUNCIA DE INFRACCIÓN DEL ARTÍCULO 12 DEL CPC
 suposición falsa , en la jurisprudencia se ha venido
destacando su naturaleza positiva .
 La suposición falsa constituye un vicio de juzgamiento
configurativo de un error facti in iudicando de hecho
propiamente dicho, por ello, se precisa encuadrar la
denuncia en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, en concatenación con el artículo 320
eiusdem
 Desde el punto de vista de la epistemología y de la dogmática
jurídica, quaestio facti es aquella que plantea al
conocimiento un problema de compresión que debe
resolverse aplicando criterios no jurídicos, tomando solo en
cuenta las circunstancias particulares extranormativas del caso
concreto; quaestio juris es aquella que plantea al
conocimiento un problema de compresión que debe
solucionarse adoptando criterios objetivos de valoración
preestablecidos por el ordenamiento jurídico...pero el resultado
último del proceso de calificación entre juicio de realidad y
juicio de apreciación jurídica, corresponde formularlo a la
Sala de Casación, cuyo fallo en la situación de especie
tendrá consecuencias dogmáticas definitivas y firmes
 que en la base conceptual del falso supuesto ahora suposición
falsa, se encuentra siempre una conducta positiva del Juez, que
se materializa en la afirmación o el establecimiento de un hecho
que no tiene, un sentido absoluto o relativo, un adecuado
respaldo probatorio. Es decir, la suposición falsa debe consistir
siempre en la AFIRMACIÓN de un hecho positivo y concreto; no en
la NEGATIVA de hechos que efectivamente se han producido.

 la base conceptual del falso supuesto se encuentra siempre una


conducta positiva del juez, que se materializa en la afirmación o
establecimiento de un hecho, que no tiene, en sentido absoluto o
en sentido relativo, un adecuado respaldo probatorio
 resaltando así mismo la existencia de tres hipótesis de suposición falsa y la
correcta técnica que deben exhibir los escritos en los que se pretenda alegar
el mencionado vicio
 contenido en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil,
caracterizando tal error como:

 I.- El establecimiento de un hecho mediante una prueba


inexistente, falsa o inexacta;
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“APUNTES CASACIÓN”
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 II.- La afirmación de un hecho falso, sin base en prueba que lo
sustente;
 III.- La afirmación en la sentencia de un hecho concreto, sin base
en prueba que lo sustente;
 IV.- La afirmación en la sentencia de un hecho concreto, falso o
inexistente.

 la Sala ha establecido que la suposición falsa consiste en el


establecimiento expreso de un hecho positivo y preciso, que
resulta falso al no tener soporte en las pruebas, en los siguientes
tres supuestos :

 bien porque el sentenciador superior atribuyó a actas o


instrumentos del expediente menciones que no contiene. Lo que
esta Sala considera como una desnaturalización o desviación
ideológica por parte de quien debe resolver el asunto judicial
controvertido; produciéndose -respecto al documento o acta de la
cual se trate- efectos distintos a los previstos en ellos.

 porque estableció el hecho con base en una prueba que no existe,


que es igual a, dar por demostrado un hecho con pruebas que no
aparecen en autos. Si el juez fija el hecho y no precisa que prueba
lo soporta, ello no constituye suposición falsa, sino
incumplimiento del requisito de motivación del fallo. (Sentencia
de esta Sala del 22 de octubre de 1998); o

 porque estableció el hecho con base en una prueba cuya


inexactitud resulta de las actas procesales, que es igual a, dar por
demostrado un hecho con pruebas cuya inexactitud resulte de
actas o instrumentos del expediente mismo.

 un error en el juzgamiento de los hechos, el cual conduce, por vía


de consecuencia, a un error de derecho, pues, al variar la
hipótesis fáctica resulta infringida, por falsa aplicación , la norma
aplicada en el caso concreto, dado que, si se establece un hecho
falso, que constituye el supuesto de hecho abstracto de una
norma, este error sólo puede conducir a que se aplique esa regla
legal a unos hechos reales a los cuales no es aplicable, lo cual
constituiría falsa aplicación
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“APUNTES CASACIÓN”
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 “El vicio de suposición falsa no puede recaer sobre apreciaciones
o conclusiones respecto a las consecuencias jurídicas de los
hechos, que aunque sean erradas, las mismas no constituyen el
establecimiento de un hecho sino la consecuencia de la actividad
intelectual que hace el juez, luego de establecer los hechos, que,
en su criterio, se producen desde la perspectiva de la cuestión
que se debate. En consecuencia, no es cierto, como sostiene la
denuncia, que haya incurrido el sentenciador de alzada, en una
suposición falsa.

La Sala, para decidir observa:


De la denuncia antes transcrita se desprende que el formalizante, le imputa a la recurrida la
infracción del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, por incurrir el juez de la recurrida en
suposición falsa, sosteniendo que en la conformación del fallo dio por demostrado un hecho sin
pruebas, que no aparecen en autos y cuya inexactitud resulta del expediente, al establecer que el
ciudadano Jorge Enrique Contreras Pabón, perdió el carácter de heredero en la sucesión del de cujus
Pascual Contreras Ochoa
La suposición falsa, denominada antes falso supuesto, se encontraba
contenida en el ordinal 3º del artículo 435 del Código de Procedimiento Civil
derogado de 1916, que al decir del Dr. José Ramón Duque Sánchez, en su obra
Manual de Casación Civil, página 272, expresa:
 
‘...Ello ocurre, cuando el Juez hace decir a un documento lo que éste no
dice, o cuando pone en boca de testigos cosas que estos no han afirmado
en el acta de su declaración, decidiendo en uno y otro caso con base en
esa mención atribuida o inventada por el juzgador.’
 
Bajo la vigencia del Código de Procedimiento Civil de 1916, actualmente
derogado, conforme a lo estatuido en su artículo 435, se admitió el falso
supuesto negativo que dio entrada en nuestro derecho procesal civil a la figura
del ‘travisamento’ italiano, o la desnaturalización por desviación intelectual
o ideológica y el “Mal juge” de la doctrina francesa , abriéndose una brecha
muy refinada hacía el campo de la interpretación de los negocios jurídicos. (Cfr.
Fallo de esta Sala N° RC-90 del 13 de marzo de 2003, Exp. N° 2001-468, caso: Enio
Alfredo López González, contra la sociedad mercantil Barreto, Arias y Asociados S.A.
(BARSA), Corretaje de Seguros y otra).
 
         La imputación de haberse negado un hecho que es verdadero, por parte del
juzgador en el fallo recurrido, y no el haber afirmado un hecho falso, es un claro
ejemplo de un falso supuesto negativo, conforme al Código de Procedimiento
Civil derogado de 1916 . Cuando el juez deja de fijar hechos que constan en las
pruebas, o si el Juez considera que un hecho no quedó demostrado, aunque consta
en las pruebas, se constituye también la suposición falsa negativa , pero esta
conforma en nuestra legislación, conforme al Código de Procedimiento Civil
vigente del 16 de septiembre de 1986, reformado parcialmente el 13 de
marzo de 1987 y el 2 de agosto de 1990, el vicio de silencio de pruebas, no
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“APUNTES CASACIÓN”
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subsumible en la suposición falsa, sino en el error en el establecimiento de los
hechos, con la infracción del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, por
falta de aplicación.
 
Posteriormente en la noción de suposición falsa , en la jurisprudencia se ha
venido destacando su naturaleza positiva . Así en fallo del 21 de febrero 1990
Exp. Nº 86-120, juicio The Larchashire General Invernien Company Limited contra
Daniel Cisneros Guevara, la Sala expresó:
 
“...Ahora bien, en todo caso, el falso supuesto tiene que referirse
forzosamente a un hecho positivo y concreto que el Juez establece falsa o
inexactamente en su sentencia a causa de un error de percepción....”
 
La suposición falsa constituye un vicio de juzgamiento configurativo de un
error facti in iudicando de hecho propiamente dicho, por ello, se precisa
encuadrar la denuncia en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, en concatenación con el artículo 320 eiusdem.
 
Explica la doctrina (A. Rengel Romberg. Tratado de Derecho Procesal Civil
Venezolano. Tomo V, pág. 289), que:
“...La llamada tradicionalmente ‘soberanía de los jueces de instancia’
respecto de los hechos , no es absoluta, y hay que entenderla en su
sentido propio.
 
Si bien corresponde a los jueces de instancia la constatación de los
hechos, entendida como la subsunción de ellos por el Juez en premisa
mayores (conceptos) naturales o fácticas , esto es, pre-jurídicas, que le
permiten una valoración de lo percibido; es también deber del juez asociar a
esa constatación la subsunción de tales hechos bajo premisas mayores
(conceptos) jurídicas , que le permitan una valoración jurídica del hecho y
determinar si el supuesto de hecho concreto percibido coincide con aquel
previsto en abstracto por la norma jurídica elegida ara la subsunción
(establecimiento de los hechos).
 
De allí la regla generalmente aceptada según la cual: si un juicio se basa
en la subsunción bajo premisas mayores (conceptos) naturales , esto es,
pre -jurídicas , se trata de una ‘ constatación de hechos ’; si se lo ha logrado
mediante la subsunción bajo premisas mayores (conceptos) jurídicas ,
estaremos en presencia de una ‘ valoración jurídica’ . O como lo expresa
Loreto: ‘Desde el punto de vista de la epistemología y de la dogmática
jurídica, quaestio facti es aquella que plantea al conocimiento un
problema de compresión que debe resolverse aplicando criterios no
jurídicos, tomando solo en cuenta las circunstancias particulares extranormativas
del caso concreto; quaestio juris es aquella que plantea al conocimiento
un problema de compresión que debe solucionarse adoptando criterios
objetivos de valoración preestablecidos por el ordenamiento jurídico...pero el
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“APUNTES CASACIÓN”
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resultado último del proceso de calificación entre juicio de realidad y
juicio de apreciación jurídica, corresponde formularlo a la Sala de
Casación, cuyo fallo en la situación de especie tendrá consecuencias
dogmáticas definitivas y firmes.
 
Como hemos visto antes, en la breve reseña histórica, los antecedentes
más próximos de la casación sobre los hechos los encontramos en los
códigos de 1904 y de 1916, según los cuales la casación no podía
extenderse al fondo de la controversia ni al establecimiento o apreciación
de los hechos por parte de los jueces sentenciadores; pero en ambos
código se estableció la siguiente excepción: ‘ A menos que se alegare
infracción de regla legal expresa para valorar el mérito de la prueba’ ,
excepción ésta expresamente tipificada en el Art. 435 de Código de
Procedimiento Civil, de 1916 así:
 
1. Cuando los jueces hayan dado por probado un hecho con
pruebas que por la ley sean improcedentes para demostrarlo.
 
2. Cuando a una prueba que no reúna los requisitos exigidos por
la ley, le hayan dado, sin embargo, los efectos que ésta le
atribuye, como su estuviere debidamente hecha.
 
3. Cuando basen sus apreciaciones   en falso supuesto, atribuyendo
la existencia en un instrumento o acta del expediente menciones
que no contenga, o dando por demostrado un hecho con pruebas
que no aparezcan de autos, o cuya inexactitud resulte de actas o
instrumentos del expediente mismo no mencionados en la
sentencia.
 
Son los casos que bajo vigencia del Código de 1916, la doctrina y la
jurisprudencia calificaban como prueba improcedente , prueba irregular y
falso supuesto.
 
El nuevo Código estableció en el Art. 320, la misma prohibición contenida
en el Art. 435 del Código de 1916, esto es, que la Corte Suprema de
Justicia, en su sentencia del recurso de casación, ‘ se pronunciará sobre las
infracciones denunciadas, sin extenderse al fondo de la controversia, ni al
establecimiento ni apreciación de los hechos que hayan efectuado los
tribunales de instancia’ ; pero en cambio, justifica la excepción, ‘ cuando en
el escrito de formalización se haya denunciado la infracción de una norma
jurídica expresa que regule el establecimiento o valoración de los hechos ,
o de las pruebas, o que la parte dispositiva del fallo sea consecuencia de
una suposición falsa por parte del Juez que atribuyó a instrumentos o
actas del expediente menciones que no contiene, o dio por demostrado un
hecho con pruebas que no aparecen en autos o cuya inexactitud resulta de
actas e instrumentos del expediente mismo ’. Y en el aparte siguiente
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“APUNTES CASACIÓN”
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añade: ‘ Podrá también la Corte Suprema de Justicia extender su examen al
establecimiento o valoración de los hechos, cuando tratándose de pruebas
no contempladas expresamente en la ley, el juez las haya admitido o
evacuado sin atenderse a la analogía a que se refiere el Art. 395 de este
Código, o no las haya apreciado según las reglas de la sana crítica a que s
refiere el Art. 507 ejusdem’.
 
Como se ve, el nuevo Código va mas allá que el Código de 1916, porque
admite a la Corte el examen del establecimiento o valoración de los hechos
o de las pruebas cuando se denuncie la infracción de una norma jurídica
expresa que los regule.
 
Se asegura así más ampliamente la defensa de la quaestio iuris en su
relación con la quaestio facti , y se controla la posible subjetividad
involuntaria o intencional por parte del juez, que infrinja normas jurídicas
que regulen el establecimiento o valoración de los hechos, lo cual no era
posible bajo la vigencia del Código de 1916, porque las normas infringidas
cuando se denuncia el vicio de prueba improcedente o de prueba
irregular , no son normas de valoración del mérito de las pruebas, sino de
su establecimiento, que ahora bajo el nuevo código quedan comprendidas
entre las normas jurídicas expresas que los regulan....” (Cfr. Fallo N° RC-
90 del 13 de marzo de 2003, expediente N° 2001- 468)
 
Todo lo expresado comprueba, pues, que en la base conceptual del
falso supuesto ahora suposición falsa, se encuentra siempre una conducta
positiva del Juez, que se materializa en la afirmación o el establecimiento
de un hecho que no tiene, un sentido absoluto o relativo, un adecuado
respaldo probatorio. Es decir, la suposición falsa debe consistir siempre en
la AFIRMACIÓN de un hecho positivo y concreto; no en la NEGATIVA de
hechos que efectivamente se han producido.
 
En efecto, tal como lo afirma el Maestro Márquez Áñez, “...en la base
conceptual del falso supuesto se encuentra siempre una conducta positiva del juez,
que se materializa en la afirmación o establecimiento de un hecho, que no tiene, en
sentido absoluto o en sentido relativo, un adecuado respaldo probatorio.” (“El
Recurso de Casación, La cuestión de Hecho y el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil”, pp. 143 y siguientes)
 
El mismo autor señala, que la distinción entre el falso supuesto positivo y
negativo, tiene en Venezuela una importancia capital, pues ello ha generado dudas
en la doctrina nacional sobre su tratamiento en la formalización del recurso de
casación; dudas que considera provenientes de los antecedentes de la norma
contenida en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, pues la misma, en lo
que al falso supuesto se refiere, fue tomada por el legislador del recurso
italiano de revocación (equivalente al juicio de invalidación venezolano),
consagrado en los Códigos de Procedimiento Civil italianos de 1865 y 1940, en los
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“APUNTES CASACIÓN”
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cuales se establecía que dicho recurso procedería si la sentencia fuese efecto de un
error de hecho que resulte de los autos y de los documentos de la causa, error que
existía tanto cuando el juez afirmaba un hecho falso (falso supuesto positivo) ,
como cuando negaba uno verdadero (falso supuesto negativo) . Pero cuando el
legislador venezolano tomó del recurso italiano de revocación la figura del falso
supuesto , únicamente incorporó en la normativa del recurso de casación, la
categoría positiva de dicha figura y no hizo recepción del falso supuesto
negativo . (Cfr. Fallo N° RC-430 del 15-11-2002, expediente N° 2000- 428).
 
Ahora bien, respecto al vicio de suposición falsa , la Sala en decisión N° 607
de fecha 12 de agosto de 2005, en el juicio de Banco Latino y otra contra
Inversiones Fococam, C.A. y otros, expediente N° 2005-142, reiterada en fallo N°
666 del 20 de octubre de 2008, caso: Herta María Mendt viuda de Lendewig contra
Klaus Thilo, Hans Volker y otro, expediente N° 2006- 755, señaló lo siguiente:
 
“…En este orden de ideas, resulta pertinente ratificar que quien pretenda denunciar el
vicio en comentario, debe cumplir con las previsiones establecidas por esta Sala, a
través de su doctrina inveterada la cual ha señalado cuando es procedente la denuncia
de falso supuesto; resaltando así mismo la existencia de tres hipótesis de suposición
falsa y la correcta técnica que deben exhibir los escritos en los que se pretenda alegar
el mencionado vicio. Al efecto sobre el punto, en sentencia Nº 201 emanada de esta
Sala de Casación Civil en fecha 14 de junio de 2000, en el juicio de Talleres Vita Cars
C.A. contra Inmobiliaria Cruz O. C.A., expediente Nº 99-419, se ratificó el criterio de la
manera siguiente:
 
“...El artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, es el que prevé los casos
de suposición falsa, antes denominado falso supuesto, así:
 
‘...o que la parte dispositiva del fallo sea consecuencia de una suposición falsa
por parte del Juez, que atribuyó a instrumentos o actas del expediente
menciones que no contiene, o dio por demostrado un hecho con pruebas que
no aparecen en autos o cuya inexactitud resulta de actas e instrumentos del
expediente mismo...’.
 
El primer caso a que se refiere el artículo 320 del Código de Procedimiento
Civil, y denunciado como infringido por el formalizante, se refiere a que el
Juez atribuyó a instrumentos y actas del expediente menciones que no
contiene.
 
(...Omissis...)
 
Por otra parte, la denuncia de suposición falsa debe cumplir inexorablemente con la
técnica elaborada por la Sala a través de su pacífica y constante doctrina, que dice:
 
‘Para que la Corte pueda examinar y decidir acerca de la determinación y apreciación
que los jueces del mérito hayan efectuado sobre los hechos y las pruebas, es
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“APUNTES CASACIÓN”
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indispensable que el formalizante se ajuste a la técnica elaborada por la Sala para la
denuncia apropiada de casación sobre los hechos, técnica que exige el cumplimiento
de los siguientes requisitos:
 
a) indicación del hecho positivo y concreto que el juzgador haya dado por cierto
valiéndose de una falsa suposición;
 
b) indicación específica del caso de falsa suposición a que se refiere la denuncia,
puesto que el encabezamiento de artículo 320 del Código de Procedimiento Civil prevé
en ese respecto tres (3) situaciones distintas;
 
c) el señalamiento del acta o instrumento cuya lectura patentice la falsa suposición;
 
d) Indicación y denuncia del texto o los textos aplicados falsamente, porque el Juez da
por cierto un hecho valiéndose de una suposición falsa; y
 
e) la exposición de las razones que demuestren que la infracción cometida fue
determinante de lo dispositivo de la sentencia.
 
Por otra parte, conforme a reiterada jurisprudencia, la suposición falsa tiene que
referirse forzosamente a un hecho positivo y concreto que el Juez establece falsa e
inexactamente en su sentencia a causa de un error de percepción, entre otras
razones, porque no existan las menciones que equivocadamente atribuyó a un acta de
expediente. Ahora bien, como el mencionado vicio sólo puede cometerse en relación
con un hecho establecido en el fallo, quedan fuera del concepto de suposición falsa las
conclusiones del Juez con respecto a las consecuencias jurídicas del hecho, porque en
tal hipótesis se trataría de una conclusión de orden intelectual que aunque errónea, no
configuraría lo que la Ley y la doctrina entienden por suposición falsa...’”.
 
En tal sentido, diferentes han sido las definiciones dadas por la doctrina
acerca del concepto de suposición falsa, contenido en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, caracterizando tal error como:
 
I.- El establecimiento de un hecho mediante una prueba inexistente, falsa o
inexacta;
II.- La afirmación de un hecho falso, sin base en prueba que lo sustente;
III.- La afirmación en la sentencia de un hecho concreto, sin base en prueba
que lo sustente;
IV.- La afirmación en la sentencia de un hecho concreto, falso o inexistente.
 
Observándose que existe como nota común entre estos cuatro (4) casos: “La
afirmación o establecimiento de un hecho falso; por lo cual la doctrina ha exigido
entre los requisitos de la denuncia de suposición falsa, el requerimiento de que la
parte formalizante señale el hecho concreto a que ella se refiere”. (Cfr. Fallo N° RC-
777 del 15-12-2009. Caso: Ermanno Vecchiarelli Minini contra Alonso Blanco García
y otra, expediente N°2009-002).
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“APUNTES CASACIÓN”
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Siendo además imprescindible que el recurrente al denunciar que el Juez
incurrió en suposición falsa, deberá determinar a cuál de los tres casos de tal error
se refiere.
 
En relación con ello, la Sala ha establecido que la suposición falsa consiste en
el establecimiento expreso de un hecho positivo y preciso, que resulta falso al no
tener soporte en las pruebas, en los siguientes tres supuestos :
 
a) bien porque el sentenciador superior atribuyó a actas o instrumentos del
expediente menciones que no contiene. Lo que esta Sala considera como una
desnaturalización o desviación ideológica por parte de quien debe resolver el
asunto judicial controvertido; produciéndose -respecto al documento o acta de la
cual se trate- efectos distintos a los previstos en ellos.
 
b) porque estableció el hecho con base en una prueba que no existe, que es
igual a, dar por demostrado un hecho con pruebas que no aparecen en autos. Si el
juez fija el hecho y no precisa que prueba lo soporta, ello no constituye suposición
falsa, sino incumplimiento del requisito de motivación del fallo. (Sentencia de esta
Sala del 22 de octubre de 1998); o
 
c) porque estableció el hecho con base en una prueba cuya inexactitud resulta
de las actas procesales, que es igual a, dar por demostrado un hecho con pruebas
cuya inexactitud resulte de actas o instrumentos del expediente mismo.
 
De donde se desprende, el establecimiento de un hecho que resulta falso o
inexacto porque no tiene soporte probatorio, que varía la hipótesis fáctica concreta
y, en consecuencia, no existe correspondencia lógica con la norma jurídica en que
fueron subsumidos esos hechos.
 
Siendo estas tres hipótesis las previstas en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, como suposición falsa antes denominada falso supuesto en el
Código Adjetivo Civil derogado.
 
Es claro, pues, que se trata de un error de percepción cometido por el juez al
fijar los hechos que resultaron demostrados en el proceso, esto es: un error en el
juzgamiento de los hechos, el cual conduce, por vía de consecuencia, a un
error de derecho, pues, al variar la hipótesis fáctica resulta infringida, por
falsa aplicación , la norma aplicada en el caso concreto, dado que, si se
establece un hecho falso, que constituye el supuesto de hecho abstracto de
una norma, este error sólo puede conducir a que se aplique esa regla legal
a unos hechos reales a los cuales no es aplicable, lo cual constituiría falsa
aplicación . Esta es la consecuencia directa del error y otras normas sólo
resultarían violadas por falta de aplicación como una consecuencia de segundo
grado, constituyendo estas últimas las reglas que el sentenciador de última
instancia debió aplicar y no aplicó para resolver la controversia.
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“APUNTES CASACIÓN”
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En el presente caso, el formalizante señala como hecho positivo y concreto,
que la recurrida no se atuvo a lo alegado y probado en autos, sosteniendo que en la
conformación del fallo dio por demostrado un hecho sin pruebas, que no aparecen
en autos y cuya inexactitud resulta del expediente, al establecer que el ciudadano
Jorge Enrique Contreras Pabón, perdió el carácter de heredero en la sucesión del de
cujus Pascual Contreras Ochoa, pero es el caso, que tal afirmación corresponde a
las conclusiones jurídicas a las que arribó la juez luego de analizar y valorar los
medios probatorios aportados por las partes.
 
Así se evidencia del texto de la recurrida, antes transcrito, en el que luego
del análisis del acervo probatorio consignado por las partes, llegó a esa conclusión,
pues no fue un hecho aislado, ni la afirmación de un hecho positivo y concreto,
como lo afirma y sostiene el recurrente, por lo cual esta Sala no comporte la
apreciación hecha a este respecto por el formalizante, observando que se trata de
una conclusión jurídica. Así se establece.
 
Conforme al razonamiento anteriormente expuesto, esta Sala evidencia, que
en modo alguno el juzgador de alzada incurrió en el vicio delatado, por cuanto, éste
al interpretar lo expresamente establecido en el documento de cesión de derechos
otorgado por el demandante, llegó a la conclusión jurídica de que carecía de
cualidad e interés para sostener el juicio, al haber perdido el demandante el
carácter de heredero en la sucesión del causante Pascual Contreras Ochoa, al
traspasar a sus hijos la totalidad de los derechos y acciones que le correspondían
en la misma, y de ningún manera estableció un hecho con base en una prueba cuya
inexactitud resulta de las actas procesales, que es igual a, dar por demostrado un
hecho con pruebas cuya inexactitud resulte de actas o instrumentos del expediente
mismo. (Tercer caso de suposición falsa).
 
De igual forma esta Sala, con ponencia del mismo Magistrado que con tal
carácter suscribe la presente decisión, en su fallo Nº RC- 174, de fecha 27 de marzo
de 2007, Exp. Nº 2006-588, ratificado mediante sentencia N° RC-307 del 3 de junio
de 2009, Exp. N° 2008-487, en torno al vicio de suposición falsa reiteró que:
“...Para que exista el vicio, éste tiene que consistir en una afirmación del hecho
positivo y concreto. Así ha dicho la Sala. “El falso supuesto se caracteriza por el
error material. Pero nunca el de raciocinio o apreciación de la prueba”.
(Sentencia del 17-5-60, G.F. Nº 28, Seg. Etapa Pág. 139); “No es falso supuesto
el eventual desacierto de los jueces en apreciaciones que corresponden a
su soberanía”. (Sentencia del 1-2-62. G.F. Nº 35, Seg. Etapa. Pág. 32).
 
La Sala también ha señalado al respecto lo siguiente: “ Está exponiendo no
un hecho concreto, sino una conclusión a la cual llegó luego de examinar
las pruebas; por lo tanto, tratándose no de un hecho sino de una conclusión
del Juez, la misma no es atacable como suposición falsa”. (Sentencia de esta
Sala del 22 de marzo de 2002, Fallo N° RC-188, Exp. N° 2000-461-2000- 300, caso:
firma Mercantil FERLUI C.A. contra la Sociedad Mercantil INVERSIONES TEKA 2850
C. A.).
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“APUNTES CASACIÓN”
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También se ha pronunciado al respecto expresando lo siguiente: “En otras
palabras, como lo señala la doctrina de la Sala, en la sentencia dictada el 5
de mayo de 2009, caso: Zoila Mercedes Acosta (...) si del contenido de las
actas que cursan en autos se evidencia que el establecimiento de ese hecho
tiene soporte probatorio como acontece en el sub iudice (...) tal hecho no
puede resultar falso como lo afirma el recurrente, sino que constituye una
conclusión del juez luego de analizar las pruebas (...) en consecuencia no
habría suposición falsa (...) lo que se hace en la denuncia es señalar el
hecho positivo y concreto como la conclusión del juez respecto de una
mención que se encuentra en la prueba analizada. (...) “El vicio de
suposición falsa no puede recaer sobre apreciaciones o conclusiones
respecto a las consecuencias jurídicas de los hechos, que aunque sean
erradas, las mismas no constituyen el establecimiento de un hecho sino la
consecuencia de la actividad intelectual que hace el juez, luego de
establecer los hechos, que, en su criterio, se producen desde la perspectiva
de la cuestión que se debate. En consecuencia, no es cierto, como sostiene
la denuncia, que haya incurrido el sentenciador de alzada, en una
suposición falsa. (Sentencia de esta Sala del 22 de octubre de 2009, Fallo N° RC-
558, Exp. N° 2009-304, caso: sociedad mercantil PANTA CINEMATOGRÁFICA C.A.,
contra la Sociedad Mercantil BANCO CONSOLIDADO, C.A., S.A.C.A., y otra).
 
Por todo lo antes expuesto, la Sala considera que en el presente caso no se
configura el vicio de suposición falsa, que se le atribuye a la recurrida, pues lo que
se endilga como tal no es un “hecho” , sino una conclusión del Juez de carácter
jurídico, a la que llegó luego de examinar las pruebas, pues la premisa en la que se
fundamentó la misma es incierta, razón por la cual no puede considerarse
configurado el vicio delatado de suposición falsa.
 
De igual forma se observa, que el formalizante pretende con su denuncia la
formulación de infracción aislada del 12 del Código de Procedimiento Civil, con el
agravante de no señalar si es por falta de aplicación, errónea interpretación o falsa
aplicación, lo que determina la improcedencia de la denuncia en cuestión, y al
respecto esta Sala en su fallo N° RC-211 del 21 de marzo de 2006, expediente N°
2005-245, caso: sociedad mercantil FARMACIA ATABÁN S.R.L., contra la CAJA DE
PREVISIÓN SOCIAL DEL CUERPO DE BOMBEROS DEL DISTRITO FEDERAL,
actualmente denominada CAJA DE AHORROS DE LOS BOMBEROS METROPOLITANOS
DE CARACAS (CABOMCA), reiteró su doctrina que expresa lo siguiente:
En relación con la disposición legal establecida en el artículo 12 del
Código de Procedimiento Civil, que como se indicó ha sido denunciada
por falta de aplicación en forma independiente, la sentencia de esta
Sala, de fecha 12 de agosto de 2005, en el juicio Antonia Bilbao de
Pérez contra Benlin Hung Liu y Ham Lin Liu; dejó establecido lo
siguiente:   
 
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“APUNTES CASACIÓN”
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“…En la presente denuncia, el formalizante plantea de manera
aislada la infracción por falta de aplicación del artículo 12 del
Código de Procedimiento Civil, porque –a su decir- el Juez Superior
“...se apartó de las normas de derecho consagradas en el
ordenamiento jurídico para resolver la causa (...) al aplicar normas
procesales impertinentes a los supuestos procesales de los
autos...” .
 
En relación a la denuncia de manera aislada del artículo 12 del
Código de Procedimiento Civil, la Sala ha establecido, entre otras,
en sentencia Nº 452 del 20 de mayo de 2004, caso Antonieta del
Carmen Infante contra María Leonicia Araujo y otra, expediente Nº
2003-000677, ratificada en decisión Nº 1.129 del 29 de septiembre
del mismo año, caso Sara María Lanz y otros contra José Luis
Fernández, expediente Nº 2003-000932, ambas con ponencia del
Magistrado que con tal carácter suscribe la presente , lo
siguiente:
 
“...Posteriormente, en cuanto a la aceptación de la denuncia
aislada del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil,
cuando se trata del segundo caso de suposición falsa, esta
Sala indicó que ello tampoco es permisible; en tal sentido, se
permite transcribir decisión de fecha 4- 4- 2003, Exp. Nº
2001-000302, Sentencia N° 139 en el caso de Chichi Tours,
C.A., contra Seguros La Seguridad, C.A., y en la cual se dijo:
 
‘...De conformidad con antigua doctrina de la Sala, la
denuncia aislada del artículo 12 del Código de
Procedimiento Civil, era posible respecto del segundo
caso de suposición falsa: establecimiento de un hecho
positivo y concreto, con soporte en una prueba que no
consta en el expediente.
 
Ello encuentra justificación en que para esa época se
estimaba que la suposición falsa estaba comprendida en
la cuarta hipótesis prevista en el artículo 320 del Código
de Procedimiento Civil: infracción de una regla de
valoración de prueba. En consecuencia, la técnica
establecida por la Sala exigía la denuncia de infracción de
la regla de valoración de la prueba en cuyo examen fue
cometido el error de percepción de los hechos, lo que en
el segundo caso de suposición falsa presentaba un
impedimento, pues como se trata de prueba inexistente,
mal podía alegarse la infracción de regla de valoración de
alguna prueba. En esa hipótesis, la Sala permitió la
denuncia aislada del artículo 12 del Código de
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“APUNTES CASACIÓN”
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Procedimiento Civil, porque en definitiva si el Juez de
alzada establece hechos con pruebas que no existen,
incumple el deber contenido en dicha norma, en
acatamiento del cual debe decidir conforme a lo alegado
y probado en autos.
 
Esta doctrina fue modificada, con sustento en que los tres
casos de suposición falsa no constituyen infracción de regla
de valoración de prueba, sino un motivo autónomo y distinto,
comprendido igualmente en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil. (Sentencia de fecha 08 de agosto de
1995, caso: Manuel Da Freitas c/ Cesco D’Agostino Mascia y
otro).
 
En esa oportunidad, la Sala dejó sentado que la técnica para
denunciar la suposición falsa no comprende la denuncia de
infracción de una regla de valoración de prueba, sino: a) indicación
del hecho positivo y concreto que el juzgador haya dado por cierto
valiéndose de una falsa suposición; b) indicación específica de cuál
de los tres casos de suposición falsa se refiere la denuncia; c)
señalamiento del acto o instrumento cuya lectura patentice la falsa
suposición; d) indicación y denuncia del texto o los textos
aplicados falsamente, porque el juez da por cierto un hecho
valiéndose de una suposición falsa ; y e) la exposición de las
razones que demuestren que la infracción cometida es
determinante en el dispositivo de la sentencia.
 
Posteriormente, en sentencia de fecha 29 de noviembre de 1995,
caso: Lucía Gómez de Delago c/ Afra María Vivas, la Sala
complementó el cambio de técnica, y dejó sentado que ‘... los vicios
de juzgamiento de que puede adolecer el fallo judicial, son
desglosables en dos categorías: errores iuris in iudicando –
contemplados en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil-, y errores facti in iudicando –previstos en el
artículo 320 eiusdem ...’ ; y esta última categoría comprende, a su
vez, el error facti in iudicando de derecho y el error facti in
iudicando de hecho, ambos referidos al juzgamiento de los hechos,
y el último de ellos sólo referido a los casos de suposición falsa.
Por estas razones, ratificó que se trata de un motivo autónomo y
diferente cuya denuncia no exige el alegato de infracción de una
regla de establecimiento o valoración de los hechos o de las
pruebas, sino de los preceptos jurídicos que se utilizaron o dejaron
de utilizar, como resultado del hecho particular, positivo y concreto
falsamente supuesto; preceptos éstos que pueden ser de derecho
sustantivo o adjetivo.
 
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“APUNTES CASACIÓN”
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Más adelante, en decisión de fecha 14 de agosto de 1998, caso: José
Rafael Bohorquez c/Neptalí de Jesús Fuentes y Otro, la Sala explicó
que el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, prevé los
errores que el sentenciador puede cometer en el juzgamiento de los
hechos, bien sea de derecho, porque el juez se equivoca en la
interpretación o aplicación de reglas de establecimiento o de
valoración de los hechos o de las pruebas; o bien sea de hecho,
porque el juez se equivoca al percibir los hechos que la prueba
demuestra, por cuanto atribuyó a actas o instrumentos del
expediente menciones que no contiene, o estableció hechos con
pruebas que no existen, o cuya inexactitud resulta de actas o
instrumentos del expediente, y reitera que las normas jurídicas que
resultan infringidas en estos últimos casos son aquéllas en que fue
subsumido el hecho que no tiene soporte probatorio, pues como
consecuencia de que el mismo resulta falso o inexacto, no existe
correspondencia lógica con los hechos en abstracto previstos en la
norma aplicada.
 
Los precedentes jurisprudenciales ponen de manifiesto la falta de
técnica cometida por el formalizante, pues ha debido denunciar la
infracción de las normas jurídicas que resultaron falsamente aplicadas por
consecuencia de la suposición falsa. Esta deficiencia no puede ser suplida por la
Sala y, por ende, su denuncia debe ser desestimada, por inadecuada
fundamentación...’
 
De conformidad con las jurisprudencias transcritas y aplicándolas al sub
iudice , se observa que el formalizante no denuncia la violación de una
máxima de experiencia, único caso que permitiría la denuncia aislada
del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil , lo cual hace
improcedente la denuncia que se analiza por no encuadrarla dentro de
los supuestos establecidos en el criterio de la Sala. Así se decide…”
(Negrillas y cursivas del texto).
 
Asimismo, respecto de la denuncia aislada del artículo 12 del Código de
Procedimiento Civil como sustento de una infracción de máxima de
experiencia, la Sala ha establecido, entre otras, en sentencia Nº
RC.00259, de fecha 19 de mayo de 2005, caso Jesús Enrique Gutiérrez
Flores contra Carmen Nohelia Contreras, expediente Nº 2003-000721, lo
siguiente:
 
“…para denunciar la violación de una máxima de experiencia, no
basta invocar solamente y de forma aislada la infracción del
artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, sino que se requiere
que el formalizante precise la máxima de experiencia a la que hace
referencia, explique por qué considera la existencia de esa máxima
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“APUNTES CASACIÓN”
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y delate la violación de la norma jurídica a la cual fue integrada la
máxima de experiencia para su interpretación y aplicación…”.
 
Conforme a los referidos criterios y aplicando el sostenido actualmente
por este Máximo Tribunal al caso examinado, la Sala deja establecido,
que no es procedente la denuncia aislada del artículo 12 del Código de
Procedimiento Civil. Así se decide.
 
