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Tema 2: Oralidad y escritura (Educación Infantil). Prof.

Manolo Pérez Saiz

Tema 2: ORALIDAD Y ESCRITURA

0. Introducción.
¿Todos los hablantes de español nos comunicamos de la misma forma ante
cualquier interlocutor en cualquier situación? Es evidente que no. A
continuación, vamos a ver cuáles son las principales variables al respecto
haciendo especial hincapié en la importancia que, sin duda, poseen al respecto
la oralidad y la escritura.

1. La variación lingüística.
Que una lengua es variable constituye un principio inherente a su propia
definición. En primer lugar, desde el punto de vista estrictamente lingüístico,
cada lengua conforma un sistema diferente al de otras lenguas en un conjunto
muy diverso que dibuja un complejo mapa. Pero, además, cada una de esas
lenguas se ve alterada internamente en virtud de cinco tipos de variación
lingüística:

1.1. Variación diatópica: la lengua varía en virtud del lugar de origen del
EMISOR, es la variable espacial (no es lo mismo un hablante de español
sevillano que cántabro).
1.2. Variación diastrática: la lengua ofrece variaciones dependiendo del
perfil personal que ofrezca el emisor (el hablante de español puede
tener más o menos formación cultural, puede ser joven o adulto, mujer u
hombre, etc.).
1.3. Variación diafásica: la lengua varía en relación con la situación que se
da en un lance comunicativo concreto, cuyas variables se pueden
constatar como sigue:

1.3.1. El RECEPTOR al que se dirige el emisor: el rector de la


universidad, la madre, la novia o el novio, el panadero, etc.
1.3.2. El TEMA que se va a abordar: una anécdota que un amigo le
cuenta a otro, la presentación de una moción de censura en el
parlamento, etc.
1.3.3. Las CIRCUNSTANCIAS en las que se establece esa comunicación:
en el lugar de trabajo, con los amigos en la playa, en una solemne
conferencia, en una petición de mano, etc.
1.3.4. La INTENCIÓN comunicativa: informar, pedir, ordenar, etc.

1.4. Variación diacrónica: la lengua varía según el momento histórico en el


que se usa: el castellano del siglo XIII, el castellano del XVIII o el actual.
1.5. Variación basada en el canal seleccionado: la lengua varía en función del
canal mediante el que se transmite el mensaje, básicamente, lengua oral
o lengua escrita. Con todo, dentro de esta oposición genérica, se puede
optar, además, por una gran cantidad de subgéneros textuales:
conversación, carta, tertulia, debate, etc.

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2. Oralidad y escritura.
La comunicación verbal puede ser oral o escrita. Entre ambas modalidades
comunicativas puede haber grandes diferencias. Es evidente, en este sentido,
que, en general, no hablamos como escribimos. Sin embargo, también, según los
casos, pueden llegar a acercarse mucho entre sí ambos canales.

2.1. Diferencias.

Siguiendo a Cassany (2005) en muchas de ellas, podemos establecer grosso modo


las siguientes diferencias entre ambos canales:

LENGUA ORAL LENGUA ESCRITA


Se transmite mediante la Se representa mediante signos gráficos
articulación de sonidos y se recibe que se reciben visualmente, todos al
por vía auditiva, sucesivamente. tiempo.
Es espontánea y fugaz: el hablante Es elaborada y perdurable: el emisor
puede rectificar lo que ha puede rectificar cuantas veces quiera el
expresado, pero no borrarlo. El mensaje, sin que quede rastro en la
receptor debe comprender el versión definitiva. El receptor puede
mensaje en el acto. elegir cuándo y cómo leer el mensaje
escrito.
Es inmediata en el espacio y en el Es diferida: la producción y la
tiempo: siempre tiene lugar en un recepción no comparten contexto y es
contexto situacional y físico, es preciso crearlo lingüísticamente. La
decir, está enmarcada por un escritura establece lo que se ha llamado
conjunto de circunstancias de todo un lenguaje “libre de contextos” o un
tipo. Estos contextos determinan el discurso “autónomo”. El escritor sabe
acto lingüístico y es por ello por lo que, por estar aislado de su lector en el
que gran parte de la significación en tiempo y en el espacio, debe ser lo
la oralidad se encuentra fuera del suficientemente explícito pues la
texto, en el contexto que significación de lo que desea
compartimos con el receptor. La comunicar radicará enteramente en el
oralidad nos permite desarrollar texto, el cual deberá concentrar,
destrezas comunicativas y mediante el código lingüístico, todas las
cognitivas vinculadas a estas pistas que le permitan al lector
situaciones de intercambio oral interpretar debidamente la finalidad
contextualizado. comunicativa del escritor.
Se acompaña de signos no verbales Tiene un acceso muy restringido a la
(CNV). Es mucho más susceptible CNV (la utilización de fuentes distintas
de mostrar el estado emocional del o negrita en el ordenador…).
hablante (expresividad).
Con frecuencia, su planificación y Exige una planificación previa y una
organización son simultáneas con organización cuidadosa. La
su producción. Hay rectificaciones planificación debe considerar no
constantes, en parte por la únicamente lo que se va a decir, sino
retroalimentación constante también cómo, para qué y a quién se le

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mediante las reaccionesdel va a decir. Lo anterior nos recuerda que


receptor. la escritura es un proceso complejo
resultado de una serie de fases que no
siguen una secuencia lineal. Esas fases
pueden denominarse: invención,
redacción de borradores, evaluación,
revisión y edición. No siempre se
cumplen todas.
Es transparente en lo que se refiere Es opaca en cuanto a la introducción de
a la forma de dar entrada a las dichas variaciones: si leemos un texto,
diversas variaciones lingüísticas: si no es fácil deducir el origen geográfico
escuchamos una conversación en de los interlocutores ni su condición
español, podremos deducir casi social.
inmediatamente la procedencia
geográfica de los interlocutores o
bien su condición social.
Es más espontánea y más Por ser más refinada y más
descuidada que la escritura; esto estructurada que la oralidad, los errores
conlleva a que los errores cometidos que se cometen en la elaboración de
durante su emisión posean poca textos escritos tienen una censura social
censura social. mucho mayor.

