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UNIDAD ACADEMICA DE SALUD Y BIENESTAR

Carrera de Medicina

Trabajo Autónomo: Actualización en el tratamiento de la obesidad - Revisión Bibliográfica

Integrantes:
Samantha Chica
Camila Mena
Erika Romero
Samantha Romero
Thalía Sarango
Andrea Uguña

Materia:
Endocrinología

Docente:
Dr. Roberto Lopez

Fecha:
25 de Julio del 2023

Cuenca – Ecuador
Marzo 2023 – Agosto 2023
Índice

Introducción ............................................................................................................................ 3

Justificación ............................................................................................................................ 3

Objetivos................................................................................................................................. 4

Metodología ............................................................................................................................ 4

Repaso teórico ........................................................................................................................ 5

Definición ........................................................................................................................... 5

Epidemiología..................................................................................................................... 5

Clasificación ....................................................................................................................... 6

Fisiopatología ..................................................................................................................... 7

Diagnostico ......................................................................................................................... 9

Resultados y Discusión ......................................................................................................... 10

Tratamiento no farmacológico.......................................................................................... 10

Tratamiento farmacológico............................................................................................... 13

Tratamiento quirúrgico ..................................................................................................... 16

Conclusión ............................................................................................................................ 18

Bibliografía ........................................................................................................................... 20
Introducción
La obesidad se ha definido clásicamente como la acumulación excesiva de grasa
corporal, debido a un desbalance energético entre las calorías ingeridas y las gastadas,
constituyendo actualmente una de las más importantes pandemias a nivel mundial con
importantes consecuencias personales, familiares y gubernamentales (1). La obesidad es un
problema de salud pública, el 57 % de la población mundial vive en países donde el sobrepeso
y la obesidad causan más muertes que la insuficiencia ponderal, afectando a hombres y
mujeres de todas las edades y grupos sociales (2).

La obesidad es considerada una epidemia e incluso una pandemia, se calcula que


alrededor del mundo existen 650 millones de adultos con obesidad, con una prevalencia del
13 % en el año 2016. La ONU, reporta que la prevalencia de la obesidad en los adultos casi
se ha triplicado desde 1975 al 2016, aumentando del 5 % al 13 % (2).

A manera de resumen, podríamos decir que la obesidad es un trastorno metabólico


multifactorial caracterizado por un exceso de grasa corporal, en especial de la grasa visceral,
considerado hoy en día como factor de riesgo principal para el desarrollo de enfermedades
cardiovasculares como la hipertensión, enfermedades coronarias y, en particular, diabetes,
que son las que presentan actualmente mayor morbimortalidad en todo el mundo. Hay que
reconocer que existe una auténtica pandemia de obesidad y sobrepeso (3)

Justificación
El exceso de peso corporal (sobrepeso y obesidad) se reconoce como uno de los retos
más importantes de la Salud Pública a nivel mundial debido a su magnitud, la rapidez de su
incremento y el efecto negativo que ejerce sobre la salud de la población que la padece.
Además, incrementan significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas no
transmisibles, la mortalidad prematura y el costo social de la salud (4).

La ciencia médica y la investigación continúan avanzando, lo que significa que las


recomendaciones y pautas para el tratamiento de la obesidad están sujetas a cambios y
actualizaciones periódicas. Revisar la literatura actualizada nos permitirá comprender las
últimas estrategias y enfoques recomendados por expertos y autoridades en el campo de la
obesidad.

Objetivos
Objetivo principal

Identificar el manejo actualizado de la obesidad en adultos a través de una revisión


bibliográfica

Objetivos específicos

• Realizar una búsqueda en bases de datos científica y páginas web institucionales


asociadas al área de la salud inherentes al tratamiento de la obesidad
• Establecer los diferentes tipos de tratamiento de la obesidad en atención a la
búsqueda bibliográfica realizada
• Elaborar un escrito de revisión bibliográfica acerca de la actualización en el
tratamiento de la obesidad

Metodología
Se llevó a cabo una revisión bibliográfica narrativa

Para la recopilación de información se utilizaron motores de búsqueda, tales como:


“PubMed”, “Science Direct” y “Google Scholar”, se utilizaron criterios de inclusión y
exclusión al momento de seleccionar los artículos para tener mejores resultados en el
desarrollo de nuestro estudio.

