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Carrera de Medicina
Integrantes:
Samantha Chica
Camila Mena
Erika Romero
Samantha Romero
Thalía Sarango
Andrea Uguña
Materia:
Endocrinología
Docente:
Dr. Roberto Lopez
Fecha:
25 de Julio del 2023
Cuenca – Ecuador
Marzo 2023 – Agosto 2023
Índice
Introducción ............................................................................................................................ 3
Justificación ............................................................................................................................ 3
Objetivos................................................................................................................................. 4
Metodología ............................................................................................................................ 4
Definición ........................................................................................................................... 5
Epidemiología..................................................................................................................... 5
Clasificación ....................................................................................................................... 6
Fisiopatología ..................................................................................................................... 7
Diagnostico ......................................................................................................................... 9
Tratamiento no farmacológico.......................................................................................... 10
Tratamiento farmacológico............................................................................................... 13
Conclusión ............................................................................................................................ 18
Bibliografía ........................................................................................................................... 20
Introducción
La obesidad se ha definido clásicamente como la acumulación excesiva de grasa
corporal, debido a un desbalance energético entre las calorías ingeridas y las gastadas,
constituyendo actualmente una de las más importantes pandemias a nivel mundial con
importantes consecuencias personales, familiares y gubernamentales (1). La obesidad es un
problema de salud pública, el 57 % de la población mundial vive en países donde el sobrepeso
y la obesidad causan más muertes que la insuficiencia ponderal, afectando a hombres y
mujeres de todas las edades y grupos sociales (2).
Justificación
El exceso de peso corporal (sobrepeso y obesidad) se reconoce como uno de los retos
más importantes de la Salud Pública a nivel mundial debido a su magnitud, la rapidez de su
incremento y el efecto negativo que ejerce sobre la salud de la población que la padece.
Además, incrementan significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas no
transmisibles, la mortalidad prematura y el costo social de la salud (4).
Objetivos
Objetivo principal
Objetivos específicos
Metodología
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica narrativa
Repaso teórico
Definición
La obesidad es una enfermedad crónica de alta prevalencia, se caracteriza por un
mayor contenido de grasa corporal, lo cual dependiendo de su magnitud y de su ubicación
topográfica va a determinar riesgos de salud que limitan las expectativas y calidad de vida.
Se produce cuando la cantidad de calorías consumidas mediante la alimentación es mayor
que las calorías quemadas por el cuerpo para mantener sus funciones básicas y la actividad
física. Esto provoca un desequilibrio energético que conduce a un aumento del peso corporal
y, en consecuencia, a la obesidad (5).
Epidemiología
Según la Organización Mundial de la Salud OMS (7), para el 2016, se calculó que
aproximadamente 690 millones de personas de la población adulta padece de obesidad al
nivel global, lo que corresponde a 960 millones individuos, mientras que 340 millones de
adolescentes y niños padecen de obesidad y sobrepeso, en ambos grupos poblacionales se
evidenció mayor afectación sobre el sexo femenino con el 55%, mientras que los hombres
con el 45% de este padecimiento.
En un estudio realizado por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador MSP (9), en el
2018 se estimó que el 63,6% de la población adulta padecía de sobrepeso u obesidad, donde
el 25,7% corresponde a la obesidad; de estos la población femenina continuó siendo el más
prevalente en este trastorno con el 30.9%, mientras que los hombres con 20,3%, con una
diferencia importante de casi el 10% entre ambos sexos.
Clasificación
Según la Asociación del Colegio Americano de Endocrinología, AACE por sus siglas
en inglés, y el Colegio Americano de Endocrinología, ACE por sus siglas en inglés, la
obesidad se evalúa no solo con el índice de Masa Corporal IMC como determinante del
exceso de tejido adiposo presente en el individuo, sino que además hay que evaluar el riesgo
asociado a la misma; por ende, la clasificación de este trastorno de nutrición, según los
criterios antropomorfos de la ACE y AACE, se presenta a continuación (11).