2.2. La oralidad.
Nace con los humanos y, desde el primer gruñido, es la única forma de
comunicación verbal a lo largo de los milenios.

2.2.1. Características.
Según el propio Cassany (2005), las características lingüísticas de la
oralidad se pueden consignar de la siguiente forma:

a) Características fonéticas:

o Fenómenos provocados por la rapidez de la expresión: elisión de


ciertos sonidos, contracciones (t’ol día estudiando, voy p’allá… ), etc.
o Importancia de la entonación y de los signos paralingüísticos.

b) Características morfológicas:

o Abundante uso de los deícticos personales (yo –centro de la


comunicación-, tú,…), espaciales (aquí, allí, aquello,…) y temporales
(luego, esta mañana,…). La elevada frecuencia de estas categorías
muestra la enorme dependencia de la situación comunicativa.
o Uso de aumentativos (un montonazo) y diminutivos, apelativos
cariñosos (cariño, tío, colega), hipocorísticos (Pili…) y abreviaciones (bici,
tele…).

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o Referencias al interlocutor mediante imperativos lexicalizados (mira,


oye, atiende… ) y vocativos (tío, colega, maño…).

c) Características sintácticas:

o Tendencia a usar las estructuras sintácticas más simples


(yuxtaposición, coordinación).
o Alteraciones en el orden sintáctico para destacar lo que más interesa (El
pobre gato todavía me acuerdo de él).
o Elipsis (Yo, eso, sí).
o Incorrecciones sintácticas (anacolutos ): Yo eso no me gusta.
o Interrupción de la frase iniciada.

d) Características léxicas:

o Léxico no marcado como formal (entre despacio y lentamente, será


mucho más frecuente en el lenguaje oral el uso de la primera).
o Frecuentes repeticiones léxicas. Muchas veces, con valor ponderativo
(es muy muy raro).
o Uso de proformas o palabras comodín (esto, cosa, chisme, hacer…).
o Fórmulas de apoyo (muletillas, entendidas como palabras o
expresiones que se repiten o intercalan en el discurso con excesiva
frecuencia como si se tratara de un tic de la persona que habla:
¿vale?...¿vale?...¿vale?, ¿me explico?..., o sea…).
o Fórmulas de cierre (y eso, y punto, y tal…).
o Uso frecuente y repetido de frases hechas y expresiones coloquiales.
o Uso de interjecciones (¡ah¡, ¡joé!…).

e) Características estructurales:

o Escasa estructuración de los contenidos y frecuentes cambios de tema.


o Dos tendencias contrapuestas: gran economía de recursos / reiteración
de ideas y prolijidad de detalles.

2.2.2. La oratoria: el arte de hablar bien.


La retórica es el arte de expresarse con corrección y eficacia, embelleciendo
la expresión de los conceptos y dando al lenguaje escrito o hablado el efecto
necesario para deletar, persuadir o conmover.
Ahora bien, si lo que interesa es específicamente hablar bien, la clave ha de
ser la oratoria, que se define como el arte de hablar con elocuencia, la capacidad
para hablar y exponer con efectividad un punto de vista en público de modo
comprensible, claro y atractivo. De esta definición, ya se puede extraer una
conclusión bien clara: habla bien el que se adapta a cada caso concreto
comunicativo; en otras palabras, “hablar bien es conseguir expresar con eficacia

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lo que nos hemos propuesto transmitir, de modo que el mensaje resulte


adecuado teniendo en cuenta quién es el interlocutor y en qué situación
comunicativa nos hallamos” (Gutiérrez Araus et alii 2007: 82).