Criterios de inclusión: Se incluirán artículos originales de metodología cuantitativa


de tipo: retrospectivos, observacionales, metaanálisis, artículos de revisión bibliográfica,
revisiones sistemáticas y guías de práctica clínica de no más de 5 años de antigüedad.

Criterios de exclusión: Se excluyeron artículos con metodologías cualitativas,


estudios que no cuenten con rigurosidad científica, páginas webs no oficiales, blogs, tesis de
grado, editoriales, cartas al editor y artículos de revistas no indexadas.

Estrategia de búsqueda: Se tomaron en cuenta las siguientes palabras claves:


Obesidad, manejo terapéutico, tratamiento farmacológico, tratamiento quirúrgico. Se realizo
la combinación de estas palabras mediante los operadores booleanos “AND”, “OR” y “NOT”
en idioma español e inglés

Repaso teórico
Definición
La obesidad es una enfermedad crónica de alta prevalencia, se caracteriza por un
mayor contenido de grasa corporal, lo cual dependiendo de su magnitud y de su ubicación
topográfica va a determinar riesgos de salud que limitan las expectativas y calidad de vida.
Se produce cuando la cantidad de calorías consumidas mediante la alimentación es mayor
que las calorías quemadas por el cuerpo para mantener sus funciones básicas y la actividad
física. Esto provoca un desequilibrio energético que conduce a un aumento del peso corporal
y, en consecuencia, a la obesidad (5).

La obesidad puede estar determinada por factores genéticos, ambientales, sociales y


de comportamiento. Algunas de las causas comunes incluyen una dieta poco saludable y rica
en calorías, la falta de actividad física, factores genéticos que influyen en el metabolismo,
trastornos hormonales y otros factores relacionados con el estilo de vida (6).

El Índice de Masa Corporal (IMC) es una medida comúnmente utilizada para


determinar si una persona tiene sobrepeso u obesidad. Se calcula dividiendo el peso (en
kilogramos) por el cuadrado de la altura (en metros). Un IMC igual o superior a 30 se
considera obesidad (6).

Epidemiología
Según la Organización Mundial de la Salud OMS (7), para el 2016, se calculó que
aproximadamente 690 millones de personas de la población adulta padece de obesidad al
nivel global, lo que corresponde a 960 millones individuos, mientras que 340 millones de
adolescentes y niños padecen de obesidad y sobrepeso, en ambos grupos poblacionales se
evidenció mayor afectación sobre el sexo femenino con el 55%, mientras que los hombres
con el 45% de este padecimiento.

Para el 2021, el continente americano se ha vuelto la región con tasas de prevalencia


más altas de este trastorno de nutrición, correspondiendo al 28% de la población adulta
americana con obesidad, donde el sexo con mayor presentación es el femenino con datos del
31% y masculino del 26%; del mismo modo, se estima que el 33,6% de la población
pediátrica y adolescente padece de sobrepeso u obesidad (8).

En un estudio realizado por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador MSP (9), en el
2018 se estimó que el 63,6% de la población adulta padecía de sobrepeso u obesidad, donde
el 25,7% corresponde a la obesidad; de estos la población femenina continuó siendo el más
prevalente en este trastorno con el 30.9%, mientras que los hombres con 20,3%, con una
diferencia importante de casi el 10% entre ambos sexos.

Según Verdugo (10), en el 2018 se estimó que el 40,6% de la población adulta


Cuencana padecía de obesidad, donde el sexo con mayor presentación de la misma fue el
sexo femenino con 69,3%, y en menor presentación el masculino con 30,7%; superando el
promedio del resto de ciudades a nivel nacional.

Clasificación
Según la Asociación del Colegio Americano de Endocrinología, AACE por sus siglas
en inglés, y el Colegio Americano de Endocrinología, ACE por sus siglas en inglés, la
obesidad se evalúa no solo con el índice de Masa Corporal IMC como determinante del
exceso de tejido adiposo presente en el individuo, sino que además hay que evaluar el riesgo
asociado a la misma; por ende, la clasificación de este trastorno de nutrición, según los
criterios antropomorfos de la ACE y AACE, se presenta a continuación (11).