Todo lo cual conlleva a establecer también, que la presente denuncia debe ser
declarada improcedente, al no estar permitido en nuestro ordenamiento jurídico la
denuncia aislada del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil. Así se decide
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Abril/RC.000118- 23410-2010- 09-471.html

INFORMES

RECURSO DE CASACIÓN

HECHO NUEVOS
Ahora bien, es oportuno indicar que por ser la prescripción una defensa opuesta
en la contestación de la demanda, los hoy recurrentes en casación estaban facultados
para rebatirla en la primera y segunda instancia del proceso, entre otros motivos, por
haber ocurrido la interrupción, lo que en todo caso ha podido ser alegado por ellos en el
acto de informes ante los jueces de instancia, ello con el fin de permitir a la contraparte el
ejercicio de su derecho de defensa y contradicción sobre ese aspecto nuevo, que debe ser
incorporado al proceso para producir en el sentenciador el deber de emitir un
pronunciamiento sobre ello, pues de esa manera queda incorporado en el tema que debe
ser objeto de decisión.
 En ese sentido, la Sala reitera lo establecido en sentencias del 11 de octubre
de 2005, Caso: Nancy Beatriz Pérez Martínez c/ Cruz Pérez Villarroel y otro, Exp. N° 2003-
000657 y del 4 de abril de 2006, Caso: César Palenzona Boccardo c/ María Alejandra
Palenzona Olavarría, Exp. N° 2005-000429, en las cuales dejó sentado que no es posible
la formulación de hechos nuevos en el escrito de formalización del recurso de casación,
porque ello afecta el derecho de defensa y de contradicción de las partes en el juicio.
 
La Sala considera que no podría ser censurada en derecho la conducta de un
juez por no haber resuelto un hecho que no ha sido sometido a su consideración, ni
podría ello producir la nulidad de la sentencia dictada por aquél. Tampoco podría ser
consentido permitir a la parte sorprender a su oponente con hechos nuevos, que ha
podido formular en las instancias, en clara lesión del derecho de defensa de su oponente,
quien estaría impedido de alegar y ejercer las actividades que la ley le permite para que
en el proceso exista certeza sobre la existencia histórica de los mismos, pues sólo si las
partes han ejercido su derecho de defensa, es que el juez puede fijar con certeza los
hechos ocurridos, lo que constituye presupuesto indispensable para la realización de la
justicia.
 
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“APUNTES CASACIÓN”
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Con fundamento en lo expresado precedentemente, la Sala desestima la
denuncia de infracción del artículo 1.973 del Código Civil delatada por los formalizantes.
Así se establece. http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Mayo/RC-00271-020507-06741.htm

SILENCIO DE PRUEBAS
VICIO DE SILENCIO PARCIAL DE PRUEBAS
 esta Sala ha señalado que el vicio de silencio de pruebas se
produce cuando el sentenciador ignora por completo el medio
probatorio, o hace mención de él pero no expresa su mérito
probatorio, pues, el representante del órgano jurisdiccional está
en la obligación de valorar todas y cada una de las pruebas
presentadas por las partes con independencia de quien la
promovió.

Ahora bien, sobre el alegato del análisis parcial de la prueba con infracción del
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, la Sala en sentencia Nº 668 de
fecha 19 de octubre de 2005, caso: Dante Domenico Fideleo contra Imad Naffah
Naffah , expediente Nº 04-679 , señaló lo siguiente:
“…En la presente denuncia el recurrente plantea la infracción por
parte del Juez Superior del artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil, dado que –según sus dichos la recurrida realizó “…la valoración
deficiente y superficial del expediente que contiene las actuaciones
administrativas levantadas por las autoridades de tránsito terrestre,
por parte de la recurrida, y que cursan en autos a los folios setenta y
cinco (75) al noventa y cinco (95) de las actas procesales...” y
posteriormente en su denuncia expresa que “…el haber dejado de
analizar, o analizando de forma deficiente…” y concreta exponiendo
que: “…existe una incompleta valoración de las pruebas…”.
(…Omissis…)
En este orden de ideas, el alegado vicio de silencio de prueba se
produce cuando el sentenciador ignora completamente el medio
probatorio, pues ni siquiera lo menciona, o cuando refiere su
existencia, pero no expresa su mérito probatorio. Este vicio puede ser
denunciado por cualquiera de las partes, por cuanto una vez que la
prueba es incorporada al expediente, escapa de la esfera dispositiva y
pertenece al proceso, lo que autoriza al juez para valorarla con
independencia de quien la promovió, con fundamento en el principio
de adquisición procesal.
Ahora bien de la transcripción ut supra de la recurrida, claramente se
observa que el Juez (sic) Superior (sic), no sólo mencionó la prueba,
sino que además de ello, la analizó y le otorgó pleno valor probatorio,
motivo por el cual no incurre la Alzada (sic) en el delatado vicio de
silencio de prueba señalado por el formalizante, motivo suficiente
para determinar la improcedencia de la denuncia planteada, lo que
conlleva a declarar sin lugar el presente recurso de casación, tal
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“APUNTES CASACIÓN”
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como se hará de manera expresa, positiva y precisa en la dispositiva
del presente fallo. Así se decide…”.
 
En este sentido, esta Sala ha señalado que el vicio de silencio de pruebas
se produce cuando el sentenciador ignora por completo el medio probatorio, o
hace mención de él pero no expresa su mérito probatorio, pues, el
representante del órgano jurisdiccional está en la obligación de valorar todas y
cada una de las pruebas presentadas por las partes con independencia de quien
la promovió.
En el caso en estudio, se evidencia de la transcripción de la recurrida
realizada en la única denuncia por defecto de actividad, que el ad quem no sólo
mencionó la prueba que se acusa como silenciada, sino que la analizó
conjuntamente con otras pruebas cursantes en autos otorgándole valor
probatorio y concluyó en que:
“…no evidencia en modo alguno que es en fecha 03 (sic) de julio de
1997 cuando comienza a  correr el lapso de prescripción invocado por
la promovente, ni que de su contenido se pueda concluir que la
intimante abandono (sic) su actividad o que cesó su ministerio en
forma voluntaria, dado que como ya ha quedado establecido en el
presente fallo, por tratarse de gestiones cumplidas dentro de un
proceso judicial, la fecha de cesación de dichas gestiones se
determina conforme establece el propio ordinal 2° del artículo 1.982
del Código Civil, ya habiéndose establecido en este fallo que dicha
cesación se produjo el 17 de diciembre de 1998 cuando en el
expediente que lleva el juicio gestionado ya referido, la abogada
intimante renunció efectivamente al poder judicial que le fuera
conferido. A todo evento, este recaudo evidencia que el día 03 (sic)
de julio de 1997 se hizo una gestión amistosa de cobro de honorarios
profesionales indicándose que “…para la próxima semana
renunciaremos al poder que tuvieron a bien otorgamos…”, hecho
futuro éste que se concretó, como ya ha quedado establecido, el 17
de diciembre de 1998. Así se declara…”.
 
Por estas razones, estima la Sala que si lo pretendido por el formalizante
era acusar el error en su valoración otra debió ser la denuncia por cuanto el
silencio de la prueba no ocurrió tal y como se señaló ut supra.
         Por lo tanto, considera esta máxima jurisdicción que,  si el recurrente
no estaba de acuerdo con el razonamiento proporcionado por el juzgador de
alzada al valorar el fax, era carga de éste atacar ese pronunciamiento en sus
fundamentos esenciales a través de una denuncia distinta del silencio parcial
de pruebas, pues es obvio que dicha prueba fue analizada. Así se
establece. ://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Mayo/RC.00239- 5509-2009-08-
645.html
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“APUNTES CASACIÓN”
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RECURSO DE CASACIÓN
DENUNCIAS DE VIOLACIÓN DE NORMAS CONSTITUCIONALES
 que el control subjetivo relacionado con la tutela de los derechos
constitucionales, o bien el objetivo, referido al respeto y acatamiento de las
normas establecidas en la Constitución (entre ellas la referida al derecho de
defensa), es materia propia de otro tipo de recursos o acciones diferentes de
la casación, cuyo propósito es velar por la correcta interpretación de la ley, y
sólo en el caso de que la violación de la norma de rango legal, sea de tal
magnitud que implique la infracción de orden constitucional, la Sala puede
actuar de oficio para restablecer el error cometido, mas no para declarar la
infracción de la norma constitucional
 el recurso de casación es una petición extraordinaria de impugnación dirigida
al control de la legalidad de los fallos y no de su constitucionalidad
En relación con la violación de normas constitucionales delatada por el
formalizante, cabe observar fallo de esta Sala Nº RC-529 de fecha 18 de julio
de 2.006, expediente Nº 159-2.006, en el juicio que siguió la sociedad
mercantil SÁNCHEZ & CÍA INDUSTRIAL S.A., contra JOSÉ LUÍS ROMERO
CORTÉZ, que dispuso lo siguiente:
 
“...En el caso concreto, el formalizante denuncia la infracción del
artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, limitándose a transcribir la norma y expresando en su
sustento que “...En virtud de esta decisión dictada por el Juzgado
Superior Primero en lo Civil, Mercantil y de “Menores” de la
Circunscripción Judicial del Estado Lara, que riela al expediente
contentivo de la sentencia dictada el 06/12/2005 y que (sic) por
contravenir la misma el ordenamiento legal y por cuanto, (sic) no
compartimos el criterio asentado (sic) en ella, fue que anunciamos
Recurso de Casación contra dicho fallo, el cual fue oído por la
recurrida...”.
 
Sobre el particular, la Sala ha expresado que el control subjetivo
relacionado con la tutela de los derechos constitucionales, o bien el
objetivo, referido al respeto y acatamiento de las normas
establecidas en la Constitución (entre ellas la referida al derecho
de defensa), es materia propia de otro tipo de recursos o acciones
diferentes de la casación, cuyo propósito es velar por la correcta
interpretación de la ley, y sólo en el caso de que la violación de la
norma de rango legal, sea de tal magnitud que implique la
infracción de orden constitucional, la Sala puede actuar de oficio
para restablecer el error cometido, mas no para declarar la
infracción de la norma constitucional, que en todo caso sólo podría
ser referida por el formalizante para colorear su denuncia, pero
jamás para pretender su declaratoria de violación por parte de la
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“APUNTES CASACIÓN”
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Sala. (Sentencia del 31 de mayo de 2005, Caso: Saber Snih Al Snihs
y otros c/ Comercial Tumas, C.A.).
 
Asimismo, es criterio de la Sala que el recurso de casación es una
petición extraordinaria de impugnación dirigida al control de la
legalidad de los fallos y no de su constitucionalidad. Así quedó
sentado en sentencia dictada el 3 de diciembre de 2001, Caso:
Pablo Antonio Contreras Navarrete c/ Neyra Araceli Rivas, la cual
fue ratificada el 10 de noviembre de 2005, Caso: Martín Tauber
Tauber c/ Simcha Zylberman Zylberberg.
 
Por lo expuesto, la Sala desestima la denuncia de infracción del
ordinal 3º del artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Así se establece...”
 
            De la sentencia antes transcrita se desprende que el control y tutela de
los derechos constitucionales, no es materia propia del recurso extraordinario
de casación, cuya finalidad es velar por la recta aplicación de la ley y mantener
la uniformidad de la jurisprudencia, sino que para la denuncia de normas
constitucionales, el justiciable cuenta con otro tipo de acciones destinadas a
garantizar ese derecho tutelado por la Constitución. Sin embargo, ha dicho la
Sala, que en los casos en que la violación de la norma de rango legal sea de tal
magnitud que implique la infracción del orden constitucional, esta suprema
jurisdicción podrá actuar de oficio para restablecer el error cometido, mas no
para declarar la infracción de la norma constitucional, que en todo caso sólo
podría ser utilizada por el formalizante para colorear o apoyar su denuncia, sin
pretender la declaratoria de violación por parte de la Sala, pues –insistimos- el
recurso extraordinario de casación es un medio de impugnación dirigido al
control de la legalidad de los fallos y no de su constitucionalidad.
 
Todo ello en garantía del legítimo derecho que poseen las partes a la
defensa y libre acceso a los órganos de administración de justicia para ejercer
el derecho a la tutela judicial efectiva de los mismos, derecho de petición,
debido proceso y la obligación legal de todos los jueces de velar por la
integridad de la Carta Magna, garantías estas consagradas en los artículos 49,
numeral 1, 26, 51, 257 y 334 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en concatenación con lo estatuido en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil.
 
         Ahora bien, en el presente caso la infracción de las referidas normas
constitucionales, sirvió de sustento o soporte, para reforzar la infracción legal
delatada por el formalizante, la cual fue desestimada por esta Sala, y en
consecuencia al ser dependiente de la procedencia de dicha infracción legal, la
misma es igualmente desestimada. Así se declara.
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Noviembre/RC.00755- 101108-2008- 06-
500%20ACC.ht ml
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“APUNTES CASACIÓN”
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VICIO DE INFRACCIÓN DE LA LEY


SUPOSICIÓN FALSA
EL VICIO DE EL ERROR EN EL ESTABLECIMIENTO DE LA PRUEBA
 el vicio de suposición falsa, es necesario indicar que el mismo consiste en
la afirmación de un hecho positivo y concreto falsamente establecido por
el juez, a causa de un error de percepción, bien porque atribuyó a actas
del expedientes menciones que no contiene, o porque dio por demostrado
un hecho con pruebas cuya incorporación no consta del expediente, o
porque la inexactitud del hecho establecido en la sentencia queda
demostrado con otras pruebas del expediente mismo. se trata de un
hecho positivo y de ninguna manera puede pretenderse subsumir en los
casos de suposición falsa las conclusiones del juez respecto del caso.  
 la Sala ha sostenido de forma reiterada que este vicio sólo puede ser
cometido por el juez con relación a un hecho establecido en el fallo, razón
por la cual quedan fuera del concepto de suposición falsa  las
conclusiones respecto de las consecuencias jurídicas del hecho, porque se
trataría en tal hipótesis de una conclusión de orden intelectual que
aunque errónea, no configuraría lo que la ley y la doctrina entienden por
suposición falsa cuando se habla de establecimiento de la prueba, se
refiere directamente a su práctica o cómo fue traída al proceso. Por tanto,
las reglas que gobiernan el establecimiento de la prueba regulan, su
formación e inserción en el expediente, de manera que si las mismas son
quebrantadas serán un motivo de denuncia por el perjudicado.

Ahora bien, en relación con el vicio de suposición falsa, es necesario indicar que el mismo
consiste en la afirmación de un hecho positivo y concreto falsamente establecido por el
juez, a causa de un error de percepción, bien porque atribuyó a actas del expedientes
menciones que no contiene, o porque dio por demostrado un hecho con pruebas cuya
incorporación no consta del expediente, o porque la inexactitud del hecho establecido en
la sentencia queda demostrado con otras pruebas del expediente mismo. En todos lo
casos, se trata de un hecho positivo y de ninguna manera puede pretenderse subsumir en
los casos de suposición falsa las conclusiones del juez respecto del caso.  
 
              Sobre el particular, esta Sala se pronunció, mediante sentencia de fecha 21 de
mayo de 2004, caso: Carmen Reyna de Salazar contra sociedad mercantil Centro Turístico
Recreacional Doral C.A., en el cual dejó sentado lo siguiente:
 
 
“…que la técnica para denunciar la suposición falsa (…)  comprende: a)
indicación del hecho positivo y concreto que el juzgador haya dado
por cierto valiéndose de una falsa suposición; b) indicación específica de
cuál de los tres casos de suposición falsa se refiere la denuncia; c)
señalamiento del acto o instrumento cuya lectura patentice la falsa suposición;
d) indicación y denuncia del texto o los textos aplicados falsamente, porque
(sic) el juez da por cierto un hecho valiéndose de una suposición falsa; y e) la
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“APUNTES CASACIÓN”
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exposición de las razones que demuestren que la infracción cometida es
determinante en el dispositivo de la sentencia.
…Omissis…
…la Sala explicó que el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, prevé
los errores que el sentenciador puede cometer en el juzgamiento de los
hechos, (…)  bien sea de hecho, porque el juez se equivoca al percibir los
hechos que la prueba demuestra, por cuanto atribuyó a actas o instrumentos
del expediente menciones que no contiene, o estableció hechos con pruebas
que no existen, o cuya inexactitud resulta de actas o instrumentos del
expediente, y reitera que las normas jurídicas que resultan infringidas en estos
últimos casos son aquéllas en que fue subsumido el hecho que no tiene
soporte probatorio, pues como consecuencia de que el mismo resulta falso o
inexacto, no existe correspondencia lógica con los hechos en abstracto
previstos en la norma aplicada.
Los extremos mencionados son indispensables para la comprensión de la
denuncia, sin lo cual la Sala estaría impedida de examinar la labor del
sentenciador en la percepción y fijación de los hechos que éste consideró
demostrados en el proceso.
Aunado a ello, la Sala ha sostenido de forma reiterada que este vicio
sólo puede ser cometido por el juez con relación a un hecho
establecido en el fallo, razón por la cual quedan fuera del concepto de
suposición falsa  las conclusiones respecto de las consecuencias
jurídicas del hecho, porque se trataría en tal hipótesis de una
conclusión de orden intelectual que aunque errónea, no configuraría
lo que la ley y la doctrina entienden por suposición falsa. (Sentencia No.
254 de fecha 3 de agosto de 2000, caso: Henry Bravo y otro c/ Protinal, C.A.)
…”. (Negritas de la Sala).
 
 
               De manera que, si se trata de la negativa de un hecho que consta en la
pruebas, el vicio es de naturaleza diferente, y es precisamente el error en el
establecimiento de la prueba lo que corresponde atacar.
 
               En este sentido, cuando se habla de establecimiento de la prueba, se refiere
directamente a su práctica o cómo fue traída al proceso. Por tanto, las reglas que
gobiernan el establecimiento de la prueba regulan, su formación e inserción en el
expediente, de manera que si las mismas son quebrantadas serán un motivo de denuncia
por el perjudicado.
 
               Sin embargo, esta Sala advierte que lo pretendido por el formalizante es atacar
y cuestionar la calificación dada por el ad quem al informe contable consignado por el
demandado, a los fines de producir de forma efectiva la oposición al decreto de ejecución
hipoteca (ordinal 5°, artículo 663 del Código de Procedimiento Civil), lo cual sin duda
configuraría una denunciada basada en el supuesto error del juez en el establecimiento de
la prueba, y no por falta de aplicación ni suposición falsa cometida por el ad quem en los
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“APUNTES CASACIÓN”
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términos planteados. http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Octubre/RC.00638-71008-
2008-07-860.html
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“APUNTES CASACIÓN”
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REIVINDICACIÓN
VICIO DE FALSA APLICACIÓN DE LA NORMA
 el vicio de falsa aplicación consiste en el error que comete el sentenciador
cuando establece una falsa relación de los hechos, en principio correctamente
establecidos por el Juzgador, y el supuesto de hecho de la norma, también
correctamente aplicada, que conduce a que se utilice una norma jurídica no
destinada a regir el hecho concreto
 en cuanto a los motivos que generan la denuncia por infracción de ley, el
artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, ordinal 2° prevé, …la falsa
aplicación de una norma jurídica, la cual supone la aplicación efectiva de una
norma que ha realizado el juez, a una situación de hecho que no es la que
ésta contempla
 la acción de reivindicación como aquella que “...puede ejercitar el propietario
que no posee contra el poseedor que no puede alegar un título jurídico como
fundamento de su posesión
 La acción reivindicatoria se halla dirigida, por tanto, a la recuperación de la
posesión sobre la cosa y a la declaración del derecho de propiedad discutido
por el autor del derecho lesivo. En esta hipótesis, la restitución del bien
aparecería como una resultante del derecho de propiedad, reconocido por el
pronunciamiento del órgano jurisdiccional competente. la acción de
reivindicación se halla condicionada a la concurrencia de los siguientes
presupuestos: 1) el derecho de propiedad del reivindicante; 2) el hecho de
encontrarse el demandado en posesión de la cosa reivindicada; 3) la falta de
derecho de poseer del demandado y; 4) la identidad de la cosa reivindicada,
esto es, que la cosa reclamada sea la misma sobre la cual el demandante
alega derechos como propietario.
 corresponde exclusivamente al propietario contra el poseedor que no es
propietario. En consecuencia, recae sobre el actor la carga de la prueba de su
derecho de propiedad y, de la posesión que el demandado ejerce sobre el bien
reivindicadola propiedad del bien inmueble demostrada con justo título,
[constituye] uno de los elementos de mayor peso, si no el más trascendental,
a los fines de producir una decisión apegada a derecho... en atención al
derecho del propietario de una cosa de reivindicarla de cualquier poseedor o
detentador...
 La Sala reitera los criterios jurisprudenciales precedentes, y deja sentado que
dada las características de la acción reivindicatoria, ésta sólo puede ser
propuesta única y exclusivamente por quien es efectivamente titular del
derecho de propiedad para el momento de presentada la demanda, sobre el
cual recae la carga de demostrar tal cualidad frente al demandado, quien sólo
es detentador del inmueble.
 la Sala Constitucional se ha pronunciado sobre el particular. el propietario
demandante que pretende se le reivindique en sus derechos, debe presentar
como instrumento fundamental de la demanda el título o documento donde
acredite su propiedad verificándose de autos que el demandante acredite la
propiedad del inmueble cuya reivindicación solicita
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“APUNTES CASACIÓN”
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 La Sala reitera el criterio anteriormente transcrito, y deja sentado que el
propietario demandante que pretende se le reivindique en sus derechos, debe
presentar como instrumento fundamental de la demanda, el título o
documento que acredite su propiedad, con el fin de demostrar la propiedad
del inmueble cuya reivindicación solicita.
 para reivindicar un bien, quien demanda tiene que alegar y demostrar ser
titular del derecho de propiedad del bien objeto del juicio, es decir, los
elementos fácticos de la propiedad deben constar en autos inequívocamente,
para que el juez de la causa declare cumplidos los presupuestos de la acción

La Sala para decidir observa:

La formalizante fundamenta la única denuncia por infracción de ley, en la falsa


aplicación del artículo 548 del Código Civil. En reiteradas decisiones, la Sala ha dejado
sentado que el vicio de falsa aplicación consiste en el error que comete el sentenciador
cuando establece una falsa relación de los hechos, en principio correctamente
establecidos por el Juzgador, y el supuesto de hecho de la norma, también correctamente
aplicada, que conduce a que se utilice una norma jurídica no destinada a regir el hecho
concreto. (Ver, entre otras, sentencia del 30 de noviembre de 2007, Caso: Central
Azucarero del Táchira (CAZTA) C.A., c/ Corporación Afianzadora de Venezuela C.A.).

Asimismo, esta Sala en criterio sostenido en sentencia del 12 de agosto de


2005, en el juicio de sociedad mercantil Banco Latino S.A.C.A. y la sociedad mercantil
Inversiones Amalgama C.A c/ la sociedad mercantil Inversiones Fococam, C.A., expresó
que “…en cuanto a los motivos que generan la denuncia por infracción de ley, el artículo
313 del Código de Procedimiento Civil, ordinal 2° prevé, …la falsa aplicación de una norma
jurídica, la cual supone la aplicación efectiva de una norma que ha realizado el juez, a una
situación de hecho que no es la que ésta contempla…” .

La sentencia recurrida dispuso sobre el objeto de la presente controversia, lo


siguiente:

“...En cuanto al documento traído al proceso por la actora, para demostrar su


propiedad sobre el cincuenta por ciento (50%) de los derechos cuya devolución
reclama, el tribunal observa: Que el referido documento se otorgó en fecha 11
de julio de 1966, bajo el N° 5, tomo 4, Protocolo Primero por ante la Oficina
Subalterna del Primer Circuito de Registro del Distrito Sucre, datos estos
coincidentes con el documento de adquisición de la totalidad de los derechos
de propiedad sobre el tantas veces señalado inmueble por CARL ALEXANDER
BRATT, estando casado con OLGA MARTÍN MEDINA, ello es corroborado por el
propio CARL ALEXANDER BRATT, en el documento donde vendió los derechos
objeto de reivindicación a los demandados EDGAR RAMÓN TELLES y NANCY
JOSEFINA GUILLÉN DE TELLES, que ya se analizó, donde afirma: “El referido
inmueble me pertenece así: un cincuenta por ciento (50%) por haberlo
adquirido para la comunidad conyugal que tenía con OLGA MARTÍN de BRATT,
según consta de documento protocolizado en la Oficina Subalterna del Quinto
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“APUNTES CASACIÓN”
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Circuito de Registro del Distrito Sucre del estado Miranda, el 11 de julio de
1966, bajo el N° 5, Tomo 4, Protocolo Primero”.
Esta Superioridad observa que hay discrepancia entre lo afirmado por la
representación demandada, en el sentido que la adjudicación de los derechos
de propiedad en su vendedor CARL ALEXANDER BRATT, consta en la solicitud
conjunta de divorcio por el artículo 185-A del Código Civil (Vale decir título
inmediato de adquisición) y lo afirmado por el propio vendedor CARL
ALEXANDER BRATT en el documento de venta de los derechos a los
demandados objeto de éste análisis, según acabamos de ver, que le pertenece
un 50% por “separación de bienes”, (vale decir título inmediato de propiedad),
el tribunal observa que en efecto, en el documento de solicitud de divorcio que
alegan los demandados, los cónyuges de mutuo acuerdo estipularon sobre el
destino de los bienes y se hicieron recíprocas adjudicaciones de bienes, la cual
al ser analizadas, a la luz de las disposiciones legales que regulan la materia,
concluye que el documento de solicitud de divorcio no es un acto válido de
“separación de bienes”, ni documento idóneo de adjudicación, partición de
comunidad, o “separación de bienes” como lo llaman los demandados, capaz
de transferir la propiedad al adjudicatario, en virtud que para el momento en
que lo realizan, el vínculo del matrimonio aún existe entre los cónyuges OLGA
MARTÍN MEDINA y CARL ALEXANDER BRATT.
Este ha sido el criterio de la Sala de Casación Civil, tanto de la extinta Corte
Suprema de Justicia como del actual Tribunal Supremo de Justicia. Así, en
sentencia de fecha 22 de junio de 2001, la Sala de Casación Civil, con ponencia
de Franklin Arrieche G., en el juicio de Albito Marino Castillo Useche contra
Maura Araque Moncada, al resolver el recurso de casación en un juicio
semejante al de marras, en su parte pertinente, indicó:…
...Omissis...
Del análisis del documento de solicitud conjunta de divorcio, se observa, que
entre los acuerdos de los cónyuges, ciertamente se encuentra lo relativo a los
derechos de propiedad sobre la parcela de terreno y la casa sobre él levantada,
objeto de éste juicio, los cuales adjudican al cónyuge CARL ALEXANDER
BRATT, pero que como ya se dijo, no puede considerarse una adjudicación o
liquidación de comunidad, o “separación de cuerpos” válida. Los demandados
alegan que cuando el tribunal del divorcio en la sentencia expresó: “Por cuanto
las partes de común acuerdo, optaron por partir y liquidar la comunidad
conyugal que entre ellos existía, nada tiene el tribunal que estatuir al
respecto”, homologó dicho convenimiento; quien decide no comparte ese
criterio, pues como ya quedó establecido ello es contrario a derecho y
equivaldría a convalidar una disolución y liquidación voluntaria de comunidad
conyugal, que la ley declara ad initio nulo de toda nulidad por estar las partes
unidas para el momento de la solicitud de divorcio por el vínculo del
matrimonio.
En efecto, la parte in fine del artículo 173 del Código Civil, indica: “(...) toda
disolución y liquidación voluntaria es nula salvo lo dispuesto en el artículo 190”
de donde es forzoso concluir que no se puede admitir que esa supuesta
liquidación de la comunidad de gananciales o “separación de bienes” existiendo
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“APUNTES CASACIÓN”
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el vinculo del matrimonio, sea válida, si el legislador la declara nula ab initio ,
en este mismo orden de ideas, el artículo 186 ejusdem establece: “Ejecutoriada
la sentencia que declaró el divorcio, queda disuelto el matrimonio, y cesará la
comunidad entre los cónyuges y se procederá a liquidarla (...).
Después de disuelto el matrimonio y ejecutoriada la sentencia, los excónyuges,
pueden liquidar la comunidad, por lo que mal puede considerarse esa solicitud
conjunta de divorcio o esa "separación de bienes", contenida en la solicitud
conjunta de divorcio, título inmediato de propiedad de los bienes a que ella se
refiere, como pretenden los demandados, el tribunal una vez más observa que
no consta en autos la homologación de ese preacuerdo sobre los bienes, que
los cónyuges hicieran en la solicitud de divorcio por el artículo 185-
A, por lo que la comunidad se tiene que tener como no liquidada. Y así se
decide.
Por todo lo antes expuesto, visto que efectivamente CARL ALEXANDER BRATT,
adquirió la totalidad de los derechos de propiedad sobre el bien objeto de este
juicio, estando casado con la actora, lo cual no fue objeto de discusión ni de
controversia, y comparados y analizados como han sido ambos documentos, y
viendo que la solicitud de divorcio "separación de bienes" como la llaman los
demandados, no es documento válido de partición ni adjudicación, por lo que
no logró la transferencia de la propiedad de los bienes objeto de la misma, y
ante la falta de homologación por el tribunal de la adjudicación que de el (sic)
bien objeto de este juicio se hicieran los cónyuges en la solicitud conjunta de
divorcio, el documento traído al proceso por la actora OLGA MARTÍN MEDINA,
para demostrar la propiedad sobre los derechos objeto de reivindicación,
prueba la adquisición del cien por ciento (100%) (sic) los derechos sobre el
bien objeto de este litigio por ALEXANDER BRATT estando casado con la actora
OLGA MARTÍN MEDINA y por ende la propiedad que se atribuye la actora de
ese 50% que le corresponde en la comunidad. Y así se decide.
En cuanto al documento de venta de los derechos objeto de este juicio por
CARL ALEXANDER BRATT a los demandados, también traído al proceso por la
actora, y cuyo merito invocaron los demandados, para demostrar la propiedad
de los derechos, a juicio de este Tribunal, carece de eficacia jurídica como tal
documento de adquisición de ese cincuenta por ciento (50%) que a decir de su
vendedor CARL ALEXANDER BRATT, le pertenece por "separación de bienes"
emanada por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y estado Miranda, en fecha 18 de
julio de 1986, por cuanto como ya quedó establecido en este fallo, tal
"partición de bienes", contenida en la solicitud de divorcio, no es acto válido ni
el documento idóneo de adjudicación, partición de comunidad o "separación de
bienes" como lo llaman los demandados, capaz de transferir la propiedad, en
virtud de que para el momento de la solicitud de divorcio, el vínculo del
matrimonio aun existe (sic) entre OLGA MARTÍN MEDINA y CARL ALEXANDER
BRATT, por lo que tal adjudicación no logró su efecto de transferir la propiedad
al cónyuge adjudicatario, siendo que ello es a decir del vendedor su título
inmediato de propiedad, por lo contrario demuestra al tribunal la falta de
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“APUNTES CASACIÓN”
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derecho a poseer por los demandados, y el hecho de la desposesión del que
fue objeto la actora. Y así se decide.
Los demandados al contestar la demanda, con ocasión de identificar el
inmueble adquirido de CARL ALEXANDER BRATT expusieron: "(...)
identificación que corresponde íntegramente al inmueble que este le vendiera a
los señores EDGAR RAMON TELLES Y NANCY JOSEFINA GUILLEN de TELLES,
según consta del referido documento de compra venta que marcado "D", en
autos se señala (...). Siendo así (sic) Tribunal observa que está probado en
autos que la cosa objeto de reivindicación y sobre la cual la actora alega ser
propietaria del 50% de los derechos, es la misma que poseen los demandados,
producto del negocio que hicieran con CARL ALEXANDER BRATT, y además que
ello en ningún momento fue objeto de discusión ni rechazo, ni contradicción
por los demandados, por lo que el tribunal concluye que la cosa objeto de
reivindicación es la misma que poseen los demandados, quienes aceptaron el
debate, creyéndose propietarios de la misma cosa demandada. Y así se decide.
Este sentenciador considera que en el caso bajo análisis se han cumplido los
requisitos de procedencia de la acción de reivindicación, que la actora probó al
tribunal el derecho de propiedad sobre la cosa objeto de reivindicación; la falta
de derecho a poseer los demandados la cosa objeto de litigio; el hecho de
encontrarse los demandados en posesión de los derechos reclamados, por
documento registrado por ante la oficina Subalterna respectiva; la identidad de
la cosa que se pretende reivindicar con aquella sobre la cual existe el derecho
de propiedad de la actora. Por todo lo expuesto este Superior encuentra llenos
los extremos del artículo 548 del Código Civil...”. (Mayúsculas de la recurrida).

De la transcripción de la sentencia, se evidencia que el sentenciador


fundamenta su decisión en el hecho que el juez que dictó la decisión de separación de
cuerpos de los cónyuges Olga Marín Medina y Carl Alexander Bratt Betancourt, no
homologó efectivamente el convenio de partición amistosa realizado por ambos, al
momento de presentar la solicitud ante ese tribunal. Asimismo, dejó sentado que la
disolución y liquidación voluntaria de la comunidad conyugal convenida por los
demandados, es contraria a derecho, por cuanto la ley declara ad initio nulo de toda
nulidad este tipo de liquidación voluntaria, por estar las partes unidas, para el momento
de esa solicitud, por el vínculo del matrimonio, razón por la cual consideró que dicha
partición no tenía efecto jurídico.

Finalmente, estableció que al haber quedado demostrado que el inmueble


demandado es el mismo al que detentan actualmente los demandados, declaró con lugar
la demanda y ordenó la reivindicación, a favor de Olga Marín Medina, del cincuenta por
ciento (50%) de los derechos de propiedad sobre el inmueble constituido por una parcela
de terreno ubicada en la calle AC-2 de la Urbanización Caurimare, marcada con el N° 303
de la zona “C” del Municipio Baruta del Distrito Sucre del estado Miranda, que su ex-
cónyuge había vendido a los demandados en fecha 30 de noviembre de 1995, esto es,
luego que adquirió firmeza la sentencia que disolvió el vínculo conyugal entre ambos.
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“APUNTES CASACIÓN”
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Ahora bien, el artículo 548 del Código Civil, dispone:

“El propietario de una cosa tiene el derecho de reivindicarla de cualquier


poseedor o detentador, salvo las excepciones establecidas por las leyes.
Si el poseedor o detentador después de la demanda judicial ha dejado de
poseer la cosa por hecho propio, está obligado a recobrarla a su costa por
cuenta del demandante; y, si así no lo hiciere, a pagar su valor, sin perjuicio de
la opción que tiene el demandante para intentar su acción contra el nuevo
poseedor o detentador”.

De la norma transcrita se evidencia, que el propietario de una cosa tiene


derecho a reivindicarla de cualquier poseedor o detentador, salvo las excepciones
establecidas por las leyes.

El maestro Gert Kummerow citando a Puig Brutau describe la acción de


reivindicación como aquella que “...puede ejercitar el propietario que no posee contra el
poseedor que no puede alegar un título jurídico como fundamento de su posesión…” .
Asimismo, cita a De Page quien estima que la reivindicación es “…la acción por la cual una
persona reclama contra un tercero detentador la restitución de una cosa de la cual se
pretende propietario…” , e indica que ambos conceptos fundan la reivindicación en la
existencia de un derecho (la propiedad) y en la ausencia de la posesión del bien
legitimado activo. Suponen, a la vez, desde el ángulo del legitimado pasivo, la detentación
o posesión de la cosa sin el correlativo derecho.

La acción reivindicatoria se halla dirigida, por tanto, a la recuperación de la


posesión sobre la cosa y a la declaración del derecho de propiedad discutido por el autor
del derecho lesivo. En esta hipótesis, la restitución del bien aparecería como una
resultante del derecho de propiedad, reconocido por el pronunciamiento del órgano
jurisdiccional competente. (Bienes y Derechos Reales, quinta edición, McGraw-Hill
Interamericana, Caracas 2002, p.348).

Continua expresando el maestro Kummerow en la obra comentada (p.353), que


la acción de reivindicación se halla condicionada a la concurrencia de los siguientes
presupuestos: 1) el derecho de propiedad del reivindicante; 2) el hecho de encontrarse el
demandado en posesión de la cosa reivindicada; 3) la falta de derecho de poseer del
demandado y; 4) la identidad de la cosa reivindicada, esto es, que la cosa reclamada sea
la misma sobre la cual el demandante alega derechos como propietario.

Asimismo, indica (pág. 353) que la legitimación activa “...corresponde


exclusivamente al propietario contra el poseedor que no es propietario. En
consecuencia, recae sobre el actor la carga de la prueba de su derecho de
propiedad y, de la posesión que el demandado ejerce sobre el bien reivindicado.
Con ello, la determinación de la cosa, viene a ser una consecuencia lógica en la
demostración de la identidad. Faltando la demostración del derecho de propiedad,
el actor sucumbirá en el juicio aunque el demandado no pruebe, de manera clara e
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“APUNTES CASACIÓN”
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indubitable, su derecho en apoyo de la situación en que se encuentra... La falta de
título de dominio, impide que la acción prospere, aun cuando el demandado
asuma una actitud puramente pasiva en el curso del proceso...” . (Negritas de la
Sala).

El criterio de la Sala, va dirigido en esta misma corriente. En efecto, en


decisión del 3 de abril de 2003, caso: Marcella del Valle Sotillo y Pedro Fajardo Sotillo
contra Irlanda Luz Mago Orozco, la Sala dejó sentado que “...la propiedad del bien inmueble
demostrada con justo título, [constituye] uno de los elementos de mayor peso, si no el más
trascendental, a los fines de producir una decisión apegada a derecho... en atención al derecho
del propietario de una cosa de reivindicarla de cualquier poseedor o detentador...”.