2.2.2.1. La corrección oral.


Dado que la lengua oral es mayoritariamente no premeditada, inmediata y
dinámica, tiende a no presentar el mismo grado de corrección que la lengua
escrita.
Las incorrecciones se cometen en todos los planos de la lengua: la fonética
(pronunciación; *pograma), la morfología y la sintaxis (*No dijistes nada; *La di un
recado a tu hermana, *Te se ha caído eso) y la semántica (vocabulario; *Estoy
insultante de alegría), y no todos tienen el mismo nivel de censura social.
Del primero de estos niveles, el fonético, se ha ocupado tradicionalmente
la ortología, definida por la RAE como el “arte de pronunciar correctamente y,
en el sentido más general, de hablar con propiedad”. En concreto, se trabaja
desde dos disciplinas: por un lado, la ortoepía, rama de la fonética encargada
de la pronunciación correcta (para muchos autores, ortología y ortoepía son
sinónimos). Por otro, la ortofonía, encargada de corregir los defectos de la voz y
de la pronunciación.
Así pues, la ortología es el conjunto de reglas que prescriben cómo debe
ser la pronunciación de una lengua concreta. En el caso de la lengua española,
habría unos criterios de corrección que deberían ser comunes para todos los
hispanohablantes en cualquier situación comunicativa. Y precisamente aquí
reside el problema: el español es una lengua hablada por millones de personas
en territorios muy diversos. Por eso, aunque la lengua es única, y la base es
común, las normas son varias, sobre todo a nivel fonético, e igualmente válidas.
No pronunciará igual un mismo mensaje un hablante gallego, madrileño,
sevillano, canario, argentino o guatemalteco. Pero ninguno de estos mensajes
será más correcto en su pronunciación que otro. No puede imponerse una
norma sobre las demás por lo que la ortología del español deberá ser flexible en
función de las variedades dialectales y las situaciones comunicativas pues, por
ejemplo, en el uso cotidiano del idioma, ningún hablante de la península
considerará un error la pronunciación /terminao/.
Por supuesto, admitiendo esta flexibilidad, es “de suma transcendencia
que maestros y profesores de Lengua Española de los distintos niveles de
enseñanza posean un conocimiento claro y preciso de lo que es la
pronunciación culta, informándose de la articulación, timbre y demás
cualidades de los sonidos de dicha pronunciación, de las faltas que en ellos se
cometen […] y sobre la manera de corregirlos” (Álvarez 2005: 95)
En el siguiente tema nos ocuparemos, precisamente, de conocer el sistema
fonológico del español para poder acercarnos a las principales dificultades en la
pronunciación.

2.2.2.2. La adecuación oral.


Un enunciado como ¡Pásame tu boli, porfa! puede ser perfectamente eficaz
en una situación comunicativa inmediata, donde emisor y receptor mantienen

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una relación de igualdad y el contexto no es formal pero no funcionaría en una


reunión profesional para dirigirnos a un superior. La competencia comunicativa
–la capacidad de adecuación de registro- resulta, por lo tanto, esencial. Así
pues, un hablante será comunicativamente competente si es capaz de cambiar y
adecuar el registro a la situación comunicativa en la que se encuentra (los
interlocutores y su relación con ellos, el contexto…) así como de manejar
adecuadamente las estrategias de cortesía. Cuando un hablante usa única e
indiscriminadamente un único registro (por ejemplo, el registro vulgar en la
comunicación oral), este uso es valorado socialmente como una mala utilización
del idioma. El registro de la intervención, por lo tanto, dependerá de todos y
cada uno de estos factores y, en consecuencia, podrá ser:

 formal/informal
 serio/desenfadado
 sobrio/entusiasta
 emotivo/objetivista
 cercano/distante
 específico/generalista
 monológico/interactivo
 tecnológico/clásico…

Muchos de estos registros son compatibles entre sí, de manera que pueden
darse simultáneamente en un mismo caso.
No deben confundirse oralidad y escritura con registro informal o formal.
Existe una escala de (in)formalidad independientemente de que el mensaje se
transmita mediante el habla o la escritura. Piénsese en lo formal que resulta una
conferencia especializada y lo informal que es una conversación por escrito en
un chat. Sin embargo, en general, es cierto que el canal oral está vinculado a
registros más informales y el escrito, a más formales.

2.2.2.3. Las presentaciones orales.


Saber expresarse oralmente ha sido desde la antigüedad una de las
actividades centrales de la vida en sociedad. En los regímenes democráticos,
sobre todo, hablar en público es primordial para dar a conocer nuestras ideas y
opiniones. Gran parte de la efectividad de la democracia radica en que grandes
masas de la población tengan las destrezas necesarias para comunicarse. Por
eso, es necesario aprender cómo expresarse con propiedad y con elocuencia en
público y algunos de los aspectos más importantes al respecto son estos:

 Lenguaje verbal
o Estructura del mensaje: coherencia, determinación previa de
objetivos (modalidades textuales), planificación (ensayos):
 planteamiento
 justificación del tema
 desarrollo de los argumentos que apoyan la opinión del
hablante

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 síntesis de lo dicho
o Vocabulario: muletillas, léxico adecuado,
 Lenguaje vocal
o Voz: volumen, proyección, vocalización, color, fuerza
o Dicción: respiración, ritmo, fluidez, entonación
 Lenguaje no verbal
o Postura corporal: naturalidad, cercanía, serenidad, dinamismo
o Mirada: contacto visual democrático centrado en la audiencia
o Gestos: tics, adecuación al mensaje, naturalidad, equilibrio
o Ubicación espacial en el escenario
o Diacrítica: adecuada al contexto