Tabla 1. Diagnóstico Antropométrico De Sobrepeso/Obesidad En Consonancia Con Las


Fases De Prevención De Enfermedad Crónica.
DIAGNÓSTICO COMPONENTE COMPONENTE FASES DE
ANTROPOMÉTRICO CLÍNICO TRATAMIENTO
PREVENTIVO
Normal IMC <25 kg/m2 Primario
Sobrepeso estadío IMC 25-29 kg/m2 Complicaciones no
0 relacionadas con
obesidad
Obesidad estadío 0 IMC 30-34.9 kg/m2 Complicaciones no Secundario
relacionadas con
obesidad
Obesidad estadío 1 IMC 35-39.9 kg/m2 Presencia de 1 o más
complicaciones leves-
moderadas
relacionadas con la Terciario
obesidad
Obesidad estadío 2 IMC 40-49.9 kg/m2 Presencia de 1 o más
complicaciones
severas relacionadas
con la obesidad
Obesidad estadío 3 IMC > 50 kg/m2 Presencia de 1 o más
complicaciones
severas relacionadas
con la obesidad
Fuente: AACE/ACE Obesity CPG, Endocrinology Practice. 2023.

Tabla 2. Riesgo Cardiovascular Basado en el índice


Cintura - Cadera
Riesgo Mujer Hombre
Bajo < 0,80 < 0,95
Moderado 0,81 – 0,85 0,96 – 1
Alto Si supera > 0,86 Si > 1
Fuente: AACE/ACE Obesity CPG, Endocrinology Practice. 2023.

Fisiopatología
La fisiopatología de la obesidad es un proceso complejo y multifactorial en el que
intervienen varios factores genéticos, ambientales, hormonales y conductuales (12). En
resumen, se puede explicar de la siguiente manera:
Desequilibrio energético La causa fundamental de la obesidad es un desequilibrio energético, que ocurre
cuando la ingesta calórica de alimentos y bebidas supera constantemente el gasto
de energía a través del metabolismo y la actividad física. El exceso de energía se
almacena como grasa en el tejido adiposo, lo que provoca el aumento de peso
Factores genéticos juegan un papel importante en la predisposición de una persona a la obesidad, ya
que las diferencias en el metabolismo, el almacenamiento de grasa y la regulación
del apetito pueden influir en la facilidad con la que alguien gana peso
Factores ambientales El entorno moderno, con fácil acceso a alimentos procesados y estilos de vida
sedentarios, contribuye al aumento de la obesidad. El mayor acceso a opciones
poco saludables, porciones más grandes, trabajos sedentarios, falta de actividad
física y cambios en el transporte y las actividades de ocio promueven el aumento
de peso.
Regulación hormonal Las hormonas que regulan el apetito y el metabolismo, como la leptina, también
desempeñan un papel crucial en la obesidad. En algunos casos de obesidad, puede
haber resistencia a los efectos de la leptina, lo que lleva a una disminución de la
saciedad y un aumento en la ingesta de alimentos.
Disfunción del tejido El tejido adiposo, o grasa corporal, es un órgano endocrino activo que secreta
adiposo hormonas y citocinas que pueden influir en la resistencia a la insulina y en la
inflamación crónica de bajo grado, especialmente cuando hay una mayor
producción de adipocinas proinflamatorias en la obesidad.
Factores neurológicos El cerebro también juega un papel importante en la regulación del apetito y la
saciedad. Las regiones cerebrales involucradas en el control del apetito pueden
responder a señales hormonales y sensoriales de los alimentos. En la obesidad,
puede haber una desregulación de estos circuitos cerebrales, lo que lleva a un
control anormal del apetito.
Disbiosis del microbioma El microbioma intestinal, la comunidad de microorganismos en el tracto digestivo,
puede influir en la regulación del peso y el metabolismo aquí los desequilibrios en
el microbioma intestinal, conocidos como disbiosis, se han asociado con la
obesidad.
Fuente (13): Lin X, Li H. Obesity: Epidemiology, Pathophysiology, and Therapeutics. Front Endocrinol (Lausanne).
2021;12:706978.
Diagnostico
El diagnóstico de la obesidad se basa en la evaluación del índice de masa corporal
(IMC) y la distribución de la grasa corporal. Además, se pueden utilizar otros métodos
diagnósticos para obtener una imagen más completa de la condición de una persona y sus
posibles factores de riesgo. Algunos de los métodos diagnósticos más comunes para la
obesidad son los siguientes (14):