Fisiopatología
La fisiopatología de la obesidad es un proceso complejo y multifactorial en el que
intervienen varios factores genéticos, ambientales, hormonales y conductuales (12). En
resumen, se puede explicar de la siguiente manera:
Desequilibrio energético La causa fundamental de la obesidad es un desequilibrio energético, que ocurre
cuando la ingesta calórica de alimentos y bebidas supera constantemente el gasto
de energía a través del metabolismo y la actividad física. El exceso de energía se
almacena como grasa en el tejido adiposo, lo que provoca el aumento de peso
Factores genéticos juegan un papel importante en la predisposición de una persona a la obesidad, ya
que las diferencias en el metabolismo, el almacenamiento de grasa y la regulación
del apetito pueden influir en la facilidad con la que alguien gana peso
Factores ambientales El entorno moderno, con fácil acceso a alimentos procesados y estilos de vida
sedentarios, contribuye al aumento de la obesidad. El mayor acceso a opciones
poco saludables, porciones más grandes, trabajos sedentarios, falta de actividad
física y cambios en el transporte y las actividades de ocio promueven el aumento
de peso.
Regulación hormonal Las hormonas que regulan el apetito y el metabolismo, como la leptina, también
desempeñan un papel crucial en la obesidad. En algunos casos de obesidad, puede
haber resistencia a los efectos de la leptina, lo que lleva a una disminución de la
saciedad y un aumento en la ingesta de alimentos.
Disfunción del tejido El tejido adiposo, o grasa corporal, es un órgano endocrino activo que secreta
adiposo hormonas y citocinas que pueden influir en la resistencia a la insulina y en la
inflamación crónica de bajo grado, especialmente cuando hay una mayor
producción de adipocinas proinflamatorias en la obesidad.
Factores neurológicos El cerebro también juega un papel importante en la regulación del apetito y la
saciedad. Las regiones cerebrales involucradas en el control del apetito pueden
responder a señales hormonales y sensoriales de los alimentos. En la obesidad,
puede haber una desregulación de estos circuitos cerebrales, lo que lleva a un
control anormal del apetito.
Disbiosis del microbioma El microbioma intestinal, la comunidad de microorganismos en el tracto digestivo,
puede influir en la regulación del peso y el metabolismo aquí los desequilibrios en
el microbioma intestinal, conocidos como disbiosis, se han asociado con la
obesidad.
Fuente (13): Lin X, Li H. Obesity: Epidemiology, Pathophysiology, and Therapeutics. Front Endocrinol (Lausanne).
2021;12:706978.
Diagnostico
El diagnóstico de la obesidad se basa en la evaluación del índice de masa corporal
(IMC) y la distribución de la grasa corporal. Además, se pueden utilizar otros métodos
diagnósticos para obtener una imagen más completa de la condición de una persona y sus
posibles factores de riesgo. Algunos de los métodos diagnósticos más comunes para la
obesidad son los siguientes (14):
• Índice de Masa Corporal (IMC): Es la medida más utilizada para determinar si una
persona tiene un peso adecuado para su estatura. Se calcula dividiendo el peso en
kilogramos entre el cuadrado de la altura en metros (IMC = peso [kg] / altura [m²]).
Un IMC igual o superior a 30 se considera obesidad.
• Medición de la circunferencia de la cintura: Esta medida se utiliza para evaluar la
distribución de la grasa corporal. La acumulación excesiva de grasa alrededor de la
cintura (obesidad abdominal o central) se ha asociado con un mayor riesgo de
enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. En general, un perímetro de cintura
superior a 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres indica un mayor riesgo metabólico.
• Evaluación clínica: El médico realizará una evaluación física y tomará en cuenta el
historial médico y los antecedentes familiares para comprender mejor los factores de
riesgo relacionados con la obesidad.
• Análisis de sangre: Algunas pruebas de laboratorio pueden ayudar a identificar
factores de riesgo asociados con la obesidad, como niveles de glucosa en sangre,
lípidos (colesterol y triglicéridos), hormonas y marcadores inflamatorios.
• Evaluación de la composición corporal: Se pueden utilizar diferentes técnicas para
medir la cantidad de grasa corporal y la masa magra, como la impedancia bioeléctrica,
la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA) y la pletismografía de aire
desplazado.
• Evaluación de la actividad física y los hábitos alimentarios: Entender los patrones de
actividad física y los hábitos alimentarios de una persona puede ayudar a determinar
factores de riesgo adicionales y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
Resultados y Discusión
Tratamiento no farmacológico
Alimentación Saludable:
Actividad física
Se la define como toda acción corporal que genera un gasto energético por sobre las
necesidades básicas y abarca todos los movimientos de la vida diaria, incluyendo el trabajo,
el ejercicio y las actividades deportivas. Los beneficios que tiene la actividad física van
mucho más allá de la prevención de enfermedades, según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), un estilo de vida activo también mejora el estado de ánimo, estimula la agilidad
mental, alivia la depresión y facilita el tratamiento del estrés. A largo plazo, eleva el nivel de
autoestima y aumenta la integración e interacción social. El ejercicio y una alimentación
saludable son necesarios para la conservación y el mantenimiento de la salud (17).