Como ya se ha visto en el tema anterior, es, sobre todo, el lenguaje


corporal del orador el principal transmisor de mensajes: nervios, timidez,
seguridad, confianza, dominio, entusiasmo, dudas, etc. Desde el momento en el
que se accede al escenario, el movimiento de las manos, la expresión de la cara,
la postura, los movimientos en el estrado, la mirada, etc., todo ello, para bien o
para mal, está transmitiendo mensajes diversos. El público los capta con total
nitidez. Eso significa que lo que no suma resta, es decir, que aquellos aspectos
del lenguaje verbal que no vayan en consonancia con lo que queremos decir
irán en contradicción con ello: tics nerviosos, manos inquietas que no paran de
moverse, gesto contrariado, mirada al techo, inmovilismo, etc.
Durante la intervención, es conveniente moverse por el escenario, no quedarse
inmóvil ni aferrarse al atril ni usar la mesa como parapeto protector porque
indica inseguridad. Si es posible, es aconsejable moverse entre el público ya que
ayuda a romper las distancias transmitiendo una imagen de cercanía. Con
todo, hay que controlar los movimientos evitando deambular sin ton ni son. La
movilidad, si se asume correctamente, rompe la monotonía y ayuda a captar la
atención del público.
Los gestos de la cara deben ser relajados: una sonrisa sirve para ganarse al
público, mientras que una expresión crispada provoca rechazo. El movimiento
de las manos debe ser equilibrado. Tan mala impresión producen unas manos
que no paran de moverse como unas manos inmóviles. Las manos se utilizarán
para enfatizar aquello que se está diciendo, de manera que voz y gestos actúen
coordinadamente, remarcando los puntos cruciales del discurso.
La propia situación del orador en el escenario transmite también
información: por ejemplo, si se está de pie, en el centro del escenario, se
transmite sensación de autoridad; sentado, en un lateral del escenario y en
actitud más relajada, la sensación es de menos solemnidad.
Por otro lado, una cosa es dominar una materia y otra, saber comunicar
aquello de lo que se sabe. Ambos factores son esenciales. Dominar el tema muy
por encima de la media de los asistentes es una condición necesaria pero no
suficiente: hay que saber exponerlo de una manera atractiva, conseguir captar la
atención del público.
En cuanto a los destinatarios de la presentación oral, hay que decir que el
público no es el enemigo. Muy al contrario. En general, las personas que acuden

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a un acto de este tipo es porque, en principio, les interesa el tema que se va a


tratar y entienden que el orador tiene la valía suficiente para poder aportarle
algo valioso.
Hablar en público es una gran oportunidad para transmitir ideas, que
tienen que ser interesantes, y, para ello, el ponente debe hacer que el público se
interese por lo que va a transmitir y, para ello, hay que dominar las técnicas de
la comunicación.
Hay que captar al público y esto se consigue siendo uno mismo y, ya
después y a partir de ahí, con simpatía, agradecimiento y amabilidad, contando
anécdotas que le resulten cercanas a la audiencia, haciendo uso de un toque de
humor sabiamente administrado -el cual no está reñido con la seriedad ni con el
rigor-, haciendo que el público interactúe mediante preguntas o abriendo un
debate al final de la intervención, estando permanentemente atento a las
reacciones del público y adaptándose a ellas. Si se ve que hay un bajón en el
interés por su parte, hay que cambiar el tono enfatizando, contando una
anécdota, proyectando una transparencia, formulando una pregunta o incluso
haciendo una pausa (si la intervención va a ser larga). Si la desconexión se
mantiene, será cada vez más difícil volver a captar su atención (al público le
resultaría muy difícil retomar el hilo del discurso aunque quisiera), de ahí la
necesidad de reaccionar inmediatamente.

2.2.2.3.1. Storytelling.
Es una técnica que se aplica al ámbito de la oratoria y que sirve para:
 narrar una historia de forma convincente y efectiva
 contar una historia y la a vez entretener al público
 activar la imaginación del público a través de una historia
 narrar una historia que luego el público no pueda evitar compartir
 conectar de una forma distinta con la audiencia

En cuanto a los elementos que debemos incluir en el storytelling, destacamos


los que siguen:
 el efecto WOW, que causa impacto y sorpresa en el público
 el efecto personal, que conecta directamente con su corazón, busca el
lado emocional
 el efecto relevancia, mediante el cual se ofrece algo que de verdad es
relevante y distintivo
 el efecto experiencia, a través del que vendemos vivencias, no sólo
palabras
 el efecto memoria, que hará que nadie se olvide de la historia que se ha
contado

2.3. La escritura.
La escritura, transmisión de una grandiosa herencia, no es sino la memoria
de toda la humanidad. Sin embargo, pese a
que los humanos nacen y mueren desde hace un millón de años, sólo
escriben desde hace seis mil dado que la mera existencia de la escritura implica
una extraordinaria evolución cultural por parte de la comunidad que la

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produce. La historia de la escritura es, por ello, una de las aventuras más
apasionantes de la humanidad, una historia larga y compleja que se confunde
con la de los seres humanos.
Sus orígenes se sitúan en el cuarto milenio a. de C. en Oriente Medio, a
orillas del Tigris y del Éufrates, en la antigua Mesopotamia, en un templo
sumerio. Esos primeros textos allí hallados son largas listas en las que se hace
referencia a la contabilidad de sacos de cereales y de cabezas de ganado
derivada de la actividad económica del templo. Y este vínculo entre escritura y
poder económico y social no ha de perderse a lo largo de los siglos de evolución
por parte de las grandes civilizaciones: desde las pinturas rupestres de las
Cuevas de Altamira hasta la producción del conocimiento en la sociedad
postindustrial pasando por los sumos sacerdotes egipcios, los senadores
romanos, los monjes medievales o los maestros canteros, o la alfabetización
generalizada a partir de la implantación de los programas educativos masivos
tras la llegada de la revolución industrial decimonónica.