• Índice de Masa Corporal (IMC): Es la medida más utilizada para determinar si una
persona tiene un peso adecuado para su estatura. Se calcula dividiendo el peso en
kilogramos entre el cuadrado de la altura en metros (IMC = peso [kg] / altura [m²]).
Un IMC igual o superior a 30 se considera obesidad.
• Medición de la circunferencia de la cintura: Esta medida se utiliza para evaluar la
distribución de la grasa corporal. La acumulación excesiva de grasa alrededor de la
cintura (obesidad abdominal o central) se ha asociado con un mayor riesgo de
enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. En general, un perímetro de cintura
superior a 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres indica un mayor riesgo metabólico.
• Evaluación clínica: El médico realizará una evaluación física y tomará en cuenta el
historial médico y los antecedentes familiares para comprender mejor los factores de
riesgo relacionados con la obesidad.
• Análisis de sangre: Algunas pruebas de laboratorio pueden ayudar a identificar
factores de riesgo asociados con la obesidad, como niveles de glucosa en sangre,
lípidos (colesterol y triglicéridos), hormonas y marcadores inflamatorios.
• Evaluación de la composición corporal: Se pueden utilizar diferentes técnicas para
medir la cantidad de grasa corporal y la masa magra, como la impedancia bioeléctrica,
la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA) y la pletismografía de aire
desplazado.
• Evaluación de la actividad física y los hábitos alimentarios: Entender los patrones de
actividad física y los hábitos alimentarios de una persona puede ayudar a determinar
factores de riesgo adicionales y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.

Es importante señalar que el diagnóstico de la obesidad no solo se basa en el IMC, ya


que esta medida puede no reflejar con precisión la composición corporal y la distribución de
la grasa en algunas personas. Por lo tanto, es fundamental que el diagnóstico y la evaluación
se realicen de manera integral y teniendo en cuenta diferentes factores para obtener una visión
más completa de la condición de la persona y desarrollar un plan de tratamiento
adecuado(14).

Resultados y Discusión
Tratamiento no farmacológico
Alimentación Saludable:

Esta dimensión implica la selección, conocimiento y consumo de alimentos esenciales


para el sustento, la salud y el bienestar. Se incluye la elección de una dieta diaria saludable
consistente con directrices de la Guía Pirámide de Alimentos. Una alimentación saludable es
el proceso mediante el cual, los seres vivos consumen diferentes tipos de alimentos con el
objetivo de recibir los nutrientes necesarios para sobrevivir (15).

Para Quintero et al. (15), la alimentación correcta adopta un nuevo estilo de


alimentación que implica disminuir el contenido de calorías, además de tener en cuenta que
la alimentación debe ser variada, equilibrada y saludable, misma que estará determinada por
las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física),
el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios. Las
frutas, verduras y hortalizas contienen nutrientes que ayudan a prevenir enfermedades, de
modo que no hay que olvidar incluirlas cada día en la dieta.

Tipos de dietas utilizadas en la terapia médico nutricional de la obesidad

Anderson(16), ha creado nuevas estrategias dietéticas para tratar el sobrepeso y la


obesidad en donde se han realizado estudios buscando la dieta más eficaz, basados en los
resultados sobre la composición corporal y los resultados metabólicos, de dietas que
promuevan la pérdida de peso a corto y largo plazo:

Según el aporte energético: Dietas hipocalóricas equilibradas o bajas en calorías.