Asimismo, la Sala en sentencia N° 947 del 24 de agosto de 2004, en el juicio de


Rafael José Marcano Gómez contra Rosaura del Valle Hernández Torres, la Sala estableció que
“...en el caso de la reivindicación, es necesario que: 1) El demandante alegue ser propietario de
la cosa; 2) Que demuestre tener título justo que le permita el ejercicio de ese derecho; 3) Que
la acción vaya dirigida contra el detentador o poseedor de la cosa y que éste a su vez no tenga
derecho sobre el bien; y, 4) Que solicite la devolución de dicha cosa...”. Asimismo, señaló que
en el caso de la acción reivindicatoria el actor debe solicitar al tribunal “...la restitución del
derecho de propiedad, apoyado en que tiene justo título y quien posee, usa y disfruta el
inmueble no es el propietario del bien...”.

La Sala reitera los criterios jurisprudenciales precedentes, y deja sentado que


dada las características de la acción reivindicatoria, ésta sólo puede ser propuesta única y
exclusivamente por quien es efectivamente titular del derecho de propiedad para el
momento de presentada la demanda, sobre el cual recae la carga de demostrar tal
cualidad frente al demandado, quien sólo es detentador del inmueble.

En similar sentido, la Sala Constitucional se ha pronunciado sobre el particular.


Así, en decisión del 26 de abril de 2007, caso: de Gonzalo Palencia Veloza, estableció
respecto de la acción reivindicatoria que:

“...el propietario demandante que pretende se le reivindique en sus derechos,


debe presentar como instrumento fundamental de la demanda el título o
documento donde acredite su propiedad verificándose de autos que el
demandante acredite la propiedad del inmueble cuya reivindicación solicita
como parte de mayor extensión del inmueble que adquirió conforme a
documento registrado por ante de Registro Público del Municipio Alberto
Adriani del estado Mérida, cuyos linderos y demás datos han sido lo
suficientemente especificados, a excepción del documento donde consta su
aclaratoria sobre la ubicación real, que riela a los folios 9 y 10 como
instrumento fundamental de la demanda, parte alta de la Blanca sector La
Montañita al finalizar de la carretera asfaltada al lado derecho jurisdicción de la
Parroquia Rafael Pulido Méndez, Municipio Alberto Adriani del estado
Mérida...”.
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“APUNTES CASACIÓN”
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La Sala reitera el criterio anteriormente transcrito, y deja sentado que el


propietario demandante que pretende se le reivindique en sus derechos, debe presentar
como instrumento fundamental de la demanda, el título o documento que acredite su
propiedad, con el fin de demostrar la propiedad del inmueble cuya reivindicación solicita.

Dicho con otras palabras, para reivindicar un bien, quien demanda tiene que
alegar y demostrar ser titular del derecho de propiedad del bien objeto del juicio, es decir,
los elementos fácticos de la propiedad deben constar en autos inequívocamente, para que
el juez de la causa declare cumplidos los presupuestos de la acción.

Quiere decir, que la demanda debe ser declarada con lugar si siendo ella
ajustada a derecho, la demandante prueba ser titular del derecho de propiedad del
inmueble con el título o documento que lo acredite y quien ocupa el inmueble es un
simple detentador o poseedor de la cosa, por lo que en casi todos los casos, como quedó
establecido precedentemente, la carga de la prueba corresponde al demandante
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Marzo/RC-00140-240308-03653.htm

INVALIDACIÓN
OPORTUNIDAD DEL RECURSO
CLASES DE SENTENCIA QUE ADMITE EL RECURSO
En lo referente a las sentencias contra las cuales procede la invalidación, el
artículo 327 del Código de Procedimiento Civil, establece lo siguiente:
 
“…El recurso extraordinario de invalidación procede contra las
sentencias ejecutorias, o cualquier otro acto que tenga fuerza de
tal…”
 
         En relación a lo anterior, esta Sala en Sentencia de fecha 16 de mayo de
2003, Caso: Nelson Guillermo Colina Medina, contra la decisión de fecha 30 de
junio de 1999 dictada por el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil
y del Tránsito del Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del estado
Portuguesa, con sede en Acarigua, dejó establecido lo siguiente         
“…Ahora bien, con el propósito de precisar el tipo de decisiones
contra las cuales puede interponerse el juicio de invalidación , y ante
cuál órgano jurisdiccional, es necesario transcribir a continuación lo
previsto en el artículo 327 del Código de Procedimiento Civil:  
“...Siempre que concurra alguna de las causas que se enumeran en el artículo
siguiente, el recurso extraordinario de invalidación procede contra las sentencias
ejecutorias, o cualquier otro acto que tenga fuerza de tal...”.
Por su parte, el artículo 329 eiusdem, dispone al respecto:
   
“...Este recurso se promoverá ante el Tribunal que hubiere dictado la sentencia
ejecutoriada cuya invalidación se pida, o ante el Tribunal que hubiere homologado el
acto que tenga fuerza de tal...”.
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“APUNTES CASACIÓN”
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En el caso bajo estudio, la Sala observa que, efectivamente, como lo señalaron los
juzgados de instancia, la sentencia proferida por el Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y con Competencia Transitoria de Protección al
Niño y del Adolescente del Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del estado
Portuguesa, con sede en Acarigua, es la decisión que adquirió el carácter de
sentencia ejecutoriada a que alude el mandamiento del artículo 327 antes
transcrito, al haber sido declarado perecido el recurso de casación anunciado en su
contra, lo que determinaría, en principio, que es ese tribunal el que debería conocer
el juicio de invalidación….” (Negrillas y subrayado  de la Sala).
 
         De lo anterior se colige que la invalidación debe ser propuesta contra la
sentencias con autoridad de cosa juzgada, por haber precluido la oportunidad
de ejercer contra ellas los recursos establecidos en la ley, en las cuales se
hayan cometido irregularidades enunciadas en el artículo 328 del Código de
Procedimiento Civil.
         De modo que, el juicio de invalidación, tiene lugar únicamente contra
“las sentencias ejecutorias o cualquier otro acto que tenga fuerza de tal”,
entiéndase, a aquellas sentencias definitivamente firme, contra las cuales
fueron agotados los recursos establecidos en la ley.
         Aunado a lo anterior, es menester destacar que lo relativo a  la
admisibilidad de la invalidación viene dado por el cumplimiento de lo pautado
en el artículo 341 del código adjetivo, es decir, que la misma no sea contraria
al orden público, a las buenas costumbres o a alguna disposición expresa de la
Ley. http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Julio/RC.00448- 17708-2008- 04-
744.html

RECURSO DE NULIDAD
 el recurso de nulidad está dirigido a delatar la consonancia de la
sentencia del Tribunal de reenvío con la doctrina de casación que la
antecedióÇ
 no es posible realizar el recurso de nulidad para denunciar vicios
de procedimiento anteriores ni posteriores a la sentencia de reenvío, o de
construcción de esa misma decisión,
 las denuncias del recurso de actividad que deberá interponerse en
forma subsidiaria al de nulidad, o en forma principal si no hubiese
razones para presentar el primero.

En este sentido, la Sala, en decisión de fecha 20 de diciembre de


2001, juicio Banunión N.V. contra Asfalto de Petróleo Asfapetrol, C.A. y otra,
expediente 00-101, sentencia Nº 479, con ponencia del Magistrado que con
tal carácter suscribe ésta , se dejó sentado lo siguiente:
“...Esto es, más de treinta años después, el turbulento avance de la materia dejó claro
que, inclusive, sólo procede el recurso de nulidad que plantea el artículo 323 del
Código de Procedimiento Civil, en este único supuesto:
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“APUNTES CASACIÓN”
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‘Cuando la Sala de Casación Civil ha casado una sentencia por error
de juicio o error in iudicando y el Juez de reenvío contraría la
doctrina desarrollada en el fallo. No puede intentarse el recurso de
nulidad cuando la Sala de Casación Civil ha casado una sentencia
por vicio de actividad, ya que en este caso se repone la causa y se
sustancia de nuevo el juicio por el juez de reenvío que no está
atado sino por la obligación de respetar las reglas de derecho, en
dicha sustanciación, y en la elaboración de la nueva sentencia”
(Sentencia de 24 de abril de 1998, en el juicio de Inversora
Findam, S. A. contra La Porfia, C. A.)’.
Como se podrá notar, el desarrollo del tema ha dado fructíferas
enseñanzas, siendo una de éllas, la más notable, que el recurso de
nulidad está dirigido a delatar la consonancia de la sentencia del
Tribunal de reenvío con la doctrina de casación que la antecedió, siempre
y cuando se refieran a errores de juzgamiento. Luego, no es posible
realizar el recurso de nulidad para denunciar vicios de procedimiento
anteriores ni posteriores a la sentencia de reenvío, o de construcción de esa
misma decisión, lo cual quedará en el dominio de las denuncias del
recurso de actividad que deberá interponerse en forma subsidiaria al
de nulidad, o en forma principal si no hubiese razones para presentar
el primero.
Como el recurso de nulidad de la demandante se refiere a problemas
típicos de actividad previa a la sentencia de reenvío, y no aparece el
señalamiento sobre la disconformidad de la sentencia recurrida con la tesis
de casación, esta Sala debe declarar sin lugar dicho recurso en el
dispositivo del presente fallo. Asi se decide...”
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/Julio/RNyC- 00005- 310703-
01891.htm
 

RECURSO DE NULIDAD
El artículo 323 del Código de Procedimiento Civil, faculta a las partes para proponer el
recurso de nulidad contra la sentencia dictada por el juez de reenvío que desacate la
decisión de esta Sala.
 
Esta Sala, mediante sentencia de fecha 24 de abril de 1998, caso Sociedad
Mercantil Inversora Findam, S.A., contra Corporación La Porfía C.A., señaló que dicho
recurso sólo procede contra la decisión que haga caso omiso del pronunciamiento sobre el
quebrantamiento de ley declarado por la Sala, ello en virtud de que en los casos en que
prosperan denuncias por defecto de actividad la consecuencia es la nulidad y reposición
de la causa al estado que en ella se determine y, por ende, el juez adquiere plena
jurisdicción para decidir nuevamente el asunto planteado; en tanto que en los de
infracción de ley, la decisión dictada por esta Sala es de carácter vinculante para el juez
de reenvío, quien debe fallar sujetándose a lo pautado por la Sala en su sentencia.
WOLFRED B MONTILLA (wbmb@cantv.net)
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“APUNTES CASACIÓN”
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El criterio antes expuesto fue reiterado en sentencia N° 94, de fecha 27 de abril
de 2001 (José Luis Tinoco contra Alejandra Palacios de Tinoco), en la que se expresó:
 
 
“...El alcance de esta norma fue precisado en sentencia de fecha 24 de abril de
1998, (Sociedad Mercantil Inversora Findam, S.A., contra la Corporación La
Porfía C.A.), y en esa oportunidad, la Sala dejó sentado que el recurso de
nulidad sólo procede cuando el fallo de alzada resulta nulo por contener
quebrantamientos de ley, y el juez de reenvío, al dictar su decisión, no acata el
pronunciamiento sobre la infracción declarada.
 
Este criterio obedece a los efectos derivados de la procedencia del recurso de
casación, pues en los casos previstos en el ordinal 1º del artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil, que comprende los motivos por defecto de
actividad, se decreta la reposición de la causa y la consecuente nulidad de los
actos procesales, por lo que el juez de alzada adquiere plena jurisdicción para
examinar la controversia; mientras que en las hipótesis contenidas en el ordinal
2º del referido artículo, la Sala establece la correcta aplicación del derecho y,
por ende, fija un criterio que debe ser acatado por el juez, el cual tiene cosa
juzgada respecto del punto considerado.
 
La consecuencia lógica es la de que si no existe doctrina que deba acatarse, no
hay lugar a la admisión del recurso de nulidad, que “... procede solamente
contra la sentencia de reenvío ocasionada por la casación fundamentada en
errores de juicio que vinculan inexorablemente al juez de reenvío a la doctrina,
tanto estimatoria como desestimatoria, que impone la Sala de Casación Civil en
su sentencia. (sentencia de la Sala de Casación Civil de fecha 24 de abril de
1998, en el juicio incoado por la sociedad mercantil Inversora Findam, S.A.,
contra la Corporación La Porfía, C.A., expediente N° 97-422)...”
 
En
aplicación de las consideraciones expuestas al caso concreto, la Sala observa
que el recurso de nulidad fue propuesto en fecha 29 de septiembre de 2000,
contra una sentencia dictada por un juez superior, en sustitución de la anulada
por la Sala con base en la infracción del artículo 243 ordinal 5º, del Código de
Procedimiento Civil.
 
En consecuencia, no está dado el supuesto previsto en el artículo 323 del
Código de Procedimiento Civil, pues la sentencia fue casada por
quebrantamientos de forma, y no por errores de juzgamiento, lo cual determina
que no hubo examen de la Sala sobre la correcta aplicación del derecho y, por
tanto, no existe doctrina que deba ser acatada por el sentenciador superior...”.
 
En el caso concreto, no está dado el supuesto establecido en el artículo 323 del Código
de Procedimiento Civil, pues la sentencia contra la cual se ejerció el recurso de nulidad
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“APUNTES CASACIÓN”
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fue dictada por el juez en virtud de la declaratoria con lugar del recurso de casación,
por quebrantamiento del artículo 243 ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil. Es
decir, la sentencia recurrida en nulidad sustituyó a la casada por la Sala, en virtud de
un defecto de forma.
 
En consecuencia, al no tratarse de una sentencia de reenvío que haya desacatado la
doctrina vinculante de la Sala, el recurso de nulidad formulado contra la sentencia
dictada por el tribunal de alzada es inadmisible. Así se decide.
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/agosto/rn-0222-020801-01372.htm

RECURSO DE NULIDAD

Esta
Sala de Casación Civil, mediante sentencia N° 94, de fecha 27 de abril de 2001, caso: Sociedad
Mercantil Inversora Findam, S.A., contra la Corporación La Porfia, C.A., expediente N° 97-422,
expresó lo siguiente:
“...la Sala dejó sentado que el recurso de nulidad sólo procede cuando el fallo de alzada resulta nulo por
contener quebrantamientos de ley, y el juez de reenvío, al dictar su decisión, no acata el pronunciamiento
sobre la infracción declarada.
Este criterio obedece a los efectos derivados de la procedencia del recurso de casación, pues en los casos
previstos en el ordinal 1° del articulo 313 del Código de procedimiento Civil, que comprende los motivos por
defecto de actividad, se decreta la reposición de la causa y la consecuente nulidad de los actos procesales,
por lo que el juez de alzada adquiere plena jurisdicción para examinar la controversia; mientras que en las
hipótesis contenidas en el ordinal 2° del referido artículo, la Sala establece la correcta aplicación del derecho y,
por ende, fija un criterio que debe ser acatado por el juez, el cual tiene cosa juzgada respecto del punto
considerado.
La consecuencia lógica es la de que si no existe doctrina que deba acatarse, no hay lugar a la admisión del
recurso de nulidad, que ...procede solamente contra la sentencia de reenvío ocasionada por la Casación
fundamentada en errores de juicio que vinculan inexorablemente al juez de reenvío a la doctrina, tanto
estimatoria como desestimatoria, que impone la Sala de Casación Civil en su sentencia...”.

En el presente caso, la Sala constata que la sentencia de alzada se produjo como


consecuencia de la declaratoria con lugar de un vicio por defecto de actividad, de conformidad
con la sentencia de esta Sala de fecha 8 de septiembre de 2004,
En efecto, la anterior sentencia de casación anuló el fallo de Alzada por razones de
forma (violación del artículo 243, ordinal 6º del Código de Procedimiento Civil), por lo cual la
decisión luego dictada, producto de la reposición, no tiene el carácter de sentencia de reenvío,
sino que se trata de una nueva decisión de Alzada, producto de haberse declarado la nulidad de
la anterior sentencia, por tanto, el recurso de nulidad resulta inadmisible. Así se
decidehttp://www.tsj.gov.ve/decisiones/scc/octubre/rn-00665-141005-05159.htm
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“APUNTES CASACIÓN”
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RECURSO DE CASACIÓN
CUANTIA NECESARIA PARA EL EJERCICIO
JURISPRUDENCIA VINCULANTE
 La cuantía necesaria para acceder a casación, debe ser la misma que
imperaba para el momento en que se interpuso la demanda, pues es en
ese momento en el cual el actor determina el derecho a la jurisdicción y
la competencia por la cuantía
 Se aplica este criterio a las nuevas demandas que se inicien con
posterioridad a la publicación en la Gaceta Oficial del presente fallo y
para las causas que se encuentren en trámite siempre que el tribunal
correspondiente aún no hubiere emitido pronunciamiento sobre la
admisibilidad del recurso de casación
 Juzgador correspondiente deberá determinar -con base a los
parámetros anteriormente expuestos- la cuantía exigida para el
momento en que fue presentada la demanda, y en caso que la cuantía
exigida sea la establecida en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, deberá calcularse la unidad tributaria vigente para el
momento en el cual fue interpuesta la referida demanda.
JUDISPRUDENCIA
OBITER DICTUM

En
resguardo de los derechos constitucionales al debido proceso, a la defensa, a la igualdad, a
la tutela judicial efectiva y al acceso a la justicia, consagrados en la Carta Magna, esta Sala
en aras de garantizar la supremacía y efectividad de normas y principios constitucionales, así
como su uniforme interpretación y aplicación, estima necesario realizar las siguientes
consideraciones:
Entre
los requisitos de admisibilidad del recurso de casación, es de impretermitible cumplimiento el
de la cuantía. Así, según lo dispuesto en el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, el
monto que se exigía en un primer momento era el que excediera de doscientos cincuenta mil
bolívares (Bs. 250.000,00); posteriormente, a partir del 22 de abril de 1996 por Decreto
Presidencial N° 1.029, se modificó dicha cuantía aumentándola en la cantidad que excediera
de cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,00). Ahora bien, con la entrada en vigencia de
la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela,
dicha cuantía se volvió a modificar, exigiéndose ahora que el interés principal del juicio
exceda de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.), en tal sentido, visto que la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia omitió establecer a partir de cuál momento se aplica la
nueva cuantía a los juicios en curso para determinar la admisibilidad del recurso de casación,
se hace necesario realizar las siguientes precisiones:
En primer lugar, de acuerdo al requisito de la cuantía para acceder a la sede
casacional según el criterio sostenido por la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia el 31 de marzo de 2005 (caso: “Turalca Viajes y Turismo, C.A.”), los Tribunales de la
República deberán tomar en cuenta la fecha en que precluya la primera oportunidad que
tenga el Juez respectivo para dictar sentencia y verificar la cuantía vigente rationae temporis
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“APUNTES CASACIÓN”
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para acceder a la sede casacional, es decir, que si para la fecha en que el Juzgado
respectivo debió decidir y no lo hizo, el juicio tenía casación de acuerdo a la cuantía,
entonces deberá oírse el anuncio de casación interpuesto por el recurrente.
No obstante, el artículo 3 del Código de Procedimiento Civil, establece lo siguiente:
“La jurisdicción y la competencia se determinan conforme a la situación de
hecho existente para el momento de la presentación de la demanda, y no
tienen efecto respecto de ellas los cambios posteriores de dicha situación, salvo que
la ley disponga otra cosa”. (Subrayado y negrillas de la Sala).

En tal
sentido, es el actor el que determina con la presentación de su demanda la competencia y
jurisdicción en su demanda, todo en base con al principio de la perpetuatio fori.

Señalado lo anterior, las leyes no rigen las relaciones jurídicas cuyo decurso ha sido en
tiempos anteriores, especialmente, cuando han originado derechos adquiridos, por ello, las
leyes intertemporales toman evidente relevancia en consideración de su aplicación inmediata
incluso a nivel constitucional y en preservación del principio de la irretroactividad de las leyes.

En efecto, el artículo 24 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,


señala lo siguiente:

“Ninguna disposición legislativa tendrá efecto retroactivo, excepto cuando imponga


menor pena. Las leyes de procedimiento se aplicarán desde el momento mismo de
entrar en vigencia, aun en los procesos que se hallaren en curso; pero en los
procesos penales, las pruebas ya evacuadas se estimarán en cuanto beneficien al
reo o rea, conforme a la ley vigente para la fecha en que se promovieron.
Cuando haya dudas se aplicará la norma que beneficie al reo o a la rea”.

Por otra parte, el artículo 9 del Código de Procedimiento Civil, dispone lo siguiente:

“La ley procesal se aplicará desde que entre en vigencia, aún en los procesos que se
hallen en curso; pero en este caso, los actos y hechos ya cumplidos y sus efectos
procesales no verificados todavía, se regularán por la ley anterior”.
De
manera que, aún cuando las leyes procesales son de aplicación inmediata, las mismas no
pueden tener efecto retroactivo respecto a los actos y hechos ya cumplidos y sus efectos
procesales no verificados todavía; es decir, la ley no debe establecer correcciones en el iter
procedimental salvo que sólo sean aplicables a futuro, pues de aceptarse así las partes
estarían expuestas a sufrir las consecuencias de los cambios sobrevenidos durante el
desarrollo del mismo, más aún cuando el artículo 24 de la Carta Magna prevé que las leyes
de procedimiento son de aplicación inmediata a los procesos en curso, no así deben ceder en
su aplicación ante el supremo derecho a la justicia y de la tutela judicial efectiva, cuando la
cuantía fue estimada bajo la vigencia de una ley anterior.
Al respecto, siendo uno de los pilares fundamentales de la justicia la confianza que
tienen los particulares que un órgano del Poder Público, actúe de manera semejante a la que
ha venido actuando, frente a circunstancias similares o parecidas, considera la Sala que las
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“APUNTES CASACIÓN”
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modificaciones posteriores que determinen el quantum necesario para acceder a la sede
casacional, pueden afectar eventualmente a las partes, pues no están en capacidad de
prever, las alteraciones que en el futuro puedan ocurrir en relación con esa situación y en
caso de ser previsible, no tienen la seguridad que sucedan.

En tal sentido, esta Sala en aras de preservar la seguridad jurídica, la tutela judicial
efectiva y el debido proceso, establece que la cuantía necesaria para acceder a casación,
debe ser la misma que imperaba para el momento en que se interpuso la demanda,
pues es en ese momento en el cual el actor determina el derecho a la jurisdicción y la
competencia por la cuantía y por ello considera cumplido el quantum requerido por el legislador
para acceder en sede casacional, pues las partes no están en disposición de prever las
modificaciones de la cuantía a que hubiere lugar durante la tramitación del proceso para
acceder en casación. Así se decide.

Por otra parte, con la entrada en vigencia de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, la cuantía para acceder en casación quedó modificada, en efecto el artículo 18 lo
siguiente: “(…) El Tribunal Supremo de Justicia conocerá y tramitará, en la Sala que
corresponda, los recursos o acciones, que deban conocer de acuerdo con las leyes, cuando la
cuantía exceda de tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.) (…)”.

De lo anterior se colige, que para acceder a la sede casacional de acuerdo con la


referida ley la cuantía del juicio deberá exceder a las tres mil unidades tributarias (3.000 U.T.).
Sin embargo, ante los incrementos anuales que sufre la unidad tributaria pudiera estar
afectándose o limitándose la posibilidad de los administrados de acceder en casación ante las
respectivas Salas del Tribunal Supremo de Justicia; en tal sentido, el Juzgador correspondiente
deberá determinar -con base a los parámetros anteriormente expuestos- la cuantía exigida para
el momento en que fue presentada la demanda, y en caso que la cuantía exigida sea la
establecida en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, deberá calcularse la unidad
tributaria vigente para el momento en el cual fue interpuesta la referida demanda.
En
segundo lugar, resulta perentorio precisar el supuesto de admisibilidad del recurso de casación
interpuesto contra las sentencias dictadas por los Tribunales de reenvío, en torno al requisito
aquí analizado. Al respecto, no deberá tomarse en consideración la cuantía para recurrir de una
sentencia de reenvío, pues asiste a la parte interesada, un derecho adquirido a la revisión del
fallo por la sede casacional; lo contrario implicaría la violación de los derechos constitucionales
al debido proceso, a la defensa, de acceso a la justicia y a la igualdad procesal.

Ahora bien, el presente criterio no se aplica en el caso objeto de la presente solicitud de


revisión en salvaguarda a la tutela judicial efectiva y a la confianza legítima que tienen los
particulares en la estabilidad de las decisiones judiciales, pues la decisión contra la cual se
recurre en revisión fue dictada en el año 2002, momento para el cual el criterio vigente para
acceder en casación era distinto al que hoy se establece en el presente obiter dictum.

En tal sentido, sólo se aplicará este criterio a las nuevas demandas que se inicien con
posterioridad a la publicación en la Gaceta Oficial del presente fallo y para las causas que se
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“APUNTES CASACIÓN”
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encuentren en trámite siempre que el tribunal correspondiente aún no hubiere emitido
pronunciamiento sobre la admisibilidad del recurso de casación. Así se declara.

En consecuencia, se ordena la publicación del presente fallo en la Gaceta Oficial de la


República Bolivariana de Venezuela, en virtud del carácter vinculante del presente caso para
todos los Tribunales de la República. En virtud del criterio vinculante expresado en el presente
fallo, se ORDENA su publicación en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela.
http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/julio/1573-120705-05-0309.htm

TERCERÍA. LA CUANTÍA PARA RECURRIR EN CASACIÓN


En cuanto a la cuantía en materia de tercería, la Sala en fecha 31 de marzo de 2000
(Fabiola Espitia de Ramírez contra Nancy Josefina León), expresó lo siguiente:
“...El artículo 371 del Código de Procedimiento Civil establece que la intervención
voluntaria de los terceros se realizará mediante demanda dirigida contra las partes
contendientes, que se propondrá ante el Juez de la causa en primera instancia.
El artículo 372 dispone: “La tercería se instruirá y sustanciará en cuaderno separado”.
El artículo 373 “Si el tercero interviniere durante la primera instancia del juicio principal y
antes de hallarse en estado de sentencia, continuará su curso el juicio hasta llegar a dicho
estado, y entonces se esperará a que concluya el término de pruebas de la tercería, en cuyo
momento se acumularán ambos expedientes para que un mismo pronunciamiento abrace
ambos procesos, siguiendo unidos para las ulteriores instancias”.
El artículo 31 del Código de Procedimiento Civil establece que “Para determinar el valor de
la demanda se sumarán al capital los intereses vencidos, los gastos hechos en la cobranza y la
estimación de los daños y perjuicios anteriores a la presentación de la demanda”.
El artículo 38 eiusdem, dispone: “Cuando el valor de la cosa demandada no conste, pero
sea apreciable en dinero, el demandante la estimará”.
La tercería es una institución por medio de la cual se garantiza a quienes no sean
demandados o actores en un juicio, hacer valer sus derechos en caso de que sus intereses
puedan verse afectados. De allí que la intervención de terceros pueda ser voluntaria o forzada.
El caso de autos se trata de una intervención voluntaria con base en el ordinal 1° del
artículo 370 del Código de Procedimiento Civil, alegando el tercero derechos sobre un inmueble
objeto de una medida preventiva ejecutada en un juicio en el cual no era parte.
Ahora, ese tercero estimó su demanda en Bs. 6.000.000,oo razón por la cual el juzgado
de la causa, que lo era un Juez de Municipio , pasó los autos a un Juez de primera instancia
donde se produjo la sentencia apelada que motivó la hoy recurrida en casación.
Según el artículo 372 del Código de Procedimiento Civil, la tercería se sustanciará en
cuaderno separado, la cual significa que dicha acción es accesoria de la principal, sustanciada
en el cuaderno principal.
Esa demanda a sustanciarse en cuaderno separado, debe proponerse ante el juez de la
primera instancia; es decir, el juez que conoce de la causa entre personas ajenas al tercerista.
Por su parte el artículo 373 ordena que si la causa se hallare antes de la sentencia,
continuará ésta su curso hasta llegar a dicho estado y se esperará a que concluya el término de
pruebas de la tercería en cuyo momento se acumulará para que un mismo pronunciamiento las
abrace a ambas.
Todo lo anterior, lleva a la convicción de que lo principal es la demanda principal y lo
accesorio, que debe seguir la suerte de aquél, es la demanda de tercería.
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“APUNTES CASACIÓN”
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De allí que no concibe esta Sala el hecho de que la estimación del valor en una demanda
de tercería pueda producir la incompetencia del juez que viene conociendo de lo principal. Este
hecho adquiere superlativa importancia si se toma en cuenta que según el artículo 38 del
Código de Procedimiento Civil, el actor estimará el valor de su acción cuando el valor de la cosa
demandada no conste, pero sea apreciable en dinero; vale decir, cuando no sea posible
determinar el valor principal de la causa, de acuerdo a las reglas contenidas en los artículos 28
y siguientes del Código de Procedimiento Civil. Luego si la tercería es accesoria, debía
presentarse ante el Juez de la primera instancia, tramitarse en cuaderno separado y acumularse
a la causa principal para que un pronunciamiento abrace a ambos, debe concluirse que el
interés principal en materia de tercería tiene que ser el mismo de la causa principal.
Este razonamiento tiene además su soporte en el artículo 3 del Código de Procedimiento
Civil, donde se consagra la perpetuatio jurisdictionis al señalar que: “La jurisdicción y la
competencia se determinan conforme a la situación de hecho existente para el momento de la
presentación de la demanda, y no tienen efecto respecto de ellas los cambios posteriores de
dicha situación, salvo que la ley disponga otra cosa”, y en el artículo 50 del mismo código,
donde se consagra la excepción prevista en la norma anterior y según el cual “ Cuando por
virtud de las solas pretensiones del demandado , como en los casos de oponer de
compensación o de intentar reconvención, el Tribunal haya de decidir sobre una cosa que por
su valor corresponda al conocimiento de un Tribunal Superior, será éste el competente para
conocer de todo el asunto , aunque el Tribunal ante quien se la haya propuesto lo fuese para
conocer de la demanda sola”, es decir que la excepción sólo opera en pretensiones ejercidas
por la parte demandada, por lo cual se concluye que, aun y cuando se haya producido la
estimación de la demanda de tercería en una suma mayor a la de la causa principal, tal
estimación de ninguna manera puede alterar el interés principal de aquélla en lo relativo a la
jurisdicción y competencia y, por tal razón, el proceso debe mantenerse como de menor
cuantía, desde luego que su valor principal no excede de Bs. 5.000.000,oo.
(...)
Por tanto, a partir de la fecha de publicación del presente fallo, la cuantía que se ha de
tomar en consideración para la admisión del recurso de casación en todos los casos de
intervención voluntaria de terceros, ha de ser la establecida en el juicio principal, de acuerdo
con la doctrina expuesta en este fallo. Así se decide.”
 De la jurisprudencia antes transcrita se desprende claramente, que para la admisión del
recurso de casación en los casos de intervención voluntaria de terceros (tercería), se toma en
consideración la estimación del valor de la demanda en el juicio principal y no la estimación de
la cuantía hecha en la demanda de tercería.
 En este sentido cabe destacar que el recurrente en casación tiene la carga de aportar los
elementos necesarios para la determinación de los presupuestos de admisión del recurso de
casación, siendo su obligación la de incorporar al expediente, copia certificada del escrito de la
demanda.
 Ahora bien, en atención a que el presente recurso de casación fue admitido en fecha 29
de noviembre de 2000, al mismo le es aplicable los supuestos establecidos en sentencia Nº 379
de fecha 15 de noviembre de 2000, caso Ismael José Fermín Ramírez, contra la sociedad
mercantil Embotelladora Pedregal, C.A., y otra, expediente Nº 99-1033, en la cual se determinó
que considerar al libelo de la demanda como el único instrumento esencial para determinar el
requisito de la cuantía indispensable para la admisión del recurso de casación, atenta contra el
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“APUNTES CASACIÓN”
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efecto probatorio de aquellos documentos en los cuales la fe pública del funcionario que los
suscribe los avala con su actuación inherente al cargo que desempeña.
 Por lo tanto, se estableció que para los casos cuyo recurso se admitan a partir del 15 de
noviembre de 2000, tendrán valor demostrativo, a los efectos de verificar la cuantía del interés
principal del juicio como requisito para la admisión del recurso de casación, aquellos
documentos que autorizados con las debidas solemnidades, sean emanados de un juez u otro
funcionario o empleado público con facultad para otorgar fe pública en el ejercicio de sus
funciones.
 
Pues bien, conforme a la jurisprudencia citada y comentada, observa la Sala que, como ya
se indicó en las actuaciones que conforman el presente expediente no consta de modo cierto y
definitivo el interés principal del juicio, por dos razones: la primera, porque el formalizante no
cumplió con la carga de consignar el escrito de la demanda del juicio principal del cual se
desprenda el interés principal del presente juicio y, la segunda, porque de la revisión de las
actas del expediente realizado por esta Sala no se evidencia documentos autorizados con las
debidas formalidades por el juez, funcionario o empleado público con facultad de otorgarle fe
pública, que demuestren cuál es el interés principal.
 
En consecuencia, en el presente caso no es posible determinar el interés principal del
juicio, lo cual imposibilita evidenciar si el recurso de casación cumple con el requisito de la
cuantía exigido por el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el
Decreto Presidencial 1029 de fecha 22 de abril del 1996; lo cual indefectiblemente lleva a
declarar su inadmisibilidad. Así se decide. SENT. 0275 310502

 CASOS DE SILENCIO DE PRUEBA QUE NO AFECTA LA DENUNCIA


Ahora bien, para la procedencia de este tipo de denuncias, el artículo 312 del Código de
Procedimiento Civil, exige que la infracción de derecho sea determinante en el dispositivo de la
sentencia, pues de lo contrario la casación sería inútil.
 
Corresponderá a la Sala determinar en cada caso, la influencia del examen de la prueba
en la decisión. A título de ejemplo, puede mencionarse los siguientes casos:
 
1.) La prueba silenciada se refiere a hechos manifiestamente impertinentes con los
discutidos en el proceso, como ocurre si en el interdicto por despojo, el juez no examina la
factura de compra de una nevera.
 
2.) El medio probatorio es ineficaz, pues no fue promovido y evacuado de conformidad
con los requisitos exigidos en la ley, como sucede, cuando de las pruebas documentales
promovidas por los litigantes, omite el análisis de un recibo antiquísimo que fue consignado
como modelo de una cancelación, idéntica a la pretendida, el cual es emanado de un tercero
ajeno al juicio y no fue ratificado. En consecuencia, se denuncia el vicio de silencio de prueba
con lo cual habría que casar la sentencia de alzada para que el juez de reenvío la valore y
determine que al no ser ratificada en el proceso, la misma queda desestimada, de esta manera
se estaría profiriendo una nueva decisión para señalar tan evidente declaratoria.
 
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“APUNTES CASACIÓN”
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3.) La prueba que no fue analizada se refiere a hechos que resultaron establecidos por el
juez, con base en otra prueba que por disposición legal tiene mayor eficacia probatoria, como
ocurre si en un juicio por reivindicación el juez hubiese silenciado un documento privado, y si
hubiese valorado un documento público ambas referidas a la propiedad del inmueble, pues en
ningún caso el primero podría enervar la fuerza probatoria del segundo;
 
4.) La prueba silenciada es manifiestamente ilegal, pues la ley dispone que los hechos no
pueden ser establecidos por un determinado medio de prueba; por ejemplo, el artículo 1.387
del Código Civil, prevé que no es admisible la prueba de testigo para probar la existencia de
una convención celebrada con el fin de establecer una obligación o de extinguirla, cuando el
valor del objeto excede de dos mil bolívares (Bs.2.000,oo). y,
 
5) Los casos en los cuales se promueve una prueba sin indicar el objeto de la misma, lo
cual impide al contrario cumplir el mandato del artículo 397 del Código de Procedimiento Civil, y
al juez acatar lo previsto en el 398 eiusdem.
 
En los casos mencionados, existe una razón de derecho que impide el examen de la
prueba, lo cual pone de manifiesto su ineficacia probatoria y, por ende, la imposibilidad de
influir de forma determinante en el dispositivo del fallo.
 
Por último, es oportuno señalar que si el juez valora la prueba y le otorga un valor
probatorio que no le corresponde por ley, no existe silencio de prueba, pues el juez si se
pronuncia sobre el medio incorporado al proceso, lo que existe es un error de juzgamiento, por
haber infringido el juez una regla de valoración de la prueba, que es otra de las modalidades
previstas en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil....” SENTE. 0285 060602
 

RECURSO DE RECLAMO.

Referente a la tramitación del reclamo la Sala, en sentencia Nº 38, del 8 de


abril de 1999, caso Banco Hipotecario del Zulia, C.A., expediente N° 99-001,
ratificó el siguiente criterio:
“...De forma reiterada ha indicado la Sala, entre otras, en sentencia de fecha 21 de abril
de 1994, juicio Banco Metropolitana, C.A. contra Croerca, C.A., expediente N° 94-005,
sentencia N° 8, que el reclamo sólo procede en los siguientes casos:
‘1°) Contra la conducta de los jueces, concretamente del titular de la
recurrida, que procure frustrar u obstaculizar el anuncio del recurso de
casación.
2°) Contra la conducta de cualquier otra persona que procure entorpecer la
tramitación y admisión del recurso de casación.
3°) Que en ambos casos, debe entenderse que la frustración, obstaculización y
entorpecimiento se refieren exclusivamente al recurso de casación y no, a ningún
otro recurso.
4°) Por cuanto la negativa de admisión del recurso de casación puede dar
origen al recurso de hecho correspondiente, la Sala interpreta que también el
reclamo comprende la obstaculización de este recurso.
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ABOGADO
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“APUNTES CASACIÓN”
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5°) Que en el supuesto contemplado con el N° 1, la Corte puede declarar
admitido el recurso, en tanto que en el supuesto señalado N° 2, la Corte
ordenará, de ser procedente, el trámite y admisión’.
En abono de su doctrina, en el citado fallo, la Sala estableció plazos perentorios para el
ejercicio de ese medio procesal, los cuales fijó en diez y cinco días hábiles dependiendo de sí el
entorpecimiento se produjo en el trámite del recurso de casación o en el de hecho,
respectivamente. Dichos lapsos deben computarse a partir de la fecha en que ocurrió la
conducta que obstaculizó la tramitación debida...”.
En consecuencia, la revocatoria dictada por la jueza Carmen Reyes de
Moreno, a juicio de la Sala, ciertamente no constituye una obstaculización del
recurso de casación anunciado por los hoy reclamantes, ya que con dicha
actuación, estaba depurando el proceso y evitando así posibles subversiones
del mismo. RECLAMO 0002 060602

RECURSO DE RECLAMO.