2.3.1. Características.
Algunas de las más destacadas son las que siguen:

o La escritura, desde su nacimiento, ha experimentado un desarrollo


mucho mayor que la oralidad, en especial, en lo que se refiere a multitud
de lenguajes específicos centros en muy diversas áreas de
especialización. Esto se aprecia sobremanera a partir de la revolución
industrial decimonónica, momento en el que comienza a generarse el
conocimiento y se hace a través del lenguaje escrito.
o Ese desarrollo se basa, en buena medida, en ciertas ventajas que ofrecen
los mensajes escritos, especialmente, su inmanencia y su carácter
diferido.
o Dicho carácter ofrece la oportunidad de efectuar un análisis más o
menos detallado del mensaje recibido y reflexionar sobre él: ¿qué?, ¿por
qué?, ¿para qué?, ¿cómo?, ¿a quién?, ¿cuándo?, ¿cuánto?, así como de
preparar de forma adecuada la respuesta si es que la hay. Dicho análisis
se propone como una oportunidad de comprenderlos, conocerlos y
asimilarlos en circunstancias ideales para poder determinar el significado
global (autónomo y autosuficiente en un contexto) que transmiten y la
intención comunicativa (unidad máxima de la comunicación) a la que
responden.
o La extraordinaria preparación que supone estar familiarizado con la
escritura ha supuesto, a lo largo de los siglos, un efectivo filtro
seleccionador de los usuarios y, por lo tanto, ha sido fuente automática
de prestigio y preponderancia social.
o Ese prestigio que se deriva de la escritura hace que sea necesario vincular
el lenguaje escrito con la idea de orden, con la racionalidad, la
homogeneidad, la sociedad industrial, el progreso de la modernidad y,
en muchos casos, con la propia fundación de las naciones (reales
academias de la lengua).

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o Dentro de la relación entre la escritura y el orden y la racionalidad, hay


que destacar aquí el desarrollo que, a lo largo de los tiempos, ha
experimentado el área de conocimiento de la disciplina académica,
cuyas características se van a abordar a continuación.

2.3.2. La escritura académica.


Se entiende por escritura académica toda aquella vasta producción textual
que se deriva del ámbito de la investigación y de la docencia.
Algunos de los subgéneros de la escritura académica son los libros de
texto, los artículos científicos, los conferencias, las ponencias, las presentaciones,
los resúmenes, los ejercicios, las propuestas de exámenes, los artículos de
divulgación, los apuntes, los esquemas, los exámenes, los trabajos de curso, los
TFGs, los TFMs… Sin embargo, hay que destacar aquí dos grandes tipos de
textos académicos: los informes técnicos, que son un subtipo de los textos
expositivos (véase el epígrafe 2.4.1. c)) y, por otro lado, el trabajo de
investigación, que lo es, a su vez, de los textos argumentativos (véase,
asimismo, el epígrafe 2.4.1. d)).

Características de los textos científico-académicos:


 Predomina en ellos la información lo más accesible y clara posible
 Son objeto de un riguroso proceso de planificación que responde, por
tanto, a las preguntas W: ¿por qué? (causa originaria), ¿para qué?
(objetivos), ¿a quién? (destinatario), ¿quién? (imagen social), ¿cómo?
(estructura, imagen social…), ¿cuánto? (extensión prevista según
género textual), etc.
 Hay una preponderancia de los textos escritos sobre los orales
 Se produce un equilibrio entre lo que sabe el emisor y lo que sabe el
receptor
 Habitualmente, el emisor no conoce al receptor pero sí, su perfil
 Precisión de los datos, exhaustividad, rigor y objetividad (función
representativa)
 Coherencia entre las partes: lo que se dice pero, también, la relación
armónica entre cada elemento que conforma el todo
 La documentación no es sólo la primera fase en muchos de los
subgéneros derivados de la escritura académica pero ésta no sólo
consiste en conseguir información sino también en seleccionarla,
entenderla, estudiarla, asimilarla y acomodarla a los objetivos
preestablecidos en cada caso
 Lenguajes específicos, jergas profesionales
 Es muy recurrente la presencia de la función metalingüística
 Características gramaticales:
o Verbos en tercera persona
o La pasiva
 El se de pasiva refleja
o Las estructuras copulativas
o Infinitivos, gerundios y participios
o Nombres en lugar de verbos

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o Eliminación de pronombres de primera o segunda persona


o Períodos no excesivamente largos
o Verbos dicendi, de comunicación (véase Tema 1, epígrafe 1.)

2.3.2.1. La primacía de la escritura en la lingüística.


Hasta épocas relativamente recientes, han existido dos concepciones sobre
la relación oralidad/escritura que han generado una paradoja: primero, la
lingüística tradicional se centró en el estudio de la lengua escrita, que se
convirtió, por tanto, en modelo de corrección y de imitación frente a la lengua
oral. Ésta era interpretada como incorrecta, simple o primitiva y se prescindía
del estudio de sus variaciones (dialectos, registros…), que, como era de esperar,
estaban proscritas por el modelo normativo.
En el siglo XX, hubo una vuelta de tuerca. Las corrientes lingüísticas más
importantes consideraron la escritura un mero sistema de transcripción de la
lengua oral, de forma que configuraría un sistema secundario. Aparentemente,
se reivindicaba la idea de que la oralidad debía poseer mayor protagonismo
pero -y es lo paradójico-, para ello, se utilizaba la lengua escrita. Lo que
importaba, así pues, era cómo el código transcribía esa oralidad (primacía de la
fonética).
Afortunadamente, la investigación sobre lengua oral y lengua escrita en
estas últimas décadas ha puesto en evidencia que hablar y escribir son dos
modalidades del lenguaje esencialmente distintas, que ni siquiera
desarrollamos simultáneamente (un niño de dos años manifiesta ya una
capacidad de expresarse oralmente que no encontrará su equivalente en la
escritura hasta, aproximadamente, los ocho años).
De hecho, la psicolingüística ha demostrado cómo la lengua oral, el habla,
se aprende de forma natural y espontánea, y así –natural y espontáneamente- es
como se produce; mientras, el aprendizaje de la escritura es artificial: requiere
conocer una serie de reglas y convenciones y requiere, también, una
elaboración. Por eso, se asocian a prácticas comunicativas distintas, con unas
condiciones comunicativas también distintas.
Esas diferencias son las que hacen que podamos hablar de la oralidad y la
escritura como sistemas autónomos (al menos en parte) con una serie de rasgos
propios. Distintos serán, por tanto, los productos de ambos sistemas: el texto
oral y el texto escrito.