Es aquella dieta que genera un déficit de 500 a 1.000 kcals
sobre las estimaciones basales obtenidas mediante fórmulas
o de la ingesta habitual, Es un plan de alimentación que
provee una reducción de 500 a 1.000 kcal/día de la ingesta
usual del individuo y favorece una pérdida de peso de 1 a 2
libras o 450-900 g por semana, generalmente con una
duración de 6 meses. Este tipo de dieta es la más
recomendada por las distintas Sociedades dedicadas al
estudio de la obesidad.
Dietas muy bajas en calorías.
Las dietas muy bajas en calorías (DMBC) se definen como
aquellas cuyo aporte energético diario oscila entre 450 y 800
calorías o 6-10 kcal/kg, que pueden producir una pérdida de
peso entre 1,5 -2,5 kg/semana o aproximadamente 20 kg en
12 a 16 semanas, generalmente suministradas a través de
suplementos o fórmulas, que constituyen el único aporte
energético y de nutrientes esenciales requeridos en un
programa de pérdida de peso. Su objetivo es favorecer una
pérdida rápida de peso a través de la lipólisis, favoreciendo
la formación de cetonas por el bajo aporte de carbohidratos,
lo que induce mayor saciedad y preserva la masa muscular
Según la distribución de los Dietas altas en proteínas:
macronutrientes en: Las dietas hiperproteicas para perder peso reducen la ingesta
de carbohidratos y grasas, pero aumentan la ingesta de
proteínas que garantiza su mayor capacidad de saciedad y
efecto termogénico. En cuanto al efecto de saciedad varía
con el tipo de proteína, en el caso de la proteína láctea se ha
reportado que las proteínas del suero producen mayor efecto
de saciedad al ser comparadas con la caseína y la soya, efecto
no observado con la albúmina del huevo. El consumo de una
dieta rica en proteínas lactoséricas disminuye el
almacenamiento de grasa e incrementa la masa muscular
esquelética, promueven de forma más efectiva la pérdida de
peso al ser incluidas en las dietas hipocalóricas ya que
incrementan la termogénesis.
Dietas bajas en grasa:
Estas dietas han sido recomendadas desde hace mucho
tiempo, basados en que la energía proveniente de la grasa
tiene menor poder de saciedad que la proveniente de los
carbohidratos; y que una relación grasas/carbohidratos alta
puede promover un auto consumo pasivo, un balance
energético positivo y una ganancia de peso en sujetos
susceptibles al consumir una dieta mixta. Una reducción del
10% de energía proveniente de las grasas produce un
promedio de pérdida de peso de 5 kg 23. También las grasas
son más rápidamente absorbidas a nivel intestinal que los
carbohidratos; los carbohidratos son más termogénicos; una
dieta alta en grasas puede lesionar la barrera intestinal y
causar disbiosis intestinal.
Fuente (16). Anderson HE. ¿Qué dieta seleccionar en el tratamiento de la obesidad? An Venez Nutr.
2020;33(1):41–50.

Actividad física

Se la define como toda acción corporal que genera un gasto energético por sobre las
necesidades básicas y abarca todos los movimientos de la vida diaria, incluyendo el trabajo,
el ejercicio y las actividades deportivas. Los beneficios que tiene la actividad física van
mucho más allá de la prevención de enfermedades, según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), un estilo de vida activo también mejora el estado de ánimo, estimula la agilidad
mental, alivia la depresión y facilita el tratamiento del estrés. A largo plazo, eleva el nivel de
autoestima y aumenta la integración e interacción social. El ejercicio y una alimentación
saludable son necesarios para la conservación y el mantenimiento de la salud (17).

Además, la OMS aconseja que (8):


• Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deberían acumular un mínimo de 60 minutos
diarios de actividad física moderada o vigorosa.
• La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio
aún mayor para la salud.

La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría


incorporar, como mínimo, tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en
particular, los músculos y huesos. Una persona que es activa físicamente podría mantener el
equilibrio energético y un cuerpo sano gastando 3.000 kcal / día, de lo contrario, si esa
persona es sedentaria no logra reducir la suficiente ingesta de energía para igualar el gasto de
energía reducido con el tiempo, aumentando de peso y volviéndose obeso (17).

Tratamiento farmacológico
A pesar de que el pilar principal del tratamiento se basa en la modificación del estilo
de vida, las intervenciones han mostrado un éxito relativamente escaso. Por ello, existe un
interés considerable en combinarlo con estrategias más intensivas, incluida la
farmacoterapia(18).

