Federico estaba desesperado e impotente. Su negocio
ya llevaba casi diez años en el mercado, venía haciendo enormes esfuerzos por mantener la calidad de sus productos y satisfacer a sus clientes; pero las ganancias no aumentaban, la empresa enfrentaba enormes deudas con los bancos y, mes tras mes, atrasos con los proveedores, poco capital para tener los inventarios suficientes y un estrés constante para administrar el flujo de caja. Lo peor de todo, es que esto no era una crisis transitoria, venía siendo la tónica del negocio desde siempre. Ya estaba harto de vivir así. Se preguntaba: 1. ¿Cuál es mi problema? En 10 minutos: En este momento, mi problema es el estrés y la desesperación debido a la situación financiera de mi empresa.
En 10 meses: Si no se toman las medidas necesarias, mi
problema podría agravarse, afectando mi salud y las finanzas de la empresa.
En 10 años: Si no se aborda el problema, podría resultar
en la ruina de la empresa y un impacto negativo en mi vida a largo plazo.
2. ¿Debo vender mi empresa?
En 10 minutos: La venta de la empresa podría parecer una solución rápida, pero podría tener implicaciones financieras y personales significativas a corto plazo. En 10 meses: Si vendo la empresa, es posible que resuelva algunos problemas financieros inmediatos, pero también podría lamentar la decisión si la empresa tenía potencial a largo plazo.
En 10 años: La venta de la empresa podría significar
renunciar a una inversión a largo plazo y una fuente de ingresos estable. Debo considerar cuidadosamente el impacto a largo plazo en mi vida y la de mi familia.
3. ¿Mi familia debe seguir conmigo en el negocio o
algunos deberían irse? En 10 minutos: La presión financiera actual puede influir en mi pensamiento, pero tomar decisiones apresuradas sobre la participación de la familia en el negocio no es aconsejable.
En 10 meses: Si la situación no mejora, es importante
discutir abierta y honestamente con mi familia sobre el futuro del negocio y su participación en él.
En 10 años: Las decisiones relacionadas con la familia
en el negocio pueden tener un impacto duradero en nuestras relaciones y bienestar financiero. Se debe tomar decisiones consideradas y comunicarme efectivamente con la familia.
Considerando el enfoque 10-10-10, sugiere que Federico
debe evitar tomar decisiones impulsivas y evaluar la situación a corto, mediano y largo plazo antes de tomar decisiones significativas, como la venta del negocio o la implicación de su familia.