2.4. La cohesión textual.


Se define como el conjunto de procedimientos lingüísticos que articulan la
relación entre los elementos que constituyen un texto de forma tal, que dicho
texto se pueda interpretar efectivamente como una unidad textual frente a
otras. La cohesión textual viene dada principalmente por medio de:

o la correcta aplicación de las normas del castellano como medio para


evitar el ruido: tildes, puntuación, ortografía, solecismos (anacolutos,
repeticiones indeseadas)
o la adecuada disposición de cuestiones derivadas de la gramática,
especialmente de:

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- Ciertos usos de los modos subjuntivo/indicativo


- La recurrencia gramatical: “si” con si, de, a condición de…
- Las partículas atrapadas entre pausas (de suma, de obstáculo, de
causa…) como creadoras de párrafos
- La elipsis
- La semántica y la coherencia textual:
o Repetición de un elemento
o Alternativas a la repetición: la recurrencia semántica (familias
léxicas, campos semánticos), la sinonimia, la hiponimia e
hiperonimia, los interpretantes, la sustitución, las proformas
léxicas (comodines: hacer, decir, poner…; cosa, persona, hecho,
tema), los pronombres (personales, relativos, demostrativos,
indefinidos, posesivos, etc.)
o la aplicación de las modalidades textuales según lo que se deriva de cada
una de ellas.

2.4.1. Las modalidades textuales.


Sirva el siguiente esquema como planteamiento inicial:

Descripción Exposición
Informe técnico
Narración Argumentación
Trabajo de investigación
Diálogo

a) La descripción.
Se entiende como la representación de la realidad circundante por medio
del lenguaje.
Características básicas:

 Verbos en presente
 Texto atemporal
 Carácter estático (puede poseer una dirección, que depende del
orden de las partes del todo descrito)
 Marcada presencia de campos semánticos
 Analogía (comparación compleja entre lo que se pretende explicar o
describir y algo que se conoce con anterioridad)
 Subgéneros: prosopografía (física), etopeya (psicológica), retrato
 Tipos: técnica, literaria, inductiva, deductiva…

b) La narración.
Es el relato, de forma cronológica, de hechos que les suceden a unos
personajes en un tiempo y lugar determinados.

Características básicas:

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 La presencia de personajes: principal, antagonista, secundario, plano,


redondo…
 De un narrador: omnisciente, 1ª persona, protagonista, secundario...
 Estructura: introducción, nudo y desenlace

c) La exposición.
Mediante esta modalidad, se proporciona una explicación informativa
para resolver un problema de conocimiento.

Características básicas:

 Posee dos movimientos: señalar problemas y desarrollar soluciones.


 La estructura y el orden de las partes son un reflejo del orden del
razonamiento.
 Claridad expresiva
 Tipos de estructuras:
o Analizante (deductiva)
o Sintetizante (inductiva)
o Paralelística (idea1, idea2…)
o Encuadrada (idea principal…idea principal)

 Estrategias discursivas (figuras retóricas)


o Reformulación o paráfrasis (es decir, esto es…)
o Comparaciones
o Ejemplificación
o Enumeraciones
o Citas de autoridad
o Clasificación o taxonomía
o Jerarquización de la información (vid. tipos de estructuras)

d) La argumentación.
Se concibe, básicamente, como el intento de convencer a otro de una
afirmación u opinión.

Características básicas:

 Componentes: cuestión polémica, escritor, antagonista y proceso de


convencimiento.
 Elementos básicos en el proceso de convencimiento:
o Tesis
o Argumentos (argumentación deductiva o inductiva)
o Regla general o presuposición
o Fuente (cita de autoridad)
o Reserva o contraargumento
 Tipos de argumentos:
o Analógicos

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Tema 2: Oralidad y escritura (Educación Infantil). Prof. Manolo Pérez Saiz

o Autoridad
o Ejemplos
o Estadística
o Afectivos
o Mejora
 Estructura:
o Presentación
o Exposición
o Argumentación
o Conclusión
 Argumentos falaces (falacia ad hominem, ad baculum…)

e) Las cuatro modalidades.


Se suelen dar mezcladas o combinadas. Asimismo, se pueden describir en
interacción como sigue:

MODALIDADES Información concreta Información abstracta


Acumulación DESCRIPCIÓN EXPOSICIÓN
Secuencialidad NARRACIÓN ARGUMENTACIÓN

f) El diálogo.
Por sus características específicas, se trata de una modalidad textual
aparte. De acuerdo con Gutiérrez Araus (2007), el diálogo es un intercambio de
ideas, sentimientos y deseos expresados por unos interlocutores que articula las
distintas intervenciones de los participantes en forma de una sucesión de turnos
en los que se habla, se replica, se interrumpe, se cede la palabra, etc., respetando
de ordinario las normas convencionales de cortesía.
Por lo tanto, de forma sistemática, el diálogo propone un modo de
comunicación inmediato y extraordinariamente interactivo dado que la
intervención de las partes en comunicación es sucesiva e inminente por
definición; asimismo, es económico ya que se aprovechan las intervenciones
inmediatamente anteriores y se dan por supuestas en la mayor medida posible
(¿Cuándo llegó Juan? El viernes, en lugar de Juan llegó el viernes).