Tratamiento farmacológico
A pesar de que el pilar principal del tratamiento se basa en la modificación del estilo
de vida, las intervenciones han mostrado un éxito relativamente escaso. Por ello, existe un
interés considerable en combinarlo con estrategias más intensivas, incluida la
farmacoterapia(18).
Las reducciones de peso de magnitud tan modesta como el 5-10% del peso inicial
pueden mejorar significativamente diversos trastornos asociados con la obesidad, como la
DM, la HTA y la dislipemia, así como reducir los factores de riesgo cardiovascular. Sin
embargo, es muy difícil mantener a largo plazo la reducción, incluso modesta, de peso
corporal mediante tratamiento dietético y modificaciones del estilo de vida. El tratamiento
farmacológico puede ser de ayuda para reducir el peso corporal y para mantenerlo (19).
Los medicamentos para la obesidad deben usarse como segundo peldaño, después de
cambios en el estilo de vida (dieta balanceada e incremento de la actividad física) y deben
considerarse en pacientes con un IMC de ≥ 30 kg/m2, o en aquéllos con un IMC ≥ 27 kg/m2
con comorbilidades mayores asociadas (Diabetes, hipertensión, dislipemia, apneas del sueño)
Si transcurridos 3 meses no se alcanza una pérdida de peso >5% debe considerarse suspender
la medicación y/o cambiar a otro fármaco (20).
Fuente (21). Wharton S, Lau DCW, Vallis M, Sharma AM, Biertho L, Campbell-Scherer D, et al. Obesity in
adults: a clinical practice guideline. CMAJ. 2020;192(31):E875–91.
Se debe saber que no hay un tratamiento único, que cure la obesidad. Los
medicamentos aprobados para la obesidad que se usan en Europa, excepto Orlistat, tiene
menos de 10 años en el mercado y están aún sometidos a fase de declaración de efectos
adversos, por lo que es muy importante que el paciente sea notificado de los efectos
adversos(21).
Tratamiento quirúrgico
A los pacientes con una indicación potencial para la cirugía de la obesidad se les debe
ofrecer opciones de tratamiento conservadoras preparatorias y complementarias. Estos deben
incluir una combinación de asesoramiento dietético, ejercicio y terapia conductual y deben
contener recomendaciones nutricionales individualizadas. El objetivo del tratamiento es la
pérdida de al menos el 10 % del peso inicial en un plazo de 6 a 12 meses en un paciente cuyo
IMC supere los 35 kg/m (23).
Fuente (23): Fink J, Seifert G, Blüher M, Fichtner-Feigl S, Marjanovic G. Obesity Surgery. Dtsch Arztebl Int.
2022;119(5):70–80.
Luesma et al. (24), está de acuerdo con que la cirugía metabólica debe ofrecerse como
una opción para personas con un IMC de 30 a 34,9 kg/m2 y comorbilidades relacionadas con
la obesidad (especialmente DM2), que no han logrado una pérdida de peso sustancial y
duradera ni una mejora de la comorbilidad con métodos no quirúrgicos razonables; pero, a
estos criterios le agrega que, se recomienda que el paciente tenga ausencia de trastornos
endocrinos, tenga capacidad cognitiva para comprender el tratamiento y para adherirse a las
normas de seguimiento y, finalmente, no presentar trastornos psiquiátricos, alcoholismo o
drogodependencia.
También recomienda una pérdida de peso preoperatoria del 5-10% ya que presenta
ventajas intra/perioperatorias, menor estancia hospitalaria y mayor adherencia a los cambios
de vida. Su eficacia no está exenta de riesgos (23). Lunderg et al. (25), Asegura que se ha
mejorado globalmente la seguridad de la cirugía bariátrica, asumiendo como estándar una
mortalidad inferior al 0,5% y una morbilidad inferior al 0,7%. La elección de la técnica
quirúrgica depende del objetivo del tratamiento. Estas técnicas se pueden clasificar según su
mecanismo de acción en restrictivas, malabsortivas y mixtas, y según la vía de acceso en
endoscópica o laparoscópica quirúrgica, que actualmente constituye la vía de elección.