Referente a la tramitación del reclamo la Sala, en sentencia Nº 38, del 8 de


abril de 1999, caso Banco Hipotecario del Zulia, C.A., expediente N° 99-001,
ratificó el siguiente criterio:
“...De forma reiterada ha indicado la Sala, entre otras, en sentencia de fecha 21 de abril
de 1994, juicio Banco Metropolitana, C.A. contra Croerca, C.A., expediente N° 94-005,
sentencia N° 8, que el reclamo sólo procede en los siguientes casos:
‘1°) Contra la conducta de los jueces, concretamente del titular de la
recurrida, que procure frustrar u obstaculizar el anuncio del recurso de
casación.
2°) Contra la conducta de cualquier otra persona que procure entorpecer la
tramitación y admisión del recurso de casación.
3°) Que en ambos casos, debe entenderse que la frustración, obstaculización y
entorpecimiento se refieren exclusivamente al recurso de casación y no, a ningún
otro recurso.
4°) Por cuanto la negativa de admisión del recurso de casación puede dar
origen al recurso de hecho correspondiente, la Sala interpreta que también el
reclamo comprende la obstaculización de este recurso.
5°) Que en el supuesto contemplado con el N° 1, la Corte puede declarar
admitido el recurso, en tanto que en el supuesto señalado N° 2, la Corte
ordenará, de ser procedente, el trámite y admisión’.
En abono de su doctrina, en el citado fallo, la Sala estableció plazos perentorios para el
ejercicio de ese medio procesal, los cuales fijó en diez y cinco días hábiles dependiendo de sí el
entorpecimiento se produjo en el trámite del recurso de casación o en el de hecho,
respectivamente. Dichos lapsos deben computarse a partir de la fecha en que ocurrió la
conducta que obstaculizó la tramitación debida...”.
En consecuencia, la revocatoria dictada por la jueza Carmen Reyes de
Moreno, a juicio de la Sala, ciertamente no constituye una obstaculización del
recurso de casación anunciado por los hoy reclamantes, ya que con dicha
actuación, estaba depurando el proceso y evitando así posibles subversiones
del mismo. RECLAMO 0002 060602
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“APUNTES CASACIÓN”
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CUANTÍA. CRITERIO PARA APLICAR LA NEGATIVA DE ADMITIR UN RECURSO


DE CASACIÓN EN UNA CAUSA QUE POR LA CUANTÍA ERA ADMISIBLES CONFORME
A LA NORMA DEROGADA.
En relación al argumento formulado por la recurrente, referido a que para la fecha en la
cual se trabó la litis, la cuantía del juicio era suficiente para acceder a casación, es oportuno
señalar el criterio establecido al respecto, por la Sala de Casación Civil de la extinta Corte
Suprema de Justicia, hoy Tribunal Supremo de Justicia, reiterado en numerosos fallos, en el
cual se señaló lo siguiente:
 
“...En fecha 22 de enero de 1996, se publicó en la Gaceta Oficial el decreto N° 1.029 por
el cual el Presidente de la República, en ejercicio de la atribución conferida por el artículo 945
del Código de Procedimiento Civil, oída la opinión de esta Corte Suprema de Justicia y del
Consejo de Ministros, modificó la cuantía establecida en dicho Código Procesal. De acuerdo con
ese Decreto, que entró en vigencia en fecha 22 de abril del presente año, para la admisibilidad
del recurso de casación, interpuesto en los juicios civiles y mercantiles, así como los
interpuestos contra las sentencias de los tribunales superiores que conozcan en apelación de
los laudos arbitrales, se requiere que el interés hecho valer en la pretensión exceda los cinco
millones de bolívares (Bs. 5.000.000,oo). Asimismo, establece dicho Decreto que el recurso de
casación podrá proponerse en los juicios laborales cuya cuantía exceda los tres millones de
bolívares (Bs. 3.000.000,oo).
‘El Código de Procedimiento Civil (sic) estableció entre sus disposiciones transitorias, en el
artículo 941, que los recursos interpuestos para la fecha de entrada en vigencia se regían por el
Código derogado. Tal regla, no es directamente a la resolución sobre la entrada en vigor de la
nueva cuantía establecida por Decreto del Poder Ejecutivo, sin embargo, los principios que
determinaron esa solución pueden orientar la decisión de esta Corte al respecto.’
‘De acuerdo con el artículo 44 de la Constitución Nacional, las leyes de procedimiento se
aplicarán desde el momento mismo de entrar en vigencia, aun en los procesos que se hallaren
en curso. En desarrollo de la disposición constitucional, el artículo 9 del Código de
Procedimiento Civil establece: “La Ley procesal se aplicará desde que entre en vigencia, aun en
los procesos que se hallaren en curso, pero en este caso, los actos y hechos ya cumplidos y sus
efectos procesales no verificados todavía, se regularán por la Ley anterior”. Así armonizó el
legislador el principio de inmediata entrada en vigor de las leyes procesales con la prohibición
de otorgar efecto retroactivo a la ley, excepto cuando imponga menor pena, contenido en el
mismo artículo 44 de la Constitución’.
‘En el supuesto del recurso ya interpuesto para la fecha de entrada en vigencia de la
modificación de la cuantía, debe considerarse, además el derecho de petición garantizado por el
artículo 67 de la Constitución Nacional, de acuerdo al cual todos tienen derecho de representar
o dirigir peticiones ante cualquier entidad o funcionario público, sobre asuntos que sean de la
competencia de éstos y a obtener oportuna respuesta’.
...OMISSIS...
‘Por otra parte, si bien el ejercicio del recurso de casación no implica, de acuerdo a las
tendencias actuales del derecho procesal, el ejercicio de una nueva acción, constituye una
petición dirigida a un funcionario público, por lo cual con su interposición nace a favor del
recurrente un derecho subjetivo de rango constitucional, a obtener oportuna respuesta, el cual
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“APUNTES CASACIÓN”
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sería vulnerado si se considerase que una modificación posterior a la interposición del recurso,
de la cuantía necesaria para su admisión, lo haría inadmisible’.
‘Por tanto, la solución legal y constitucional apropiada resulta idéntica a la
dada por el legislador en el artículo 941 del Código de Procedimiento Civil: Los
recursos ya interpuestos para la fecha de entrada en vigor de la nueva cuantía, se
regirán por la establecida en el Código de Procedimiento Civil...”. (Negrillas de la Sala).
SENT. RH 066 230702

RECURSO DE CASACIÓN. TÉCNICA PARA LA DENUNCIA DE INDEFENSIÓN:


La Sala considera que es su deber, como una manera de hacer labor
pedagógica transcribir la técnica que se debe observar cuando se pretenda
fundamentar la denuncia de indefensión. Esta técnica exige.
“...a) Explicación de cuál ha sido la forma quebrantada u omitida y si lo
ha sido por el juez de la causa o el de alzada.
 
b)Indicar cómo, con tal quebrantamiento u omisión de las formas, se
lesionó el derecho de defensa.
 
c) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el
derecho de defensa lo ha sido por el juez de la causa, denunciar la infracción
del artículo 208 de la ley procesal, la norma expresa contenida en la disposición
general del artículo 15 del Código de Procedimiento Civil (Sic) y los particulares
que acarrean el menoscabo del derecho de defensa, las cuales resultan ser las
realmente infringidas por la recurrida, al no decretarse en ella la reposición o
la nulidad, cuando la omisión o el quebrantamiento de las formas que
menoscaben el derecho de defensa lo lesiona el tribunal de la causa.
 
d) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el
derecho de defensa lo ha sido por el tribunal de la alzada, además de la
infracción de la norma contenida en el artículo 15 del Código de Procedimiento
Civil, deben denunciarse como infringidas las disposiciones referidas al
quebrantamiento u omisión de las formas que menoscaban el derecho de
defensa que han sido lesionados por el propio juez de la recurrida.
 
e)La explicación a la Sala que con respecto a dichos quebrantamientos u
omisiones de formas se agotaron todos los recursos....” (Sentencia de 18- 3-98.
Juicio Graciela Mirabal Borges contra Ada Pérez Guevara de Bocalandro.
Expediente Nº. 96-563. Sentencia Nº. 88).

En
el caso de autos, como se puede apreciar de la formalización, la denuncia que
se examina no cumple con las exigencias de la doctrina de casación por lo cual
la denuncia se declara improcedente. Asi se resuelve SENT. 075 050202
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“APUNTES CASACIÓN”
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MEDIDAS PREVENTIVAS. PROCEDENCIA DEL RECURSO DE CASACIÓN. LAS


CUESTIONES INCIDENTALES Y SECUNDARÍAS EN EL PROCEDIMIENTO DE LA
MEDIDAS
Para resolver se, observa:

Aprecia la Sala, que el fundamento, en el cual el sentenciador superior basó su


decisión, versa sobre el análisis de los documentos aportados para demostrar la
solvencia de la empresa fiadora, considerando que no son suficientes como
elemento de prueba idónea para acreditar su solvencia económica.-
Ahora bien, la jurisprudencia reiterada de la Sala, ha aceptado la
admisibilidad inmediata del recurso de casación para las sentencias sobre
medidas preventivas por cuanto al ser esas incidencias autónomas, tramitadas
en cuaderno separado, sin que la articulación sobre las mismas suspenda el
curso de la causa principal, la decisión que en definitiva recaiga, puede
asimilarse a una verdadera sentencia definitiva.- Pero dentro de una incidencia
sobre medidas preventivas, pueden plantearse controversias secundarias, como
sucede en el presente caso, con la objeción de la eficacia o suficiencia de la
garantía ofrecida para decretar la medida de embargo solicitada.- La decisión
adoptada al respecto, no incide sobre la procedencia o no de la medida en
grado tal que pueda reputársele como una sentencia definitiva en el proceso de
solicitud de medida, ni mucho menos pone fin al juicio principal, sino que ha
sido dictada en una controversia suscitada como una sub, incidencia del
precitado proceso, lo que conlleva a determinar, sin lugar a dudas, que esta
decisión no tiene casación.
Al
respecto, en sentencia de esta Sala de fecha 10 de febrero de 1988, estableció
que:
“...Pero la tesis anterior no debe llevar a la conclusión de que todo
planteamiento respecto de medidas preventivas puede ser recurrible en
casación. Dentro de estas incidencias autónomas o aún fuera de ellas, se
plantean muchas veces controversias secundarias, que no implican oposición
propiamente dicha a la medida de que se trata, sino que sólo se refiere a un
aspecto de su tramitación....” (Víctor Nava Santana contra Urbanizadora Mar
Caribe C.A.).
 
En
consecuencia, conforme a lo antes expuesto, la Sala considera que, tratándose
como es el caso presente de una subincidencia surgida en la incidencia sobre la
medida preventiva solicitada, en conformidad con el criterio y la doctrina
expuesta, es evidente que el recurso ejercido contra la decisión del Tribunal
Superior es inadmisible, tal como se declarará de manera expresa, positiva y
precisa en el dispositivo del presente fallo. Asi se decide SENT 092 080202
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“APUNTES CASACIÓN”
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RECURSO DE HECHO. LA NEGATIVA DE OÍR EL RECURSO DE APELACIÓN ES UN


SENTENCIA INTERLOCUTORIA QUE PONE FIN AL JUICIO Y POR LO TANTO TIENE
RECURSO DE CASACIÓN
estima, que la recurrida en el caso sub iudice, está permitiendo que la decisión de la
Primera Instancia, que declaró con lugar la demanda y condenó a la accionada a pagar distintas
cantidades de dinero, -se repite- quede definitivamente firme, ya que la misma, al declarar sin
lugar el recurso de hecho propuesto ante la negativa de oír el recurso ordinario de apelación,
puso fin al procedimiento, constituyéndose en una sentencia interlocutoria, que conforme al
artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, tiene casación de inmediato, ya que fue dictada
en última instancia, causa un gravamen irreparable y pone fin al juicio, lo que determina, en
consecuencia, la procedencia del recurso de hecho propuesto. Así se establece.
 
Con fundamento en las precedentes consideraciones y verificada la cuantía del presente
juicio, que asciende a la suma de siete millones trescientos treinta y un mil setecientos sesenta y
siete bolívares (Bs. 7.331.767,oo) se admite el recurso de casación anunciado contra la sentencia
de fecha 13 de agosto de 2001, dictada por el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Así se decide.
SENT 044 220302
SENTENCIA. LAPSO PARA SOLICITAR ACLARATORIAS.
Con este pronunciamiento, la Sala reitera, que el lapso para solicitar las
aclaratorias o ampliaciones sobre las sentencias de este Alto Tribunal, es el
establecido en el precitado artículo 252 del Código de Procedimiento Civil, esto
es, el mismo día o al día siguiente de su publicación. Así se establece SENT.
055 300402

RECURSO DE CASACIÓN. CASACIÓN MÚLTIPLE. REENVIÓ. CUANTÍA PARA LA


ADMISIBILIDAD DE RECURSO DE CASACIÓN MÚLTIPLE
En este sentido, en decisión de reciente data, publicada en fecha 13 de
abril de 2000, en el juicio de Carlos Eduardo Ruíz Moreno y otra contra Yoraima
Josefina Siso y otros, expediente Nº 98-816 Sentencia Nº 105, la Sala,
revisando el criterio imperante, asentó:
“...La finalidad del recurso de casación ha sido la de mantener la unidad
de la legislación y la uniformidad de la jurisprudencia, logrando así con dicha
uniformidad convertirse en la garantía política de que la ley será aplicada a
todos por igual.
 
En nuestro país, a pesar de que el recurso de casación nace como
consecuencia de que al triunfar la revolución federal y entrar en vigencia la
Constitución de 1864, donde se consagró la autonomía de los Estados, bajo el
argumento de que la justicia nacía y moría dentro de los límites de cada Estado
, se amenazaba con la creación de veinte Códigos distintos, uno para cada
Estado o veinte jurisprudencias distintas, el Ejecutivo Nacional propuso al
Congreso la creación de un Tribunal para mantener la unidad de la
jurisprudencia nacional, fijando la recta interpretación de la ley; en nuestros
días su doctrina es vinculante únicamente de manera singular para el tribunal
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“APUNTES CASACIÓN”
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de reenvío, siempre y cuando, como ya se dijo, se haya declarado con lugar un
recurso por infracción de ley, desde luego que si se trata de errores in
procedendo, la consecuencia no es la doctrina obligatoria sino la demolición
absoluta del fallo recurrido, quedando facultado el nuevo Tribunal de Alzada
para revisar íntegramente el fallo apelado.
 
Con relación a los otros tribunales, se observa que el legislador
tímidamente les ordenó procurar acoger la doctrina de la Sala, por lo cual, la
misión unificadora de la jurisprudencia adquiere características platónicas.
 
Ahora, si la intención y motivo de permitir la casación múltiple en casos
devenidos en procesos de menor cuantía, después de haber sido revisados por
el Máximo Tribunal, fue la de garantizar y conseguir la uniformidad de la
jurisprudencia, tal intervención y motivo se queda sin asidero cuando no exista
doctrina vinculante, ni siquiera para el Tribunal de reenvío como consecuencia
de que el fallo ha sido abrogado por un error in procedendo.
 
Por lo que respecta a la decisión de reenvío producto de la procedencia
de un error de juicio, la Sala observa que Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia, en su artículo 101, dispone lo siguiente:
 
‘Artículo 101 Los recursos de casación en lo civil y en lo penal, se
tramitarán de acuerdo con los procedimientos establecidos en los códigos o
leyes que los regulen.
Se aplicarán, además, las siguientes disposiciones:
1. 1.  
Cada vez que casado o anulado un fallo se intentare contra la nueva sentencia
recurso de nulidad o recurso de casación, la Sala dará a cada uno la
tramitación que le corresponda en conformidad con el respectivo
procedimiento;
2. 2.  
Si se intentare recurso de nulidad y subsidiariamente recurso de casación, se
sustanciarán conjuntamente por el procedimiento pautado para el de casación,
pudiendo presentarse los informes correspondientes al de nulidad en la
oportunidad de las aclaratorias del de casación. La Sala decidirá primero aquél,
y si fuere declarado improcedente, entrará a examinar el de casación.
En la decisión del recurso de nulidad se aplicarán en cuanto a costas, las
mismas reglas que rigen el recurso de casación, salvo lo dispuesto en el Código
de Enjuiciamiento Criminal;
3. En lo que concierne a la casación civil, si el juicio es apreciable en
dinero sólo se admitirá el recurso cuando su interés principal exceda de treinta
mil bolívares y, en los juicios de trabajo, cuando ese interés exceda de diez mil
bolívares’.
 
 
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“APUNTES CASACIÓN”
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Una interpretación de dicha norma nos lleva a concluir que casado o
anulado un fallo, se puede intentar contra la nueva sentencia el recurso de
nulidad o el de casación, con lo cual se ratifica la existencia de la llamada
casación múltiple pero, ello no quita aplicación y vigencia al artículo 9 del
Código de Procedimiento Civil, similar al artículo 24 de la Constitución,
equivalente al artículo 44 de la Constitución anterior, según el cual las leyes de
procedimiento se aplicarán desde el momento mismo de entrar en vigencia, aun
en los procesos que se hallaren en curso, razón por la cual al entrar en
vigencia una norma que eleve la cuantía mínima para acceder al extraordinario
recurso de casación, dicha norma se aplica de inmediato a los procesos en
curso, a excepción, claro está, de aquéllos donde la sentencia recurrida se
haya producido antes de la vigencia de la nueva norma, aun cuando el lapso
para el ejercicio de los recursos no haya principiado al momento del inicio de la
validez temporal de la nueva ley, toda vez que dicha sentencia trata de un acto
ya cumplido y sus efectos procesales no verificados todavía, deben regirse por
la ley anterior.
 
Igualmente, resulta del análisis del artículo 101 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia que si contra el nuevo fallo se intentan tanto el
recurso de nulidad como el de casación, el primero tiene la cualidad de
principal y el segundo de subsidiario toda vez que, la ley ordena dar a cada uno
su trámite especial; pero, sólo se entrará a decidir el de casación si el de
nulidad es declarado improcedente, debiendo siempre tenerse presente que
para poder llegar a la declaratoria de improcedencia es menester que dicho
recurso sea admisible, desde luego que sólo siendo admisible, será susceptible
de una declaratoria con o sin lugar.
 
Por último, señala el numeral 3 del citado artículo 101 de la Ley Orgánica
de la Corte Suprema de Justicia, que en cuanto concierne a la casación civil, si
el juicio es apreciable en dinero, sólo se admitirá el recurso cuando se
trate de juicios de mayor cuantía que, para el momento en que entró en
vigencia esa ley eran aquéllos cuyo interés principal excedía de Bs.
30.000,oo y que, luego de la entrada en vigencia del Decreto 1.029 de
fecha 22 de abril de 1996, son aquéllos cuyo interés principal excede
de Bs. 5.000.000,oo en los juicios civiles y mercantiles.
 
Uniendo todo lo anterior se concluye que, cada vez que casado o anulado
un fallo se intentare contra la nueva sentencia recurso de nulidad o de
casación, o ambos, se debe proceder de la siguiente manera:
 
a) El recurso de nulidad formulado en tiempo oportuno, sólo se admitirá en aquellos
casos en los cuales exista doctrina vinculante para el juez de reenvío; es decir, cuando el fallo
a n t e r i o r n o h a y a s i d o f u l m i n a d o c o m o consecuencia de un recurso por errores in
procedendo sino debido a un recurso fundado en errores in iudicando, aun y cuando entre uno
y otro fallo el proceso haya devenido en un juicio de menor cuantía.
 
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“APUNTES CASACIÓN”
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b) El recurso de casación se admitirá siempre y cuando el fallo
recurrido sea uno de aquéllos contra los cuales estaba consagrado el
medio de impugnación para la fecha en que se publicó la nueva
decisión, teniendo en cuenta para ello la naturaleza del juicio y, de ser
apreciable en dinero, que se trate de uno de mayor cuantía,
independientemente de cual haya sido el motivo por el cual se había
casado el fallo que motivó el reenvío .
 
c) Si se ejercen ambos recursos, se admitirá de ellos el que reúna las
condiciones antes dichas y, de ser ambos, se dará a cada uno el trámite
correspondiente (sic) pero sólo se pasará a decidir el de casación si el de
nulidad es declarado improcedente....”. (negrillas y subrayado de la Sala).
Ahora bien, en el asunto bajo examen, es fuerza concluir que el mismo,
debe revisarse bajo el imperio de la doctrina anteriormente transcrita, tal como
ya se indicó.
En este sentido se observa, que la nueva decisión, publicada a
consecuencia de haberse declarado con lugar el recurso de casación
anteriormente propuesto, fue dictada en fecha 17 de diciembre de 1999,
momento para el cual se encontraba vigente el decreto 1.029 del 22 de abril de
1996, el cual estableció como cuantía mínima para acceder a casación, la
cantidad de cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,oo); siendo asi, cabe
destacar que el caso que hoy nos ocupa, los demandantes estimaron la
demanda en la cantidad de cuatrocientos cincuenta mil bolívares
(Bs.450.000,oo) lo cual se evidencia del tenor consignado en el escrito de la
demanda presentado, cuando expresan: “…Estimo el valor de la presente
demanda en CUATROCIENTOS CINCUENTA MIL BOLIVARES (Bs. 450.000,oo) .
(Sic) …”. (Negrillas y subrayado de la Sala).
De los anteriores considerandos, y no encontrándose, en el caso
analizado, que se hayan quebrantado normas de orden público atinentes al
debido proceso, que hubiesen menoscabado el derecho a la defensa, para
activar la función oficiosa de este Alto Tribunal; es impretermitible concluir
que, estando la cuantía estimada por los demandantes, muy por debajo de la
establecida en el decreto precitado, la aplicación del criterio ya transcrito,
conlleva a que los recursos en cuestión deben declararse inadmisibles, tal como
se hará de manera expresa, positiva y precisa en la dispositiva de este fallo.
Asi se resuelve.
Es oportuno para la Sala, cumpliendo su labor pedagógica, dejar claro el
porqué, en estos casos se ha venido excepcionando la casación de reenvío,
limitándola sobre las bases consideradas en la nueva doctrina comentada, esta
función ya tocó por vía de una solicitud de aclaratoria en el juicio de Elsa
Josefina Russian Campero De Orta y otro, contra María Auxiliadora Lanza De
Borges,y otros, expediente 99-199. En aquélla oportunidad, se expresó:
“...El criterio casacionista establecido en la sentencia del 13 de abril de
2000, que la Sala reiteró en su decisión de fecha 13 de julio del mismo año,
forma parte de los cambios que este Tribunal Supremo de Justicia, en apego a
la Constitución Bolivariana, tiene a bien implementar a los efectos de asentar
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“APUNTES CASACIÓN”
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las bases de una verdadera justicia sana, pronta y transparente; ciertamente el
Alto Tribunal, en otros momentos, a los efectos de “mantener” control sobre
sus decisiones, estableció la figura de la casación múltiple (aun vigente), lo que
vino a configurar, a la larga, una serie de irregularidades, propias de un circulo
vicioso interminable, con lo cual difícilmente, la justicia prontamente, lograba
poner fin a la controversia surgida entre la síntesis de la relación jurídica
procesal; razón por lo que, en aras de erradicar tales vicios y con el objeto de
que, conjuntamente con los cambios reestructuradores del Sistema Judicial, los
jueces de instancia retomen la bandera de la lealtad, de la justicia ciega,
imparcial y a tiempo, que concedan a cada quien lo que le corresponda, y que
renazca en los justiciables, tal grado de confianza en los Órganos
Jurisdiccionales subjetivos de administración de justicia, que cada dia habrán
menos juicios que tengan que ser revisados por este Máximo Tribunal Supremo
de Justicia, que en todo caso, como Órgano Superior de la Justicia, perpetuará
entre sus funciones, el control de la legalidad de los actos....”
 
La reflexión que antecede, se reitera en esta ocasión, enfatizándose que en ningún
momento la Sala, ha querido enervar los efectos de la casación por reenvío, pues estaría
menoscabando sus propias funciones, lo que pretende es, en esta nueva era de la justicia,
primero, brindar un voto de confianza a los jurisdicentes, segundo, comenzar a erradicar la
inadecuada practica del circulo vicioso, utilizado por los profesionales encargados de poner en
ejercicio la ciencia del derecho y por último, crear, en estos profesionales del derecho, la
responsabilidad y el valor, de lo que es en sí la verdadera administración de justicia;
conservando en todo tiempo, este Tribunal Supremo de Justicia, el control de la legalidad de los
actos como garantía a los derechos de los justiciables. SENT 0228 300402

RECURSO DE HECHO. La finalidad del recurso de hecho ejercido contra el auto de la


Alzada que niega la admisión del recurso de casación es dejar sin efecto tal pronunciamiento, y
por tanto la declaratoria con lugar del primero conlleva la admisión del recurso de casación y la
inmediata apertura del lapso de cuarenta (40) días para formalizarlo. Sent. 45 220301 S/Social

CUANTÍA: RECURSO DE CASACIÓN: Cambio de Jurisprudencia. Criterios para


establecer la cuantía cuando no se ha acompañado el libelo de la demanda.
En este mismo orden de ideas, la Sala en sentencia de fecha 15 de noviembre de
2000, con ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe ésta, caso Ismael José
Fermín Ramírez contra Embotelladora Pedregal, C.A., y Otra, expediente Nº 99-1033,
sentencia Nº 379, señaló lo siguiente:
“... Con base a las precedentes consideraciones y en mérito de los argumentos
antes expuestos, esta Sala de Casación Civil a los efectos de atemperar la inflexibilidad del
criterio in comento y sin restarle la importancia que tiene el escrito de la demanda para
establecer la cuantía exigida en la admisión del recurso de casación, abandona
expresamente el criterio establecido en las sentencias de fecha 7 de marzo de 1985,
ratificada en sentencias del 25 de marzo de 1992 y 8 de febrero de 1995 y asi
sucesivamente en todos los autos y fallos que hasta la presente fecha se han publicado y
ESTABLECE, que para aquellos recursos que se admitan a partir de la fecha de publicación
del presente fallo, tendrán valor demostrativo a los efectos de verificar la cuantía del
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“APUNTES CASACIÓN”
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interés principal del juicio como requisito para la admisión del recurso casacionista,
aquellos documentos que autorizados con las debidas solemnidades, sean emanados de
un juez y otro funcionario o empleado público con facultad para otorgar fe pública en el
ejercicio de sus funciones ; documentos que puedan haber dejado claramente determinada
dicha cuantía, que en todo caso podrá ser corroborada con otros indicios procesales
existentes en las actas, siendo que éstos, por si solos, no servirán como elementos
determinantes para establecer la cuantía del juicio. Así se declara...." (Subrayado de la
Sala)
Ahora bien, la Sala considera pertinente y prudente la oportunidad para puntualizar
la doctrina transcrita, en el sentido que, sólo en aquellas situaciones en las cuales de las
actas del expediente no conste el libelo de la demanda y, en su caso, la contestación del
mismo, será necesario de conformidad con el criterio doctrinario ut supra, acudir a
documentos autorizados con las debidas formalidades por el juez, funcionario o empleado
público con facultad de otorgarle fe pública, a los efectos de la estimación del interés
principal del juicio. En este sentido, mantiene su relevancia para establecer la cuantía o
interés principal del juicio, la estimación señalada por las partes, bien en el libelo de la
demanda o en su contestación de acuerdo al resultado definitivo con relación a su
cuestionamiento. Por este motivo, es propicio señalar que el atemperamiento sobre la
doctrina abandonada, está referido al hecho cierto de apreciar los documentos señalados
en la nueva doctrina, siempre y cuando, no se haya consignado en los autos acreditados
ante esta jurisdicción, el libelo de la demanda, pues de ser así, dichos documentos no
serán apreciados para estimar la cuantía o interés principal del juicio, ya que éste fue
originalmente fijado en el escrito libelar o, en su caso, en la contestación del mismo. Así
se establece...” Sent. 015 050401

R CASACIÓN PROCEDIMIENTOS ESPECIALES. LAPSOS PARA EL ANUNCIO


Es de
señalarle al referido Juzgado Superior que en los procedimientos regidos por leyes especiales
como son los de tránsito, trabajo y agrarios, los lapsos procésales para el anuncio y trámite del
recurso de casación fueron unificados por sentencia de la Sala de Casación Civil de fecha 13 de
julio de 1988, en la que se equipararon a los establecidos en el Código de Procedimiento Civil,
criterio éste que es totalmente acogido por esta Sala de Casación Social. Así, en el citado fallo
se expresó: Es por ello que la Sala, como Máximo Tribunal de la República, debe dar estricto
cumplimiento a las disposiciones legales relacionadas directamente con la interposición del
Recurso Extraordinario de casación y procede a cambiar su doctrina en este sentido, ya que, el
ratificar el asidero legal del Artículo 940, del nuevo Código de Procedimiento Civil que deroga
cualesquiera otras disposiciones de procedimiento que se opongan a este Código en las
materias que él regula, dispone que, en forma inmediata, en los procedimientos especiales de
tránsito, trabajo y agrarios, debe darse cumplimiento a las disposiciones legales relativas al
anuncio, formalización, contestación a la formalización, réplica y contrarréplica,
contenidas en los Artículos 314, 315, 316, 317 y 318 del Código de Procedimiento Civil y a las
cuales remite expresamente la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, con
las modificaciones en ella contenidas, las cuales quedan derogadas por la prevanlecía de la ley
posterior SENT S/ SOCIAL 082 030501
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“APUNTES CASACIÓN”
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CASACIÓN. ADMISIBILIDAD. INVALIDACIÓN. EL JUICIO DE INVALIDACIÓN SE
TRAMITA EN ÚNICA INSTANCIA
En sentencia del 19 de marzo de 1997, (Prefabricados Valera C.A.) la Sala
señaló:...Como lo tiene decidido este Alto Tribunal en infinidad de fallos, es a esta Corte a la
que en definitiva compete pronunciarse sobre la admisibilidad del recurso de casación, no
obstante lo que al respecto hubiere resuelto el tribunal de última instancia, cuando observare
de oficio o a petición de parte, que el mismo ha sido admitido con violación de las norma que
regulan la materia. El artículo 331 del Código de Procedimiento Civil (sic), ordena aplicar al
recurso de invalidación los trámites del procedimiento ordinario, pero añade que no una
instancia. Alega el recurrente que la sentencia de perención es apelable libremente, y que, por
lo tanto, en este caso, sí cabía tal recurso y no directamente el extraordinario de casación, ya
que éste sólo procede contra las sentencias de última instancia. La disposición del referido
artículo 331, por regir especialmente el recurso de invalidación, es de aplicación preferente a la
disposición general que concede apelación a las decisiones sobre la perención de la instancia;
por tanto, al sustanciarse y decidirse el procedimiento de invalidación con una sola instancia,
ninguna de las decisiones que en él se dicten serán apelables, sino que debe interponerse
directamente el recurso extraordinario de casación, cuando hubiera lugar a ello, tal como lo
establece el artículo 337 del Código de Procedimiento Civil.La Sala aprecia que el hoy
recurrente en casación, debió interponer el mismo contra la decisión que declaró la perención
de la instancia y no apelar de ella (sic) como en efecto lo hizo..," Sent 143 220501

REAPERTURA DEL LAPSO PARA FORMALIZAR EL RECURSO DE CASACION. MOTIVO


ENFERMEDAD
Al respecto cabe destacar que de conformidad con lo señalado por el ad
quem y el cómputo realizado, el lapso para formalizar se inició el 24 de marzo
de 2001, llamando la atención que a la fecha que indica la solicitante como
inicio del reposo médico que se le concedió vale decir el 17- 04-2001, de un
simple cálculo numérico se determina que habían transcurrido los 2 días del
término de la distancia y 23 días del lapso para formalizar, faltando por vencer
17 días. De esta manera es inconcebible que durante 23 días que vencieron, no
se haya sido lo suficientemente diligente para procurar realizar la formalización
del recurso, y por otra parte en los restantes 17 días, posteriores a su
convalecencia no se hayan practicado las diligencias pertinentes para lograr
solventar las dificultades previsibles, estando ya en cuenta que su suspensión
sería por 30 días, y mas allá de tal certeza que ella misma alega y así lo
expresa la constancia médica acompañada, que el cuadro depresivo se inició en
el mes de enero del año que discurre con lo cual ha debido ser diligente y
prever situaciones como la que alega, bien notificándole a su cliente para
efectuar una sustitución o para que procediera a nombrar, otro apoderado
conjuntamente a ella, por lo que tomando en cuenta que el lapso para
formalizar se inició el 24 de marzo del citado año mal puede considerarse
como justificación o como una situación insuperable la evidente falta de
diligencia, que pudo solventarse o de haberlo presentado en los días antes a
los de su convalecencia; de estos supuestos delatados en el caso particular, la
Sala estima que la solicitud de prórroga no tiene justificación para ser acordada
y en consecuencia, niega la petición. Asi se resuelve SENT 228 02080
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“APUNTES CASACIÓN”
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CASACIÓN DE OFICIO. CAMBIO DE JURISPRUDENCIA


DE acuerdo con este nuevo criterio, la Sala abandona la posición asumida en su decisión
de fecha 24 de abril de 1998, y, en consecuencia, declara que, en lo sucesivo, podrá casar de
oficio los fallos sometidos a su consideración, para lo cual sólo es necesario que se detecte en
ellos infracción de orden público y constitucionales como lo señala el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, ateniéndose siempre, claro está, a los postulados del artículo 23 del Código
de Procedimiento Civil. Así se decide."
Los supuestos en que la Sala puede casar de oficio el fallo recurrido, según la doctrina
de fecha 24 de abril de 1998, son los siguientes:
"1º) Recurso de casación por defecto de actividad declarado sin lugar y casado de oficio
por la Sala, por encontrarse en el fallo recurrido vicios procedimentales".
"2º) Recurso de casación declarado con lugar y además casado de oficio por la Corte".
"3º) En el supuesto de que el escrito de formalización contenga sólo denuncias de
infracción por errores de juzgamiento y la Corte detecte un vicio procedimental o infracciones
que atenten contra el orden público o la Constitución, casará de oficio directamente el fallo
recurrido, sin analizar el escrito pertinente, en acatamiento al precepto normativo consagrado
en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil".
"4º) En los supuestos de subversiones del procedimiento que ameriten reponer la causa a
la primera instancia, porque en tales situaciones se hace innecesario el análisis del recurso de
casación interpuesto, como acontece en el caso de autos, en el que se da esta circunstancia".
"5º) Cuando exista la incompetencia subjetiva del juez por encontrarse incurso en alguna
de las causales previstas en los ordinales 1º y 4º del artículo 82 del Código de Procedimiento
Civil".
"6º) En los casos en que exista la incompetencia objetiva en los términos previstos por la
ley procesal civil".
Ahora bien, en vigencia el nuevo texto constitucional que orienta en cuanto a las
características que deben informar al proceso, la Sala cree oportuno revisar ese criterio sobre la
casación de oficio, lo cual hace en los términos siguientes:
La Constitución de la República, especialmente, señala que “El proceso constituye un
instrumento fundamental para la realización de la Justicia...” y esto no sería posible sin el
adecuado ejercicio de las facultades otorgadas al sistema judicial por las leyes procesales. El
artículo 320, cuarto aparte, del Código de Procedimiento Civil, establece que “Podrá también la
Corte Suprema de Justicia en su sentencia hacer pronunciamiento expreso, para casar el fallo
recurrido con base en las infracciones de orden público o constitucionales que ella encontrare,
aunque no se les haya denunciado.”
Conforme con esta disposición legal, la Sala de Casación Civil tiene la prerrogativa para
extender su examen al fondo del litigio, sin formalismos, cuando, a motu proprio, detecte la
infracción de una norma de orden público o constitucionales. Esta atribución puede ser ejercida
por la Sala con objeto de materializar la correcta aplicación de la justicia, habida cuenta que el
artículo 23 del Código de Procedimiento Civil señala que “Cuando la ley dice: “el Juez o Tribunal
puede o podrá“, se entiende que lo autoriza para obrar según su prudente arbitrio, consultando
lo más equitativo o racional, en obsequio de la justicia y la imparcialidad”. En este sentido,
cuando la norma establece esta facultad para ser ejercida por cualquier juez de la República,
no puede excluirse de su ámbito de aplicación a este Supremo Tribunal, ya que se crearía una
excepción no prevista y menos aún, instituir limitaciones de carácter formal como las señaladas
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“APUNTES CASACIÓN”
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en la decisión de fecha 24 de abril de 1998. Desde luego que ello conduciría a convertirla en
un sustitutivo de la norma, toda vez que se traduce en una derogatoria o desaplicación de la
facultad discrecional prevista en el párrafo citado del artículo 320 del Código de Procedimiento
Civil, reduciendo las potestades, precisamente del Máximo Tribunal.
De acuerdo con este nuevo criterio, la Sala abandona la posición asumida en su decisión
de fecha 24 de abril de 1998 y, en consecuencia, declara que, en lo sucesivo, podrá casar de
oficio los fallos sometidos a su consideración, para lo cual sólo es necesario que se detecte en
ellos infracción de orden público y constitucionales como lo señala el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil, ateniéndose siempre, claro está, a los postulados del artículo 23 del Código
de Procedimiento Civil. Así se decide. SENT. 22 24-02-00

REENVÍO: Casación. Reenvío. Cuantía. Revisión de la cuantía en fase de


reenvío. CAMBIO DE DOCTRINA.
b) El recurso de casación se admitirá siempre y cuando el fallo recurrido sea uno de
aquéllos contra los cuales estaba consagrado el medio de impugnación para la fecha en que se
publicó la nueva decisión, teniendo en cuenta para ello la naturaleza del juicio y, de ser
apreciable en dinero, que se trate de uno de mayor cuantía, independientemente de cual haya
sido el motivo por el cual se había casado el fallo que motivó el reenvío." SENT. 105 13-04-
00

TÉCNICA DEL ESCRITO DE FORMALIZACIÓN DEL R.C.