Clases de diálogo:
o Conversación cotidiana: propia de contextos informales (en familia, entre
amigos, etc.).
o Diálogo formal o semiformal: en situaciones en las que se exige un medio
expresivo cuidado (reuniones de trabajo, consultas administrativas,
entrevistas concertadas, debates, tertulias, etc.).
o Diálogo literario: técnica propia del medio escrito, dentro del campo de
la ficción, que se entrevera con otras modalidades, especialmente la
narrativa y la descriptiva.
 Diálogo teatral: la principal forma de expresión de las obras de
teatro.

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Tema 2: Oralidad y escritura (Educación Infantil). Prof. Manolo Pérez Saiz

3. Bibliografía.

ALBRECHT, L. (1995): Textual Analysis, Copenhagen: Samfundslitteratur.

ÁLVAREZ, M. (1993) : Tipos de escrito I: Narración y descripción, Madrid: Arco


Libros.

ÁLVAREZ, M. (2007): Tipos de escrito II: Exposición y argumentación, Madrid:


Arco Libros.

ÁLVAREZ, A. (2005): Hablar en español, Oviedo: Univ. de Oviedo.

AUSTIN, J. L. (1982): How To do Things with Words, Oxford: Oxford University


Press.

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CASSANY, D. (2005): Describir el escribir, Barcelona: Paidós.

DENZIN, N. (1997): Interpretative ethnography, London: Sage.

ESCAVY ZAMORA, R. 1999. “La anáfora asociativa como mecanismo de cohesión


textual”, Revista de investigación Lingüística 2 (Vol. II): 111-128.

ESCOHOTADO, A. (1999): Caos y orden. Madrid: Espasa Calpe.

GUTIÉRREZ ARAUS ET ALII (2007): Curso básico de Lengua Española, Madrid:


Editorial Universitaria Ramón Areces.

HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, F. 2008. “La investigación basada en las artes.


Propuestas para repensar la investigación en educación”. Educatio Siglo
XXI 26: 85-118.

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DEL PROFESORADO (2006): Bases para un


debate sobre investigación artística. Madrid: Secretaría General Técnica
del MECD.

JEAN, GEORGE (1998): La escritura, memoria de la humanidad, Barcelona:


Biblioteca de bolsillo Claves.

LÓPEZ NÚÑEZ, N. (2012). “Lo performativo como término metodológico


significativo en la investigación artística de los procesos de interpretación
vocal o instrumental: un primer estudio a partir de los libros de la
biblioteca de la Universidad de La Rioja”. Sinfonía virtual, número 23,
julio 2012, ISSN 1886-9505. [Documento de Internet disponible en
http://www.sinfoniavirtual.com]

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Tema 2: Oralidad y escritura (Educación Infantil). Prof. Manolo Pérez Saiz

MONTOLÍO, ESTELLA (coord.) (2000): Manual práctico de escritura académica,


Barcelona: Ariel.

PÉREZ SAIZ, MANUEL (2011): Método de los relojes. Gramática descriptiva del
español, Santander: Publican, 2ª edición.

POLLOCK, D. (1998). “Performing writing”, The ends of performance. Ed. P. Phelan.


New York: NYUP. 73-103.

SECO, MANUEL (1982): Gramática esencial del español. Madrid: Aguilar.

SECO, M., ET AL. (1999): Diccionario del español actual. Madrid: Santillana.

STUBBS, M. (1976): Language, Schools and Classrooms. London: Methuen and


Co. Ltd.

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Tema 2: Oralidad y escritura (Educación Infantil). Prof. Manolo Pérez Saiz

Anexo 1.

Las inteligencias múltiples (Gardner).


A partir de la publicación de Estructura de la Mente (Frames of Mind, 1983),
Gardner postula, en un inicio, la existencia de siete inteligencias que se basan en
las distintas funciones cerebrales: visual espacial, lógico-matemática, lingüística,
cinestésica, musical, interpersonal e intrapersonal. En un segundo momento, el
autor añade a la lista la inteligencia naturalista y, en la actualidad, propone
también la inteligencia existencial como una “media inteligencia” pues, según
su criterio, no hay una zona específica en el cerebro que la soporte
orgánicamente.
Las inteligencias son lenguajes que hablan todas las personas y se
encuentran influenciadas, en parte, por la cultura a la que cada una pertenece.
Constituyen herramientas que todos los seres humanos pueden utilizar para
aprender, para resolver problemas y para crear. Veamos una breve descripción
de cada una de ellas:

• La inteligencia lingüística consiste en la capacidad de pensar en palabras y


de utilizar el lenguaje para expresar y apreciar significados complejos.
Los escritores, los poetas, los periodistas, los oradores y los locutores
presentan altos niveles de inteligencia lingüística.

• La inteligencia lógico-matemática permite calcular, medir, evaluar


proposiciones e hipótesis y efectuar operaciones matemáticas complejas.
Los científicos, los matemáticos, los contadores, los ingenieros y los
analistas de sistemas poseen un profundo manejo de la inteligencia
lógico-matemática.