Las reducciones de peso de magnitud tan modesta como el 5-10% del peso inicial
pueden mejorar significativamente diversos trastornos asociados con la obesidad, como la
DM, la HTA y la dislipemia, así como reducir los factores de riesgo cardiovascular. Sin
embargo, es muy difícil mantener a largo plazo la reducción, incluso modesta, de peso
corporal mediante tratamiento dietético y modificaciones del estilo de vida. El tratamiento
farmacológico puede ser de ayuda para reducir el peso corporal y para mantenerlo (19).

Los medicamentos para la obesidad deben usarse como segundo peldaño, después de
cambios en el estilo de vida (dieta balanceada e incremento de la actividad física) y deben
considerarse en pacientes con un IMC de ≥ 30 kg/m2, o en aquéllos con un IMC ≥ 27 kg/m2
con comorbilidades mayores asociadas (Diabetes, hipertensión, dislipemia, apneas del sueño)
Si transcurridos 3 meses no se alcanza una pérdida de peso >5% debe considerarse suspender
la medicación y/o cambiar a otro fármaco (20).

Fármacos aprobados por la EMA


Orlistat Procede de Lipstatina, es un inhibidor potente, específico y de larga acción
de las lipasasgastrointestinales. Ejerce su actividad terapéutica en el lumen
del estómago y del intestino delgadomediante la formación de un enlace
covalente con el sitio activo de la serina de las lipasas gástrica ypancreática
(su anillo β-lactámico se rompe y se une al hidroxilo del centro activo de la
lipasa). La enzima inactivada no está disponible para hidrolizar la grasa de
la dieta, en forma de triglicéridos, aácidos grasos libres absorbibles y
monoglicéridos.
Este fármaco se presta a la automedicación.
Se comercializa con 2 dosis diferentes: 120 mg y 60 mg, esto asociado a
una alimentación moderadamente hipocalórica
El tratamiento con orlistat se continuará solamente en aquellos pacientes
que consigan perder ≥ 5% del peso corporal durante 12 semanas de
tratamiento con el fármaco.
La duración del tratamiento será de hasta un máximo de 2 años
Sibutramina Tiene un mecanismo de acción sistémica. El fármaco inhibe la recaptación
de noradrenalina y serotonina (y también, aunque débilmente, la
recaptación de dopamina) e induce aumento de la sensación de saciedad tras
el inicio de las comidas. Tiene, además, un pequeño efecto termogénico que,
en seres humanos, es del 3-5% de la tasa metabólica basal 6 h después de la
ingestión-
Dosis óptimas entre 10 y 15 mg/día cuando se consideran la pérdida de peso
y los efectos secundarios
Pacientes en quienes se observe una reducción ≥ 5% del peso corporal
inicial en 3 meses de tratamiento farmacológico y en los que mantengan, en
adelante, pérdidas ≥ 5% de su peso inicial. La duración del tratamiento debe
ser como máximo de 1 año.

Liraglutida Es un polipéptido análogo de GLP-1. No obstante, no solo actúa como


hipolipemiante, sinoque también actúa sobre el estómago (apetito y
vaciamiento gástrico) favorece pérdida de peso. Nunca se debe administrar
en hipoglucémicos.
Naltrexona/ Estimula la producción de POMC, pero su efecto como monoterapia en el
Bupropion tratamiento de laobesidad es limitado debido al efecto inhibitorio de la β-
endorfina. Al combinarse con Naltrexona, seinhibe el circuito de las β-
endorfinas, dando lugar a una estimulación más potente y duradera de
lasneuronas productoras de POMC (disminute el apetito y aumenta el gasto
energético),
Se usa a dosis crecientes hasta 32/360 mg/d, presenta efectos adeversos
como son llas Náuseas, vómitos, estreñimiento, cefalea, mareos, insomnio,
sequedad de boca

Fuente (21). Wharton S, Lau DCW, Vallis M, Sharma AM, Biertho L, Campbell-Scherer D, et al. Obesity in
adults: a clinical practice guideline. CMAJ. 2020;192(31):E875–91.