La formalización del Recurso de Casación debe cumplir en forma imperativa dos clases de
requisitos: extrínsecos e intrínsecos. Según la conducta jurídica contemplada en los artículos
317 y 320 del Código de Procedimiento Civil, los requisitos intrínsecos vienen dados por lo
siguiente:
“1) La identificación de la decisión o decisiones contra la cual se recurre;
“2) El señalamiento de los quebrantamientos u omisiones in procedendo a
que se refiere el Ordinal 1º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil;”
“3) La denuncia de haberse incurrido en la violación de alguno o algunos
de los casos contemplados en el ordinal 2º del artículo 313 eiusdem, con la
obligación de expresar las razones jurídicas que demuestren la existencia de la
infracción, falsa aplicación o aplicación errónea. Además, si el formalizante
aspira que este Supremo Tribunal descienda al examen de los hechos, la ley le
impone cumplir los requisitos concretos establecidos en el artículo 320
eiusdem;”
“4) En caso de denunciarse falsa aplicación, la especificación de las
normas jurídicas que el tribunal de última instancia debió aplicar y no aplicó
para resolver la controversia, con expresión o fundamentos jurídicos de las
razones que demuestran la aplicabilidad de dichas normas, en el caso de las
denuncias formuladas conforme al Ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil”.
“5) La fundamentación del recurso, la cual según constante y pacífica
doctrina de esta Sala, requiere además de la cita del texto legal e indicación de
la norma que se considera transgredida, un aspecto fundamental de toda
formalización constituye la alegación en forma clara, concreta y precisa de la
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“APUNTES CASACIÓN”
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infracción atribuida a la recurrida, estableciéndose la debida congruencia entre
las disposiciones que se consideran infringidas y el argumento que respalda la
denuncia, demostrando en fin -él recurrente- cuándo, cómo y en qué sentido
se incurrió en la infracción”. (Sentencia de fecha 21-6-89 reiterada entre otras
el 29-3-97) SENT. 107 13-04-00

DOCTRINA CON RELACIÓN A LA PRESENTACIÓN DEL ESCRITO DE


FORMALIZACIÓN ANTE EL TRIBUNAL DE ALZADA. ABANDONO DE DOCTRINA "
Siempre queda la posibilidad de que el recurrente presente la formalización directamente
en el Tribunal Supremo de Justicia, dentro de los cuarenta días más el eventual término de la
distancia. También puede consignarse ante cualquier Juez que lo autentique, pero en este
último supuesto, también está condicionada la tempestividad de la formalización a su recepción
oportuna en el Tribunal Supremo de Justicia, dentro del lapso antes señalado. Queda así
expresamente abandonada la doctrina de la Sala de Casación Civil, establecida entre otras, en
sentencias de fechas 31-10-90, 25-3-92, 7-4-94, que sancionaba con la perención del recurso
de casación, cuando la formalización se presentaba directamente en el Tribunal que admitió el
recurso, antes del envío del expediente, y su envío tardío producía la recepción del expediente,
y por ende del escrito, fuera del lapso para formalizar. El presente cambio doctrinario,
comenzará a regir a partir de la publicación del presente fallo, para todos aquellos recursos de
casación que sean anunciados el mismo día o con posterioridad a él. SENT. 275 100800
SALA CONSTITUCIONAL

CUANTÍA O VALOR DE LA ACCIÓN.

Además, acota la Sala que dada la cuantía de la demanda, la cual conforme al artículo
3 del Código de Procedimiento Civil determina las posibilidades de acudir a la casación civil, la
sentencia dictada en el proceso laboral no era susceptible de casación por la cuantía.

Sobre este último tema, no ha resuelto esta Sala si tal limitación al recurso de
casación es o no violatoria de la Constitución, en los casos en que la indexación aumenta el
valor de la demanda , pero mientras ello no sea resuelto, la interpretación tradicional de las
Salas de Casación Civil y Social, y que prevalece en este caso, es que la cuantía que permite
en los juicios, el recurso de casación, se rige por la situación de hecho existente para el
momento de la presentación de la demanda.

En consecuencia no habiendo agotado todos los recursos contra la negativa de oír el


recurso de casación anunciado el 26 de septiembre de 2001 por el hoy accionante, este amparo
es inadmisible en razón de lo dispuesto el artículo 6 numeral 5 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales. SENT 280602

ACLARATORIA DE LA SENTENCIA. EL LAPSO PARA EL ANUNCIO DE LOS


RECURSO DEBE COMPUTARSE A PARTIR DE LA PUBLICACIÓN DEL FALLO Y NO DE
LA ACLARATORIA. NO ES PROCEDENTE NOTIFICAR EL AUTO DE LA ACLARATORIA.
En tal sentido, se debe indicar que el cómputo del lapso para ejercer el recurso de
casación, conforme a lo dispuesto en el artículo 314 del Código de Procedimiento Civil,
consustanciado con el artículo 521, eiusdem, se realiza a partir de la publicación de la sentencia
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definitiva, y no de la aclaratoria de ésta, dado que la aclaratoria no constituye un recurso, y por
tanto, al perseguir un fin completamente distinto al de la impugnación, ello hace que el
ejercicio de cada uno sea totalmente independiente, por lo cual, la supuesta falta de
notificación de la aclaratoria de la sentencia no viola los derechos constitucionales alegados
como infringidos por la accionante. SENT 1577 090702

ACLARATORIA DE LA SENTENCIA. LAPSO PARA SOLICITARLA.


Sobre el alcance de la norma precedentemente transcrita, esta Sala se pronunció en
sentencia del 26 de diciembre de 2000 (Caso: Asociación Cooperativa Mixta La Salvación,
S.R.L.), y señaló que el aludido artículo 252, fundamento legal de la solicitud de aclaratoria,
regula todo lo concerniente a las posibles modificaciones que el juez puede hacer a su
sentencia, con lo cual, quedan comprendidas dentro de éstas, no sólo esclarecer puntos
dudosos, sino también salvar omisiones, rectificar errores de copia, de referencias o de cálculos
numéricos que aparecieren manifiestos en la sentencia, así como dictar las ampliaciones a que
hubiere lugar.

En lo que respecta a la oportunidad para solicitar la aclaratoria, en dicha sentencia


esta Sala indicó que la disposición comentada establece su procedencia siempre y cuando fuere
solicitada por alguna de las partes en el día de la publicación del fallo o en el día siguiente.

Sin embargo, es de señalar que la condición a la cual alude el artículo en referencia


debe entenderse cuando la sentencia haya sido dictada dentro del lapso establecido, y que no
amerite, por tanto, su notificación. De manera que lo anterior permite afirmar que, para el
caso de que la sentencia haya sido dictada fuera del lapso establecido, la oportunidad indicada
en el artículo 252 del Código de Procedimiento Civil, debe entenderse que es el día de la
notificación de la sentencia o en el día siguiente al que ésta se haya verificado.

La sentencia in commento fue publicada el 19 de junio de 2002 y su aclaratoria fue


solicitada el día 27 del mismo mes y año, es decir, fuera del lapso que otorga la ley procesal,
por lo que, a tenor de lo previsto en el artículo 252 del Código de Procedimiento Civil, la
aclaratoria formulada resulta inadmisible por extemporánea. Así se decide. SENT. 1597
100702
PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE AMPARO CUANDO UNA VEZ DICTADA SENTENCIA
DE CASACIÓN LAS PARTES NO SEAN NOTIFICADAS DE LA CONTINUACIÓN DEL
PROCEDIMIENTO DE REENVÍO
Una vez dictada sentencia de casación fuera del lapso legal, y devueltos los autos en
reenvío, las partes deben ser notificadas de la continuación del procedimiento, a objeto de que,
dictada la correspondiente sentencia de reenvío, puedan ejercer contra ella los recursos legales
correspondientes. En el caso de autos, no consta que las partes hayan sido notificadas de la
continuación del procedimiento de reenvío, a pesar de que la sentencia de casación fue dictada
fuera del lapso legal. Esta falta de notificación vulnera el derecho a la defensa en todo estado y
grado del proceso, contemplado en la disposición prevista en el artículo 49, numeral 1; de la
Constitución de la República. El vicio RECURSO DE REVISIÓN:
REVISIÓN DE LAS SENTENCIAS DE LAS DEMAS SALAS DEL TSJ. Visto que
nuestra Constitución si da testimonio de una voluntad de someter en todas sus manifestaciones
el Estado al Derecho, la Sala ha precisado su competencia, tanto por lo que hace a la revisión
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“APUNTES CASACIÓN”
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de las decisiones de las demás Salas del Tribunal que violen alguna regla o principio
constitucional, como respecto a aquellas decisiones que contraríen la doctrina que ésta fije (ver
al respecto sentencias núms. 520 de 7-06-2000 y 1115 de 4-10-2000).
Alcance de la Revisión Extraordinaria de sentencias de las demás Salas del
Tribunal Supremo (1° parte) La potestad de revisión abarca, pues, tanto las decisiones que
se denuncien violatorias de la doctrina de la Sala Constitucional, como las decisiones que
infrinjan principios o reglas de rango constitucional, siempre que hubieren sido dictadas con
posterioridad a la entrada en vigencia de la Constitución. Ello en razón de que sería un
contrasentido que la Sala Constitucional (órgano en ejercicio del Poder de Garantía
Constitucional), pueda vincular con sus decisiones a las demás Salas (cúspides en sus
respectivas jurisdicciones: penal, civil, político-administrativa, social, electoral, plena), pero que
éstas no estuvieran vinculadas a la Constitución más que formalmente, y sus posibles
decisiones inconstitucionales, no estén sujetas a ningún examen. No es lógico que la fuente del
ordenamiento político-jurídico de nuestro país no pudiera, según esta tesis, contrastarse con las
decisiones de las demás Salas, pero, que sí cupiera el contraste de estas decisiones con la
doctrina de la Sala Constitucional, que es realización de esa Norma Fundamental.
Igualdad jerárquica de las Salas del Tribunal Supremo de Justicia La Sala
estima, en definitiva, que el ejercicio de la jurisdicción constitucional, conforme lo prevé el
artículo 266.1 y el Título VIII sobre la Protección de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, no implica superioridad jerárquica de la Sala Constitucional, sino potestad para
garantizar la supremacía Constitucional, conforme al Estado de derecho y de justicia,
proclamado por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. La doctrina
constitucional clásica ha asignado al Máximo Tribunal la atribución de dirimir los conflictos
dentro de los poderes públicos ex auctoritate, pese al principio de la división del poder y la
propiedad de las potestades que corresponden a cada rama del poder público. De modo que
cuando el artículo 335 eiusdem atribuye a la Sala competencia para revisar las sentencias de las
otras Salas, conforme a las disposiciones constitucionales citadas, no afecta el artículo 136
eiusdem, sino que consagra una atribución exigida por la racionalidad del sistema democrático,
a saber, la de la garantía jurisdiccional de la supremacía y efectividad de las normas y principios
constitucionales, conforme lo dispone el artículo 335 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. En suma, la competencia revisora de la Sala Constitucional no es
jerárquica sino potestativa, y así se declara.
Alcance de la Revisión Extraordinaria de sentencias de las demás Salas del
Tribunal Supremo (2° parte) Tal conclusión resulta, por decir lo menos, a constitucional.
Tanto como pretender que sólo tienen opción de solicitar la revisión de tales sentencias,
aquellos ciudadanos cuyos casos hayan felizmente coincidido con una sentencia previa de esta
Sala Constitucional donde se haya vertido algún criterio vinculante para las demás Salas. Si la
Sala Constitucional nada ha dicho al respecto, ¿el ciudadano debe soportar la violación a sus
derechos o garantías constitucionales por esa sola razón?. Por otra parte, cabría formular otra
pregunta: ¿cuánto tiempo debe pasar antes que la Sala logre desarrollar una doctrina densa,
amplia y diversa sobre aspectos fundamentales, que haga posible cumplir esta garantía de
revisión?. Esta Sala considera que tal postura sería incorrecta, en razón de que los ciudadanos
no pueden quedar en la incertidumbre, sujetos a que tal doctrina se desarrolle. Por otra parte,
en refuerzo de lo dicho, la doctrina que ha dado por sentada esta Sala Constitucional desde su
primera sentencia, es que la Constitución es Norma Suprema aplicable, respecto a los aspectos
orgánicos y de derechos fundamentales, inmediatamente (ver n° 1 de 2-01-00)
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T.S.J-. De la Sala Constitucional Las atribuciones de la Sala Constitucional, referidas
en el artículo 336 de la Constitución, deben entenderse como expresiones jerárquicas y
procesales del sistema de salvaguarda de la Constitución y de las actividades a través de las
cuales, históricamente, se han venido desempeñando los tribunales con competencia en
materia de garantía constitucional. Tales atribuciones, en función del principio de supremacía
constitucional, definen una determinada tarea, que, por derivada, corresponde a la naturaleza
mas no cubren la esencia toda de la materia constitucional, lo cual es tanto como decir que, si
bien esos perfiles están presentes en la propia Constitución y aun en normas de rango inferior,
cumplen en gran medida un rol procesal en el campo restringido para el cual el constituyente o
el legislador los previó, pero, no pueden ser usados como criterios de interpretación que agoten
la institución de la tutela constitucional que le corresponde a esta Sala . SENT. 33 25010
Control Constitucional: Carácter vinculante de las interpretaciones establecidas por
la Sala Constitucional .
no existe duda alguna de que esta Sala posee la máxima potestad de interpretación de
la Constitución y que sus decisiones son vinculantes para las otras Salas del Tribunal Supremo
de Justicia y los demás tribunales de la República. Así las cosas, las demás Salas del Tribunal
Supremo de Justicia y los demás tribunales y juzgados de la República están obligados a decidir
con base en el criterio interpretativo que esta Sala tenga de las normas constitucionales. El
hecho de que el Tribunal Supremo de Justicia o los demás tribunales de la República cometan
errores graves y grotescos en cuanto a la interpretación de la Constitución o no acojan las
interpretaciones ya establecidas por esta Sala, implica, además de una violación e irrespeto a la
Constitución, una distorsión a la certeza jurídica y, por lo tanto, un quebrantamiento del Estado
de Derecho. Por ello, la norma contenida en el artículo 335 de la Constitución establece un
control concentrado de la constitucionalidad por parte de esta Sala en lo que respecta a la
unificación de criterio relativa a la interpretación de la Constitución. Sent 93 060201
Control Constitucional: Carácter vinculante de las interpretaciones
establecidas por la Sala Constitucional . no existe duda alguna de que esta Sala posee la
máxima potestad de interpretación de la Constitución y que sus decisiones son vinculantes para
las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y los demás tribunales de la República. Así las
cosas, las demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia y los demás tribunales y juzgados de la
República están obligados a decidir con base en el criterio interpretativo que esta Sala tenga de
las normas constitucionales. El hecho de que el Tribunal Supremo de Justicia o los demás
tribunales de la República cometan errores graves y grotescos en cuanto a la interpretación de
la Constitución o no acojan las interpretaciones ya establecidas por esta Sala, implica, además
de una violación e irrespeto a la Constitución, una distorsión a la certeza jurídica y, por lo tanto,
un quebrantamiento del Estado de Derecho. Por ello, la norma contenida en el artículo 335 de
la Constitución establece un control concentrado de la constitucionalidad por parte de esta Sala
en lo que respecta a la unificación de criterio relativa a la interpretación de la Constitución.
Sent 93 060201
SALA SOCIAL
SENTENCIA. LAPSO PARA ANUNCIAR LOS RECURSOS DE
IMPUGNACIÓN.
Para decidir, la Sala observa:
Considera la Sala que a los fines de la justicia es más cercana la posición sostenida por
parte de la doctrina patria, que considera válido el recurso ejercido después de pronunciado el
fallo y con antelación al inicio del lapso para recurrir.
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“APUNTES CASACIÓN”
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En este sentido ha expuesto el Dr. Arístides Rengel-Romberg:
“Si bien el término comienza a contarse al día siguiente de la publicación de la sentencia,
se admite que pueda proponerse la apelación el mismo día, inmediatamente después del fallo
(apelación inmediata), sin que pueda considerarse en este caso que hay apelación anticipada,
pues ésta es la que se interpone antes de haberse pronunciado la decisión, para el caso de que
el Juez no resuelva favorablemente; la cual evidentemente no tiene valor alguno”. (Tratado de
Derecho Procesal Civil Venezolano. Tomo II. Ex Libris. Caracas 1991.P 403).
Similar posición sostiene el Dr. Ricardo Henríquez La Roche, al comentar en el artículo 198
del código adjetivo en el tomo II de su obra “Código de Procedimiento Civil”, fundamentando la
posibilidad de ejercer los recursos después de la publicación del fallo y antes de iniciarse el
término del recurso, en la naturaleza meramente instrumental de las normas procesales,
naturaleza instrumental que en el ordenamiento venezolano ha sido establecida en el artículo
206 del Código de Procedimiento Civil vigente, que señala que aún cuando existan faltas que
vicien cualquier acto procesal, en ningún caso se declarará la nulidad si el acto ha alcanzado el
fin al cual estaba destinado.
Este carácter finalista de las normas procesales adquiere carácter constitucional con la
promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el 30 de diciembre
de 1999, que en el artículo 257 establece:
“El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las
leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y
adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales”.
Finalmente, argumenta el autor citado, el ejercicio de la apelación no es desnaturalizado
cuando se ejerza con antelación al inicio del lapso, pues se está manifestando claramente la
intención de la parte de alzarse contra el fallo impugnado.
Entonces, si el gravamen a la parte es causado por la sentencia, su interés de impugnarla
surge con la publicación de la misma, o con el conocimiento que tiene de ella al serle
notificada, y por tanto resulta válido que a partir de dicho momento manifieste su intención de
recurrir, y ello no causa ningún perjuicio a la contraparte y no puede ser declarada la nulidad
de ningún acto si este no ha causado ningún perjuicio, debiéndose evitar la reposición inútil.
La exigencia del Código de Procedimiento Civil de que antes de comenzar el cómputo del
término para el ejercicio de los recursos de apelación y de casación, debe dejarse transcurrir
íntegramente el lapso que otorga la ley al Juez para sentenciar, aunque se haya decidido dentro
del lapso respectivo (artículos 515 y 521), y notificarse a ambas partes del fallo si este fuere
pronunciado después de vencido el lapso de la ley para dictar la sentencia (artículo 251), no
tiene como finalidad impedir o diferir el ejercicio de los recursos hasta que se cumplan con
dichos extremos, sino otorgar una garantía de seguridad a las partes, impidiendo que el Juez
admita o niegue el recurso ejercido antes del vencimiento del lapso para sentenciar o de
notificación, en perjuicio y sorpresa de la otra parte.
Estableció esta Sala en fallo de fecha 1º de junio de 2000:
“Siendo así, estima esta Sala de Casación Social que cuando el referido medio ordinario se
interpone inmediatamente después de pronunciada la decisión que se quiere atacar a través de
dicho medio de impugnación, debe resultar tempestivo, aún y cuando habiéndose dictado la
referida sentencia no haya fenecido el lapso para sentenciar o cuando las misma sea dictada
fuera del lapso legal o de su único auto de diferimiento y no se hayan notificado a todas las
partes del juicio, ello en razón de que con dicha actuación la parte está manifestando su
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“APUNTES CASACIÓN”
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desacuerdo y tal manifestación es posible únicamente a través de dicho medio de
impugnación”.
(…)
“Este criterio resulta también aplicable al recurso extraordinario de casación, ello, como
antes se estableció en resguardo del derecho a la defensa de las partes en el proceso”.
Asentado lo anterior, la Sala observa que el lapso de diez (10) días para ejercer el recurso
de casación contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Tránsito,
Trabajo y Menores de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, de acuerdo con lo
previsto en el artículo 314 del Código de Procedimiento Civil, se inició el 8 de enero de 2002;
sin embargo, y de conformidad con lo ya expuesto, es válido el anuncio del recurso de casación
hecho por la parte demandada el 5 de diciembre de 2001, fecha posterior al 4 de diciembre en
que se produjo el pronunciamiento del fallo por el Tribunal de la alzada. SENT. 0281 RH
020502

RECURSO DE FORMA Y RECURSO DE FONDO. ERROR IN IUDICANDO Y ERROR


IN PROCEDENDO DIFERENCIAS

En relación con la distinción entre errores in iudicando y errores in procedendo, la Sala


Civil de este máximo Tribunal en sentencia de 2 de marzo de 1994 expresó:
“En relación con la distinción entre el error in procedendo y el error in iudicando,
Carnelutti explica:
“Hasta ahora se pensó que la diferencia entre el error en el juicio y error en el
procedimiento estaba únicamente en que el primero se refería a la causa y el segundo al efecto
de la equivocación cometida por el juez: habría falsos juicios, que bastarían por sí solos para
consentir la rescisión de la sentencia, independientemente de su repercusión sobre el acto que
determinaron; habría, por otra parte, ciertos actos cuyo cumplimiento en forma diversa de la
querida por la ley constituiría motivo de casación por sí sola, independientemente de la
naturaleza del juicio que los hubiera engendrado; según esta línea divisoria, si los errores (en la
solución de una cuestión) de fondo eran tratados como errores de juicio, los errores de orden
podrían referirse tanto al procedere como al iudicare; por ejemplo, que hubiera decidido un
juez incompetente, se consideraba no tanto un error in procedendo cuanto un error in
iudicando si la equivocación había ocurrido en solución de una cuestión de derecho referente a
la competencia”.
Este modo de plantear la distinción no apreciaba la verdadera razón de ella, que no está
sino en la profunda diferencia entre el orden y el fondo, esto es, entre la conducción del
proceso y la decisión de la litis o la administración del negocio, y estos dos momentos de la
actividad del juez están en relación de medio a fin: para las cuestiones de orden, lo que
importa a los fines de la rescisión no es tanto el por qué cuanto el si se ha seguido o no el iter
señalado por la ley como el más idóneo para llegar al fin; en cuanto a las cuestiones de fondo,
no se puede pretender lo mismo, es decir, que sólo la obtención o la no obtención de fin sea
relevante, debiéndose indagar igualmente si la decisión ha sido justa… Es exacto, por tanto
distinguir los errores in iudicando como errores de juicio de los errores in procedendo, como
errores de actividad, pero es hora de agregar que los segundos atañen sólo al orden y los
primeros sólo al fondo…” (Instituciones de Derecho Procesal Civil, volumen II, pág. 249-250).
La opinión transcrita resulta de mayor exactitud, a juicio de la Sala, que la posición de
Calamandrei, para quien se tratará de un error de actividad si se comete al aplicar las normas
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“APUNTES CASACIÓN”
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procesales, y de un error de juicio, si se comete al aplicar la ley sustantiva –“inejecución de un
precepto procesal (error in procedendo) y el error sobre la voluntad abstracta de una ley
relativa a la relación controvertida”- pues al resolver el fondo de la controversia puede infringir
el juez una regla de derecho procesal, y en nuestro sistema las violaciones de reglas de
procedimiento que no se traduzcan en quebrantamiento u omisión de formas procesales en
infracción del derecho de defensa, o pueden ser catalogadas como omisión de los requisitos del
artículo 243 o vicios de la sentencia, de los enumerados en el artículo 244 del Código de
Procedimiento Civil, pueden dar lugar al recurso por infracción de ley.
El autor citado en último término, también percibe la esencia de la cuestión al expresar:
“La profunda diferencia del criterio seguido por nuestra ley en los dos casos es evidente:
en el recurso dado por error in iudicando se trata de defender la exacta interpretación de
cualquier norma jurídica; en el recurso dado por error in procedendo se trata no de asegurar la
ejecución de cualquier precepto procesal, puesto que la mayor parte de las inejecuciones de
estos preceptos no dan lugar a casación, sino de garantizar el provechoso desarrollo del
proceso…”. (La Casación Civil, Tomo II, págs. 259-260)
En ocasiones se ha caracterizado el error in procedendo, como ocurrido en el camino que
conduce a la sentencia recurrida, y el error de juicio, como aquel cometido en la sentencia
misma, pero ello sólo es estadísticamente correcto, pues si bien la mayor parte de los
quebrantamientos de formas procesales se cometen en el curso del proceso, antes de la
sentencia, aun en ese caso existirá una deficiencia en la sentencia misma –la falta de
reposición-, y en ocasiones la indefensión es ocasionada por la propia recurrida. Ejemplos de
este último supuesto lo constituyen la sentencia interlocutoria que resuelve una cuestión
procesal, contra la cual se puede formalizar en la oportunidad del recurso contra la definitiva, y
la llamada sentencia definitiva formal, que constituye el caso bajo análisis, la cual no resuelve
sobre el fondo de la controversia, sino sobre una cuestión procedimental, o de orden en
palabras de Carnelutti.
Nuestro Código de Procedimiento Civil regula los efectos de la sentencia de casación en
ambos supuestos. En relación con el recurso por defecto de actividad, el artículo 320 establece
que si al decidir el recurso la Corte Suprema de Justicia encontrare una infracción de las
descritas en el ordinal 1º del artículo 313, se abstendrá de conocer las otras denuncias de
infracción formuladas, y decretará la nulidad y reposición de la causa al estado que considere
necesario para restablecer el orden jurídico infringido, y de acuerdo al artículo 322, esta Corte
remitirá el expediente directamente al Tribunal que deba sustanciar de nuevo el juicio.
Respecto a la casación por error de juicio, la disposición citada en último término establece, que
si el recurso fuere declarado con lugar por las infracciones descritas en el ordinal 2º del artículo
313, el juez de reenvío se limitará a dictar nueva sentencia sometiéndose completamente a lo
decidido por la Corte Suprema de Justicia.
Un ejemplo de la diferencia entre ambos recursos, en cuanto a los efectos de la sentencia
que el recurrente solicita al formalizar el recurso, lo tenemos en el supuesto de error en el
cómputo de los días para la promoción de pruebas. En cualquier caso se tratará de una
infracción de reglas de procedimiento, pero si quien recurre alega que no se admitieron
ilegalmente sus pruebas, se tratará de un recurso por defecto de actividad, cuyo efecto, de ser
procedente, consistirá en la reposición de la causa al estado de que se admitan y de ser
necesario se evacuen las pruebas; en tanto que, de ser el fundamento del recurso la
apreciación de pruebas promovidas o evacuadas extemporáneamente, se tratará de un recurso
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“APUNTES CASACIÓN”
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por infracción de ley, y el efecto será el de reenvío, para que el Superior resuelva de nuevo el
fondo de la causa, sin tomar en consideración las pruebas irregulares.
Este planteamiento es compatible con la posición de Carnelutti, pues el error en la
aplicación de las normas procesales, en el segundo de los casos, fue cometido al resolver la
cuestión de fondo, tomando en cuenta para su resolución pruebas irregulares.”
En el caso estudiado, como ya se indicó, el recurrente denuncia como un defecto de
actividad, una conclusión del juez que de constituir un error sólo podría ser de juzgamiento,
pues la resolución del Tribunal Superior en relación con el establecimiento de la prueba de
confesión, únicamente se vincula al mérito de la litis, no al orden del proceso. SENT. 288
160502

LO QUE DEBE ENTENDERSE POR REAPERTURA Y PRÓRROGA DE LOS LAPSOS.


CUÁNDO PROCEDE. REAPERTURA DE LOS LAPSOS EN EL RECURSO DE CASACION
La Sala, en decisión Nº 21 de fecha 5 de febrero de 2002, acogiendo el criterio sentado
por la Sala de Casación Civil en sentencia de fecha 23 de febrero de 1995, ratificada en
sentencia Nº 554, de fecha 16 de julio de 1998, dejó establecido lo que debe entenderse por
reapertura y prórroga, en los términos siguientes:
 
“...es necesario distinguir entre una y otra situación, pues la solicitud de
reapertura implica la concesión de un nuevo plazo, ya que sólo se abre de
nuevo lo que estaba cerrado. En tanto, que la idea de prórroga se refiere a la
necesidad de extender un término o lapso que todavía no ha transcurrido. En
consecuencia, toda solicitud de prórroga debe hacerse antes del vencimiento
del lapso; mientras que las reaperturas, se harán luego de vencido el
término...”.
 
  

Conforme a la jurisprudencia referida, lo solicitado por la apoderada judicial de la parte


recurrente debió ser la reapertura del lapso de réplica, por cuanto al momento de la solicitud, el
lapso para ejercer el derecho ya había vencido.
 

Asimismo, la decisión en referencia, dispone que se concederá la reapertura o prórroga de


lapsos por vía excepcional, pero sólo para la presentación del escrito de formalización cuando
existan causas insuperables no imputables al litigante, en virtud de la sanción de perecimiento
prevista en el artículo 325 del Código de Procedimiento Civil, según el reiterado criterio
jurisprudencial, que establece lo siguiente:
 
“’La Sala, aun cuando no existe en el nuevo Código de Procedimiento Civil
norma procesal expresa y específica que la faculte para reabrir el lapso de
formalización del recurso de casación, salvo la norma general prevista en el
artículo 202 eiusdem, ha venido considerando las solicitudes de reapertura de
dicho lapso, con fundamento en el derecho de defensa previsto en el artículo
68 de la Constitución y en el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil
vigente’.
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91
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‘A tal efecto, analiza cada caso concreto, con el fin de investigar si hubo
una causa insuperable, no imputable a la parte, que le impidió presentar
oportunamente su escrito de formalización’.
‘Según el artículo 432 del Código de Procedimiento Civil derogado, que
puede servir de pauta en la materia, si el recurrente no consignaba la
formalización dentro del lapso legal, la Corte declaraba perecido el recurso, a
menos que probara que no pudo hacerlo en tiempo hábil por habérselo
impedido, una causa de fuerza mayor’.
‘Al interpretar la Sala dicho artículo, expresó que no debe concederse
prórroga sino en los casos verdaderamente graves, que hubieran hecho
imposible al interesado tomar las medidas necesarias para que el recurso no
perezca por falta de formalización pues admitir otro criterio serviría para abrir
brecha peligrosa que atentaría contra la seriedad de la administración de
justicia, facilitando la reapertura de lapsos, por causas que ciertamente no lo
justifiquen’...". (Sentencia de la Sala de Casación Civil, N° 3 de fecha 16 de
marzo de 2000 Exp. N°00-016).
 
  

Tratándose en el caso concreto de una solicitud de prórroga para la


presentación del escrito de réplica, debe la Sala declararla improcedente al no
ajustarse a los criterios antes expuestos, en consecuencia, el escrito
consignado ante la Secretaría de la Sala en fecha 16 de abril del presente año,
se tendrá por no presentado y así se decide SENT.. 342 del 12/06/2002

SALA POLÍTICO ADMINISTRATIVA


RECURSO DE HECHO. El recurso de hecho como garantía procesal del derecho de
apelación. Objeto. Presupuestos lógicos. Legitimación
el recurso de hecho como garantía procesal del derecho de apelación, tiene por objeto
la revisión del juicio o dictamen emitido por el juez de la causa en torno a la admisibilidad del
recurso ejercido y, en tal sentido, supone como presupuestos lógicos, en primer lugar, la
existencia de una decisión susceptible de ser apelada; en segundo lugar, el ejercicio válido del
recurso de apelación contra ésta y, finalmente, que el órgano jurisdiccional haya negado la
admisión de dicho recurso o la haya limitado al sólo efecto devolutivo. Por tanto, ninguna
legitimación puede tener para ejercer el recurso de hecho, la parte que no ha ejercido
apelación. " SENT. 0272 190202

RECURSO DE HECHO. El recurso de hecho como garantía procesal del derecho de


apelación. Objeto. Presupuestos lógicos. Legitimación
el recurso de hecho como garantía procesal del derecho de apelación, tiene por objeto
la revisión del juicio o dictamen emitido por el juez de la causa en torno a la admisibilidad del
recurso ejercido y, en tal sentido, supone como presupuestos lógicos, en primer lugar, la
existencia de una decisión susceptible de ser apelada; en segundo lugar, el ejercicio válido del
recurso de apelación contra ésta y, finalmente, que el órgano jurisdiccional haya negado la
admisión de dicho recurso o la haya limitado al sólo efecto devolutivo. Por tanto, ninguna
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legitimación puede tener para ejercer el recurso de hecho, la parte que no ha ejercido
apelación. " SENT. 0272 190202
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RECURSO DE CASACIÓN. SENTENCIA INTERLOCUTORIA QUE NO CAUSA


GRAVAMEN IRREPARABLE. MOMENTO DE IMPUGNAR

La
Sala para decidir observa, que la sentencia recurrida dictada por el Juzgado Superior Octavo en
lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad de Caracas, resuelve
el recurso de apelación propuesto por la demandada con motivo de la incidencia de oposición a
la prueba de cotejo surgida en el juicio principal por cobro de bolívares, respecto al auto
dictado por el Tribunal de la causa, que declaró improcedente la oposición formulada por la
accionada a la prueba de cotejo promovida por la parte actora y en consecuencia, admitió dicha prueba,
lo cual no constituye una decisión recurrible en sede de casación, ya que la misma no puede
ser considerada como una sentencia definitiva, porque su dispositivo no pone fin al mérito o
fondo del litigio, ni es de aquellas interlocutorias que aunque su dispositivo no se refiera al
mérito de la controversia le ponga fin al juicio, como es el caso de las sentencias interlocutorias
con fuerza de definitivas; ni tampoco representa una sentencia definitiva formal de reposición.
 
Es
por ello, que al resolver la sentencia recurrida sobre una incidencia de oposición a la prueba de
cotejo surgida dentro del proceso, no afecta de ninguna manera su desarrollo, y tampoco le
pone fin al juicio. Por el contrario, ordena la continuación del mismo, esta Sala debe concluir,
que dicha decisión no tiene acceso a casación de inmediato, sino en forma diferida, ya que de
acuerdo al principio de concentración procesal y de conformidad con lo dispuesto en el ordinal
4º del artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, en la sola y única oportunidad de la
decisión del recurso de casación, que se proponga contra la sentencia definitiva, deberán ser
decididas las impugnaciones contra esta última, y contra las interlocutorias, en virtud de que, si
la definitiva repara el gravamen causado por aquéllas, habrá desaparecido entonces el interés
procesal para recurrir.
Por
tanto, de acuerdo a los motivos anteriormente expuestos, no es admisible de inmediato el recurso
de casación, lo que determina, en consecuencia, que el recurso de hecho propuesto debe ser
declarado sin lugar. Así se decide. Sent. RH 056 080502

RECURSO DE INVALIDACIÓN. CUANTÍA. REQUISITO DE ADMISBILIDAD


 Ahora bien, en referencia a los requisitos de admisibilidad del recurso de casación contra
las decisiones dictadas en los juicios de invalidación si hubiere lugar a ello, tal como lo dispone
el artículo 337 del Código de Procedimiento Civil, es necesario que el juicio que se trata de
invalidar deba cumplir, necesariamente, con el requisito de la cuantía, previsto en el artículo
312 eiusdem.
Al respecto, la Sala ha puntualizado que en los juicios de invalidación, la cuantía es la del
juicio ordinario que se pretende invalidar, es decir, los elementos de cálculo contenidos en el
escrito libelar y no la estimación que se haya hecho en el escrito de demanda de invalidación.
En tal sentido, se pronunció en fecha 30 de marzo de 2000, expediente Nº 99-454, sentencia
Nº 78, caso: Roger Descombes Barre y Oddete Fromenty de Descombes contra la sentencia
proferida por el Juzgado Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, y lo hizo de la manera siguiente:
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“...En los procesos de invalidación es la cuantía del juicio que se trata de invalidar la que
deberá tenerse en cuenta a los efectos de la admisibilidad del recurso de casación y no la
estimación que se haya hecho en la propia demanda de invalidación, porque si los efectos de la
sentencia dictada en la
invalidación se producen inexorablemente en el juicio invalidable, la conexión entre uno y
otro es innegable, lo que lleva a concluir la cuantía del juicio principal determinará la
del de invalidación, a los efectos de la admisibilidad del recurso de casación”.
(Negrilla de la Sala).
A tales fines, se constata de las actas del proceso que, la demanda del juicio por
resolución de contrato de arrendamiento fue estimada por el accionante en la cantidad de
treinta mil bolívares (Bs.30.000,00), suma esta que conforma las mensualidades vencidas y
sobre las cuales se litiga. Pues bien; al no haber sido impugnada por el accionado esta quedó
firme, cuestión que permite a este Alto Tribunal determinar el incumplimiento del requisito de la
cuantía, ya que el interés principal del juicio no excede de la cantidad de cinco millones de
bolívares (Bs.5.000.000,00), monto este exigido para la admisibilidad del recurso de casación,
lo que determina por vía de consecuencia, la declaratoria sin lugar del recurso de hecho
propuesto, tal como se declarará de manera expresa, positiva y precisa en el dispositivo del
presente fallo. Así se decid. SENT. RH 062 310502

RECURSO DE INVALIDACIÓN. CUANTÍA. REQUISITO DE ADMISBILIDAD


 Ahora bien, en referencia a los requisitos de admisibilidad del recurso de casación contra
las decisiones dictadas en los juicios de invalidación si hubiere lugar a ello, tal como lo dispone
el artículo 337 del Código de Procedimiento Civil, es necesario que el juicio que se trata de
invalidar deba cumplir, necesariamente, con el requisito de la cuantía, previsto en el artículo
312 eiusdem.
 