• La inteligencia espacial proporciona la capacidad de pensar en tres


dimensiones, como lo hacen los marinos, los pilotos, los escultores, los
pintores y los arquitectos. Permite al individuo percibir imágenes
externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, recorrer el
espacio o hacer que los objetos lo recorran y producir o decodificar
información gráfica.

• La inteligencia corporal-cinestésica permite al individuo manipular


objetos y perfeccionar las habilidades físicas. Se manifiesta en los atletas,
los bailarines, los cirujanos y los artesanos. En la sociedad occidental, las
habilidades físicas no cuentan con tanto reconocimiento como las
cognitivas, aun cuando en otros ámbitos la capacidad de aprovechar las
posibilidades del cuerpo constituye una necesidad de supervivencia, así
como también una condición importante para el desempeño de muchos
roles prestigiosos.

• La inteligencia musical resulta evidente en los individuos sensibles a la


melodía, al ritmo, al tono y a la armonía. Entre ellos se incluyen los
compositores, los directores de orquesta, los músicos, los críticos

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Tema 2: Oralidad y escritura (Educación Infantil). Prof. Manolo Pérez Saiz

musicales, los fabricantes de instrumentos musicales y también los


oyentes sensibles.

• La inteligencia interpersonal es la capacidad de comprender a los demás e


interactuar eficazmente con ellos. Resulta evidente en los docentes
exitosos, en los trabajadores sociales, en los actores o en los políticos. A
medida que la cultura occidental ha comenzado a reconocer la relación
que existe entre la mente y el cuerpo, también ha comenzado a valorar la
importancia de alcanzar la excelencia en el manejo de la conducta
interpersonal.

• La inteligencia intrapersonal se refiere a la capacidad de una persona para


construir una percepción precisa respecto de sí misma y de utilizar dicho
conocimiento para organizar y dirigir la propia vida. Tienen esta
inteligencia individuos maduros que tienen un autoconocimiento rico y
profundo.

• La inteligencia naturalista consiste en observar los modelos de la


naturaleza, en identificar y clasificar objetos y en comprender los
sistemas naturales y aquellos creados por el hombre. Los granjeros, los
botánicos, los cazadores, los ecologistas y los paisajistas se cuentan entre
los naturalistas eximios.

• La inteligencia existencial es la capacidad para situarse a sí mismo con


respecto al cosmos, la capacidad de situarse a sí mismo con respecto a
rasgos existenciales de la condición humana como el significado de la
vida, el significado de la muerte y el destino final del mundo físico y
psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona o la
inmersión en un trabajo de arte. Se muestra en teólogos, psicólogos y
filósofos.

El propio Gardner tiene especial cuidado en señalar que la inteligencia no debe


limitarse a aquellas que él ha identificado. No obstante, considera que todas ellas
proporcionan un panorama mucho más preciso de la capacidad humana del que
propone el estrecho rango de habilidades que miden los tests estandarizados de
Coeficiente Intelectual (CI) previos a su teoría.
Advierte también que cada inteligencia contiene diversas subinteligencias.
Por ejemplo, existen subinteligencias dentro del dominio de la música que
incluyen la ejecución, el canto, la escritura musical, la dirección orquestal, la
crítica y la apreciación musical.
Por otro lado, a las inteligencias múltiples se las puede clasificar en tres
categorías amplias:
• Objetivas: relacionadas con el objeto. Cuatro de las ocho inteligencias,
espacial, lógico-matemática, corporal-cinestésica y naturalista se
consideran formas de inteligencia cuyas capacidades se encuentran

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Tema 2: Oralidad y escritura (Educación Infantil). Prof. Manolo Pérez Saiz

controladas y conformadas por los objetos con los que los individuos
interactúan en su entorno.
• Abstractas: no se relacionan con el mundo físico sino con cuestiones no
tangibles. Así, los sistemas lingüístico y musical se vinculan con las
inteligencias verbal-lingüística y musical.
• Personales: relacionadas con la persona. Las inteligencias inter e
intrapersonal reflejan un poderoso juego de equilibrios.

Cada inteligencia parece tener su propia secuencia evolutiva, que emerge


y alcanza su punto culminante en diferentes etapas de la vida. La inteligencia
musical es la forma más temprana en que se manifiesta el talento humano. Por
otra parte, las inteligencias personales requieren un alto grado de interacción y
feedback por parte de los demás antes de alcanzar su pleno desarrollo.
Resulta evidente que la creatividad puede expresarse por medio de todas
las inteligencias. Sin embargo, Gardner advierte que la mayoría de las personas
son creativas dentro de un determinado campo. Por ejemplo, si Einstein tenía
talento para la ciencia y las matemáticas, en cambio, no presentaba un grado
similar de genialidad lingüística, cinestésica o interpersonal. La mayor parte de
los individuos suele destacar en una o dos inteligencias.
No todas las personas llegarán a convertirse en grandes artistas, músicos o
escritores pero cada vida humana se enriquecerá con el desarrollo de las
diferentes clases de inteligencia en una determinada medida. Cuando los
individuos cuenten con oportunidades para aprender utilizando sus
capacidades, se manifestarán cambios inesperados y positivos en los niveles
cognitivo, emocional, social e, incluso, físico.
El impacto de la teoría de las IM de Gardner ha dado lugar a diferentes
proyectos, programas y experiencias que la desarrollan, así como a
investigaciones aplicadas a diferentes contextos que parten de sus principios.

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