Currie et al. (26), afirma que Bypass gástrico Roux-en-Y (RYGB) es la intervención
quirúrgica metabólica estándar de oro reconocida y tiene la evidencia más directa e indirecta
que respalda su uso. La Banda gástrica demuestra una excelente pérdida de peso y control
metabólico, pero se muestra ligeramente inferior a RYGB cuando se considera el tratamiento
de T2DM.
En cuanto a tasas de pérdida de peso, Soong et al. (27), en su estudio realizado a 498
pacientes que se sometieron a cirugía, la tasa de seguimiento fue del 89,4 % a 1 año, del
52,0% a los 5 años y del 43,6% a los 10 años. El ByPass gartrico con anastomosis simple
(OAGB) tuvo un % más alto a los 5 años (40,8 %) que los otros dos grupos, banda gástrica
(SG) (35,1 %, p=0,005) y RYGB (37,2 %, p=0,130). OAGB tuvo una mayor pérdida de peso
significativa, sostenida y duradera, que RYGB y SG en el seguimiento a largo plazo. El
porcentaje de pérdida de exceso de peso a 1, 5 y 10 años fue 64,5%, 68,0% y 67,7% para
OAGB; 62,4%, 60,8% y 56,4% para RYGB y 59,5%, 60,3% y 52,3% para SG,
respectivamente. A los 5 años de la cirugía, el 64,6% de todos los pacientes tenían un IMC
< 35 kg/m2, el 56,1% en SG, el 58,6% en RYGB y el 71,8% en el grupo OAGB.
Ademas del beneficio en pérdida de peso y diabetes como se planteó anteriormente,
Lunderberg et al. (25), en su estudio busco demostrar el beneficio cardiaco de esta cirugía en
paciente obesos, durante los 10 años de seguimiento, hubo 1884 casos de insuficiencia
cardíaca en total. La mayoría de estos, o 1082, ocurrieron en la categoría de obesos no
operados. Las proporciones correspondientes entre los pacientes con bypass gástrico y sus
controles fueron 0,6% y 0,3%. La edad media al diagnóstico de insuficiencia cardíaca entre
los pacientes obesos no operados de bypass gástrico y no operados fue de 55,1 años y 58,7
años, respectivamente; concluyendo con que La tasa de incidencia de insuficiencia cardíaca
en pacientes con bypass gástrico (18,1/1000 años-persona) fue menor que la de los pacientes
obesos no operados (45,0/1000 años-persona).
Conclusión
En conclusión, el tratamiento de la obesidad abarca diversas estrategias que pueden
adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente. Tanto el tratamiento
farmacológico, no farmacológico como el quirúrgico tienen un papel importante en la lucha
contra esta enfermedad compleja y creciente.
Para casos de obesidad grave o mórbida, la cirugía bariátrica ofrece una opción
efectiva y segura que puede resultar en una pérdida de peso significativa y mejoras en las
comorbilidades asociadas. Sin embargo, la cirugía debe considerarse cuidadosamente y
reservarse para aquellos pacientes que han agotado otras opciones y que cumplen con los
criterios adecuados de elegibilidad.
4. Villa EAR, Monje RGR, Rivera JIV. Revisión de la epidemiología del sobrepeso y
obesidad. Psic-Obesidad [Internet]. 2017 [citado el 25 de julio de 2023];7(25). Disponible
en: https://revistas.unam.mx/index.php/psic/article/view/80749
5. Gutiérrez E, Goicochea E, Linares EL. Definición de obesidad: más allá del índice de masa
corporal. Rev MedVallejiana. 2020;9(1):61–4.
12. Oussaada S, van Galen K, Cooiman M, Kleinendorst L, Hazebroek EJ, van Haelst M,
et al. The pathogenesis of obesity. Metabolism. 2019;92:26–36.
21. Wharton S, Lau DCW, Vallis M, Sharma AM, Biertho L, Campbell-Scherer D, et al.
Obesity in adults: a clinical practice guideline. CMAJ. 2020;192(31):E875–91.
25. Lundberg CE, Jamaly S, Adiels M, Lagergren J, Svensson CJ, Björck L, et al.
Surgical treatment of obesity and excess risk of developing heart failure in a controlled
cohort study. ESC Heart Fail. 2022;9(3):1844–52.