Fármacos aprobados por la FDA (22):

• Lorcaserina: Es un antagonista de los receptores 5-HTC2, de modo que actúa como


anorexígeno disminuyendo el apetito, actualmente la La EMA no autorizó su
comercialización por los riesgos de valvulopatías, síndrome serotoninérgico o
síntomas depresivos.
• Fentermina/Topiramato
o Fentermina: Estimulante central e isómero de la meta-anfetamina. Estimula a
las neuronas para que liberen catecolaminas, entre los que están la dopamina,
la epinefrina y la norepinefrina.
o Topiramato: Bloquea los canales de sodio estado-dependientes en las
neuronas y potencia la actividad del GABA, de modo que disminuye el apetito

Se debe saber que no hay un tratamiento único, que cure la obesidad. Los
medicamentos aprobados para la obesidad que se usan en Europa, excepto Orlistat, tiene
menos de 10 años en el mercado y están aún sometidos a fase de declaración de efectos
adversos, por lo que es muy importante que el paciente sea notificado de los efectos
adversos(21).
Tratamiento quirúrgico

A los pacientes con una indicación potencial para la cirugía de la obesidad se les debe
ofrecer opciones de tratamiento conservadoras preparatorias y complementarias. Estos deben
incluir una combinación de asesoramiento dietético, ejercicio y terapia conductual y deben
contener recomendaciones nutricionales individualizadas. El objetivo del tratamiento es la
pérdida de al menos el 10 % del peso inicial en un plazo de 6 a 12 meses en un paciente cuyo
IMC supere los 35 kg/m (23).

Fink et al. (23), plantea la siguientes indicaciones para la cirugía metabólica y de


obesidad, y hace énfasis en que los pacientes solo serán tomados en cuenta como candidatos
si cumplen cada una de ellas:

Indicadores para cirugía metabólica o de obesidad


Indicadores para cirugía de Después del agotamiento de las modalidades de
obesidad tratamiento conservador:
–IMC ≥ 35 and < 40 kg/m2 con comorbilidades asociadas
a la obesidad
--IMC≥ 40 kg/m2
Indicación primaria
–IMC≥ 50 kg/m2
– Si el tratamiento conservador no promete tener éxito
– Si las comorbilidades son particularmente graves
Indicaciones basadas en – Si el IMC ≥40 kg/m2, la cirugía está indicada
parámetros metabólicos en independientemente del control glucémico
pacientes con diabetes tipo 2 – Si el IMC es ≥35 y <40 kg/m2, la cirugía está indicada
si no se pueden alcanzar los valores objetivo-específicos
de la diabetes
–Si el IMC es ≥30 y <35 kg/m2, la cirugía metabólica es
una opción si de otro modo no se pueden alcanzar los
valores objetivo-específicos de la diabetes

Fuente (23): Fink J, Seifert G, Blüher M, Fichtner-Feigl S, Marjanovic G. Obesity Surgery. Dtsch Arztebl Int.
2022;119(5):70–80.

Luesma et al. (24), está de acuerdo con que la cirugía metabólica debe ofrecerse como
una opción para personas con un IMC de 30 a 34,9 kg/m2 y comorbilidades relacionadas con
la obesidad (especialmente DM2), que no han logrado una pérdida de peso sustancial y
duradera ni una mejora de la comorbilidad con métodos no quirúrgicos razonables; pero, a
estos criterios le agrega que, se recomienda que el paciente tenga ausencia de trastornos
endocrinos, tenga capacidad cognitiva para comprender el tratamiento y para adherirse a las
normas de seguimiento y, finalmente, no presentar trastornos psiquiátricos, alcoholismo o
drogodependencia.

También recomienda una pérdida de peso preoperatoria del 5-10% ya que presenta
ventajas intra/perioperatorias, menor estancia hospitalaria y mayor adherencia a los cambios
de vida. Su eficacia no está exenta de riesgos (23). Lunderg et al. (25), Asegura que se ha
mejorado globalmente la seguridad de la cirugía bariátrica, asumiendo como estándar una
mortalidad inferior al 0,5% y una morbilidad inferior al 0,7%. La elección de la técnica
quirúrgica depende del objetivo del tratamiento. Estas técnicas se pueden clasificar según su
mecanismo de acción en restrictivas, malabsortivas y mixtas, y según la vía de acceso en
endoscópica o laparoscópica quirúrgica, que actualmente constituye la vía de elección.