Al respecto, la Sala ha puntualizado que en los juicios de invalidación, la cuantía es la del
juicio ordinario que se pretende invalidar, es decir, los elementos de cálculo contenidos en el
escrito libelar y no la estimación que se haya hecho en el escrito de demanda de invalidación.
En tal sentido, se pronunció en fecha 30 de marzo de 2000, expediente Nº 99-454, sentencia
Nº 78, caso: Roger Descombes Barre y Oddete Fromenty de Descombes contra la sentencia
proferida por el Juzgado Superior Cuarto en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, y lo hizo de la manera siguiente:
“...En los procesos de invalidación es la cuantía del juicio que se trata de invalidar la que
deberá tenerse en cuenta a los efectos de la admisibilidad del recurso de casación y no la
estimación que se haya hecho en la propia demanda de invalidación, porque si los efectos de la
sentencia dictada en la invalidación se producen inexorablemente en el juicio invalidable, la
conexión entre uno y otro es innegable, lo que lleva a concluir la cuantía del juicio principal
determinará la del de invalidación, a los efectos de la admisibilidad del recurso de casación”.
(Negrilla de la Sala).
A tales fines, se constata de las actas del proceso que, la demanda del juicio por
resolución de contrato de arrendamiento fue estimada por el accionante en la cantidad de treinta mil
bolívares (Bs.30.000,00), suma esta que conforma las mensualidades vencidas y sobre las cuales se litiga.
Pues bien; al no haber sido impugnada por el accionado esta quedó firme, cuestión que permite
a este Alto Tribunal determinar el incumplimiento del requisito de la cuantía, ya que el interés
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principal del juicio no excede de la cantidad de cinco millones de bolívares (Bs.5.000.000,00), monto este
exigido para la admisibilidad del recurso de casación, lo que determina por vía de consecuencia,
la declaratoria sin lugar del recurso de hecho propuesto, tal como se declarará de manera
expresa, positiva y precisa en el dispositivo del presente fallo. Así se decid. SENT. RH 062
310502

TERCERÍA. LA CUANTÍA PARA RECURRIR EN CASACIÓN


En cuanto a la cuantía en materia de tercería, la Sala en fecha 31 de marzo de 2000
(Fabiola Espitia de Ramírez contra Nancy Josefina León), expresó lo siguiente:
“...El artículo 371 del Código de Procedimiento Civil establece que la intervención
voluntaria de los terceros se realizará mediante demanda dirigida contra las partes
contendientes, que se propondrá ante el Juez de la causa en primera instancia.
El artículo 372 dispone: “La tercería se instruirá y sustanciará en cuaderno separado”.
El artículo 373 “Si el tercero interviniere durante la primera instancia del juicio principal y
antes de hallarse en estado de sentencia, continuará su curso el juicio hasta llegar a dicho
estado, y entonces se esperará a que concluya el término de pruebas de la tercería, en cuyo
momento se acumularán ambos expedientes para que un mismo pronunciamiento abrace
ambos procesos, siguiendo unidos para las ulteriores instancias”.
El artículo 31 del Código de Procedimiento Civil establece que “Para determinar el valor de
la demanda se sumarán al capital los intereses vencidos, los gastos hechos en la cobranza y la
estimación de los daños y perjuicios anteriores a la presentación de la demanda”.
El artículo 38 eiusdem, dispone: “Cuando el valor de la cosa demandada no conste, pero
sea apreciable en dinero, el demandante la estimará”.
La tercería es una institución por medio de la cual se garantiza a quienes no sean
demandados o actores en un juicio, hacer valer sus derechos en caso de que sus intereses
puedan verse afectados. De allí que la intervención de terceros pueda ser voluntaria o forzada.
El caso de autos se trata de una intervención voluntaria con base en el ordinal 1° del
artículo 370 del Código de Procedimiento Civil, alegando el tercero derechos sobre un inmueble
objeto de una medida preventiva ejecutada en un juicio en el cual no era parte.
Ahora, ese tercero estimó su demanda en Bs. 6.000.000,oo razón por la cual el juzgado
de la causa, que lo era un Juez de Municipio , pasó los autos a un Juez de primera instancia
donde se produjo la sentencia apelada que motivó la hoy recurrida en casación.
Según el artículo 372 del Código de Procedimiento Civil, la tercería se sustanciará en
cuaderno separado, la cual significa que dicha acción es accesoria de la principal, sustanciada
en el cuaderno principal.
Esa demanda a sustanciarse en cuaderno separado, debe proponerse ante el juez de la
primera instancia; es decir, el juez que conoce de la causa entre personas ajenas al tercerista.
Por su parte el artículo 373 ordena que si la causa se hallare antes de la sentencia,
continuará ésta su curso hasta llegar a dicho estado y se esperará a que concluya el término de
pruebas de la tercería en cuyo momento se acumulará para que un mismo pronunciamiento las
abrace a ambas.
Todo lo anterior, lleva a la convicción de que lo principal es la demanda principal y lo
accesorio, que debe seguir la suerte de aquél, es la demanda de tercería.
De allí que no concibe esta Sala el hecho de que la estimación del valor en una demanda
de tercería pueda producir la incompetencia del juez que viene conociendo de lo principal. Este
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hecho adquiere superlativa importancia si se toma en cuenta que según el artículo 38 del
Código de Procedimiento Civil, el actor estimará el valor de su acción cuando el valor de la cosa
demandada no conste, pero sea apreciable en dinero; vale decir, cuando no sea posible
determinar el valor principal de la causa, de acuerdo a las reglas contenidas en los artículos 28
y siguientes del Código de Procedimiento Civil. Luego si la tercería es accesoria, debía
presentarse ante el Juez de la primera instancia, tramitarse en cuaderno separado y acumularse
a la causa principal para que un pronunciamiento abrace a ambos, debe concluirse que el
interés principal en materia de tercería tiene que ser el mismo de la causa principal.
Este razonamiento tiene además su soporte en el artículo 3 del Código de Procedimiento
Civil, donde se consagra la perpetuatio jurisdictionis al señalar que: “La jurisdicción y la
competencia se determinan conforme a la situación de hecho existente para el momento de la
presentación de la demanda, y no tienen efecto respecto de ellas los cambios posteriores de
dicha situación, salvo que la ley disponga otra cosa”, y en el artículo 50 del mismo código,
donde se consagra la excepción prevista en la norma anterior y según el cual “ Cuando por
virtud de las solas pretensiones del demandado , como en los casos de oponer de
compensación o de intentar reconvención, el Tribunal haya de decidir sobre una cosa que por
su valor corresponda al conocimiento de un Tribunal Superior, será éste el competente para
conocer de todo el asunto , aunque el Tribunal ante quien se la haya propuesto lo fuese para
conocer de la demanda sola”, es decir que la excepción sólo opera en pretensiones ejercidas
por la parte demandada, por lo cual se concluye que, aun y cuando se haya producido la
estimación de la demanda de tercería en una suma mayor a la de la causa principal, tal
estimación de ninguna manera puede alterar el interés principal de aquélla en lo relativo a la
jurisdicción y competencia y, por tal razón, el proceso debe mantenerse como de menor
cuantía, desde luego que su valor principal no excede de Bs. 5.000.000,oo.
(...)
Por tanto, a partir de la fecha de publicación del presente fallo, la cuantía que se ha de
tomar en consideración para la admisión del recurso de casación en todos los casos de
intervención voluntaria de terceros, ha de ser la establecida en el juicio principal, de acuerdo
con la doctrina expuesta en este fallo. Así se decide.”
 De la jurisprudencia antes transcrita se desprende claramente, que para la admisión del
recurso de casación en los casos de intervención voluntaria de terceros (tercería), se toma en
consideración la estimación del valor de la demanda en el juicio principal y no la estimación de
la cuantía hecha en la demanda de tercería.
 En este sentido cabe destacar que el recurrente en casación tiene la carga de aportar los
elementos necesarios para la determinación de los presupuestos de admisión del recurso de
casación, siendo su obligación la de incorporar al expediente, copia certificada del escrito de la
demanda.
 Ahora bien, en atención a que el presente recurso de casación fue admitido en fecha 29
de noviembre de 2000, al mismo le es aplicable los supuestos establecidos en sentencia Nº 379
de fecha 15 de noviembre de 2000, caso Ismael José Fermín Ramírez, contra la sociedad
mercantil Embotelladora Pedregal, C.A., y otra, expediente Nº 99-1033, en la cual se determinó
que considerar al libelo de la demanda como el único instrumento esencial para determinar el
requisito de la cuantía indispensable para la admisión del recurso de casación, atenta contra el
efecto probatorio de aquellos documentos en los cuales la fe pública del funcionario que los
suscribe los avala con su actuación inherente al cargo que desempeña.
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“APUNTES CASACIÓN”
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 Por lo tanto, se estableció que para los casos cuyo recurso se admitan a partir del 15 de
noviembre de 2000, tendrán valor demostrativo, a los efectos de verificar la cuantía del interés
principal del juicio como requisito para la admisión del recurso de casación, aquellos
documentos que autorizados con las debidas solemnidades, sean emanados de un juez u otro
funcionario o empleado público con facultad para otorgar fe pública en el ejercicio de sus
funciones.
 Pues bien, conforme a la jurisprudencia citada y comentada, observa la Sala que, como
ya se indicó en las actuaciones que conforman el presente expediente no consta de modo cierto
y definitivo el interés principal del juicio, por dos razones: la primera, porque el formalizante no
cumplió con la carga de consignar el escrito de la demanda del juicio principal del cual se
desprenda el interés principal del presente juicio y, la segunda, porque de la revisión de las
actas del expediente realizado por esta Sala no se evidencia documentos autorizados con las
debidas formalidades por el juez, funcionario o empleado público con facultad de otorgarle fe
pública, que demuestren cuál es el interés principal.
 En consecuencia, en el presente caso no es posible determinar el interés principal del
juicio, lo cual imposibilita evidenciar si el recurso de casación cumple con el requisito de la
cuantía exigido por el artículo 312 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el
Decreto Presidencial 1029 de fecha 22 de abril del 1996; lo cual indefectiblemente lleva a
declarar su inadmisibilidad. Así se decide. SENT. 0275 310502

SILENCIO DE PRUEBAS. MÁXIMA JURISPRUDENCIAL. DENUNCIA POR


INFRACCIÓN DE LA LEY. ANÁLISIS DE LAS PRUEBAS LIBRES. TÉCNICA DE LA
DENUNCIA DEL INFRACCIÓN DE LA LEY POR SILENCIO DE PRUEBAS. PRUEBAS QUE
NO REQUIEREN ANÁLISIS Y NO INCIDEN EN LA SENTENCIA
FINALIDAD DE LA DENUNCIA
La disposición legal transcrita, permite a la Sala extenderse al establecimiento o valoración
de los hechos que hayan efectuado los jueces de instancia, en los siguientes casos de
excepción:
 1) Denuncia de infracción de una norma jurídica expresa que regule: a) el
establecimiento de los hechos, b) la valoración de los hechos, c) el establecimiento de las
pruebas, o c) la valoración de las pruebas.
 2) Denuncia de alguna de las tres hipótesis de suposición falsa, porque el sentenciador
de alzada: a) atribuyó a instrumentos o actas del expediente menciones que no contiene, o b)
dio por demostrado un hecho con pruebas que no aparecen en autos, o c) cuya inexactitud
resulta de actas e instrumentos del expediente mismo. Y,
 3) Pruebas Libres.
 El primer grupo refiere los casos en que el juez comete un error de derecho, al juzgar los
hechos, pues, lo denunciado es la infracción de normas jurídicas que regulan el establecimiento
o valoración de los hechos o de las pruebas.
El segundo grupo comprende los errores de hecho cometidos por el sentenciador al
juzgar los hechos, por cuanto abarca los errores de percepción en el examen de las pruebas
que llevan al juez a establecer un hecho falso, el cual no tiene soporte probatorio. En estas
hipótesis, el juez no se equivoca al aplicar la norma jurídica, sino al establecer hechos expresos,
positivos y precisos, bien al señalar que el hecho consta de una determinada prueba y al
examinar esta se observa que no contiene mención alguna al referido hecho, o bien el
sentenciador fija el hecho con base en una prueba que no existe, o cuya inexactitud resulta de
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“APUNTES CASACIÓN”
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actas e instrumentos del expediente mismo. En estos casos, el error de hecho conduce por vía
de consecuencia a un error de derecho, pues al variar la hipótesis fáctica por resultar falso el
hecho establecido en el caso concreto, no existe correspondencia lógica con la norma jurídica
aplicada y, por ende, esta última resulta infringida por falsa aplicación.
 Lo expuesto permite determinar que en todas las hipótesis previstas en el artículo
precitado 320 del Código de Procedimiento Civil, el sentenciador infringe normas jurídicas, sea
de forma directa o indirecta, y por esa razón, no constituyen motivos autónomos del recurso de
casación, sino están comprendidos en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil.
 Este razonamiento pone de manifiesto que el error de juzgamiento puede ser cometido:
a) en la interpretación o aplicación de las normas sustantivas o adjetivas para resolver la
controversia; b) en la interpretación y aplicación de las normas que regulan el establecimiento
y apreciación de los hechos y de las pruebas; c) en la aplicación de las normas en que fue
subsumido el hecho expreso, positivo y preciso, el cual resulta falso, por tener soporte
probatorio y d) en la pertinencia y eficacia de la Prueba Libre.
 La primera hipótesis conforma la premisa mayor del silogismo y los motivos de derecho
de la decisión, en cuyo caso la Sala se limita a examinar si el derecho fue correctamente
aplicado, por lo que no puede extenderse al establecimiento o apreciación de los hechos que
hayan efectuado los jueces de instancia, ni pronunciarse sobre el fondo de la controversia,
salvo que se trate de una casación sin reenvío, en cuyo caso esta jurisdicción por disposición de
la normativa contenida en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, puede considerar
ponerle fin al conflicto. El error de derecho cometido por el juez, debe constatarse del
pronunciamiento contenido en la sentencia recurrida, sin que resulte necesario examinar las
otras actas que integran el expediente.
 Por otra parte, las tres últimas hipótesis, constituyen la premisa menor del silogismo y los
motivos de hecho de la decisión. En el examen de estas denuncias, la Sala puede
excepcionalmente extenderse al establecimiento o apreciación de los hechos que hayan hecho
los jueces de instancia, y para cumplir esta actividad tiene la facultad de examinar otras actas
del expediente, distintas de la sentencia impugnada en casación.
 Las precedentes consideraciones permiten concluir que el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, constituye una obligación para el jurisdicente necesaria para establecer su
criterio valorativo de las pruebas incorporadas en el expediente con relación a los hechos. Esta
es una de las modalidades previstas en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, que
permite a la Sala examinar las actas procesales y extenderse al establecimiento y apreciación
de los hechos y de las pruebas. En consecuencia, la falta de valoración de algún medio
probatorio comporta la infracción por falta de aplicación del artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, el cual contiene la obligación reseñada anteriormente, constituyendo su
conducta uno de los motivos de excepción previstos en el artículo 320 eiusdem,
estableciéndose una de las modalidades del error de juzgamiento contempladas en el ordinal 2º
del artículo 313 del mismo Código.
 
Con este pronunciamiento la Sala no pretende una técnica rigurosa cuyo
incumplimiento determine la desestimación de la denuncia. Por el contrario, el
propósito es ampliar las razones que soportan el cambio de doctrina respecto del
vicio de silencio de prueba, y las que han permitido, al Ponente de este fallo
compartir la responsabilidad de la publicación del fallo que la contiene, y explicar de
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“APUNTES CASACIÓN”
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esta manera con mayor detenimiento cómo el referido vicio constituye una
infracción de ley.

 CASOS DE SILENCIO DE PRUEBA QUE NO AFECTA LA DENUNCIA


Ahora bien, para la procedencia de este tipo de denuncias, el artículo 312 del Código de
Procedimiento Civil, exige que la infracción de derecho sea determinante en el dispositivo de la
sentencia, pues de lo contrario la casación sería inútil.
 Corresponderá a la Sala determinar en cada caso, la influencia del examen de la prueba
en la decisión. A título de ejemplo, puede mencionarse los siguientes casos:
 1.) La prueba silenciada se refiere a hechos manifiestamente impertinentes con los
discutidos en el proceso, como ocurre si en el interdicto por despojo, el juez no examina la
factura de compra de una nevera.
 2.) El medio probatorio es ineficaz, pues no fue promovido y evacuado de conformidad
con los requisitos exigidos en la ley, como sucede, cuando de las pruebas documentales
promovidas por los litigantes, omite el análisis de un recibo antiquísimo que fue consignado
como modelo de una cancelación, idéntica a la pretendida, el cual es emanado de un tercero
ajeno al juicio y no fue ratificado. En consecuencia, se denuncia el vicio de silencio de prueba
con lo cual habría que casar la sentencia de alzada para que el juez de reenvío la valore y
determine que al no ser ratificada en el proceso, la misma queda desestimada, de esta manera
se estaría profiriendo una nueva decisión para señalar tan evidente declaratoria.
 3.) La prueba que no fue analizada se refiere a hechos que resultaron establecidos por el
juez, con base en otra prueba que por disposición legal tiene mayor eficacia probatoria, como
ocurre si en un juicio por reivindicación el juez hubiese silenciado un documento privado, y si
hubiese valorado un documento público ambas referidas a la propiedad del inmueble, pues en
ningún caso el primero podría enervar la fuerza probatoria del segundo;
 4.) La prueba silenciada es manifiestamente ilegal, pues la ley dispone que los hechos no
pueden ser establecidos por un determinado medio de prueba; por ejemplo, el artículo 1.387
del Código Civil, prevé que no es admisible la prueba de testigo para probar la existencia de
una convención celebrada con el fin de establecer una obligación o de extinguirla, cuando el
valor del objeto excede de dos mil bolívares (Bs.2.000,oo). y,
 5) Los casos en los cuales se promueve una prueba sin indicar el objeto de la misma, lo
cual impide al contrario cumplir el mandato del artículo 397 del Código de Procedimiento Civil, y
al juez acatar lo previsto en el 398 eiusdem.
 En los casos mencionados, existe una razón de derecho que impide el examen de la
prueba, lo cual pone de manifiesto su ineficacia probatoria y, por ende, la imposibilidad de
influir de forma determinante en el dispositivo del fallo.
 Por último, es oportuno señalar que si el juez valora la prueba y le otorga un valor
probatorio que no le corresponde por ley, no existe silencio de prueba, pues el juez si se
pronuncia sobre el medio incorporado al proceso, lo que existe es un error de juzgamiento, por
haber infringido el juez una regla de valoración de la prueba, que es otra de las modalidades
previstas en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil....” SENTE. 0285 060602
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RECURSO DE HECHO. LA ADMISIBILIDAD DEL RECURSO DE CASACIÓN


CONTRA LA SENTENCIA QUE NIEGA EL RECURSO DE HECHO DE UNA APELACIÓN DE
UNA SENTENCIA QUE NO PONE FIN LA JUICIO
Ahora bien, respecto a la admisión del recurso de casación anunciado en casos análogos
al presente, esta Sala ha expresado de manera reiterada, lo siguiente:
“...En principio, de acuerdo a jurisprudencia de la Sala las decisiones de alzada que
declaran sin lugar un recurso de hecho, podrán ser recurridas en casación, pero para la
admisibilidad inmediata del recurso para este tipo de fallos, en el sistema vigente del Código de
Procedimiento Civil, no bastaría constatar que se negó el recurso de hecho, sino que es
necesario que la negativa del recurso de hecho ponga fin al juicio…
En efecto, si la sentencia contra la cual se apeló y cuyo recurso se negó, negativa ésta
que motivó el recurso de hecho, de alguna forma pone fin al juicio, al menos para el
recurrente, la negativa del recurso de hecho haría definitivamente firme esta decisión, poniendo
fin al juicio..” (Expediente N° 94-205, Urbanización Los Caobos C.A. y otras contra Luis Alfredo
Díaz y otros, 22 de mayo de 1996. SENT 0305 250602

TERCEROS. FACULTAD PARA INTERPONER LOS RECURSO DE CASACIÓN


Respecto a la legitimidad de los terceros para recurrir en casación, la Sala Casación de
Civil en sentencia N° 14 de fecha 14 de febrero de 2000, en el juicio entre el Banco Mercantil
S.A.C.A contra José Alejandro Fossi Angarita, resolvió lo siguiente:
 
“...La abogada Ana Victoria Arriaga Salas, que anunció recurso de casación, intervino
como tercero mediante el ejercicio del recurso de apelación, contra el auto de homologación del
convenimiento celebrado en primera instancia. Dicha apelación fue interpuesta en conformidad
con lo previsto en los artículos 370, ordinal 6° y 297 del Código de Procedimiento Civil.
 La Sala, en decisión de 24 de enero de 1990, relativa a la legitimidad del tercero como
recurrente en casación, estableció lo siguiente:
 "Esta Sala, en decisión de 14 de agosto de 1976, relativa a la legitimidad del recurrente,
estableció lo siguiente”:
 “...la cualidad para poder hacer uso del recurso de casación la da, únicamente, la de ser
parte en el juicio en el cual se intente el recurso; esta cualidad, es pues, diferente a la que se
exige para apelar, que no requiere ser parte en el proceso, bastando tener interés inmediato en
lo que sea objeto o materia del juicio, ya porque resulte perjudicado por la decisión, bien
porque haga nugatorio su derecho, lo menoscabe o desmejore...”
 De lo anterior se puede colegir que el prenombrado tercero sólo podía intervenir, en el
presente caso, bien impugnando mediante apelación los autos del tribunal de la causa que
homologaban los convenimientos suscritos por la parte demandada; o bien mediante la acción
de tercería, prevista en el artículo 371 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. De lo
contrario, dicho tercero es un extraño al proceso, y mal podría interponer recurso de casación
contra la referida decisión del Juzgado Superior”.
 El tercero intervino en el proceso mediante el recurso de apelación que ejerció contra el
auto que homologó el convenimiento suscrito por las partes, y al haberlo realizado
oportunamente, ya es parte en el proceso. Como consecuencia de ello, quedó satisfecho este
presupuesto subjetivo, que constituye requisito indispensable para el ejercicio del recurso
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extraordinario, razón por la cual es admisible el recurso de casación anunciado y, en
consecuencia, procedente el recurso de hecho presentado. Así se declara.”
  De acuerdo con lo antes transcrito, la cualidad para anunciar el recurso de casación se
tiene una vez que el tercero se ha hecho parte en el juicio, bien sea mediante la apelación,
oposición, o la interposición y admisión de la demanda de tercería.
 En el caso concreto, los terceros que recurren en casación intervinieron en el proceso
mediante la apelación que ejercieron contra el auto dictado por el Juzgado Primero de Primera
Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Nueva Esparta, en
fecha 21 de febrero de 1997, que homologó el acuerdo amistoso entre las partes que partió y
liquidó la comunidad existente en el sitio dominado Hato Bufadero Sur. Por tanto, los
recurrentes al ejercer las mencionadas apelaciones se hicieron parte en el proceso, y tienen
cualidad para anunciar el recurso extraordinario de casación. Así se decide. Sent 0322
260702 EXP. 0996

CONCUBINATO. ES INADMISIBLE LA DEMANDA CON EL FIN DE OBTENER LA


DECLARACIÓN DE LA EXISTENCIA DE LA UNIÓN CONCUBINARIA YA QUE EN
NUESTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO OTRA ACCIÓN QUE PERMITE AL ACTOR
SATISFACER COMPLETAMENTE SU INTERÉS, COMO ES LA PARTICIÓN Y
LIQUIDACIÓN DE LA COMUNIDAD CONCUBINARIA
El artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, dispone que el tribunal admitirá la
demanda “si no es contraria al orden público, a las buenas costumbres o a alguna
disposición expresa de la Ley ”. De lo contrario debe negar su admisión expresando los
motivos de su negativa. Ahora bien, el artículo 16 del mismo código señala lo siguiente:
 “Para proponer la demanda el actor debe tener interés actual. Además de los casos
previstos en la Ley, el interés puede estar limitado a la mera declaración de la existencia o
inexistencia de un derecho o de una relación jurídica. No es admisible la demanda de mera
declaración cuando el demandante puede obtener la satisfacción completa de su interés
mediante una acción diferente.” (Subrayado de la Sala)
 De conformidad con la parte final de la citada norma, las acciones merodeclarativas
que no satisfagan completamente el interés del accionante no son admisibles, ello en
virtud del principio de economía procesal, pues nada hace un tribunal al conocer de una
acción que no logra su objetivo, como es declarar certeza sobre un derecho o una relación
jurídica que se tiene como incierta, o ventilar un proceso que sólo pretende preconstituir
una prueba para un juicio posterior. Por tanto, la satisfacción completa del interés del
actor deviene en condición necesaria para la admisibilidad de dicha demanda, que de no
cumplirse estaría prohibida por la ley, es decir, por el mismo artículo 16 del Código de
Procedimiento Civil.
 En tal sentido, esta Sala, en sentencia No. 495 de fecha 15 de diciembre de 1988,
caso Sergio Fernández Quirch contra Alejandro Eugenio Trujillo Pérez y otro, Expediente
No. 88-374, expresó:
 “...el ejercicio de las acciones de certeza está sujeto a determinados requisitos, que
permitan a los jueces determinar su admisibilidad. En efecto, según el texto citado no
basta que el objeto de dichas acciones esté limitado a la declaración de la existencia o
inexistencia de un derecho, sino que además que el demandante no pueda obtener la
satisfacción completa de su interés mediante otra acción diferente, para que puedan dar
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origen validamente a un proceso. En este sentido, la propia Exposición de Motivos del
Código de Procedimiento Civil, presentado a las Cámaras Legislativas el 17 de noviembre
de 1975, aclara el alcance y significado de los límites impuestos a las acciones mero
declarativas. Así expresa en dichas Exposición de Motivos.
 “...notable significación han atribuido los proyec-tistas a la consagración de una
norma expresa sobre el interés que deben tener las partes para obrar en juicio y a la
posibilidad de las demandas de mera declaración, que hoy es sólo un principio doctrinal y
jurisprudencial deducido del artículo 14 vigente. Se establece así en el artículo 16 del
Proyecto, que para proponer la demanda el actor debe interés jurídico actual, y que este
interés puede estar limitado a la mera declaración de la existencia o inexistencia de un
derecho o de una relación jurídica.
 Sin embargo, a fin de no dejar a la interpretación jurisprudencial el alcance y límites
de esta demanda de mera declaración, se acoge en el proyecto la limitación aconsejada
por la mejor doctrina, según la cual no es admisible la demanda de mera declaración
cuando el demandante pueda obtener la satisfacción completa de su interés mediante una
demanda diferente...”
 De acuerdo con todo lo expresado, el juez ante quien se intente una acción mero
declarativa deberá, en aplicación del artículo 341 del Código de Procedimiento Civil,
respecto a la prohibición de la ley de admitir la acción propuesta, observar si la
mencionada demanda cumple con el requisito exigido por el artículo 16 eiusdem , es decir,
que no exista una acción distinta que satisfaga completamente el interés del actor, pues
de lo contrario, por razones de celeridad procesal, dicho tribunal deberá declarar la
inadmisibilidad de la demanda.
 En el caso concreto, esta Sala observa que la parte actora interpuso una acción
mero declarativa para obtener los siguientes pronunciamientos: a) Que entre él y la
demandada existió una relación concubinaria desde marzo de 1985 hasta junio de 1994;
b) Que durante dicha unión ambos adquirieron un inmueble; y, c) Que el cincuenta (50%)
por ciento del referido bien le pertenece al actor. Ahora bien, es evidente que lo que se
pretende con dicha acción es preconstituir una prueba que podrá usarse en un juicio de
partición de comunidad, con base en la cuota parte que éste alega tener sobre un
inmueble.
 Siendo así, la acción de mera certeza propuesta por el formalizante no cumple con el
requisito exigido por el artículo 16 del Código de Procedimiento Civil, pues existe en nuestro
ordenamiento jurídico otra acción que permite al actor satisfacer completamente su interés,
como es la partición y liquidación de la comunidad concubinaria. Por tanto, la demanda
intentada es inadmisible por prohibición expresamente del artículo 16 eiusdem.
 Todas estas razones conducen a la Sala a casar de oficio y sin reenvío el fallo
recurrido, ya que se hace innecesario un nuevo pronunciamiento sobre el fondo, de
conformidad con el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil y, en consecuencia,
declara inadmisible la demanda incoada por la parte actora, ciudadano Arcángel Mora,
contra la ciudadana Ana Ramona Mejías Ruiz, por infracción directa de los artículos 341 y
16 in fine , del Código de Procedimiento Civil, anulándose en consecuencia el mencionado
auto de admisión de fecha 12 de junio de 2000, proferido por el Juzgado Segundo de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
estado Táchira, así como todas las actuaciones posteriores al mismo. Así se decide. SENT
323 260702 EXP. 01590
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RECURSO DE CASACION . REPOSICIÓN. VICIO DE REPOSICIÓN NO DECRETADA
La Sala para decidir, observa:
En relación con el pronunciamiento de los jueces sobre el alegato de
reposición esgrimido por las partes en el escrito de informes, esta Sala en fallo
de fecha 23 de noviembre de 2001, caso Pastor Sánchez Rodríguez , contra la
Seguros Mercantil S.A., abandonó el criterio sostenido en la sentencia de fecha
14 de febrero de 1990, caso María López de Silva de Da Luz contra Joao
Christinho Da Luz; Exp. Nº 89-249, y se pronunció en los siguientes términos:
“Mientras que el Código de Procedimiento Civil de 1916 se refería a la
reposición preterida, nuestro actual Código la recoge dentro de la causal de
quebrantamiento de formas procesales en violación del derecho de defensa. De
esta manera, la reposición preterida conforma un motivo propio de casación,
denunciable de conformidad con el ordinal 1º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, al señalar que ‘ Se declarará con lugar el recurso de
casación: 1º Cuando en el proceso se hayan quebrantado u omitido formas
sustanciales de los actos que menoscaben el derecho de defensa’ .
 
Por tanto, mediante una denuncia de reposición preterida el recurrente obtendrá una
solución expedita sobre la irregularidad ocurrida respecto al orden del proceso,
porque el pronunciamiento equivale a una solución directa del problema, es decir, la
declaratoria de procedencia de la denuncia conduce a la nulidad del acto o actos afectados
por la irregularidad y a la consecuente reposición de la causa al estado en que se
haga renovar el acto o actos nulos, como se desprende del artículo 208 del Código de
Procedimiento Civil. No sucede lo mismo cuando se denuncia que la reposición fue alegada en
los informes, y tal alegato no fue resuelto por la recurrida (incongruencia negativa), porque la
solución no es otra que ordenar al Juez Superior que se pronuncie sobre el alegato omitido, al
margen de que sea o no procedente la reposición, con lo cual muchas veces se estaría
declarando la nulidad del fallo y reponiendo la causa para que un nuevo Juez se pronuncie
sobre la solicitud de reposición no resuelta, sin reparar en su eventual inutilidad por la
improcedencia de la reposición preterida, en violación del mandato constitucional contenido en
el artículo 257, que establece:
‘...El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las
leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y
adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales...’
 
Por estas razones, esta Sala abandona el criterio sostenido en la sentencia
de fecha 14 de febrero de 1990, caso María López de Silva de Da Luz contra
Joao Christinho Da Luz; Exp. Nº 89-249, mediante el cual la Sala estableció que
es obligatorio para el Juez pronunciarse sobre las peticiones, alegatos o
defensas que pudieran tener influencia determinante en la suerte del proceso,
como la confesión ficta, reposición de la causa u otras similares bajo pena de
incurrir en el vicio de incongruencia negativa, y todos aquellos que se opongan
a lo establecido en la presente decisión. En consecuencia, deja sentado que aun
cuando sea solicitada la reposición de la causa en el escrito de informes, si el
juez no se pronuncia sobre ello, la parte interesada debe formular la respectiva
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denuncia por reposición no decretada, y no mediante el alegato de incongruencia
negativa del fallo ....” (Subrayado de la Sala).
  De conformidad con el criterio arriba trascrito, si el Juez omite
pronunciarse acerca de una solicitud de reposición alegada en informes, la parte
interesada debe denunciarlo en casación a través de una denuncia de
reposición no decretada y no mediante un alegato de incongruencia negativa.
SENT. 0343 300702

RECURSO DE QUEJA. ACTUACIÓN TEMERARIA IMPOSICIÓN DE MULTAS Y COSTAS.


FACULTADES DEL JUEZ CONTENCIOSO

Bajo esta previsión normativa no puede imputársele a la jueza, como causas legales
para la procedencia de la queja planteada en su contra, los hechos que acusa la
quejosa, máxime cuando la situación procesal cuestionada por la recurrente, como
se indicó, es una incidencia susceptible de ser impugnada por vía del recurso
procesal de apelación, que no se ejerció, y a través del cual pudiera ser revisada cualquier
irregularidad. En consecuencia, dicho recurso debe declarase sin lugar, tal como
se hará, de manera expresa, positiva y precisa en el dispositivo de este fallo.
Asi se declara.
No pasa por alto esta Suprema Jurisdicción que es deber de las partes y
sus abogados, en especial de estos últimos, en procurar mantener una conducta
profesional ponderada al momento de intentar este tipo de recurso, que si bien
está preservada para acusar los excesos y abusos que pudieran cometer los
jueces o juezas solapados en el ejercicio de sus funciones, la misma no puede
ser utilizada temerariamente como un instrumentos para a m e d r e n t a r o
pretender constreñir u opacar la Majestad del jurisdicente, a través de
apasionamientos jurídicamente infundados, que necesariamente se
traducen en ligerezas e ignorancias que en el derecho no pueden
encontrar argumentos para fundamentar un recurso d e t a l r e l e v a n c i a ,
c o n l a c u a l s e p r e t e n d e p o n e r e n entredicho la actuación de un juez
o jueza .
En el sub iudice esta evidencia se traduce en la o m i s i ó n d e l a q u e j o s a
a l n o h a b e r e j e r c i d o e l r e c u r s o ordinario que le concedía la ley, y al ignorar
o desconocer l a s a m p l i a s f u n c i o n e s q u e l a L e y O r g á n i c a d e l a C o r t e
S u p r e m a d e J u s t i c i a , l e o t o r g a a l J u e z C o n t e n c i o s o Tributario,
específicamente en relación a la actuación que se le cuestiona con el recurso
que atiende esta Jurisdicción.
En
otro orden de ideas, la Sala deja establecido que, en materia del recurso queja,
cuando la sentencia le es favorable (absolutaria) para el juez o jueza, al
querellante se le impondrá el pago de las costas procesales y si fuere
manifiestamente infundada, se le condenará a pagar una multa. Asi lo pauta el
artículo 847 del Código de Procedimiento Civil:
“Si la sentencia fuere absolutoria, se impondrán las costas al querellante;
y si la queja apareciere manifiestamente infundada, se le condenará,
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“APUNTES CASACIÓN”
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además, a pagar una multa DE CINCO MIL A DIEZ MIL BOLÍVARES.”
(Negritas y Mayúsculas de la Sala)

Pues bien, en atención a las precedentes consideraciones, la acción de queja ejercida, debe
declararse sin lugar, lo cual conduce a dictar una decisión absolutoria, se le impondrá al
querellante el pago de las costas procesales y como al mismo tiempo, lo fue manifiestamente
infundada, se le debe imponer una multa por el monto de diez mil bolívares (Bs. 10.000,oo), tal
como se hará de manera expresa, positiva y precisa en el dispositivo del presente fallo. Asi se
establece.. SENT. 280202 EXP. N° 2000-031. TRIBUAL AD-HOC

COSTAS PROCESALES: EFECTOS EN LA SENTENCIA RECURSO DE CASACION.


