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Julio
Moreno Davis. Desarrollo Histórico de la Educación en
Panamá.
SECCIÓN SEGUNDA
SEGUNDO NIVEL DE ENSEÑANZA O EDUCACIÓN MEDIA
Los docentes realizaron una marcha que fue apoyada por diversos
sectores, especialmente políticos opositores al régimen militar. Unas
300,000 personas salieron a las calles a manifestarse aquella tarde. Torrijos
llevaba once años en el poder. Pero más allá del hecho histórico, en 1979
la educación atravesaba una crisis profunda, por lo cual se plantearon las
reformas. Cuatro décadas después, la situación es la misma: la Ley
Orgánica de Educación data de 1946.Algunos detractores de las reformas
educativas de Torrijos las tildaban de comunistas.
El clamor acerca del comunismo de la reforma fue uno de esos mitos que
fueron echados a rodar y sembraron raíces. El movimiento de educadores
no inició en contra de las reformas, sino, incluso, el año 1978. Se venían
movilizando por un ajuste salarial. Muchos piensan que fue un error haber
derogado las reformas educativas de 1979, pero sí había que eliminar
algunos aspectos. Creo que fue un error quitarla en su totalidad, que había
cosas buenas de la reforma que hoy en día nos hubieran servido bastantes.
Candanedo considera que fue u error derogar las reformas de 1979 y que
las consecuencias de esa acción se están pagando ahora. ‘La derogación
de las reformas educativas retrasaron 50 años la educación del país. Esas
reformas no tenían nada de comunismo, pero por razones políticas e
ideológicas, el sector empresarial y conservadores de la época se
opusieron a ellas como un rechazo al Gobierno.
Lo que puedo analizar es según Candanedo que hoy estamos pagando el
retroceso gravísimo de la educación panameña’, agrega. Para el
catedrático, lo bueno es que la sociedad panameña está de acuerdo en que
la educación panameña atraviesa por una crisis y que se debe aprovechar
ese consenso para realizar las reformas educativas. También considero la
necesidad de hacer un cambio, sin embargo, sostiene que para transformar
la educación los gobiernos deben empezar por cumplir con la ley actual,
que exige que el 6% del producto interno bruto se destine al sector
educativo.