Currie et al. (26), afirma que Bypass gástrico Roux-en-Y (RYGB) es la intervención
quirúrgica metabólica estándar de oro reconocida y tiene la evidencia más directa e indirecta
que respalda su uso. La Banda gástrica demuestra una excelente pérdida de peso y control
metabólico, pero se muestra ligeramente inferior a RYGB cuando se considera el tratamiento
de T2DM.

En cuanto a tasas de pérdida de peso, Soong et al. (27), en su estudio realizado a 498
pacientes que se sometieron a cirugía, la tasa de seguimiento fue del 89,4 % a 1 año, del
52,0% a los 5 años y del 43,6% a los 10 años. El ByPass gartrico con anastomosis simple
(OAGB) tuvo un % más alto a los 5 años (40,8 %) que los otros dos grupos, banda gástrica
(SG) (35,1 %, p=0,005) y RYGB (37,2 %, p=0,130). OAGB tuvo una mayor pérdida de peso
significativa, sostenida y duradera, que RYGB y SG en el seguimiento a largo plazo. El
porcentaje de pérdida de exceso de peso a 1, 5 y 10 años fue 64,5%, 68,0% y 67,7% para
OAGB; 62,4%, 60,8% y 56,4% para RYGB y 59,5%, 60,3% y 52,3% para SG,
respectivamente. A los 5 años de la cirugía, el 64,6% de todos los pacientes tenían un IMC
< 35 kg/m2, el 56,1% en SG, el 58,6% en RYGB y el 71,8% en el grupo OAGB.
Ademas del beneficio en pérdida de peso y diabetes como se planteó anteriormente,
Lunderberg et al. (25), en su estudio busco demostrar el beneficio cardiaco de esta cirugía en
paciente obesos, durante los 10 años de seguimiento, hubo 1884 casos de insuficiencia
cardíaca en total. La mayoría de estos, o 1082, ocurrieron en la categoría de obesos no
operados. Las proporciones correspondientes entre los pacientes con bypass gástrico y sus
controles fueron 0,6% y 0,3%. La edad media al diagnóstico de insuficiencia cardíaca entre
los pacientes obesos no operados de bypass gástrico y no operados fue de 55,1 años y 58,7
años, respectivamente; concluyendo con que La tasa de incidencia de insuficiencia cardíaca
en pacientes con bypass gástrico (18,1/1000 años-persona) fue menor que la de los pacientes
obesos no operados (45,0/1000 años-persona).

Conclusión
En conclusión, el tratamiento de la obesidad abarca diversas estrategias que pueden
adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente. Tanto el tratamiento
farmacológico, no farmacológico como el quirúrgico tienen un papel importante en la lucha
contra esta enfermedad compleja y creciente.

El tratamiento farmacológico ofrece opciones para aquellos pacientes que pueden no


responder adecuadamente a las intervenciones no farmacológicas. Los medicamentos pueden
actuar de diferentes maneras, como suprimir el apetito, reducir la absorción de grasas o
mejorar la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, es esencial que estos medicamentos se
utilicen bajo la supervisión y prescripción de profesionales de la salud calificados para
minimizar los riesgos y efectos secundarios potenciales.

Las intervenciones no farmacológicas, centradas en cambios en el estilo de vida, la


dieta y la actividad física, son fundamentales para el tratamiento exitoso de la obesidad. Estos
enfoques pueden brindar beneficios sostenibles a largo plazo, promoviendo la pérdida de
peso, la mejora de la salud metabólica y la prevención de complicaciones asociadas con la
obesidad. La educación y el apoyo continuo son clave para fomentar la adherencia a estos
cambios y para empoderar a los pacientes a tomar el control de su salud.

Para casos de obesidad grave o mórbida, la cirugía bariátrica ofrece una opción
efectiva y segura que puede resultar en una pérdida de peso significativa y mejoras en las
comorbilidades asociadas. Sin embargo, la cirugía debe considerarse cuidadosamente y
reservarse para aquellos pacientes que han agotado otras opciones y que cumplen con los
criterios adecuados de elegibilidad.

En última instancia, el tratamiento de la obesidad debe ser abordado de manera


integral y multidisciplinaria, involucrando a profesionales de la salud, nutricionistas,
psicólogos y otros especialistas. La colaboración entre estos equipos permitirá desarrollar
planes de tratamiento personalizados y enfocados en el bienestar general del paciente.
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