Por lo demás, ya la Sala ha expresado que el punto relativo a las costas procesales
no integra el tema debatido entre las partes, sino una consecuencia del debido
pronunciamiento; su imposición o silencio indebido no constituye el vicio de incongruencia
positiva o negativa, sino más bien una violación del artículo 274 del Código de Procedimiento
Civil, por falta de aplicación, según el caso, violación esta cuyo examen, como es notorio, no lo
puede realizar la Sala de Casación Civil dentro del ámbito de un recurso de forma (SSC, de
fecha 8 de junio del 2000). En el caso de autos, la infracción sería del artículo 275 ibid, por
falsa aplicación o error de interpretación acerca de su alcance y contenido, según el caso..
SENT. 072 050202

RECURSO DE CASACIÓN. TÉCNICA PARA LA DENUNCIA DE INDEFENSIÓN:


La Sala considera que es su deber, como una manera de hacer labor
pedagógica transcribir la técnica que se debe observar cuando se pretenda
fundamentar la denuncia de indefensión. Esta técnica exige.
“...a) Explicación de cuál ha sido la forma quebrantada u omitida y si lo
ha sido por el juez de la causa o el de alzada.
b)Indicar cómo, con tal quebrantamiento u omisión de las formas, se
lesionó el derecho de defensa.
c) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el
derecho de defensa lo ha sido por el juez de la causa, denunciar la infracción
del artículo 208 de la ley procesal, la norma expresa contenida en la disposición
general del artículo 15 del Código de Procedimiento Civil (Sic) y los particulares
que acarrean el menoscabo del derecho de defensa, las cuales resultan ser las
realmente infringidas por la recurrida, al no decretarse en ella la reposición o
la nulidad, cuando la omisión o el quebrantamiento de las formas que
menoscaben el derecho de defensa lo lesiona el tribunal de la causa.
d) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el
derecho de defensa lo ha sido por el tribunal de la alzada, además de la
infracción de la norma contenida en el artículo 15 del Código de Procedimiento
Civil, deben denunciarse como infringidas las disposiciones referidas al
quebrantamiento u omisión de las formas que menoscaban el derecho de
defensa que han sido lesionados por el propio juez de la recurrida.
e)La explicación a la Sala que con respecto a dichos quebrantamientos u
omisiones de formas se agotaron todos los recursos....” (Sentencia de 18- 3-98.
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“APUNTES CASACIÓN”
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Juicio Graciela Mirabal Borges contra Ada Pérez Guevara de Bocalandro.
Expediente Nº. 96-563. Sentencia Nº. 88).

En
el caso de autos, como se puede apreciar de la formalización, la denuncia que
se examina no cumple con las exigencias de la doctrina de casación por lo cual
la denuncia se declara improcedente. Asi se resuelve SENT. 075 050202

MÁXIMA DE EXPERIENCIA. TÉCNICA DE SU DENUNCIA


Por otra parte, en lo que respecta a la violación de la máxima de experiencia que el
formalizante le cuestiona a la recurrida, se observa que como consecuencia de tal infracción,
tan sólo se denunció la infracción del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, omitiéndose
la indicación de la disposición de derecho que, en consecuencia, habría resultado falsamente
aplicada por parte de la recurrida, lo que hace que la presente denuncia deba desecharse por
carecer de la técnica necesaria para su formulación.
 
En efecto, esta Sala de Casación Civil, en sentencia de fecha 13 de abril de 2000, al
examinar la técnica requerida para la denuncia de la violación de una máxima de experiencia,
sostuvo lo siguiente:
 
"...Dada la función unificadora de la legislación y uniformadora de la jurisprudencia de la
casación, la denuncia de una máxima de experiencia supone la demostración de que la misma
fue empleada por el juzgador en la premisa mayor del silogismo, integrándola a la
correspondiente norma jurídica fundamento de la decisión, que es, en definitiva, la norma que
resulta infringida.
Por tanto, el formalizante que denuncia la violación de una máxima de experiencia, debe
alegar la infracción del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, con precisa indicación de
la máxima de experiencia infringida, la infracción de la correspondiente norma jurídica y dar
cumplimiento a los requisitos que al efecto establece el ordinal 3º del artículo 317 del mismo
Código.
En la denuncia que se examina, el formalizante sostiene que la recurrida sacó elementos
de convicción fuera de los autos al afirmar que el contrato de servicios no incluía la discusión
del contrato colectivo pues el mismo nunca se incorporó a las actas del proceso, ello no podría
constituir la violación por parte de la recurrida de la violación de una máxima de experiencia, ni
se da cumplimiento a los requisitos señalados para denunciar la violación de una máxima de
experiencia. Por otra parte, se reitera, si el formalizante considera que la recurrida afirmó lo
falso, ha debido denunciar el vicio de suposición falsa, lo que no hizo.
 
Por otra parte, el formalizante sostiene que la recurrida fundamentó su decisión en que
la discusión del contrato colectivo era un asunto ocasional y extraordinario y, por tanto, su pago
no se encontraba comprendido dentro de la remuneración mensual del demandante, lo que a
su decir, no le era dable, pues si bien se puede fundar en una máxima de experiencia, lo
afirmado no es mas que una apreciación personal perfectamente discutible. En la denuncia que
se examina, el formalizante omitió dar cumplimiento a los requisitos antes señalados para
denunciar la violación de una máxima de experiencia, pues no demuestra que la recurrida haya
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empleado una máxima de experiencia en la premisa mayor del silogismo, ni que la haya
integrado a una concreta norma jurídica, ni denuncia la violación de alguna disposición legal.
En consecuencia, la Sala desecha la presente denuncia por no haber el formalizante
cumplido con los requisitos antes señalado...”.
En este mismo sentido se han pronunciado Alirio Abreu Burelli y Luis Aquiles Mejía Arnal
en su obra "La Casación Civil", Editorial Jurídica ALVA, S.R.L., Caracas, 2000, p. 493, al
expresar lo siguiente:
 
"...En el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, se expresa que el juez puede
fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se encuentran comprendidos en la
experiencia común o máximas de experiencia. Quiere decir que es posible utilizarlas en la
sentencia, como instrumento para la aplicación de las normas jurídicas al caso concreto. Por
tanto, como explica Chiovenda, al integrarse a la disposición legal, da lugar a un problema de
derecho y de aplicación de la ley, censurable en casación, de conformidad con el ordinal 2º del
artículo 313 eiusdem.
Precisamente, las nociones antes expuesta, explican la necesidad de que la denuncia de
una máxima de experiencia, en esta hipótesis, deba hacerse vinculando su infracción con una
regla jurídica en cuya aplicación se utilizó como base la máxima de experiencia violada. Es
decir, que es menester demostrar cómo, cuándo y en qué sentido su infracción produce la falsa
aplicación de la norma al caso concreto, pues de lo contrario, aislada de su consecuencia la
declaratoria con lugar de la violación de una máxima de experiencia, no permite por sí misma,
la posibilidad de declarar la nulidad del fallo.
En consecuencia, la denuncia debe fundarse en el ordinal 2º del artículo 313 del Código
de Procedimiento Civil, alegando la violación del artículo 12 eiusdem, con precisa indicación de
cuál es la máxima de experiencia infringida, y la denuncia de la violación de la norma para cuya
aplicación sirvió de base la máxima de experiencia. SENT. 0241 300402

CASACIÓN. REFORMATIO IN PEIUS. TÉCNICA PARA SU DENUNCIA. CAMBIO DE


JURISPRUDENCIA:
No obstante, lo anteriormente resuelto, la Sala, habiendo observado con interés, la
ambigüedad autoral y jurisprudencial, existentes sobre la verdadera determinación de la
naturaleza y concepción, respecto a la figura jurídica del reformatio in peius, ha venido siendo
penetrada de serias dudas en relación al criterio imperante hasta ahora, en cuanto a que, dicha
figura, debe ser vista como una infracción de ley atribuida al jurisdicente, y con ese
fundamento debe denunciarse; por tales motivos es de imperiosa necesidad, luego de una
detenida reflexión sobre el tema, y en beneficio de establecer una definitiva y certera, posición
doctrinaria al respecto, considera pertinente consignar, con esta sentencia, los presupuestos
que a partir de la publicación de la misma, cobrarán vigencia en la materia precitada, teniendo
aplicación para aquellos recursos de casación que sean admitidos con posterioridad a la fecha
que corresponda dicha publicación, y que tengan por pretensión casacionista la denuncia de la
reformatio in peius.
De esta manera, establece
Vista la figura del reformatio in peius, como un principio jurídico que emerge en
abstracto de la conducta del jurisdicente, a través de la cual desmejora la condición del
apelante, sin que haya mediado el ejercicio del precitado recurso por la contraria, es de lógica
concluir, que no existe norma expresa en nuestro ordenamiento jurídico que la contemple y la
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“APUNTES CASACIÓN”
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cual pudiera ser, verdaderamente objeto de violación directa; siendo asi, no se puede
continuar inficionando dentro del campo de los artículos 288 del Código de Procedimiento Civil y
1.365 del Código Civil, para justificar la violación de una norma inexistente, argumentándose
dicha ficción, en los principios de tantum apellatum quantum devolutum; la realidad de la
conducta del ad quem, al desmejorar al apelante, está circunscrita a la figura jurídica de la
ultrapetita, pues viola el principio de congruencia de la sentencia, conectado a la limitación de
decidir solamente sobre lo que es objeto del recurso subjetivo procesal de apelación; en igual
manera la reformatio in peius, está ligada a la garantía constitucional del derecho a la defensa,
por lo cual quien ejerce ese derecho no puede ver deteriorada su situación procesal, por el sólo
hecho de haberlo ejercido. Sobre la base de estos considerándoos, se deja establecido que el
principio de la reformatio in peius, en el cual incurre el juez de alzada, al conocer el función
jerárquica vertical, debe ser denunciado como una infracción de forma, sobre la violación de los
preceptos establecidos en los artículos 12, 15, 243 ordinal 5° y el 244 del Código de
Procedimiento Civil, y con apoyo en el ordinal 1° del artículo 313 eiusdem. Así se resuelve.
SENT 18 16-02-01
Casación. Admisibilidad. Decisiones dictadas en única instancia ""...cuando la
ley dispone que determinado proceso, será conocido y decidido en "ÚNICA INSTANCIA", está
ordenando que además de ser la última, pues no hay otra ese proceso nace y fenece allí, no
teniendo en consecuencia, ningún recurso ordinario y menos el recurso extraordinario de
casación, salvo el caso ya mencionado del recurso de invalidación, y el de queja que se
tramitan en única instancia y la ley concede el recurso extraordinario de casación"." SENT. 19
16-02-01

R CASACIÓN PROCEDIMIENTOS ESPECIALES. LAPSOS PARA EL ANUNCIO


Es de
señalarle al referido Juzgado Superior que en los procedimientos regidos por leyes especiales
como son los de tránsito, trabajo y agrarios, los lapsos procésales para el anuncio y trámite del
recurso de casación fueron unificados por sentencia de la Sala de Casación Civil de fecha 13 de
julio de 1988, en la que se equipararon a los establecidos en el Código de Procedimiento Civil,
criterio éste que es totalmente acogido por esta Sala de Casación Social. Así, en el citado fallo
se expresó: Es por ello que la Sala, como Máximo Tribunal de la República, debe dar estricto
cumplimiento a las disposiciones legales relacionadas directamente con la interposición del
Recurso Extraordinario de casación y procede a cambiar su doctrina en este sentido, ya que, el
ratificar el asidero legal del Artículo 940, del nuevo Código de Procedimiento Civil que deroga
cualesquiera otras disposiciones de procedimiento que se opongan a este Código en las
materias que él regula, dispone que, en forma inmediata, en los procedimientos especiales de
tránsito, trabajo y agrarios, debe darse cumplimiento a las disposiciones legales relativas al
anuncio, formalización, contestación a la formalización, réplica y contrarréplica,
contenidas en los Artículos 314, 315, 316, 317 y 318 del Código de Procedimiento Civil y a las
cuales remite expresamente la Ley Orgánica de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, con
las modificaciones en ella contenidas, las cuales quedan derogadas por la prevanlecía de la ley
posterior SENT S/ SOCIAL 082 030501
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“APUNTES CASACIÓN”
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Casación. Escrito de formalización. Técnica de la denuncia de casación sobre


los hechos. RATIFICA DOCTRINA
Respecto a la técnica apropiada para la denuncia de casación sobre los hechos, esta
Sala en sentencia N° 201, de fecha 14 de junio del 2000, expediente N° 99-419, estableció:?Es
indispensable que el formalizante se ajuste a la técnica elaborada por la Sala para la denuncia
apropiada de casación sobre los hechos, técnica que exige el cumplimiento de los siguientes
requisitos: a) Indicación del hecho positivo y concreto que el juzgador haya dado por cierto
valiéndose de una falsa suposición; b) indicación específica del caso de falsa suposición a que
se refiere la denuncia, puesto que el encabezamiento del artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil (sic) prevé en ese respecto tres (3) situaciones distintas; c) el señalamiento
del acta o instrumento cuya lectura patentice la falsa suposición; d) indicación y denuncia del
texto o textos aplicados falsamente, porque el juez da por cierto un hecho valiéndose de la
suposición falsa; e) la exposición de las razones que la infracción cometida fue determinante en
el dispositivo de la sentencia?"." Snt 144 220501

CUANTÍA DEL RECURSO DE CASACIÓN EN LOS JUICIOS DE TRANSITO TERRESTRE.


CAMBIO DE JURISPRUDENCIA
Se abandonan expresamente las jurisprudencias que hasta ahora habían prevalecido, en
el sentido de fijar la cuantía para los juicios de tránsito en la suma de tres millones de bolívares
(Bs. 3.000.000,oo). En lo sucesivo, se reitera, la Sala tomará en consideración, para la admisión
del recurso de casación en materia de tránsito, que el interés principal del juicio exceda de los
cinco millones de bolívares (Bs. 5.000.000,oo), no así respecto al caso de autos, el cual será
decidido conforme al criterio derogado en este proyecto. SENT 216 310701
RECURSO DE CASACIÓN: TÉCNICA PARA DENUNCIAR LA
CUESTIONES DE DERECHO. FALTA DE CUALIDAD .
En este sentido, en sentencia de fecha 30 de julio de 1998, ratificada en fecha 25
de mayo de 2000, la Sala estableció lo siguiente
“...En forma reiterada la Sala ha sostenido que cuando el Juez resuelve una
cuestión de derecho con influencia decisiva sobre el mérito del proceso, debe el
recurrente, en primer término, atacarla en sus fundamentos esenciales, pues si los hechos
invocados y la norma jurídica que le sirve de sustento legal no existen o ésta fue mal
aplicada, o por el contrario, tienen otros efectos procesales distintos a los establecidos en
la Alzada, o en el caso, por el Tribunal de reenvío, el recurrente está obligado a
combatirlos previamente; y si no tiene éxito en esta parte del recurso, podrá, en
consecuencia, combatir el mérito mismo de la cuestión principal debatida en el proceso.
En el pasado se sostuvo que la resolución de la controversia por una cuestión de
derecho que impide la procedencia de la demanda, excedía los límites del recurso de
forma, criterio abandonado, pués en la resolución de tal cuestión puede incurrirse en
defectos de forma del fallo, o puede no estar precedida la decisión por un debido proceso
legal.
Ahora bien, las denuncias, tanto las referidas a la forma de la sentencia, como las
imputaciones de fondo deben estar dirigidas a combatir esa cuestión de derecho con
influencia decisiva en el mérito de la controversia...”.
Aplicando las precedentes consideraciones al caso de autos, se observa que la
recurrente en su escrito de formalización no cumplió con la carga procesal de combatir en
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“APUNTES CASACIÓN”
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forma previa la cuestión de derecho en la cual el sentenciador de alzada fundamentó su
decisión de declarar la falta de cualidad e interés del demandado para sostener el
presente juicio, lo que obliga a esta Sala a declarar improcedente la presente denuncia.
Así se declara SENT 327 111001
SALA SOCIAL

SILENCIO DE PRUEBAS. FALTA DE ANÁLISIS DE UN MEDIO PROBATORIO


CONFIGURA EL VICIO DE LA SENTENCIA
Al respecto, esta Sala de Casación Social sujetándose a la jurisprudencia que ha sido
pacífica y reiterada, estableció en sentencia del 24 de mayo del año 2000, lo siguiente:
 
“Los Jueces tienen que examinar todas las pruebas aportadas a los autos para valorarlas y
de esta manera, evitar el quebrantamiento del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil e
incurrir en el vicio de Inmotivación de su fallo por silencio de pruebas.”
 Y, en sentencia de fecha 22 de marzo del mismo año, indicó:
 “...un silencio absoluto de pruebas e incluso un análisis parcial del material probatorio,
produce una sentencia carente de motivos, contrariando el mandato del artículo 243, ordinal 4º
del Código de Procedimiento Civil que señala que el Juez debe expresar los motivos de hecho y
de derecho de la decisión. Así la jurisprudencia reiterada de este Máximo Tribunal ha señalado
al respecto que el análisis parcial o incompleto de prueba y el silencio absoluto o relativo de la
misma constituye falta de motivación de la recurrida, denunciable por defecto de actividad.
 Por tanto, es deber de los jueces el análisis del material probatorio ya sea
para apreciarlo o desecharlo, por cuanto la disposición legal citada supra
constriñe a hacer un análisis de todo el material probatorio cursante en autos,
aunque éstas sean inocuas, improcedentes o impertinentes.”
 De lo anterior se desprende, que el ordinal 4º del artículo 243 del Código
de Procedimiento Civil, impone al juez el deber de expresar en la sentencia
además de las razones de hecho y de derecho en los cuales funda su
dispositivo, el análisis completo y absoluto de cada uno de los medios e
instrumentos probatorios aportados al proceso, desarrollando un análisis claro y
preciso de los mismos, pues sin ello será imposible el establecimiento de los
hechos y controlar la exacta aplicación de la ley.
 
En el presente caso, el juez de la recurrida en la oportunidad de analizar las pruebas
testimoniales evacuadas en la presente causa por la parte, señala a cada uno de los testigos,
pero incurre en la falta absoluta de análisis, en cuanto a la declaración del ciudadano Juan de
Dios Gudiño, omitiendo así dicha declaración, que comparada con las demás declaraciones
cursantes en autos, evidencia una clara contradicción con respecto a las direcciones de los
puntos de venta de boletos de la empresa Expresos Los Andes, elemento que incide en la parte
dispositiva del fallo.
 
Con vista de las circunstancias señaladas, considera y establece esta Sala de Casación
Social que omitida en la recurrida el examen o análisis de la prueba testifical señalada,
resulta viciado el fallo por la inmotivación que de allí se deriva, con violación del ordinal 4º
del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil. Así se declara.
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“APUNTES CASACIÓN”
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De conformidad con lo pautado en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, la
Sala al encontrar procedente una infracción de las descritas en el ordinal 1º del artículo 313
eiusdem, se abstiene de seguir conociendo las restantes denuncias delatadas, así como el
escrito de formalización presentado por la parte actora. Así se decide SENT. 0219 040402RC
Nº AA60-S-2001-000688

PRUEBAS. VICIO DE SILENCIO DE PRUEBAS. FORMA DE DENUNCIARLO EN


CASACIÓN SOCIAL. OJO. CONTRADICCIÓN CON EL CRITERIO DE LA SALA CIVIL.
Debe desecharse la presente denuncia sin entrar a decidirla, por cuanto adolece de la
adecuada técnica de formalización.
En efecto, ha sido criterio sano y pacífico de la Sala de Casación Civil de la entonces Corte
Suprema de Justicia y de esta Sala de Casación Social, que el vicio de “silencio de prueba” en el
cual incurre el Juez cuando omite cualquier mención de alguna prueba que curse al expediente,
o que refiriendo su existencia no sea analizada, es un defecto de actividad del Sentenciador por
no exponer las razones de hecho y de derecho en que fundamenta su decisión quebrantando el
deber contenido en el ordinal 4º del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, en
consecuencia su delación debe fundamentarse en el ordinal 1º del artículo 313 eiusdem, y no
en el ordinal 2º de dicha norma, como lo hace la parte recurrente. SENT. 0262 250402

APELACIÓN DEL FALLO EN MATERIA DE FAMILIA. LOPNA. DEBER DE


FUNDAMENTAR EL RECURSO Y DEBER DEL JUEZ DE PRONUNCIARSE SOBRE CADA
UNO DE LOS PUNTOS DE LA IMPUGNACIÓN.
Ahora bien, considera esta Sala necesario señalar, lo que al respecto
establece el artículo 489 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente:
 
“La Corte Superior del Tribunal de Protección del Niño y del Adolescente
fijará, dentro de los cinco días siguientes al recibo del expediente, una
oportunidad para la formalización del recurso.
 
El día y hora señalados, el apelante deberá formalizar oralmente el
recurso ante la Sala de Apelaciones, con indicación precisa del o de los
puntos de la sentencia con los cuales no está conforme y las razones en
las cuales se funda . Si la parte contraria asiste, se le oirá. La sentencia
deberá pronunciarse dentro de los diez días siguientes.” (negrillas de esta
Sala).
 
El contenido de la norma que antecede, regula además del término en que
deberá pronunciarse la sentencia, la sustanciación del recurso de apelación
interpuesto en los procedimientos relativos a los asuntos de familia y
patrimoniales, que determina la carga procesal del apelante de cumplir con el
requisito de la formalización de tal medio de impugnación, la cual además de
hacerse en forma oral, deberá contener la indicación precisa del o de los
puntos de la sentencia con los cuales no está conforme y las razones en las
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“APUNTES CASACIÓN”
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cuales se funda, a los fines de que la apelación surta los efectos legales
pertinentes.
 
En este sentido, esta Sala de Casación Social, se pronunció según
sentencia Nº 218, de fecha 04 de abril del año 2002, cuando dice:
 
“Concluye por tanto esta Sala de Casación Social, que en lo referente al
recurso de apelación en esta materia, como antes se indicó, cuando se ejerza
tal medio de impugnación contra una decisión dictada en primera instancia, es
menester, una vez fijada la oportunidad, formalizar dicho recurso por ante el
Juzgado Superior que ha de conocer la misma, en virtud del contenido del
artículo 489 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente,
que impone al apelante el deber de formalizar con indicación precisa de los
puntos de la sentencia con los cuales no esta conforme, así mismo fundamentar
las razones en que se basa.
De lo expuesto precedentemente esta Sala de Casación Social deja sentado
en este fallo que a partir de la publicación del mismo es obligatorio de
conformidad con el artículo 489 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño
y del Adolescente, formalizar el recurso de apelación una vez fijada la
oportunidad para ello, pues de lo contrario se desestimará el medio de
impugnación ejercido, todo ello en procura del derecho a la defensa y del
debido proceso de las partes en juicio. Así se decide.”
 
Ahora bien, una vez establecida la obligación del apelante de formalizar el
recurso de apelación, cuya falta conlleva a la desestimación del medio de
impugnación ejercido, y así no lo enuncie taxativamente el artículo 489 de la
Ley Especial, antes transcrito, considera esta Sala igualmente necesario
establecer el deber del Juez de Alzada, ante quien se haya interpuesto el
mencionado recurso, de pronunciarse sobre todos y cada uno de los alegatos y
defensas opuestos en la formalización, señalando los fundamentos en los cuales
se basa para desestimar o no los puntos alegados.
 
Concluye por tanto esta Sala de Casación Social, que en virtud del
contenido del artículo 489 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente, en lo referente a la sentencia en esta materia, cuando se ejerza el
recurso de apelación contra una decisión dictada en Primera Instancia, el Juez
Superior ante quien se interponga tal medio de impugnación debe
necesariamente pronunciarse sobre todos y cada uno de los alegatos señalados
por el apelante en la formalización del recurso con los cuales no esta conforme
con la sentencia del a-quo, indicando las razones en las cuales se funda para
estimar o desestimar las defensas alegadas por el formalizante, todo ello en
procura del principio de la exhaustividad de la sentencia.
 
En virtud de lo anterior y a partir de la publicación de este fallo se deja
sentado el presente criterio, según el cual, y como antes se indicó, el Juez de
Alzada en estos procedimientos tiene la obligación de pronunciarse sobre los
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“APUNTES CASACIÓN”
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puntos alegados en la formalización del recurso de apelación, para evitar así
incurrir en la infracción del ordinal 5º del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, que conlleva el vicio de incongruencia. Así se establece.
 
En el presente caso, se constata de las actas que conforman el expediente,
que la parte demandada, opone como defensa en la formalización del recurso
de apelación interpuesto contra la sentencia dictada por el Tribunal de Primera
Instancia, la nulidad del informe de la prueba heredo biológica , específicamente
en relación a la revocatoria del auto del tribunal de mérito, que ordena la
práctica de la mencionada experticia y a la falta del cumplimiento de las
formalidades esenciales que son exigidas para la elaboración de las experticias,
establecidas en el artículo 467 del Código de Procedimiento Civil, el cual exige
que los mismos deben contener, además de la descripción detallada de lo que
fue objeto de la experticia, los métodos y sistemas aplicados en el estudio
respectivo.
 
Sin embargo, del cuerpo de la sentencia dictada por el Tribunal Superior,
se desprende que, efectivamente, la misma omite su pronunciamiento acerca de
las defensas opuestas por la parte demandada en la formalización del recurso
de apelación antes señalado, en virtud de que al referirse a la prueba heredo
biológica, se limita a transcribir las conclusiones establecidas en la mencionada
experticia para luego resaltar la importancia de la misma de acuerdo a la
doctrina y la jurisprudencia, sin pronunciarse sobre la defensa opuesta por el
apelante, en cuanto a la nulidad de la mencionada prueba.
 
En consecuencia, el juzgador de alzada al no otorgar su análisis, sobre los
alegatos mencionados en la formalización del recurso de apelación de la parte
demandada, relacionado con la nulidad de la prueba del informe heredo
biológico, incurre en el vicio de incongruencia negativa por omisión de
pronunciamiento y en la consecuente infracción del ordinal 5º del artículo 243
del Código de Procedimiento Civil. SENT0320 280502

LO QUE DEBE ENTENDERSE POR REAPERTURA Y PRÓRROGA DE LOS LAPSOS.


CUÁNDO PROCEDE. REAPERTURA DE LOS LAPSOS EN EL RECURSO DE CASACION
La Sala, en decisión Nº 21 de fecha 5 de febrero de 2002, acogiendo el criterio sentado
por la Sala de Casación Civil en sentencia de fecha 23 de febrero de 1995, ratificada en
sentencia Nº 554, de fecha 16 de julio de 1998, dejó establecido lo que debe entenderse por
reapertura y prórroga, en los términos siguientes:
 
“...es necesario distinguir entre una y otra situación, pues la solicitud de
reapertura implica la concesión de un nuevo plazo, ya que sólo se abre de
nuevo lo que estaba cerrado. En tanto, que la idea de prórroga se refiere a la
necesidad de extender un término o lapso que todavía no ha transcurrido. En
consecuencia, toda solicitud de prórroga debe hacerse antes del vencimiento
del lapso; mientras que las reaperturas, se harán luego de vencido el
término...”.
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“APUNTES CASACIÓN”
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Conforme a la jurisprudencia referida, lo solicitado por la apoderada judicial de la parte


recurrente debió ser la reapertura del lapso de réplica, por cuanto al momento de la solicitud, el
lapso para ejercer el derecho ya había vencido.
 

Asimismo, la decisión en referencia, dispone que se concederá la reapertura o prórroga de


lapsos por vía excepcional, pero sólo para la presentación del escrito de formalización cuando
existan causas insuperables no imputables al litigante, en virtud de la sanción de perecimiento
prevista en el artículo 325 del Código de Procedimiento Civil, según el reiterado criterio
jurisprudencial, que establece lo siguiente:
 
“’La Sala, aun cuando no existe en el nuevo Código de Procedimiento Civil
norma procesal expresa y específica que la faculte para reabrir el lapso de
formalización del recurso de casación, salvo la norma general prevista en el
artículo 202 eiusdem, ha venido considerando las solicitudes de reapertura de
dicho lapso, con fundamento en el derecho de defensa previsto en el artículo
68 de la Constitución y en el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil
vigente’.
‘A tal efecto, analiza cada caso concreto, con el fin de investigar si hubo
una causa insuperable, no imputable a la parte, que le impidió presentar
oportunamente su escrito de formalización’.
‘Según el artículo 432 del Código de Procedimiento Civil derogado, que
puede servir de pauta en la materia, si el recurrente no consignaba la
formalización dentro del lapso legal, la Corte declaraba perecido el recurso, a
menos que probara que no pudo hacerlo en tiempo hábil por habérselo
impedido, una causa de fuerza mayor’.
‘Al interpretar la Sala dicho artículo, expresó que no debe concederse
prórroga sino en los casos verdaderamente graves, que hubieran hecho
imposible al interesado tomar las medidas necesarias para que el recurso no
perezca por falta de formalización pues admitir otro criterio serviría para abrir
brecha peligrosa que atentaría contra la seriedad de la administración de
justicia, facilitando la reapertura de lapsos, por causas que ciertamente no lo
justifiquen’...". (Sentencia de la Sala de Casación Civil, N° 3 de fecha 16 de
marzo de 2000 Exp. N°00-016).
 
  

Tratándose en el caso concreto de una solicitud de prórroga para la


presentación del escrito de réplica, debe la Sala declararla improcedente al no
ajustarse a los criterios antes expuestos, en consecuencia, el escrito
consignado ante la Secretaría de la Sala en fecha 16 de abril del presente año,
se tendrá por no presentado y así se decide SENT.. 342 del 12/06/2002
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“APUNTES CASACIÓN”
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REPOSICIÓN. TÉCNICA PARA LA DENUNCIA DE LA REPOSICION NO


DECRETADA.
los fines de decidir, se observa:
 
Alega la formalizante que de no haberse incurrido en el vicio de
errónea interpretación de las normas delatadas, no se hubiera declarado la
reposición de la causa al estado que indicó la sentencia y la nulidad de todas
las actuaciones.
 
Entiende la Sala de la lectura de la formalización previamente
transcrita, que la delación de la recurrente orientada hacia una infracción por
error de juicio, sustentada en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, pretende la nulidad del fallo por la indebida reposición que
del procedimiento hiciera el juzgador de alzada.
 
Ahora bien, la doctrina sostenida por este Supremo Tribunal en
cuanto a la correcta técnica para denunciar el referido vicio, señala que debe
plantearse al amparo de un recurso por defecto de actividad y encuadrarse en
el primero de los supuestos de casación, previstos en el artículo 313 ordinal 1º
del Código de Procedimiento Civil, por cuanto constituye un quebrantamiento
de formas procesales que menoscaban el derecho a la defensa, alterando así el
equilibrio procesal.
 
Ello quedó establecido en la decisión de la Sala Nº 487 de fecha 23
de noviembre de 2000, al siguiente tenor:
 
“‘Tradicionalmente ha declarado este Alto Tribunal que las
denuncias por indebida reposición de un procedimiento deben ser
analizadas dentro de los límites de un recurso de casación por
defecto de actividad, ello debido al hecho que la jurisprudencia
de la Sala hizo extensible la hipótesis de motivo de casación
contenida en el artículo 421 del Código de Procedimiento Civil
derogado, la falta de reposición, al análisis de la reposición
indebidamente decretada. Ello ha sido así porque se ha
considerado que tiene justificación tal solución procesal en el
hecho de que se debe evitar la nulidad por la nulidad, sin que se
persiga una finalidad procesalmente útil.
 
En la nueva ley procesal civil (artículo 312, ordinal 1º), la falta
de reposición se consideró igualmente como causal de un recurso
por defecto de actividad, siempre que la infracción u omisión de
las formas sustanciales de los actos del proceso, no advertidas
por el juzgador de instancia, violen el derecho o el orden
público. La Sala consecuente con su posición doctrinal respecto a
que la reposición debe perseguir un fin útil, ya que de no ser así
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“APUNTES CASACIÓN”
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lesiona los principios de economía procesal y la estabilidad de
los juicios, ha asimilado en la actualidad, la indebida reposición
como causal de un recurso por defecto de actividad’.
 
Asimismo, existen diferencias entre los motivos que hacen que
proceda un recurso de casación por defecto de actividad de un
recurso por infracción de ley, pues la procedencia de estos recursos,
dependerá de si los errores cometidos por el juez están relacionados
con las formalidades que regulan el juicio de principio a fin o tienen
que ver con la decisión que se ha declarado sobre el fondo de la
demanda.
(Omissis).
 
Por tal razón, los in procedendo se refieren a las
errores
contravenciones a la ley procesal en que ha incurrido el juez en la
construcción de la sentencia debido a que la actividad procesal
desplegada por él, infringe normas que regulan las formas y
modalidades de su actuación en el juicio; a diferencia de los errores
in iudicando que se producen en el hecho de juzgar” SENT. 395-
270602-02138

SALA CONSTITUCIONAL

AMPARO. APELACIÓN. CUANDO SE ACUERDA LA APELACIÓN EN UN SOLO


EFECTO EL PERJUDICADO PUEDE OPTAR EN EJERCER LA APELACIÓN CONTRA ESTE
AUTO O INTERPONER EL RECURSO DE AMPARO.

INADMISIBILIDAD DEL RECURSO CUANDO SE HA EJERCIDO LA APELACIÓN


Así, el artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales establece los supuestos de inadmisibilidad de la acción de amparo, y entre sus
causales se encuentra el numeral 5, que consagra: [c]uando el agraviado haya optado por
recurrir a las vías judiciales ordinarias o hecho uso de los medios judiciales preexistentes...”.
  Con
relación al uso de la apelación como medio judicial ordinario de impugnación, esta Sala, en
sentencia del 28 de julio de 2000 (caso: Luis Alberto Baca), estableció lo siguiente:
“Con respecto a los fallos cuya apelación se oye en un solo efecto, si contienen
violaciones constitucionales en perjuicio de una de las partes, la lesionada puede optar en
acudir a la vía de la apelación, caso en que la parte considera que por este camino restablecerá
su situación, o acudir a la acción de amparo (...).
Por ello, si el agraviado opta por la vía del amparo, se le cierra la de la apelación
sobre la materia que versa el amparo. Viceversa, si el agraviado hace uso de la apelación, es
porque considera que este recurso es el óptimo para lograr el restablecimiento de la situación
jurídica infringida, y ante tal escogencia, el amparo que se incoare sería inadmisible a tenor de
lo dispuesto en el numeral 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales...” (Subrayado de este fallo).
 
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“APUNTES CASACIÓN”
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En el
caso sub exámine, al haber acudido el accionante al medio de impugnación ordinario que le
ofrecía el ordenamiento jurídico antes de la interposición del presente amparo, no le estaba
dado acudir por los mismos motivos al amparo constitucional, pues, como ha reiterado esta
Sala en diversas oportunidades, todos los jueces son tutores del cumplimiento y salvaguarda de
la Carta Magna, por lo que al interponerse algún recurso ordinario previsto dentro del
ordenamiento jurídico vigente, el Tribunal que tenga conocimiento de ello está facultado, en
caso de que sea procedente, reparar o restituir situaciones jurídicas que fueron alegadas como
infringidas por violaciones de derechos y garantías constitucionales. SENT. 1190-060602-EXP.
01-2893

RADICACIÓN. EN JURISDICCIÓN CIVIL ES PROCEDENTE LA RADICACIÓN


CUANDO EXISTA DEMORA DE LOS JUECES NATURALES PARA RESOLVER UN
CONFLICTO. COMUNIDAD LOS JUÁREZ
Siendo conocida por los tribunales penales, era obligatorio reponer el proceso al
estado de que la Primera Instancia la sentenciara, a fin de cumplir con la garantía de la doble
instancia consagrada en el artículo 8 de la Ley Aprobatoria de la Convención Americana de los
Derechos Humanos, Pacto de San José.
Al no hacerlo así y sentenciar la alzada lo relativo a la acción civil, ésta privó a los
imputados, no sólo de la garantía de la doble instancia, sino del derecho de defensa con
relación a la segunda instancia, prevista en el artículo 49 constitucional, y así se declara.
En consecuencia, este amparo debe ser declarado parcialmente con lugar, y se anula
todo lo relativo a la condena en la acción civil, declarada en la sentencia del 21 de enero de
1999 del Tribunal Superior de Salvaguarda del Patrimonio Público, contenida en el N° 8 del
dispositivo de dicho fallo.
Como resultado de tal nulidad el Ministerio Público deberá incoar la acción civil ante
los tribunales civiles.
Existiendo una medida cautelar dictada sobre bienes de los accionantes, la cual fue
decretada por un Tribunal competente y ratificada por otro incompetente por las razones
dichas, y en aras a la protección del patrimonio público, se dejan en vigencia las medidas por
un lapso de seis meses contados a partir de esta fecha en el cual la Fiscalía General de la
República deberá incoar o continuar, según fuera el caso, la acción civil derivada de la
sentencia condenatoria del 21 de enero de 1999 impugnada en este fallo. SENT. 1329
200602
AMPARO. ADMISIBILIDAD. PRESUPUESTO PARA INTERPONER EL RECURSO
AUN CUANDO SE HAYAN EJERCIDOS LOS MEDIO DE IMPUGNACIÓN ORDINARIA.

La Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías


Constitucionales, establece:
“Artículo 6: No se admitirá la acción de amparo:
5) Cuando el agraviado haya optado por recurrir a las vías
judiciales ordinarias o hecho uso de los medios judiciales preexistentes
[omissis].”
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“APUNTES CASACIÓN”
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Esta Sala, se pronunció en su sentencia n° 848 del 28 de julio de
2000 (caso Luis Alberto Baca), sobre el alcance de esta causal de
inadmisibilidad y expresó:
“Entiende este supuesto la Sala, en el sentido de que sobre el
mismo tema del amparo exista un juicio en curso diverso al del amparo,
ya que ello significa que el accionante no consideraba de carácter
inmediato la lesión de su situación jurídica; o que haya usado otros
medios judiciales para reparar su situación, como pedir al juez de la
causa la aplicación del control difuso de la constitucionalidad. Cuando
esto ocurra, el lesionado no tiene derecho al amparo ya que él ha
considerado que la vía utilizada es de igual entidad que la del amparo
para obtener la reparación de su situación jurídica.
Su opción al amparo renacería, si tal reparación no puede lograrla en tiempo breve,
pero es de anotar que mientras no se cumplan los lapsos procesales establecidos en las leyes,
no puede en estos casos argüirse la dilación indebida, ya que el legislador, al crear los lapsos y
términos procesales, lo hizo en el entendido de que ellos eran los necesarios y concretos para
una buena administración de justicia. SENT. 28-06-02 Exp. 02-0194

PRUEBAS: NO ES PROCEDENTE IMPUGNAR LA VALORACIÓN O MOTIVACIÓN


POR VÍA DEL RECURSO DE AMPARO.
En cuanto a la pretensión de amparo que se ejerce con
fundamento en la errada apreciación de las pruebas en un caso concreto
la Sala tiene establecido que:
“..., mediante la acción de amparo el quejoso está atacando la
valoración del juez de la Alzada; específicamente, la realizada sobre los
medios probatorios promovidos por ambas partes, circunstancias sobre
las cuales, en reiteradas oportunidades, la Sala ha establecido, que dicha
valoración forma parte de la autonomía e independencia de la que gozan
los jueces al decidir, quienes, si bien deben ajustarse a la Constitución y
a las leyes al resolver una controversia, disponen de un amplio margen
de valoración del derecho aplicable a cada caso, por lo cual pueden
interpretarlo y ajustarlo a su entendimiento, como actividad propia de su
función de juzgar, sin que el juzgador de amparo pueda inmiscuirse
dentro de esa autonomía del juez en el estudio y resolución de la causa,
salvo que tal criterio viole notoriamente derechos o principios
constitucionales.
De este modo, se concluye que esta Sala Constitucional no puede
entrar a analizar las razones de mérito en las que, tanto el Juez de la
instancia, como el Juez que conoció la apelación, fundamentaron sus
fallos, ya que ello forma parte soberana de la apreciación del
os
juzgador, ...” (por todas, ss. S.C. n 2667 de 14.12.01 y nº 09 de
22.01.02).
En definitiva, se observa que el tribunal que fue señalado como
supuesto agraviante, cuando dictó la decisión objeto de la demanda, no
actuó fuera del ámbito de su competencia constitucional, en vista de que,
cuando sentenció, lo hizo bajo su autonomía de valoración, sin atentado
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“APUNTES CASACIÓN”
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alguno contra los derechos del accionante; pues, de ninguna manera se
le impidió u obstaculizó el ejercicio de los recursos que tiene por ley en
procura de la defensa de sus derechos legales y constitucionales. Por tal
motivo, la demanda de autos resulta improcedente y así si declara, in
limine litis. SENT. 280602

AMPARO. SENTENCIAS QUE PUEDEN SER IMPUGNADAS POR MEDIO DEL


RECURSO DE AMPARO.
La Sala ha señalado, en múltiples decisiones, que este tipo de
demandas constituyen un mecanismo procesal de impugnación con
peculiares características que la diferencian de las demás pretensiones
de amparo, así como de las otras vías existentes para el ataque de los
actos que emanen de los órganos jurisdiccionales, razón por la cual, a
estas demandas, a las cuales se refiere el artículo 4 de la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, se le han
establecido especiales presupuestos de procedencia, cuyo incumplimiento
acarrea la desestimación de la pretensión, incluso in limine litis, en
atención a principios de celeridad y economía procesal. A este respecto
esta Sala ha sostenido:
“(...) Del análisis de la disposición transcrita, en función de
salvaguardar la integridad de la cosa juzgada y la seguridad jurídica,
nuestra jurisprudencia ha señalado que para que proceda la acción de
amparo contra actos jurisdiccionales deben concurrir las siguientes
circunstancias: a) que el juez que emanó el acto presuntamente lesivo
haya incurrido en una grave usurpación de funciones o abuso de poder
(incompetencia sustancial); aunado a ello, b) que tal proceder ocasione
la violación de un derecho constitucional (acto inconstitucional), lo que
implica que no es recurrible por amparo aquella decisión que
simplemente desfavorece a un determinado sujeto procesal; y, finalmente
como requisito adicional c) que se hayan agotado todos los mecanismos
procesales existentes, o que los mismos resulten no idóneos para
restituir o salvaguardar el derecho lesionado o amenazado; es decir, que
la acción de amparo puede intentarse contra decisiones judiciales, pero
sólo procede en estos casos(...)”(s. S.C. n° 2339 del 21-11-01).
En lo que respecta a la falta de competencia el referido artículo 4
señala:
“Igualmente procede la acción de amparo cuando un Tribunal de
la República, actuando fuera de su competencia , dicte una resolución
o sentencia u ordene un acto que lesione un derecho constitucional...”
(Resaltado añadido).
Ahora bien, la doctrina de la otrora Corte Suprema de Justicia
interpretó reiteradamente el citado artículo 4 y, específicamente, la
expresión “actuando fuera de su competencia ”, y concluyó que la
competencia no tiene, como requisito del mencionado artículo de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, el
sentido procesal estricto que le atribuye la Ley Adjetiva Civil, por cuanto
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“APUNTES CASACIÓN”
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se refiere no sólo a la incompetencia por la materia, valor o territorio,
sino también a los conceptos de abuso de poder o extralimitación de
atribuciones SENT1492. 280602 Exp. 02-0295

CITACIÓN. EL DEFECTO O FRAUDE EN LA CITACIÓN DE UNA DE LAS PARTES


EN EL JUICIO PRINCIPAL DEBE ATACARSE POR LA VÍA DEL RECURSO DE
INVALIDACIÓN Y NO A TRAVÉS DEL RECURSO DE AMPARO.
Ahora bien, esta Sala estima necesario pronunciarse sobre la necesidad o no de acudir
a los medios procesales ordinarios de impugnación de la sentencia accionada en amparo, como
causal de inadmisibilidad contenida en el numeral 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, la cual por ser de orden público puede
ser analizada en todo estado y grado de la causa.
Observa esta Sala que el apoderado judicial de Urbanizadora Ataguana C.A., justifica
la interposición de la acción de amparo constitucional, en el hecho de que con el ejercicio del
recurso de invalidación no lograría la suspensión inmediata del fallo recurrido, dada la elevada
cuantía de la demanda propuesta.
Al respecto, ya esta Sala en sentencia Nº 439 del 15 de marzo de 2002, caso: Spizzico
Café Restaurant C.A., sostuvo en un caso similar, lo siguiente:
“Comparte esta Sala el criterio que sostuvo el a quo, de considerar que lo que
pretende la accionante Spizzico Café Restaurant, C.A., es que el juez constitucional descienda a
analizar disposiciones legales, referentes a los límites del mandato conferido por ella misma al
abogado Gerardo Fink Finowicki, para precisar si éste podía o no darse por citado y convenir en
la demanda incoada por el ciudadano Eduardo Prada Díaz.
Igualmente, esta Sala comparte el criterio del a quo, respecto a que el ordenamiento
jurídico prevé como remedio procesal, al error o el fraude en la citación para la contestación de
la demanda, al recurso extraordinario de invalidación, tal como taxativamente dispone el ordinal
1, del artículo 328 del Código de Procedimiento Civil, como una de sus causales, recurso en el
cual se establece la posibilidad de suspensión de los efectos del fallo recurrido y con ello evitar
los posibles daños producto de la ejecución de la sentencia impugnada, motivo por el cual, al
no constar en autos que el accionante haya ejercido el recurso de invalidación o prueba alguna
de que se le haya negado su ejercicio, debe esta Sala confirmar el fallo apelado que declaró la
inadmisibilidad de la acción de amparo por estar incursa en la causal contenida en el numeral 5
del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales. Así se
declara”.
En ese orden de ideas, esta Sala congruente con su propia doctrina, declara
inadmisible la acción de amparo propuesta, toda vez que contra la sentencia accionada cabía
ejercer recurso de invalidación como medio ordinario de impugnación, alegando para ello la
causal contenida en el numeral 1 del artículo 328 del Código de Procedimiento Civil, ya que lo
que se pretende en el fondo es la revisión del defecto o fraude en la citación de una de las
partes en el juicio principal, y así se decide. SENT. 280602
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AMPARO. EL RECURSO CONTRA SENTENCIA. Para que el amparo proceda,


es necesario que exista una infracción por acción u omisión a una norma
constitucional, sea esta realizada mediante desconocimiento, mala praxis, o errada
interpretación de normas legales o sub-legales, siempre que ella enerve el goce y
ejercicio pleno de un derecho constituciona
Se observa que dicho amparo está fundamentado en la supuesta violación de los
derechos de la defensa y la garantía del debido proceso, contenidos en el artículo 49 de la
Constitución, configurada supuestamente, según el apoderado judicial de la solicitante, cuando
el Juzgado Superior que conoció la referida apelación, consideró que efectivamente, como lo
expresara el a quo, por cuanto ya se habían discutido y analizado, otorgándole el respectivo
valor probatorio, los instrumentos que constituían la fundamentación de la defensa efectuada
por el cónyuge de la tercerista en el juicio que tenía por objeto un inmueble de la comunidad
conyugal, y que ahora la tercerista quería hacer valer nuevamente, no obstante haber quedado
definitivamente firme la sentencia dictada en el juicio principal, era forzoso reconocer que había
operado la cosa juzgada, la cual no podía ser enervada, pues razones de seguridad jurídica así
lo exigían.

Ahora bien, observa esta Sala que, de los alegatos expuestos por la accionante, en su escrito,
en relación con los hechos de los que se pretende deducir la violación de la Constitución, se
desprende que los mismos van dirigidos a evidenciar, los posibles errores en los que consideró
la parte presuntamente agraviada, incurrió la sentencia accionada, al no examinar los requisitos
para procedencia del instituto procesal de la cosa juzgada y la falta de aplicación del artículo
168 del Código Civil, por el a quo, que exige la conformación de un litis consorcio pasivo
necesario.
En este sentido, considera esta Sala oportuno advertir que en sentencia emitida el 20
de febrero de 2001 ( Alimentos Delta C.A.) que ratificó el criterio expuesto en sentencia del 27
de julio de 2000, (caso SEGUROS CORPORATIVOS C.A., AGROPECUARIA ALFIN S.A. y el
ciudadano FERNANDO CÁRDENAS) , se estableció:
“...Para que el amparo proceda, es necesario que exista una infracción por acción u
omisión a una norma constitucional, sea esta realizada mediante desconocimiento, mala praxis,
o errada interpretación de normas legales o sub-legales, siempre que ella enerve el goce y
ejercicio pleno de un derecho constitucional.
 
Ahora bien, hay que distinguir entre la incorrecta aplicación de una norma,
su omisión, o los errores en su interpretación, que se refieren a su actividad y
entendimiento, de la infracción de un derecho o garantía constitucional. Estos no se
ven -en principio- vulnerados, porque la norma deja de aplicarse, se aplica mal o se
interpreta erradamente. Estos vicios, por sí mismos, no constituyen infracción
constitucional alguna, y es del ámbito del juzgamiento de los jueces, corregir los
quebrantamientos señalados, los cuales pueden producir nulidades o ser declarados
sin lugar. Cuando estos vicios se refieren a las normas de instrumentación del derecho
constitucional, en principio los derechos fundamentales no quedan enervados. La forma como
interpretan la Ley el Juez o la Administración o su subsiguiente aplicación, puede
ser errada u omisiva, pero necesariamente ello no va a dejar lesionado un derecho o
una garantía constitucional, ni va a vaciar su contenido, haciéndolo nugatorio. Por
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ejemplo, en un proceso puede surgir el quebrantamiento de normas procesales, pero ello no
quiere decir que una parte ha quedado indefensa, si puede pedir su corrección dentro de él. La
Administración puede tomar erradamente una decisión sobre unos bienes, pero esto no
significa que le prive al dueño el derecho de propiedad. Se tratará de una restricción ilegal que
originará acciones del perjudicado, pero no la de amparo, al no quedar cercenado el derecho de
propiedad del dueño.
 
Pero cuando el tipo de vicio aludido deja sin aplicación o menoscaba un derecho o
garantía constitucional eliminándolo, y no puede ser corregido dentro de los cauces normales,
perjudicándose así la situación jurídica de alguien, se da uno de los supuestos para que
proceda el amparo, cuando de inmediato se hace necesario restablecer la situación jurídica
lesionada o amenazada de lesión. Si la inmediatez no existe, no es necesario acudir a la vía del
amparo, sino a la ordinaria, no porque el amparo sea una vía extraordinaria, sino porque su
supuesto de procedencia es la urgencia en el restablecimiento de la situación o en el rechazo a
la amenaza, y si tal urgencia no existe, el amparo tampoco debe proceder.
 
Los errores de juzgamiento sobre la aplicabilidad o interpretación de las
normas legales, en principio no tienen por qué dejar sin contenido o contradecir una
norma constitucional, motivo por el cual ellos no pueden generar amparos. Lo que
los generan es cuando los errores efectivamente hagan nugatoria la Constitución,
que la infrinjan de una manera concreta y diáfana. Es decir, que el derecho o
garantía constitucional, en la forma preceptuada en la Constitución, quede
desconocido”.
 En el caso de autos, se puede constatar que la accionante, al hacer uso de la acción
de amparo constitucional, sólo pretendió impugnar el fondo de una decisión que le es adversa,
trayendo nuevamente al conocimiento del juez constitucional un asunto en el que se
cumplieron las dos instancias de conocimiento, y en las cuales la accionante resultó vencida,
mediante la cual se desestimó su pretensión, para así, lograr la revisión, en otra instancia, del
criterio de interpretación del Juzgador en su sentencia, siendo su inconformidad manifiesta.
En efecto, mediante la acción de amparo la quejosa está atacando el juicio efectuado
por el juez de la Alzada, en relación con los argumentos expresados en el fallo que revisaba;
específicamente, relacionados con la cosa juzgada producida con motivo de haberse analizado
previa y suficientemente los instrumentos probatorios que habían sido aportados por el
cónyuge de la tercerista, en el juicio principal por él sostenido -ya terminado-, en defensa de
los intereses de la comunidad conyugal, circunstancias sobre las cuales, en reiteradas
oportunidades, la Sala ha establecido, que dicha interpretación y valoración forma parte de la
autonomía e independencia de la que gozan los jueces al decidir, quienes, si bien deben
ajustarse a la Constitución y a las leyes al resolver una controversia, disponen de un amplio
margen de valoración del derecho aplicable a cada caso, por lo cual pueden interpretarlo y
ajustarlo a su entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar, sin que el
juzgador de amparo pueda inmiscuirse dentro de esa autonomía del juez en el estudio y
resolución de la causa, salvo que tal criterio viole notoriamente derechos o principios
constitucionales, lo que no es evidente en el presente caso pues se observa que la actividad
jurisdiccional desplegada por el Juzgado Superior se encuentra ajustada a derecho, no
evidenciándose violación legal ni constitucional alguna. Por el contrario, encuentra la Sala que,
en efecto, en el presente caso, debía declararse la cosa juzgada al estar cubiertos los supuestos
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de procedencia de esta institución, toda vez que se había vuelto a plantear en el juicio en el
que supuestamente tuvo lugar la lesión constitucional, una pretensión cuya defensa había sido
sostenida legítimamente por el cónyuge demandado en una causa que se encontraba
definitivamente firme.
De este modo, se concluye que esta Sala Constitucional no puede entrar a analizar las
razones de mérito en las que, tanto el Juez de la instancia, como el Juez que conoció la
apelación, fundamentaron sus fallos, ya que ello forma parte soberana de la apreciación del
juzgador, y dada la inexistencia de la violación de derecho o garantía constitucional alguna, a
juicio de la Sala, resulta forzoso declarar la improcedencia in limine de la acción de amparo
interpuesta y así se decide. SENT 1513 030702 Exp. 01-1982.

AMPARO. INADMISIBILIDAD CUANDO EXISTE CAUSAL DE


CONSENTIMIENTO TÁCITO DE LA INFRACCIÓN POR NO EJERCER LOS RECURSO
ORDINARIOS
Con relación al supuesto de inadmisibilidad por consentimiento tácito a que se refiere
el numeral 4 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, esta Sala estableció, en sentencia de 28 de julio de 2000 (Caso: Luis Alberto
Baca), lo siguiente:
 
“Pero si la parte ni apela, ni impugna a tiempo los fallos, es porque considera que no
hay lesión alguna, que no hay situación jurídica que requiera ser restablecida, y por lo tanto
está consintiendo en las transgresiones habidas, tal como lo contempla el numeral 4 del aludido
artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales. De autos
se desprende que el 3 de marzo de 1999 se decretó el secuestro del inmueble, que contra
dicha decisión no hubo ataque alguno por parte del hoy accionante.
Se ha venido interpretando que la víctima de la lesión tiene seis (6) meses para incoar
la acción, y que por ello puede acudir al amparo así no haya apelado o reclamado
oportunamente; pero tal interpretación es contraria al numeral 4 del artículo 6 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, ya que la inactividad
procesal del lesionado entraña signos inequívocos de aceptación de la situación, y por lo tanto
constituye un consentimiento tácito.”. SENT 1697 190702 2265

COMPETENCIA. AMPARO. CRITERIO PARA ESTABLECER


CUANDO EL JUZGADOR ACTÚA FUERA DE SU COMPETENCIA

“La doctrina especializada en la materia viene planteando que la


palabra ‘competencia’ –como un requisito indicado en el transcrito
artículo 4-no tiene el sentido procesal estricto, por cuanto no se refiere
sólo a la incompetencia por la materia, territorio y cuantía, sino también
corresponde a los conceptos abuso de poder o usurpación o
extralimitación de funciones y, en consecuencia, opera cuando esa
actuación lesione o vulnere derechos o garantías constitucionales.
En efecto, el juez, aun actuando dentro de su competencia, ‘[...]
entendida ésta en el sentido procesal estricto, puede hacer uso indebido
de las facultades que le están atribuidas para fines totalmente distintos
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al que se le confirió o actuar haciendo uso indebido de ese poder,
independientemente del fin logrado, al dictar una resolución o sentencia
que lesione un derecho constitucional’ (Vid. Sentencia N° 370 de la Sala
Político-Administrativa de la entonces Corte Suprema de Justicia, de
fecha 12 de diciembre de 1989, caso el Crack C.A.).” SENT. 1717
260702 EXP. 2068

AMPARO. LAPSOS. NO ES APLICABLE LA CADUCIDAD DEL LAPSO CUANDO SE


INFRIGEN NORMAS FUNDAMENTALES DEL ORDEN PUBLICO
Del texto del citado requisito de admisibilidad, contemplado en la norma
parcialmente transcrita, se desprende que el lapso de seis (6) meses allí establecido admite
excepciones, toda vez que el mismo es susceptible de ser ignorado, cuando el hecho
gravoso implica una lesión al orden público o a las buenas costumbres, es decir, que el
tiempo que transcurra desde el momento en que se ha verificado la conducta lesiva, no hace
que opere inexorablemente la caducidad de la acción, en aquellos supuestos en que la
amenaza de violación implica una lesión a derechos individuales de rango constitucional,
derivadas del ejercicio de potestades públicas de los órganos del Estado y cuya tutela es
debida en todo momento, para mantener la vigencia y el respeto de los derechos y garantías
constitucionales.
En el presente caso se observa que las referidas actuaciones dictadas por la Comisión
Nacional de Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles, suficientemente identificadas
anteriormente, datan de fecha 14 de abril de 2000 y 4 de julio de ese mismo año, de donde
se desprendería que habiendo sido interpuesta la presente acción en fecha 16 de enero de
2001, el lapso de seis (6) meses a que se refiere el numeral 4 del artículo 6 de la citada Ley
Orgánica, habría transcurrido íntegramente.
No obstante se observa, que de acuerdo con el sentido y alcance de la referida
excepción y en atención a la naturaleza de las actuaciones producidas por la Comisión
Nacional de Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles, que implican el ejercicio de
prerrogativas del Poder Público a las cuales se le imputan una antijuridicidad tal, que
suponen la amenaza de violación de los derechos constitucionales de los habitantes de la
Parroquia Nuestra Señora del Rosario del Municipio Baruta del Estado Miranda, cuya defensa
se arroga el accionante en su carácter de Alcalde de ese Municipio, al habérseles violado
presumiblemente los derechos que se alegan, lo que a juicio de esta Sala constituye una
situación lesiva cuya denuncia no se encuentra sometida al instituto jurídico de la
caducidad.
Ha sido éste el criterio sostenido por esta Sala al respecto, la cual ha señalado en
sentencia número 20, de fecha 15 de febrero de 2000, que: “... no es posible afirmar que la
ausencia del ejercicio de la acción de amparo conlleva tales consecuencias, pues a tenor del
numeral 4 del artículo 6 de la Ley que rige la materia, el presunto conocimiento expreso del
agraviado no opera si la violación concreta que se denuncia transgrede normas de orden
público, entre las cuales indudablemente se encuentran aquellas que rigen el ejercicio de
prerrogativas del poder público”.
En consecuencia, esta Sala consecuente con la doctrina anteriormente expuesta
estima inaplicable al presente caso la sanción a que se refiere el numeral 4 del artículo 6 de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, dado el carácter de
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“APUNTES CASACIÓN”
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las actuaciones efectuadas, que se alegan como violatorias de los derechos constitucionales
invocados, que suponen la violación del orden público, caso en el cual no corre el lapso de
caducidad contemplado en la citada norma, y así se declara SENT-. 0265 010301
AMPARO: Violación de Derechos Fundamentales y no reglas de
proceso La Sala estima que la alegada violación o amenaza de los
derechos a la defensa, al debido proceso, a representar o dirigir
peticiones ante cualquier autoridad o funcionario público sobre los
asuntos que sean de la competencia de éstos y de obtener oportuna y
adecuada respuesta, en este caso no se subsume en los supuestos de
existencia del amparo constitucional; el cual sólo es admisible ante la
existencia de violaciones directas y flagrantes al texto constitucional que
afecten los derechos y garantías tuteladas en la Carta Magna.
Ha señalado esta Sala reiteradamente que, la acción de amparo
constitucional está concebida como una protección de derechos y
garantías constitucionales stricto sensu; de allí que lo determinante a
resolver acerca de la pretendida violación, es la existencia de una
violación de rango constitucional y no legal. De modo que el amparo está
reservado para restablecer las situaciones que provengan de violaciones
de derechos y garantías fundamentales, pero de ninguna forma de las
reglas legales establecidas (expediente N° 00-0492, caso Inversiones
Kingtaurus,c.a.). sent 314 060301

AMPARO SOBREVENIDO: Tribunal Competente.


Vale recalcar que el señalamiento hecho por el Juzgado Superior en su auto decisorio,
respecto a que el Juzgado Octavo de Primera Instancia era incompetente para decidir un
amparo sobrevenido interpuesto contra una decisión dictada por ese mismo Tribunal, es
congruente con lo señalado por esta Sala en el fallo de fecha 20 de enero de 2000,
anteriormente citado, donde se establece, respecto al amparo sobrevenido, que “las violaciones
a la Constitución que cometan los jueces serán conocidas por los jueces de la apelación, a
menos que sea necesario restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida, caso en
que el amparo lo conocerá otro juez competente superior a quien cometió la falta, diferente a
quien sentenció u ordenó el acto que contiene la violación o infracción constitucional ”. Como lo
señaló esta Sala en la decisión cuyo fragmento fue antes transcrito, las infracciones
constitucionales que sean cometidas por los jueces durante el proceso, serán conocidas por los
jueces de la apelación; y en el caso de que se necesite con urgencia el restablecimiento de la
situación jurídica infringida, podrá entonces interponerse el amparo sobrevenido contra la
actuación judicial que se considera lesiva. Ello, adviértase, sin necesidad de interponer,
conjuntamente con el amparo sobrevenido, algún otro recurso judicial. La coexistencia del
amparo sobrevenido con otro medio judicial se refiere, simplemente, a la imposibilidad de
interponer aquél sin que previamente exista un juicio ya instaurado. Pero la pretensión del
amparo sobrevenido y del juicio principal tienen que ser, por definición, distintas SENT 460
060401

AMPARO JUDICIAL. TUTELA JURÍDICA COLECTIVA:


Al respecto, cabe observar que el ordenamiento positivo vigente otorga un fundamento
constitucional al petitorio de los accionantes, en relación con la extensión de los efectos del
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mandamiento de amparo a todas las personas que se encuentren en idéntica situación de
aquéllos en cuyo favor éste se acuerde. Así, debe observarse el contenido del derecho a la
tutela judicial efectiva, recogido en el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, cuyo tenor dispone:
«Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de
justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela
efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin
formalismos o reposiciones inútiles» (subrayado de esta Sala).
Respecto del contenido del derecho a la tutela judicial efectiva, y particularmente
haciendo referencia a los derechos e intereses colectivos o difusos, esta Sala sostuvo en
decisión del 30 de junio de 2000 (Caso: Defensoría del Pueblo vs. Comisión Legislativa
Nacional) que:
«[E]l derecho o interés difuso se refiere a un bien que atañe a todo el mundo, a
personas que en principio no conforman un sector poblacional identificable e individualizado,
sino que es un bien asumido por los ciudadanos (pluralidad de sujetos), que sin vínculo jurídico
entre ellos, se ven lesionados o amenazados de lesión. Ellos se fundan en hechos genéricos,
contingentes, accidentales o mutantes que afectan a un número indeterminado de personas y
que emanan de sujetos que deben una prestación genérica o indeterminada [...] Esa lesión a la
población, que afecta con mayor o menor grado a todo el mundo, que es captado por la
sociedad conforme al grado de conciencia del grupo social, es diferente a la lesión que se
localiza concretamente en un grupo, determinable como tal, aunque no cuantificado o
individualizado, como serían los habitantes de una zona del país, afectados por una
construcción ilegal que genera problemas de servicios públicos en la zona. Estos intereses
concretos, focalizados, son los colectivos, referidos a un sector poblacional determinado
(aunque no cuantificado) e identificable, aunque individualmente, dentro del conjunto de
personas existe o puede existir un vínculo jurídico que los une entre ellos».
[...]
El interés de los vecinos de una urbanización, o un barrio, que se ve desmejorado en
sus servicios públicos por una construcción, por ejemplo, también responde a un bien jurídico
suprapersonal, pero es determinable, localizable en grupos específicos, y ese es el interés que
permite la acción colectiva. Ese es el interés colectivo, él da lugar a los derechos colectivos, y
puede referirse a un objeto jurídico determinado.
[...]
 [L]a Sala considera que si el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela contempla, sin distinción de personas la posibilidad de acceso a la justicia para
hacer valer derechos e intereses, incluso los colectivos y difusos, tal acceso debe interpretarse
en forma amplia, a pesar del rechazo que en otras partes y en algunas leyes venezolanas,
exista contra el ejercicio individual de acciones en defensa de intereses o derechos difusos o
colectivos».
De lo anterior, emerge que el pedimento de los accionantes en este sentido tiene lugar
en derecho, por cuanto la extensión de los efectos del mandamiento de amparo otorgado en su
favor, a todos aquellos seropositivos beneficiarios del sistema de seguridad social, conduce a la
protección de un segmento relativamente importante de la sociedad, compuesto por individuos
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a los cuales resulta forzoso restablecer en el goce de sus derechos y garantías constitucionales.
Sente 487 060401

AMPARO: PROCEDENCIA DEL RECURSO CUANDO POR INACTIVIDAD DEL


TRIBUNAL NO ES POSIBLE EJERCER OPORTUNAMENTE EL RECURSO DE APELACIÓN.
Para decidir la Sala observa:
La parte actora alegó que le fue violado –entre otros- el derecho al debido
proceso, por cuanto el presunto agraviante tramitó la solicitud de autorización de viaje que
formuló la madre de su hija, para viajar con ésta, a través del procedimiento especial de
guarda y no a través del aplicable para tales solicitudes y que la decisión, en el primer caso,
tiene apelación en un solo efecto en tanto que la decisión tomada a través del procedimiento
que señaló como apropiado la tiene en ambos. Con ello, además, se habría violado su
derecho a la tutela judicial efectiva en tanto que fue dictada una sentencia susceptible de
inmediata ejecución en lugar de la que correspondía en Derecho, sometida al efecto
suspensivo de la apelación.
La Sala estima que, independientemente del procedimiento
aplicable, asunto éste que compete decidir al juez constitucional de primera
instancia, erró la Corte Superior del Tribunal para la Protección del Niño y del
Adolescente de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y
Nacional de Adopción Internacional al interpretar, en el caso de autos, la falta
de apelación como signo inequívoco de aceptación del hecho lesivo, puesto que
resultaba un hecho notorio la paralización de los tribunales a causa de la
huelga tribunalicia, circunstancia que impedía, como en efecto lo hizo, la
interposición del recurso de apelación correspondiente. Así lo demostró,
además, ante esta Alzada, la parte actora, a través del cómputo por Secretaría
de los días de despacho transcurridos en el tribunal de la causa a partir de la
oportunidad de la publicación del fallo presuntamente lesivo de derechos
constitucionales.
El amparo es, por naturaleza, un remedio judicial al que sólo se
puede acudir ante la ausencia o ineficacia de los medios procesales ordinarios,
puesto que éstos son, en principio, idóneos para la protección de los derechos
de los particulares, inclusive de los de rango constitucional, Así lo ha declarado
esta Sala reiterada y pacíficamente. En el caso de autos, no podía invocarse la
idoneidad del recurso ordinario, la apelación, puesto que el mismo era de
imposible interposición dadas las anotadas circunstancias, imposibilidad ésta
que es, precisamente, supuesto de procedencia del amparo constitucional.
En consecuencia, se debe revocar la sentencia declaratoria de inadmisibilidad para que el
tribunal constitucional de primera instancia conozca de la demanda interpuesta por el
ciudadano Luis Alejandro Ettedgui Ponce, en su propio nombre y en el de su menor hija
Mariana Ettedgui Bennett. Así se declara. Sent 1592 2808

AMPARO. NO ES PROCEDE LA VIA DEL AMPARO PARA REVISAR LA MEDIDA


CAUTELAR OTORGADA POR OTRO AMPARO
De lo expuesto se desprende que consiste el presente juicio en un “amparo contra
amparo”, es decir, en una acción de amparo constitucional contra una actuación judicial recaída
en un juicio de amparo previamente instaurado contra otra actuación judicial. Al respecto, debe
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esta Sala advertir que las decisiones producidas en los juicios de amparo son siempre revisables
por un órgano superior jerárquico, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 35 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, de tal manera que, aun
cuando no se ejerza recurso de apelación, es indispensable que se produzca la consulta
obligatoria.
Es posible, por otra parte, que juicios de amparo que han cumplido con los dos grados
de jurisdicción, sean revisados nuevamente por esta Sala Constitucional bajo circunstancias
específicas,. Así, en sentencia del 20 de enero de 2000 (caso Emery Mata Millán), se estableció:
 “...en forma selectiva, sin atender a recurso específico y sin quedar vinculado por
peticiones en este sentido, la Sala por vía excepcional puede revisar discrecionalmente
las sentencias de amparo que, de acuerdo a la competencia tratada en este fallo, sean
de la exclusiva competencia de los Tribunales de Segunda Instancia, quienes conozcan
la causa por apelación y que por lo tanto no susceptibles de consulta, así como
cualquier otro fallo que desacate la doctrina vinculante de esta Sala...”. (Subrayado de
este fallo).
 
Ahora bien, en el caso bajo examen, se observa que, lo que pareciera producir el
supuesto gravamen en el accionante es la medida cautelar dictada por el juez constitucional,
quien en uso de sus atribuciones, consideró necesario acordar a la parte accionante en aquel
juicio, la tutela cautelar que le fue solicitada.
Acerca de la posibilidad de acordar medidas cautelares en los procesos de amparo se ha
referido esta Sala (vid. Sentencia No. 156 del 24 de marzo de 2000) y en tal sentido las ha
dictado en distintas oportunidades, con fundamento en el gravamen, irreparable o de difícil
reparación, y en la urgencia que ante una violación como la que supone el amparo, de no
dictarse la cautela debida se puede causar al agraviado. Por supuesto que, la providencia que
se decrete podría perjudicar a terceros que no sean parte en el juicio, pero que pudiesen tener
alguna relación muy estrecha con el recién instaurado juicio de amparo (como de hecho ocurre
en los amparos contra decisiones judiciales, en los que siempre hay un tercero directamente
interesado contra quien obra la medida), es decir, en casos como el planteado en el presente
juicio, la “contraparte” en el juicio que dio origen a la supuesta lesión. Sin embargo, tal
situación no autoriza, en juicios de urgencia como el del amparo, la utilización de medios de
ataques o de defensa, como la apelación o la oposición, que den lugar a incidencias dentro del
proceso, dado el carácter breve y expeditivo de este tipo de litigios.
En este sentido, se ha pronunciado la Sala al desestimar este tipo de impugnaciones que
pueden dar lugar a incidencias interprocesales. Así en Sentencia No. 251 del 25 de abril de
2000, se dejó sentado lo siguiente:
“Luego de haber analizado las actas que componen el presente expediente, esta Sala
pasa a decidir, previas las siguientes consideraciones:
 
En el caso que nos ocupa, aprecia la Sala que le corresponde pronunciarse
respecto de una sentencia interlocutoria dictada en el marco de un procedimiento de
amparo, como lo fue la decisión por medio de la cual el Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, del Tránsito, del Trabajo y de Menores de la Circunscripción Judicial del
Estado Monagas negó la petición de medida cautelar solicitada en el escrito contentivo
de la acción de amparo constitucional.
 
WOLFRED B MONTILLA (wbmb@cantv.net)
ABOGADO
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“APUNTES CASACIÓN”
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Ahora bien, lo planteado constituye una incidencia suscitada dentro de un proceso de


amparo autónomo. En este sentido es menester reiterar el criterio establecido por este
Supremo Tribunal, en cuanto a que en el procedimiento de amparo no hay lugar para
incidencias procesales cuya duración pueda exceder la que corresponda a la aplicación
de las disposiciones procesales de amparo correspondientes previstas en la ley. Lo
antes dicho se corresponde con la naturaleza breve del amparo que establece el artículo
27 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como con lo
dispuesto por el artículo 12 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, que reza textualmente:
 
“Los conflictos sobre competencia que se susciten en materia de amparo
ante Tribunales de Primera Instancia serán decididos por el Superior respectivo.
Los trámites serán breves y sin incidencias procesales.” (Subrayado de la Sala)
 
De lo anteriormente expuesto puede colegirse, bajo el mismo fundamento, que la
instauración de procesos de amparo contra medidas cautelares dictadas in limini litis en juicios
igualmente de amparo, no resulta conveniente, por hallarse éstos caracterizados por su rapidez,
al estar dotados de privilegios y de elementos que implican que la decisión de mérito recaerá
prontamente, bien confirmando la cautela acordada, ampliándola o mejorándola con carácter
definitivo, o revocándola; lo que, en todo caso, podrá ser posteriormente revisado por el
Juzgado Superior a aquel. El otorgamiento de este tipo de medidas provisionales en el amparo,
además, obedece a un razonamiento efectuado por el juez constitucional, con la finalidad de
que permanezcan incólumes derechos y garantías constitucionales, lo que justifica lo apropiado
del otorgamiento de la medida ante la violación alegada y los daños que se causarían de no
acordarse; subyace tras la providencia que acuerda la medida, un juicio de valor
minuciosamente efectuado por el juzgador, que supone lo necesario que resulta decretar la
misma, aún cuando luego la decisión resulte revocada al desestimarse la pretensión, por no
verificarse la transgresión alegada que diera origen y fuera el fundamento de la misma.
De allí, entonces, que ante la inconveniencia de la procedencia de acciones de amparo
contra providencias cautelares en juicios de amparo, produzca la convicción de que no pueda
estimarse, en principio, ese tipo de cautelas, las cuales de otorgarse sólo sería bajo condiciones
excepcionales, dadas las circunstancias que siguen el caso y los intereses y derechos
involucrados, lo que siempre esta Sala deberá ponderar.
 
No se trata de que ante el decreto de una medida cautelar que viole derechos y
garantías constitucionales no se pueda ejercer una acción de amparo, antes bien, la utilización
de este mecanismo es posible ante cualquier actuación judicial, pues lo importante es la
infracción constitucional cometida y no la naturaleza del acto objetado. Sin embargo, cuando la
medida cautelar ha sido dictada en un juicio de amparo, en el que el Juzgador por la
circunstancia de actuar como juez constitucional, realiza una valoración distinta a aquella que
normalmente debe efectuar el juez ordinario, en la protección de derechos y garantías
constitucionales, labor que supone un equilibrio de los diversos derechos fundamentales
involucrados en el caso, y en el que estima presuntas infracciones a derechos y garantías que
deben ser articulados, éstas sólo surten efectos de manera provisional, pues el juez debe
WOLFRED B MONTILLA (wbmb@cantv.net)
ABOGADO
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“APUNTES CASACIÓN”
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proceder inmediatamente, una vez cumplidos los requisitos, a dictar sentencia que resuelva la
cuestión de forma definitiva.
 En mérito de los anteriores argumentos, estima esta Sala que la revisión por parte de la
jurisdicción constitucional, del otorgamiento de medidas cautelares en los juicios instaurados
con ocasión de acciones de amparo, en atención a lo expuesto está estrictamente limitado. En
consecuencia, considera esta Sala que la pretensión del accionante resulta improcedente al
estar dirigida a obtener, por la vía del amparo constitucional, la nulidad de una actuación
judicial, relativa al otorgamiento de una medida cautelar en un juicio de amparo, en el que no
se evidencia violaciones de derechos fundamentales, ni la existencia de urgencia por la
producción de algún gravamen que amerite la inmediata intervención de este órgano judicial
para la defensa del orden constitucional y así se decide. SENT 1533 130801

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